CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: LaiN01
. Morgan Stanley pide autorización para lanzar ETFs estadounidenses
Morgan Stanley habría solicitado autorización al regulador para lanzar su primer ETF estadounidense, sumandose así a otras grandes de firmas que buscan dar respuesta al creciente interés por parte de los inversores en estos productos.
Según la agencia Reuters, la gestora de la firma presentó dos solicitudes a última hora del pasado viernes, pues estaría gestionando los permisos necesarios para la comercialización de ETFs pasivos -que replicarían índices del mercado- y de gestión activa -que permitirían a los gestores seleccionar el grupo de acciones o bonos que crean batirán al mercado-.
Esta decisión responde al crecimiento experimentado por otras gestoras que ofrecen retornos más estables que esta firma, en un entorno de mayor presión regulatoria que merma el crecimiento del beneficio en otras áreas tradicionales de negocio como el trading, explica la agencia.
Goldman Sachs, JPMorgan Chase, Legg Mason y Franklin Templeton son algunas de las que ya han lanzado nuevos fondos o comprado firmas de ETFs en los últimos meses, un producto que mueve 3.000 millones de dólares globalmente.
Andbank Advisory Miami invita a tomar un posicionamiento más conservador en el corto plazo - foto cedida. Andbank Advisory Miami invita a tomar un posicionamiento más conservador en el corto plazo
De cara al mes de junio podemos esperar un aumento de la volatilidad en los mercados que aconseja tomar un posicionamiento más conservador ante eventos que pueden frenar la complacencia vista en los mercados, como son: el referéndum de Reino Unido, respecto a su permanencia en la Unión Europea; las segundas elecciones en España, tras el fallido intento de formar gobierno; y una posible subida de tipos por parte de la Reserva Federal en el mes de junio, dice Eduardo Antón, portfolio manager de Andbanc Advisory basado en Miami. Si bien el escenario económico y la asignación de activos de largo plazo se mantiene, tomar un posicionamiento más prudente en el corto plazo puede proteger las carteras frente a la volatilidad de corto plazo.
Europa: el foco de atención para el mes de junio
El verano trae consigo una ocupada agenda política en el viejo continente. Comenzando con el referéndum de Reino Unido del día 23, sobre el que las recientes encuestas de Bloomberg muestra unos resultados bastante ajustados con un 41% apoyando la salida, un 41% apoyando la permanencia y un decisivo 17% que no está seguro de su elección. “Si bien los plazos y las implicaciones económicas de un resultado a favor del llamado “Brexit” no son claras, podemos esperar un contagio al resto de Europa, ya que sentaría un referente para otros países que se muestren interesados en salir, ocasionando una debilitación de la Unión Europea”.
La segunda cita tiene lugar el día 26, cuando se celebrarán unas segundas elecciones en España, tras el fallido intento de formar gobierno con el parlamento formado en diciembre. Las recientes encuestas muestran un resultado similar al anterior -con el PP liderando seguido del PSOE-, si bien el riesgo de que los partidos de izquierda (Podemos e izquierda Unida) se presenten juntos a las elecciones, llegando a sobrepasar al PSOE como segunda fuerza política más votada, aumentaría la incertidumbre y complicaría la formación de un gobierno. Esta situación dejaría en manos de un acuerdo entre el PP y Ciudadanos la creación de gobierno, el cual el mercado miraría con buenos ojos.
“Este huracán político llega con un Banco Central que amplió los detalles de su programa de compra de activos, en el que se incluye ya un universo cercano a los 800 billones de euros -representando un 50% más de las estimaciones iniciales-. La flexibilización de este programa del BCEha apoyado el mercado de crédito europeo, en el cual, si bien vemos un recorrido ya agotado, no esperamos una ampliación de los diferenciales ni un aumento en la volatilidad, ya que el mercado está ya posicionado a la espera de que el BCE inicie las compras”, señala Antón.
