Aranceles, tensión geopolítica e inflación: los tres aspectos que se juegan los inversores en las elecciones presidenciales de EE.UU.
| Por Ignacio Valles | 0 Comentarios
El próximo 5 de noviembre tendrán lugar las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Según las encuestas, el resultado se antoja bastante incierto, aunque la actual vicepresidenta y candidata por los demócratas, Kamala Harris, cuenta con una ligera ventaja. Los expertos reconocen que este margen es demasiado pequeño como para dar por sentada su victoria, sobre todo, teniendo en cuenta la cantidad de estados indecisos que aún no se sabe por qué candidato se decantarán. Sea cual sea el resultado, ¿qué implicaciones tendrá para los inversores?
Para las gestoras internacionales, estas elecciones son relevantes porque, de cumplirse, las propuestas y políticas de ambos candidatos tendrán un impacto casi radicalmente opuesto. Uno de los aspectos que más preocupa, en especial, a los inversores europeos, son los aranceles. Aunque ambos candidatos aplicarían algún tipo de restricción a la política comercial, según Supriya Menon, responsable de Estrategias Multiactivos para EMEA en Wellington Management, las declaraciones de Trump sugieren que, de ser elegido, intentaría elevar los aranceles, posiblemente en un 10% de forma generalizada y hasta un 60% para las importaciones procedentes de China. En su opinión, la política comercial y de defensa se volvería probablemente más impredecible.
Gráfico de J. Safra Sarasin Sustainable AM.
En este aspecto coinciden François Cabau y Hugo Le Damany, economistas para la zona euro de AXA IM, quienes resaltan que la media ponderada de los aranceles estadounidenses a las exportaciones de la UE ronda el 3%, según datos de la Organización Mundial del Comercio, lo que implica un aumento adicional del 6,8% en los precios de las exportaciones. “El posible impacto de las elecciones estadounidenses en la zona euro es bastante binario: es poco probable que una victoria de Kamala Harris tenga un efecto importante, pero sí que lo tendría una victoria de Donald Trump. Trump quiere reducir el déficit comercial de Estados Unidos y la zona euro es un factor clave para ello. El bloque exportó 450.000 millones de euros de bienes en 2023, lo que arroja un superávit para Estados Unidos de 133.000 millones de euros”, añaden los economistas de AXA IM.
Otro aspecto a tener en cuenta es la tensión geopolítica que puede suceder a raíz de las decisiones que tomarían ambos candidatos en caso de ser elegidos. “Es una preocupación el apoyo estadounidense a Ucrania y las implicaciones para la OTAN. Trump ha afirmado que garantizaría un rápido acuerdo de paz en Ucrania. El temor es que se trate de una amenaza implícita de retirar el apoyo a Ucrania. La UE no sería capaz de reemplazar la escala del apoyo estadounidense –especialmente en los materiales–. Esto plantearía preocupaciones sobre el compromiso de Estados Unidos con la OTAN y la seguridad europea en términos más generales”, explica AXA IM en su informe.
Política monetaria e inflación
Según las gestoras internacionales, las elecciones también tendrán un impacto importante en la política monetaria internacional. Desde Schroders han publicado un estudio sobre cuál sería el impacto en esta materia de ambos resultados. En su opinión, la presidencia de Trump sería reflacionaria, lo que podría darle a la Fed más tiempo para pensar en cómo acometer el ritmo de los recortes de tipos hasta llegar a donde piensan que es el tipo neutral en 2026.
«No obstante, la victoria de Trump o Harris en las elecciones puede tener un impacto en cuanto al mandato de Powell y de los funcionarios de la Fed. Por ejemplo, si Trump es el vencedor, ha dejado muy claro que no quiere volver a nombrar presidente de la Fed a Powell cuando termine su mandato, que es en mayo de 2026. No obstante, si Trump quiere nombrar a alguien que sea mucho más favorable a los recortes de tipos, todavía debe hacerlo pasando por el Senado, y esto no sería fácil. Necesitaría obtener una mayoría simple en el Senado que apoye al candidato que nomine, y ya vimos durante su primera presidencia que esto es más difícil de lo que a priori puede sonar. En aquel entonces, ya tuvo problemas con varios candidatos, en general economistas con un perfil menos convencional, cuando intentaba nombrarlos para el Comité de la Reserva Federal. Esta vez se enfrentaría al mismo problema, porque, aunque parece que el Senado va a ser republicano, la mayoría proyectada en las encuestas electorales es ajustada. Incluso un par de disidentes republicanos bastarían para bloquear cualquier nombramiento para el Comité de la Fed», explican desde Schroders.
