abrdn Charitable Foundation (aCF) y la UNESCO han anunciado una alianza de tres años para promover la sostenibilidad medioambiental a través del análisis y la educación de alta calidad con el objetivo de desarrollar soluciones innovadoras a los problemas medioambientales.
Según explican desde la gestora, abrdn, que es primera empresa de servicios financieros que se asocia con la UNESCO, apoyará los programas de la institución en materia de sostenibilidad medioambiental, cambio climático y ciencias del agua y de los océanos a través de la fundación aCF. Además, se proponen crear un consejo consultivo compuesto por representantes de ambas organizaciones, cuyos miembros se seleccionarán por su experiencia y su visión compartida de un mundo más sostenible. Decidirán sobre los proyectos e identificarán las áreas de colaboración más amplias.
La asociación promoverá el papel de las reservas de la biosfera y otros enclaves de la UNESCO como lugares piloto para el desarrollo sostenible y la aplicación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, incluidos los relativos al agua (ODS 6), el clima (ODS 13), los océanos (ODS 14) y la tierra (ODS 15). En particular, se prestará apoyo a la labor de los programas científicos intergubernamentales de la UNESCO, especialmente el Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MAB), el Programa Hidrológico Intergubernamental (PHI) y la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO (COI) en los sitios de la UNESCO.
“Los grandes retos a los que nos enfrentamos hoy en día en relación con el cambio climático y la pérdida de biodiversidad necesitan soluciones colectivas y estamos encantados de embarcarnos en esta asociación con la UNESCO. Nuestra aspiración a un futuro mejor empieza por exigirnos más a nosotros mismos, y esta alianza es un paso importante para nosotros, ya que colaboramos con la UNESCO en la materialización de nuestras ambiciones en torno a la construcción de un cambio sostenible. La UNESCO ha estado a la vanguardia de la promoción de la agenda de desarrollo sostenible, por lo que estamos encantados de poder colaborar con ellos para llevar a cabo proyectos destinados a compartir sus conocimientos con el sector financiero”, ha explicado Stephen Bird, Chief Executive Officer de abrdn.
Por su parte, Ana Luiza Thompson-Flores, directora de la Oficina Regional de la UNESCO para la ciencia y la Cultura en Europa, ha añadido: “Estamos encantados de asociarnos con abrdn Charitable Foundation en estas áreas tan importantes para la UNESCO. Es imprescindible que la UNESCO se asocie con el sector privado, en particular con el sector financiero, para defender enfoques innovadores del desarrollo sostenible y de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. El sector financiero y, en particular, abrdn pueden contribuir a la transición hacia un desarrollo más sostenible y equitativo, unos objetivos que la UNESCO promueve desde hace varias décadas a través de sus programas científicos”.
Desde que se inició la invasión el pasado 24 de febrero, los precios de las materias primas han subido con fuerza, sobre todo las procedentes de Rusia y Ucrania, entre las que se incluyen el trigo, el petróleo y el gas natural, así como otros metales como el aluminio, el paladio y el cobre.
Sin embargo, los precios ya habían comenzado a subir mucho antes del inicio del conflicto, contribuyendo a unas presiones inflacionistas que no veíamos desde principios de la década de 1980. Por lo tanto, la pregunta crucial para los inversores es: ¿es sostenible el repunte actual de los precios?
A corto plazo, la respuesta es no. El mercado ha reaccionado de forma excesiva, y ya estamos viendo que los precios comienzan a bajar un poco. Sin embargo, los precios actuales de las materias primas son considerablemente superiores a los de hace un año. Y esa sí que creemos que es una tendencia duradera.
A largo plazo hay una serie de factores que hacen probable que los precios se mantengan en niveles elevados, entre los que se incluyen el aumento de la demanda, la escasez de oferta y las fuerzas de desglobalización, que se han puesto de manifiesto en la guerra de Ucrania y las tensas relaciones entre China y Estados Unidos. En un mundo en el que el comercio libre y abierto se encuentra en retroceso, hay que esperar aumentos de precios.
Sector metalúrgico: preparado para brillar
Desde el punto de vista de la inversión, la situación actual tiene claras consecuencias para el sector minero y metalúrgico, que ha sido objeto de poca atención en los últimos diez años.
El sector ha estado infravalorado durante muchos años, y lo sigue estando, a pesar del reciente repunte que han registrado las compañías mineras. Nuestra visión es que los precios de muchas materias primas van a mantenerse en niveles elevados durante años, como consecuencia del reducido volumen de inversión en el sector desde 2015.
El problema se ha visto agravado por el hecho de que hoy en día se tarda más en lanzar nuevos proyectos de minería, un proceso que lleva varios años. El descubrimiento, la autorización y la financiación tardan mucho más hoy en día. En términos de precio, ello apunta a máximos más altos y mínimos más bajos hasta que las nuevas inversiones comienzan a dar resultados. Esta dinámica no se aplica a los alimentos y otros cultivos, ya que la producción en estas áreas puede aumentar mucho más rápido.
En nuestra opinión, todas las grandes compañías mineras están infravaloradas. El mercado no está pensando lo suficiente en las consecuencias de reducir el nivel de inversión en esta área. Las valoraciones y las previsiones de beneficios de consenso apuntan a que los precios de las materias primas van a caer en los próximos años, acercándose a sus medias históricas. Creemos que no va a ser el caso.
Un ejemplo: pensemos en la capitalización de mercado de las siete mayores compañías mineras del mundo. Juntas, ni siquiera nos acercamos al valor de mercado de una compañía de la nueva economía, como Tesla. El fabricante de automóviles necesita ciertos materiales refinados, como el níquel, para fabricar sus baterías de iones de litio. Tanto es así, que el director general de Tesla, Elon Musk, ya señaló mucho antes de que Rusia invadiera Ucrania que el acceso al níquel era uno de sus mayores problemas de producción.
