Grupo Bursátil Mexicano (GBM) y Grupo Bolsa Mexicana de Valores (Grupo BMV), firmaron un acuerdo de colaboración con el fin de profesionalizar la asesoría financiera en México, por medio de cursos, intercambios académicos, asesorías, difusión de cultura, y capacitación de nuevos asesores financieros.
El principal objetivo del convenio es proporcionar formación en materia bursátil y financiera que permita a las personas con objetivos encaminados a convertirse en asesores financieros, la posibilidad de adquirir conocimientos; a través de una serie de actividades como conferencias, cursos académicos, clases y asesorías, con el apoyo de la infraestructura y experiencia de ambas instituciones.
“En GBM nos complace anunciar esta nueva etapa en conjunto con Grupo Bolsa Mexicana de Valores, para incentivar a todas aquellas personas que tengan interés por obtener conocimientos y formación en materia de asesoría financiera. Estamos seguros que con la experiencia conjunta, será una alianza con gran impacto para continuar democratizando las inversiones en México a través de la asesoría”, comentó Luis Madrigal, director de Soluciones para Asesores de GBM.
Para la planeación de esta alianza, la infraestructura y experiencia de GBM y Grupo BMV, han sido parte fundamental para potenciar aún más los planes que hay en progreso. Por un lado, GBM ha realizado acciones estratégicas diseñadas para la profesionalización de los asesores financieros en México, ampliando su conocimiento sobre inversiones, mercado bursátil y en materia financiera. Por otro lado, Bolsa Mexicana de Valores a través de Escuela Bolsa Mexicana, cuenta con programas de preparación para asesores financieros y de capacitación para los responsables de ejercer funciones que requieren certificaciones en diferentes ámbitos financieros y diplomados en diferentes áreas.
“En GBM estamos comprometidos con impulsar las inversiones en México, por ello de la mano de Escuela Bolsa Mexicana sabemos que lograremos grandes resultados para la formación de nuevos asesores financieros. En conjunto, buscamos profesionalizar la asesoría en México y brindar oportunidades para que más personas encuentren en la asesoría financiera una carrera profesional apasionante que los llene de éxitos a nivel personal y profesional”, dijo Alicia Arias, directora de Adquisición de Asesores de GBM.
“Para nosotros, como promotores de la cultura financiera y bursátil del país reconocemos que la labor de asesoría de calidad en temas de inversión es una de las llaves de entrada a los mercados y su permanencia, por ello, reconocemos que la profesionalización y la especialización es en beneficio del público inversionista en su conjunto”, señaló José-Oriol Bosch, director general del Grupo BMV.
“En Grupo BMV creemos que la educación financiera es de suma importancia para el país y estamos seguros que con esta alianza con GBM redoblamos nuestras acciones hacia inversionistas, empresas, intermediarios, emisores y a todos aquellos jóvenes interesados en el mercado de valores”, señaló Gerardo Aparicio, director de la EscuelaBolsa Mexicana de Valores,
Durante la alianza, se llevarán a cabo actividades enfocadas en la docencia, asesoría, captación, adiestramiento e intercambio académico de publicaciones y de personal, con el objetivo de enriquecer y cubrir los puntos relevantes encaminados en la oferta educativa y, en la profesionalización de la asesoría en México, que trabajan conjuntamente GBM y Bolsa Mexicana de Valores en su colaboración.
Kurt Rickli se unió a Itaú Private Bank en Zúrich procedente de EFG International.
Rickli, que trabajó durante tres años en EFG International, llegó en enero al banco brasileño y está especializado en clientes de Colombia. Era parte de un equipo de tres que administraban «mucho más de 150 millones de dólares», dijeron a Funds Society fuentes vinculadas a Itaú.
El advisor tiene más de 27 años en los que ha trabajado para las divisiones de wealth management de HSBC, Julius Baer y UBS a lo largo de su carrera, según su perfil de LinkedIn.
Rickli reporta a Fabio Abdo en Zúrich y Alejandro Santos en Miami.
«Su trabajo será liderar el impulso de Itaú Suiza en los mercados hispanos, lo cual es nuevo para Itaú Suiza, hasta ahora, Itaú Suiza estaba enfocado en Brasil», agregaron las fuentes.
Hace pocos días, el grupo brasileño también nombró recientemente a Fernando Mattar Beyruti para el puesto recién creado de director global de banca privada en Miami.
Cuesta creer que, durante un periodo importante de nuestra historia, la psicología viviera al margen de la economía y que esta asociación de disciplinas tan evidente, no recibiera la suficiente atención hasta casi los 80. Durante años, las corrientes de pensamiento clásicas plantearon que la toma de decisiones de inversión se basaba en el análisis meticuloso de todas las opciones disponibles. Como si los humanos fuéramos seres perfectamente racionales y los mercados un espejo de nuestra ecuanimidad.
Herbert Simon, conocido por su estudio interdisciplinario de la economía, ya nos enseñó que nuestra racionalidad tiende a ser limitada. Para empezar, porque priorizamos las decisiones satisfactorias en lugar de las óptimas aunque dispongamos de toda la información posible. Seríamos, bajo su óptica, seres parcialmente racionales. Algo que ya nos aleja de la teoría de los mercados eficientes, a partir de la cual los precios reflejan todos los datos disponibles y los humanos somos seres intelectuales capaces de sepultar nuestras emociones.
De la mano de Tahler, la economía conductual llamó a nuestra puerta con ímpetu, para recordarnos que sin emociones no hay vida, pero también que el no poder controlarlas durante el proceso de inversión, puede convertirnos en esclavos de nuestros sesgos. Y no es un tema menor. Ya sabemos que hay quienes dicen que no hay peor enemigo de la gestión que la emoción.
El cierre del año 2018 nos puso muy a prueba en este sentido. Nadie se ha olvidado de las caídas generalizadas ni de todos los índices en negativo. La frustración llegó a todos los rincones del planeta, así como ese sentimiento de que, por favor, acabara esta mala racha cuanto antes. Posicionarse lo mejor posible era la ambición de todos. Quizá una de las lecturas positivas de esta sangría fuera que, quienes consiguieron liberarse del yugo del miedo, acabaron sacándole rentabilidad al imponente desafío que supone aguantar el tipo.
