Criteria contrata a Oscar Niño de Zepeda para el cargo de director de estrategia en Chile

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Foto cedidaOscar Niño de Zepeda. ,,

Criteria ha anunciado la incorporación de Oscar Niño de Zepeda, quien ejercerá la posición director de Estrategia de Inversiones, para la oficina de Chile, según anunció la firma en un comunicado.

“Dentro de sus funciones, será responsable de la Unidad de Asesoramiento de Inversiones de dicha oficina, la cual tiene como objetivo proporcionar alternativas y propuestas que, con una visión global, consideren las características y necesidades propias de los inversores en Chile”, añadió la nota.

A su vez, en su rol de Miembro del Comité de Inversiones Global de Criteria, Oscar Niño de Zepeda trabajará en forma coordinada con Nicolás Max, director de Asset Management de la firma.

Niño de Zepeda, Ingeniero Comercial de la Universidad Adolfo Ibañez (Chile) y con un Master en Finanzas de la misma casa de estudios, cuenta con una vasta trayectoria en el mercado financiero internacional, donde destacan sus más de 10 años a cargo del Área de Asesoramiento de Inversiones (en Chile) para la propuesta de valor de Citi International Personal Banking.

Criteria, bajo un formato de Multi Family Office, tiene 17 años de trayectoria, presencia regional y un equipo de más de 100 personas. La firma mantiene acuerdos estratégicos con reconocidas instituciones a nivel mundial, como Bank of New York, Pershing, XP y UBS, entre otras.

El papel crucial de las infraestructuras cotizadas en la transición hacia las energías limpias

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Hay un ámbito en particular en el que las infraestructuras cotizadas se perfilan como una alternativa viable a sus equivalentes privadas: las energías limpias. 

Resulta evidente que las energías renovables y los sectores relacionados con la sostenibilidad serán un imán para la inversión en infraestructuras en los próximos años. Tanto los gobiernos como una cantidad cada vez mayor de grandes empresas multinacionales se han comprometido a alcanzar unos ambiciosos objetivos de reducción de carbono en la era postpandemia.

Para ello será necesario que billones de dólares de capital se redirijan hacia activos de energías limpias. El cambio ya estaba cobrando impulso antes de la crisis de salud pública. 

En el año anterior a la pandemia, el sector de las energías renovables supuso la mayor parte de la inversión en infraestructuras del sector privado. Solo en 2019 atrajo más de 40.000 millones de dólares de nuevo capital –lo que supone más del 40% de la cantidad total invertida en infraestructuras ese año. Esta cifra es superior al 20% registrado a principios de la década (1).

Pictet AM

Esto parece moderado en comparación con lo que podría ocurrir. Según la Agencia Internacional de Energías Renovables, para cumplir los objetivos climáticos las inversiones acumuladas en el sistema energético tendrán que aumentar un 16% con respecto a lo previsto actualmente, hasta los 110 billones de dólares, entre 2016 y 2050. 

Si esto ocurre, las oportunidades de inversión en el segmento de la electrificación y las infraestructuras –que incluye las redes eléctricas, las redes de recarga de vehículos eléctricos y las instalaciones de producción de hidrógeno o gas sintético–  podrían aumentar hasta los 26 billones de dólares en 2050. El panorama es similar en el segmento de las energías renovables. 

Infraestructuras públicas: cobrando protagonismo

También hay razones para creer que el mercado público podría atraer una parte importante de este capital.

El auge de las empresas creadas para adquirir otras empresas, conocidas generalmente como SPAC (special purpose acquisition company), es un avance crucial en este sentido.

Las SPAC empiezan sin activos y salen a bolsa para reunir capital con la intención de fusionar o adquirir objetivos. Ofrecen a las empresas una alternativa más rápida y eficaz para captar capital que una cotización tradicional.  

Según el bufete de abogados estadounidense Vinson & Elkins, el número de transacciones de “des-SPAC” anunciadas por empresas de energías limpias –es decir, el proceso, posterior a la OPI, de combinación de la SPAC y la empresa objetivo en una empresa operativa cotizada– marcó un récord en 2021, mientras que las OPI de las SPAC de transición energética han sido igualmente sólidas.

Entre los sectores que más interesan a las SPAC se encuentran los de vehículos eléctricos/combustibles alternativos, autonomía de vehículos y almacenamiento de baterías a escala de red (2).

El informe de V&E añade: “Con las necesidades de capital previstas para cumplir los objetivos de carbono y el gran interés de los inversores por estas inversiones, la actividad hasta la fecha puede ser un mero preludio de una actividad aún más intensa durante la próxima década”.

Se calcula que una SPAC de energías limpias promedio tiene un valor de empresa previsto –una medida del valor potencial de adquisición de una empresa– de 1.800 millones de dólares (3).

Las OPI tradicionales en el sector de las energías limpias también son fuertes en algunas regiones. En España, en parte como respuesta al plan de inversión para la recuperación ecológica de la UE, al menos cuatro empresas, incluida Repsol, están trabajando en posibles OPI de activos renovables este año.

Infraestructuras ecológicas para lograr un impacto

Mientras el mundo acelera sus esfuerzos por reducir las emisiones de carbono y utilizar los recursos de manera más eficiente, las empresas de infraestructuras cotizadas especializadas en energías limpias y soluciones sostenibles constituyen tanto un complemento como una alternativa a los activos privados.

Los títulos de infraestructuras cotizadas, especialmente en los sectores de energías limpias y sostenibles, también permiten a los inversores armonizar sus objetivos de rentabilidad de la inversión con sus objetivos medioambientales y sociales.

Estrategia Pictet Clean Energy: invertir en la transición energética

  • La estrategia Clean Energy  de Pictet AM es un complemento ideal para los inversores institucionales que buscan exposición a infraestructuras sostenibles. 
  • La estrategia invierte en empresas que favorecen y se benefician de la transición energética. Su objetivo es lograr el crecimiento del capital a largo plazo con la posibilidad de superar la rentabilidad de los principales índices de renta variable global a lo largo de los ciclos económicos.
  • La estrategia invierte en segmentos de energías limpias amplios y diversificados, no solo de energías renovables sino también de tecnologías, innovaciones e infraestructuras que fomentan la movilidad inteligente, los edificios de bajo consumo energético y la fabricación eficiente.
  • Los títulos de “utilities” e industrias componen al menos el 40% de la cartera.
  • Alrededor de un tercio de la cartera tiene exposición directa a activos e inversiones en infraestructuras, mientras que el resto tiene una exposición indirecta que también debería beneficiarse de los crecientes flujos de entrada en las infraestructuras ecológicas.
  • La cartera está expuesta casi al 100% al paquete de estímulo de 2 billones de dólares del presidente estadounidense Joe Biden.
  • Lanzada en 2007, la trayectoria de la estrategia Pictet Clean Energy es una de las más largas del sector. Los experimentados gestores de la estrategia Pictet Clean Energy forman parte de nuestro equipo pionero de renta variable temática, que gestiona alrededor de 53.000 millones de dólares en diversas estrategias.
  • Datos a 31/03/2021.

 

Tribuna de Xavier Chollet, gestor senior en el equipo de renta variable temática en Pictet Asset Management

 

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Anotaciones: 

(1) Fuente: Global Infrastructure Hub. Inversiones que combinan flujos de deuda (75%) y renta variable (25%).

(2) Fuente: Vinsons & Elkins, 13/01/2021

(3) Shayle Kann, director gerente de Energy Impact Partners, con sede en San Francisco, en un podcast de InterChange titulado “The Cleantech SPAC Attack”.

