Una “coalición semáforo” en Alemania impulsaría la inversión pública en infraestructuras y un cambio hacia una fiscalidad más progresiva
| Por Beatriz Zúñiga | 0 Comentarios
Las previsiones sobre el resultado de las elecciones alemanas se cumplieron: las coaliciones seguirán siendo clave para el futuro del país. Los resultados provisionales señalan como ganador a Olaf Scholz, del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), que con un 25,7% fue el más votado, mientras que la Unión Cristianodemócrata Alemana (CDU) quedó en segundo lugar con un 24,1% de los votos.
¿Y ahora qué? Según los analistas de Banca March, las elecciones han sido reñidas y el margen entre los dos principales partidos es escaso. “Ambos reivindican su legitimidad para la formación del próximo gobierno en Alemania, que pasará necesariamente por una nueva coalición. La última palabra la tendrán los Verdes de Annalena Baerbock, tercera fuerza más votada, y los liberales del FPD, ya que ambos serán piezas imprescindibles en la formación de una nueva coalición”.
Sin duda, la palabra clave será coalición. En opinión de Gergely Majoros, miembro del Comité de Inversión de Carmignac, las coaliciones más probables son la del semáforo o la de Jamaica, es decir, ambas con los Verdes. “La definitiva podría tardar meses en identificarse. Hasta el momento, hay poca visibilidad en cuanto a una política fiscal potencialmente más relajada en Alemania de cara al futuro, aunque el gasto relacionado con el cambio climático debería formar parte de las perspectivas en cualquier caso. La falta de visibilidad también es cierta en lo que respecta a la futura postura alemana en relación con las normas fiscales de la UE y la integración de la UE”, explica Majoros.
Antes de ver un gobierno, el análisis que hacen las gestoras coincide en que Alemania entrará en un periodo de negociaciones entre los partidos más votados. “Esperamos que las negociaciones sean bastante difíciles, de manera similar a lo que hemos visto después de las últimas elecciones en 2017, cuando la coalición de gobierno se formó casi 6 meses después del día de las elecciones. Esta vez la formación de gobierno también podría tardar hasta 2022, ya que una coalición con tres partidos suele ser más laboriosa. Sin embargo, no esperamos que los mercados se vean muy afectados por las negociaciones y las elecciones alemanas en general. Por otro lado, esperamos que la rápida formación de una coalición sea positiva para los mercados financieros, ya que el próximo año Francia acudirá a las urnas, donde Marine LePen, con su partido euroescéptico, podría convertirse en una verdadera amenaza para la estabilidad del euro y de la propia UE. Sería importante para los mercados ver un liderazgo fuerte y sólido en Alemania antes de que llegue el periodo caliente de las elecciones francesas de abril de 2022”, destaca Reto Cueni, economista Jefe de Vontobel AM.
Opciones para formar gobierno
En este sentido, todas las posibilidades están sobre la mesa, pero no todas son igualmente probables, según el análisis que hace Azad Zangana, economista y estratega europeo senior de Schroders. “Aunque todavía es posible una coalición entre el SPD y la Unión -si cambia la actual dirección del gobierno-, es poco probable que sea una opción popular. La exclusión de otros partidos de la coalición después de las últimas elecciones de 2013 provocó cierto malestar tras los malos resultados de los dos principales partidos. Si se excluye a la Unión, el SPD necesita colaborar con el grupo de Los Verdes, el FDP o el LiNKE (izquierda) para formar una mayoría viable. Aunque una coalición con los tres partidos más pequeños es técnicamente posible, es muy poco probable. El LiNKE es el partido mayoritario más izquierdista de la política alemana y, aunque no se aleja demasiado de los puntos de vista y las políticas del SPD, las diferencias con el FDP son demasiado acusadas”, señala Zangana.
Coincidiendo con la valoración de Majoros, el economista de Schroders que lo más probable es esa “coalición semáforo” entre SPD, los Verdes y el FDP: “Es muy probable que conduzca a una mayor inversión pública en infraestructuras, y potencialmente a un cambio hacia una fiscalidad más progresiva. El FDP probablemente se opondría a los intentos de suavizar las duras normas fiscales alemanas, pero podría tener que ceder para participar en el próximo Gobierno. Una coalición SPD/Verdes/LiNKE supondría un giro aún mayor hacia la izquierda, pero esta es la opción que más preocupa a los inversores. Alemania está considerada como el centinela de la prudencia fiscal en la eurozona, y su deuda pública uno de los activos seguros más valorados y codiciados en el mundo de las finanzas. El temor es que no sólo la mala gestión fiscal dañe la reputación y el papel de la deuda pública alemana en las finanzas globales (lo que en sí mismo podría desestabilizar los mercados europeos de deuda soberana), sino que también podría dañar la sólida relación entre el Gobierno y las empresas en Alemania”.
Según los expertos, un aspecto relevante para los inversores sería que el Partido Verde entrara en el nuevo gobierno de coalición. En este sentido, Cueni explica que su inclusión impulsaría más inversiones verdes. “Incluso más de lo que ya está en los programas de la mayoría de los partidos, hasta del FPD o la CDU/CSU, más restrictivos desde el punto de vista financiero. Los Verdes quieren aumentar el gasto público en un 1,5% del PIB (unos 50.000 millones de euros). Pero la tendencia a realizar más inversiones verdes y a prestar menos atención a la disciplina presupuestaria ya forma parte de la corriente principal”, matiza.
