El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha confirmado a Jerome Powell como candidato para liderar un segundo mandato al frente de la Fed y ha propuesto a Lael Brainard, actual miembro de la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal, para el cargo de vicepresidenta. Con estas dos nominaciones, se inicia un proceso que culminará a principios de febrero de 2022 y que primero debe pasar por el Senado.
Según los expertos, es un trámite, pero que dice mucho de la visión económica que Biden quiere para el país. El presidente estadounidense considera que Powell sigue siendo el hombre más indicado para “continuar construyendo éxito económico”, para lo cual su figura dará la necesaria “estabilidad e independencia” a la Fed. “El presidente Powell ha ofrecido un firme liderazgo durante un periodo de desafíos sin precedentes, incluida la mayor contracción económica en la historia moderna”, ha señalado la Casa Blanca en su comunicado.
Según el equipo de analistas de A&G Banca Privada, el anuncio implica la continuidad de las políticas y elimina una fuente de incertidumbre. “Aparte de eso, no debería suponer un gran cambio de las políticas actuales. Brainard podría haber sido una opción un poco más dovish que Powell. La decisión de ayer inclina la política un poco menos dovish que la alternativa, adaptándose mejor a lo que posiblemente pueda venir”, explica
La noticia sobre su reelección ha sido bien acogida por el mercado y por los inversores, que también ven en él una figura de estabilidad. “Aunque pensemos que el mercado es demasiado agresivo en sus precios con respecto a la Fed y demasiado optimista sobre la posibilidad de un endurecimiento monetario incruento, la credibilidad de la Fed es una de las razones por las que creímos que Joe Biden volvería a nombrar a Jay Powell. Que la Fed siga siendo creíble, ayuda a contener cualquier endurecimiento de las condiciones financieras impulsado por el mercado mientras esperamos que la inflación observada finalmente caiga”, apunta Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers.
En opinión de Moëc, en este momento, el mercado se está fijando en el endurecimiento temprano y “preventivo” de la política monetaria, que no necesitaría ir muy lejos para evitar que la inflación se vuelva incontrolable. En este sentido, el experto concluye que “la clave es que el mercado cree que Powell podría hacerlo sin provocar una pérdida masiva de la producción y eso es un resultado neto positivo”.
Según Charles Diebel, responsable de estrategias de renta fija de Mediolanum International Funds Ltd (MIFL), la eliminación de la incertidumbre en cuanto al liderazgo despeja en cierta medida el camino para que la acción política adquiera una forma más dinámica. “De este modo, es probable que veamos una aceleración del proceso de reducción de las compras de activos y que se adelante la posibilidad de subidas de tipos a mediados de 2022, ya que el ritmo de la recuperación sigue siendo sólido y, al mismo tiempo, las presiones inflacionistas siguen siendo más persistentes de lo que muchos creían probable”, matiza Diebel.
Para David Kohl, economista jefe de Julius Baer, era previsible que Biden volviera a confiar en Powell. “La nominación señala la continuidad en el liderazgo de la Fed, enfatizando también la continuidad en su actual postura monetaria. Powell representa que la Fed entiende que las altas tasas de inflación actuales son transitorias, aunque no de corta duración, y no se refuerzan por sí mismas. Seguimos esperando que la Fed suba los tipos en septiembre de 2022 tras el fin del tapering”, señala Kohl.
En este sentido, el experto de Julius Baer considera que el tándem Powell y Brainard están alineados en materia de política monetaria, pese a tener puntos de vista diferentes en materia regulatoria. “La nominación señala la continuidad en el liderazgo de la Fed, enfatizando también la continuidad en la actual postura monetaria. El tapering de las compras de activos, que comienza este mes con la compra de 15.000 millones de dólares menos de activos, reducirá las compras de activos a cero en junio de 2022 si la Fed puede proceder como está previsto. La Fed sigue siendo flexible en cuanto a la aceleración o ralentización del tapering si es necesario. El tipo de interés de los fondos de la Reserva Federal no aumentará hasta que finalice el tapering. Consideramos que el nuevo nombramiento de Powell no supone un cambio de política de la Fed, ni de halcón ni de paladín”, afirma Khol.
En opinión de Dan Suzuki, vicedirector de inversiones de Richard Bernstein Advisors LLC, este nombramiento también tiene una lectura política: “Los demócratas renunciaron a la opción de un futuro chivo expiatorio de la inflación en favor de una entidad conocida y respetada que contaba con el apoyo de Yellen. Aunque sobre el papel Powell se decanta por una postura ligeramente más agresiva que Brainard, las políticas de ambos son muy similares y Powell aporta más coherencia y menos incertidumbre. Biden aún tiene más nombramientos que conformarán la composición general de la Fed”.
En este sentido, los analistas de A&G Banca Privada recuerdan que todavía hay tres vacantes abiertas para una Junta formada por siete miembros, y la Casa Blanca debe dar a conocer sus candidatos a principios de diciembre.
De cara a los próximos meses y antes de febrero, el Senado de Estados Unidos deberá de votar la renovación de Powell, que fue elegido en 2017 por Donald Trump. Si todo sigue según lo previsto, Powell continuará al frente de la Fed otros cuatro años y, según su comunicado de ayer, tiene claro cuáles serán los principales retos.
