Nordea Asset Management (NAM) ha anunciado que tiene previsto abrir un centro ESG en Singapur en respuesta a su crecimiento y éxitos en la región. Según la gestora, se trata de una decisión estratégica que supondrá establecer su primer centro de este tipo fuera de su sede nórdica, en Singapur.
La gestora señala que este centro le permitirá “estar más cerca de los clientes de la región Asia-Pacífico” y comprender mejor cómo las empresas están adoptando prácticas sostenibles en la región. “NAM se complace en establecer un centro ESG en Singapur, que nos permitirá mejorar nuestro servicio local, capacidades ASG, plataforma de inversión y alcance de distribución en la región. En los últimos años, las cuestiones de sostenibilidad han cobrado un interés significativo en Asia, y los inversores están pidiendo cada vez más soluciones ESG. Ha llegado el momento de satisfacer esa demanda”, afirma Nils Bolmstrand, director ejecutivo de Nordea Asset Management.
En este sentido, la gestora explica que Singapur es una opción atractiva para su primer centro internacional ESG “debido a su entorno de inversión estable y al compromiso del gobierno de abordar los problemas de las emisiones de carbono y adoptar las doctrinas de las finanzas sostenibles”. El Plan de Acción de Finanzas Verdes de Singapur, lanzado en 2019, marca un paso significativo en la transición del país hacia un futuro sostenible.
El nuevo centro ESG de NAM complementará su oficina local de distribución de Singapur, establecida en 2013, y se integrará plenamente con las boutiques de inversión internas de NAM centradas en ESG, así como con el galardonado equipo de inversión responsable de NAM. El plan es comenzar a implementar el centro en la última parte de 2021.
Fidelity International (Fidelity) ha anunciado el lanzamiento del fondo Fidelity Funds – Sustainable Climate Solutions Fund, una estrategia global de renta variable de empresas líderes y beneficiarias de la descarbonización. Según informa la gestora, estará gestionado por Velislava Dimitrova y Cornelia Furse, ambas expertas en temáticas sostenibles.
El objetivo del fondo es conseguir la revalorización del capital a largo plazo mediante la inversión en empresas que contribuyen a los esfuerzos de descarbonización mundial, es decir, que ofrecen tecnologías y soluciones que reducen significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con las tecnologías predominantes. Las inversiones incluirán empresas que intervienen en el diseño, la fabricación o la venta de productos y servicios en tecnologías o soluciones como (no exclusivamente): vehículos eléctricos, hidrógeno verde, vehículos autónomos, energías renovables, redes inteligentes, automatización industrial y eficiencia agrícola.
“El cambio climático ha desencadenado políticas de descarbonización a escala global dirigidas a contribuir a la neutralidad en carbono mundial. El mundo necesita urgentemente descarbonizarse a un ritmo más rápido del observado hasta la fecha, y los inversores pueden desempeñar un papel fundamental en ese cambio. El reto de la descarbonización ha alcanzado una escala nunca vista en la historia humana. Sin embargo, es un reto que ofrece a las empresas que lo consigan un periodo de crecimiento de 30 años que sobrepasa, incluso, la revolución de Internet. Nuestro FF Sustainable Climate Solutions Fund ofrece acceso a los inversores a esta megatendencia global a largo plazo”, ha explicado Velislava Dimitrova, gestora principal del fondo.
Desde Fidelity consideran que para cumplir con las recomendaciones del Acuerdo París, la economía mundial deberá experimentar una transformación radical que afectará a casi todos los ámbitos de la actividad humana. “Revertir más de 150 años de aumento de emisiones de gases de efecto invernadero y alcanzar o superar los objetivos de cero emisiones netas en un periodo de 30 años. Lo cual tendrá un coste de 144 billones de dólares, es decir, siete veces el PIB estadounidense anual”, apuntan. En esta carrera hacia las cero emisiones, los analistas de Fidelity International consideran que casi un cuarto de las empresas será neutra en carbono al concluir esta década.
Por su parte, Cornelia Furse, cogestora de la estrategia, explica que, a diferencia de otros fondos centrados en el clima, el fondo se centrará en la reducción del carbono, no en evitar el carbono. “Invertir en sectores de bajas emisiones no bastará para revertir 150 años de aumento de emisiones de gases de efecto invernadero. Nuestro fondo identificará e invertirá en soluciones existentes y emergentes que ayuden a descarbonizar la sociedad. La tendencia de descarbonización se encuentra en este momento en una fase de penetración temprana y recibirá el impulso de una combinación de innovación, mejora de la economía, un mayor apoyo gubernamental y el cambio de comportamientos de los consumidores. Las acciones expuestas a esos temas serán las que determinen oportunidades de inversión superiores para nuestros inversores”, aclara.
El Fidelity Funds – Sustainable Climate Solutions Fund, clasificado como fondo del artículo 8 del Reglamento de divulgación de información relativa a la sostenibilidad en el sector de los servicios financieros de la UE (SFRD), forma parte de la creciente familia de fondos sostenibles de Fidelity. Según indica la gestora, el fondo adopta una estrategia temática sostenible por la que un mínimo del 70% de su patrimonio neto se invertirá en títulos de empresas que exhiben características sostenibles.
“Fidelity gestiona más de 10.000 millones de dólares de activos sostenibles en sus gamas de fondos de renta variable, renta fija y multiactivos. Trabajamos con el propósito de ser un socio de confianza para nuestros clientes, aportándoles soluciones de inversión innovadoras que les permitan alcanzar sus objetivos financieros. Invertir de un modo sostenible es crucial para conseguirlo. Nuestra familia de fondos sostenibles ha crecido sustancialmente en los últimos años, y me complace que ahora podamos ofrecer a nuestros clientes acceso a la megatendencia de descarbonización. La carrera con destino a las cero emisiones netas ha empezado. En Fidelity, también nos hemos comprometido a reducir las emisiones de carbono en nuestras operaciones para llegar a cero en 2030, y estamos colaborando activamente con otros miembros de la iniciativa Net Zero Asset Managers, apoyando la transición hacia cero emisiones netas a escala mundial”, destaca Christian Staub, director general para Europa de Fidelity International.