 

 

 

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ESG en la inversión en crédito: temáticas, factores y aplicación

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Adrienn Sarandi Janus
Adrienn Sarandi, directora de renta fija ESG en Janus Henderson Investors. Adrienn Sarandi, directora de renta fija ESG en Janus Henderson Investors

A medida que el enfoque en la inversión medioambiental, social y de gobierno corporativo (ESG por sus siglas en inglés) a nivel global continúa cobrando fuerza, Adrienn Sarandi, directora de renta fija ESG en Janus Henderson Investors, responde a algunas de las preguntas más frecuentes, incluido si el covid-19 ha alterado la evolución de la inversión ESG.

P. ¿Por qué la inversión ESG es una parte vital de la propuesta de valor en todas las carteras de crédito de Janus Henderson?

R. El equipo de crédito corporativo global de Janus Henderson trata de mejorar el valor para los clientes a través de la gestión activa, y los factores ESG son elementos clave de nuestro enfoque. Creemos que la excelencia en el análisis ESG y el engagement activo con las empresas en las que invertimos nos permitirán tomar decisiones de inversión mejor fundadas, reduciendo los riesgos y descubriendo oportunidades de “alfa ESG”.

En el centro de los factores ESG yace la sencilla idea de que las empresas tienen más probabilidades de tener éxito y generar excelentes rentabilidades si crean valor para todos sus grupos de interés —empleados, clientes y proveedores—, así como para la sociedad en general, incluido el medioambiente. Por consiguiente, el análisis ESG se centra en el servicio que las empresas prestan a los grupos de interés, la solidez de su “licencia social” para operar y cómo esto incide en sus resultados actuales y futuros. Por tanto, el análisis ESG es un ingrediente fundamental en nuestro análisis, que busca identificar las empresas con modelos de negocio “a prueba de futuro” y capaces de ofrecer flujos de caja sostenibles. Al mismo tiempo, nos ayuda a tratar de evitar a los emisores que no pueden o no quieren mitigar sus materiales riesgos ESG, lo que a la larga puede llevar a una performance por debajo de la del mercado o a un deterioro del capital. Creemos que la integración de los factores ESG en las decisiones de inversión puede mejorar el rendimiento.

En el pasado, los propietarios de activos y los gestores de inversión se centraban en el “por qué” debían integrar los factores ESG en sus procesos de inversión de forma más sistemática. La inversión ESG ha madurado considerablemente en los últimos tiempos y ahora el debate ha pasado a ser “cómo”. ¿Cuál es la mejor manera de aprovechar los conocimientos ESG para mejorar la rentabilidad ajustada al riesgo? ¿Cómo se pueden mejorar las normas de divulgación de información? ¿Cómo pueden medirse el rendimiento y los resultados en materia de ESG? En cuanto al “por qué”, creemos que la pregunta tiene una respuesta amplia y que no existen concesiones entre la rentabilidad y la integración de los factores ESG*. Creemos que la integración de los factores ESG en las decisiones de inversión puede mejorar el rendimiento. Ahora, las preguntas relevantes son “cómo”.

P. ¿Son los factores ESG una parte inseparable de la inversión crediticia?

R. Absolutamente. En nuestra opinión, un proceso que no integre adecuadamente los factores ESG, pierde algunas dimensiones importantes en la toma de decisiones de inversión. Los inversores en renta fija siempre se han centrado en los factores de gobierno corporativo, pero en los últimos años las consideraciones ESG más amplias se han convertido en un elemento más sistemático y formalizado del proceso de inversión. Por tanto, las consideraciones medioambientales y sociales compiten ahora en importancia. Muchos de los riesgos medioambientales y sociales también han ido aumentando y algunos ahora son prominentes en todos los sectores y regiones.

Más recientemente, se acordó que la década de 2020 fuera la década de la transición y la transformación desde una perspectiva E, S y G. Si bien la gran atención prestada al cambio climático perdió algo de impulso en 2020 debido a la pandemia, otras cuestiones “S” y “G” se han situado más en el foco, con empresas que se interesan más por el bienestar de sus empleados y la igualdad en el lugar de trabajo, así como por la gestión de la cadena de suministro. Las crisis también suelen sacar a la luz los problemas de gobierno corporativo y el covid-19 no es una excepción, ya que el año pasado se produjeron varios escándalos que hicieron que algunas empresas pagaran un alto precio. Por tanto, tenemos claro que si los inversores ignoran los factores ESG importantes es por su cuenta y riesgo.

P. La inversión ESG es un concepto amplio. ¿Cómo se aplica ESG?

R. ESG está integrada en todas las estrategias de crédito corporativo de Janus Henderson como elemento fundamental. Nuestro objetivo es identificar y evaluar los riesgos ESG más importantes de cada emisor en el que invertimos y utilizar ese conocimiento para mejorar la rentabilidad. En cuanto a la aplicación de la estrategia, es importante diferenciar entre las estrategias ESG “integradas” ―que aplican los principios de la inversión responsable― y las estrategias basadas en “valores” e “impacto”, que aplican los principios de la inversión socialmente responsable (ISR).

En nuestras estrategias ESG “integradas”, el objetivo principal de la perspectiva ESG es maximizar la rentabilidad ajustada al riesgo. Dado que no hay objetivos de rentabilidad ESG concretos dentro de estas estrategias, en la gran mayoría de los casos no tenemos exclusiones sectoriales generales. El enfoque ESG integrado examina los mercados de crédito de forma integral y pretende evaluar caso a caso cómo los factores relevantes pueden llevar a la mejora o el deterioro del crédito, así como el impacto resultante en los diferenciales de crédito y el costo de capital del emisor.

Para los clientes de nuestras estrategias basadas en “valores”, seguimos el mismo enfoque, pero añadiendo una selección negativa para eliminar los sectores/emisores controvertidos de acuerdo con las convicciones de los clientes. Y para aquellos clientes que quieren ir más allá con la inversión de “impacto” ―un enfoque que trata de ofrecer un impacto positivo cuantificable para la sociedad y el medioambiente, además de rentabilidades positivas―, actualmente estamos desarrollando capacidades que nos permiten diseñar soluciones a medida con resultados positivos cuantificables.

P. ¿Por qué incluyen algunos sectores “pecado” en sus estrategias que integran ESG en su enfoque de inversión?

R. Excluir algunos sectores controvertidos resulta lógico para los inversores éticos basados en valores. En las estrategias ESG “integradas”, no aplicamos exclusiones generales basadas únicamente en clasificaciones sectoriales, ya que no creemos que sea la mejor manera de aumentar la rentabilidad ajustada al riesgo.

Sin embargo, esto no significa que invirtamos en sectores y emisores cuestionados. Cuando abordamos áreas del mercado que tienen un perfil de riesgo ESG importante por naturaleza, vemos cada subsector y emisor por sus propios méritos e interactuamos activamente para entender mejor si se abordan los riesgos ESG y cómo. De acuerdo con este enfoque, evitamos invertir en empresas ―de cualquier sector― en las que la importancia del riesgo ESG y el deterioro de la evolución de dicho riesgo nos lleven a creer que podríamos ver un gran empeoramiento de la solidez crediticia o el deterioro del capital. Algunos ejemplos son las empresas con problemas estructurales (como algunas compañías mineras, en las que el riesgo de activos irrecuperables ―que ahora valen menos de lo esperado debido a la transición a una energía más limpia― es alto) o las que son negligentes en su comportamiento con los trabajadores, la seguridad de los clientes y las comunidades en las que operan, o las que tienen otros problemas de gobierno corporativo graves.

