Foto cedidaDominique Senequier, presidenta de Ardian.
Ardian ha anunciado la apertura de una oficina en Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos). Según explica la firma, esta ampliación pone de manifiesto su firme compromiso con la región y refuerza su papel clave como puerta de entrada de inversiones entre Europa y los EAU.
El equipo de Ardian en Abu Dhabi atenderá a su amplia base de inversores locales y regionales y prestará apoyo a su creciente cartera de empresas en expansión en la región. Además, la firma destaca que esta apertura responde a su ambición de ofrecer a sus clientes una presencia local y personalizada dada la creciente demanda de los inversores. “Ardian trabajará en estrecha colaboración con sus LP para compartir conocimientos y fortalecer las relaciones, desarrollando carteras diversificadas globalmente con lo mejor de las inversiones privadas”, indican desde la firma.
El equipo local, bajo la supervisión de François-Aïssa Touazi, presidente de Ardian Limited Abu Dhabi, estará compuesto por representantes de alto nivel tanto de los equipos de inversión de Ardian como de las funciones de apoyo, con el objetivo de prestar servicios de atención al cliente en la región.
«En Ardian mantenemos en el centro de nuestra apuesta la estrecha colaboración con nuestros socios en todo el mundo. Nuestra nueva oficina en los Emiratos Árabes Unidos es, por tanto, un paso natural en nuestra estrategia de evolución y crecimiento global. Contar con una presencia local marca nuestro compromiso con los objetivos de desarrollar alianzas estratégicas y duraderas en la región. Estamos deseando trabajar con nuestros socios históricos en la región para ofrecerles nuevas oportunidades de crecimiento”, ha indicado Dominique Senequier, presidenta de Ardian.
Por su parte, François-Aïssa Touazi, presidente de Ardian Limited Abu Dhab, ha añadido: “Con nuestra nueva oficina esperamos intensificar nuestro papel como socio preferente de las instituciones financieras de la región del Golfo. Los valores fundamentales de excelencia, innovación y desarrollo de los EAU coinciden plenamente con los valores de Ardian. Esto, aunado a las empresas de nuestra cartera, nos hace pensar que nuestra actividad está bien alineada para apoyar a los EAU en su objetivo “We the UAE 2031”, al tiempo que reforzará la diversificación económica”.
A la inauguración asistieron el ministro francés de Economía y Hacienda, Bruno Le Maire, Khaldoon Khalifa Al Mubarak, director general y consejero delegado del Grupo Mubadala Investment Company, y Hamad Al Dhaheri, director global de Capital Privado de Abu Dhabi Investment Authority.
Sustainable Investment in Action (SIA), proyecto lanzado en 2019 para proporcionar apoyo a los actores de la inversión de impacto europeos, mostrar proyectos, intercambiar experiencias sobre el terreno e inspirar nuevas iniciativas, ha anunciado una nueva edición de sus premios, además de diversas conferencias por Europa.
En los SIA 2023 Awards, un jurado independiente de expertos internacionales evalúa los mejores proyectos de impacto a nivel europeo que se hayan presentado, seleccionados por Advanced Impact Research basándose en criterios estrictos. Los proyectos se clasifican en diferentes categorías que abarcan los ODS de la ONU. En la edición anterior, correspondiente a 2022, se analizaron 138 proyectos que representaban a 12 países y se seleccionaron 27 proyectos.
Según explican, los proyectos seleccionados y premiados se beneficiarán de una amplia visibilidad gracias a su difusión a través de la red de socios de la SIA, presentaciones en vídeo u online, participación en conferencias y ceremonias de entrega de premios que se celebrarán en París (mayo de 2023) y Frankfurt (junio de 2023) en presencia de inversores, medios de comunicación, líderes de proyectos de impacto y personas influyentes en materia de impacto.
Para ser elegible, un proyecto debe estar liderado por inversores europeos, haber estado en marcha durante un mínimo de un año y cumplir criterios estrictos de impacto (en relación con los ODS de la ONU), compromiso social y replicabilidad. “Tiene que elegir una categoría (relacionada con los ODS de la ONU) para cada proyecto, preparar las presentaciones a través de este enlace al cuestionario de presentación de proyectos y pagar las tasas en línea antes de enviar los cuestionarios”, señalan.
Según matizan desde la organización, las tasas de presentación de proyectos (600 euros/proyecto) se utilizan para producir un vídeo de presentación para todos los nominados (presentado en todas las conferencias de la SIA y en los medios de comunicación y redes de socios de la SIA). Los gastos de viaje intra-europeos a las conferencias de SIA corren a cargo de SIA (para los ganadores de los premios, invitados a hablar) y todos los proyectos nominados serán formados e invitados en la «Project / Investors pitch room» disponible en cada conferencia de SIA. Se reembolsará el 50% de los gastos de presentación a los proyectos no nominados (es decir, el coste neto es de 300 euros por proyecto para los no nominados).
Puede consultar más sobre los SIA 2023 Awards, así como presentar su proyecto, a través de este link.
En esta época del año, tal vez le ocurra lo mismo que a mí y su bandeja de entrada se vea inundada por una marea de artículos de perspectivas para el año que viene. Sin embargo, siempre sucede algún acontecimiento inesperado a las pocas semanas de haber comenzado el nuevo año que conlleva que dichas perspectivas resulten obsoletas. A sabiendas de ello, en lugar de tener la vista puesta en el próximo año, quizás resulte más provechoso analizar los factores que podrían configurar el próximo ciclo económico.
Pese a que no tenemos la certeza de que vaya a producirse una recesión durante el próximo año, fundamentaremos nuestra opinión para los siguientes uno a tres años sobre la posibilidad de que se materialice una. Tras la contracción, preveo que tendrá lugar una transición en la que el volumen de capital físico desplegado superará con creces al del ciclo anterior. En el último ciclo económico, se puso el foco en el capital intangible. Me vienen a la mente las empresas con una propiedad intelectual considerable pero que no disponen de demasiados activos tangibles.
