iCapital incorpora a Nicolás San Román para diseñar la estrategia de negocio de la EAF española en Latinoamérica

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La empresa de asesoramiento financiero española iCapital ha dado un paso adelante para expandir su actividad en Latinoamérica. Para ello, ha incorporado a Nicolás San Román, que se encargará de diseñar la estrategia de negocio de la firma en LaTam. San Román llega desde Creand WM en Miami y se establecerá en Madrid.

San Román es licenciado en derecho en Madrid y máster en derecho internacional de negocios en California, habiendo desarrollado gran parte de su trayectoria profesional en ámbitos internacionales. Ha trabajado en la asesoría jurídica de banca de inversión de BBVA en Estados Unidos, como abogado cualificado en Nueva York para Linklaters LLP; y desde 2012 ha trabajado en el ámbito de Wealth Management. Inicialmente en UBS en Zúrich y Panamá, y posteriormente en Creand, donde era responsable de planificación patrimonial LATAM para clientes HNWI/UHNW desde Miami.

“Su experiencia profesional de más de 20 años en el ámbito legal, de banca de inversión y wealth management, centrada en Latinoamérica y Estados Unidos, son las claves que convierten a Nicolás San Román en una pieza fundamental en el desarrollo del negocio latinoamericano a ambos lados del Atlántico de nuestra compañía”, explica Pablo Martínez-Arrarás, socio fundador de iCapital.

«En iCapital entendemos el enorme potencial del mercado latinoamericano, y apostamos por brindarles a dichos clientes la mejor oferta de gestión patrimonial e inversiones en los principales centros financieros de EE.UU., España y Suiza. Consideramos que es necesario realizar un diseño correcto del formato de cómo abordarlo, así como de la oferta a presentar y del equipo que necesitaríamos estructurar para ello. Sin duda, la incorporación de Nicolás nos ayudará mucho a ello”, concluye Martínez-Arrarás.

iCapital es una empresa especializada en asesoramiento financiero (EAF) y gestión patrimonial. Desde su creación en 2006, su público objetivo son grandes familias e instituciones. Con 53 profesionales y ocho oficinas distribuidas por toda España, tiene previsto abrir nuevas delegaciones y asesora un patrimonio financiero que ya supera los 3.100 millones de euros.

Independencia, transparencia y honestidad son los pilares que han convertido a iCapital en una de las compañías más consolidadas de este país en el segmento de asesoramiento independiente de grandes patrimonios. La capacidad de actuar como un multifamily office, su versatilidad, su formato de multi depositaria y sus servicios diferenciales y de alto valor añadido con una ausencia absoluta de conflicto de intereses, los convierte en una opción preferida dentro de los grandes patrimonios.

Posibles ventajas de una asignación estratégica a la deuda de mercados emergentes para los inversores europeos

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Deuda emergente: una solución atractiva para cosechar tasas de interés real positivas frente al bajo rendimiento de los mercados desarrollados
Pixabay CC0 Public Domain. Deuda emergente: una solución atractiva para cosechar tasas de interés real positivas frente al bajo rendimiento de los mercados desarrollados

Tras un turbulento año para los mercados de capitales en 2022, los inversores probablemente seguirán afrontando un clima de incertidumbre en 2023. No obstante, algunos factores suscitan esperanza: la inflación comienza a moderarse, los bancos centrales están ralentizando el ritmo del endurecimiento monetario y las valoraciones de la renta fija en muchos sectores resultan ahora atractivas. En este contexto, la deuda de los mercados emergentes (DME) merece una mirada más atenta por parte de los inversores europeos, al ofrecer rendimientos interesantes con respecto a otras clases de activos de renta fija con una volatilidad inferior a la de los activos de renta variable.

Si bien los inversores europeos están acostumbrados a invertir en los mercados emergentes, suelen estar poco representados en las carteras. Al igual que la renta variable de los mercados emergentes, la DME permite a los inversores acceder a unas economías más dinámicas y productivas en comparación con las economías desarrolladas. Asimismo, la DME ha madurado considerablemente como clase de activos en los 30 últimos años. A principios de los años 90, el índice estaba compuesto por unos pocos países, y la clase de activos se percibía como una propuesta de alto riesgo debido a las crisis registradas desde mediados de la década de 1990 hasta principios de la década de 2000. Hoy en día, muchos emisores de DME presentan sólidos perfiles de deuda y una mejor calidad crediticia que en el pasado. Además, la profundidad y la amplitud de la liquidez ha ido en aumento, ya que el tamaño del mercado en general ha crecido hasta aproximadamente los 4,7 billones de EUR, y la DME representa ahora casi el 16% del universo de renta fija mundial.

La deuda de los mercados emergentes puede dividirse en dos subclases de activos principales: la deuda en moneda fuerte y la deuda en moneda local. La DME en moneda fuerte hace referencia a la deuda emitida principalmente en dólares estadounidenses, pero también en euros y yenes japoneses. La DME en moneda local hace referencia a la deuda emitida en la moneda nacional de los emisores. La DME en moneda fuerte puede estar cubierta en euros o dejarse sin cobertura. En el caso de la DME en moneda local, la cobertura cambiaria suele resultar poco práctica, debido a su complejidad y alto coste.

Al considerar una asignación a la DME, es importante entender las características de volatilidad y correlación de la clase de activos. Se suele dar por sentado que la DME en moneda local es más volátil que la DME en moneda fuerte. No obstante, el perfil de volatilidad depende de la moneda de referencia del inversor. Como se muestra en el Gráfico 2, la DME en moneda local ha experimentado en los 10 últimos años una volatilidad más elevada para los inversores estadounidenses, al promediar un 11,4%, en comparación con la volatilidad del 9,0% de la DME en moneda fuerte durante el mismo periodo. Ahora bien, en euros, la volatilidad de la DME en moneda local ha sido mucho menor (del 9,2%), en sintonía con la DME en moneda fuerte sin cobertura, que también registró un 9,2% de media. La cobertura de la exposición en dólares estadounidenses de la DME en moneda fuerte redujo ligeramente la volatilidad global al 9,0%.