“Como hemos señalado a lo largo de la campaña, podría decirse que el mayor reto reside en que los Verdes y el FDP superen sus diferencias políticas en cuestiones como el freno de la deuda, las subidas de impuestos y el gasto público. Si bien están de acuerdo en temas principales como la digitalización y la inversión verde, necesitan encontrar un punto medio sobre cómo gasta y financia el gobierno para poder construir un ejecutivo. Por lo tanto, el diablo estará en los detalles de cualquier acuerdo de coalición y los puestos ministeriales clave señalarán la influencia relativa de cada partido cuando finalmente se llegue a un acuerdo”, añade Stephanie Kelly, Deputy Head of Research Institute de abrdn.
Por último, Eiko Sievert, director de Scope Ratings, recuerda que los Verdes y el FDP serán fundamentales para cualquier futuro gobierno. “Mientras que los Verdes han subrayado su compromiso de complementar el mecanismo de freno de la deuda de Alemania con una ley para aumentar las inversiones del sector público, el FDP daría prioridad a la aceleración de la inversión privada y a garantizar la disciplina fiscal”, concluye Sievert.
Para Nadia Gharbi, economista para Europa de Pictet WM, lo más relevante para la Unión Europea es quién vaya a ser el ministro de finanzas. Según afirma, “se avecinan complicadas negociaciones sobre la reforma de las reglas fiscales de la UE y los partidos políticos en Alemania tienen puntos de vista muy diferentes. De todas formas, un cambio de paradigma de política fiscal en Europa parece poco probable, dados los compromisos ya existentes”.
“En política europea, Olaf Scholz, del partido socialdemócrata (SPD) se posiciona en la dirección de una unión fiscal. Quiere flexibilizar los criterios de Maastricht. Sus planes también exigen que la UE tenga sus propios recursos financieros, que se recaudarían, por ejemplo, imponiendo impuestos a las grandes corporaciones digitales, imponiendo un gravamen de CO2 a los bienes importados y generando nuevos ingresos por el comercio de emisiones. El manifiesto del SPD también propone un enfoque europeo de las prestaciones por desempleo. Con Armin Laschet (CDU), estos planes no tendrían posibilidad de realizarse”, añade Hans-Jörg Naumer, director global de Mercados de Capitales y Análisis Temático de Allianz G en este sentido.
En opinión de Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers, el aspecto más positivo de este resultado electoral es que muestra que la crisis del COVID-19 no se ha traducido en un aumento del populismo: “Los dos partidos radicales en el parlamento (AfD y Die Linke) obtuvieron sólo alrededor del 15% de los votos entre ellos, frente a los más del 20% de hace 4 años. Este es otro indicio de que, probablemente, de forma contraria a lo que podía intuirse, la crisis del COVID-19 no está alimentando al populismo, al menos no en términos electorales”.
En este sentido, Alexander Lippert, gestor del fondo MainFirst Top European Ideas Fund & MainFirst Germany Fund, añade: “Estas elecciones revelan las consecuencias de la política de Angela Merkel de esperar y administrar. No ha abordado con la suficiente energía las reformas orientadas al futuro para hacer frente a los retos de un mundo cada vez más dinámico. Su legado es en parte también un vacío de poder político en casa. Sin embargo, las decisiones (monetarias) que son mucho más decisivas para el desarrollo de los mercados bursátiles europeos y alemanes ya no se toman en su mayoría en Berlín o París, sino en Fráncfort (en el BCE) o en Bruselas”.
Reacción del mercado
Por ahora, la reacción del mercado ha sido nula, pero las gestoras ya analizan qué supondrá para los activos y sus posiciones de cartera el resultado de estas elecciones. Por ejemplo, desde BlackRock destacan que los activos de riesgo probablemente acogerán de forma favorable el hecho de que una alianza de izquierdas esté descartada.
“La improbabilidad de un retorno a la austeridad al estilo de 2011, combinada con el impulso de los Verdes para la unión bancaria europea, debería favorecer a los bonos periféricos de la zona del euro. Sin embargo, las conversaciones pueden fracasar y un resultado alternativo de una gran coalición entre el SPD y la CDU/CSU sigue siendo una posibilidad”, explica en su último análisis.
Lale Akoner, estratega senior de mercados de BNY Mellon Investment Management, destaca que este periodo prolongado de conversiones que se abre ahora podría generar cierta volatilidad. “Los resultados de la coalición tienen implicaciones para los mercados de bonos, ya que una coalición de izquierdas (SPD+Los Verdes+FDP, “coalición semáforo») puede dar lugar a un cambio sustancial en el régimen político y a un mayor gasto fiscal, lo que supondría una desviación significativa de la era frugal de Merkel”, advierte Akoner.
Según su valoración, el mercado del Bund (y los mercados de bonos de la periferia) han apostado fuertemente por la coalición semáforo durante las últimas 5 semanas: “El bono alemán a 10 años ha pasado de una rentabilidad del -0,50% el 20 de agosto a un -0,23% el viernes. Por otro lado, si se hace una gran coalición (CDU/CSU + SPD), no esperamos un cambio tan significativo respecto a la era Merkel. Esto también es cierto para la coalición CDU/CSU+Los Verdes+FDP y esperamos que los mercados de bonos se disparen si más adelante estos dos resultados tienen mayores probabilidades en el futuro”.
Por último, el euro se mantuvo estable en la caja de conversión del G10 en esta mañana de resaca electoral. Según indica el último informe de Monex Europe, la evolución de las conversaciones de la coalición alemana será fundamental para el rumbo del euro, así como para las perspectivas de crecimiento de la eurozona y, a su vez, para la política monetaria en el futuro.
“Es probable que la coalición del semáforo sea mejor para el cambio EUR/USD, dada la naturaleza expansiva desde el punto de vista fiscal de la combinación de políticas. En medio de la parálisis política en Alemania, la atención se centra en el evento de Sintra, en el que estarán presentes multitud de ponentes del BCE desde el martes hasta el miércoles”, concluye su informe.