Un nuevo estudio de IBM Institute for Business Value (IBV), “Own Your Transformation”, señala que el 56% de los líderes en Latinoamérica ven la disrupción en la cadena de suministro y la infraestructura de tecnología (46%) como los retos más grandes para sus organizaciones en los próximos 2 a 3 años. Además, los cambios en el mercado (44%) y la sostenibilidad (34%) se mencionaron como desafíos clave.
46% de los líderes latinoamericanos respondieron a las disrupciones de la cadena de suministro introduciendo nuevas tecnologías como la automatización, por ejemplo. El estudio muestra que el 55% de los ejecutivos del sector en la región están utilizando enfoques predictivos en las operaciones de la cadena de suministro como una forma de gestionar los riesgos, además el 51% de los encuestados confirma que están aplicando la innovación abierta.
“Es interesante observar cómo la sostenibilidad está escalando lugares entre los desafíos clave en la logística de la cadena de suministro, en línea con otras industrias donde también notamos esta tendencia. Los ejecutivos están rediseñando sus procesos de negocio para ser más ágiles y eficientes, al mismo tiempo que incrementan sus inversiones para mejorar sus flujos de trabajo con inteligencia artificial, automatización y nube híbrida. Y esta transformación está acompañada de un cambio cultural y una mayor colaboración con todo el ecosistema, lo que habilita la co-creación para mejorar la experiencia de los clientes y consumidores”, explica Salvador Álvarez Patuel, VP & Country Leader de IBM Consulting para Argentina y Uruguay.
Los resultados demuestran que las empresas se están enfocando ampliamente en la transformación digital de sus cadenas de suministro. Además, el internet de las cosas (61%), la inteligencia artificial (IA), el aprendizaje automático (55%) y la nube híbrida (45%) son las tecnologías seleccionadas por los líderes que más les ayudarán en sus resultados de negocio en los próximos 3 años. La encuesta del IBV contó con la participación de 1500 directores de Cadena de Suministro (CSCO, por sus siglas en inglés) de todo el mundo.
En América Latina, la sostenibilidad es un desafío y también una fuerza para el cambio. El 39% de los CSCO coloca la sustentabilidad en su lista de prioridades y el 34% la ve como uno de los mayores retos para los próximos 3 años. El 45% informa que sus inversiones en sustentabilidad acelerarán el crecimiento del negocio y que experimentan una presión más directa por la transparencia de la sustentabilidad por parte de clientes (53%), inversionistas (50%) y gobierno (49%).
Los principales resultados del estudio a nivel mundial muestran que:
“Los innovadores”: El 20% de los encuestados se destacan por acelerar su innovación basada en datos para prepararse para un futuro desafiante. Además, este grupo ya está superando a sus pares en parámetros de medición clave, incluido un mayor crecimiento anual de ingresos del 11%. Los líderes están trabajando en:
Integración de flujos de trabajo automatizados en todas las funciones de la organización y con sus socios para obtener visibilidad, insightsy acción en tiempo real (95% más que otros CSCO).
Modernización de su infraestructura tecnológica: el 56% opera actualmente en la nube híbrida y el 60% está invirtiendo en una infraestructura digital para expandirse y agregar valor.
Ampliación de sus iniciativas de sostenibilidad con la creación de nuevos productos y servicios. El 58% ve oportunidades para mejorar la participación de sus clientes en este tema.
Mayor foco en la ciberseguridad (casi 20% más que otros CSCO).
En cooperación con Oxford Economics, el IBM Institute for Business Value encuestó a 1.500 CSCO y directores de Operaciones (COO) de más de 35 países y 24 industrias, como parte de la 26ª edición de la serie de Estudios en C-suite de IBM. Para simplificar, nos referimos a la población completa como CSCO.
La transición energética aumentará significativamente la demanda de metales utilizados en la fabricación de vehículos eléctricos (EV) e instalaciones de generación de energía renovable, como cobre, níquel, cobalto y litio, asegura un informe Fitch Ratings. La industria se enfrenta al enorme desafío a aumentar su producción de manera sostenible y respetuosa con el medioambiente.
“Esto requerirá una gran respuesta de la oferta en las próximas dos décadas e inversiones por parte de las mineras, aunque consideramos que el reposicionamiento de sus negocios hacia una mayor participación de los metales de transición energética en los ingresos y los flujos de caja es positivo para el crédito”, señala la calificadora.
Los vehículos eléctricos y la generación renovable son más intensivos en metales que las alternativas basadas en combustibles fósiles. Esto respaldará la demanda de metales a medida que el mundo haga la transición hacia una economía libre de carbono, lo que conducirá a un aumento de seis veces en la demanda de minerales para 2050 en comparación con los niveles actuales, según la Agencia Internacional de Energía (AIE).
Las tasas de crecimiento de cada metal variarán y dependerán de las tecnologías elegidas para las baterías y la generación de energía y las políticas ambientales.
“Anticipamos que la demanda de metales de transición energética alcanzará su punto máximo en la década de 2040, cuando se habrá construido la mayor parte de la infraestructura de bajas emisiones”, dice Fitch.