Junto a la falta de inversión, otro factor que podría provocar un aumento de los precios de las materias primas a largo plazo es el impulso mundial a las fuentes de energía sostenible. En concreto, la electricidad se ha convertido en un recurso muy apreciado, ya que la expansión de la red eléctrica, junto a la rápida adopción de los vehículos eléctricos, exigirá gran cantidad de cobre, níquel y otros metales.
China: ¿contrapeso a las subidas de precios?
Por otra parte, la ralentización de la economía china podría servir como contrapeso para mantener controlados los precios de las materias primas. China es el mayor importador de materias primas, y consume más de la mitad de los suministros mundiales de mineral de hierro, carbón y cobre.
La estrecha relación comercial de China con la UE podría también exponer al país a una recesión en Europa si la guerra de Ucrania se prolonga. Además, China está haciendo frente a un nuevo aumento de infecciones por COVID-19 que podría frenar aún más la economía si el gobierno decide imponer nuevas restricciones a los viajes y las actividades de ocio.
Incluso antes del último brote de covid, la economía china estaba en proceso de ralentización, o al menos de estabilización a una tasa muy baja de crecimiento. Es probable que la situación empeore antes de mejorar, y una recesión lo suficientemente grave podría provocar una caída de los precios de las materias primas. Así, vemos probabilidades de que el banco central de China recorte pronto los tipos de interés, mientras que la mayoría del resto de los bancos centrales de todo el mundo avanzan en la dirección contraria.
Consecuencias para la inversión: cobertura frente a la inflación
Independientemente del rumbo que tomen los mercados, el reciente repunte de los precios confirma, una vez más, que las materias primas son una cobertura eficaz frente a la inflación.
En términos históricos, la energía, y especialmente el petróleo, ha evolucionado en línea con la inflación, según el índice estadounidense de precios al consumo. El petróleo suele ser un componente importante de los índices relacionados con las materias primas, por lo que existe una gran correlación a largo plazo entre los precios de las materias primas y la inflación.
No obstante, existen grandes diferencias entre las principales categorías de materias primas. El petróleo y el gas, los metales, los alimentos y los productos agrícolas suelen seguir sus propios ciclos. Por tanto, los inversores que buscan una cobertura frente a la inflación deben tenerlo en cuenta.
Como es lógico, el sector de la energía se ve favorecido por el aumento de la inflación, ya que la subida del precio de la energía, especialmente de la gasolina, puede trasladarse rápidamente a los consumidores. Eso no ocurre con otras materias primas, en las que las subidas de precios pueden ir absorbiéndose a medida que avanzan en la cadena de producción.
Casi la mitad de los estadounidenses (45%) tiene previsto viajar más en 2022, pero muchos de ellos se llevarán su trabajo de vacaciones, según una nueva encuesta de ValuePenguin a más de 1.300 consumidores estadounidenses.
Después de dos años de cautela y de tener que lidiar con las restricciones de viaje, la gente está ansiosa por escaparse – y algunos, como una cuarta parte de los Gen Z y los millennials, van a ir a lo grande con unas vacaciones importantes de la «wish list».
Los estadounidenses planean tomar una media de tres vacaciones este año, liderados por los Gen Zers y los millennials con cuatro viajes.
En general, la mayoría de la gente dijo que planeaba gastar más de 3.000 dólares en viajes este año, incluyendo el 46% que ha ahorrado fondos y el 27% que cobrará las recompensas de viaje de sus tarjetas de crédito.
Casi una cuarta parte de los miembros de la generación Z y los millennials con planes de viaje están haciendo una wish list, mientras que un tercio de los viajeros con ingresos superiores a 100.000 dólares está planeando una escapada internacional.
El trabajo remoto es un pilar fundamental al momento de planificar un viaje.
Alrededor del 30% de los viajeros planean trabajar a distancia durante uno de sus viajes; ese porcentaje es incluso mayor entre los Gen Z (39%) y los millennials (37%).
La ventaja de ser un «nómade digital» es que las vacaciones de trabajo permiten realizar viajes adicionales, ya que los trabajadores a distancia planean cinco escapadas en comparación con la media general de tres.
Los viajeros están dispuestos a gastar a lo grande, haciendo buen uso de sus ahorros: el 53% gastará 3.000 dólares o más en viajes este año, mientras que sólo el 39% gastó esa cantidad el año pasado. Casi la mitad de los viajeros (46%) utilizará el dinero ahorrado para pagar sus viajes.
Un ojo en las recompensas de las tarjetas de crédito: Casi un tercio de los estadounidenses (31%) solicitará una nueva tarjeta de recompensas para viajes este año, incluyendo casi la mitad de los Gen Z (46%). Además, el 27% cobrará las recompensas de viaje que ya ha acumulado.
En general, el 45% de las personas están planeando más viajes este año, incluyendo 6 de cada 10 Gen Z y el 51% de los padres con hijos menores de 18 años.
Estar completamente vacunado (54%), querer recuperar el tiempo perdido (41%), e ir a visitar a familiares y amigos que no han visto debido a la pandemia (41%) fueron los principales motivos de los planes de viaje de 2022, según los encuestados.
Por otro lado, los baby boomers, que pueden haber sido más cautelosos durante la pandemia, tienen el mayor porcentaje (54%) que dice querer reencontrarse con sus seres queridos.
