Wells Fargo anunció este miércoles que Paul Camp ha sido nombrado director de la nueva dirección de Global Treasury Management.
Quien fuera el CEO de Treasury Services en BNY Mellon, se unirá a la compañía en noviembre y reportará tanto a Perry Pelos, CEO de Wells Fargo Commercial Banking, como Jon Weiss, CEO de Corporate & Investment Banking.
Esta nueva función reúne a los equipos de Treasury Management y Global Payment Solutions de Wells Fargo en una organización que proporciona servicios de gestión de efectivo y pagos globales.
“Al combinar estos negocios, Wells Fargo podrá aprovechar sus capacidades de manera más efectiva para ayudar a los clientes a administrar sus fondos y procesar pagos en todo el mundo”, dice el comunicado de la compañía al que accedió Funds Society.
El actual director de Treasury Management & Payment Solutions, Danny Peltz, con más de 31 años en la wirehouse, se jubilará el 15 de diciembre.
“A lo largo de los 21 años de carrera de Paul, tiene experiencia en instituciones financieras globales líderes en la industria y en entornos de inicio de tecnología, enfocados en brindar las mejores soluciones para los clientes. Tiene una amplia experiencia en gestión de tesorería y soluciones de pago, que son oportunidades estratégicas de crecimiento para la empresa”, aseguró Pelos.
Por otro lado, Weiss aseguró que “Paul aporta una valiosa experiencia a este puesto en el que desarrollará una estrategia centrada en el crecimiento y la innovación, al servicio de las empresas grandes, medianas y pequeñas por igual”.
En BNY Mellon, Camp dirigió una organización que ofrece pagos globales, servicios comerciales, administración de efectivo y servicios de cambio de divisas en 36 países. Antes de eso, se desempeñó como director financiero, tesorero y vicepresidente ejecutivo de operaciones financieras en Circle, una fintech enfocada en tecnología segura para usar y almacenar dinero.
También ocupó puestos de alto nivel en servicios de transacciones y gestión de efectivo tanto en JP Morgan Chase como en Deutsche Bank.
Paul tiene un bachillerato en estudios clásicos de Dartmouth College y un MBA de Harvard Business School. Durante su tiempo en BNY Mellon, fue reconocido por su trabajo en temas de diversidad, equidad e inclusión y espera continuar ese trabajo en Wells Fargo.
El creador y CEO de Facebook, Mark Zuckerberg estuvo hablando del metaverso, que es lo que él considera que será la evolución de las plataformas sociales, según una nota deCurious, la newsletter de ciencia y tecnología del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Zuckerberg, CEO de Facebook, de la que dependen Instagram, WhatsApp y Messenger, explicó en un podcast de The Verge en qué está trabajando su compañía: el metaverso, un espacio virtual donde los usuarios, a través de avatares digitales, podrán interactuar.
Con el metaverso, la idea es que los usuarios puedan hacer en este espacio virtual prácticamente lo que imaginen: desde sentarse en una mesa con compañeros de trabajo para tener una reunión hasta jugar videojuegos, ver películas, tener una cita y todo lo que pueda extrapolarse del mundo real.
El término “metaverso” fue introducido por el escritor Neal Stephenson en su novela de 1992 llamada Snow Crash, y luego se expandió rápidamente. En la novela Ready Player One (2011) de Ernest Cline, existe un mundo virtual, llamado OASIS, que es muy similar a lo que imagina Zuckerberg, aunque también puede recordarnos a Matrix (1999), aunque en ambos casos se trata de futuros distópicos.
Por su parte, Satya Nadella, CEO de Microsoft, reveló que su empresa está trabajando en un metaverso empresarial. Desde Epic Games, la compañía detrás de Fortnite, también anunciaron una nueva ronda de financiamiento de mil millones de dólares que usarán para crear el propio. Queda claro el interés de las empresas de tecnología por el desarrollo de mundos virtuales, aunque su éxito dependerá del interés que despierten o no en los usuarios.
Romain Dromard es el nuevo director ejecutivo de K&B Family Office, compañía privada e independiente establecida en Panamá que proporciona servicios integrales de asesoría patrimonial a familias e individuos internacionales, hizo saber la compañía a través de un comunicado.
