Misión de rescate a China: ¿Pueden las recientes medidas políticas salvar el objetivo de crecimiento?
| Por Cecilia Prieto | 0 Comentarios
En un audaz movimiento para contrarrestar la desaceleración económica y rejuvenecer la confianza del mercado, el banco central de China, en un esfuerzo coordinado, dio a conocer una sólida serie de medidas de estímulo. La reunión posterior del Politburó sorprendió con un firme compromiso con los objetivos de crecimiento económico y, por primera vez, pretende frenar el declive y alcanzar la estabilización del mercado inmobiliario. Estos objetivos abarcan importantes intervenciones monetarias y fiscales para alcanzar la meta del deseado 5% de crecimiento del producto interior bruto (PIB). Los anuncios provocaron el mayor repunte del índice CSI300, impulsándolo casi un 30% respecto a su mínimo de febrero.
Entre las medidas clave se encuentra el recorte de 50 puntos básicos (pb) del coeficiente de reservas obligatorias para los bancos aplicado por el Banco Popular de China (PBOC). Esto reduce la porción de pasivos reservables que los bancos comerciales están obligados a mantener en lugar de prestar o invertir. Este recorte va acompañado de una reducción de 20 pb en el tipo de interés de las operaciones repo inversas a 7 días hasta el 1,50%, ambos con el objetivo de aumentar la liquidez e impulsar la demanda para combatir las tendencias deflacionistas y estimular el crecimiento.
Aunque ya hemos visto medidas similares antes, lo que no tiene precedentes es la recién introducida facilidad de capital del PBOC. Esta facilidad permite a las entidades no bancarias utilizar participaciones de capital de alta calidad como garantía para préstamos del banco central, con un cupo inicial de 500.000 millones de renminbi (RMB). Además, las empresas cotizadas pueden solicitar préstamos de refinanciación para la recompra de acciones, con un cupo preliminar de 300.000 millones de RMB. Su principal objetivo es reforzar la confianza del mercado, estimular las inversiones y aliviar las restricciones de liquidez a las que se enfrentan las empresas[2].
El sector inmobiliario también ha visto intervenciones significativas, con una reducción de 50 pb en las tasas hipotecarias para préstamos existentes, que se espera reduzca los gastos de intereses de los hogares en 150.000 millones de RMB anuales. Así pues, la medida no solo podría ayudar al mercado inmobiliario, sino también aumentar la capacidad de consumo de los hogares, ya que la disminución de los gastos por intereses se traduciría en un 2,5% más de renta disponible anual para los hogares que cumplieran los requisitos. Se anunció una mayor relajación de las restricciones a la compra de vivienda.
Aunque se han levantado las restricciones a la compra de vivienda en algunas ciudades de nivel 2, la diferencia esta vez radica en las medidas de flexibilización en algunas ciudades de nivel 1. Recientemente, tres ciudades de nivel 1 anunciaron nuevas medidas de flexibilización: Guangzhou se convirtió en la primera ciudad de nivel 1 en eliminar totalmente las restricciones a la compra de vivienda, mientras que en Shanghái y Shenzhen la relajación fue parcial.
En el frente fiscal, se espera que el paquete de estímulo introduzca ayudas específicas para aliviar las presiones financieras sobre los hogares y estimular el gasto de consumo. Hasta ahora se desconocen el alcance y los detalles del estímulo fiscal previsto. Lo más probable es que se destinen al menos 1-2.000 millones de RMB a ampliar el programa de intercambio de bienes de consumo («viejo por nuevo»), aumentar el gasto social y reestructurar la deuda de los gobiernos locales [3]. El tamaño y los detalles específicos del paquete fiscal no se han confirmado oficialmente, y se prevé que se revelen más detalles a finales de octubre, ya que la financiación propuesta con bonos especiales ultralargos del Gobierno central necesita cambios presupuestarios. Es probable que el impulso al consumo tenga como objetivo apoyar la renta disponible mediante la reducción del gasto de los hogares en atención a la tercera edad, jubilación, sanidad, educación y vivienda asequible. La lucha contra el desempleo también es prioritaria y cabe esperar que se adopten las medidas correspondientes. Podría haber pagos directos adicionales a los consumidores para conseguir un estímulo a corto plazo. En conjunto, el tamaño absoluto del programa fiscal podría ser mucho mayor. Además, podrían anunciarse nuevos proyectos de infraestructuras, si se siente la urgencia de conseguir un impulso en el cuarto trimestre.
A pesar de la miríada de políticas monetarias introducidas, su eficacia sigue siendo cuestionable. Aunque en teoría estas medidas permiten a los hogares endeudarse a menor coste, la recesión imperante en el mercado inmobiliario frena su disposición a aumentar el apalancamiento. En consecuencia, es incierto que estas iniciativas revitalicen sustancialmente la actividad económica.
Estas perspectivas podrían confirmarse con la publicación de los datos de consumo y viajes, ya que el optimismo ante unas cifras optimistas es mínimo. Sin embargo, se espera que la reunión de mediados de octubre de la Asamblea Popular Nacional (APN) ponga de relieve la posible ampliación del déficit fiscal, lo que podría levantar el ánimo del mercado. Además, se publicarán los resultados del tercer trimestre, que podrían indicar un descenso intertrimestral en la mayoría de las empresas. Sin embargo, si el sentimiento general del mercado se mantiene estable, los inversores podrían permanecer relativamente impasibles, lo que limitaría las posibilidades a la baja de cara al futuro.
Para apoyar la demanda interna, la mayor financiación de las reformas de la asistencia social podría dar un impulso sostenible a la estabilidad financiera de los hogares. Dado que el objetivo de crecimiento del PIB chino se sitúa en torno al 5%, la reciente aplicación de políticas podría tener efectos positivos sobre la demanda, que podrían empezar a hacerse patentes a finales de año. Al principio, la ejecución de medidas anteriores, como el programa de 500.000 millones de RMB de refinanciación para empresas estatales y gobiernos locales que convierten el exceso de oferta de viviendas en viviendas sociales, junto con la iniciativa de financiación de 300.000 millones de RMB de julio para subsidios al consumo, fue lenta. Sin embargo, el impulso de estas iniciativas ha aumentado desde entonces, lo que indica unas perspectivas económicas más prometedoras.
La cuestión acuciante es si el posible programa fiscal mejorará significativamente la confianza del mercado más allá de los efectos a corto plazo. Además, la probable recapitalización bancaria de 1 billón de RMB. y el alivio a la deuda de los gobiernos locales siguen siendo áreas clave de atención. Si se produce un giro fiscal, podría surgir una mejor coordinación entre las políticas fiscal y monetaria. Dado que la recesión inmobiliaria ha reducido los ingresos públicos anuales en unos 8,6 billones de RMB y que los ingresos por impuestos sobre la renta de las personas físicas y de sociedades han caído más de un 5% en lo que va de año, podría ser necesario un estímulo fiscal superior a esos esfuerzos para compensar el déficit y estabilizar la economía. Incluso con el estímulo fiscal previsto para los próximos meses, las administraciones locales necesitarán tiempo para identificar proyectos de inversión viables.
En resumen, aunque las medidas de estímulo recientemente anunciadas presentan un enfoque polifacético para revitalizar la economía, su éxito dependerá de una aplicación oportuna y eficaz, junto con la resolución de los retos estructurales existentes en el mercado de la vivienda y en el panorama económico más amplio.
Tribuna de Björn Jesch, CIO de DWS.
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