Nordea AM lanza un fondo global que invierte en activos tangibles cotizados centrados en la gestión ambiental y social

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Foto cedidaJeremy Anagnos, gestor de CBRE Investment Management para el Nordea 1 – Global Sustainable Listed Real Assets Fund

Nordea Asset Management (NAM) ha anunciado el lanzamiento de uno de los primeros fondos Artículo 9 del SFDR, el Global Sustainable Listed Real Assets Fund. Según explica la gestora, se trata de un vehículo que invierte en activos tangibles cotizados centrados en la gestión ambiental y social, así como en la innovación tecnológica.

Desde Nordea destacan que esta solución innovadora ofrece exposición a empresas de bienes inmobiliarios e infraestructura que cotizan en bolsa. Y, en este sentido, ofrecen flujos de caja estables y predecibles, factores demandados dado el actual contexto económico tan incierto. El fondo está idealmente diseñado para abordar los desafíos mundiales desde varios ángulos. Por un lado, los activos tangibles que cotizan en bolsa de forma sostenible ofrecen una cobertura contra la inflación, ya que sus contratos a largo plazo vinculados a la inflación ayudan a crear resiliencia frente a los efectos de la subida de los precios. Además, las inversiones en soluciones modernas y de eficiencia energética están especialmente bien posicionadas para abordar los efectos del aumento de los precios de la energía y para fomentar la transición hacia una economía verde, así como el reconocimiento por parte del mercado de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. También están alineados con los temas más candentes en la actualidad, como la vivienda asequible, la modernización, la descarbonización y las ciudades sostenibles. Los activos tangibles también se verán impulsados para continuar la revolución global de los factores ESG.

Según indica la gestora, el Nordea 1 – Global Sustainable Real Assets Fund está gestionado por CBRE Investment Management, especialista en activos tangibles a nivel mundial. Gracias a CBRE, el fondo cuenta con una escala institucional y una amplia experiencia tanto en clases de activos inmobiliarios como en infraestructura. El galardonado Responsible Investment Team de NAM apoyará con el cribado y el análisis. Jeremy Anagnos, actual gestor de cartera del Nordea 1 – Global Listed Infrastructure Fund, se posicionará al frente de esta nueva estrategia de inversión.

Para Nordea, los activos tangibles tienen un largo historial de rendimientos y aportan excelentes resultados en tiempos de inflación. Por ello, consideran que se encuentran en una posición única para beneficiarse de las iniciativas de sostenibilidad en curso; pues se espera una inversión en infraestructura de 122 billones de dólares en las dos próximas décadas. Por ejemplo, muchas empresas públicas de servicios eléctricos están a la vanguardia de la iniciativa del Cero Neto, ya que buscan instalar paneles solares, construir turbinas eólicas, mejorar las líneas de transmisión para cargar vehículos eléctricos y convertir la calefacción en electricidad.

“Los activos reales forman parte de la columna vertebral de toda economía, permitiendo el desarrollo económico y social. Estas empresas generan impactos sociales, ambientales y económicos positivos, como por ejemplo al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, al revitalizar áreas más desfavorecidas, y al mejorar el acceso a los servicios en general. Impulsados por las iniciativas gubernamentales en curso, tanto inversores como futuros inquilinos y otras partes interesadas, vislumbran un entorno favorable a corto y largo plazo en torno a los activos tangibles que centran su mirada en la sostenibilidad”, afirma Jeremy Anagnos, gestor de CBRE Investment Management para el Nordea 1 – Global Sustainable Listed Real Assets Fund.

Amundi amplía su gama de ETFs climáticos con un nuevo fondo alineado con el Acuerdo de París

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Amundi sigue ampliando su gama de ETFs climáticos con el lanzamiento de Amundi MSCI ACWI SRI PAB UCITS ETF DR. Según explica la gestora, el fondo replica el índice MSCI ACWI SRI Filtered PAB con unos gastos corrientes del 0,20%.  

En este sentido, destaca que el índice está bien diversificado e incluye más de 500 valores globales de 23 mercados desarrollados y 24 países de mercados emergentes. A través de su enfoque ESG best in class selecciona únicamente las compañías con las puntuaciones ESG más altas en relación a sus pares sectoriales del MSCI ACWI Index. 

Además, está diseñado para ajustarse a los requisitos de los índices climáticos alineados con el Acuerdo de París (PAB) de la UE, en base a los objetivos del Acuerdo de París de apoyar un mundo Net Zero para 2050 y limitar el aumento medio de la temperatura global a 1,5°C. Por lo tanto, el índice replicado por este nuevo ETF de Amundi sigue una trayectoria de reducción anual absoluta de las emisiones de carbono del 7% e integra una reducción inmediata del 50% de la intensidad de carbono en comparación con el universo invertible. 

Este nuevo fondo completa ahora la gama de 29 ETFs de Amundi alineados con los índices PAB y CTB (Climate Transition Benchmarks) de la UE, diversificados por geografías y con cerca de 19.000 millones de euros de activos bajo gestión. 

Según Matthieu Guignard, Director de Productos, Plataformas y Especialistas en Inversiones de Amundi ETF, Indexing & Smart Beta, “los inversores buscan más herramientas para tomar medidas climáticas de forma transparente, sencilla y con un coste eficiente. Estamos encantados y comprometidos a seguir ampliando nuestra gama de ETFs climáticos para ayudar a los inversores a alcanzar sus objetivos Net Zero”.

Por su parte, Juan San Pio, director comercial de Amundi ETF, Indexing & Smart Beta para Iberia y Latinoamérica, ha añadido que “con la ampliación de la gama de ETFs climáticos ofrecemos a los inversores instrumentos adicionales que responden a la creciente demanda por este tipo de soluciones”.

Thierry Larose: “En estos comicios en Brasil, la elección del ministro de Economía será una señal determinante para los mercados”

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Foto cedidaThierry Larose, gestor de carteras y analista en Vontobel

Este domingo, Brasil se enfrentará a unas nuevas elecciones generales en las que se medirán el expresidente Lula da Silva y el actual presidente, Jair Bolsonaro. Según Thierry Larose, gestor de carteras y analista en Vontobel, los mercados se han mostrado bastante agnósticos respecto a quién ganará estos comicios, pese a que la diferencia entre los candidatos se ha estrechado. Sobre Brasil, sus elecciones y sus retos económicos hemos reflexionado con él en esta entrevista.

¿​​Qué están descontando los mercados ante estas elecciones?

Los mercados se han mostrado agnósticos por varias razones. En primer lugar, hay una enorme brecha ideológica entre Lula y Bolsonaro. ​​Aunque sus respectivas agendas políticas también son muy divergentes, la línea divisoria entre ambos es un poco más borrosa cuando se trata de ciertos aspectos de la economía que preocupan mucho a los mercados: ambos son populistas pragmáticos que, por un lado, están deseosos de gastar cualquier margen de maniobra fiscal en beneficios sociales y subsidios en lugar de en la formación de capital. Pero, por otro lado, ambos son conscientes de las líneas rojas que no se pueden cruzar en términos de sostenibilidad de la deuda.