“Como siempre, sigue habiendo retos y oportunidades. La reapertura sin precedentes de la economía, junto con los efectos continuos de la pandemia, provocaron desequilibrios de la oferta y la demanda, cuellos de botella y un estallido de la inflación. Sabemos que la alta inflación pasa factura a las familias, especialmente a las que tienen menos capacidad para hacer frente a los costes más elevados de productos esenciales como la alimentación, la vivienda y el transporte. Utilizaremos nuestras herramientas tanto para apoyar la economía y un mercado laboral fuerte, como para evitar que la inflación elevada se consolide. Otras prioridades clave son vigilar la resistencia y la estabilidad del sistema financiero, abordar los riesgos cambiantes del cambio climático y los ciberataques, y facilitar la modernización del sistema de pagos protegiendo a los consumidores”, ha indicado Powell.
La entrada en vigor del Reglamento europeo sobre Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR, por sus siglas en inglés) ha provocado que los números 6, 8 y 9 tengan un nuevo significado para todo el ecosistema de la inversión ESG. Estaba claro que su aplicación iba a reconfigurar la oferta de fondos sostenibles, pero el efecto ha sido mucho mayor, según el último informe de la Asociación Europea de Fondos y Gestión de Activos (Efama).
Desde esta organización explican que, aunque la intención de los reguladores no era que los artículos del SFDR fueran tratados como etiquetas de productos, a efectos prácticos, la aplicación de este nuevo Reglamento de Divulgación ha dividido el universo de fondos de la Unión Europea en tres categorías. Se está generalizando que cada categoría reciba el nombre del artículo correspondiente del SFDR: el artículo 6 para fondos que integran riesgos de sostenibilidad; el artículo 8 paralelos que tienen características de sostenibilidad; y el artículo 9 para fondos que tienen objetivos concretos de sostenibilidad.
“Los resultados de la encuesta ofrecen una primera imagen de un mercado que sigue en pleno cambio y que, por tanto, debe tratarse con cierta cautela. El mercado ESG ya ha sufrido cambios significativos desde la introducción del SFDR y sin duda sufrirá más cambios en los próximos meses y años», señala Thomas Tilley, economista principal de Efama.
Patrimonio gestionado: artículos 8 y 9
Según los resultados de la encuesta de Efama, los activos netos de los fondos SFDR del artículo 8 y del artículo 9 ascendían a 3,7 billones de euros y 340.000 millones de euros, respectivamente, a finales de marzo de 2021, con una concentración relativamente alta en un número limitado de países. Y, visto a nivel de compañías, los gestores de activos en Europa gestionaban 11 billones de euros de activos utilizando un enfoque de inversión ASG a finales del primer trimestre de 2021 -esto incluye activos invertidos en fondos y mandatos discrecionales.
Si nos centramos en los datos recopilados por Efama, se observa que los activos netos de los fondos del artículo 8 de la SFDR ascendieron a 3,7 billones de euros, lo que representa el 22% del mercado de fondos europeo a finales del primer trimestre de 2021. Los principales domicilios de los fondos SFDR del artículo 8 son Luxemburgo (35%), Francia (16%), Países Bajos (13%), Suecia (13%) e Irlanda (9%). En cuanto a la cuota de mercado nacional de los fondos del artículo 8, Suecia ocupa el primer puesto (92%), seguida de Bélgica (50%) y los Países Bajos (48%).
Si combinamos los activos netos correspondientes a estos cinco países, se alcanza el 85% del total de los activos en fondos bajo el artículo 8. “Los fondos de renta variable representaban la mitad del universo total de los fondos del artículo 8 del SFDR (47%) a finales de marzo de 2021, y los fondos de renta fija suponían el 26%, seguidos de los fondos multiactivos (16%) y los fondos del mercado monetario (8%). En comparación con el total de activos netos en fondos UCITS y FIAs, la cuota de mercado de los fondos de renta variable es mayor entre los fondos del artículo 8 del SFDR. En cambio, las cuotas de mercado de los fondos de renta fija y de los fondos multiactivos son similares”, apunta el informe en sus conclusiones
Respecto a los fondos bajo el artículo 9 de la SFDR, los activos netos alcanzaban los 340.000 millones de euros, es decir, alrededor del 2% del mercado europeo de fondos a finales del primer trimestre de 2021. De nuevo, Luxemburgo representaba más de la mitad del total de los activos netos de los fondos del artículo 9 del SFDR, seguido de Francia (16%) y los Países Bajos (9%). Los fondos de renta variable son incluso más predominantes en los fondos del artículo 9 del SFDR que en los del artículo 8, representando el 71% de todos los fondos del artículo 9 del SFDR a finales de marzo de 2021. Esto supone más del doble de la proporción de fondos de renta variable en todos los activos de UCITS y FIAs (30%).
Tendencias y retos: regulación
Ahora bien, tal y como destaca Tilley y muestran los datos, la cobertura de los fondos por parte de los artículos 8 y 9 del SFDR es considerablemente desigual en Europa. “Hay varios factores que influyen, como las diferentes interpretaciones del texto del nivel 1 del SFDR por parte de los reguladores nacionales, el retraso en la aplicación de las medidas de nivel 2 y los diferentes niveles de madurez de los mercados de fondos ESG entre los Estados miembros”.