“Dromard cuenta con un amplio conocimiento de los mercados financieros y más de 13 años de experiencia brindando soluciones de administración patrimonial para familias en Latinoamérica y el mundo. Comenzó su trayectoria en K&B Family Office como Gerente Analista de Cartera, luego fue escalando tomando posiciones como la de Director de Inversiones hasta que en 2016 se convirtió en socio de la firma privada. Ahora, Dromard ha tomado la posición de CEO, y se dedica principalmente a las inversiones, incluyendo la administración de los fondos propios del grupo”, añadió la nota.
El nuevo director ejecutivo de K&B Family Office ocupó varias posiciones en la banca de inversion Société Générale en París, Londres y Nueva York. Cuenta con una doble maestría en Ingeniería de la Universidad EFREI y Administración de Negocios y Finanzas de University College of London. Además, obtuvo la licencia para Corredor de Valores y Analista, otorgadas por la Superintendencia del Mercado de Valores de Panamá.
Basada en Panamá y con más de 17 años de experiencia, K&B Family Office fue fundada por Gerard Kisvel, quien inició su carrera como asesor financiero en el Banco Rothschild Francia, en los años 70. Las oportunidades personales y profesionales llevaron a G. Kisvel a ejercer su profesión de manera independiente en América del Sur. A finales de los 90, junto con su hijo Regis Kisvel y su yerno Maxime Berthet, empezó a ofrecer servicios de gestión de activos, a través de K&B Financial Group.
A medida que el patrimonio personal de la familia K&B (Kisvel y Berthet) creció, surgieron necesidades para una administración patrimonial más eficiente. Eso llevó a los socios a desarrollar nuevos servicios. En este camino, Dorothee Kisvel Berthet, la hija de Gerard y esposa de Maxime, se integró a la compañía en 2007, para implementar el Departamento Legal y Fiduciario.
Cuando escribo estas líneas, el S&P 500 había marcado un nuevo récord histórico. Aunque todos los niveles están muy altos, y desde no hace poco, muchos analistas llaman a la prudencia con las acciones estadounidenses, lo cierto es que la perspectiva en el mediano y largo plazo es a que sigan hacía arriba. Un inversionista estructural, es decir aquellos que piensan en portafolios de mediano plazo, deben tener algo claro: el valor está en acciones norteamericanas. No nos llamemos a medias verdades, son las acciones con mayor potencial, con fuerzas que juegan a su favor y que son preferidas por la mayoría de los grandes inversionistas globales. Eso lo muestra el hecho de que nunca en la historia los largos en acciones habían estado tan altos y los inversores tan cargados.
Si bien, lo que los analistas llaman los ‘fundamentales’ andan bien, lo que realmente debe tener a las acciones allá arriba y con tendencia creciente, es el exceso de efectivo, del que muchas veces hemos hablado aquí en Funds Society. Pero esta vez no me referiré al exceso de liquidez en la economía global, sino el que tienen las propias empresas que componen el índice S&P 500. Según los últimos datos conocidos, más del 13% de los activos totales de las empresas del índice, están en efectivo (mal contados, superan los 3 trillones de dólares).
Claro, no todas lo tienen en la misma cantidad ni en la misma proporción, sin embargo, lo cierto es que tomado así en conjunto, tanto efectivo “hace cosquillas” para los reportes corporativos: la liquidez es útil para poder desarrollar proyectos y aprovechar oportunidades, sin embargo, si esas oportunidades se demoran en llegar, es un activo que pesa mucho en los resultados corporativos, pues es un activo rentando cerca de cero, disminuyendo absolutamente todas las relaciones corporativas, especialmente el ROA.
Así, tener ese efectivo ahí parqueado no es lo que busca una empresa. La manera más tradicional que cualquiera piensa que se debe usar ese efectivo es expandiendo capacidad de producción, sin embargo hay un leve inconveniente: ya antes de pandemia la capacidad instalada de las empresas del S&P era superior a la que se necesitaba, y hoy, luego de más de un año de desajuste la capacidad ociosa sigue alta. Por tanto, y aunque muchas empresas han dinamizado sus CAPEX, en la mayoría de ocasiones el crecimiento del mismo está debajo de los dos dígitos, mostrando que se mueve, pero a pasos muy lentos.