Por el contrario, pretendemos recompensar a aquellos emisores ―y beneficiarnos de ellos― que pueden no tener un perfil ESG muy fuerte, pero que están tomando medidas importantes para lograr mejoras. Esto depende de que los riesgos asociados no sean lo suficientemente importantes como para conllevar un riesgo grave de deterioro del capital. Por ejemplo, Volkswagen sufrió las consecuencias de su escándalo de las emisiones, pero el cambio en la dirección llevó a tomar medidas drásticas para redimirse y mejorar sustancialmente su perfil ESG. Otro ejemplo sería un emisor de un sector con altas emisiones, que tiene una estrategia creíble para la transición a una economía en carbono baja y puede demostrar sus progresos. Deseamos beneficiarnos de las mejoras de crédito impulsadas por los factores ESG, plasmadas en unos diferenciales más ajustados. En definitiva, creemos que la mejora de los perfiles ESG beneficiará a la sociedad y aumentará el potencial de ganancias de los bonistas.

P. ¿Cómo integran las consideraciones ESG en su análisis de crédito?

R. Nuestros analistas de crédito tratan de identificar los factores ESG más importantes para cada emisor en el que invertimos, para asegurarnos de que podemos entender y valorar los riesgos y, a continuación, tratar de detectar la mejora o el deterioro del crédito antes de que el mercado valore este cambio. Para ello, tenemos que realizar nuestro propio análisis ESG prospectivo, en lugar de recurrir a proveedores de datos ESG externos, que suelen basar sus puntuaciones en información retrospectiva. Creemos que no hay nadie más calificado para integrar los factores ESG más importantes en nuestras recomendaciones crediticias que nuestros analistas de crédito, que son expertos en sus sectores.

No tenemos analistas especializados en ESG en el equipo de investigación de crédito, ya que consideramos que el análisis ESG constituye una parte fundamental del análisis de crédito. Creemos que no hay nadie más calificado para integrar los factores ESG más importantes en nuestras recomendaciones crediticias que nuestros analistas de crédito, que son expertos en sus sectores. Para integrar verdaderamente los factores ESG, creemos que los analistas de crédito son los más indicados para incorporarlos a la investigación, en lugar de que un pequeño número de analistas ESG le den el ultimo retoque a la investigación y realicen el engaging en su nombre. Sin embargo, aprovechamos nuestros recursos especializados en ESG para que nos apoyen en el análisis y el engagement.

P. ¿Cuáles son los beneficios de tener calificaciones ESG propias y de utilizar proveedores de datos ESG externos?

R. Creemos que ambas cosas aportan valor, aunque de manera diferente. Aunque estamos suscritos a varios proveedores de datos ESG externos, creemos que es imperativo realizar nuestro propio análisis, por las razones señaladas anteriormente, y determinar una calificación ESG propia para cada emisor que tenemos.

La mayor diferencia entre los proveedores externos y nuestras propias calificaciones ESG es que nos enfocamos en lo que consideramos más importante para cada emisor. También ponemos un mayor énfasis en los factores prospectivos y en el rumbo, en lugar de limitarnos a los datos históricos retrospectivos. Además, somos conscientes de algunos sesgos inherentes a las calificaciones ESG externas, dado que las grandes empresas de ciertas regiones tienden a proporcionar mejor información y a obtener una puntuación más alta. Aunque admitimos que hay problemas de datos, cuando si hacemos uso extensivo de proveedores de datos externos es en relación con el cambio climático. Utilizamos varias fuentes de datos climáticos para fundamentar nuestras evaluaciones y medir y gestionar los riesgos del cambio climático en nuestras carteras.

P. ¿Cuáles son los mayores retos actuales de la inversión ESG?

R. Los mayores retos siguen siendo la falta de estandarización en la divulgación de información, así como la profundidad y la calidad de la información que necesitamos para tener una mejor visibilidad de cómo se gestionan las empresas, especialmente en lo que se refiere a algunos parámetros “S” más difíciles de cuantificar. Por eso creemos que el engagement de las empresas es tan importante. Tanto si se trata de alentar a las empresas a mejorar su información sobre las emisiones de carbono como de intentar entender mejor sus políticas sobre la gestión de la cadena de suministro, la diversidad o la inclusión financiera, es necesario mantener un diálogo proactivo con las empresas hasta que dispongamos de parámetros más estandarizados y mejores informes de las empresas. Esto es importante, porque alentar a las empresas a mejorar en estas áreas debería, a la larga, contribuir a promover una sostenibilidad corporativa más fuerte y mejorar la rentabilidad de las inversiones. Es necesario mantener un diálogo proactivo con las empresas hasta que dispongamos de parámetros más estandarizados y una mejor información por parte de ellas.

Por ello, defendemos firmemente el engagement activo y de la colaboración de todo el sector con nuestros homólogos, para ayudar a dirigir la mejora y avanzar en la divulgación de información por parte de las empresas. Nuestros esfuerzos en este ámbito incluyen la ayuda a la elaboración de cuestionarios para tratar de estandarizar la información mínima de los emisores. Reconocemos que están inundados de preguntas de los inversores y no siempre están seguros de lo que deberían divulgar. También participamos en grupos de trabajo y eventos que reúnen a emisores, gestores de activos y agencias de calificación crediticia, además de ser partidarios del Grupo de Trabajo sobre Información Financiera relacionada con el Clima (TCFD, por sus siglas en inglés) y colaborar activamente con los emisores para que cumplan con las recomendaciones del TCFD. Además, somos miembros de la SASB Alliance, que ayuda a empresas de todo el mundo a identificar, gestionar e informar sobre los temas de sustentabilidad más relevantes para los inversores.

P. ¿Por qué creen que la mejor manera de aplicar los factores ESG es mediante una estrategia activa en lugar de pasiva?

R. En nuestra opinión, se trata de extraer el máximo beneficio de la detección e impulso del cambio. El análisis ESG consiste, al fin y al cabo, en acertar con los cambios. Como gestores activos, nuestro objetivo es ser proactivos y detectar las tendencias de mejora en la economía, los sectores y los emisores de bonos que pueden mejorar la rentabilidad y evitar igualmente el deterioro que podría perjudicarla. Creemos que el acceso a esta mayor serie de instrumentos que puede ofrecer la gestión activa para contribuir a reducir los riesgos, alentar el cambio a través de un engagement proactivo con las empresas, y buscar una mayor rentabilidad ajustada al riesgo tiene claras ventajas.

P. ¿Cree que la importancia de los factores ESG seguirá creciendo?

R. Indudablemente. Creemos que el año pasado se demostró que el análisis ESG no es solo un lujo de un ciclo de mercado alcista, sino una necesidad del ciclo de mercado bajista, y su importancia será cada vez mayor. En el pasado, los factores ESG se integraban sobre todo en función de la demanda de los clientes. Sin embargo, las normativas recientemente aprobadas y las que están por venir, sobre todo en Europa, exigirán que los factores ESG se integren de forma sistemática en la gestión de las inversiones. Este impulso parece que irá a todo el mundo a medida que los gobiernos, las autoridades políticas y los reguladores presionen para que haya avances significativos en la lucha contra el cambio climático y las cuestiones sociales. De hecho, la crisis del covid-19 nos ha mostrado cómo es una emergencia sistémica global y refuerza la importancia de acelerar la lucha contra otras amenazas de importancia mundial, como el calentamiento global, la pérdida de biodiversidad y las desigualdades, al tiempo que se crea una economía global más verde, resistente e inclusiva en interés de todos, incluidos los inversores y propietarios de activos. Creemos que el año pasado se demostró que el análisis ESG no es solo un lujo de un ciclo de mercado alcista, sino una necesidad del ciclo de mercado bajista, y su importancia será cada vez mayor.