Pero los analistas de Fitch consideran que 2es posible que el rápido crecimiento de la demanda no se satisfaga necesariamente con una respuesta equivalente del lado de la oferta. Estimamos que el nivel de recursos disponibles es suficiente, pero los recursos minerales a menudo están concentrados geográficamente y su extracción puede estar sujeta a desafíos. Los proyectos mineros tienen largos plazos de ejecución y requieren grandes inversiones. Los plazos de entrega desde el descubrimiento de recursos hasta la producción promedian 17 años, incluidos 12,5 años desde el descubrimiento hasta la viabilidad y 4,5 años para la planificación y la construcción, según la AIE. Los proyectos de cobre, cobalto y níquel tienen los plazos de entrega más largos. En comparación, los depósitos de litio tienen plazos de entrega más cortos, de unos siete años”.
Se estima que la mayoría de los mercados de metales de transición energética permanecerán equilibrados a mediano plazo a medida que los proyectos comprometidos y probables entren en funcionamiento. Las brechas de suministro podrían surgir después de 2025, ya que la cartera de nuevos proyectos aún no está sincronizada con el aumento esperado en la demanda creada por la transición energética.
“La puesta en marcha de nuevos proyectos dependerá, junto con las estimaciones de demanda y retorno de las inversiones, de la disponibilidad de fondos para proyectos de gran capex, ya sea generados internamente o prestados. La disciplina financiera de la mayoría de los mineros ha mejorado durante la última década, proporcionando suficiente margen financiero para futuras inversiones. Sin embargo, un período prolongado de precios bajos de las materias primas podría dar lugar a decisiones de inversión retrasadas”, dice el documento de la calificadora.
“Consideramos que la exposición a los metales de transición energética entre las mineras calificadas por Fitch es positiva para el crédito. Los perfiles crediticios de varias compañías mineras, incluido el de Anglo American, se han beneficiado de una participación creciente de estos metales. Sin embargo, los participantes del mercado ahora esperan que las mineras entreguen volúmenes cada vez mayores de los metales necesarios para la transición energética sin comprometer los estándares ESG. El desafío clave es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en toda la cadena de valor del metal. La intensidad de las emisiones de la extracción y el procesamiento del cobalto, el aluminio y el níquel es alta, por lo que el aumento vertiginoso de la demanda puede dar lugar a un aumento de la huella de carbono neta”.
La generación de electricidad es la mayor fuente de emisiones en la producción de metales y, por lo tanto, la descarbonización de las fuentes de energía mediante el cambio del carbón a las energías renovables ayudará a reducir las emisiones. Los cambios en las tecnologías de producción y el aumento del reciclaje de metales reducirán aún más la intensidad del carbono.
Cada vez que el regulador anuncia una innovación que amplía las condiciones competitivas del sector financiero, nuestro mercado de capitales consigue profundidad y amplía su impacto.
Recientemente, la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) aprobó el nuevo manual de transacción bursátil de facturas para la Bolsa de Productos de Chile (BPC), lo que será un paso clave para la democratización del mercado de capitales, ya que facilitará que una mayor cantidad de pymes acceda a más alternativas de financiamiento. La pregunta es ¿cómo?
En particular, la CMF autorizó a la BPC y sus corredores a negociar nuevas clases de facturas, complementando las opciones actuales, siendo lo más destacable la flexibilización en las exigencias de irrevocabilidad e inscripción de pagadores. Además, los corredores de la Bolsa tendrán más herramientas y opciones para realizar operaciones de acuerdo con las necesidades de sus clientes, permitiendo mayor fluidez en la cotización y negociación de facturas.
En la práctica, ahora las facturas garantizadas podrán contener papeles sin mérito ejecutivo, pero debidamente respaldadas por una segunda fuente de pago, y un gran número de proveedores obtendrán liquidez en mejores plazos, gracias a los protocolos de confirmación de sus facturas con grandes empresas.
Así, este cambio aumentará de forma considerable los volúmenes de transacción bursátil, contribuyendo a la formación de precios más competitivos y atrayendo el interés de los distintos actores de este mercado. Como consecuencia de una mayor variedad de facturas y participantes, se profundizará el mercado secundario, beneficiando a compradores y vendedores.
Esta iniciativa surge después de años de experiencia de la Bolsa administrando su plataforma de custodia y transacción de facturas, tanto regulada como no regulada (OTC), lo que nos ha permitido entender las dinámicas del mercado y los principales riesgos operativos. Aquí han sido fundamentales las buenas políticas de crédito y procedimientos de nuestros corredores y originadores (factorings y fintech) y el conocimiento especializado de los fondos de inversión de deuda.
Entre los originadores, vale destacar el significativo aumento de las fintech en el mercado de facturas, quienes encontrarán en la Bolsa un hub de conexión directa al mercado institucional. Para este tipo de entidades, que han sido relevantes para el financiamiento de pymes, los conceptos de flexibilidad y fluidez (menos fricciones) son claves al momento de abrirse un espacio y consolidar su posición en este mercado.
En definitiva, las oportunidades de crecimiento del mercado de facturas –y su consiguiente impacto en la salud financiera de las pymes– son muchas, pero para seguir avanzando, es necesario persistir en el camino de la innovación para favorecer y fortalecer nuestro mercado de capitales.
