Pictet AM lanza un fondo de renta variable global temática centrada en megatendencias

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Pictet AM fondo renta variable global megatendencias
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Pictet Asset Management (Pictet AM) ha anunciado el lanzamiento del fondo Multi Solutions-Pictet Road To Megatrends 2028 II, la segunda edición de una solución de inversión sistemática en renta variable global temática que construye progresivamente su exposición a lo largo de cuatro años. Domiciliado en Luxemburgo, bajo normativa UCITS, de valoración y liquidez diaria y denominado en euros, el nuevo fondo está cogestionado por Rafael Matamoros, Cyril Camilleri y Xavier Aumagy. 

Según explica la gestora, además el Multi Solutions-Pictet Road To Megatrends 2028 II proporciona inicialmente alta exposición a mercados monetarios y renta fija. Desde la entidad destacan que, a lo largo de cuatro años reducirá trimestralmente dicha exposición y la aumentará en renta variable global, hasta llegar al 100 % de la cartera. «De esta manera optimiza los momentos de entrada en los mercados y reduce la volatilidad media», aseguran.

El componente de renta variable se dividirá en 80 % inversiones temáticas basadas en megatendencias -con fuerte enfoque tecnología y medioambiente- y 20% a una estrategia de inversión global en empresas cotizadas de gran capitalización con componente de sostenibilidad que trata de batir a los mercados de renta variable con menor riesgo de caída.

Para Gonzalo Rengifo, director general de Pictet AM en Iberia y Latam, “este fondo está diseñado para facilitar la exposición a renta variable a los inversores menos inclinados a asumir riesgos.  Facilita un plan sistemático de ahorro y mitiga el efecto de ciclo económico. A medio plazo puede generar mayor rentabilidad que las inversiones en depósitos bancarios, mercado monetario o renta fija convencional”.

COP29: una nueva oportunidad para la financiación climática en un momento histórico

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COP29 financiación climática momento histórico
Pixabay CC0 Public DomainReuniones previas al inicio oficial de la COP29.

Hoy comienza en Bakú, capital de Azerbaiyán, la COP29 sobre el cambio climático. Según las gestoras internacionales, estamos ante una nueva oportunidad para volver a poner el foco en la financiación climática, ya que se tendrá que dar seguimiento al primer balance de la acción climática mundial y al llamado a alejarse gradualmente de los combustibles fósiles que se acordó en la COP28 del año pasado. Además, el evento llega en un momento único, después de las elecciones presidenciales de Estados Unidos y mientras el mundo se enfrenta a fenómenos meteorológicos cada vez más extremos, así como a conflictos en Oriente Próximo y Ucrania.

Desde Columbia Threadneedle explican que el objetivo principal es acordar un nuevo objetivo para la financiación de la lucha contra el cambio climático en los países en desarrollo, que sustituya al objetivo de 2009 de aportar 100.000 millones de dólares anuales hasta 2030. Desde que se fijó ese objetivo, las estimaciones de la financiación necesaria se han disparado, sobre todo porque los riesgos climáticos físicos han golpeado más fuerte y más rápido de lo previsto. Las estimaciones varían mucho, pero un análisis del Grupo de Expertos Independientes sobre Financiación Climática sugiere que los países en desarrollo (excluida China) necesitarán alrededor de 2,4 billones de dólares anuales hasta 2030. Estas necesidades financieras cubren el apoyo a la transición hacia energías limpias, la adaptación al cambio climático y la compensación por pérdidas y daños derivados de fenómenos meteorológicos cada vez más extremos

“Los debates sobre este objetivo, el Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado para la Financiación Climática (NCQG), se centrarán no sólo en la escala global de la financiación climática necesaria, sino también en la medida en que debería contribuir el sector privado. Las perspectivas de un aumento significativo de las transferencias de fondos públicos de los países desarrollados a los países en desarrollo parecen difíciles, dadas las actuales condiciones fiscales. El FMI estimó recientemente que la deuda pública mundial superará los 100 billones de dólares por primera vez en la historia a finales de 2024, y muchos países desarrollados se enfrentan a los costes de una frecuencia cada vez mayor de fenómenos meteorológicos extremos dentro de sus propias fronteras, lo que deja aún menos margen para la financiación exterior”, subraya Vicki Bakhshi, directora de Inversión responsable de Columbia Threadneedle Investments.

Para Bakhshi es importante que esta reunión vaya a tener lugar mientras los países ultiman sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), actualizadas en el tercer ciclo quinquenal desde el Acuerdo de París sobre el Clima de 2015. “Estos planes climáticos nacionales, que se presentarán a principios de 2025, ampliarán por primera vez el calendario actual de 2030 hasta 2035. Los representantes debatirán en Bakú tanto el contenido como el nivel de ambición de estos planes. Además de los NDC, por primera vez se exige a los países que presenten Informes Bienales de Transparencia (BTR, por sus siglas en inglés), que realizan un seguimiento de los avances en los compromisos”, destaca el experto Columbia Threadneedle.

Grandes expectativas

Desde AXA IM, tiene grandes expectativas. “En nuestra opinión, es probable que la ambición climática se limite a abogar por una mayor contribución determinada a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés) y avanzar en los objetivos de energía renovable y eficiencia energética para 2030 anunciados en la COP28”, afirma Virginie Derue, jefa de Análisis de Inversión Responsable de AXA IM.

En este sentido señala que, más allá de las mayores ambiciones climáticas, esperamos que la COP29 se centre en el fortalecimiento de la financiación climática. “La promesa de los países desarrollados de movilizar 100.000 millones de dólares anuales para 2020 para apoyar la acción climática en los países en desarrollo no se cumplió hasta 2022, todavía con críticas relacionadas con una alta proporción de préstamos. Se asumió el compromiso de establecer un Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG) para el período posterior a 2025, un punto que la COP29 pretende abordar. Si bien no se ha presentado un número preciso durante las negociaciones, las solicitudes han tendido a rondar la marca de 1 billón de dólares, lo que indica el alto nivel de presión. Esto no debería sorprendernos: los fondos necesarios para la adaptación en los países de ingresos bajos y medios se estiman entre 215.000 y 387.000 millones de dólares al año en esta década, mientras que las necesidades de acción climática más amplias en los países en desarrollo se estiman en casi 6 billones de dólares para 2030.

Para Dereu uno de los aspectos más relevantes es que la presidencia de la COP29 anunció la creación de un Fondo de Acción para la Financiación Climática (CFAF, por sus siglas en inglés), que se capitalizaría con al menos 1.000 millones de dólares en contribuciones voluntarias de países y empresas productoras de combustibles fósiles con el objetivo de catalizar los sectores público y privado en materia de mitigación y adaptación para hacer frente a las consecuencias de los desastres naturales en los países en desarrollo. 

Según explica, las contribuciones voluntarias no alcanzan el gravamen regulatorio sobre los combustibles fósiles que algunos activistas han estado pidiendo, así como las cantidades globales que deben ponerse sobre la mesa.Por lo tanto, es crucial que esas contribuciones voluntarias no sirvan de excusa para posponer continuamente la transición efectiva del abandono de los combustibles fósiles acordada en la COP28. 

“Es poco probable que el polémico tema de un gravamen internacional mínimo sobre los multimillonarios mundiales sea el tema de la financiación climática el próximo mes, pero esperamos que las discusiones continúen entre bastidores. El tema ha atraído la atención de la presidencia brasileña del G20 bajo el liderazgo de Gabriel Zucman, economista francés y profesor asociado de Políticas Públicas y Economía en la Universidad de California. Según Zucman, algunos de los 3.000 multimillonarios del mundo actualmente no pagan ningún impuesto sobre sus ganancias anuales”, afirma la jefa de Análisis de Inversión Responsable de AXA IM.

Según los cálculos publicados, un impuesto mínimo que llevaría sus pagos de impuestos personales al 2% de su riqueza podría generar 214.000 millones de dólares en ingresos gubernamentales anuales a nivel mundial, una cantidad decente en un momento de importantes déficits presupuestarios en todo el mundo. Aun así, incluso si dicho impuesto se materializara, Derue considera que queda por ver si los ingresos podrían destinarse a la adaptación al cambio climático, dada la presión que pesa sobre las finanzas públicas nacionales en todo el mundo.

