Foto cedidaDuarte Líbano Monteiro, nuevo Chief Business Officer de Ebury.
Ebury, fintech global especializada en servicios financieros, ha anunciado el nombramiento de Duarte Líbano Monteiro para el cargo de Chief Business Officer. Con más de 20 años de experiencia en el sector financiero, ha desarrollado habilidades de liderazgo que lo colocan en una posición única para asumir roles que impactarán en los 25 mercados en los que opera Ebury, que suman un total de 1.700 empleados y más de 50.000 clientes.
Líbano Monteiro lleva más de una década en Ebury, donde comenzó sus funciones como Country Manager para Portugal y España, y en 2020 ascendió al cargo de Director General para el Sur de Europa y Latam.
Según explican desde la fintech, con este cambio, los objetivos del directivo se centran ahora en aumentar la eficiencia en áreas transversales como el Marketing y las soluciones tecnológicas vía API, entre otras, y en impulsar unidades de negocio verticales dedicadas a clientes institucionales y sectores con necesidades financieras específicas, como ONG, e-commerce o shipping. Además, su misión también es seguir escalando el crecimiento internacional de la compañía en nuevos mercados estratégicos.
«Es un honor asumir este papel, especialmente en este momento de rápido crecimiento en Ebury. Tenemos un gran compromiso con nuestros clientes. El objetivo es mantener los estándares de excelencia a los que nos tienen acostumbrados, asegurando al mismo tiempo nuestro continuo crecimiento orgánico e inorgánico en todos los segmentos del negocio», ha destacado Duarte Líbano Monteiro, Chief Business Officer de Ebury.
Con un MBA en Estados Unidos, el directivo inició su carrera profesional en 2002, en el Grupo Banco Popular, en Madrid; en 2006, regresó a Portugal para trabajar en Barclays Bank; en 2011, ocupó el cargo de Director de Ventas en Equifax Portugal, y en 2013 se convirtió en el jefe de la compañía en el país. Un año más tarde, comenzó su carrera en Ebury, donde ahora permanece desde hace más de una década.
El tamaño del mercado de valores de EE. UU. ha crecido enormemente en relación con otros mercados de valores desde la crisis financiera de 2008. «Es algo sin precedentes», dice Peter Oppenheimer, estratega jefe de acciones globales y jefe de investigación macro en Europa para Goldman Sachs Research.
Si bien EE. UU. ha tenido el mercado de valores y la economía más grandes durante mucho tiempo, la brecha con otros mercados se ha ampliado desde 2008. «En cierta medida, eso se debe a que EE. UU. tuvo una recuperación más exitosa después de la crisis financiera que Europa o Asia», dice.
Pero la capitalización de mercado de EE. UU. también ha crecido considerablemente en relación con el PIB, mientras que esa relación se mantiene prácticamente sin cambios en gran parte del resto del mundo.
Por sí solo, dice Oppenheimer, eso no es necesariamente un signo de exuberancia irracional. Las empresas estadounidenses han visto un crecimiento de ganancias mucho mayor que sus contrapartes en el resto del mundo, y esa diferencia ayuda a explicar la escala de la capitalización de mercado. Además, las empresas de tecnología han tenido el crecimiento más fuerte en Las ganancias desde la crisis financiera han aumentado y la tecnología es un componente mucho más importante del mercado estadounidense.
Pero eso también ha dado como resultado un mercado estadounidense con valoraciones sustancialmente más altas que los mercados en otras geografías alrededor del mundo. “Eso implica que la ventaja en los EE. UU. continuará en el futuro, pero eso no está necesariamente claro”, dice Oppenheimer. “Esto no es una razón para decir que es probable que los EE. UU. tengan un desempeño estructuralmente inferior, pero puede haber más razones para estar más diversificado geográficamente a medida que las brechas de valoración se vuelven más extremas”.
Las probabilidades de una recesión en los EE.UU. siguen siendo bajas
Tras un informe de empleo más débil de lo esperado en julio, Goldman Sachs Research aumentó sus probabilidades de 12 meses de una recesión en los EE. UU. del 15% al 25%. Pero David Mericle, economista jefe para EE. UU. en Goldman Sachs Research, ve el riesgo de recesión como limitado porque los datos económicos todavía parecen relativamente sólidos y no hay grandes desequilibrios financieros.
“No creo que haya ningún shock negativo en este momento, y es raro que la economía simplemente se desplome de manera espontánea”, agrega Mericle en Goldman Sachs Exchanges.
La Reserva Federal también tiene 525 puntos básicos de margen para recortar las tasas para apoyar la economía si es necesario, señala. “Sospecho que lo que estamos viendo es más una desaceleración que una caída real en la recesión, y en cierto nivel eso era inevitable porque 2023 fue un año bastante excepcional”, dice Mericle.
El miércoles 14 de agosto se conocerán los datos de inflación de Estados Unidos, pero desde el mercado ya se prevé con una moderación y por ende se analizan los distintos escenarios para la política monetaria.
Según un análisis de Nuveen, con la inflación moderándose a la baja lentamente, “la Fed continúa apuntando a fin de año para comenzar los recortes de su política monetaria”.
Además, la gestora dijo, en un comunicado al que accedió Funds Society, que con el mercado laboral más ajustado “se mantendrán los rendimientos de los T-bills a 10 años en un rango ya descontado por los múltiplos del equity”.
En este contexto, Nuveen cree “que la rentabilidad de las acciones estará cada vez más condicionada al crecimiento del flujo de caja libre subyacente” y según sus investigaciones “las acciones U.S. Large Cap Growth tienen ventajas en este contexto”.