Decir que el temor nos paraliza no es una metáfora. Los estados de pánico pueden llegar a alterar la corteza prefrontal de nuestro cerebro; esa que precisamente nos permite pensar racionalmente. Hay que estar militar o mentalmente muy entrenado para no ceder ante el entumecimiento del miedo. Se trata de una emoción ancestral, útil y adaptativa. Quizá una de las más fuertes a la hora de alterar nuestra fisiología y conducta. El miedo puede salvarnos la vida pero también llevarnos a cometer las mayores torpezas.
En esos momentos tan complicados, muchos pensamos que la debacle sería un hecho aislado. Un suceso sorpresivo y de alto impacto, no muy alejado de la teoría del “cisne negro”. Pero los acontecimientos extraordinarios seguirían poniéndonos a prueba. El 2021 ha sido la confirmación de nuestra resiliencia. Por fin llegaron las vacunas, sí, pero a cambio el destino daba otras campanadas: crisis de la cadena de suministro, más cepas y más lockdowns, filias y fobias alrededor de las criptomonedas, la narrativa de la inflación y retirada de los estímulos de los Bancos Centrales así como una sombra constante de conflicto político. En definitiva, un escenario bastante complicado para la inversión.
Parece que el sobresalto ha venido para quedarse y a los que trabajamos en el mercado financiero, no nos queda más remedio que respirar profundamente para no identificarnos con los acontecimientos y así poder capear esta volatilidad de la mejor manera.
Me gusta pensar que en Allfunds cumplimos una función muy útil en este sentido, porque ampliamos tanto el universo de opciones de inversión, que nuestros clientes saben que están en el lugar adecuado para encontrar fuentes de alfa, aún en los momentos en los que el miedo se apodera de nuestra psique y no parece haber refugio. Quizá no seamos maestros en la gestión de emociones pero si facilitadores de un abanico tan amplio de información y alternativas que, cuando vienen mal dadas, quienes trabajan con nosotros saben que no hay clase de activo que se les escape.
Los que nos conocen saben que abarcamos más de 100,000 fondos de inversión y 2,000 gestoras pero como la cantidad no lo es todo, contamos con las herramientas que nos permiten desgranar y filtrar la información para poder identificar el talento y seleccionar justo lo que necesitamos, también durante las peores rachas.
Respondiendo a la creciente demanda de nuestros clientes, que han puesto su foco en los mercados privados como fuente de rentabilidad, hemos buscado alianzas estratégicas que refuercen y expandan nuestra oferta de producto. Nuestra colaboración con iCapital, plataforma americana líder en soluciones de inversión alternativa, ya ha comenzado su andadura en nuestro ecosistema digital, Allfunds Connect.
Nos hace especial ilusión dar acceso democrático a los mayores GPs del mundo. No deja de ser una forma más de apoyar a nuestros clientes en esta cruzada cada vez más desafiante que es la búsqueda de yield. Es evidente que los inversores están aumentado notablemente su asignación a este tipo de activos y, en algunas jurisdicciones, con el viento regulatorio a favor.
Tras un mes de enero muy movido y sin entrar en el seductor pero imposible terreno de la predicción, tenemos claro que no vamos a parar a la hora de seguir expandiendo nuestro universo de productos. Aunque no haya forma de anular la incertidumbre del futuro, estamos dispuestos a asumir el coste de tener todas las alternativas posibles en plataforma. Ese compromiso es, sin duda, lo que más puede acercar a nuestros clientes a la búsqueda optima de soluciones de inversión.
Quizá no exista ese “homoeconomicus” perfecto en el que creían los neoclásicos; siempre capaz de tomar las decisiones más adecuadas para él y los suyos. Pero tener acceso digital y sencillo a todas las alternativas de inversión del mercado, puede ser la forma más efectiva de acercarse a él y a la complicada tarea de calcular, ponderar y escoger racionalmente.
Pixabay CC0 Public Domain. La campañas de activistas estadounidenses crecen un 14% en 2021, representando el 55% del activismo mundial
Según señala el último informe de Lazard, los inversores activistas realizaron 173 campañas a nivel mundial en 2021, lo que supone un descenso del 6% en comparación a 2020 y manteniendo la tendencia de descenso de los últimos años. No obstante, la firma recalca que la actividad de las campañas se aceleró a finales de 2021 con 50 campañas emprendidas y un fuerte repunte del capital desplegado en el último trimestre, «lo que da lugar a numerosas situaciones vivas» para 2022.
El comercio minorista y la tecnología, con un 16% y un 15% del capital total desplegado a nivel mundial, fueron los sectores más atacados por activistas con el 31% del capital desplegado en 2021.Los grandes nombres del activismo inversor impulsan la mayor parte de las iniciativas en 2021. El fondo activista Elliott sigue siendo el agitador más productivo en términos de actividad y capital desplegado con 17 campañas iniciadas.
Estados Unidos y Europa
Las nuevas campañas activistas emprendidas en Estados Unidos registraron un aumento del 14% interanual. La actividad estadounidense representa así el 55% de todo el activismo mundial (frente al 45% en 2020) y el 49% del capital desplegado.
Por su parte, Europa ha registrado 50 nuevas campañas activistas en 2021, un 12% menos que en el año anterior, aunque con un “fuerte repunte” en el cuarto trimestre con 16 nuevas campañas. Los principales activistas de gran capitalización han vuelto a ser el centro de atención en Europa, llevando a cabo el 26% de todas las campañas (frente al 16% en 2020). Asimismo, Elliott representa el 18% del total de campañas europeas.
Los sectores sensibles a la recuperación, como financieras, industria, sanidad y comercio minorista, han sido los principales objetivos de campañas impulsadas por activistas. Por países, Reino Unido estuvo en el punto de mira de los principales activistas de gran capitalización y atrajo más del 40% de las campañas europeas en 2021. No obstante, empresas de Alemania y de los Países Bajos también son objetivos de los activistas.
Cambios en los consejos de administración
Los activistas lograron influir en los consejos mediante pactos que les han permitido conseguir más del 90% de los puestos, en lugar de obtenerlos por delegación de voto. De los 89 obtenidos en consejos de administración en 2021, 50 siguen en juego de cara a 2022.