El sentimiento en contra de las valoraciones
Tras un difícil inicio de año, la volatilidad (medida a través del índice VIX) ha disminuido desde los 28 puntos del 11 de febrero hasta los 14 del 31 de mayo. “Esta `tranquilidad´ que hemos tenido en los mercados de renta variable durante los dos últimos meses ha dominado el sentimiento de los inversores, que han aumentado su exposición a activos de riesgo”. Según los datos de la encuesta de Bank of America Merrill Lynch -explica el portfolio manager de Andbanc Advisory-, la última semana de mayo fue la primera de las últimas ocho en que se observaron flujos de entrada positivos. Y fue la renta variable americana el activo que capto la mayor cantidad de estos flujos, coincidiendo con el índice S&P500 a tan solo un 1.5% de su nivel máximo histórico. “Esto demuestra como el sentimiento del mercado no, necesariamente, está basado en los fundamentales y como el `temor´ a quedarnos fuera de un mercado alcista o la `avaricia´ de vender en máximos esperando ganar el último dólar, puede llevarnos a tomar decisiones de inversión alejadas de nuestros objetivos de largo plazo”.
Un buen indicador del sentimiento de mercado, es el índice “Fear & Greed” de CNN, que con 7 indicadores de sentimiento construyen un índice, que va de 0 (pánico) a 100 (avaricia), y actualmente se encuentra en niveles de 79.
El mes pasado Antón ya mostró su opinión respecto a las ajustadas valoraciones en el mercado americano y, tomando en cuenta que el mercado actualmente cotiza a un PER de 16,78x utilizando un BPA de 123 dólares, “una corrección de entre un 5% y un 10% sería nuestro escenario más probable para los próximos meses, manteniendo nuestro objetivo para el S&P de los 1949 puntos”.
Su naturaleza “contrarían” –concluye Antón- le invita a tomar un posicionamiento más conservador en el mercado americano,si bien no hay que olvidar –advierte- que el mercado puede permanecer mayor tiempo en la complacencia que en el pánico.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Asier Gallastegi Fullaondo
. Visa inaugura un centro de innovación en Miami
Visa anunció ayer lunes la apertura de un centro de innovación enMiami, con unas instalaciones de 2.680 pies cuadrados, en el que clientes, socios y desarrolladores de Latinoamérica y el Caribe, junto con Visa, podrán crear la próxima generación de aplicaciones de comercio y pago.
Abierto para clientes regionales y globales, el nuevo centro de innovación de Miami es un espacio práctico administrado por técnicos y ejecutivos de la compañía que diseñan y crean soluciones relevantes para el mercado en tiempo real. Socios y clientes tienen pleno acceso a los APIs de Visa y kits para el desarrollo de software (SDKs), a través de la Plataforma de Visa Developer.
La apertura del centro de Miami es consecuencia del éxito de One Market Center, el primer centro de innovación que abrió la firma en julio de 2014, en sus oficinas centrales y que se ha visto seguido por los de Londres, Singapur y Dubái. La compañía tiene previsto abrir otros nuevos centros en 2017.
“La apertura de un centro de innovación enfocado en la próxima generación de pagos en Latinoamérica y el Caribe es parte esencial de nuestra estrategia digital”, afirmó Eduardo Coello, presidente de Visa para Latinoamérica y el Caribe. “Estas instalaciones nos permiten acceder al mundo creciente de “tech y startups” en el sur de la Florida, desarrollando en conjunto con nuestros clientes y socios soluciones que resulten relevantes para los consumidores en la región”.
El objetivo de Visa es asegurarse que cualquier dispositivo con acceso a Internet pueda realizar compras y pagos de manera segura. La red global de centros de innovación de Visa tiene como misión promover la innovación y permitir a los clientes interactuar, experimentar y colaborar.
“La innovación exitosa requiere trabajo en conjunto para diseñar y probar nuevos productos – en cuestión de semanas, no de meses o trimestres,” dijo Jim McCarthy, vicepresidente ejecutivo de Innovación y Alianzas Estratégicas de Visa. “El centro de innovación de Miami es el cuarto espacio regional de co desarrollo, y como el resto de nuestras instalaciones, será un espacio donde juntos construiremos el futuro del comercio, que incluye tecnologías como: biometría, servicios basados en la nube (cloud-based) y más.”