En la primera parte de 2022, la cartera 50% acciones/50% bonos ha tenido su peor comportamiento en 95 años. Según destaca Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM, pocos sectores están en positivos, excepto el energético. “La valoración de los sectores más cíclicos ha caído aproximadamente 25% en dólares. De todas formas, en las últimas semanas el precio del petróleo se ha reducido casi 30% y el del gas en EE.UU. un 20%”, señala.
El estratega considera que el rally en renta variable no parece sostenible: “Puede haber estado motivado porque la inflación en EE.UU. parece estar llegando a máximos, pues cuando la inflación baja tiende a mejorar la relación precio beneficios en el índice S&P 500. Pero el mercado parece haber especulado con que la inflación baje rápidamente. Al mismo tiempo, por diferentes encuestas, el nivel de confianza es muy bajo en EE.UU., con su sector de construcción mostrando la mayor debilidad en décadas. A pesar de todo ello, sorprende la resiliencia, que puede ser atribuible a que se esperaba mayor recesión”.
La realidad, recuerda, estamos en un entorno dominado por un aumento de una inflación que nadie esperaba, sin signos claros de que descienda. “En EE.UU. y en Europa puede acabar en 8% este año. A ello se añade una significativa desaceleración del crecimiento, con EE.UU. en recesión técnica y una importante crisis del sector inmobiliario en China. Una de las pocas áreas de crecimiento es Asia, sobre todo India. También hay crecimiento en Japón”, añade.
Riesgo de reducción de expectativas de beneficios
En comparación con estas perspectivas, Paolini recuerda que la estimación de consenso de aumento de los beneficios empresariales para los próximos doce meses sigue entre 10% y 12%. En concreto, en EE.UU. está encima de la tendencia histórica, con riesgo de reducción de las expectativas de beneficios, especialmente por la presión de márgenes debido al aumento del coste de las materias primas y mano de obra.
“Las acciones de EE.UU., que no son atractivas por valoración, todavía no descuentan todas las posibles noticias negativas. Si la rentabilidad real de la deuda del Tesoro de EE.UU. permanece en 1% y el consenso respecto a crecimiento es correcto, las acciones en EE.UU. pueden aún caer entre 5 y 10%. Además, el dólar se cambia cerca de máximos de todos los tiempos, mientras que el euro en su menor nivel mínimo histórico en paridad de poder adquisitivo. Incluso el yen cotiza a mínimos desde 1985 y el renminbi ha tenido el peor comienzo de año en una década”, añade.
En cualquier caso, la valoración de las acciones globales no es especialmente atractiva y, a pesar de ello, los inversores siguen en valores cíclicos. De ahí que se deduzca que estamos en principio de una recesión. “El caso es que incluso sectores defensivos como consumo básico y servicios públicos se están volviendo caros. Así que infra ponderamos acciones, que esperamos se comporten peor que los bonos globalmente” afirma Paolini.
Positivos en Reino Unido y Japón
Desde la gestora señalan que están más positivos en Reino Unido, por sus sectores de materias primas y valores defensivos, y en Japón, la única economía principal de la que esperan mayor crecimiento del PIB en 2023, junto con India. En cambio, se mantienen cautos en renta variable europea, aunque las valoraciones sean atractivas, dada la crisis energética. “Conviene el sector salud, ofrece crecimiento defensivo de calidad a valor razonable, y el energético, donde ha habido falta de inversión en los últimos tres años. Por su parte, los mercados emergentes están baratos, incluyendo China, donde se ha desplomado el múltiplo de valoración, pero aún es pronto para esta clase de activos”, comenta.
Por último, reconoce quepara ser más positivos globalmente necesitaría ver una curva más pronunciada de rentabilidades a vencimiento de la deuda de EE.UU., que sugiera crecimiento económico futuro. A lo cual suma, “el fin de las previsiones a la baja de los beneficios empresariales e indicadores económicos y señales inequívocas de sobreventa, sobre todo en acciones cíclicas. Además, en cuanto a bonos, es preciso que el ciclo de ajuste sea suficiente para que la inflación vuelva a los objetivos de los bancos centrales”, concluye Paolini.
Foto cedidaAndy Howard, director global de inversión sostenible de Schroders y Maria Teresa Zappia, directora general adjunta de BlueOrchard y directora de sostenibilidad e impacto de Schroders Capital
El compromiso de la industria de inversión con la sostenibilidad continúa creciendo. En esta ocasión, Schroders ha anunciado su adhesión a los Principios Operativos para la Gestión del Impacto, un influyente marco mundial de inversión de impacto. Según la gestora, este compromiso con los principios operativos para la gestión del impacto, también conocidos como los principios del impacto, marca un paso más en su compromiso con la sostenibilidad y la inversión de impacto.
La inversión de impacto es considerada ya uno de los pilares clave de la inversión sostenible, junto con la integración y la selección positiva, según el estudio del inversor institucional 2022 de Schroders. Por ello, el compromiso de Schroders se basa en la experiencia de su filial BlueOrchard, que cuenta con más de 20 años de experiencia en este campo y se convirtió en firmante de los principios de impacto en su lanzamiento en 2019.