Además, los cambios en los consejos de administración reflejan una mayor diversidad de género, lo que sugiere que los activistas están ampliando el perfil de candidatos.
En 2021, las operaciones de M&A y los cambios en el consejo siguen siendo los objetivos más demandados por los activistas. En Europa, la rotación de directores generales se produce con “mucha frecuencia” tras la presión de los activistas.
Fusiones y adquisiciones
Según señala el informe, el 43% de las campañas activistas de 2021 incluyeron una tesis vinculada con demandas de fusiones y adquisiciones, cifra por encima de la media de varios años del 39%.
Las operaciones de oposición fueron el objetivo más común con el 19% de todas las campañas activistas. Dentro de las campañas de oposición, las que buscaban condiciones más favorables para las transacciones han logrado mayores tasas de éxito que las campañas que pretendían anular operaciones.
El informe también afirma que los criterios ESG se convirtieron en 2021 en el pilar fundamental de las plataformas de los activistas. En este sentido, Lazard recalca que los ataques estratégicos centrados en criterios medioambientales y de gobernanza “dejan de ser el dominio de un pequeño grupo de activistas”.
Nueva regulación
Por último, Lazard centra su atención en la nueva normativa de voto adoptada por la Comisión del Mercado de Valores de EE.UU. (SEC) en noviembre y que entrará en vigor a partir del 31 de agosto de 2022. La nueva regulación pretende reducir las barreras de entrada exigiendo la presentación nominal de todos los candidatos disponibles para contrarrestar el modelo binario actual de delegación de voto.
De esta forma, los activistas podrían empezar a solicitar el uso de poderes universales en la próxima temporada de representación. La SEC ha calificado este cambio como un «aspecto importante para la democracia de los accionistas», ya que pone a los inversores que votan en persona y por delegación en «igualdad de condiciones».
Asimismo, también serán relevantes los cambios anunciados por BlackRock respecto de su política de voto, que permitirán devolver los derechos de votos a sus inversores finales, pudiendo incentivar a otras instituciones a seguir el ejemplo.
Foto cedidaCréditos: Marcelo Singer para ReachingU. Foto cedida
El próximo lunes 28 de febrero se jugará la octava edición del Torneo ReachingU Golf, a beneficio de los proyectos educativos que apoya la fundación en Uruguay.
El torneo se llevará a cabo en La Barra Golf Club, en modalidad 18 hoyos, laguneada, en equipos de cuatro jugadores. Habrá desafíos especiales de Best Approach, Best y Long Drive con premios especiales durante la competencia e importantes sorteos entre los participantes, según el comunicado al que accedió Funds Society.
Además en la tarde noche de Uruguay se realizará un cocktail con entrega de premios en el recientemente inaugurado Museo de Arte Contemporáneo Atchugarry (MACA), que dará cierre a lo festejos por los 20 años de la fundación.
La Fundación ReachingU trabaja desde 2001 para brindar una educación integral de calidad a los niños, niñas y adolescentes más vulnerables de Uruguay, «contribuyendo así a su bienestar y el de toda la comunidad», se describe la organización en su sitio web.
Con su origen en Estados Unidos, ReachingU es una fundación con presencia global y foco en Uruguay.
Las inscripciones ya están abiertas vía WhatsApp a través del +598 91 274 440
Para formar parte de sponsors y apoyos pueden contactarse a los siguientes correos electrónicos: tati@tatipaz.com, mncoates@quorum.net.uy
Pixabay CC0 Public Domain. El darwinismo digital está en un punto de inflexión disruptivo para los inversores
La conectividad a Internet y las herramientas digitales han transformado todo, desde el comercio minorista hasta la forma en que vemos películas, aprendemos, pedimos comida y experimentamos la asistencia sanitaria, obligando a innumerables empresas de todas las industrias y sectores a evolucionar hacia nuevas realidades digitales o a arriesgarse a la extinción en un proceso continuo que ha llegado a conocerse como darwinismo digital.
Ahora, esta tendencia se encuentra en un punto de inflexión que hará que la disrupción de las últimas dos décadas parezca una apuesta sobre la mesa, con innumerables implicaciones para los inversores.
En la actualidad, los avances en software y hardware, junto con la inteligencia artificial (IA), se han acelerado hasta tal punto que la tecnología está creando oportunidades de innovación, impacto y disrupción sin precedentes en todos los países y sectores económicos. Este fenómeno global barrerá del mapa a algunas empresas, permitirá a otras ganar una cuota de mercado dominante y tendrá un impacto en el orden geopolítico mundial. También es una oportunidad para que los inversores se beneficien de la disrupción y contribuyan a un cambio positivo en el mundo real.
Esta supervivencia basada en el que sea «más apto digitalmente» pone de manifiesto los puntos débiles de las empresas que carecen de destreza tecnológica, al tiempo que permite a otras -a veces pequeñas compañías- dominar. Aunque el darwinismo digital ha sido hasta ahora más prominente en el sector del consumo, ahora lo está impregnando todo en un momento de crecimiento exponencial, acercando cada vez más a la sociedad a lo que Ray Kurzweil denomina “singularidad: el momento en que el poder del hombre y de la máquina convergen”.
La evolución se evidencia en el acortamiento del ciclo de vida de las empresas: la longevidad de una empresa cotizada en el S&P500 era de 30-35 años en los años 70, pero se espera que se reduzca a 15-20 años durante esta década, según Huron Consulting.
En medio de este cambio de paradigma, destacan tres tendencias a las que los inversores deberían prestar especial atención:
Los datos y la conectividad. Hace tres décadas, pocas personas tenían acceso a Internet, ahora el 60% de las personas viven online, lo que acelera la disrupción al generar 2,5 quintillones de bytes de datos diarios. Esos datos se están utilizando para mejorar los bienes y servicios. El Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) pone de manifiesto el ritmo del cambio, ya que solo en 2021 crecerá un 9% hasta alcanzar los 12.300 millones de conexiones. Además, cada vez más la economía mundial es digital: dentro del índice MSCI All Country World, las empresas digitales generarán unos 7,4 billones de dólares de ingresos en 2020, frente a 2,2 billones en 2001. Se prevé que esta cifra alcance los 30 billones de dólares en 2040, creando oportunidades en todos los ámbitos, desde el metaverso hasta las redes, la infraestructura de conectividad, los semiconductores, el almacenamiento en la nube y la ciberseguridad.
