¿Qué opinan los inversores profesionales sobre los ETFs? Según el resultado del Estudio Global sobre ETFs de 2021 elaborado por JP Morgan AM, este vehículo de inversión ha demostrado ser resistente incluso durante los momentos de mercado más turbulentos. El documento, en el que han participado 373 profesionales inversionistas en 18 países, con responsabilidad sobre inversiones en ETFs valoradas en 347.000 millones de dólares, se pone de manifiesto algunas de las principales tendencias de esta industria como, por ejemplo, los ETFs de gestión activa o el crecimiento de los vehículos pasivos de inversión ESG.
“En la primavera de 2020, en el punto álgido de la volatilidad del mercado, la mayoría de los observadores siguieron de cerca si se producía una dislocación entre los ETFs y sus participaciones subyacentes. La feliz conclusión fue que el mecanismo operado por los creadores de mercado y los participantes autorizados para ajustar el inventario de los ETFs en función de la oferta y la demanda demostró ser un amortiguador fiable para moderar el impacto de los movimientos de los grandes inversores”, destaca Jean-René Giraud, fundador y CEO de TrackInsight, en la carta de presentación del estudio.
Esta reflexión explica, en opinión de Giraud, que, por segundo año consecutivo, la liquidez haya sido considerado el principal criterio que los encuestados tienen en cuenta a la hora de seleccionar los ETFs, lo que refleja la importancia de la parte «negociada» de los «fondos cotizados». “El modelo de ETF ha demostrado ser fundamental para la aparición de un nuevo mundo de inversión digital más rápido y dinámico, creando un entorno fértil para la continua convergencia de los fondos de inversión y los ETF a medida que la industria avanza hacia un modelo basado en la distribución estructurada en torno a vehículos cotizados. Tal vez como consecuencia del aumento del trabajo a domicilio, la crisis también ha provocado un renacimiento de la inversión autodirigida, ya que el dinero minorista volvió a los mercados con fuerza”, añade.
En este sentido, la estudio muestra que “la fuerte liquidez que proporcionaron los ETF en el contexto de volatilidad provocada por el COVID-19 en 2020, unida al conocimiento por parte de los proveedores sobre los mecanismos de la fijación de precios en estos fondos, ha hecho que se dispare la proporción de encuestados para los que la liquidez supone una ventaja de los ETFs”, indican desde la gestora.
De la liquidez a las nuevas tendencias: temáticos, gestión activa y ESG
Entre las conclusiones de la encuesta, destaca que las asignaciones a renta fija han crecido rápidamente. Según explican: “La capacidad de los ETFs de proporcionar acceso líquido y eficiente desde un punto de vista de costes a carteras diversificadas de bonos es un aspecto que los encuestados aprecian cada vez más, y los ETFs de renta fija están creciendo para convertirse en la segunda mayor clase de activo en el espacio de los ETFs”.
Por otro lado, la encuesta confirma desde la óptica de los inversores profesionales las tendencias en las que las gestoras ya están trabajando. La primera es la mayor apuesta por los ETFs de gestión activa. Según indican desde JP Morgan AM, aunque los ETFs de gestión activa siguen siendo un segmento relativamente pequeño del mercado global de ETFs, el porcentaje de encuestados con exposición a este tipo de fondos se ha incrementado del 31% en 2019 al 54% en 2020. “Este repunte refleja el aumento de la demanda de estrategias activas, tanto para impulsar la diversificación de la cartera y el potencial de alfa, como para reducir costos”, indican.
En segundo lugar, los encuestados confirman que los fondos temáticos se están generalizando. “Las posiciones en fondos temáticos han aumentado considerablemente desde 2020 y todo apunta a que seguirán haciéndolo en los próximos dos a tres años, ya que los encuestados asignan más activos a los temas de tecnología y medio ambiente en particular”, apuntan las conclusiones del estudio.
Por último, la encuesta recoge que la ESG es la principal apuesta de los inversores institucionales. Los activos ESG se triplicaron en 2020 hasta los 174.000 millones de dólares, impulsados por la entrada récord de capitales por 87.000 millones de dólares, una tendencia que seguirá aumentando, ya que el 48% de los encuestados afirman que prevén incrementar al menos un 5% su exposición a ETFs ESG. “Sin embargo, la falta de consistencia en los parámetros ESG sigue dificultando las comparaciones entre fondos”, advierten desde JP Morgan AM.
Esta ha sido una década sorprendente para las inversiones sostenibles. Hemos asistido a la confluencia de acciones por parte de empresas, individuos y responsables políticos. Estos últimos han sido especialmente activos en los últimos tres años y el creciente poder de la regulación es un completo cambio de juego para la sostenibilidad, y para los datos sostenibles en particular. El famoso Reglamento de Divulgación Financiera Sostenible (SFDR, por sus siglas en inglés) es un listón cada vez más alto, no sólo para la divulgación, sino también para la disciplina y el enfoque relativos a los marcos sostenibles.
Durante los últimos dos o tres años, la atención se ha centrado principalmente en una sola dimensión: el medio ambiente y, en particular, el clima. Sin embargo, la crisis sanitaria ha demostrado el papel clave del pilar social y cómo las tres dimensiones -medio ambiente, social y gobernanza- están interconectadas, por lo que requieren un enfoque global. Esta ha sido siempre una convicción en DPAM.
La carrera hacia las emisiones cero no es solo una declaración
Casi todos los países se han comprometido a lograr la neutralidad de carbono en las próximas décadas. Esto tiene consecuencias económicas y financieras. En primer lugar, significa una retirada completa de los combustibles fósiles para 2050 y un agresivo proceso de descarbonización. En segundo lugar, supone un coste de inversión estimado en más de 5 billones de dólares al año hasta 2030, lo que requiere una financiación considerable.
Los últimos 5 años han sido años récord en cuanto a los llamados bonos verdes y emisiones similares. Esto es sólo un comienzo. Estos instrumentos deberían emitirse masivamente en los próximos años. Proporcionarán una mayor diversificación a los mercados. Ya sea atraídos voluntariamente por estos instrumentos o empujados por la normativa, los inversores son propensos a comprar activos «verdes» cuyas valoraciones empiezan a mostrar algunos signos de fuerte demanda.
De hecho, la taxonomía europea, entre otras cosas, impulsa a los inversores a comprar los valores que les permitan mostrar los mejores índices de alineación con los dos primeros objetivos del cambio climático (mitigación y adaptación). Los siguientes cuatro objetivos se han redactado recientemente.
A modo de recordatorio, la taxonomía pretende aportar claridad sobre lo que debe considerarse verde y ayuda a reasignar el capital hacia actividades económicas y empresas que contribuyan a los objetivos medioambientales alineados con la taxonomía.
Aunque las ambiciones de los países son importantes, para que tengan éxito deben lograrse a escala mundial. En este sentido, los resultados de la COP 26 no fueron tranquilizadores. «Una COP de los países ricos para los países ricos», como han afirmado varios expertos, y con un importante desfase entre las declaraciones oficiales de la primera semana y las conclusiones de la segunda.
