Las calificaciones soberanas de América Latina se estabilizan por debajo de niveles previos a la pandemia

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Las calificaciones soberanas de América Latina han comenzado a estabilizarse después de un crecimiento del PIB mejor de lo esperado y la recuperación de los ingresos del gobierno en 2021, dice Fitch Ratings en un nuevo informe. La presión adicional sobre las finanzas públicas y el aumento de la carga de la deuda por la pandemia han hecho que la calificación regional promedio baje un escalón a ‘BB-‘.

Cuatro emisores soberanos latinoamericanos tienen Perspectiva Negativa, lo que representa el 21 % de las calificaciones soberanas de Fitch en la región, por debajo del 58 % en agosto de 2020. La recuperación económica del año pasado fue más fuerte de lo anticipado a principios de 2021, respaldada por lanzamientos de vacunas, reapertura y altos precios de las materias primas. Los ingresos del gobierno también superaron las expectativas de los analistas de la calificadora.

“Uruguay (BBB-) y la República Dominicana (BB-) evitaron rebajas cuando revisamos sus Perspectivas de Negativas a Estables a fines del año pasado para reflejar mejores trayectorias de deuda, impulsadas por un gasto contenido y un crecimiento favorable de los ingresos en Uruguay y un impulso de crecimiento impulsado por la inversión en la República Dominicana”, señala la nota.

Sin embargo, los déficits seguirán siendo altos en 2022 y estarán por encima de los niveles de 2019 en muchos países de América Latina. Las finanzas públicas tensas ya eran una debilidad del crédito soberano antes de la pandemia y la calificación promedio se ha debilitado en relación con Asia emergente y Europa emergente. Las perspectivas de Colombia (BB+) y Perú (BBB) ​​se estabilizaron luego de las rebajas del año pasado, en parte debido a la erosión de los balances fiscales.

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Tres de las cuatro Perspectivas Negativas restantes se encuentran en Centroamérica. En Panamá (BBB-), esto refleja la incertidumbre fiscal en torno a las perspectivas de consolidación en medio de altos déficits y poca credibilidad. El programa del FMI (B) de Costa Rica proporciona un ancla para abordar las debilidades fiscales y los desafíos de reforma, pero las políticas poco ortodoxas de El Salvador (B-) están poniendo en peligro las perspectivas del programa.

Fitch mantiene la Perspectiva Negativa (BB-) de Brasil en diciembre de 2021, lo que refleja los riesgos para la economía, las finanzas públicas y la trayectoria de la deuda en el contexto de condiciones financieras más estrictas y mayores dudas sobre la credibilidad del ancla del techo de gasto.

El boom del private equity

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Si consideramos el desempeño de los fondos de private equity para el último año fiscal en Estados Unidos (de junio 2020 a junio 2021) podemos afirmar que los retornos conseguidos por esta clase de activo son unos de los mejores de su historia, tanto desde un punto de vista absoluto como relativo (comparado con los mercados públicos). Cabe preguntarse, entonces, ¿a qué se debe este desempeño tan excepcional?

Para explicar este fenómeno podemos citar tres causas. Primero, la adecuada selección por parte de los fondos de private equity de los sectores que se beneficiaron de las tendencias que la pandemia aceleró, entre los que se encuentran las verticales asociadas al software y otras industrias menos glamorosas como: empaques (“packaging”) y el cuidado de mascotas (“petcare”). En segundo lugar, la abundante liquidez que benefició a los fondos de private equity a través de un financiamiento barato y con pocas restricciones (“covenant light”) a la hora de comprar compañías. Finalmente, en tercer lugar, un explosivo aumento del M&A (“mergers and acquisitions”, fusiones y adquisiciones de empresas) que ha llevado a los grandes bancos de inversión a registrar ganancias récord gracias a las comisiones asociadas a este mayor volumen de transacciones, lo que ha permitido contar con condiciones óptimas para comprar y, especialmente, para vender compañías.

Si a las causas anteriores sumamos la expansión de múltiplos ocurrida en el período señalado, especialmente en el sector tecnológico (por ejemplo, el índice Nasdaq pasó de transar a un múltiplo de 15 veces EV/Ebitda el 1T de 2020, a uno de 21 veces al 1T de 2021), podemos explicar por qué algunos de los principales endowments de las universidades en EE.UU. –portafolios que cuentan con una gran exposición a fondos de private equity– reportaron retornos altísimos para los doce meses terminados en junio de 2021. Así, por ejemplo, según el último reporte del endowment del MIT, su retorno anual fue de un 55,5%, una cifra impresionante para un portafolio de 27.400 millones de dólares.

Esta efervescencia ha llevado a algunos fondos de private equity a ejecutar transacciones de una escala que antes sólo estaba reservada para las grandes corporaciones. En marzo de 2021, Thoma Bravo, un fondo especialista en software, anunció la adquisición de RealPage, una compañía líder en la producción de software para la industria inmobiliaria en Estados Unidos. El monto de la transacción alcanzó los 10.200 millones de dólares, lo que representó un premio de 30,8% para el valor de la acción de RealPage. Meses después, se anunció la compra por un monto de 30.000 millones de dólares de la empresa Medline, un proveedor de insumos médicos en EE.UU., por parte de un grupo de fondos que incluía a Blackstone, Carlyle y Hellman & Friedman.

¿Dónde está el límite para los fondos de private equity? ¿Cuándo dejarán de crecer? Si consideramos que el capital administrado por estos fondos (4,5 billones de dólares) representa sólo un 4% del market cap de los mercados públicos (120 billones de dólares), el espacio que tienen estos fondos para continuar atrayendo capital y comprando compañías abiertas en bolsa para hacerlas privadas (“Public to Private”) pareciera ser muy significativo.

Guinness renueva su imagen de marca para reflejar mejor el enfoque global de su negocio

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Foto cedida. Guinness renueva su imagen de marca para reflejar mejor su el enfoque global de su negocio

Guinness Asset Management (Guinness) renueva su identidad corporativa con una nueva imagen de marca, web y logotipo. Según ha anunciado, la actividad de gestión de fondos de renta variable de Guinness operará a partir de ahora como Guinness Global Investors, para, según ha explicado, representar con mayor precisión las actividades de la empresa y el enfoque de los inversores. 