“Si bien a los más pesimistas les parecerá ingenuo creer que esa cooperación internacional pueda ocurrir, no podemos negar que la cooperación fiscal internacional ha logrado avances significativos en los últimos 15 años, desde el intercambio automático de información bancaria hasta el fin del secreto bancario y un impuesto mínimo para las empresas multinacionales. Sin duda, la COP29 no cambiará las reglas del juego en ese frente, pero esperamos que allane el camino para futuros avances. Ambiciones sin financiación son solo palabras. La COP 29 debe cumplir con la financiación”, concluye desde AXA IM.

Apuesta por la colaboración internacional

Además, durante la COP29, los bancos multilaterales de desarrollo presentarán una cooperación y una cofinanciación reforzadas a nivel nacional y el primer enfoque común para medir los resultados de la acción por el clima. Según adelantan, tienen previsto publicar un informe conjunto sobre el impulso de una economía circular en todo el mundo. En 2023, la financiación en favor del clima por parte de los bancos multilaterales de desarrollo alcanzó la cifra récord de 125 000 millones de dólares, mientras que la financiación privada captada en todo el mundo casi se duplicó con respecto a 2022, hasta alcanzar los 101 000 millones de dólares. Por su parte, el Grupo BEI, que también incluye al Fondo Europeo de Inversiones, anunciará nuevas iniciativas en la COP29, entre las que se incluyen ayudas adicionales para transporte sostenible, reforestación y eficiencia energética para las pequeñas y medianas empresas.

«El cambio climático es el reto de nuestra generación y necesitamos más que nunca un liderazgo mundial para una acción por el clima urgente y ambiciosa. Como brazo financiero de la Unión Europea y uno de los mayores bancos multilaterales de desarrollo del mundo, el Grupo BEI está tomando la iniciativa con soluciones concretas. Nuestras inversiones suministran energía limpia y asequible a los hogares, la industria y los vehículos. Apoyan la biodiversidad y la resiliencia frente al cambio climático. Financiaremos las grandes tecnologías de vanguardia que marcarán la diferencia en la lucha contra el cambio climático. No solo es lo correcto, es también una medida económica inteligente», ha afirmado la presidenta del BEI, Nadia Calviño.

Por su parte, Ambroise Fayolle, vicepresidente del BEI y responsable de acción por el clima y transición justa, ha añadido: «Estamos colaborando estrechamente con la próxima presidencia de la COP29, la Comisión Europea, los gobiernos y otros bancos multilaterales de desarrollo para contribuir a la consecución de unos resultados ambiciosos. Debemos adoptar una perspectiva original y ampliar las soluciones que podemos ofrecer. Esto significa apoyar a los países para que liberen recursos financieros destinados a la acción por el clima, aumentar la financiación y los servicios de asesoramiento para la adaptación al cambio climático y trabajar en soluciones innovadoras con el fin de movilizar capital privado en favor de la acción por el clima».

Las gestoras consideran la sostenibilidad, la regulación y la tecnología ejes clave en la evolución de su negocio

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sostenibilidad regulación tecnología gestoras
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Regulación, sostenibilidad, tecnología o nuevos productos de inversión son algunos de los factores que explican el movimiento de concentración que vive la industria mundial de gestión de activos. Así lo revelan las conclusiones del último estudio del Thinking Ahead Institute (TAI), asociado a WTW, que ha entrevistado a las 500 mayores gestoras de activos del mundo que en conjunto alcanzaron los 128 billones de dólares estadounidenses a finales de 2023. 

Según el documento, la regulación -el 55% experimentó un aumento en el nivel de supervisión regulatoria- y la sostenibilidad son ejes fundamentales en la transformación de su negocio. Por ejemplo, el 66% de las empresas encuestadas reportó un aumento en el interés de los clientes por las inversiones sostenibles, incluyendo el voto, mientras que un 73% incrementó los recursos destinados a tecnología y big data, y el 55% a la ciberseguridad. Además, el 47% aumentó la representación de minorías y mujeres en puestos altos. 

En términos de negocio, la cantidad de ofertas de productos aumentó para el 56% de las empresas encuestadas, mientras que el 27% observó una disminución en los niveles agregados de tarifas de gestión de inversiones, mientras que el 15% experimentó un aumento moderado.

A la hora de apostar por la sostenibilidad, las firmas de inversión consideran que el trabajo empieza por ellas mismas. Esta reflexión ya estaba muy integrada en términos de sostenibilidad medioambiental, pero no tanto en términos de gobernanza. En este sentido, uno de los primeros aspectos en los que las gestoras están trabajando es en la presencia de la mujer en sus compañías y su industria. 

“De las 79 gestoras de activos que aportaron datos sobre la diversidad en la fuerza laboral, un promedio del 24% de los puestos de alta dirección son ocupados por mujeres, quienes representan el 41% de la fuerza laboral total. Las mujeres y los grupos minoritarios aún tienen una representación relativamente baja en los puestos de alta dirección, a pesar de un ligero aumento desde 2022”, señala el informe. 

La apuesta medioambiental

Si nos centramos solo en los aspectos medioambientales, observamos que el compromiso hacia las cero emisiones en 2050 ha sido asumido por gran parte de la industria. “Un compromiso de net zero es la promesa de una empresa, país u organización de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero al punto en que la cantidad emitida se equilibre con la cantidad removida de la atmósfera. El objetivo es alcanzar «net zero» de emisiones de carbono para un año objetivo específico, lo que significa que cualquier emisión producida se compensa con acciones como captura de carbono, reforestación o la compra de créditos de carbono, resultando en ningún aumento neto de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Esta es una estrategia clave para combatir el cambio climático y limitar el aumento de la temperatura global”, explica el informe. 

En este sentido, el compromiso de las gestoras de activos depende de la región. Por ejemplo, aunque la región de las Américas tiene la menor proporción de empresas con compromisos de «net zero», posee la mayor participación de activos. Considerando solo aquellas empresas con objetivos de «net zero» para sus carteras, los activos comprometidos son del 18%, 13% y 3% en EMEA, las Américas y APAC, respectivamente.

Además, hay que tener en cuenta, según explica el documento que las regulaciones específicas por país en España (90%), Países Bajos (82%), Reino Unido (80%), Suiza (80%), Francia (79%) y Alemania (77%) impulsan una alta tasa de adopción. Otros destacados son Japón (90%) y Australia (71%), ambos con compromisos de «net zero» para 2050 respaldados por políticas y estrategias, en lugar de mandatos legalmente vinculantes.

El uso de la IA

Por último, el informe realiza un breve balance sobre la integración de la inteligencia artificial (IA). Según la encuesta, esta mejora la toma de decisiones, aumenta la eficiencia, resuelve problemas complejos y ofrece escalabilidad. De hecho, a medida que la tecnología de IA continúa avanzando, su papel en la transformación de industrias se volverá aún más crucial.

Esta visión se refleja en la respuesta de los encuestados: el 64% de las empresas clasificadas de Japón y Corea del Sur invierten en IA, mientras que el 82% y el 72% de las empresas clasificadas de India y Japón utilizan IA. Además, aproximadamente la mitad de las empresas que utilizan inteligencia artificial lo hacen en su proceso de inversión (20% en general).

Transformación económica y el riesgo de Trump: las “nueces” tras el ruido político en Alemania

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Impacto económico de la transformación y el riesgo Trump
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Mientras un nuevo cambio político pone el foco en EE.UU., en Europa el protagonismo se lo lleva la inestabilidad desatada en Alemania tras la ruptura del gobierno de coalición por discrepancias en la forma de abordar el debilitamiento económico, con posibles elecciones anticipadas. 

Según los analistas de Banca March, han aflorado las divisiones entre los tres partidos que componen el Ejecutivo: el Partido Socialdemócrata (SPD), Los Verdes y el Partido Liberal (FDP). “Las dos primeras fuerzas políticas abogan por la suspensión de las normas fiscales estrictas que limitan el incremento de deuda, para poder aumentar el gasto público e impulsar así una industria en apuros. En este sentido, el canciller Scholz (SPD) ha cesado al ministro de Finanzas (FDP) por oponerse a relajar la política fiscal, junto a los demás ministros liberales –de Justicia, Educación y Transporte–”, explican. 