Hombre y máquina. Este concepto parte de la noción de que el cuerpo humano es el hardware y el ADN su código de software. Por ejemplo, la velocidad, la innovación y la colaboración que llevaron al rápido desarrollo de las vacunas frente al COVID-19 sugieren que los científicos y los tecnólogos pueden avanzar significativamente en la forma de tratar todo tipo de enfermedades. Los científicos de la nanotecnología están instalando microelectrodos para ayudar a los ciegos a ver. Más allá de la salud, la era del hombre y la máquina también tiene un gran potencial. A medida que el metaverso difumina las líneas entre las experiencias físicas y las digitales (impulsadas por la conectividad a Internet, la realidad virtual y el blockchain), las compras, el entretenimiento, la cultura y los pagos se verán revolucionados. Imagínese estar en su cocina renovada antes de empezar la construcción o probar un coche en casa. En la educación, los estudiantes pueden sumergirse en una cultura o lugar. Imagine que aprende sobre las pirámides de Egipto «visitando» una en el metaverso. Los medios de comunicación también cambiarán inexorablemente. Hoy en día, en Estados Unidos, los consumidores consumen 11.000 millones de días de contenido digital al año y ven otros 14.000 millones de días de televisión al año, lo que sugiere que el mercado de las experiencias inmersivas es enorme.
Tecnología climática. Abordar el cambio climático es nuestro mayor reto actual, pero tenemos que crea oportunidades para que los inversores apoyen un cambio positivo. Hasta junio de 2021, se invirtieron 87.500 millones de dólares en empresas que combaten la crisis climática, frente a los 24.800 millones del año anterior, según PwC. A medida que se gasta más capital en la transición, una inversión significativa fluirá hacia los innovadores tecnológicos. El enviado de EE.UU. para el cambio climático, John Kerry, prevé que la mitad de los recortes necesarios para lograr emisiones netas cero «provendrán de tecnologías que aún no tenemos». Los inversores pueden apoyar todo tipo de tecnologías, desde los mercados de compensación de carbono impulsados por la inteligencia artificial hasta la mejora de la infraestructura energética.
Todo esto podría sacudir el orden geopolítico mundial a medida que las principales economías, como Estados Unidos y China utilicen la tecnología para competir por el dominio de las industrias vitales del futuro, desde la fabricación de paneles solares hasta los semiconductores y la robótica. Según todo esto se desarrolle, habrá volatilidad a medida que ciertos países ganen poder marginal y ventajas en sectores particulares. Sin embargo, en general, espero que se formen con el tiempo alianzas mundiales estables que faciliten la disrupción sin una volatilidad onerosa.
Estas tendencias suponen un reto para los enfoques tradicionales de inversión en renta variable, ya que, al fin y al cabo, tampoco son inmunes al darwinismo digital. En este sentido, el enfoque evolutivo para la compra de acciones parece que será de naturaleza temática, donde los inversores pueden asignar el capital a través de temas como la inteligencia artificial, el metaverso, la tecnología limpia, la vida sana, la seguridad alimentaria o el agua, en lugar de basarse estrictamente en industrias, sectores o regiones. Este proceso también podría ayudar a asignar el capital de manera más eficiente durante la transición a un mundo más sostenible, permitiendo que las carteras inviertan para lograr un impacto, contribuyendo a la vez a las soluciones y beneficiándose potencialmente de la volatilidad causada por la inevitable disrupción.
Tribuna elaborada por Virginie Maisonneuve, directora global de inversiones en renta variable de Allianz Global Investors.
Pixabay CC0 Public Domain. 52 días marcados por política monetaria, fiscal y la inflación: ¿hacia dónde van las grandes economías en 2022?
2022 promete ser un año de transición. Ahora que pasamos el ecuador del primer trimestre, las gestoras apuran para presentar sus perspectivas más actualizadas para los próximos meses. En todos sus documentos hay tres palabras clave que se repiten: inflación, política monetaria y China. Y lo más significativo es que estos factores, que marcarán los mercados este año, tienen en común que transitan hacia una nueva realidad llevando a las principales economías a nuevos retos.
“Es probable que 2022 se caracterice por ser un año de normalización muy parecido a lo que ocurrió en 2004 y 2010, en el que las políticas monetarias y fiscales empiezan a ser menos favorables al crecimiento mundial. Se espera que los responsables de las políticas se endurezcan tras dos años de medidas de apoyo muy laxas, pero es probable que la pérdida de impulso del crecimiento en medio de las crecientes presiones inflacionistas limite a los bancos centrales. La posibilidad de que se produzcan errores en la política y los cambios en la percepción del mercado son aspectos que hay que vigilar”, apuntan desde Eastspring Investments.
Según explica Fernando Fernández-Bravo, responsable de Ventas Institucional de Invesco, volveremos a tener ciclos más normalizados y de crecimiento, gracias a que el efecto de las política monetarias sigue ejerciendo un viento a favor. Para la gestora el punto de partida es claro: “Tras una drástica evolución de las políticas monetaria y fiscal en 2021 y 2021, se dan las condiciones para que 2022 sea un año de transición según las políticas y las economías avancen hacia una situación de mayor normalidad. Sin embargo, persisten problemas que quizá definan el entorno económico y del mercado, como la continuidad de la disrupción en la cadena de suministro y un aumento de la demanda que amenaza con mantener la inflación alta en las diferentes economías. Para 2022, nuestra perspectiva se centra en la inflación y cómo los mercados y los responsables de política podrían reaccionar a ella”.
Pero, ¿en qué punto del ciclo estamos? En opinión de Fernández-Bravo, aunque su hipótesis de referencia no es negativa, cree que la economía mundial podría parecerse a una ralentización de mediados de ciclo. “Creemos que la disrupción ocasionada por la pandemia ha alterado significativamente el análisis tradicional del ciclo económico. Vemos que la senda que encaramos es de transición, caracterizada por un periodo de crecimiento continuado, pero con una tasa de variación en retroceso según las economías digieran las extraordinarias medidas de política tomadas por la pandemia. 2022 parece que será un año de transición en que las economías regresarán a tasas de crecimiento estructurales”.