Esto ha creado un contexto de desconfianza entre los países y, en particular, entre las economías desarrolladas y las emergentes, sin precedentes que las próximas conferencias tendrán que resolver rápidamente. La guerra por el liderazgo climático entre China y Estados Unidos ya está creando algunas tensiones geopolíticas. El fracaso de la COP 26 en varios puntos esenciales para la cooperación internacional y la desconfianza entre los estados reforzará dichas tensiones.
¿Qué pasa con el frente social y de gobernanza?
El impacto de la regulación en cuanto a los requisitos sociales y de gobernanza ha sido bastante limitado por el momento, especialmente en la valoración.
En el ámbito social, la atención sigue centrada en la compleja consideración de los derechos humanos a lo largo de la cadena de valor, el famoso deber de diligencia aplicado por Francia y el Reino Unido. Sin embargo, el primer borrador de la Taxonomía Social se publicó el verano pasado, y promete debates animados y ciertamente subjetivos sobre su aplicación.
Lo mismo observamos en materia de gobernanza: las garantías mínimas que deben aplicarse desde el punto de vista reglamentario refuerzan el escrutinio de los incidentes y escándalos a los que pueden enfrentarse los emisores. Además, el paso de la primacía de los accionistas a la gobernanza de los stakeholders sitúa en primer plano la noción de «misión» de la empresa hacia la sociedad. Esto ha abierto la puerta a interesantes debates sobre el frágil equilibrio de todo este microcosmos.
Los 5 mensajes clave para 2022
1. El mercado con criterios ASG ha crecido muy rápidamente en los últimos 5 años hasta convertirse en una tendencia dominante. No hay razón para que se detengan los importantes flujos de activos sostenibles de los últimos trimestres. El seguimiento de estos flujos es clave en la gestión de las carteras.
2. La regulación está ahí para apoyar estos flujos; la SFDR, en particular, es un elemento de cambio para reciclar los activos de inversión en soluciones de inversión con criterios ASG.
3. La demanda está entonces claramente en aumento. Por el lado de la oferta, el universo de activos verdes sigue siendo relativamente pequeño, con sesgos geográficos y sectoriales. Esto podría pesar en la valoración. Es imperativo que el universo crezca para evitar la saturación de los riesgos de inversión. Las carteras gestionadas activamente pueden marcar la diferencia.
4. A raíz de las recientes valoraciones más elevadas, podría cuestionarse la posible valoración errónea de los denominados activos ASG y la correlación positiva entre los ASG y los resultados financieros. Dada la diversidad de enfoques sostenibles, la respuesta no siempre es sencilla. Sin embargo, un reciente análisis del Centro Stern de Negocios Sostenibles de la Universidad de Nueva York y de Rockefeller Asset Management confirmó la correlación positiva y/o neutra entre los criterios ASG y los resultados financieros. El consenso del mercado se basa en que los criterios ASG pueden conducir a un rendimiento superior.
5. Por último, el problema de los datos es un desafío bien conocido. El SFDR y la Taxonomía, en particular, han cambiado las reglas del juego de la inversión y los datos de criterios ASG. Las necesidades de los inversores han pasado de las evaluaciones subjetivas de los proveedores de datos ASG a los datos brutos objetivos directamente de las empresas. El mundo financiero necesita datos adecuados, fiables y con visión de futuro para tomar decisiones de inversión apropiadas, totalmente alineadas con la agenda política 2030-2050. Por ello, el anuncio de la Fundación de las Normas Internacionales de Información Financiera (IFRS) y de la creación del Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad (ISSB) ha sido bien recibido por los mercados. Esto desarrollará una base global completa de normas de divulgación de la sostenibilidad para el mercado financiero, lo cual es un paso prometedor en la dirección correcta.
Tribuna de Ophélie Mortier, estratega de Inversión sostenible en DPAM.
Una nueva encuesta anual sobre valores corporativos realizada a escala mundial, la primera de su segmento, revela que las compañías están ahora considerablemente más dispuestas a mostrar su preocupación por las personas y sus comunidades que antes del brote de la pandemia del COVID-19 del año pasado.
La encuesta «Valores más valorados» (Values Most Valued), realizada por Grupo Albión en colaboración con la red /amo, una destacada organización multinacional de asesores de comunicación estratégica, compara la forma en que los valores corporativos han ido evolucionando durante el último año analizando informes anuales y sitios web de 525 compañías cotizadas en 22 mercados.
Para llevar a cabo el análisis mundial de los valores corporativos, se pidió a diversos consultores que examinaran detenidamente los informes anuales publicados por las mayores empresas cotizadas en 22 mercados durante el presente y pasado año. El estudio resultante desveló, en conjunto, cerca de 2.300 valores corporativos individuales citados, lo que supone una media de 4,3 valores por empresa. A continuación, este gran número de valores individuales se clasificó en un grupo más reducido de grandes categorías a fin de permitir efectuar un análisis más certero de los resultados.
Las compañías se preocupan más por las «personas y comunidades»
La encuesta muestra que cerca de la mitad de las empresas encuestadas (47,4 %) incluyó al menos un valor asociado a cuestiones sociales más amplias en sus informes anuales de este año, lo que supone un incremento del 11 % respecto al año anterior. Debido a ello, «personas y comunidades» emergió como la categoría más popular entre los valores corporativos en 2021, por delante de «ética e integridad», líder del pasado año.
Alejandra Moore Mayorga, directora general de Grupo Albión, declaró: «Hemos asistido a un año especialmente convulso, que obligó a desplegar unas cualidades de liderazgo corporativo muy diferentes. El informe sobre la evolución de los valores corporativos arroja ciertos motivos para el optimismo de cara al futuro. Estos valores constituyen la indicación más clara sobre la forma en que las empresas desean ser percibidas».
En el caso de España, los valores más reflejados han sido igualmente “personas y comunidad”, “empleados” e “integridad.” De esta manera, también el mercado español ha visto cómo, tras la pandemia, aumentaba el uso de palabras como “colaboración” e “integridad”, mientras se reducía la “sostenibilidad.”
La «integridad» continúa siendo el valor concreto más importante
Pasando a los valores individuales, «integridad» fue la palabra más citada por las compañías, seguida de «innovación» y «respeto», manteniendo así el orden de popularidad del año pasado. «Responsabilidad», el cuarto valor más popular, aparece citado algo más frecuentemente este año, mientras que «sostenibilidad» retrocedió en casi un 5 %.
Si desea consultar todos los resultados del informe global sobre valores corporativos, pulse aquí.
El IEB, centro de estudios de referencia en formación financiera y jurídica en Iberoamérica, ha presentado el informe Perspectivas Macroeconómicas de 2021, elaborado por Aurelio García del Barrio, doctor en CC. Económicas y director del Global MBA del IEB. El estudio destaca la visión global y de las principales economías del mundo, además de hacer hincapié en los riesgos y desafíos de la economía española el próximo año.