En el Gráfico 3, que muestra las correlaciones entre los diferentes activos de DME, identificamos posibles ventajas de diversificación entre los activos en moneda fuerte y en moneda local, dada la correlación de 0,7 aproximadamente, que varía ligeramente en función de si la DME en moneda fuerte se cubre en euros o no.

Para analizar las posibles ventajas de una asignación a la DME en una cartera denominada en euros, estimamos las rentabilidades potenciales que un inversor que opera en euros podría registrar en el próximo periodo de 10 años. Utilizamos los rendimientos corrientes como punto de partida y luego realizamos ajustes para tener en cuenta los costes de cobertura, las tasas de impago y la depreciación cambiara en función de las condiciones de mercado vigentes. A continuación, estimamos la volatilidad basándonos en datos históricos y calculamos las ratios de Sharpe previstos, tal y como se muestra en el Gráfico 4.

Basándonos en estos supuestos, modelizamos diversas combinaciones de DME en moneda local y en moneda fuerte, tal y como se muestra en el Gráfico 5.

Observamos que las mayores ratios de Sharpe se registran cuando la asignación mixta a la DME en moneda fuerte y en moneda local se sitúa en un rango entre el 40%/60% y el 80%/20%, y que la ratio de Sharpe para las carteras mixtas es ligeramente más elevada que en el caso de cualquier cartera no mixta. Esta sinergia es el resultado de la escasa correlación entre la DME en moneda fuerte y en moneda local que observamos en el Gráfico 3. De esto se desprende que una asignación mixta 50/50 a la DME en moneda fuerte y en moneda local podría constituir un buen punto de partida para los inversores en euros que desean incluir esta clase de activos en sus carteras.

Si bien los cálculos del Gráfico 5 suponen que la DME en moneda fuerte está cubierta en euros, cabe mencionar que se obtuvieron resultados similares cuando se utilizó una versión sin cobertura de la DME en moneda fuerte. Sugerimos a los inversores en euros que cubran estratégicamente su asignación a la DME en moneda fuerte, pero que dejen un margen de maniobra para reducir de forma táctica la cobertura en función de la coyuntura de mercado.

Otro factor que debe tenerse en cuenta es la correlación de la DME con otras clases que, por lo general, se incluyen en las carteras denominadas en euros, tal y como se muestra en el Gráfico 6.

En conclusión, creemos que los inversores europeos deberían plantearse realizar una asignación estratégica a la DME. La DME permite a los inversores obtener acceso a unas economías de mayor crecimiento; además, la clase de activos ha madurado en términos de tamaño del mercado, liquidez y calidad crediticia. La escasa correlación entre la DME en moneda local y en moneda fuerte sugiere que un enfoque mixto podría ser el más adecuado. La DME también ofrece ventajas potenciales en términos de diversificación dentro de carteras más amplias, dada la reducida correlación con otras clases de activos.

 

Tribuna de Ward Brown, gestor de renta fija emergente en MFS Investment Management, y Jonathan Barry, director general del grupo de soluciones de inversión de MFS Investment Management. 

 

La biotecnología surca una ola de datos positivos

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Creo que 2022 es, de hecho, el año de los datos, y 2023 podría ser el año de los lanzamientos de nuevos productos. Por tanto, 2022 fue un año emocionante para la biotecnología porque obtuvimos varias cosas. Por un lado, comenzamos a obtener datos clínicos relevantes en nuevas enfermedades en las que vimos datos excelentes. Entre ellos se encontraban desde la AMD seca, que es una de las principales causas de ceguera en los ancianos, hasta la enfermedad de Alzheimer, donde obtuvimos datos positivos que fueron inequívocos por primera vez al constatar que podríamos retrasar la evolución de la enfermedad en los pacientes. También vimos nuevos datos sobre obesidad, donde alcanzamos, diría, nuevos máximos de pérdida de peso de hasta un 20 % o más para pacientes con esta enfermedad. Asimismo, vimos nuevas vacunas que podrían mejorar el nivel de atención para la neumonía, que es una de las principales causas de muerte en los niños y también afecta a los ancianos.

Ahora que tenemos estos datos positivos y muchas empresas están solicitando la aprobación de medicamentos, el 2023 podría ser el año en el que realmente obtengamos estos nuevos permisos y lanzamientos por primera vez. De hecho, la FDA [Administración de Alimentos y Medicamentos] tiene 75 nuevos medicamentos potenciales que están pendientes de aprobación en 2023. Así pues, este año podría ser uno de los más importantes para las aprobaciones de nuevos medicamentos y lanzamientos de nuevos productos que hemos visto en muchísimos años.

Algo que vimos el año pasado fue que, en mi opinión, como acabábamos de pasar 18 meses de ciclo bursátil bajista en biotecnología, muchas de las valoraciones en ese sector estaban muy depreciadas. Y luego, cuando una empresa presentó datos clínicos positivos y los inversores pudieron apreciar el potencial de mercado de esos medicamentos, vimos reacciones bursátiles muy sustanciales. Al estar tan mermadas las valoraciones y ser tan alta la innovación, eso creó una relación riesgo/remuneración muy atractiva. De hecho, todavía tenemos unas 200 empresas que cotizan por debajo de los niveles de tesorería que figuran en sus balances. Por tanto, si algunas de ellas pueden desarrollar una innovación real, nuevos productos emocionantes y datos interesantes, creemos que esa relación riesgo/remuneración continúa siendo muy positiva.