En la misma línea, la elección del ministro de Economía será una señal determinante para los mercados. Bolsonaro probablemente mantendría a Paulo Guedes. En el caso de Lula, hay más incertidumbre sobre quién desempeñaría este relevante rol. Es de esperar que sea un perfil moderado que no dé la impresión de ser una persona que lleve a cabo políticas irresponsables desde el punto de vista fiscal. Desde que Lula anunció su preferencia por un no-tecnócrata, han sonado nombres como el del gobernador de Piauí, Wellington Dias, o el del exministro de Sanidad, Alexandre Padilha, que se perfilan para ese papel por su habilidad política para negociar con el Congreso y a nivel interno del gabinete. Más recientemente, el exjefe del Banco Central y ministro de Economía, Henrique Meirelles, declaró su apoyo a la campaña de Lula. Los mercados celebraron inmediatamente el titular, apostando por la posibilidad de que se una al equipo y asuma un papel que ya desempeñó con éxito bajo la presidencia de Michel Temer.

Además, lo que realmente importa en Brasil es averiguar si el presidente será capaz de reunir una mayoría operativa en el Congreso y cómo lo hará.

¿Los datos económicos más sólidos del segundo trimestre de Brasil, publicados a principios de septiembre, impulsarán las posibilidades de Bolsonaro de ser reelegido en octubre?

Sí, la mejora observada en la actividad económica y el enfriamiento de las presiones inflacionistas juegan claramente a favor de Bolsonaro. De hecho, la única posibilidad que tiene el presidente se basa en la aceleración de esta tendencia en las próximas semanas, aunque ese no es nuestro escenario base.

 

¿Por qué Lula sigue siendo uno de los candidatos más populares de América Latina en las últimas décadas?

En sus dos mandatos presidenciales, Lula se benefició de una época de bonanza de las materias primas, impulsada por el ascenso vertiginoso de China en la economía mundial. Los brasileños de la Generación X lo recuerdan como un período de buenos resultados económicos y de crecimiento inclusivo, con una clase media en rápido crecimiento impulsada por las políticas de reducción de la pobreza. El éxito se debe en gran medida a las reformas y políticas de estabilización llevadas a cabo por los presidentes Itamar Franco y Fernando Henrique Cardoso en la década de los 90, pero fue Lula quien cosechó los frutos, incluido el récord de popularidad.

¿Qué destacaría del legado de Lula en materia económica?

Lula se aprovechó del auge de la globalización de principios de la década de 2000, sin cometer grandes errores y aprovechando al máximo la apertura de China al comercio mundial y su entrada en la Organización Mundial del Comercio en 2001. Incluso la crisis financiera mundial de 2008 dejó al país relativamente indemne, en comparación con muchas economías desarrolladas.

¿Y del de Bolsonaro?

Bolsonaro no dejará ningún legado por la sencilla razón de que entregó todos los asuntos económicos a su ministro de Economía, Paulo Guedes, desde el primer día. El ministro Guedes será recordado como un «Chicago boy» de manual que trabajó duro para reducir el tamaño del Estado en la economía, recortando tanto los impuestos como el gasto público, y privatizando tantas empresas estatales como fuera posible. Su legado incluye varias reformas, la principal de las cuales fue la reforma de las pensiones de 2019. Un logro más polémico fue la reestructuración masiva de los pagos de la deuda del gobierno ordenados por los tribunales (precatórios) en 2021.

¿Qué presidencia cree que tuvo un impacto más positivo desde el punto de vista económico y de mercado?

Sin duda alguna y a todas luces, Brasil fue mucho más próspero entre enero de 2003 y enero de 2011 que desde enero de 2019.

¿Cuál de los dos candidatos se adaptaría mejor a los mercados?

Los mercados preferirían tener al ministro Guedes  al frente de la economía para un segundo mandato. Sin embargo, como ya se ha dicho, la victoria de Lula no provocaría necesariamente una pataleta.

A la hora de hablar de los desafíos para la economía brasileña en los próximos años, ¿qué debe hacer sin demora el nuevo presidente brasileño?

El presupuesto brasileño es muy rígido. Esto se debe a la gran cantidad de gastos que son obligatorios por la Constitución, la asignación de los ingresos fiscales a usos específicos y la designación de ciertos gastos como «obligatorios». El efecto es que una gran proporción del presupuesto queda aislada del escrutinio efectivo cada año.. Se calcula que más del 90% del presupuesto está sujeto a estas rigideces». Esta rigidez hace casi imposible canalizar los recursos públicos hacia grandes programas de inversión. En consecuencia, se requiere tiempo y paciencia para que un presidente pueda cumplir cualquier promesa económica. Esto se mantendrá así por algún tiempo, hasta que eventualmente aparezca una forma de romper esta rigidez de manera aceptable para la población.

¿Cuál es la mayor preocupación de los mercados sobre el nuevo presidente?

La irresponsabilidad fiscal, la derogación de las reformas favorables al mercado aplicadas desde el presidente Michel Temer (especialmente el tope del gasto público en términos reales que Lula prometió anular) y las permanentes interferencias de la agenda ideológica en las políticas económicas. Sin embargo, esperamos que la mayoría de las reformas se mantengan, ya que una derogación completa requeriría una mayoría especial que es poco probable que Lula obtenga. En cualquier caso, la crisis de la Covid demostró que, de todos modos, el tope puede ser vulnerado en circunstancias excepcionales.

¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de invertir en Brasil en un momento como el actual?

Se justifica cierta cautela, ya que se espera que la volatilidad aumente hasta el final de octubre, aunque no de forma desordenada, pero las mejores perspectivas fiscales, de inflación y económicas deberían ser un viento de cola para los primeros meses de 2023. A menos, por supuesto, que las economías desarrolladas entren en un aterrizaje forzoso, empujando a los inversores mundiales a buscar un refugio seguro en el dólar estadounidense. A nivel brasileño, queremos seguir de cerca el actual ciclo, si los ingresos fiscales siguen traduciéndose en un desapalancamiento del sector público, y si los inversores extranjeros vuelven en masa a comprar activos brasileños una vez que mejore el sentimiento del mercado mundial.

Condiciones monetarias, Wall Street: júbilo y debacle

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Las pérdidas máximas de 23% del S&P 500 y 36% del petróleo, no se equiparan aún a las de 2000, 2008 y 2020. Tras 8,5 y 6,5 meses de descenso y recaídas, comparando formas y proporciones con las de aquellas debacles, se puede esbozar si la recuperación es viable; o si la baja se agrandará para ser otro gran “crash”. ¿De qué depende?