Los analistas de J. Safra Sarasin Sustainable AM establecen, al igual que Schroders, que una victoria de Donald Trump puede provocar un gran repunte en la inflación, lo que argumentan con algunos ejemplos concretos. «Una extensión de la ley de empleo y recorte de impuestos de 2017, iniciada parcialmente con aranceles, tendría como impacto una política fiscal más laxa en 2025-2026, y peores previsiones de deuda e inflación, todo ello contando con unos tipos de interés estructuralmente más altos. Además, poner límites más estrictos a la inmigración tendría un impacto negativo en la mano de obra y en sectores como la construcción», señalan desde la gestora.
Para Chris Iggo, CIO de AXA IM Core y presidente del Investment Institute de AXA IM, un tema que ni Harris ni Trump han abordado es el panorama fiscal a largo plazo. «Supondrá un riesgo para los mercados durante el próximo mandato si se siguen ignorando las perspectivas fiscales”, advierte. Su previsión para el próximo año es que bajen los tipos de interés, mientras la economía sigue creciendo, un aterrizaje suave que debería ser positivo para los retornos de los mercados financieros.
«Sin embargo, 2024 fue algo así como ‘un año de sorpresa’. El crecimiento fue mejor de lo esperado y la Fed pudo dar un giro gracias a un modesto aumento del desempleo y una menor inflación. Sin embargo, no está claro que se produzcan sorpresas positivas similares en 2025, ya que existen incertidumbres políticas evidentes. Sin duda, unos tipos más bajos serán positivos tanto para las empresas como para los consumidores y, como hemos observado muchas veces en el pasado, nunca debe subestimarse la capacidad de los consumidores y las empresas para mantener el gasto”, advierte Iggo.
En este sentido y a pesar de la falta de certeza, Mabrouk Chetouane, responsable de estrategia de Natixis IM Solutions, considera que estas elecciones están atrayendo una enorme atención nacional e internacional, debido a sus implicaciones potencialmente considerables”, señala Chetouane, que indica, como ejemplo: “Más allá de las divisiones ideológicas en temas como el aborto o el impacto del cambio climático, ambos bandos apoyan una postura más dura en materia de inmigración. Desde el final de Covid, la adecuación de la oferta y la demanda en el mercado laboral estadounidense ha sido menos eficiente, como demuestra el aumento de las ofertas de empleo. El despido de varios millones de trabajadores aumentaría las presiones salariales y, por tanto, ejercería una presión al alza sobre los precios subyacentes. Es probable que este aumento de la inflación dé más credibilidad al mantra introducido por el gobernador de la Reserva Federal: «Más alto durante más tiempo»”.
El impacto para los inversores europeos
Si ponemos el foco en los inversores europeos, Lewis Grant, Senior Portfolio Manager para Global Equities en Federated Hermes Limited, explica que hay varios escenarios que pueden beneficiar a estos inversores. El primero que menciona Lewis es que Estados Unidos vuelva a convertirse en la primera potencia mundial. “Si EE.UU. reconoce la necesidad de nutrir su esfera de influencia, podríamos ver una inversión crítica en la infraestructura de la cadena de suministro para cubrir un retroceso de las exposiciones chinas. La segunda sería un statu quo en lo que respecta a los aranceles transatlánticos, aunque no vemos necesariamente probabilidades inmediatas de que esto se produzca”, explica.
En su opinión, ·dado que muchas empresas europeas están a la vanguardia de las soluciones vinculadas a la sostenibilidad, una victoria de Harris presenta un resultado más atractivo para las que están posicionadas para beneficiarse de la continuación de los esfuerzos medioambientales de la administración actual”. En definitiva, estas elecciones suponen un hecho crucial para las inversiones europeas, la incertidumbre en torno al resultado y a las políticas que podrán o no aplicar los candidatos generan mucho escepticismo, el cual, solo se podrá resolver en cuanto acabe el recuento de los votos de los ciudadanos estadounidenses.