 

Tribuna de Andy Acker, gestor de cartera de Janus Henderson Investors. 

La ESMA emite directrices para actualizar la gobernanza de productos de MiFID II e incluir los factores de sostenibilidad

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La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA, por sus siglas en inglés) ha actualizado sus directrices sobre gobernanza de productos para reforzar la protección de los inversores, teniendo en cuenta los desarrollos normativos más recientes, e incluir la consideración de los factores de sostenibilidad al definir el mercado destinatario objetivo.

El documento final con estas directrices revisadas sobre los requisitos de gobernanza de productos de MiFID II se publicó el pasado 27 de marzo. “La versión definitiva de estas directrices no presenta cambios relevantes respecto al documento de consulta publicado en julio de 2022”, matizan los expertos de finReg360. En este sentido, explican que el objetivo de esta última revisión ha sido incorporar tres elementos: las últimas novedades de MiFID II introducidas por los desarrollos conocidos como Quick-Fix2 y Green MiFID; las conclusiones de la “acción de supervisión común” de la ESMA en colaboración con las autoridades nacionales competentes; y las recomendaciones del Comité Consultivo de Proporcionalidad (ACP, por sus siglas en inglés) de la ESMA.

Entre las principales novedades que se pueden destacar, aunque sean pocas, los expertos señalan la integración de los objetivos relacionados con la sostenibilidad. En este sentido, la ESMA señala que las entidades han de considerar los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) para aprobar o distribuir productos financieros. Y, para ello, los fabricantes y distribuidores tienen que incorporar los objetivos de “sostenibilidad en: el mercado objetivo (target market) y, en particular, dentro de la categoría de objetivos y necesidades del cliente”; la estrategia de distribución, y los mecanismos de revisión periódica.

“Para distribuir los productos a clientes que no tengan objetivos específicos de sostenibilidad, estos factores de sostenibilidad no se tendrán en cuenta para identificar el mercado destinatario negativo. Respecto a la determinación del target market positivo, la ESMA sugiere que se especifiquen, cuando sean relevantes, los aspectos relacionados con la definición de preferencias de sostenibilidad de MiFID II”, indican desde finReg360.

Esto es, determinar para cada producto: la proporción mínima de inversión en actividades sostenibles conforme a la definición del reglamento de taxonomía; la proporción mínima de inversión en actividades sostenibles conforme a la definición del reglamento de divulgación (SFDR, por sus siglas en inglés), o si tiene en consideración las principales incidencias adversas en sostenibilidad (PIAS), incluyendo los elementos cualitativos y cuantitativos para su valoración. “La ESMA matiza que esta determinación será opcional y que las entidades pueden optar por otro enfoque distinto siempre que se garantice suficiente granularidad”, añaden. 

Otra de las actualizaciones hace referencia al mercado objetivo agregado y tratamiento de los productos complejos. En este sentido, se establece que las entidades podrán identificar el mercado objetivo por grupos de instrumentos (lo que se conoce como clustering approach), siempre que esta agrupación se realice sobre instrumentos que presenten características y niveles de riesgo similares según su complejidad.

Según indican desde finReg360, para ello, respecto a cada producto las entidades deberán: “Analizar sus características (factores de riesgo, estructura de costes, garantías, nivel de liquidez, derechos de opción, etc.) respecto al mercado objetivo del grupo; registrar el análisis y, en especial, los motivos por los que se integra en un grupo concreto; y valorar los cambios en la estructura de costes y en el análisis de escenarios”.

Además, respecto a la identificación del mercado objetivo en los productos especialmente complejos o con riesgo elevado, como los contratos por diferencias (CFD) y otros instrumentos similares, la ESMA advierte de que: por lo general, estos productos tienen un alcance reducido o incluso puede que no haya clientes compatibles, en cuyo caso no deberán distribuirse; solo se podrán distribuir a clientes que comprendan y puedan asumir los elevados riesgos; y en ocasiones, el mercado objetivo solo se puede identificar para un producto y no es posible un enfoque de grupo.

“En todo caso, con independencia de que se opte por un enfoque de grupo o individual, las entidades deben asegurarse de que el mercado objetivo se identifica con granularidad suficiente, para evitar que haya clientes con características no compatibles”, indican desde finReg360.

En tercer lugar, la actualización afecta a los criterios adicionales sobre la estrategia de distribución y su revisión periódica. Según indican los expertos, la ESMA introduce las siguientes pautas adicionales para los distribuidores:

  • La identificación del mercado objetivo real no podrá desviarse en lo esencial de la del fabricante, pero puede redefinirse para ajustarla a la naturaleza de los productos, a la oferta de servicios de inversión y a la base de clientes del distribuidor.
  • La definición de la estrategia de distribución contará con medidas adicionales y advertencias a los clientes para los productos, en especial los complejos, que prevean una distribución a través de ventas no asesoradas.
  • Los mecanismos de intercambio de información con el fabricante aportarán datos sobre las ventas de los productos y de cualquier otra información relevante.
  • La distribución de los productos a través de canales digitales debe asegurar que no se cause un perjuicio a los clientes objetivo.
  • La aplicación de un enfoque de cartera no exime de tener que definir el mercado objetivo y supervisar las desviaciones en cada producto.

“Respecto a los procedimientos de control y supervisión periódicos, estos se definirán basándose en el principio de proporcionalidad, es decir, la periodicidad y precisión de las revisiones se definirán en función de la naturaleza del producto y, en su caso, del servicio de inversión en el que se ofrezca. En cualquier caso, las entidades han de definir los criterios cuantitativos y cualitativos sobre los que se evaluarán las características de los productos: cambios en los factores de riesgos, estrategia de inversión, costes y gastos, etc”, añaden desde finReg360.

