La única que no se ha ido de vacaciones este verano en el hemisferio norte ha sido la inflación, que continúa aumentando. El dato adelantado de agosto muestra que, en términos interanuales, la inflación subió al 9,1% frente al 8,9% de julio. Esto sigue poniendo contra las cuerdas al Banco Central Europeo (BCE) que, previsiblemente, volverá a subir los tipos en su reunión de mañana. La pregunta que se hacen las gestoras es si este aumento será del 0,5 puntos básicos (pb) o directamente de 0,75 pb.
Por ejemplo, Konstantin Veit, gestor de carteras de PIMCO, considera que el BCE subirá los tipos de interés oficiales otros 50 puntos básicos en su reunión de septiembre y comunicará que serán apropiadas nuevas subidas de los tipos de interés. “El mercado está valorando unas subidas de tipos de 175 puntos básicos para finales de este año, y otros 50 puntos básicos durante el primer semestre del próximo año. Sigue existiendo una gran incertidumbre sobre cuál podría ser el tipo de interés neutral para la zona del euro, pero alrededor del 1,5% en términos nominales parece razonable también en comparación con otros mercados desarrollados, como Reino Unido o Estados Unidos. Por lo tanto, los precios actuales del mercado sugieren un territorio algo restrictivo para el BCE, con un tipo de interés máximo del 2,25% a mediados del próximo año”, explica Veit.
Sin embargo, el experto de PIMCO advierte de que “el Consejo de Gobierno no dejará claro que una política neutra podría no ser apropiada en todas las condiciones, sobre todo si se enfrenta a una elevada inflación puntual que amenace con desanclar las expectativas de inflación a medio plazo”.
En opinión de Jan Felix Gloeckner, Senior Investment Specialist en Insight, parte de BNY Mellon IM, la realidad es que la presión se acentúa sobre el Banco Central Europeo para que suba los tipos 75 pb en la reunión de septiembre; una decisión que posiblemente suscite un importante debate. “Con una inflación por las nubes, junto con el riesgo de consecuencias indeseables propias de una inflación persistente, el argumento que favorece el ajuste es claro. La credibilidad del Banco Central sigue siendo un factor crítico para atajar las expectativas de inflación a largo plazo. Sin embargo, una predicción económica de debilitamiento económico rápido y la fuerte bajada de los precios del gas podría ser suficiente para forzar un camino más controlado hacia la normalización. En cualquier caso, por primera vez en una década, estamos a punto de ver un periodo de tipos de interés positivos”, argumenta Gloeckner.
Misma visión comparte Gergely Majoros, miembro del Comité de Inversión de Carmignac, quien considera que la probabilidad de una subida de tipos del 0,75% para la próxima reunión del BCE ha aumentado considerablemente. Incluso a un paso más allá en su análisis: «Mientras que el mercado casi fija el precio de una subida de 75 puntos básicos para esta semana, las expectativas para octubre y diciembre son significativamente inferiores a los 75 puntos básicos. Sin embargo, dado que el BCE está dispuesto a cerrar la brecha hacia el punto neutro lo antes posible, creemos que es muy probable que se acelere la subida de los tipos de interés hasta los 75 puntos básicos en cada ocasión. De hecho, las subidas de tipos podrían ser mucho más difíciles de llevar a cabo en 2023, debido a un entorno potencialmente recesivo, a que se ha superado el pico de inflación y a que la Reserva Federal de EE.UU. ha pausado su ciclo de subidas».
Mark Nash, responsable de Inversiones Alternativas de Renta Fija de Jupiter AM, considera que las pistas sobre una subida de 75 pb han sido bastantes claras por parte de algunas fuentes del BCE. En este sentido, cree que la institución monetaria estaría dispuesta a dar otro «baño de realidad» a los mercados, que han estado focalizados en el impacto de la crisis energéticas. “Las expectativas de inflación están aumentando y el mercado laboral está tensionándose, por lo que no puede quedarse de brazos cruzados y centrarse en los riesgos de deterioro del crecimiento. El mercado se ha quedado corto a la hora de descontar las acciones de los bancos centrales en Europa y se ha centrado demasiado en los riesgos para el crecimiento. Los giros hacia una política restrictiva han de descontarse y las curvas de rendimientos en Europa y el Reino Unido deben aplanarse con fuerza a medida que el mercado conjuga las subidas de tipos y el estancamiento económico”, defiende Nash.