En lo que respecta al cambio climático, existe una necesidad urgente de reasignar el capital para acelerar la transición a una economía circular y con bajas emisiones de carbono, si queremos limitar el calentamiento global muy por debajo de dos grados. Habrá que canalizar más inversiones del sector público y privado hacia las energías limpias y las nuevas tecnologías, además de ayudar a los sectores con altas emisiones y “difíciles de reducir”, fundamentales para el crecimiento económico, a descarbonizarse y cumplir con el Acuerdo de París. Como sector de la gestión de activos, nosotros les ofreceremos a nuestros clientes una variedad de opciones y soluciones de inversión que se ajusten a sus valores y los ayuden a lograr sus objetivos financieros y de ESG. Esperamos ver más estrategias innovadoras, bien diseñadas y orientadas a fines concretos para abordar problemas reales y alcanzar resultados reales. Por ejemplo, creemos que la financiación de la transición va a desempeñar un papel importante y los recientes avances en torno a los instrumentos vinculados a la sostenibilidad han sido bien recibidos por el mercado. Crece la demanda de empresas que sean capaces de realizar la transición a un mundo más sustentable y estas deberían ofrecer una mejor rentabilidad ajustada al riesgo a largo plazo.

Creemos que un buen análisis ESG será clave para identificar y apoyar a las empresas que impulsan el cambio y se benefician de él y, al mismo tiempo, nos permite ofrecer una rentabilidad ajustada al riesgo excelente y constante para los clientes a los que nos debemos.

 

Las referencias a títulos específicos no constituyen ni forman parte de oferta o petición algunas para la emisión, venta, suscripción o compra de los valores.

* Referencias

 

Barclays – The case for sustainable bond investing strengthens. En un estudio de investigación ampliado, Barclays encuentra más pruebas del efecto positivo de la inversión responsable en las carteras de crédito de diferentes regiones y sectores.

Morgan Stanley: Sustainable Reality – Analyzing Risk and Returns of Sustainable Funds Can you invest sustainably without sacrificing financial returns? Esta investigación realizada sobre el rendimiento de casi 11.000 fondos de inversión entre 2004 y 2018 muestra que no hay concesiones en cuanto a rentabilidad de los fondos sostenibles comparado con los fondos tradicionales, y que los primeros presentan un menor riesgo de caídas.

Morningstar, Sustainable Investing Research Suggests No Performance Penalty: Un informe elaborado por Morningstar en 2016 examinó la literatura académica y realizó un análisis, llegando a la conclusión de que la inversión sostenible no tiene un efecto negativo en la rentabilidad de las inversiones. Se constató que el enfoque en los factores ESG específicos de las empresas daba lugar a una mejor rentabilidad ajustada al riesgo a nivel de cartera que un enfoque de selección excluyente.

MSCI, Foundations of ESG Investing: Documento de MSCI de noviembre de 2017 que trató de demostrar la causalidad mediante el análisis de tres canales de transmisión de ESG diferentes: las buenas empresas en materia ESG 1) logran un mayor flujo de caja; 2) gestionan mejor el riesgo específico de la empresa; y 3) están menos expuestas a factores de riesgo sistémico. El documento encontró una relación positiva para los tres canales. MSCI, Foundations of ESG Investing – Part 1: How ESG Affects Equity Valuation, Risk and Performance

HSBC, ESG Playbook: En Generating alpha across 19 sectors (octubre de 2018), el equipo de estrategia reponderó los componentes de la puntuación ESG de Refinitiv en función de los temas que los analistas del sector consideraban más importantes. El informe concluyó que esto aumentaba la rentabilidad de la cartera al mejorar las puntuaciones ESG. Ioannis Ioannou y George Serafeim, 2019: Estudio realizado en 2019 centrado en si las prácticas de sostenibilidad convergen a lo largo del tiempo y, por tanto, si pueden ser una fuente de ventaja competitiva a largo plazo. Se basa en las calificaciones MSCI ESG de 3802 empresas en el periodo 2012-2017.

Harvard, Corporate Sustainability: First Evidence on Materiality: Este estudio reconoce que la bibliografía previa es dispar, pero concluye que si se diferencia entre lo que es material para cada sector (según el mapa de materialidad de la SASB), los datos de sostenibilidad son significativos para la rentabilidad a largo plazo. El documento utiliza los datos de MSCI KLD para EE. UU., que cuenta con 650 empresas en el periodo 1991-2000 y 3000 empresas en el periodo 2003-2012. El documento concluye que, si se construyen carteras ponderadas en función de los aspectos materiales de la sostenibilidad, se puede obtener una rentabilidad superior de entre el 3 % y el 8 % anual, mientras que la ponderación de los aspectos inmateriales de la sostenibilidad hace que las carteras tengan una rentabilidad inferior. Khan, Mozaffar N., George Serafeim y Aaron Yoon, Sostenibilidad corporativa: First Evidence on Materiality, Documento de trabajo de la Harvard Business School, n.º 15-073, marzo de 2015.

Gunnar Friede et al, 2015: metaestudio sobre más de 2000 estudios empíricos acerca de la relación entre los factores ESG y los resultados financieros de las empresas. Por lo tanto, va más allá de las puntuaciones ESG y se centra en estudios más amplios. Llegó a la conclusión de que el 90 % de los estudios no detectaban una relación negativa entre los ESG y los resultados financieros. Gunnar Friede, Timo Busch y Alexander Bassen, ESG and financial performance: aggregated evidence from more than 2000 empirical studies, Journal of Sustainable Finance & Investment, 15 de diciembre de 2015.

 

Otra documentación

Deutsche Asset & Wealth Management Investment, Fráncfort, School of Business, Economics and Social Science, Universidad de Hamburgo: ESG and financial performance: aggregated evidence from more than 2000 empirical studies.

Nagy, Z., A. Kassam y L. Lee. 2016. Can ESG Add Alpha? An Analysis of ESG Tilt and Momentum Strategies. The Journal of Investing 25 (2): 113–124.

Desclee, A., L. Dynkin, A. Maitra y S. Polbennikov. 2015. ESG Ratings and Performance of Corporate Bonds. Documento estratégico de Barclays Quantitative Portfolio Strategy.

El Ghoul, S., O. Guedhami, C. Kwok y R. Mishra. 2011. Does Corporate Social Responsibility Affect the Cost of Capital? Journal of Banking and Finance 35 (9): 2388–2406.

Fulton, M., B. Kahn y C. Sharples. 2012. Sustainable Investing: Establishing Long-Term Value and Performance. Deutsche Bank Climate Change Advisors.

Melas, D., Z. Nagy y P. Kulkarni. 2016. Factor Investing and ESG Integration. MSCI Research Insight.

 

Glosario de términos

Alfa: diferencia entre la rentabilidad de una cartera y la rentabilidad de su índice de referencia, tras tener en cuenta el nivel de riesgo asumido. Una alfa positiva indica que una cartera ha generado una rentabilidad superior dado el riesgo asumido.

Ciclo bajista de mercado: mercado financiero en el que los precios de los valores bajan. Una definición generalmente aceptada es una caída del 20 % o más de un índice durante un periodo mínimo de dos meses. Lo contrario de un ciclo alcista de mercado.

Ciclo alcista de mercado: mercado financiero en el que los precios de los valores suben, especialmente durante un largo periodo. Lo contrario de un ciclo bajista de mercado.

Financiación de la transición: apoyo financiero a las empresas con altas emisiones de carbono para adoptar cambios con el fin de reducir su impacto climático global.

 

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La campaña de inmunización vs el clímax comprador

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Pixabay CC0 Public Domain. La campaña de inmunización vs el clímax comprador

En los países en los que la difusión de la vacuna ha sido rápida (como el Reino Unido, donde más del 60% de la población ha recibido al menos una dosis), los casos del COVID-19 están disminuyendo considerablemente, permitiendo a los gobiernos retirar restricciones.