Según señala la consulta, las directrices se traducirán a los idiomas oficiales de la Unión Europea y se publicarán en el sitio web de la ESMA. En los dos meses siguientes a este momento, las autoridades nacionales competentes tienen que notificar a la ESMA si cumplirán con las directrices o tienen intención de hacerlo. Estas directrices se aplicarán a las entidades a los dos meses de la publicación de las traducciones oficiales, que se espera para octubre de 2023.

Santander, nombrada Mejor Banca Privada en Latinoamérica por Euromoney

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Foto cedidaEl equipo de Santander Private Banking, en la ceremonia de entrega de los premios de banca privada de Euromoney.

Santander Private Banking ha sido nombrada Mejor Banca Privada en Latinoamérica por Euromoney. Según explican, la entidad lidera varias categorías de estos premios anuales de banca privada, uno de los más prestigiosos del sector. La revista financiera también ha considerado a Santander Private Banking como la Mejor Banca Privada para Family Office en Latinoamérica, así como para planificación patrimonial. 

La entidad ha sido reconocida por el trabajo de sus equipos en varias geografías. De esta manera, Santander Private Banking ha obtenido el premio a la Mejor Banca Privada Internacional en México, Argentina, Brasil, Perú, Uruguay, Polonia y Portugal; Mejor Banca Privada para Altos Patrimonios (UHNWI por sus siglas en inglés) en España y Colombia; Mejor Banca Privada para Planificación Patrimonial en Brasil; Mejor Banca Privada para ESG en Chile y Mejor Banca Privada Digital en México.

“El alcance de estos premios en Latinoamérica y Europa demuestra el valor de la combinación de la plataforma global de Santander Private Banking con el conocimiento y presencia local en cada uno de los mercados en los que opera”, indican desde la entidad.

Los inversores institucionales siguen recurriendo a las infraestructuras y los activos privados

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Ante los profundos cambios del mercado, tanto los ya existentes como los que se prevén, los inversores institucionales de todo el mundo están tomando medidas para posicionar mejor sus carteras de cara al futuro: desde aumentar las inversiones en infraestructuras y activos privados y reformular las hipótesis del mercado de capitales, hasta cuantificar mejor los riesgos y oportunidades del cambio climático y comprometerse con las inversiones de impacto. Estas son algunas de las conclusiones extraídas de la tercera Encuesta EQuilibrium a Inversores Institucionales Globales, que anualmente explora las percepciones y acciones de 800 inversores institucionales internacionales.

Según explica Mike Perry, responsable del Global Client Group de Nuveen, generalmente, los inversores mundiales están reevaluando sus puntos de vista sobre el riesgo y la rentabilidad y preparándose para un nuevo entorno de mercado: «Los inversores institucionales suelen adoptar un enfoque moderado y gradual de los cambios de cartera. Eso hace aún más sorprendente el grado en que los inversores contemplan o realizan hoy cambios muy significativos».

En lo que respecta a las estrategias de cartera, el 59% de los inversores de todo el mundo están replanteándose activamente, redefiniendo y reasignando o pulsando el botón de reinicio de sus carteras, siendo las aseguradoras más propensas que otros inversores institucionales a hacerlo. Concretamente, un 70% de estas ya lo está haciendo. La cifra más alta se registra en Alemania, donde el 74% de las aseguradoras están realizando o considerando realizar cambios significativos dado el actual entorno de mercado.

En la región EMEA el 49% de los inversores institucionales está reformulando su forma de calcular las hipótesis del mercado de capitales, el 41% está haciendo cambios significativos en la asignación táctica y el 30% está realizando cambios fundamentales en su asignación estratégica de activos.

Los inversores están respondiendo a un panorama de inversión extraordinariamente turbulento, marcado por el incremento de la inflación y la extrema volatilidad de los mercados, las guerras, las catástrofes climáticas y el malestar político y social. Además, los inversores señalaron que las perturbaciones en el suministro de energía, los cambios demográficos y la desglobalización son las principales megatendencias que afectarán a sus carteras en los próximos cinco años.

8 de cada 10 inversores mundiales opinan que nuestro mundo está cambiando radicalmente y las estrategias de cartera deben seguir el ritmo. A su vez, el 74% afirma que la influencia de la geopolítica, en particular, en las estrategias de inversión es mucho mayor hoy que en los últimos 30 años. Y más de la mitad, el 56%, coincide en que el actual entorno de inversión no se parece a nada que hayan visto antes.

«El entorno actual ha llevado a los inversores a identificar y aprovechar oportunidades en sectores que quizás antes habían pasado por alto. También se están centrando en objetivos de cartera más novedosos y en evolución, como el riesgo climático y el impacto», ha afirmado Perry.

Intensificar la mitigación del riesgo de inflación y las inversiones privadas

A escala mundial, el 64% de las instituciones están dedicando más esfuerzos a mitigar el riesgo de inflación y esperan emplear estrategias para combatir la inflación durante dos o más años. El consenso de los inversores es que la inflación seguirá siendo una amenaza para la rentabilidad de las carteras al menos hasta 2024.

A la hora de fijar una serie de activos para capear la inflación, se vio como primera opción las infraestructuras privadas. Otras opciones populares fueron la renta variable, las materias primas, los bonos vinculados a la inflación y el sector inmobiliario privado. Asimismo, los inversores siguen apostando por los mercados privados.

A pesar de que el descenso de las valoraciones en los mercados cotizados ha provocado un mayor desplazamiento de los saldos de las carteras hacia los mercados privados, el 63% de los inversores mundiales prevén un aumento gradual de los activos privados en los próximos cinco años y el 8% espera que sea significativo.