Además, la gestora ya es miembro de la red global de inversión de impacto (GIIN, por sus siglas en inglés), una organización líder sin ánimo de lucro dedicada a aumentar la importancia y la eficacia de la inversión de impacto. La conferencia de inversión global de la GIIN, el foro de inversores de impacto tuvo lugar los días 12 y 13 de octubre. Maria Teresa Zappia, directora general adjunta de BlueOrchard y responsable de sostenibilidad e impacto de Schroders Capital, intervino en una sesión sobre el uso de análisis de resultados de impacto para la toma de decisiones de inversión.
Por otro lado, Schroders fue galardonada con el premio “gestor de activos del año” en los 2022 Impact Awards celebrados en Francia el mes pasado. El jurado, compuesto por inversores, académicos y medios de comunicación, eligió por unanimidad a Schroders como ganador.
“La demanda de inversión de impacto ha aumentado de forma constante durante la última década entre muchos de nuestros clientes. Estamos muy satisfechos de haber suscrito los principios de impacto, que subrayan nuestro compromiso de establecer un enfoque riguroso de la inversión de impacto en todo el grupo Schroders”, ha señalado Andy Howard, director global de inversión sostenible de Schroders.
Por su parte, Maria Teresa Zappia, directora general adjunta de BlueOrchard y directora de sostenibilidad e impacto de Schroders Capital, ha añadido: “Los Principios de Impacto son el mejor marco de gestión de impacto que existe y constituyen una parte fundamental de nuestra estrategia de impacto. Se trata de un conjunto de principios rectores generales aplicables a diferentes clases de activos, industrias e instituciones para estandarizar las prácticas de impacto y movilizar el capital hacia el impacto. Proporcionan una guía práctica para los inversores que quieren desarrollar estrategias de inversión de impacto sobre cómo la sostenibilidad y el impacto pueden integrarse en todas las etapas del proceso de inversión”.
Foto cedidaAkram Gharbi, responsable de inversiones high yield de La Française AM.
La Française amplía su gama de soluciones de inversión con el lanzamiento del fondo La Française Credit Innovation. Según explica, se trata de un vehículo que invertirá en las tendencias a largo plazo1 que darán forma al mundo del mañana: crecimiento demográfico, urbanización, cambio climático e innovaciones tecnológicas.
En este sentido, la gestora destaca que La Française Credit Innovation es un fondo de crédito global de alto rendimiento con una estrategia de inversión alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Además, el fondo está clasificado como artículo 9 en el marco del SFDR. Y aclaran que el análisis ESG es parte integrante del proceso de gestión, realizado según una metodología propia desarrollada por La Française Sustainable Investment Research.
“La estrategia de inversión de La Française Credit Innovation consiste en identificar y financiar emisores posicionados en estas tendencias estructurales a largo plazo vinculadas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible para seleccionar modelos económicos responsables y orientados al crecimiento. Como gestor de activos comprometido, hemos querido utilizar los ODS como marco de referencia y herramienta de sensibilización para lograr un futuro más sostenible y más justo. También pretendemos ofrecer a los inversores una atractiva cartera de bonos a través de una exposición diversificada a entre 80 y 100 emisores (con una calificación media de emisor de BB-) cuya calificación es probable que mejore. En la gestión activa diaria del fondo, el equipo de gestión se basa en su profundo conocimiento de los emisores y presta especial atención a su calidad crediticia, el área geográfica y sus sectores de actividad”, afirma Akram Gharbi, responsable de inversiones high yield de La Française AM.
La gestora destaca que con la subida de los tipos de interés reales y el aumento de la prima de riesgo, el momento del lanzamiento del fondo La Française Credit Innovation es propicio para la creación de una cartera high yield. «De hecho, los emisores de calidad BB- con bajo riesgo de impago ofrecen rendimientos de entre el 6% y el 7% en bonos a cinco o seis años», señala Gharbi.
El objetivo de inversión del fondo La Française Credit Innovation es superar la rentabilidad del índice BofA BB Global High Yield, neto de comisiones, durante el periodo de inversión recomendado de tres años, invirtiendo en una cartera de emisores seleccionados según criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG), de los cuales al menos el 60% contribuyen positivamente y/o no tienen una contribución negativa a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Según matizan desde la gestora, el fondo está registrado para su distribución en Francia, Bélgica, Alemania, Austria, Italia, Luxemburgo y España.
Tras 10 años de experiencia en la gestión de fondos de crédito, Sycomore Asset Management, una de las gestoras del ecosistema de Generali Investments, ha lanzado su primer fondo con fecha objetivo, el Sycoyield 2026. Según explica, se trata de una cartera formada por una rigurosa selección de bonos corporativos de alto rendimiento denominados en euros, que se llevarán hasta su vencimiento siempre que el perfil de riesgo/rendimiento sea considerado atractivo por el equipo de gestión.