En el próximo ciclo, cabría esperar que el gasto se destinará a ámbitos como la green technology en detrimento de las energías sucias. El dinero se empleará para incrementar la resiliencia de las cadenas de suministro y facilitar la transición a los modelos de gestión de inventarios basados en la filosofía de disponer en todo momento de existencias suficientes (just-in-case), tras décadas gestionando los inventarios con arreglo a un modelo basado en mantener un nivel mínimo de existencias (just-in-time). Asimismo, espero que el gasto militar registre un aumento considerable. Todo ello exigirá un volumen de capital físico significativamente superior al del ciclo anterior.
No solo será menester disponer de más capital, sino que este también resultará más caro. En esta nueva coyuntura, hemos de plantearnos en qué cotas se situará la tasa de ahorro. En mi opinión, la tasa de proyección del ahorro se mantendrá en terreno positivo, pero registrará una evolución más lenta que en el ciclo anterior.
Si las necesidades de capital físico están aumentando a un ritmo más rápido y, en paralelo, el ritmo del incremento de la tasa de ahorro está disminuyendo, es sinónimo de aumento de la inflación y de subidas de los tipos de interés. Con todo, opino que el propio capital conllevará un ligero aumento del nivel de crecimiento del producto interior bruto (PIB) real.
Una de las excepciones de este planteamiento estriba en que hemos acumulado un ingente volumen de deuda en el sector público. Esta circunstancia, aunada al aumento de los tipos de interés, implica que tendremos que gastar más dinero para pagar esa deuda, lo que, en teoría, podría relegar el capital privado a un segundo plano. Con todo, en la práctica, no estoy seguro de que vaya a ser así.
Una parte muy significativa de ello dependerá de si el sistema bancario está dispuesto a prestar capital. Teniendo en cuenta de que los bancos exhiben un tono relativamente favorable, deberían estar en una situación adecuada para conceder préstamos tras la contracción esperada, con independencia de que nos adentremos en una recesión o no. Incluso en caso de que el Gobierno deba gastar más dinero para abonar los intereses, creo que el capital fluirá hacia la economía.
En el contexto laboral, existen numerosas variables que tener en cuenta: política de inmigración, escasez de mano de obra, aumentos salariales… Considerando que las empresas estadounidenses se encuentran en el punto de mira político de los dos principales partidos del país, sus resultados netos podrían verse mermados debido al incremento de los salarios y a la mayor supervisión reglamentaria. De ser así, el siguiente ciclo podría prolongarse gracias a la solidez del mercado laboral, pero cabe la posibilidad de que los márgenes de beneficios se vean ligeramente perjudicados.
En mi opinión, en el siguiente ciclo económico habrá empresas que se verán obligadas a aumentar su gasto de capital para aguantar el tipo. Por ejemplo, podríamos citar el gasto para mitigar preocupaciones en materia ambiental, social y de gobierno corporativo (ASG) o aquel derivado del aumento de los salarios. Esta clase de medidas no redundan en beneficio de la productividad ni de los resultados netos de las empresas. Sin embargo, pueden resultar positivas para el crecimiento económico, pues será necesario gastar más capital y este último exigirá mano de obra adicional. Por tanto, podríamos estar ante uno de esos momentos en los que el estado de la economía parece más favorable de lo que cabría esperar basándonos exclusivamente en el análisis de la trayectoria de las valoraciones de los activos. En esta ocasión, quien sale ganando en términos relativos es la economía real en lugar de Wall Street.
Resultará muy difícil que la aplicación conjunta de una política monetaria relativamente flexible y de una política fiscal bastante laxa de la última década se repita en el futuro. Llegará un punto en el que los elevados niveles de endeudamiento de los sectores público y privado suscitarán las preocupaciones de los mercados. Nuestra ratio de deuda/PIB es más elevada, y tanto las tasas de crecimiento como el crecimiento de la población se están ralentizando. Por tanto, estamos ante un incremento de la deuda que recae sobre los hombros de una fuerza laboral que acusa un crecimiento más lento. En algún momento la situación caerá por su propio peso, y existen dos formas de abordar esta circunstancia. Una de ellas es la austeridad: buena suerte consiguiendo que se apliquen medidas de austeridad fiscal en esta coyuntura política. La otra es mediante la inflación. Esta constituye todo un bálsamo de fierabrás para las autoridades fiscales, pero resulta temible a ojos de los trabajadores.
En el último ciclo económico, promediamos un crecimiento de alrededor del 2%. Considero que este porcentaje resultará ligeramente superior en el próximo ciclo, pero esta cuestión probablemente sea un tema para el año 2024/2025. En términos de inflación, creo que registraremos una tasa media más cercana al 2,75% (que representa el nivel medio observado durante las expansiones de las décadas de 1990 y de 2000), frente al 1,75% registrado en promedio en el ciclo posterior a la crisis financiera mundial. Durante ese ciclo, los inversores abonaron una prima a plazo negativa por comprar bonos del Tesoro. Resulta probable que esta situación se revierta en el futuro. Así, tras lo que prevemos que será una recesión, los tipos de interés se encontrarán en cotas considerablemente más elevadas de las que presentaban en el último ciclo económico.
Este contexto podría resultar especialmente complejo para las empresas que dependían de que los tipos de interés se situasen en niveles sumamente reducidos, aunque las empresas que revistan solidez apenas deberían experimentar dificultades para adaptarse a dicho contexto. En el siguiente ciclo, las rentabilidades tanto de las acciones como de los bonos serán de un dígito medio, lo cual no resulta excesivamente desfavorable.