“Guinness se ha convertido en un gran negocio global a lo largo de los años y, sin embargo, se ha mantenido fiel a su creencia fundamental en la calidad, la alta convicción y la gestión activa de fondos. Una marca moderna, orientada al exterior y con visión de futuro, permitirá a los inversores formarse una impresión más clara de nuestro enfoque y mentalidad de inversión. Guinness es una empresa británica que aporta a los inversores de todo el mundo su larga experiencia en materia de inversiones y queremos que esto se refleje en todo lo que hacemos”, ha afirmado Edward Guinness, director general de Guinness Global Investors.

La firma ha matizado que la actividad de gestión de fondos de renta variable de Guinness cuenta con fondos globales, temáticos y regionales que adoptan una perspectiva global. La filosofía de inversión “positively different” que defienden desde Guinness Global Investors implica el uso de análisis internos propios para la construcción inteligente de carteras de alta convicción, igualmente ponderadas. “Estas carteras tienen una baja rotación y no tienen restricciones de índice de referencia”, añaden desde la gestora. 

En este sentido, la base de inversores de Guinness en estos fondos es internacional y cuenta con el apoyo de una actividad global de ventas y marketing. Los fondos de renta variable de Guinness están disponibles para los inversores internacionales en OEIC domiciliadas en Irlanda y el Reino Unido y como fondos y ETFs registrados en la SEC para los inversores estadounidenses por filial, Guinness Atkinson Asset Management Inc. 

“Esta nueva identidad de marca creará coherencia en todo nuestro negocio a medida que mejoremos la información disponible para los inversores y lleguemos a una audiencia global en constante expansión. Se ha rediseñado desde cero para reflejar nuestra presencia global, sin dejar de ser fieles a los valores fundamentales que han conducido al éxito de Guinness. Nuestro nuevo sitio web está diseñado para dar un mejor servicio a los inversores, proporcionar una mayor claridad y ofrecer un cambio en la accesibilidad de la información”, ha añadido Giles Kidd-May, director de Marketing de Guinness Global Investors.

Política monetaria: tres reflexiones para tener en cuenta sobre la normalización

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Pixabay CC0 Public Domain. Política monetaria: tres reflexiones a tener en cuenta sobre la normalización

Según los análisis que publican las gestoras, la política monetaria y las decisiones de los bancos centrales tendrán un papel relevante este año. Incluso algunas valoraciones, como por ejemplo la que realizan desde Neuberger Berman, sostienen que en 2022 hemos iniciado una nueva fase de política monetaria. ¿Qué reflexiones deben tener en cuenta los inversores ante este entorno?

En primer lugar, hay un punto de partida claro: no todos los ajustes monetarios de los bancos centrales son iguales. “En el Reino Unido, el mantra parece que es: somos el Banco de Inglaterra y haremos lo que queramos. En Estados Unidos, la sensibilidad en torno a la comunicación significa que todo está bien telegrafiado con anticipación, por lo que los mercados tienen tiempo para lidiar con la reducción en las compras de bonos y los tres probables aumentos de tipos de interés en 2022. En Europa, es difícil alejarse del status quo y todo, como de costumbre, se trata de un compromiso”, explica Chris Iggo, CIO Core Investments de AXA Investment Managers

Y añade: “Los mercados han arrojado rentabilidades sólidas de las acciones y rentabilidades fijas de los bonos, lo que, en retrospectiva, es exactamente lo que debería haber sucedido en un mundo de tipos cero y un crecimiento económico por encima de la tendencia”. Mientras advierte que “nos enfrentamos a algunas incógnitas a corto plazo”. En cualquier caso, el experto considera que “las condiciones monetarias se endurecerán, pero partiendo de una base muy acomodaticia”.

Dicho hecho, no se puede obviar que las decisiones de la Fed tienen un peso muy relevante y pueden ser una presión para el resto de bancos centrales. Según destaca Neuberger Berman, las últimas actas de la Fed, correspondientes a la reunión de diciembre y publicadas al inicio del año, revelan que los responsables políticos están considerando un endurecimiento cuantitativo poco después de la subida de tipos. “Parece que hay una nueva determinación de abordar el problema de la inflación: esto supondría una retirada de la liquidez mucho más rápida que la que vimos tras la Gran Crisis Financiera. Como resultado, el año 2022 ha comenzado con una notable venta en el mercado de bonos. El tipo real a 10 años de EE.UU. ha superado el umbral del -0,90%, y el rendimiento nominal a 10 años vuelve a estar por encima del 1,70%. El Bund Alemán podría ofrecer pronto rendimientos positivos por primera vez en casi dos años”, apuntan. 

En opinión de Olivier de Berranger, director de gestión de activos en La Financière de l’Echiquier (LFDE), los mercados de activos de riesgos “no saldrán indemnes” del giro restrictivo que han marcado los bancos centrales para este año, en especial la Fed.Una fase de subidas de tipos no es negativa estadísticamente para las bolsas, siempre que estas sean progresivas y que el calendario esté claro. La última reunión de la Fed contribuyó a dar más certidumbre a los mercados sobre la trayectoria de endurecimiento monetario. Sin embargo, el riesgo de una aceleración imprevista del calendario para hacer frente a la inflación no ha desaparecido todavía. Lo que sí es cierto, por el contrario, es que un movimiento acusado de endurecimiento monetario tendrá consecuencias para lo que demandan los inversores desde el punto de vista de las valoraciones. Después de casi dos años durante los cuales los mercados han recibido ingentes flujos, a menudo en detrimento de la racionalidad en los precios, este nuevo contexto monetario debería devolver su importancia a conceptos como la calidad, la valoración razonable, la salud de los balances y el poder de fijación de precios”, explica Berranger. 

A la luz del análisis de estas últimas actas de la Fed, algunos expertos consideran que la institución monetaria está tomando decisiones arriesgadas. Según el análisis que hace Yves Bonzon, CIO del banco privado suizo Julius Baer, de estas actas, los expertos consultados por el FOMC consideran que, a diferencia del último ciclo de endurecimiento en 2017-2019, las perspectivas económicas son más favorables hoy en día y que, por lo tanto, el plazo de dos años entre la primera subida de tipos y la reducción del balance debería acortarse esta vez. 

