Uno de los aspectos más delicados de esta industria es la difusión de la información sobre productos, estrategias de inversión o recomendaciones de activos. En este sentido, la proliferación de las redes sociales plantea nuevos desafíos a las compañías de gestión de activos, pero sobre todo a los reguladores.
Desde la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA, por sus siglas en inglés) recuerdan que compartir y contribuir a los debates, en internet o en las redes sociales puede considerarse una recomendación de inversión con arreglo al Derecho de la UE. Por lo tanto, insisten desde el regulador, se deben aplicar normas específicas a la hora de prestar dicho asesoramiento.
En concreto, difundir recomendaciones de inversión de forma incorrecta o sin ajustarse a la normativa puede conllevar un riesgo de manipulación del mercado, incluso multas. “El Derecho de la UE define una recomendación de inversión como información en la que se recomienda o sugiere una estrategia de inversión, explícita o implícitamente, relativa a uno o varios instrumentos financieros o a emisores, incluida cualquier opinión sobre el valor o el precio presente o futuro de dichos instrumentos, destinada a los canales de distribución o al público. Los canales de difusión pueden ser informes de analistas, artículos, medios de comunicación tradicionales o incluso redes sociales”, explica la ESMA en su última declaración.
El principal problema es que se puede inducir a error a los inversores. “Las recomendaciones de inversión deben hacerse de una manera específica y transparente, de modo que los inversores, antes de tomar cualquier decisión de inversión, puedan conocer y evaluar: la credibilidad de la recomendación y su objetividad; y los intereses de quienes formulen las recomendaciones. De este modo, todo el mundo tiene libertad para expresar su opinión sin perjudicar a los demás en el proceso”, aclaran desde la ESMA.
Normalmente, este tipo de recomendaciones son realizadas por empresas como bancos e intermediarios financieros, pero también analistas financieros. Desde ESMA aclaran que cualquier otra persona que proponga una estrategia de inversión puede entrar dentro de esta categoría si su recomendación de inversión está destinada a un público más amplio. “Esto incluiría la publicación en las redes sociales. Además, si se formulan recomendaciones de inversión con frecuencia, se pretende llegar a un público amplio y esa persona se presenta a sí misma como alguien con experiencia financiera, dicha persona puede ser considerada como un experto. En tal caso, la ley exige que esa persona proporcione información adicional. 28 de octubre 2021” aclaran desde la ESMA.
Información relevante y homogénea
La calidad, veracidad y transparencia de la información no solo se exige cuando se difunde a un público general, sino que los reguladores trabajan para que el “lenguaje” de la industria sea común, en especial ante los nuevos fenómenos del sector como es, por ejemplo, el caso de la ISR.
En este sentido, el Parlamento europeo está estudiando la posibilidad de extender el plazo de entrada en vigor de la directiva UCITS para los PRIIP. En un principio, la fecha que se marcó fue julio de 2022, pero ahora se ha propuesto retrasarlo hasta el 1 de enero de 2023, coincidiendo con la petición que se hacía desde las organizaciones de la propia industria.
BNP Paribas amplía su compromiso en la lucha contra el cambio climático con la creación del Grupo de Transición a bajas emisiones de carbono y la incorporación de más de 100 profesionales. Según ha explicado la entidad, este Grupo reunirá a más de 150 profesionales de todo el mundo especializados en la transición baja en carbono.
Este grupo, encabezado por Séverine Mateo, que cuenta con más de 20 años de experiencia en el asesoramiento a empresas, proporcionará acceso a todo el espectro de experiencia en el Grupo BNP Paribas incluidas las soluciones de energía limpia, movilidad y entorno construido. Además, el equipo apoyará y asesorará a los clientes corporativos en su transición hacia la descarbonización, la inversión en nuevos negocios, la compensación de su huella de carbono residual y la alineación de su estructura de capital en función de los requisitos de sostenibilidad; así como respaldará la innovación en proyectos aceleradores de esta transición en sus fases de escalado y desarrollo.
El Grupo de Transición a bajas emisiones de carbono movilizará una amplia gama de capacidades relevantes y una red de expertos en transición sostenible en todo el modelo integrado de BNP Paribas. En los últimos años, BNP Paribas ha desarrollado una gama completa de servicios dedicados a la transición, así como estrategias para canalizar los flujos financieros hacia proyectos y empresas que están construyendo un mundo bajo en carbono, con el propósito de contribuir a erradicar la crisis climática.
«Como miembro de la Alianza Bancaria Net-Zero, estamos decididos a fortalecer nuestra acción climática, con el fin de ayudar a nuestros clientes y a nuestro mundo a enfrentar los desafíos del futuro”, ha destacado Jean-Laurent Bonnafé, Director and Chief Executive Officer of BNP Paribas.
Además de la extensa gama de soluciones de banca corporativa e institucional, el Grupo también se apoyará en la competencia en movilidad de Arval, Leasing Solutions y Personal Finance; la experiencia en edificios de alto rendimiento de BNP Paribas Real Estate; los fondos sostenibles y temáticos de BNP Paribas Asset Management; la experiencia en inversiones de BNP Paribas Cardif y BNP Paribas Principal Investments; así como la experiencia en asesoramiento para clientes particulares a través de BNP Paribas Wealth Management y en clima y biodiversidad de BNP Paribas Company Engagement/CSR.
Buena parte de los debates que se han producido en los mercados financieros en los últimos meses han tratado sobre máximos: de tasas de crecimiento económico, de tasas de infección por COVID-19 y (más recientemente) de tasas de inflación. Esto tiene mucho sentido. El crecimiento, la COVID-19 y la inflación son factores clave para la economía global y los mercados financieros, cuyo enfoque es prospectivo. Por tanto, el foco suele situarse en qué sucederá en el futuro —¿está mejorando o empeorando la situación?, ¿está mejorando o empeorando más rápido o más lentamente? —, más que en lo que está sucediendo ahora mismo.
