Rusia ha invadido Ucrania. En contra incluso de los escenarios más graves esbozados por los expertos durante los últimos meses, el presidente ruso, Vladimir Putin, parece decidido a someter al país entero y a instaurar a un Gobierno títere en el poder. La situación cambia con rapidez. Los militares ucranianos están logrando resistir ante una fuerza invasora rusa muy superior, aunque los analistas militares prevén que las fuerzas militares convencionales ucranianas terminarán por verse doblegadas. Si bien se ha presenciado algunas propuestas de diálogo por parte de los Gobiernos de Zelensky y Putin, no se ha materializado nada concreto.
La suerte que correrá el actual Gobierno ucraniano no está clara. Sin embargo, una cosa es invadir un país, derrotar a sus fuerzas militares convencionales y ocupar edificios gubernamentales y otra bien distinta estabilizarlo. El rápido surgimiento de una insurgencia ucraniana podría desbaratar las esperanzas de Putin de conseguir una victoria rápida y desembocar en un conflicto duradero de menor intensidad.
Occidente (Estados Unidos, Europa y los países aliados) ha reaccionado con rapidez al imponer sanciones adicionales a Rusia, incluidas aquellas que afectan a la deuda soberana de reciente emisión y a los grandes bancos, además de medidas de control sobre las exportaciones. Asimismo, el hecho de que Alemania haya paralizado el gasoducto Nord Stream 2 resulta reseñable. Durante estas semanas, la Unión Europea y Estados Unidos anunciaron nuevas y severas restricciones, entre las que figuran la exclusión de algunos bancos rusos del sistema SWIFT y la imposición de restricciones al Banco Central de Rusia. En teoría, estas últimas impedirán al banco central tener acceso a las reservas de divisas denominadas en moneda fuerte que mantiene en el extranjero. Cabe la posibilidad de que se impongan sanciones adicionales en caso de que el conflicto se prolongue, aumente el número de víctimas civiles o se realicen llamamientos políticos desde Occidente para aplicar más medidas punitivas a Rusia.
Los últimos discursos de Putin han revestido un cariz especialmente agresivo y beligerante, además de haber suscitado preocupaciones acerca de si Rusia tiene planes para otros países de Europa (p.ej., los países bálticos). En estos momentos, no prevemos que vaya a atacar a ninguno de los países de Europa oriental miembros de la OTAN. En cambio, esperamos un importante flujo de refugiados hacia los países miembros de la UE. Además, los riesgos en la región en su conjunto han aumentado con claridad. En respuesta a esos riesgos, la OTAN ha incrementado los efectivos militares en los países de la OTAN que se encuentran en primera línea. Estados Unidos ha enviado fuerzas adicionales a Europa. Desde hace algún tiempo, Putin ha buscado dividir a Europa y minar su determinación y su apoyo a la OTAN. Irónicamente, esta invasión parece haber servido como un acontecimiento con una trascendencia para Europa similar a la del 11‐S en Estados Unidos, al hacer las veces de catalizador de una mayor unidad y propiciar un mayor compromiso con la mejora de las capacidades de defensa del Viejo Continente.
La invasión ha conllevado que el impago de la deuda pública por parte de Ucrania pase a ser una posibilidad real. Mucho dependerá de cómo transcurran los acontecimientos (lo que incluye la duración del conflicto), de la magnitud de la destrucción provocada y de la naturaleza del Gobierno que, en última instancia, asuma el poder. A finales de enero de 2022, el equipo gestor del MFS Emerging Markets Debt contaba con una modesta sobreponderación en deuda ucraniana frente al índice de referencia.
En la actualidad, siguen valorando su exposición en vista de los recientes acontecimientos y ajustarán el posicionamiento de la cartera en consecuencia. La deuda rusa también se ha visto considerablemente afectada. Esto se debe casi exclusivamente a la amenaza de sanciones más severas. Rusia dispone de importantes reservas de divisas, superávits por cuenta corriente y unos reducidos niveles de endeudamiento. Además, cuenta con una elevada capacidad para atender el servicio de su deuda. El riesgo estriba en que Occidente continúe endureciendo sus sanciones y llegue al punto de prohibir a los inversores occidentales mantener deuda rusa. Este supuesto se había considerado poco probable, aunque la magnitud de la invasión rusa de Ucrania (que también se consideraba poco probable) podría desembocar en una respuesta de una contundencia similar. Por eso, el equipo gestor del MFS Emerging Markets Debt vigila con atención las sanciones. A finales de enero de 2022 ya contaban con una infraponderación en Rusia, una posición que mantenían desde hace algún tiempo.
Por último, carecían de exposición a Bielorrusia a finales de dicho periodo. Bielorrusia se ha convertido cada vez más en un Estado vasallo de Rusia. En efecto, el presidente Lukashenko ha pedido ayuda a Putin en el pasado para que le ayude a sofocar los disturbios internos y las protestas contra su régimen. Algunas entidades bielorrusas han sido objeto de sanciones en fechas recientes debido a que Bielorrusia ha permitido que las tropas rusas invadan Ucrania desde su territorio.
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Las gestoras siguen tomando decisiones difíciles sobre los fondos que se han quedado “atrapados” por su exposición a Rusia, en mitad de la guerra con Ucrania y ante las sanciones económicas impuestas por los principales países occidentales. En este contexto, BlackRock ha anunciado que “renuncia” a las comisiones de tres vehículos de inversión, un fondo y dos ETFs.
“Debido a las circunstancias excepcionales que afectan a algunos fondos y ETFs de BlackRock con una exposición significativa a Rusia y que actualmente están suspendidos para suscripciones y reembolsos, hemos tomado la decisión de renunciar a las comisiones de los fondos BGF Emerging Europe, iShares MSCI Russia ADR/GDR UCITS ETF USD (CSRU) y iShares MSCI Eastern Europe Capped UCITS ETF (IEER)”, ha indicado la gestora en su último comunicado.
En el caso del fondo BGF Emerging Europe, la gestora explica que el Consejo de Administración de BlackRock (Luxembourg) S.A. ha tomado la decisión excepcional de renunciar a sus comisiones de gestión y al cargo anual de servicio relacionado con el Fondo. Una decisión que, tal y como indica, se hace efectiva con fecha de 1 de marzo de 2022.
Con la intención de proteger a los inversores, el pasado 28 de febrero el Consejo ya decidió suspender la valoración, y, en consecuencia, las emisiones, los reembolsos y las conversiones, de todas las clases de acciones del fondo a partir del 1 de marzo de 2022. Aunque la gestora espera levantar esta suspensión “tan pronto como sea posible” hacerlo, reconoce que seguirá evaluando las medidas tomadas a la luz de la evolución de los acontecimientos.
