Renta fija multisectorial: cinco gráficos para empezar 2024
| Por Cecilia Prieto | 0 Comentarios

Después de tres años de obstáculos, como una inflación elevada y las subidas de los tipos de interés, creemos que el mercado de renta fija estadounidense se encuentra bien posicionado de cara a 2024. Ahora que la Reserva Federal (Fed) parece haber terminado de subir los tipos y la inflación subyacente tiende a descender, creemos que las0 perspectivas de la renta fija estadounidense parecen positivas. En nuestra opinión, los inversores pueden cosechar ahora los beneficios de unas rentabilidades iniciales más altas, con un bajo riesgo de que los tipos suban (y los precios de los bonos bajen) más a partir de ahora.
Los siguientes gráficos muestran cinco consideraciones esenciales para los inversores en renta fija de cara al nuevo año.
Gráfico 1. Tras el contundente ciclo de subidas de tipos de la Fed, la renta fija estadounidense ofrece ahora los rendimientos más atractivos desde antes de la crisis financiera mundial. No solo los rendimientos nominales son más altos, sino que los bonos no han estado tan baratos con respecto a la renta variable desde hace más de dos décadas.
Como muestra el gráfico 1, el índice S&P 500® no ofrece actualmente remuneración adicional a los inversores por asumir el riesgo de la renta variable en relación con la renta fija. Creemos que esta situación dice menos sobre las condiciones de los mercados de renta variable que del valor de la renta fija.
En nuestra opinión, se trata de una evolución positiva: los inversores con aversión al riesgo que buscan rentas no necesitan asumir un riesgo adicional para satisfacer sus necesidades de rentabilidad. Recomendamos a los inversores que aprovechen este buen punto de entrada para llevar sus asignaciones a la renta fija hasta la ponderación de referencia, o hasta la sobreponderación, dependiendo su situación individual y su tolerancia al riesgo.
Gráfico 2. Los rendimientos reales de los bonos son reales. Durante gran parte de la década que siguió a la crisis financiera mundial, los inversores podían aducir argumentos en contra de una sobreponderación a la renta fija debido a que los rendimientos reales (rendimientos nominales menos la inflación) estaban cerca o por debajo de cero. Pero la combinación de unos tipos de interés más altos y la caída de la inflación ha cambiado el panorama.
Los bonos del Tesoro superan ahora cómodamente el obstáculo de la inflación y ofrecen a los inversores rendimientos por encima de la inflación comparables a los de 2006-2007. Además, los sectores con diferenciales de crédito ―es decir, los bonos que pagan un rendimiento adicional por encima del tipo del Tesoro― como la deuda corporativa y los activos titulizados, están ofreciendo rendimientos reales incluso más altos, lo que supone una ventaja adicional para los inversores.
Gráfico 3. La vapuleada duración está de vuelta. Los activos de larga duración se han enfrentado a duros obstáculos desde que la Fed empezó a subir los tipos de interés hace casi dos años. A medida que los tipos han ido subiendo, los precios de los bonos de larga duración (con mayor riesgo de tipos de interés) han caído más que los bonos de baja duración.
Tras sufrir pérdidas en sus carteras de bonos core, muchos inversores se pasaron al efectivo, o a los mercados monetarios, para protegerse de la subida de los tipos. Pero ahora que nos encontramos al final del ciclo de subidas, los inversores deben tener cuidado con una duración demasiado corta conforme avanzamos hacia la siguiente fase del ciclo económico.
Como vemos en el gráfico 3, tras la última subida de tipos de los seis últimos ciclos de subidas, los bonos de duración superaron a los mercados monetarios. Bajo nuestro punto de vista, si los tipos en niveles altos durante más tiempo provoca una desaceleración económica, con un ajuste a la baja de los mercados de renta variable, los inversores se beneficiarían del contrapeso de la revalorización de los bonos.
Gráfico 4. La caída de la inflación puede ser buena para las correlaciones entre acciones y bonos. Una razón fundamental para poseer renta fija es su correlación históricamente baja con la renta variable. Como se muestra en el gráfico 4, la correlación a 3 años entre el índice S&P 500 y el Tesoro estadounidense a 10 años ha sido mayoritariamente positiva cuando la inflación subyacente media a 3 años supera el 3%. En los últimos doce meses, la renta fija se ha movido en gran medida en la misma dirección que la renta variable y, por tanto, las asignaciones de renta fija no han amortiguado la volatilidad general de la cartera como esperarían los inversores.
No obstante, la correlación negativa ha vuelto habitualmente cuando la inflación subyacente media a tres años ha caído por debajo del 3%. A medida que la inflación siga cayendo y la Fed siga comprometida con su objetivo del 2%, pensamos que las correlaciones pueden volver a ser negativas, con el correspondiente retorno de las ventajas de diversificación de poseer bonos junto con acciones.
Gráfico 5. Las valoraciones del sector de titulizaciones parecen atractivas. Aunque los rendimientos han subido de forma generalizada, es importante recordar que los rendimientos de los bonos se componen de dos elementos: el rendimiento de la deuda pública sin riesgo más un rendimiento adicional ―o diferencial de crédito― que se paga a los inversores para compensarles por el mayor riesgo del valor.
Es importante evaluar las valoraciones de los diferenciales sectoriales en relación con sus niveles históricos, así como en relación con otros sectores, para determinar qué sectores parecen baratos en términos relativos.
Como se ve en el gráfico 5, los diferenciales de crédito titulizado se sitúan muy por encima de sus medias de 10 años, mientras que la deuda corporativa investment grade presenta precios menos atractivos. Si equiparamos estos niveles de precios al riesgo de recesión, los sectores de titulizaciones ya están descontando un cierto nivel de recesión, mientras que la deuda corporativa investment grade descuentan un aterrizaje suave. En nuestra opinión, esta divergencia en los diferenciales de crédito ha creado la oportunidad de obtener mayores rentabilidades ajustadas al riesgo en los sectores de titulizaciones.
Cuando los inversores miren hacia 2024, será importante recordar que en el punto en el que nos encontramos hoy en los mercados de renta fija es muy diferente a donde hemos estado en los dos años anteriores. Bajo nuestro punto de vista, los obstáculos se han disipado y los mercados de renta fija se han ajustado a un régimen de tipos de interés más altos. Con los rendimientos atractivos disponibles, el fin del ciclo de subidas de la Fed, la caída de la inflación y unos diferenciales de crédito históricamente amplios en los sectores de titulizaciones, prevemos unas altas rentabilidades nominales y reales en la renta fija multisectorial en 2024.
Tribuno de opinión de John Lloyd, gestor de carteras de Janus Henderson Investors.