Sin embargo, centrarse en la tercera (o incluso cuarta) derivada de una variable no siempre es útil. Por ejemplo, numerosos indicadores de confianza empresarial y económicos alcanzaron máximos en el segundo trimestre y han descendido desde entonces, si bien permanecen en niveles elevados en términos históricos. Creemos que estas series de datos son los indicadores más oportunos de las perspectivas para el crecimiento económico y, por ende, su descenso es una fuente de inquietud: el crecimiento se está ralentizando, por lo que es de esperar que la deuda pública evolucione adecuadamente y se produzcan oleadas de ventas de activos de riesgo.
Sin embargo, los mercados en realidad no han evolucionado de manera síncrona con los datos este año, muy probablemente por las extraordinarias circunstancias económicas que nos han rodeado: los índices de confianza subieron a máximos a comienzos de este año, pues se esperaba que las economías se recuperaran a gran velocidad tras los confinamientos.
Así fue y ahora el crecimiento ha comenzado a moderarse según la situación se aproxima a la normalidad. Sin embargo, esta moderación no significa necesariamente que la expansión económica haya finalizado; además, lo más probable es que el descenso de los índices de confianza no refleje los crecientes riesgos de recesión, como a menudo ha sido el caso en el pasado.
En resumen, centrarse demasiado en las variaciones de la tasa de crecimiento nos distrae del hecho de que esta se mantiene en un nivel saludable. Además, debido al estado muy poco habitual de la economía global, es poco probable que los índices de confianza puedan predecir —como solían hacer— cuándo el ciclo económico comienza a llegar a su fin. La clave que en ocasiones pasa desapercibida es que, en la mayoría de las economías desarrolladas, el crecimiento económico ha sido robusto y las perspectivas siguen siendo sólidas. Pensamos que esta situación brinda un entorno favorable para los activos de riesgo y supone que los bancos centrales pueden comenzar a retirar gradualmente el respaldo de emergencia que han brindado en respuesta a la pandemia.
De manera similar, las curvas de las tasas de infección por el virus de la COVID-19 han sido el foco de muchos inversores —y de un ejército creciente de estadísticos epidemiólogos de salón—. El aumento de las infecciones ha sido motivo de preocupación para los inversores, así como para la humanidad. Sin embargo, el impacto económico del aumento de las infecciones se ha cambiado por el incremento de las tasas de vacunación, que ha alterado el vínculo entre las infecciones y las hospitalizaciones y los fallecimientos. Además del hecho de que las olas de infección han sido muy diferentes entre países, el impacto económico de estas también está siendo distinto, lo cual significa que el intento de desarrollar una tesis de inversión basada en las tasas de infección por el virus de la COVID-19 es cada vez más difícil.
El otro máximo que analizan los inversores es el de la inflación. A pesar de los datos muy elevados, no está claro si todavía nos encontramos en el punto álgido, ya que los datos de inflación continúan sorprendiendo al alza. Asimismo, incluso aunque ya hayamos superado el pico, numerosos economistas esperan ahora que los datos interanuales se mantengan en los niveles actuales durante otros 9 a 12 meses. En lugar de pronosticar un repunte brusco, el consenso apunta más a una meseta desde la cual solo descenderemos en la segunda mitad de 2022. El problema de la inflación no es tanto si hemos superado máximos, sino durante cuánto tiempo la inflación seguirá siendo elevada y si esta situación impulsará al alza las expectativas al respecto y obligará a los bancos centrales a actuar.
El asunto es que, en estos tiempos extraños, es posible que el intento de determinar el punto de inflexión en diferentes tendencias no sea un ejercicio útil. Probablemente, sea mejor centrarse en cosas que podamos saber con más certeza: las perspectivas económicas siguen siendo positivas, la pandemia de COVID-19 sigue presentando riesgos a la baja y los elevados niveles de inflación parecen transitorios, aunque los inversores deberían estar atentos por si los bancos centrales empiezan a preocuparse en caso de que se mantengan estos datos durante demasiado tiempo.
En lo que respecta a nuestras opiniones sobre el mercado, mantenemos posiciones largas en activos de riesgo (crédito corporativo, RMBS de no agencias de mayor tir, mercados emergentes) debido a las perspectivas económicas positivas y los sólidos fundamentales y a pesar de que los diferenciales de crédito son estrechos en términos históricos. Creemos que las tires de la deuda pública subirán a medida que los bancos centrales atisben la retirada paulatina de los estímulos, aunque no prevemos una liquidación desordenada.
Gráfico 1: Rentabilidad de los activos desde comienzos de año
Nota: rentabilidad en USD. Fuente: Bloomberg. Datos a 31 de agosto de 2021. Los índices se facilitan con fines meramente ilustrativos y no es su objetivo describir la rentabilidad de una inversión concreta. La rentabilidad pasada no es garantía de resultados futuros. Consulte el apartado Información importante que figura abajo para conocer las definiciones de los índices.
Gráfico 2: Variaciones mensuales de monedas frente al USD
Nota: una variación positiva indica apreciación de la moneda con respecto al USD. Fuente: Bloomberg. Datos a 31 de agosto de 2021.
Gráfico 3: Variaciones mensuales considerables de las rentabilidades a 10 años y los diferenciales
Fuente: Bloomberg, JPMorgan. Datos a 31 de agosto de 2021.