Para estos expertos, el canciller no tiene la potestad de convocar elecciones anticipadas, pero existe un mecanismo conocido como “moción de confianza”. “De este modo, el parlamento votaría el 15 de enero si mantiene su apoyo al canciller. En caso afirmativo, el Gobierno continuaría con la dupla del SPD junto a Los Verdes. Sin embargo, Scholz no cuenta con alcanzar la mayoría en la votación, lo que implicaría solicitar al presidente de Alemania que disuelva el parlamento. Desde entonces, las elecciones anticipadas tendrían que celebrarse en los 60 días siguientes hasta mediados de marzo”, añaden.

Tras la cuestión política

Si despejamos este ruido político, Stefan Hofrichter, director de Economía y Estrategia Global de Allianz GI, considera que Alemania necesita una reorientación estructural. “Durante años, este país y sus empresas han dependido de los bajos costes energéticos, de China como mercado de exportación y de EE.UU. como garante de seguridad. Sin embargo, la situación actual ha cambiado: Rusia ya no es una fuente segura de energía, China enfrenta dificultades económicas y se ha convertido en competidor en varios sectores industriales, especialmente en el automovilístico, y el gasto en defensa requiere un incremento considerable. Todo esto afecta las perspectivas de crecimiento”, explica Hofrichter.

El economista de Allianz GI va un paso más allá y apunta que el país necesita una transformación clara de su economía. “Hace poco más de 20 años, el país logró una reestructuración exitosa con la «Agenda 2010». Entonces conocida como el ‘enfermo de Europa’, Alemania se transformó en líder exportador mundial. Hoy, además, contamos con una ventaja significativa: la deuda pública es baja, lo que permite margen para financiar estímulos al sector privado”, añade. 

En el frente fiscal, los expertos ven probable que Alemania se enfrente a nuevas demandas estadounidenses de un mayor gasto militar en los próximos años, incluso con un gasto en defensa por encima del objetivo de la OTAN del 2% del PIB, respaldado por el fondo especial de 100.000 millones de euros creado en 2022.

“Sin embargo, el gasto adicional en defensa será difícil de acomodar a pesar del espacio fiscal de Alemania, con déficits fiscales previstos de una media del 1,2% del PIB en los próximos años y una ratio de deuda que se espera que caiga por debajo del 60% en 2029. Esto refleja la falta de flexibilidad presupuestaria de Alemania debido a las disposiciones sobre el freno de la deuda. La necesidad de mayores inversiones públicas, para defensa, pero también para la transición ecológica, podría dar lugar a nuevos debates sobre reformas del freno de la deuda, el posible uso de fondos extrapresupuestarios o el traslado de al menos parte del gasto al ámbito europeo”, señala Eiko Sievert, analista del sector público y soberano de Scope Ratings.

El impacto de Trump 2.0

En su opinión, “el país necesita un Gobierno estable y orientado a las reformas para responder al impacto de los posibles cambios políticos del nuevo presidente electo en EE.UU., Donald Trump, que afectarán a las políticas comerciales, fiscales y de defensa de Alemania. En este sentido, Sievert explica que se prevé que Estados Unidos, el segundo socio comercial de Alemania después de China (A/Estable) y el mayor destino individual de sus exportaciones, imponga aranceles de importación más elevados, lo que supondría un revés significativo para la economía alemana, dependiente de las exportaciones.

Casi el 10% de las exportaciones alemanas se destinó a EE.UU. en 2023, la cuota más alta en más de 20 años. Al mismo tiempo, la cuota de exportaciones a China cayó de un máximo histórico del 8% en 2020 al 6% en 2023, lo que refleja en parte el aumento de la competitividad del sector manufacturero chino, en particular del sector de la automoción”, comenta Sievert.

El experto advierte de que Alemania también sigue dependiendo en gran medida de las importaciones procedentes de China, que representaron el 11,5% de las importaciones totales en 2023. “El aumento del proteccionismo mundial y el creciente riesgo de una guerra comercial entre Estados Unidos y China pondrán a prueba la resistencia de las cadenas de suministro alemanas en los próximos años”, afirma el experto de Scope Ratings.

Impacto en los activos

Desde DWS esperan que la reacción del mercado sea limitada, aunque podría suponer cierto viento de cola para la renta variable y un ligero viento en contra para la renta fija. Según el experto de Allianz, la situación de la renta variable alemana refleja algunos de los desafíos estructurales de la economía del país, tales como: alta presión fiscal (en comparación con los estándares internacionales); burocracia (aunque, aparte de EE.UU., esto afecta también a muchos países del G7); elevados costes energéticos (especialmente en comparación con EE.UU. y China, aunque los precios en Alemania han vuelto a niveles previos a la guerra de Ucrania y se alinean con la media europea); escasez de mano de obra cualificada (también vinculada a barreras burocráticas); e insuficiencia en la inversión, tanto pública como privada.

En este sentido considera que la renta variable alemana, al igual que la europea, no presenta un nivel elevado de valoración. “En un horizonte de diez años, esperamos rendimientos alineados con la media a largo plazo, a pesar del crecimiento moderado de los beneficios. Por su parte, la deuda pública alemana sigue siendo el pilar central de la deuda pública en euros”, comenta Hofrichter.

Sobre los rendimientos del Bund alemán, desde DWS señalan que han seguido una tendencia a la baja desde principios de verano, influidos por la caída de las cifras de inflación y la debilidad de los datos económicos. Sin embargo, desde principios de octubre, no han podido escapar a la subida de los rendimientos del Tesoro estadounidense. 

“Es probable que los principales impulsores de los rendimientos de los bonos alemanes sigan siendo las perspectivas económicas, la evolución de la inflación y, a corto plazo, el ritmo de los recortes de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE). Creemos que es poco probable que la perspectiva de un cambio de gobierno impulse al alza los rendimientos, ya que podría esperarse un gasto adicional. En los próximos 12 meses, seguimos esperando que los rendimientos de la deuda pública alemana disminuyan y que la curva de rendimientos se incline ligeramente”, concluyen desde DWS.

iCapital consolida sus operaciones de asesoramiento estratégico para clientes de Latinoamérica

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Foto cedidaÓscar Juesas, socio fundador en iCapital AF, y Nicolás San Román, responsable de asesoramiento financiero y patrimonial para Latinoamérica.

Los inversionistas latinoamericanos descubrieron hace poco menos de dos años que España era el destino ideal para sus inversiones en Europa. Una serie de coincidencias que van desde el lenguaje hasta la cultura hizo que voltearan sus ojos a este país, incluso como para ser considerado como la puerta de entrada al resto del continente, y también a mercados financieros maduros que les proporcionan rentabilidad y seguridad. Así, inversionistas de diferentes nacionalidades en la región como ecuatorianos, colombianos, brasileños, chilenos, venezolanos y desde luego mexicanos, se dieron cuenta que la ciudad de Madrid, España, se ha vuelto un hub de inversiones que atrae a muchos latinoamericanos.

iCapital, empresa española líder en el mercado y especialista en asesoramiento patrimonial basado en el entendimiento y la gestión del riesgo, entendió lo que buscaban los inversionistas latinoamericanos y su estrategia ha sido la de posicionarse en la región. “Nuestra misión fundamental es ayudar a fundaciones y familias en todo el asesoramiento financiero y patrimonial”, dice Óscar Juesas, socio fundador en iCapital. “La empresa se dedica al asesoramiento estratégico, táctico y operativo para familias y fundaciones con dos puntos fundamentales: no tener conflicto de interés y la excelencia”, asegura.

Si bien iCapital no cuenta con oficinas físicas en Latinoamérica, sí está presente por medio de sus especialistas, quienes viajan casi de manera permanente a los países donde viven sus clientes; México es el mercado con mayor potencial, aunque en este momento no es donde más clientes tiene, pero la etapa de crecimiento apenas inicia.

iCapital atiende a perfiles altos de inversionistas en cuanto a poder adquisitivo, sólo presta sus servicios a grandes familias ya que unicamente de esa manera sus estrategas pueden explotar todo su expertise; actualmente atienden a alrededor de 150 familias de reconocido prestigio, españolas y latinoamericanas, con 3.500 millones de dólares en activos gestionados.

Historia de éxito que pretenden replicar en Latinoamérica

Funds Society platicó en la Ciudad de México con Óscar Juesas Ramada, socio fundador en Grupo iCapital, y Nicolás San Román, líder de asesoramiento financiero y patrimonial para Latinoamérica, sobre la estrategia de la empresa hacia el mercado de la región y sus objetivos.