El enfoque de las perspectivas para 2023 se mantendrá firme en la tendencia de inflación en las principales economías desarrolladas. Finalmente, esperamos que disminuya. Las tensiones geopolíticas disminuirán, especialmente con la apertura de China. El crecimiento económico repuntará en esa zona, pero la realidad es que el crecimiento mundial volverá a un nivel más sosegado en los próximos años, limitado por las tendencias demográficas y de productividad. Un punto positivo será el continuo renacimiento de Japón. Favorecemos los bonos con grado de inversión, la renta variable de baja capitalización y el sector de consumo discrecional. El dólar estadounidense se debilitará.
1. La inflación (por fin) cede
Las tasas de inflación deberían, por fin, bajar en las principales economías avanzadas. La tasa estadounidense será la más vigilada. Esperamos que llegue al 3% a finales de año.
La inflación seguirá siendo el tema principal en 2023, al igual que lo fue en 2022. El enfoque principal se centrará en las tasas de inflación de las principales economías avanzadas: EE.UU., Reino Unido, Japón y la eurozona. En todas esas economías, los “efectos de base” (comparaciones favorables con los meses equivalentes del 2022) contribuirán a reducir las tasas de inflación. Cabe hacer dos observaciones importantes. En primer lugar, es probable que estos efectos sean mayores en EE.UU. en la primera mitad del año, pero la inflación en otras regiones seguirá siendo más difícil. Esto contribuirá a la debilidad del dólar estadounidense (consulte el Tema 6).
En segundo lugar, estos efectos básicos positivos se esperaban ampliamente en 2022, pero no fueron lo suficientemente importantes como para reducir las tasas de inflación interanuales. La razón fue que se vieron desbordados por las nuevas presiones sobre los precios. En 2022, fueron los continuos aumentos de los precios del petróleo y el gas, los costos de transporte y la escasez de suministros (de semiconductores, en particular) los que hicieron el daño. En 2023, el aumento de los salarios y el costo de la vivienda (sobre todo en EE.UU.) son las mayores preocupaciones.
2. Las tensiones geopolíticas disminuyen
Nos anima la mejora del tono de la cooperación mundial, evidente en las reuniones del G20 y de la COP27 a finales del 2022, así como las importantes reuniones bilaterales entre China y los líderes europeos.
La marea parece alejarse de la confrontación y el repunte de las tensiones geopolíticas está disminuyendo. La mayor incertidumbre está relacionada con Rusia, por supuesto. La recuperación de Rusia podría comenzar en 2023 si se vislumbra una solución a la guerra con Ucrania. China, por su parte, es probable que se concentre en la estabilidad interna a medida que la economía comienza a reabrirse. No se arriesgará ejerciendo una mayor presión sobre Taiwán. La cooperación mundial en materia de cambio climático es evidente y esperamos nuevas pruebas de este hecho a medida que avance el año.
3. Crecimiento global: vuelta a la realidad
Las principales economías del mundo han experimentado fuertes oscilaciones en sus tasas de crecimiento en los últimos años. El crecimiento del PIB británico fue el peor desde 1720 durante la pandemia, pero le siguió un repunte en 2021. En 2023, la recesión parece inevitable en el Reino Unido y la eurozona (sobre todo en Alemania, la zona más afectada por la debilidad de China y la guerra entre Rusia y Ucrania). Creemos que cualquier recesión en EE.UU. será leve y de naturaleza diferente a la del pasado. En particular, parece probable que afecte más a algunos trabajadores cualificados (por ejemplo, en los sectores de la tecnología y las finanzas).
4. Japón: el renacimiento continúa
En los últimos años, las ganancias corporativas en Japón han crecido mucho más deprisa que la economía en general, según la tendencia del PIB nominal, que tiene en cuenta el crecimiento real y la inflación. Esa tendencia, creemos, continuará en 2023. Se verá favorecida por los efectos beneficiosos de la debilidad del yen en 2022.
5. Las economías emergentes se recuperan
La recuperación de China y Europa, y la solidez de la economía japonesa ayudarán a las economías emergentes, no solo del resto de Asia, sino de otros continentes.
Tras años en los que los mercados emergentes de acciones y bonos han obtenido resultados inferiores a los de los mercados desarrollados, vemos 2023 como un año mucho mejor.
6. Tendencia al debilitamiento del dólar estadounidense
El dólar estadounidense ha mostrado una tendencia alcista durante una década y más. Alcanzó niveles sobrevalorados a finales de 2022. 2023 debería ser un año de corrección.
La mejora de la tendencia en los mercados emergentes se verá favorecida por nuestro sexto tema principal: un dólar más débil. El dólar ha alcanzado periódicamente niveles muy sobrevalorados, para luego debilitarse de manera brusca. Creemos que a finales de 2022 se pudo haber alcanzado otro máximo. Esta revalorización provoca el debilitamiento del dólar a través de la caída del saldo de cuenta corriente. Se espera que el déficit en esa medida supere el 3% del PIB en 2023, lo que suele ser un punto de vulnerabilidad.
7. Los vigilantes de los bonos salen de patrulla
Los vigilantes del mercado de bonos pusieron fin rápidamente al intento de liberalismo fiscal del Reino Unido en 2022. Permanecerán en patrulla en 2023.
8. Bonos de grado de inversión
Vemos que los bonos corporativos con grado de inversión, especialmente en EE.UU. y el Reino Unido, ofrecen un mejor perfil de rentabilidad/riesgo que los bonos del Estado o la deuda de alto rendimiento para 2023.
Los bonos con grado de inversión rara vez ocupan las posiciones extremas en la clasificación de retornos de los distintos sectores del mercado de bonos. Esperamos que la estabilidad aporte un valioso contrapeso a las carteras en 2023. Los bonos de alto rendimiento podrían ser vulnerables en caso de deterioro del ciclo de impagos. Algunas áreas del mercado mundial de deuda pública también son vulnerables en el contexto de los factores analizados en el tema 7.
