A medida que cada vez más y más servicios financieros se trasladan al espacio digital, algunas regiones dotadas de los recursos necesarios, sorprendentemente, están todavía poniéndose al día en comparación con otras zonas geográficas más avanzadas. Los datos analizados por Finbold indican que un promedio del 38,7% de los usuarios de Internet en todo el mundo, de entre 16 y 64 años, han utilizado aplicaciones bancarias y financieras en el tercer trimestre de 2020.
Sin embargo, los países asiáticos se han quedado por debajo del promedio, con China representando el 27,7%, mientras que Japón mantiene el décimo lugar con el 24,7%, entre los países seleccionados. Además, a pesar de ser uno de los principales centros europeos de tecnología financiera, Alemania también está ligeramente por detrás del promedio mundial, en 38,6%.
En Brasil, las regulaciones estatales impulsaron al país a la cima, con el 57% de los encuestados utilizando aplicaciones de servicios bancarios y financieros, seguido de Singapur, que ocupa el segundo lugar con un 55,8%.
El análisis también muestra que en Canadá el 82,6% de las personas mayores de 15 años poseen una tarjeta de crédito. El segundo país en esta escala es Japón, aunque bastante alejado, con un 68,4%. Solo India con un 3% está por debajo del promedio global del 18,4% entre los países seleccionados.
¿A qué se debe el cambio a las aplicaciones de servicios financieros?
El hecho de que muchos brasileños utilicen servicios financieros y aplicaciones bancarias, refleja los cambios regulatorios del país, que han introducido nuevos actores en el sector. Los residentes ahora tienen más opciones y oportunidades en las aplicaciones bancarias, ya que las autoridades se enfocan en facilitar que los nuevos operadores lleguen a la población no bancarizada del país.
Como indica el estudio, casi la mitad de las personas encuestadas de los cinco países principales utilizan aplicaciones bancarias y financieras. Cabe señalar que el uso se registró durante el período de la pandemia del coronavirus, lo que sirvió como un catalizador para la transición hacia las plataformas digitales.
Algunos países, como el Reino Unido, que se vieron gravemente afectados por la crisis sanitaria, fueron testigos de un rápido cambio hacia las soluciones digitales, debido a que ya habían establecido la infraestructura necesaria previamente. Aunque el uso de este tipo de aplicaciones, liderados por plataformas como Revolut, ya estaba en aumento incluso antes de la pandemia, la crisis obligó a una adopción a gran escala y aceleró la transición a los sistemas digitales.
Para los consumidores mayores y adultos, en cambio, sigue existiendo cierto escepticismo con respecto a la adopción de nuevas tecnologías. La idea de tener toda su información bancaria en un dispositivo móvil puede parecer aterradora.
Aunque algunas de las economías más fuertes, como Alemania, China y Japón se están quedando atrás del promedio mundial, todavía tienen un inmenso potencial de crecimiento, dado que operan en regiones con innovación tecnológica avanzada y apoyo regulatorio. En este momento, por ejemplo, las preocupaciones regulatorias de China podrían estar impidiendo que más consumidores aprovechen las aplicaciones de servicios financieros, sin embargo, una vez que los reguladores aporten total claridad al sector, las cifras aumentarán potencialmente.
En general, las aplicaciones se están convirtiendo cada vez más en el canal preferido para manejar asuntos financieros, más allá de acciones sencillas como verificar extractos. Los usuarios pueden acceder a préstamos y realizar pagos de facturas de servicios públicos desde la comodidad de sus hogares.
En el futuro, el número de personas que utilicen y aprovechen las aplicaciones de servicios bancarios y financieros aumentará potencialmente. La entrada de nuevos jugadores de fintech junto con las instituciones financieras tradicionales, que ofrecerán nuevos servicios online, actuará como un factor crítico además de aumentar la penetración de los teléfonos inteligentes.