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PenSam selecciona a S&P Dow Jones Indices para crear un índice centrado en objetivos climáticos

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S&P Dow Jones Indices (S&P DJI), proveedor de índices del mundo, ha anunciado que ha sido seleccionado por PenSam, uno de los mayores proveedores de pensiones para el mercado laboral de Dinamarca, con el fin de desarrollar un índice personalizado y centrado en objetivos climáticos para su uso exclusivo. 

PenSam está usando las funciones de beS&P, el recientemente lanzado marco de diseño de índices de S&P DJI, que le permite colaborar con S&P DJI para desarrollar soluciones basadas en índices para su cartera de clientes. Según explican, mediante beS&P, tanto los clientes de S&P DJI como los de PenSam pueden acceder a la profunda experiencia y conocimiento de S&P DJI, en el diseño y construcción de índices así como en el desarrollo de metodologías, al tiempo que incorporan un enfoque orientado al cliente para exclusiones propias y exposiciones más específicas en un determinado índice, las cuales se adecuan a los objetivos y necesidades específicos de los clientes. 

S&P DJI y PenSam están trabajando en crear una versión personalizada de uno de los índices de presupuesto de carbono de S&P DJI. Esta familia de índices lanzada en 2022 utiliza un nivel definido de presupuesto de carbono que se basa en las conclusiones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas sobre las emisiones mundiales, con el fin de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5ºC en comparación con los niveles preindustriales. 

“S&P DJI cuenta con una sólida oferta de productos ambientales, sociales y de gobernanza, especialmente en lo que respecta a índices climáticos. S&P DJI ha logrado responder a todas nuestras necesidades específicas con un alto grado de personalización. Los índices de presupuesto de carbono, junto con la personalización, permiten a PenSam alcanzar sus objetivos climáticos de forma convincente. Las capacidades de inversión basada en índices de S&P DJI, junto con sus datos ESG mediante S&P Global Sustainable1, han sido una plataforma excelente para desarrollar una estrategia de renta variable centrada tanto en el rendimiento como en los objetivos climáticos”, ha afirmado Claus Jørgensen, director de Inversiones de PenSam

Por su parte, Jaspreet Duhra, Directora General y Directora Mundial de Índices de Sostenibilidad de S&P DJI, ha añadido: “Los países nórdicos, como Dinamarca, son vistos desde hace tiempo como líderes en el desarrollo de herramientas y métodos innovadores para promover la sostenibilidad en todos los ámbitos de la sociedad, incluidos los mercados financieros. S&P Dow Jones Indices se enorgullece de ofrecer sus servicios de índices a medida en el mercado danés a través de su colaboración con PenSam”.

China encara el Año del Dragón con un mercado bajista y vientos en contra que lastran su atractivo

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China ha celebrado su año nuevo, el Año del Dragón, a la espera de nuevos estímulos para revertir la tendencia bajista en sus mercados. Según las gestoras, el sentimiento en torno a la economía china ha sido abrumadoramente bajista debido a los persistentes vientos en contra, como la fragilidad del sector inmobiliario, la geopolítica, la demografía y la deuda. 

De hecho, las bolsas chinas son las que peor comportamiento han tenido este año, acumulando más de tres años de caídas. “Esta situación, que precede al inicio de las vacaciones de fin de año, ha llevado a las autoridades chinas a exigir mayores medidas de apoyo a la economía y el mercado bursátil. Lo que decidan tendrá implicaciones de gran alcance para las economías y los mercados bursátiles mundiales, de Australia a Alemania, y para los bienes de lujo y los automóviles, dependientes de la segunda economía mundial”, apunta Ben Laidler, estratega de mercados globales de eToro.

Según explica Mali Chivakul, economista de mercados emergentes en J. Safra Sarasin Sustainable AM, aunque el ajuste en el sector inmobiliario continuará, las valoraciones gravemente deprimidas del mercado de valores y el creciente compromiso de las autoridades de proporcionar apoyo al mercado financiero podrían conducir a una mejora del sentimiento y a una recuperación a corto plazo. 

Columbia Threadneedle Investments considera que los fundamentos económicos seguirán siendo probablemente el principal motor de la evolución de la renta variable china a largo plazo. En su último análisis apunta que “la deflación sigue siendo un problema acuciante, que exige a las autoridades actuar con cautela en la delicada tarea de desactivar la burbuja inmobiliaria sin un estímulo excesivo”. Por eso sostiene que los responsables políticos están reestructurando activamente la economía para alejarla de la dependencia del sector inmobiliario y orientarla hacia la fabricación avanzada, apoyándose en medidas fiscales para mantener un crecimiento aceptable.

Es improbable que esas medidas resuelvan los problemas estructurales que lastran el mercado de renta variable, a saber, la falta de apalancamiento operativo y el descenso de la rentabilidad. Así pues, es poco probable que el atractivo a corto plazo se traduzca en una rentabilidad superior a largo plazo”, añade Chivakul. En su opinión, para que la renta variable china obtenga mejores resultados en los próximos años, se necesitaría una de las dos cosas, o ambas: que el crecimiento del PIB chino se mantenga en los niveles actuales o se acelere o que mejore la rentabilidad del sector privado.