Perspectiva para la renta fija
Por una vez, agosto fue un mes relativamente tranquilo para los mercados, como se supone que debe ser. La renta variable siguió subiendo, los diferenciales de crédito se mantuvieron prácticamente sin cambios y las rentabilidades de la deuda pública de mercados desarrollados avanzaron moderadamente. La actitud optimista se mantuvo a pesar de algunas reuniones importantes de los bancos centrales —en particular, la reunión anual virtual de la Reserva Federal de Estados Unidos en Jackson Hole—, que los datos económicos fueran dispares o negativos y que las cifras de inflación continuaran sorprendiendo sustancialmente al alza. ¿Por qué los mercados se mostraron tan calmados?
En nuestra opinión, la razón principal es que, si bien los datos económicos se han moderado rápidamente, aún son acordes con fuertes niveles de crecimiento económico. En particular, son las encuestas económicas prospectivas las que se han moderado con fuerza. Sin embargo, todavía se encuentran en niveles conformes con una expansión económica saludable, si bien siempre se esperó cierta moderación, ya que anteriormente alcanzaron máximos históricos. El muy rápido ritmo de recuperación tras los confinamientos no se podía sostener para siempre y, en cierto modo, las tasas de crecimiento actuales más lentas reflejan simplemente hasta qué punto las economías ya han podido recuperarse.
El mismo panorama de crecimiento positivo se puede observar en los mercados de renta variable, donde los beneficios correspondientes al segundo trimestre generalmente superaron las expectativas, lo que proporciona una justificación fundamental para la sólida rentabilidad de la renta variable observada hasta la fecha. Los mercados de crédito se han visto respaldados por el desplome de las quiebras y, en la mayoría de los casos, los balances de las empresas y de los hogares se encuentran en las mejores condiciones en años —gracias a la generosidad mostrada por los gobiernos en respuesta a la crisis—. Además, los bancos centrales siguen comprometidos con mantener condiciones de liquidez expansivas.
Por supuesto, la historia no es de color rosa en todas partes, ya que la variante delta del virus de la COVID-19 está generando niveles crecientes de infección incluso en economías desarrolladas con altas tasas de vacunación. Es el caso agravado de Estados Unidos, donde el irregular programa de vacunación y las limitadas medidas de distanciamiento social hacen que el aumento de las infecciones esté causando otra ola de hospitalizaciones y muertes, lo que no está sucediendo en Europa, donde las tasas de vacunación ahora superan a las de Estados Unidos. La consecuencia para los mercados ha sido que la Reserva Federal modere su actitud restrictiva, pero no es el único banco central que ha relajado las medidas a causa de la pandemia; por ejemplo, el Banco de la Reserva de Nueva Zelanda decidió no subir los tipos debido a los nuevos confinamientos derivados de los nuevos brotes de coronavirus.
Sin embargo, en general, los bancos centrales están considerando cómo y cuándo retirar las extraordinarias medidas de política que tomaron en respuesta a la COVID-19. La Reserva Federal discutió este extremo en su reunión de agosto y el Banco Central Europeo lo hará en su reunión de septiembre, por lo que básicamente no existe ningún banco central que no haya comenzado a retirar los estímulos o no hable sobre cómo lo hará. Aparte de algunas subidas muy modestas en las rentabilidades durante el último mes —y una cierta ampliación de los diferenciales de la deuda soberana europea—, estas circunstancias realmente no han inquietado a los mercados.
¿Por qué? Desde la perspectiva de los activos de riesgo (acciones, crédito, etc.), los mayores rendimientos responden a la mejora de los fundamentales macroeconómicos; si bien no son útiles por sí mismos, el impulso de un mejor contexto macroeconómico es más importante. En segundo lugar, los mercados ya se han anticipado a la normalización de la política de los bancos centrales, por lo que, en la medida en que estos no se muevan más rápido de lo que los inversores han descontado, las rentabilidades no deberían subir más. En tercer lugar, como se mencionó anteriormente, parece claro que los bancos centrales relajarán las medidas restrictivas si perciben algún riesgo para la economía, derivado de la COVID-19 o de otros eventos.
¿Qué podría amenazar esta perspectiva positiva? Un riesgo obvio es la inflación, dadas las grandes sorpresas inflacionarias al alza que se han producido en todos los ámbitos este año, lo que podría representar una amenaza para los mandatos de estabilidad de precios de los bancos centrales. Hasta ahora, los bancos centrales se han mostrado muy optimistas sobre los datos, considerándolos resultado de perturbaciones transitorias y cuellos de botella presentes en la economía mundial. Esto debería solventarse con relativa rapidez y, en nuestra opinión, no justifican un endurecimiento de la política monetaria. Sin embargo, si parte del aumento de la inflación pasa a ser más permanente, generando expectativas de inflación más elevadas, podría haber razones para actuar. Así ha sido el caso cuando el aumento de los precios puede guardar relación con unos tipos de interés bajos derivados de la política monetaria, por ejemplo, el mercado de la vivienda y los costes de la vivienda.
¿Cómo afecta esto a nuestras opiniones sobre los mercados? En lo que respecta a la deuda pública, esperamos que las tires aumenten con el tiempo, pero no de manera pronunciada, siempre que la retirada de los estímulos se realice paulatinamente. Esperamos que los bonos del Tesoro estadounidense se mantengan dentro de un rango delimitado en los próximos meses con un sesgo hacia tipos más altos desde los niveles actuales. Nos encontramos sobreponderados de forma moderada en crédito con grado de inversión: los diferenciales son ajustados, pero los fundamentales son buenos, por lo que es mejor obtener cierto carry adicional que perderlo.1
Estamos más sobreponderados en high yield, aunque con una posición todavía media, favoreciendo los bonos con una calificación de B frente a los bonos que cuentan con una calificación de BB; una vez más, los diferenciales son estrechos en términos históricos, pero los fundamentales son atractivos y los precios más altos de las materias primas también deberían ser favorables. Consideramos que los RMBS de no agencia son particularmente atractivos desde una perspectiva de rentabilidad ajustada por el riesgo, pero estamos infraponderados en MBS de agencia por las exigentes valoraciones y la reducción paulatina de las compras de la Reserva Federal. Estamos sobreponderados en mercados emergentes, pues nos posicionamos largos en una gama idiosincrática de valores, en lugar de invertir en esta clase de activos en conjunto.