Respecto a sus ETFsiShares MSCI Russia ADR/GDR UCITS ETF USD (CSRU) y iShares MSCI Eastern Europe Capped UCITS ETF (IEER) la firma ha resuelto “renunciar al coeficiente total de gastos que BAMIL tiene derecho a cobrar por el fondo”, con efecto a partir del 2 de marzo de 2022 y “hasta nuevo aviso”, según puntualiza. Además, matiza que “BlackRock se hará cargo de los gastos operativos corrientes del fondo mientras se renuncie al TER”. Al igual que con el primer fondo, la gestora tuvo que suspender la valoración de estos ETFs y la emisión, reembolso y canje de las acciones del vehículo, desde el pasado 2 de marzo de 2022.
La gestora matiza que todas estas medidas son temporales, pero reconoce que no sabe hasta cuando se prolongarán y se compromete a ser informando puntualmente a sus clientes.
El aumento de los tipos de interés representa un riesgo real para los activos y valores de larga duración que ofrecen más promesas que beneficios. Incluso los pequeños aumentos en la rentabilidad de los bonos del Tesoro de Estados Unidos a 10 años causan estragos en las proyecciones doradas del flujo de liquidez descontado de Wall Street.
O dicho de otra manera, un «pájaro en mano» se está volviendo más atractivo que un «ciento volando». Ahora es un buen momento para reducir la exposición a activos especulativos y buscar refugio en acciones de más calidad que se basen menos en la generosidad de los estímulos.
¿Otro ejemplo de que la historia se repite?
La combinación de negocios de alta calidad comprados a precios de value generalmente se ha traducido en menores caídas para las carteras de Scharf cuando el mercado se da la vuelta. Muchos inversores tardaron años en recuperar las pérdidas tras el estallido de la burbuja tecnológica en 2000-2002 y la crisis financiera mundial del 2008-2009. La cartera de Scharf volvió a equilibrarse en meses, o incluso años, más rápido que los índices Russell 1000 Value y S&P 500.
Dado el contexto actual y el cambio rotacional que se aleja del crecimiento, enumeramos cinco de nuestros nombres de alta convicción dentro de la cartera. Todos ofrecen perspectivas de crecimiento de beneficios de doble dígito en los próximos tres años y, en conjunto, se encuentran con valoraciones atractivas en comparación con el mercado, sus homólogos y los propios historiales comerciales.
Berkshire Hathaway
Con unos niveles máximos de asignación de liquidez por parte de Warren Buffett, Berkshire combina uno de los mejores números de suscripción de seguros con inversiones racionales en negocios no relacionados con seguros de alta calidad. La compañía del oráculo de Omaha es un holding diversificado, con gran solidez, y un refugio seguro con un perfil de riesgo similar al de los servicios públicos y el cuidado de la salud, que esperamos que aumenten los beneficios por acción y el valor contable entre un 8% y un 12 % anual.
También, la compañía está históricamente barata. Berkshire cotiza a una relación precio/valor contable mucho más barata que hace 20 o 30 años. Y, por primera vez, en una ilustre carrera en el mundo de los mercados, la inversión favorita de Buffett ha sido recientemente Berkshire. En lugar de hacer una gran compra durante la pandemia, el multimillonario inversor ha recomprado más de 50.000 millones de dólares en títulos de la empresa.
CVS Salud
Creemos que la transformación de CVS puede generar valor para todas las partes interesadas. La nueva CEO, Karen Lynch, está demostrando un claro éxito en la transición de la empresa de una farmacia/minorista estadounidense a una firma integrada en los servicios de atención de la salud en el país norteamericano, que ofrece beneficios médicos (Aetna) y de farmacia (Caremark), suscripciones y gestión de redes, entrega a farmacias y atención clínica.
La pandemia también ha reiterado las ventajas competitivas de CVS: una red de salud enorme e integrada, una gran escala de compras y una plataforma de consumo digital mejorada. Asimismo, tiene el viento de cola de las tendencias seculares. La compañía se apoya positivamente en una población más envejecida, una mayor innovación médica, el cierre de la brecha entre el seguro médico y el aumento de las prestaciones de atención integrada centrada en el valor.
McKesson
Las altas barreras para la entrada competitiva y el refuerzo de la importancia de las capacidades logísticas de McKesson por la pandemia respaldan la inversión. McKesson también se beneficiará del envejecimiento de la población, una mayor innovación médica, una mayor adherencia a los medicamentos y el cambio de la atención sanitaria fuera de los hospitales.
Aunque los beneficios han crecido un 8% anual en los últimos cuatro años, los litigios por opioides (como distribuidor que enviaban las píldoras) habían agriado el sentimiento de inversión. Sin embargo, el verano pasado, alrededor del 90% de los estados y territorios de Estados Unidos, firmaron un acuerdo preliminar de un litigio conjunto para establecer la responsabilidad de MCK en los 7.900 millones de dólares pagados durante 18 años, o el 10% del flujo de caja libre anual. La acción ha subido más de un 30% desde el anuncio y aún cotiza a un flujo de caja libre de 11 veces, o un rendimiento del 9% frente al 3% del S&P 500.
Microsoft
Líder en tecnología de la nube comercial y cogiendo parte de la tarta de Amazon, Commercial Cloud de Microsoft es un negocio de 71.000 millones de dólares que crece más del 30% anualmente. Esta división consta de Office 365, Dynamics 365, LinkedIn Commercial y Azure. Todos están registrando un fuerte crecimiento y márgenes, pero Azure es la joya de la corona (sobre los 32.000 millones de dólares del negocio creciendo cerca de un 50% anual).
Igualmente, hay una pista que anticiparía un crecimiento largo y visible. La penetración de la nube aún se encuentra en las «primeras fases». Goldman Sachs estima que la nube representa solo en torno a 25 bps del PIB global actualmente, en comparación con los cerca de 170 bps para el gasto de tecnología empresarial a nivel mundial. Esto sugiere que Cloud tiene al menos una posibilidad de crecimiento de 7 veces más. Además, si bien Cloud/Azure son los principales impulsores, es importante tener en cuenta que MSFT tiene negocios en crecimiento como el Gaming, Surface y Search (e incluso Windows recientemente).
Advanced Autoparts (AAP)
Este valor se caracteriza por una baja sensibilidad económica. Los consumidores a menudo retrasan las compras de automóviles nuevos en condiciones económicas adversas, lo que hace que AAP sea menos cíclica que la economía en general; las intenciones de compra de coches se encuentran actualmente en mínimos de varias décadas.
De la misma manera, tiene tendencias seculares favorables. El mercado de repuestos para vehículos se beneficia de una flota de coches envejecida en la carretera. La edad media de los vehículos estadounidenses es de alrededor de 12 años, y esta tendencia se ha acelerado durante la pandemia.
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Estados Unidos se une a Nigeria, Filipinas, Turquía, Perú, Argentina, Suecia y China en la aventura de las divisas digitales. Se trata de un primer paso, ya que, por ahora, Joe Biden, presidente de EE.UU., ha pedido solo “evaluar los posibles beneficios y riesgos” de un posible “dólar digital”, así como “las infraestructuras tecnológicas” que serían necesarias para su emisión.