Además, señalan que el fondo está clasificado artículo 8 según la normativa SFDR, lo cual tiene en cuenta los criterios ESG a la hora de seleccionar valores. Según indican, el equipo de gestión tiene la intención de utilizar esta estrategia para beneficiarse de la actual subida de los tipos y de los diferenciales y, para limitar el impacto de un cambio en los tipos de interés al vencimiento.
“En el contexto actual de subida de los tipos de interés y ampliación de los diferenciales de crédito, creemos que los bonos corporativos ofrecen una buena rentabilidad ante el riesgo. Actualmente, el fondo tiene una rentabilidad bruta anualizada al vencimiento alrededor del 6,6%”, ha afirmado Emmanuel de Sinety, gestor del fondo.
El gestor sostiene que el conocimiento de la firma en materia de emisores les permite diversificar sus posiciones y ser muy selectivos. Actualmente, el equipo de gestión, con amplia experiencia, está formado por cuatro especialistas que gestionan más de 1.000 millones de euros en estrategias de crédito. «Gestionamos el riesgo de pérdida de capital para el fondo mediante esta selectividad y un alto nivel de diversificación. De hecho, la cartera debería incluir unos cincuenta valores», ha subrayado Stanislas de Bailliencourt, director de inversiones.
Por último, Jean-Pierre Grignon, director de ventas en Francia y países francófonos, ha añadido: “Sycoyield 2026 es una solución de inversión que creemos que se adapta al entorno de mercado volátil e incierto en el que estamos actualmente y a los inversores con un horizonte de inversión alineado con el del fondo”.
Recesión es la gran palabra que merodea las economías de medio mundo. Según las proyecciones del FMI, el crecimiento del PIB mundial se mantiene para este año en el 3,2%, pero estiman que el crecimiento mundial se desacelerará hasta el 2,7% en 2023, un 0,2% menos de lo previsto en julio.
“La desaceleración tiene una base amplia. Más de un tercio de la economía mundial se contraerá en 2023, mientras que las tres mayores economías del mundo, Estados Unidos, la zona euro y China, seguirán estancadas. Por primera vez, calculamos los riesgos en torno a las proyecciones de referencia. Encontramos que hay un 25% de posibilidades de que el crecimiento caiga por debajo del 2% en 2023. Esto ha sucedido en muy pocas ocasiones en el pasado y una probabilidad del 10 al 15% de que caiga por debajo del 1%, lo que corresponde a una disminución de la producción real per cápita”, afirma Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del FMI.
Ante estos datos, y teniendo en cuenta la política de subida de tipos que están ejecutando la mayoría de los bancos centrales para controlar la inflación, la pregunta es inevitable: ¿qué países podrían acabar cayendo en una recesión económica? “En vista de que los bancos centrales se muestran agresivos al reiterar su compromiso con la contención de la inflación ante los elevados datos de IPC, la desaceleración del crecimiento mundial será el resultado inevitable. En Europa, el aumento de los precios de la energía, la persistencia de la inflación y el debilitamiento del consumo crearán una recesión más profunda que en Estados Unidos, pero este país no es inmune, y el presidente de la Fed, Powell, ha dejado claro que reducir la inflación sigue siendo el objetivo principal de los bancos centrales”, afirma Fabiana Fedeli, CIO de renta variable y multiactivos en M&G Investments.
En este sentido, Fedeli reconoce que los mercados tienen un ojo puesto en la inflación y el otro en el probable golpe a la economía mundial: un aterrizaje suave o duro. “Vemos probable un aterrizaje forzoso, pero en distinto grado en Estados Unidos y en Europa. Las expectativas de ralentización del crecimiento económico están siendo descontadas, y una recesión inducida por la energía está prevista para Europa. Un escenario bajista en el que veamos una depresión o un colapso de los mercados crediticios al estilo de 2008, en el que las empresas y los particulares tengan dificultades para pagar sus deudas, no está descontado y no es nuestro escenario base”, añade la experta de M&G.
En opinión de Pierre Puybasset, portavoz del equipo de gestión de La Financière de l’Echiquier, “podemos resumir este trimestre afirmando que el riesgo de recesión se ha impuesto al riesgo inflacionista”. El experto considera que “el tercer trimestre ha sido un periodo de gran volátil. Estuvo marcado, sobre todo, por un repunte durante el verano, sostenido por un descenso importante de los tipos de interés que finalmente no cuajó. Los índices han caído con fuerza desde el comienzo del año hasta la fecha y únicamente el sector energético se mantiene en positivo. Los mercados volvieron a caer después de los mensajes de endurecimiento monetario por parte de los bancos centrales, a pesar de unos resultados semestrales que, en su conjunto, fueron mejores de lo previsto, incluyendo en el sector de la tecnología”.
Una visión por regiones
Según el último informe global de Nomura, en Europa, la zona euro está muy expuesta al aumento del precio de la energía, por lo que sus expertos estiman una caída del -2,5% del PIB en la zona euro desde el cuarto trimestre de 2022 hasta finales de 2023. “Tras la subida de tipos del BCE de 75 puntos básicos, se estiman nuevas subidas de 75 puntos básicos en octubre y diciembre, y de 25 puntos en febrero de 2023. A pesar de las previsiones de relajación en la subida de precios a nivel mundial, la inflación de la zona euro seguirá superando el objetivo”, comentan los expertos de la entidad.
