Tras 10 años de experiencia en la gestión de fondos de crédito, Sycomore Asset Management, una de las gestoras del ecosistema de Generali Investments, ha lanzado su primer fondo con fecha objetivo, el Sycoyield 2026. Según explica, se trata de una cartera formada por una rigurosa selección de bonos corporativos de alto rendimiento denominados en euros, que se llevarán hasta su vencimiento siempre que el perfil de riesgo/rendimiento sea considerado atractivo por el equipo de gestión.
Además, señalan que el fondo está clasificado artículo 8 según la normativa SFDR, lo cual tiene en cuenta los criterios ESG a la hora de seleccionar valores. Según indican, el equipo de gestión tiene la intención de utilizar esta estrategia para beneficiarse de la actual subida de los tipos y de los diferenciales y, para limitar el impacto de un cambio en los tipos de interés al vencimiento.
“En el contexto actual de subida de los tipos de interés y ampliación de los diferenciales de crédito, creemos que los bonos corporativos ofrecen una buena rentabilidad ante el riesgo. Actualmente, el fondo tiene una rentabilidad bruta anualizada al vencimiento alrededor del 6,6%”, ha afirmado Emmanuel de Sinety, gestor del fondo.
El gestor sostiene que el conocimiento de la firma en materia de emisores les permite diversificar sus posiciones y ser muy selectivos. Actualmente, el equipo de gestión, con amplia experiencia, está formado por cuatro especialistas que gestionan más de 1.000 millones de euros en estrategias de crédito. «Gestionamos el riesgo de pérdida de capital para el fondo mediante esta selectividad y un alto nivel de diversificación. De hecho, la cartera debería incluir unos cincuenta valores», ha subrayado Stanislas de Bailliencourt, director de inversiones.
Por último, Jean-Pierre Grignon, director de ventas en Francia y países francófonos, ha añadido: “Sycoyield 2026 es una solución de inversión que creemos que se adapta al entorno de mercado volátil e incierto en el que estamos actualmente y a los inversores con un horizonte de inversión alineado con el del fondo”.
Recesión es la gran palabra que merodea las economías de medio mundo. Según las proyecciones del FMI, el crecimiento del PIB mundial se mantiene para este año en el 3,2%, pero estiman que el crecimiento mundial se desacelerará hasta el 2,7% en 2023, un 0,2% menos de lo previsto en julio.
“La desaceleración tiene una base amplia. Más de un tercio de la economía mundial se contraerá en 2023, mientras que las tres mayores economías del mundo, Estados Unidos, la zona euro y China, seguirán estancadas. Por primera vez, calculamos los riesgos en torno a las proyecciones de referencia. Encontramos que hay un 25% de posibilidades de que el crecimiento caiga por debajo del 2% en 2023. Esto ha sucedido en muy pocas ocasiones en el pasado y una probabilidad del 10 al 15% de que caiga por debajo del 1%, lo que corresponde a una disminución de la producción real per cápita”, afirma Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del FMI.
Ante estos datos, y teniendo en cuenta la política de subida de tipos que están ejecutando la mayoría de los bancos centrales para controlar la inflación, la pregunta es inevitable: ¿qué países podrían acabar cayendo en una recesión económica? “En vista de que los bancos centrales se muestran agresivos al reiterar su compromiso con la contención de la inflación ante los elevados datos de IPC, la desaceleración del crecimiento mundial será el resultado inevitable. En Europa, el aumento de los precios de la energía, la persistencia de la inflación y el debilitamiento del consumo crearán una recesión más profunda que en Estados Unidos, pero este país no es inmune, y el presidente de la Fed, Powell, ha dejado claro que reducir la inflación sigue siendo el objetivo principal de los bancos centrales”, afirma Fabiana Fedeli, CIO de renta variable y multiactivos en M&G Investments.
En este sentido, Fedeli reconoce que los mercados tienen un ojo puesto en la inflación y el otro en el probable golpe a la economía mundial: un aterrizaje suave o duro. “Vemos probable un aterrizaje forzoso, pero en distinto grado en Estados Unidos y en Europa. Las expectativas de ralentización del crecimiento económico están siendo descontadas, y una recesión inducida por la energía está prevista para Europa. Un escenario bajista en el que veamos una depresión o un colapso de los mercados crediticios al estilo de 2008, en el que las empresas y los particulares tengan dificultades para pagar sus deudas, no está descontado y no es nuestro escenario base”, añade la experta de M&G.
En opinión de Pierre Puybasset, portavoz del equipo de gestión de La Financière de l’Echiquier, “podemos resumir este trimestre afirmando que el riesgo de recesión se ha impuesto al riesgo inflacionista”. El experto considera que “el tercer trimestre ha sido un periodo de gran volátil. Estuvo marcado, sobre todo, por un repunte durante el verano, sostenido por un descenso importante de los tipos de interés que finalmente no cuajó. Los índices han caído con fuerza desde el comienzo del año hasta la fecha y únicamente el sector energético se mantiene en positivo. Los mercados volvieron a caer después de los mensajes de endurecimiento monetario por parte de los bancos centrales, a pesar de unos resultados semestrales que, en su conjunto, fueron mejores de lo previsto, incluyendo en el sector de la tecnología”.