En principio, Biden simplemente quiere valorar y tener más detalles sobre cuál sería el impacto de un dólar digital en el sistema financiero, cómo sería la operativa de su uso en pago y si todo el mundo podría tener acceso a él. «La orden ejecutiva firmada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tiene por objeto garantizar el desarrollo responsable de los activos digitales, como las criptomonedas, abordando sus riesgos y aprovechando al mismo tiempo sus beneficios. La atención e interés oficial de la Casa Blanca en estos activos supone una noticia muy relevante para la industria”, explica Alejandro Zala, Country Manager de Bitpanda España.
El mercado ha celebrado esta iniciativa con subidas en las principales criptomonedas, como el bitcoin, tras haber perdido parte de su atractivo desde el inicio del conflicto bélico que Rusia está llevando a cabo en Ucrania. Según indican desde Bloomberg, “el bitcoin subió con la noticia, ya que el enfoque holístico y deliberativo de la administración calmó los temores del mercado sobre una inmediata represión de las criptodivisas”. En concreto, tras el anuncio el pasado miércoles 9 de marzo, el bitcoin subió un 9,1% hasta los 42.280 dólares, lo que supone su mayor subida porcentual desde el 28 de febrero.
En opinión de Zala, el mundo de los activos digitales ha experimentado un enorme crecimiento en los últimos años, tanto en términos de adopción masiva como de aparición de nuevos actores. “La actividad regulatoria y la atención de los principales actores geopolíticos, como el presidente de los Estados Unidos, son buenas noticias esenciales para la adopción, la confianza y la protección de los inversores”, añade.
A corto plazo, otro de los pasos más esperados es el de la Unión Europea, que también ha puesto en marcha un proyecto de euro digital respaldado por el propio Banco Central Europeo (BCE) para mediados de 2023.
Hay que recordar que estas iniciativas se basan en desarrollar monedas digitales emitidas por bancos centrales, conocidas como CBDC, por sus siglas en inglés. Según los expertos de BBVA, las CBDC constituyen una alternativa al dinero en efectivo que también es entre pares (peer-to-peer), pero abre la posibilidad de introducir cambios en las otras tres características:
Pueden ser de acceso universal o restringido a un grupo particular de usuarios. Asimismo, las DLT pueden ser abiertas o cerradas (por ejemplo, limitadas a bancos o instituciones financieras)
Pueden ser anónimas (como el efectivo) o identificadas (como las cuentas corrientes). Las primeras responden a la idea de las CBDC basadas en tokens, y la segunda a las CBDC basadas en cuentas
Pueden pagar intereses o no. La desvinculación del efectivo del papel-moneda abre la posibilidad de incluir como característica los intereses, tanto en la variante basada en cuentas como en la basada en tokens
El camino de las Stablecoins
Estos trayectos conviven en paralelo con el desarrollo de las stablecoins, una criptomonedas cuyo valor permanece estable porque cuentan con un backup de respaldo, cuyo mercado tienen una perspectivas muy positiva de crecimiento, según el último informe de Bank of America. De hecho, alcanza ya un valor de mercado de unos 141.000 millones de dólares, frente a los 24.000 millones de dólares de hace un año, el volumen de transacciones trimestrales superará los 1.000 millones de dólares en 2021. “Su regulación y un marco normativo completo serán los próximos catalizadores de la adopción masiva de los activos digitales. Las empresas de pagos probablemente integrarán la tecnología blockchain y las stablecoins en sus plataformas para que las compras y las transferencias de dinero sean más rápidas y menos costosas, lo que probablemente aumentará el uso de las stablecoins como medio de pago e impulsará la adopción por parte de los minoristas”, explican desde Bank of America.
Una de las advertencias que hacen los expertos de la entidad es que el potencial de crecimiento de las stablecoins crea un riesgo sistémico, ya que los activos digitales y los mercados financieros tradicionales están más conectados de lo que muchos de lo que muchos creen. Según indican, “si el bitcoin, el mayor token por valor de mercado, cayera a 0 dólares, probablemente el impacto en los mercados financieros tradicionales sería limitado o nulo. Sin embargo, las stablecoins son diferentes, debido a las reservas que las respaldan en forma de efectivo y activos tradicionales, por lo que las implicaciones de una huida de los inversores de estos activos se extenderían probablemente a los mercados financieros tradicionales”.
Norman Villamin, CIO de Wealth Management de UBP, ha elaborado un informe comparativo analizando las similitudes entre las crisis actuales entre Rusia y Ucrania y la cuarta guerra árabe-israelí, en el último el último Spotlight de UBP titulado Ghosts of the 1970s. Su principal conclusión es que las sanciones a Rusia tienen el potencial de crear un shock de oferta de productos básicos de mayor alcance que el observado en 1973, por lo que los inversores «no deberían subestimar la importancia de las respuestas políticas al embargo energético de 1973 como factores que contribuyeron al estancamiento económico y a la profundidad de la recesión que siguió».
Según contextualiza el experto, en 1973, la reavivación de un conflicto latente pero pausado dio el pistoletazo de salida de la cuarta guerra Árabe-Israelí. Un conflicto bélico librado por la coalición de países árabes liderados por Egipto y Siria contra Israel que culminó en un choque energético global y dio inicio a la era de la estanflación de la década de 1970. «En paralelo, la batalla de casi una década entre Rusia y Ucrania (desde la invasión de Crimea en 2014) ha estallado una vez más. En esta ocasión el territorio disputado son las Repúblicas de Donetsk y Lugansk que tras el conflicto de 2014 recibieron un estatus con mayor independencia política y en donde la mayoría de habitantes son pro-Rusia. La nueva situación con la invasión rusa ha provocado una crisis humanitaria y ha aumentado los riesgos de estanflación para la economía global», apunta.
En su opinión, un aspecto relevante es que la coordinación de Occidente a la hora de dar una respuesta unida al ataque ruso ha supuesto el anuncio de numerosas sanciones, entre ellas la limitación al acceso del consorcio SWIFT por parte de algunos bancos rusos. Junto a estas medidas otras que cada día se van anunciando, lo que está aislando a la economía rusa de las relaciones comerciales con Europa y Estados Unidos, dejando a Rusia potencialmente alineada a futuro con Corea del Norte, Venezuela e Irán.
«Si bien Venezuela e Irán son, al igual que Rusia, los principales productores de energía, palidecen en comparación con los más de 6-7 millones de bpd de las exportaciones rusas de petróleo y gas. Además, dado que Rusia domina el comercio mundial de los principales cereales y metales industriales, las sanciones a Rusia tienen el potencial de crear un shock de oferta de productos básicos de mayor alcance que el observado en 1973. De mantenerse el conflicto sin una respuesta diplomática próxima, los políticos occidentales tras aplicar las sanciones deberán prepararse para elegir: seguir políticas monetarias similares a las de la década de 1970 que provocaron profundas recesiones a lo largo de la década; o adaptarse a la inflación para preservar el crecimiento», explica Villamin.
