CC-BY-SA-2.0, FlickrPlaya en Costa Rica (Martín Garrido)
A medida que aumenta la inflación, el alto costo de vida en los Estados Unidos está impulsando a algunos estadounidenses a considerar seriamente mudarse a América Latina, según una nueva encuesta publicada por ECI Development, una organización socialmente responsable y empresa de desarrollo inmobiliario sostenible y hotelería.
La encuesta también examinó a los estadounidenses interesados en invertir en bienes raíces latinoamericanos. Para ellos, el costo, específicamente el costo de la mano de obra, también juega un papel importante a la hora de determinar dónde invertir en América Latina.
La primera elección para las personas que buscan mudarse a América Latina es Costa Rica, y el país favorito para quienes buscan invertir en propiedades es Brasil. La encuesta investigó, entre otras áreas de interés, por qué las personas quieren mudarse o invertir en América Latina, los países a los que prefieren mudarse o invertir, los tipos de casas que quieren adquirir y cómo les gustaría pagar por su propiedad.
La encuesta nacional, realizada por Pollfish, examinó a 500 estadounidenses que habían considerado seriamente vivir, trabajar, jubilarse o invertir en propiedades en América Latina. El margen de error es del 5%, con un nivel de confianza del 95%.
La gente quiere costos más bajos y más aventura
“La vida en los Estados Unidos ya era costosa y la inflación actual solo ha exacerbado esto para muchas personas. Aquellos que quieren mudarse a América Latina buscan un costo de vida más asequible, así como más aventuras en sus vidas. Afortunadamente, América Latina cumple ambos requisitos. Los inversionistas siempre priorizarán el costo, por lo que no sorprende que el costo de la mano de obra sea un factor importante para los estadounidenses que buscan comprar e invertir en propiedades en América Latina”, dice Michael Cobb, director ejecutivo de ECI Development.
“Costa Rica, México y Brasil son los países más populares para las personas que buscan vivir o invertir en América Latina. Algunos países de América Latina tienen una reputación que refleja lo que tienen para ofrecer. Otros, como Belice, parecen no recibir el crédito que merecen. En gran medida, los estadounidenses no los han descubierto, al igual que Costa Rica hace solo 20 años”, concluyó Cobb.
Motivaciones para mudarse o invertir en América Latina
Una amplia variedad de razones hacen que las personas quieran mudarse a América Latina. El más importante es escapar del alto costo de vida en los Estados Unidos. La falta de aventuras o experiencias emocionantes y un bajo nivel de riqueza material comparten el segundo lugar.
Se preguntó a los posibles inversionistas cuáles eran sus principales prioridades cuando buscaban invertir en propiedades en América Latina. El costo de la mano de obra encabezó las listas, con la cantidad de impuestos a la propiedad a pagar y la calidad de la gobernabilidad en segundo y tercer lugar, respectivamente.
Entrar antes de que todo el mundo quiera hacerlo
“Nuestra encuesta demuestra que países menos conocidos como Belice, Panamá y El Salvador aún no reciben la atención que demandan”, dijo Cobb. “Los bienes raíces en estos países, y países similares como Nicaragua y Honduras, ofrecen valor y múltiplos de crecimiento que lugares más conocidos como Brasil o México no pueden igualar.
“De hecho, Belice muestra actualmente el mismo patrón de crecimiento que experimentó Costa Rica a principios de la década de 2000, a saber, aumentos en el turismo, inversiones internacionales en hoteles y resorts, y programas de residencia cada vez más simples para expatriados”.
Elegir un país
La encuesta investigó la popularidad de diferentes países entre aquellos que buscan mudarse a América Latina, así como aquellos que buscan invertir en propiedades en América Latina.
Costa Rica fue el país más popular para las personas que buscaban mudarse a América Latina, seguido de Brasil, México, Argentina y Colombia. Los cinco países principales son idénticos para las personas que buscan invertir en América Latina, excepto que Brasil y Costa Rica intercambian lugares.
Elegir una casa
Las personas que desean comprar una residencia están más interesadas en viviendas unifamiliares construidas a la medida. Si bien esto no es sorprendente, la popularidad de las casas unifamiliares pequeñas y ecológicas es notable: las primeras apenas tienen una tasa de penetración del uno por ciento en los EE. UU.
Credicorp Capital ha actualizado sus proyecciones para el equipo Campeón del Mundial de Fútbol Qatar 2022, que en una primera versión dejaba la copa en manos de Brasil pero ahora apunta a la selección de Argentina.
Según el análisis, Argentina jugaría la final la y ganaría contra Inglaterra, después de vencer a Portugal.
“Para obtener estas proyecciones e identificar la fortaleza relativa de cada equipo, hemos utilizado la metodología del Elo Rating, que sobre la base de la historia estima los umbrales que convierten las probabilidades de victoria en resultados y diferencia de goles”, explicó Jorge Beingolea, vicepresidente de Soluciones de Portafolio de Credicorp Capital Asset Management, durante la primera entrega del pronóstico.
La primera versión del estudio de Credicorp Capital anunciaba que los países que pasarán a octavos de final serían: Holanda, Estados Unidos, Argentina, Dinamarca, Alemania, Croacia, Brasil, Uruguay, Inglaterra, Ecuador, Francia, Polonia, Bélgica, España, Portugal y Suiza. La firma también estimó el Top 10 de países con probabilidad de ser campeón del Mundial Qatar 2022: Brasil (48%), Argentina (15%), Alemania (7%), Portugal (6%), Holanda (5%), Uruguay (5%), España (5%), Bélgica (3%), Croacia (2%) e Inglaterra (2%).
La perspectiva sectorial de Fitch Ratings para los administradores de activos brasileños es neutral. Los activos bajo administración (AUM) deberían registrar cierto crecimiento en 2023 a pesar de la fuerte volatilidad causada por los riesgos fiscales de las administraciones gubernamentales actuales y futuras y por las altas tasas de interés.
Hasta septiembre de 2022, la industria registró salidas YTD de 17.000 millones de reales brasileños (-0,24% en comparación con los AUM a principios de año), pero registró un crecimiento general del 7,1%, principalmente debido a las tasas de interés.
“A pesar de una probable disminución en 2023, las tasas de interés deberían permanecer altas y otros riesgos fiscales deberían conducir a una continua volatilidad. Si bien los inversores deberían tener muchas oportunidades, los productos de renta fija seguirán siendo más atractivos, lo que beneficiará a los administradores de activos diversificados más grandes”, afirmó al respecto Pedro Gomes, director de Fitch Ratings.