Notable aumento de las asignaciones alternativas previstas, sobre todo en infraestructuras

En comparación con los últimos años, el interés por los activos alternativos se ha disparado: en 2020 y 2021, entre el 25% y el 35% de los inversores mundiales afirmaron que tenían previsto aumentar sus asignaciones a las principales categorías de clases de activos alternativos. En 2022, las cifras aumentaron hasta situarse en el rango del 43% al 58%.

El activo más habitualmente elegido por los inversores que planean aumentar sus asignaciones alternativas fueron las infraestructuras, elegidas por el 59% de los inversores en la región EMEA. Los inversores indicaron que están utilizando las infraestructuras para toda una serie de soluciones. Las infraestructuras privadas fueron las más elegidas para mitigar el riesgo de inflación y la deuda de infraestructuras fue la primera opción para las asignaciones a crédito alternativo. Además fueron elegidas con mayor frecuencia como la clase de activos que los inversores están priorizando para su estrategia de riesgo climático. Los inversores están recurriendo a las infraestructuras para ayudar a proteger las carteras de la inflación, entre otras necesidades fundamentales como aumentar la rentabilidad y mitigar el riesgo climático, tal y como explicó Perry: «La capacidad de las infraestructuras para desempeñar múltiples funciones es un motor clave del aumento de las asignaciones».

También ha aumentado notablemente el interés por las inversiones en terrenos agrícolas y forestales. El 21% de los inversores institucionales de la región EMEA tiene previsto aumentar sus inversiones en madera y el 18% en tierras de cultivo, lo que supone un aumento significativo con respecto al 2%, en ambos casos, de 2021.

Además,  escala mundial, crece la importancia de la gestión y notificación de riesgos climáticos. La mayoría de los inversores tienen en cuenta el riesgo climático a la hora de tomar decisiones de inversión y un 22% tiene previsto hacerlo. Esta cifra es mayor en EMEA, donde el 90% de los inversores ya tienen en cuenta o prevén tener en cuenta el riesgo climático

«Estas consideraciones pueden traducirse en medidas como invertir en nuevas oportunidades de energía verde, reducir las asignaciones a empresas o sectores con elevadas emisiones de carbono y comprometerse activamente con los equipos directivos para abogar por políticas más respetuosas con el clima», indicó Amy O`Brien, Global Head of Responsible Investing de Nuveen.

En cuanto a los inversores que tienen en cuenta el riesgo climático o planean hacerlo, dos de cada tres afirman que el riesgo climático es a día de hoy un factor más determinante en la gestión del riesgo que hace cinco años y en la región EMEA el porcentaje alcanza el 72%.

A escala mundial, el 44% afirma que informa sobre los riesgos y parámetros climáticos, y el 38% indica que aún está estudiando cómo crear un marco de divulgación. Sólo el 16% dice no informar sobre el riesgo climático a las partes interesadas o a los reguladores, pero esta cifra aumenta significativamente, hasta el 41%, en Estados Unidos.

O`Brien anunció que, aunque la mayoría de los inversores están empezando a desarrollar procedimientos específicos de información sobre el riesgo climático, hay un alto porcentaje que se centra en el riesgo climático, entendiéndolo como fundamental para los objetivos de su cartera «.

Inversiones de impacto alineadas con los objetivos de la Estrategia Climática

En EMEA, el 81% de los inversores tiene en cuenta o prevé tener en cuenta el impacto en el medio ambiente y la sociedad a la hora de tomar decisiones de inversión, un porcentaje ligeramente superior al mundial, que se sitúa en el 74%. De este grupo global de inversores centrados en el impacto, el 61% está de acuerdo en que las inversiones de impacto serán una asignación cada vez más importante para ellos en los próximos años. El 45% afirma que espera obtener la misma rentabilidad de una inversión de impacto que de una inversión tradicional comparable, el 23% no lo espera y el 32% se muestra neutral.

Y es que la inversión de impacto sigue siendo un área nueva para muchos inversores, pero a medida que aumenta el número y la variedad de las inversiones y se amplía el historial, adquiere cada vez más importancia y los inversores están cada vez mejor informados y se sienten más cómodos en este ámbito. O`Brien garantiza: «La asignación a inversiones de impacto es una cuestión tanto de rentabilidad financiera como de credibilidad, y podemos solucionar ambas cosas mediante un cálculo, una transparencia y una información más sólidos y normalizados».

Entre los inversores centrados en el impacto, el 48% alinea el impacto con sus objetivos de estrategia climática, por lo que no sorprende que las principales opciones de inversión de impacto fueran las innovaciones energéticas, con un 69%, y los proyectos de infraestructuras con un 62%. Pero también se seleccionaron las inversiones sociales, ya que el 33% de los inversores manifestaron interés por la vivienda asequible.

Los fondos UCITS y los alternativos sufrieron grandes reembolsos en 2022

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Los fondos UCITS así como los fondos alternativos (AIF, por sus siglas en inglés) en Europa experimentaron reembolsos por parte de los partícipes por un importe de 278.000 millones de euros en 2022, comparado con aportaciones por 888.000 millones de euros en 2021, según los datos publicados recientemente por la Asociación Europea de Fondos y Gestión de Activos (EFAMA, según sis siglas en inglés). Los activos netos de los fondos de inversión europeos cayeron un 12,4%, para situarse por debajo de los 20 billones de euros.