Por otro lado, un informe de ING Bank firmado por James Knightley, Chief International Economist para EE.UU. y Chris Turner, Global Head of Markets y Regional Head of Research for UK & CEE evalúa tres escenarios posibles en base a las medidas que puede tomar la Fed.
Los expertos anunciaron que los mercados habían recortado las apuestas a un “recorte agresivo de los tipos”. Sin embargo, para ING la incertidumbre es elevada, sobre todo, si se tiene en cuenta lo sucedido la semana pasada.
Luego de los acontecimientos que siguieron al “lunes negro”, Knightley y Turner plantean tres posibilidades de acción para la autoridad monetaria.
En un primer lugar, asumen que la Fed recorta los tipos 50 pb en septiembre con recortes de 25 pb en noviembre y diciembre. El tipo de interés de los fondos de la Reserva Federal se reduce al 3,5% en 2025. Para los técnicos este escenario tiene un 50% de probabilidad.
Según el análisis, la economía seguiría creciendo, creando empleo y la inflación por encima del objetivo. En caso de que la inflación siguiera comportándose bien, permitiría a la Fed hacer cada vez más hincapié en su objetivo de «máximo empleo» en el mercado laboral.
Se trata de un escenario ligeramente bajista para el dólar. Es probable que el par euros/dólares pueda subir hasta 1,10 al inicio del ciclo de relajación de la Fed, pero puede que sea más difícil que siga subiendo, ya que Europa también está aplicando una combinación de política fiscal más restrictiva y política monetaria más laxa.
La segunda hipótesis es que la preocupación por los despidos lleve a la Fed a recortar los tipos de forma más agresiva para tratar de alejar la amenaza de una recesión con un 35% de probabilidad.
El aumento del desempleo se ha debido a que la oferta de mano de obra ha superado la demanda de trabajadores, y no a los despidos. Sin embargo, en este escenario, esa narrativa empezaría a cambiar con el aumento del número de despidos y, en un entorno de disminución de las preocupaciones por la inflación, la Fed recortaría los tipos de forma más agresiva y lleva el tipo de interés oficial a un territorio ligeramente estimulante. En consecuencia, a finales de 2026, a medida que la economía se estabilice, comenzaría a aplicar una política más neutral.
La caída del dólar debería ser más pronunciada en este caso, dado que un tipo terminal del 2,5% está muy por debajo de lo que se valora actualmente en la curva a plazo.
Por último, el escenario tres se basa en los temores de estanflación se traducen en tipos más altos a corto plazo, lo que provoca una recesión. La Fed respondería finalmente de forma más agresiva, lo que provoca una reducción de los costes de financiación a largo plazo. Sin embargo, para los expertos de ING esta situación tiene una probabilidad del 15%.
La inflación se mantendría más firme de lo esperado y obligaría a la Fed a mantener una política más restrictiva durante más tiempo. Al debilitarse el mercado laboral, aumentarían los temores de estanflación. Esto generaría una recesión más profunda desde finales de 2024 hasta principios de 2025 ayuda a amortiguar las presiones sobre los precios, dando a la Fed margen para empezar a recortar los tipos desde finales del primer trimestre de 2025. La Reserva Federal actuaría con más firmeza y rapidez para apoyar la economía y evitar que la inflación se sitúe demasiado por debajo de su objetivo. La política monetaria se movería en un territorio estimulante y luego empezaría a normalizarse a partir de mediados de 2027.
Este panorama le daría una visión pesimista a los mercados de divisas debido a la estanflación. La curva de rendimientos estadounidense volvería a invertirse, lo que favorecería al dólar frente a las divisas procíclicas y la mayoría de las divisas emergentes en general. Las divisas de las materias primas podrían sufrir fuertes pérdidas hasta que la Reserva Federal dé el visto bueno a la inflación. A partir de entonces, el dólar podría caer bruscamente de forma generalizada y hasta niveles más profundos que en los otros escenarios a medida que la Fed reduzca los tipos por debajo del 2%.
El estudio de ING advierte que no superponen el análisis del riesgo electoral, que también ha sido volátil. Se debe tener en cuenta que los análisis de todos los expertos han pasado en tan solo seis meses por escenarios con un posible triunfo del actual presidente Joe Biden, quien hoy ya no es candidato, o con el exmandatario Donald Trump como favorito y actualmente la vicepresidenta Kamala Harris ha repuntado las oportunidades del Partido Demócrata de ganar el sillón presidencial. Para leer el análisis de ING completo puede ingresar al siguiente enlace.
Foto cedidaPresentación del estudio ICREO de Almabrands 2024
Celebrando sus 10 años de existencia, el estudio ICREO, desarrollado por la consultora Almabrands, enfocó el análisis en la pregunta de cómo ha evolucionado la confianza en las instituciones chilenas en una década.
El estudio, detallaron en un comunicado, se llevó a cabo encuestando a 4.850 personas, entre 18 y 70 años, vía online. En esta ocasión, por primera vez, sondearon personas a lo largo de Chile.
Almabrands destacó que la confianza, a nivel general, está en su peak de los últimos diez años. En el primer ICREO, correspondiente a 2015, la nota alcanzada fue de un 3,5 (en una escala de 1 a 7), mientras que este año fue de 4,3.
Eso sí, desde la consultora advierten que en los últimos tres años se ha visto un estancamiento y que el país todavía está lejos de un desempeño considerado como excelencia.
“Este promedio revela que sigue existiendo un gran desafío por disminuir desconfianzas, y esto aplica para todas las categorías medidas. Mientras las empresas e instituciones no concentren sus esfuerzos en trabajar en aquellas dimensiones que son más importantes para aumentar la confianza, pasarán otros 10 años antes de ver un desempeño de excelencia en confianza”, indicó la socia y líder de la práctica de confianza en Almabrands, Pamela Ordenes, en la nota.