Según las conclusiones del documento, después de un año 2020 que supuso, debido a la pandemia del COVID-19, una profunda recesión, la economía mundial se encamina en 2021 a registrar su mayor crecimiento en más de medio siglo, sin embargo, las diferencias entre países se amplían y puede provocar desequilibrios. La solidez de la recuperación mundial a corto plazo se puede atribuir en gran medida a unas pocas economías importantes, como Estados Unidos y China, según sus consideraciones. Y afirma que la economía mundial crecerá en 2021 en torno a un 5,6% debido a varios factores. Por un lado, el ritmo de vacunación que ha contribuido a mejorar las previsiones en muchos países; sin embargo, esto se concentra principalmente en las economías avanzadas. A fecha de octubre de 2021, un 35% de la población mundial ha sido vacunada con la pauta completa. El otro factor importante que ha contribuido al crecimiento es la política económica, tanto en su vertiente fiscal como monetaria.
“Miramos hacia un 2022 con un ritmo de actividad mundial aun históricamente elevado, pero ya no con las oscilaciones de 2020 y 2021. En ese sentido, el crecimiento de la economía a nivel mundial será de un 4,8%. También se espera que las disrupciones de oferta, en particular las disrupciones en las cadenas globales de aprovisionamiento, que están presionando con intensidad a la inflación en prácticamente todas las economías, vayan remitiendo y se confirme que el shock de precios tiene un carácter temporal”, indica el informe.
Asimismo, el informe resaltaquelas recientes presiones sobre los precios en gran parte reflejan la inusual evolución relacionada con la pandemia y los desajustes transitorios entre la oferta y la demanda. Se prevé que la inflación regrese a los rangos que se registraban antes de la pandemia en la mayoría de los países en 2022 una vez que estas perturbaciones vayan quedando reflejadas en los precios, pero persiste una gran incertidumbre. También se prevé que la inflación sea elevada en algunas economías emergentes y en desarrollo, debido en parte al alto nivel de los precios de los alimentos.
García del Barrioexplica que, “aunque, no puede esperarse que la recuperación continúe a tasas similares a las observadas durante el rebote tras las profundas caídas de 2020, la visión a corto plazo es que el crecimiento en 2021 y 2022 en EE.UU. y Europa se sitúe por encima de su potencial”. En términos regionales el crecimiento será desigual. La recuperación en la mayoría de las regiones de mercados emergentes y economías en desarrollo no será suficiente para revertir el daño provocado por la pandemia. Para 2022, se espera que la producción en todas las regiones continúe por debajo de la situación anterior a la pandemia, bajo la presión de la pandemia en curso y sus consecuencias, entre ellas, cargas de endeudamiento más altas y daños provocados a muchos de los factores impulsores de la posible producción.
Respecto al comercio mundial, señalan que veremos un crecimiento del volumen del comercio mundial de mercancías del 10,8% en 2021, seguido de un aumento del 4,7% en 2022. En principio el crecimiento se moderará según el comercio de mercancías se vaya ajustando a su tendencia a largo plazo anterior a la pandemia.
Las dificultades relacionadas con la oferta, como la escasez de semiconductores y los retrasos en los puertos, pueden someter a tensiones a las cadenas de suministro y afectar al comercio en determinadas esferas, pero es poco probable que tengan repercusiones importantes en los agregados mundiales. Los mayores riesgos de deterioro provienen de la propia pandemia.
Principales economías
El impacto de la pandemia en Estados Unidos ha sido muy severo, pero igual que su caída en la economía tuvo un impacto grandísimo, su recuperación ha sido rápida también; la recuperación en “V”, donde la economía sufre un período agudo pero breve de declive económico con una depresión claramente definida, seguida de una fuerte recuperación. La previsión de crecimiento del PIB en 2021 es de un 5,9% y para 2022 es de un 4,6%. El aumento de la inflación será una característica del desequilibrio transitorio de la oferta y la demanda, pero no se prevé un recalentamiento de la economía. A medida que las condiciones de salud mejoran y la economía se reabre, el generoso estímulo fiscal, el repunte del empleo y el aumento del optimismo impulsarán el crecimiento del consumo en un orden de magnitud de dos cifras.
La economía de la UE y de la zona del euro crecerá un 4,8 % en 2021 y un 4,5 % en 2022. Se prevé que el PIB real vuelva a su nivel anterior a la crisis en el último trimestre de 2021, tanto en la UE como en la zona del euro. Se espera que el crecimiento se fortalezca debido a varios factores. En primer lugar, la actividad económica en el primer trimestre del año superó las expectativas. En segundo lugar, una estrategia eficaz de contención del virus y los avances en la vacunación provocaron una disminución del número de nuevos contagios y hospitalizaciones, lo que, a su vez, permitió a los Estados miembros de la UE reabrir sus economías durante el trimestre siguiente.
La economía alemana todavía se encuentra por debajo de su nivel anterior a la crisis y es posible que las nuevas restricciones tomadas para contrarrestar las nuevas oleadas del coronavirus provoquen una pérdida de tracción económica a corto plazo. Esperamos que la economía se recupere gradualmente en los próximos años y alcance su nivel precrisis a finales de 2022. El crecimiento del PIB se cifra en un 2,5% en 2021, y un rebote hasta el 5,1% en 2022.
El éxito del programa de vacunación y la reapertura de la economía son un buen augurio para la recuperación de la pandemia en el Reino Unido. El país está disfrutando de un impulso que tendrá que mantenerse a través de los desafíos políticos y económicos a largo plazo provocados por el Brexit y las relaciones con sus principales socios comerciales. La economía británica se expandirá un 7,25% en 2021, con un máximo de desempleo del 5,4%, y el crecimiento de 2022 será del 5,75%.
Sobre Japón, el informe indica que el crecimiento económico se cifra en un 2,4% para 2021 y una expansión económica del 1,8% en 2022. La ratio Deuda/PIB será de un 264% en 2021 y se reducirá en 2022, para situarse en un 263%. La consolidación presupuestaria seguirá siendo un tema clave para el país mientras trata de controlar sus niveles de deuda. Los problemas demográficos que debe afrontar Japón son cada vez más complejos. El envejecimiento de la población representa un gran desafío para el país, ya que el gobierno prevé que el gasto en pensiones y salud irá en aumento. Además, la baja tasa de natalidad genera una disminución de la población, y por lo mismo decae el número de contribuyentes. Y sobre China, la otra gran protagonista del año, considera que el país priorizará la estabilidad financiera sobre el crecimiento en 2021. La economía resurgió con fuerza de la pandemia y espera crecer por encima del 8% en 2021. El robusto crecimiento da margen para políticas fiscales y monetarias menos expansivas, que buscan asentar la estabilidad financiera de una China que quiere ser un actor de primer orden en la economía global. La economía china crecerá un 8,5% en 2021 y un 5,2% en 2022.
«Las economías emergentes van a experimentar una recuperación del crecimiento clara en 2021 y 2022. El grupo de emergentes principales experimentó una caída del PIB del 5,1% en 2020 (Turquía, Rusia, Sudáfrica, Polonia, Hungría, India, Indonesia, Malasia, Brasil, México, Argentina, Chile y Colombia). Esta recesión dará paso a un crecimiento del 4,8% en 2021 y del 3,8% en 2022. Sin embargo, la auténtica clave del momento de los emergentes no es la recuperación en sí, sino lo desigual que va a ser. Esta asimetría va a comportar economías emergentes ganadoras y otras perdedoras, y, entre estas últimas, un grupo de países que, además de perder pie en materia de crecimiento, van a ver sus desequilibrios macroeconómicos tensionados», concluye el documento en su repaso geográfico.