Los años 80 vs 2022: tipos ahora son negativos

Aún asombra que la tasa de los fondos federales (FF) oscilara cual montaña rusa a inicio de los ochenta: de 10% a 20%, luego a 8,5% y de ahí a 20% en seis meses, caída a 12% en un año y repunte a 15%. La inflación (CPI) fluctuó entre 10% y 13%, se moderó a 6%, a 3%, luego a entre 3% y 5%, y en 1986 hasta 1,9%. El CPI de 2022 arañó 9% y evoca al de aquellos tiempos; la FF, en 3.25%, habría de ser más alta para estrechar el desfase negativo 

A bonanza extraordinaria, pinchazo inevitable

El S&P y el crudo (WTI) tomaron vuelo en 1994, cuando la FF subía a 5,50%. El pico de los tipos del ciclo fue en febrero de 1995, en 6% y, de ahí, cuatro años entre 5,50% y 4,75%. En 1998 el CPI caía a 1,6%; rebotaría a 3,4%. El PIB mejoró a 4,8%. Se irguió el toro: S&P tocó 1,527 unidades en agosto de 2000; 248% desde el piso, con media de 41% anual. Época efervescente de emisiones puntocom. WTI ganó 91% a $27, cayó 60% a $11 y rebotó 245% a $37. 

En junio de 1999, con el CPI arriba de 2% y el PIB casi al 5%, las medidas se endurecieron: tres alzas de 25 puntos (pb) a 5,50%, luego dos a 6%. Al primer trimestre de 2000, Wall Street mostraba agotamiento, la inflación inquietaba. El apretón de mayo a 6.50% fue determinante. El pinchazo de los sitios de Internet agudizó el desplome. 

El declive duró dos años. No sirvió el recorte rápido, extraordinario de FF a 1,75% a diciembre de 2001: de 50 pb en 8 de 11 ocasiones y de 25 en tres, ni la adicional en 2002 a 1.25%, o que el CPI se “normalizara” a 1,6%. El PIB en 2001 creció solo 1%; mejoró en 2002 a 1,7% y en 2003 a 2,8%. El boquete de la bolsa se amplió por los atentados a las torres gemelas y la guerra consecuente en medio oriente. WTI perdió 53%, a $17,5; la guerra y recesión pudieron más que la escasez. A septiembre de 2002, el S&P se hundía a 777 puntos, un 49%. 

¿Esperarías siete años para resarcir pérdidas?

La mejoría fue lenta y accidentada, sobre todo a partir de 2004, al iniciar otro ciclo restrictivo. A diciembre, luego de cinco aumentos, la FF era de 2,25%. El crecimiento se acercaba a 4% y el CPI casi llegaba a 3%. S&P ganaba 51% desde el fondo y WTI, 205%.

En 2005, en cada una de las 8 reuniones, la Fed apretó con 25 pb, a 4,25%. El PIB resistía en 3,5% y el CPI rozaba 3,4%. Durante 2006, sin Greenspan tras 18 años a cargo, los tipos subieron a 5,25%, para intentar desinflar la burbuja inmobiliaria que vertía preocupaciones. La economía se contenía a 2,8% y el CPI a alrededor de 3%. El índice tropezó en mayo 8% anticipándose al último ajuste monetario del ciclo, mas reaccionó desde 1,223 unidades. A julio de 2006, WTI cotizaba en $77, 341% desde 2002, para caerse en diagonal 27% a $56.

Durante 2007 el sesgo de la bolsa fue positivo, con dos tropezones en febrero y julio, de 6% y 9.5%. En octubre extendió el alza hasta 1,565, superando el pico de 2000. La vuelta a la cima requirió siete años. La acumulación desde el piso de 2002 sería de 101.4%, una media anual de 20,3%. Pero un tercer tropiezo de 10% avisó lo que vendría. WTI repuntó a $145, totalizando 188% desde 2006 o 732% desde 2002, según se vea.

¿Soportarías perder más de la mitad del dinero?

En 2008, otra recesión a cuestas: PIB de 0,1%, desempleo en 7,3%, y CPI en 3,8%. La gran crisis financiera. Por las condiciones inusitadas la FF se convirtió a rango y se redujo a entre 0,0% y 0,25%, con una disminución dada fuera de calendario. S&P se desmoronó en noviembre a 752, al piso de 2002, que parecía la profundidad máxima. Al cierre de año, en solo seis meses, WTI cayó 77% a $34. En marzo de 2009, pese a medidas monetarias y fiscales, S&P se hundió a 677 unidades, agrandando la pérdida a 57%, equiparable a la de 1929 (89%). No fueron solo empresas las que colapsaron sino economías enteras en el mundo. 

¿Conviene esperar luego de una debacle?

Lo tipos mínimos se mantuvieron por siete años. Impensable. Hacia 2011, WTI había mejorado en 236% a $114. El S&P requirió 5,5 años, a marzo de 2013, para regenerarse. En 2015, cuando el rango se movió a 0,50%, el PIB era de 2,3% y el CPI de 0,1%. En mayo, S&P trepaba a 2,138 puntos, 215% desde el mínimo de 2009 y 37% sobre el récord de 2007. Pero desde marzo parecía extenuado. WTI caería 77% a $26, a febrero de 2016. La bolsa resintió la nueva etapa restrictiva al bajar en agosto 12% en vertical y, luego de recuperarse, otra hendidura en febrero de 2016 de 13%, aunque torció al alza pese a que la FF, con Yellen al frente de la Fed, subió tres veces; a diciembre de 2017 era de 1,5%. El PIB y el CPI fluctuaban alrededor de 2%. 

Powell se estrenó en marzo de 2018 amentando a 1,75%. El índice, que había llegado a 2,872, sufrió dos golpes, en febrero de 9% y en abril de 7,4%, a 2,580; no obstante, retomó fuerza para llegar en septiembre a 2,930. La ganancia absoluta desde el nivel de arranque de marzo de 2009 fue de 333%, una media de 35% anual. El WTI rebotó 192% para superar $76.

Octubre ratificó el presagio de caída, diciembre la agudizó a 2,351 puntos o 20%. Se debió, entre otros factores, a que la restricción monetaria se había prolongado a 2,25% – 2,50%, con el crecimiento rayando en 3% y el CPI en 2,5%. WTI se desplomó 44%, a $43. Así terminó ese ciclo restrictivo, breve, de impacto moderado, el último antes de la pandemia. 

Catástrofe y júbilo: el paréntesis de la pandemia 

Para 2019, con el PIB arriba de 2% y el CPI “controlado” en 1.9%, hubo tres recortes a 1,50% – 1,75%. El mercado se recuperó y apuró el alza a 3,387 en febrero de 2020. El ciclo de expansión y el entorno macro se descompusieron de súbito por la pandemia, cuando S&P ganaba 37% en 3,386 y WTI, 56% en $66, desde los mínimos de 2018. El pánico financiero motivó que el S&P retrocediera en un mes 34% a 2,237 puntos, el piso de diciembre de 2018. Lo insólito, el precio de liquidación de WTI a futuro, $-40, por la imposibilidad de tomar la entrega física de los barriles. Si consideramos precio spot, la baja resulta de 80% a $12.80. 