Tipos y monedas de mercados desarrollados
ANÁLISIS MENSUAL
Los mercados desarrollados estuvieron más tranquilos según se acercaba el final del verano. Sin embargo, las infecciones por la variante delta del virus de la COVID-19 continuaron cobrando impulso, lo que, junto con las continuas preocupaciones sobre la inflación y las perspectivas de crecimiento, generó incertidumbre en los mercados. Las tires fueron más elevadas en general en los diferentes mercados desarrollados.
PERSPECTIVA
La segunda mitad de 2021 marca la siguiente fase del ciclo económico impulsado por una pandemia que ha superado el pico inicial de crecimiento, inflación y respaldo vía políticas fiscal y monetaria. Aún se espera que las medidas de los bancos centrales sean un impulsor dominante para la evolución de los activos, aunque la recuperación de la economía hasta ahora justifica que los responsables de política estén considerando la forma de reducir las medidas de apoyo de emergencia sin amenazar la recuperación económica.
Aunque no esperamos oleadas de ventas masivas en los mercados de deuda pública, consideramos que el riesgo está orientado hacia una subida de tires, ya que los mercados descuentan una senda de normalización de la política monetaria. Esperamos que la inflación siga siendo alta durante algún tiempo y que este repunte sea transitorio en términos generales, aunque existe el riesgo de que se torne más persistente.
Consideramos que las monedas del G10 están cerca de sus valores razonables a medio plazo. El dólar estadounidense ya no se beneficia de unos datos económicos notablemente mejores de lo esperado en comparación con otras economías del G10 —y la Reserva Federal quizá se encuentra a la mitad de su enfoque acomodaticio—, salvo en los casos del BCE y el Banco de Japón, que presentan un sesgo más expansivo.
Tipos y monedas de mercados emergentes
ANÁLISIS MENSUAL
Las rentabilidades de la deuda de mercados emergentes fueron positivas en agosto. La deuda soberana denominada en monedas fuertes obtuvo rentabilidades positivas, impulsada principalmente por la contracción de los diferenciales. El crédito de mercados emergentes también avanzó, superando en rentabilidad el high yield al grado de inversión. Los bonos en moneda local registraron rentabilidades positivas debido a la fortaleza de las monedas de los mercados emergentes frente al dólar estadounidense.2 Por sectores, las compañías inmobiliarias, de metales y minería y de transporte lideraron el mercado, mientras que las diversificadas, de consumo e industriales registraron rentabilidades relativas negativas.
PERSPECTIVA
El simposio de Jackson Hole que se celebró el mes pasado y que resultó en una posición menos restrictiva de lo esperado de la Reserva Federal puede brindar apoyo a los mercados emergentes en las próximas semanas, además de los factores ya existentes, como las valoraciones relativamente atractivas de los activos de estos mercados, los altos precios de las materias primas y la mejora en curso del proceso de vacunación en la esfera emergente. Los riesgos a medio plazo para nuestra opinión optimista sobre los activos de mercados emergentes, además de los contratiempos ocasionados por la pandemia de COVID-19, incluyen un retraso en la transición hacia la consolidación fiscal, que podría elevar las primas de riesgo de estos países, así como riesgos geopolíticos crecientes que podrían afectar a la percepción del mercado.
Crédito
ANÁLISIS MENSUAL
Los diferenciales de crédito se ampliaron ligeramente en Europa y Estados Unidos durante el mes. La fortaleza del mercado de renta variable y la menor volatilidad respaldaron en general a los mercados de crédito.3
PERSPECTIVA
Seguimos siendo fundamentalmente optimistas en materia de crédito y, aunque las valoraciones son exigentes, prevemos que los diferenciales se consolidarán en estos niveles. Probablemente, las condiciones financieras seguirán siendo favorables, lo que respaldará que continúen el repunte de la actividad económica y las bajas tasas de impago corporativo. Esperamos que las compañías mantengan los beneficios mediante enfoques conservadores hacia los balances mientras permanezca elevada la incertidumbre macroeconómica global. Por último, persistirá probablemente la demanda de crédito en general, ya que los activos libres de riesgo ofrecen rentabilidades reales y absolutas negativas, mientras que el exceso de liquidez busca segmentos donde invertirse.
Productos titulizados
ANÁLISIS MENSUAL
Agosto fue un mes tranquilo en general, con una desaceleración de las emisiones nuevas en comparación con el segundo trimestre y el ritmo de principios del verano, además de una actividad de negociación mínima en el mercado secundario.4 La volatilidad de los tipos de interés cedió durante el mes y estos se mantuvieron, en gran medida, en intervalos delimitados, aunque la curva se pronunció. Los diferenciales de los MBS de agencia se ampliaron en agosto, las compras de estos activos por los bancos se han desacelerado y los rumores acerca de la retirada gradual de las compras de esta clase de activos por parte de la Reserva Federal siguieron afectando al mercado. Los diferenciales de los RMBS de no agencia apenas variaron. Los diferenciales de los ABS estadounidenses se contrajeron ligeramente de nuevo , mientras que los diferenciales de los CMBS estadounidenses en esencia no cambiaron. En Europa, la actividad en los segmentos de RMBS, CMBS y ABS fue escasa, ya que los volúmenes de emisiones nuevas y la negociación en el mercado secundario se mantuvieron muy bajos. Los diferenciales de los activos titulizados europeos apenas variaron durante el mes.