Otra manera sería en procesos de fusiones y adquisiciones (M&A), sobre los cuales también me he referido en columnas anteriores. Sí, dicha actividad sigue siendo muy dinámica, tanto así que de seguir como fue en los primeros 6 meses del presente año, el valor del M&A global superará los 2,5 trillones de dólares, convirtiéndose de esta manera en el mejor año de la historia, superando con creces a 2007, que había sido hasta ahora, con cerca de 2 trillones de dólares, el mejor año de la actividad global de M&A. Pero también las fusiones y adquisiciones son finitas y acotadas.
Entonces, con este panorama, lo único que queda es recurrir a la fórmula que se vio implementada desde 2009 y que si bien por temas de pandemia disminuyó, hoy vuelve a estar en boga: la recompra accionaria. Esto no es nuevo, de hecho hace meses atrás dijimos que se debía reactivar y así viene siendo: a cierre de julio, las recompras accionarias autorizadas eran de 683.000 millones de dólares, y de seguir esta tendencia, superará los cerca de 740 billones que hubo en 2018. Cabe decir que es esta actividad de recompras lo que mayor explicación tuvo en el buen desempeño de las acciones estadounidenses entre 2009 y 2019.
Claro, cabría la posibilidad de que las empresas paguen dividendos, sin embargo, es una manera que poco gusta a muchas empresas, especialmente las tecnológicas, pues eso supone una disminución del valor de la empresa. La fórmula básica de contabilidad, que dice que los Activos son iguales a los Pasivos mas el Patrimonio (Activos = Pasivos + Patrimonio), supone que al sacar un activo (efectivo) para pagar dividendos, se debe equilibrar la ecuación sacando también parte del Patrimonio. Por ello, es que las recompras han sido y seguirán siendo la manera preferida de las empresas para entregar el efectivo a sus accionistas.
Esta dinámica, de otra parte, sigue determinando que tendencias que se esperaban desde hace algún tiempo, sigan ahí en stand by, entre ellas, el gran boom de los emergentes y la caída en el precio del dólar, al menos en nuestra región. Sigo totalmente convencido de que los emergentes son una gran oportunidad y de que el dólar, tal como lo dije a finales de abril e inicios de mayo de 2020, debería caer un 35% a 40% (respecto a su nivel en ese momento), pero con los flujos yendo a manos llenas a Estados Unidos, va a ser muy difícil que en el corto plazo suceda (en mi defensa, diré que cuando estimé que el dólar debería caer en esos niveles, supuse un período de cuatro a cinco años para todo el movimiento). Así, ese gran momento de la renta fija y las acciones en LATAM, debe esperar un poco más.
Por tanto, y si no hay un cambio drástico en alguna variable que afecte esta perspectiva, mi conclusión es corta y clara: Estados Unidos es el lugar para estar en acciones, si bien no toda la posición del portafolio accionario, sí una gran proporción de este.
Manuel Felipe García Ospina es vicepresidente Wealth Management de Skandia Colombia. Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor, y no representan necesariamente la posición de Skandia Colombia sobre los temas tratados.
La conversación en torno a la inversión sostenible, o a la inversión ESG (medioambiental, social y de gobierno corporativo) ha adquirido con rapidez una importancia creciente. En el último año, la pandemia ha demostrado el valor de incorporar la sostenibilidad a la práctica empresarial, lo cual se extiende más allá de los factores medioambientales para incluir las políticas sociales y de gobierno corporativo. Al integrar los factores ESG en su estructura corporativa, las empresas no sólo han sido capaces de hacer frente a los tiempos difíciles, sino que ahora tienen una licencia social para seguir operando en el futuro.
Tal como cuando sucedió la firma del Acuerdo de París en 20151, que para combatir el cambio climático supuso un punto de inflexión en materia de sostenibilidad global, la pandemia mundial está reforzando un cambio estructural. El mundo está avanzando hacia una economía de stakeholders2 (las partes involucradas) donde las empresas buscan servir a los intereses de los consumidores, los empleados, los proveedores y las comunidades en su conjunto.
Cada vez son más las personas, tanto a nivel global como local, que se unen a la conversación sobre las estrategias de inversión sostenibles, y cada vez más empresas de gestión de activos creen que es importante que los asesores financieros hagan lo mismo. El primer paso es ayudar a guiar a los inversores abordando aquellas concepciones erróneas sobre la inversión sostenible y la ESG.