“Creíamos que la lección de 2018 estaba aprendida. En nuestra opinión, es arriesgado reducir el balance de un banco central en las actuales economías desarrolladas altamente financiadas. Hay que admitir que las dislocaciones resultantes de una recesión de naturaleza exógena y sin precedentes históricos modernos han provocado un repunte inflacionista más fuerte y duradero de lo esperado. Sin embargo, nuestro análisis no ha cambiado. La transición energética es inevitable, pero es inflacionaria a corto plazo y deflacionaria a medio y largo plazo. Frenar la demanda final para contener la inflación a corto plazo sólo provocará un retraso en esta transformación, que es esencial para el planeta”, argumenta el CIO de Julius Baer.

Esto toca el bolsillo de los norteamericanos ya que el impacto será significativo en su poder adquisitivo. “El mecanismo del efecto riqueza a través de los cambios en el precio de los activos es aún más fuerte que antes de la pandemia. La riqueza de los hogares estadounidenses ha aumentado en más de 25 billones de dólares estadounidenses en dos años. La normalización de la política monetaria es sin duda crucial. La Reserva Federal parece estar dispuesta a garantizar la estabilidad financiera al planear la reducción de su balance. Al hacerlo, creemos que vuelve a correr un gran riesgo de desestabilizar el sistema financiero. Otras herramientas, como los intereses sobre el exceso de reservas de los bancos o los coeficientes de reservas obligatorias, son medios menos arriesgados para lograr el mismo resultado. El riesgo de error de la política monetaria acaba de subir varios peldaños”, añade Bonzon. 

Por último, la normalización de la política monetaria de los principales bancos del mundo será una prueba para los mercados emergentes. Según apunta Zouhoure Bousbih, estratega de países emergentes de Ostrum Asset Management, firma afiliada a Natixis IM, “la política monetaria extremadamente acomodaticia de los principales bancos centrales, así como el significativo apoyo financiero de la comunidad internacional explican la resiliencia de los mercados emergentes en el 2021”. 

Por su parte, Andrew Rymer, especialista en inversiones en mercados emergentes de Schroders, añade: “El endurecimiento de la política monetaria por parte de la Reserva Federal puede ser un viento en contra, pero los mercados emergentes son más resistentes en comparación con el último ciclo de subidas de tipos de la Fed, como ilustran los gráficos siguientes. Las balanzas externas están en general en una buena posición, las recientes entradas de capital han sido menos calientes que en 2013, las monedas de los mercados emergentes parecen, en líneas generales, baratas y los rendimientos de la deuda local de los mercados emergentes son relativamente atractivos”.

La inflación, la volatilidad, los rendimientos bajos y la sostenibilidad reflejan el año de transición que viven los mercados

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Foto cedida. La inflación, la volatilidad, los rendimientos bajos y la sostenibilidad reflejan el año de transición que viven los mercados

Después de que el mercado bursátil estadounidense cerrase el año con rentabilidades de doble dígito por tercera vez consecutiva, su tendencia alcista continuada entró en punto muerto a raíz de las preocupaciones de los inversores sobre los posibles cambios en el plano de la política monetaria en un contexto en el que las presiones inflacionistas y las variantes del COVID-19 están lastrando la incipiente recuperación de la economía. En consecuencia, los inversores en renta variable continúan mostrándose recelosos, mientras que aquellos centrados en la percepción de rentas prosiguen su búsqueda de rendimientos.

En este contexto, ¿dónde podrían los inversores encontrar oportunidades en 2022? A esta pregunta han respondido los gestores de carteras, estrategas y directivos de Natixis Investment Managers y de sus firmas de inversión afiliadas. Y, en términos generales muestran un “optimismo prudente” de cara a 2022, ya que consideran que estamos ante un posible año de transición para los mercados. En líneas generales, los gestores prevén que la volatilidad continuará, así como un aumento de la inflación, unos rendimientos reales de los bonos del Tesoro en terreno negativo, el surgimiento de oportunidades a escala internacional y una mayor demanda de estrategias ESG.

Para Lynda Schweitzer, vicepresidenta, gestora de carteras y codirectora de renta fija global en Loomis Sayles, la clave para este año será identificar oportunidades en mitad de un entorno volátil. “2022 seguramente será un año de transición para los mercados mundiales a medida que el mundo continúa su reapertura tras la crisis provocada por el COVID-19 en 2020”, afirma Schweitzer.

En este sentido explica: “Los principales catalizadores de la recuperación mundial asíncrona continuarán siendo parecidos a los del año pasado: el COVID-19, la inflación, las disrupciones en la cadena de suministro y los temores sobre el crecimiento de China. Pese a ello, este año la nueva dinámica será la retirada de los estímulos por parte de los bancos centrales de todo el mundo. La inflación ha sorprendido al alza en la mayoría de regiones, aunque en distinta medida. A medida que nos adentremos en 2022, obtendremos más pruebas sobre el probable grado de persistencia de la inflación. Ello repercutirá tanto en las expectativas de inflación a largo plazo como en la capacidad de reacción de los bancos centrales La interpretación y posterior descuento de ambos factores por parte del mercado seguramente generará volatilidad en las clases de activos de la renta fija mundial, incluidos los diferenciales de crédito, los tipos y las divisas”.

Jens Peers, CEO y CIO de Mirova US, coincide en que las incertidumbres persistirán este año, pero también las oportunidades y, en particular, entre los títulos de renta variable sostenible. El ejecutivo considera que tendremos un año positivo a la par que volátil. “Se espera que los sectores cíclicos registren rentabilidades superiores tanto en la renta variable como en la renta fija, donde priorizamos la deuda de alto rendimiento en detrimento de la de grado de inversión y la deuda subordinada. Los planes de inversión en infraestructuras previstos, sumados a los compromisos suscritos en la COP26 para alcanzar una economía con cero emisiones netas de carbono en muchos de los principales países del mundo, también deberían conllevar una aceleración del crecimiento en el mercado primario de bonos verdes. En cuanto a la renta variable, consideramos que las oportunidades más atractivas residen en el sector bancario, en los títulos cíclicos expuestos a los grandes planes de recuperación basados en las infraestructuras, incluidas las infraestructuras verdes y las energías renovables, y en los sectores de comercio electrónico minorista, fintech, vehículos eléctricos y salud. En vista de las diferencias en el plano de las valoraciones, esperamos que los mercados europeos tengan un rendimiento superior a los estadounidenses, y también se identifican más oportunidades en los mercados emergentes”, afirma.