Sobre este apoyo público, los analistas de Banca March recuerdan que el regulador chino ya ha anunciado nuevas medidas. “Entre otras, la posibilidad de nuevas disposiciones para frenar una caída de las acciones, incluyendo más restricciones para las ventas en corto, y la promesa del fondo soberano de inversión de aumentar aún más las tenencias de fondos cotizados en bolsa. El presidente del país, Xi Jinping, podría tener acceso a una situación más detallada de los mercados en breve, lo que hace pensar a los inversores en que esta vez las medidas podrán tener un mayor impacto”, indican. 

Por último, las firmas de inversión coinciden en que la persistente incertidumbre política en el frente regulador sigue pesando sobre el ánimo general de los inversores. A lo que se suma la incertidumbre sobre las tensiones geopolíticas entre EE.UU. y China tras las elecciones presidenciales estadounidenses de este año. 

No pasarse de pesimista

Pese a los retos a los que se enfrenta el gigante asiático, las firmas de inversión no se muestran excesivamente pesimistas. Desde Eurizon sostienen que China tiene un enorme potencial para lograr un crecimiento económico desmesurado si Pekín ofreciera mayores facilidades a su sector privado. “Gran parte de los comentarios extranjeros sugieren que la difícil situación económica a la que se enfrenta el país asiático refleja su incapacidad para crecer. No obstante, nosotros consideramos que se trata más bien de una cuestión interna, de si cree realmente en la maximización de la prosperidad general de la nación como objetivo primordial y de si el gobierno confía en que se pueda permitir al sector privado ser el principal propulsor de dicho crecimiento”, explica Stephen Li Jen, CEO de Eurizon SLJ Capital

Las previsiones sobre el crecimiento del país no son tan negativas. “Nuestra previsión de referencia es que el crecimiento anual del PIB se ralentice hasta el 4,5%-5% en 2024, desde el 5,2% de 2023. Esperamos medidas de estímulo favorables, pero no agresivas. La política fiscal será el principal motor, con un mayor déficit presupuestario financiado con bonos de la administración central y local. Esto debería compensar la reducción de los ingresos procedentes de la venta de terrenos y el menor endeudamiento de las administraciones locales”, señalan desde PIMCO. 

Según el análisis que en Amundi Investment Institute, la cuestión no es si el crecimiento se ralentizará aún más, sino si China puede navegar hacia un futuro sostenible. “Aparte del sector inmobiliario, el incesante crecimiento de la deuda y la insuficiencia de las inversiones, son motivos para generar futuras fuentes de crecimiento. La productividad se sitúa en el centro del nuevo modelo de crecimiento, con una renovada atención a la tecnología y la transición energética. Sin embargo, Pekín necesita mitigar el dolor de la transición y revigorizar las reformas”, argumentan. 

Oportunidades de inversión

Para Redmond Wong, jefe de estrategia de China en Saxo Bank, navegar por las tumultuosas aguas del mercado de renta variable chino plantea retos similares a mirar a través del cristal oscuro y considera que en el intrincado escenario económico del gigante asiático “puede resultar ventajoso mantenerse ágil y flexible”. Opina que los operadores a corto plazo pueden encontrar oportunidades en medio de la volatilidad; que las acciones de las empresas estatales centrales y los valores de gran capitalización del índice CSI 300 y del MSCI China A50 Connect tenderán a beneficiarse de las compras del “Equipo Nacional” (grupo de fondos de inversión controlados por el gobierno y encargados de estabilizar el mercado); y que los inversores a largo plazo pueden esperar señales más claras de la Tercera Sesión Plenaria. Wong incide en que “el análisis y la acumulación de posiciones en sectores que se benefician de los vientos de cola industriales de China, como la tecnología y la fabricación avanzada, siguen siendo estratégicas; y piensa que sectores como la energía y los metales verdes, respaldados por temas duraderos como la seguridad energética y la transformación ecológica, presentan oportunidades en medio de la incierta senda de recuperación del país”.

Por su parte, desde Amundi sostienen que el cambio hacia un modelo de crecimiento más sostenible presenta oportunidades a largo plazo en los activos chinos, pero también exige una mayor selectividad a corto plazo para hacer frente a la ralentización económica. En el caso de la renta variable, considera que las valoraciones son atractivas y la relación riesgo-recompensa a largo plazo parece atractiva (especialmente para el mercado nacional), incluso después de tener en cuenta otra oleada de revisión a la baja de los beneficios en 2024, ya que las expectativas de beneficios de consenso siguen siendo demasiado elevadas.  “Favorecemos los valores de calidad en sectores resistentes y las empresas con capacidad para ganar cuota de mercado y que operan en tecnologías clave”, indican. 