Hablamos con Jordie Olivella, director de Distribución y Estrategia Comercial de la división Offshore Wealth de BlackRock, para desmontar tres de los mitos más comunes que escucha por parte de los clientes en relación a las inversiones sostenibles.
Mito 1: Invertir de forma sostenible significa sacrificar la rentabilidad
Incluso antes de la COVID-19, los estudios mostraban que la inversión sostenible puede ser rentable. La volatilidad del mercado de los últimos años ha sido una prueba de fuego, demostrando aún más la resiliencia de los productos sostenibles. A lo largo de 2020, las empresas con mejores perfiles ESG ofrecieron resiliencia en las carteras y superaron a sus pares de menor calificación.
«En el primer trimestre del año, el 94% de un conjunto globalmente representativo de índices sostenibles superó a los índices estándar. Si ampliamos ese rendimiento a todo el año 2020, el 81% de ese mismo conjunto de índices obtuvo un rendimiento superior», señala Jordie Olivella.
Mito 2: No existen estándares
Es cierto que las definiciones de «sostenible» pueden variar según el inversionista o el gestor de inversiones con el que se hable. A nivel global, la estandarización debería tener en cuenta tres etapas, según BlackRock: la forma en que las empresas reportan la información, las metodologías para obtener una calificación ESG y la clasificación de los productos financieros. BlackRock utiliza métodos estandarizados para crear productos indexados que ofrezcan opciones para los distintos objetivos financieros y sostenibles de los inversores, desde metodologías más sencillas, como el screening negativo (que sólo elimina determinados sectores), hasta estrategias que buscan inversiones por temas o de impacto.
«En BlackRock, nos comprometemos a proporcionar a los inversores total transparencia sobre los objetivos y características sostenibles para todas nuestras estrategias de inversión. Nos esforzamos por proporcionar elementos constitutivos sostenibles en las carteras de inversión, de modo que todos los inversores tengan opciones sostenibles», afirma Jordie Olivella.
Mito 3: Invertir con productos ESG es más caro
La mayoría de los inversionistas asumen que es más caro invertir en productos sostenibles, pero eso no siempre es cierto. Según BlackRock, los costos por operación (tanto por la gestión de fondos y ETFs sostenibles) suelen ser equivalentes y, en algunos casos, inferiores a los productos estándar.
«Los ETF sostenibles de iShares son, de media, cinco veces menos caros que los fondos de inversión sostenibles gestionados activamente; y a medida que continúen los flujos hacia los productos sostenibles, estos costes seguirán bajando», reflexiona Jordie Olivella.
Es importante comprender los datos y los hechos a medida que se produce la transición hacia la inversión sostenible. En este sentido, los flujos hacia las estrategias sostenibles no muestran signos de ralentización: según la Encuesta Global de Inversión Sostenible 2020 de BlackRock, los clientes a nivel global tienen previsto duplicar sus asignaciones a estrategias sostenibles en los próximos cinco años.
«Ahora es el momento de comprender la realidad de las inversiones sostenibles y adelantarse a la demanda», concluye la firma.
1. Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Acuerdo de París (2015): https://unfccc.int/sites/default/files/spanish_paris_agreement.pdf
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La reciente legislación de El Salvador que establece bitcoin como moneda de curso legal probablemente perjudicará a las compañías de seguros locales con exposición a la moneda recién establecida debido a un mayor riesgo de volatilidad de divisas y ganancias, así como consideraciones adicionales de riesgo regulatorio y operativo, dice Fitch Ratings.
La implementación práctica de Bitcoin aún no ha sido definida por los reguladores. Esto aumenta los desafíos para usarlo como depósito de valor y medio de pago, particularmente dado que los bancos centrales no lo han utilizado o adoptado previamente o comparables en otros mercados financieros globales.
El presidente Nayib Bukele y el Congreso aprobaron un proyecto de ley que convertirá a bitcoin en moneda de curso legal, junto con el dólar, a partir del 7 de septiembre de 2021. Todas las empresas deben aceptar bitcoin como moneda de curso legal para bienes o servicios a menos que no tengan acceso a la tecnología necesaria para procesar las transacciones.