La recuperación fue rápida, en septiembre (un año en caso de WTI), animada por el dinero a coste cero, la tremenda expansión monetaria y la facilidad de comprar por el confinamiento. 

A enero de 2022, el globo se hinchó 113% desde el fondo de 2020 y 41% desde el pico previo, a 4,766; el WTI, 187% y 853%, a $124. El globo perdió aire en 21 meses, por la nueva restricción. 

¿De cuánto será esta caída? 

Cada etapa alcista o bajista, bull o bear, se forma o acaba según el ciclo monetario. WTI se dispara en la bonanza y pierde más que las bolsas cuando el PIB se estanca o mengua.

Los “crashes” de 2000 y 2008 fueron similares en proporciones y por surgir de restricciones monetarias con descomposición sectorial o estructural. No parece que ahora los daños resultarán como en esas veces pues no hay resquebrajamiento de instituciones ni economías, pese a los indicios recesivos, los altos costos de energéticos y el atorón logístico. Lo que hay es la guerra, que puede escalar y agravarse más que la de Irak.

En 2000 la FF era de 6,50%, casi lo doble que el CPI, de 3,4%. De 2001 a 2007 su pico fue 5.5%, con el CPI rozando 5%. En 2002, contrario al postulado, no es ni la mitad de la inflación. Eso se corrige acelerando los aumentos y/o si los precios amainan. La ruta al endurecimiento es dosificada y lenta y se cree que no está sobre la mesa llevar los tipos a 8% o 7% ni siquiera transitoriamente. En los materiales de proyección, la mediana de la FF es 4,6% asumiendo que los precios cederán. 

Las pérdidas del S&P y el nivel de la FF en septiembre, iban en línea con los de 2018. Pero como Fed apretará más y mediana no es igual a tope, cabe esperar recesión y que el hundimiento de Wall Street y crudo sigan. Y viene octubre: la expansión de las pérdidas a 30% es posible. 

Columna de Arturo Rueda

 

Los fondos de inversión de deuda privada lideraron los activos invertidos en Chile en el segundo trimestre

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La industria de fondos de inversión sigue creciendo en Chile, según reporta la Asociación Chilena de Administradoras de Fondos de Inversión (Acafi), con el segmento de deuda privada como principal protagonista de la inversión local.

De acuerdo a las últimas cifras entregadas por la asociación gremial, a junio de 2022, la industria de fondos local administraba 33.964 millones de dólares, distribuidos en 726 fondos, de los cuales 25 fueron creados entre abril y junio de este año, según destacaron en un comunicado de prensa.

Del total de los activos administrados, el 43% corresponde a fondos que invierten directamente en el país, entre los que lideran los vehículos de deuda privada.

Hace algunos años que los datos de la industria marcan una tendencia a aumentar la exposición a fondos alternativos, indicó la Acafi en su nota de prensa. En particular, durante el trimestre estudiado, los vehículos de deuda privada lideraron los activos invertidos en Chile, al administrar un total de 85 millones de dólares, correspondientes al 79,4% de los activos invertidos en el país.

En esta categoría destacan el fondo de Banchile Deuda Privada I, con 45 millones de dólares, el Toesca Créditos Energía Renovable, con 18 millones de dólares, y el Venture Debt de BTG Pactual, con 3 millones de dólares.

Otro de los activos alternativos que se mantuvo como protagonista de la inversión directa en Chile fueron los fondos que invierten en renta inmobiliaria, con un total de 22 millones de dólares administrados. Entre ellos, resaltó la Acafi, destacan el fondo de renta residencial de BCI Asset Management, por 13 millones de dólares, y el de renta industrial de Asset AGF, por 9 millones de dólares.

Aunque los datos demuestran que la industria de fondos de inversión es dinámica y resiliente, dijo la organización gremial, no ha estado ajena a los impactos del alza del precio del dólar.

El tipo de cambio –con un marcado debilitamiento del peso chileno– influyó en la caída de un 3,9% en dólares, lo que se tradujo en 33.964 millones de dólares administrados. Sin embargo, en moneda nacional este monto llegó a los 31.657 mil millones de pesos chilenos, lo que demostró un crecimiento de un 6,1% a junio de este año.

La firma de criptomonedas FTX traslada su sede principal en EE.UU. a Miami

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La empresa de criptomonedas FTX, con sede en Bahamas, trasladará su sede en EE.UU. a Miami, solo cuatro meses después de inaugurar su sede en Chicago.

“Realmente agradecido de trabajar con Zach Dexter, Ryne Miller y otros para avanzar en EE.UU.”, publicó el CEO de FTX, Sam Bankman-Fried, en su cuenta de Twitter.

Por otro lado, el presidente de FTX.US, Brett Harrison, que tenía su sede en Chicago antes de que FTX estableciera una oficina allí en junio de 2021, anunció que dejaría su cargo el martes.

“Un sincero adiós a Brett Harrison mientras hace la transición a asesor y FTX US hace la transición a su sede en Miami!”, agregó el CEO de FTX en la red social.

Si bien se desconoce cuál fue el motivo para que la empresa tome la decisión de mudarse a Miami, hace tiempo que la ciudad se forja como hub para fintech y empresas pertenecientes al universo cripto. Está sólo por detrás de Nueva York en cuanto a las ciudades con más inversiones en empresas de criptomonedas.

Bankman-Fried, dijo a Bloomberg que establecer oficinas en todo el mundo era clave para la misión de la empresa de conseguir la licencia para sus diversos negocios.

FTX trasladó su sede mundial de Hong Kong a las Bahamas en septiembre.

La empresa Blockchain.com también ha llevado su sede a la ciudad del estado de Florida. Por otro lado, eToro ha ampliado su presencia en EE.UU. con oficinas en Miami.

En marzo, FTX compró los derechos de denominación del estadio de los Miami Heat por 135 millones de dólares.

 

¿Cómo afectan a los mercados las elecciones legislativas en Estados Unidos?

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Estimado Presidente Biden
CC-BY-SA-2.0, FlickrCréditos: jlhervàs . Estimado Presidente Biden

En un año en el que el aumento de la inflación, la guerra de Ucrania y la caída de los mercados han acaparado todos los titulares, las elecciones legislativas estadounidenses corrían el riesgo de pasar desapercibidas. Pero ahora vuelven a cobrar protagonismo. Y con razón. Matt Miller, economista político de Capital Group, cree que las elecciones legislativas de 2022 podrían ser una de las más importantes de la historia de Estados Unidos: «No nos engañemos: todas las decisiones que se han tomado este año en Washington han sido cuidadosamente calculadas con las elecciones legislativas en mente».