La Fundación John S. y James L. Knight, en colaboración con Global Economics Group, publicó un nuevo estudio que revela que las empresas de asset management, propiedad de mujeres y personas afrodescendientes, tienen al menos tres veces más probabilidades de emplear equipos diversos en comparación con las empresas dirigidas principalmente por hombres blancos.
El estudio, «Knight Diversity of Asset Managers (KDAM) Research Series: Ownership and Teams Diversity Metrics», representa una primera mirada a los únicos datos ampliamente disponibles sobre la diversidad de los equipos de inversión, incluidos los gestores de cartera de las empresas, los analistas y otros responsables de la toma de decisiones.
El estudio revela una fuerte relación positiva entre la diversidad de la propiedad y la diversidad de los equipos de inversión: cuanto más sólida es la diversidad de la propiedad, mayor es la diversidad de los equipos, por término medio, y viceversa.
El estudio también descubrió que hay más diversidad en los equipos de inversión, en general, que en la propiedad. Considera que los equipos son diversos si al menos el 50% de sus gestores de cartera son mujeres o personas de color.
Los resultados complementan otras investigaciones que muestran que las mujeres y las personas de color están lamentablemente infrarrepresentadas entre los propietarios de las empresas de gestión.
Un estudio reciente de la serie KDAM reveló que las empresas de propiedad diversa sólo supervisan el 1,4% del total de activos gestionados en el sector financiero estadounidense, a pesar de que las investigaciones demuestran que esas empresas rinden tanto como las dirigidas por hombres blancos.
Este nuevo análisis centrado en los equipos ha sido posible gracias a los nuevos datos recogidos a través de una encuesta voluntaria realizada por eVestment.
En el conjunto de datos de eVestment de 1.096 empresas con sede en EE.UU., 204 empresas (o el 19%) proporcionaron datos sobre la diversidad de la propiedad y la diversidad del equipo.
Las empresas que respondieron supervisan colectivamente 3 billones (trillions en inglés) de dólares de los 37,3 billones de dólares en activos supervisados por todas las empresas con sede en EE.UU. en el conjunto de datos de eVestment. Es decir, representan un 8% del total de los activos supervisados.
“La tasa de respuesta pone de manifiesto la necesidad de disponer de datos más exhaustivos y de mayor transparencia en este ámbito”, reflexiona la fundación en su informe al que accedió Funds Society.
Dentro de las principales datos que surgen del estudio se destaca que entre las 204 empresas de asset management incluidas en el análisis, la mayoría de las empresas de propiedad diversa (69 de 93, o el 74%) emplean equipos diversos, en comparación con sólo 28 de 111 (25%) entre las empresas que no son de propiedad diversa.
Además, los datos estadísticos muestran que, por término medio, las empresas que no respondieron a la encuesta de eVestment tienen una menor representación de la diversidad en la propiedad y en los equipos de inversión que las empresas que comunicaron voluntariamente las estadísticas.
Pero incluso entre el subconjunto de 204 empresas que comunicaron voluntariamente datos sobre la propiedad y los equipos, las disparidades siguen siendo enormes. Las mujeres están muy poco representadas en los equipos en relación con su respectiva proporción en la población total de EE.UU., y gestionan sólo el 23% de los 3 billones de dólares en activos analizados para este estudio.
Las estadounidenses de origen asiático representan el mayor porcentaje de equipos de inversión diversos, mientras que las mujeres blancas son el mayor porcentaje de propiedad diversa.
“Las conclusiones del estudio plantean cuestiones críticas sobre el estado de la diversidad en la gestión de activos, como por ejemplo si la diversidad relativa de los equipos en comparación con los propietarios es un signo de progreso positivo, y hasta qué punto las mujeres y las personas de color en funciones de toma de decisiones se enfrentan a barreras sistémicas para ser propietarios”, dice el informe.
«Esperamos que este estudio anime a más empresas de gestión de activos a compartir datos sobre la composición de sus empresas y que, a su vez, este conocimiento ayude a las empresas a aprovechar el talento de las mujeres y las minorías infrautilizadas», dijo Candice Rosevear, directora de Global Economics Group.
El Índice de Expectativas del consumidor se debilitó aún más, con los consumidores citando como factores el aumento de los precios, basado en la explosión del combustible y todas las consecuencias de la guerra en Ucrania, según una encuesta de The Conference Board.
Mientras tanto, las intenciones de compra de artículos de gran valor, como los automóviles, se han suavizado en los últimos meses al aumentar las expectativas de los tipos de interés.
Un sondeo especial realizado en la Encuesta de Confianza del Consumidor® de marzo se centró en el impacto percibido de la guerra en Ucrania sobre la inflación general en EE.UU., así como su impacto en una amplia gama de expectativas que van desde los precios de la energía y los alimentos hasta el crecimiento económico y los viajes internacionales (véase el gráfico siguiente).
En particular, 6 de cada 10 consumidores creen que el conflicto provocará un aumento significativo de los precios en los próximos meses, mientras que otros 3 de cada 10 consumidores consideran que el impacto en los precios será probablemente moderado.
Los consumidores esperan que el impacto general de la guerra en Ucrania sea negativo y de gran alcance.
Se espera que los impactos más pronunciados se sientan en los precios de la energía. De hecho, más de la mitad de los consumidores dijeron que los precios en el surtidor serían probablemente los más afectados.
Con los precios de la gasolina por encima de un dólar el litro, es probable que los precios de la energía sigan siendo una de las principales preocupaciones de los consumidores.