Fitch no espera que bitcoin sea ampliamente utilizado por las aseguradoras para realizar pagos de reclamos o beneficios o que las compañías de seguros ofrezcan pólizas denominadas en la moneda digital. Los riesgos de usar bitcoin se relacionan en gran medida con su tasa de aceptación entre los asegurados. Es probable que las aseguradoras conviertan bitcoins en dólares lo más rápido posible para limitar los riesgos cambiarios, si los asegurados deciden usarlo para pagar primas.
La capacidad de las aseguradoras para minimizar su período de tenencia dependerá de si el marco regulatorio y operativo permite que bitcoin se convierta inmediatamente a dólares, lo cual no está claro en este momento. Las aseguradoras que mantienen bitcoin en sus balances durante períodos prolongados estarán muy expuestas a la volatilidad de sus precios, lo que aumentará el riesgo de los activos, que es un crédito negativo.
El gobierno ha indicado que emitirá la regulación a más tardar el 7 de septiembre si la reciente apelación de inconstitucionalidad no modifica su implementación. La regulación, aunque está en línea con el ambicioso marco de tiempo para la adopción de bitcoin como moneda de curso legal, parece ser innecesariamente apresurada y deja a las compañías de seguros con muy poco tiempo para adaptarse a sus requisitos, creando un riesgo adicional para la industria.
La regulación de bitcoins de El Salvador deberá definir cómo se debe contabilizar la moneda criptográfica en los estados financieros y si se considerará elegible para respaldar las reservas de los asegurados. Fitch ve la falta de transparencia de bitcoin como un riesgo a la baja y anticipa tratar a bitcoin como un «activo de riesgo», en la medida en que se puedan identificar dichas tenencias.
Fitch generalmente ve las ganancias derivadas de actividades especulativas o exposiciones riesgosas como bitcoin como un crédito negativo, ya que las ganancias podrían revertirse rápidamente, creando un flujo de ganancias volátil. El sector de seguros del país ya está expuesto a valores de baja calidad crediticia, principalmente bonos soberanos (B- / Rating Outlook Negative), por lo que las tenencias adicionales de activos de alto riesgo solo agravarán este riesgo. Al año 2020 las inversiones soberanas y relacionadas representaron el 24% del capital y el 21% de las carteras de inversión totales de la industria de seguros.
Fitch anticipa que la adopción de bitcoin requerirá que las compañías de seguros absorban nuevos gastos administrativos, operativos y de inversión en tecnología. Esto probablemente incluirá la necesidad de mejorar los protocolos internos para aceptar pagos, reforzando la seguridad de sus sistemas contra los riesgos cibernéticos y el fraude e invirtiendo en asesoría para la junta directiva y los gerentes, así como la capacitación del personal que administrará directamente las transacciones.
La apuesta por la diversidad que hacen las compañías se traduce en medidas concretas, también en el caso de la industria de gestión de activos. En esta ocasión, Janus Henderson Investors ha anunciado nuevos objetivos de contratación en materia de diversidad e inclusión (D&I) y, además, ha ampliado sus programas para alcanzar estos objetivos.
Según ha explicado la firma, su principal objetivo es aumentar la diversidad en los puestos de alta dirección. En concreto, está trabajando por aumentar el número de mujeres que ocupan puestos de alta dirección del 24% al 30% para 2023, y también elevar el número de altos directivos con diversidad racial y étnica del 11% al 16%.
“El éxito de nuestro negocio y de nuestros clientes se basa en nuestra capacidad para descubrir información y conocimientos únicos del mercado. Somos un negocio de personas. Tener perspectivas diversas y únicas en la mesa de toma de decisiones nos permite hacer mejores inversiones. Al igual que muchos en el sector de los servicios financieros, no siempre hemos tenido los mecanismos de contratación para encontrar y desarrollar candidatos diversos, por lo que estamos mejorando nuestras capacidades mediante la búsqueda de asociaciones que nos ayuden a ampliar las prácticas, la tutoría y la formación a las mujeres y a los talentos étnicamente diversos”, ha señalado Dick Weil, CEO de la gestora.
La falta de diversidad en algunos ámbitos del mundo empresarial ha impulsado el crecimiento de organizaciones sin ánimo de lucro diseñadas para abordar el problema. En este sentido, Janus Henderson es socio corporativo de organizaciones como Greenwood Project, 10.000 Black Interns, Girls Who Invest, College Track, INROADS e Investment20/20, lo que le da muchas oportunidades de encontrar talento diverso y capaz que las técnicas tradicionales de contratación corporativa pueden pasar por alto.