PERSPECTIVA
Creemos que el mercado titulizado ofrece una combinación única de baja duración, atractivas rentabilidades y sólidos fundamentales crediticios. Mantenemos el optimismo con respecto al crédito titulizado y seguimos ligeramente sobreponderados en crédito en nuestras carteras. Seguimos siendo prudentes con respecto al riesgo de tipos de interés y continuamos gestionando las carteras con una duración relativamente corta.
Columna de Michael Kushma, CIO del equipo de Renta Fija Global, y Jim Caron, portfolio manager y director de Global Macro Strategies en el equipo de Renta Fija Global en Morgan Stanley Investment Management.
Anotaciones:
1 Índice Bloomberg US Corporate. Datos a 31 de agosto de 2021.
2 Fuente: índice JPM EMBI Global Diversified a 31 de agosto de 2021.
3 Fuente: Bloomberg, a 31 de agosto de 2021.
4 Fuente: Bloomberg, a 31 de agosto de 2021.
Los puntos de vista y las opiniones que se expresan corresponden a los del equipo de gestión de carteras a septiembre de 2021 y pueden cambiar en función de las condiciones del mercado, económicas y de otro tipo. La rentabilidad pasada no es indicativa de resultados futuros.
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Luego de más de un año y medio sin reuniones presenciales a causa de la pandemia, y con la incertidumbre de cuándo podrían volver a verse todos juntos, más de 60 profesionales de la industria se reunieron para escuchar las estrategias de ocho gestoras en el Investment Summit & Golf 2021 de Funds Society.
Durante el evento, que tuvo cita en el Ritz Carlton Golf Resort de Naples entre el 13 y el 15 de octubre, Amundi, BNY Mellon, Janus Henderson, Manulife, M&G, RWC, Thornburg y Vontobel hablaron de sus estrategias con temas como la innovación y el futuro, la renta fija, los mercados emergentes, los activos de calidad y la gestión activa.
Además, el día 15 de octubre se disputó el torneo de golf en el que participaron la gran mayoría de los advisors.
En la primera manga (handicap del 0 al 18) el ganador fue Benjamin Bull y el segundo puesto lo logró Juan Carlos Bonelli.
En cuanto a la segunda manga (handicap del 18,1 al 36), el ganador fue Alec Murray, quien fue escoltado por John Roesset.
Para quienes no participaron del torneo se organizó un paseo en barco por la bahía de Naples.
Cambios en la cúpula del negocio de banca privada de Santander. Según ha podido saber Funds Society, Alfonso Castillo asume el liderazgo global de este segmento, responsabilidad que compatibilizará con su actual puesto en Banca Privada Internacional.
Castillo, que lleva casi cuatro años en el banco español, tiene su sede en Miami y asume el cargo sin abandonar sus responsabilidades en Banca Privada Internacional, toma el relevo de Víctor Matarranz,director del área de Wealth Management & Insurance. Tras el nombramiento, los responsables de banca privada de los diferentes países en los que opera la firma reportarán a Alfonso Castillo, que a su vez reportará a Matarranz en su nuevo rol.
El directivo tiene más de veinte de años de experiencia en la industria, en los que ha pasado por Credit Suisse, de 2003 a 2010; Barclays Wealth, de 2011 a 2014, y por último, antes de Santander, trabajó en Bankinter de 2014 a 2017.
Cambios en gestión de activos
También llegan los cambios al negocio de gestión de activos. El CEO de Santander Asset Management, Mariano Belinky, abandona la entidad, por lo que la Santander ya está buscando a su sustituto. Belinky emprenderá nuevos retos profesionales fuera de la entidad tras tres años como CEO, tras haber trabajado entre 2014 y 2018 como Managing Partner de Santander InnoVentures en Londres.
Próximamente Santander nombrará a un nuevo responsable de gestión de activos. Mientras dura el proceso, Matarranz asumirá temporalmente el liderazgo global del negocio, según ha podido saber Funds Society.
La cargada agenda de eventos de fin de año de la industria financiera uruguaya tiene una nueva cita en el calendario: Latam Financial Services celebra su foro de inversiones 2021 del 4 al 5 de noviembre.
Las gestoras M&G Investments y Nuveen son los socios del evento que tendrá lugar en The Grand Hotel de Punta del Este, en la parada 10 de la Playa Brava.
Durante los dos días del evento se anticiparán los desafíos del próximo año en la región.
Las pensiones están al centro de todas las miradas en Chile, con el sistema previsional local ubicado entre las principales discusiones en el Congreso y las promesas de campañas electorales. Y mientras parece haber una visión general de que el sistema necesita un elemento de redistribución de recursos, cómo incorporarlo es materia de discusión.
Este debate se vio presente en el webinar “Sistema de Pensiones en Chile: Mirada al largo plazo”, organizado por CFA Society Chile, donde, luego de una presentación de experta internacional y académica de Wharton Olivia Mitchell, dos actores locales relevantes dieron sus visiones al respecto.
En un panel de discusión, José de Gregorio, economista, profesor de la Universidad de Chile y expresidente del Banco Central, indicó que “debería haber un pilar redistributivo, de seguridad social, de seguros, en el sistema de pensiones” local, dado el nivel de desigualdad que hay en el país.
Eso sí, dijo, esa fórmula no debería ser el reparto, sino algún tipo de mecanismo generacional, que contemple un incentivo a cotizar.