En este sentido, desde Efama señalan que a falta de medidas de nivel 2, el sector de los fondos ha aplicado hasta ahora el SFDR sobre la base del mejor esfuerzo. “La evolución de la interpretación jurídica del reglamento, especialmente en lo que respecta a la información sobre los productos de la taxonomía en el SFDR, corre el riesgo de crear confusión entre los inversores, ya que ya se aplicará el 1 de enero de 2022, a pesar de que faltan la información sobre las empresas participadas y los criterios de selección de la taxonomía. Los reguladores deben adoptar un enfoque común y evitar los cambios parciales en la SFDR para aumentar la confianza de los inversores y la transparencia en un sector relativamente nuevo y con rápido crecimiento”, argumentan desde Efama.
A partir del 1 de julio de 2022, el sector espera aplicar plenamente la legislación sobre el SFDR. Aunque consideran que el sector de la gestión de fondos todavía se enfrenta a dificultades e incertidumbres en el proceso de implementación del marco SFDR, Efama confía en que estos desafíos se desvanecerán una vez que el marco normativo esté completo y los inversores tengan acceso a los datos de información corporativa necesarios para cumplir con sus nuevas obligaciones.
“La Unión Europea está tomando el liderazgo mundial en la estandarización de la información sobre sostenibilidad de los fondos con la SFDR, contribuyendo así a la reorientación de los flujos de capital hacia proyectos y empresas sostenibles. Esta nueva legislación reducirá las asimetrías de información sobre las cuestiones ESG, lo que, en última instancia, permitirá a los inversores finales desempeñar un papel en la financiación de soluciones para los apremiantes retos sociales”, añade Tanguy van de Werve, director general de Efama.
Inversión ESG
Por último, el informe de Efama muestra que se está tendiendo hacia un enfoque de inversión más ESG y una mayor implicación en el compromiso y voto ESG en las compañías en las que se invierte. Según sus datos, los gestores de activos en Europa aplicaron un enfoque de inversión ESG a un total de 11 billones de euros de activos hasta finales del primer trimestre de 2021, cifra ligeramente superior a la registrada en 2019.
“El crecimiento relativamente limitado, un 3%, de los activos ESG totales desde finales de 2019 podría indicar que la introducción del SFDR ha impulsado a los gestores de activos a ser más cautelosos a la hora de informar sobre la cantidad de activos para los que utilizan algún tipo de enfoque de inversión ESG”, apunta como explicación el informe de Efama.
Por su parte, los activos en mandatos discrecionales que adoptan un enfoque de inversión ESG ascendieron a 5 billones de euros, mientras que en el caso de los fondos que utilizan algún tipo de características ESG representó 6 billones de euros. Con estos datos sobre la mesa, el documento concluye: “La importante diferencia entre el total de 6 billones de euros en fondos europeos que aplican un enfoque ESG y el total de activos bajo gestión en fondos del artículo 8 y del artículo 9 (ligeramente superior a 4 billones de euros), se debe a la inclusión de datos del Reino Unido y Suiza. Sin embargo, también se explica por el hecho de que algunos gestores de activos aplican un enfoque ESG general para todos sus activos sin que sea necesario etiquetar o registrar toda su gama de fondos como SFDR del artículo 8 o 9”.
Newton Investment Management Limited (Newton), parte de BNY Mellon Investment Management, ha anunciado la contratación y nombramiento de Therese Niklasson para el cargo de nueva directora global de Inversión Sostenible. Niklasson, que responderá directamente ante Euan Munro, consejero delegado de Newton, pasará a formar parte del comité ejecutivo de la gestora y se encargará de impulsar el plan estratégico de inversión responsable y sostenible de Newton en todo el mundo.
Según explican desde la gestora, desde su nuevo puesto, supervisará la agenda de investigación responsable y liderará la integración, medición y comprobación de los factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés) en el marco de los procesos de inversión de las diversas estrategias y clases de activo.
Niklasson gestionará el desarrollo continuo del equipo de inversión responsable de Newton, compuesto por 19 especialistas a cargo del análisis, la administración responsable (stewardship), los datos y la promoción de productos. También supervisará el gobierno corporativo y los procesos relativos a la inversión responsable y sostenible e impulsará el desarrollo y la innovación de las capacidades de producto de Newton con el objetivo de proporcionar resultados de inversión responsable y sostenible para los clientes presentes y futuros.
Con 17 años de experiencia en inversión responsable y sostenible, Niklasson se une a Newton desde Ninety One Plc (antes, Investec Asset Management) donde ejercía como directora global de Sostenibilidad, encargada del desarrollo y la ejecución de la estrategia integral de sostenibilidad de la firma. Previamente, fue directora global de ESG y directora de Análisis ESG en la misma firma y, antes, trabajó como directora de Gobierno Corporativo e Inversión Responsable en Threadneedle Investments.