La perspectiva de Fitch también aborda los escenarios políticos y económicos de Brasil, cita algunas de las principales tensiones geopolíticas globales y destaca el entorno de la inflación y las tasas de interés, los cambios en la demanda de los inversores, los avances en las prácticas ESG, el desempeño de las clases de activos y la disminución de la participación. de administradores independientes de activos en el período.
El informe completo «Perspectivas de Fitch Ratings para 2023: Gestores de activos brasileños» está disponible en www.fitchratings.com y www.fitchratings.com/brasil o haciendo clic en el enlace Fitch Ratings 2023 Outlook: Brazilian Asset Managers
Las expectativas de una política monetaria aún más restrictiva, las nuevas pruebas de una grave desaceleración del crecimiento mundial, la preocupación por el aumento de los riesgos del sistema financiero y una nueva escalada de la guerra entre Rusia y Ucrania explican por qué los activos de riesgo se mantuvieron bajo una fuerte presión durante la semana pasada. La renta variable mundial perdió otro 5%, mientras que el rendimiento del Tesoro a 10 años subió 30 puntos básicos. En este contexto, no realizamos ningún cambio en nuestra cartera modelo multiactiva.
Un entorno difícil para los activos de riesgo
Los últimos datos de EE.UU., incluidas las nóminas de septiembre, que fueron más fuertes de lo esperado, sugieren que un giro de la Reserva Federal hacia una postura más moderada está muy lejos. Por su parte, la vicepresidenta de la Fed, Lael Brainard, ha advertido de que la velocidad necesaria de las subidas de tipos de la Fed podría crear más tensiones en los mercados financieros y una desaceleración del crecimiento más brusca de lo previsto. Seguimos de cerca las turbulencias del mercado en el Reino Unido, donde el Banco de Inglaterra tuvo que aumentar sus compras de gilts la semana pasada, y las salidas de capital del mundo emergente. Mientras los problemas de financiación se intensifican en todo el mundo, el comercio mundial está disminuyendo mucho más rápidamente de lo que se había previsto en general. Corea del Sur -que por su exposición comercial diversificada en cuanto a productos y geografía puede considerarse un buen indicador del comercio mundial- registró un descenso interanual de las exportaciones del 12% en los diez primeros días de octubre.
Seguimos infraponderando la renta variable
Con la rápida caída del crecimiento mundial y el aumento de los riesgos del sistema financiero a medida que los tipos de interés siguen subiendo, mantenemos nuestra infraponderación en la renta variable mundial. Una de las razones es que seguimos creyendo que las estimaciones de beneficios para 2023 son demasiado elevadas. Esta semana comienza la temporada de resultados en EE.UU., y la orientación será importante. Este trimestre podría ser el primero en el que las empresas se sientan lo suficientemente cómodas como para dar malas noticias. Después de todo, hay muchas excusas que pueden utilizar: los altos precios de la energía, la desaceleración del crecimiento mundial, los movimientos adversos de las divisas, la debilidad de los mercados financieros, los altos inventarios y, por supuesto, la geopolítica.
A los vientos en contra de los beneficios, se suma el rápido endurecimiento de las condiciones financieras que está presionando aún más las valoraciones. El mercado estadounidense es el más vulnerable en este sentido, ya que sigue cotizando en línea con su media de 20 años y con una prima considerable respecto al resto del mundo.
Riesgo de subida de los rendimientos de los bonos
En cuanto a la renta fija, hace dos semanas cerramos nuestras grandes y prolongadas infraponderaciones tanto en tipos como en crédito, cuando los rendimientos de los bonos alcanzaron nuestros niveles objetivo. Optamos por tomar beneficios y esperar a los datos macroeconómicos clave, como las cifras del IPC de EE.UU. de este jueves, para evaluar si la narrativa de la inflación pegajosa y la subida de los tipos se mantendría.
Por el momento, seguimos viendo un importante riesgo alcista para los rendimientos de los bonos. Un dato del IPC más alto de lo esperado, combinado con un mercado de trabajo que sigue siendo tenso, probablemente aumentaría las expectativas del mercado de que la Reserva Federal se vuelva aún más agresiva. Si el mercado valora el tipo de interés de los fondos de la Fed por encima del 4,5% durante un periodo más largo, probablemente crearía más presión al alza sobre los rendimientos del Tesoro. En este caso, es probable que los rendimientos del Bund también suban.
Problemas para los mercados emergentes
Aunque se espera que cualquier posible giro de la Fed se retrase de nuevo debido a los datos de las nóminas de septiembre, cada vez hay más pruebas de que la postura hawkish de la Fed está causando problemas fuera de Estados Unidos. El aumento de los rendimientos de los bonos estadounidenses y la determinación de la Fed de endurecer más su política han provocado una fuerte apreciación del dólar: el índice del dólar estadounidense ponderado por el comercio ha subido un 20% en los últimos 12 meses. Recientemente, esto ha provocado que varios países, como Japón, Corea del Sur e India, intervengan en los mercados de divisas para evitar que sus monedas sigan cayendo.
A medida que los inversores mundiales reducen su exposición al riesgo debido a las crecientes incertidumbres y a los rendimientos más atractivos de los bonos del Tesoro, y los bancos centrales venden parte de sus reservas en dólares, aumentan las salidas de capital del mundo emergente. De hecho, esto ha estado ocurriendo desde que la Fed hizo su giro hawkish en diciembre de 2021, aunque las salidas se han acelerado desde que las expectativas de subida de tipos de la Fed empezaron a aumentar bruscamente en agosto. En el tercer trimestre, las salidas totales de capital de los mercados emergentes alcanzaron los 400.000 millones de dólares, la cifra trimestral más alta de la historia. Y sólo en septiembre se registraron 200.000 millones de dólares de salidas del mundo emergente, una cifra sólo ligeramente inferior a la del punto álgido de la crisis financiera mundial en octubre de 2008 (véase el gráfico).
Flujos de capital GEM (base mensual)
Fuente: Datastream, NN Investment Partners.
Sin crisis, todavía
Gracias a la mejora de la posición externa global de los mercados emergentes, las salidas de capital no han provocado aún grandes crisis de la balanza de pagos. Pero esto no significa que no vaya a producirse ninguna.
Hasta aquí, la mayoría de los bancos centrales de los mercados emergentes han sido prudentes a la hora de adelantar las subidas de tipos y seguir el ritmo de endurecimiento de la política de la Reserva Federal. Esta es una de las razones por las que el crecimiento de la demanda interna se ha mantenido moderado, impidiendo un aumento de los desequilibrios externos. Al mismo tiempo, el crecimiento de las exportaciones ha sido fuerte gracias al auge de la demanda mundial de bienes inducido por la pandemia y al repunte de los precios de las materias primas. Pero con la fuerte caída del comercio mundial, que afecta seriamente a los ingresos de las exportaciones, es probable que la balanza comercial de la mayoría de los países se deteriore.