Los UCITS sufrieron salidas por 175.000 millones en 2022. Es el primer año de reembolsos desde 2011. Por categorías, los fondos de renta variable registraron salidas por 72.000 millones de euros, cifra que representa el 1,2% del valor total de los activos de los fondos de bolsa al cierre de 2021. La desaceleración del crecimiento económico provocado por la guerra en Ucrania junto a las subidas de tipos llevadas a cabo por los bancos centrales  perjudicó la confianza de los inversores, llevó a fuertes caídas en los mercados de valores y, en consecuencia, a reembolsos en los fondos de bolsa, según explican desde EFAMA. De todas formas, el organismo puntualiza que teniendo en cuenta el significativo empeoramiento de la situación económica, financiera y geopolítica, estos reembolsos podrían ser vistos como moderados.

Los fondos de renta fija registraron su peor año desde 2008, con salidas por 137.000 millones de euros. Es decir, el 4% del valor de los activos en el arranque del año pasado. Los mayores tipos de interés condujeron a caídas en el valor de la cartera de bonos, mientras que la mientras que la expectativa de que las tasas de interés continuarían aumentando durante algún tiempo disuadió a los inversores durante la mayor parte del año.

Los fondos alternativos sufrieron reembolsos por primera vez en su historia, con desinversiones por 101.000 millones de euros. Este resultado podría explicarse por la decisión tomada por muchos fondos de pensiones de Países Bajos y, en menor medida, de Dinamarca, de dejar de dejar de administrar sus activos bajo la denominación de «fondos alternativos» y, al mismo tiempo, hacer uso de los mandatos de las nuevas reglas prudenciales IFR/IFD.

Entradas en multiactivos, monetarios, ETF y fondos ESG

Los fondos multiactivos fueron los más populares del año en la categoría de fondos UCIT de largo plazo. Atrajeron flujos por 14.000 millones de euros en nueva inversión. La mayor diversificación entre las clases de activos que acogen este tipo de fondos les dieron una ventaja competitiva en un mal año para la renta fija y la renta variable.

A pesar de que 2022 fue un año de desafíos para los fondos monetarios, éstos terminaron el año con entradas de 14.000 millones de euros. Esto es consecuencia directa de las aportaciones récord de octubre por 124.000 millones de euros. En esa época, la crisis del mercado británico (que obligó a una intervención rápida del Banco de Inglaterra) llevó a los fondos de pensiones a vender bonos gubernamentales y a aparcar elevadas cantidades de cash en  vender bonos del gobierno y depositar grandes cantidades de efectivo en fondos monetarios monetarios en libras domiciliados en Irlanda.

Por otro lado, 2022 fue un buen año para los ETF, con entradas de inversión por 85.000 millones, como consecuencia de los bajos costes que conllevan estos productos y por su flexibilidad. Asimismo, la demanda de fondos SFDR bajo el artículo 9 fue robusta. Estos fondos, con un objetivo explícito de sostenibilidad atrajo 26.000 millones de dinero nuevo.

Los riesgos sobre las condiciones de préstamo y las dudas sobre el oro

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La operación de compra de partes de Sillicon Valley Bank por First Citizens Bank, con sede en Carolina del Norte, y en la que la FDIC compartirá las pérdidas sufridas por la cartera de préstamos comerciales del banco californiano (posiblemente 20.000 millones de dólares), parece haber devuelto la calma al sector financiero: los saldos tomados por los bancos en la “ventana de descuento” de la Fed han descendido hasta 88.000 millones desde los 110.000 millones de dólares de la semana pasada. Por su parte, los índices de condiciones financieras no se han tensionado de manera significativa en EE.UU. (aunque sí en Europa) y el índice VIX ha regresado a los niveles previos a la crisis, pero los efectos colaterales pueden tardar algo más en mostrarse con claridad.

Los datos semanales de flujos hacia el mercado monetario se refrescarán el próximo miércoles, pero en base a los actuales, los equipos directivos de los bancos (especialmente de los medianos y pequeños) deberán rascarse el bolsillo para retener los depósitos a costa de penalizar margen. Esta información, que también se actualiza cada 7 días -H.8 de la Fed-, podrá confirmar o desmentir esa aparente tranquilidad, mostrándonos la evolución en saldos depositados en instituciones financieras.

 

De momento, y como vemos en la gráfica, a pesar de la búsqueda de refugio de clientes que abandonan las entidades más en riesgo (caída de 1,9% en depósitos de bancos pequeños, unos 114.000 millones de dólares) para resguardarse en las de mayor solidez (las grandes financieras sumaron en marzo un 1,1%, 65.000 millones de dólares), la tendencia de ambas series es claramente a la baja, alertando de la deceleración en crédito y de márgenes de interés a la baja.

 

Aunque merece la pena monitorear indicadores adicionales de salud en el sector bancario, como la evolución en despidos/contrataciones o el empeoramiento en carteras expuestas al sector de propiedad comercial y oficinas (25% del total de préstamo bancario en EE.UU., mientras que el crédito industrial y residencial suma 43%), todo apunta, a corto plazo, a un incremento sustancial en los costes de fondeo que endurecerán las condiciones de los préstamos, desincentivando la demanda y poniendo presión en los prestatarios con balance más apalancado.

Los datos de confianza publicados a ambos lados del Atlántico no parecen haberse visto demasiado afectados por los problemas de Credit Suisse o Signature Bank. El Zew, el Ifo o la encuesta del Conference Board son muestra de ello. No obstante, la Fed se ha encargado de diferenciar las herramientas dedicadas a evitar un problema de liquidez de las que tradicionalmente usa para llevar a cabo su objetivo, que aún no está conseguido del todo. El miércoles, Philip Lane, del BCE, se expresaba en términos similares y, si la inflación subyacente vuelve a subir el viernes, otros miembros del BCE se subirán al carro.