Por su parte, Diogo Gomes, senior CRM UBS AM Iberia, sostiene que la gestora mantiene una visión constructiva y les interesan las empresas del mercado chino de acciones A (A-Share) con vocación de internacionalización y que compiten en los mercados exteriores. “Es en los mercados internacionales donde está el crecimiento, y ser competitivo a escala mundial y exportar al extranjero es el signo más revelador del potencial de crecimiento de una empresa china, no sólo para los próximos 12 meses, sino para los años venideros”, afirma. 

Además, reconoce que, desde el punto de vista sectorial, están invirtiendo en empresas estatales (SOE) relacionadas con el ciclo de modernización de la industria manufacturera. “Creemos que el tema de la inteligencia artificial (IA) continuará este año, pero probablemente a un ritmo más lento. También coincidimos en el tema de la globalización de China, haciendo hincapié en las empresas automovilísticas, tecnológicas y logísticas”, añade Gomes.

En el ámbito de la renta fija Amundi mantiene una visión prudente con respecto a los bonos corporativos, y explica que el actual esfuerzo de desapalancamiento dará lugar a una mayor diferenciación crediticia. “En cuanto a los bonos soberanos, creemos que los bonos del Estado chino (CGB) ofrecen oportunidades de diversificación para los inversores globales. Anticipando una política monetaria continuamente acomodaticia y un tipo neutral en descenso, los rendimientos de los CGB se mantendrán constantemente bajos”, añaden.

Los aspectos negativos y positivos se compensan

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Foto de Oscar Ivan Esquivel Arteaga en Unsplash

La campaña de publicación de resultados ha superado su ecuador, y los registros, en línea con los del tercer trimestre, son positivos para los intereses de los inversores. Un 80% de las compañías incluidas en el S&P 500 han superado las proyecciones de consenso en lo que a beneficios se refiere, y un 53% (frente al 50% del trimestre pasado) han batido al consenso por la parte de arriba de la cuenta de resultados.

En Estados Unidos, las revisiones en BPA al alza vuelven a superar a las que se producen a la baja. Y, aunque el diferencial entre sorpresas en ventas y en beneficios puede preocupar como síntoma de enfriamiento en la demanda y por su impacto, más adelante, vía apalancamiento operativo, las iniciativas de moderación en gasto mostradas por un número creciente de empresas pueden compensar en parte el efecto de una moderación en la demanda. En este sentido, los resultados de empresas como Caterpillar, Estée Lauder o McDonald’s, entre otras, ponen de relieve los esfuerzos de los equipos gestores en proteger la rentabilidad en un entorno de negocio menos boyante.

La foto es distinta en Europa, con un ratio de sorpresas positivas en beneficios de solo el 46% (el peor registro en 4 años). A pesar de los indicios recientes de recuperación en los indicadores de confianza o actividad industrial, el sector exterior y la situación en China no ayudan, y todo apunta a una mayor probabilidad de algún trimestre de PIB negativo en 2024. Lo cierto es que el crecimiento ajustado a la inflación ha sido inexistente en Europa desde la segunda mitad de 2022, después de que la tasa repo del BCE se colocase por primera vez en mucho tiempo en terreno positivo.  Este cuadro macro queda de manifiesto también en la tendencia de expectativas para los beneficios por acción de 2024, que continúan siendo ajustados a la baja en la mayoría de los sectores industriales.

No obstante, el desempeño empresarial apunta a ser razonable este año, sobre todo en Estados Unidos.

La ralentización en el gasto personal por el efecto diferido de las subidas y la disminución en el ahorro, el endurecimiento de las condiciones crediticias -y más recientemente los problemas en el sector inmobiliario (comercial; CRE) que vuelven a pesar sobre los bancos regionales estadounidenses y podrían condicionar aún más la oferta de crédito-, son vientos en contra del aterrizaje suave o no aterrizaje. La refinanciación de la deuda pública en un entorno de tipos más altos, con un coste de servicio que podría superar el billón de dólares los próximos años en Estados Unidos y el “muro de vencimientos” que enfrentan las empresas en los próximos tres años y que se cifra en 3 billones aproximadamente, también pueden empezar a afectar a la inversión privada y al potencial de crecimiento.

Como factores mitigantes, el mercado laboral apunta a una economía lejos de la recesión, con más de dos millones de vacantes pendientes de ser cubiertas que actúan como colchón ante una caída moderada en la actividad económica. Adicionalmente, los estadounidenses vuelven a estar muy invertidos de media en el mercado de acciones, y el precio de la propiedad residencial, tras una breve caída en el segundo trimestre del año pasado, crece un 5,4% en tasa interanual. Los consumidores tienen el efecto riqueza a su favor, y cuentan además con balances mucho más saneados que en 2008, situación que puede contrarrestar el efecto sobre el consumo de la erosión del exceso de ahorro acumulado durante la pandemia.

Los aspectos negativos y positivos se compensan, haciendo factible una desaceleración que lleve la economía cerca de su tendencia de largo plazo (1,8% -2%). El crecimiento nominal puede mantenerse por encima de los tipos oficiales, permitiendo que las empresas ofrezcan a sus accionistas crecimiento en beneficios. El riesgo de hecho comienza a moverse al otro lado, con indicadores que apuntan a una posible reaceleración en la actividad industrial (porcentaje de bancos centrales relajando política monetaria o subíndices de nuevos pedidos o comportamiento relativo de acciones de consumo discrecional respecto a las de consumo estable).