Juesas explica por ejemplo qué es lo que sucede con los clientes mexicanos; “el cliente mexicano que va a Madrid y está posicionado, nos declara que tiene necesidades de inversión, evidentemente nosotros respondemos a esas necesidades y muchas veces para entender la globalidad de su patrimonio tenemos que acercarnos a México , nos sentamos con ellos, analizamos de manera estratégica sus inversiones y les ayudamos en la gestión de sus recursos”, dijo.

“Los clientes mexicanos se sienten como en su casa en España, y en general todos los latinoamericanos, les encanta pasear, muchos de ellos tienen a sus hijos estudiando allá y el intercambio es constante; cuando ellos lo solicitan entonces nosotros nos presentamos en México o en el país que sea, para asesorarlos”, dijo.

La asesoría es integral, ya que en iCapital no hay improvisaciones, por ejemplo sus expertos conocen la diversidad de herramientas y tratados internacionales relacionados con la fiscalidad, para proteger los activos; los latinoamericanos también los conocen, por lo tanto se genera una colaboración mutua desde la base de la empresa en Madrid, aunque de ser necesario, los especialistas de la empresa acompañan a sus clientes a destinos como Miami o Suiza, para ayudarlos a gestionar sus recursos.

Una empresa con ilusiones

“El nacimiento de iCapital fue ilusionante y hasta la fecha trabajamos con esa filosofía, cuando tenemos clientes como los mexicanos para nosotros nos hace mucha ilusión conocer una cultura hermana y aprender de ellos”, dijo Juesas.

iCapital nace en el año 2006, sus tres socios trabajaban en una entidad financiera y en un momento dado se percataron que no podían transmitir sus conocimientos de una manera adecuada ya que al final la entidad financiera para la que laboraban y el propio cliente tenían intereses muy diferentes, contrapuestos. Es así como nace iCapital, una empresa de asesoramiento que como otras en el mundo está libre de todo tipo de conflicto de intereses.

Hoy iCapital es una empresa de éxito, se dedica al asesoramiento estratégico, táctico y operativo para familias y fundaciones, con dos factores fundamentales: no tener conflicto de interés y selectividad. La empresa cuenta con clientes españoles y latinoamericanos, además de otras nacionalidades como alemanes y británicos, que viven en España, ya que la empresa todavía no va a esos países.

Multifamily office sin conflicto de intereses

Al operar como multifamily office la clave para eso es no tener conflictos de interés, Óscar Juesas explica cómo se puede llegar a tal punto. “¿Cómo no tienes conflicto de interés”, no lo tienes cuando no cuentas con depositaria propia ya que el cliente puede tener su dinero donde quiera, no cuentas con producto propio y por lo tanto nosotros podemos asesorar a nuestro cliente con cualquier producto que esté en el mercado, nosotros además no tenemos activos en los distintos países, no tenemos créditos en ninguna entidad, eso crea ciertos conflictos de interés que hace fundamental para las familias tener o un family office o un multifamily office». »

Nosotros muchas veces valoramos más lo que no tenemos, alardeamos de lo que no tenemos (bróker, depositaría, producto propio) que lo que tenemos; pero sí tenemos nuestro asesoramiento», añade.

iCapital cuenta con 72 empleados, que solo atienden a grandes familias porque son donde pueden poner en práctica mucho mejor su expertise; actualmente trabajan con alrededor de 150 familias de conocido prestigio, españolas y latinoamericanas también, así como algunas europeas, para lo cual manejan alrededor de 3,5 billones de dólares (en inglés), de activos.

Cuando los socios ven la necesidad de desarrollar el negocio latinoamericano, se crea un equipo para la región, que llevaba trabajando muchos años en sitios como Miami o Panamá, por señalar algunos, para ofrecer servicios a latinoamericanos, eso ha permitido que los expertos de iCapital conozcan las diferentes leyes tributarias, así como las herramientas legítimas para evitar la doble imposición y proteger los activos. Entonces además de la asesoría propia, iCapital trabaja con todos los bancos en Estados Unidos, España, Suiza y Luxemburgo, para apoyar a las familias además de las inversiones en aspectos como la sucesión familiar y el efecto fiscal que pueda tener.

El perfil actual de sus clientes es variado, en España cuentan con clientes que apenas con 36 años han logrado acumular fortunas, aunque todavía lo normal es que sean personas mayores o más maduras. Para iCapital si bien el perfil del cliente como inversionista es importante, sus estilos de inversión tienen que ver con otras filosofías. “Empresa es igual a riesgo, patrimonio es igual a preservación del capital menos rentabilidad; un principio fundamental para nosotros a la hora de asesorar a nuestros clientes consiste en que la inversión no debe competir, nuestra rentabilidad puede variar pero jamás va a competir con la misma empresa», explican los expertos.

«Es cierto que el perfil de un patrimonio debe ser conservador, pero conservador no significa no ganar dinero sino incrementar el capital con los años evitando en la medida de lo posible riesgos excesivos», señala Nicolás San Román. Los perfiles se van sofisticando, ser conservador no significa tampoco invertir siempre en lo mismo sino tener distintos activos para diversas gestiones de inversiones y proteger el capital.

Tanto Óscar Juesas como Nicolás San Román están convencidos que llegaron a Latinoamérica para quedarse, el origen español de la empresa coincide plenamente con la región, de frente esperan muchos años de trabajo y asesoramiento estratégico para sus clientes latinoamericanos y las siguientes generaciones.

Los flujos de inversión continuarán dando soporte al dólar

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Los flujos de inversión y el dólar
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Finalmente, a lo que asistimos fue a una “avalancha roja”. A la espera de concretar una posible ligera mayoría en la Cámara de Representantes, Donald Trump obtuvo el martes una victoria sin paliativos sobre Kamala Harris (295 electores frente a 226), tanto en el voto popular (con un inusual 51%), como en el electoral. Esto fue posible gracias a su éxito en los estados más afectados por la crisis en el sector industrial (Michigan, Pensilvania y Wisconsin) y en las familias más castigadas por el auge de la inflación.

La respuesta en los mercados, como cabía esperar, fue efervescente y casi calcada a la que experimentamos en 2016, aunque en un contexto bastante diferente. En un entorno como el actual, marcado por la incertidumbre macroeconómica y geopolítica, el simple hecho de eliminar la inquietud que planteaban estas elecciones presidenciales será favorable, al menos hasta la investidura, el próximo 20 de enero, tanto para el sentimiento inversor como para la confianza de los hogares y la actividad empresarial.

La extensión de la TCJA de 2017, que beneficia a la economía de las familias; una hipotética rebaja en la tasa impositiva para las empresas (aunque probablemente no hasta el 15%); la disminución de la presión regulatoria (que favorece, sobre todo, a la industria bancaria y a los equipos y servicios del sector petrolífero); y el impulso en crecimiento nominal que deberían traer consigo las propuestas del flamante nuevo presidente de Estados Unidos se saldaron con la subida más importante en años para el Dow Jones, incrementos en los precios de más del 10% para los bancos, de más del 4% para el sector industrial, y con un alza del 14,75% para Tesla, que proporcionó a Elon Musk los primeros réditos de su apuesta de 130 millones de dólares por Trump.

De aquí a final de año, los analistas procederán a ajustar el efecto de los recortes de impuestos y la desregulación en los beneficios por acción de sus empresas. Si Trump redujera la tasa del impuesto corporativo del 21% al 15%, las empresas del S&P 500 tendrían un ahorro fiscal considerable, que, de acuerdo con nuestros cálculos, se acercaría a los 110.000 millones de dólares.

Esta cifra, basada en datos de beneficios netos de 2023, representa un impulso de +6%. El ahorro fiscal podría traducirse en mayores ganancias netas (BPA), un mayor flujo de caja disponible para inversiones y, sobre todo, como ya sucedió entre 2017 y 2020, en recompra de acciones o en dividendos más jugosos para los accionistas. Además, una mayor inversión facilitaría la recuperación en las encuestas regionales.

 

Mientras tanto, el crecimiento de la economía se mantiene por encima de su potencial de largo plazo. Se da por hecho que la tendencia hacia la desinflación continúa (según la encuesta entre gestores de fondos de BofA, el mercado no se muestra preocupado por una mayor probabilidad de aterrizaje brusco), y la victoria electoral de Trump refuerza los argumentos de quienes desestiman el escenario de ralentización.