A raíz de este compromiso, cada uno de los socios de Janus Henderson ofrece alguna combinación de formación, tutoría, becas y, quizá lo más importante, prácticas para fomentar la diversidad en el mundo empresarial. “El último socio de Janus Henderson, el Proyecto Greenwood, expone a los estudiantes negros y latinos de alto rendimiento a las oportunidades profesionales del sector financiero a través de prácticas remuneradas, viajes de estudios y un Instituto Financiero de verano que ofrece una formación simulada para los servicios financieros y las industrias tecnológicas”, explican desde la gestora.
Por último, Demesha Hill, directora de Diversidad y Relaciones con la Comunidad, ha destacado: “Fijar objetivos nos ayuda a encontrar los socios adecuados y a seguir avanzando hacia el aumento de la diversidad, por ejemplo, el año pasado, aumentamos la diversidad étnica en más de un 3% en los Estados Unidos. Eso nos hace estar aún más entusiasmados con las asociaciones que estamos estableciendo y con nuestra capacidad para cumplir todos los objetivos que nos hemos marcado”.
Janus Henderson considera que los programas tienen éxito si el 50% de los participantes elegibles reciben y aceptan ofertas de empleo a tiempo completo.
Allianz Global Investors ha anunciado que su estrategia Allianz Green Bond supera los 1.000 millones de euros bajo gestión. Además, según destaca la gestora, este fondo sostenible está catalogado dentro del artículo 9 del Reglamento de Divulgación (SFDR) de la Unión Europea.
Lanzado en vísperas de la Conferencia sobre Cambio Climático (COP21), en noviembre de 2015, el fondo ha cumplido cinco años y es uno de los más veteranos de Europa. Su objetivo es movilizar los mercados de capital para impulsar la transición hacia una economía con bajas emisiones de CO2.
“Si bien los bonos verdes son similares a otros bonos tradicionales, el dinero generado a través de ellos se emplea explícitamente en proyectos con beneficios ambientales cuantificables, abordando cuestiones como: energía renovable, eficiencia energética, edificios limpios, transporte limpio, agua y gestión de residuos. Los bonos verdes cotizan en línea con los bonos estándar del mismo emisor y ofrecen un nivel de riesgo similar. Una de las ventajas de los bonos verdes es la transparencia que brindan a los inversores, ya que las empresas indican de forma clara cómo utilizan el capital, y proporcionan informes sobre los proyectos”, destacan desde la gestora.
El equipo de gestión explica que, fruto de la filosofía de inversión del fondo, han optado por sobreponderar los emisores corporativos. “Esta preferencia se explica por el hecho de que el capital aportado por organismos públicos como los Gobiernos no podrá alcanzar las enormes cuantías anuales que exigen los objetivos del Acuerdo de París sin la participación esencial de las empresas privadas”, aclaran.
La estrategia tampoco evita ningún sector, salvo el de las tabaqueras. En este sentido, defienden que apoyan que empresas de sectores intensivos en emisiones de gases de efecto invernadero puedan emitir bonos verdes si muestran el compromiso de transformar su negocio y emprender una verdadera transición hacia un modelo en sintonía con los objetivos climáticos del Acuerdo de París, con una estrategia sólida y ambiciosa.
En esta columna, analizo dos temas que ayudarán a los inversores a reflexionar sobre el entorno político y macroeconómico de los próximos trimestres.
Preveo que las relaciones políticas entre Estados Unidos y China seguirán siendo inestables, al menos hasta las elecciones de mitad de mandato del Congreso que tendrán lugar el próximo mes de noviembre; si bien esto puede pesar en el ánimo de los inversores, esas tensiones políticas deberían tener poco impacto en la economía china. Los cambios normativos en China están impulsados por preocupaciones similares a las que se están planteando en Washington, Londres, Bruselas y otras capitales del mundo. Aunque crean volatilidad a corto plazo, es probable que sean provechosos para la salud a largo plazo de sectores tan diversos como el farmacéutico, la educación y las plataformas de Internet. No hay indicios de que el gobierno chino haya dejado de apoyar a las empresas privadas.