“En Newton somos inversores con propósito que intentamos aplicar un enfoque de largo plazo, ser selectivos, realizar un análisis riguroso e implicarnos con las empresas en las que invertimos, siempre en beneficio de nuestros clientes. El puesto de directora global de inversión responsable tiene una importancia crucial, ya que liderará la siguiente fase de nuestra trayectoria en inversión responsable, que abarca cuatro décadas, para ayudarnos a dar forma y visibilidad tanto a las estrategias de inversión sostenible de Newton como a nuestra manera de entender la inversión responsable”, ha destacado Euan Munro, consejero delegado de Newton Investment Management.
El CEO de la firma considera que Niklasson cuenta con una amplia experiencia y un sólido historial desarrollando capacidades globales de inversión ESG y transformando el enfoque de los equipos de inversión en cuestiones de sostenibilidad, “lo que resultará decisivo a la hora de promover la visión de Newton y el continuo desarrollo de nuestras estrategias de inversión sostenible”, ha indicado.
Desde la gestora puntualizan que Niklasson se incorporará a Newton el 7 de febrero de 2022 y trabajará desde Londres, Reino Unido.
Aunque los titulares ya no están copados por el Brexit, el proceso continúa y sus consecuencias más prácticas se van viendo. En el caso de la industria de gestión de activos, desde Bloomberg señalan que la Unión Europea está dispuesta a endurecer las normas sobre cómo se pueden gestionar los fondos desde fuera de sus fronteras, al tiempo que evitar cambios que acaben afectando a los modelos de negocio que ya existen.
En este sentido, “las propuestas de la Comisión Europea incluyen un nuevo requisito para que al menos dos gestores senior a tiempo completo estén presentes en el bloque”, según los borradores de documentos obtenidos por Bloomberg. Los fondos también tendrán que notificar a los reguladores cuando la mayoría de los activos que gestionan están fuera de la Unión Europea.
Aun así, matizan desde Bloomberg, los cambios propuestos no son tan profundos como algunas partes del sector temían y no se ha realizado una revisión de la Directiva sobre la gestión de Fondos de Inversión Alternativa, ya que esto “habría socavado uno de los pilares de la City de Londres”, advierten.
Tras el análisis del borrador, la publicación explica que los fondos con sede en la Unión Europea pueden seguir siendo gestionados desde otros centros financieros externos a la UE. Una conclusión relevante, indican, si se tiene en cuenta que “algunos funcionarios de la UE están presionando para que una mayor parte de la infraestructura financiera se traslade del Reino Unido a la Unión Europea tras el Brexit”.
Desde Bloomberg, medio al que la Comisión Europea ha declinado hacer comentarios sobre este tema, explican que la propuesta de la Comisión indica que la gestión delegada «permite una gestión eficiente de las carteras de inversión y la obtención de la experiencia necesaria en un mercado geográfico o clase de activos concretos». Además, apunta que los documentos también establecen cambios para reprimir a las llamadas empresas buzón, que subcontratan tanto negocio que no pueden controlar sus propias operaciones.
“Los cambios propuestos preservarán las valiosas características de la gestión delegada, al tiempo que asegurarán de que haya el suficiente personal dentro de la UE para garantizar que los gestores de fondos alternativos conserven las funciones de delegación y básicas. En la práctica, eso significa que al menos dos altos directivos deben estar empleados o dirigir la actividad del GFIA a tiempo completo y ser residentes en la Unión” destaca Bloomberg haciendo referencia a lo que dice el proyecto de texto que, advierte, “aún podría estar sujeto a cambios”.
Respecto a la banca extranjera, los analista de Banca March explican que Bruselas restringirá su capacidad para operar desde el Reino Unido. «La Comisión va a restringir a la banca dentro de la Unión Europea que opera a través del pasaporte financiero europeo, que permite a entidades extranjeras -principalmente estadounidenses y suizas- dar servicios desde un país -en general, Luxemburgo o Irlanda- al resto de regiones comunitarias. La medida también pretende otorgar más poder al regulador para convertir algunas sucursales en subsidiarias vigiladas con más detalle», explican en su análisis diario.
Allianz Global Investors (Allianz GI) amplía su equipo de tutela corporativa (stewardship) con el nombramiento de Marie Fromaget como analista de stewardship. Se incorporará a la gestora a mediados de enero y estará ubicada en las oficinas de París, dependiendo directamente de Antje Stobbe, directora de Stewardship.
Según indican desde la firma, Marie Fromaget será responsable del diálogo activo, especialmente sobre el capitalismo inclusivo, y de las votaciones de Allianz GI en las empresas en las que participa en Europa, Oriente Próximo y África (EMEA por sus siglas en inglés).
Antes de unirse a Allianz GI, Marie Fromaget era analista de ESG en AXA IM desde 2018, dónde estuvo a cargo del análisis y el diálogo activo sobre el capital humano y la diversidad. Participó en el fortalecimiento de la política de votación de AXA IM sobre la diversidad de género, y contribuyó a la integración de las cuestiones sociales dentro de las diferentes clases de activos.
“Estamos encantados de reforzar nuestro equipo con una profesional de la inversión de probada eficacia como Marie Fromaget. Aporta habilidades en el análisis de temas sociales, una gran cantidad de convicciones ASG, así como la experiencia temática necesaria tanto para alimentar la creciente demanda de los clientes como para servir a nuestra ambición en la tutela corporativa activa”, ha indicado Antje Stobbe, directora de Stewardship de Allianz GI.