A la hora de hablar de oportunidades, Jack Janasiewicz, estratega jefe de carteras y gestor de carteras en Natixis Investment Managers Solutions, insiste en la renta variable. En su opinión, a lo largo del año las incertidumbres del mercado se irán disipando y el crecimiento, el consumo y los beneficios serán buenos motivos para tomar algo más de riesgo orientando las carteras a la renta variable.

“En vista de la existencia de catalizadores que posibilitan un régimen de mayor crecimiento del PIB nominal, al menos durante 2022, podríamos volver a darnos cuenta de que subestimamos la flexibilidad y el dinamismo emprendedor de las compañías estadounidenses. Además, en vista de que los rendimientos continúan situándose notablemente por debajo de las tasas de inflación prevista a largo plazo, ¿en qué otras clases de activos podríamos invertir si no? Así las cosas, el razonamiento según el cual la renta variable constituye la única alternativa viable a la hora de invertir (un concepto conocido en el mundo anglófono como There Is No Alternative o TINA) mantiene toda su vigencia”, señala Janasiewicz.

En este sentido, una de los sectores que ha recuperado atractivo es el sector financiero europeo, según Daniel Nicholas, gestor de carteras de clientes en Harris Associates. Para el gestor, la oportunidad está en aquellos títulos que estén bien posicionados para generar rentabilidad superiores y positivos en el futuro debido a tres factores: el aumento de tipos de interés, el nivel de capital y la expansión de los márgenes. 

Creemos que la combinación de crecimiento del PIB y presiones inflacionistas impulsará los tipos de interés a niveles más altos durante los próximos años. Prevemos que la subida de los tipos de interés acentuará el nivel actual de rentabilidad de cada uno de nuestros títulos del sector financiero”, aclara el gestor sobre el primero de estos factores. 

Siguiendo la tendencia que venía del año pasado, los activos reales también serán una buena opción para las carteras de este año, según François Collet Gérant, gestor de fondos en DNCA, dado el sólido crecimiento y dinamismo positivo que están experimentando esta clase de activos a corto plazo. Sobre ello, Collet afirma: “Pese a que las perspectivas económicas continúan siendo halagüeñas, las condiciones financieras deberían empezar a resultar menos favorables. En este contexto, nuestra asignación de activos debería priorizar los activos reales a corto plazo que cuenten con una prima de riesgo atractiva. En el plano de la renta variable, ello implicará reforzar la asignación a las bolsas europeas y emergentes. En renta fija, conllevará aumentar la asignación a la deuda pública emergente y a los bonos vinculados a la inflación”.

Por último, Philippe Barthelot, CIO de mercados de crédito y monetarios en Ostrum Asset Management, señala que 2022 también será un año de transición para el crédito, ya que “pasaremos de unos pasaremos de unos rendimientos ultrarreducidos a unos rendimientos bastante reducidos… otra vez”. Según indica su valoración, todo dependerá de las decisiones que los bancos centrales adopten y en la medida en que sigan o no la hoja de ruta que han ido comunicando.

La calidad crediticia seguirá mejorando, con un mayor número de mejoras que de rebajas de las calificaciones (a lo que se suma una cobertura de intereses en máximos históricos), y la tasa de impagos permanecerá por debajo del 2% en Europa y EE. UU. Este pilar fundamental sumamente positivo se ve amenazado por unas valoraciones elevadas y por una oferta neta que será mucho mayor en el segmento del crédito con grado de inversión respecto a sus niveles del año pasado. Ante la reducción del apoyo de los bancos centrales y el probable aumento de la volatilidad debido a la errática evolución de los tipos de interés, el reducido umbral de rentabilidad conlleva que el crédito resulte más sensible ante cualquier acontecimiento negativo. Los rendimientos reales negativos, que muy a menudo respaldan a los activos de riesgo (como quedó acreditado en 2021) solo pueden evolucionar en una dirección: al alza”, argumenta.

Ahora bien, concluye advirtiendo que los principales riesgos para su  hipótesis principal serán una inflación descontrolada y el mercado chino de alto rendimiento, “con especial hincapié en el sector inmobiliario”, matiza.

¿Qué coste tienen los fenómenos climáticos extremos en Europa?

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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Qué coste tienen los fenómenos climáticos extremos en Europa?

Algunos países europeos están más expuestos que otros a los crecientes costes de los fenómenos climáticos extremos, lo que implica riesgos de divergencias en los ratings soberanos. Ahora bien, la forma de limitar el riesgo es que los países movilicen inversiones para mitigar estos fenómenos y se muestren capacidades institucionales para responder a ellos, según destaca Scope en su último análisis.

Los fenómenos climáticos extremos constituyen uno de los principales retos medioambientales a los que se enfrentan los gobiernos, ya que las temperaturas extremas, las lluvias torrenciales, las inundaciones y las sequías plantean riesgos graves y, con toda probabilidad, crecientes para la vida humana y la actividad económica en Europa. Por ello, los riesgos de catástrofes naturales también constituyen un componente importante en la evaluación que hace Scope del perfil de riesgo medioambiental de un país.

«Las pérdidas económicas derivadas de fenómenos climáticos extremos representan el principal riesgo de catástrofe natural en los países de toda Europa», afirma Alvise Lennkh, subdirector de calificaciones soberanas de Scope. Entre 1980 y 2019, este tipo de acontecimientos, como las temperaturas extremas, las lluvias torrenciales y las sequías, provocaron unos costes económicos estimados de 446.000 millones de euros (el 3% del PIB de 2019) de los países miembros de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Por muy significativa que parezca la suma, la relevancia macroeconómica global de las catástrofes naturales relacionadas con el clima a lo largo de este periodo fue limitada, aunque varió considerablemente entre países.

Costes económicos de los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos en los países miembros de la AEMA entre 1980-2019

Costes económicos de los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos en los países miembros de la AEMA entre 1980-2019

«Los países de Europa Central y del Este, como Croacia, Rumanía, la República Checa, Bulgaria y Hungría, fueron los más afectados, con pérdidas económicas anuales medias derivadas de los fenómenos climáticos extremos a lo largo de 1980-2019 que oscilaron entre el 0,11% y el 0,15% del PIB, muy por encima del 0,07% de la media de países de la AEMA. Los países de menores ingresos tienden a registrar los mayores costes derivados de los fenómenos climáticos graves», afirma Lennkh. A falta de inversiones de mitigación, se espera que estos costes aumenten en los próximos años y en distintos grados en toda Europa. En particular, los países del sur de Europa y de Europa central y oriental son los más expuestos.

