El freno en crecimiento económico podría extenderse hasta 2024

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La Fed continúa endureciendo su política monetaria en un entorno de freno en actividad industrial, algo que solo ha sucedido cuatro veces desde 1970. Todos los casos se han saldado con rentabilidades negativas para el S&P 500 de entre el -13% (marzo 1988 a febrero 1989) y el -52% (mayo 2004 a junio 2006).

Como se esperaba, Jay Powell subió 0,75% colocando los tipos en el rango 3% – 3,25% y revisando a la baja los objetivos de PIB (y al alza los de inflación y desempleo) para 2023 y 2024. En la conferencia de prensa mantuvo su tono hawkish, sugiriendo un pico para este ciclo de subidas algo por encima del que ya descontaba el mercado (4,6% vs. 4,5%). Otro incremento de 0,75% está prácticamente garantizado en noviembre, de aquí a entonces solo contaremos con un dato de inflación que, con independencia de su calidad, no será suficiente por sí solo para mover la aguja. No obstante, en diciembre podría producirse una disminución en la magnitud de las subidas ante muestras evidentes de desaceleración (en mercado está en 0,5%). La mediana de puntos en el mapa revisado que sitúa los fed funds en 4,375% a cierre de ejercicio justifica ese posicionamiento, aunque solo un cambio de opinión entre los 9 participantes que defienden ese umbral (respecto a los 8 que apuestan por 4,125%) soportaría una visión más dovish.

Los dots han incorporado otro 0,5% en 2023 y campañas tan prolongadas de subidas de tipos no han sido positivas para la renta fija soberana. En episodios anteriores de encarecimiento en el precio del dinero (1980, 1989, 1999, 2006 o 2018, por ejemplo) la TIR del tesoro 10 años tocó techo entre 0-3 meses antes del último anuncio de ajuste al alza en fed funds.

El efecto de subidas de tipos se deja sentir entre 12 y 18 meses después en indicadores adelantados de actividad como el ISM (que a su vez se adelantan en 6-9 meses a la evolución de la serie de beneficios por acción). Así pues, si el mercado acierta en su pronóstico respecto a un pico en tipos entre marzo y junio 2023, el freno en crecimiento económico podría extenderse hasta 2024 lastrando la expansión en BPAs y el riesgo de ocurrencia de una recesión se incrementaría.

La curva anticipa la salud en el mercado laboral: más invertida, más peticiones de subsidio de desempleo 9-12 meses después. De acuerdo con la regla de Sahm, un repunte del paro al 4% desde el 3,7% de aquí a diciembre –que entra dentro del margen de error del nuevo pronóstico de la Fed de 3,8% a cierre de ejercicio-dispararía una señal de recesión que hasta ahora ha resultado infalible.

La rapidez y la contundencia en el endurecimiento de la política monetaria estadounidense incrementa significativamente los riesgos de recesión. Powell, que anunció el miércoles estar “descubriendo” el camino más adecuado en tipos que le lleve al objetivo de calmar la escalada en precios, es perfectamente consciente de esto al estar apuntando a un crecimiento por debajo de tendencia y un aumento en la tasa de desempleo. Además existe la posibilidad, como sugiere la Fed de San Francisco en este informe –y suscribe Larry Summers-, que el paro tenga que alcanzar el 6% (y no el 4,4% que incorpora para 2025 el resumen de proyecciones económicas de la Reserva Federal) para que el PCE regrese al 2%.

En este sentido el GDPNow estima un crecimiento anualizado de sólo el 0,3% en el tercer trimestre. La caída desde los niveles de la semana pasada (1,5% aproximadamente) refleja un fuerte descenso de la contribución del gasto por consumo (de 1,14% el 14 de septiembre a 0,29% el 15 de septiembre). Esto último tiene sentido si tenemos en cuenta cómo afecta una curva de tipos con pendiente negativa (en -55,8, la más invertida desde el año 2000 y con un 78% de los tramos ya invertidos) al estilo de vida del americano medio.

 

Por lo tanto, es posible que la economía EE.UU. marque un tercer trimestre (consecutivo) de PIB en rojo, que caería como un jarro de agua fría sobre el sentimiento de los inversores. Algo que ya olisquean aquellos que, a pesar del tono halcón en las declaraciones de Powell, siguen apostando por un recorte de tipos en 2023 (que la Fed no contempla hasta 2024).

Como explicábamos la semana pasada, las tasas reales han sido las causantes del repunte en rentabilidad de los bonos tesoro. En base a la correlación histórica, este hecho sugiere un retroceso en el PER del S&P 500 hasta las ~15x; nuestro cálculo de PER objetivo apunta a la zona de 15x-16x. A pesar de las caídas, el S&P cotiza a 15,8x sobre unos beneficios 2023 que comienzan a verse revisados a la baja desde los 240 dólares que maneja el consenso de analistas y que podrían situarse cerca de los 210 dólares.

El adelgazamiento del balance de la Fed a razón de 95.000 millones de dólares por mes, que puede verse moderado en el corto plazo si la liquidez en el mercado de renta fija continúa evaporándose (ver gráfica de abajo), así como la austeridad fiscal, serán también vientos en contra. El déficit presupuestario, que fue del 15,6% del PIB en 2020 y del 10,8% en 2021, disminuirá a 4,2% este año y al 4% el próximo.

Una oportunidad derivada de la dispersión en Europa

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AdvertisementAunque el Banco Central Europeo (BCE) se centra en pisar gradualmente el freno para controlar la inflación, su decisión de abandonar la expansión cuantitativa seguirá determinando los mercados de crédito y creando oportunidades y riesgos para los inversores. ¿La retirada del BCE actúa como garantía?

Mario Draghi, presidente del BCE, julio de 2012: “En el marco de nuestro mandato, el BCE está listo para hacer lo que haga falta para preservar el euro. Y créanme, será suficiente”. Desde el momento del famoso discurso de Draghi, el BCE ha proporcionado una garantía tranquilizadora para respaldar los mercados de crédito europeos, ya sea fiscal a través de la financiación o monetaria a través de compras de activos. Como se muestra en el Gráfico 1, la ampliación del balance del BCE mediante la expansión cuantitativa (QE) ha mantenido controlados los diferenciales hasta situarse en niveles relativamente benignos y negociados dentro de un rango. El balance del banco central ha crecido hasta el 64 % de su PIB, frente al 37 % tanto de EE. UU. como de Reino Unido1.