En cambio, para el CIO de Wealth Management de UBP, resulta alentador que, en 2021-22, la escasez invernal de gas en Europa haya servido de banco de pruebas para la respuesta fiscal de la UE a los elevados precios de la energía, lo que «pone de manifiesto el apetito fiscal por amortiguar al menos el impacto de los costes adicionales a los que se enfrentan los consumidores europeos». Según indica en su último análisis, en EE.UU., en las últimas semanas, se ha introducido una legislación para suspender el impuesto federal sobre la gasolina (que actualmente representa aproximadamente el 5% del precio medio de la gasolina en EE.UU.), lo que indica una voluntad fiscal similar para amortiguar, al menos parcialmente, el impacto sobre el consumo y la actividad de cara al futuro, especialmente con las elecciones de mitad de mandato de 2022 que se celebrarán en noviembre.
«Esto es coherente con el giro de la política fiscal, que pasó de ser estricta a principios de la década de 1970 (con la contracción del gasto público estadounidense no relacionado con la defensa entre 1971 y 1973) a ser relajada en 1974 (con un crecimiento del gasto público no relacionado con la defensa de hasta un 3% interanual en 1974), para tratar de proporcionar apoyo a medida que la confianza de los consumidores y de las empresas estaba bajo presión. Desgraciadamente, justo cuando la política fiscal se relajaba en 1974, la política de la Reserva Federal se endurecía drásticamente en respuesta a la creciente presión inflacionista. De hecho, con un ciclo de endurecimiento de la Reserva Federal que ya estaba en marcha antes del embargo de la OPEP, el endurecimiento de la política de la Reserva Federal se aceleró en respuesta, y el tipo de interés de los fondos de la Reserva Federal de EE.UU. experimentó una espectacular subida de 560 puntos básicos a mediados de 1974, hasta el 14%, a medida que el impacto inflacionista del embargo se afianzaba», afirma Villamin.
Frente a este escenario, añade: «Si bien los fantasmas de la década de 1970 ensombrecen los mercados, un enfoque en la gestión proactiva del riesgo puede complementar flujos de ganancias de alta calidad tanto en crédito como en acciones para ayudar a los inversores a capear picos de volatilidad más frecuentes y prolongados que los vistos en la última década».
La tecnología desempeña un papel clave en la transición hacia un mundo más sostenible. Richard Clode, cogestor de los fondos Horizon Sustainable Future Technologies Fund y Horizon Global Technology Leaders Fund, analiza estas temáticas y oportunidades de inversión en una reciente entrevista.
¿Cómo está ayudando la tecnología a lograr un mundo más sostenible? ¿Qué áreas en concreto del sector tecnológico son las que más contribuyen a ello?
Consideramos en gran medida que la tecnología es la ciencia de resolver problemas y que, por tanto, contribuye de forma clara a un mundo más sostenible. Creemos que existe una sinergia natural para que la tecnología proporcione soluciones a esos grandes desafíos medioambientales y sociales y, en consecuencia, esto permite acceder a algunos de los mercados de mayor crecimiento. El sector tecnológico va por la buena senda al ofrecer la innovación, el tipo de avances exponenciales que solo puede ofrecer la tecnología. Nadie pensó que los vehículos eléctricos fueran a despegar en un sentido amplio y, una vez más, la tecnología ha hecho posible que los vehículos eléctricos sean una alternativa creíble a los coches de motor de combustión interna, y ahora vemos finalmente ese punto de inflexión.
Observamos el entorno de inversión ycreemos que esas oportunidades, esas áreas de crecimiento de la tecnología, tienen mucho más alcance que el de la mayoría de la inversión sostenible actual. Porque no se trata solo de energías renovables ni de vehículos eléctricos. Pensamos en una revolución del transporte sostenible mucho más amplia. Así, pensamos en los servicios de movilidad, en la conducción autónoma, porque no se trata solo de la contaminación y las emisiones de carbono, sino también de reducir el número de accidentes y muertes en la carretera.
La tecnología también está permitiendo mejorar la eficiencia y la productividad. Debemos reducir el uso de los recursos naturales escasos y requerimos infraestructuras con bajas emisiones de carbono, para lo que también necesitamos ciudades inteligentes. Así que creemos que hay muchas tecnologías que aportan soluciones a esos desafíos medioambientales y también, de forma más específica, a los problemas sociales.
Hay muchos ejemplos que confirman el papel de la tecnología al ofrecer soluciones a los problemas medioambientales, pero cuando se trata de los problemas sociales, puede que su papel no se reconozca. ¿Qué puede decirnos al respecto?
El poder de «hacer el bien» que tiene la tecnología se pasa en cierto modo por alto desde el punto de vista social. El acceso a una sanidad de calidad, la inclusión financiera, la digitalización democrática (hacer la tecnología accesible para más personas), la salud tecnológica y la seguridad de los datos son temas muy interesantes. Cuando hablamos de tecnología, a menudo se pone casi todo el foco en los valores de megacapitalización y parece que no nos damos cuenta del bien que hacen muchas compañías tecnológicas en todo el mundo, tanto en los mercados desarrollados como emergentes. Pensemos en la inclusión financiera, que solía depender prácticamente de la apertura de sucursales bancarias físicas en ciudades secundarias, luego pueblos y después en algunas zonas rurales, lo que puede llevar 50 o 100 años. Ahora puede hacerse pasando una tarjeta o descargando una aplicación. Las personas que carecían de historial de crédito nunca podían acceder a crédito para empezar un negocio u obtener un préstamo inicial o cierto capital de riesgo para emprender o invertir, avances que hemos visto en China, India y Latinoamérica.
La masa crítica y la aceleración de la adopción actual de algunas plataformas tecnológicas de todo el mundo, muchas veces en lugares que no cuentan con sistemas sanitarios o educativos consolidados, han supuesto que muchas más personas puedan acceder a una educación y salud de calidad gracias a Internet, la nube y la inteligencia artificial (IA). La pandemia ha cambiado para siempre la forma en que trabajamos y aprendemos, haciendo posibles el aprendizaje por Internet, la enseñanza en casa y la telemedicina. Hemos asistido a una enorme aceleración de estas tendencias por la pandemia y, de inmediato, la brecha digital no ha hecho sino agravar la creciente desigualdad que hemos visto a nivel global. A más largo plazo, creemos que la masa crítica que proporcionaron los confinamientos a estas plataformas tecnológicas más incipientes y el respaldo generalizado de los gobiernos para sostener las economías ayudarán finalmente a reducir la pobreza y la desigualdad.
Aunque la tecnología está haciendo muchas cosas buenas, también tenemos los efectos menos deseables relacionados con la privacidad personal, la seguridad y gestión de los datos. ¿Qué piensa al respecto y qué papel puede desempeñar la implicación de los inversores?