Para el economista, el problema de realizar la distribución a través del Pilar Solidario –un conjunto de beneficios estatales que, entre otros, apunta a respaldar las pensiones de las personas con ahorros insuficientes– que complementa actualmente el sistema de capitalización privada chileno es el balance fiscal.
“A mí lo que me preocupa son las finanzas públicas de Chile, que son extremadamente débiles”, señaló De Gregorio, señalando que en un entorno de múltiples propuestas de pensión universal en la esfera política, “ya no hay un respeto mínimo por la salud de las finanzas públicas”.
El académico advirtió que “no hay límite” para el uso del pilar solidario, lo que se podría traducir en una carga fiscal relevante, por lo que lo propone es “hacerlo al interior del sistema”, con un mecanismo de contribución y una redistribución entre los trabajadores.
Por su parte, Alejandra Cox, presidenta de la Asociación de Administradoras de Fondos de Pensiones (AAFP), comparte la visión de que es fundamental inyectar un componente de redistribución, pero asegura que el pilar solidario es la fórmula para realizarlo.
“Es importantísimo que haya redistribución en el sistema económico. La pregunta es si acaso el aporte hacia las pensiones es la mejor manera de hacerlo, o si es mejor hacerlo a través del Pilar Solidario. Para eso es el Pilar Solidario, para hacer redistribución, y con una base impositiva más amplia y más progresiva”, dijo en el webinar de CFA Society Chile.
Para la representante gremial, el problema de realizar esta distribución de recursos a través de las contribuciones es que sube el costo del trabajo para las empresas. “Eso es muy problemático, sobre todo en una economía como la nuestra, donde tenemos informalidad”, indicó la ejecutiva.
En ese sentido, también advirtió que “tenemos que tener mucho cuidado con el mercado laboral” en un momento como este, en que el acelerado cambio tecnológico postula un desafío para la arista laboral.
Para Cox, dadas las circunstancias actuales, la necesidad de aumentar las pensiones probablemente será cumplida a través de transferencias. “El pilar solidario va a ser la fuente más importante de dar respuesta a esta pregunta, especialmente después de estos retiros”, señaló.
El modelo de capitalización individual chileno ha ido perdiendo respaldo ciudadano a lo largo de los años, con un aumento en las críticas al rol de las administradoras de fondos previsionales organizándose en grupos como No+AFP. Ahora, el panorama para la discusión del tema se complica con las tres ventanas de rescates de recursos desde los fondos de pensiones que ya se han abierto –ahora se tramita la cuarta en el Senado– y la ley corta de pensiones que se encuentra en el Congreso.
Insigneo confirmó este jueves el nombramiento de Raúl Henríquez como Chief Executive Officer.
Henríquez asumió el cargo de director general interino el 2 de junio de 2021 y ahora asume como CEO. Además de su nuevo cargo, seguirá siendo presidente ejecutivo de la empresa.
“Con el rol de CEO tiene un gran sentido de responsabilidad para ejecutar nuestra estrategia y continuar apuntando más alto en todos los aspectos. Afortunadamente, soy apoyado por un equipo de alta dirección profundo y experimentado, lo que hace que la tarea sea mucho más fácil de realizar», comentó Henríquez al confirmarse su nuevo puesto, según un comunicado de la compañía al que accedió Funds Society.
Insigneo Financial Group incluye dos subsidiarias operativas: Insigneo Securities e Insigneo Advisory Servicios, que colectivamente prestan servicios a más de 200 asesores y corredores financieros, y respaldan a 25 firmas de asesoría, que en conjunto representan más de 13.700 millones de dólares en activos de clientes. Desde principios de año, más de 50 nuevos asesores se han incorporado a la firma.
“Veo un futuro brillante para Insigneo”, agregó Henríquez.
El directivo había asumido temporalmente el cargo de CEO de la compañía luego de que Daniel de Ontañón entrara en licencia administrativa. Finalmente De Ontañon dejó la compañía esta semana, dijeron a Funds Society fuentes de la compañía.
Nacido en El Salvador, ha residido en Miami desde 1979. A lo largo de su carrera profesional, se ha desempeñado en varias juntas directivas, incluidas la Bolsa de Valores de El Salvador, la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES), la Fundación Humanitaria Salvadoreña Americana ( SAHF) y Ransom Everglades School en Coconut Grove, Florida, donde también se ha desempeñado en su Comité de Inversiones. Actualmente, es miembro del Comité de Inversiones del Nicklaus Children’s Hospital.
Henriquez tiene un MBA de la Wharton School of Business de la Universidad de Pensilvania y una licenciatura en finanzas de la Universidad de Florida.
En 2020, la captación de fondos para infraestructuras privadas se mantuvo fuerte a pesar del COVID-19, y en 2021 parece que la pauta es similar, según el informe Private Infrastructure Equity Strategic Outlook elaborado por DWS. Muestra de este buen estado de salud un dato: en mayo de 2021, las infraestructuras privadas recaudaron un total de 40.500 millones de dólares, asegurados por 33 fondos en todo el mundo.
“La captación de fondos sigue siendo fuerte en lo que va de 2021, en línea con el año anterior. A medida que la presión inflacionista a corto plazo impulsa el interés por las estrategias core y core plus, observamos una expansión del universo de inversión y una ampliación de la gama de estrategias de infraestructuras, con una regulación que apoya cada vez más la ESG”, explican desde DWS.
Los fondos centrados en Europa y Norteamérica lideraron el mercado de captación de fondos, asegurando un total de 35.500 millones de dólares hasta julio de 2021. Y los fondos centrados en las estrategias core y core plus obtuvieron 29 400 millones de dólares de capital, lo que corresponde a cerca del 73% del capital total obtenido en lo que va de año. Según indica la gestora en su informe, los inversores siguen viendo las infraestructuras privadas como una clase de activo que puede ofrecer ventajas de diversificación, una prima de iliquidez y un perfil de rendimiento favorable a largo plazo.