Mientras tanto, los consumidores esperan que el impacto en los precios de los alimentos sea algo más moderado. Sin embargo, esto puede deberse en parte a que los aumentos en este sector tardarán un poco más en filtrarse a través de la cadena de suministro antes de que los consumidores vean cambios visibles en los estantes de las tiendas.
Menos de una cuarta parte espera que la economía estadounidense sufra un impacto muy negativo, pero, no obstante, las expectativas son que el crecimiento se ralentice en un futuro próximo.
En general, la confianza de los consumidores sigue respaldada por el fuerte crecimiento del empleo y, por tanto, se ha mantenido notablemente bien a pesar del aumento de los conflictos geopolíticos. Sin embargo, las expectativas de inflación para los próximos 12 meses alcanzaron el 7,9% en marzo -un máximo histórico- y es probable que sigan aumentando en los próximos meses.
El impacto del aumento de los precios, especialmente para los consumidores menos pudientes, probablemente frenará el gasto en 2022. Estos consumidores dispondrán de menos dinero discrecional para gastar en cenas fuera de casa, entretenimiento fuera del hogar, viajes y vacaciones. Por lo tanto, las industrias de servicios en persona que intentan recuperarse de la pandemia pueden seguir teniendo problemas, aunque en menor grado que durante lo peor de la crisis del COVID-19.
Con estos datos, The Conference Board prevé que los vientos en contra derivados de una mayor inflación y de la guerra en Ucrania persistirán a corto plazo, lo que podría mermar la confianza y enfriar el gasto y el crecimiento económico en los próximos meses.
Durante gran parte de la última década, el entorno económico no ha sido nada propicio para los gestores de renta variable value, muchos de los cuales han abandonado el sector, bien porque han sido despedidos o porque se han hartado de ver el deterioro del value año tras año.
Sin embargo, al subir la inflación, se reduce el comercio global y, por lo tanto, la competencia, de modo que muchos sectores tradicionales podrían ver aumentada su capacidad de fijación de precios. En este contexto, los gestores de acciones value podrían tener por fin la ansiada oportunidad de destacar.
¡Oye, gran derrochador!
Como gestor value, es importante no perder de vista los principios fundamentales de la inversión. Cuando alguien compra una acción, básicamente está comprando el valor real de una empresa y de sus productos y operaciones. Todo precio de compra adicional superior a dicho coste no es más que el reflejo de la confianza que otros han depositado en esa empresa. Hasta hace 18 meses, los tipos de interés sumamente bajos y la política monetaria flexible abarataron el dinero, lo que permitió a los inversores comportarse con frivolidad y comprar las acciones growth de moda que parecían interesantes, sin apenas prestar atención a cuánta «confianza» adicional había.
Como consecuencia de ello, se destinó capital a empresas con ratios precio-beneficio (PER) elevados que los participantes del mercado creían que ofrecerían una mayor recompensa en el futuro. Este tipo de empresas solían generar muy poco flujo de caja y dependían de inversores externos para financiar el negocio. Al igual que al final de la burbuja de las puntocom, muchos inversores han considerado el mercado más como una lotería que como una oportunidad para invertir, una estrategia que les ha reportado excelentes rentabilidades durante una época de dinero fácil, pero que no puede funcionar bien siempre.
En los últimos meses y semanas, tanto el entorno macroeconómico como el ánimo de los inversores han cambiado radicalmente. En los últimos 18 meses, el estilo growth y el value han pugnado por el liderazgo (gráfico 1). Pero ante el aumento de la inflación, la escasez de suministros, las crecientes tensiones en el comercio global y, en última instancia, las probables subidas de tipos de interés, los inversores ahora se piensan mucho más el precio que están dispuestos a pagar por una empresa. A principios de 2022, asistimos a un cambio bastante drástico en las asignaciones de capital: el índice MSCI Europe Value se anotó una subida del 2,6% en enero, comparado con las caídas del 5% del índice MSCI World y del 8,8% del índice MSCI Europe Growth.
¿La apuesta por el value ha llegado para quedarse?
El value ha registrado un periodo momentáneo de rentabilidad relativamente buena, pero ¿cuánto puede durar? Los inversores en growth podrían aducir que los factores estructurales que impulsan a las acciones growth siguen estando ahí; las fuerzas deflacionistas podrían recuperarse en cuanto se resuelvan los problemas coyunturales de las cadenas de suministro y las tensiones políticas. Sin embargo, creemos que la inflación va a continuar al menos durante los próximos años.
Las tensiones geopolíticas siguen creciendo y la situación entre Ucrania y Rusia está afectando aún más a la inestabilidad del suministro. Mientras las cadenas de suministro se resienten, vemos cómo las empresas están relocalizando sus negocios al trasladar las operaciones a su país para evitar nuevas interrupciones. Ello supondría la creación de empleo mejor remunerado en fábricas y algunas empresas repercutirán estos costes a los clientes mediante subidas de precios, lo que generará inflación.
En otro ámbito de la inversión, creemos que los factores medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) también son sumamente inflacionistas. Disponer ‘correctamente’ los factores ESG tiene un alto coste. Esto se puede ver en el propio sector de la inversión, ya que las gestoras de activos están contratando más analistas para investigar las alegaciones en materia de ESG de las empresas, las cuales contratan a su vez más personal para responder a este escrutinio. La presión también se ve reflejada en el precio del petróleo. Es imposible ignorar este desplazamiento del capital desde las compañías energéticas «sucias» hacia las nuevas tecnologías «limpias». Aunque este giro tiene buenas intenciones, se trata de empresas jóvenes que no suelen ser sustitutas reales de las fuentes de energía de eficacia probada. Una sustitución deficiente implica un aumento de la demanda de crudo, lo que eleva los precios, una consecuencia que ha afectado a muchos últimamente. De nuevo, esta situación puede generar presiones inflacionistas en la economía, que no van a desaparecer rápidamente, en nuestra opinión. En lugar de volver al entorno deflacionista de la última década, creemos que estamos en los albores de un nuevo ciclo, muy diferente del anterior.