Más recientemente, esta adaptación se vio reforzada por la intervención del BCE en los mercados de crédito a través de su Programa de Compras de Bonos Corporativos (CSPP) y en su condición de comprador de último recurso a través de su Programa temporal de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP). El BCE tiene previsto interrumpir las compras netas de activos a finales de junio. Cuando se retiren estos programas de ayudas, ¿cómo reaccionarán los mercados a este giro de la demanda (la pérdida de un importante comprador de bonos corporativos con grado de inversión (IG) en euros)? y, ¿podría inducir esto una mayor ampliación de los diferenciales?

Otro escollo para la demanda podría venir con el vencimiento de los programas de Operaciones de Financiación a largo plazo con Objetivo específico (TLTRO, por sus siglas en inglés). El programa anima a los bancos a dar préstamos, ofreciéndoles acceso a financiación barata, lo que les permite endeudarse eficazmente con unos intereses que pueden llegar a ser del -1 %. A pesar de algunas amortizaciones anticipadas, el programa sigue teniendo un volumen en circulación de unos 2,2 billones de euros2 y el vencimiento del descuento de la TLTRO este mes podría alentar más amortizaciones anticipadas. La salida de otro comprador relevante de deuda pública podría causar un efecto dominó en los mercados de crédito, especialmente si implica la venta de deuda periférica de la zona euro.

El BCE centra sus esfuerzos en una transmisión fluida de su política monetaria en todo el bloque, y en evitar la fragmentación del mercado, es decir, la divergencia entre las economías más débiles y las más fuertes. Las autoridades han insinuado la posibilidad de implantar un mecanismo de garantía para mitigar este riesgo. Esto se reiteró en la reunión de junio, donde la presidenta del BCE, Christine Lagarde, destacó el alcance de la flexibilidad de las reinversiones del PEPP, aunque también afirmó que podrían desplegarse «instrumentos ajustados existentes o nuevos». Este tipo de anuncios es al menos tan importante para el sentimiento y, por ende, los movimientos de precios, como su propia ejecución.    Se podría debatir si la intención es establecer otra TLTRO, intervenir con grandes compras de activos de última hora, poner límite a los diferenciales de la periferia o establecer una línea de financiación permanente. Sin embargo, la señal puede ser suficiente munición si es creíble, como lo fue con el discurso de Draghi de «lo que haga falta» en 2012 y el mecanismo de emergencia de Operaciones Monetarias de Compraventa (OMT) no tuvo que utilizarse al resolverse la crisis de deuda soberana.

Un cambio radical en crédito de IG 

Sin embargo, no puede negarse que se está cociendo una importante retirada de liquidez, ya que el BCE emula a otros bancos centrales en su trayectoria de endurecimiento. La forma de la demanda también cambiará. Los créditos aptos en el CSPP se han beneficiado de las compras constantes del BCE y la falta de compras de activos podría hacer que aumentara la dispersión. Por lo tanto, una buena manera de cuantificar el efecto del fin de la QE en los diferenciales de bonos IG en euros (y, por ende, el efecto de su retirada) sería determinar la diferencia entre los diferenciales de deuda no apta para el BCE y los de deuda apta, como se muestra en el Gráfico 2. En el futuro, cabe esperar que haya más dispersión entre la deuda apta para el BCE (bonos IG en euros que el Banco Central puede comprar en el marco de sus programas de compra de activos) y la deuda no apta, como los bonos de alto rendimiento y los IG emitidos por entidades bancarias. Más concretamente, la deuda apta para el BCE podría empezar a comportarse peor que la deuda no apta, dado que la demanda del BCE se está replegando.

Como aficionado a la QE corporativa, el BCE mantiene el 16 % del mercado de IG en euros, lo que contrasta con menos del 1 % en el caso de la Reserva Federal de EE. UU. y el 5 % del Banco de Inglaterra en sus respectivos mercados3. Este porcentaje es aún más alto cuando se consideran las restricciones a la compra de deuda financiera a través del CSPP y el PEPP, lo que convierte al BCE en propietario de una quinta parte de los bonos corporativos no financieros4. Por consiguiente, su salida es significativa y podrían surgir oportunidades a medida que se amplían los diferenciales de la deuda apta para el BCE. Con el tiempo, los perfiles de riesgo/rentabilidad podrían volver a estar más vinculados con los fundamentales. El entorno cambiante de las políticas ya ha influido enormemente en las tendencias de emisión.

¿Presión en la oferta tras el lanzamiento?

El crédito europeo se vio sometido a una mayor presión a principios de 2022, después de que el BCE planteara las subidas de los tipos antes de lo previsto. La volatilidad de los mercados no es una buena receta para captar capital en el mercado primario, que ha reprimido las nuevas emisiones. La actividad de dicho mercado se frenó en seco en febrero y principios de marzo tras la invasión rusa de Ucrania, pero luego se recuperó en marzo. Tras un mes de abril tranquilo, la emisión se recuperó con fuerza en mayo, pues las empresas de IG se apresuraron a captar capital durante momentos de estabilidad. Si la volatilidad remite, lo más probable es que haya otro obstáculo en la oferta con el que lidiar, en un momento en que un comprador importante está saliendo del mercado. Este año, por ejemplo, el BCE ha absorbido con creces las emisiones netas de bonos IG en euros5.

También podría haber prisas por emitir antes de que los planes de compras de bonos corporativos comiencen a menguar o antes de que las subidas de tipos encarezcan la refinanciación. Un muro de oferta, si surge, básicamente podría hacer difícil que el crédito IG repunte de manera significativa. Como contrapunto, los problemas económicos podrían animar a las empresas a abstenerse de solicitar préstamos o reducir proactivamente su apalancamiento para optimizar los balances. Un efecto secundario desafortunado derivado de un menor número de emisiones si se agota la oferta es que los inversores tienen menos oportunidades de recurrir al mercado primario como indicador de precios razonables en el mercado secundario.

Un gancho para que los inversores participen en el mercado primario ha sido el pequeño descuento (es decir, la prima de nueva emisión (rendimiento) (NIP)) que se ofrece respecto a los bonos existentes del emisor negociados en el mercado secundario. Sin embargo, al ralentizarse la oferta, la prima de las nuevas emisiones ha disminuido en comparación con los niveles vistos a principios de la pandemia (Gráfico 3). Esto significa que el mercado secundario les podría resultar más atractivo a los inversores, sobre todo si surgen focos de ampliación de los diferenciales a medida que el BCE se une a la fiesta del endurecimiento. Ahora bien, el NIP medio aumentó en mayo, quizá por la llegada de más oferta al mercado, pero los NIP son solo una parte de la historia.