Por su parte, Mark Wade, director global de Análisis y Stewardship, ha añadido: “El capitalismo inclusivo es uno de nuestros tres pilares temáticos de sostenibilidad junto con el cambio climático y los límites de lo que puede ofrecer el planeta, ya que creemos que están interrelacionados y son codependientes. Los conocimientos y la experiencia de Marie en cuestiones sociales serán clave para desarrollar nuestro compromiso temático y nuestra política de voto en esta temática ahora que estamos en la fase de superar la pandemia”.
El Índice de Sustentabilidad de Dow Jones (DJSI por sus iniciales inglés) es quizás el índice más conocido y reputado mundialmente de sostenibilidad corporativa. El pasado 12 de noviembre, cada una de las empresas participantes pudo conocer su puntaje y si fue o no listada en los índices. Como preámbulo, Standard & Poor’s ya dio a conocer una serie de estadísticas y resultados generales para las empresas de Latinoamérica en su conjunto, que vale la pena analizar.
Para el proceso de este año fueron invitadas 64 compañías chilenas, de las cuales 35 respondieron el cuestionario, representando un 55% de participación, y obtuvieron un promedio de 63 puntos (escala 0-100). Esto significa un aumento de 5 puntos con respecto al promedio del año anterior, lo que puede parecer bastante positivo, más no debería llevar al sector a conformarse.
Por un lado, la participación de las empresas chilenas todavía está bastante por debajo de las participaciones de empresas en México y Colombia (79 y 86% de participación, respectivamente). Por otro lado, el desempeño promedio de las empresas chilenas está 15 puntos más abajo que sus pares colombianas, y tan solo 2 puntos arriba de las empresas brasileñas.
Además, es interesante notar que las empresas peruanas aumentaron su puntaje promedio en 11 puntos, quedando solo a 10 unidades de las chilenas. Ante este escenario competitivo, las compañías del país deben aumentar sus esfuerzos para mantener y mejorar su posición en la región.
En particular, en el criterio de Gobierno Corporativo, las empresas chilenas y latinoamericanas presentan un rezago persistente cuando se les compara con el promedio mundial, mostrando un promedio regional 18 unidades más bajo que los 54 puntos promedio del global. Las empresas chilenas ostentan un puntaje promedio de 37 puntos en este ámbito, apenas por sobre los 36 puntos del promedio latinoamericano. Y en este criterio el puntaje se mantuvo sin cambios respecto al año anterior.
Cabe mencionar que el criterio de Gobierno Corporativo es bastante más amplio que los aspectos relacionados al Directorio, ya que incluye temas como la propiedad accionaria, derechos a voto, y la remuneración a largo plazo de los ejecutivos/as y del Gerente General. Como ejemplo ilustrativo, en la pregunta específica sobre alineación de la remuneración ejecutiva con objetivos a largo plazo, 74% de las empresas chilenas participantes obtuvieron 0 puntos.
Esto demuestra la distancia que existe en estos temas al compararnos con empresas europeas o estadounidenses: en Latinoamérica la transparencia de remuneración ejecutiva continúa siendo un tema bastante “tabú”, lo que contrasta con la transparencia que ya es costumbre, o ley, en Estados Unidos y Europa. Queda como tarea el avanzar en forma decidida para subsanar estas brechas y saldar la deuda pendiente en esta materia.
La gestora de activos Schroders está reforzando sus piezas estratégicas de cara a los próximos años, con el objetivo de acelerar el crecimiento del canal Intermediary en Latinoamérica. En ese contexto, la compañía nombró a Francisca Parada como Head of Intermediary Andean Region, mientras que Andrés Cobos asumió el cargo de Senior Director Andean Region, con el objetivo de reforzar el canal de Wealth Management.
En su nuevo rol Francisca Parada reportará a Alex Toledo, Country Head de Schroders Chile, y estará a cargo del equipo conformado por Andrés Cobos y Sofía Ureta.
Francisca Parada se unió a Schroders en 2015 como parte del equipo de distribución para el canal de Intermediarios en Latinoamérica. Ahora será responsable de la estrategia y ejecución del negocio de Intermediary tanto en los canales de Discretionary como de Brokerage/Wealth en la región.
Anteriormente, se desempeñó como Portfolio Manager de Renta Fija en Corpbanca AGF. Es Ingeniero Comercial y Magíster en Finanzas de la Universidad Adolfo Ibáñez.
Por otro lado, Andrés Cobos se unió al equipo de distribución de Schroders en 2016. En su nuevo rol de Senior Director Andean Region, liderará el desarrollo del canal de Brokerage/Wealth, siendo responsable de la gestión y relación con el cliente, junto con el desarrollo de nuevos negocios.
Previo a esto, Cobos se desempeñó como asesor financiero en el multi-family office GAP Investor y fue Analista Comercial en Standard Investments Argentina. Tiene una Maestría en Finanzas de la Universidad del Desarrollo y es Ingeniero Comercial de la Universidad de San Andrés, Buenos Aires.