Naciones Unidas ha actualizado su interpretación de los derechos humanos para incluir el mundo digital. Lo que para nosotros es muy positivo es la madurez del sector tecnológico por lo que respecta a la responsabilidad, como hemos visto en su interacción con los reguladores y los gobiernos. Ante lo sucedido en los últimos diez años, especialmente el escrutinio de los últimos cinco años, las empresas tecnológicas no se limitan a alterar un sector y luego se preocupan por las consecuencias y las implicaciones de llegar a miles de millones de usuarios. Puede que las infraestructuras o las políticas de seguridad y privacidad de los datos no fueran totalmente adecuadas o no habían pensado más a fondo en todos los posibles resultados o consecuencias indirectas de la nueva tecnología, producto o servicio. Pienso que ahora hay mucha más concienciación y ganas para pensar en esas consecuencias de antemano porque, si no, la empresa puede ser tener que rendir cuentas rápidamente ante el Congreso de EE. UU. o la Comisión Europea.
Hemos visto un compromiso mucho más proactivo por parte de las empresas con los gobiernos, los reguladores, las autoridades locales y las ciudades, lo que demuestra que ahora las empresas tecnológicas trabajan en colaboración con dichas instituciones para encontrar soluciones. Un ejemplo de ello es la autorización para que los vehículos autónomos y de conducción autónoma circulen por las carreteras estadounidenses, aunque algunos estados son más proactivos que otros. Cabe esperar que estas colaboraciones den lugar a un marco más estricto de normas y reglamentos que también «proteja a las empresas tecnológicas de sí mismas», al estar en buenos términos con las autoridades. Pensamos que gran parte de la reciente normativa del sector de Internet chino en realidad es muy positiva y recoge mucho de lo aprendido en todo el mundo, especialmente en la Unión Europea con el Reglamento general de protección de datos (RGPD).
La inflación centra la atención de todos, ya se trate de los bancos centrales como de los consumidores y los inversores. Suele decirse que la tecnología es un factor de deflación. ¿Qué ejemplos ve de esto y qué implica para usted desde la perspectiva de la inversión?
Es bien sabido que ley de Moore ha proporcionado los elementos básicos para una tecnología mejor, más rápida y barata. Se refiere a la capacidad de aumentar cada año el número de transistores que caben en un microchip por centímetro cuadrado. Pero se ha ralentizado. Por otro lado, hay muchas otras mejoras, por ejemplo, de arquitectura, embalaje o software, que pueden seguir manteniendo una versión de la ley de Moore.
Esto significa que la tecnologíaesuno de los pocos sectores en los que los precios caen de verdad. En todo el mundo vemos actualmente una escasez de mano de obra junto con un aumento de la inflación de los costes. Las empresas tecnológicas están recopilando datos del mundo real y analizándolos para aumentar la eficiencia y la productividad, reducir el despilfarro y la necesidad de transporte, entre otras cosas. Estas mejoras se presentan de múltiples maneras: software, automatización industrial, ciudades inteligentes, fábricas más inteligentes o seguimiento de activos.
Hay muchas tecnologías que pueden utilizarse para hacer del mundo un lugar más eficiente y productivo. Un ejemplo sería la adopción de la identificación por radiofrecuencia (RFID), una tecnología de seguimiento de activos. Consiste en una etiqueta y una antena diminutas que pueden, por ejemplo, coserse a una prenda de vestir. Y el lector puede colocarse en un almacén y conectarse con todas las etiquetas RFID de cada artículo dentro de ese almacén, en el área de carga de un camión o en una cinta transportadora en un almacén de Amazon. La información que incorpora esa etiqueta indica qué es, de dónde procede o se ha originado y a dónde va. La pandemia y sus confinamientos han hecho que los comercios se den cuenta de que necesitan vender en Internet para sobrevivir y que la visibilidad de los inventarios es imprescindible. Esto produjo un enorme punto de inflexión en la adopción de la RFID en el sector del comercio minorista, lo que es positivo desde el punto de vista de la sostenibilidad, ya que frena el exceso de inventario, reduce el desperdicio de existencias y el transporte innecesario. Además, esta tecnología evoluciona ahora para hacer posible el autoservicio, reduciendo la mano de obra en las cajas, las devoluciones automáticas y la prevención de pérdidas. También permitirá la trazabilidad y, a la larga, el fin de la vida útil y el reciclaje, lo que contribuye a la economía circular. Aparte del comercio minorista, también estamos observando un punto de inflexión en el ámbito de la logística, pues tanto FedEx como UPS han adoptado la tecnología RFID.
Otra idea es que el tecnología es un sector muy centrado en EE. UU. ¿Hasta qué punto es global la oportunidad tecnológica?
Hay áreas específicas de la tecnología que se han desarrollado más allá de Silicon Valley, como la ingeniería de precisión, los vehículos eléctricos, las industrias renovables, por las que Alemania es conocida, pero también otros lugares de Europa y Reino Unido. Ahora hay más emprendedores que se van de EE. UU. y vuelven a sus países para montar sus empresas. Esto podría deberse en parte a una reacción a algunas de las políticas de inmigración en EE. UU. menos acogedoras para los emprendedores extranjeros.
Además, también ha habido una gran evolución del capital riesgo al capital inversor, lo que implica que Silicon Valley no es el único destino para conseguir financiación. Ahora esta se puede obtener en China o Latinoamérica. Por tanto, actualmente hay muchas más oportunidades en todo el mundo.
¿Cuál es un factor importante que los inversores deben tener en cuenta al invertir en el sector tecnológico?
La percepción de los clientes de lo que es una empresa tecnológica resulta clave. Cuando pensamos en tecnología no nos basamos en las clasificaciones GICS (Global Industry Classification Standard) ni de MSCI (proveedor de índices). Por ejemplo, hay una empresa que es un actor clave en la conexión de los mundos físico y digital. Ha desarrollado una tecnología geoespacial que cartografía y rastrea digitalmente todo, desde los bosques hasta los arrecifes de coral, pasando por la agricultura y la construcción. Algunos inversores la considerarían una empresa industrial, pero nosotros la consideramos una empresa tecnológica. Entre otras cosas, proporciona una cartografía de alta resolución de los arrecifes de coral que permite proteger la biodiversidad en ellos, pero también proteger los medios de vida de la población local, así como mejorar la eficacia de las cosechas y la eficiencia del agua en la agricultura.
Vamos más allá de la definición convencional de una empresa tecnológica: ¿tiene la empresa una tecnología propia con gran potencial de ser monetizada? También pueden encontrarse negocios tecnológicos dentro de otras empresas no tecnológicos. Hay una compañía de telecomunicaciones que posee una de las mayores plataformas tecnológicas de salud de Canadá. Pero quizá más concretamente, también tiene una de las mayores plataformas de agrotecnología con el objetivo de lograr mejores resultados alimentarios mediante la digitalización de la agricultura y la mejora de las cosechas, la eficiencia y la trazabilidad. Es otra oportunidad que puede encontrarse fuera de las definiciones tradicionales de tecnología, lo que refuerza aún más nuestra convicción de que hay muchos ámbitos de la tecnología que ofrecen grandes oportunidades de crecimiento con algunas franquicias realmente interesantes.