9. Baja capitalización global
El primero de nuestros dos temas principales del mercado de acciones es favorecer a las acciones de baja capitalización. Las empresas de baja capitalización suelen adaptarse más rápidamente a los cambios de la situación económica que las empresas de mayor tamaño, tienen una valoración atractiva en comparación con las de alta capitalización y han tendido a obtener mejores resultados a largo plazo que los valores de alta capitalización. Sin embargo, no ha sido así en los últimos 5-10 años.
Es interesante el paralelismo con la década de 1970, un período en el que se produjeron dos crisis del petróleo y un aumento de la inflación y las tasas de interés. Las acciones estadounidenses de alta capitalización se movieron básicamente de forma lateral en ese período, pero las de baja capitalización obtuvieron buenos resultados. La reciente tendencia mundial de los estilos de inversión pasiva ha tendido a favorecer a las acciones de alta capitalización. La vuelta a estrategias de inversión más activas y el reconocimiento del valor del sector de baja capitalización como resultado de los recientes malos resultados deberían crear un entorno propicio para un mejor rendimiento de dicho sector en 2023.
10. Sector de consumo discrecional
Nuestra última recomendación para el mercado de acciones es de carácter contrario: favorecer al sector de consumo discrecional. Vemos que las presiones sobre el gasto de los consumidores disminuirán en 2023. La inflación empezará a retrocedery, con ella, la presión sobre los costos de endeudamiento. Los consumidores estarán dispuestos a gastar aún más los ahorros acumulados durante la pandemia. Aunque algunos han expresado su preocupación por un aumento de la deuda de las tarjetas de crédito, las tasas de morosidad siguen siendo bajas, menos de un tercio de la tasa de la crisis financiera mundial, y cualquier aumento se verá limitado por el endurecimiento general de las normas de préstamo de los bancos a partir de entonces.
Se espera que el crecimiento salarial se mantenga firme, sobre todo en sectores con gran escasez de mano de obra, como la industria hotelera. A corto plazo, los elevados costos hipotecarios tenderán a frenar las mudanzas, lo que significa que es probable que aumente el gasto en renovaciones y mejoras de la vivienda. A largo plazo, la economía estadounidense, en particular, seguirá con escasez de viviendas y la construcción de nuevas viviendas se recuperará tras el reciente estancamiento.
La tendencia no se limita a EE.UU., por lo que favoreceríamos la expresión del tema a escala mundial, pero ponderado por igual, en lugar de ponderado por capitalización bursátil, de modo que se reduzca el énfasis en las acciones de megacapitalización.
La Agenda 2030 de las Naciones Unidas presenta un total de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con el objetivo de abordar los principales retos mundiales, entre los que destacan el abastecimiento de alimentos y agua, la salud y la protección del medioambiente. Para alcanzar estos objetivos, se calcula que se necesitarán entre 5.000 y 7.000 millones de euros anuales de aquí a 2030.
Desde DWS consideran que los fondos de inversión desempeñan, por tanto, un papel fundamental a la hora de dirigir capital a empresas que apoyan específicamente estos objetivos. En línea con esta convicción, la gestora se ha convertido en la primera firma en ofrecer la oportunidad de invertir a través de ETFs en empresas que pueden contribuir a la consecución de los ODS.
Según ha anunciado, ha lanzado seis ETFs Xtrackers MSCI Global SDG UCITS, que estarán cada uno alineado con uno de estos objetivos. Desde DWS explican que los componentes del índice se seleccionan en función de su relevancia con respecto a estos objetivos. Se trata, por tanto, de ETFs temáticos que siguen amplias tendencias sociales y económicas. Los temas de los ODS cuentan con el apoyo de una amplia gama de instituciones, Estados y empresas.
Los ETFs Xtrackers MSCI Global SDGs UCITS están alineados con seis objetivos diferentes: «Producción y Consumo Sostenibles» (ODS 12), «Ciudades y Comunidades Sostenibles» (ODS 11), «Industria, Innovación e Infraestructura» (ODS 9), «Energía Asequible y Limpia» (ODS 7), «Agua Limpia y Saneamiento» (ODS 6), «Salud y Bienestar» (ODS 3). El ETF Xtrackers MSCI Global SDGs UCITS sigue una combinación de todos los ODS a los que las empresas pueden contribuir de forma medible a través de sus actividades. Tres ETFs ya cotizan en la Deutsche Börse, la Bolsa de Londres y la Bolsa de Suiza, y se espera que los otros cuatro ETFs empiecen a cotizar en las próximas semanas (véase el cuadro para más información).
En concreto, los ETFs invierten en empresas de pequeña, mediana y gran capitalización de 23 mercados desarrollados y 24 emergentes y tomarán como punto de partida el índice MSCI ACWI Investable Market.
Para identificar empresas relevantes para cada objetivo, se definieron varios temas relacionados con cada ODS. En el caso del ODS 11 («Ciudades y comunidades sostenibles»), por ejemplo, se trata de la prevención de la contaminación, las infraestructuras y edificios inteligentes o los vehículos de emisiones cero. Sólo se seleccionan para el índice las empresas cuyas ventas apoyan específicamente al menos el 50% del objetivo respectivo. Es importante señalar que quedan excluidas las empresas cuyas operaciones entren en conflicto con cualquiera de los 17 objetivos de sostenibilidad.
Además, la selección de los componentes del índice Xtrackers MSCI Global SDG UCITS ETF filtra a las empresas que superan los umbrales de ingresos en actividades relacionadas, por ejemplo, con el carbón, el tabaco y las armas convencionales (la denominada metodología MSCI ESG Screened Index), así como a las empresas que incumplirían un ODS aunque contribuyeran a otro.