Además, la salida de capitales es cada vez mayor, por lo que, sin la intervención de los bancos centrales, las monedas de los mercados emergentes seguirán cayendo. Esto encarecerá las importaciones, con lo que la inflación seguirá siendo alta, obligando a los bancos centrales a mantener los tipos de interés elevados. En este tipo de entorno, es probable que el crecimiento económico siga teniendo dificultades. Por ello, prevemos que el crecimiento económico medio en el mundo emergente seguirá siendo suave, con un 4,5% en 2023.
Países a vigilar
Sin embargo, nos preocupan más las perspectivas de los países que siguen adoptando políticas económicas imprudentes, como Turquía y Argentina, o que tienen grandes déficits gemelos, como Colombia y Egipto.
La financiación monetaria de los grandes déficits fiscales en Argentina y la agresiva relajación de la política monetaria y fiscal en Turquía están provocando una inflación estructuralmente alta en estos países y una fuerte caída de sus monedas. En el entorno actual, la presión sobre estas economías aumentará aún más. Colombia y Egipto son diferentes, ya que sus responsables políticos, a pesar de haber cometido errores en el pasado, están aplicando ahora una combinación de políticas relativamente ortodoxa. El problema en estos dos países es que sus desequilibrios fiscales y externos no se han abordado durante mucho tiempo: se requieren reformas de gran alcance, pero no se están materializando por razones políticas. En Colombia, el nuevo gobierno ha prometido reformas sociales que podrían incluso aumentar los desequilibrios a corto plazo. Mientras tanto, los grandes déficits de Egipto sólo pueden financiarse con el apoyo de los Estados del Golfo.
Aunque los desequilibrios macroeconómicos en el mundo emergente parecen manejables en general, son críticos en Turquía y Argentina. La situación también es grave en Colombia y Egipto, pero con una combinación de política monetaria ortodoxa y opciones de política fiscal audaces dirigidas a la reducción del gasto a largo plazo y al aumento de los ingresos a corto plazo, todavía pueden evitarse crisis financieras importantes.
En 2020, y con el mundo azotado por la pandemia, Adecco Group, empresa especializada en la gestión de recursos humanos, lanzó un estudio de mercado en ocho países para proporcionar información acerca de cómo iba a ser la nueva normalidad para los trabajadores y las empresas después de la pandemia y los confinamientos. Al año siguiente, en 2021, se actualizó y amplió la encuesta a 25 países distintos.
Fruto de esa investigación, Adecco Group ha presentado presenta la tercera edición de su encuesta a trabajadores titulada “Global Workforce of the Future 2022: analizando el presente y futuro del empleo”, un informe a nivel mundial que recoge datos sobre las percepciones laborales en 25 países en los que opera. El estudio se ha realizado gracias a una encuesta a trabajadores con contratos de al menos 20 horas semanales y para el que se ha encuestado a más de 34.000 personas en todo el mundo, procedentes de diferentes sectores y con distintas ocupaciones.
“Global Workforce of the Future 2022” se centra en las perspectivas para 2023 y más allá, buscando comprender cómo han cambiado las actitudes y mentalidad de los trabajadores/as con el objetivo de ayudar a las empresas a preparar mejor a su talento para el futuro. En esta primera entrega del informe se analizan temas clave para las organizaciones en la actualidad y en el futuro: la Gran Renuncia, el “quiet quitting”, el salario en el entorno actual, la incertidumbre económica y geopolítica, la economía colaborativa, la transición a una economía verde, la automatización, la IA y la digitalización.
En palabras de Iker Barricat, director general de The Adecco Group España, “ante el fenómeno de la gran renuncia, las empresas deben revisar sus estrategias de retención del talento reforzando el compromiso con sus equipos y no limitarse a confiar en la herramienta de los aumentos salariales como medida de retención del talento. El salario es prioritario en estos momentos de incertidumbre o con trabajadores que no están comprometidos ya con el proyecto empresarial, pero es claramente insuficiente por sí solo para establecer un vínculo a largo plazo”.
“Para responder a las expectativas de los trabajadores, las empresas deben realizar una escucha activa de las demandas de sus colegas, dando prioridad a las estrategias de retención del talento, y establecer planes de acción concretos ya que esto marcará la diferencia para aquellos trabajadores que no se deciden a quedarse o marcharse. Para hacer frente a este problema de la Gran Renuncia -que cada vez es más común en la empresa española- debemos trabajar las políticas de flexibilidad, así como invertir en la plantilla y centrarse en ofrecer oportunidades de aprendizaje permanente. El reciclaje y la mejora de las cualificaciones son fundamentales si queremos reforzar la relación empresa-empleado, más allá de las políticas salariales”, sostiene Iker Barricat.
La «gran renuncia» y el “quiet quitting”
En 2021, cerca de 50 millones de trabajadores en Estados Unidos renunciaron a sus empleos, una cifra nunca vista en lo que llevamos de siglo XXI. Este fenómeno sin precedentes conocido como la Gran Renuncia podría tratarse de algo más que una situación coyuntural derivada de la pandemia y convertirse en el inicio de un nuevo enfoque del concepto de trabajo. Hoy aquella tendencia surgida en EE.UU. ha cruzado el charco y se ha extendido a otros países como Reino Unido o Italia, donde 1,3 millones de empleados dejaron su trabajo en los 9 primeros meses de 2021.
Según el informe “Global Workforce of the Future 2022”, más de una cuarta parte (27%) de los trabajadores de todo el mundo dejará su empleo en los próximos 12 meses y el 45% de ellos está atento al mercado laboral y solicitan nuevos puestos y/o tienen entrevistas para otros trabajos. Además, 2 de cada 10 encuestados globales afirma haber sido contactados por reclutadores de otras compañías, lo que sugiere que los headhunters y las organizaciones se están aprovechando de la Gran Renuncia y de una fuerza laboral global en constante cambio para atraer el mejor talento a sus compañías. Según las conclusiones del informe, el contagio del abandono del trabajo sigue creciendo impulsado por el aumento de los llamados «quite fluencers»; es decir, ver a los compañeros renunciar provoca que el 70% de los trabajadores a nivel global se planteen abandonar ellos mismos.