“Creemos que 2022 será un año en el que el crecimiento mundial volverá a ser sólido, aunque es probable que a principios de año se experimente cierta debilidad debido a la variante ómicron. La inflación debería alcanzar su punto álgido a mediados de año, pero en nuestra opinión es probable que se mantenga por encima de los objetivos de los bancos centrales durante todo el año, con lo que los precios seguirán centrando las preocupaciones de inversores y autoridades. También será un año de endurecimiento sincronizado de la política monetaria y de nuevos y rápidos avances en la transición energética”, añade Ben Way, jefe de Grupo de Macquarie Asset Management.
Perspectivas de crecimiento
Sin embargo, desde Carmignac hablan de una ralentización que no será excesiva y según sus estimaciones, el ritmo de crecimiento de la economía mundial debería desacelerarse del 5,5% en 2021 al 4,2% este año. A corto plazo, el primer semestre del año debería ser testigo de una brusca desaceleración impulsada por la variante ómicron, los elevados precios de la energía y el impacto del endurecimiento monetario en los mercados emergentes y las economías anglosajonas. Por lo que la gestora espera que la economía mundial se recupere a partir de la segunda mitad del año gracias a las políticas de estímulo adoptadas por China.
“A corto plazo, la zona euro seguirá acusando los elevados precios de la energía vinculados al enfrentamiento entre Rusia y la OTAN, así como su dependencia de las cadenas de suministro mundiales. Pero una vez que estos obstáculos desaparezcan, Europa debería poder beneficiarse de una posible y total recuperación de su mercado laboral gracias a un impulso presupuestario positivo”, señala Raphaël Gallardo, economista jefe de Carmignac.
Según Invesco, tras unos programas fiscales ingentes y una política monetaria muy acomodaticia, las economías se ralentizarán desde sus elevadas tasas de crecimiento posteriores a la pandemia para registrar un ritmo más normal.
“Creemos que tanto Estados Unidos como la zona euro podrían crecer a un 5%, mientras que China tendrá un comportamiento opuesto a los países desarrollados, es decir: el país se centrará en proporcionar estímulos y apoyos a la economía, mientras el resto de países tienden a retirarlo. Para China, auguramos que el crecimiento se moderará iniciado el primer semestre de 2022, a lo que seguirá un repunte impulsado en parte por el respaldo oficial”, añade Fernández-Bravo.
Sobre Estados Unidos, Carmignac considera que está entrando de lleno en modo de sobrecalentamiento en el primer trimestre, incluso antes de lo que estimaban, debido a que la ola por la variante ómicron del coronavirus está deprimiendo todavía más la oferta de trabajo. “El crecimiento trimestral debería quedar reducido a la mitad, hasta el 2,4%, a finales de año, debido a las restricciones laborales y a la moderación de la demanda final (inflación elevada, orientación presupuestaria negativa y exceso de existencias de bienes duraderos). Ante el riesgo de que las expectativas de inflación queden desmontadas, la Fed no tiene más remedio que indicar un ciclo de endurecimiento monetario rápido en una economía en desaceleración”, señaló la gestora durante la presentación de sus perspectivas a finales de enero.
Por último, el equipo de expertos de Lombard Odier, analiza China y advierte de que es probable que este año se lleven a cabo ajustes pragmáticos en la política macroeconómica. Según apuntan, el reto del gigante asiático es que la economía no se desvíe en exceso del objetivo declarado de duplicar la renta per cápita de aquí a 2035.
“Mientras el crecimiento repunta después de un tercer trimestre excepcionalmente desfavorable, la agitación que rodea a los promotores inmobiliarios sigue lastrando la confianza de los compradores de viviendas y la inversión inmobiliaria. Prevemos que las autoridades, conscientes de la amenaza, relajen ligeramente la regulación del sector y lo apoyen a través de la política fiscal y monetaria”, afirman en su documento de previsiones.
La firma ha rebajado moderadamente la expectativa de crecimiento de China para 2022 al 5% para reflejar la incertidumbre reinante en el cuatro trimestre de 2021. Según indican, “estimamos que el crecimiento trimestral se acelerará con respecto al tercer trimestre del año y alcanzará un ritmo más respetable hasta mediados de 2022, respaldado por una mejor visibilidad de las políticas y una mayor normalización de la movilidad interna. Aunque la inflación de los precios de producción ha sido bastante elevada, no creemos que se produzca una aceleración paralela de los precios al consumo. Esta combinación relativamente benigna de crecimiento e inflación debería crear un margen significativo para que los responsables políticos consideren la posibilidad de introducir medidas de apoyo anticíclicas intermitentes”.
Gobiernos y bancos centrales
Tal y como destacan desde JP Morgan AM, desde el inicio de esta pandemia los gobiernos han puesto en marcha planes de gasto que mantendrán el apoyo a sus economías, mientras los bancos centrales retiran sus estímulos. “Mientras se eliminan los subsidios de desempleo y otras formas de estímulo a corto plazo, se incrementa el gasto en infraestructuras, sobre todo para facilitar la transición a las tecnologías de baja emisión de carbono. Esta perspectiva de apoyo a la política gubernamental puede verse cuestionada por una serie de acontecimientos políticos en 2022”, advierten.
Quiénes sí retirarán su apoyo serán los bancos centrales. Sobre ello, el documento de perspectivas de JP Morgan AM explica que el principal riesgo para los mercados es que los bancos centrales empiecen a preocuparse por la creciente presión inflacionista y pisen el freno. Sin embargo, la gestora lo ve poco probable.
“A lo largo de 2021, los bancos centrales han dejado muy claro que no están dispuestos a correr ningún riesgo con la recuperación. Estratégicamente, preferirían equivocarse por haber apretado demasiado tarde, que demasiado pronto. Ya en 2013, la Fed creó un brote de volatilidad en los mercados en lo que se conoció como el taper tantrum. La cuestión ahora es si los mercados se enfrentan a una situación similar cuando las compras de activos cesen en 2022. Nuestra principal expectativa es que los mercados lo evitarán”, señalan.