Sobre las gestoras del fondo
Velislava Dimitrova tiene 13 años de experiencia en inversiones. Se incorporó a Fidelity en 2008 y trabajó como analista hasta 2014, cubriendo diversos sectores como los de medios europeos, servicios públicos europeos y materiales. Más tarde fue nombrada cogestora de fondos en carteras de equipos mundiales, donde asumió responsabilidades sectoriales específicas, como la estrategia de demografía global de Fidelity entre 2017 y 2019, que confirmó su interés por los productos temáticos. En 2018 consolidó su visión de gestionar una cartera temática sostenible al conceptualizar e iniciar la gestión, como fondo piloto interno, del Fidelity Funds Sustainable Climate Solutions Fund, que actualmente dirige como Gestora principal. Asimismo, en febrero de 2021, Velislava asumió la función de gestora principal del FF Sustainable Water & Waste Fund. Tiene un MBA por la MIT Sloan y un BBA de la Universidad de Sofía.
Por su parte, Cornelia Furse tiene 11 años de experiencia en inversiones. Se incorporó a Fidelity en 2010 y trabajó como analista hasta 2021, cubriendo diversos sectores como los de servicios públicos de mediana capitalización europeos, salud estadounidense, consumo discrecional estadounidense y bienes de equipo estadounidenses. Fue nombrada cogestora de la versión piloto interna del FF Sustainable Climate Solutions Fund en 2019 y cogestora del FF Sustainable Water & Waste Fund en febrero de 2021. Tiene un MA en Clásicas de la Universidad de Oxford.
El último proyecto de Cyrille Carriére, LONVIA CAPITAL, es un ejemplo más de cómo la industria de gestión de activos sigue creciendo. Tras haber transcurrido menos de 1 año desde su lanzamiento, la firma ha superado los 200 millones de euros en activos bajo gestión.
Según valoran desde la gestora, “las distintas estrategias de inversión han gozado de la confianza e interés por parte de family office, bancas privadas, asesores financieros independientes, fondos de fondos y gestores de carteras, tanto en Francia, como en España, resto de Europa y América Latina”.
Su filosofía de gestión tiene como objetivo identificar aquellas empresas que consideran que son capaces de incrementar su facturación, sus resultados y su generación de flujo de caja a través de un posicionamiento en mercados en crecimiento y estrategias de desarrollo relevantes en cuanto a productos, clientes y geografías. “Estas empresas operan en un círculo virtuoso de crecimiento y utilizan los éxitos derivados de su correcto posicionamiento para invertir constantemente en su crecimiento futuro. Seleccionadas por la calidad de su actividad y su modelo de negocio, en nuestra opinión tienen la capacidad de desarrollarse considerablemente en pocos años, pasando por ejemplo de un actor de nicho local a una empresa presente en varios continentes”, explican desde la LONVIA CAPITAL.
En este sentido, el proceso de selección de compañías de pequeña y mediana capitalización desarrollado por Cyrille Carrière desde 2008 se aplica a toda la gama de fondos de LONVIA Capital formada por tres compartimentos de la Sicav Lonvia: LONVIA Avenir Mid-Cap Europe; LONVIA Avenir Mid-Cap Euro; y LONVIA Avenir Small Cap Europe.
Además, en línea con la visión a largo plazo de inversión propia de LONVIA Capital, la sociedad se compromete a dedicar el 10 % de sus beneficios a la investigación médica, la inclusión social y la preservación del medio ambiente.
A pesar de enfrentarse a un sinfín de retos durante el pasado año, muchos de ellos relacionados con la pandemia, el sector de la gestión de activos mundial ha experimentado un crecimiento continuo, según el último informe de Cerulli Associates, “Global Markets 2021: Continued Growth in Uncertain Times”.
Los gestores de activos de todo el mundo están adaptando sus enfoques y perspectivas para seguir siendo competitivos. En este sentido, muchas firmas están dedicando recursos a la innovación de productos y a la búsqueda de formas de mejorar la eficiencia operativa mediante un mejor uso de la tecnología. El análisis de Cerulli muestra que los activos globales bajo gestión crecieron un 10,3% interanual en 2019 y un 4,1% en 2020. Además, la firma global de análisis y consultoría prevé un crecimiento interanual del 5,8% en 2021.
«El COVID-19 ha tenido menos impacto en el sector de la gestión de activos a nivel mundial de lo que muchos esperaban al comienzo de la pandemia. Suponiendo que el brote de coronavirus se controle, esperamos que los activos bajo gestión en Estados Unidos sigan creciendo; también esperamos que los activos bajo gestión fuera de Estados Unidos sigan aumentando en los próximos cinco años, con una clase media creciente y una mayor cultura financiera que impulsen la demanda en los mercados en desarrollo”, destaca André Schnurrenberger, director general para Europa de Cerulli Associates.
La pandemia del COVID-19 ha fomentado el ahorro y un mayor número de particulares, especialmente los más jóvenes, han mostrado interés en invertir durante el último año. Por ejemplo, la base de clientes de Hargreaves Lansdown, la mayor plataforma de inversión directa al consumidor del Reino Unido se situó en 1,5 millones en febrero de 2021, lo que supone un aumento de 84.000 respecto a junio de 2020. En este contexto, Cerulli cree que los gestores de activos tienen la oportunidad de capitalizar este creciente interés ofreciendo gamas de productos atractivas y, al mismo tiempo, educando a la población sobre los beneficios de la inversión a largo plazo.
En cuanto a las clases de activos, muchos inversores creen que los mercados emergentes, especialmente en Asia, están progresando mejor en su recuperación económica. En consecuencia, los inversores están deseosos de aumentar su exposición en dichos mercados. Además, los valores vinculados a cuestiones del mundo real, como el cambio climático y la digitalización, han visto acelerada su popularidad por la pandemia. Como consecuencia, desde Cerulli creen que gestores de todo el mundo deberían tratar de ofrecer productos que satisfagan esta demanda.