Por regiones, los empleados de China, Japón e Italia son más reacios a renunciar a su actual puesto de trabajo. En cambio, en Australia, Suiza y EEMENA son más propensos a dejar su empleo en el próximo año. Si bien a priori esto podría sugerir infelicidad, estos países también son aquellos donde los trabajadores tienen una mayor sensación de seguridad en el trabajo (por encima del 75%), en nuestro país son el 69%, lo que parece que indicar que simplemente se sienten con mayor confianza para considerar cambios en su carrera profesional. En este sentido, la encuesta muestra que, en general, la satisfacción laboral es alta, el 69% a nivel mundial y el 72% de los españoles están satisfechos con su trabajo. Los empleados más satisfechos están en China, Brasil y Turquía, mientras que los trabajadores de Japón, Francia, Grecia e Italia son los que menos.
Según explica el documento en sus conclusiones, la «gran renuncia» ha sacado a la luz una reciente tendencia viral: el «quite fluencers» o “renuncia silenciosa”. Esta es adoptada por aquellos que rechazan la idea de que el trabajo debe ser la principal prioridad en sus vidas, como un intento de evitar el agotamiento, y que algunas empresas entienden como una falta de engagement del trabajador hacia la compañía.
«No se produce una renuncia de forma explícita ni se contempla en las cifras de abandonos que comunican los departamentos de RR.HH., pero si no se detecta, tiene el potencial de promover una cultura tóxica en la que los trabajadores sienten que no pueden hablar con las empresas sobre sus cargas de trabajo o de sus prioridades y en su lugar deciden desvincularse emocionalmente de las empresas», señalan.
En consecuencia, las compañías deben estar atentas a este fenómeno, que puede verse estimulado cuando los trabajadores ven a otros renunciando. Una de las principales recomendaciones para las organizaciones que se enfrentan al “quiet quitting” es proporcionar espacio, formación y procesos para mantener conversaciones abiertas y sinceras entre empresa y trabajador para fomentar ese vínculo y compromiso por ambas partes.
De cara al futuro inmediato, 6 de cada 10 trabajadores encuestados a nivel global (61%) confían en poder encontrar un nuevo empleo en menos de seis meses, incluso en estos tiempos de incertidumbre económica.
Los empleados de Alemania, Estados Unidos y los países nórdicos son lo que más seguros están de tener un nuevo puesto en menos de medio año. Italia, Japón, Francia y España son los países donde los trabajadores tienen menos confianza en su capacidad para encontrar un nuevo trabajo en menos de seis meses. De hecho, en España el porcentaje es 6 puntos porcentuales inferior a la media global, solo el 55% de los empleados españoles creen que tendrán un nuevo trabajo en menos de medio año. Además, a pesar de la coyuntura económica, la guerra de Ucrania y la inflación, la mayoría de los trabajadores (72% a nivel mundial y 69% nacional) se sienten seguros y no les preocupa perder su empleo.
La satisfacción laboral: el peso relativo del salario
El salario es la principal razón por la que las personas cambian de trabajo y el 45% de los trabajadores de todo el mundo que quieren hacer un cambio durante el próximo año afirma que el sueldo es su principal motivo. «El equilibrio entre lo laboral y lo personal, el deseo de probar algo nuevo, la infelicidad en el trabajo actual y la falta de progreso en la carrera profesional también ocupan lugares destacados», indica el informe.
Sin embargo, el sueldo es menos importante cuando los trabajadores están comprometidos y quieren permanecer en su actual empresa: el 61% de los encuestados de todo el mundo afirma que quiere continuar en su actual compañía en los próximos 12 meses. Según recoge la encuesta, los motivos principales por los que todos ellos lo harán serán porque: están contentos; el trabajo les proporciona estabilidad; tienen un buen equilibrio entre la vida laboral y la personal; disfrutan trabajando con sus compañeros y tienen flexibilidad. El salario ocupa el sexto lugar en el orden de prioridades (el quinto para España). Esto significa que las organizaciones no pueden confiar únicamente en el aumento de los salarios para mantener a los trabajadores comprometidos. «En general, la satisfacción con el salario que perciben los trabajadores es media y solo la mitad de los trabajadores mundiales y el 44% de los españoles están satisfechos con cómo su salario refleja su experiencia y sus competencias, las horas que trabajan y su rendimiento», matiza las conclusiones.
Geográficamente y según los trabajadores encuestados, los salarios de Estados Unidos y China son los que más han mejorado, mientras que en los países de Europa Occidental y Japón se han mantenido. En España, el 43% de los entrevistados asegura que los sueldos han mejorado, otro 43% que han permanecido igual y solo el 14% afirma que han empeorado. Incluso con la elevada sensación de seguridad en el empleo, el aumento de los salarios y el número de personas que renuncian, el temor de los trabajadores a una inminente recesión económica podría frenar la tendencia de la «gran renuncia» en los próximos meses.
Los trabajadores buscan fuentes de ingresos adicionales para combatir el aumento del coste de la vida y la incertidumbre geopolítica, por ello el 61% de los encuestados a nivel mundial afirma estar preocupado porque su salario no sea lo suficientemente alto para hacer frente a las crecientes tasas de inflación. Así, a 3 de cada 5 empleados consultado en todo el mundo les preocupa que la actual coyuntura económica afecte a sus puestos de trabajo.
La incertidumbre económica ha hecho que los trabajadores se vean obligados a pensar en aceptar trabajos extra para llegar a fin de mes. Muestra de ello es que más de la mitad de los encuestados globales asegura que el impacto de la inflación los ha llevado a plantearse buscar un segundo empleo. Mientras tanto, las tensiones geopolíticas actuales están echando más leña al fuego, ya que los encuestados admiten que el impacto de la guerra en Ucrania está afectando a su empleo y a su seguridad laboral. Estos resultados predicen una ralentización de la tendencia de la «gran renuncia» en los próximos 12 meses, ya que los trabajadores buscan seguridad en tiempos de incertidumbre.
La inestabilidad económica y geopolítica es la principal preocupación ahora
Aunque las tendencias del mercado laboral varían según la geografía, algunas destacan por su impacto global: son las llamadas megatendencias, aquellas que son poderosas y transformadoras, y que podrían cambiar la economía, los negocios y la sociedad global. Los trabajadores de todo el mundo y de todos los sectores se ven (o se verán) afectados por el crecimiento de la gig economy y la transición a una economía verde, así como por las tendencias estrechamente relacionadas con la tecnología (automatización, IA, digitalización, etc.).