La búsqueda de value de calidad en Europa
Frente a las empresas growth de alta calificación se encuentran las acciones deep value, es decir, empresas que parecen extraordinariamente baratas, a veces por buenos motivos. En Europa, los bancos son un sector deep value (generalmente empresas con dificultades financieras). A pesar de esta definición tan poco alentadora, el sector bancario ha sido el favorito del mes para muchos inversores interesados en pasarse al value.
Gran parte de la apuesta por el value que vimos en las primeras semanas de 2022 empezó ahí, puesto que los tipos de interés más altos deberían traducirse en mayores beneficios para el sector bancario. Una vez que los sectores deep value registren compras masivas, creemos que la apuesta por el value se ampliará a otras áreas de este mercado.
Preferimos centrar nuestra atención en empresas de mayor calidad que creemos que el mercado infravalora, pero que tienen una alta rentabilidad financiera (ROE). Dada la retención de los flujos de caja en los negocios, creemos que este tipo de empresas deberían poder crecer más rápido que el mercado. En este entorno de tipos de interés e inflación más altos, creemos que el value de calidad está bien posicionado de cara al nuevo ciclo.
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En sus declaraciones del pasado martes, Lael Brainard, gobernador de la Reserva Federal, anunció que el banco central estadounidense podría comenzar a adelgazar el tamaño de su balance tan pronto como el próximo mayo.
El lenguaje utilizado («Dado que la recuperación ha sido considerablemente más fuerte y rápida que en el ciclo anterior, espero que el balance se reduzca considerablemente más rápido que en la recuperación anterior») contrasta con las pistas respecto a futuros ajustes en política monetaria compartidas por Jay Powell en su última conferencia de prensa: «Pensamos que el balance se ajustará de manera predecible en el fondo y que la herramienta activa, reunión a reunión, será el nivel de los fondos federales (…) queremos evitar añadir incertidumbre a lo que ya es una situación muy incierta».
Esta falta de concreción, con el mercado descontando ya una subida del 0,5% en la próxima reunión de mayo, ha incrementado la presión sobre la rentabilidad del bono a 10 años, sacando temporalmente a la curva de la zona de pendiente negativa. Las minutas publicadas el miércoles han aportado su granito de arena. Aunque se habló de un límite máximo mensual de 95.000 millones de dólares (60.000 millones en bonos del Tesoro y 35.000 millones en titulizaciones), no se establece con precisión un volumen de activos objetivo en el que finalizar el tensionamiento cuantitativo (QT). Los miembros de la Fed plantean alcanzar esa velocidad de crucero para el QT en tres meses desde su inicio. Este ritmo es más rápido que la reducción del balance de 2017, cuando la Fed limitó el drenaje mensual a 50.000 millones de dólares y tardó un año en alcanzar ese monto de retiros de forma sostenida.
La inversión en el tramo de 2 a 10 años del que hablamos la semana pasada –que a su vez no ha hecho más que seguir el movimiento en la curva del mercado monetario de las últimas semanas– sostiene la idea de que el tipo de interés real neutro (R*, que equilibra la inversión/consumo con el ahorro de una economía en el largo plazo) se mantiene muy próximo a donde se encontraba antes de la pandemia, y que la inflación será solamente un problema pasajero. Así, los futuros de eurodólar están apuntando un violento giro en política monetaria en un horizonte de 18 a 30 meses.
Esta corriente de pensamiento también implica que si la Fed sigue adelante con su hoja de ruta, el riesgo de recesión –y de corrección más abultada en el precio de activos financieros– debería ir incrementándose rápidamente.
Asumiendo el nivel de tipos implícito para diciembre por la curva OIS, los fed funds ajustados a inflación se situarán por encima de cero, muy cerca de los niveles que resultaron excesivos desde el punto de vista del tensionamiento monetario en 2019.
Hay que tener en cuenta que el potencial de crecimiento económico ha venido disminuyendo los últimos años (CBO lo estima en 1,7%), rebajando el nivel máximo de tipos hasta donde debe llegar la Fed para afectar al consumo, la inversión y la inflación (algo que evidencia la estructura de máximos decrecientes en el panel inferior del gráfico anterior).
El crecimiento real del PIB lo determinan dos pilares, uno más demográfico y el otro asociado con la inversión: el aumento de la población activa y la productividad. El BLS (Bureau of Labor Statistics) proyecta que la tasa de crecimiento de la población activa subirá de media un 0,5% por año hasta 2030, por lo que difícilmente cumplirá con el pronóstico. Echando un vistazo rápido a la gráfica de abajo (izquierda) observamos con claridad cómo el número de personas trabajando o buscando trabajo activamente viene cayendo de forma casi ininterrumpida desde los máximos de 1979.
El inicio de los periodos de expansión más sólidos y longevos ha coincidido casi siempre con mercados de trabajo muy deprimidos, cuya paulatina recuperación aportaba positivamente al crecimiento económico. En esta ocasión, la contribución cíclica de los cambios en la tasa de desempleo sobre el PIB –que desde 1950 oscila entre 0,9% y -0,8%– está ya en zona de máximos (gráfica de abajo derecha). A partir de aquí su aportación muy probablemente sea decreciente.