Coste económico de los fenómenos climáticos extremos (pérdidas anuales medias 1980-2019 en % del PIB de 2019)

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«Aunque los esfuerzos para hacer frente a los cambios climáticos se están acelerando en la región, el impacto adverso de los fenómenos climáticos extremos supondrá cada vez más un reto, a medida que los efectos sean más graves y generalizados, lo que podría llevar a variaciones en los ratings soberanos», afirma Lennkh. En este contexto, es crucial que los gobiernos movilicen recursos y apliquen reformas que reduzcan su exposición a los riesgos naturales y mejoren su capacidad para hacer frente a los fenómenos climáticos extremos.

Los líderes de la UE han acordado destinar al menos el 37% de la financiación de la UE recibida en el marco del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, mientras que la Comisión Europea ha propuesto que al menos el 25% del presupuesto plurianual de la UE se destine a la acción climática durante 2021-27. «Sin embargo, los planes de recuperación anunciados hasta la fecha no muestran que la exposición de los países a las catástrofes naturales y sus costes históricos hayan influido necesariamente en la asignación de los fondos de recuperación y resiliencia», afirma Thibault Vasse, analista de Scope. «La influencia de los riesgos físicos en las prioridades políticas a nivel nacional sigue siendo limitada en general».

Los países europeos han empezado a tener en cuenta las consideraciones climáticas en sus marcos presupuestarios. El Gobierno francés, por ejemplo, publicó su primer «presupuesto verde», que identifica los gastos que apoyan la transición ecológica y evalúa los que son perjudiciales para el medio ambiente. «Aun así, se necesitan más esfuerzos para reforzar la resistencia medioambiental de las economías europeas y evitar posibles divergencias de calificación a largo plazo», afirma Vasse.

Perspectivas de la renta variable europea: previsión de volatilidad y rentabilidad moderada en 2022

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Pixabay CC0 Public DomainMapa de Europa. Mapa de Europa

Según el economista de Capital Group Robert Lind, el PIB europeo podría crecer en 2022 a un ritmo del 4-5%, especialmente en Alemania, Francia, Italia, España y el Reino Unido, casi el doble de lo que los economistas de Capital Group anticipan para Estados Unidos.

«La mayor parte de las principales economías europeas están creciendo con fuerza», señala Lind, «impulsadas por la liberación de la demanda acumulada, la mejora de la confianza de los consumidores y el auge de la actividad industrial». El consumo se ha mostrado relativamente débil durante la pandemia, y también hemos visto una importante debilidad en los niveles de inversión empresarial. Ahora vemos ciertos indicios de que esta situación comienza a cambiar. 

A ello se suma el respaldo político recibido, no solo por parte de los bancos centrales, que han aplicado una política monetaria de marcada orientación expansiva, sino también por parte de los gobiernos, que han mantenido las medidas de estímulo fiscal. En concreto, el Fondo de Recuperación de la Unión Europea, un mecanismo de préstamo colectivo que se puso en marcha en el momento álgido de la pandemia, ofrecerá un fuerte impulso a la inversión pública en áreas como la transición ecológica, las mejoras de infraestructuras públicas y los programas de digitalización. Lind considera que dicho mecanismo contribuirá en gran medida al crecimiento europeo, no solo este año, sino a lo largo de los próximos cinco años. 

Con el mantenimiento de las medidas de estímulo fiscal, es probable que se mantenga también la liberación de la demanda acumulada en 2022. Las tasas de ahorro de las familias continúan siendo unos cinco puntos porcentuales superiores a los niveles registrados antes de la pandemia1. Con un nivel menor de ahorro, los hogares podrían aumentar su nivel de gasto aun en el caso de que se produzcan circunstancias externas que afecten al nivel de rentas (como podría ser el aumento de los precios de la energía).

Aumento de la volatilidad en 2022

A pesar de estas previsiones, nos enfrentamos a un entorno económico de gran incertidumbre. En opinión de Lind, son tres las principales incertidumbres que podrían provocar una mayor volatilidad en los mercados de renta variable europea en 2022.

1. El curso de la pandemia

La aparición de la variante ómicron ha intensificado la preocupación en torno a una nueva ola de la pandemia de coronavirus. Muchos países europeos están endureciendo sus medidas para combatir el virus, y están aplicando nuevos confinamientos, medidas más estrictas en el uso de mascarillas, restricciones a los viajes y exigencias de vacunación, incluidas las dosis de refuerzo.

Aunque aún existe mucha incertidumbre en torno a la variante ómicron, las economías europeas han resistido las sucesivas olas de la pandemia con menor impacto en su nivel de gasto y producción. Las restricciones podrían afectar a la actividad a corto plazo, pero Lind piensa que las economías podrían ir repuntando en 2022 a medida que la pandemia vuelva a remitir. 

2.Incertidumbre sobre el aumento de la inflación

El aumento de la inflación está incrementando la incertidumbre en torno a las perspectivas económicas en 2022. En 2021, las tasas de inflación general se dispararon en toda Europa. Los bancos centrales han señalado que este aumento de la inflación debería tener carácter transitorio, ya que refleja los efectos puntuales que ha traído consigo la reapertura de las economías tras la pandemia, pero están empezando a mostrarse preocupados por la posibilidad de que el aumento de la inflación tenga un carácter más persistente. Hasta cierto punto, dicha persistencia es un reflejo de que la disrupción en las cadenas de suministro globales está durando más de lo esperado. Muchos sectores continúan registrando una importante escasez de materiales, equipos y mano de obra.

En la eurozona, el crecimiento salarial es moderado, pero preocupa la posibilidad de que en 2022 puedan registrarse aumentos salariales significativos, ya que los trabajadores y las compañías asumen un aumento de la inflación general en sus expectativas de salarios y precios.

Por el momento, el BCE ha «acomodado» el aumento inicial de la inflación manteniendo los tipos de interés nominales y su programa de compra de activos. También ha anunciado su intención de poner fin en marzo de 2022 a las compras netas de activos realizadas a través de su plan de emergencia contra la pandemia, al tiempo que insistió en que no subiría los tipos de interés en 2022. No obstante, los riesgos al alza de la inflación podrían llevar a la entidad a acelerar el endurecimiento de sus políticas.