Además, no prestarán demasiada atención, de aquí a final de 2024, a los datos del mercado laboral, ya que los consideran contaminados por las huelgas y varios huracanes. Los grandes bancos centrales (salvo el japonés) continúan relajando sus respectivas políticas monetarias. La Fed incluida, a pesar de las dudas que pueda generar el liderazgo de Trump en materia fiscal, preocupaciones que surgirán más adelante.

China, por su parte, probablemente anuncie pronto un paquete de estímulos que podría sorprender. Y, como guinda de este pastel, los últimos ~1,5 meses del año suelen ser un período estacionalmente favorable para la renta variable. La valoración es muy exigente, pero…

Adicionalmente, la temporada de resultados del tercer trimestre estuvo lejos de ser perfecta. Aunque las sorpresas positivas vinieron, en muchos casos, por la contención en el gasto y la compra y cancelación de acciones propias, los resultados tampoco fueron peores de lo que se esperaba. La agregación de precios objetivo para empresas del S&P coloca al índice en 6.415 a doce meses, por encima del pronóstico de 5.875 que manejan los estrategas.

La amenaza que supone el endurecimiento de sanciones y aranceles al comercio internacional (hasta un 60% en el caso de China y un 10%-20% de manera universal, con el evidente riesgo de represalias por parte de los países más afectados) desencadenó la tormenta perfecta en el mercado de divisas (el peso mexicano, por ejemplo, cayó un 2,4%). Además disparó la cotización del dólar y está ejerciendo una presión bajista sobre el precio de la deuda pública emitida por economías emergentes.

 

Bloomberg estima que, si efectivamente Trump cumple con el esquema del 60%-20% en cuanto a aranceles, el impacto sobre el PIB de Estados Unidos estaría entre un -0,8% y un -1,3%, dependiendo de si solo China o todos los países afectados por esta iniciativa deciden impulsar contramedidas. El proteccionismo que caracteriza su agenda política de “América Primero”, y que el mercado interpretó adecuadamente, queda de manifiesto en la rentabilidad relativa del S&P 500 respecto a las bolsas EAFE (Europa, Asia y Oriente Medio) o en la del índice dólar DXY.

Aunque la nueva administración persiga un dólar más débil, Trump se encontrará con los mismos obstáculos que ya enfrentó Ronald Reagan en 1980. La inercia que caracteriza al dólar, la rentabilidad en los mercados financieros estadounidenses, que actúa como imán para los flujos de inversión extranjera, o el riesgo de una combinación de laxitud en política fiscal y menor generosidad monetaria por parte de la Fed son factores favorables para el billete verde.

 

La falta de concreción respecto a sus planes fiscales ofrece un abanico de posibilidades tan amplio que impide hacer asunciones creíbles. El Comité para un Presupuesto Responsable estimó, el mes pasado, que los planes de Trump aumentarían la deuda, en promedio, en 7,75 billones de dólares. Aunque el rango de resultados es demasiado abultado (con un mínimo de 1,65 billones de dólares y un máximo de 15,55 billones), el hecho de que los republicanos puedan acabar haciéndose con el control de la Cámara de Representantes sesga el pronóstico al alza.

La Oficina Presupuestaria del Congreso preveía en junio que los déficits estructurales elevarían la deuda a unos 48 billones de dólares hasta finales de 2034, y que el costo neto de los pagos de intereses, que ya es el más alto desde 1996 (3,06% del PIB), podría alcanzar el 6% en 2054. Este nivel obligaría a recortar prestaciones sociales y sanitarias, así como inversiones en obra pública. Sin embargo, aún no sería catastrófico. Adicionalmente, con un crecimiento nominal de entre un 4,5% y un 5% y la TIR del bono en un 4,43%, la situación es todavía manejable.

El mercado de deuda pública ya ha descontado gran parte de todo esto. Esto es evidente si comparamos el movimiento en la TIR con la evolución del precio del barril de crudo o si observamos el cálculo teórico de la prima por plazo: la caída en el precio del T-Bond no refleja las expectativas de ese aumento en el crecimiento nominal del que hablábamos, sino más bien una preocupación creciente respecto a la situación de balance de Estados Unidos.

 

Según el Comité, los planes de Trump llevarían la relación deuda/PIB desde el 99% hasta el 142% en 2035. Aunque es cierto que la trayectoria es insostenible, el deterioro sería, en todo caso, muy progresivo. Además, si el presidente cumple todo lo prometido, ese 9,6% al que aumentaría el déficit en los próximos 10 años probablemente termine siendo bastante menor.

La rentabilidad del T-Bond podría subir algo más, pero existe valor a estos niveles. Es poco probable que se produzca una tormenta de ventas como la que sucedió en el Reino Unido con Liz Truss. En primer lugar, porque el dólar continúa siendo la moneda de referencia para el comercio internacional, mientras que la libra esterlina ha venido perdiendo relevancia desde el Brexit.

Por otro lado, aunque aproximadamente un tercio de la deuda pública de Estados Unidos está en manos de extranjeros, el déficit estructural de cuenta corriente demuestra que el modelo de prestar a los estadounidenses para que continúen adquiriendo productos extranjeros probablemente no se rompa en el corto plazo. Como explicamos más arriba, el dólar se ha fortalecido: con los diferenciales en mínimos y la bolsa en máximos, los flujos de inversión continuarán dándole soporte.

Banco BPM lanza una OPA de unos 1.600 millones de euros por la gestora Anima Holdings

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Banco BPM lanza OPA por Anima Holdings
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Banco BPM, el tercer mayor banco de Italia, ha anunciado una oferta pública de adquisición (OPA) a través de su filial aseguradora Banco BPM Vita para hacerse con la totalidad del capital que aún no controla de la gestora de activos Anima Holdings, en la que cuenta con una participación del 22,38%, que rondaría los 1.600 millones de euros, según informaba ayer Europa Press.

La propuesta de adquisición, que tiene por objeto excluir a Anima de la cotización en Euronext Milán, contempla el pago en efectivo de 6,20 euros por cada acción de Anima, lo que representa una prima del 8% respecto del precio marcado al cierre de la sesión de ayer.

La oferta está condicionada a la obtención por parte de Banco BPM Vita de una participación que represente al menos el 66,67% del capital social de Anima, así como la confirmación de la posibilidad de que el Banco BPM pueda aplicar a la operación el llamado ‘compromiso danés’, que permite a los bancos aplicar una ponderación de riesgo muy baja a las inversiones en seguros.

La entidad surgida en 2016 de la fusión entre Banco Popolare y Banca Popolare di Milano (BPM) ha destacado que la integración de Anima dará lugar a la creación de «un nuevo campeón nacional», segundo entre los grupos bancarios italianos, con activos totales de seguros de vida y gestión de activos por aproximadamente 220.000 millones de euros y activos financieros de clientes de unos 390.000 millones de euros.

Asimismo, la entidad calcula que el cierre de la operación supondrá una mejora significativa de la rentabilidad, con un aumento del beneficio por acción de alrededor del 10% y un aumento del RoTE desde el objetivo previsto del 13,5% hasta más del 17% en 2026, mientras que la absorción de capital será limitada, con una reducción del Ratio CET1 de unos 30 puntos básicos.

La Fed, sin prisa y cauta ante Trump, evita dar pistas de cara al futuro

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La Fed cautelosa ante la situación política de Trump
Foto cedida El presidente Powell responde a las preguntas de los periodistas en la conferencia de prensa del FOMC el 20 de septiembre de 2023.

Ayer quedó comprobado que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) no tiene prisa. Tal y como apuntaban todas las previsiones, el FOMC redujo los tipos 25 puntos básicos hasta situarlos  entre el 4,50%y el 4,75%, pese haber iniciado este ciclo de recortes con 50 puntos básicos. Según apuntan las firmas de inversión, esta última decisión de la Fed, unida al rápido resultado de las elecciones estadounidenses, introduce una mezcla de claridad e incertidumbre respecto a las futuras orientaciones económicas y políticas en Estados Unidos.

El FOMC modificó el lenguaje para añadir cierto grado de cautela en lo que respecta a la futura senda de la política monetaria. El presidente Powell indicó que, por ahora, las elecciones no tendrán ningún impacto en las perspectivas, pero si se observa la agenda política propuesta, 2025 puede ser una historia diferente”, destaca Salman Ahmed, responsable global de Macro y Asignación Estratégica de activos en Fidelity International.