La productividad, también en tendencia bajista, se sitúa en un 1,2% de media en los últimos 10 años y ofrece margen de mejora en un contexto de recuperación en la inversión. Sin embargo, en base a la equivalencia entre inversión y ahorro, un déficit de cuenta corriente cada vez más negativo merma la capacidad para invertir.
La R* es un concepto difícilmente cuantificable, y existe otra corriente de pensamiento que considera que ahora está por encima de donde se encontraba en 2020 (más cerca del 3% que del 0%), sobre todo por una tendencia estructural a la baja en la tasa de ahorro. Algo que mitigaría a corto plazo el riesgo de recesión (porque la política monetaria de la Fed no sería entonces tan agresiva como parece), pero que podría resultar en riesgos inflacionistas persistentes más adelante.
La vuelta a la normalidad social después de dos años y la transición del consumo de bienes a servicios impulsará una rápida disminución del excedente de ahorro (que en EE.UU. es de 2,3 billones de dólares) como también lo hará la jubilación en masa de los babyboomers, que dejarán de ingresar y comenzarán a gastar más. Además, el aumento de riqueza por la apreciación de activos mobiliarios y financieros puede acelerar esta tendencia.
Por otro lado, el incremento del déficit estructural hasta 2025 (4,9% de media frente al 2% desde 2014 a 2019, según datos del FMI) y la necesidad de invertir para renovar un tejido productivo y residencial anticuado (16 años en el caso del primero, el nivel más elevado desde 1965, y 31 años en lo que respecta al segundo, niveles pico de los últimos 70 años) podrían sesgar los próximos años la balanza a favor de la inversión impulsando al alza la tasa R*.
Sea como fuere, y en línea con nuestros comentarios de la semana pasada, el mercado no parece estar descontando esta incertidumbre adecuadamente. El miércoles inauguraremos el inicio del periodo de publicación de resultados del 1T en EE.UU. y es probable que los empresarios se muestren cautos respecto al segundo y tercer trimestre. Sorprende que, en un entorno donde los riesgo son cada vez mayores, los analistas estadounidenses de renta variable, según datos de Factset, tengan tantas acciones de recomendación de «COMPRAR» como no se veía desde 2010.
Amundi ratifica su compromiso de ofrecer a los inversores un conjunto cada vez más amplio de productos ESG. Así, Amundi ha transformado dos de sus principales ETFs de renta variable sobre el CAC 40 y el STOXX Europe 600 en exposiciones equivalentes ESG.
Según explica la gestora, esta iniciativa forma parte del Proyecto Social del Grupo Crédit Agricole y de su compromiso con el clima. De hecho, el 21 de marzo de 2022, Amundi CAC 40 UCITS ETF se convirtió en Amundi CAC 40 ESG UCITS ETF DR. El ETF replica el índice CAC 40 ESG y permite a los inversores beneficiarse de la exposición a los 40 principales valores del mercado francés que demuestran sólidas prácticas medioambientales, sociales y de gobernanza seleccionados del índice CAC Large 60, mediante un estricto screening negativo y un enfoque de selección best-in-class.
Este ETF tiene una huella de carbono ponderada reducida y su ratio “verde-marrón” mejorado apoya la transición hacia inversiones más bajas en carbono. Con 1.200 millones de euros en activos gestionados, es el mayor ETF disponible en el mercado sobre esta exposición.
En la misma fecha, Amundi Stoxx Europe 600 UCITS ETF se convirtió en Amundi Stoxx Europe 600 ESG UCITS ETF DR. Según indica la gestora, este vehículo de inversión replica el índice STOXX Europe 600 ESG Broad Market y permite a los inversores beneficiarse de una exposición a los valores de los países desarrollados europeos mediante la selección del 80% de los valores con la mayor puntuación ESG seleccionados del índice STOXX Europe 600. Se excluyen los emisores implicados en prácticas empresariales controvertidas.
Ambos ETFs están ahora clasificados como artículo 8 del reglamento SFDR de la UE. “Los inversores buscan cada vez más opciones para reorientar su cartera hacia inversiones responsables. Estos cambios en nuestra gama de productos reflejan nuestro compromiso de acelerar la transición ESG”, indica Arnaud Llinas, director de ETF, Indexing & Smart Beta en Amundi.
Para Juan SanPio, Director De ETF, Indexing & SmartBeta en Amundi, “con la aplicación de nuestra gama de ETFs climáticos, ofrecemos a los inversores instrumentos adicionales que responden a la creciente demanda por este tipo de soluciones”.
Por un momento los mercados se mostraron alcistas gracias a las señales que indicaban que la guerra en Ucrania parecía estar disminuyendo en intensidad, pero la historia sobre el terreno es completamente diferente. A medida que las semanas avanzan, las posibilidades de que el conflicto se prolongue y puedan aprobarse más sanciones después aumentan, lo que obliga a las gestoras a reevaluar las consecuencias de esta guerra en los mercados y en las posiciones de sus carteras.
En opinión de Sebastien Galy, responsable de estrategia macroeconómica de Nordea AM, Rusia está “arrinconada” debido a las fuertes sanciones y, por ahora, un apoyo muy limitado de China. “Con el tiempo, a medida que las importaciones a Rusia se vuelvan más costosas y difíciles de encontrar, es probable que el descontento se extienda en la población obligando al gobierno a encontrar una nueva narrativa. El gobierno estadounidense especula sobre el uso de armas no convencionales, mientras que el mercado espera que suceda lo mejor, es decir, el inicio de negociaciones serias”, explica.