Una visión por regiones
Según el último informe global de Nomura, en Europa, la zona euro está muy expuesta al aumento del precio de la energía, por lo que sus expertos estiman una caída del -2,5% del PIB en la zona euro desde el cuarto trimestre de 2022 hasta finales de 2023. “Tras la subida de tipos del BCE de 75 puntos básicos, se estiman nuevas subidas de 75 puntos básicos en octubre y diciembre, y de 25 puntos en febrero de 2023. A pesar de las previsiones de relajación en la subida de precios a nivel mundial, la inflación de la zona euro seguirá superando el objetivo”, comentan los expertos de la entidad.
En cuanto a Reino Unido, señalan que pese a que su exposición a la guerra de Ucrania es menor que la de la Unión Europea, la recesión es inevitable y Nomura prevé una caída del -2% del PIB. “Se estima que el Banco de Inglaterra eleve los tipos 75 puntos básicos en noviembre y diciembre; 50 puntos en febrero y 25 en marzo”, adelantan.
A la hora de diferenciar entre el futuro de Europa y de Estados Unidos, los expertos señalan que la crisis energética que atraviesa el Viejo Continente es lo que marca la diferencia. “El fuerte deterioro de las condiciones financieras también llevará a Estados Unidos al borde de la recesión, pero su economía, ahora autosuficiente, está relativamente aislada de la crisis energética. No obstante, el rápido endurecimiento monetario ha provocado un fuerte deterioro de las condiciones financieras, que inevitablemente perjudicará al crecimiento tras el breve repunte del tercer trimestre. Una recesión en el sector manufacturero es casi segura, aunque esperamos una mayor resistencia de la economía en general: +0,3% en 2023, con riesgos muy sesgados a la baja”, señala Vincent Chaigneau, jefe de análisis de Generali Investments.
En el caso de Estados Unidos, Nomura sitúa el inicio de la recesión en el cuarto trimestre de 2022 tras la desaceleración del impulso de crecimiento. Según su documento de análisis, se esperan subidas de tipos de 75 puntos básicos en noviembre y diciembre, 50 puntos en febrero y 25 en marzo de 2023, calcula que los recortes en los tipos comiencen en septiembre de 2023.
El escenario que maneja se complemantaría con una previsión de que la tasa de empleo aumente hasta el 5,9% para el final de 2024. En general, los analistas esperan que la inflación siga manteniéndose elevada, hasta que se modere en 2023”.
Si miramos hacia la región asiática, los expertos señalan que la desaceleración del crecimiento mundial disminuirá la recuperación de Asia. “Esperamos que la desaceleración en las exportaciones y el endurecimiento de las condiciones financieras lastren la inversión en capital y las perspectivas de consumo. La inflación seguirá creciendo durante el tercer trimestre, pero debería empezar a moderarse a partir del cuarto trimestre. Prevemos un endurecimiento de la política monetaria en la región”, indican en su informe.
De acuerdo con Nomura, la excepción será Japón, donde la inflación por encima del 2% no será duradera y se espera que caiga alrededor del 0% para principios del 2024. En cuanto a política monetaria, los analistas prevén que el Banco de Japón la mantenga intacta durante 2023.
Por último, respecto a China, los analistas esperan una recuperación en el segundo semestre del año, tras la desaceleración durante el segundo trimestre. No obstante, prevén fuertes vientos en contra del crecimiento, como la reducción en las exportaciones o las turbulencias en el sector inmobiliario.
Mayor tensión financiera
No solo los inversores están preocupados por el riesgo de recesión, sino también por acabar en una crisis como la de 2008. En su último informe sobre la estabilidad financiera mundial, el FMI advertía que los riesgos han aumentado desde abril de 2022. Según sus conclusiones, en medio de la inflación más alta en décadas y de una extraordinaria incertidumbre sobre las perspectivas, los mercados se han mostrado extremadamente volátiles. ¿A qué nos enfrentamos de cara al próximo año?
Las estimaciones del organismo internacional no han sido nada halagüeñas. “Tenemos una inflación elevada y el deterioro de las perspectivas económicas mundiales. Al mismo tiempo, tenemos riesgos geopolíticos con repercusiones económicas de la guerra en Ucrania. Además de todo esto, las condiciones financieras mundiales se han endurecido a medida que los bancos centrales siguen subiendo los tipos de interés”, afirmó hace una semana Tobias Adrian, Consejero Financiero del FMI.
Según muestra el documento, los riesgos de estabilidad financiera han aumentado desde su último informe, con un balance de riesgos inclinado a la baja. “Si observamos el sector bancario mundial, podemos ver que ha resistido las presiones hasta ahora, ayudado por los altos niveles de capital y la amplia liquidez. Sin embargo, la prueba de resistencia bancaria mundial del FMI muestra que estos amortiguadores pueden no ser suficientes para algunos bancos. Por ejemplo, si en 2023 se produjera un endurecimiento abrupto y brusco de las condiciones financieras mundiales, suficiente para enviar la economía a la recesión, junto con una inflación elevada, hasta el 29% de los activos bancarios de los mercados emergentes incumplirían los requisitos de capital. Al mismo tiempo, la mayoría de los bancos de las economías avanzadas saldrían adelante», señaló Adrian.