Se acabaron los rendimientos negativos

Los descuentos se hacen notar, especialmente si son escasos, cuando se ven aisladamente sin niveles de rendimiento absoluto: un barómetro clave para medir el otro lado de la moneda: la demanda de los inversores. Los rendimientos de los bonos corporativos IG en euros se han disparado, dado el giro hawkish de los bancos centrales hacia el endurecimiento monetario, que ha arrastrado al alza las expectativas sobre los tipos de interés. El rendimiento del índice ICE BofA Euro Corporate ha aumentado del 0,5 % a principios del año hasta más allá del 2,5 % a principios de junio (Gráfico 4). Esta cifra supera el máximo del 2,0 % registrado al inicio de la pandemia en marzo de 2020 y es comparable a los niveles vistos en agosto de 2012. En este último periodo los rendimientos reflejaron el sentimiento en lugar de los tipos bancarios (que el BCE comenzó a recortar), ya que los inversores exigieron una compensación extra por comprar deuda en Europa a raíz de la crisis de deuda soberana. Ahora los rendimientos más altos reflejan que el mercado descuenta subidas de tipos y, por tanto, como el BCE todavía no ha iniciado el ciclo de endurecimiento, unido a la moderación del crecimiento económico, en Janus Henderson creen que podrían surgir rendimientos aún mayores en Europa.

Un análisis más detallado de la composición subyacente del índice de referencia revela que actualmente no hay bonos que renten menos del 0 % en el universo IG en euros (Gráfico 5). Esto contrasta con alrededor del 37-46 % del índice de referencia que se situaba en territorio negativo de rendimientos en agosto del año pasado. De hecho, si adoptamos una perspectiva más amplia para examinar los rendimientos del crédito IG mundial en la última década, los niveles de rendimiento actuales se sitúan alrededor del percentil del 80-100 %6 y, por tanto, son muy atractivos. Este perfil de rendimiento más favorable hace más probable que los inversores mejoren la diversificación.

Volviendo a los diferenciales, aunque los diferenciales de los IG globales parecen más atractivos en términos absolutos, se mantienen en un rango próximo a los promedios históricos a 10 años6. Parece que los mercados descuentan más los tipos que los diferenciales. Gran parte de la asunción de subidas de tipos corresponde al tramo corto de la curva de tipos, conjuntamente con un ciclo de endurecimiento anticipado. La capacidad de captar un rendimiento positivo en bonos de alta calidad a corto plazo puede resultar una dinámica de demanda favorable al crédito IG, especialmente en un momento en que asumir demasiada duración (o sensibilidad a los tipos de interés) puede resultar incómodo. Sin embargo, seguimos atentos a la vulnerabilidad de los diferenciales, ya que las valoraciones de la deuda IG no compensan suficientemente a los inversores por los riesgos de recesión que asumen. Esto explica que en Europa se esté vigilando de cerca el mecanismo de garantía del BCE, ya que el banco central solo puede aplicar el endurecimiento de manera gradual para mitigar el riesgo de fragmentación al tiempo que aborda la estabilidad de precios.

Subir por la curva de calidad

Ya se está produciendo una descompresión (o el peor comportamiento del crédito con calificación más baja) y en Janus Henderson creen que se seguirán viendo más de esto a medida que se agota la liquidez del mercado. Por consiguiente, parece justificado adoptar un enfoque defensivo para ascender por la escala de calidad (y abogar por una exposición no cíclica, dados los riesgos de recesión).

El aumento de los rendimientos absolutos podría respaldar la demanda de bonos IG en un contexto de oferta difícil, pero la gestora cree que los inversores deberían centrarse en recibir una compensación adecuada por el riesgo asumido, ya que podría producirse una mayor ampliación de los diferenciales. En adelante, al retirarse del mercado el comprador más relevante de deuda IG, en Janus Henderson creen que la rentabilidad vendrá inducida en gran medida por una acertada selección de valores bottom up basada en los fundamentales, es decir, mediante la identificación de bonos que ofrecen rentabilidades ajustadas al riesgo atractivas para las carteras. Adoptar un enfoque ágil para aprovechar los brotes de mayor volatilidad que producen mayores dispersiones idiosincrásicas o ineficiencias podría ayudar a generar rentabilidades excedentes.

Perspectivas de las próximas elecciones

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De aquí a finales de año hay una serie de elecciones generales e internas de los partidos que tienen el potencial de marcar fuertemente las perspectivas económicas y de mercado en 2023. Las elecciones de mitad de mandato en EE.UU. determinarán si los demócratas siguen llevando las riendas del poder en ambas cámaras del Congreso. La unificación del gobierno ha permitido a la administración Biden aprobar importantes leyes -incluida la reciente Ley de Reducción de la Inflación, centrada en el clima-, a pesar de la oposición republicana.

El importante rebote de las acciones que se benefician de las disposiciones sobre energía limpia contempladas en la Ley demuestra lo fundamental que puede ser la acción legislativa para influir en la evolución de los mercados. Una victoria republicana en la Cámara de Representantes o en el Senado paralizaría los cambios legislativos hasta después de las elecciones presidenciales de noviembre de 2024. 

La cuestión más importante que se plantea a los mercados en relación con EE.UU. es si la Reserva Federal puede lograr un aterrizaje suave, o si será necesaria una recesión -y, por tanto, una nueva caída del mercado- para controlar la inflación. Aunque las elecciones de mitad de mandato no serán decisivas para determinar el resultado, un gobierno dividido mantendría la política fiscal en un segundo plano y dejaría todo el peso del ajuste a la Reserva Federal. 

Un gobierno dividido también suele empujar a los presidentes a centrarse más en las prioridades de la política internacional, donde el Congreso tiene menos limitaciones para actuar. Hasta 2016, esto era en general un efecto secundario positivo porque los presidentes estadounidenses solían centrarse en cómo podían reducir las barreras globales al comercio de bienes, servicios y capitales. 

Ahora, sin embargo, las prioridades nacionales han tomado el relevo. Y dada la fractura de la relación entre EE.UU. y China, y los desafíos que plantea la guerra en Ucrania, una mayor atención a la política exterior podría fácilmente conducir a peores resultados, aumentando la incertidumbre para los mercados y pesando sobre los valores que dependen del buen funcionamiento del comercio mundial y los mercados financieros.

China 

Las elecciones de mitad de mandato de EE.UU. coincidirán con el 20º Congreso Nacional del Partido Comunista Chino, en el que es probable que Xi Jinping sea reelegido como Secretario General. Esto consolidaría el control de Xi en el poder, y probablemente conduciría a una continuación del giro político que ha supervisado para hacer que China sea menos dependiente económicamente de los mercados occidentales, poner más énfasis en la estabilidad social y el medio ambiente al establecer la política económica, y ser más asertivo en la política exterior.