Notas:
Megacapitalización: suele referirse a empresas con una capitalización bursátil de más de 200.000 millones de dólares. La capitalización bursátil es el valor total de mercado de las acciones emitidas de una empresa y se utiliza para determinar su tamaño.
Ley de Moore: acuñada en 1965 por el cofundador de Intel, Gordon E. Moore, se refiere a la capacidad de duplicar aproximadamente el número de transistores que pueden caber en un chip (también denominado circuito integrado), lo que permite que la tecnología sea más pequeña, más rápida y barata con el tiempo.
Solo para uso fuera de US o con profesionales de US dando servicio a personas no US
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No disponible para distribución propia
Los sectores tecnológicos pueden verse muy afectados por la obsolescencia de la tecnología existente, los ciclos de producto cortos, la caída de los precios y beneficios, la competencia con nuevos participantes del mercado y las condiciones económicas en general. Una inversión concentrada en un único sector podría ser más volátil que la rentabilidad de inversiones menos concentradas y del conjunto del mercado.
Los valores extranjeros están sujetos a riesgos adicionales, como las fluctuaciones monetarias, la incertidumbre política y económica, el aumento de la volatilidad, la menor liquidez y las diferentes normas financieras y de información, que son mayores en los mercados emergentes.
Los valores de menor capitalización pueden ser menos estables y más vulnerables a los acontecimientos adversos, además de poder ser más volátiles y menos líquidos que los valores de mayor capitalización.
Los sectores financieros pueden verse muy afectados por una amplia regulación gubernamental, pueden estar sujetos a cambios relativamente rápidos debido a las distinciones cada vez más imprecisas entre los segmentos de servicios, así como por la disponibilidad y el coste de los fondos de capital, los cambios en los tipos de interés, la tasa de impago de la deuda de las empresas y los consumidores, y la competencia de precios.
De acuerdo con el Reglamento sobre la divulgación de información relativa a la sostenibilidad en el sector de los servicios financieros, el Fondo se clasifica con arreglo al artículo 9 y tiene como objetivo la sostenibilidad.
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La seguridad en un contexto de inversión puede significar muchas cosas, como la prevención de accidentes en el trabajo o en la carretera, la higiene y la prevención de infecciones, o incluso la lucha contra el fraude y el crimen organizado.
Según explican Anne Tolmunen y Caroline Moleux, gestoras de renta variable en AXA Investment Managers, la necesidad de contar con ciertos niveles de seguridad crea un mercado rico en oportunidades potenciales, especialmente para las empresas cuyo objetivo principal es la seguridad, y que pretenden abordar una cuestión social fundamental. La estrategia AXA WF Framlington Social Progress tiene un doble objetivo similar, el de tratar de abordar cuestiones sociales importantes y, al mismo tiempo, tratar de beneficiarse de un mercado potencialmente en auge.
Seguridad física: los fundamentos
La movilidad de bienes y personas se ha convertido en una parte importante de la sociedad industrializada, y es una necesidad que debe satisfacerse con total seguridad. Por ello, en AXA IM invierten en fabricantes de equipos de automoció que desarrollan soluciones inteligentes y conectadas para mejorar la seguridad vial, ya que en AXA IM creen que el despliegue de vehículos cada vez más autónomos en el futuro, que utilizan este tipo de soluciones, podría ofrecer perspectivas de crecimiento.
Por otro lado, Johnson Controls International es una empresa especializada en las necesidades de seguridad de los edificios residenciales y comerciales. El grupo desarrolla y comercializa sistemas de control de calefacción y ventilación, así como sistemas de seguridad y protección contra incendios. Por ejemplo, ofrece sistemas que pueden filtrar y desinfectar el aire y son capaces de capturar hasta el 99,97% de los patógenos transmitidos por el aire.
En su estrategia cuentan con MSA Safety, cuya misión es que «los hombres y las mujeres puedan trabajar con seguridad», y vende equipos de protección para los trabajadores que se enfrentan a peligros mientras realizan su trabajo, como los bomberos. La empresa es líder del mercado en el suministro de equipos de respiración autónoma, cascos, equipos de protección contra caídas y sistemas de detección de gases. Además, MSA Safety gestiona una plataforma para establecer conexiones entre los trabajadores y sus lugares de trabajo, proporcionando datos que pueden ayudar a crear entornos laborales más seguros y eficientes.
Otro ejemplo es Everbridge, un editor de software que se creó a raíz de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, y que trabaja para garantizar la seguridad de las personas en situaciones de crisis. Everbridge ofrece aplicaciones que automatizan el envío de información crítica para ayudar a mantener la seguridad de las personas durante incidentes graves, además de colaborar con las empresas en el desarrollo de un plan de continuidad del negocio. En 2012, el sistema de Everbridge envió más de 10 millones de mensajes a los residentes de la costa este de Estados Unidos durante el huracán Sandy y también se activó durante los atentados del maratón de Boston en abril de 2013. Asimismo, se utilizó durante la pandemia de coronavirus para difundir información y alertas.
Seguridad alimentaria y salud: más vale prevenir que curar
El COVID-19 ha aumentado la concienciación pública sobre la prevención de enfermedades tanto en las economías desarrolladas como en las emergentes, una preocupación que no va a desaparecer.
En el ámbito de la salud, Sartorius es un actor clave en el apoyo al esfuerzo mundial para encontrar curas y vacunas para las enfermedades infecciosas. Desarrolla y distribuye equipos para la industria farmacéutica, y sus productos se utilizan desde la fase más temprana del desarrollo de una molécula hasta la fabricación de medicamentos. Proporciona algunas de las herramientas necesarias para la investigación, tanto para el sector farmacéutico y biofarmacéutico como para las universidades.
Ciberseguridad: defensa contra la ciberdelincuencia y los ataques de ransomware
Ya sea el robo de identidad o la piratería informática, el coste de la ciberseguridad sigue creciendo año tras año, superando el 1 billón de dólares en 2019, un 50% más que en 2018. De hecho, la gravedad y la frecuencia de los ciberataques a las empresas parece haber aumentado constantemente a medida que las técnicas evolucionan y las nuevas tecnologías amplían la gama de amenazas – también conforme el trabajo remoto se generaliza. Además de los considerables daños financieros, las empresas corren el riesgo de ver dañada su reputación y socavada la confianza de sus clientes. La ciberseguridad es, por tanto, un asunto de primer orden.
Muchas oportunidades satisfacen una importante necesidad social
En todas sus formas, la seguridad es un asunto de todos, en beneficio de todos. Por eso en AXA IM creen que la seguridad sigue siendo una cuestión social y empresarial a escala mundial que constituye un conjunto de oportunidades potenciales para los inversores que buscan rendimiento e impacto.
Información importante:
Las empresas se nombran únicamente a título ilustrativo y no constituyen un consejo de inversión ni una recomendación de AXA IM.