3. Aumento de la incertidumbre política

Podríamos ver un aumento de la incertidumbre política en algunos países en 2022:

·       En Francia, las elecciones presidenciales que se celebrarán en abril o mayo y las elecciones posteriores a la Asamblea Nacional podrían provocar cierto nerviosismo.

·       En Italia, Mario Draghi, el actual primer ministro, podría decidir presentarse a la presidencia a principios de 2022. Si se convierte en presidente, no está claro si se formaría un nuevo gobierno o si el país se dirigiría a elecciones parlamentarias.

·       El nuevo gobierno alemán, con Olaf Scholz a la cabeza, habrá de enfrentarse también a importantes desafíos en su primer año. Junto a las tensiones geopolíticas, Berlín tendrá que plantearse en qué momento volver a activar el mecanismo de freno de la deuda, así como su enfoque con respecto a los cambios en la normativa fiscal de la UE.

Moderada rentabilidad de la renta variable europea en 2022

A pesar de todas estas incertidumbres, el economista muestra un optimismo prudente sobre la posibilidad de que los mercados de renta variable europea registren una modesta rentabilidad positiva en 2022.

Las importantes primas de riesgo de la renta variable europea deberían ofrecer cierta protección frente a las amenazas globales. Por ejemplo, una subida de tipos de interés más agresiva por parte de la Reserva Federal podría provocar un aumento de los rendimientos de los títulos del Tesoro estadounidense y de la prima de riesgo de la renta variable, lo que a su vez podría llevar al BCE a subir sus tipos antes y más de lo previsto, impulsando también al alza los rendimientos de la deuda europea y reduciendo la prima de riesgo de la renta variable. Pero cabe la posibilidad de que, en un entorno así, las compañías y los mercados europeos más orientados al valor puedan generar una rentabilidad relativamente superior.

Las compañías europeas están cotizando a unas valoraciones más bajas que las globales y las estadounidenses. Los ratios precio-beneficio (PER) de las compañías europeas están en 15,3 veces (según la previsión a 12 meses), frente a las 18,4 veces del índice MSCI ACWI y las 21,5 veces de la renta variable estadounidense.

Cuando el dinero ya no es gratis

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Los científicos creen que la mayoría de nosotros tardamos entre dos meses y un año completo en adoptar un nuevo hábito. Por tanto, parecería razonablemente seguro suponer que dos décadas de caídas en los tipos de interés en todo el mundo han dejado a muchos directivos corporativos e inversores en renta variable acostumbrados a disponer de deuda cuando quisieran y a un coste bastante insignificante.

De hecho, en los últimos 10 años, la deuda corporativa global ha crecido de 53 billones de USD a casi 88 billones de USD a finales de 2021, alcanzando el 98,5% del PIB global. Sin duda, algunos de estos recursos han ayudado a las compañías a financiar expansivas inversiones en inmovilizado de carácter productivo o invertir en proyectos de infraestructuras de larga duración, aunque la deuda gratuita barata disponible también puede tener un componente corrupto. Puede tentar a los equipos directivos a «aumentar» los rendimientos a través del apalancamiento del balance, participar en transacciones adquisitivas que pueden ayudarles a recibir pagos sobre el crecimiento de los beneficios por acción (una métrica de incentivo que realmente odiamos) o, en algunos casos, invertir bajo el supuesto de que el capital es “gratuito” siempre y cuando se perciba como una historia de crecimiento.

Nuestro proceso de inversión favorece a las compañías que generan un retorno sobre el capital operativo empleado (ROCE) elevado, no apalancado y sostenible. Naturalmente, desconfiamos de las compañías que dependen excesivamente del apalancamiento financiero. Para los inversores en renta variable a largo plazo como nosotros, la deuda representa un riesgo asimétrico. Cuando la oferta de crédito es abundante, el equipo directivo no se preocupa por los plazos de pago de los bonos, pues, para ellos, se trata simplemente de un ejercicio de refinanciación. Sin embargo, cuando las perturbaciones exógenas limitan la disponibilidad de crédito, el efectivo vuelve a ser el rey y, en el peor de los casos, los años de acumulación del crecimiento de los beneficios pueden revertirse mediante la exigencia de reembolsos de deuda que reduce el valor de las acciones a cero. Para nosotros, esto parece un riesgo demasiado alto para los pocos puntos porcentuales de rentabilidad adicional que podría generar el apalancamiento. Pasamos mucho tiempo pensando en minimizar la participación durante correcciones de mercado.

De hecho, a medida que el mundo corporativo se adapta a tipos de interés globales más elevados, creemos que esta solidez del balance se convertirá en un factor diferenciador para la resiliencia de los beneficios y los negocios de nuestras compañías. El impacto de primer orden es sencillo: los niveles más bajos de deuda hoy implican un menor lastre sobre los beneficios cuando esa deuda se refinancia a tipos más altos. Sin embargo, también creemos que nuestras compañías están mejor posicionadas para utilizar la resiliencia de sus balances a fin de mejorar sus perspectivas a largo plazo. Como argumentó anteriormente nuestro compañero Marcus Watson en otro análisis, en última instancia, poder invertir en tiempos difíciles debería mejorar las posiciones competitivas, aumentar la sostenibilidad del ROCE e impulsar el crecimiento constante y predecible que buscamos.

Algunas de nuestras compañías se encuentran en una posición envidiable en la que sus clientes, a través del transcurso normal de los negocios, les «prestan» regularmente grandes cantidades de fondos sin exigirles ningún rendimiento. Este «efectivo flotante» generalmente proviene de saldos de transacciones que pueden tener una duración contractual muy corta, pero que en conjunto suelen ser muy rígidos. Es probable que estas compañías sufran un viento de cola para los beneficios al invertirse los fondos de los clientes a tipos más elevados «sin riesgo».