“El negocio Intermediary siempre ha sido uno de los principales focos de Schroders y con estos nombramientos no hacemos otra cosa que seguir dándole la prioridad que el desarrollo de este canal necesita. No tengo dudas de que Francisca será capaz de liderar la ejecución de un plan estratégico que nos seguirá posicionando como líderes en la región, para lo cual la colaboración de Andrés, expandiendo el negocio Wealth, es clave”, destaca Alex Toledo, Country Head de Schroders en Chile.
Schroders es un administrador de inversiones británico con más de 200 años de historia y presencia en 34 países, con activos bajo administración cercanos a $1 trillón de dólares. Schroders gestiona una amplia gama de activos tradicionales y alternativos, mientras que está a la vanguardia en estrategias temáticas, ESG e inversiones de impacto.
Con las urnas cerradas y los votos contados, Chile ya sabe cuáles son los nombres que estarán en las papeletas para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, el 19 de diciembre. Se trata de dos candidaturas en esquinas opuestas del espectro ideológico: Gabriel Boric, que representa una alianza entre el Frente Amplio y el Partido Comunista, y José Antonio Kast, líder del ultraderechista Partido Republicano.
Lo que es relevante tener en mente ahora, para BBVA Corporate & Investment Banking, es que ambos candidatos –que quedaron separados por una brecha de preferencias menor a la esperada– tendrían que enfrentar una ruta de mayor gasto social.
“Aunque el próximo presidente podría ser un factor que acelere o desacelere los cambios que probablemente introducirá la nueva Constitución, el nuevo presidente no va a poder alterar el avance del país a un modelo de bienestar social, y sus implicaciones fiscales”, señaló la firma en un informe.
Si bien una presidencia de Kast podría hacerle un contrapeso a la Convención Constituyente –que está más cargada a la izquierda–, lo que podría “moderar” algunas propuestas, BBVA prevé un desafío en las calles.
“Con una base de izquierda fuerte dispuesta y capaz de movilizar a la gente en la calle para protestar y demandar cambios, una presidencia liderada por Kast podría ser susceptible al conflicto social y el ruido de la calle”, indicaron el estratega de tasas locales, Mario Castro, y el líder de equipo de la firma, Alejandro Cuadrado.
En la otra cara de la moneda, el banco de inversiones prevé que una presidencia de Boric podría “aliviar” el conflicto social, pero aumentaría los riesgos de cola de “excesos en la transición a un Estado de bienestar social, que sería probablemente un mandato de la nueva Constitución”.
De todos modos, la firma señala que, si es que el diputado es elegido presidente, esperan que “nombre un equipo económico creíble y acreditado”.
Panorama legislativo
Si bien las elecciones dejaron a la centro-derecha un poco más fortalecida en el Congreso, respecto a su composición actual, en BBVA destacan que ni la izquierda ni la derecha tienen los dos tercios necesarios para impulsar reformas constitucionales. Ese equilibrio, explican Castro y Cuadrado, “seguirá previniendo la aprobación de propuestas extremas o dañinas en el frente económico”.
Eso sí, la firma de capitales europeos destaca que el Congreso electo en estos comicios podrían tener más relevancia a futuro, ya que la nueva Constitución probablemente le dará más poder a los parlamentarios para aprobar leyes con impacto fiscal.
A nivel de implicaciones de mercado, BBVA anticipa una reacción positiva, considerando que la ventaja de Boric es menor a la anticipada por el mercado y el aumento de la derecha en el Congreso.
La pandemia del COVID-19 ha provocado muchos desajustes económicos. Uno al que se ha prestado gran atención es la escasez global de chips de semiconductores. Según señalan Denny Fish, gestor de carteras, y Shaon Baqui, analista en Janus Henderson Investors, esta situación a menudo se circunscribe al contexto de la industria automovilística y el efecto dominó del parón en las cadenas de suministro y el fuerte encarecimiento de los coches de segunda mano. Pero la escasez de chips y los problemas que ha provocado son mucho más amplios, al afectar a todos los sectores de actividad, regiones y probablemente a un alto porcentaje de las familias de todo el mundo.
Un momento muy inoportuno
La industria de los semiconductores se ha distinguido por sus constantes desequilibrios, ya que los productores de chips y los consumidores tratan de lograr el equilibrio entre oferta y demanda. La estructura del sector, siempre fragmentada, solía agravar el problema. El (histórico) desequilibrio actual es el resultado del choque de dos factores, ambos directamente relacionados con la pandemia: Los problemas de la cadena de suministro provocados por los cierres económicos se produjeron a la vez que la demanda mundial de chip se disparó, ya que la pandemia aceleró la digitalización de la economía global.
En un ciclo normal, la industria de los semiconductores aumenta su capacidad para atender sus carteras de pedidos cuando la demanda vuelve. El desafío al que se enfrentan actualmente los fabricantes es que la inclinación de la curva de la demanda se ha pronunciado durante la pandemia, de forma que a los fabricantes de chips les está costando cumplir un objetivo cada vez más alto. Cuando empezó la escasez, los directivos del sector esperaban que las existencias se recuperasen a finales de este año. Cuando la magnitud del desequilibrio se ha hecho más evidente, las estimaciones optimistas apuntan a mediados de 2022 y las más precavidas temen que no remitirá del todo quizás hasta principios de 2023.