El estudio se realizó entre el 25 de abril al 23 de mayo de este año y midió 346 marcas en 44 categorías, considerando empresas, medios tradicionales y digitales, fundaciones e instituciones sin fines de lucro, instituciones públicas, poderes del Estado y Fuerzas Armadas.
El mes de septiembre es clave para el nuevo blanqueo de capitales argentino, un proceso que se inició legalmente el pasado 18 de julio que tiene como principal objetivo almacenar dólares y apunta especialmente a las cuentas no declaradas de residentes argentinos en Estados Unidos, con la cuenta atrás del reporte automático de intercambio de información tributaria.
La fecha clave: el 30 de septiembre
Se supone que, dentro de los acuerdos de intercambio tributario entre Argentina y EE.UU., el primer reporte automático llegara a finales de septiembre.
A partir del acuerdo firmado el 5 de diciembre de 2022 entre las autoridades argentinas (AFIP) y el temible FATCA (Foreign Account Tax Compliance Act) no sólo estarán disponibles los pedidos de información por requerimientos puntuales de la AFIP sino que por primera vez en la historia local se abrirá el secreto financiero desde Estados Unidos a la Argentina.
Así, en teoría, la AFIP tendría en su poder un informe de las cuentas en donde figura al menos un argentino y que hayan obtenido ingresos por dividendos, rentas o intereses por encima de los 10 dólares durante el 2023.
La administración Milei ha añadió dramatismo a la fecha señalando el 30 de septiembre como primera fecha para entrar en el blanqueo si se tienen más de 100.000 dólares con una alícuota impositiva del 5%. Pero la suma crece al 10 y al 15% hasta marzo de 2025. Los descuentos no solo apuntan a aquellos con cuentas a Estados Unidos, sino que miran a los que tienen dinero en casa en efectivo, a quienes regularizar menos de 100.000 dólares saldría totalmente gratis.
Los ojos puestos en el blanqueo
En primera instancia, el sinceramiento tenía como objetivo empezar a reformar el sistema fiscal argentino, reduciendo la presión impositiva, y de paso conseguir los dólares que el tesoro nacional necesita con desesperación, ya que los capitales deben quedarse en el país hasta 2025.
Con las reservas del banco central cerca del rojo y nuevos vencimientos de deuda en el horizonte, hay expectación.
La gestora Cohen lo resumen de este modo: “La tensión entre las reservas internacionales y la brecha cambiaria persiste. Aunque el BCRA logró comprar divisas en la última semana, el contexto general indica una mayor demanda de dólares y una menor liquidación de exportaciones, lo cual complica la acumulación de reservas. A esto se suma la reciente caída en los precios de las materias primas agrícolas, que agrava el panorama externo. Por el momento, el gobierno no ha esterilizado los dólares comprados entre abril y junio, lo que ha aliviado parcialmente la presión sobre las reservas, mientras que la brecha cambiaria ha mostrado una leve tendencia a la baja. Sin embargo, con un saldo comercial que probablemente se torne más negativo y sin la entrada de financiamiento externo, la estrategia del gobierno se centra en un blanqueo «exitoso» que pueda suavizar el trade off entre reservas y brecha”.
Según las promesas del gobierno al FMI, la amnistía fiscal podría suponer ingresos de hasta 40.000 millones de dólares. El problema reside en que los expertos mejor informados y más optimistas manejan cifras mucho más bajas.
Las numerosas casas de bolsa del país se preparan para hacer ofertas a los potenciales participantes del blanqueo, ya que se espera que las cantidades inmovilizadas (si se quieren obtener ventajas fiscales y amnistías) se inviertan en fondos comunes de inversión e instrumentos soberanos.
Según Diego Toso, director de Wealth Management de Adcap Grupo Financiero: “Es una excelente oportunidadporque el contribuyente no pagará impuestos o multas, sino todo lo contrario, podrá invertir y tener una gestión activa de la cartera de parte de nuestros asesores que sugerirán invertir en activos financieros de acuerdo al perfil y objetivos del cliente. De esta manera, se podría generar una rentabilidad del 8% anual en dólares para inversiones relativamente conservadoras – hablando de Argentina- “.
«Es importante recordar que la normativa permite invertir en acciones, bonos soberanos, obligaciones negociables, dólar MEP o incluso fondos comunes de inversión. Pero no permite invertir en Cedears ni comprar cables para mandarlos alexterior. Otro punto clave es que los fondos una vez que ingresan al bróker, el cliente tiene 10 días para invertirlos, caso contrario la ALYC está obligada a devolverlos a la cuenta CERA (cuenta especial para el blanqueo) del banco originante», añaden desde la entidad argentina.
Según datos oficiales (INDEC), los activos argentinos fuera del sistema financiero suman 400.000millones de dólares y, según fuentes independientes, unos 200.000 millones de dólares circularían por el país en efectivo.
La integración de la brasileña Patria Investments con la chilena Moneda Asset Management –que ahora opera como Moneda Patria Investments– ya está dando sus primeros frutos en el mercado de crédito privado.
La firma anunció su primer fondo en esta clase de activo, a través de un comunicado, apalancando la pericia de Moneda en el segmento. Así, la firma destacó que la estrategia refuerza la importancia del área de crédito para Patria.
El objetivo del vehículo es ofrecer soluciones financieras innovadoras y flexibles a las principales empresas de América Latina, abordando lo que ven como un vacío significativo en el mercado de financiamiento corporativo en la región.
Desde 2012, enfatizaron, el mercado global de crédito privado se ha quintuplicado, pero América Latina todavía representa menos del 1% del mercado y de las fuentes de financiamiento tradicionales en la región, según cifras de Preqin a junio de este año.