Si es elegido, Xi tendrá que enfrentarse a los crecientes retos nacionales e internacionales, todos ellos con importantes implicaciones para los mercados. La política de Covid cero del país ha actuado como una importante limitación para el crecimiento económico en un momento en que el resto del mundo ha adoptado una postura más relajada respecto a la pandemia. El cómo vaya cambiando la postura de China para volverse menos restrictiva influirá en gran medida en la magnitud de cualquier repunte de la actual debilidad económica, lo que a su vez influirá en el margen de los mercados de renta variable chinos para obtener nuevas ganancias.

El mercado inmobiliario es otro dolor de cabeza al que hay que hacer frente. La actividad en los sectores de vivienda y construcción se encuentran actualmente en su mayor caída en décadas, ya que los responsables políticos han endurecido la normativa, los promotores han estado trabajando en el exceso de deuda y la demanda de los hogares se ha suavizado.

 Aunque hace tiempo que debería haberse producido un ajuste en el sector, y podría mejorar la estabilidad financiera a largo plazo, el sector inmobiliario es demasiado grande para que los desequilibrios puedan corregirse sin que se produzcan daños colaterales en la economía y en los mercados, especialmente en la renta fija.

Relaciones internacionales

También seguiremos muy de cerca las acciones de política exterior de Xi. Xi ha intentado cuidadosamente evitar verse arrastrado a la lucha de Occidente con Rusia, ya que sus intereses económicos dependen de unas relaciones cordiales con ambos. Esto podría convertirse en un equilibrio más difícil de mantener dependiendo de cómo evolucione la guerra en Ucrania en los próximos meses.

Mientras tanto, la percepción de que EE.UU. se está volviendo menos comprometido con su tradicional política de «una sola China» ha llevado las tensiones en el Mar de la China Meridional a su estado más álgido en décadas. Aunque no es nuestro caso base que se produzca una guerra «caliente» por el destino de Taiwán en un plazo de un año, no hay duda de que los riesgos han aumentado dado el ya bajo nivel de confianza entre las dos superpotencias mundiales.

Y aunque Taiwán es relativamente pequeño en el contexto de la economía global, es el productor más importante del mundo de semiconductores, el nuevo «petróleo» en nuestra era de la digitalización. Una escalada de tensiones más significativa, que provocase respuestas económicas y militares, sería desastrosa para la economía y los mercados mundiales.

Europa

Desde una perspectiva europea, el colapso del gobierno de coalición liderado por Draghi en Italia llegó en un momento inoportuno. Los diferenciales de los bonos soberanos italianos se han ampliado considerablemente desde que el BCE señaló que comenzaría a endurecer la política monetaria ante el aumento de la inflación. Draghi era el único político con credibilidad para dirigir el país a través de las tan necesarias reformas estructurales. Además, Italia está muy expuesta a las perturbaciones derivadas de la guerra en Ucrania debido a su dependencia de las importaciones de gas natural para alimentar su sistema energético. Aunque el Instrumento para la Protección de la Transmisión propuesto por el BCE está diseñado para evitar la ampliación indebida de los diferenciales en los mercados de bonos europeos, su aplicación estaría muy condicionada a que los países mantuvieran una postura fiscal disciplinada.

En la actualidad, una coalición de partidos de centro-derecha, con opiniones encontradas sobre cómo afrontar los retos económicos y fiscales del país, lidera las encuestas. Y los Hermanos de Italia, el partido con más apoyo, se oponen a una serie de políticas europeas, que pueden aumentar las tensiones con Bruselas y otras capitales europeas. Dado que es probable que Europa e Italia entren en recesión en 2023, las elecciones italianas, y las políticas que aplique quien forme gobierno, influirán en que esa recesión se asocie también a una tensión financiera extrema en los mercados de bonos y acciones.

Finalmente, Truss, la Secretaria de Estado de Asuntos Exteriores, se ha convertido en la Primera Ministra del Reino Unido. Truss es conocida por querer mantener una postura dura en las negociaciones sobre el protocolo de Irlanda del Norte, así como por favorecer los recortes fiscales como forma de afrontar la crisis del coste de la vida en Reino Unido.

Desgraciadamente, una relajación de la política fiscal en un momento en que la inflación supera el 10% y la economía funciona por encima de su capacidad, sólo puede empeorar los desequilibrios británicos. Esto, a su vez, obligaría al Banco de Inglaterra a endurecer más la política monetaria -y más rápidamente, aumentando la magnitud del desplome económico que parece cada vez más probable. Y, como ocurre en todas las recesiones, esto provocaría un descenso de los beneficios de las empresas y, probablemente, una caída de los mercados de valores, especialmente de los más expuestos a la economía nacional.

Desde una perspectiva a más largo plazo, ni Truss, ni el otro candidato a primer ministro británico ofrecía grandes propuestas de reforma estructural para hacer frente a los nefastos resultados de la productividad de la última década. Hasta que no se aborden las debilidades de la oferta en el Reino Unido, el crecimiento potencial seguirá siendo anémico, los tipos de interés reales sostenibles muy bajos y los inversores extranjeros se mostrarán reacios a mantener posiciones sobreponderadas en la moneda.

 

Tribuna elaborada por Jeremy Lawson, economista jefe de abrdn.

Riesgos climáticos: qué son y qué suponen para los inversores de bonos

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El huracán Fiona ha puesto en jaque esta semana a la República Dominicana, después de que, a finales de agosto, Pakistán tuviera que declarar parte del país “catástrofe climática” por unas inundaciones que han dejado más de 1.000 muertos. Los fenómenos naturales y climáticos se están agudizando, y con ello los riesgos que implican, también para las inversiones. 

Existen dos categorías principales de riesgos climáticos: físicos y de transición. Los primeros están relacionados con los efectos negativos de los fenómenos meteorológicos extremos y las catástrofes naturales, mientras que los riesgos de transición están relacionados con las posibles pérdidas económicas derivadas de la transición a una economía baja en carbono.

Según explican Hervé Chatot y Gaël Binot, gestores de renta fija y especialistas en ESG de La Française AM, los riesgos físicos se refieren a las posibles pérdidas financieras y económicas ocasionadas por eventos relacionados con el cambio climático. Estos impactos son visibles a través del aumento de las temperaturas que exacerban los fenómenos meteorológicos extremos (inundaciones, tormentas, incendios forestales, sequías, temperaturas extremas). Las inundaciones y las tormentas son los tipos de catástrofes más comunes, ya que representan más del 70% de los sucesos.