El último dato de GDPNow de la Fed de Atlanta sugiere un repunte este primer trimestre respecto al último de 2023 (3,4%), mientras que el FMI recientemente revisó su perspectiva para la expansión global en 2024 a un 3,1%. Si añadimos a ese 1,8% la tasa objetivo de inflación, la Fed tendría que bajar 5 – 6 veces para validar este escenario, muy factible si tenemos en cuenta que antes de la publicación del dato de nóminas de la semana pasada es precisamente lo que se esperaba.

No obstante, es importante que ni la Fed ni el BCE se lo tomen con demasiada calma. En el caso de los primeros, el riesgo radica en buscar recuperar la credibilidad perdida tras el episodio de la “transitoriedad” en el repunte de inflación que acabó obligando a Powell a actuar con mucha más contundencia y tratar de desmarcarse de la percepción de la pérdida de independencia ante la cercanía de unas elecciones que probablemente sean las más importantes de los últimos años.

Aunque la última publicación del IPC repuntó 0,3% desde noviembre, quedando en un 3,4%, varias medidas de inflación están ya alineadas o incluso por debajo del objetivo del 2%. Y si bien es cierto que los datos de empleo y los subíndices de precios en las encuestas de manufacturas y servicios han arrojado dudas, el efecto diferido del ajuste en los costes de vivienda, que representan 1/3 del cálculo del IPC, puede arrastrar este índice de precio por debajo de la zona de confort del banco central estadounidense.

Los pilares del rally en renta variable desde octubre -el giro en el discurso de la Fed, la desinflación, y la resiliencia en rentabilidad de las empresas-, mantienen su vigencia. La resiliencia de los beneficios por acción ha vuelto a quedar de manifiesto en esta campaña de publicación de resultados, y las empresas parecen haber tomado nota de las implicaciones históricas de una curva de tipos invertida para ser más selectivos a la hora de acometer nuevos proyectos y para buscar eficiencias.

Las dudas en torno al inicio de un ciclo de relajación en política monetaria han crecido las últimas dos semanas, aunque aún es probable que la Reserva Federal comience a recortar los tipos en la reunión de mayo, si no antes. La revisión del IPC el viernes no trajo sustos, como  sucedió el año pasado; la semana próxima recibiremos la publicación del IPC de enero, sobre el que los pronósticos apuntan que continuará la tendencia bajista en el índice general y también en la inflación subyacente. Con el mercado sobrecomprado en un entorno de complacencia, la posibilidad de corrección aumenta.

¿Puede la Super Bowl predecir los mercados?

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¿Touchdown o fumble para la renta variable estadounidense en 2024? ¿Qué nos dice un oscuro indicador de 1978 sobre la evolución futura del S&P 500? Posiblemente no mucho. El indicador de la Super Bowl ha ganado terreno como predictor de la dirección futura de la renta variable estadounidense. Planteado por primera vez por el periodista deportivo Leonard Koppett en 1978, la hipótesis es la siguiente: la victoria en la Super Bowl de un equipo de la Conferencia Americana (AFC) predice un mercado bajista para el año siguiente. Por el contrario, una victoria de un equipo de la Conferencia Nacional (NFC) predice un mercado alcista. 

El gran partido de este año, que se celebrará en Las Vegas el 11 de febrero, enfrentará a los Kansas City Chiefs de la AFC con los San Francisco 49ers de la NFC. Así pues, una victoria de los Chiefs (en busca de dos campeonatos consecutivos) podría, en teoría, indicar una caída del mercado bursátil. Por otro lado, una victoria de los 49ers (que participan por octava vez en la Super Bowl) supondría un mercado alcista y días felices para los inversores.

Pero, ¿cómo de preciso ha sido históricamente este indicador? Por desgracia para los aficionados al fútbol americano de todo el mundo, la respuesta no es que no demasiado. Aunque el indicador nunca se había equivocado en el momento de la tesis original de Koppett y durante sus primeros años,solo ha “acertado” seis veces en las últimas 20 Super Bowls (desde 2004 hasta 2023).

Como dirán los inversores avezados, correlación y causalidad son dos cosas muy distintas. Aunque seguiremos la Super Bowl LVIII con interés (sobre todo por su legendario espectáculo en el descanso), no nos quitará el sueño para saber qué nos puede decir sobre las rentabilidades futuras.

Nuestro punto de vista

Observamos que 2024 ha comenzado con ecos de 2020. Los mismos equipos que compitieron por la 54ª Super Bowl, los Kansas City Chiefs y los San Francisco 49ers, vuelven a verse las caras el domingo y parece más que probable que también tengamos a los mismos candidatos presidenciales disputándose la Casa Blanca. Si bien algunos pueden fijarse en el indicador de la Super Bowl para predecir los futuros rendimientos del S&P 500, cabe señalar que en todos los años electorales desde la creación del índice Russell 2500 (empresas estadounidenses de pequeña y mediana capitalización), éste ha superado al S&P 500. Sin duda, se trata de una tendencia que esperamos que se mantenga y quese repita en 2024.