En general, la presión de las comisiones sigue siendo un reto para los gestores de activos que operan en los mercados cubiertos por el estudio de Cerulli. En EE.UU., por ejemplo, los inversores tienen varias formas de acceder a productos de menor coste, mediante un cambio de proveedor, nuevas clases de acciones o la exposición a estrategias a través de diferentes vehículos. Los gestores se enfrentan a un alto poder de compra, un bajo poder de oferta, una fuerte competencia existente y una alta amenaza de sustitución y de entrada. Muchos están respondiendo con servicios y productos de nicho: aquellos con conocimientos especializados en áreas populares no sólo pueden aliviar la presión de las comisiones, sino que pueden cobrar precios superiores.
«En general, en 2020, la industria mundial de gestión de activos fue mucho mejor de lo previsto y, siempre que se controle el COVID-19, las perspectivas del sector son generalmente positivas. Esperamos que las gestoras que hagan hincapié en la calidad de sus productos y se centren en satisfacer las necesidades de sus clientes sean las mejor situadas para tener éxito en los próximos años», concluye Schnurrenberger.
Janus Henderson Group ha anunciado el lanzamiento de dos nuevos fondos de renta variable con el objetivo de revalorización del capital a largo plazo a través de la inversión sostenible. Según explica la gestora, ambas estrategias estarán disponibles a través de una sicav e irán dirigidas principalmente a inversores de los mercados de EMEA (Europa, Oriente Medio y África) y Asia-Pacífico.
Estos dos nuevos fondos son elJanus Henderson Horizon US Sustainable Equity Fund, que invierte en empresas estadounidenses que contribuyen positivamente al desarrollo de una economía global sostenible; y elJanus Henderson Horizon Sustainable Future Technologies Fund, que tiene el foco puesto en compañías sostenibles relacionadas con la tecnología. La gestora ha indicado que ambas estrategias cumplen con los artículos 9 y 8 del reglamento europeo SFDR.
Por su parte, el equipo gestor del Janus Henderson Horizon Sustainable Future Technologies Fundestá compuesto por Alison Porter, Richard Clode y Graeme Clark, trabaja desde Londres y Edimburgo y cuenta con una experiencia de inversión conjunta de más de 70 años. Este otro nuevo fondo se basa en el éxito de Janus Henderson Horizon Global Technology Leaders Fund, con el que comparte equipo de inversión.
Ambos equipos contarán con la asistencia de un nuevo y creciente equipo global de especialistas ESG, dirigido por Paul LaCoursiere, director de inversiones ESG. Además, se apoyarán en un equipo de analistas específicos (incluido un analista de sostenibilidad) y el equipo global de especialistas del equipo más amplio de Gobierno Corporativo e Inversión Responsable (GRI), con acceso a una plataforma específica de datos ESG.
En cumplimiento con la normativa SFDR
El Janus Henderson Horizon US Sustainable Equity es un fondo situado dentro del artículo 9 (de acuerdo con el Reglamento europeo sobre la divulgación de información relativa a la sostenibilidad en el sector de los servicios financieros, SFDR por sus siglas en inglés) y tiene la sostenibilidad como objetivo de inversión fundamental.
El fondo aplica criterios de filtro positivos basados en temáticas medioambientales y sociales, así como criterios de filtro negativos para evitar empresas con bienes o servicios que contribuyen a provocar daños medioambientales y sociales.
Mientras que, el Janus Henderson Horizon Global Technology Leaders Fund es un fondo «verde claro» según el artículo 8 del reglamento europeo SFDR. El enfoque de inversión del fondo utilizará un marco temático positivo para seleccionar inversiones, que estarán alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y obtendrán al menos el 50% de sus ingresos a partir de las temáticas de tecnología sostenible del fondo.
El objetivo de sostenibilidad del Sustainable Future Technologies Fund asegura una importante diversificación y diferenciación con respecto a la tecnología tradicional, al ofrecer exposición a compañías tecnológicas emergentes alineadas con los ODS de la ONU, lo que aumenta el abanico de soluciones de inversión sostenible disponibles para los clientes.
La próxima revolución industrial será verde, pero también social
Durante la presentación del fondo, Richard Clode, gestor de renta variable en Janus Henderson, afirmó que estamos en plena transición desde una economía que todavía depende de las energías fósiles y de los sistemas analógicos, hacia una economía con cero emisiones netas en la que el proceso de electrificación de los medios de transporte y la generación de energía, así como el proceso de digitalización, serán determinantes y generarán un amplio espectro de oportunidades de inversión.
Si bien la pandemia ha supuesto un componente acelerador en la adopción de las nuevas tecnologías, también ha destapado una fuente de creciente desigualdad, conforme parte de la sociedad no tenía acceso al aprendizaje o al trabajo en remoto. En respuesta, el equipo gestor de Janus Henderson, también ve oportunidades en aquellas empresas tecnológicas que están proporcionando soluciones para atajar la desigualdad social. En consecuencia, se centran en empresas que buscan la democratización digital, el acceso a la sanidad a través de la tecnología y la seguridad de los datos.
Además, invierte en empresas con componentes social y medioambiental, que buscan la optimización de los recursos y la productividad, la construcción de ciudades inteligentes e infraestructuras con una baja emisión de carbono. Mientras que, por el lado medioambiental, se centran en la tecnologías que permiten una transición hacia las energías limpias y medios de trasporte sostenibles.
“Los clientes esperan y exigen cada vez más, que los gestores ofrezcan resultados sociales, medioambientales y financieros positivos. Estamos muy entusiasmados por el potencial de este fondo, que se aparta de la tecnología tradicional en busca de empresas pasadas por alto que cumplen un estricto criterio de sostenibilidad”, afirmó Clode.