En los últimos veinte años se han registrado 7.348 catástrofes en todo el mundo que han afectado a más de 4.000 millones de personas y han generado unos 2,97 billones de dólares en pérdidas económicas en todo el mundo, según CRED Centro de Investigación sobre Epidemiología de las Catástrofes”, indican.

Además, los expertos destacan que el informe Coste humano de las catástrofes – Balance de los últimos 20 años 2000-2019 pone de manifiesto que aunque el número de catástrofes naturales y las pérdidas económicas registradas en los últimos veinte años han aumentado considerablemente en comparación con los veinte años anteriores, no todos los países están expuestos a las catástrofes naturales de la misma manera. En concreto, los países asiáticos (China, India, Filipinas, Indonesia) son los que han sufrido el mayor número de catástrofes naturales, seguidos de Estados Unidos.

“En los países de renta alta, las catástrofes afectan a una parte menor de la población, pero sufren pérdidas económicas significativamente mayores en términos de valor absoluto. En los países de renta baja, las catástrofes afectan a una mayor parte de la población. Las Américas representaron el 45% del total de las pérdidas económicas, seguidas de Asia y Europa con el 43% y el 9%, respectivamente. Estados Unidos, China y Japón registraron la mayoría de las pérdidas totales. Pero si comparamos las pérdidas económicas con el Producto Interior Bruto (PIB), los resultados son diferentes y reflejan la fuerte divergencia de impactos entre los países ricos y los pobres. Los países de renta baja registraron el mayor nivel de pérdidas económicas en relación con el PIB, mientras que los países de renta alta registraron el menor”, explican Chatot y Binot.

Respecto a los riesgos de transición, es decir aquellas pérdidas económicas asociadas a la transición hacia una economía baja en carbono, los expertos advierten que “se necesitan esfuerzos considerables para la transición hacia una economía verde y para alcanzar el objetivo de temperatura a largo plazo del Acuerdo de París”.

De nuevo, no se trata de algo homogéneo, ya que no todas las regiones y países están descarbonizando sus economías al mismo ritmo. De hecho, los países tienen diferentes políticas en vigor y diferentes combinaciones energéticas, aunque las intensidades de carbono están disminuyendo a diferentes ritmos en todo el mundo.

Implicaciones para los inversores

Estos dos gestores de renta fija y especialistas en ESG de La Française AM recuerdan que el cambio climático es una gran amenaza para las economías mundiales, ya que está acelerando la aparición de catástrofes. Y advierten que los inversores de bonos deberían tener en cuenta los riesgos climáticos en sus procesos de inversión y en sus decisiones de asignación de activos, dado su impacto en una variedad de factores económicos. 

“El primero tiene que ver con la inflación, ya que la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono afectará a la combinación de energías, haciendo subir los precios. También el crecimiento: los costes de los daños a largo plazo de los fenómenos meteorológicos extremos y los costes económicos asociados a la transición ecológica deberían pesar sobre el crecimiento a corto plazo. Sin embargo, creemos que para los países que emprendan la transición energética a un ritmo acelerado, el balance de estos riesgos será positivo más allá de 2030”, explican.

A estos factores se añaden dos más: la política de inversión y mitigación, y el riesgo social. “La transición a una economía con bajas emisiones de carbono no es sólo un riesgo para los inversores, sino también una fuente de oportunidades. Se necesita una gran cantidad de inversiones en tecnologías verdes para financiar la transición climática. La inversión pública debe aumentar para reforzar la resistencia de las economías locales. Además, el cambio climático aumenta los riesgos asociados a la migración y los conflictos sociales en los países más pobres. En 2050, si no se toman medidas climáticas, podría haber hasta 143 millones de personas en las regiones en desarrollo que se convertirían en migrantes climáticos. El cambio climático podría empujar a otros 100 millones de personas a la pobreza en los próximos quince años”, concluyen los expertos de La Française AM.

Contra la inflación, dividendos: la inversión en rentas puede aliviar a los inversores

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Invertir en acciones que reparten dividendo puede proteger a los inversores frente a la inflación. En concreto, Mark Peden, gestor del Aegon Global Equity Income Fund, cree que los dividendos representarán este año un porcentaje de las rentabilidades totales mayor que en cualquier otro momento de la última década.

Los dividendos son un elemento clave de la rentabilidad a largo plazo en renta variable: desde 1940, han aportado aproximadamente un tercio de las rentabilidades, una contribución que resulta aún más crítica cuando la rentabilidad del capital se reduce. En el entorno actual, creemos que los dividendos representarán un porcentaje de las rentabilidades totales mayor que durante la última década, que estuvo dominada por las rentabilidades del capital”, afirma el gestor.

En su opinión, es importante recordar que los dividendos suelen seguirle el ritmo a la inflación. “En Estados Unidos, las empresas que reparten dividendo tienden a comportarse mejor que las que no lo hacen en momentos de alta inflación y tipos de interés al alza. También suelen ser opciones más defensivas, ya que tienden a caer menos que el mercado durante las crisis, algo que conviene tener en cuenta en las volátiles condiciones actuales. Por su propia naturaleza, las estrategias de dividendos invierten en empresas maduras que generan elevados flujos de caja libre y que suelen sobrellevar un entorno de menor crecimiento o, incluso, de recesión mejor que las empresas más orientadas al crecimiento que necesitan invertir en ese crecimiento”, añade Peden.

A la hora de invertir en empresas que repartan dividendo de forma sostenible, Peden explica que las empresas de calidad generan rentabilidades consistentes y cuentan con balances solventes: “Para nosotros, una empresa de calidad es aquella que genera una rentabilidad sobre los recursos propios (ROE) adecuada y consistente y que cuenta con un balance solvente, lo que, en la práctica, significa que tenga poca deuda neta. La clave está en encontrar empresas que puedan pagar dividendos superiores al mercado, que estén cubiertos por los beneficios y que tiendan a crecer con el tiempo”.

Según sus años de experiencia, la consistencia también es un elemento crucial cuando se invierte en rentas, ya que estos parámetros deberían mantenerse estables en el tiempo y no sufrir fuertes vaivenes de un año a otro. “En conjunto, estos factores son una combinación potente. Las empresas muy endeudadas y con ratios de pay-out demasiado altas son mucho más vulnerables al aumento de la inflación, las subidas de tipos y la desaceleración económica, lo que suele traducirse en recortes de dividendos”, resume.