El control del Congreso podría estar en juego, pero ¿afectan estas elecciones a la renta variable?

Para comprobarlo, en Capital Group han analizado más de 90 años de datos, y han concluido que sí, los mercados se han comportado de manera diferente en los años de elecciones legislativas. A continuación, sus expertos exponen las cinco cosas que hay que saber sobre la inversión en este ciclo político.

  1. El partido del presidente estadounidense suele perder escaños en el Congreso

 

Durante las últimas 22 elecciones de mitad de mandato que se han celebrado en Estados Unidos, el partido del presidente ha perdido una media de 28 escaños en la Cámara de Representantes y de 4 en el Senado. Solo en dos ocasiones ha conseguido ganar escaños en ambas cámaras.

¿Por qué suele ocurrir esto? En primer lugar, los simpatizantes del partido que no está en el poder en ese momento suelen estar más motivados para participar en las elecciones. Además, la tasa de popularidad del presidente suele caer durante los dos primeros años en el cargo, lo que puede influir en los votantes indecisos y en los descontentos.

«El Senado sigue siendo impredecible pero, tal y como demuestra la historia, vamos a asistir a una reacción en contra del partido que está en el poder, que hará que los republicanos vuelvan a tomar el control del Congreso», señala Miller. «En lo que respecta a los inversores, este resultado acabaría con cualquier posibilidad de que lleguen a aprobarse ambiciosas propuestas demócratas en los próximos dos años».

Al tratarse de algo habitual, los mercados ya descuentan la pérdida de escaños del partido en el poder a principios del año de las elecciones. Pero el alcance del cambio político y sus consecuencias no se esclarecen hasta más adelante, lo que puede explicar otras tendencias que han descubierto en Capital Group.

  1. El mercado estadounidense tiende a subir poco durante los primeros meses de los años electorales

 

El análisis de los rendimientos del índice S&P 500 desde 1931 reveló que la trayectoria del mercado de renta variable durante los años de elecciones legislativas difiere notablemente de la del resto de los años.

Los mercados suelen subir a largo plazo, por lo que el movimiento medio del mercado durante un año medio debería aumentar de forma constante. Sin embargo, en los primeros meses de los años de elecciones legislativas los mercados de renta variable han tendido a registrar una rentabilidad media inferior para después tender a subir en las semanas anteriores a las elecciones, y continuar subiendo cuando cierran las urnas. 2022 está siendo un año típico de elecciones legislativas, con unos rendimientos decepcionantes. Aunque el impacto de la política ha sido mínimo en comparación con el de la inflación y el de la subida de los tipos de interés.

La trayectoria del mercado de renta variable varía mucho en los distintos ciclos electorales, y la tendencia general a largo plazo de los mercados ha sido positiva.

  1. Los años de elecciones legislativas han registrado una mayor volatilidad

 

Los años electorales pueden poner nerviosos a los inversores. Los candidatos suelen destacar los problemas del país, y las campañas electorales tienden a exagerar los mensajes negativos. Las propuestas políticas pueden resultar inciertas y suelen dirigirse a compañías o sectores concretos.

Por lo tanto, no es de extrañar que en los años de elecciones legislativas aumente la volatilidad de los mercados. Desde 1970, la desviación estándar de la rentabilidad durante los años de elecciones legislativas es casi del 16%, frente al 13% del resto de los años.

El gestor de renta variable de Capital Group Chris Buchbinder afirma: “El mercado registrará una cierta inestabilidad y los inversores deberían prepararse para la volatilidad a corto plazo, pero pienso que el resultado no va a afectar en gran medida a los resultados de inversión”.

  1. El mercado estadounidense suele registrar una sólida rentabilidad tras las elecciones legislativas

La buena noticia para los inversores es que los mercados han tendido a subir con fuerza en los meses posteriores. Y esa subida, que suele comenzar poco después del día de elecciones, no es pasajera: el mercado ha solido registrar una rentabilidad superior a la media durante el año posterior al ciclo electoral. Desde 1950, la rentabilidad media a un año tras la celebración de elecciones legislativas ha sido del 15%, más del doble de la que registra el mercado durante el resto de los años en un periodo similar.

No obstante, cada ciclo es diferente, y las elecciones son solo uno de los muchos factores que influyen en la rentabilidad de los mercados. Por ejemplo, en el próximo año, los inversores tendrán que valorar las consecuencias de una potencial recesión de la economía estadounidense.

  1. El mercado de renta variable estadounidense ha registrado buenos resultados independientemente de la composición del Congreso

Desde Capital Group consideran que los inversores pueden tener problemas si dan demasiada importancia a los resultados electorales, ya que, históricamente, las elecciones han influido poco en la rentabilidad de la inversión a largo plazo.

En 2020, muchos inversores temían el escenario que apuntaba a una «ola azul», o victoria aplastante del partido demócrata. Pero, a pesar de estos temores, el índice S&P 500 subió un 42% en los 14 meses posteriores a las elecciones de 2020 (entre el 4 de noviembre de 2020 y el 3 de enero de 2021).

Desde 1933, los mercados han registrado una rentabilidad media superior al 10% en todos los años en los que un único partido ha controlado la Casa Blanca y ambas cámaras del Congreso. Esta rentabilidad es algo inferior a las ganancias medias registradas en los años en los que ha habido un Congreso dividido, un escenario que, en opinión de muchos, podría darse este año. Incluso en los años en los que se registra un resultado «menos bueno», cuando el partido contrario al presidente controla el Congreso, la rentabilidad media ha sido del 7,4%.

Conclusiones

Las elecciones legislativas estadounidenses, y la política en general, generan mucha confusión e incertidumbre. Pero, aunque provoquen un aumento de la volatilidad, desde Capital Group afirman que “no hay necesidad de tenerles miedo”. “Lo cierto es que la rentabilidad a largo plazo de la renta variable viene generada por el valor individual de las compañías a lo largo del tiempo. Los buenos inversores deben ver más allá de las subidas y bajadas en el corto plazo y mantener un enfoque a largo plazo”, concluyen.

 

Innovaciones que redefinen las cadenas de suministro

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Las nuevas tecnologías están ayudando a las empresas a recomponer las cadenas de suministro y a desarrollar sistemas más resistentes. Pese a que la reciente reanudación de los envíos de grano desde el puerto de Odesa ha aliviado en cierta medida la situación de los muchos países que dependen de Ucrania para el suministro de alimentos básicos, las alteraciones de la cadena de suministro que han lastrado la economía mundial desde 2020 siguen presentes.