Según un estudio elaborado por Bloomberg Economics sobre la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, el PIB mundial aumentaría en 20 billones de dólares en 2050 si se eliminase la brecha en años de escolaridad y participación en la fuerza laboral entre ambos género de un mismo país. El documento releva que incluso en los países donde hay mayor igualad de género cerrar esta brecha sería positivo y tendría un impacto de unos 17 billones de dólares más en el PIB en 2050.
La firma ha puesto el foco en los países donde la diferencia es mayor, como en India, Pakistán, Egipto, Turquía y Nigeria, que representan los países con mayores barreras para la participación de las mujeres en la economía y las mayores ganancias potenciales de romperse dichas barreras. Por ejemplo, para la India, el aumento del PIB en 2050 estaría por encima del 30%, señala Adriana Dupita, economista de Bloomberg Economics.
«Estas cifras no son previsiones. En muchos países, las barreras a la educación y el empleo de las mujeres están profundamente arraigadas. Por el contrario, son cálculos que demuestran los enormes costes de la discriminación de género y los enormes beneficios si se aborda. Las prioridades políticas varían de un país a otro, pero aumentar el acceso de las mujeres a la educación postsecundaria, brindar servicios de cuidado infantil subsidiados y tener regulaciones para promover y proteger los contratos laborales flexibles ha demostrado ser efectivo para mejorar los resultados educativos y el empleo de las mujeres», destaca Adriana Dupita, economista de Bloomberg Economics.
Empoderar a las mujeres, impulsar el crecimiento
Según destaca Dupita, en los libros de economía, el potencial de crecimiento está determinado por el capital humano (cantidad y calidad de trabajadores), el capital físico (todo, desde las fábricas hasta la red eléctrica) y la productividad (como lo están haciendo los países más avanzados en términos de “armar el rompecabezas”). «Las barreras a la educación y la participación de las mujeres en la fuerza laboral reducen el capital humano y, por lo tanto, pesan sobre el potencial de crecimiento», matiza.
En este sentido, ¿qué tan grandes son las barreras?Existen grandes variaciones entre países, pero en conjunto, las cifras son «alarmantes», considera la experta. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2020, solo el 58,4% de las mujeres entre 25 y 64 años participaron en la fuerza laboral frente a más del 90% de los hombres del mismo grupo de edad. En Oriente Medio y África del Norte, la brecha es aún mayor.
Un observación clave es que la disparidad en educación es menos pronunciada. De hecho, en los países de la OCDE, las mujeres tienen un nivel de educación ligeramente superior al de los hombres. Sin embargo, en los países en desarrollo, el promedio de años de escolaridad de las mujeres es más bajo que el de los hombres, lo que indica que hay margen de mejora.
Tres escenarios de fuerza laboral para 2050
Reducir o eliminar las diferencias en las áreas de empleo y educación tendrá importantes beneficios. De cara a 2050, Dupita plantea tres escenarios. En primer lugar, el caso base. Para Bloomberg Economics, «si se mantiene la tendencia actual de participación en la fuerza laboral y los niveles de educación de las mujeres, la participación del grupo en el rango entre 25 y 64 debe llegar al 56,4% en 2050; un descenso desde el 58,4% en 2020″. En este escenario, las tendencias demográficas y estructurales son coherentes con la actualidad. «El promedio de años de escolaridad aumentaría a 12,4 años en 2050 desde 10,5 años en 2020. En este escenario, el crecimiento global sería de 2,8% anual, en promedio«, añaden.
En el segundo escenario, los países en desarrollo deberían igualar a los países líderes regionales de tal forma que la participación de las mujeres entre 25 y 64 años en la fuerza laboral alcanzaría el 75%, y la escolaridad promedio sería de 13 años para 2050. En este caso, se produciría un crecimiento global de alrededor del 3%, unos 17 billones de dólares sumados al PIB de 2050. «Los mayores ganadores serían Nigeria y Turquía, cuyas proyecciones de PIB en 2050 estarían un 18% y un 15% por encima de la línea de base, respectivamente«, afirma la economista.
Finalmente, el escenario más ambicioso, la coincidencia total entre hombres y mujeres. En este caso, la participación aumentaría al 88% y la escolaridad sería de más de 12 años para 2050; lo que elevaría la tasa de crecimiento al 3,1% en promedio y sumaría 20 billones al PIB de 2050. India y Pakistán serían los más beneficios, con unas proyecciones de PIB de un 30% y 19% más, respectivamente.
Soluciones de política
Desde Bloomberg señalan que estos datos no representan proyecciones de fututo sino que muestran un análisis como «ejercicio sobre el coste de la discriminación«. Ahora bien, ¿de qué manera se puede trabajar para intentar alcanzar esta mayor igualdad de género? El índice de igualdad en el lugar de trabajo de la mujer ofrece una medida del progreso entre países hasta la fecha. Un breve vistazo a los datos revela una gama considerable de oportunidades de mejora:
En el 10% de los países, no hay educación primaria gratuita y obligatoria. En el 27%, no hay servicios públicos de cuidado infantil. En ambos casos, la responsabilidad del cuidado de los niños es generalmente de las mujeres, lo que limita las opciones de empleo.
En el 60% de los países, no existe una ley que obligue a la igualdad de remuneración, lo que pesa sobre el potencial de ingresos de las mujeres y reduce el incentivo para ingresar a la fuerza laboral.
En el 65% de los países, no existen políticas, o son inadecuadas, para impulsar el acceso de las mujeres al crédito, lo que crea una barrera para el espíritu empresarial.
Así, aunque las prioridades políticas varían de un país a otro, aumentar el acceso de las mujeres a la educación postsecundaria, brindar servicios de cuidado infantil subsidiados, crear leyes para la igualdad de género en el trabajo, promover contratos laborales flexibles y, en los países en desarrollo, subsidiar la compra de electrodomésticos que faciliten el trabajo manual, como lavadoras; contribuirían favorablemente a la inclusión de las mujeres en el mercado laboral.
La experta concluye con un punto fundamental: el análisis presentado se ocupa únicamente del lado de la oferta de la economía. «Para que el PIB aumente, no es suficiente que las mujeres tengan más educación y oportunidades de participar en la fuerza laboral, también debe haber una demanda de más trabajadores. Si esto no sucede, tal vez porque los avances en la automatización eliminan puestos de trabajo, el resultado sería más desempleo, no un mayor crecimiento. Esto resalta la importancia de considerar las políticas de igualdad de género junto con una revisión más amplia para que los mercados laborales funcionen», explica.
abrdn ha anunciado su incorporación a la Alianza de Inversores de Mercados Emergentes (EMIA), siendo la última gran gestora de activos en formar parte de esta organización sin ánimo de lucro que reúne a expertos en política ESG, inversores y emisores de mercados emergentes (gobiernos y empresas), para resolver los problemas globales más acuciantes mediante la creación de soluciones de inversión sostenibles.