Pero, además, el documento sostiene que todo el mundo se ve afectado en cierta medida por la incertidumbre económica y geopolítica actual. «La economía mundial está recuperándonos aún del impacto económico del COVID-19, todavía inestable, a lo que se suma la guerra en Ucrania y el aumento de las tensiones en otros lugares», indica. Aunque no se considera que estas sean específicamente megatendencias del mercado laboral, Adecco Group las incluye en la investigación porque son factores externos vitales para entender las preocupaciones de los trabajadores.
«A nivel mundial, los trabajadores están más preocupados por la inestabilidad económica y geopolítica que por las megatendencias que están transformando el mundo del trabajo. Como se ha dicho anteriormente, la inestabilidad económica destaca con un 57% como preocupación (65% en España), las cuestiones geopolíticas fueron citadas por el 46% (el 53% de los españoles), justo por delante de las megatendencias puramente laborales más preocupantes», se concluye.
El desglose de los resultados por regiones geográficas revela que estas preocupaciones se sienten en diferentes grados, siendo los trabajadores australianos los que expresan los niveles más altos de preocupación en general. Otras disparidades geográficas reflejan preocupaciones específicas en cada parte del mundo. Por ejemplo, los trabajadores de los países nórdicos son los más preocupados por la inestabilidad económica con mucho margen (72%, frente a la media mundial del 57%); mientras que los trabajadores chinos son los más preocupados por la incertidumbre geopolítica, lo que refleja las crecientes tensiones en torno al estatus de Taiwán.
Sorprende ver que hay menor inquietud por las megatendencias del mercado laboral: sólo el 36% de los trabajadores globales declaró estar preocupados por la transición a una economía verde, a pesar de reconocer que puede exigirles una importante reconversión profesional. Esto puede representar un reconocimiento creciente de la necesidad de actuar sobre la crisis climática, pero también refleja el hecho de que nos encontramos en una fase temprana de esta transición.
La automatización y la gig economy son el mayor motivo de preocupación dentro de las megatendencias, ya que los trabajadores las consideran un riesgo potencial para sus puestos de trabajo. Esto nos muestra la necesidad de que las empresas sean proactivas a la hora de reciclar y mejorar las competencias de sus empleados, invertir en el upskilling y reskilling.
Aunque los trabajadores están menos preocupados por las megatendencias que por las cuestiones geopolíticas y económicas, esto no significa que estén tranquilos. Los empleados tienen claro que estas tendencias les exigirán desarrollar nuevas competencias, ya que el 66% de los encuestados mundiales y el 65% en España afirma que la digitalización les obligará a aprender nuevas habilidades. La Inteligencia Artificial y la automatización les siguen de cerca con un 63% y un 62% (63% y 65% en España), respectivamente. En este sentido, el informe indica que las empresas se esfuerzan por retener a sus mejores talentos y eso significa hacer de la recapacitación y la mejora de las competencias una parte clave de la estrategia de retención de cada organización.
CanvaDe izquierda a derecha: Jonathan Mansie, James Harmer, Adil Mestan y Vanessa Mayer.
La Française ha anunciado cuatro nuevas incorporaciones a su plataforma inmobiliaria paneuropea con el objetivo de acelerar el desarrollo de su negocio. Según informa la gestora, los nuevos profesionales en incorporarse han sido Jonathan Mansie, James Harmer, Adil Mestan y Vanessa Mayer.
Desde la apertura de sus oficinas de Londres y Fráncfort en 2014 bajo la dirección de David Rendall, el grupo ha desarrollado con éxito su negocio inmobiliario paneuropeo. Más del 24% de los activos inmobiliarios se gestionan en nombre de inversores internacionales (excluyendo Francia) y el 10% de los activos se encuentran fuera de Francia (Francia, Alemania, Bélgica, Países Bajos, Irlanda, Reino Unido y Luxemburgo).
Según explica la gestora, estas nuevas incorporaciones tienen el objetivo de acelerar el desarrollo y crecimiento de este negocio. Sobre las nuevas contrataciones, india que Jonathan Mansie, nuevo director de operaciones paneuropeas de La Française REM, estará ubicado en Londres y bajo la supervisión de David Rendall, director del área inmobiliaria institucional e internacional de La Française Real Estate Managers (REM). Por su parte, James Harmer, gestor de activos de La Française REM, estará en Londres y bajo las órdenes de Peter Balfour, responsable de la división inmobiliaria en el Reino Unido de La Française REM.
Por su parte, Adil Mestan, director de inversiones de La Française REM en Alemania, estará en las oficinas de Fráncfort y a las órdenes de Robin Steinberg, responsable de operaciones de La Française REM en Alemania. Por último, Vanessa Mayer, responsable de gestión de activos de La Française REM en Alemania, también en Fráncfort, dependiente de Carolin Hoser, responsable de gestión de activos de La Française REM en Alemania.
Desde la apertura de sus oficinas de Londres y Fráncfort en 2014 bajo la dirección de David Rendall, el grupo ha desarrollado con éxito su negocio inmobiliario paneuropeo. Más del 24% de los activos inmobiliarios se gestionan en nombre de inversores internacionales (excluyendo Francia) y el 10% de los activos se encuentran fuera de Francia (Francia, Alemania, Bélgica, Países Bajos, Irlanda, Reino Unido y Luxemburgo).
“Dados los retos actuales del mercado global, creemos que es un momento oportuno para reforzar nuestra plataforma con el fin de potenciar nuestra capacidad de ofrecer soluciones reales a nuestros clientes, tanto a nivel local como internacional. Estas nuevas contrataciones impulsarán aún más nuestro crecimiento”, ha explicado David Rendall, director del área inmobiliaria institucional e internacional de La Française Real Estate Managers.
No nos esperan meses fáciles, sino todo lo contrario. Con los datos en la mano, este es el peor año desde 1949. Tanto las acciones como los bonos han sufrido caídas a la vez, por lo que también ha sido el peor año para quienes confiaron en el modelo de asignación de activos equilibrado tradicional (40%-60%), con pérdidas medias de alrededor del 20-22%.
Una alternativa para hacer frente a este escenario es la asignación en función de los objetivos de rentabilidad y riesgo de la cartera, no por clase de activos. Además, al gestionar sin índices de referencia, y, por ende, sin sus limitaciones de asignación, se pueden seleccionar oportunidades individuales a nivel mundial, en diferentes sectores y clases de activos, incluidos los alternativos o no convencionales.
Este estilo de gestión fue diseñado precisamente para hacer frente a una nueva era en los mercados, que esperábamos que se manifestara con el fin de las políticas monetarias expansivas y la fase deflacionaria. Por supuesto, no podíamos prever dos cisnes negros como una pandemia y una guerra en Europa, pero incluso en un entorno más complejo de lo esperado, el enfoque está demostrando su eficacia, que el mercado podrá evaluar a lo largo de los tres años de histórico.