Básicamente, consideran que como consecuencia prevista del endurecimiento monetario, las condiciones financieras mundiales se han endurecido en la mayoría de las regiones. “Vemos que el aumento de los tipos de interés ha provocado tensiones adicionales. Tanto los gobiernos, que se enfrentan a elevados niveles de deuda, como las instituciones financieras no bancarias, como las compañías de seguros, los fondos de pensiones y los gestores de activos, tienen que hacer frente a unos balances muy ajustados. También vemos que los mercados financieros europeos muestran signos de tensión. La reciente volatilidad en el Reino Unido y la desaceleración de China, más acusada de lo previsto, también suscitan preocupación. En general, los mercados emergentes se enfrentan a múltiples riesgos. Estos se derivan de los altos costes de los préstamos, la elevada inflación, la volatilidad de los mercados de materias primas y la mayor incertidumbre sobre las perspectivas económicas mundiales. Las tensiones son especialmente graves para las economías en desarrollo más pequeñas», concluyó Adrian.
Las bolsas mundiales continúan buscando un suelo. La falta de visibilidad macro unida a los varios frentes abiertos en el ámbito geopolítico proporcionan argumentos válidos para que tanto «osos» como «toros» sostengan sus discursos.
Las minutas de la reunión de la Reserva Federal del pasado mes de septiembre dejan titulares para alimentar tanto la tesis de los alcistas como de los bajistas. Para los primeros, varios participantes señalaron que, ante la creciente incertidumbre en el ámbito macroeconómico, cobra relevancia calibrar el ritmo de un tensionamiento adicional en política monetaria con el objetivo de mitigar el riesgo de que se produzcan efectos adversos significativos en las perspectivas de crecimiento. Así, las actas revelan que los miembros del comité reconocieron que «la actividad en los sectores más sensibles a tipos (cíclicos) se debilitó de forma notable». Además, las condiciones del mercado laboral siguen mostrando una fortaleza que pueden estar subestimando los economistas en sus proyecciones de PIB para 2022.
Los más pesimistas se quedarán con que los miembros del banco central estadounidense «esperan que las presiones inflacionistas persistan a corto plazo» y que interpretan que «los riesgos para sus proyecciones de inflación son al alza», comentarios que ponen en duda los argumentos de aquellos que apoyan una pausa en el ritmo de subidas de tipos a corto plazo.
La fuerte caída en el ratio de empleos vacantes por desempleado (desde casi 2x hasta 1,7x este mes), que anticipa en unos 12 meses el comportamiento de los salarios, así como la publicación del subíndice de empleo de la encuesta ISM de gerentes de compra en el sector de manufacturas (por debajo de 50) y la disminución en el número de americanos que cambian voluntariamente de trabajo, favorecen la tesis de los que apuestan por el giro de la Fed. Sin embargo, aunque estos son síntomas de un deterioro que puede agudizarse los próximos meses, la fortaleza en el mercado laboral estadounidense queda de manifiesto en el dato de nuevas nóminas de septiembre. Este volvió a situar la tasa de paro (U3) en mínimos históricos (3,5%) y aleja a Powell de los objetivos que muestra la última revisión del resumen de proyecciones económicas de la Fed. Para conseguir que la inflación caiga por debajo del 3% al cierre de 2023, la Fed necesita enfriar la demanda de empleo llevando el U3 hasta 4,4%, algo que pasa (asumiendo una tasa de participación estable en 62,3%) por una destrucción de 14.000 puestos de trabajo/mes de aquí a diciembre del año próximo.
Los «osos» se aferran al fuerte dato de precios de producción industrial y al IPC publicado el jueves, interpretando el contenido de las actas de la Reserva Federal como un mensaje de continuidad en la estrategia de tensionamiento. Los precios seguirán subiendo en la medida en la que multinacionales como Pepsi sean capaces de batir las proyecciones de los analistas trasladando incrementos de coste al consumidor.
En la órbita geopolítica los problemas se amontonan: China parece no abandonar su política de tolerancia cero ante nuevos brotes de contagios por COVID en Shanghái, la OPEC+ acuerda recortar la producción en dos millones de barriles/mes encareciendo el precio de la gasolina en el surtidor, el Banco de Inglaterra deja de apoyar al mercado de Gilts y a la libra, y las intervenciones del Banco de Japón para sostener el yen han vuelto a fracasar. Europa está ya en recesión y Powell subirá los tipos hasta el 4,6% acercado a EE.UU. al mismo destino que los europeos. El FMI ha vuelto a revisar a la baja sus estimaciones de crecimiento mundial (3,2% en 2022 y 2,7% en 2023) y los analistas, que todavía anticipan que el BPA global crezca cerca del 5%, se verán abocados a revisar sus números.
Los «toros» justifican las buenas sensaciones a corto plazo en un mercado sobrevendido y sumido en el pesimismo, tierra fértil para un rebote de dígito doble ante la publicación de datos de inflación que señalen el camino a la moderación. Para estos inversores las empresas han suspendido sus planes de contratación y, como muestra el índice Challenger, comienzan a aligerar sus plantillas. Un mercado de trabajo menos pujante, la caída en los precios de materias primas y el desbloqueo en cadenas de suministros traerá de manera natural un entorno de precios de bienes de consumo más alineado con los objetivos de la Fed (el análisis de Moody’s anticipa que el IPC de EE.UU. podría retroceder al 4% en pocos meses).
La Reserva Federal demuestra, en sus minutas de este mes, estar preocupada por los efectos que la rapidez y contundencia del ciclo de encarecimiento del dinero puede llegar a tener sobre el crecimiento. Un contexto menos inflacionista y un consumidor que demuestra solidez (en EE.UU. cuenta con un exceso de ahorro de casi 700.000 millones de dólares y con depósitos bancarios que equivalen en valor a un 11% del PIB) ayudarán a preservar el crecimiento en beneficios empresariales, que ya han ajustado bastante.