Para Víctor Alvargonzález, director de estrategia y socio fundador de la firma de asesoramiento independiente Nextep Finance, la guerra se alargará, alternando episodios de paz y etapas de duros enfrentamientos. “Ahora el conflicto formará parte de la ecuación que moverá a los mercados, y muy concretamente, una variable clave: la inflación. Porque el aislamiento económico de Rusia tiene un impacto inflacionista a nivel mundial, y no tanto en el crecimiento, al ser Rusia el mayor productor global de materias primas. Cortar las exportaciones rusas implica poner al mercado de materias primas patas arriba. Occidente se auto sanciona indirectamente, en forma de shock inflacionista. Incluso aunque los cuellos de botella causados por la pandemia se resuelvan rápidamente y la revolución digital logre suavizar la inflación en el sector de los servicios, aún quedará una potente fuente de inflación, que será de origen ruso y de origen salarial”, afirma.
No perdamos el optimismo. Por ejemplo, Galy considera que el mercado cree que Rusia retrocederá y llegará a un acuerdo con Ucrania. “Cuanto más tiempo espere Rusia, más fuerte será el impacto de las sanciones, incluidas unas tasas de interés muy elevadas, lo que sugiere que el mercado probablemente tenga razón al ser cautelosamente optimista. De hecho, Rusia anunció un objetivo más limitado, centrado en la región de Donbass. La pregunta ahora es si Rusia aceptará la afirmación de Ucrania de neutralidad”, afirma para contextualizar en qué punto de esta guerra estamos.
Las carteras
Según resume Edmond de Rothschild AM en su último análisis de mercado, “la prima de riesgo del conflicto disminuyó, haciendo que los activos de riesgo subieran y las materias primas bajaran considerablemente. Volvemos gradualmente a una postura neutral en la renta variable y seguimos infraponderando la duración, ya que la inflación sigue estando presente”.
Hasta que el conflicto se detenga, los expertos recuerdan que seguirá impulsando la inflación, erosionando el valor del efectivo y obligando a los gestores a navegar entre la gestión del riesgo y la búsqueda de oportunidades. Para Euan Munro, CEO de Newton, y Shamik Dhar, economista jefe de BNY Mellon Investment Management, consideran que, frente al trasfondo del conflicto, podría ser tentador liquidar posiciones en activos de riesgo y buscar refugio en otros percibidos como seguros como el efectivo, pero las sanciones financieras impuestas a Rusia por grandes segmentos de la comunidad global han creado un colectivo de vendedores en apuros que intentan deshacerse de activos en un mercado que se ha visto privado de liquidez. “A no ser que sea usted un vendedor forzado, yo no me uniría a ellos”, advierte.
Munro considera probable que la rotación de growth a value y renta se intensifique a medida que los efectos de la inflación creciente y el impacto de las sanciones comerciales a Rusia se hacen patentes. Esta tendencia favorecerá seguramente a empresas con poder de fijación de precios, capaces de mantener sus dividendos en la actual coyuntura de mercado. A la luz de las sanciones y de la “desglobalización” resultante del conflicto, Munro considera que los beneficiarios podrían ser empresas no obligadas a satisfacer a varios regímenes, como por ejemplo negocios orientados al mercado doméstico y con poder de fijación de precios. “Existe mucha incertidumbre y podríamos enfrentarnos a una recesión mientras se reajusta el suministro de energía en distintas partes del mundo. En tal entorno, es mucho más probable que las acciones growth sufran un varapalo”, afirma.
En opinión de Hamco Financial, el conflicto puede generar aún más volatilidad en los precios de las materias primas, a causa de la reducción de oferta tanto en la energía como en los productos agrícolas, debido a las sanciones aplicadas contra Rusia. Según su valoración, todo ello aumenta el riesgo de ralentización de la economía, sin descartarse una posible entrada en recesión. “En un entorno de endurecimiento monetario que ya se había puesto en marcha por parte de los bancos centrales para frenar la subida de los precios antes de la invasión rusa de Ucrania. A partir del estallido de la guerra, la inflación se ha disparado y las autoridades monetarias no tendrán más remedio que incrementar las subidas de tipos previstas. A lo que se añade que la Reserva Federal continuará reduciendo su balance”, resumen.
Frente a ello, Hamco Financial recomienda un sesgo más defensivo que el posicionamiento que había recomendado hasta ahora, pero manteniendo la exposición a energía y las principales posiciones. En el caso de la renta variable, señala que hay que tener en cuenta que las bolsas habían alcanzado niveles máximos, y cayeron de forma relevante tras el inicio de la guerra, para dar lugar a nuevos rebotes posteriores en el precio de las acciones.
Por su parte, desde Cobas AM, consideran que el panorama parece positivo para las industrias del petróleo y del gas, sobre todo del gas natural licuado. Respecto al mercado energético señalan: “Si los fundamentales del sector apuntaban ya hacia precios más elevados del crudo para los próximos años, ahora la situación en Ucrania está elevando aún más estas previsiones. En principio, las empresas petroleras verán incrementada sustancialmente su capacidad de generar flujos de caja. En el caso del gas, la nueva apuesta europea impulsará la inversión en nuevas infraestructuras en toda la cadena de valor. Además, junto al impulso del gas natural licuado, también se plantean medidas como el regreso del uso transitorio del carbón, la sustitución de las calderas de gas o el incremento de las energías renovables”.
En último lugar, Amundi señala que la renta variable sigue estando favorecida, especialmente en EE.UU., donde el crecimiento de los beneficios debería seguir siendo positivo en el marco de una economía más resiliente. “Sin embargo, los inversores deberían evitar los valores más expuestos a la subida de los tipos y buscar oportunidades en los segmentos de value y quality. La capacidad de preservar los márgenes será fundamental, especialmente en el segundo semestre y en 2023, y el poder de fijación de precios de las compañías será clave en este sentido”.