«Con nuestros Xtrackers MSCI Global SDG UCITS ETFs nos hemos convertido en la primera gestora de activos en hacer invertibles los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Los objetivos trazados representan tendencias sociales y económicas que cuentan con un amplio apoyo y, por tanto, pueden representar un objetivo de inversión atractivo», ha señalado Simon Klein, Global Head of Sales de Xtrackers en DWS.
Foto cedidaFachada del edificio principal de la Fed.
El mercado estima que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) anunciará una subida de 25 puntos básicos (pb) en su primera reunión de 2023, que comienza hoy. “Tras unos datos del deflactor del consumo positivos, con el menor avance mensual desde 2021, la Fed afronta la primera reunión del 2023 con gran parte de los deberes hechos, aunque con unas condiciones financieras que han mejorado sustancialmente desde diciembre y que ahora mismo han dejado de ser restrictivas, lo que deja más abierta la aproximación tomará el comité en la reunión”, señalan los analistas de Banca March.
En opinión de Kevin Thozet, miembro del comité de inversión de Carmignac, si bien tal impresión apunta a una dinámica de desaceleración de la inflación salarial y, por tanto, a un menor riesgo de espiral salarios-precios, sigue siendo contraria,o incómodamente superior, al nivel del 4% de inflación salarial sugerido por las ganancias medias por hora recientemente publicadas. “A la luz de esto, de las últimas publicaciones sobre la inflación general y de los datos económicos duros que también sorprenden a la baja, se reivindica la tendencia a la desinflación. Esto significa que la Fed debería subir a un ritmo más lento a partir de ahora y proceder la semana que viene con una subida normal de 25 pb, situando los Fed Funds al borde de la línea de meta de los tipos terminales. Y la persistencia de la inflación salarial implica que los tipos de depósito se elevarán más de lo previsto o que se mantendrán en el nivel terminal durante más tiempo de lo esperado”, señala Thozet.
La mayoría de los expertos coinciden en que las tasas interanuales de la inflación ocultan los progresos realizados en los últimos meses. De hecho, la inflación general estadounidense cayó drásticamente en el segundo semestre de 2022. Según explica Yves Bonzon, CIO del banco privado suizo Julius Baer, es cierto que la bajada de los precios de los alimentos y de la energía ha sido el factor que más ha contribuido a este descenso, y queda por ver si la reciente volatilidad de estos componentes de la inflación ha remitido definitivamente. Sin embargo, considera que la mejora se produce en un momento en que las medidas restrictivas de la Fed apenas se han trasladado aún a la economía real.
“No obstante, la Fed se enfrenta actualmente a un problema y a una limitación. Tras dos décadas de lucha contra la presión deflacionista, la institución teme ahora quedar desacreditada. Está dispuesta a aceptar cualquier cosa, incluso una recesión, para volver a controlar la inflación. Por otra parte, la Fed también está condicionada por la agenda electoral estadounidense, ya que 2024 es un año de elecciones presidenciales. La economía no puede caer en una recesión en un momento en el que la campaña para la Casa Blanca está en pleno apogeo. Por lo tanto, la Fed no querrá arriesgarse a que las presiones inflacionistas persistan a finales de 2023 y se vea obligada a elegir entre inflación y recesión durante el proceso electoral. Por lo tanto, no querrá ninguna relajación prematura de las condiciones financieras, y cualquier intento de repunte del S&P 500 se encontrará con una renovada retórica de línea dura por parte de los funcionarios de la Fed. Es probable que esta situación continúe hasta que la Fed se dé por satisfecha con el descenso de la inflación, lo que le permitiría considerar prácticamente irreversible el retroceso iniciado hace unos meses”, defiende Bonzon.
El tipo de reflexión que expone el CIO de Julius Baer suma argumentos en favor de una subida de 25 pb de este mes. Desde Muzinich & Co, coinciden en que “existen signos suficientes para que la Fed justifique la ralentización del ritmo de endurecimiento a 25 puntos básicos en su próxima reunión”. Entre esos signos, señalan algunos datos macro, como «el Índice de Precios de Producción, cuya caída intermensual del 0,5% fue el dato económico más destacado de Estados Unidos, y el Índice de Precios al Consumo (IPC) y de los salarios» y otros relacionados con los mercados de renta fija corporativa que, según comentan desde la gestora «siguieron viendo subidas en sus precios, impulsados por unos sólidos datos técnicos, y vimos cómo se deshacían las posiciones defensivas a través de unos elevados balances de efectivo y unas mayores entradas en la clase de activos en lo que va de año».
Para Christian Scherrmann, US Economist para DWS, considerar que esta menor subida es un giro pesimista sería interpretar mal las cartas que juega la Reserva Federal. “Esto podría significar que la próxima reunión genere decepción en los mercados. La Fed ya ha señalado que se sienten incomprendidos. Las actas de la reunión del FOMC de diciembre de 2022 revelan que la Fed considera que una percepción errónea de su función de reacción podría complicar sus esfuerzos por restablecer la estabilidad de precios. Y la Fed ha señalado la enorme brecha existente entre sus previsiones de tipos y la actual valoración del mercado. De hecho, las condiciones financieras se han vuelto aún más acomodaticias desde la reunión de diciembre. Por lo tanto, aunque las expectativas del mercado de una subida de 25 puntos básicos en la próxima reunión son sólidas como una roca, existe una ligera posibilidad de que la Fed sorprenda con una subida de 50 puntos básicos”, advierte el economista de DWS.