Los futuros descuentan en EE.UU. una subida de 0,25% en mayo con una probabilidad del 59% en un contexto donde la actividad industrial continúa frenándose. De acuerdo con las encuestas regionales conocidas este mes, el dato de ISM para marzo, que se publicará el próximo 3 de abril, podría sorprender negativamente (47,5 esperado, 47,9 “whisper” y 47,7 en febrero) si el PMI de Chicago queda por debajo del 43 al que apuntan los economistas.

 

El contexto, en el que incluso la resiliencia del consumidor estadounidense será puesta a prueba, acerca la recesión, incrementando la posibilidad de recortes en tipos antes de final de año. Esto es precisamente lo que sugiere la curva 3 meses – 2 años, que históricamente ha correlacionado francamente bien con la evolución de los fed funds. Apuntan en la misma dirección el precio de otros activos tradicionalmente ligados al devenir de la TIR del bono tesoro (acciones financieras o metales industriales vs. metales preciosos, como proxy al dinamismo macro).

 

Aunque mantenemos preferencia por la deuda pública y el grado de inversión, el crédito HY, que ha ampliado 94 puntos básicos en EE.UU. y algo más de 100 puntos básicos en Europa desde el inicio de la crisis bancaria, ofrece un carry lo suficientemente generoso como para compensar la ampliación en diferenciales que produciría una recesión leve. En función a nuestro análisis de escenarios, y asumiendo una tasa de recuperación para el índice de HY de EE.UU. de ~30% y un objetivo de 642 puntos básicos (desde los 530 puntos básicos que implícitamente descontaría una tasa de impago de 6,4%), la rentabilidad total acumulada a cierre del 2023 para el activo seguiría siendo marginalmente positiva, siempre que la TIR del bono tesoro 5 años caiga ligeramente por debajo de 3%. La situación sería similar en el ámbito de la renta fija de alto riesgo europea.

 

La situación no es tan clara para los inversores en oro. El metal precioso ha disfrutado de una fuerte revalorización en anticipación de un inicio prematuro del ciclo de recortes en tipos de interés, que es posible pero no del todo cierto.

Como vemos en la gráfica, la cotización de la onza se ha desligado de la evolución de las tasas reales a 10 años y de la cotización de los TIPs, algo que también evidencia nuestro cálculo de valor teórico, que incorpora hasta 5 inputs más.

 

 

A pesar del rally, las posiciones especulativas en opciones y futuros no han acompañado las subidas, mostrando el escepticismo de los inversores más cortoplacistas.

Adicionalmente, si damos por buenos los pronósticos de Powell en la última actualización del resumen de proyecciones económicas (SEP), el diferencial entre el IPC y el crecimiento real de la economía retrocederá en 2023 y 2024 a medida que la desaceleración alimente la desinflación. Como muestra la gráfica, esta situación no sería suficiente para sostener el reciente buen comportamiento del metal respecto al S&P 500, y el riesgo es a la baja en la medida en que un error de cálculo por el lado de los bancos centrales puede traducirse en una contracción económica más profunda.

El descenso de la producción de oro es un pilar que sostiene la tesis alcista a largo plazo. Las grandes y medianas empresas mineras han recortado su inversión en exploración y, como consecuencia, tanto la cantidad como la calidad de sus reservas se han deteriorado en la última década. Desde 1970, los dos grandes mercados alcistas en el metal precioso han coincidido con caídas multianuales en producción (1970 a 1980 y 2001 a 2009; los volúmenes han caído de forma consecutiva en 2021 y 2022).

No obstante, la foto técnica también recomienda esperar ante el riesgo de consolidación. El precio de la onza ha recuperado la zona de máximos de 2020 y 2022, pero llega justo de gasolina: el RSI está prácticamente en zona de sobrecompra.

Los mercados escenifican el regreso triunfal de la renta fija en 2023

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La fuerte revisión de precios de 2022 y la percepción de que la inflación está a punto de tocar techo-y, por tanto, de que los bancos centrales dejarán de subir los tipos de interés tan agresivamente como el año pasado- están generando el caldo de cultivo perfecto para volver a invertir en renta fija después de un annus horriblis. Las gestoras hablan de oportunidades no vistas en una década para armar una cartera a largo plazo con activos de calidad a un precio razonable.

En el momento de escribir estas líneas(1), hay personas haciendo cola a las puertas del Banco de España y no precisamente para intentar asaltarlo, como en La Casa de Papel, sino para intentar suscribir una orden de compra de letras del Tesoro. Una imagen insólita, dado que los inversores llevaban años sin mostrar interés por esta clase de títulos, tan habituados que estábamos a los tipos negativos y a los estímulos cuantitativos en Europa.

El rápido y agresivo ciclo de subidas de tipos emprendido por la Reserva Federal (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) ha hecho que muchos den ya por enterrada la década del “lower for longer”: “Estamos firmemente convencidos de que este experimento quedará relegado a los libros de texto de las aulas. Gradualmente, más y más inversores se mostrarán incrédulos de que los tipos fueran negativos”, afirma Colin Graham, director de estrategias de inversión multiactivo de Robeco.

Conviviendo con tipos de interés más altos

Ahora, la visión de mayor consenso en el mercado es que los tipos de interés se mantendrán estructuralmente más altos. Alex Rohner, estratega de renta fija en J. Safra Sarasin Sustainable AM (JSS SAM), explica que la inflación va a estar sostenida por tendencias de largo plazo como “la desglobalización, el re-shoring de las cadenas de suministro y el aumento del gasto fiscal para acelerar la transición ecológica”, tendencias que van a mantener también a los mercados laborales “más tensos que en la última década”.

“Los tipos de interés seguirán subiendo o bajando en función del ciclo económico, pero finalmente retomarán su papel como generadores de ingresos para los inversores”, aclara.