Photo: DanNguyen, Flickr, Creative Commons. NewAlpha Announces a Strategic Partnership with New York Based Naqvi-Van Ness Asset Management
NewAlpha Asset Management, gestora global especializada en la incubación y aceleración de fondos con sede en París, ha anunciado su acuerdo estratégico de inversión con Naqvi-Van Ness Asset Management. Como firma de referencia en incubación, NewAlpha está continuamente buscando gestores de inversión con talento que se encuentren en una fase inicial de desarrollo o que busquen una alianza estratégica para acelerar su crecimiento… y ha elegido ahora a Naqvi-Van Ness AM.
El enfoque de inversión de Naqvi-Van Ness combina una estrategia de renta variable estadounidense core, cuantitativa long/short con oportunidades descorrelacionadas que buscan detectar y explotar los potenciales cambios en el comportamiento de los mercados.
El objetivo de inversión es generar alfa y obtener rendimientos absolutos en todos los entornos de mercado. La estrategia ha sido calificada por Bloomberg en el Top 6, entre los fondos de su categorías durante los últimos cinco años, y en el Top 10 en lo que va de año (con datos a finales de mayo). La estrategia más conocida de Naqvi-Van Ness cuenta con 90 millones de dólares bajo gestión.
NewAlpha Asset Management ofrece a los inversores cualificados un acceso privilegiado a las firmas más innovadoras y dinámicas de la industria financiera gracias a una completa gama de productos y servicios. En nombre de sus clientes, selecciona, financia y acompaña proyectos empresariales innovadores, principalmente en gestión de activos, pero también en sectores que están estrechamente relacionados, como las tecnologías financieras o los servicios de gestión de inversiones. Como líder europeo en gestores de capital semilla para inversores institucionales, NewAlpha ha firmado más de 60 acuerdos estratégicos e invertido más de 1.000 millones de euros en Francia y en boutiques de gestión de inversiones internacionales. NewAlpha ha sido uno de los distribuidores más activos a nivel mundial en este segmento, con más de 500 millones de dólares asignados a 17 socios desde 2012.
En relación al acuerdo estratégico, Ali Naqvi, co-fundador de Naqvi-Van Ness, señaló: “Estoy encantado de que nuestros esfuerzos en I+D para aplicar nuestros conocimientos de inversión en un formato altamente líquido hayan tenido éxito en el desarrollo de nuestro enfoque. Esta estrategia es innovadora y se suma a la oferta existente de hedge funds tradicionales y vemos el hecho de contar con un inversor experimentado como NewAlpha como un sello de calidad en relación a la rigurosidad de nuestros procesos y operaciones de inversión”.
Albert Van Ness, co-fundador de Naqvi-Van Ness, añadió: “Además, la inversión de NewAlpha acelerará el crecimiento y aumentará el atractivo de la estrategia. Tener una inversión estratégica nos dará un nivel institucional de credibilidad. Junto con nuestra estrategia diferenciadora de renta variable long/short, debería ser una combinación positiva para los clientes que nos tienen en su radar”.
Antoine Rolland, CEO de NewAlpha, afirmó: “Estamos entusiasmados de entrar en esta alianza estratégica con Naqvi-Van Ness. Durante su carrera, Ali, Albert y Charles han mostrado, de forma constante, su dedicación y su deseo de ofrecer la más alta calidad en términos de análisis de la inversión, conocimientos del mercado y gestión de carteras. La estrategia de inversión ofrece muchos beneficios, incluyendo la diversificación y la rentabilidad. Además, Naqvi-Van Ness y NewAlpha comparten valores comunes y ambas organizaciones tienen una cultura empresarial emprendedora”.
Naqvi–Van Ness Asset Management
En 2001, Ali Naqvi y Albert Van Ness fundaron Naqvi–Van Ness Asset Management (NVAM) con el objetivo de desarrollar un enfoque de inversión sistemática. Este esfuerzo dio como resultado una firma de análisis intensivo con modelos propios que utilizan factores y puntos de vista apoyados en el comportamiento de los inversores y las tendencias persistentes.