La escasez de productos, desde el papel higiénico hasta los semiconductores, ha supuesto un quebradero de cabeza para los consumidores y las empresas de todo el mundo en los últimos dos años, debido a diversos factores como el COVID-19, la desglobalización en determinados sectores y, más recientemente, la guerra de Ucrania. Aunque últimamente se han observado algunos signos de mejora en la cadena de suministro, la presión sigue en máximos históricos, y en el horizonte se vislumbra el riesgo de que puedan aumentar las tensiones geopolíticas, posibles huelgas de trabajadores y nuevos confinamientos en China con motivo de la COVID-19 1.

Sin embargo, este periodo de convulsiones tiene un lado positivo. En muchos casos, está acelerando la innovación, ya que las empresas buscan formas de preparar sus operaciones para el futuro, a menudo invirtiendo en tecnología o redefiniendo las estrategias tradicionales que llevan décadas aplicando a su cadena de suministro.

Para los inversores, este periodo presenta tanto retos como oportunidades para sus carteras. A corto plazo, los problemas en la cadena de suministro seguramente reducirán los márgenes de beneficio de las empresas, en concreto, de aquellas más vulnerables al incremento de los costes provocado por los retrasos en el suministro. Entre ellas se incluyen las empresas de transporte y logística, fabricantes y minoristas. A largo plazo, sin embargo, los inversores pueden beneficiarse de oportunidades en áreas como la robótica o la diversificación de proveedores, ya que las empresas buscan reforzar la resistencia de sus operaciones.

Invertir en innovación

Ante el convulso panorama actual, ¿cómo están innovando las empresas? Desde la gestión de mayores acumulaciones de inventario hasta el desarrollo de sistemas para empaquetar envíos de un modo más eficiente, las empresas están buscando formas de optimizar sus cadenas de suministro a través de la automatización y el uso inteligente de los datos.

Lo anterior incluye hacer un mayor uso de robots. Para muchas empresas que se enfrentan al incremento de costes derivado de la inflación, los robots pueden ser una herramienta útil para optimizar tareas rutinarias como la gestión del inventario, lo que les permite gestionar los costes laborales y centrarse en dotar de personal aquellas áreas de más valor a las que la automatización no puede llegar.

Y existe potencial para más inversión. Actualmente, hay 126 robots industriales por cada 10.000 empleos en la industria manufacturera, lo que implica una densidad de robots del 1% según los últimos datos de la Federación Internacional de Robótica. La elevada densidad de robots en centros de fabricación como Corea del Sur o Singapur muestra el potencial de crecimiento en mercados como China, EE. UU y Francia, donde la densidad es mucho menor (véase el Gráfico 1) 2.

La alimentación: un objetivo importante

Otra área de innovación es la tecnología agrícola. La preocupación por la seguridad alimentaria que se ha intensificado a raíz de la guerra de Ucrania y el COVID-19 ha despertado un creciente interés por la tecnología agrícola. Los precios de los alimentos alcanzaron máximos históricos a comienzos de 2022 y, aunque la subida se ha frenado, los elevados precios de los fertilizantes, las desfavorables perspectivas económicas y las fluctuaciones de las divisas podrían tener un impacto negativo. En nuestra opinión, esto abrirá la puerta a una mayor inversión en tecnología agrícola y equipos de riego.

La previsión de crecimiento a largo plazo del sector se ha visto reforzada en los últimos años, ya que son bastantes los países que buscan fortalecer sus cadenas de suministro alimentarias para reducir el impacto de los fenómenos naturales cada vez más frecuentes, como las sequías o las inundaciones, provocados por el cambio climático. Las inversiones en capital riesgo de tecnología agrícola, que abarca soluciones tan diversas como los robots o la tecnología GPS, se incrementaron hasta los 11.300 millones de dólares en 2021, lo que representa una subida del 61% en comparación con el año anterior 3. Es probable que la cifra siga aumentando, ya que la tecnología agrícola trae consigo el ahorro de agua y la reducción en el uso de fertilizantes y pesticidas.

Recopilando datos

Las tecnologías dedicadas a la analítica avanzada también pueden ayudar a las empresas a planificar riesgos y sortearlos. Uno de los retos que la inestabilidad en las cadenas de suministro ha puesto de manifiesto es que muy pocas empresas tienen una visión completa sobre todas las fases de su cadena de suministro

Según un estudio de 2021 de McKinsey, las empresas que supieron gestionar bien la pandemia tenían una probabilidad 2,5 veces mayor de contar previamente con capacidades de analítica avanzada4 . Las empresas que invierten en soluciones de analítica avanzada podrían estar mejor posicionadas para sortear los problemas de la cadena de suministro y los vientos desfavorables de la economía.  Esa necesidad de las empresas de contar con información más sofisticada está generando un mayor interés por los centros de datos. Para los inversores, los centros de datos ofrecen diversificación y exposición a activos con componentes de crecimiento a largo plazo.

Cambios en la cadena de suministro

Además de tener en cuenta la revolución tecnológica, los inversores también deben permanecer atentos a los cambios estratégicos de mayor alcance que las empresas están realizando para gestionar sus cadenas de suministro. Deben centrarse en las empresas que están adoptando un enfoque proactivo. Uno de los obstáculos más importantes que han traído consigo las alteraciones recientes han sido las limitaciones que tienen las empresas para responder de forma ágil a los cambios en la demanda del consumidor o a los acontecimientos geopolíticos, como las tensiones comerciales entre EE.UU. y China, la salida de Reino Unido de la Unión Europea o la guerra de Ucrania.

En respuesta a lo anterior, algunos fabricantes de vehículos y otras empresas se están deshaciendo de los modelos “justo a tiempo” (just-in-time), el eje central de la gestión de las cadenas de suministro durante décadas, en favor de la metodología “por si acaso” (just-in-case), que requiere  tener un mayor inventario. Otras empresas están diversificando proveedores y optando por el nearshoring, el proceso de transferir la fabricación o los proveedores a un país más cercano a la ubicación de la demanda. El nearshoring podría contribuir a generar interés en almacenes locales ahora que las empresas intentan fortalecer sus cadenas de suministro y protegerse frente a los cuellos de botella causados por las tensiones geopolíticas o por la escasez que reinó durante la pandemia del COVID-19.

Algunos gobiernos están intentando reducir la dependencia que tienen sus países de ciertos componentes clave con origen en el extranjero. En agosto de 2022, en Estados Unidos se aprobó una ley que destina miles de millones de dólares a ayudas para la producción e investigación doméstica de semiconductores. La Unión Europea y otras regiones han anunciado planes similares para desarrollar sus propias industrias de fabricación de chips. Con el tiempo, lo anterior podría aliviar la escasez de chips a nivel mundial provocada por el aumento de la demanda de vehículos y otros productos que incorporan chips. Las empresas que sepan gestionar ahora los retos de las cadenas de suministro podrían estar mejor posicionadas para sortear alteraciones futuras, e incluso para salir triunfales de esos momentos.