Dada la complejidad de la fabricación de semiconductores, la capacidad adicional no puede aparecer de la nada. Como la demanda sigue superando a la oferta ―y no hay grandes plantas nuevas que entren en funcionamiento hasta finales de 2022―, coincidimos también en que el mercado de chips se tensionará aún más en los próximos meses. Mientras tanto, los equipos directivos de diversos sectores se enfrentan a decisiones difíciles sobre la priorización de la producción que pueden afectar a sus flujos de ingresos y beneficios. Desde esta perspectiva, cualquier nuevo acontecimiento relacionado con la escasez de chips debería merecer la atención de todos los inversores.
Un proceso de dos años
Para entender cómo se ha llegado a esta situación, debemos volver la vista atrás a 2018. Durante ese año, y como es habitual en un ciclo normal de semiconductores, el sector acumuló existencias en previsión de una demanda de finales de año que luego no se materializó. A principios de 2019, mientras los fabricantes de chips seguían eliminando existencias, la guerra comercial entre EE.UU. y China empañó las expectativas de crecimiento global, reduciendo aún más la demanda, ya que ni los productores ni los compradores querían tener excedentes de existencias.
La aparición de la pandemia global tuvo la singular consecuencia de sofocar aún más la demanda de algunos mercados finales de semiconductores, mientras que en otros la estimuló. El sector del automóvil fue el ejemplo más evidente de lo primero, ya que los compradores cancelaron pedidos, mientras que todo lo relacionado con el teletrabajo y la digitalización de la economía global ―informática en la nube (cloud), computadoras portátiles, consolas de juegos y rúteres de wifi― son ejemplos de lo segundo.
Para cuando volvió la demanda de coches y otros productos utilizados fuera de casa, las carteras de pedidos de los proveedores de materias primas y fundiciones de chips ya estaban completas. Para empeorar las cosas, una serie de problemas idiosincráticos a lo largo de la cadena de suministro frenaron aún más la capacidad. La dura realidad es que el entorno de los semiconductores ha tardado dos años en sufrir este déficit y podría tardar ese mismo tiempo en recuperarse.
Días de existencias de los distribuidores de semiconductores
Una confluencia de factores ha provocado que el sector no sea capaz de atender la demanda disparada de chips tras el repunte de la actividad comercial y la digitalización acelerada de la economía global.
Esta vez es diferente
Varios factores nos llevan a la conclusión de que el desequilibrio actual de los chips no se resolverá tan fácilmente como en ciclos anteriores. Ante todo, la demanda de semiconductores ha alcanzado un punto de inflexión y, en nuestra opinión, no hay vuelta atrás, ya que una parte cada vez mayor de la actividad económica global se realiza de forma digital. El teletrabajo ha generado una demanda increíble de chips complejos que permiten la informática en la nube (cloud), la inteligencia artificial y los avances en los automóviles de todo el mundo, incluidos los sistemas de asistencia al conductor y la electrificación de vehículos. Un ejemplo: un vehículo eléctrico puede incluir hasta cinco veces el contenido de un semiconductor que los coches con motores de combustión interna.
El sector del automóvil es otro gran consumidor de chips analógicos, al igual que lo son diversos productos y aplicaciones relacionadas con el Internet de las cosas (IoT). Este segmento del mercado, que incluye los microcontroladores y los sensores, es un área que, según creemos, podría seguir sometida muy tensionada a medida que la demanda de chips analógicos se generalice aún más.
Aunque la industria de los semiconductores se esfuerza por responder al aumento de la demanda, también debe sortear los cambios tectónicos en el entorno geopolítico y comercial global. La cadena de suministro de chips es una de las más globalizadas, y la tendencia a la localización y el deseo de los países de controlar todo el proceso de producción tendrán probablemente consecuencias de gran alcance a medida que los productores de chips se adapten a un mercado potencialmente más fragmentado y aislado.
Por último, aunque gran parte de la atención se ha centrado en los usuarios finales, como los automóviles y los dispositivos del Internet de las cosas (IoT), algunos inversores podrían no reconocer plenamente el riesgo que supone la prevalencia de los chips analógicos en la maquinaria y las herramientas de las fábricas del mundo. En el peor de los casos, si una cadena de montaje depende de una serie de chips de cuatro dólares y varios de ellos se estropean sin que haya existencias de repuestos, la producción podría detenerse, lo que provocaría una escasez de productos sin relación aparente con los semiconductores.
Perspectiva del inversor
La escasez de chips no es un fastidio ni una cuestión secundaria. Los inversores de todas las clases de activos y sectores deben entender que la economía del siglo XXI no puede funcionar sin semiconductores. Desde el punto de vista de la oferta, creemos que el actual desequilibrio creará aún más estímulos para los fabricantes de bienes de equipo para semiconductores que hacen posible la producción de chips. Si los mercados se localizan más, probablemente aumentará el número de compradores de esta compleja maquinaria.
Aunque somos conscientes de los problemas a corto plazo relacionados con la oferta y la demanda, creemos que el apetito por los chips analógicos seguirá aumentando a medida que la digitalización dé lugar a niveles cada vez más altos de contenido de semiconductores en aplicaciones muy variadas. Por último, pensamos que la demanda secular de procesadores, aceleradores y chips de red que impulsan la inteligencia artificial y los servicios de informática en la nube (cloud) seguirá aumentando en los próximos años a medida que el mundo avance hacia una economía digital.