Según explica la gestora, la EMIA trabaja con inversores institucionales para promover las mejores prácticas de gobernanza, gestión medioambiental y responsabilidad social entre los gobiernos y las empresas que cotizan en bolsa. “El compromiso en materia de ESG ha sido una prioridad para abrdn durante años, pero, especialmente en los mercados emergentes, se trata de un proceso complicado y a menudo difícil. Se espera que trabajar en colaboración con otros inversores aumente la eficacia de las conversaciones con los gobiernos y las grandes empresas y mejore la probabilidad de obtener resultados positivos”, afirman.
Teniendo en cuenta que esta organización tiene más de 3.000 participantes y que las tres principales firmas afiliadas gestionan 2,7 billones de dólares, la EMIA es la mayor red de profesionales de la inversión centrada en la promoción. En este sentido, abrdn cree que la ESG no es algo estático, sino una forma de mejorar las inversiones en constante evolución; la empresa considera que es importante compartir los conocimientos y seguir aprendiendo, para que los inversores y los emisores de deuda y de acciones puedan seguir mejorando.
Por su parte, la EMIA ofrece formación especializada y permite a los inversores participar de una manera eficaz en los niveles más altos de los debates políticos y sectoriales, de modo que las inversiones puedan generar cambios y marcar la diferencia. Además, anima a los inversores institucionales a responsabilizarse plenamente de los efectos medioambientales y sociales de sus inversiones y a abogar por mejores prácticas.
EMIA promueve el engagement de alto nivel con los emisores con el objetivo de avanzar en la adopción de las mejores prácticas ESG. Al adherirse a la EMIA, los equipos de deuda emergente y renta variable emergente de abrdn demuestran su compromiso de participar en grupos de trabajo con otros inversores, expertos en políticas ESG y emisores para mejorar el impacto de la inversión en áreas como: agricultura, deuda pública y gobernanza fiscal, industrias de extracción, teccnología, medios de comunicación, telecomunicaciones; y finanzas.
Como miembro de la EMIA, abrdn tiene previsto contribuir al fortalecimiento de las normas y al desarrollo del mercado de bonos con etiqueta (incluidos los bonos verdes, azules, sociales y de sostenibilidad). Según explica la gestora, al ofrecer orientaciones específicas para la emisión de bonos con etiqueta en los mercados emergentes, la EMIA pretende crear un mercado de bonos con etiqueta que pueda contribuir de forma significativa a mejorar los resultados en materia de ESG.
“Estamos orgullosos de ser miembros de la Alianza de Inversores en Mercados Emergentes. Esta organización dirigida por inversores está ayudando a concienciar e inculcar las mejores prácticas en materia de Gobernanza Social y Medioambiental allí donde se necesitan. No cabe duda de que una alianza de inversores que trabajan juntos tiene mucha más influencia que un solo inversor”, ha señalado Viktor Szabo, Investment Director, Emerging Market Debt de abrdn.
Por su parte, Fiona Manning, Senior Investment Director, Emerging Market Equity, ha comentado: “Estamos muy contentos de empezar a colaborar con otros miembros del sector para impulsar un cambio positivo en todo el espectro del capital a nivel corporativo y para mejorar el marco ESG en el que trabajan las empresas a nivel estatal. Esto se basa en el trabajo que hacemos internamente con nuestros cometidos de engagement en todas las clases de activos”.
«Estoy encantado de que abrdn se convierta en miembro y se comprometa a apoyar el objetivo de la EMIA de avanzar en el compromiso colectivo para resolver los retos más acuciantes del mundo. abrdn entiende que la inversión puede ser una forma poderosa de lograr un impacto positivo. A través de su adhesión, los muy respetados equipos de inversión en mercados emergentes de abrdn ayudarán a liderar el sector de la inversión para abordar cuestiones complejas como la corrupción y el cambio climático. Y la poderosa voz de abrdn, como uno de los mayores gestores de activos del Reino Unido, reforzará la capacidad de la EMIA para incidir en las cuestiones que más importan a las personas y a nuestro planeta”, ha concluido Ashok Parameswaran, presidente y fundador de la Alianza de Inversores en Mercados Emergentes.
Edmond de Rothschild Private Equity, en colaboración con Ginkgo Advisor, el asesor de inversiones, ha alcanzado el último y definitivo cierre de Ginkgo 3. Tras Ginkgo 1 (2010) y Ginkgo 2 (2016), este tercer fondo dedicado a la descontaminación y reurbanización de parcelas contaminadas en Europa, ha aumentado su tamaño y alcance geográfico para contribuir mejor a la regeneración urbana sostenible.
Según explican, 365 millones de euros de capital han sido comprometidos en Ginkgo 3 en ocho meses por inversores institucionales, incluyendo el FEI, Banque des Territoires y Edmond de Rothschild, así como una serie de inversores privados de toda Europa. Con 30 millones de euros de capital comprometido, el Fondo Europeo de Inversiones (FEI) es uno de los mayores contribuyentes al fondo y estará representado en el comité de supervisión.
El socio general de Ginkgo 3 ya ha aprobado cinco proyectos de rehabilitación y reurbanización de zonas industriales abandonadas en Francia, Italia, Portugal y los Países Bajos. Varios de los proyectos se encuentran en régimen de exclusividad y se espera que se sometan a la aprobación del socio general antes de final de año. La cartera de proyectos es abundante y el despliegue de capital es rápido.
Clasificado como artículo 9 bajo la normativa SFDR, Ginkgo 3 tiene unos objetivos sostenibles claros. Los objetivos del fondo reflejan el compromiso de su patrocinador, el Grupo Edmond de Rothschild, y de sus socios comanditarios de lograr una rentabilidad financiera junto con un impacto social y medioambiental intencionado y medible.
“Estamos encantados con el éxito de este nuevo fondo, cuya estrategia se inició hace más de 12 años y que representa nuestras convicciones de inversión: construir estrategias con visión de futuro que respondan a los retos sociales del mañana. El éxito de la captación de fondos ilustra el creciente interés de los inversores por las estrategias de inversión de impacto con un historial y su confianza en la capacidad de nuestros equipos para cumplir con los objetivos”, ha explicado Johnny el Hachem, CEO de Edmond de Rothschild Private Equity.
Por su parte, Alain Godard, director general del Fondo Europeo de Inversiones, ha añadido: “El aumento de financiación para el desarrollo urbano ecológico es esencial para alcanzar los ambiciosos objetivos climáticos de Europa. En el FEI estamos encantados de anunciar la primera inversión de nuestra nueva línea de negocio de Fondos de Infraestructura y Clima en Ginkgo 3. Nos comprometemos a trabajar estrechamente con nuestros socios para apoyar los objetivos del European Green Deal”.
A raíz de este anuncio, Pascal Roudier, Bruno Farber y Guillaume Ribet, socios de Ginkgo Advisor, han declarado: «Contamos con 12 años de experiencia en el ámbito de la rehabilitación de terrenos industriales abandonados en Europa y hemos creado un equipo muy especializado para apoyar nuestras crecientes ambiciones. Nos sentimos especialmente honrados por la confianza del Grupo BEI para este tercer fondo. El FEI nos ha ayudado a dar un paso más en la creación de nuestro marco de inversión de impacto y nos proporciona un sello de calidad inestimable”.