Por último, el experto identifica áreas concretas en las que los inversores pueden encontrar ganadores potenciales, como la sanidad, el consumo básico o las empresas de suministros públicos (utilities), que son relativamente inmunes a los ciclos económicos. “

La sanidad, el consumo básico y las utilities tienden a ser relativamente inmunes al ciclo económico. Pero el sector financiero y el industrial también cuentan con varios ‘reyes del dividendo’, lo que demuestra que también podemos encontrar oportunidades en áreas más cíclicas. Los reyes del dividendo son empresas que llevan 50 años consecutivos aumentando su dividendo y suelen ser estadounidenses; de hecho, no hay ninguno en Europa continental. En general, el aumento de las distribuciones denota confianza en el futuro del negocio y suele provocar una reacción positiva en la cotización. A veces, estas empresas pertenecen a sectores más nuevos como el de los semiconductores, que no existían hace 50 o 60 años, pero pueden funcionar igual de bien en una cartera orientada a la generación de rentas”, concluye.

El aeropuerto de Miami adquiere un chatbot para mejorar la experiencia de los usuarios

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El Aeropuerto Internacional de Miami (MIA) eligió a la empresa Qualtrics Social Connect para desarrollar un chatbot para ayudar con las consultas de servicio al cliente y monitorear los canales sociales con el fin de anticiparse a las preguntas y necesidades de los viajeros incluso antes de que lleguen al aeropuerto.

El MIA, reconocido como el mejor aeropuerto de Norteamérica por J.D. Power en cuanto a satisfacción de los pasajeros en 2021, fue capaz de reducir su tiempo medio de resolución del servicio de atención al cliente a menos de 10 minutos y mantener a los viajeros informados y al día durante la pandemia y más allá.

El sector de los viajes aéreos se vio muy afectado por la pandemia, ya que las restricciones de viaje dejaron los aviones en tierra y las puertas vacías. Los cambios en las directrices de viaje y los requisitos de seguridad provocaron un aluvión de preguntas de los pasajeros preocupados y muchos recurrieron a las plataformas de las redes sociales con sus consultas, lo que amenazó con abrumar al equipo social del aeropuerto.

En este sentido, MIA automatiza las respuestas a las consultas del servicio de atención al cliente y las preocupaciones de COVID-19

A principios de 2020, mientras se desarrollaba la pandemia, el equipo de marketing digital de MIA utilizó Qualtrics Social Connect para desarrollar su chatbot y lo programó rápidamente con respuestas en inglés y español a las preguntas más frecuentes de los viajeros relacionadas con la pandemia.

Casi inmediatamente, el aeropuerto redujo el número de consultas a sus canales sociales casi a la mitad, liberando a su equipo social para responder más rápidamente a las solicitudes más complejas de los pasajeros.

Ahora, mientras los pasajeros vuelven a los cielos en masa, el sector de los viajes está luchando con la resiliencia post-pandémica. MIA está utilizando la analítica social para mantenerse al día.

El equipo de marketing digital del MIA sigue utilizando Qualtrics Social Connect para analizar las consultas recibidas en sus canales sociales y a través del chatbot de Mia para ayudar a informar sobre lo que se comparte en el sitio web del aeropuerto y en las propiedades de las redes sociales, lo que ayuda al MIA a anticiparse a los problemas de los viajeros y a responder más rápidamente durante un acontecimiento perturbador como una gran tormenta o un paro en tierra.

Qualtrics Social Connect, combinado con el análisis conversacional avanzado de XM Discover, permite al aeropuerto detectar y responder a posibles problemas, tendencias y preguntas comunes mediante el análisis de los mensajes directos y las interacciones en las redes sociales, junto con los datos sociales de cara al público, como menciones, palabras clave, participación, alcance y comentarios.

Tras descubrir que los pasajeros tenían preguntas frecuentes sobre la disponibilidad y el precio del aparcamiento, el equipo de redes sociales del MIA ahora alerta proactivamente a los viajeros a través del chatbot y de los canales sociales cuando la disponibilidad en los aparcamientos se hace más escasa, animando a los pasajeros a tomar medios alternativos para llegar al aeropuerto durante los fines de semana de gran afluencia.

Aunque el chatbot gestiona la mayoría de las preguntas de los viajeros, muchos siguen necesitando la ayuda de un agente. El equipo de atención al cliente utiliza los datos de Qualtrics Social Connect para crear secuencias de comandos y respuestas aprobadas con enlaces a información relevante que se rellenan automáticamente en función de las palabras clave de la pregunta del cliente, lo que ahorra tiempo a los agentes para responder a las necesidades del cliente con mayor rapidez.

Schroders organiza dos eventos en Montevideo con el título: “La cartera 60-40 no siempre funciona”

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El próximo 4 de octubre Schroders organiza dos eventos en Montevideo con el título “La cartera 60-40 no siempre funciona” y la participación de Sebastián Mullins, Deputy Head of Multi Asset.

“Años como este, en el que acciones y bonos caen por igual, nos hacen pensar que no hay refugio en el mercado. Entramos al último trimestre del año y hay preguntas que siguen siendo muy difíciles de responder: ¿Dónde está el piso del mercado? ¿Cuánto tiempo tomará recuperar las pérdidas? ¿Cuál es el momento adecuado para incrementar el riesgo de la cartera?”, anunció la gestora en Linkedin.

“Sebastian Mullins, Portfolio Manager, estará presentando las herramientas que han ayudado al Schroder ISF Global Target Returna mitigar las caídas de este año y nuestra estrategia para recuperar hacia delante”, añaden.

Mullins es un administrador de cartera sénior dentro del equipo australiano de multi-asset. Es cogestor de carteras del Schroder Global Total Return Fund y del Real Return Fund (el multiactivo original sin restricciones basado en dólares AUD). Sebastian es miembro de varios grupos de investigación de estrategias internas que incluyen acciones, crédito, divisas y valor relativo.

Los eventos tendrán lugar en Zonamerica y el WTC.

Chile lidera la región en materia de inclusión financiera, según un estudio auspiciado por Principal

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De los 42 mercados analizados por el Índice Global de Inclusión Financiera, Chile se posiciona en el número 24, ocupando el lugar más alto entre los países latinoamericanos que fueron incluidos en el estudio. Por el contrario, Brasil (35), México (36), Perú (38), Colombia (39) y Argentina (42) se posicionaron entre los 10 mercados peores evaluados.