Para Jean Boivin, responsable del BlackRock Investment Institute, lo más interesante de la conferencia de prensa de la Fed fue lo que faltó. “Powell reiteró el enfoque de reunión por reunión del organismo, afirmando que el destino de las tasas de política, y el ritmo de recortes para llegar allí, aún no se ha decidido. Evadió preguntas sobre el impacto económico de la posible agenda de políticas del presidente electo Donald Trump, indicando que esperaría a ver acciones políticas concretas. No hizo comentarios sobre las condiciones financieras, que aún son relativamente laxas después de uno de los ciclos de subidas más bruscos en la historia de la Fed. Y señaló que la inflación ha disminuido mucho sin ‘el tipo de aumento brusco del desempleo que a menudo acompaña a los programas de desinflación’, pero no ofreció explicación para ello”, comenta Boivin.

Por último, lo que Mahmood Pradhan, Head of Global Macro Economics de Amundi Investment Institute, destaca de la reunión de ayer es el grado de cautela que Powel ha introducido. Según argumenta, “la Fed señaló a unas perspectivas económicas más inciertas y a una inflación que se mantiene elevada. Junto con un probable cambio en la dirección de la política bajo la nueva administración, esperamos un ritmo más incierto y moderado de relajación monetaria el próximo año”.

Luces y sombras

Para Martin van Vliet, Investment Strategist de Robeco, con este movimiento, queda claro que «dado que las condiciones del mercado laboral se han relajado en general», la última recalibración de la política monetaria está principalmente orientada a prevenir riesgos para lograr el objetivo de la Fed de máximo empleo. 

En su opinión, es también destacable que se eliminó la referencia a un «mayor» progreso en la inflación, y se reiteró que la inflación [subyacente] «se mantiene algo elevada». “Tras este recorte, la política monetaria aún se considera restrictiva, y la Fed parece decidida a reducir el grado de restricción. Dado que Powell sugirió que una desaceleración de los recortes sería apropiada una vez que nos acerquemos a niveles de tasas de política que sean neutrales o cercanos a neutrales, creemos que un recorte adicional de 25 puntos básicos en diciembre es más probable que no suceda”, afirma Vliet.

Desde Janus Henderson reconocen que siempre ha sido probable que la Fed señalara una vuelta a recortes más modestos de 25 puntos básicos, “ya que trata de equilibrar la resistencia de la economía estadounidense y sus consumidores con un mercado laboral que se está enfriando gradualmente, pero que se mantiene a flote”, apunta Kareena Moledina, responsable de Gestión de carteras de clientes de renta fija (EMEA)  y Renta fija ESG de Janus Henderson

Según la experta, no podemos olvidar que la Fed siempre puede responder con una mayor relajación si se produce un repunte del desempleo o una debilidad económica significativa. En concreto a Modelina le preocupa el fantasma de la inflación: “Puede ser prematuro reclamar la supremacía en la batalla contra la inflación. Asumir que la inflación está en el retrovisor entraña un riesgo. Creemos que la Fed se mantendrá firme a la hora de asegurar que la inflación se ha desplomado realmente. Mientras la inflación sigue cayendo, el banco central estadounidense ha vuelto a recortar los tipos de interés, reduciendo el tipo de la Fed en 25 puntos básicos. Ahora se valora un ritmo más razonable de relajación, con los mercados alineados con la Fed”.

La sombra de Trump

Este miedo se ha acrecentado tras la victoria de Trump, ya que, según argumenta Moledina, podrían producirse posibles presiones inflacionistas derivadas de las políticas favorables al crecimiento y los aranceles prometidas por Trump. “El déficit fiscal estadounidense podría dispararse aún más con las políticas favorables al crecimiento de Trump, mientras que los aranceles podrían desembocar en una guerra comercial que crearía perturbaciones en la oferta y vientos en contra temporales para la inflación”, afirma.

Sin duda, cuando se le preguntó directamente sobre el resultado de las elecciones y las posibles implicaciones políticas, Powell se mostró diplomático, diciendo que no adivinan ni especulan sobre los resultados, pero reconociendo que esos resultados -una vez conocidos- podrían afectar a sus decisiones políticas.

Según recuerda Christian Scherrmann, Economista Jefe de EE.UU. para DWS, en 2016, los banqueros centrales sí debatieron el impacto de posibles cambios en la política comercial en su reunión posterior a las elecciones, según la transcripción publicada. “Desde esa perspectiva, es razonable suponer que quizás otros factores también estén entrando hoy en el pensamiento de los banqueros centrales. Sin duda, estas consideraciones implican una gran incertidumbre, ya que el calendario y la magnitud de los posibles cambios en la política comercial y fiscal siguen siendo desconocidos en este momento. Pero, en cualquier caso, esto no debería ser motivo de preocupación a muy corto plazo”, apunta Scherrmann.

Desde AllianceBernstein, el economista Eric Winograd, destaca que “Powell dijo que a corto plazo los posibles cambios de política relacionados con las elecciones no tendrán ningún impacto en la política de la Fed. ‘No adivinamos, no especulamos y no suponemos’, lo que significa que hasta que los cambios de política sean claros, no hay nada a lo que la Fed pueda responder. A medio plazo, si se producen cambios significativos en la política que afectarán a las previsiones de la Fed, esos cambios se tendrían en cuenta en ese momento”.

En este sentido, otro de los debates sobre el regreso de Trump a la Casa Blanca es qué pasará con el mandato de Powell que expira en mayo de 2026. “A preguntas de los periodistas, Powell negó la posibilidad de una dimisión anticipada. Asegurar la independencia de la Fed es crítico para la estabilidad de los mercados, y dado que el presidente no puede, legalmente, forzar cambio alguno, parece que eso al menos está garantizado unos meses más. Trump propondrá, eso sí, al siguiente presidente, algo que podría inquietar a los mercados, pero que no debería suceder antes de finales del 2025”, destaca David Macià, director de Inversiones y Estrategia de Mercados de Creand Asset Management en Andorra.

Previsión para diciembre

Sobre cuál será el siguiente paso, la mayoría de las firmas de inversión ven probable que la Fed realice un nuevo recorte de 25 puntos básicos, pero son cautas porque la institución monetaria haya dado pistas sobre ello. Según reconocen desde Fidelity International, para diciembre la condicionalidad de los datos se elevó un escalón, ya que Powell se alejó de cualquier orientación sobre el ritmo y el tamaño. “En conjunto, creemos que diciembre está muy cerca y que es probable que los tipos finales toquen fondo a un nivel más alto de lo previsto, dado el margen para una política fiscal reflacionista el año que viene. De hecho, si vuelve el impulso de la reflación y la inflación impulsada por la política arancelaria, es posible que haya que plantear subidas”, afirma Ahmed.

Por su parte, Gilles Moëc, economista jefe de AXA IM, reconoce que un recorte de 25 puntos básicos en diciembre sigue siendo probablemente la “pendiente natural” de la Fed, pero su nivel de confianza es menor después de esta conferencia de prensa. “No haría falta mucho en los próximos datos de inflación y empleo para poner en pausa al FOMC. En cualquier caso, si el FOMC recorta en diciembre, esperamos una pausa en enero y bajo nuestro escenario central para la implementación de las políticas de Trump, creemos que la Fed se detendrá en el 4,25% en marzo. Esto, por supuesto, podría generar una discrepancia con la Administración republicana entrante, dejando al FOMC abierto a acusaciones de parcialidad después de su recorte de 50 puntos básicos de septiembre. Sin embargo, parece que Jay Powell se está preparando para la pelea”, afirma Moëc. 

Con todo este contexto, James McCann, economista jefe adjunto de abrdn,ve probable que la Fed trate de mantener abiertas sus opciones, señalando que las medidas políticas dependerán en gran medida de los datos y que el banco central no tiene un rumbo preestablecido. “Este fue un mensaje que se transmitió claramente tras la reunión del FOMC, que sigue señalando la incertidumbre en torno a las perspectivas y la necesidad de que la Fed vigile una amplia gama de información entrante”, concluye McCann.

Hacia un levantamiento del cepo: la incógnita de Argentina

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El futuro de la economía argentina tras el cepo
Foto cedidaJuan Salerno, partner y jefe de Inversiones para Argentina de Compass Group

El pasado mes de agosto, durante una conferencia de inversores montevideanos, Juan Salerno, partner y jefe de Inversiones para Argentina de Compass Group, anunciaba la necesidad de un levantamiento rápido, quizá para fines de este año o principios del que viene, de los controles cambiarios que ponen un corsé a la economía de Argentina.