En la firma ven a este nuevo programa de inversión en la categoría como bien posicionado para capitalizar las necesidades de financiamiento y condiciones favorables para los proveedores de crédito. Esto, aseguran, permitirá estructurar soluciones de financiamiento robustas, con estructuras legales y de colaterales adecuadas y covenants rigurosos.
Área de interés
Esta clase de activo es un área de interés para la gigante brasileña. “Hemos estado invirtiendo y explorando la oportunidad de mercado en América Latina con un creciente nivel de interés por varios años y nos complace abordar la necesidad de mercado para el crédito privado en la región”, indica Javier Montero, socio y Head de Crédito Privado de Patria, en la nota.
En esa línea, el ejecutivo indicó que esperan capitalizar la fortaleza de su plataforma de crédito ante una creciente demanda por soluciones de crédito privado. Ahí, la experiencia de Moneda, nacida de su despliegue de inversiones por 2.000 millones de dólares en la clase de activo, es relevante. La integración de ambas firmas creó la mayor plataforma de inversión en crédito en la región, en diciembre de 2021.
Por su parte, Fernando Tisné, socio y Head de Crédito de la firma, agrega que América Latina se ha establecido como una de las mejores regiones para invertir en crédito, con retornos positivos, bajos riesgos y mejores tasas de recuperación.
“Creemos que hay oportunidades significativas en crédito privado para entregar altos retornos, una protección contra caídas fuerte y diversificación. Esto es cada vez más demandado por deudores que valoras los beneficios de una relación bilateral con un prestamista de crédito privado, incluyendo velocidad, flexibilidad y certeza sobre la ejecución”, comenta el ejecutivo.
En sus más de 35 años de historia, Patria Investments se ha convertido en un referente de los activos alternativos en la región. Reportan un AUM pro forma sobre los 40.000 millones de dólares.
Pixabay CC0 Public DomainAutor: Jacek Abramowicz from Pixabay
El gigante de los semiconductores NVIDIA, que es el principal fabricante de chips destinados a la inteligencia artificial, ha visto aumentar su cotización en un 150% en lo que va de año, lo que ha impulsado su capitalización de mercado hasta los 3 billones de dólares y la ha convertido en la compañía más valiosa del mundo.
Aunque estoy convencido del potencial a largo plazo de la inteligencia artificial, también he aprendido a mostrarme algo escéptico cuando una compañía sube tanto y tan rápido. En mi trayectoria como analista, trabajé en el sector de las telecomunicaciones a finales de la década de 1990, durante el auge de la tecnología y las telecomunicaciones. Recuerdo el gran entusiasmo que generó el potencial de internet para transformar la economía. Por desgracia, se produjo una desconexión entre ese entusiasmo inicial de los inversores y las ventajas económicas reales que llegaron años más tarde. Para mí fue una lección muy importante. Internet ha tenido desde entonces un enorme impacto en la actividad económica, pero los resultados no fueron inmediatos, y los inversores comenzaron a impacientarse.
A la hora de incluir inversiones relacionadas con la inteligencia artificial en mis carteras de inversión, tengo en cuenta cuatro posibles riesgos, que expongo a continuación.
Los inversores suelen sobrestimar el impacto a corto plazo de la tecnología
Tendemos a sobrestimar el impacto que la innovación tecnológica tendrá a corto plazo, pero subestimamos su efecto a más largo plazo. Esto puede explicarse con la curva J de productividad. Cuando aparece una nueva tecnología, las compañías y los inversores muestran un gran entusiasmo por su potencial de transformación y realizan fuertes inversiones en la creación de infraestructuras.
Sin embargo, la adaptación a las nuevas herramientas destinadas a aumentar la productividad lleva su tiempo. La nueva tecnología puede afectar a dicha productividad, ya que las compañías y los particulares continúan utilizando los procesos antiguos mientras aprenden e integran los nuevos, por lo que pueden pasar varios años antes de que empiecen realmente a obtenerse ventajas económicas tangibles.
Creo que dentro de diez años la inteligencia artificial habrá transformado nuestra forma de trabajar. Pero eso no significa que vayamos a ver sus resultados de forma inmediata ni que las empresas vayan a generar ganancias por la mera existencia de la inteligencia artificial. Se trata de un ciclo, que estará sujeto a la misma psicología y a las mismas leyes económicas que hemos visto en otros ciclos de innovación.
El ritmo de inversión de capital dependerá de los resultados
Los gigantes tecnológicos Microsoft, Meta, Alphabet y Amazon han invertido decenas de miles de millones de dólares en infraestructuras de inteligencia artificial. Gran parte de dicha inversión ha ido destinada a semiconductores y otros materiales necesarios para la construcción de centros de datos. Para continuar invirtiendo a este nivel, estos «hiperescaladores«, que representan a los principales proveedores de plataformas de nube e internet, tendrán que ver un rendimiento tangible de su inversión en forma de ingresos y, en última instancia, crecimiento de los beneficios.
¿Veremos ya resultados en los próximos uno o dos años? Algunas compañías sí los tendrán, pero otras muchas no. Aquellas cuyas cotizaciones ya reflejan las expectativas de crecimiento futuro relacionado con la inteligencia artificial podrían tener ciertos problemas.
Yo esta película ya la he visto. El mercado y las empresas se entusiasman con una oportunidad de crecimiento e invierten en ella de manera masiva. Cuando el mercado cambia de opinión y decide que gastar tanto no es una buena idea, las compañías acaban por hacer lo mismo y empiezan a recortar el gasto. Esa no es la mentalidad que estamos viendo ahora mismo en las inversiones relacionadas con la inteligencia artificial, pero cuando el mercado cambie de opinión, la idea irá calando en el sector y el gasto se reducirá.