Dejando a un lado la Super Bowl o las victorias o derrotas políticas, nuestra perspectiva para el año que viene sigue siendo la misma en líneas generales: somos optimistas respecto a los mercados de renta variable estadounidenses y, en particular, respecto a las perspectivas de las empresas de pequeña y mediana capitalización. La economía estadounidense, y sobre todo el consumidor estadounidense, sigue gozando de buena salud, y la lucha de la Reserva Federal contra la inflación parece bien encauzada. Las estimaciones de beneficios para el S&P 500 en 2024 son de dos dígitos bajos, y superiores para las SMID estadounidenses. 

Los SMID estadounidenses también parecen atractivos desde el punto de vista de las valoraciones, y la clase de activos sigue cotizando con un descuento históricamente grande respecto a los valores de gran capitalización estadounidenses. 

Si 2023 estuvo dominado por los Siete Magníficos, creemos que 2024 podría ser testigo de una mayor ampliación en beneficio de una cesta más amplia de valores. No obstante, sigue existiendo cierto potencial de volatilidad, por lo que sigue siendo importante tener un sesgo hacia la calidad para mitigar los resultados inesperados.

Tribuna de Mark Sherlock, responsable de renta variable estadounidense de Federated Hermes.

Christophe De Vusser, nuevo socio director mundial de Bain & Company

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Foto cedidaChristophe De Vusser, nuevo socio director mundial de Bain & Company.

La consultora internacional Bain & Company ha nombrado a Christophe De Vusser nuevo responsable de la entidad a nivel global, cargo que asumirá a partir del 1 de julio de 2024. De Vusser cuenta con 24 años de experiencia en la compañía y desde 2018 se desempeña como líder de la práctica de Capital de Riesgo e Inversores Financieros en Europa, Medio Oriente y África. Además, es miembro activo de la junta directiva de Bain y de varios comités de la consultora.

Anteriormente, fue socio director de la oficina de la firma en Bruselas, donde destacó por duplicar los negocios mientras expandía sus actividades a nuevas áreas y desarrollaba el equipo local. Antes de unirse a Bain, trabajó para Procter & Gamble con responsabilidades de abastecimiento global para el negocio de textiles y cuidado del hogar.

Sobre el reciente nombramiento, De Vusser ha reconocido sentirse honrado de haber sido elegido por mis compañeros para dirigir esta firma de clase mundial. “Es un privilegio suceder a Manny, ya que estamos construyendo sobre un notable período de éxito sostenido bajo su liderazgo”, ha señalado. 

El ejecutivo sucederá a Manny Maceda, quien desde 2018 ocupa el cargo de CEO a nivel global de Bain. Bajo su liderazgo, Maceda logró una expansión acelerada con crecimiento e inversión de dos dígitos para la empresa. Durante su gestión, se realizaron 25 importantes adquisiciones, las que han permitido potenciar el área de inteligencia artificial, digitalización, sostenibilidad y cadenas de suministros. También se enfocó en desarrollar y fomentar una cultura única y colaborativa de Bain, lo que ha permitido que la consultora esté dentro de los mejores lugares del mundo para trabajar.

Tras este anuncio, Maceda ha declarado: “El servicio de Christophe en Bain ejemplifica nuestra misión de ayudar a los clientes a crear niveles tan altos de valor que juntos establezcamos nuevos estándares de excelencia. He tenido el placer de trabajar estrechamente con él durante muchos años, y estoy seguro de que en su nuevo cargo liderará el cambio continuo para mejorar aún más nuestra eficacia y reforzará la diferenciación de Bain como uno de los mejores lugares para trabajar”.

Las aseguradoras toman medidas para contrarrestar el riesgo de inflación en sus carteras

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Las compañías de seguros son uno de los inversores institucionales más relevantes de la industria, lo que convierte sus decisiones de inversión en todo un indicador de la percepción que se tiene del mercado. Según un estudio global*, realizado por Ortec Finance y basado en un centenar de encuestas a profesionales, las aseguradoras están tomando medidas para contrarrestar el riesgo de la inflación en sus carteras. 

En concreto, el 40% de los encuestados cree que las carteras que ayudan a gestionar están «muy bien» cubiertas contra la inflación, y el 55% afirma que están «bastante bien» cubiertas.  El estudio revela que, para ayudar a protegerse contra la inflación, el 79% de los profesionales de la inversión en el sector seguros afirma haber aumentado su asignación a bonos vinculados a la inflación en los últimos 12 meses.

Además, el 54% afirma haber aumentado su asignación a cuentas del mercado monetario y el 47% ha invertido más en bienes inmuebles indirectos (cotizados). Casi dos de cada cinco (el 38%) y uno de cada cinco (el 21%) afirman que los fondos que ayudan a gestionar han aumentado su asignación al oro y a las infraestructuras, respectivamente, para protegerse de la inflación. 