En resumen, los inversores deberían pensar estratégicamente en las implicaciones que tienen los problemas de la cadena de suministro para sus carteras. Por un lado, deberían tener en cuenta el impacto en los activos causado por la disrupción a corto plazo y, por otro, las oportunidades a largo plazo que pueden surgir de los cambios estructurales generalizados que se producen en los sectores de la logística y de la fabricación, así como de las tecnologías que respaldan estos cambios.

Tribuna elaborada por Virginie Maisonneuve, directora global de inversiones de Renta Variable de Allianz GI.

El BoE amortigua las reacciones a las medidas fiscales en Reino Unido, aunque los mercados siguen volátiles

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La libra esterlina volvió a retroceder esta semana después de que el gobierno del Reino Unido recibiera una fuerte crítica del Fondo Monetario Internacional (FMI) por su gestión de la política económica y por advertir que los “profundos recortes de impuestos” no solo eran inapropiados en un contexto de alta inflación, sino que podrían alimentar la desigualdad. En concreto, volvió a caer a 1,06 dólares, después de haber alcanzado los 1,08 dólares el martes. Esta mañana, las aguas están más calmadas y se observa cierta estabilización de la libra.

“En unas pocas sesiones dramáticas de mercado, la libra esterlina cayó por debajo de nuestro objetivo a corto plazo de 1,10 frente al dólar. Creemos que los riesgos siguen inclinándose a la baja: dado que ya se ha descontado, en nuestra opinión, que una señalización menos agresiva del Banco de Inglaterra acelerará el movimiento por debajo de la paridad. Por lo tanto, a pesar de este fuerte movimiento, creemos que los inversores deberían evitar este movimiento a la baja y resistir la tentación de lanzarse a la libra esterlina, ya que todavía no vemos la luz al final del túnel con respecto a la caída de la divisa”, señalan los expertos de Amundi. 

En opinión de Susannah Streeter, Senior Investment y Markets Analyst en Hargreaves Lansdown, “la intervención del FMI se ha sumado a la preocupación de que el Reino Unido esté adoptando rápidamente las características de una economía de mercado emergente y corra el riesgo de abandonar su condición de país desarrollado”. Según su valoración, ahora no solo se ve afectado por las interrupciones del comercio, una crisis energética y una inflación creciente, sino que también “está siendo vigilado de cerca por el organismo internacional conocido como el prestamista de última instancia del mundo”.

“Con un enorme déficit por cuenta corriente en el Reino Unido, la libra es vulnerable, situación que se ve agravada por el escaso apetito por el riesgo a nivel mundial. Es probable que los tipos de interés aumenten, pero la amenaza de una crisis financiera sigue acechando al Reino Unido. La libra esterlina podría alcanzar la paridad con el dólar en las próximas semanas”, añade Steven Bell, Chief Economist EMEA & Manager Director de Columbia Threadneedle.

Movimientos en el mercado

Y es que la reacción del mercado fue clara. Según explican los expertos de Schroders, “las mismas preocupaciones que han provocado la debilidad de la moneda también se han reflejado en el mercado de bonos del Reino Unido, donde los precios de los bonos emitidos por el Reino Unido (o gilts) también han caído bruscamente, haciendo subir los rendimientos. Una vez más, estos movimientos han de considerarse en el contexto de una situación más amplia, que ha pesado sobre los precios de los bonos en muchos países desarrollados este año”. 

En concreto, los rendimientos de los gilts británicos retrocedieron ligeramente, pero siguen siendo bastante altos: el rendimiento de los gilts a 10 años ronda el 4,4%, lo que supone un aumento de más del 340% en un año. “Han alcanzado el nivel más alto desde la crisis financiera de 2008, lo que está ejerciendo presión sobre los titulares de hipotecas, dado que los rendimientos de los gilts repercuten en los tipos de swap, que guían las ofertas hipotecarias de los prestamistas. Los rendimientos de los bonos corporativos se han disparado incluso en el caso de las empresas con grado de inversión, consideradas de bajo riesgo, lo que aumenta la preocupación de que las empresas que necesiten refinanciarse pronto o pedir más préstamos para hacer frente al aumento de los costes de los insumos puedan tener dificultades para hacer frente a los reembolsos”, matiza Streeter. 

Para los expertos de Amundi, la venta masiva de Gilts (bonos del tesoro) es coherente con el repricing de la trayectoria esperada del BoE y con el hecho de que el paquete fiscal representa un cambio de juego en la oferta, ya que llega en un momento en el que el BoE está a punto de iniciar el ajuste cuantitativo (QT), lo que añade presión a los datos técnicos de los gilts.

En opinión de Chris Smith, director de inversiones UK Growth Equities de la gestora británica Jupiter AM, la situación en los mercados de gilt y de la libra esterlina se ha convertido en algo similar a una crisis de deuda de mercados emergentes, “cuando los inversores extranjeros pierden la confianza en un gobierno local y venden tanto los bonos como la moneda al mismo tiempo”. 

Según su visión, para detener la caída de la libra esterlina, el gobierno británico o el Banco de Inglaterra deben restablecer la confianza en la moneda. “Esto podría significar un vergonzoso giro en las políticas fiscales del gobierno, el anuncio de severos recortes de gastos para reducir el déficit presupuestario previsto o una agresiva subida de tipos por parte del Banco de Inglaterra o incluso una reunión de emergencia para subir los tipos y estabilizar la libra. Pase lo que pase en los próximos días, los tipos de interés tendrán que subir más de lo que se pensaba para compensar la relajada política fiscal del Gobierno y cualquier inflación adicional derivada de la bajada de la libra”.

¿Más subidas de tipos?

En consecuencia, las expectativas de que el Banco de Inglaterra suba los tipos de interés a gran escala, para intentar contrarrestar el derroche del gobierno en recortes de impuestos y gasto, han aumentado. “Hay una preocupación de que el Banco no siga y haga lo que el mercado le está diciendo que haga. Es decir, subir los tipos al 5,25% a mediados del año que viene y al 5,5% a finales de 2023”, comenta Azad Zangana, economista y estratega senior para Europa de Schroders.

Eso sí, su intervención de ayer, calmó los ánimos. Según resumen los expertos de Banca March, el BoE «deshizo» sus planes de ajuste de balance, que apuntaban a una reducción de 80.000 millones de libras en el próximo año, aplazándolo hasta el 31 de octubre y ligándolo a la evolución del mercado de renta fija. Además, puso a disposición del mercado un nuevo QE que se centrará en la parte más larga de la curva de deuda soberana británica, en la que se estaban produciendo las distorsiones más fuertes e incluso problemas de liquidez. «Según el anuncio del banco central, este alto en el camino fue lanzado por razones de estabilidad financiera y no fue mandatado por el comité de política monetaria, lo que permitirá a la institución seguir ejecutando las subidas de tipos en las próximas reuniones. En este sentido, los inversores tienen puesta en precio una subida de 150 p.b. para la reunión del 3 de noviembre, lo que dejaría los tipos oficiales en niveles del 3.75%, es decir, esperan que el Banco de Inglaterra actué con contundencia en la próxima reunión para volver a ganar la confianza del mercado», señalan.