En mi opinión, estas compañías van a mostrar una mayor disciplina que en el pasado en lo que respecta a la inversión y la orientación de los beneficios, y acabarán siendo también más disciplinadas en lo que se refiere al gasto relacionado con la inteligencia artificial. Ello podría traducirse en una estabilización de la inversión, pero con sorpresas en cuanto a beneficios y márgenes en los próximos años.
La insuficiencia de recursos podría ralentizar aún más el desarrollo de la inteligencia artificial
El desarrollo de las infraestructuras de inteligencia artificial exige muchos recursos, entre ellos personal cualificado. Estos recursos humanos incluyen tanto a los profesionales encargados de crear los modelos fundacionales de los que depende la inteligencia artificial generativa como a aquellos que saben cómo aplicarlos en las empresas. También se necesita una gran cantidad de electricidad para hacer funcionar los centros de datos de la inteligencia artificial.
Por este motivo, la demanda de energía se está disparando, lo que ejerce presión sobre la red. Los hiperescaladores han recurrido a los proveedores de energía nuclear para satisfacer sus enormes necesidades de electricidad. Ante estos posibles problemas de capacidad, es posible que los centros de datos de inteligencia artificial no crezcan en los próximos años a un ritmo tan rápido como algunos esperan.
Las burbujas pueden generar fuertes pérdidas
¿Estamos ya ante una burbuja de la inteligencia artificial? No lo sé, pero cada vez nos acercamos más. Como he mencionado antes, mi experiencia como analista de telecomunicaciones a finales de la década de 1990 me permitió ser testigo directo de la expansión y el estallido de la burbuja de la tecnología y las telecomunicaciones, así que sé el dolor que pueden causar estas caídas en el marco de los ciclos de mercado. También sé que estos ciclos tienden a producirse, aunque gran parte de las expectativas a largo plazo acaben haciéndose realidad.
No obstante, el entusiasmo que ha generado la inteligencia artificial es diferente al que despertaron las tecnológicas en la década de 1990. Para empezar, NVIDIA y otras grandes compañías tecnológicas han registrado un sólido crecimiento de sus beneficios en los últimos trimestres, y presentan también unas valoraciones más favorables que las que presentaban las principales compañías en el año 2000. No obstante, creo que en algún momento de los próximos 12 a 24 meses el crecimiento podría estancarse y provocar una cierta desilusión entre los inversores. A pesar de la solidez de la tendencia en la que están inmersas, algunas de las principales compañías de inteligencia artificial podrían sufrir fuertes retrocesos. Además, en los inicios de un ciclo de innovación no siempre está claro qué empresas van a lograr buenos resultados a largo plazo, por lo que es importante que los inversores sean conscientes de los riesgos.
Incluso si la inteligencia artificial acaba cumpliendo las expectativas más optimistas sobre su potencial, los inversores pueden perder mucho dinero por el camino. Cuando en el año 2000 estalló la burbuja de la tecnología y las telecomunicaciones, muchas compañías quebraron, y otras sufrieron fuertes caídas en su valor de mercado. Algunas tardaron varios años en recuperarse. A finales de la década de 1990, la cotización de Cisco Systems, fabricante de hardware de redes y equipos de telecomunicaciones para internet, subió como la espuma, convirtiendo a la compañía en la más valiosa del índice S&P 500. Tras el estallido de la burbuja, su cotización cayó casi un 80% como consecuencia del recorte de gastos de las compañías de telecomunicaciones. La empresa aún no ha vuelto al máximo alcanzado en aquel periodo.
Vivimos una época de gran entusiasmo por la inteligencia artificial. Y no pongo en duda este entusiasmo. Sin embargo, creo que en este momento del ciclo los inversores deberían mostrarse selectivos y tener en cuenta los posibles riesgos.
Tribuna de Chris Buchbinder, gestor de renta variable de Capital Group.
Asia, en particular China, es una de las regiones que deberían beneficiarse del previsible recorte de tipos de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), durante la última parte del año. “A medida que se disipe el riesgo de una grave recesión en EE.UU., el dólar debería seguir debilitándose a medida que la Reserva Federal se vuelva más dovish en sus actuaciones. Esto será positivo para varias economías de mercados emergentes y, en particular, para China/HK”, explica James Cook, director de Inversiones para Mercados Emergentes de Federated Hermes Limited. Ahora bien, ¿qué oportunidades de inversión presenta la región?
Si analizamos el comportamiento de la región durante los últimos meses, observamos que las acciones de la Gran China se mantuvieron estables en junio, mientras el resto de Asia mantuvo un desempeño mixto. En concreto, los mercados del sudeste asiático continúan siendo presionados por las incertidumbres en las elecciones de EE.UU. y la fortaleza del dólar estadounidense. “Por otro lado, los mercados tecnológicos de Taiwán y Corea continúan beneficiándose de la robusta demanda de tecnologías y aplicaciones relacionadas con la inteligencia artificial”, explica Kelly Chung, directora de Inversiones de Multi-Activos de Value Partners Group.
Respecto a las acciones de China/Hong Kong, Chung destaca que con los datos de inflación de EE.UU. siguen su tendencia a la baja, el mercado espera que la Fed recorte las tasas dos veces este año. “Aunque los alentadores datos de inflación han llevado al mercado a seguir alcanzando máximos históricos, era previsible que la volatilidad aumentará al entrar en la temporada de ganancias debido a las expectativas muy altas sobre las ganancias y las crecientes incertidumbres sobre las próximas elecciones. El mercado está descontando una victoria de Trump como escenario base, pero también están aumentando las incertidumbres sobre la posibilidad de un cambio en el candidato demócrata. Dentro de las acciones de China/Hong Kong, el mercado se mantuvo estable en junio, ya que aún no hay seguimiento de los anuncios de políticas de mayo. Por ahora, los datos económicos siguen siendo débiles: los PMIs de manufactura y servicios se deterioraron, mientras que el consumo se estancó. Tampoco hay una mejora significativa en el mercado inmobiliario”, afirma la experta de Value Partners Group.