En cuanto a las medidas que los encuestados prevén que tomen los fondos que ayudan a gestionar en los próximos 12 meses para protegerse de la inflación, el 75% espera que aumenten su asignación a bonos ligados a la inflación, seguidos del 53% que espera un aumento de la asignación a cuentas del mercado monetario, y el 51% que prevé más inversiones en oro.

Según la encuesta, a pesar de tomar estas medidas, con una inflación que sigue por encima del objetivo y la presión sobre el crecimiento económico, el 51% de los profesionales de la inversión en seguros encuestados afirma estar muy preocupado por la amenaza de la estanflación, y otro 47% se declara bastante preocupado.

“Aunque la inflación está bajando, nuestra encuesta muestra que los inversores siguen considerándola una amenaza importante para sus carteras. Está claro que muchos han tomado medidas proactivas para asegurarse de que están adecuadamente cubiertos, y estas medidas están evolucionando en términos de asignación de activos prevista para 2024. Sin embargo, con la subida de precios y la presión sobre el crecimiento económico, la amenaza de estanflación es real, y esto preocupa claramente a las aseguradoras”, explica Hamish Bailey, director general para el Reino Unido de Insurance & Investment

En su opinión, en estos tiempos volátiles y difíciles, “las aseguradoras deben vigilar los numerosos riesgos a los que se enfrentan sus carteras de inversión y disponer de estrategias probadas para gestionarlos”. 

 

*Ortec Finance encargó a la empresa de investigación independiente Pureprofile que entrevistara a 100 profesionales de la gestión de inversiones en compañías de seguros de vida, aseguradoras y reaseguradoras de Lloyds of London y en gestoras de fondos que apoyan a las aseguradoras en noviembre de 2023. Los encuestados se encuentran en el Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Alemania, Hong Kong, Italia, Países Bajos, Singapur y Corea del Sur. En conjunto, las organizaciones para las que trabajan gestionan alrededor de 5 billones de dólares.

Neuberger Berman nombra a Matt Malloy director de la región EMEA

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Foto cedidaMatt Malloy, nuevo director de la región EMEA de Neuberger Berman.

Neuberger Berman anunció, a finales de enero, el nombramiento de Matt Malloy como nuevo responsable de EMEA. Este anuncio se produce como consecuencia de que Dik van Lomwel haya pasado a ocupar el cargo de vicepresidente de EMEA, tras haber sido responsable de la región desde 2009.

Malloy se incorporó a Neuberger Berman en 2015, liderando la creación de su negocio de soluciones de seguros antes de asumir el liderazgo de los esfuerzos institucionales globales de la firma. Tras trasladarse a Londres el año pasado, Malloy mantendrá ambos puestos y ampliará sus responsabilidades. Desde la gestora matizan que este nombramiento aún está pendiente de aprobación regulatoria.

La firma destaca que, bajo la dirección de van Lomwel, el negocio de EMEA ha experimentado un fuerte crecimiento gracias a las sólidas alianzas con los clientes, incluido un aumento de los activos gestionados de 3.000 millones de dólares a 64.000 millones de dólares*desde 2009 y una importante incorporación de empleados para atender a la creciente base de clientes. Esto se acompaña de la expansión de los equipos de inversión con sede en Europa a través de los mercados públicos y privados, y la construcción de la plataforma operativa local de Neuberger Berman. Desde su nuevo cargo, Van Lomwel se centrará en apoyar las relaciones con los clientes y asesorar a la dirección regional de la empresa.

“Me siento honrado de tener la oportunidad de aprovechar las contribuciones de Dik a la empresa. La próxima década presentará nuevas oportunidades y muchos retos para nuestros clientes, dada la volatilidad del contexto económico y geopolítico, y confío en que podamos seguir ofreciendo soluciones diferenciadas utilizando nuestra amplia plataforma de inversión de activos cruzados y nuestro talento global”, ha declarado Matt Malloy, responsable para la región de EMEA de Neuberger Berman.

Por su parte, Dik van Lomwel, vicepresidente de EMEA en Neuberger Berman, ha añadido: “El impacto de Matt en la base de clientes institucionales globales y de seguros y su contribución más amplia a la empresa han sido significativos. Sabemos que Matt abordará su liderazgo de EMEA con el mismo enfoque centrado en el cliente, disciplina y perspectiva estratégica que ya ha demostrado”.

“Las small caps estadounidenses están ofreciendo una oportunidad de inversión única en una generación”

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Foto cedidaMichele Ward, especialista de producto de T. Rowe Price

“Finalmente, ha llegado el momento de invertir en small caps estadounidenses”, afirma rotundamente Michele Ward, especialista de producto de T. Rowe Price con más de 40 años de experiencia en este mercado. En su opinión, han confluido una serie de factores que apoyan de manera positiva la inversión en esta clase de activo con un enfoque de largo plazo, hasta el punto de hablar de “una oportunidad de inversión única en una generación”.