Estados Unidos comienza esta semana a inocular a niños entre 12 y 15 años y debería alcanzar la inmunidad a finales de junio. Mientras estados como Florida, Texas, Ohio o Nueva York han vuelto a la normalidad social, Europa, Asia y Canadá van algo rezagados. A pesar de ello, respetando el ritmo actual de vacunación, Canadá debería conquistar ese mismo hito en septiembre; Alemania, en octubre y Francia, en noviembre. La situación en las economías emergentes (especialmente India y algunos países de América Latina como Brasil) es más compleja y, con el objetivo de hacer disponibles más dosis, cobra fuerza la hipótesis de eliminar los derechos sobre la propiedad intelectual que Pfizer, Moderna y otros laboratorios tienen sobre sus tratamientos para el COVID y así facilitar la accesibilidad al tratamiento.

EE.UU. viene liderando la recuperación y se encuentra a menos de un 1% de alcanzar el volumen en demanda agregada pre-COVID (PIB 4Q 2019), mientras que Europa se encuentra aún a un 5% de esa cota. El dinamismo en el mercado laboral estadounidense anticipa un regreso a pleno empleo en los próximos 12–18 meses, y los cuellos de botella en el lado de la oferta (madera, autos, semis) complican a las empresas satisfacer a corto plazo el aumento en consumo construido sobre demanda diferida y exceso de ahorro.

Muestra de ello es la sorpresa en IPC e IPC subyacente, que en abril han registrado incrementos de 0,8% y 0,9% y que anticipan una lectura para el índice PCE -el preferido por la Fed- que seguramente romperá al alza el 2,5% cuando se dé a conocer el próximo 28 de mayo; la magnitud del ajuste en los precios es significativa en términos estadísticos al tratarse de un evento de más de cinco desviaciones típicas sobre la media de los últimos 40 años. La mayoría de los componentes del índice registraron ganancias, siendo las más relevantes las aportadas por coches y camiones de segunda mano (10%), hoteles (7,6%), billetes de avión y pólizas de seguro para coches.

Y aunque la política monetaria y fiscal sigue siendo muy laxa, esta normalización económica empujará a bancos centrales y gobiernos a retirar estímulos de carácter extraordinario. El repunte en inflación –en línea con nuestra columna la semana pasada- forzará en la reunión de junio el debate en torno al tapering. La temporalidad del tensionamiento en precios es de momento una incógnita, pero lo más probable es que el IPC se sostenga por encima del 2% durante algunos meses; aunque la reapertura liberará recursos moderando la escalada en el coste de servicios de ocio y viajes, el componente con mayor ponderación en la cesta (owners equivalent rent) compensará el impacto en virtud de hipotecas más onerosas que se trasladarán al precio de alquiler. Si bien es cierto que el efecto base perderá influencia de aquí en adelante al comparar con un índice al alza, la tasa anualizada (3 meses, 6 meses y 12 meses) de inflación subyacente demuestra que este no ha sido el único factor detrás del encarecimiento en el coste de la vida. En el caso de que las expectativas de inflación se mantengan estables, Jay Powell no debería endurecer su política monetaria; pero se trata de un riesgo que merece la pena seguir muy de cerca.

Fig.

En cualquier caso, este fuerte crecimiento, primero en EE.UU. y posteriormente en el resto de las grandes economías, se ralentizará hasta alcanzar niveles acordes con la tendencia de aumento en población activa y las mejoras en la productividad a partir de la segunda mitad del año. Este proceso tomará tiempo; la fortaleza del consumidor (beneficiado por menos restricciones sociales), y un repunte de las inversiones (necesario para hacer acopio de inventarios) convierte en muy improbable que la producción inicie una contracción en los próximos 12 o 18 meses.

El sentimiento de optimismo hacia la renta variable está en niveles récord. El entusiasmo trae consigo complacencia; adicionalmente, las valoraciones –tanto en el mercado de crédito como en el de acciones- comienzan a ser exigentes.

El repunte en las tasas largas hasta el 1,7% y los márgenes operativos amenazados por mayores costes dificultan, por lo tanto, los avances en el índice de acciones, que tiene también en su contra factores de carácter estacional y técnico. Este lunes el S&P 500 registró un clímax comprador (número de acciones que marcan máximos de cotización de 52 semanas para, en la misma sesión, acabar cerrando por debajo de donde lo hicieron el día anterior), que advierte del agotamiento en la tendencia alcista a corto plazo, y que en este caso coincide además con un optimismo -medido por la encuesta de la Asociación Americana de Inversores Individuales- que no se respiraba desde la firma del Tax Cuts and Jobs Act de Trump, en noviembre de 2017.

Fig 2

 Fig. 3

Desde 2010, en todas las ocasiones en que 95 componentes (o más) del índice han confirmado un clímax comprador, el S&P ha cerrado con pérdidas el mes siguiente, para volver a la senda de las ganancias una vez se produce la toma de beneficios.

 Es poco probable que la bolsa y la economía sorprendan tanto al alza en los próximos 12 meses como lo han hecho desde marzo de 2020. Este hecho significa que el excelente rendimiento de la renta variable respecto a la renta fija deberá moderarse, como así apunta la estructura fractal del ratio MSCI ACWI/TBond 30 años. No obstante, la prima de riesgo en el mercado de acciones (3,4% para EE.UU.) se eleva por encima de la rentabilidad a vencimiento de los bonos de alta calidad y, por lo tanto, la bolsa continuará siendo de momento el activo preferido de los inversores.

Fig. 4

Andbank propone a Carlos Aso como consejero delegado del Grupo en sustitución de Ricard Tubau

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Foto cedidaCarlos Aso, CEO de de Andbank España entre 2015 y 2020. . Andbank propone a Carlos Aso CEO del Grupo en sustitución de Ricard Tubau

La Comisión Ejecutiva de Andbank ha propuesto a Carlos Aso como nuevo consejero delegado del grupo. Aso, quien desde 2015 a 2020 ha desempeñado el cargo de Consejero Delegado de Andbank España, releva a Ricard Tubau, que cerrará una etapa de 13 años liderando la entidad, aunque seguirá ligado a Andbank como miembro del Consejo de Administración.

Como nuevo CEO del Grupo Andbank, Carlos Aso liderará una entidad de banca privada global, presente en 12 países con un equipo de más de 1.000 profesionales y 27.600 millones de euros de activos bajo gestión a cierre de abril 2021. Además, seguirá ligado de forma estrecha al negocio de España, formando parte del Consejo de Administración de Andbank España y marcando la estrategia de crecimiento tanto de Andbank España como de MyInvestor. Bajo el liderazgo de Carlos Aso, Andbank España ha duplicado su tamaño en seis años y MyInvestor, en solo tres años, se ha situado como la 1ª fintech de España por volumen de negocio.

Además, sucede a Ricard Tubau, que se incorporó al grupo como Director General Adjunto 2008 procedente de The Boston Consulting Group, firma en la que ocupó el cargo de Partner and Managing Director. 

Carlos Aso, Ingeniero Superior en Informática, se incorporó a Andbank procedente de Deloitte y The Boston Consulting Group en 2009 como subdirector general del Grupo y responsable de desarrollo de negocio. A lo largo de esta etapa, la gestora destaca, entre otros hitos, “su liderazgo en la operación de adquisición y escisión de la rama del negocio de banca privada de Inversis Banco”. En 2015, fue nombrado Consejero Delegado en Andbank España, posición desde la que ha impulsado el crecimiento del banco tanto de forma orgánica como inorgánica, posicionándolo como una de las entidades de banca privada de mayor relevancia en el mercado español y la 8ª en el ranking de banca privada. 