El estudio, realizado por el Centre for Economics and Business Research (Centro de investigaciones en economía y negocios) y auspiciado por Principal Financial Group, examinó más de 20 indicadores, compuestos por diversos factores y agrupados en tres grandes grupos: apoyo gubernamental, apoyo al sistema financiero y apoyo de los empleadores. Así, por medio del análisis de diversas fuentes de información pública y encuestas, se establecieron puntajes del 0 al 100 para definir el nivel de inclusión financiera de cada mercado.

“Quisimos ponernos el desafío de recolectar toda esta información con el fin de establecer un mecanismo que sirviera como un marco riguroso y sustentado en datos para monitorear la inclusión financiera a escala mundial, visibilizando las brechas actuales en esta materia”, explica Roberto Walker, vicepresidente ejecutivo y presidente para Latinoamérica de Principal Financial Group.

Así, a través de este índice se identificaron algunas brechas estructurales en la inclusión financiera, disponibilizando esta información para movilizar a los diferentes actores a involucrarse y a definir medidas y soluciones para acortarlas.

 Chile y Latinoamérica

En el caso de Latinoamérica, de los seis mercados analizados, Chile es el único que se encuentra entre los 25 mejor evaluados de la medición a nivel general, obteniendo su mayor puntaje en el ítem de apoyo gubernamental (19).

Este pilar examina la medida en la que los gobiernos promueven y habilitan la inclusión financiera, considerando información y datos sobre el apoyo a pensiones, la protección del consumidor y sus depósitos, los niveles de empleo y la educación e información financiera, así como también la conexión a Internet, entre otros.

“Un factor importante en el puntaje comparativamente bajo de Latinoamérica es el pilar de apoyo del gobierno y hemos observado que un elemento crítico en este ámbito es contar con un sistema de pensiones sólido. Los sistemas de pensiones en la mayoría de los países de la región tienden a no cubrir el trabajo informal, que es una proporción significativa de la fuerza laboral, y las tasas de ahorro no son adecuadas para quienes sí participan”, explica Walker.

“La razón principal por la que Chile obtuvo una clasificación más alta en el Índice que otros mercados latinoamericanos es la solidez de su sistema previsional, que ocupó el puesto 15 a nivel general. Esto ha llevado a que podamos contar con mercados de capital más fuertes que permiten préstamos comerciales y de vivienda, lo que lleva a viviendas más asequibles y más acceso a capital para hacer crecer los negocios”, añadió.

En el caso del pilar del apoyo del sistema financiero, por su parte, el país se posicionó en el lugar número 28. En este ámbito, se observa la disponibilidad y adopción de diferentes productos, la información y los servicios financieros. Todo esto considerando los datos sobre el acceso a cuentas bancarias y crédito, el avance de la tecnología financiera y el uso de pagos en tiempo real, así como la eficacia general de la industria de servicios financieros para fomentar la confianza y el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas.

Es importante señalar que, excluyendo a Colombia y Argentina, los mercados latinoamericanos analizados se sitúan entre los 10 primeros en el indicador de sistemas de protección de depósitos (que considera calidad y cobertura), ocupando Chile el primer lugar. Además, México, Perú y Colombia se sitúan en el top 10 en cuanto a derechos de protección de prestatarios y prestamistas, y Chile también encabeza la región por su volumen de transacciones en tiempo real, encontrándose en el 8° lugar a nivel mundial.

Por último, en relación al apoyo de los empleadores, Chile obtuvo el lugar número 35. Este pilar considera factores como el apoyo y asesoría a los colaboradores en temas financieros, el pago de contribuciones previsionales y la provisión de seguros, entre otros. Esto se correlaciona con uno de los principales hallazgos del estudio, el que señala que las economías donde el apoyo gubernamental y el sistema financiero es sólido, suelen haber menores niveles de apoyo de los empleadores, y viceversa.

“Es necesario analizar también estos resultados en relación a otros ámbitos sociales de cada mercado. Por ejemplo, la investigación encontró que los mercados que ocupan un lugar destacado en la inclusión financiera tienden a tener un buen desempeño en otros factores como la seguridad alimentaria, la productividad, la resiliencia económica y social, los estándares de vida y la adaptabilidad al cambio climático”, explica Walker.

Análisis global

Los datos demuestran que, en general, las economías desarrolladas tienden a agruparse hacia el nivel más alto del índice, mientras que las economías emergentes y en desarrollo se ubican en el nivel más bajo. El ranking lo encabeza Singapur como el mercado con mayor inclusión financiera del mundo, seguido por Estados Unidos.

Seis de los 10 primeros mercados son europeos –Suecia (3), Finlandia (5), Dinamarca (6), Suiza (8), Noruega (9) y Holanda (10)– y, dentro de este grupo, cuatro son nórdicos. Países en Latinoamérica, África subsahariana y Asia se encuentran en los últimos puestos.

La firma brasileña Galapagos Capital expande su negocio internacional con una oficina en Miami

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LinkedInBruno Carvalho, managing director de Galápagos Miami

La firma brasileña Galapagos Capital lanzó su servicio de wealth management internacional, que permitirá a los clientes diversificar sus recursos fuera de Brasil a través de la compañía de inversión en Miami, Estados Unidos, informó la compañía en LinkedIn.

La nueva oficina tiene como objetivo ampliar la gama de estrategias y la diversificación global de Galapagos, comentó en LinkedIn Bruno Carvalho, managing director de Galapagos en Miami.

Carvalho cumple funciones para Galapagos desde 2019 y ahora estará a cargo del branch de Miami.

“A través de un análisis cuidadoso y personalizado, el equipo presentará soluciones exclusivas para inversiones en el extranjero con el fin de optimizar la relación entre riesgo y retorno, centrándose en la preservación del patrimonio. Todo hecho con la mentalidad a la que están acostumbrados los clientes de Galapagos Wealth Management, buscando inversiones seguras y rentables a lo largo del tiempo”, comentó Carvalho.

Fundada en 2012, Galapagos manera una cartera de por profesionales con sólida experiencia en el mercado con gestión de cartera de más de 580 millones de dólares, según la información en su sitio web.

Además de su oficina en Florida, el equipo cuenta con más de 45 profesionales ubicados en 5 estados de Brasil.

El crecimiento del mercado mundial de bonos sostenibles pierde fuerza ante el contexto actual del mercado

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S&P Global Ratings ha recortado la previsión de crecimiento que había hecho en febrero para el mercado mundial de bonos sostenibles de cara a este año, a la vista del comportamiento experimentado por el mercado global de bonos durante la primera parte del año. De los 1,5 billones de dólares que estimaba entonces se podrían emitir en todo el mundo en  bonos verdes, sociales, o vinculados, la agencia de rating estima ahora que apenas si alcanzarán los 865.000 millones de dólares, un 16% menos que lo emitido en 2021, cuando la cifra alcanzó el billón de dólares.