En este sentido, desde Eastspring Investments no creen que el tapering tenga un impacto tan grande en los inversores de bonos. “Se han estado preparando para la normalización de la política desde finales de 2020, en contraste con 2013, cuando el anuncio inesperado dio lugar al taper tantrum. Pero lo más importante es que los mercados emergentes se encuentran hoy en una posición más fuerte. Países como la India e Indonesia presentan superávits en su balanza de pagos en lugar de déficits, y los bonos de los mercados emergentes en su conjunto ofrecen un mayor rendimiento frente a los bonos del Tesoro de EE.UU. en comparación con 2013”, destacan en sus reflexiones para este año.
A vueltas con la inflación
Por último, lo que hagan las economías mundiales los próximos diez meses no se puede entender sin tener presente la inflación y su evolución. Los mercados empezaron con nerviosismo en 2022, reflejando la postura cada vez más restrictiva de la Reserva Federal con respecto a la inflación. En este contexto, la inflación se convierte en la variable clave. En nuestro escenario base, a partir de la primavera la inflación empezará a bajar y la Fed podrá suavizar su postura”, reconoce Eurizon en sus perspectivas mensuales.
Ahora bien, las gestoras advierten ciertas divergencias. Mientras los primeros datos de inflación sorprenden a la alza en Europa, Estados Unidos o Reino Unido, lo hacen a la baja en algunos mercados emergentes. “La inflación está empezando a sorprender a la baja en varios mercados emergentes, sobre todo en China e India. La inflación en China se ha desplomado hasta el +1,5% interanual, frente al 2,3% interanual del mes anterior, y ha sorprendido negativamente en dos décimas. El índice de precios al productor (IPP) chino sigue siendo elevado, con un 10,3% interanual, pero también en este caso se situó un porcentaje completo por debajo de las expectativas, mientras que el IPP estadounidense y el índice de precios de importación también se situaron ligeramente por debajo de las expectativas. Esto podría marcar el comienzo de tiempos mejores por fin, si la onda Omicron no conspira contra la normalización una vez más”, explica Geraldine Sundstrom, gestora de carteras de PIMCO.
Para Peter van der Welle, estratega de Robeco, el problema de la inflación ha repuntado por la escasez de suministros que siguió al fin de los confinamientos por el COVID-19 y al dispararse el precio de la energía, provocando una considerable merma en el poder adquisitivo de empresas y consumidores.
“La primera amenaza es que pensamos que los riesgos de inflación seguirán sesgados al alza algunos meses más, aunque prevemos que después se reduzcan significativamente. Los mercados financieros se están dando cuenta de que la Fed ha decido combatir la inflación, y descuentan cinco subidas de tipos en 2022 para afrontar esos riesgos inflacionistas”, explica Van der Welle.
En su opinión, aunque ello podría generar turbulencias, piensa que los mercados asumirán después que la inflación se desacelera, al menos en las partes cíclicas de la economía. “La prima de riesgo de la inflación, la compensación que los inversores exigen para protegerse de una inflación imprevista, ha remitido últimamente. La inflación ha acaparado la atención durante el último año, pero esa señal de los mercados de bonos nos indica que el mercado puede sobreponerse”, concluye el experto.
Si la inflación que estamos experimentando es realmente una reflación, es decir, un repunte de la actividad económica que también eleva algunos precios, probablemente no sea demasiado exagerado decir que esto es inequívocamente bueno para los mercados emergentes.
Podríamos entonces esperar que las pequeñas capitalizaciones superen a las grandes y que las empresas cíclicas, como las de energía, materias primas, bancos e industria, superen a las empresas de crecimiento secular, como las de consumo. En términos más generales, la reflación suele permitir que los valores de valor superen a los de crecimiento, lo que podemos caricaturizar como empresas con una baja relación precio-beneficio (PER) que superan a las de alto PER.
Sin embargo, si las subidas de precios que estamos viendo no están relacionadas con la recuperación económica y son simplemente un aumento de los precios medios, eso es más preocupante para los mercados. La verdadera inflación debería preocupar a los bancos centrales en la medida en que sea excesiva y/o persistente y, por tanto, pueda provocar una respuesta, como la subida de los tipos de interés y el posible fortalecimiento del dólar y la reducción de la liquidez. Las subidas actuales de los precios son ciertamente excesivas en gran parte del mundo; la inflación subyacente está muy por encima del objetivo del 2% de la Fed e incluso Europa ha experimentado una rápida subida de los precios.
Así que la pregunta clave es: ¿estas subidas de precios son permanentes o transitorias? Hay muchos indicios que sugieren que una gran parte es efectivamente transitoria y se debe a los cuellos de botella de la cadena de suministro. Si ese es el caso, la cura para estas subidas de precios son los propios precios en alza, ya que indicarán a las empresas que aumenten la producción. Esta sigue siendo la opinión de los mercados de bonos. Sin embargo, como hemos visto, los mercados intentan tener en cuenta una reacción de la Fed. Y ese es el núcleo del problema.
Para resumirlo, hay cuatro escenarios posibles para la evolución de la inflación y la reacción de la Fed en 2022. Podemos tener una inflación persistente y una Fed relajada, que avive los problemas y un mayor endurecimiento más adelante. O podemos tener una inflación persistente y una Reserva Federal estricta, que apriete los mercados. Peor aún sería una inflación transitoria y una Fed agresiva, lo que supondría un endurecimiento excesivo.
Sólo la inflación transitoria correctamente diagnosticada por una Fed dovish apoya a los mercados. Es un trabajo imposible. Añádase a esto que la economía estadounidense puede ser mucho menos sensible a las subidas de tipos que en el pasado, de modo que, incluso con las mayores expectativas de subidas de tipos, los inversores pueden estar subestimando la magnitud de las subidas necesarias si la inflación resulta ser realmente más persistente que transitoria.