En cuanto a Reino Unido, señalan que pese a que su exposición a la guerra de Ucrania es menor que la de la Unión Europea, la recesión es inevitable y Nomura prevé una caída del -2% del PIB. “Se estima que el Banco de Inglaterra eleve los tipos 75 puntos básicos en noviembre y diciembre; 50 puntos en febrero y 25 en marzo”, adelantan.
A la hora de diferenciar entre el futuro de Europa y de Estados Unidos, los expertos señalan que la crisis energética que atraviesa el Viejo Continente es lo que marca la diferencia. “El fuerte deterioro de las condiciones financieras también llevará a Estados Unidos al borde de la recesión, pero su economía, ahora autosuficiente, está relativamente aislada de la crisis energética. No obstante, el rápido endurecimiento monetario ha provocado un fuerte deterioro de las condiciones financieras, que inevitablemente perjudicará al crecimiento tras el breve repunte del tercer trimestre. Una recesión en el sector manufacturero es casi segura, aunque esperamos una mayor resistencia de la economía en general: +0,3% en 2023, con riesgos muy sesgados a la baja”, señala Vincent Chaigneau, jefe de análisis de Generali Investments.
En el caso de Estados Unidos, Nomura sitúa el inicio de la recesión en el cuarto trimestre de 2022 tras la desaceleración del impulso de crecimiento. Según su documento de análisis, se esperan subidas de tipos de 75 puntos básicos en noviembre y diciembre, 50 puntos en febrero y 25 en marzo de 2023, calcula que los recortes en los tipos comiencen en septiembre de 2023.
El escenario que maneja se complemantaría con una previsión de que la tasa de empleo aumente hasta el 5,9% para el final de 2024. En general, los analistas esperan que la inflación siga manteniéndose elevada, hasta que se modere en 2023”.
Si miramos hacia la región asiática, los expertos señalan que la desaceleración del crecimiento mundial disminuirá la recuperación de Asia. “Esperamos que la desaceleración en las exportaciones y el endurecimiento de las condiciones financieras lastren la inversión en capital y las perspectivas de consumo. La inflación seguirá creciendo durante el tercer trimestre, pero debería empezar a moderarse a partir del cuarto trimestre. Prevemos un endurecimiento de la política monetaria en la región”, indican en su informe.
De acuerdo con Nomura, la excepción será Japón, donde la inflación por encima del 2% no será duradera y se espera que caiga alrededor del 0% para principios del 2024. En cuanto a política monetaria, los analistas prevén que el Banco de Japón la mantenga intacta durante 2023.
Por último, respecto a China, los analistas esperan una recuperación en el segundo semestre del año, tras la desaceleración durante el segundo trimestre. No obstante, prevén fuertes vientos en contra del crecimiento, como la reducción en las exportaciones o las turbulencias en el sector inmobiliario.
Mayor tensión financiera
No solo los inversores están preocupados por el riesgo de recesión, sino también por acabar en una crisis como la de 2008. En su último informe sobre la estabilidad financiera mundial, el FMI advertía que los riesgos han aumentado desde abril de 2022. Según sus conclusiones, en medio de la inflación más alta en décadas y de una extraordinaria incertidumbre sobre las perspectivas, los mercados se han mostrado extremadamente volátiles. ¿A qué nos enfrentamos de cara al próximo año?
Las estimaciones del organismo internacional no han sido nada halagüeñas. “Tenemos una inflación elevada y el deterioro de las perspectivas económicas mundiales. Al mismo tiempo, tenemos riesgos geopolíticos con repercusiones económicas de la guerra en Ucrania. Además de todo esto, las condiciones financieras mundiales se han endurecido a medida que los bancos centrales siguen subiendo los tipos de interés”, afirmó hace una semana Tobias Adrian, Consejero Financiero del FMI.
Según muestra el documento, los riesgos de estabilidad financiera han aumentado desde su último informe, con un balance de riesgos inclinado a la baja. “Si observamos el sector bancario mundial, podemos ver que ha resistido las presiones hasta ahora, ayudado por los altos niveles de capital y la amplia liquidez. Sin embargo, la prueba de resistencia bancaria mundial del FMI muestra que estos amortiguadores pueden no ser suficientes para algunos bancos. Por ejemplo, si en 2023 se produjera un endurecimiento abrupto y brusco de las condiciones financieras mundiales, suficiente para enviar la economía a la recesión, junto con una inflación elevada, hasta el 29% de los activos bancarios de los mercados emergentes incumplirían los requisitos de capital. Al mismo tiempo, la mayoría de los bancos de las economías avanzadas saldrían adelante», señaló Adrian.