“La tecnología tiene la capacidad de cumplir con todos los criterios ESG; mientras que la normativa y clasificación global se centraron inicialmente en la sostenibilidad medioambiental, este fondo trata de ir más allá y ampliarla para integrar cuestiones sociales mucho más amplias. El alcance de la tecnología es ilimitado y el sector puede desempeñar un papel único y fundamental en la consecución de los objetivos sociales, para ayudar a democratizar el acceso a los servicios, reducir las desigualdades y mejorar la calidad de vida”, añadió.
En el mismo evento, Hamish Chamberlayne, director de renta variable sostenible global de Janus Henderson Investors, afirmó que la alineación entre la búsqueda de rendimientos y la inversión en empresas que apuestan por la sostenibilidad para lograr sus objetivos en innovación y crecimiento es cada vez mayor.
Por eso, el equipo gestor ha mantenido en sus carteras una alta asignación al sector tecnológico, alrededor del 35%. Los dos tercios restantes, han sido principalmente invertidos en empresas industriales, de consumo y de bienes inmobiliarios. En todos estos sectores se aplica un marco fundamental, en el que se realiza un análisis robusto de los balances contables y se evalúa a la empresa desde la óptica de la sostenibilidad.
Los expertos de Janus Henderson realizan un análisis del impacto positivo en el que se valora si las empresas en las que invierten ayudan a resolver los principales desafíos en materia de sostenibilidad a nivel global. Así, los servicios y productos que las empresas generan deben tener un impacto positivo en la sociedad, al menos el 50% de los ingresos de la empresa tienen que derivarse de alguno de los 10 temas de impacto positivo que considera la estrategia (energías limpias, eficiencia, servicios medioambientales, transportes sostenibles, gestión del agua, conocimiento y tecnología, salud, seguridad, inmuebles y finanzas sostenibles y calidad de vida), y férreo control sobre los riesgos operacionales ESG.
En el análisis financiero, los gestores valoran la sostenibilidad de las barreras de entrada, el potencial del mercado al que se dirige, la cultura de innovación y responsabilidad, y mantiene una disciplina en cuanto a las valoraciones.
El nuevo fondo Janus Henderson Horizon US Sustainable Equity es una estrategia de alta convicción, que partiendo como referencia del universo del S&P 500 -el índice más representativo del mercado de renta variable estadounidense-, selecciona con criterios fundamentales y sostenibles su exposición a una cartera de 30 a 50 acciones de empresas que generan un impacto positivo.
«La sostenibilidad ha cobrado un gran impulso en EE. UU. en los últimos meses e inversores de todo el mundo son cada vez más conscientes del papel que desempeñará EE. UU. para lograr un futuro sostenible. El Horizon US Sustainable Equity Fund invertirá en empresas estadounidenses posicionadas para afrontar los desafíos que plantean las megatendencias globales, como el cambio climático, la escasez de recursos, el crecimiento demográfico y el envejecimiento de la población, así como en empresas que traten de lograr una transformación positiva en sus sectores. El fondo adopta un marco ESG coherente en todo el proceso de inversión, por lo que los inversores pueden estar seguros de que su capital se destina adecuadamente a inversiones sostenibles y a la verdadera creación de valor a largo plazo resultante de esta», comentó Chamberlayne.
Una demanda con compromiso con la sostenibilidad
Tanto los fondos tecnológicos como los fondos con un enfoque de inversión sostenible han registrado un crecimiento inexorable en los últimos años. En la opinión de Ignacio de la Maza, director de EMEA Intermediarios y Latinoamérica en Janus Henderson Investors, el nuevo fondo Janus Henderson Horizon Sustainable Future Technologies Fund combina el conocimiento experto en tecnología de Alison, Richard y Graeme con un producto enfocado más directamente al impacto ESG positivo.
Tras el exitoso historial de 30 años de Janus Henderson Horizon Global Sustainable Equity Strategy, el lanzamiento del nuevo Horizon US Sustainable Equity Fund también demuestra el compromiso de la gestora para reforzar su oferta ESG.
“Con la ayuda de nuestro equipo global y con acceso a la plataforma de datos ESG propia de Janus Henderson, Hamish y Aaron seguirán apoyándose en su larga y exitosa trayectoria para ofrecer un crecimiento sostenible a largo plazo a nuestros clientes. El lanzamiento de estos fondos demuestra el compromiso de Janus Henderson para satisfacer la demanda de los clientes y trabajar hacia un mundo más sostenible”, comentó Ignacio de la Maza.
Por su parte, Martina Álvarez, responsable de Ventas para Iberia de Janus Henderson Investors, añadió sobre el Janus Henderson Horizon US Sustainable Equity Fund: “Atendiendo a la demanda de productos ESG más centrados en Estados Unidos por parte de nuestros clientes, nos complace haber desarrollado esta solución, dirigida a atender sus cambiantes necesidades. Así, este producto se distingue de muchos otros fondos ESG, que suelen presentar un sesgo europeo. Este fondo nos permite sacar partido de nuestros abundantes recursos en Estados Unidos y de la trayectoria de 30 años de nuestra estrategia Global Sustainable Equity”.
En Estados Unidos, se contabilizaron 19.911 quiebras empresariales durante los doce meses anteriores a la finalización del primer trimestre de20211. Detrás de esa cifra hay enormes dramas individuales y colectivos. La pandemia del coronavirus ha sido especialmente cruel con algunos. Y sin embargo, ¿qué pensaríamos si nos dijeran que estas cifras cayeron respecto al trimestre anterior? ¿O que el número total de quiebras empresariales en 2020 fue inferior al del año precedente? ¿O que este fenómeno se repitió en otros países como Reino Unido, Francia o Alemania? ¿Es realmente el resultado que cabría esperar de una pandemia global y de las consiguientes perturbaciones económicas?