En los últimos tres años, la entidad, que en España cuenta con un volumen de negocio de 15.250 millones de euros, ha llevado a cabo varias operaciones corporativas, entre las que destacan la adquisición de Merchbanc en 2018, la integración del negocio de Esfera Gestión en 2020, la adquisición del banco privado Degroof Petercam Spain en 2021 y la creación del neobanco premium MyInvestor, primera fintech española por volumen de negocio.

2,25 billones de dólares para reconfigurar Estados Unidos

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Pixabay CC0 Public DomainJan Huber. Jan Huber

A finales de marzo, el presidente Biden anunció un ambicioso plan de inversión que ahora debe negociarse en el Congreso. Según indica Florent Delorme, especialista macroeconómico en M&G Investments, con 2,25 billones de dólares a invertirse en un periodo de 8 años, se trata más bien de un plan de infraestructura, bautizado como “el Plan de Empleo Estadounidense” (1). Concebido en el contexto de la intensa rivalidad estratégica con China, tiene un importante componente industrial, pero (en línea con el programa de Joe Biden) también incluye un componente social significativo.

El programa de inversión anunciado el 31 de marzo se compone de cuatro áreas principales de gasto. La primera, por un importe de 620.000 millones de dólares, concierne al transporte. No cabe duda de que gira en torno a la renovación la infraestructura estadounidense tras años de inversión insuficiente (carreteras, puentes y transporte público), pero también contempla el desarrollo del vehículo eléctrico, por ejemplo con una red de estaciones de carga en todo el país. La segunda área del plan se centra en la mejora de los espacios habitados (agua, internet de banda ancha, energías renovables, eficiencia energética, etc.) por un importe total de 650.000 millones de dólares. El tercer presupuesto, de 580.000 millones, está dirigido a la industria estadounidense y abarca áreas como semiconductores, investigación, transición energética, formación, etc. Por último, la cuarta área de gasto consiste en 400.000 millones de dólares destinados a la tercera edad y a los colectivos más vulnerables (vivienda, hospitales, escuelas, guarderías, etc.).

La financiación procederá principalmente de un aumento del impuesto de sociedades (del 21% al 28%) y de la subida del impuesto mínimo sobre beneficios generados en el extranjero (del 13% al 21%). Esta subida impositiva no gusta al partido republicano, que ha prometido luchar duramente en el Congreso a este respecto.

¿Qué conclusiones se pueden sacar estos anuncios de la administración Biden, más allá de la importancia dada a la infraestructura y a la transición energética? En primer lugar, con un plan de gasto tras otro, se ha confirmado el retorno del “gran gobierno”. Ahora mismo, los mercados no se muestran muy preocupados sobre este aumento del gasto público, pero llegará un momento en que podría cambiar su perspectiva sobre esta cuestión.

En segundo lugar, no hay que olvidar que este plan se ha diseñado en parte para abordar las ambiciones de China. El discurso de Biden confirmó esta obsesión estadounidense con la perspectiva de que el “Reino del Medio” acabe convirtiéndose en la mayor economía del mundo, y el aspecto industrial del plan se propone retomar la ventaja sobre la dinámica china. El proteccionismo también es muy pronunciado desde que el presidente norteamericano especificara que los contratos deberían ir a “compañías estadounidenses con trabajadores estadounidenses” (2).

La tercera idea a recordar es la importancia del aspecto social. De hecho, Biden continúa la tradición del “New Deal” del presidente Roosevelt y desea pasar a la historia como el presidente que dio nueva forma a la sociedad estadounidense reduciendo la desigualdad. Por último, la cuarta conclusión a destacar es la ausencia de creatividad fiscal en torno al carbono: mientras que Europa financiará su plan de recuperación mediante un impuesto sobre las emisiones, Estados Unidos utilizará una herramienta fiscal más tradicional.

La batalla se librará en el Congreso, y no está claro a qué conducirán exactamente las próximas negociaciones, sobre todo si se tiene en cuenta que el número de senadores a reunirse no es igual para cada medida. La popularidad de Joe Biden podría ayudarle: a 7 de abril, las encuestas le daban una media de opiniones favorables del 53,1% (3).

 

Anotaciones: 

(1) Biden Announces Infrastructure Plan – Bloomberg Business, 31 de marzo de 2021.

(2) Contracts will go to companies with “American products all the way down the line and American workers”. (Bloomberg, 31 de marzo de 2021

(3) How Popular Is Joe Biden? | FiveThirtyEight

 

Si desea, puede obtener mayor información en este enlace: M&G Investments

 

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El espacio exterior se cuela en la inversión temática al calor de los viajes espaciales

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Pixabay CC0 Public Domain. El espacio exterior se cuela en la inversión temática al calor de los viajes espaciales

A principios de esta semana, la NASA autorizó el uso de la Estación Espacial para vuelos privados. En concreto, la agencia espacial y la compañía Axiom firmaron un acuerdo para que se realice una primera misión privada con astronauta antes de enero de 2022, de tal forma que los astronautas pasarán ocho días a bordo del laboratorio de la estación. 

Este anuncio y el éxito del último lanzamiento del prototipo Starship de SpaceX, tras varios intentos fallidos que han traído de cabeza a Elon Musk, son solo dos ejemplos de todo el universo de inversión -nunca mejor dicho- que se abre para los inversores. Según calcula Bank of America Merrill Lynch en uno de sus últimos informes, el mercado del espacio va a crecer desde los 339.000 millones de dólares de 2016 hasta los 2,7 billones en 2045. Gran parte de este crecimiento también se apoya en el valor mundial de las inversiones en programas espaciales que se situó en 17.000 millones de dólares, en 2020.

Las conclusiones del documento también señalan que es un ámbito complejo de desarrollo, ya que requiere grandes inversiones y está sujeto a imprevistos, como los fracasos en el proyectos de las compañías o los continuos retrasos. Eso sí, la entidad reconoce que es una filosofía de inversión que encaja perfectamente con la visión a largo plazo y con un enfoque de megatendencias. Para canalizar estas oportunidades, la forma en que las gestoras están abordando estas oportunidades es clara: la inversión temática. 

El enfoque temático para enmarcar la inversión de temas relacionados con el espacio es diverso, ya que las gestoras lo abordan, principalmente, desde la innovación en la movilidad (más relacionado con los viajes espaciales), desde el desarrollo energético (orientado a las múltiples aplicaciones que tienen las nuevas formas más sostenibles de generar energía), desde la tecnología de la información y las comunicaciones (principalmente el apoyo a compañías que desarrollan satélites) o desde la industria de defensa. 

En este sentido, los ejemplos de productos que encontramos dentro de la industrias no son mayoritarios, pero sí existe una oferta que podemos identificar. Por ejemplo, ARK Invest, la firma de inversión liderada por Cathie Wood, anunció hace dos meses el lanzamiento de un ETF para abordar la innovación y exploración espacial invirtiendo en empresas que se benefician de esta temática de forma indirecta. En concreto, explicaban que el ETF estaría expuesto a todas las industrias y sectores relacionadas con la exploración espacial, las tecnologías para la actividad aeroespacial, evolución tecnológica en la agricultura, sistemas de posicionamiento global vía GPS, entre otros cimientos importantes. En concreto, el fondo invertirá en cuatro tipos de empresas: firmas aeroespaciales orbitales, solo compañías aeroespaciales, empresas de tecnologías habilitadoras y, finalmente, aquellas que se beneficien de toda esta actividad aeroespacial. 

Un ejemplo dentro de la temática de la movilidad es el fondo BNY Mellon Mobility Innovation Fund, de Mellon (gestora que forma parte de BNY Mellon IM), cuyo objetivo es «conseguir la revalorización del capital a largo plazo, obteniendo exposición principalmente a empresas radicadas en todo el mundo dedicadas a la innovación en el transporte y tecnologías relacionadas». Según explica George Saffaye, gestor del BNY Mellon Mobility Innovation Fund“estamos en los albores de una nueva era espacial”. Según Spaceflight Now, el año pasado, y a pesar de la pandemia, se intentaron 114 lanzamientos, igualando al 2018 como el año con mayor número de lanzamientos desde 1990, cuando los abultados presupuestos militares de la Guerra Fría financiaban la puesta en órbita de numerosas misiones espaciales. 