Algunos expertos consideran que esa subida de 75 pb será bien recibida por los mercados, pero, en cambio, discurso de línea dura podría podría resultar más incómodo. «Esta subida de tipos de 75 puntos básicos ha sido anticipada en un 90% por los mercados y no debería ser una gran sorpresa. Sin embargo, un discurso muy duro, como esperamos que sea, podría contribuir a una corrección al alza de las expectativas de futuras subidas de tipos y alimentar la corrección de los bonos de la zona euro que hemos visto desde principios de agosto. En consecuencia, parece prematuro volver a los bonos de la zona euro«, advierte Franck Dixmier, director de inversiones global de Renta Fija de Allianz Global Investors.
Palomas, halcones y un fin común
En opinión de Martin Moryson, Chief Economist Europe para DWS, este año está siendo la tormenta perfecta para las “palomas” del BCE, en referencia a los miembros del Consejo de Gobierno del BCE que abogaron por una política monetaria más expansiva y describieron la inflación como “transitoria”, algo que ya está completamente descartado.
“Las cifras de inflación no solo continúan aumentando en Europa, sino que, además, a los banqueros centrales les preocupa que la inflación se mantenga en niveles elevados durante bastante tiempo. La situación en Europa es parecida a la de EE.UU., donde la inflación básica viene reduciéndose desde febrero, pero a un ritmo muy lento. Sin embargo, la Fed va mucho más adelantada que el BCE en cuanto al ciclo de subidas de tipos. Además, el presidente de la Fed, Jerome Powell, enfatizó el pasado 26 de agosto, durante el simposio económico de Jackson Hole, que la Fed seguirá endureciendo decididamente su política monetaria”, explica Moryson.
Todas las valoraciones de los expertos de las gestoras dan por hecho que el jueves el BCE anunciará una subida de tipos. Para Dillon Lancaster, gestor de TwentyFour AM (Boutique de Vontobel), tanto la opción de medio punto como de 0,75 pb son admisibles. “En estos momentos, los mercados están divididos por igual entre si se producen subidas de 50 o 75 puntos básicos por parte de cada uno de los bancos centrales, y las decisiones podrían depender de los datos que se publiquen previamente. Creemos que la publicación de datos importantes como el IPC, las encuestas del ISM, el empleo y el IPP en sus respectivas zonas geográficas determinará probablemente la magnitud de la subida de Powell, Lagarde y Bailey”, afirma el gestor.
El economista jefe de la gestora de fondos AXA IM, Gilles Moëc, considera que, por ahora, los halcones y las palomas pueden estar unidos para llevar a los tipos al menos a territorio neutral. “Esto sugeriría que más allá de otra subida de 50 puntos básicos en septiembre, la pendiente natural sería una continuación del endurecimiento hacia 1,25% a final de año”, afirma Moëc. Y recuerda que, durante la reunión de Jackson Hole, los representantes del Eurosistema hicieron algunas advertencias severas.
“Isabel Schnabel, que ha aparecido durante algún tiempo como la portavoz más elocuente de la persuasión agresiva en el directorio del BCE, se mantuvo fiel a esta línea: es necesario controlar las expectativas de inflación y esto requiere una “acción enérgica” por parte del banco central, incluso más enérgica que en el pasado. En términos de mensaje al mercado, las cosas están claras: sí, el BCE se enfrenta a mucha incertidumbre como la volatilidad macroeconómica, que ha aumentado, y sí, puede que se avecine una recesión, pero la dirección de la política monetaria es hacia un mayor endurecimiento”, recuerda el economista jefe de la gestora de fondos AXA IM.
Nuevas perspectivas
Las gestoras destacan que en la reunión de mañana también será interesante conocer las nuevas proyecciones de crecimiento e inflación. “Cabe esperar una importante revisión al alza de las previsiones de inflación para 2022 y 2023. También es probable que la proyección para 2024, del 2,1%, se someta a examen a la vista de los mayores costes estructurales (protección del clima, demografía). Ante el alto nivel de incertidumbre, el BCE ya no se basará exclusivamente en las proyecciones. En opinión de Lagarde, el juicio de los banqueros centrales debería desempeñar un papel más importante. Ya sean proyecciones o juicio, el mandato del BCE se está incumpliendo masivamente”, comenta Ulrike Kastens, Economist Europe para DWS.