Como siempre, la virtud probablemente la encontremos a medio camino. En bolsa las valoraciones son más razonables, pero no podemos hablar todavía de gangas. La determinación de la Fed de acabar con la inflación incluso a costa de penalizar el crecimiento justifica ser cautos con las expectativas del mercado respecto al crecimiento en BPA. En el caso de EE.UU. con más motivo si tenemos en cuenta que cada 1% de apreciación en el dólar (índice DXY) reduce los beneficios en un 0,5%, aproximadamente. Es cierto que el mercado está sobrevendido y que el optimismo brilla por su ausencia, pero, como demostró la recesión de 2009, ese tipo de entorno puede prevalecer en el medio plazo, aunque de cuando en cuando pueda dar lugar a un movimiento contra tendencia, como el que puede haberse iniciado el jueves después del dato de IPC de septiembre.
La reacción inicial fue casi de pánico, al subir la subyacente más de lo que se esperaba (6,6% vs. 6,5%), dando al traste con la esperanza de los inversores. Pero cuando hubo tiempo de contrastar que la inflación mensual anualizada ha caído los últimos tres meses al 2% (y estábamos en el 11% antes del verano), el cierre de cortos en un contexto de sobreventa y desconfianza hizo el resto.
Los inversores -y los analistas- comienzan a descontar la probabilidad real de una recesión en 2023, pero el hecho de ver pronósticos de crecimiento positivo en beneficios o tasas implícitas de impago en HY por debajo del dígito doble, demuestra que aún nos movemos en valoraciones que ofrecen un colchón de seguridad ante sorpresas más negativas.
El Grupo Mirabaud ha puesto en marcha de una colaboración plurianual con el Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou de París. Según explica la firma, el primer hito de esta andadura es el patrocinio de la exposición del artista suizo-estadounidense Christian Marclay, que tendrá lugar en el Centro del 16 de noviembre de 2022 al 13 de marzo de 2023.
Con este nuevo mecenazgo artístico en París, ciudad emblemática del arte y la cultura, Mirabaud tiene la satisfacción de proseguir y reforzar su apoyo a los artistas y a las instituciones que los presentan al público. Como explica Lionel Aeschlimann, socio gestor de Mirabaud, “la creatividad y la pasión son fundamentales para cualquier tipo de innovación, para pensar de forma diferente, para adaptarse. Mirabaud participa activamente desde hace varias décadas en la promoción del arte contemporáneo con espíritu de puesta en común, descubrimiento y diálogo».
Por su parte, Stéphane Jaouen, director de Mirabaud Wealth Management en Francia, ha añadido: «Es un honor abrir nuestra colaboración con el Centro Pompidou, una gran institución cultural que, combinando historia y modernidad, da a conocer el arte moderno y contemporáneo a través de exposiciones excepcionales y apoya la creación emergente. El hecho de iniciar esta colaboración con la exposición de Christian Marclay, gran artista de origen suizo y varias de cuyas obras se encuentran en la colección de Mirabaud, tiene mucho sentido”.
El compromiso de Mirabaud es un apoyo muy valioso para el arte contemporáneo. Esta nueva asociación es esencial para las ambiciones artísticas del Centre Pompidou y para promover el intercambio de conocimientos entre todos los públicos”, ha comentado Laurent Le Bon, presidente del Centro Pompidou.
Mirabaud también se ha unido a los Amis du Centre Pompidou, una comunidad formada por más de 800 mecenas franceses e internacionales que, desde hace casi 120 años, contribuyen al enriquecimiento y la influencia de las colecciones del Museo Nacional de Arte Moderno. “El arte nos conecta con nuestras emociones y tiene la capacidad de hacernos reflexionar más profundamente sobre la humanidad y el mundo. Los artistas contemporáneos nos invitan a mantener los ojos y la mente abiertos y a prepararnos para dejarnos sorprender y asombrar por los aspectos siempre cambiantes de la vida. De ahí que Mirabaud se interese especialmente por el arte contemporáneo que, combinado con obras de siglos pasados, tiende un puente entre la tradición y la modernidad. Este enfoque también refleja la visión comprometida y de largo plazo que el Grupo adopta en sus actividades de gestión”, ha afirmado Aeschlimann.
El grupo Mirabaud apoya a los artistas contemporáneos en su labor creativa, no solo adquiriendo obras para su propia colección, sino también respaldando a las galerías y otros lugares de exposición permanente o temporal con el fin de compartir su trabajo con el mayor número de personas posible. Mirabaud es fundador y socio de larga data del Musée d’art moderne et contemporain (MAMCO) de Ginebra, y también patrocina el Zurich Art Weekend, el Quartier des Bains, Genève Art, el festival Geneva Lux y a la Fundación Cerezales en España. Además, fue patrocinador de la FIAC de París durante muchos años.
BNP Paribas Asset Management y CFA Institute han comunicado la creación a nivel global de un manual de aprendizaje virtual que pone de manifiesto la importancia de adquirir competencias medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG, por sus siglas en inglés) y la necesidad creciente de que los profesionales de la inversión y las finanzas cuenten con un mayor conocimiento y sensibilización en materia de sostenibilidad.