Mercados emergentes
A Guillaume Tresca, analista macroeconómico y estratega senior de mercados emergentes en Generali Asset Management, parte del ecosistema de Generali Investments, le llama la atención que las entradas en fondos de mercados emergentes se han acelerado repentinamente tras años de vacas flacas. «Los activos de estos mercados son muy sensibles a los resultados de las elecciones estadounidenses debido a varios factores, como el aumento de los aranceles comerciales, las tensiones con China y los riesgos geopolíticos, como el conflicto en Ucrania y Europa Central y Oriental (ECE). Una victoria republicana podría traducirse en un dólar más fuerte, un aumento de los tipos básicos y cambios en la política comercial, todo lo cual podría afectar negativamente a los activos de los mercados emergentes», explica.
En su opinión, el peor escenario posible para los activos de los mercados emergentes sería una victoria republicana, que desencadenaría un fortalecimiento del dólar, presiones al alza sobre los tipos básicos y cambios en la política comercial. «Los activos de los mercados emergentes tienden a cotizar bien durante las pasadas elecciones estadounidenses, pero en 2016 el rendimiento inicial fue escaso y los bonos de alto rendimiento en divisas de los mercados emergentes obtuvieron peores resultados. Sin embargo, la deuda externa y local de los mercados emergentes tuvo un gran año en 2017, con una compresión uniforme de los diferenciales. Después sufrieron cuando los cambios estructurales a largo plazo empezaron a hacer mella. La reacción puede ser menos pronunciada esta vez, dado que el listón para las sorpresas es más alto y los impactos podrían tardar en materializarse», argumenta Tresca.
Sin embargo, reconoce que dadas las ajustadas valoraciones actuales de la deuda de los mercados emergentes, mantiene una preferencia por la calidad y reduce nuestra exposición beta. «Preferimos la deuda externa a la local y, a un nivel más granular, los tipos de los mercados emergentes a las divisas de los mercados emergentes. El norte de Asia, a través de varios canales, es el más vulnerable, pero podría haber ganadores como Vietnam y Tailandia. El caso de México es más complejo, ya que se beneficia de la reorientación china, pero se ve perjudicado por el riesgo de una renegociación del USMCA y un enfoque migratorio estadounidense más duro», concluye analista macroeconómico y estratega senior de mercados emergentes en Generali AM.
Mercados de crédito estadounidenses
Por último, y poniendo el foco en EE.UU., desde Muzinich&Co señalan que si bien creen que es probable que los mercados de crédito estadounidenses sientan poco impacto a nivel general, aunque sí podría ver una diferenciación a nivel sectorial y de emisor en función de la política. En un escenario donde la victoria sea de Trump, la gestora considera que, probablemente, beneficiaría a los sectores orientados al mercado interno, como la energía (producción y distribución), los servicios públicos (la reducción de las subvenciones a las energías renovables limitaría la expansión y apoyaría la fijación de precios para los servicios públicos tradicionales), el sector inmobiliario, el farmacéutico, el industrial centrado en el mercado interno y las empresas centradas en las fusiones y adquisiciones (debido a un entorno normativo más laxo). En cambio, entre los sectores que podrían verse afectados negativamente se encuentran los afectados por los aranceles o la supervisión reglamentaria (por ejemplo, la tecnología con fuertes vínculos con China), así como la sanidad.
Y en un escenario donde la victoria fuera de Kamala Harris, creen que la habría una agenda política muy diferente. «La energía podría verse afectada por la posible limitación de los derechos de perforación de petróleo y gas, mientras que una mayor atención al cambio climático podría beneficiar a las energías renovables y a las tecnologías de reducción del carbono. También podríamos ver un impulso a las ventas de viviendas nuevas y existentes gracias a los créditos para compradores de primera vivienda. El sector sanitario en general también podría verse beneficiado por el apoyo de Harris a la Affordable Care Act. Prevemos que sectores como las energías limpias y la vivienda se encuentren entre los beneficiados, mientras que la energía, la automoción, la defensa y el sector farmacéutico (debido a los límites de precios de determinados medicamentos) podrían sufrir un impacto negativo de los cambios políticos. Además, el sector financiero podría verse afectado por normativas más estrictas”, concluyen.