Tal vez hay quienes optan por tener más agilidad en el lanzamiento de nuevos productos, pero al querer centrarnos en instrumentos que no se basan en un índice de referencia, sino que se fundamentan en objetivos, las evaluaciones que acompañan al lanzamiento de un instrumento son diferentes y te obligan a analizar cuidadosamente el momento del debut de un fondo. Por ejemplo, lanzar un producto de renta fija hace dos años no habría tenido sentido. Hoy en día, las condiciones para presentar en el mercado un instrumento de renta fija con características orientadas a objetivos son más favorables.
Objetivamente hablando, se están creando oportunidades interesantes, y estar presente con un fondo que no razona según la lógica tradicional del índice de referencia será ventajoso. Los treinta años de vientos favorables de los que se beneficiaron los mercados han terminado. El entorno económico actual es más complejo y se caracterizará por la «escasez» en muchos aspectos. Y, por lo tanto, también las «oportunidades». Por ello, la gestión activa resulta crucial.
Encontrar oportunidades cuando todo parece ir en la misma y difícil dirección es el gran reto que debe asumir un gestor y, en mi opinión, en este contexto ser una boutique permite una mayor flexibilidad y rapidez de reacción.
Ciertamente, la pandemia ha generado un aumento de la liquidez, pero la «huida» hacia activos gestionados por profesionales debemos leerla como una reacción a las dificultades de esta fase, que ha visto una tendencia negativa del mercado. Por ahora, como gestores, tenemos que responder contra el aumento de la inflación y pronto contra la recesión. Será el momento de ofrecer una gestión activa todavía más eficaz.
Tribuna elaborada por Giordano Lombardo, CEO de Plenisfer Investments.
Los gestores e inversores europeos han recuperado el optimismo al mirar al mercado de renta fija. En particular, consideran que los rendimientos de la deuda pública vuelven a ser relativamente atractivos, según apunta el informe mensual de Cerulli Associates titulado The Cerulli Edge-European Monthly Product Trends.
Según recoge el documento, los fondos de renta fija llevan varios años sin interesar a los inversores en Europa y siguen ese camino en 2022, dado que la inflación sigue siendo una variable clave para los mercados y los bancos centrales están aumentando los tipos de interés. La especulación sobre hasta dónde subirán los bancos centrales los tipos para controlar la inflación está afectando al atractivo de la renta fija.
«El entorno de mercado de los últimos años que premia positivamente la renta variable y las estrategias de mayor riesgo ha alejado a los inversores de la renta fija. Por otro lado, los fondos de bonos soberanos podrían recuperar cierto espacio en las carteras como diversificador de los rendimientos y medio de generación de ingresos a corto y medio plazo», afirma Fabrizio Zumbo, director de investigación de Cerulli Associates.
Las estrategias de alto riesgo están empezando a ser sustituidas por opciones de inversión más seguras, como la deuda pública emitida por los gobiernos de Estados Unidos y Europa. El mercado creció a una CAGR del 16,8% durante el período de tres años hasta 20211, pero un rendimiento de la inversión inferior al esperado ha limitado el crecimiento de los activos en el sector. Por ejemplo, el índice FTSE World Government Bond, que mide el rendimiento de la deuda de tipo fijo, en moneda local y con grado de inversión de más de 20 países, había bajado un 10,2% a 31 de agosto de 2022, en base a la cobertura en libras esterlinas.
No obstante, los proveedores de productos que operan en todo el mercado de fondos europeo han seguido desarrollando sus conjuntos para atraer a los inversores locales, y algunos gestores tratan de abordar el vacío existente en los productos de renta fija sostenible, por ejemplo, con nuevos fondos de bonos gubernamentales climáticos y estrategias de bonos gubernamentales del artículo 8 gestionados activamente.
Aunque el apetito por los productos de renta fija soberana de los mercados emergentes se enfrió durante los primeros ocho meses de 2022, en respuesta a la percepción de un mayor riesgo en comparación con la deuda soberana emitida por los mercados desarrollados, el mercado de bonos de China es ahora el segundo más grande del mundo y se espera un aumento de la propiedad extranjera a medida que mejore la representación en los índices de bonos globales.
«Podríamos ver que los productos de deuda soberana vuelven a ser favorables a largo plazo, dada la dinámica actual del mercado y la cultura de inversión conservadora en algunas partes de Europa. Los gestores que persistan en la puesta a punto de los productos a pesar de la continua incertidumbre económica podrían encontrar oportunidades atractivas en el espacio de la renta fija», concluye Zumbo.
Foto cedidaAntoine Fabre y Valentin Vigier, analistas ISR en La Financiere de l'Echiquier (LFDE)
La inversión sostenible no ha parado de crecer, pero aún se sigue enfrentando a viejos prejuicios enquistados que ponen en duda su posibilidad de obtener rentabilidades atractivas o su capacidad de impactar positivamente, entre otros. Una de las principales herramientas para combatir el miedo y las dudas es la educación, un recurso que tienen muy presente desde La Financiere de l’Echiquier (LFDE). “Compartimos conocimiento con nuestros clientes, por eso lanzamos programas específicos. En 2019 comenzamos con la escuela ISR, con la que hemos entrenado a más de 200 personas”, detalla Antoine Fabre, analista ISR de LFDE, en una entrevista con Funds Society en su sede de París. Entre sus otras iniciativas pedagógicas se encuentra “Climate School”. “La idea es dar conocimiento sobre el cambio climático y cómo los fondos pueden abordarlo. La gente duda sobre cómo puede generar impacto a través de la inversión, y es importante compartir qué impacto podemos tener como inversores”, añade Fabre.
La otra respuesta para calmar las inseguridades se basa en los resultados de los vehículos, con los que los clientes “verán que podemos tener rentabilidad en la ESG e impacto al mismo tiempo”, detalla el experto. Según Fabre, la clave de las inversiones de impacto reside en la intencionalidad. “Cuando hablamos de impacto, no puedes decir que a final de año has salvado 100 vidas, o “x” animales, debes tener una intencionalidad al principio del año”, explica. Si fuese así, todo fondo podría decir que tiene un impacto, advierte. “Para nosotros tener impacto implica tener intencionalidad, por eso solo tenemos tres fondos de impacto, que requieren mucho trabajo”, explica.