Lo que ha llamado la atención del actual periodo inflacionista es el comportamiento del oro frente a otras materias primas. El petróleo y el cobre han subido mucho últimamente, mientras que el oro está mucho más apagado. El petróleo y el cobre son materias primas con un vínculo mucho más fuerte con el crecimiento económico y la producción; el oro es en realidad una cobertura contra los tipos de interés reales, y suele tener mejores resultados cuando la inflación sube más rápido que los rendimientos de los bonos. Así que esto también me sugiere que hay más reflación en esta subida de precios que una verdadera inflación persistente. Tengo la esperanza de que la Fed no tenga que ser demasiado agresiva. Estaré atento a las variaciones trimestrales de las tasas de inflación con la esperanza de que muestren una tendencia a la baja del Índice de Precios al Consumo (IPC) subyacente.
También hay un aspecto positivo: la baja inflación en Asia. Las tasas de inflación subyacente pueden haber aumentado drásticamente en Estados Unidos, Europa y América Latina, pero en gran parte de Asia apenas se han movido. Es cierto que Corea del Sur ha subido los tipos de interés, sobre todo para enfriar el mercado inmobiliario. Sin embargo, China se encuentra en un ciclo de relajación, Japón necesita más inflación e incluso la India, para la que la inflación ha sido un límite de velocidad inoportuno para la economía en años pasados, se ha dado un poco más de espacio para crecer manteniendo la inflación baja. Así pues, Asia es mucho menos vulnerable al endurecimiento de lo que ha sido históricamente y puede que incluso esté aplicando una política monetaria contraria a la de Estados Unidos.
En general, los efectos de la subida de precios en los mercados emergentes dependen fundamentalmente de la persistencia de las subidas y de la respuesta de la Reserva Federal y otros bancos centrales. Son cosas difíciles de saber. Aunque puede haber oportunidades de inversión dentro de los productores de materias primas, la mejor manera de abordar estos ciclos más bien opacos en el contexto de una cartera es mirar más allá de las cuestiones macroeconómicas y centrarse en aquellas empresas que son lo suficientemente fuertes como para navegar por el entorno. Así es como siempre hemos enfocado la inversión en los mercados emergentes.
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Pixabay CC0 Public Domain“Solo cuando baja la marea se sabe quién nadaba desnudo”, Warren Buffett. . Bañistas
Puede que los bonos estén a punto de volver a ser interesantes. Las preocupaciones continuadas en torno al COVID-19 y a la inflación han supuesto un recordatorio para los inversores en crédito de lo frágiles que pueden llegar a ser los mercados. Los diferenciales de crédito han sido volátiles, dando un potencial anticipo de lo que puede traer 2022.
Durante noviembre, los temblores de los mercados llevaron a los diferenciales – la prima que los inversores demandan para comprar bonos corporativos en vez de ‘treasuries’ de EE.UU.- a máximos que no se veían desde el inicio de la pandemia. Entre los factores que estaban impulsando la volatilidad estaban los miedos a que una variante del virus resistente a la vacuna volviera a llevar al mundo a un confinamiento económico. Pero lo que también está alimentando una posible caída en picado es la percepción de que la Fed tenga que normalizar su política monetaria más rápido de lo que espera el mercado. Esta potencial reversión a la media podría tener consecuencias negativas para aquellos inversores en bonos corporativos de baja calidad.
¿El final de una era?
Durante mucho tiempo, los inversores en crédito han estado vertiendo dinero sobre las áreas de alto riesgo del mercado de deuda corporativa, contando con que la Fed actuaría como una red salvavidas. Pero la volatilidad reciente puede estar augurando lo que está por venir. Después de todo, nada dura para siempre, incluyendo un ‘quantitative easing’ sostenido y contundente.
Al final, la Fed y otros bancos centrales tendrán que quitar la ponchera de la mesa y, entonces, las compañías con alto endeudamiento y sin flujos de caja estarán a merced de los mercados y las fuerzas inflacionarias. Los casos de inversión construidos sobre la base insostenible del dinero fácil se volverán decididamente endebles. Si se seca el mercado de crédito todo esto parecerá obvio, pero siempre lo parece a posteriori.
Por todos estos motivos nosotros elegimos ignorar el contexto macro y resistir el impulso de reaccionar a las exigencias de corto plazo. Nuestro trabajo es proteger el principal y los intereses de nuestros inversores con independencia de las condiciones del mercado.
No basamos nuestras decisiones de inversión ni en los tipos actuales ni en los proyectados a futuros, o en tendencias de los diferenciales de crédito, aunque la volatilidad de los últimos puede proporcionar puntos de entrada atractivos para invertir en crédito de calidad. No es que ignoremos la fotografía en su conjunto – monitorizamos de cerca la evolución económica y monetaria-, pero no influye sobre la tesis central de nuestro proceso de inversión.
En vez de eso, tenemos un enfoque quirúrgico sobre el crédito de calidad, los flujos de caja y las características del balance de emisores individuales, y sobre los precios que debemos pagar por cada título. La evaluación de la calidad del crédito y el precio relativo que le asigna el mercado está en el centro de nuestra estrategia de inversión. Desde la creación de nuestra firma en 1997, hemos estado buscando lo mismo para nuestros inversores: bonos seguros que cotizan a precios relativamente baratos. Para nosotros, el valor reside en la intersección entre seguridad y precio, sin importar las condiciones del mercado.
La historia se repite
Ha sido más difícil de encontrar crédito de calidad atractivo desde el punto de vista de las valoraciones desde hace algún tiempo. Sin embargo, nos mantenemos firmes en nuestro proceso y determinados para evitar dar el paso en falso de buscar rentabilidad en emisores inestables. Cuando se produzca la inevitable reversión a la media, creemos que estaremos bien posicionados para reasignar nuestro capital en bonos con valoraciones más convincentes.
Una caída en el rating medio de los emisores de crédito indica un potencial más elevado de impago, al tiempo que los inversores en crédito están empezando a sentir el aliento frío del deterioro de ‘covenants’ y de las estructuras de capital apalancadas. Entre las preocupaciones crecientes sobre la caída del crédito y unos ‘covenants’ más laxos, muchos podrían empezar a pagar por sus errores.
También fuimos así de conservadores en nuestra construcción de cartera durante la pandemia. Esto nos llevó la oportunidad de comprar bonos de nuestro universo a diferenciales muy amplios durante la primavera de 2020. Tenemos la esperanza de que el mercado presentará oportunidades similares en 2022 y creemos estar bien posicionados para capitalizarlas.