Si analizamos la tasa de incumplimientos de los bonos high yield o de alto rendimiento (también denominados de grado especulativo o sub-investment grade), se aprecia un nítido repunte de las compañías que en 2020 no pudieron hacer frente a sus obligaciones de pago para con los tenedores de sus bonos.
No obstante, incluso aquí se aprecia algo interesante. La tasa de incumplimientos alcanza su máximo a un nivel notoriamente más bajo que durante la crisis financiera global de 2007-2009.
En parte, esto es así porque los bancos estaban mejor capitalizados y no cerraron las líneas de crédito al ralentizarse la economía. Pero, en su mayor parte, es reflejo de las medidas adoptadas por los bancos centrales y gobiernos para mantener el flujo del crédito. La combinación de tipos de interés ultrabajos y compras de activos para anclar los costos de financiación a niveles más bajos parece haber funcionado. De forma similar, las ayudas públicas de emergencia como los ERTE, las subvenciones y los préstamos a bajo costo han ayudado a las empresas a sortear un periodo de escasez de ingresos debido al cierre parcial de la economía.
Perdonar, pero no olvidar
También ha existido una gran cantidad de indulgencia. Reconociendo lo extraordinario de las circunstancias, los gobiernos han reducido los impuestos o concedido moratorias para el pago de los mismos. Los propietarios de inmuebles han permitido a sus inquilinos aplazar temporalmente el alquiler y las empresas de leasing han permitido diferir los pagos de las cuotas. Los acreedores han otorgado mayor flexibilidad a los deudores permitiendo que la proporción del endeudamiento no destinada a fines específicos aumente y que los plazos medios de reembolso se alarguen. Hay un entendimiento de que las empresas reducirán sus niveles de endeudamiento una vez que se recuperen unas condiciones económicas normales.
Pero toda factura tiene su vencimiento. Los ERTE acabarán, y a medida que se retiren otras medidas temporales de apoyo, no cabe excluir nuevos reveses. Las insolvencias aún podrían registrar un efecto retardado.
Revisiones a la baja y migración de calificaciones
Desde las agencias de calificación crediticia, las empresas han sufrido revisiones a la baja, y algunas se han visto degradadas de la categoría de investment grade a la especulativa (los denominados “ángeles caídos”). Con todo, es probable que lo peor haya pasado. Morgan Stanley apunta que los “ángeles caídos” tienden a concentrarse en torno a shocks económicos como recesiones, puesto que la variación calificativa de investment grade a high yield es típicamente un evento involuntario.
En contraste, las revisiones a la baja de A a BBB ocurren regularmente fuera de recesiones. Esto es así porque la ventaja de conservar un rating A frente a uno BBB, en términos de unos costos de financiación menores, no suele ser tan grande como el coste de perder el estatus de investment grade que representa BBB y tener que pagar el mayor costo de capital asociado a la banda high yield. En otras palabras, los equipos directivos podrían estar dispuestos a tolerar transiciones dentro de la banda investment grade por motivos de dirección empresarial (como tomar un préstamo para financiar el crecimiento) pero son más reticentes a perder el estatus investment grade.
Lo llamativo es la velocidad a la que se está produciendo la recuperación. La primera parte de 2021 ya ha deparado el regreso de “estrellas nacientes”, es decir, empresas que son reconocidas por las agencias de calificación como poseedoras de balances y perspectivas financieras suficientemente sólidos como para ser ascendidas desde el peldaño high yield al investment grade. El grupo de automoción Fiat Chrysler, la empresa de envasado y embalaje Smurfit o el grupo de tecnología Verisign son solo tres ejemplos de empresas que han realizado el tránsito al estatus de investment grade desde comienzos de año.
Liquidez: de instrumento precautorio a arma depredadora
Las empresas han sido razonablemente eficaces en la gestión de la liquidez durante la crisis, lo que se ha basado fundamentalmente en dos líneas de actuación. Primero, en la reducción del gasto en bienes de equipo por parte de muchas empresas. Ello ofreció una rápida vía de conservar liquidez, pero a costa de empañar las perspectivas de crecimiento en el futuro, al dejar de acometer proyectos que hubieran generado retornos.
Es cierto que parte de la inversión de capital puede haber sido improductiva, pero probablemente no sea una coincidencia el que los gobiernos de todo el mundo se esfuercen en que las empresas vuelvan a invertir y recuperen terreno. Ya se trate de la Ley de Infraestructuras propuesta por el presidente de EE. UU. Biden, el desembolso de los fondos ligados al Next Generation European Union Recovery Fund o la superdeducción que el Reino Unido ofrece a las empresas para desgravarse la inversión en bienes de equipo contra impuestos, hay un énfasis general en la inversión productiva –y sostenible– de capital.
Segundo, las empresas se han recapitalizado. Si nos fijamos tan solo en Europa, Bank of America estima que las empresas no financieras de la zona euro captaron 949.000 millones de EUR de recursos ajenos entre marzo de 2020 y abril de 2021, con una proporción 55:45 entre emisiones de bonos y préstamos bancarios. Las empresas emisoras high yield han sido más activas que las investment grade en cuanto a oferta neta de bonos nuevos, plasmándose en un superior crecimiento neto, como porcentaje del tamaño inicial de sus respectivos segmentos, en los mercados en euros, dólares y libras esterlinas2.
La cuestión ahora es si esta liquidez, que el año pasado tuvo motivo precautorio, se convertirá en un “botín de guerra” para financiar futuros proyectos, incluyendo fusiones y adquisiciones, aumentos de dividendos o recompras de acciones (con efectos potencialmente adversos para los tenedores de bonos).
Recuperación fulgurante
Los programas de vacunación están permitiendo la reapertura de las economías en muchas partes del mundo. Se espera que los beneficios se recuperen con rapidez. Las empresas supieron sobreponerse relativamente bien al COVID mediante la reconfiguración de sus cadenas de suministro y la búsqueda de nuevas vías para llegar a los clientes. Sin embargo, con la reapertura de la economía, sectores más cíclicos como la energía y el ocio han visto dispararse los precios de los bonos en respuesta al encarecimiento de las materias primas y la retirada gradual de las restricciones a la movilidad.