Lombard Odier y Unicef han aunado su experiencia y conocimiento para elaborar la Guía de la Donación para la Infancia y la Juventud. Según explican ambas entidades, la publicación está dirigida a los particulares y fundaciones privadas que deseen prestar una ayuda tangible a los niños desfavorecidos en tres ámbitos fundamentales: la educación, la salud y la protección de la infancia.
Su objetivo es sensibilizar y fomentar el compromiso proporcionando a los donantes la información y el análisis necesarios para comprender adecuadamente los retos actuales del mundo. Ya estén relacionados con el COVID-19, el cambio climático o los conflictos armados, las nuevas asociaciones filantrópicas internacionales son más necesarias que nunca. Diez estudios de caso concretos ilustran el abanico de oportunidades que se abren a los donantes, centrados en dos prioridades: satisfacer las necesidades y los derechos fundamentales de los niños e imaginar un futuro mejor en el que cada uno de ellos pueda prosperar.
«El mundo ha hecho enormes progresos desde la creación de Unicef: las tasas de mortalidad infantil han caído, mientras que las tasas de asistencia a la escuela han aumentado de forma generalizada. Se han aprobado muchas leyes de protección de la infancia, pero todavía hay demasiados niños que se quedan atrás. Aquí es donde la filantropía tiene un papel vital que desempeñar», afirma Bettina Junker, CEO de Unicef Suiza y Liechtenstein.
En opinión de Patrick Odier, Senior Managing Partner de Lombard Odier y presidente de la Fundación Lombard Odier, “esta guía es aún más importante ahora que la pandemia mundial ha generado una mayor necesidad de apoyo a la infancia. La recaudación de fondos tiende a tener un enfoque cambiante, impulsado por las emergencias a medida que surgen. Lamentablemente, la educación y los derechos de los niños quedan relegados a un segundo plano con demasiada frecuencia».
La pandemia está ampliando las desigualdades y amenazando décadas de progreso mundial. Además, el cambio climático está afectando a las comunidades más vulnerables, mientras que los conflictos en África, Asia y Oriente Medio se están prolongando. «Es importante recordar que detrás de cada estadística de nuestra guía hay un niño cuya vida puede cambiar para siempre. Junto con UNICEF, esperamos hacer una contribución constructiva para ayudar mejor a los niños desfavorecidos a través de la filantropía estratégica», concluye Maximilian Martin, responsable de Filantropía del grupo Lombard Odier.
Por último, desde ambas organizaciones destacan el sentido de la “filantropía estratégica”. Según indican, el dinero es esencial, pero los donantes pueden maximizar el impacto de su financiación trabajando de forma focalizada para apoyar las actividades de las autoridades públicas. “En concreto, hay cuatro formas distintas de maximizar el impacto de la filantropía: financiar la innovación, cofinanciar una iniciativa, apoyar zonas con escasa financiación y proporcionar a las organizaciones una financiación flexible que pueda utilizarse con un mínimo de condiciones. Una abundancia de opciones que pone de manifiesto la necesidad de un enfoque estructurado de la filantropía”, concluyen desde Lombard Odier.
Puesto que gestionamos carteras discrecionales en nombre de clientes, resulta importante para nosotros comprender los fundamentales de las empresas, sobre todo ante un entorno de inflación de gran incertidumbre. Los bienes inmuebles comerciales constituyen una clase de activos en la que el abanico de resultados varía según la subcategoría, y puede reducirse o ampliarse en función de las perspectivas de inflación. En consecuencia, el análisis fundamental y la implicación continua en la gestión cobran crucial relevancia en el proceso de toma de decisiones de inversión.
Para ponerlos en su contexto apropiado, los REIT son un híbrido de clase de activos que se halla en algún lugar entre la renta variable y la renta fija. Son considerados por los inversores como renta variable por su potencial de crecimiento real del capital, pero también como renta fija debido a sus flujos de ingresos y su énfasis en un rendimiento constante del capital mediante los ingresos por dividendos. En consecuencia, la inflación importa en esta clase de activos, aunque el comportamiento de los REIT durante los períodos inflacionistas ha sido desigual.
La siguiente ilustración compara el rendimiento de los REIT con el de la renta variable durante los periodos en los que la inflación subyacente aumenta. Aunque no cabe duda de que el tipo y el nivel de inflación son importantes para el rendimiento de los títulos de REIT en general, consideramos que los fundamentales (la heterogeneidad de las subcategorías dentro del sector y la calidad de las cúpulas directivas y los activos que gestionan) revisten más pertinencia.
Inflación y diferentes tipos de REITs
La forma más simple de pensar en REIT es pensando en que son arrendadores. Dado que son propietarios y explotadores de propiedades en alquiler, los detalles específicos de los edificios, como la ubicación, la dinámica de la oferta y la demanda a escala regional y la combinación de inquilinos, son importantes. También importan cuestiones como las estructuras de arrendamiento, incluida la duración de los contratos, la indexación de la inflación y los costes de sustitución.
Por lo general, los REIT con arrendamientos más cortos ofrecen una mayor protección frente a la inflación que los de mayor duración. Los REIT dedicados al alojamiento, por ejemplo, presentan los arrendamientos más cortos, ya que las tarifas de las habitaciones de hotel fluctúan a diario. Si bien pueden ajustar los precios para absorber unos mayores costes, el poder de fijación de precios va en función de la oferta y la demanda. En la actualidad, los fundamentales del sector del alojamiento revelan disparidad, con una demanda de ocio en aumento, pero con los viajes de negocios en niveles muy bajos.
Aunque alojarse en hoteles puede no ser una necesidad vital, tener un lugar para vivir sí que lo es, y los REIT residenciales se han convertido en una gran parte del universo de renta variable de REIT públicos. Como pasa con el alojamiento, la inflación del factor trabajo y de los materiales representan factores de riesgo. Asimismo, si los costes de sustitución para activos similares aumentan, lo que suele ocurrir durante los periodos de arrebato inflacionista, el valor intrínseco de las carteras de REIT residenciales también es probable que crezca. A su vez, si los alquileres aumentan debido a la mayor demanda de los inquilinos por la escasa oferta de viviendas, dada la duración relativamente corta de los arrendamientos (normalmente 1 año), los REIT de apartamentos deberían trasladar esa inflación de los activos mediante unos precios más altos, como han hecho durante los últimos 12 meses.
Las cortas duraciones de los arrendamientos también representan una característica de los REIT de auto almacenamiento. Este sector se ha beneficiado de la pandemia, ya que la dinámica del teletrabajo ha desembocado en que muchas personas liberen espacio en sus viviendas. La combinación de una mayor demanda y unos arrendamientos cortos se traduce en incrementos de precios y en el potencial de absorber mejor unos costes más altos.