Greenwashing y la heterogeneidad de los datos
Parece que la industria se ha teñido de verde, sin embargo, no todos los verdes son auténticos y se han usado para cubrir otros colores menos saludables para el planeta y la sociedad. La regulación juega un papel clave en la lucha contra el eco-blanqueamiento o el greenwashing, sin embargo, aunque estamos en el buen camino, aún queda mucho que recorrer. Según explica Fabre, debido al nivel incipiente de desarrollo que tiene la taxonomía, aún no ha tenido un gran impacto en la reducción del greenwashing.
“Lo que esperamos ahora es que cuando las compañías publiquen su alineación con la taxonomía en su informe anual de 2022 (que será alrededor de abril 2023), tengan que incluir muchos detalles, eso será importante. También lo será esperar a los otros cuatro objetivos que no han sido revelados por parte de la Comisión Europea, porque las partes de las actividades europeas que son elegibles por taxonomía son muy pequeñas, por ejemplo, no hay nada de economía circular o biodiversidad. Tendremos que esperar a esto para entender qué compañías informarán y cómo se usarán los datos”, detalla.
Otro de los temas que Fabre considera destacables es la heterogeneidad entre los diferentes proveedores de datos. Según relata, en su informe sobre el clima de este año decidieron publicar la elegibilidad según taxonomía de sus fondos usando dos fuentes de datos, una de su proveedor (Carbon4 Finance) y otra del MSCI. “Queríamos compartir con nuestros clientes que los números son muy diferentes, no se apoyan en las mismas hipótesis porque no tenemos los datos de las compañías. Da como resultado, por ejemplo, que tengas un 50% de elegibilidad con un proveedor de datos y un 20% con otro. El greenwashing no se ha acabado, pero creo que toda la regulación, MIFID y taxonomía, ayudará en los próximos años”, señala.
En este sentido, el experto insiste en la necesidad de establecer controles ante la falta de precisión en algunos puntos. “La taxonomía tiene partes específicas y claras que tienes que respetar, pero hay partes que dan lugar a interpretación, lo que deriva en que dos compañías iguales podrían tener pequeñas diferencias entre el grado de interpretación de los datos, por lo que las audiencias serán importantes. La idea es tener homogeneidad”, explica.
Fabre también destaca la importancia de los tiempos en cuanto a la aprobación de nuevas regulaciones. “Es importante porque, por ejemplo, la taxonomía no funciona por sí sola, está ligada a MiFID II, y es importante que venga junta”, señala. En cuanto a estas dos normativas, Fabre admite que hablar de ellas es muy difícil. “Creo que en el lado de las compañías está bien y en el lado del inversor está yendo mejor, aunque hay mucho trabajo por hacer. Sin embargo, los clientes están muy lejos de estar listos para hablar de estos temas. Es por ello por lo que los workshops son tan importantes”.
Acceso a los datos, un camino cada vez más ameno
Uno de los mayores retos a la hora de realizar inversiones sostenibles reside en la disponibilidad de datos. Desde LFDE consideran que las compañías están aumentando la información no financiera que proveen, gracias, según destaca Fabre, a la regulación. Sin embargo, el experto también destaca cómo en los últimos 5/10 años, las entidades entienden que desde el lado de los inversores se espera que den esta información. “Tenemos acceso a muchos datos, particularmente en las compañías grandes. Cuando tratamos con pequeñas es más difícil, pero cuando practicas engagement tienes mucho acceso a los datos, puede que no estén publicados, pero al final sí puedes acceder a ellos”, explica.
Polémica inclusión de gas y energía nuclear
Respecto a la polémica de la inclusión del gas y la nuclear en la taxonomía, Fabre matiza que no todo el gas puede entrar y que en esencia no cambiará el objetivo de la normativa. “El mercado de la electricidad en Europa es difícil y la taxonomía en general no está bajo presión con la inclusión de la nuclear y el gas porque no cambiará cómo los inversores usarán esta herramienta y entienden el enfoque de las compañías”, aclara. “Muy pocas cambiarán su porcentaje de elegibilidad y alineamiento por la inclusión de la nuclear y el gas”, añade. En este sentido, el experto acepta que es importante que la taxonomía vaya adelante y señala que ya más tarde se podrán hacer retoques y ver qué pasa con la nuclear y el gas.
“En el MSCI Europe, hay alrededor de un 20% de elegibilidad y un 2 o 3% de alineación. Cuando estás en el lado del inversor y el cliente, por supuesto que esperas más y es difícil encontrar compañías. Por ello es importante que la gente entienda que es difícil tener un 100% o 50% de alineación, pero también que las compañías entiendan que se espera que hagan su trabajo para conseguir los objetivos”, advierte Fabra. Por ello considera que en los años venideros las compañías harán un gran esfuerzo para estar alineadas y ser elegibles.
Respecto, a la puesta en marcha de una taxonomía social, Fabre señala que las compañías no están preparadas para toda la taxonomía climática o verde, por lo que es pronto para hablar de la taxonomía social, aunque considera importante que la UE continúe trabajando en ella. “Cuando eres una compañía que estás trabajando en un campo que no es elegible por la taxonomía ambiental, pero estás trabajando mucho por tener impacto en aspectos sociales, tienes que ser reconocido por el mercado y ser elegible. Lo verde es importante, pero lo social también”, añade. “Trabajar por terminar bien la taxonomía verde es muy importante, en 2024 tendremos una buena muestra de cómo es, y la idea es tener una social justo después”.
Biodiversidad: un reto climático clave
Uno de los temas relacionados con la sostenibilidad en los que se ha centrado LFDE es la biodiversidad. La comunidad internacional en biodiversidad ha medido que necesitamos entre 150.000 y 400.000 millones de inversiones en biodiversidad cada año, actualmente se invierten 3. “Creo que hay una falta de inversión privada en biodiversidad y realmente creemos que tenemos un rol que jugar. Necesitamos abordar este reto, con el que también tendremos un impacto en la economía real”, señala Valentin Vigier, miembro del equipo de análisis ISR de la entidad.
“Hace poco más de dos años, cuando estábamos trabajando en la estrategia climática, nos dimos cuenta de que teníamos que desarrollar una metodología que nos permitiese identificar el futuro líder de estos temas y las compañías que trabajarán por evitar los grandes problemas de biodiversidad”, apunta.
Según relata, al invertir en estos temas identifican tres tipos de compañías: las que proveen soluciones, los pioneros y las compañías en transición. “Respecto a estas últimas, si las encontramos, seguimos y estamos seguros de que completan la transición, son las compañías con las que podremos tener más impacto”.