El acceso a los servicios financieros básicos -como una cuenta corriente, un crédito, un seguro o un producto de ahorro- es una cuestión global clave para el desarrollo económico y social. La inclusión financiera es una base esencial para formar parte de una comunidad. Sin embargo, según los datos del Banco Mundial, en 2018 se estimó que todavía había unos 1.700 millones de adultos en todo el mundo sin una cuenta bancaria básica. Afortunadamente, la oferta de servicios financieros y bancarios básicos en los países en desarrollo está aumentando, según explica Anne Tolmunen, gestora de la estrategia AXA WF Framlington Social Progress, bien a través de la microfinanciación o del acceso a la banca digital a través de un teléfono móvil.
La exclusión financiera también afecta a los habitantes de los países desarrollados, a menudo aquellas personas que tienen empleos precarios y de bajos ingresos. En la opinión de AXA IM, la inclusión financiera representa una gran necesidad y un catalizador evidente para el progreso social, pero también tiene un potencial atractivo para los inversores que buscan rendimientos a la vez que pretenden incorporar una dimensión de impacto en sus carteras.
La tecnología como facilitadora de la inclusión digital
La inclusión digital significa poner la tecnología al alcance de todos, así como enseñar habilidades digitales, permitiendo a la gente utilizar estas herramientas para mejorar su integración social y económica. La tecnología digital ha sido transformadora, especialmente en las últimas décadas, y las nuevas innovaciones han cambiado significativamente nuestras vidas. En los países en desarrollo, el crecimiento de los servicios digitales está permitiendo que nuevos actores innoven y ofrezcan soluciones de bajo coste, ayudando a ampliar el acceso a las poblaciones desatendidas.
Por ejemplo, PagSeguro Digital es una empresa brasileña que ofrece servicios de pago digital a microempresarios. Lanzado inicialmente como una plataforma de pago en línea, el grupo ha crecido para ofrecer nuevos servicios, como PagBank, un banco digital que opera a través de una aplicación para teléfonos inteligentes, dirigido a personas con poco acceso a los servicios bancarios.
Mejora social y mayor inclusión
El acceso a los servicios bancarios representa el progreso y es una palanca para la mejora social que también permite a los individuos formar parte de una comunidad más sostenible. Mientras tanto, la tecnología facilita y mejora el acceso a los servicios bancarios tanto en los países desarrollados como en los emergentes, fomentando una mayor inclusión. Por eso, en AXA IM perciben un potencial continuo de oportunidades de inversión tanto en los proveedores de servicios financieros como en las empresas tecnológicas que les permiten llegar a los clientes de estos mercados desatendidos.
Información importante:
Las empresas se nombran únicamente a título ilustrativo y no constituyen un asesoramiento de inversión ni una recomendación de AXA IM.
Justo cuando la crisis de la COVID-19 estaba empezando a remitir, estalla el conflicto en Ucrania. El interrogante al que se enfrentan ahora los inversores es hasta qué punto la invasión rusa perjudicará la recuperación económica mundial. Las próximas semanas aclararán un poco esta incógnita.
Aun así, y siempre y cuando la invasión rusa no desemboque en un conflicto prolongado, lo más probable es que las consecuencias para los mercados mundiales sean manejables. Ni la crisis ucraniana ni la subida de los precios del petróleo son suficientes para hacer descarrilar lo que continúa siendo un crecimiento global sólido.
Ambos países tan solo representan una pequeña proporción del PIB mundial y, aparte de las exportaciones rusas de energía a Europa junto con algunas otras materias primas, desempeñan un papel bastante modesto en el comercio global. Algunas industrias mundiales se verán potencialmente afectadas –aparte de las materias primas: los fabricantes de automóviles, los productores de alimentos, la siderurgia y la fabricación de chips–, aunque son los efectos secundarios sobre la inflación europea y la confianza de los consumidores los que se deben vigilar.
El conflicto podría ser lo suficientemente preocupante como para dejar en suspenso algunas de las medidas más restrictivas de los principales bancos centrales del mundo, sobre todo de la Reserva Federal de EE.UU. Así pues, aunque la tendencia sigue inclinándose claramente hacia el endurecimiento de la política monetaria, podría producirse a un ritmo más lento de lo que los mercados habían descontado últimamente.
Teniendo presente todo esto, a muy corto plazo, es lógico que los inversores muestren cierta cautela. Por eso hemos incorporado algunas medidas de mitigación del riesgo a nuestro posicionamiento en renta variable. Pero, en general, nuestras principales asignaciones de activos –sobreponderación en renta variable, infraponderación en renta fija– se mantienen sin cambios.
Nuestros indicadores del ciclo económico apuntan a una perspectiva positiva para la economía mundial durante el año próximo, con la previsión de que todas las economías principales crezcan entre un 3% y un 5%. Las ventas minoristas mundiales podrían haber tocado techo, aunque se mantienen por encima de la tendencia. La producción industrial y las exportaciones se están acelerando. Además, los servicios afectados por la COVID-19 están a punto de experimentar un auge –sobre todo los viajes y los eventos multitudinarios.
La economía estadounidense, que es la que menos puede verse afectada por Ucrania, muestra una fuerte demanda de consumo subyacente y un sector de la vivienda resistente. Europa es vulnerable por su dependencia del gas ruso, pero la tendencia general es de recuperación y es probable que la política monetaria siga siendo favorable. Además, China está empezando a recuperarse.
Por otra parte, incluso con la última subida de los precios del petróleo, la inflación debería alcanzar su punto máximo hacia finales del primer trimestre o principios del segundo en todas las regiones principales.
Nuestros indicadores de liquidez ofrecen señales dispares. Frente a la enorme reserva de liquidez global que se ha acumulado durante la pandemia de coronavirus, los bancos centrales están empezando no solo a cerrar los grifos, sino a drenar parte del exceso –esperamos que la contracción neta de liquidez de los bancos centrales este año alcance el 3% del PIB mundial. La Fed está preparada para llevar a cabo un endurecimiento cuádruple –fin de la relajación cuantitativa, inicio del endurecimiento cuantitativo y subida de tipos incluso cuando la inflación toque techo y comience a ralentizarse. Sin embargo, esto se ve contrarrestado por el aumento de la provisión de crédito por parte de los bancos del sector privado. Además, los bancos centrales podrían considerar prudente rebajar el tono excesivamente duro de los mercados, sobre todo en vista de los acontecimientos mundiales.