Por el contrario, las subcategorías de arrendamiento largo como, por ejemplo, propietarios de tiendas de comestibles, comercios minoristas independientes y oficinas, corren más riesgo. Mientras que las tiendas de comestibles y los comercios minoristas se han beneficiado de los estímulos al consumo, los fundamentales de los inmuebles de oficinas siguen revelando dificultades. Las vacantes aumentan, con más y más inquilinos que reducen sus necesidades de espacio a medida que las empresas permiten a sus empleados teletrabajar. No obstante, hay matices, y los fundamentales del segmento de oficinas varían por región y país. Por ejemplo, en China, donde la COVID-19 está relativamente bien controlada, son pocos los empleados que teletrabajan. Sin embargo, en las ciudades y países que experimentan complicaciones para contener el virus, todavía no se vislumbra el momento del retorno a la oficina. Dejando a un lado el virus o el lugar, consideramos que los operadores de REIT con propiedades de baja calidad (aquellas que no permiten un distanciamiento social adecuado o carecen de sistemas de ventilación de alta calidad, por ejemplo), pueden encontrarse en una posición menos competitiva a la hora de atraer inquilinos.
Si bien los REIT han mostrado una trayectoria inferior a la de la renta variable desde el inicio de la pandemia, la mejora de los fundamentales ha hecho descender las tasas de capitalización y aumentar las valoraciones, convirtiendo a los REIT en los activos favoritos del mercado en 2021. Sin embargo, creemos que la evolución de su recuperación será dispar y desigual. Las demandas de los inquilinos estaban cambiando antes de la pandemia y no han hecho más que acelerarse desde entonces. Los costes de ocupación se revelan más importantes que nunca, y los inquilinos eficientes buscarán espacios con la mejor propuesta de valor. En este contexto, concedemos prioridad a los arrendadores de sectores esenciales como el de los hospitales, consultorios médicos, laboratorios, el residencial, el del almacenamiento, el de los centros de datos, el industrial y el de los centros logísticos, entre otros.
El tira y afloja de la inflación
Lo que escuchamos de las empresas es que la gestión «justo a tiempo» de la cadena de suministro está siendo sustituida por un enfoque «por si acaso», ya que muchos están cambiando eficiencia y margen por fiabilidad y cuota de mercado. Creemos que la rotación presenta un cariz inflacionista. Tras años de contención de costes laborales que han hecho que los trabajadores se sientan abandonados, la demanda de mano de obra está sobrepasando la oferta. El factor trabajo ha arrebatado el control al capital. Los trabajadores demandan una mayor compensación y la están obteniendo. Eso también es inflacionista.
Creemos que habrá un tira y afloja entre las fuerzas desinflacionistas seculares, como son la tecnología y el excesivo endeudamiento, que plagaron el último ciclo económico, y las fuentes mencionadas de las actuales presiones cíclicas que empujan los precios al alza. Con independencia de la posición de los inversores en este continuo, todos piensan en la inflación y, en particular, en su magnitud. Demasiada inflación tendría implicaciones diferentes que demasiada poca inflación, pero las implicaciones de cualquiera de las dos eventualidades serían negativas para los mercados y la sociedad.
Como cualquier otra clase de activos, los REIT se ven afectados por la inflación, pero el impacto varía dependiendo del tipo de inflación y de la subcategoría de REIT, como se ha indicado anteriormente. Para nosotros, lo que más importa son los fundamentales y la selección de valores, independientemente del entorno económico e inflacionista.
Tribuna de Robert M. Almeida, gestor de carteras, director de inversiones y estratega global en MFS Investment Management.
Información importante
El índice S&P 500 Index mide la rentabilidad de las 500 compañías cotizadas en bolsa de mayor tamaño de Estados Unidos que participan en el mercado estadounidense de renta variable.
El índice MSCI World Index mide la rentabilidad de los valores de mediana y gran capitalización en 23 mercados desarrollados.
El índice FTSE Nareit All Equity REITs Index es un índice de fondos de inversión inmobiliaria (REIT) de renta variable estadounidense, de libre flotación y ponderado por capitalización de mercado.
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El aumento de los temores de inflación, la retirada gradual de las medidas de estímulo por parte de los bancos centrales y la ralentización del crecimiento económico han hecho temer a los inversores que la recuperación de la renta variable pueda estar llegando a su fin. Sin embargo, según indica Matt Peron, director de análisis en Janus Henderson Investors, el riesgo de que el ciclo de mercado termine de forma prematura es más bajo de lo que temen algunos inversores. En su conjunto, las tendencias que están causando incertidumbre en el ciclo de mercado de la renta variable, podrían estar ayudando a ampliar el ciclo de la renta variable, en lugar de terminarlo.
Los cuellos de botella en las cadenas de suministro y la escasez de la mano de obra, junto con la liberación de la demanda acumulada, han producido subidas de precios en todos los ámbitos de la economía, empujando la inflación hasta niveles no vistos desde hace una década. El temor por el aumento de la inflación ha desencadenado la retirada gradual de las medidas de estímulo por parte de los bancos centrales en un entorno de crecimiento económico irregular. Estos dos factores hacen que los inversores cuestionen la robustez de la renta variable. Si bien el ciclo de mercado no sigue la trayectoria auge y recesión habitual, debido al impacto de la pandemia global, el riesgo de que el ciclo de mercado termine de forma prematura es, en la opinión de Janus Henderson, más bajo de lo que teme el consenso del mercado.
El problema de la inflación
De cara a 2022, la inflación seguiría siendo el principal riesgo para el ciclo de mercado, por lo que los inversores deberán estar atentos a su evolución. En el corto plazo, es probable que los precios sigan subiendo, pero algunos de los principales motores de inflación como, por ejemplo, el crecimiento de los salarios y el coste de las materias primas, podrían comenzar a moderarse. Tras una subida inicial en las ganancias salariales, la escalada podría ralentizarse a medida que más gente se reincorpore a la población activa, se remunere a los trabajadores con otras prestaciones, como la posibilidad de trabajar desde casa y las empresas automatizan ciertos trabajos, sustituyendo mano de obra con tecnología.
El nuevo año también podría significar el comienzo de la transición del COVID-19 de una crisis sanitaria a una enfermedad endémica capaz de gestionarse sin necesidad de acometer cierres en la economía. En el sureste asiático, un marcado aumento de los contagios durante el mes de julio condujo a confinamientos que afectaron a la producción de ropa y de semiconductores. En países como Vietnam, estas medidas redujeron el número de casos, pero también lastraron en gran medida el PIB del país, poniendo en peligro la inversión extranjera y reduciendo la exportación. En consecuencia, el primer ministro reconoció que el país no podía “recurrir a medidas de cuarentena y confinamiento indefinidamente”.
El aumento de las tasas de vacunación y el desarrollo de nuevos medicamentos prometedores que han demostrado limitar la gravedad de la infección podrían ayudarnos a “cohabitar con el coronavirus” en 2022. No obstante, es probable que la transición se produzca a varias velocidades. Los problemas de suministro que ya se han acumulado en la economía también tardarán en resolverse, con lo que los inversores deberían prepararse para un crecimiento irregular.
Según los datos del Oficina de Análisis Económico (BEA) de los Estados Unidos, el PIB real del país aumentó a una tasa anualizada de un mero 2% durante el tercer trimestre de 2021 (frente al 6,7% en el segundo), pues el gasto de consumo acusó la preocupación en torno a la variante delta, las escaseces de suministro y el fin de los programas de ayuda gubernamental.