Según su valoración, parece que hay sobre la mesa dos visiones contrapuestas de cómo evolucionará la economía. “Por un lado, la Reserva Federal prevé un aterrizaje suave (con un riesgo creciente de recesión leve), lo que le permitirá mantener los tipos más altos durante más tiempo. Por otro lado, los mercados prevén una recesión económica más grave, lo que obligaría a la Reserva Federal a bajar los tipos rápidamente. Nosotros nos mantenemos en una posición intermedia. Esperamos una recesión leve que no provoque un gran aumento del desempleo. En parte por ello, es probable que las presiones inflacionistas sean persistentes, lo que significa que la Fed seguirá luchando contra la inflación hasta 2023. Por tanto, mantendrá los tipos altos y no se apresurará a reducirlos”, defiende Scherrmann.
En opinión de Philippe Waechter, economista jefe de Ostrum AM, el posicionamiento de la Reserva Federal frente a la inflación cambiará tras la reunión de esta semana, en la que decidirá subir los tipos. “El tipo de los fondos federales se situará definitivamente por encima de la tasa de inflación subyacente. Hasta ahora, el tipo real era negativo y la Fed tenía importantes posibilidades de aumentar su instrumento preferido. La situación cambiará en cuanto el tipo real pase a ser positivo. La política monetaria restrictiva limitará aún más la economía. La tasa de inflación subyacente se sitúa actualmente en el 4,4% y la banda de los fed funds en el 4,25-4,5%. Una inflación subyacente más baja en el futuro aumentará el tipo de interés real e incrementará necesariamente el control de la Fed sobre la economía”, argumenta Waechter.
Hacia el 5% en 2023
Los expertos de Muzinich & Co comentan también que «hay indicios de que los temores a la inflación a corto plazo están disminuyendo», e indican, entre ellos, «el ligero descenso de las rentabilidades de los bonos gubernamentales, con la curva de Estados Unidos cada vez más pronunciada».
Los datos y la previsión de una ralentización del ritmo de las subidas vuelve a abrir el debate de cuándo podríamos ver un cambio de rumbo por parte de la Fed. “Creemos que la pausa de la Fed llegará pronto, pero el mercado está siendo complaciente con el pivote. Los tipos se mantendrán arriba algo más de tiempo. El punto de inflexión queda atrás y ahora, para que las bolsas puedan construir un suelo estable, necesitan cierta visibilidad sobre los tipos de interés terminales y, sobre todo, sobre el momento en el que la Reserva Federal hará el pivote en su política monetaria. En ese sentido, las expectativas han subido sistemáticamente en los últimos trimestres: se espera que la Fed llegue al 5% a mediados de 2023, desde el 4,5% actual”, advierten desde A&G.
Según destaca el análisis que hacen desde A&G, la Fed no habla de bajada de tipos hasta 2024 y pensamos que ese escenario es más realista que el implícito en el mercado. “Para que los tipos bajaran tan pronto como en el tercer trimestre de 2023, la recesión debería ser más fuerte o la inflación haber alcanzado niveles ya cercanos al 2%”, matizan.
En este sentido Scherrmann añade: “La principal tarea del presidente de la Fed, Jay Powell, en la próxima reunión que concluye el 1 de febrero es, por tanto, convencer a los mercados de que los tipos se mantendrán altos durante un periodo prolongado, algo que la Fed ha mencionado con frecuencia. Y este es el punto en el que los mercados no están aceptando el argumento. En la actualidad, los mercados prevén un tipo de interés terminal cercano al 5%, pero luego prevén recortes de tipos ya a mediados de 2023”.
Para Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers, lo que será crucial en la reunión de esta semana es el tono de Powell: o cerca de una pausa, como el Banco de Canadá, o preocupado por la relajación de las condiciones financieras. “Nos inclinamos por lo segundo. En lo que va de este ciclo, la Fed ya ha subido 425 puntos básicos en nueve meses, y esperamos un esfuerzo global de 500 puntos básicos, con recortes solo unos dos años después de la primera subida”.
El ejemplo de 1994
Para explicar lo que podría estar por llegar, Gilles Moëc relata: “Desde la llegada de la política monetaria moderna a principios de la década de 1960, EE.UU. ha atravesado 10 episodios de endurecimiento de la Reserva Federal, pero solo hay un caso de ajuste monetario sin recesión, sucedido en 1994”. ¿Podría repetirse esta situación?
Según Moëc, las dos principales diferencias entre la actualidad y el “milagro de 1994” se refieren al entorno inflacionista y a las condiciones de la oferta. “En 1994, la Fed subió los tipos sin que hubiera indicios de que la inflación ya estuviera aumentando. Las empresas y hogares estadounidenses no tuvieron que hacer frente a la presión de los precios que pesaba sobre los márgenes y el poder adquisitivo. Esto creó una configuración diferente a la actual, en la que el sector privado tiene que hacer frente tanto a las consecuencias del endurecimiento monetario como a las del shock inflacionista. Hay razones para creer que estas fuerzas adversas sólo están empezando a ejercer su influencia ahora”, explica.
Por otra parte, las condiciones de la oferta eran mucho más favorables a mediados de los noventa que en la actualidad. “Entonces, el crecimiento potencial estaba en alza, mientras que hoy probablemente esté a la baja. Actualmente, EE.UU. se enfrenta a una tasa de participación en el mercado laboral bastante baja y a un crecimiento más lento de la población en edad de trabajar”, matiza el experto de AXA IM.
Podría decirse, argumenta el economista, “que la perspectiva de una aceleración significativa de la inversión verde gracias a la Ley de Reducción de la Inflación puede llegar demasiado tarde para permitir a la economía estadounidense evitar un viaje probablemente corto hacia una contracción poco profunda del PIB en los próximos trimestres, sobre todo porque es probable que la magnitud global del endurecimiento monetario esta vez empequeñezca la de 1994. Entonces, la Fed subió un total de 300 puntos básicos entre febrero de 1994 y febrero de 1995 y empezó a recortar sólo 18 meses después de su primera subida. En lo que va de este ciclo, “la Fed ya ha subido 425 puntos básicos en nueve meses, y esperamos un esfuerzo global de 500 puntos básicos, con recortes solo unos dos años después de la primera subida”.