También hay que revisar las decisiones de los equipos directivos, ya que la práctica de las existencias «justo a tiempo» por parte de los compradores de chips ha agravado la escasez actual. Por consiguiente, las empresas que dependen especialmente de los chips en sus productos finales o procesos de producción podrían tener que plantearse pasar a un método de existencias «por si acaso». Para contrarrestar el riesgo de hacer pedidos de cuatro o cinco veces más chips de los necesarios con la esperanza de cancelar los envíos en caso de que la demanda no se materialice, los productores de chips exigen cada vez más que los pedidos no puedan cancelarse.
La escasez de semiconductores ha demostrado poder dar muchos dolores de cabeza a la economía mundial y apenas muestra indicios de que vaya a remitir. Aunque los matices de la estructura de la industria y el ciclo de los semiconductores suelen ser el dominio de los inversores en tecnología, dada la creciente dependencia de la economía mundial de la compleja funcionalidad de los chips que hacen posible la nube y la inteligencia artificial, así como de los chips analógicos orientados a los procesos, la evolución de la industria debería interesar a todos los participantes en los mercados financieros.
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Como era de esperar, el debate sobre el carácter permanente o transitorio de la inflación está lejos de cerrarse. Este tema fue tratado en la reunión externa que celebramos el mes pasado en torno a nuestras perspectivas a largo plazo y en la que analizamos y definimos las fuerzas estructurales que actúan sobre la economía y los mercados de capitales.
Una de las indiscutibles tendencias clave es el envejecimiento de la población en China, Europa y EE.UU., en ese orden. Desafortunadamente, la evidencia académica no es concluyente a la hora de determinar si el aumento de la tasa de dependencia de la población es inflacionista o deflacionista.
En el caso de Japón, los datos son claramente deflacionistas. ¿Podría suceder lo mismo en EE.UU.?
La pregunta es oportuna, ya que la pandemia ha provocado una ola de jubilaciones anticipadas en los Estados Unidos. No obstante, el producto interno bruto estadounidense ha logrado recuperar su nivel prepandemia con tres millones menos de trabajadores activos. Aparentemente, la productividad se ha acelerado, por lo que un crecimiento más rápido de los salarios no constituye necesariamente un factor inflacionista. Esta parece ser la opinión del mercado de bonos, ya que los bonos del Tesoro de EE.UU. han registrado un repunte tras el sólido informe de empleo de octubre, un mes que registró más de medio millón de puestos de trabajo de nueva creación.
En China, seguimos atentos al persistente aumento de la tensión en materia de financiación en el sector de la promoción inmobiliaria. Este impacto es el que persigue la política del gobierno y, si bien el sector inmobiliario chino constituye la mayor clase de activos del mundo, de momento los responsables políticos ni siquiera han pestañeado. En cuanto a la energía, nuestra previsión de que los precios de los combustibles fósiles terminarán cediendo empieza a materializarse.
La combinación de todos estos factores refuerza nuestra opinión de que es más probable que los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años vuelvan a acercarse al 1% antes de superar el 2%, algo que eventualmente ocurrirá, pero no todavía. Además, no vemos la perspectiva de que la Fed reduzca sus estímulos (tapering) como un problema a corto plazo. De hecho, la efervescencia de los precios de los activos justifica una mayor contención por parte del banco central estadounidense; mientras que los resultados empresariales siguen siendo sólidos. El crecimiento de los beneficios del S&P 500 del tercer trimestre avanza hacia el 39% interanual, dejando atrás el 27% previsto antes de la publicación de los resultados.
En cualquier caso, los balances de los bancos centrales del G5+ seguirán creciendo hasta bien entrado el año 2022. Resultados sólidos, liquidez positiva… ¿Dónde está el problema? Tal vez en las valoraciones. Sin duda, estas encabezan la lista de las preocupaciones de los inversionistas. Sin embargo, en estos momentos es importante recordar uno de nuestros principios clave de inversión: «Por lo general, la valoración es una consecuencia, no una causa». En otras palabras, no hay que operar en renta variable basándose simplemente en si la valoración de los títulos es demasiado barata o cara. La valoración solo es útil en horizontes temporales de varios años; a corto y medio plazo, mandan la dinámica de los resultados y la liquidez.
Dado que la prima de riesgo prospectiva de la renta variable de EE.UU. sigue siendo generosa, al situarse en el 3,8%, es poco probable que las empresas pasen de recomprar acciones a emitir otras nuevas. La autorización para la recompra de acciones en EE.UU. ha alcanzado recientemente un récord de 1 billón de dólares. El rendimiento total de retorno en efectivo del índice S&P 500 se sitúa en torno al 3%. Un aspecto crítico del principio expuesto arriba es que también se aplica a las acciones individuales. Esto es sumamente importante porque, como volvió a destacar un reciente estudio, el rendimiento del mercado bursátil está increíblemente concentrado. La mayoría de las acciones no superan a los bonos del Tesoro estadounidense a lo largo de su ciclo de vida en el índice al que pertenecen. En cambio, casi toda la creación de valor para los accionistas procede de unos contados y enormes ganadores, y así ha sido siempre.