Tras la tormenta de principios de agosto, la tranquilidad se ha vuelto a instalar en los mercados. “En Asia, Japón recupera esta mañana los niveles previos al lunes “negro” de la semana pasada. La bolsa nipona retoma la actividad bursátil con avances (Nikkei +3,1%; Topix +2,5%), propiciados por la depreciación del yen y que permiten recuperar los niveles previos al desplome visto la semana pasada. En modo positivo cotiza también el MSCI Asia Pacífico (+1%), mientras que en el resto del continente apenas hay cambios: Hang Seng y Kospi +0,1%; CSI 300 -0,1%”, destacan los analistas de Banca March.
Según los expertos de la entidad, tras las dudas que asaltaron a las bolsas a comienzos de la semana pasada en torno a la economía estadounidense y tras el fuerte correctivo de la renta variable nipona, ya superado, con motivo del anuncio de subidas de tipos y la consiguiente apreciación del yen.
Acciones de Asia excluyendo Japón
Los mercados de renta variable asiáticos han tenido un buen desempeño junto con el mercado de valores de EE.UU., según Value Partners Group, aunque las actuaciones fueron mixtas en los diferentes mercados. “La volatilidad en las acciones asiáticas también es probable, dadas las crecientes incertidumbres en las elecciones de EE.UU. Se espera que las acciones asiáticas, especialmente en el sudeste asiático, sean presionadas por el mercado que descuenta una victoria de Trump como escenario base y la continua fortaleza del dólar estadounidense. En el lado positivo, un camino más claro para recortes de tasas de la Fed también permite a los países del sudeste asiático más margen para comenzar a recortar tasas. Dadas las crecientes expectativas de una victoria de Trump, también están aumentando las expectativas de una actitud más dura hacia China por parte de EE.UU.”, afirma Chung.
Además, considera importante que los flujos están regresando a Japón e India, alejándose de China. Mientras tanto, “los mercados de Taiwán y Corea han tenido un buen desempeño, gracias al sentimiento positivo continuo sobre la inteligencia artificial (IA)», añade.
Sobre las Acciones A de China, la experta señala que el sentimiento hacia ellas se mantuvo débil en medio de la caída de los rendimientos de los bonos a largo plazo, la depreciación del RMB y el deterioro de los datos económicos. Según explica, las especulaciones sobre la reforma fiscal, incluida un aumento en el impuesto al consumo, aumentaron la presión sobre la ya débil demanda.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Savara. Los consumidores de Reino Unido empiezan a recuperar poder adquisitivo
El regulador británico (FCA) ha adoptado un enfoque pragmático al elaborar su Régimen de Fondos de Ultramar (OFR), en el que se especifica el proceso que deberán seguir los fondos minoristas europeos para obtener, y mantener, el acceso al mercado británico. Este régimen, que sustituirá al Régimen de Permiso Temporal de Comercialización (TMPR), ofrece un acceso simplificado al mercado británico en comparación con el actual y largo proceso de reconocimiento abierto a todos los fondos extranjeros. El Ministerio de Hacienda declaró que el régimen de fondos OICVM de la UE se considera equivalente al del Reino Unido. Este tipo de armonización normativa entre mercados es muy de agradecer y sin duda beneficiará tanto a los inversores como a los gestores de activos.
Sin embargo, algunos cambios más en el régimen previsto garantizarían que los inversores británicos puedan seguir invirtiendo en fondos de la UE sin un aumento excesivo de los costes. Reducir parte de la carga reglamentaria y de supervisión que se derivaría de la OFR, en particular cuando no existan requisitos similares para los fondos británicos.
Garantizar que los fondos reconocidos por la OFR puedan divulgar la información obligatoria de la manera más eficiente posible (es decir, cargando la información en la plataforma en línea de la FCA a partir de archivos CSV, XML o Excel en lugar de hacerlo manualmente).
«Aunque la mayoría de los fondos que se compran en el Reino Unido tienen su domicilio en este país, creemos firmemente que los fondos europeos pueden aportar un valor real a los inversores minoristas británicos. De hecho, según la Investment Association, su cuota en el mercado británico ha aumentado con el tiempo. Esperamos que el Régimen de Fondos de Ultramar permita a los inversores británicos seguir eligiendo los fondos en función de sus respectivos méritos, independientemente de dónde se encuentre el domicilio del fondo», destaca Marin Capelle, asesor de Política Reguladora de Efama.
Este año se cumple el 20 aniversario desde que se introdujo el concepto ESG medioambiental, social y de gobernanza en el influyente informe “Who Cares Wins” del Pacto Mundial de las Naciones Unidas. En las dos décadas transcurridas desde entonces, las cuestiones ESG se han convertido en una de las principales preocupaciones en materia de inversión. Durante ese periodo, la aplicación del concepto ESG ha evolucionado significativamente. A continuación, exponemos algunos de los cambios recientes que hemos observado en los mercados de crédito desarrollados.
Vemos tres tendencias distintas, pero interrelacionadas en la reciente aplicación del análisis ESG: el creciente papel de las consideraciones sociales y medioambientales; el rol que está desempeñando la regulación en el impulso -y la configuración- de la demanda en los mercados de crédito; y un cambio de las exclusiones generales hacia enfoques más refinados que permiten a los inversores, preocupados por la sostenibilidad, lograr un mayor impacto en el mundo real.