Además subraya que los fuertes y rápidos movimientos en el mercado de bonos exigen un enfoque táctico de la duración, ahora no tan corta como hace unas semanas. “La parte corta de la curva parece ahora especialmente atractiva, puesto que ya ha descontado la mayor parte del ciclo de subidas de la Fed, mientras que el extremo largo probablemente se revalorizará más. Los mercados de titulizaciones relacionados con la vivienda en EE.UU. pueden ser especialmente atractivos a la luz de un mercado inmobiliario fuerte”, indica en su último documento de Investment Talk.
Una nueva visión
Por último, dejando a un lado estas ideas de inversión, Mobeen Tahir, director de análisis de WisdomTree, identifica cuatro cambios significativos y duraderos en el mundo de la inversión que han sido catalizados por el conflicto: la necesidad de identificar los riesgos geopolíticos está siempre a la vuelta de la esquina; la necesidad de prepararse para una política restrictiva; la necesidad de una mejor protección inflacionista; y la necesidad de observar que ciertas megatendencias se han catalizado.
A corto plazos, según explican lgerd Eichler y Alexander Lippert, gestores de fondo MainFirst Top European Ideas Fund, y el MainFirst Germany Fund, respectivamente, en un contexto de mercados muy volátiles, es difícil separar la valoración del mercado a corto y medio plazo del impacto económico real en la evolución de los beneficios empresariales a medio y largo plazo. «El mercado de valores es un mecanismo de descuento, que actualmente no está dando buenos resultados debido a los nuevos y desconocidos factores de incertidumbre», advierten.
Por ello consideran que la selección de valores individuales es un reto para un gestor de fondos activo en un entorno tan simplificado. Según su experiencia, es precisamente en esos momentos cuando también surgen oportunidades, aunque a menudo sólo parecen evidentes a posteriori: «Aquí es importante recordar el potencial de rentabilidad a largo plazo del mercado de valores».
M&G ha anunciado una serie de mejoras en su fondo M&G (Lux) Sustainable Allocation, incluida la incorporación de un objetivo no financiero para complementar el objetivo financiero del fondo. Según señala la gestora, los cambios serán efectivos a partir del 20 de mayo de 2022.
Entre los cambios realizados, el fondo pasará a estar categorizado conforme al artículo 9 del marco del Reglamento europeo de divulgación sobre sostenibilidad (SFDR). Aunque las consideraciones medioambientales, sociales y de gobernanza corporativa siempre han formado parte del objetivo de inversión del fondo, la gestora explica que “la inclusión de un objetivo concreto de sostenibilidad mejorará su perfil ESG y aportará mayor claridad a los inversores en relación a los resultados ESG que el Fondo busca alcanzar”.
Además, se introducen un conjunto de indicadores clave de sostenibilidad que permitirá a los inversores acceder a la contribución del fondo a una economía sostenible, a través de objetivos medioambientales y/o sociales, en particular la mitigación del cambio climático. Así, a partir del 20 de mayo de 2022, los objetivos financieros del fondo seguirán sin cambios, es decir, buscará aportar una rentabilidad total (aumento del capital más ingresos) del 4%-8% por año sobre cualquier periodo de cinco años. Mientras que los objetivos sostenibles serán: contribuir a una economía sostenible invirtiendo en activos que apoyan el medio ambiente y/o metas sociales, en particular la mitigación del cambio climático.
“Desde que lanzamos el fondo, los inversores han demostrado un creciente interés por la sostenibilidad y la atención por que su capital se mueva en los mercados financieros. Esta tendencia ha ampliado el alcance de las oportunidades de inversión y ahora nos sentimos cómodos reforzando la propuesta del fondo en la conversión al artículo 9 del SFDR. Estamos estableciendo un objetivo sostenible, criterios de inversión más estrictos e indicadores clave de sostenibilidad que ayudarán a los inversores a poner de manifiesto su contribución para lograr los objetivos medioambientales y sociales. Creo que este foco renovado y centrado en la sostenibilidad realmente distinguirá la propuesta única del fondo en el panorama de inversión multi-activos al tiempo que permitirá cumplir las metas financieras del fondo”, ha destacado Maria Municchi, gestora del M&G (Lux) Sustainable Allocation Fund en M&G.
Por su parte, Fabiana Fedeli, directora de inversiones, renta variable y multi-activos de M&G, ha señalado que, a medida que el sector de la inversión se va haciendo más consciente de su papel para conseguir un futuro más sostenible, sus clientes exigen soluciones más orientadas al ESG. “A largo plazo, creemos que las empresas cuyos productos y operaciones se gestionan de manera sostenible, experimentarán un mejor comportamiento operativo y un crecimiento más sólido a largo plazo. Este fondo aprovechará la sólida experiencia del equipo en inversión en sostenibilidad e impacto para lograr resultados positivos tanto a escala medioambiental como social, a la vez que busca lograr rentabilidades atractivas para nuestros inversores en el largo plazo”, ha afirmado.
Según indican desde la gestora, los principales cambios realizados incluyen la aplicación de restricciones adicionales a la inversión en el universo de inversión del fondo y que la estrategia de inversión del fondo se actualizará para aportar detalles sobre cómo seleccionarán los activos para cumplir su meta de sostenibilidad. Además, se añadirá una serie de indicadores clave de sostenibilidad al documento de Criterios de ESG y Sostenibilidad del fondo (disponible en la página dedicada al Fondo dentro de la página web de M&G) para que los inversores puedan valorar cómo está evolucionando el Fondo con respecto a su objetivo sostenible.