Algunas expertos, como por ejemplo Raphael Olszyna-Marzys, economista internacional de J. Safra Sarasin Sustainable AM, se muestran escépticos con que se pueda repetir un aterrizaje sueve. Según explica Olszyna-Marzys, su escepticismo sobre la visión del aterrizaje suave está relacionada con la capacidad de reacción de la Reserva Federal. «Para que los funcionarios estén convencidos de que alcanzarán su objetivo de inflación del 2% a medio plazo, no sólo las impresiones mensuales de la inflación tienen que bajar en línea con ese objetivo, sino que el mercado laboral también tiene que reequilibrarse. La Fed también cree que la pandemia ha mermado la oferta de mano de obra, quizá de forma permanente, en unos 3-4 millones de trabajadores, lo que significa que gran parte del reequilibrio tendrá que proceder de una demanda más débil. Para lograr este resultado, el banco central cree que la economía debe crecer por debajo de su tasa tendencial durante un periodo de tiempo, y elevar algo la tasa de desempleo desde su mínimo cíclico. La esperanza está en que gran parte de ese exceso de demanda, es decir, las ofertas de empleo, se reduzcan sin un gran aumento concomitante de los despidos. Pero esto no tendría precedentes históricos. Si el desempleo sube más de medio punto porcentual, tiende a subir al menos dos. Esto se debe a que durante las recesiones suelen producirse cosas inesperadas o dinámicas no lineales», argumenta.
En este sentido, el economista de J. Safra Sarasin Sustainable AM considera que lo que se deduce de los mercados financieros no cuadra con la función de reacción de la Fed. «Creemos que para lograr un aterrizaje suave sería necesario que la Fed se replanteara sus previsiones sobre el proceso de generación de inflación, o que abandonara su objetivo de volver a situar la inflación en el objetivo. No creemos que esto sea probable», concluye.
Foto cedidaNaïm Abou-Jaoudé, nuevo CEO de New York Life Investment Management.
Cadriam ha anunciado importantes cambios en su organigrama a raíz de la decisión de New York Life, la mayor mutua de seguros de vida de Estados Unidos, de nombrar a Naïm Abou-Jaoudé, hasta ahora CEO de la gestora, nuevo consejero delegado de New York Life Investment Management.
En consecuencia, Vincent Hamelink, director general de Inversiones de Candriam, sucederá al Abou-Jaoudé como consejero delegado de Candriam, y Renato Guerriero, director general de Ventas y Distribución, ocupará el cargo de consejero delegado adjunto a su actual cargo. Según matizan desde la compañía, ambos comenzarán a desarrollar sus nuevas funciones a partir del 1 de mayo de 2023.
Tras una carrera de 30 años en la gestión de inversiones, incluidos 16 años como CEO de Candriam, Abou-Jaoudé asumirá el cargo de consejero delegado del negocio global de gestión de inversiones de New York Life el 1 de mayo de 2023. Desde su nuevo cargo dependerá de Alain Karaoglan, director de Negocios Estratégicos de New York Life y será responsable de la operativa global multiboutique de NYLIM, con oficinas en EE.UU., Reino Unido, Europa, Asia y Australia, y de sus plataformas operativas diversificadas de fondos de inversión y ETF en EE.UU.
«Naïm es un líder consumado en el sector de la gestión de activos, con un sólido historial de logros como Consejero Delegado de Candriam. Confío plenamente en el liderazgo y la visión que aportará a NYLIM en los próximos años», ha destacado Craig DeSanto, consejero delegado y presidente de New York Life.
Desde la firma destacan que, en la última década, NYLIM ha visto cómo sus activos gestionados se han duplicado con creces hasta alcanzar los 371.000 millones de dólares gracias a una combinación de expansiones geográficas, iniciativas orgánicas y adquisiciones. En la actualidad, el negocio internacional de NYLIM representa el 45% del total de activos gestionados.
«Candriam es uno de los gestores de activos de más rápido crecimiento en Europa, una historia de éxito que estamos muy orgullosos de compartir, duplicando los activos bajo gestión desde que Candriam fue adquirida. Tengo plena confianza en que, bajo la dirección de Naïm, NYLIM y Candriam continuarán su trayectoria de crecimiento», ha declarado Alain Karaoglan.
Tras conocer su nombramiento, Naïm Abou-Jaoudé, CEO de New York Life Investment Management, ha declarado: ·Me siento honrado de dirigir NYLIM como su Consejero Delegado. Formó parte de la familia New York Life desde hace casi una década y durante este tiempo he sido testigo de una empresa que demuestra los mejores principios de gestión de activos. Confío en que seguiremos aportando un importante valor a largo plazo a todas nuestras partes interesadas”.
Además, sobre el relevo anunciado en Candriam ha añadido: “Estoy inmensamente orgulloso de traspasar el liderazgo de Candriam a Vincent Hamelink y Renato Guerriero, que han desempeñado un papel decisivo en el crecimiento de la empresa, desarrollando una plataforma de inversión que ha proporcionado sistemáticamente rendimientos a largo plazo a los inversores y acelerando la demanda de la marca Candriam. Espero que Candriam siga cosechando éxitos bajo su dirección».
Por su parte, Vincent Hamelink, nuevo CEO de Candriam, ha comentado: “He trabajado con Naïm durante más de 20 años, desarrollando el negocio y la plataforma de inversión de Candriam, que hoy es conocida por su capacidad de gestión de fondos high yield y sus innovadoras soluciones de inversión. Es un privilegio asumir el cargo de Consejero Delegado y confío en que seguiremos aportando un valor significativo a nuestros clientes, accionistas y a todas nuestras partes interesadas”.