Según explican ambas entidades, esta iniciativa se enmarca en la relación de continua colaboración entre ambas entidades, que comenzó con Sustainable Investing Gameshow. El módulo de aprendizaje virtual está disponible para los empleados y clientes de BNP Paribas Asset Management y ha sido desarrollado de manera conjunta con CFA Institute, la asociación internacional de profesionales de la inversión.
Sustainable Investing Primer es un curso online de dos a tres horas de duración en el que se abordan temas como el cambio climático y la integración de la sostenibilidad, la introducción al análisis ESG y el concepto de materialidad o relevancia, distintos enfoques de inversión sostenible (gestión responsable, best-in-class, etc.), el blanqueo ecológico y las distintas formas de evaluación de las credenciales de sostenibilidad (mediante sistemas de puntuación, normativa o etiquetas). Está disponible a través de la plataforma Investment Academy de BNPParibas Asset Management, creada en el año 2009 con fines de intercambio de información y con la firme intención de cubrir la necesidad de los participantes de conocer y entender las innovaciones y los nuevos retos a los que se enfrenta el sector de la gestión de activos.
A raíz de este lanzamiento, Jane Ambachtsheer,directora global de sostenibilidad de BNP Paribas Asset Management, ha declarado: “En el ámbito financiero, las competencias en materia de sostenibilidad son cada vez más necesarias, y han pasado de ser una herramienta aconsejable a resultar imprescindibles para desarrollar con éxito una trayectoria profesional en el sector. Con esta iniciativa, combinamos nuestras competencias en los ámbitos educativo y de sostenibilidad para crear una experiencia única de aprendizaje activo. Estamos muy orgullosos de esta fructífera colaboración con CFA Institute y encantados de poder ofrecer esta nueva solución de formación para que nuestros empleados y clientes entiendan los fundamentos de la inversión sostenible”.
Por su parte, Richard Fernand, responsable de aprendizaje profesional de CFA Institute, ha añadido que «las cuestiones ESG influyen cada vez más en los trabajadores y dónde quieren trabajar, los productos que los consumidores deciden comprar y las oportunidades en las que los inversores deciden invertir. Estamos muy orgullosos de haber colaborado con BNP Paribas Asset Management en la iniciativa Sustainable Investing Primer, que refuerza nuestro compromiso para impulsar el aprendizaje con soluciones accesibles que crean profesionales comprometidos, informados y eficaces que, a su vez, ofrecen resultados en beneficio de la sociedad”.
Según un informe elaborado por CFA Institute, que lleva por título The Future of Work in Investment Management: The Future of Skills and Learning (El futuro del trabajo en el sector de la gestión de inversiones: el futuro de las competencias y el aprendizaje), existe una enorme brecha entre la demanda de formación y la oferta de profesionales formados en sostenibilidad. En el marco de los esfuerzos continuos que ha puesto en marcha CFA Institute para favorecer y contribuir de forma proactiva al impulso de la formación en materia de ESG, la entidad ha creado el Certificado en inversión ESG en la mayoría de los mercados de todo el mundo. Este certificado ofrece a los profesionales de la inversión los conocimientos técnicos y la aplicación práctica que necesitan para entender los fundamentales del cambio climático y también resulta adecuado para todas aquellas personas que deseen saber más sobre las cuestiones ESG.
Credit Suisse lleva varias semanas acaparando la atención de los analistas y despejando nubarrones sobre el estado de su negocio. Hace justo una semana, se disparaba la preocupación sobre su estado financiero, ante el posible impacto de sus bonos a cinco años. Una presión sobre la entidad que ha empeorado después de que Goldman Sachs haya estimado que se enfrenta a un déficit de capital de hasta 8.000 millones de dólares en 2024.
“En el mejor de los casos, el banco sólo tiene la mitad de ese déficit, dada la necesidad de reestructurar las operaciones de banca de inversión en un momento de generación de capital «mínimo», sostienen los analistas de Goldman que recoge Bloomberg.
Según los expertos, uno de los principales problemas es que los mercados no se creen las promesas del nuevo CEOy les preocupa la financiación del nuevo plan estratégico. “Por su parte, los rumores hablan de una profunda restructuración del negocio, con ventas de filiales de banca privada en Latinoamérica y de líneas de negocio como la de productos estructurados y la de productos apalancados. Además, el banco busca socio para un posible spin-off del negocio de banca de inversión, que serviría para financiar la restructuración”, señalan los analistas de Banca March.
En este sentido, el rumor en torno a que el banco suizo podría estar sondeando dar entrada a un inversor en uno de sus negocios está sobre la mesa. Además, todo indica a que la entidad suiza estaría estudiando la posibilidad de separar sus negocios de préstamos corporativos, negociación y asesoría. Según indican desde Bloomberg, el objetivo de estas primeras medidas sería obtener liquidez de forma inmediata. “Credit Suisse está explorando recortes radicales en su volátil banco de inversión, incluyendo la escisión de grandes partes y la separación de un grupo de productos titulizados. Pero esta última reorganización va a costar mucho dinero, y justo dos semanas antes de que el Consejero Delegado Ulrich Köerner presente su plan, sigue sin estar claro de dónde saldrá el dinero. Aunque se está estudiando la posibilidad de aumentar el capital, los ejecutivos de Credit Suisse preferirían no emitir acciones, dado que el precio de sus acciones ha estado rondando mínimos históricos”, indican desde Bloomberg.
En final, o no, de este laberinto tendrá que esperar al próximo 27 octubre, fecha en la que el equipo de dirección presentará y lanzará su plan estratégico.