A medio plazo, la gestora prevé una expansión de esta clase de activos gracias a que se está desarrollando un conjunto más amplio de estrategias y propuestas de inversión. Así lo explica en las conclusiones de su informe: “Por lo que respecta a la oferta de activos, esto se debe principalmente a las megatendencias, como la transición energética y la digitalización, que conducen a una ampliación del conjunto de oportunidades de transacción hacia el espacio de valor añadido. En este espacio, los inversores pueden centrarse más en el crecimiento y la revalorización del capital en comparación con las estrategias core y core plus, en el contexto de un retorno anticipado al crecimiento económico tras la pandemia y varias megatendencias que apoyan las expectativas de crecimiento de los beneficios. Además, los inversores con una cartera existente de activos de infraestructura core y core plus pueden buscar cada vez más complementar sus carteras con propuestas de riesgo/rendimiento más específicas. A este respecto, también esperamos una expansión de las estrategias temáticas y sectoriales específicas, como los fondos centrados específicamente en las energías renovables o la infraestructura digital”.
Por último, DWS espera una mayor atención a las estrategias centradas en ESG, a medida que los responsables políticos tomen medidas para dirigir el capital hacia objetivos de sostenibilidad, y que la ESG se convierta cada vez más en un motor estratégico clave de la industria de gestión de inversiones.
“El Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles de la UE (SFDR) proporciona una herramienta de clasificación para establecer el grado en que una inversión puede considerarse sostenible. Proporciona orientación sobre la integración de los riesgos de sostenibilidad en el proceso de decisión de inversión y la divulgación correspondiente (artículo 6). La normativa de la UE se centra inicialmente en los aspectos medioambientales, pero puede ampliarse a los factores sociales y de gobernanza con el tiempo. Esperamos que el SFDR conduzca a una aceleración de las estrategias que promuevan objetivos de inversión sostenibles (artículo 8) o con inversiones de impacto como objetivo (artículo 9)”, explica el documento.
Un entorno económico favorable
Estas tendencias de cara a la segunda mitad del año, se enmarcan dentro de un entorno económico que será favorable para esta clase de activos. La gestora espera que las vacunas y las políticas fiscales apoyen la recuperación económica, apuntalando la demanda de transporte y energía, mientras que la infraestructura digital continúa su expansión, impulsada por la pandemia.
En este sentido, destaca que el comercio ha seguido apoyando las operaciones portuarias y de transporte de mercancías por ferrocarril a lo largo de la pandemia, con las cadenas de suministro mundiales funcionando casi a su máxima capacidad durante la primera mitad de 2021.
Además cree que las políticas cada vez más ambiciosas de cero emisiones y el rápido aumento de los precios del CO2 en Europa han acelerado el proceso de transición energética, apoyando las energías renovables, el papel esencial del gas para equilibrar la red, e incentivando la innovación tecnológica para el transporte y la descarbonización.
“Nuestras expectativas de retorno para las infraestructuras privadas se mantienen prácticamente estables en comparación con enero de 2021. La recuperación económica impulsa las expectativas de crecimiento de los beneficios y las valoraciones de los activos de infraestructuras core plus, mientras que las valoraciones de las infraestructuras core pueden verse limitadas por el aumento gradual de la rentabilidad de los bonos y el limitado potencial de crecimiento de los beneficios por encima de la inflación”, concluye el informe.
El gestor de cartera de renta fija Matthew W. Ryan y la gestora de carteras institucional Katrina Uzun de MFS comparten puntos de vista y posicionamiento sobre deuda de mercados emergentes, incluyendo por qué ser selectivos sigue siendo tan importante.
Katrina Uzun: Tras un año como 2020 especialmente convulso y considerando los flujos de salida que la clase de activos experimentó en el primer trimestre de un periodo sin precedentes, se sigue viendo un interés significativo por la deuda de los mercados emergentes, como lo demuestran el total de entradas positivas de flujos de 2020 y los flujos que ya han superado los 50.000 millones de dólares en lo que va de año. Esta parece una buena oportunidad para discutir el estado actual de los mercados emergentes y cómo puede beneficiar potencialmente a las carteras globales. Matt, ¿por qué deberían los inversores considerar mantener una asignación estratégica a esta clase de activos en sus carteras? ¿Cuáles son los beneficios potenciales?
Matthew W. Ryan: A lo largo del tiempo, la inversión en deuda de mercados emergentes está proporcionando beneficios de diversificación y unos buenos rendimientos ajustados al riesgo en el largo plazo. En este sentido, hay una serie de razones a largo y corto plazo para considerar la posibilidad de incluir la deuda de mercados emergentes en la cartera de un inversor. Con pocas excepciones, las economías de mercado emergentes han crecido más rápido que las economías de mercado desarrolladas en los últimos 20 años, y se espera que esa siga siendo la tendencia a futuro. Las economías en crecimiento tienden a atraer capitales e inversiones extranjeras, lo que crea un círculo virtuoso positivo que incluye el rendimiento superior de los activos de los mercados emergentes en esos países.
Esta pauta de sólidos fundamentos generales se refleja en el hecho de que la deuda de los mercados emergentes en moneda fuerte nunca ha tenido dos años consecutivos de rendimiento negativo y, de hecho, ha obtenido un rendimiento positivo el 97% de los períodos de un año en los últimos 20 años, con un rendimiento medio anual de algo más del 8%. En términos relativos, durante los últimos 20 años, la deuda de los mercados emergentes ha tenido la misma rentabilidad ajustada al riesgo, o una mejor, que la deuda high yield estadounidense, la renta variable estadounidense y los índices globales de referencia de renta variable mundial.