Básicamente, consideran que como consecuencia prevista del endurecimiento monetario, las condiciones financieras mundiales se han endurecido en la mayoría de las regiones. “Vemos que el aumento de los tipos de interés ha provocado tensiones adicionales. Tanto los gobiernos, que se enfrentan a elevados niveles de deuda, como las instituciones financieras no bancarias, como las compañías de seguros, los fondos de pensiones y los gestores de activos, tienen que hacer frente a unos balances muy ajustados. También vemos que los mercados financieros europeos muestran signos de tensión. La reciente volatilidad en el Reino Unido y la desaceleración de China, más acusada de lo previsto, también suscitan preocupación. En general, los mercados emergentes se enfrentan a múltiples riesgos. Estos se derivan de los altos costes de los préstamos, la elevada inflación, la volatilidad de los mercados de materias primas y la mayor incertidumbre sobre las perspectivas económicas mundiales. Las tensiones son especialmente graves para las economías en desarrollo más pequeñas», concluyó Adrian.
Las bolsas mundiales continúan buscando un suelo. La falta de visibilidad macro unida a los varios frentes abiertos en el ámbito geopolítico proporcionan argumentos válidos para que tanto «osos» como «toros» sostengan sus discursos.
Las minutas de la reunión de la Reserva Federal del pasado mes de septiembre dejan titulares para alimentar tanto la tesis de los alcistas como de los bajistas. Para los primeros, varios participantes señalaron que, ante la creciente incertidumbre en el ámbito macroeconómico, cobra relevancia calibrar el ritmo de un tensionamiento adicional en política monetaria con el objetivo de mitigar el riesgo de que se produzcan efectos adversos significativos en las perspectivas de crecimiento. Así, las actas revelan que los miembros del comité reconocieron que «la actividad en los sectores más sensibles a tipos (cíclicos) se debilitó de forma notable». Además, las condiciones del mercado laboral siguen mostrando una fortaleza que pueden estar subestimando los economistas en sus proyecciones de PIB para 2022.
Los más pesimistas se quedarán con que los miembros del banco central estadounidense «esperan que las presiones inflacionistas persistan a corto plazo» y que interpretan que «los riesgos para sus proyecciones de inflación son al alza», comentarios que ponen en duda los argumentos de aquellos que apoyan una pausa en el ritmo de subidas de tipos a corto plazo.
La fuerte caída en el ratio de empleos vacantes por desempleado (desde casi 2x hasta 1,7x este mes), que anticipa en unos 12 meses el comportamiento de los salarios, así como la publicación del subíndice de empleo de la encuesta ISM de gerentes de compra en el sector de manufacturas (por debajo de 50) y la disminución en el número de americanos que cambian voluntariamente de trabajo, favorecen la tesis de los que apuestan por el giro de la Fed. Sin embargo, aunque estos son síntomas de un deterioro que puede agudizarse los próximos meses, la fortaleza en el mercado laboral estadounidense queda de manifiesto en el dato de nuevas nóminas de septiembre. Este volvió a situar la tasa de paro (U3) en mínimos históricos (3,5%) y aleja a Powell de los objetivos que muestra la última revisión del resumen de proyecciones económicas de la Fed. Para conseguir que la inflación caiga por debajo del 3% al cierre de 2023, la Fed necesita enfriar la demanda de empleo llevando el U3 hasta 4,4%, algo que pasa (asumiendo una tasa de participación estable en 62,3%) por una destrucción de 14.000 puestos de trabajo/mes de aquí a diciembre del año próximo.
Los «osos» se aferran al fuerte dato de precios de producción industrial y al IPC publicado el jueves, interpretando el contenido de las actas de la Reserva Federal como un mensaje de continuidad en la estrategia de tensionamiento. Los precios seguirán subiendo en la medida en la que multinacionales como Pepsi sean capaces de batir las proyecciones de los analistas trasladando incrementos de coste al consumidor.
En la órbita geopolítica los problemas se amontonan: China parece no abandonar su política de tolerancia cero ante nuevos brotes de contagios por COVID en Shanghái, la OPEC+ acuerda recortar la producción en dos millones de barriles/mes encareciendo el precio de la gasolina en el surtidor, el Banco de Inglaterra deja de apoyar al mercado de Gilts y a la libra, y las intervenciones del Banco de Japón para sostener el yen han vuelto a fracasar. Europa está ya en recesión y Powell subirá los tipos hasta el 4,6% acercado a EE.UU. al mismo destino que los europeos. El FMI ha vuelto a revisar a la baja sus estimaciones de crecimiento mundial (3,2% en 2022 y 2,7% en 2023) y los analistas, que todavía anticipan que el BPA global crezca cerca del 5%, se verán abocados a revisar sus números.
Los «toros» justifican las buenas sensaciones a corto plazo en un mercado sobrevendido y sumido en el pesimismo, tierra fértil para un rebote de dígito doble ante la publicación de datos de inflación que señalen el camino a la moderación. Para estos inversores las empresas han suspendido sus planes de contratación y, como muestra el índice Challenger, comienzan a aligerar sus plantillas. Un mercado de trabajo menos pujante, la caída en los precios de materias primas y el desbloqueo en cadenas de suministros traerá de manera natural un entorno de precios de bienes de consumo más alineado con los objetivos de la Fed (el análisis de Moody’s anticipa que el IPC de EE.UU. podría retroceder al 4% en pocos meses).