La economía del espacio ha crecido a un ritmo del 6%-8% en la última década y prevemos que continúe creciendo a esa velocidad, o incluso más, en el próximo decenio gracias a unos costes de lanzamiento cada vez más bajos, sobre todo ahora que nos acercamos a la comercialización del espacio, que potenciará la participación de las empresas públicas y privadas. El aumento de la demanda incentivará que los fabricantes de cohetes reutilizables continúen mejorando sus productos, lo que redundará en menores costes. Con el tiempo, este abaratamiento del acceso al espacio fomentará que surjan otros negocios. De hecho, según algunas estimaciones, los ingresos del sector espacial mundial podrían superar el billón de dólares en 2040, frente a los 350.000 millones actuales”, explican Saffaye. 

Según sus estimaciones de Mellon, en los próximos años, “las inversiones no se limitarán a la defensa nacional y a proporcionar internet por satélite en aquellas regiones sin acceso a las redes tradicionales”. De hecho, la gestora apunta tres campos: lanzamientos, turismo y vuelos hipersónicos.

En una de las temáticas donde con más frecuencia se tocan temas relacionados con el espacio es en los fondos sobre defensa. En este sentido, encontramos el fondo Invesco Aerospace&Defense ETF, lanzado en octubre de 2005 y basado en el SPADE™ Defense Index (Index). Este vehículo de inversión invierte, al menos, el 90% en las compañías que componen el índice, diseñado para identificar las empresas que participan en el desarrollo, la fabricación, las operaciones y el apoyo de las operaciones de defensa, seguridad nacional y aeroespacial de Estados Unidos. Por ahora, la gran mayoría de estos fondos de inversión son estadounidenses, como por ejemplo, además de los ya citados, iShares U.S. Aerospace & Defense ETF, de Blackrock; o SPDR S&P Aerospace & Defense ETF. 

Algunos gestores reconocen que todavía el universo de inversión vinculado con los temas espaciales es muy «estrecho», por eso la principal tendencia es aplicar un enfoque amplio sobre todas las industrias y sectores que rodean esta actividad, como claramente ocurre con las temáticas de defensa, tecnológica o energética.  Sobre este último tema, también destaca el caso del hidrógeno que, no solo puede jugar un papel clave en la transición energética, sino también en la nueva carrera espacial

Visión de futuro

En opinión de Saffaye, la creciente adopción de la tecnología incrementa la dependencia de los satélites artificiales, que se usan en actividades como agricultura, acceso a internet, cadenas de suministro, control medioambiental y muchas más. “El menor coste de los satélites, así como unos costes de lanzamiento cada vez más bajos, han llevado a un número creciente de empresas a plantearse desarrollar sus propias redes y constelaciones de satélites. Mientras que en los últimos diez años se han lanzado unos 2.400 satélites, se estima que en los próximos diez podrían llegar a lanzarse 38.000. Pero el lanzamiento y el mantenimiento de satélites y de sus redes solo es una parte de la historia, ya que esperamos que surjan cada vez más oportunidades en el pujante ecosistema de las actividades de soporte, que abarca desde el suministro de equipos y materiales hasta servicios de datos y análisis basados en el espacio”, explica. 

Para el gestor de Mellon, el turismo espacial ofrece oportunidades increíbles, bien sean viajes orbitales, suborbitales o lunares: “Hasta la fecha, solo Rusia ha ofrecido viajes turísticos orbitales a la ISS por un coste de entre 20 a 25 millones de dólares, pero dejó de hacerlo en 2010 debido al aumento de la tripulación de la ISS y la necesidad de equipos de expedición más numerosos. En la actualidad, hay varias empresas centradas en los viajes suborbitales. Algunas ya tienen bastante avanzados sus planes para este servicio, que podría costar más de 200.000 dólares por pasajero y que tiene una lista de espera de un año desde que se lance el primer vuelo”. 

El desarrollo del turismo espacial también conlleva un mayor desarrollo de aeronaves capaces de realizar vuelos suborbitales de forma regular podría resucitar el uso de los vuelos hipersónicos con fines comerciales. Según explica  Saffaye, aunque este tipo de vuelos acabaron con la retirada del Concorde, “se ha avanzado mucho tanto en el diseño como en la construcción y se han resuelto algunos de los principales problemas que presentaba esta tecnología, como las explosiones sónicas que sacudían los puntos de despegue y aterrizaje. Así, los vuelos hipersónicos podrían transformar los viajes, al reducir drásticamente los tiempos de vuelo y mejorar sustancialmente el tiempo de uso”.

Los viajes espaciales o incluso el turismo espacial son un primer paso, pero algunos inversores ya tienen en mente la posibilidad de vivir en otros planetas o satélites. En opinión del equipo de Portocolom AV, vemos proyectos de innovación orientados a crear colonias humanas en Marte o en la Luna vivirán en entornos completamente autosuficientes y autosostenibles.

“En eso lleva trabajando desde 1995 un equipo internacional de científicos del proyecto MELiSSA (acrónimo en inglés de Sistema de Soporte Vital Micro-Ecológico Alternativo), coordinados por la Agencia Espacial Europea. La planta piloto se ubica en Barcelona y sus experimentos están demostrando cómo reutilizar los residuos para producir oxígeno, agua y alimentos, eso significa desarrollar una tecnología que regenere el agua para beber, la atmósfera para respirar –recuperar el CO2 y volver a generar oxígeno–, produzca material comestible y trate todos los residuos. Por ejemplo, un reactor es un fotobiorreactor con microalgas, que consume el CO2 que procedería de los astronautas y lo elimina, además, gracias a la fotosíntesis de las microalgas, estas generan oxígeno, que sirve como fuente para respirar, y las microalgas también son comestibles. Los investigadores han conseguido incluso generar agua de buena calidad. La tecnología que se está desarrollando también podría servir para la Tierra. De hecho, algunos de sus resultados como los sensores de biomasa ya están siendo aprovechados por el sector vitivinícola y también los sistemas de purificación de agua. Se puede plantear diseñar y construir edificios sostenibles que sigan esta misma filosofía circular”, explican desde Portocolom AV.

Lazard AM amplía su gama de bonos convertibles con un fondo global de investment grade

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Pixabay CC0 Public Domain. bitcoin

Lazard Asset Management ha anunciado el lanzamiento del fondo Lazard Global Convertible Investment Grade Bond. Según explica la gestora, está diseñado para «proporcionar una revalorización del capital a largo plazo invirtiendo en valores convertibles con exposición global con categoría investment grade». 

La estrategia consiste, principalmente, bonos convertibles globales investment grade que mantendrá entre 40 y 65 valores con el objetivo de superar el índice Refinitiv Global Focus Investment Grade Convertible, en un horizonte renovable de cinco años. Los criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés) están integrados a través del enfoque de inversión del fondo y del análisis que se hace de los emisores de bonos, a los que se les asigna una puntuación. 

La gestora apunta que este lanzamiento supone  la quinta estrategia de bonos convertibles a largo plazo de la gestora. El fondo acaba de ser registrado en la CNMV para su distribución en España, pero también está disponible en Reino Unido, Alemania, Irlanda y Austria.

«En un entorno de distorsiones a largo plazo, los bonos convertibles representan una estrategia atractiva para los inversores que desean obtener rentabilidad, permitiéndoles beneficiarse de las subidas del mercado de renta variable, al tiempo que conservan la seguridad de los bonos», ha destacado Arnaud Brillois, Managing Director y gestor de la cartera de bonos convertibles globales de Lazard AM. 