La G cede terreno a la S y la E
En las dos últimas décadas, el análisis ESG se ha centrado principalmente en la gobernanza. La G de ESG es el elemento más «convencional» y cuyo impacto se ha comprendido más fácilmente. Esto ha facilitado que los inversores consideren la gobernanza como la métrica más importante desde el punto de vista financiero. Unas prácticas de gobernanza sólidas son vitales para la sostenibilidad y el éxito a largo plazo de una empresa. Los inversores se han enfocado en factores como la composición del consejo, la remuneración de los ejecutivos y las políticas de gestión de riesgos. Se considera que estos factores ofrecen una imagen de la salud y la estabilidad general de la compañía, por lo que han cobrado importancia en el análisis crediticio.
Sin embargo, en los últimos años, los inversores han reconocido cada vez más la importancia de los factores medioambientales y sociales. En 2021, la agencia de calificación Moody’s señaló que los factores sociales se citaban como el elemento clave en el 84% de los ratings, en gran parte debido al impacto del Covid. En 2022, al remitir los efectos del Covid, esta cifra se redujo al 69%, pero siguió siendo mucho mayor que en los años anteriores a la pandemia. En 2019, la cifra comparable para las acciones del sector privado era del 20%. El 25% de los ratings de 2022 que citaron factores ESG como principales factores mencionaron riesgos medioambientales, lo que supone más del doble del 12% de menciones en 2021.
En conjunto, estas estadísticas sugieren que la importancia de los riesgos sociales está ganando terreno a la de los de gobernanza y que los medioambientales están ganando terreno. Así pues, en el cambiante panorama mundial actual, la E y la S dentro de la ESG son motores cada vez más importantes de la creación de valor a largo plazo y la gestión eficaz del riesgo.
El papel de la regulación
La creciente importancia de los factores medioambientales y sociales está remodelando las actitudes hacia las inversiones ESG, especialmente en Europa. La normativa de la región en materia de sostenibilidad supera a la de otros mercados desarrollados, sobre todo la estadounidense. Su incumplimiento puede reducir la rentabilidad y aumentar los costes de financiación. También puede exponer a las empresas a cambios en las preferencias de los consumidores y a medidas reguladoras más estrictas. Por el contrario, aquellas que demuestren excelencia en las prácticas sostenibles pueden obtener mejores resultados. Para los gestores de fondos como nosotros, esto representa un factor crítico para generar rendimientos y su importancia va a aumentar.
El endurecimiento de la normativa ESG está afectando significativamente al coste de la financiación en todos los sectores. En el caso del sector del petróleo y el gas, la incertidumbre sobre la transición energética, incluido el riesgo de activos bloqueados, ha provocado una caída de las valoraciones de los bonos a largo plazo frente a los niveles históricos. Además, el sector se enfrenta a objetivos de reducción de emisiones de dudosa credibilidad y a casos de «lavado verde». A estos retos se suman las dudas sobre la escalabilidad y eficacia de tecnologías como la captura y almacenamiento de carbono. Mientras tanto, las inversiones en tecnologías viables y escalables, como las energías renovables, suelen calificarse de lentas e insuficientes, lo que obstaculiza el avance del sector hacia los objetivos de sostenibilidad.
Aunque este cambio se alinea con los objetivos de la sociedad de fomentar la sostenibilidad, hay implicaciones que deben tenerse en cuenta, especialmente para las industrias que facilitan la transición. En el sector de los servicios públicos, por ejemplo, el mayor escrutinio sobre el uso de combustibles fósiles en la generación de energía, impulsado por normativas como la Taxonomía de Actividades Sostenibles de la UE, está haciendo que los inversores se alejen de las empresas intensivas en carbono. El énfasis en los objetivos de intensidad de carbono y los índices de referencia alineados con el Acuerdo de París intensifican todavía más esta tendencia, reorientando el capital hacia alternativas con menor huella de carbono.
Sin embargo, este impulso normativo puede tener consecuencias no deseadas, especialmente si hace que los inversores eviten por completo los sectores de altas emisiones. Se corre el riesgo de penalizar a las compañías que lideran la transición hacia prácticas más limpias, lo que podría obstaculizar el avance hacia los objetivos de sostenibilidad. Las empresas de servicios públicos que invierten activamente en infraestructuras de energías renovables podrían enfrentarse a costes de financiación más elevados debido a los vínculos persistentes con los combustibles fósiles. A pesar de este reto, se prevé que el sector de los servicios públicos logre la reducción más significativa de las emisiones de carbono a finales de la década, como se muestra en el siguiente gráfico. Aunque algunas entidades siguen dependiendo de la generación de carbón, muchas de las principales empresas de servicios públicos lo están eliminando progresivamente de aquí a 2030.
Gráfico 1: Porcentaje de reducción de las emisiones sectoriales hasta 2030 (alcances 1 y 2)
Fuente: Trucost, CDP, SBTi y abrdn, 2023.
Aunque determinadas industrias justifican unos costes de financiación más elevados por su impacto medioambiental adverso, este planteamiento se arriesga a estancar el proceso de transición y desincentivar la innovación en sectores críticos. Así, aunque la normativa es fundamental para incentivar las prácticas sostenibles, es esencial adoptar un enfoque matizado para garantizar que la transición sea eficaz y equitativa en todos los sectores.
Más allá de las pantallas
Las exclusiones son un elemento básico de la inversión sostenible desde hace mucho tiempo. Al excluir a las empresas que no cumplen determinadas normas ESG, los gestores de fondos sostenibles pretenden alinear sus carteras con los valores de sus inversores. Sin embargo, la eficacia de este planteamiento se ha puesto en entredicho. Por ejemplo, cuando los inversores retiran de sus carteras compañías con un historial medioambiental irregular, abandonan la posibilidad de influir directamente en ellas, con lo que pueden perder la oportunidad de lograr un cambio real.