La Reserva Federal demuestra, en sus minutas de este mes, estar preocupada por los efectos que la rapidez y contundencia del ciclo de encarecimiento del dinero puede llegar a tener sobre el crecimiento. Un contexto menos inflacionista y un consumidor que demuestra solidez (en EE.UU. cuenta con un exceso de ahorro de casi 700.000 millones de dólares y con depósitos bancarios que equivalen en valor a un 11% del PIB) ayudarán a preservar el crecimiento en beneficios empresariales, que ya han ajustado bastante.
Como siempre, la virtud probablemente la encontremos a medio camino. En bolsa las valoraciones son más razonables, pero no podemos hablar todavía de gangas. La determinación de la Fed de acabar con la inflación incluso a costa de penalizar el crecimiento justifica ser cautos con las expectativas del mercado respecto al crecimiento en BPA. En el caso de EE.UU. con más motivo si tenemos en cuenta que cada 1% de apreciación en el dólar (índice DXY) reduce los beneficios en un 0,5%, aproximadamente. Es cierto que el mercado está sobrevendido y que el optimismo brilla por su ausencia, pero, como demostró la recesión de 2009, ese tipo de entorno puede prevalecer en el medio plazo, aunque de cuando en cuando pueda dar lugar a un movimiento contra tendencia, como el que puede haberse iniciado el jueves después del dato de IPC de septiembre.
La reacción inicial fue casi de pánico, al subir la subyacente más de lo que se esperaba (6,6% vs. 6,5%), dando al traste con la esperanza de los inversores. Pero cuando hubo tiempo de contrastar que la inflación mensual anualizada ha caído los últimos tres meses al 2% (y estábamos en el 11% antes del verano), el cierre de cortos en un contexto de sobreventa y desconfianza hizo el resto.
Los inversores -y los analistas- comienzan a descontar la probabilidad real de una recesión en 2023, pero el hecho de ver pronósticos de crecimiento positivo en beneficios o tasas implícitas de impago en HY por debajo del dígito doble, demuestra que aún nos movemos en valoraciones que ofrecen un colchón de seguridad ante sorpresas más negativas.
El Grupo Mirabaud ha puesto en marcha de una colaboración plurianual con el Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou de París. Según explica la firma, el primer hito de esta andadura es el patrocinio de la exposición del artista suizo-estadounidense Christian Marclay, que tendrá lugar en el Centro del 16 de noviembre de 2022 al 13 de marzo de 2023.
Con este nuevo mecenazgo artístico en París, ciudad emblemática del arte y la cultura, Mirabaud tiene la satisfacción de proseguir y reforzar su apoyo a los artistas y a las instituciones que los presentan al público. Como explica Lionel Aeschlimann, socio gestor de Mirabaud, “la creatividad y la pasión son fundamentales para cualquier tipo de innovación, para pensar de forma diferente, para adaptarse. Mirabaud participa activamente desde hace varias décadas en la promoción del arte contemporáneo con espíritu de puesta en común, descubrimiento y diálogo».
Por su parte, Stéphane Jaouen, director de Mirabaud Wealth Management en Francia, ha añadido: «Es un honor abrir nuestra colaboración con el Centro Pompidou, una gran institución cultural que, combinando historia y modernidad, da a conocer el arte moderno y contemporáneo a través de exposiciones excepcionales y apoya la creación emergente. El hecho de iniciar esta colaboración con la exposición de Christian Marclay, gran artista de origen suizo y varias de cuyas obras se encuentran en la colección de Mirabaud, tiene mucho sentido”.
El compromiso de Mirabaud es un apoyo muy valioso para el arte contemporáneo. Esta nueva asociación es esencial para las ambiciones artísticas del Centre Pompidou y para promover el intercambio de conocimientos entre todos los públicos”, ha comentado Laurent Le Bon, presidente del Centro Pompidou.
Mirabaud también se ha unido a los Amis du Centre Pompidou, una comunidad formada por más de 800 mecenas franceses e internacionales que, desde hace casi 120 años, contribuyen al enriquecimiento y la influencia de las colecciones del Museo Nacional de Arte Moderno. “El arte nos conecta con nuestras emociones y tiene la capacidad de hacernos reflexionar más profundamente sobre la humanidad y el mundo. Los artistas contemporáneos nos invitan a mantener los ojos y la mente abiertos y a prepararnos para dejarnos sorprender y asombrar por los aspectos siempre cambiantes de la vida. De ahí que Mirabaud se interese especialmente por el arte contemporáneo que, combinado con obras de siglos pasados, tiende un puente entre la tradición y la modernidad. Este enfoque también refleja la visión comprometida y de largo plazo que el Grupo adopta en sus actividades de gestión”, ha afirmado Aeschlimann.
El grupo Mirabaud apoya a los artistas contemporáneos en su labor creativa, no solo adquiriendo obras para su propia colección, sino también respaldando a las galerías y otros lugares de exposición permanente o temporal con el fin de compartir su trabajo con el mayor número de personas posible. Mirabaud es fundador y socio de larga data del Musée d’art moderne et contemporain (MAMCO) de Ginebra, y también patrocina el Zurich Art Weekend, el Quartier des Bains, Genève Art, el festival Geneva Lux y a la Fundación Cerezales en España. Además, fue patrocinador de la FIAC de París durante muchos años.