Por ejemplo, el gran proveedor estadounidense de software de nóminas que poseemos se beneficia de una brecha de solo unos días entre el envío de fondos por parte de los clientes y la recepción de los salarios por parte de los empleados. En total, la compañía tuvo saldos de fondos de clientes promedio de 32.500 millones de USD en el último ejercicio fiscal, y es probable que su rendimiento del 1,4% sobre esos fondos aumente con la tendencia al alza de los tipos a corto plazo en Estados Unidos.2

En otros casos, no existe una necesidad comercial de que los clientes confíen fondos a una compañía, sino que simplemente eligen hacerlo por conveniencia. Por ejemplo, tenemos en cartera al proveedor de billetera electrónica más grande del mundo occidental, que generalmente tiene más de 30.000 millones de USD en cuentas de clientes en su plataforma,4 principalmente para ayudar a financiar compras futuras. Si bien estos fondos se pueden retirar en cualquier momento, mientras esta solución de billetera electrónica siga siendo una forma cómoda para que los consumidores paguen sus compras en línea, es razonable esperar que estos saldos se mantengan, lo que permitirá que la compañía reciba rentas por intereses mediante la reinversión de esos fondos en instrumentos de renta fija relativamente seguros (como deuda pública estadounidense).

A medida que los mayores tipos de interés se abren camino en la economía, es probable que desaparezca parte del comportamiento que fue facilitado por la deuda barata. Es probable que la burbuja en el mercado global de la vivienda desaparezca al enfrentarse los consumidores a costes hipotecarios más altos. También es probable que veamos menos anuncios de un nuevos y brillantes negocios de entrega de alimentos, por ejemplo, a medida que los inversores reevalúen el coste de oportunidad del capital que se requiere para ejercer un efecto disruptivo en un nuevo mercado. Sin embargo, conforme se vuelva más difícil diseñar el crecimiento a través de la deuda, creemos que el valor relativo de los negocios que puedan crecer orgánicamente de manera constante solo debería aumentar. Como hemos argumentado anteriormente, la resiliencia de los beneficios no importa en épocas buenas; es cuando las cosas se complican cuando realmente merece la pena contar con una combinación de ingresos recurrentes (que protegen los resultados brutos) y capacidad para fijar precios (que protegen los márgenes).

 

El nuevo rugido de China en el año del tigre

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El rugido de China ha cambiado al entrar en el año del tigre. A partir de ahora, China hará hincapié en la calidad de su crecimiento, por encima de su velocidad. Ya no sirve un crecimiento del PIB a cualquier precio.

Pareciera que 2020 fue hace una década, en vez de hace un año. Los buenos resultados proporcionados por la renta variable y la renta fija chinas, la fuerte apreciación del renminbi y la creencia de que se produciría una política más equilibrada bajo el mandato del presidente electo Biden, alimentaron el optimismo de KraneShares de cara a 2021.

Aunque en KraneShares esperaban un endurecimiento de la política monetaria y fiscal de cara a 2021, subestimaron la intensidad y el alcance del comienzo de un ciclo menos acomodaticio. La rápida evolución fue más difícil de predecir, especialmente durante un año de reconfiguración normativa de uno de los sectores más lucrativos de China. Las empresas de internet chinas fueron objeto de una amplia campaña de regulación en el país, que aborda el comportamiento anticompetitivo, los riesgos de ciberseguridad, la protección de los datos de los consumidores y los riesgos financieros que plantean las empresas de tecnología financiera que hasta ahora no estaban reguladas. Aunque 2021 fue un año difícil para China, fue sólo un año dentro del contexto de una oportunidad mucho mayor.

Desde el punto de vista político, 2022 es un año importante. La gigantesca economía china sufre desequilibrios con riesgos regulatorios internos y externos que podrían tener un coste para los inversores, especialmente en el corto plazo. En ese sentido, KraneShares cree que el gobierno se ha comprometido a abordar estos desequilibrios mediante reformas y regulaciones.

Se espera que el presidente Xi se asegure un tercer mandato durante la asamblea del Congreso del Partido Comunista Chino (CCPC) en otoño de 2022. Por ello, KraneShares cree que el gobierno tratará de dar un tono positivo a la política y los negocios mientras el país continúa en su transición hacia un crecimiento de alta calidad. Por otro lado, las relaciones entre Estados Unidos y China podrían experimentar una mejora moderada en 2022 tras los avances, algo limitados, del año pasado.

Si no hay voluntad de buscar una confrontación catastrófica, en la opinión de KraneShares, el impacto de las relaciones entre Estados Unidos y China en los mercados será neutral en 2022. La importancia política de 2022 es también la razón por la que creen que China adoptó un enfoque rápido en relación con las regulaciones de Internet en 2021.

Las políticas más populares de China, que incluyen la atención sanitaria, las tecnologías limpias, la tecnología 5G y los semiconductores, seguirán recibiendo apoyo según la última declaración de la Conferencia Central de Trabajo Económico, que establece el marco de la política económica y financiera del gobierno cada año. Las conclusiones de la Conferencia Central de Trabajo Económico, a la que asistieron altos dirigentes políticos de China, hicieron hincapié en la estabilidad, la velocidad y la calidad del crecimiento en 2022.

La conferencia reconoció que la economía china se enfrenta a tres presiones: la contracción de la demanda, el choque de la oferta y la debilidad prevista. El panel recomendó que las políticas de apoyo, tanto fiscales como monetarias, se adelanten a 2022. La recomendación explica los recortes del coeficiente de reservas obligatorias (RRR) y del tipo de interés preferencial de los préstamos (LPR) en diciembre, que KraneShares cree que marcará la pauta de una política monetaria más laza en 2022.

En 2022, el país seguirá avanzando en muchos frentes, como el clima, los vehículos eléctricos, la atención sanitaria, Internet, la nube, la fabricación de alta gama, etc. Sin embargo, las principales industrias chinas, especialmente el sector de Internet, están experimentando un importante cambio, pasando de la mera captación de un mayor gasto de los consumidores a un enfoque en las innovaciones materiales y la localización de las cadenas de suministro que dependen de las importaciones.

El sentimiento de los consumidores, el sector inmobiliario y la política china de COVID cero son algunos de los riesgos a los que se enfrenta China en 2022. Los cierres esporádicos en varias ciudades y puertos chinos debido a los brotes de COVID-19 perjudican el consumo y la sensación de seguridad. Además, las regulaciones inmobiliarias destinadas a establecer una nueva normalidad en el mercado inmobiliario perjudican el sentimiento de los consumidores. La reciente temporada de resultados en China confirmó el cansancio de los consumidores y que las tasas de ahorro de los hogares se han disparado desde 2020.