Nuestros indicadores de valoración a corto plazo muestran que tanto la renta variable como la renta fija cotizan cerca de su valor razonable, y solo las materias primas parecen caras entre las clases de activos principales. Por primera vez en mucho tiempo, los mercados de renta variable no presentan datos de valoraciones relativas extremas ni en las regiones ni en los sectores. EE.UU. sigue siendo el mercado bursátil más caro, aunque moderadamente. El movimiento al alza de los tipos reales ha sido la causa de que últimamente la rentabilidad de los títulos de valor haya sido mayor que la de los de crecimiento –los beneficios futuros valen menos actualmente porque los tipos empiezan a subir–, pero esa situación podría haber llegado a su fin. Además, aunque puede haber una mayor presión bajista sobre los ratios precio/beneficio (PER), un descenso del 20% en los PER a 12 meses desde septiembre de 2020 indica que el margen para una mayor contracción de los múltiplos de beneficios de las acciones durante el resto de este año es limitado –así, por ejemplo, nuestro modelo sugiere que los ratios PER se estabilizarán durante el año que viene (véase la fig. 2).
Nuestros indicadores técnicos muestran que la renta variable está sobrevendida –especialmente tras las caídas provocadas por la crisis en Ucrania. Pero no se aprecian señales reales de pánico en el mercado. La confianza en la renta variable estadounidense es particularmente pesimista, una tendencia a la baja que ha sido confirmada por la última encuesta a gestores de fondos realizada por el Bank of America. Para nosotros, esto indica que el margen para una nueva caída brusca de los títulos estadounidenses es limitado.
Columna de Luca Paolini, estratega jefe de Pictet Asset Management.
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Para los inversores estadounidenses, la venta de acciones en los Estados Unidos o a Personas de los Estados Unidos solo se puede realizar mediante colocaciones privadas a inversores acreditados según las exenciones de registro en la SEC en virtud de las exenciones a colocaciones privadas de la Sección 4(2) y el Reglamento D conforme a la Ley de 1933 y a clientes cualificados según lo definido en la Ley de 1940. Las acciones de los fondos de Pictet no se han registrado según la Ley de 1933 y, salvo en operaciones que no violen las leyes de valores de los Estados Unidos, no pueden ser ofrecidas ni vendidas ni directa ni indirectamente en los Estados Unidos ni a Personas de los Estados Unidos. Las Sociedades de Gestión de Fondos del Grupo Pictet no se registrarán según la Ley de 1940.
De acuerdo con Reuters, la cumbre de la Unión Europea de esta semana no resolverá una adhesión rápida de Ucrania. La propuesta rusa y la parsimonia política estadounidense y europea, que busca proporcionar una rampa de salida airosa a Putin, mantienen viva la esperanza de un acuerdo entre las partes. Dimitri Peskov, portavoz del Kremlin, parece haber sentado las bases para la negociación e incluso el presidente Volodímir Zelenski se muestra abierto a un tratado de seguridad fuera de la OTAN. El primer ministro israelí, Naftali Bennet, parece haber orquestado un acercamiento en las posturas.
No obstante, no parece recomendable lanzarse a comprar dando por hecho un desenlace pactado. Las conversaciones en Turquía entre los ministros de Exteriores Sergei Lavrov (Rusia) y Dmitro Kuleba (Ucrania) resultaron en avances significativos, aunque la situación es cada vez más insostenible y quizás por eso Lavrov dejó la puerta abierta a una reunión entre Putin y Zelenski. La continuación de las fuertes ganancias registradas en la sesión del miércoles –que fue uno de los 10 mejores días de la historia del DJ EuroStoxx– no está ni mucho menos garantizada.
La rapidez y contundencia de las sanciones anunciadas hasta la fecha, que convierten a Rusia en la nación más castigada, por encima incluso de Irán o Corea del Norte, reducen el arsenal de medidas a desplegar por Occidente y actúan como incentivo perverso para que Putin no ceje en su empeño de hacerse con el gobierno de Ucrania, dando la espalda a la vía diplomática. Además, la inteligencia estadounidense, que ha acertado en todos sus pronósticos desde hace semanas, lejos de apostar por un alto el fuego pronostica un endurecimiento en el ámbito militar. En este sentido y según informaciones del diario Kyiv Independent, que cita al Estado Mayor de las fuerzas armadas ucranianas, Rusia ha empezado a desplazar tropas de sus distritos militares del sur y del este para reforzar la ofensiva en Ucrania. Adicionalmente, el enfrentamiento puede verse dilatado por la ola de frío ártico que azotará Ucrania los próximos días, obligando a los rusos a frenar temporalmente sus avances.
La falta de visibilidad se ve incrementada por la inercia en el coste de las materias primas. Aunque los esfuerzos desde EE.UU. para estabilizar la escalada en precios (negociaciones con Maduro –y con Irán– para levantar parcialmente sanciones a la exportación, intentos diplomáticos con Arabia Saudí, o estímulos para incrementar la producción de shale), y el hecho de que el Reino Unido y la UE no reduzcan de momento las importaciones de energía rusa han moderado la escalada, el barril de West Texas Intermediate (WTI) cotiza a 112 dólares y el precio del galón de gasolina regular se vende a 4,25 dólares, los niveles más onerosos desde 1990. Rusia no solo es el segundo productor mundial de crudo, también el tercero de níquel (básico para la producción de baterías de coches eléctricos), es responsable del 36% del paladio extraído anualmente y del 40% del total de fertilizantes con base de potasio fabricados a nivel mundial.
Los efectos colaterales de las sanciones a corto plazo, en un entorno en el que los precios de la energía y los alimentos venían subiendo por el COVID, son difíciles de predecir y añaden una incógnita más a despejar.
En el pasado, los entornos de desaceleración económica, en combinación con bancos centrales hawkish respondiendo ante el efecto de shocks en los precios del crudo, acabaron siempre en recesión (Yom Kippur en 1973, guerra entre Irak e Irán entre 1979 y 1980 o la primera guerra del Golfo en 1989). Como vemos en la gráfica de abajo, el encarecimiento en el precio del petróleo tejano los últimos 18 meses anticipa una fuerte ralentización en la tasa de expansión de economías desarrolladas.
En esta línea, el índice compuesto de indicadores adelantados OCDE ha tomado pendiente negativa y el modelo de la Fed de Atlanta pronostica para el primer trimestre un crecimiento económico de solo un 0,5%. Así como la pendiente de la curva 2-10 años, que se mueve cerca del 0,25%.
La pérdida de poder adquisitivo por el incremento en precios y una tasa real negativa de aumento en salarios, el repunte en costes de financiación –además del impacto al bolsillo de una factura de electricidad más elevada– pueden facilitar el enfriamiento económico.
Aun así, los bancos centrales estadounidense y europeo mantienen su postura todo «halcón». El jueves Lagarde dio una de cal (las compras del APP podrían suspenderse el tercer trimestre) y una de arena (sugiriendo que la primera subida de tipos no coincidirá con la finalización del programa de compras y postergando decisiones más concretas hasta tener mayor claridad del impacto económico de la guerra en Ucrania).
La rentabilidad del TBond y del Bund ha vuelto a repuntar poniendo presión adicional sobre las valoraciones de las acciones más caras, así que la volatilidad se mantendrá elevada.
A pesar de la sobreventa y el pesimismo, los repuntes en precios de activos de riesgo estarán limitados hasta que la Fed vuelva a girar su discurso.