Ward, consciente de lo bajo que está el sentimiento inversor frente a las small caps frente al contexto de altas valoraciones y la previsible llegada de una recesión, procede a desmontar estas creencias una por una a base de entusiastas argumentos. En primer lugar, señala que los indicadores de la confianza empresarial y del consumo han mejorado en el país en 2023, particularmente en la recta final del año. Una de las principales razones para este giro en el sentimiento es el retroceso de la inflación desde niveles elevados, pero sostiene que hay más factores estructurales que se dejarán notar sobre las valoraciones en los próximos diez años: el envejecimiento del perfil demográfico en EE.UU., el colosal paquete fiscal aprobado en los dos últimos años – cuyos efectos afirma que aún no se han canalizado hacia la economía real-, el incremento de los costes laborales o la dificultad de las compañías para encontrar mano de obra cualificada.

También están monitorizando tendencias como el reshoring (traer de vuelta a EE.UU. fábricas situadas en otras partes del mundo) o el onshoring (construcción de nuevas fábricas en EE.UU. o países amigos cercanos, principalmente México). “El conflicto en el Mar Rojo está dando la razón a muchas compañías que empezaron el reshoring después del Covid. Traen de vuelta la producción para no tener que preocuparse por los riesgos geopolíticos, aunque apuestan más por la automatización dados los elevados costes laborales”, explica Ward. Precisamente una de las tendencias donde están encontrando más oportunidades de inversión el equipo de T. Rowe Price está en el sector industrial, al buscar por ejemplo compañías que sean líderes en la fabricación de maquinaria que mejore la productividad.

Al margen de estos elementos, la especialista también destaca la fortaleza de los balances de las small caps estadounidenses, dado que muchas compañías aprovecharon el entorno de tipos muy bajos para refinanciarse a vencimientos más largos y así cubrirse del riesgo de tipos. Como resultado, desde la firma constatan que no se verá un “muro de vencimientos” notable hasta el periodo 2025- 2027, para cuando calculan que llegarán a su fin el 42,6% de la deuda emitida por pequeñas capitalizadas.

La lupa sobre las valoraciones

Finalmente, el último argumento que esgrime Ward a favor de su clase de activo es la valoración. Sí, admite que todas las categorías de renta variable estadounidense están caras en términos absolutos. Sin embargo, explica que, por efecto de la inflación, la noción de qué es barato ha cambiado y que, en términos relativos, hoy estamos presenciando la mayor divergencia entre small caps y big caps en décadas. Y no se trata solo de la valoración, también del sentimiento: “Los inversores ya están descontando una recesión en el Russell 2500, mientras que el S&P 500 está descontando que EE.UU. entrará en un periodo de expansión. Uno de los dos se equivoca”, afirma Michele Ward.

De hecho, la experta constata que históricamente solo ha habido dos momentos antes de 2023 en que el suelo de las small caps coincidiera con el grado de concentración más alto de las big caps: en 1973 y en el 2000 con la burbuja puntocom; después de que sucediera esto, en las dos ocasiones las small caps fueron capaces de batir en retornos a las grandes los tres años siguientes, incluso en un contexto de recesión.

T. Rowe Price cuenta actualmente con 1,3 billones de dólares en activos bajo gestión, de los cuales más de 70.000 millones están invertidos en small caps. La firma considera a las small caps estadounidenses como un activo clave, porque les permite conocer con mucho detalle compañías estadounidenses y acompañarlas en su desarrollo hasta que se convierten en small caps; así ha sucedido con inversiones históricas de esta estrategia – cuya versión europea tiene un track record que se remonta a 2001-, como Netflix, Tesla o Starbucks. T. Rowe Price es una de las compañías pioneras en la inversión en pequeñas capitalizadas estadounidenses, al haber lanzado su primer estratega en la década de 1960.

Todos estos factores llevan a Ward a habla de “memoria institucional”, en el sentido de que los analistas de la firma disponen de un amplio conocimiento sobre las compañías en las que invierten. En el caso del fondo T. Rowe Price Funds SICAV – US Smaller Companies Equity Fund A USD, la especialista de producto ofrece acceso a una cartera muy diversificada, compuesta por unas 175 compañías en las que se ha puesto un alto grado de research detrás, hasta el punto de que la cartera tiene una rotación media en torno al 30%, por lo que los valores se mantienen en cartera típicamente entre 3 y 5 años, aunque históricamente hayan mantenido inversiones en algunas compañías hasta nueve años.

La experta indica que el objetivo de esta estrategia en concreto consiste en “ofrecer acceso no solo al mercado de small caps estadounidenses, sino a la economía estadounidense”, por lo que un requisito adicional para las compañías consiste en que al menos el 80% de sus ingresos tiene que venir de EE.UU. y/o Canadá. Entre las principales posiciones del fondo figuran compañías como Teledyne Technologies, Element Solutions o Molina Healthcare.

 

Brasil 2024: ¿momento de entrada en el mercado de renta fija?