La llegada de Körner
Tras su nombramiento como CEO de Credit Suisse, Ulrich Körner anunció una “revisión estratégica”. Sobre los objetivos que persigue con ello adelantó que buscaba “considerar alternativas que vayan más allá de las conclusiones de la revisión estratégica del año pasado, sobre todo teniendo en cuenta el cambio del entorno económico y de mercado”.
Es decir, su objetivo sería, “dar forma a un Grupo más centrado y ágil, con una base de costes absolutos significativamente menor, capaz de ofrecer una rentabilidad sostenible a todas las partes interesadas y un servicio de primera clase a los clientes”.
Para ello se propuso reforzar su franquicia de gestión patrimonial global de primera clase, su banco universal líder en Suiza y su negocio de gestión de activos multiespecializados. Además de transformar su banco de inversiones en “un negocio bancario ligero en capital y más centrado en los mercados que complemente el crecimiento de las franquicias de gestión de patrimonios y de Swiss Bank”, apuntó.
Según reconoció la entidad, esta revisión también le servirá para evaluar las opciones estratégicas para el negocio de productos titulizados, que pueden incluir la atracción de capital de terceros hacia esta plataforma con el fin de aprovechar las oportunidades de crecimiento sin explotar y liberar recursos adicionales para las áreas de crecimiento del banco.
Además, la entidad reconoció que se había marcado como objetivo “reducir la base de costes absoluta del Grupo por debajo de los 15.500 millones de CHF (15.900 millones de euros) a medio plazo, en parte mediante una transformación digital en toda la empresa que garantice de forma prudente un ahorro duradero sin dejar de centrarse en la mejora de la gestión y la cultura del riesgo”.
Amundi ha anunciado el lanzamiento de una gama completa y eficiente en costes de ETFs sectoriales globales ESG. Según explica la gestora, esta nueva gama cubre la mayor parte de los segmentos de mercado GICS (Global Industry Classification Standard), incluyendo servicios de comunicación, consumo discrecional, bienes de consumo, financiero, salud, industrial, tecnologías de la información, materiales y servicios públicos.
En este sentido, añade que los ETFs sectoriales de renta variable ESG permite a los inversores alinear mejor sus carteras con el ciclo económico, respetando al mismo tiempo sus objetivos de inversión responsable. Estos ETFs cuentan con tracking error limitado, una mejora del 10% en las calificaciones ESG respecto a sus índices principales y una reducción media del 30% en su intensidad de carbono. Los índices S&P replicados por estos ETF permiten a los inversores obtener exposición a compañías de gran y mediana capitalización de países desarrollados e incorporar criterios de exclusión de actividades controvertidas.
Según Arnaud Llinas, director de ETF, Indexing & Smart Beta de Amundi, «los inversores buscan cada vez más herramientas de inversión sencillas, transparentes y con costes eficientes en coste para cambiar su asignación core por equivalentes ESG y, en algunos casos, ese parte core incluye sectores. Estamos encantados de lanzar esta gama de ETFs UCITS Sectoriales Globales ESG de menor coste disponible en el mercado con unos gastos corrientes del 0,18%”.
Por su parte, Juan San Pío, director comercial de Amundi ETF, Indexing & Smart Beta para Iberia y Latinoamérica, subraya que “con esta gama de ETF sectoriales globales ESG, Amundi ofrece al mercado nuevas soluciones muy competitivas que se adaptan a la demanda creciente de inversión ESG”.
Con este producto, Amundi sigue trabajando por ofrece a los inversores la oportunidad de obtener exposición a sectores con o sin un sesgo ESG, dependiendo de sus objetivos de inversión. Según matiza la gestora, esta iniciativa forma parte del Proyecto Social del Grupo Crédit Agricole y de su compromiso con el clima.
En un contexto de mercado donde la geopolítica ha ganado peso, las citas políticas se han convertido en un imprescindible en la agenda de analistas e inversores. En esta ocasión, la atención estará puesta en la celebración del XX Congreso Nacional del Partido Comunista Chino, que comenzará el próximo domingo 16 de octubre, y que llega en un momento económico complicado para el gigante asiático.
Según recordaba esta semana el FMI las perspectivas son complicadas y una China débil no ayuda a mejorar las previsiones. “La economía mundial se debilita aún más y se enfrenta a un entorno históricamente frágil. Las perspectivas siguen estando condicionadas por tres fuerzas. La inflación persistente y creciente, que provoca una crisis del coste de la vida, la invasión rusa de Ucrania y la crisis energética asociada, y la desaceleración económica de China. Para este año, nuestra proyección de crecimiento del PIB mundial se mantiene en el 3,2%, como en la actualización de julio de Perspectivas de la economía mundial. Se prevé que el crecimiento mundial se desacelere hasta el 2,7% en 2023, 0,2% menos de lo previsto en julio. La desaceleración tiene una base amplia”, señalaba Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del FMI, el pasado martes en Washington, DC.
Las estimaciones de este organismo internacional apuntan a que más de un tercio de la economía mundial se contraerá en 2023, mientras que las tres mayores economías del mundo, Estados Unidos, la zona euro y China, seguirán estancadas. “El martes se publicarán los datos macro de China. Actualmente, el mercado está esperando un débil crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 3,3% interanual en el tercer trimestre de 2022. China también hará públicos sus datos de septiembre de producción industrial e inversión en activos fijos, que el mercado espera que sigan mejorando, junto con el crecimiento de las ventas minoristas, en donde se espera un deterioro debido al brote de COVID-19”, indica Christiaan Tuntono, economista de Asia Pacífico de Allianz Global Investors, respecto a China.