Una ralentización transitoria de la economía podría ser un desarrollo favorable hacia un ritmo de crecimiento sostenible. Los generosos programas de estímulos implementados durante la pandemia han conducido a un fuerte aumento de las tasas de ahorro personal, dando a los inversores poder adquisitivo incluso con precios al alza.
La expansión también se apoya en la subida de los precios de la vivienda, en la solidez de los mercados de capitales y en las ganancias salariales. En Europa, los hogares han acumulado un excedente de liquidez equivalente a 2,7 puntos porcentuales del PIB, unos 300.000 millones de euros en 2020, una cantidad que probablemente se incrementó a principio de 2021, según los datos de SPG Global Ratings. Con la previsión de que estos excedentes mantengan el poder adquisitivo de las familias hasta que las tasas de ahorro se normalicen a lo largo de 2022.
Durante la fase inicial de recuperación, el gasto de los consumidores se centro en la compra de coches, electrodomésticos, ropa y otros artículos, mientras que el gasto en restauración y viajes se vio rezagado. Por ejemplo, en España, la llegada de turistas durante los meses veraniegos fueron solamente el 50% de las de 2019. En Francia, la ocupación hotelera fue de 20 puntos porcentuales más baja, según los datos de SPG Global Rating. Una vez relajadas las restricciones sociales, estas tendencias se están revirtiendo. La rotación del consumo de bienes a servicios podría ayudar al crecimiento económico en 2022, permitiendo que se recuperen los inventarios y se calmen las presiones sobre los precios. En la opinión de Janus Henderson, el gasto goza de espacio para crecer.
La actuación de los bancos centrales
Los bancos centrales, que inundaron el mercado de liquidez tras la fase bajista que comenzó con la irrupción de la pandemia, están retirando sus políticas acomodaticias. El repliegue de los programas de compras mensuales de bonos y otros instrumentos financieros ya ha comenzado, siendo el siguiente paso la subida de tipos de interés.
Las subidas en los tipos se suelen percibir como un componente de riesgo para la renta variable, ya que un precio del dinero más elevado reduce el valor presente de los beneficios, los dividendos y los flujos de caja futuros. Sin embargo, desde Janus Henderson Investors puntualizan que el elemento que suele ser más importante es el ritmo de cambio de los tipos de interés.
Así, una subida repentina de tipos podría ahogar el crecimiento, mientras que hacerlo con excesiva lentitud podría acelerar el riesgo de inflación. Por eso, es importante que los bancos centrales encuentren un equilibrio en el proceso de normalización de sus políticas monetarias.
Por ahora las autoridades monetarias han actuado con cautela. En octubre, un mes después de lo anticipado por los economistas y tras esperar a que se apaciguara un brote de COVID-19, el Banco de Reserva de Nueva Zelanda elevó su tipo de efectivo en 25 puntos básicos hasta el 0,5%. En noviembre, el Banco de Inglaterra mantuvo su tipo de interés de referencia inalterado, debido a temores en torno al mercado laboral. Por su parte, el Banco Central Europeo considera muy poco probable que se produzcan subidas en el precio del dinero en 2022, a pesar de que la inflación ya se esté notando en la alimentación y la energía.
No obstante, existen otras fuerzas desinflacionarias que siguen ayudando a mantener los precios bajo control, impulsar el crecimiento y respaldar las valoraciones de la renta variable como la digitalización de la economía. Además, nuevos estímulos fiscales serán implantados por los gobiernos, entre ellos la ley de infraestructura de 1 billón de dólares aprobada recientemente en Estados Unidos y el plan de recuperación NextGenerationEU, de 750.000 millones de euros. Por último, el proceso de normalización de balances y tipos de interés de los bancos centrales tardará años en desarrollarse, mientras que la rentabilidad a vencimiento o TIR del bono a 10 años permanece en terreno negativo.
¿Cómo deben actuar los inversores?
Desde Janus Henderson creen que la recuperación continuará en 2022, por lo que los inversores no necesitarían adoptar una postura demasiado defensiva y podrían posicionar sus carteras en la fase inicial y media del ciclo. Esto se traduce en un mayor atractivo de las áreas de mercado orientadas a una economía todavía al alza, pero que sean capaces de navegar cambios en políticas monetaria, escasez de mano de obra y la persistencia del COVID-19, aunque esta última se espera que sea cada vez menor.
El value sigue teniendo valor
Si no se producen sorpresas y las subidas de tipos se realizan de forma gradual, el PIB debería continuar creciendo en 2022. De materializarse este escenario, los sectores de orientación value como, por ejemplo, las finanzas, la industria, los materiales y la energía podrían experimentar un nuevo rally.
Los múltiplos de valoración de la renta variable value siguen siendo atractivos en comparación a los de las acciones growth. A comienzos de noviembre, el PER proyectado a 12 meses para el índice MSCI World Value era de 15 veces, mientras que para el MSCI World Growth, la misma métrica era más del doble. Esta brecha se puede explicar por el factor de larga duración de las acciones de crecimiento, algo que eleva el atractivo de las acciones value en el corto plazo. Una vez la política monetaria sea algo más neutra, el crecimiento secular volverá a un primer plano, brindando más respaldo a las acciones growth.
Aplicando este sesgo a nivel geográfico, la eurozona tiene un porcentaje de representación mayor en industrias cíclicas como el consumo discrecional, finanzas y la industria. Del mismo modo, su índice de referencia el MSCI Euro, cotiza a un ratio PER inferior a la media de los mercados desarrollados. Además, puede que el ciclo de normalización del BCE lleve más tiempo, pues la región no ha experimentado el mismo nivel de escasez de mano de obra que Estados Unidos o el Reino Unido.
Aunque los mercados emergentes de renta variable tuvieron un peor desempeño en la segunda mitad de 2021, este grupo de países podría beneficiarse del crecimiento continuado de la economía global en 2022, en especial si llega aumentar la demanda de materias primas y exportaciones de la región.
¿Quiénes serán los ganadores?
Conseguir una producción eficiente frente a la subida de los costes de insumos y de los salarios, unida a las restricciones de mano de obra será clave para que las empresas salgan mejor posicionadas y amplíen sus cifras de beneficio y justifiquen una mayor valoración en sus acciones. Se espera que las empresas incrementen el gasto en tecnología de hiperautomatización y que estas nuevas tecnologías se combinen con nuevos procesos que podrían reducir los costes de explotación en un 30%, según un estudio realizado por la firma de análisis Gartner.
Además, las empresas que disponen de marcas competitivas o efectos de red potentes serán más capaces de repercutir un incremento de preciso sobre los consumidores. Este tipo de firmas puede pertenecer tanto al estilo value como growth y serán, en la opinión de Janus Henderson, un componente clave en las rentabilidades de 2022.
En la opinión de Janus Henderson, las acciones value podrían protagonizar periodos de fortaleza durante la próxima fase de la recuperación. A largo plazo, no obstante, la gestora cree que la innovación seguirá siendo un importante motor de crecimiento, y que las empresas innovadoras podrían ver crecer sus flujos de caja a tasa compuesta, a un ritmo superior al de los mercados y la inflación.