En este sentido, Brillois añade que «este nuevo fondo global de bonos convertibles con grado de inversión adoptará nuestro eficiente modelo que busca ofrecer un aumento del capital a largo plazo de los emisores más fuertes del mundo, al tiempo que integra unos estrictos criterios ESG».

Las aseguradoras asumen más riesgo y optan por el private equity, las infraestructuras y el crédito

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Pixabay CC0 Public Domain. Las seguradoras asumen más riesgo en sus inversiones y optan por el private equity, las infraestructuras y el crédito

Las firmas del sector asegurador se han visto obligadas a elevar el riesgo de sus carteras de inversión pese a los estrechos márgenes en los activos de crédito y las elevadas valoraciones de la renta variable, como respuesta a un entorno de baja rentabilidad, según señala las conclusiones de la última Encuesta Anual sobre el Sector Seguros elaborada por Goldman Sachs Asset Management (GSAM). 

El documento explica que la aceleración de la economía y la esperanza de que la pandemia mundial se disipe son el telón de fondo que han marcado las respuestas de los más de 300 directores financieros y de inversiones de las principales compañías aseguradoras del mundo, que han participado en esta encuesta. En el lado positivo, los encuestados esperan una mejora de las condiciones económicas en medio de una considerable incertidumbre. En este sentido,el 62% no ve riesgo de recesión económica en 3 años.

Respecto a los riesgos, la encuesta revela que las tres cuestiones que más preocupan a los directores de inversiones y financieros de las aseguradoras son, por orden de relevancia, la baja rentabilidad de los activos, el deterioro en la calidad crediticia y la subida de tipos. “Este sentimiento se produce cuando la mayoría de las aseguradoras se retractan de las expectativas de de años anteriores de que la calidad del crédito se está deteriorando, y en gran medida ya no esperan una recesión en los próximos tres años”, apuntan las conclusiones.

“La probabilidad de una distribución efectiva de la vacuna ha aumentado en el primer trimestre de 2021. Sin embargo, el despliegue ha variado según las regiones y los segmentos de población en todo el mundo. No obstante, una vacuna eficaz y su correspondiente distribución siguen dando un impulso positivo a los rendimientos de los bonos, que siguen deprimidos por debajo de los niveles de la pandemia. Los inversores están motivados para continuar su búsqueda de rendimiento en toda la curva de riesgo, tanto en los sectores de renta fija oportunistas como en la renta variable y los activos privados”, apunta en sus conclusiones el documento. 

Top asset

Según explican desde Goldman Sachs AM, la encuesta de este año examina las perspectivas y tendencias del mercado, incluido el aumento de la de la reflación mundial, acompañada de un riguroso deseo de rendimiento, un impulso a las asignaciones de de la renta fija, y un creciente énfasis en las consideraciones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Frente a este contexto, y además de ampliar su exposición al riesgo, las aseguradoras mundiales tienen previsto aumentar su exposición al private equity, a los créditos corporativos y deuda de infraestructuras

En este sentido, el informe apunta en sus conclusiones que la inversión tanto en deuda como en acciones de compañías de infraestructuras aparecen como activos en los que las compañías buscan reforzar inversiones en el horizonte de los próximos 12 meses, junto a private equity. Además, consideran que la inversión en private equity, en bolsas emergentes y en bolsa estadounidense ofrecen mayores rentabilidades en los próximos 12 meses. Por ejemplo, en torno a un 70% de los encuestados espera que el índice S&P 500 suba este año entre el 10 y el 20%.

Por último, en la encuesta queda reflejado que los criterios de sostenibilidad siguen elevando su peso entre los criterios de inversión. De hecho, un 83% afirma aplicarlos en sus estrategias de inversión actualmente, frente al 37% que se registraba en 2017

Sobre la encuesta

La encuesta anual sobre el sector de seguros de Goldman Sachs Asset Management (GSAM) está basda en el sondeo de cerca de 300 directores financieros y de inversiones de las principales compañías aseguradoras del mundo, que suponen la mitad del sector y en sus manos tienen la gestión de activos de 13 billones de dólares en todo el planeta. La encuesta, que trata de conocer cuáles son las preocupaciones de los aseguradores y las vías para extraer rentabilidad de los activos,  les interroga este año por su visión sobre el entorno macroeconómico, la estrategia de inversión, sus expectativas de rentabilidad y de inflación, la capitalización del sector de seguros, la aplicación de criterios de sostenibilidad a las inversiones que gestionan, el uso de ETF’s y la posible inversión en insurtech’s.

Edmond de Rothschild Foundations y La Fundación UCJC lanzan una red de innovación social de universidades iberoamericanas

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Pixabay CC0 Public Domain. Edmond de Rothschild Foundations y La Fundación UCJC lanzan una red de innovación social de universidades iberoamericanas

La Universidad Camilo José Cela, a través de su Fundación (Fundación UCJC), y Edmond de Rothschild Foundations han presentado SFERA EXPERIENCE, una iniciativa de innovación social que conecta a estudiantes de 11 universidades iberoamericanas para que puedan proponer proyectos emprendedores como respuesta a los desafíos sociales y medioambientales. El reto de esta primera edición será  “La Educación en Contextos Vulnerables”.

Para este ambicioso proyecto educativo, la Fundación UCJC ha creado contenidos educativos y una plataforma tecnológica que facilitará la interacción entre los equipos internacionales de las universidades de México, Nicaragua, Guatemala, Ecuador, Uruguay, Portugal, Panamá, Honduras y España, representada por la Universidad Camilo José Cela. La Universidad también impartirá formación, coordinará y ofrecerá seguimiento y apoyo a los equipos de participantes, para que puedan realizar adecuadamente sus proyectos emprendedores.

En palabras de Nieves Segovia, presidenta de la Institución Educativa SEK, “en este espacio se sitúan iniciativas como la que hoy os presentamos. Resolver un reto con impacto social es priorizar el beneficio común por delante del beneficio individual o personal” y ha añadido que “lanzar retos a nuestros jóvenes estudiantes, en este caso de ámbito global asociados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, les ayuda a superarse, fomenta su creatividad y les abre nuevas oportunidades.”

Por su parte, el rector de la Universidad Camilo José Cela, Emilio Lora-Tamayo, ha dicho que “nos sentimos muy orgullosos de colaborar con la Edmond de Rothschild Foundations para llevar a cabo una iniciativa que propicia un mundo más solidario y sostenible, y de ser la única universidad española que cuenta con su apoyo. Es una satisfacción poder apoyar las ideas y el talento de los jóvenes”.

Para Firoz Ladak, CEO de Edmond de Rothschild Foundations, “trabajar junto con la Universidad Camilo José Cela no solo refuerza nuestra apuesta por la educación, sino que también pone de manifiesto grandes expectativas en cuanto a nuevas dinámicas de formación con experiencia en proyectos reales que tengan un impacto tangible en la sociedad”. 

Según Angelo Konian, responsable de emprendimiento de Edmond de Rothschild Foundations, “esta iniciativa única es aún más relevante para los muchos desafíos planteados hoy por el COVID-19, incluida la educación en contextos vulnerables y la digitalización de actividades. En general, esta colaboración ilustra nuestra profunda convicción de que el desarrollo de una economía de impacto requiere la colaboración de todos los actores: no solo la economía social, sino también los académicos y los actores públicos y privados”.

Las dos fundaciones han firmado un acuerdo de colaboración para impulsar el emprendimiento con impacto social y de la investigación académica como solución para abordar el logro de los ODS a través de la creación de empresas innovadoras y sostenibles.