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CC-BY-SA-2.0, FlickrBrasilia (Kathia Shieh)

La inflación en Brasil se mantendrá ligeramente por debajo del 4% y la tasa de Selic continuará bajando hasta el 9% en 2024, según la última encuesta del Banco Central de Brasil. En cuanto a la política cambiaria, en los últimos dos años, el tipo de cambio nominal se ha mantenido relativamente estable. A pesar de un crecimiento económico más moderado, se espera un aumento del PBI del 1,7% para este año. En este contexto, ¿2024 es un momento de entrada para la renta fija brasileña?, se pregunta Nicolás Roset, Analista de Estrategia en Mercados Globales de Cohen. 

Y la respuesta del analistas es que sí es el momento adecuado, ya que «la combinación de inflación estable, tasas de interés en descenso y una moneda apreciada crea un entorno favorable para la inversión en renta fija en el país».

Para evaluar las opciones que presenta el mercado de renta fija de Brasil, Roset consideró la volatilidad del tipo de cambio y la expectativa de movimiento de los rendimientos de los bonos locales, comparándolos con la tasa de rendimiento de los bonos del Tesoro americano.

«Dichos bonos estadounidenses se asumieron con una tasa fija, en un contexto en el que, aunque se espera una desaceleración de la inflación en Estados Unidos y la expectativa de que la Fed inicie el camino hacia la flexibilización monetaria está presente, la normalización de la curva de bonos está ocurriendo con cierto retraso en comparación con los países de América Latina. También es importante destacar la alta correlación (0,82) entre la curva brasileña y la tasa Selic, lo que resalta las ventajas frente al bono estadounidense», dice el informe.

Los bonos brasileños en moneda local, tanto los que tienen vencimiento a dos años como los que vencen a 10 años, muestran retornos atractivos. El bono de dos años ofrece una tasa del 9,7% y tiene una duración de 1,8 años, mientras que el bono de 10 años ofrece una tasa del 10,7% y tiene una duración de 5,7 años, lo que los destaca por su potencial de rendimiento.

Actualmente, un bono brasileño a 10 años ofrece un rendimiento anual del 10,7%, y se espera que se mantenga en niveles similares hacia fin de año, con el real brasileño oscilando entre 0 y 5%. Esto contrasta con el 4,1% ofrecido por un T-Bill estadounidense a 10 años, lo que resulta en un premio de 6,5% en dólares. Una dinámica similar se observa en los bonos a 2 años, donde se anticipa un premio de 5,4% en comparación con su equivalente estadounidense.

En resumen, para el experto de Cohen, los bonos brasileños se presentan como una alternativa de inversión prometedora para 2024, especialmente para inversores argentinos y aquellos que buscan diversificación fuera del riesgo local. Con un entorno económico favorable marcado por políticas monetarias flexibles y tasas decrecientes, estos bonos ofrecen rendimientos potencialmente más altos en comparación con los treasuries estadounidenses. Adicionalmente, los beneficios fiscales en Argentina, como la exención de impuestos sobre los ingresos por cupones, añaden un atractivo adicional. Por lo tanto, los bonos brasileños representan una opción sólida para inversores conservadores a moderados interesados en mantener sus inversiones en dólares y ampliar su cartera global.

Para acceder al informe completo de Cohen hacer click aquí.

 

Luis Eduardo Gutiérrez Cárdenas se une a BlackTORO Global Investments en Miami

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Nuevos codirectores en Barings
Pixabay CC0 Public Domain

BlackTORO anunció este jueves la incorporación de Luis Eduardo Gutiérrez Cárdenas como Managing Director en sus oficinas de Miami.

“La llegada de Luis Eduardo es un gran paso en el plan de crecimiento y expansión de la compañía en Latinoamérica y Estados Unidos”, dice el comunicado emitido por la empresa.

Gutiérrez Cárdenas vive en EE.UU. hace 14 años y cuenta con una larga y destacada trayectoria en Oppenheimer & Co., donde se desempeñó como Portfolio Manager Director donde “adquirió un profundo conocimiento de los mercados financieros y la gestión de activos de inversores Latinoamericanos”, agrega el comunicado.

Previo a unirse a BlackTORO, fue director y cofundador de Pentagon Energy y CATEC Gases, así como socio y director financiero en Pentacles Energy, LLP.

Es Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Metropolitana de Caracas.

«Estoy muy entusiasmado por la oportunidad de unirme a un equipo con el talento y experiencia de BlackTORO, y espero poder contribuir con mi vasta experiencia y conocimiento a la expansión de la compañía en Latinoamérica y Estados Unidos», expresó el advisor.

BlackTORO es un RIA basado y registrado en EE.UU., especializado en brindar asesoramiento en inversiones independientes, globales y sin conflicto de interés a individuos y familias que busquen altos estándares a la hora de invertir y gestionar su patrimonio.

«Estamos muy contentos con su ingreso a la compañía, cuya experiencia y habilidades serán fundamentales para continuar con el plan de expansión de BlackTORO en el mercado de gestión de activos y asesoramiento de inversiones a clientes en Latinoamérica y Estados Unidos. Sin dudas fortalecerá nuestra capacidad para ofrecer soluciones financieras innovadoras y de alta calidad a nuestros clientes», comentó Gabriel Ruiz, presidente de BlackTORO.