Los flujos de caja ya habían empezado a restablecerse a finales del año pasado, y deberían subir aún más con la recuperación de los ingresos de explotación. Por supuesto, existirá cierta demanda de liquidez con fines de reposición de inventarios y capital circulante una vez que la actividad se intensifique, pero es de prever que las empresas emprendan el largo camino hacia la reducción del endeudamiento acumulado. Esto no es poca cosa, pues muchas de ellas han tenido que financiar un año de ingresos reducidos.
La buena noticia es que los banqueros centrales permanecen alerta a las dificultades. Pese a no formar parte de su misión el mantener a flote negocios no rentables, están decididos a aplicar una política monetaria de sesgo acomodaticio para permitir que la recuperación se consolide. De hecho, la volatilidad de mercado registrada este año tuvo que ver con el temor a que los bancos centrales estuvieran prestando demasiada atención a apoyar el crecimiento económico y no la suficiente a los riesgos de un repunte inflacionario. Por ahora, aprobamos la actuación de los bancos centrales. Actualmente, las tasas de variación de los datos económicos están distorsionadas, pero irán ralentizándose en lo que respecta tanto al crecimiento económico como a la inflación conforme los efectos de base cesen de dejarse notar en las cifras.
Todo esto perfila un panorama razonablemente optimista de beneficios al alza, de mejora en las calificaciones crediticias y de entorno de incumplimientos bajos. Pero, ¿cuánto de esto se halla ya incorporado a los precios? Después de todo, aquellos diferenciales de crédito que se ampliaron durante la crisis se han contraído de nuevo hacia sus valores mínimos.
En su reciente estudio anual sobre incumplimientos, Deutsche Bank señaló la paradoja de que, si bien la tasa de incumplimientos de las últimas dos décadas se ha vuelto estructuralmente más baja, los diferenciales de crédito se han mantenido en unos niveles medios similares (véase gráfico 4). Por tanto, los inversores están recibiendo la misma remuneración a cambio de un riesgo de incumplimiento mucho menor. O, dicho a la inversa, los inversores están recibiendo una compensación superior para un determinado nivel de riesgo de incumplimiento.
Indican que las empresas se están beneficiando no solo del entorno de tasas de interés bajas para mantener sus costos de financiación en niveles asequibles, sino también de una mayor cuota de participación de los beneficios en el producto interno bruto (PBI). Los beneficios empresariales estadounidenses han oscilado en torno al 11,6% del PBI desde 2004, frente al 7,7% de los años previos a 20043.
La negociación post-COVID
¿Pueden las empresas seguir capturando una proporción elevada del PBI? Esta es una cuestión clave que merece la pena seguir atentamente durante los próximos meses y años. Es probable que los gobiernos quieran recuperar los fondos inyectados con sus medidas de emergencia. EE.UU. y el Reino Unido se disponen a elevar su fiscalidad sobre las empresas, y existe un creciente consenso global a favor de un impuesto común que grave las ventas digitales. La pandemia también puso de manifiesto problemas relativos a la desigualdad, lo que está ejerciendo presión sobre los gobiernos y las empresas para que mejoren los salarios en la base de la pirámide retributiva. Igualmente, las consideraciones medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG) y la presión de consumidores e inversores impedirán que las empresas continúen eludiendo su responsabilidad en estas áreas.
Quizá el mercado esté siendo sensato al reconocer que, aunque las tasas de incumplimineto son estructuralmente más bajas, ello se ve contrarrestado por un nivel general de endeudamiento más alto y unas perspectivas todavía inciertas. Deberíamos, asimismo, observar con cautela los niveles de diferenciales, que representan el rendimiento adicional pagado por encima de la deuda pública con un vencimiento equivalente. Con los rendimientos de los bonos del Estado en niveles bajos, unos diferenciales estrechos implican que los rendimientos de los bonos corporativos son a su vez bajos. Los inversores piensan en términos absolutos pero también relativos. Así, la clave de un superior rendimiento relativo dentro de los mercados de crédito probablemente estribará más en la selección de empresas individuales con fundamentales en vías de mejora que en la compresión general de los diferenciales que ha caracterizado gran parte del último año.
Tribuna de Seth Meyer, gestor de renta fija high yield en Janus Henderson Investors.
Anotaciones:
(1) Oficina administrativa de los tribunales estadounidenses, a 28 de mayo de 2021. Tabla F-2: Casos de carácter mercantil y no mercantil iniciados, por capítulo del Código de quiebras. Datos para todos los capítulos durante el periodo de 12 meses terminado el 31 de marzo de 2021.
(2) Bank of America Global Research. “Credit Strategy – Europe: Dawn of the European credit upgrade cycle”, 19 de mayo de 2021.
(3) FRED, beneficios empresariales estadounidenses antes de impuestos en porcentaje del PBI de EE. UU., periodos del 1T de 2004 al 1T de 2021, y del 1T de 1988 al 4T de 2003.
Glosario:
Política monetaria: las políticas de un banco central, para tratar de influir en el nivel de inflación y crecimiento de una economía. Incluye el control de los tipos de interés y la oferta monetaria. estímulo monetario es cuando el banco central aumenta la oferta monetaria y reduce los costes de endeudamiento. La restricción monetaria se da cuando el banco central actúa para frenar la inflación y desacelerar el crecimiento de la economía, elevando las tasas de interés y reduciendo la oferta de dinero.
Diferencial/diferencial de crédito: la diferencia de rendimiento entre valores con un vencimiento similar, pero con una calidad crediticia diferente. Los diferenciales de amplitud creciente indican generalmente un deterioro de la solvencia de los prestatarios corporativos, y si se están estrechando indican una mejora.