Margen amplio
Una de las métricas que demuestra la seguridad de nuestras posiciones es la cobertura con flujos de caja del pago de intereses. Insistimos en usar márgenes amplios de seguridad cuando evaluamos crédito, usando el tipo de escenario en el que los flujos podrían recortarse a la mitad una y otra vez y aun así tendríamos mucho margen de actuación.
Este nivel de comodidad, combinado con nuestra duración intermedia y la calidad del crédito, nos permite dar la bienvenida a cualquier reversión a la media debido al nuevo entorno de tipos de interés, a los problemas continuados que está causando el covid-19 a nivel mundial, o cualquier otra cosa. Mientras que otros asset allocators ávidos de rentabilidad han estado rotando activos de renta fija hacia otras áreas más arriesgadas del mercado, nosotros queremos ofrecer algo que, en nuestra opinión, se está volviendo un activo cada vez más raro: una estrategia de bonos que permita dormir por las noches, con un proceso repetible que busca generar retornos fiables en el largo plazo.
Puede que la historia no se repita, pero sí es cierto que rima. La situación actual nos recuerda mucho a 2007, pero la realidad es que no están escuchando los suficientes inversores: los cantos de sirena de un retorno libre de riesgo están empujando a los inversores cada vez más cerca del acantilado.
“Solo cuando baja la marea se sabe quién nadaba desnudo”. Es una cita de un legendario inversor en acciones y una persona de gran influencia sobre nuestra estrategia de inversión, Warren Buffett. Por supuesto que los factores macroeconómicos pueden alcanzar a los bañistas de renta fija. Nos sentimos muy cómodos con nuestros bañadores y damos la bienvenida al cambio de marea.
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Pixabay CC0 Public Domain. Los ETFs registrados en Europa arrancan el año con nuevo récord: 26.900 millones de euros en flujos de entradas en enero
En enero, los ETFs registrados en Europa alcanzaron entradas por valor de 26.900 millones de euros, un nuevo máximo histórico. Además, según los datos publicados en el último informe mensual de Amundi, las asignaciones a ETFs globales coincidieron con esta efervescencia y los inversores asignaron 68.200 millones de euros a estas estrategias.
En concreto, los flujos en el mercado europeo fueron casi iguales a los de EE.UU., con esta región captando 30.300 millones de euros y las suscripciones en Asia fueron un poco más de un tercio de estos niveles, con 11.000 millones.
“Aunque los flujos generales se mantuvieron en niveles similares a ambos lados del Atlántico, en EE.UU. los inversores asignaron 32.000 millones de euros a renta variable frente a los 23.000 millones en Europa. Las entradas en renta fija fueron positivas en Europa, con 2.800 millones, mientras que los inversores retiraron 5.700 millones de esta clase de activos en EE.UU.”, indica Amundi en su informe.
Flujos europeos en renta variable
Según Amundi, no solo los ETFs registrados en Europa alcanzaron un nuevo récord, sino también las entradas en ETFs de renta variable, con 23.000 millones. Los datos muestran que los índices mundiales acapararon la mayoría de estas asignaciones y sumaron 10.500 millones de euros. Además, las estrategias de EE.UU. y América del Norte también se comportaron bien añadiendo 5200 millones de euros, mientras que Europa registró entradas de 4000 millones de euros. Por su parte, los sectores y las temáticas tuvieron un mes excepcionalmente fuerte, captando 5.400 millones de euros, mientras que los financieros sumaron 2.600 millones.
En opinión de la gestora, “esto refleja el sólido desempeño del sector a medida que el impacto de la pandemia comienza a desvanecerse de sus balances y los valores financieros deberían beneficiarse de la recuperación y los mayores rendimientos. Los ETF Smart beta captaron 3.600 millones, la mayor parte impulsados por una asignación al value de 2.200 millones de euros, ya que los inversores revirtieron la antipatía por la estrategia observada durante la segunda mitad del año pasado”.
Respecto a las estrategias ESG, los datos muestran que continuaron con su sólido rendimiento y añadieron 4.900 millones de euros. “Las estrategias ESG USA y Norteamérica sumaron 2.000 millones, alrededor del 38% de las asignaciones totales a esta región. ESG globales ganó 915 millones, alrededor del 9% del total de entradas en esta estrategia. Esto representa flujos de entrada más bajos en las estrategias ESG para estas dos regiones que el año pasado. En 2021, las estrategias ESG obtuvieron el 59% y el 37% de las asignaciones de América del Norte y globales, respectivamente. Esto podría reflejar el fuerte apetito por el riesgo de los inversores en enero, anulando la rotación de los índices tradicionales hacia las estrategias ESG”, explica Amundi en su documento.
Comportamiento de los ETFs de renta fija
Respecto a la renta fija, los inversores europeos se decantaron por la deuda pública frente a la deuda corporativa, con 1.200 millones de euros y 883 millones de euros, respectivamente. El informe matiza que, en el ámbito de la deuda pública, los inversores prefirieron los bonos chinos, con 1.100 millones de euros, mientras que redujeron su exposición a los bonos de los mercados emergentes mundiales en 691 millones de euros.
“Las asignaciones a las estrategias sensibles a los precios fueron menores que en meses anteriores, y sólo las ligadas a la inflación mundial ganaron 257 millones de euros. Los inversores retiraron 657 millones de euros de las estrategias ligadas a la inflación en Estados Unidos. Esto parece contrario a la intuición, dada la actual incertidumbre sobre el aumento de la inflación”, afirma la gestora.
La deuda corporativa ganó 883 millones de euros, ya que los inversores destinaron 790 millones de euros a la deuda corporativa de Estados Unidos y 517 millones de euros a la de los mercados emergentes. Además, los inversores retiraron 302 millones de euros del alto rendimiento de la zona euro y 253 millones de euros del alto rendimiento mundial, mientras que asignaron 1.400 millones de euros a la renta fija ESG, y los mercados emergentes corporativos y el mundo corporativo ganaron 437 millones de euros y 320 millones de euros respectivamente.
En último lugar, las asignaciones totales a los mercados emergentes corporativos fueron de 517 millones de euros, mientras que las entradas netas en la renta corporativa global fueron de 293 millones de euros, lo que indica una rotación en esta estrategia.