En mitad de este estancamiento económico de China, las gestoras internacionales consideran que es el momento de marcar un cambio de rumbo. Por ejemplo, según Diogo Gomes, Senior CRM de UBS AM Iberia, el país hará lo necesario para revertir la caída de su economía. “Sin embargo, esta estabilización de la actividad no tendrá efectos positivos significativos para el resto del mundo, en nuestra opinión. Mientras la política de Covid Cero siga en marcha, la recuperación de China será frágil y estará expuesta a una brusca desaceleración”, afirma Gomes.
Para el FMI uno de los riesgos a la baja a los que se enfrenta el país es que se desencadene una crisis inmobiliaria más profunda en China, lo que podría causar graves tensiones financieras. Según Gomes, “la persistente debilidad del sector inmobiliario ha anulado los impulsos positivos en otras áreas de la economía, como la inversión en infraestructuras, y también ha pesado sobre el sentimiento del inversor. Sin embargo, últimamente ha habido más urgencia en la provisión de estímulos por parte de Pekín. Entre el elevado desempleo juvenil y el boicot al pago de las hipotecas, las preocupaciones sociales y económicas se han entremezclado. Y lo que es más importante, algunas medidas políticas recientes parecen estar más directamente dirigidas a resolver la trampa de liquidez que gira en torno al sector inmobiliario.
“Pero la mayor incertidumbre que pesa sobre China está ligada a la evolución de la política contra la pandemia, que se endureció inexplicablemente el pasado mes de marzo con numerosos confinamientos incluso en presencia de un número reducido de casos. Una decisión que ha generado un impacto dramático en la economía del país y que ha llevado a una drástica revisión a la baja de las estimaciones de crecimiento para el año en curso, ahora igual al +3,3% frente a la estimación del +5,2% formulada a principios de año”, añade, por su parte, Marco Mencini, gestor senior de renta variable de Plenisfer Investments SGR.
Implicaciones para el inversor
La realidad es que el mercado bursátil chino ha experimentado la mayor corrección a la baja de los últimos 18 meses desde la crisis financiera de 2008. Según indican desde Plenisfer Investments SGR, en comparación con el máximo del 16 de febrero de 2021, el índice que representa a la renta variable china, el MSCI China, ha bajado un 55%; sólo el sector de internet ha perdido más de 2 billones de dólares de capitalización bursátil, un descenso que ha penalizado especialmente a los inversores extranjeros, que poseen un tercio de la capitalización del sector.
Para Mancini las oportunidades de inversión en China no han desaparecido, pero ahora más que nunca habrá que mostrarse cauto. “Si bien es cierto que la historia nunca se repite de la misma manera. También es cierto que las valoraciones actuales del índice -igual a 10 veces el ratio precio – beneficio sobre una base ponderada de capitalización- parecen ser de gran interés. Aun así, los inversores prefieren quedarse a una distancia prudente”, afirma.
En opinión de Gomes, para los inversores ha sido difícil para los inversores encontrar el suelo de la actividad china basándose en los anuncios de políticas a lo largo de 2022. “Sin embargo, creemos que el optimismo debe seguir siendo moderado porque consideramos que China será bastante reticente a dar marcha atrás en su política general de enfriamiento de los desequilibrios en el mercado inmobiliario. El estímulo no será tan fuerte como en la expansión que se produjo tras la crisis financiera mundial, en la que la política china dictó las oscilaciones cíclicas de la actividad económica en todo el mundo”, afirma.
Según su visión para el corto plazo, existen dos tipos de riesgos: “Podríamos ver más de lo mismo -un apoyo político insuficiente- por parte de China, lo que respaldaría nuestra visión más positiva sobre la duración global, pero socavaría parte de nuestra tesis alcista sobre las materias primas. Por otro lado, esta ronda de estímulos podría percibirse como bastante potente”.
¿Qué esperar del Congreso?
En opinión de los expertos, estas incertidumbres hacen que los inversores vayan a estar atentos a lo que ocurra este fin de semana. “El Congreso reelegirá a Xi Jing Ping a la presidencia por tercera vez, pero también nombrará a un nuevo primer ministro para sustituir a Li Keqiang, un presidente leal, que se retirará en marzo. El nombramiento de una figura cercana al Presidente, y no menos apegada a él, como Wang Yang o Hu Chunhua, será un claro indicador del favor que Xi Jing Ping -y, en consecuencia, su política actual- goza en la actualidad. Por lo tanto, de este nombramiento podrían surgir los primeros indicios de la dirección que pretende tomar China”, matiza Mancini.
Una visión que coincide con la de Sven Schubert, Senior Investment Strategist de Vontobel, quien matiza que la reunión no solo es importante para el propio Xi Jimping. «Teniendo en cuenta los retos económicos y geopolíticos a los que se enfrenta actualmente China, es probable que el congreso marque la pauta de las políticas económicas en el futuro. Lo más urgente en este momento son los retos económicos. El crecimiento económico bajo el liderazgo del presidente Xi ha sido inferior al de los presidentes anteriores. Desde principios de 2021, la economía china se enfrenta a una desaceleración económica impulsada por el endurecimiento de la política monetaria, el endurecimiento de la regulación y la estrategia dinámica de cero-COVID», explica Schubert.