El Grupo Avalia de Ecuador, se hizo corresponsal del Programa de Salud Financiera de la consultora de inversiones chilena Grey Capital el pasado 24 de enero, luego de que ambas organizaciones sellaran una alianza. Una iniciativa que ésta empresa, ya ha desplegado en Centroamérica como franquicia y que en Chile, México y Colombia lo hace de forma directa.
“Ordenar las finanzas personales de los colaboradores y sus familias, adquiere un valor preponderante en el actual escenario de incertidumbre económica y financiera internacional. Y si a ese contexto se le suma la inflación y el alza del costo de la vida en una serie de ítems de la cotidianeidad, mantener un equilibrio en temas tan relevantes como casa, pensión, seguros de vida, seguros de salud y ahorro, se vuelve crucial”, señalaron en un comunicado desde las dos firmas.
“Grey Capital eligió al Grupo Avalia, organización encabezada por su presidente y CEO, Freddy Galarza, quien lleva 32 años en el mundo financiero y que tiene una impecable trayectoria. Su compañía cuenta con 10 años de experiencia en el desarrollo de asesorías y consejerías financieras profesionales en Ecuador, por lo cual, el modelo de negocios encajó perfecto con nuestro eje de trabajo”, aseguró la directora comercial y socia fundadora de Grey Capital, Catherine Ruz.
“En consecuencia, el lanzamiento del programa de salud financiera de Grey Capital en tierras ecuatorianas, se llevó a cabo en la sede de Femsa Salud terminando de lanzar la iniciativa que esta compañía ha impulsado regionalmente para apoyar a los colaboradores en bienestar financiero. En esa línea, las compañías más grandes del retail, financieras, auditoras, clínicas, farmacéuticas, energía, distribución y tecnología, ya han incorporado este programa para todas sus líneas en sus empresas”, añadió la nota de prensa.
Con todo esto, a raíz de la firma con Grey Capital, el presidente y CEO del Grupo Avalia, Freddy Galarza, comentó que “nuestra misión corporativa es ayudar a nuestros clientes a construir y lograr un adecuado manejo de sus finanzas personales. Vimos esta alianza con Grey Capital como una oportunidad totalmente compatible con este propósito y nos complace mucho haberla concretado”.
Luego, Galarza añadió: “Creo, firmemente, que las dos empresas tenemos las herramientas y la experiencia suficiente como para realmente añadir valor a los clientes con nuestro acompañamiento en la búsqueda de su salud y seguridad financiera familiar”.
De acuerdo al Fondo Monetario Internacional, a diciembre de 2022, los países de Latinoamérica terminaron con una inflación promedio de 11,2 %, para descender a 7,1 % en 2023. Por esta razón, el Programa de Salud Financiera que otorga Grey Capital, cobra una importancia vital en el impacto diario de las personas.
J.P. Morgan Private Bank anunció que Gabriela Henriquez fue nombrada Associate Banker en su oficina de Miami.
“Nos complace dar la bienvenida a Gabriela Interiano Henriquez a J.P. Morgan Private Bank como Associate Banker en nuestra oficina de Miami que cubre América Latina Norte”, publicó Jessica Siqueira Manzano, managing director de J.P. Morgan.
Henriquez comenzó en J.P. Morgan en 2016 formando parte del plan de analistas de verano en New York, según su perfil de LinkedIn.
Posteriormente, ingresó en 2017 como analista en Miami para luego pasar a inversora profesional.
La banquera tiene una licenciatura en finanzas por la Universidad de Notre Dame.
Lazard Asset Management (LAM) anunció que Jennifer Ryan se unió a la firma como directora general y directora de América del Norte Distribución, con efecto inmediato, según un comunicado de la gestora.
Con base en Nueva York, Ryan se une desde BlackRock donde ocupó cargos de liderazgo en los negocios de clientes institucionales de EE. UU. y el Reino Unido.
Como miembro del equipo de liderazgo sénior del negocio de gestión de activos de Lazard, será responsable del desarrollo de negocios de Latinoamérica en América del Norte y supervisará su Institucional Grupo de Clientes, Grupo de Instituciones Financieras, Ventas de Inversiones Alternativas y Consultor Grupo de Relaciones.
“Jen aporta a Lazard más de 25 años de experiencia en la industria de gestión de activos. Tiene una comprensión profunda del mercado norteamericano, las tendencias que están impulsando su evolución, y las estrategias necesarias para crecer y desarrollar tanto a nuestro cliente intermediario como institucionalnegocios”, dijo Evan Russo, director ejecutivo de Lazard Asset Management.
«Su El nombramiento subraya nuestro compromiso de brindar un servicio sobresaliente y diferenciado. soluciones de inversión para satisfacer las necesidades en constante evolución de nuestros clientes”, añadió Russo.
“Esta es una oportunidad fantástica para optimizar aún más las capacidades de distribución de LAM en North Estados Unidos”, dijo la Sra. Ryan. “Lazard es una marca global bien establecida y estoy deseando a trabajar con sus destacados equipos de distribución para aumentar nuestra presencia en la región y continuar brindando soluciones de inversión de clase mundial a clientes nuevos y existentes”.
Jennifer Ryan se une a Lazard desde BlackRock, donde pasó seis años en roles de liderazgo sénior tanto en sus negocios de clientes institucionales de EE. UU. como en el Reino Unido. Anteriormente, pasó 19 años en Goldman Sachs Asset Management en varios roles clave de cara al cliente, incluido el de directora de EE. UU. Relaciones con consultores, codirectora de dotaciones y fundaciones y directora de New York Bank Ventas intermediarias.
Ryan comenzó su carrera como estratega de productos en Global Liquidity negocio en Goldman Sachs. Obtuvo un B.A. en Inglés y Estudios Internacionales de Boston College y un MBA de Columbia Business School.