Los objetivos de crecimiento para 2022 serán más difíciles de alcanzar este año en comparación con el anterior, sobre todo porque el efecto base favorable desaparece. La ralentización del crecimiento del PIB es de esperar, dado el nivel de desarrollo que China ya ha alcanzado. Por eso, KraneShares cree que China hará todo aquello que considere necesario para mantener el nivel sentimental del 5% de crecimiento del PIB y creen que los escépticos harán sonar la alarma si el nivel del PIB cae por debajo del 5% por primera vez, aunque lograr un crecimiento del 5% en una economía de 16,8 billones de dólares es como añadir a una economía el tamaño del PIB de Alemania cada 3 o 4 años.

El rugido de China puede cambiar de tono en 2022, pero a juicio de KraneShares seguirá siendo tan fuerte como siempre. Como dijo Joe Tsai, cofundador y presidente ejecutivo de Alibaba, durante el día de los inversores de Alibaba:  «China no va a desaparecer».  El tono del evento se orientó hacia la innovación y el futuro, sin que las industrias tradicionales obstaculicen su progreso, representando lo que es China: innovación y progreso.

En KraneShares siempre han mantenido una visión constructiva con respecto a China, especialmente en el largo plazo. Por eso, animan a los inversores a no ver China como una compra a corto plazo, sino como una inversión para el largo plazo y fomentan la diversificación en múltiples sectores para ayudar a reducir los riesgos.

 

Para obtener una perspectiva en profundidad, así como más detalle sobre las oportunidades de inversión en 2022 y en adelante, por favor acceda a este enlace.

 

 

BlackRock amplía su gama sostenible con dos fondos sobre acción climática

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Pixabay CC0 Public Domain. BlackRock amplía su gama sostenible con dos fondos activos sobre acción climática

BlackRock ha anunciado el lanzamiento de dos nuevas estrategias de gestión activa centradas en la acción climática, el BGF Climate Action Multi-Asset Fund y el BGF Climate Action Equity Fund. Según explica la gestora, ambos fondos aprovechan su amplia experiencia en inversión sostenible de gestión activa con el objetivo de generar un impacto medioambiental positivo.

La gestora sostiene que a medida que los inversores tratan de alinear sus valores climáticos con sus objetivos de inversión, buscan identificar oportunidades con el potencial de superar a los mercados tradicionales mediante la incorporación de catalizadores financieros relacionados con el clima y conocimientos sostenibles en sus estrategias de inversión. Como reflejo de esta tendencia, BlackRock ha creado una amplia y creciente gama de fondos y estrategias sostenibles de gestión activa, en todas las clases de activos, para ayudar a los inversores a perseguir sus objetivos sostenibles concretos.

Su último lanzamiento lo componen dos nuevos fondos dentro de su gama activa sostenible en EMEA, el BGF Climate Action Multi-Asset Fund y el BGF Climate Action Equity Fund, que proporcionan a los inversores acceso a los principales temas climáticos y que se espera que permitan, y/o se beneficien, de la transición hacia una economía de cero emisiones netas de carbono. Ambos fondos integran criterios ESG en sus procesos de inversión y están clasificados bajo el artículo 9 del Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles de la UE (SFDR, por sus siglas en inglés).

Según destaca la gestora, el BGF Climate Action Multi-Asset Fund es uno de los primeros de su clase en adoptar un enfoque multiactivo para invertir en emisores que se esfuerzan por reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero a través de una cartera diversificada de acciones, renta fija y activos alternativos en áreas como la energía limpia, la eficiencia de los recursos, la nutrición sostenible, la biodiversidad y el transporte limpio.

Su objetivo es obtener una puntuación de intensidad de emisiones de carbono inferior a la de su índice de referencia -el MSCI All Country World Index (65%) y el Bloomberg Barclays Global Aggregate Bond Index (35%)- y pretende incorporar una tasa de descarbonización interanual.
Además, el fondo combina la investigación macrotemática y la capacidad de asignación de activos del equipo de estrategias diversificadas de BlackRock Multi-Asset Strategies and Solutions (MASS) con la capacidad de selección de valores de los especialistas en renta variable y renta fija, lo que permite crear una cartera con conciencia climática sin comprometer los objetivos financieros.

“Los inversores buscan cada vez más alinear sus prioridades climáticas con sus objetivos de inversión, un equilibrio que puede resultar muy complejo y que crea potencialmente desafíos a muchos niveles. Para ello, un enfoque multiactivo puede aprovechar una amplia gama de estrategias relacionadas con el clima para buscar las oportunidades de inversión más atractivas -y gestionar los riesgos- que presenta el cambio climático. De este modo, pretende proporcionar un viaje de inversión más fluido a través de la diversificación y la gestión prudente del riesgo”, señala Rupert Harrison, gestor de estrategias multiactivas de BlackRock.

Respecto al BGF Climate Action Equity Fund, la gestora explica que se centra en descubrir a los ganadores estructurales disruptivos a largo plazo que impulsan la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en todo su segmento de mercado. El fondo invierte en empresas que aportan soluciones para la mitigación del cambio climático y/o la adaptación al mismo, o en negocios cuyas propuestas están en proceso de hacerse más resilientes a los riesgos a largo plazo que presentan el cambio climático y el agotamiento de los recursos. En este sentido, la estrategia ofrece acceso a los principales temas relacionados con el clima en múltiples sectores, como la energía limpia, el transporte limpio, la alimentación sostenible y la eficiencia de los recursos, en un universo de unos 1.000 valores.

Según indica Tom Holl, gestor de renta variable Fundamental de BlackRock, “el fondo se centra en las emisiones de gases de efecto invernadero en su origen, invirtiendo globalmente en los sectores que están mitigando las causas más importantes de las emisiones de CO2, como la generación de energía, los combustibles para el transporte, la agricultura y los procesos industriales y los residuos. A medida que se acelera el paso hacia un futuro más ecológico, vemos que hay muchas empresas capaces de facilitar la transición a una economía con menos emisiones de gases de efecto invernadero, así como de beneficiarse de ella. El enfoque de inversión de la estrategia aprovecha los amplios conocimientos temáticos de BlackRock con el objetivo de satisfacer las expectativas de rentabilidad de los inversores preocupados por la sostenibilidad”.