Para Eiko Sievert, responsable de las calificaciones soberanas y del sector público de Scope Ratings, “a la luz de la extrema reacción del mercado al mini-presupuesto del Gobierno del Reino Unido esbozado la semana pasada, no es de extrañar que el Banco de Inglaterra (BoE) se sintiera presionado a tomar medidas de emergencia. La decisión del banco central de evitar una subida de tipos de emergencia y preferir las compras temporales de gilts a largo plazo para restablecer las condiciones ordenadas del mercado tiene sentido como una forma más rápida y directa de apoyar la estabilidad financiera”. Según este experto, en esencia, “el Banco de Inglaterra está actuando como una especie de amortiguador temporal para el alto volumen de emisión de deuda a futuro requerido por el Gobierno para financiar los amplios recortes de impuestos anunciados la semana pasada. La credibilidad del BoE depende de que las compras de bonos se lleven a cabo durante un tiempo limitado y se retiren tan pronto como los mercados se hayan estabilizado”.

Misma sensación apunta Bethany Payne, gestora de carteras de Bonos Globales de Janus Henderson Investors. Según señala la gestora, el hecho de que Banco de Inglaterra se esté ofreciendo generosamente comprar gilts a largo plazo desde ayer es un giro completo con respecto a su anuncio del jueves de la semana pasada, en el que confirmaron que las ventas de gilts seguirían adelante, a partir del lunes 3 de octubre. 

“El enfrentamiento entre el gobierno, con el acelerador fiscal, y el banco central, con el freno monetario, fue ganado por el gobierno, ya que el Banco de Inglaterra ha tenido que parpadear. Los riesgos de contagio de las peticiones de márgenes, causadas por el aumento de los rendimientos de los gilts, significaron que un bucle de retroalimentación negativa reflexiva en la caída de los precios de los activos del Reino Unido se había vuelto demasiado alto, con el riesgo de un bucle de perdición”, afirma Payne.

Dónde debe mirar el inversor

En opinión de Streeter, después de una semana muy volátil, “el estado de ánimo febril de los mercados se ha apaciguado un poco con la intervención del Banco de Inglaterra para comprar grandes cantidades de deuda pública del Reino Unido, pero hay indicios de que los inversores han adoptado una estrategia de esperar y ver”.

Desde Schroders consideran que la confianza de los inversores se ha visto claramente afectada y un gran número de noticias negativas han sido descontadas con rapidez por los activos del Reino Unido. “En este momento, el mercado de gilts ofrece las mejores valoraciones desde hace muchos años. Sin embargo, todavía es demasiado pronto para comprar gilts en este momento, dada la falta de visibilidad de un plan fiscal claro y creíble. La otra parte de la ecuación es la divisa. La pérdida de confianza y la falta de financiación del proyecto han hecho que la libra esterlina caiga en picado. Muchos analistas del mercado abogan por que la libra se sitúe en la paridad, o en un nivel inferior, con respecto al dólar estadounidense”, explica Paul Grainger, responsable de renta fija global y divisas.

A lo que su colega Remi Olu-Pitan, responsable de estrategias multiactivos de rentas y de crecimiento, añade: “Es muy tentador empezar a pensar en comprar activos del Reino Unido, ya que se han abaratado mucho, pero la combinación de gasto fiscal sin financiación o financiado por un mayor endeudamiento es preocupante y la historia sugiere que no termina bien. Por el momento, los inversores necesitan más confianza, y eso tiene que venir tanto del Banco de Inglaterra como del Gobierno para disipar muchos de esos temores”. 

Hasta que esto ocurra, Olu-Pitan considera que “los inversores exigirán una prima de riesgo más alta por poseer activos del Reino Unido, y eso tiene que venir bien a través de un mayor debilitamiento de la libra esterlina o de un mayor aumento de los rendimientos de la deuda pública. Por lo tanto, es posible que primero haya que abaratar aún más las condiciones. Se ha perdido algo de credibilidad y es necesario que ocurra algo para que los inversores internacionales adquieran la confianza necesaria para entrar en estos activos baratos”.

Respecto a la renta variable, y con el FTSE 100 abriendo hoy a la baja, Sue Noffke, responsable de la renta variable del Reino Unido de Schroders, se muestra confiado y recuerda que “las empresas cotizadas, y en particular las que integran su índice principal, obtienen principalmente ingresos en el extranjero, por lo que sus beneficios, dividendos, ingresos y valoraciones podrían beneficiarse de la caída de la libra”.

DWS cambia la estructura de las divisiones de Investment y Client Coverage

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Foto cedidaStefan Kreuzkamp, como Head of the Investment Division, y Dirk Görgen, como Head of Client Coverage Division

DWS Group ha anunciado nuevos ajustes en las divisiones de Investment y Client Coverage. Según ha informado la gestora, Stefan Kreuzkamp, como Head of the Investment Division, y Dirk Görgen, como Head of Client Coverage Division, han realizado diversos cambios en sus respectivos equipos. 

En concreto, en el área de inversiones, las divisiones Chief Investment Officer, Multi Asset & Solutions y Research House se fusionarán bajo el liderazgo de Björn Jesch, quién se convertirá en el nuevo Global Chief Investment Officer (CIO) para DWS. Jesch permanecerá también como CEO para DWS CH AG. Según matizan, una de las principales tareas del nuevo equipo será identificar temas de inversión tácticos y estratégicos en todas las clases de activos líquidos e ilíquidos. 

Además, las divisiones de Active Equity y Fixed Income (incluyendo Cash) se agruparán en la unidad de negocio Active, bajo la responsabilidad de Vincenzo Vedda, quien cuenta con una gran experiencia en todas las clases de activos. Recientemente dirigió el equipo europeo de Client Coverage (ex. Alemania y Austria) y fue responsable del equipo global del Wholesale Client Coverage de DWS. Con anterioridad, fue Global Head of Trading.

Por último, dentro de esta área de inversiones, la unidad Systematic Investment Solutions de DWS, bajo la responsabilidad de Fiona Bassett, se combinará con la de Trading en la nueva unidad de negocio Systematic Solution e Implementation Platform.

 

Respecto a la división de Client Coverage, que lidera Dirk Görgen, Alexia Giugni asume el cargo de Head of Client Coverage Division EMEA (ex. Alemani y Austria), manteniendo su rol como Country Head para Italia. Según destaca la firma, Guigni posee una gran experiencia en el negocio institucional y ha sido fundamental para desarrollar este segmento y aumentar el éxito del negocio mayorista. 

El último de los cambios afecta a Gero Schomann, que dirigirá el equipo global Wholesale Client Coverage, y mantendrá su rol como Head of Client Coverage para Alemania y Austria.