Al hablarlo con los inversores, Vigier lamenta que se trata de un tema que es nuevo y más difícil de reportar para las compañías. “Por ejemplo, el clima es un tema que entienden mejor, más conocido, es más fácil de medir porque tienes menos indicadores, una lengua común, y puedes reportarlo fácilmente. La biodiversidad es más específica”, aclara.
En cuanto a las mayores amenazas para la biodiversidad, Vigier señala a los ecosistemas que nos proveen con servicios gratis como el océano o los bosques, que absorben CO2, o la polinización, que, por ejemplo, si la hiciésemos de forma artificial costaría 15.000 millones al año. “El coste de la inacción, la degradación de la biodiversidad, supondrá 500.000 dólares al año. Algunas compañías dependen más de estos ecosistemas (agricultura, construcción…) si hay menos recursos, su modelo de negocio se verá amenazado. Un día tendremos que pagar y es mejor anticiparse y elegir la mejor estrategia”, concluye.
Las compañías de servicios públicos de energía representan solo una pequeña parte del universo de la renta variable mundial, de aproximadamente un 3%, y sin embargo, contribuyen de forma importante a la huella de carbono total del mercado (gráfico 1). Dada la enorme huella de carbono del sector en relación con su tamaño, muchos poseedores de activos y gestores de carteras tienden a limitar o evitar la exposición a los servicios públicos. No obstante, creemos que esto no ofrece una visión completa de la situación.
Gráfico 1: Servicios públicos: una de las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero
Fuente: MSCI. Todos los datos son relativos al MSCI All Country World Index (ACWI) | Datos a 1 de noviembre de 2022.
La visión completa
Si bien es cierto que estas compañías de servicios públicos siguen dependiendo de los combustibles fósiles para generar una parte importante del calor y la electricidad necesarios para el funcionamiento de la sociedad moderna, el sector eléctrico es también, con diferencia, el mayor inversor en energías renovables, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE)1. La agencia estima que, en las próximas décadas, la combinación de redes eléctricas y energías renovables requerirá una inversión de capital superior a 1 billón de dólares anuales.
El gráfico 2 muestra la magnitud de la inversión mundial anual necesaria en nuevas energías renovables y redes eléctricas para alcanzar el “Escenario de Desarrollo Sostenible” de la AIE. En este escenario, los servicios públicos serán responsables de la mayor parte de las inversiones requeridas. Pensamos que esto genera un importante potencial para las empresas de servicios públicos que no se refleja en las actuales huellas de carbono, ya que estas son esencialmente métricas retrospectivas.
Gráfico 2: Los requisitos de inversión siguen aumentando
Fuente: World Energy Outlook 2021, Escenario de desarrollo sostenible de la Agencia Internacional de Energía y Wellington Management. Todos los datos están en miles de millones de dólares.
Teniendo en cuenta lo anterior, creemos que los inversores tienen dos opciones: desinvertir y transmitir una señal única o invertir de manera selectiva e impulsar el cambio en aquellos actores críticos que también pueden favorecer la lucha general contra el cambio climático. Como inversores activos que se basan en la investigación, consideramos que nos encontramos en una buena posición para recurrir a la segunda opción. En nuestra evaluación y diálogo activo con las empresas, no excluimos automáticamente de nuestros fondos a aquellas que hoy en día emplean el carbón para producir energía. En cambio, utilizamos los resultados de nuestra investigación para comprender mejor la tendencia y la trayectoria futura de la huella de carbono de una compañía. Antes de invertir en una compañía, queremos estar seguros de que cuenta con un plan para reducir drásticamente sus emisiones de carbono. Para ello, evaluamos la velocidad a la que invierte activamente en energías renovables a fin de reducir su dependencia del carbón, así como el compromiso de su consejo de administración y de la dirección para alcanzar los objetivos de descarbonización. En este sentido, las empresas que actualmente dependen del carbón, pero que invierten de forma más acelerada en alternativas sin combustibles fósiles, son las que más pueden contribuir a la descarbonización de nuestras economías. En muchos casos, están destinando prácticamente todo su capex a este fin.
Como inversores activos, tratamos de acelerar aún más esta transición comprometiéndonos explícitamente con estas empresas en base a los resultados de nuestro análisis. Por ejemplo, a raíz de que una gran empresa eléctrica estadounidense anunciara recientemente sus planes de reducir su huella de carbono en un 80% para 2030, debatimos sobre cómo podrían ser aún más ambiciosos y fijar un objetivo de reducción del 90%. En otra ocasión, entablamos un diálogo activo con una gran empresa europea de energía que, debido a la crisis energética, tuvo que aumentar el uso de plantas de carbón, animándoles a adelantar la fecha prevista de retirada de estos activos de 2038 a 2030.
Creemos que las empresas de servicios públicos que están en proceso de transición de un alto nivel de emisiones de carbono a uno bajo ofrecen el mayor potencial de rentabilidad durante la próxima década, ya que la transición se traducirá en mayores tasas de crecimiento que, a su vez, les permitirán atraer un capital inversor más sostenible, lo que podría dar lugar a múltiplos de valoración más elevados.
Esta transición secular también se beneficia del creciente apoyo gubernamental. En la Unión Europea, el próximo informe sobre Taxonomía destacará a las empresas que invierten el mayor porcentaje de capex en la consecución de los objetivos globales de descarbonización. Desde este punto de vista, esperamos que el sector global de servicios públicos se beneficie de un sentimiento de mercado más positivo que el que existe en la actualidad si lo cuantificamos con parámetros de medición de carbono retrospectivos.
En EE.UU., creemos que la recientemente aprobada Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) también será positiva para las compañías de servicios públicos gracias a la prórroga de 10 años de los créditos fiscales para las energías renovables, que reducirá aún más el coste de las mismas y acelerará la transición energética.
Conclusión: un enfoque activo a largo plazo tiene un papel que desempeñar
En nuestra opinión, la transición a la energía neta cero no puede lograrse únicamente mediante la desinversión o restricción de la exposición a los grandes emisores de carbono. En cambio, consideramos que los inversores activos orientados al largo plazo pueden alinearse mejor con aquellas empresas de servicios públicos que puedan ser futuros líderes en la descarbonización. El diálogo activo puede acelerar las iniciativas de descarbonización de estas empresas de servicios públicos sin afectar a las aspiraciones de rentabilidad de los inversores ni a otros objetivos económicos. Al apoyar a los líderes de la descarbonización y colaborar con los rezagados para que adopten las mejores prácticas, creemos que los inversores podrán reducir los riesgos de la transición climática de sus carteras y favorecer la creación de valor, además de ayudar a avanzar materialmente en la descarbonización de la economía en general.
Para conocer más sobre nuestro contenido, visite nuestra página web.