Según su opinión, a pesar de la relajación de la política monetaria y fiscal desde finales de 2021 y de que el consumo y la producción han tocado fondo en el segundo trimestre de 2022, el país experimentará una recuperación económica poca intensa. «La transmisión de la política monetaria se ve obstaculizada por los estrictos confinamientos provocados por el coronavirus y el grave desplome del mercado inmobiliario, que está paralizando parte del sector financiero. Sin embargo, cada vez hay más indicios de que no sólo está a punto de iniciarse un nuevo ciclo político, sino también un ciclo económico, ya que Pekín ha intensificado recientemente sus esfuerzos en materia de estímulos. Las autoridades se centran cada vez más en estabilizar el mercado de la vivienda, donde se han eliminado las restricciones a los tipos mínimos de las hipotecas y se han reducido los costes de los préstamos hipotecarios. Las rebajas del impuesto sobre la renta de las personas físicas y las medidas para estimular la inversión en capital también se encuentran entre las herramientas políticas anunciadas recientemente», explica.
Por su parte, Robert Gilhooly, Senior Emerging Markets Research Economist en abrdn, pone el acento en que todavía es posible un cambio de rumbo. «El presidente Xi podría anunciar un giro rápido después de consolidar su tercer mandato si se considera que los costes económicos de mantener el enfoque actual son demasiado altos. Pero las decisiones políticas poco agradables, las duras comunicaciones y una población de edad avanzada aparentemente indecisa en cuanto a las vacunas sugieren que los riesgos se inclinan hacia un cambio tardío y una perturbación económica continua. De hecho, la aparición de la recesión en los mercados desarrollados en el segundo trimestre de 2023 puede reducir la voluntad de las autoridades de arriesgarse a una relajación más temprana, ya que trata de ponerse a salvo de la tormenta», argumenta.
Los mercados viven una revolución a diario. Los diferentes escenarios generados por la inflación y las medidas de la Fed para combatirla, la volatilidad de la postpandemia y la guerra en Ucrania colocaron al real estate como una posibilidad de inversión rentable. Sin embargo, en el contexto de las subidas de los tipos de interés por parte de los bancos centrales, los expertos del sector en Miami muestran discrepancias a la hora de la oportunidad de seguir invirtiendo.
Los tipos hipotecarios se dispararon desde el verano pasado en varios puntos del globo, incluido Estados Unidos, y es probable que los costes de los préstamos para la vivienda aumenten aún más debido a las subas de tasas que están efectuando los bancos centrales.
“Las ventas de viviendas han descendido un 40% desde su pico pandémico en EE. UU., y la mitad en el Reino Unido. Estos descensos son significativos para los precios en un futuro próximo, ya que una desaceleración de 10 puntos porcentuales en el crecimiento de las ventas de viviendas tiende a ir seguida de una desaceleración de dos puntos porcentuales en el crecimiento de los precios de la vivienda en unos seis meses”, según estimaciones de una investigación de Goldman Sachs. Pese a este panorama, los precios en Estados Unidos continúan al alza o, al menos, no presentan caídas significativas. Sin embargo, para Goldman Sachs, experimentarán un descenso de punta a punta del 3% en los próximos dos años.
El mercado de la vivienda representa un tercio del índice de precios al consumo y, por tanto, es una parte importante de la elevada inflación que la Fed intenta mitigar. Además, es una gran fuente de riqueza estadounidense susceptible a las medidas de la Fed, dado que los tipos de interés más altos hacen que la compra de viviendas sea menos asequible, lo que frena la actividad inmobiliaria, dice un informe de Alger, socio del Grupo La Française.
Los precios en Miami no dejan de subir
En este contexto, el precio de las viviendas en Miami no ha parado de subir desde que comenzó la pandemia. Los valores de las viviendas en el mercado residencial en Florida han superado ampliamente la subida del resto de Estados Unidos, dijo a Funds Society Mariano Capellino, CEO de Inmsa Real Estate Investments.
“En el último año subió un 30%”, comentó, y luego aclaró que “hay que segmentar, porque no es lo mismo un departamento en Brickell, una vivienda unifamiliar, o un departamento en la playa”.
Para Capellino, los mayores beneficiados fueron los inmuebles “en condominios para primera vivienda, es decir, las casas, condominios cerrados, incluso casas unifamiliares fue donde se vieron más fuertes las apreciaciones”.
Puede acceder al artículo completo a través de este link
La plataforma de publicaciones y realización de eventos, NewCo, contrató a Richard Ganter como nuevo CEO.
El directivo, que lideraba la oficina de Coral Gables enfocada al negocio de US Offshore y el sureste de EE.UU. de Snowden Lane, dejó la oficina “en muy buenos términos” para cambiar el rumbo de su carrera, dijeron a Funds Society fuentes de la industria.
Entre sus principales cargos se destacan el Deutsche Bank, donde fue Regional President entre 2003 y 2009 en la oficina de Palm Beach, segúnsu perfil de LinkedIn.
Posteriormente, fue presidente y CEO de Lighthouse Advisors entre 2009 y 2016, luego pasó a Wells Fargo entre 2016 y 2019 para el área de Fort Lauderdale hasta unirse a Snowden Lane donde ingresó en agosto de 2019 hasta el mes pasado cuando dejó la industria.
Ganter tiene estudios en la Florida International University y la University de Mississipi.