Dicho esto, en los últimos tiempos hemos asistido a un cambio hacia un enfoque más holístico. Desde 2020, la integración ESG ha superado a la selección negativa como estrategia más popular en la inversión sostenible. Por «integración ESG» entendemos la inclusión de estas cuestiones en todos los análisis y decisiones de inversión. Las exclusiones siguen teniendo cabida: no son controvertidas en ámbitos como el tabaco y los juegos de azar. Pero al adoptar un enfoque de integración, los inversores pueden evitar tachar a determinadas empresas de no aptas para la inversión basándose en datos retrospectivos. En los sectores en los que las prácticas están mejorando, los inversores miran cada vez más allá de la exclusión generalizada de las empresas rezagadas en materia de ESG y hacia una conciencia más matizada de este tipo de riesgos, con hipótesis a futuro integradas en la toma de decisiones para complementar la lógica de la inversión.
Otra forma de verlo es a través del impacto medioambiental y social. Si aquellas compañías que se encuentran al principio de su «transición verde» fueran abandonadas por los inversores preocupados por la sostenibilidad, tendrían muchos menos incentivos para adoptar prácticas respetuosas con el medio ambiente. Aquí es importante considerar el impacto que pueden tener los gestores de fondos. Si usted, como inversor sostenible, respalda a una empresa de energías renovables «pura y dura», básicamente le está pidiendo que siga haciendo lo que ya hace. En cambio, si invierte en un fabricante de cemento y le anima a poner en marcha plantas piloto con emisiones netas cero, su impacto positivo será mucho mayor.
En la misma línea, los inversores podrían excluir a las siderúrgicas, por sus elevadas emisiones de carbono. Pero el acero es vital para la construcción de infraestructuras de energía limpia. Por tanto, una compañía que está pasando a una producción de acero con bajas emisiones de carbono o, en última instancia, con cero emisiones netas, está reduciendo sus propias emisiones y ayudando a reducir las emisiones de forma más general al proporcionar materiales para proyectos de energías renovables. Si los inversores apuestan por ellas, están fomentando una dirección positiva.
Uno de los beneficiarios del movimiento hacia la integración ha sido EDP, una empresa portuguesa de servicios públicos que fija y cumple sistemáticamente ambiciosos objetivos de emisiones. Como genera actualmente el 5% de sus ingresos a partir del carbón, no es invertible para las estrategias que operan con umbrales de generación de carbón. Pero la cotizada eliminará gradualmente sus operaciones de carbón en los próximos dos años y reducirá sus emisiones en un 98 % respecto a los niveles de 2015 para 2030, cuando debería ser uno de los mayores productores mundiales de energía eólica. Por tanto, los inversores pueden aspirar a lograr un mayor impacto positivo teniendo en cartera EDP que excluyéndola. Al respaldarla, están ayudando a acelerar la transición energética.
Centrarse en aquellos nombres que están cerca del inicio de su andadura en materia de ESG también ofrece la perspectiva de mayores rendimientos. Un estudio reciente de Barclays indica que las mayores rentabilidades proceden de las empresas que realizan las mayores mejoras en sostenibilidad, no de las que ya tienen una alta puntuación en criterios ESG. Si una estrategia se centra exclusivamente en los «campeones» ESG, puede estar perdiendo importantes oportunidades de rentabilidad.
La oportunidad del rendimiento en las lagunas de datos
Para los inversores en crédito, un aspecto final es si las mismas normas ESG se pueden aplicar de forma útil a todos los emisores. Las diferencias entre los emisores de alto rendimiento y los de grado de inversión son particularmente pertinentes aquí. Los emisores de alto rendimiento, que a menudo son empresas más pequeñas o jóvenes, pueden carecer de equipos especializados en ESG, marcos de bonos verdes o recursos para elaborar informes de sostenibilidad.
Esto significa que las empresas comprometidas con la sostenibilidad pueden pasar desapercibidas para los inversores porque carecen de medios para demostrar sus credenciales ESG. Un ejemplo reciente es Ardagh Metal Packaging, que produce latas de bebidas metálicas altamente reciclables. Hasta hace muy poco, la empresa era una rezagada en sus revelaciones ESG. Pero está muy alineada con los principios de sostenibilidad, especialmente en los ámbitos de la economía circular y la reducción de residuos. En 2022, se calcula que sus esfuerzos de reciclado permitieron evitar 3,7 millones de toneladas métricas de emisiones equivalentes de CO2 en comparación con los materiales vírgenes, como se muestra en el siguiente gráfico.
Gráfico 2: Emisiones de los envases metálicos de Ardagh (tCO2e)
Fuente: Informe CDP de Ardagh, 2023
Esto subraya la importancia de que la ESG sea algo más que un ejercicio de marcar casillas. Un análisis en profundidad es un elemento insustituible. Y los inversores que puedan descubrir empresas con buenas prácticas ESG, pero cuya divulgación está limitada, tienen la oportunidad de obtener mejores resultados invirtiendo antes de que la mejora de la divulgación atraiga finalmente una mayor atención del mercado.
Evolución saludable
Aunque el concepto ESG ha sido objeto de críticas en algunos sectores, entra en su tercera década con buena salud. Sin embargo, a medida que la inversión ESG madura, las mejores prácticas siguen evolucionando. El mercado muestra que los inversores siguen perfeccionando y mejorando sus planteamientos de inversión sostenible para aumentar la rentabilidad, mitigar los riesgos y, en última instancia, mejorar los resultados sociales y medioambientales para todos.