Coincide con esta previsión Ana Gil, directora de Inversión de M&G investments. En concreto, la visión de su firma es que, “más allá de 2023, a la Fed podría resultarle más difícil que en el pasado mantener la inflación por debajo del 2%, debido al hecho de que muchas de las fuerzas que mantuvieron la inflación tan baja durante muchos años podrían comenzar a disiparse”. Para Gil, “todo apunta a que la globalización perderá fuerza en adelante, tal como reflejan desarrollos como la repatriación de cadenas de suministro y el mayor uso de aranceles y otras medidas de restricción del comercio”.

Jeff Klingelhofer, co responsable de inversiones de Thornburg IM, explica que “no toda la inflación se crea de la misma manera”, en referencia a sus distintos componentes. Ciñéndose al caso de EE.UU., explica que “la inflación de bienes es particularmente distorsionadora, hace muy difícil que las empresas se puedan planificar”.

En cambio, la inflación de servicios “tiene el potencial para elevar el poder adquisitivo”, por lo que jugar con todas las variables vuelve compleja la actuación de los bancos centrales.

El experto explica que “gran parte de las distorsiones en la cadena de suministro se han aliviado y continuaremos viendo cómo cae la inflación de bienes”, por lo que anticipa que “probablemente entremos en una era de inflación sostenida en el 3%- 4%”.

La conclusión de Klingelhofer es que “nos estamos acercando a la normalidad, pero no esperaría una reversión completa hacia lo normal y, como resultado, creo que los bancos centrales probablemente mantengan el nivel de los tipos de interés durante más tiempo de lo que espera el mercado”.

Puede acceder al artículo completo a través de este link.

(1) Este análisis fue escrito con anterioridad a las turbulencias que se han registrado en las últimas semanas por las dificultades de algunos bancos en EE.UU. y Europa

Los emprendedores de primera generación impulsan el rendimiento superior de las empresas familiares

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Pixabay CC0 Public Domain

En el marco de la Conferencia sobre Inversión en Asia que celebra anualmente, Credit Suisse ha publicado su informe “Family 1000: Family values and value creation”, en el que se recoge que, desde el año 2006, las empresas familiares han generado un rendimiento anual ajustado al sector que supera en 300 puntos básicos al de las empresas no familiares en todas las regiones

Según sus conclusiones, a pesar del gasto más conservador en investigación y desarrollo, los datos también muestran que las empresas familiares pueden transformar una idea innovadora en una propuesta rentable de manera más efectiva que las empresas no familiares. También revela que el rendimiento es mayor en las empresas de la primera generación, lo cual constituye un reflejo de las etapas iniciales del ciclo de desarrollo empresarial y del consiguiente crecimiento superior. 

En 2022, la “calidad” como estilo o factor del mercado de valores se vio afectada en un contexto de subida de los rendimientos de los bonos, con lo que la rentabilidad de las empresas familiares se revirtió bruscamente en alrededor de 700 puntos básicos, ya que su modelo de alto rendimiento es un modelo de “calidad”. Sin embargo, los autores sostienen que el revés sufrido en 2022 no ha hecho sino moderar el excelente rendimiento superior impulsado principalmente por las grandes empresas tecnológicas en 2021, restaurando así el rendimiento relativo a los niveles de las tendencias a más largo plazo. De momento, 2023 parece estar registrando una reanudación de la tendencia alcista a más largo plazo.

Entrada y salida de innovación 

El informe de este año hace especial hincapié en el tema de la innovación en las empresas familiares. El análisis del universo Family 1000 revela que las empresas familiares invierten menos en investigación y desarrollo (I+D) que sus homólogas no familiares. A pesar del menor nivel de gasto en I+D o “entrada de innovación” por parte de las empresas familiares, estas logran generar “resultados de innovación” superiores gracias al mayor capital humano específico de la empresa, que se genera con la permanencia más prolongada de los empleados en sus puestos, un capital social más fuerte y un modelo operativo más eficiente. 

El informe también explora el espacio privado de las empresas fundadoras y recoge un listado con los 100 principales unicornios a escala mundial y su papel en el panorama corporativo. En este sentido, detecta que el número de empresas unicornio se ha quintuplicado desde 2017 a pesar de que el entorno de financiación se ha complicado últimamente. “Se espera que los temas de la sostenibilidad y la descarbonización ejerzan una poderosa influencia en las nuevas empresas emergentes de cara al futuro”, apunta el informe. 

A la luz de estas conclusiones, Nannette Hechler-Fayd’herbe, directora de inversiones para la región EMEA y responsable de Global Head Economics & Research, ha destacado que las empresas familiares integran una parte importante de los universos de capital cotizado en una serie de mercados y entenderlas bien permite comprender mejor las oportunidades de inversión. 

“Según se desvela, el rendimiento del capital de las empresas familiares ha sido sistemáticamente superior al de sus homólogas no familiares entre un 1,5% y un 2,0% en todas las regiones, con una trayectoria constante de mayor creación de valor por parte de las empresas familiares”, ha afirmado Hechler-Fayd’herbe. 

Por su parte, Richard Kersley, director ejecutivo de EMEA Securities Research y responsable de Global Product Management en Credit Suisse, ha añadido: “El estudio de este año sigue revelando el rendimiento superior a largo plazo de las empresas familiares en comparación con las empresas no familiares. Además, también hay datos que apuntan a que las empresas familiares generan una mayor tasa de conversión de la entrada de innovación en resultados de innovación, a pesar de presentar un gasto más conservador en investigación y desarrollo. Mirando al futuro, consideramos que la descarbonización será el hilo conductor en el entorno de empresas unicornio, y su importancia en el futuro irá en aumento”.