Según explica la compañía en su último informe, hasta este año, la emisión de bonos sostenibles ha crecido fuertemente en los últimos años, superando la marca de 3 billones de dólares en emisiones en circulación en la primera mitad de 2022. “Prevemos que estos activos seguirán contribuyendo a una parte estable de la emisión de deuda global este año, como lo han hecho en la primera mitad. Por ejemplo, esperamos que los bonos sotenibles de las empresas no financieras, los servicios financieros y los sectores de las finanzas públicas estadounidenses e internacionales, donde hemos observado que los datos de emisión son más fiables y comparables, representen el 12% de la emisión total en 2022. Esa sería la misma proporción que en 2021 y en el primer semestre de 2022, a pesar del aumento de la inflación, la creciente probabilidad de recesión y el conflicto entre Rusia y Ucrania, que pesan mucho sobre las condiciones de financiación. Esta proyección es inferior a nuestra anterior estimación del 17%”, señala el documento. 

Principales tendencias

Pese a reducir su estimación, la agencia de rating considera que la popularidad de los bonos verdes continuará. Muestra de ello es la cifra que deja al primer semestre de 2022: el 54% de las emisiones correspondieron a bonos verdes. “Los emisores de servicios financieros y de las finanzas públicas internacionales (IPF) han aumentado su participación en el total de emisiones de bonos verdes, representando ahora casi el 50% del total. Singapur adelantó sus planes de emitir su primer bono verde en el segundo semestre de este año, y creemos que la emisión soberana seguirá proporcionando liquidez y precios de referencia para los emisores locales”, apuntan. 

También advierte de que, a medida que el mundo va superando lentamente la pandemia de COVID-19, la emisión de bonos sociales ha caído por debajo del 20% del total de la emisión de bonos sostenibles por primera vez desde 2019 (17% en el primer semestre de 2022), ya que el endeudamiento de los gobiernos para financiar las medidas de alivio de la pandemia ha disminuido. Por el contrario, destaca que, en el mercado de bonos municipales sostenibles de Estados Unidos, los bonos sociales superaron la emisión de bonos verdes en el primer semestre de 2022 en más de mil millones de dólares. 

“Esto refleja, en parte, la mayor emisión estadounidense de un bono social hasta la fecha, 2.700 millones de dólares del estado de Massachusetts, para devolver los anticipos federales por las prestaciones de desempleo pagadas durante la pandemia. Los bonos de transición, que pueden ser bonos de uso o vinculados a la sostenibilidad emitidos para apoyar los objetivos de la transición climática, han tenido dificultades para encontrar su lugar en el mercado. Los niveles de emisión hasta la fecha disminuyeron más del 70% en términos interanuales y los volúmenes totales hasta la fecha representan menos de la mitad de la emisión total, su porcentaje más bajo desde que se emitieron los primeros bonos de transición a finales del segundo semestre de 2019”, añaden. 

Otra de las tendencias de crecimiento que identifica el informe afecta a los bonos ligados a la sostenibilidad, que continúan su impresionante racha. “Esperamos que los bonos ligados a la sostenibilidad sigan siendo la clase que más crece. Mientras que la emisión de casi todos los demás tipos se ha contraído en los últimos 12 meses, los bonos vinculados a la sostenibilidad son el único tipo de bono que ha aumentado nominalmente de un año a otro: un 18% más que en el primer semestre de 2021”, indican las conclusiones.

La emisión total de bonos ligados a la sostenibilidad aumentó hasta los 47.800 millones de dólares en el primer semestre de 2022, frente a los 40.300 millones de dólares del primer semestre de 2021, lo que confirma nuestra previsión de enero de que será el tipo de bono que más crezca este año. De hecho, representaron más del 10% de la emisión total de bonos sostenibles por primera vez en 2021, desde menos del 1% en 2020. 

Emisores y motores

Por ahora, los servicios financieros demuestran ser un tipo de emisor más resistente. Según su experiencia, las condiciones económicas mundiales han afectado a algunos tipos de emisores más que a otros. “Al revisar nuestras previsiones, asumimos que, en general, las tendencias que estamos observando a nivel sectorial y regional en el primer semestre se mantendrán durante el resto de 2022. Por ejemplo, en el primer semestre para la emisión de bonos sostenibles, las empresas no financieras mantuvieron su cuota de liderazgo en el 39%, pero con un descenso del 16% en la emisión. Sin embargo, esto es más fuerte que la caída del 33% en la emisión total de bonos del sector a nivel mundial”, matizan.  

Según sus previsiones, la emisión de bonos sostenibles por parte del sector de los servicios financieros aumentará en general en 2022 y comprenderá una mayor proporción de la emisión total a finales de año. “La tendencia a la baja de las IPF se explica en gran medida por una oleada de emisiones de bonos sociales en la primera mitad de 2021 por parte de la Comisión Europea en nombre de la UE. Éstas ascendieron a más de 55.000 millones de dólares, como parte del programa SURE (Support to mitigate Unemployment Risks in an Emergency) de la UE para mitigar los efectos económicos y sociales de la pandemia”, comentan. Para todo el año, preven que la emisión de IPFs será la que más disminuya, ya que los volúmenes ya han caído casi un 40% en el primer semestre de 2022 en comparación con el primer semestre de 2021.

Por último, la agencia de rating hace una análisis por regiones, llegando a una conclusión clara: América del Norte y Europa siguen liderando la emisión de bonos sostenibles, mientras que la APAC está preparada para crecer. “Esperamos que la división regional de la emisión de esta clase de activos se mantenga relativamente constante hasta 2022, a pesar de las diferentes tendencias de emisión dentro de las regiones”, confirman. 

Según sus datos, la mayor parte de las emisiones sigue procediendo de Europa, con un 45% de las emisiones mundiales en el primer semestre de 2022. Además, el fuerte crecimiento en Asia y Oceanía (17% interanual) hizo que la región superara los 100.000 millones de dólares en emisiones en el primer semestre de 2022. La región representa ahora el 23% del mercado mundial de GSSSB (frente al 11% en 2020). 

“En América Latina, la emisión fue relativamente fuerte, con un descenso interanual del 25%, en comparación con una contracción mucho más pronunciada del 60% para la emisión total de bonos de la región. Aun así, la región representa el 3,5% del total de emisiones a 30 de junio de 2022”, concluye el informe.