El sector manufacturero se ha recuperado completamente de la pandemia, pero los pequeños brotes periódicos de COVID-19 han hecho que muchos consumidores chinos se muestren recelosos a la hora de gastar en servicios que requieren reunirse en espacios reducidos. Preveo que el sector de los servicios se recuperará gradualmente a medida que aumente la proporción de consumidores chinos que se han vacunado. El mercado inmobiliario residencial sigue gozando de buena salud, con un apalancamiento limitado para los compradores.
Preveo un cierto ajuste de la política monetaria en la segunda mitad del año, incluido un pequeño repunte del ritmo de crecimiento del crédito. Sin embargo, creo al banco central cuando dice que «no inundará la economía con estímulos». La reducción del riesgo en el sistema financiero debería continuar.
¿Hacia dónde se encaminan las relaciones entre Estados Unidos y China?
La administración Biden ha utilizado una retórica menos cargada políticamente al hablar de China, en comparación con la Administración anterior, pero ha seguido aplicando un enfoque que podría describirse como de contención, aunque sin denominarlo específicamente como tal. Un alto funcionario de la Casa Blanca declaró recientemente que «el período que fue ampliamente descrito como de compromiso [con China] ha llegado a su fin», y que, en el futuro, «el paradigma dominante va a ser la competencia».
Tampoco se han retirado los aranceles punitivos de la administración anterior sobre las importaciones chinas, a pesar de la clara evidencia de que han sido costosos para los consumidores estadounidenses y no han ejercido presión sobre las exportaciones de China, ni sobre los responsables políticos en Pekín.
Economistas de la Reserva Federal y de las universidades de Princeton y Columbia colaboraron en un estudio que concluyó que «la incidencia total de los aranceles recae en los consumidores nacionales… sin impacto hasta ahora en los precios que soportan los exportadores extranjeros».
Los economistas de la Fed también concluyeron que «los aranceles no han impulsado el empleo o la producción manufacturera» en EE.UU. A pesar de los aranceles y las tensiones políticas, la proporción de importaciones de productos manufacturados que llegaron a EE.UU. desde China el año pasado volvió a alcanzar el máximo histórico del 22%. Además, la cuota de China en las exportaciones mundiales alcanzó un máximo histórico de casi el 15% el año pasado.
Sin embargo, los aranceles siguen vigentes.
Preveo que las relaciones políticas bilaterales seguirán siendo incómodas, al menos hasta las elecciones de mitad de mandato del Congreso del próximo noviembre. Aunque estas tensiones políticas pueden influir en el sentimiento de los inversores, es probable que sigan teniendo poco impacto en la economía china, que se alimenta principalmente de la demanda interna, no de las exportaciones.
¿Hacia dónde se encamina el entorno normativo de China?
A mi juicio, hay tres factores que han influido en los recientes cambios normativos en China.
El primer factor se refiere a la relación entre algunas empresas privadas y el gobierno chino. Desde que permitió el restablecimiento de empresas privadas en la década de 1980, el gobierno ha dejado claro que, aunque los empresarios son libres de hacerse ricos y famosos, no pueden utilizar su riqueza y fama para desafiar al gobierno en cuestiones políticas y de gobernanza. No es de extrañar que el gobierno haya intervenido recientemente después de que dos conocidas empresas cuestionaran o ignoraran los consejos de los reguladores. Esta es una de las muchas razones por las que abogamos por un enfoque activo, en lugar de pasivo, a la hora de invertir en renta variable china.
El segundo factor es la preocupación del gobierno chino por la seguridad y la privacidad de los datos, junto con el deseo de promover la competencia, proteger los intereses de los consumidores y las pequeñas empresas, y abordar los problemas de desigualdad económica. Estas consideraciones son muy similares a los debates que tienen lugar en Washington, Londres, Bruselas y otras capitales del mundo sobre la mejor manera de regular la industria tecnológica, proteger a los consumidores y reducir la desigualdad.
Estos cambios regulatorios en China, que hasta la fecha han abarcado sectores tan diversos como el farmacéutico, el de los juegos en línea, el de la educación, el de las plataformas de Internet y el inmobiliario, probablemente sean buenos para la salud a largo plazo de estas industrias y de la economía china. Sin embargo, como el gobierno chino tiene la capacidad de actuar con rapidez, y a menudo no articula claramente sus objetivos políticos, estos cambios pueden crear volatilidad a corto plazo en el ánimo del mercado.