La noticia merecía un examen más detallado porque, finalmente, la salida del cepo es la salida de 20 años de fracasos de la economía política del país. Lo que está en juego es un verdadero cambio de régimen en la potencia sudamericana. De momento, el giro radical es la llegada a la presidencia de Javier Milei, pero está por ver cómo termina este “experimento”.

Tanto el gobierno argentino como los expertos coinciden en que no se dan las condiciones para que, en este agosto de 2024, se retiren los controles cambiarios que rigen desde 2011. Juan Salerno piensa lo mismo y, básicamente, ofrece los mismos argumentos que los demás: falta de reservas, riesgo país todavía muy alto, stocks en pesos en exceso en la economía e inflación todavía alta…

Pero un ruido de fondo ha empezado a escucharse en Argentina y el socio de Compass lo baja a tierra, con todas las precauciones y reservas del caso: el cepo se podría levantar rápido, dice Salerno, pero no totalmente.

“Actualmente no veo un levantamiento al 100% de las regulaciones. Pero un sendero que podría ser recomendable es que el gobierno levante poco a poco no sólo restricciones para el tipo de cambio oficial sino también para lo que sucede con el tipo de cambio libre. Y esto es conveniente para los flujos comerciales, lo que tiene que ver con importaciones, exportaciones y pagos de servicios, pero fundamental para los planes de inversión de jugadores externos que han estado afectados por las restricciones para girar dividendos o pagar sus deudas”, explica Salerno.

De darse algunas condiciones el gobierno tendría una ventana a comienzos del 2025 año electoral porque de otro modo la salida quedaría probablemente a posteriori del proceso electoral. A partir de finales de este año y el inicio de 2025 los cambios deberían llegar no tanto en función de los sectores como de los tipos de flujos monetarios que puedan alimentar la economía.

“Argentina tiene que levantar este año todas las restricciones que afectan a los sectores económicos pujantes: el sector agropecuario, energía (petróleo y gas). Dar la vuelta la matriz exportadora”

“Si bien no están dadas las condiciones para un levantamiento total de los controles de cambio, no es indispensable que Argentina tenga niveles de reservas netas millonarias, el país puede acumular reservas de manera gradual. Tampoco es necesario que haya un riesgo país a 700 puntos, con que baje de 1.500 a 1.000 y continúe en esa senda también se pueden dar condiciones para que el gobierno empiece a eliminar restricciones”, dice Salerno.

Con mucha pericia, el gobierno argentino podría empezar a diferenciar los stocks (de deuda, de pagos atrasados, etc…) de los nuevos flujos: “Por ejemplo, todavía hay importaciones pendientes de pago, a pesar de que el gobierno trató de regularizarlo con la emisión de bonos para que las compañías pudieran comprar y vender para regularizar esos pagos. Así, ese stock se fue normalizando, pero todavía queda un remanente. Hoy todavía existe la calendarización de las importaciones y se pagan por tramos. Respecto de los dividendos, se podría flexibilizar los pagos venideros e ir trabajando sobre los stocks. Entonces, de esa manera se va atacando primero el flujo y se va trabajando poco a poco el   stock. Adicionalmente podría allanarse el camino si gobierno avanza con la renegociación del acuerdo con el FMI, que podría derivar en otros préstamos puente con países o multilaterales, y junto a un buen resultado de la amnistía fiscal, alivianarían las necesidades financieras de corto plazo”.

Entonces, levantamiento de los controles para algunos flujos, pero no para la economía en general. El principal temor para ir manejando el asunto gradualmente es que los jugadores del mercado se adelanten a las decisiones y la desregulación quede con sabor a poco. En el caso de hacerlo de un día para el otro, podría convertirse en un salto al vacío sin amortiguadores, por ende, un esquema intermedio y no por ello menos audaz podría ser una salida conveniente. Es clave manejar la comunicación y la narrativa de este proceso.

Los argentinos tienen ahorros externos (declarados o no) en más de un PBI (más de 400 millones de dólares) y Argentina es una economía poco monetizada por su historia inflacionaria, por ende, de tener los fundamentales alineados y los incentivos, la salida puede darse de manera rápida y con efectos positivos para la economía.

Si hay dólares, se podría entonces pensar que sacar el cepo no tendría mayores consecuencias, pero la respuesta es no, porque existe todavía una relevante masa de deuda en pesos y una inflación, que está en descenso, pero todavía se mantiene alta. Lo cierto es que el actual gobierno ha tratado de ocuparse de los pasivos remunerados del banco central (con éxito) pero también, en contrapartida, emitió deuda en moneda local (que todavía en parte está en manos de privados). Entonces, un levantamiento de un día para el otro de los controles cambiarios significaría el riesgo de que esos pesos corran contra reservas. Tener un tipo de cambio ultra alto tampoco sería la solución, por ello el gobierno aspira a que la inflación continúe convergiendo a la baja, para que la quita de controles no produzca otro impacto en los precios.

Lo cierto es que la nueva administración ha aumentado la deuda en moneda local, aunque haya saneado la deuda que tenía el Banco Central, que por ende requiere que el Tesoro continúe con su superávit financiero para que esa deuda sea manejable.

Puente de la mujer, Buenos Aires

Salerno piensa que con el levantamiento de las restricciones cambiarias habría que elevar las tasas de interés en términos reales, para no incentivar una corrida hacia el dólar. El pilar de toda esa maniobra sería la confianza y el equilibrio fiscal.

“Para Argentina sería conveniente levantar a fines de este año o principios del que viene las restricciones cambiarias que afectan a todos los sectores económicos, pero principalmente a los que pueden marcar una salida rápida de la recesión como el sector agropecuario, energía (petróleo y gas). Existen proyectos relevantes que pueden dar la vuelta la matriz exportadora. Entonces, tiene que llevar a cabo una desregulación manteniendo el apoyo popular, no es una jugada fácil… “, dice el experto.

El pez se muerde la cola, y a largo plazo el equilibrio fiscal depende de que la economía crezca. “Si los fundamentales de la economía están ordenados y, por ejemplo, el gobierno tiene superávit fiscal, no debería haber un riesgo de corrida”, piensa Salerno.

El presidente Javier Milei ha prometido bajar los impuestos y ha empezado a dar pasos hacia una reforma fiscal. Pero sin gasto público ni recaudación, ¿de dónde vendrían los recursos? La pregunta equivale a preguntarse cuál es el “Nuevo Régimen” que busca el gobierno.

En un mundo ideal, sería un estado reducido, un país con baja presión impositiva, una regulación que no entorpezca el funcionamiento de la sociedad, ningún control cambiario y facilidades para la inversión tanto nacional como extranjera. Semejante cambio de régimen no parece factible a corto plazo, pero se están sembrando las condiciones para que exista este escenario de largo. Según Salerno, sin equilibrios macro y apoyo político y social en el proceso resultaría difícil.

“Argentina necesita un cambio sociocultural después de 20 años de fracasos económicos consecutivos. La elección de Javier Milei responde a la búsqueda de otra vía, en medio de una frustración y degradación general del país. Hemos tenido un ajuste fiscal muy fuerte que Mauricio Macri (presidente de 2015 a 2019) no se atrevió a hacer de entrada por temor a perder apoyo social. La administración Milei lo ha llevado adelante y por ahora los sondeos muestran que sigue teniendo apoyo. Argentina tiene hoy otro tipo de gobierno, es claramente un experimento y, por ahora, la población le quiere dar una oportunidad”, señala el analista.

¿Es Javier Milei la encarnación del “Nuevo Régimen” que busca Argentina?

Lo que parece claro es que mientras exista el “cepo” nadie sabrá lo que vale realmente la economía argentina en el mundo y el país seguirá sometido a enormes distorsiones que pesan no sólo sobre su población, sino sobre todo el desarrollo de Latinoamérica. Acosados por la inflación y las crisis tanto políticas como económicas, tanto Brasil como México y Chile encontraron un camino hacia la estabilidad manteniendo la soberanía monetaria. La historia de Argentina está en curso.