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Este mes de septiembre viene cargado de eventos que pueden incrementar los niveles de volatilidad y mover los mercados. Entre otros, podemos señalar los siguientes:
1)Las elecciones de California se celebran el 14 de septiembre. El resultado es difícil de pronosticar; algunas encuestas muestran que Newsom corre el riesgo de perder, lo que le convertiría en el segundo gobernador demócrata importante que abandona su puesto en los últimos meses, después de Cuomo en Nueva York.
Se trata de un recall election o referéndum revocatorio: una moción de censura a la americana que comenzó a utilizarse en 1910 pero que desde entonces no ha sido demasiado efectiva porque es fácil de desactivar; si el partido cuyo asiento está en juego instruye a los suyos a no presentarse, la elección pasa de ser de personas a ser de colores (rojo o azul), frustrando así su propósito (ver grafica abajo). La campaña para la elecciones Mid Term que tendrán lugar en noviembre del 2022 está ya en marcha y la salida de Gavin Newsom no ayudaría a la formación azul; no obstante, en los últimos días la media de sondeos asigna un 52,1% de probabilidad a su continuidad en el cargo.
2)Tras la intervención de Jerome Powell en Jackson Hole –que no comunicó nada que no supiéramos, y que reiteró que el listón para empezar el ciclo alcista de tipos está muy alto–, el foco estará en la reunión del FOMC del 22 de septiembre. La Fed probablemente proporcionará detalles sobre sus planes de reducción de compras –incluyendo el calendario y el ritmo de recortes–, se actualizará el “mapa de puntos” que podríapasar a incorporar tres incrementos en el coste del dinero en 2023 –en vez de los dos que se contemplan ahora– e incluso adelantar uno de ellos a diciembre 2022.
Bostic (Reserva Federal de Atlanta) se unió la semana pasada a Kaplan, Mester, Waller, George y Bullard como el 6º presidente que apoya el inicio del tapering el cuarto trimestre y consideraría oportuno comenzar a recortar el volumen mensual de compras de bonos tesoro y MBSs desde octubre si el dato de creación de empleo de agosto es bueno, algo que Powell no desmintió en Wyoming; aunque en el momento de redactar esta columna aún no se ha publicado, las expectativas del mercado tras conocerse los ADP y en el componente de empleo del ISM, se han moderado y el whisper number esta incluso por debajo del pronóstico del consenso (500.000 vs 725.000). Solo un incremento en nóminas inferior a 300.000 podría preservar la dotación del programa de compras durante algo más de tiempo.
Con EE.UU. comenzando a preparar el terreno para iniciar un ciclo de subidas de tipos, China quedaría como una excepción: la política monetaria a nivel global ha marcado un punto de inflexión (como vemos en la gráfica) mientras que Pekín puede estar próximo a rebajar de nuevo el ratio de reservas bancarias. Ya hay nueve bancos centrales (de 34 que seguimos) cuyo último movimiento ha sido una subida de tasas. En un entorno de tasas globales al alza, los países SCANNZ (Suecia, Canadá, Australia, Noruega y Nueva Zelanda) serían especialmente vulnerables por la sobrevaloración evidenciada en sus respectivos mercados de propiedad inmobiliaria.
3)Las elecciones al gobierno alemán del 26 de septiembre con todo por decidir (aunque la oleada de exiliados afganos que estarán entrando en Europa debería ayudar a los socialdemócratas, que apostarán por más gasto público). En Europa, la reunión del próximo día 9 del BCE puede traer sorpresa después de un sorprendente dato de inflación (+3%); el austriaco Robert Holzman, del Consejo de Gobierno del BCE, ya pide abrir el debate del tapering en el Viejo Continente.
4)La Cámara de Representantes ha dicho que votará el proyecto de ley bipartidista de infraestructuras el 27 de septiembre (550.000 millones de dólares; aunque antes debería pasar por el Congreso la aprobación de incremento en gasto público de 3,5 billones de dólares), y demócratas con mucha ascendencia muestran sin pudor su oposición a la medida (como Joe Manchin en este editorial del Wall Street Journal)
5)La financiación del gobierno de los EE.UU. se agota el 30 de septiembre; el techo de la deuda de los EE.UU. probablemente tendrá que ser aumentado/suspendido en octubre (lo que significa que el Congreso deberá empezar a trabajar en ello el mes que viene, y el tema está movido como comentamos más arriba); según este artículo en Político, nos espera un “Septiembre doloroso”, con 46 (de 50) senadores republicanos oponiéndose –en principio– a incrementos en pasivo este otoño. Otro asunto a vigilar es la influencia sobre la confianza del consumidor del precipicio fiscal que enfrentarán los estadounidenses con la finalización de la prohibición a los desahucios y la suspensión de ayudas al desempleo. Cabe esperar muchos titulares negativos asociados a esta temática, pero mas allá de repuntes puntuales en volatilidad no deberían amenazar la tendencia de fondo.
6)La Reserva Federal (junto con el MIT) ha dicho que publicará una investigación («a finales del verano») sobre las monedas digitales, lo que podría allanar el camino para la adopción por parte de EE.UU. de una «CBDC» (moneda digital del banco central); las acusaciones de hostilidad del Dpto. del Tesoro EE.UU hacia las criptodivisas y un resultado negativo del análisis de la Fed podrían catalizar un cambio de tendencia en la cotización de bitcoin: desde los mínimos de julio ha experimentado una revalorización de 58% y su cotización está muy cerca de comprobar la solidez del soporte que proporciona la media móvil de 200 sesiones. Un dólar débil supone buenas noticias para las criptos, porque se asocia a entornos de “risk on” y porque infla el precio de los activos denominados en esta divisa (como el petróleo, por ejemplo).