En el corto plazo, la deuda de los mercados emergentes, al igual que todas las clases de activos de renta fija, ha tenido que sortear una recuperación mundial desigual y las incertidumbres de la variante Delta del virus. Algunos países lo han hecho relativamente bien; otros han tenido dificultades. Dicho esto, si se observa la clase de activos en el conjunto de los países de los mercados emergentes, la balanza de pagos es más fuerte hoy que antes de la pandemia, los mercados de capitales siguen abiertos a los países de los mercados emergentes. Y aunque las cuentas fiscales han tenido problemas y han sufrido cierto deterioro en muchos países de mercados emergentes, hay que recordar que los niveles de deuda pública de los países de mercados emergentes, medidos por el FMI, se sitúan hoy en torno al 60% del PIB, lo que supone aproximadamente la mitad de los países de mercados desarrollados.
Además, los precios de los bonos de la deuda de los mercados emergentes reflejan en muchos casos la mayor incertidumbre presente en el entorno actual. Si se ajusta por la incorporación relativamente reciente de ambos países al índice de referencia de Venezuela, la salida de la deuda de los mercados emergentes es hoy barata históricamente con respecto a los índices de referencia estadounidenses de la deuda high yield y de grado de inversión. Así que, en resumen, una inversión en deuda de mercados emergentes es una inversión en una tendencia de crecimiento favorable a largo plazo y que históricamente ha contribuido a un riesgo ajustado favorable.
Katrina Uzun: En cuanto al panorama más sólido de la balanza de pagos, la clase de activo entró en la crisis del año pasado con métricas crediticias generales razonables que incluían superávit por cuenta corriente, inflación moderada y niveles de deuda manejables. ¿Qué países cree que han salido más fuertes de la pandemia del año pasado y qué países han experimentado un deterioro en la calidad de su muerte? ¿Qué importancia tiene la diferenciación?
Matthew W. Ryan: Todos los países han experimentado desafíos debido al virus. Dicho esto, algunos lo han hecho relativamente bien, otros no tanto. Y voy a enumerar algunos ejemplos. Los países emergentes de Europa destacan por unas tasas de vacunación relativamente altas, una gestión económica sólida y unas métricas crediticias robustas. Perú, en cambio, ha tenido dificultades para hacer frente al virus, tiene unas bajas tasas de vacunación y recientemente ha elegido a un líder de izquierdas con poca experiencia de gobierno y un sistema político que parece cada vez más disfuncional en la Europa emergente. Por otro lado, las métricas de crédito de Ucrania se ven sólidas. Y, lo que es más importante, el gobierno de ese país parece estar tomando por fin medidas significativas para hacer frente a la corrupción y a los problemas de gobernanza, especialmente en lo que respecta a su poder judicial.
Esto debería catalizar la financiación del FMI y el apoyo continuado tanto de Estados Unidos como de Europa. Sri Lanka, por otro lado, entró en la pandemia con altos déficits y niveles de deuda, y la situación no ha mejorado. Sus niveles de deuda son más altos. En la actualidad, sus reservas de divisas son bajas, y hay pocos indicios de un compromiso del gobierno con el ajuste. Pero todo esto pone de manifiesto la importancia de diferenciar entre países. No se puede lanzar dinero a esta clase de activo sin más. Incluso en una recuperación mundial, con los inversores buscando activos de mayor rendimiento, habrá ganadores y perdedores en los mercados emergentes, y lograr una correcta selección de países, así como de valores, marcará la diferencia en el rendimiento de la cartera.
Katrina Uzun: Por último, ¿cuál es su perspectiva para esta clase de activos? ¿Es un buen momento para empezar a invertir en los mercados emergentes? Y si es así, ¿por qué?
Matthew W. Ryan: La economía mundial se está recuperando, aunque no de manera continua ni homogénea. La variante del Delta ciertamente interrumpió las recuperaciones en varios países, tanto en los mercados emergentes como en los desarrollados. El comercio mundial está aumentando y los países de los mercados emergentes se han beneficiado de los mayores volúmenes y precios de las exportaciones. Ahora bien, también es cierto que algunos países tienen niveles de deuda especialmente elevados y los esfuerzos de ajuste creíbles podrían enfrentarse a una situación fiscal insostenible si no se abordan. Además, la situación política de algunos países ha tendido hacia el populismo, lo que incide en la solvencia crediticia y el rendimiento de los bonos.
Así pues, el reto consiste en evitar el deterioro de la situación en un contexto relativamente constructivo para los mercados emergentes. Esta clase de activos suele ir bien durante los periodos de fuerte crecimiento mundial. Dado que los países em están tan integrados en la economía mundial, la deuda emergente ofrece un valor relativo razonable frente a otras clases de activos de renta fija. En este sentido, es importante aprovechar todo el universo de oportunidades de la clase de activos. Hemos comprobado que las empresas de los mercados emergentes, por ejemplo, han proporcionado una forma eficaz de mejorar la rentabilidad ajustada al riesgo.
Cabe señalar también que la deuda de los mercados emergentes proporciona un cierto colchón de diferencial frente a una subida prevista de los tipos del Tesoro estadounidense. Tener exposición a los mercados emergentes en el entorno actual tiene sentido en nuestra opinión, lo que es fundamental es una buena gestión activa que pueda identificar los créditos capaces de aprovechar la recuperación mundial, evitar situaciones de deterioro y gestionar los factores de riesgo globales, como el alza potencial de los tipos del Tesoro estadounidense.