El tercer factor es la preocupación del gobierno chino por las crecientes tensiones en la relación política con EE.UU., así como por el rumbo de la política del presidente Biden hacia China. Esto puede estar llevando al gobierno chino a tomar medidas para reducir el grado de interconexión entre las dos economías, incluida la participación de empresas chinas en los mercados de capitales estadounidenses.
Es posible que el gobierno chino esté previendo que los reguladores estadounidenses puedan obligar en los próximos años a las empresas chinas a dejar de cotizar en los mercados estadounidenses, y que Pekín quiera impedir que más empresas se unan a un club en el que ya no son bienvenidas. También es posible que Pekín anime a las empresas chinas que ya cotizan en EE.UU. a cambiarse a las bolsas de Hong Kong, Shanghai o Shenzhen.
Habida cuenta de la liberalización de los mercados de capitales chinos, confiamos en que, a pesar de las recientes medidas reguladoras, que podrían impulsar o acelerar la decisión de las empresas chinas que cotizan en las bolsas estadounidenses de buscar una cotización secundaria en las bolsas de Hong Kong o China continental, los inversores como Matthews Asia seguirán pudiendo acceder a las oportunidades que presentan estas empresas a través de las estrategias que gestionamos para nuestros clientes.
También me gustaría subrayar que, en mi opinión, no hay pruebas de que el gobierno chino haya dejado de apoyar a las empresas privadas.
Está claro que las empresas privadas son el motor del crecimiento y de la creación de empleo en China. Casi el 90% del empleo urbano está en empresas privadas, y las empresas privadas también representan la mayoría de las exportaciones de China. Las empresas privadas son las más innovadoras de China, y los planes de crecimiento económico del gobierno se basan en la innovación. También observamos que las dos mayores empresas chinas que cotizan en bolsa, por capitalización bursátil, son de propiedad privada. Las empresas privadas también representan alrededor del 80% de las empresas que cotizan en la Junta de Innovación de Ciencia y Tecnología de China, su equivalente al NASDAQ.
En el sector financiero, creo que el gobierno está fomentando una competencia limitada. En enero, un alto regulador del sector financiero chino declaró que «la economía privada es un motor indispensable de nuestro país». Y añadió que «las autoridades de regulación financiera siempre han apoyado el desarrollo de la economía privada».
Tribuna de Andy Rothman, estratega de inversiones en Matthews Asia.
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Según revela un estudio liderado por Tabula IM, firma especializada en ETFs de renta fija, el 45% de los inversores institucionales y gestores de patrimonio europeos esperan más rebajas de la calificación crediticia de las empresas y más impagos en los próximos nueve meses.
Los inversores están ampliamente divididos, ya que 41% espera que el mercado de renta fija se estabilice. Las conclusiones de su último estudio apuntan que el 84% de los inversores profesionales espera que los flujos hacia los fondos de renta fija aumenten, y el 76% cree que una de las razones principales será el aumento de la volatilidad y las perturbaciones del mercado.
El 67% cree que los flujos aumentarán porque los inversores buscarán ingresos a medida que las empresas cancelen, suspendan o recorten los dividendos. Del mismo modo, el 63% cree que los flujos aumentarán porque el fuerte apoyo actual de los bancos centrales y los gobiernos seguirá haciendo que los bonos sean atractivos para los inversores, y el 43% dijo que los bajos rendimientos actuales del efectivo apoyarán aún más esta tendencia.
En lo que respecta a la renta fija de los mercados emergentes, el 33% de los inversores profesionales espera que las asignaciones a la deuda de los mercados emergentes aumenten drásticamente este año, y casi la mitad (49%) espera algún aumento.
“Los fundamentos y la dinámica del mercado están impulsando la inversión en renta fija, sin embargo, la persistente innovación que encendió el mercado de ETFs de renta variable ha faltado en este sector, lo que significa que los grandes fondos titulares siguen reuniendo activos», afirma Michael John Lytle, CEO de Tabula.
Sin embargo, Lytle advierte: “Los inversores están ávidos de nuevos productos, y nosotros hemos aprovechado nuestras muchas décadas de experiencia en los mercados de crédito para desarrollar una mejor exposición pasiva, proporcionando herramientas precisas y prácticas para la construcción de carteras”.