Como vemos en la gráfica, el índice DXY se ha apreciado un 4% desde mayo, pero el precio del bitcoin ha subido; esto rompe con la pauta de comportamiento entre ambos activos y justificaría al menos una suspensión en los avances de las divisas virtuales. Adicionalmente, como observamos más abajo, la alta correlación negativa entre bitcoin y la prima de riesgo implícita en el mercado de acciones muestra el carácter especulativo de este tipo de instrumento; después de una subida tan abultada, el resultado de las pesquisas de la Reserva Federal podría enfriar el ánimo de los compradores. Y en cualquier caso, la gráfica pone en tela de juicio su valor como activo diversificador del riesgo enposiciones de renta variable.
y 7) dado que la mayoría de colegios públicos vuelven a las aulas a principios/mediados de septiembre (y que EE.UU. se ha quedado rezagada respecto a Europa en porcentaje de vacunados; en unos estados más que en otros) en la medida en que esto lleve a un aumento de los casos de COVID, esas infecciones probablemente comenzarán a mostrarse en las estadísticas durante las últimas semanas de septiembre. De momento, el flujo de noticias en el ámbito sanitario ha venido deteriorándose; el precio de acciones en los sectores de ocio y viajes cayeron con fuerza el lunes poniendo en valor las nuevas recomendaciones de la Unión Europea para turistas estadounidenses y las últimas conclusiones científicas respecto a una nueva variante del virus (C.1.2).
Como contrapunto, una vuelta de verano complicada por el repunte en contagios puede empujar a la Reserva Federal a actuar con más cautela en lo que respecta a sus planes de tapering. La tasa de trasmisión en países G7 ha caído desde 1,47 a 1,1 y sugiere un punto de inflexión en la serie de contagios por Delta; sin embargo merece la pena dar seguimiento a la nueva variante Mu, que ya se ha extendido a 39 países.
Durante la presentación de sus resultados semestrales, Allfunds ha anunciado que ha recibido permiso para operar como WOFE tecnológica (Wholly Foreign-Owned Enterprise) en China, para ofrecer servicios digitales a clientes mainland. Según ha explicado Juan Alcaraz, CEO de Allfunds, China es una de las áreas geográficas donde tienen un “especial interés” y donde ven posibilidad de crecimiento, sin dejar de lado otras como Estados Unidos.
“Con este anuncio estamos lanzando un claro mensaje al mercado y a la industria sobre nuestro interés por esta región”, ha afirmado Alcaraz. Hasta el momento, Allfunds estaba presente en China a través de su oficina de Hong Kong (abierta en abril de 2020) y de acuerdos con otras entidades. De hecho, en junio de este año, la firma logró mejorar su presencia en el mercado chino al convertirse en el proveedor de la plataforma de fondos de CMB Group, el principal banco privado de China. Además, en la región, cuenta con otra oficina en Singapur formada por 17 empleados que “aportan un profundo conocimiento de las particularidades de los mercados asiáticos, así como una considerable experiencia en la región”, apuntan.
Según el CEO de la firma, sus buenos resultados semestrales -que se reflejan en un aumento del 16,4% en los activos bajo administración- se debe principalmente a dos tendencias dentro dentro del mercado: el fuerte apetito por la inversión, en vez de por el ahorro; y la búsqueda de acceso a una gran diversidad de productos de inversión.
“El primer semestre del año ha sido un periodo de fuerte crecimiento y de resultados financieros récord para Allfunds. Nuestros sólidos resultados son un reflejo de nuestro liderazgo en el mercado y del compromiso con nuestros clientes. Hemos visto flujos netos que representan un 23% anualizado sobre los activos bajo administración del inicio del período, una cifra que no habíamos alcanzado en los últimos tres años. Además, nuestro negocio orgánico ha experimentado una TACC del 32% desde el primer semestre de 2017 hasta el mismo periodo en 2021. Seguimos trabajando sobre nuestra escalabilidad habiendo alcanzado más de 1,3 billones de euros de activos bajo administración y una posición de mercado reforzada. En estos primeros seis meses de 2021, también hemos seguido invirtiendo en tecnología, innovación y personas para seguir mejorando la oferta de productos y servicios para nuestros clientes, convirtiendo así a Allfunds en una de las principales WealthTech B2B líderes a nivel mundial”, ha destacado Alcaraz.
Vishal Gupta, gestor de la cartera Emerging Leaders Equity de Morgan Stanley Investment Management, analiza en este artículo el regreso de los inversores a la renta variable de mercados emergentes tras la peor década de la historia para el rendimiento de esta clase de activo.
Puede acceder al artículo completo, publicado en la revista de Funds Society, a través de este enlace.
Didier Saint-Georges, miembro del Comité de Inversión Estratégico y Managing Director de Carmignac, ha anunciado su intención de retirarse el próximo mes de octubre. Saint-Georges, que comenzó su andadura profesional en 1987, llevaba formando parte del equipo de Carmignac desde 2007.
Respecto a la retirada de Saint-Georges, Edouard Carmignac, presidente y director de inversiones de Carmignac, ha comentado: «Tras 14 años con nosotros, Didier Saint-Georges ha anunciado internamente su intención de retirarse el 1 de octubre de 2021. A lo largo de estos años, Didier ha sido un pilar de nuestra organización, asegurando una presencia permanente con nuestros clientes y compartiendo incansablemente sus opiniones sobre nuestras opciones de gestión y nuestros puntos de vista sobre los mercados. Ha sido un gran placer para mí trabajar con Didier y me gustaría agradecerle calurosamente en nombre de los equipos de Carmignac su contribución. También me gustaría agradecerle que en los últimos años haya creado a su alrededor un equipo de gran talento, formado por profesionales experimentados y reconocidos, Kevin Thozet y Gergely Majoros, que ya son bien conocidos por nuestros clientes».
Antes de formar parte de Carmignac, Didier Saint-Georges trabajó en el área de Financiación para el sector aeronáutico de Citibank, para después adentrarse en el negocio de la gestión de valores en 1987. Trabajó durante diez años en JP Morgan en Londres, París y Nueva York, donde creó y lideró el departamento de Renta variable internacional. En 1997, asumió el papel de Managing Director en Merrill Lynch, donde fue responsable de las operaciones con instrumentos derivados y renta variable internacional en París.