En este sentido, Dixmier añade: «La publicación de las previsiones económicas del BCE en la próxima reunión será una oportunidad para afirmar su actual enfoque. La desaceleración prevista de la actividad en la zona euro en 2023 no debería afectar a la orientación de la política monetaria».
Por su parte, Veit considera que la menor confianza del BCE en sus proyecciones macroeconómicas ha sido una pauta creciente en los últimos meses, lo que sugiere que las decisiones políticas pueden ser algo menos sensibles a las proyecciones en comparación con el promedio histórico, y en su lugar estar más influenciadas por la inflación al contado, así como por los impulsores más directos de la inflación a medio plazo, como la evolución de los salarios y diversas medidas de las expectativas de inflación.
“Los miembros del Consejo de Gobierno han defendido una mayor persistencia en el proceso de inflación que la incorporada en los modelos en los que los parámetros se mantenían en los valores que se habían estimado en un entorno de baja inflación, a pesar de que dichos valores probablemente iban a cambiar a medida que la inflación aumentaba”, explica.
Tendencia global, consecuencias comunes
En julio, el BCE subió todos sus tipos de interés principales en 50 puntos básicos, poniendo fin a ocho años de tipos negativos. Y es el único, ya que las instituciones monetarias internacionales tienen claro que ha llegado el momento de cambiar su política monetaria. Por ejemplo, el Banco de Inglaterra (BoE) del Reino Unido sorprendió al mercado subiendo los tipos más de lo que el mercado esperaba y, en su reunión de julio, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de EE.UU. elevó el tipo de interés de los fondos federales en 75 puntos básicos (pb) para situarlo en una horquilla del 2,25% al 2,5%.
Según Azad Zangana, estratega y economista senior de Europa de Schroders, esto significa que el tipo de interés más importante para la economía mundial ha subido cinco veces en el espacio de sólo tres meses. En su opinión, esto ha tenido un impacto muy negativo tanto en la deuda pública mundial (con el aumento de los rendimientos y la caída de los precios), como en los activos de riesgo, como los precios de las acciones cayendo.
“El nuevo régimen de tipos de interés nos lleva a pensar que las economías de EE.UU., el Reino Unido y la eurozona entren en recesión en el transcurso del próximo año. Estos tres mercados experimentarán un importante descenso de la producción a lo largo del próximo año, mientras las perspectivas de la economía mundial son sombrías”, advierte Zangan.
Aunque las gestoras se muestran cautas a la hora de afirmar que la zona euro se vaya a enfrentar a una recesión a corto plazo, desde luego coinciden en que la subida de tipos generará una desaceleración moderada en este segundo semestre del año.
“Los bancos centrales siguen mostrando sus intenciones, adelantando las subidas de tipos y reafirmando sus convicciones en materia de inflación. Pero el distanciamiento de la Fed y el BCE sobre la orientación futura probablemente coincida con un giro hacia un endurecimiento menos agresivo. De hecho, los riesgos para el crecimiento aumentan constantemente. Nuestra hipótesis de base para la zona del euro es una recesión moderada en el segundo semestre. Esto reforzará los argumentos para un endurecimiento monetario más ajustado después del verano”, sostienen Thomas Hempell, jefe de Análisis Macro y de Mercado de Generali Investments, y Vincent Chaigneau, jefe de Análisis, Generali Investments.
Según Federated Hermes, es probable que la eurozona entre en recesión en el segundo semestre de este año. “El BCE probablemente se centrará en la elevada inflación y se inclinará por los riesgos de que la inflación se arraigue por los efectos de segunda ronda. Sin embargo, como el riesgo de recesión se ha incrementado, la ventana de oportunidad para llevar a cabo un mayor endurecimiento de la política monetaria se ha reducido. Posiblemente, el BCE adelantará algunas subidas de tipos en las próximas reuniones y realizará una pausa hacia finales de año, a medida que se hagan más evidentes los daños que la actual crisis energética está causando a la economía”, apunta Silvia Dall’Angelo, economista senior de la firma.