Peso chileno: nacido en dictadura, sostenido por la institucionalidad

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Historia del peso chileno y su sostenibilidad
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La historia del último cambio de moneda que vivió Chile, como tantas otras a lo largo de América Latina, tiene la hiperinflación como telón de fondo. En las casi cinco décadas que han pasado desde entonces, la divisa ha logrado mantener su solidez, pese a los frecuentes episodios de turbulencia de los últimos años.

El fin del reino del escudo, la anterior moneda del país andino, llegó en un contexto de crisis económica. La inflación alcanzó su punto álgido, con datos de tres dígitos nunca antes vistos, durante el gobierno de Salvador Allende, que terminó con el golpe de Estado de 1973 que sumió a Chile en una dictadura militar de 17 años.

Unas de las reformas que implementó el régimen de Augusto Pinochet, en el golpe de timón con el que redirigió el grueso de la economía chilena, fue la instalación de una nueva moneda. “A partir del 29 de septiembre de 1975, la unidad monetaria de Chile será el ‘peso’ cuyo valor y poder liberatorio será igual a unos mil escudos de la moneda en actual circulación. Su símbolo será la letra S sobrepuesta con una o dos líneas verticales y se antepondrá a su expresión numérica”. Esa fue su presentación formal, en decreto de ley 1.123 del Ministerio de Hacienda.

El cambio de moneda no fue pacífico. La inflación siguió hirviendo y, una vez que se liberó el tipo de cambio, el dólar empezó a escalar frente al recién instalado peso. Un hito clave, con la crisis económica idiosincrática que azotó al país austral a partir de 1982, la peor que había vivido desde los años 30, se dio luego de que las turbulencias económicas de los primeros años de la dictadura llevaron a la intervención de distintos bancos en el país austral entre noviembre de 1981 y enero de 1983. En ese contexto, el gobierno decidió devaluar la divisa en un 18%.

Siguiendo el ritmo de los altos y bajos de la economía local, el peso chileno pasó un buen puñado de años depreciándose. A veces paulatinamente, a veces con menos gentileza. El precio fijo determinado –de 39 pesos por dólar– se hizo insostenible en 1982. Hacia delante, el peso se fue devaluando, pasando la barrera de los 100 pesos por dólar en 1984, según cifras del Banco Central de Chile (BCCh).

Siguiendo el ritmo de los altos y bajos de la economía local, el peso chileno pasó un buen puñado de años depreciándose. A veces paulatinamente, a veces con menos gentileza. El precio fijo determinado –de 39 pesos por dólar– se hizo insostenible en 1982

En medio de ese período, el régimen que dio luz al peso llegó a su fin tras el plebiscito de 1988, que determinó la transición hacia la democracia y dio paso al gobierno de Patricio Aylwin, que se extendió entre 1990 y 1994. Ese período se caracterizó por un crecimiento económico relativamente fuerte y como el inicio del fenómeno llamado por algunos como “el milagro chileno”.

Cifras del Banco Mundial ubican la expansión anual del PIB en 7,3% para 1988, saltando a 9,9% el año siguiente y marcando un máximo de 11,2% en 1992. Descontando la contracción de 1999 –mientras el país lidiaba con los coletazos internacionales de la crisis asiática–, los años 90 oscilaron entre el 4% y 5%, sin embargo, el peso se seguía depreciando, aunque más paulatinamente. A inicios de octubre de 1988, el mes del plebiscito, la paridad cambiaria se ubicaba en torno a 245 pesos por dólar; al cierre de 1990, ya se ubicaba sobre los 330 pesos.

Desde ese punto, siguió subiendo a lo largo de los años hasta un peak sobre los 750 pesos entre finales de 2002 y principios de 2003. Luego, vino un período de recuperación para la divisa andina, con el dólar bajando gradualmente hasta los 440 pesos en el primer trimestre de 2004.

Un presente sacudido

La siguiente década fue de relativa estabilidad, con el tipo de cambio transitando entre los 450 y los 700 pesos hasta que la volatilidad se encendió nuevamente a finales de 2019, cuando se iniciaron las protestas contra el alza del costo de vida en octubre de ese año. Este fenómeno, conocido como el “estallido social”, llevó al dólar por primera vez sobre los 800 pesos, gatillando una intervención por parte del Banco Central, entre diciembre de 2020 y enero de 2021. En esa ocasión, se vendieron 2.550 millones de dólares en spot, además de distintos programas de liquidez.

Desde ese punto, el peso ha tenido distintos episodios de desvalorización. Las condiciones globales adversas de la pandemia de COVID-19 y los eventos geopolíticos, sumado a la incertidumbre política en el país –incluyendo dos proyectos fallidos de nueva constitución, de distinto color político–, llevaron al tipo de cambio a superar los 1.000 pesos por primera vez en la historia, en julio de 2022.

Imagen de la junta militar que gobernaba en 1975

En ese momento, llegó una segunda intervención cambiaria, que se extendió hasta finales de septiembre de ese año. En esa ocasión, el BCCh enajenó 6.150 millones de dólares en el mercado spot.

Más recientemente, los nubarrones en el mercado cambiario local se han visto apoyados por un desajuste entre la política monetaria del país y el resto del mundo. El BCCh inició en julio del año pasado una ambiciosa campaña de normalización monetaria, inaugurada con un recorte de 100 puntos base de la Tasa de Política Monetaria (TPM).

Recientemente –y en parte por la volatilidad que le inyectó al tipo de cambio–, el ente rector ha ido moderando la bajada de los tipos de interés, pero suma una caída de más cinco puntos porcentuales, pasando de 11,25% a 5,75% en doce meses. Esto, comentan en la plaza local, ha ayudado a mantener la paridad sobre los 900 pesos por dólar, donde seguía al momento de escribir este artículo.

Pese a los episodios de volatilidad a lo largo de los años –olvidados en las décadas más recientes, pero incrustados firmemente en la historia económica del país–, el peso ha logrado mantener su credibilidad como una moneda consolidada. Y la clave, según destacan economistas, viene de la institucionalidad que refleja.

Una materia de instituciones

¿Qué ha permitido que el peso chileno subsista por casi 50 años? Economistas de la plaza santiaguina apuntan a la consolidación institucional como un ingrediente clave.

“Probablemente uno de los elementos que caracteriza a la evolución del peso chileno y el desarrollo de su economía y su mercado de capitales, tiene que ver con las instituciones”, comenta Sergio Lehmann, economista jefe de Bci, en entrevista con Funds Society. En el caso chileno, esta institucionalidad es algo que se ha ido reforzando a lo largo de los años.

Desde Fynsa, el economista jefe Nathan Pincheira concuerda con el diagnóstico. Dos períodos en particular, indica, representaron hitos de solidez para la divisa: la crisis bancaria de 1982 y la crisis asiática de 1998. En el caso de la primera, explica el profesional, la turbulencia trajo consigo una serie de reformas enfocadas en el mercado. “Eso llevó a que, en la década de los 90, sumado al retorno de la democracia y las altas tasas de crecimiento, el peso se consolidara como una moneda relativamente estable”, señala.

A finales de los 90, la crisis llevó a la consolidación de algunos procesos institucionales a inicios de los 2000. “Eso sentó las bases principales para que hoy, independiente de los movimientos de los últimos años, tenga la estabilidad relativa frente a otras monedas en Latinoamérica”, acota. Una institución en particular ha jugado un rol fundamental en esta historia: el Banco Central de Chile. Para Lehmemann, la señal de una institucionalidad sólida es un ente rector de corte autónomo, técnico e independiente porque, “al final, la moneda está muy ligada con la institución del propio banco central” del país que la emite.

El economista también enfatiza en que el BCCh adquirió su autonomía relativamente temprano –en 1989, específicamente–, pero que incluso antes “había consciencia de que era necesario ir implementando una política monetaria responsable, que no generara desequilibrios o presiones que provocaran mayor inestabilidad”.

Los factores fiscales también son algo que ha apoyado el afianzamiento del peso en el país austral. Pincheira, de Fynsa, destaca la incorporación de una meta de balance estructural de la evaluación del presupuesto, lo que sentó una regla para el gasto público, mientras que Lehmann enfatiza en que las monedas actúan como “termómetros” para medir la visión del mercado de una economía. Y un ingrediente relevante de esto es el manejo de las finanzas nacionales.

Un tercer pilar, para el economista de Bci, es la institucionalidad del regulador financiero. Este pilar también es sólido, señala, perfeccionándose con la creación de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF). Esta entidad reemplazó a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) y la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) a partir de diciembre de 2017.