Antes de fundar NVAM, Ali Naqvi adquirió una amplia experiencia en la industria de inversión en los 18 años que trabajó en Citibank Global Asset Management, durante los cuales fue responsable de gestionar las carteras de los grandes clientes institucionales. Las carteras bajo su supervisión sumaban cerca de 8.000 millones de dólares. El co-fundador de la firma, Albert Van Ness, también fue gestor en Citibank Investment Management de 1994 a 2000. En 1994, se incorporó a Ali Naqvi, gestionando las carteras de los clientes con muy altos patrimonios, planes de pensiones e inversores soberanos, con unos activos bajo gestión de alrededor de 1.200 millones de dólares.
En 2010, Charles DuBois fichó por NVAM como director de Estrategias de Inversión y Análisis. Actualmente es responsable de desarrollar modelos y estrategias y, de analizar nuevas ideas de inversión. Previamente, DuBois fue socio global y responsable de Estrategias de Asignación de Activos de EE.UU. para el Grupo de Productos Estructurados Globales de Invesco.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Winky. Lyxor lanza los primeros ETFs que replican las expectativas de inflación
Lyxor anuncia el lanzamiento de Lyxor USD 10Y Inflation BreakevenUCITS y Lyxor EUR 2-10Y Inflation Breakeven UCITS ETF, los primeros ETFs en ofrecer al inversor exposición a las crecientes expectativas de inflación eliminando el riesgo de una subida de tipos de interés.
Mientras la inflación está cerca de niveles históricamente bajos en Europa y Estados Unidos, hay cada vez más evidencia de que la inflación podría incrementar más rápido de lo esperado, lo que impulsaría a los inversores en bonos a proteger sus carteras frente a las consecuencias. El objetivo de los nuevos ETFs de Lyxor es ofrecer exposición a cambios en las expectativas de inflación a través del spread entre el rendimiento de bonos nominales y el de bonos ligados a inflación, por tanto, dejando al inversor en una postura neutral ante cambios en tipos de interés. Hay diferencias frente a los Treasury Inflation Protected Securities (TIPS), que proporcionan una cobertura frente a la inflación, pero que, como cualquier bono, puede disminuir su valor si los incrementos de inflación se traducen en mayores tipos de interés.
Ambos ETFs cuentan con unas comisiones de gestión de tan solo 0,25%, ofreciendo una exposición simple y de bajo coste a las expectativas de inflación. Francois Millet, director de ETF and Index Product Development en Lyxor: “Los ETFs Lyxor’s Breakeven UCITS ofrecen a los inversores exposición a la tasa de inflación de equilibrio con el beneficio de la transparencia y liquidez, convirtiéndola así en una clase de activo adecuada e invertible”.
Joel Rubenstein, Senior Portfolio Manager del fondo New Capital US Growth, y Donald Klotter, Client Portfolio Manager. Fotos cedidas. Por qué al estilo growth aún le quedan muchos años de supremacía en la bolsa estadounidense
El mercado está demasiado volcado en las cosas que pueden ir mal, como la posibilidad de una desaceleración económica, el impacto negativo de un petróleo muy bajo en las firmas energéticas, el Brexit, las subidas de tipos en Estados Unidos… Pero la perspectiva de Joel Rubenstein, Senior Portfolio Manager del fondo New Capital US Growth, y Donald Klotter, Client Portfolio Manager, se centra más en lo que puede ir bien en los mercados… y, a parte de tener una visión macroeconómica moderadamente optimista en EE.UU., encuentran los mejores motivos para ser positivos en las oportunidades que ofrecen algunas de las compañías que analizan, capaces de crecer y de ganar cuota de mercado en un entorno de modesto crecimiento.
Porque el foco de estos dos expertos de la gestora New Capital –marca de EFG Asset Management, el brazo de inversión del grupo de banca privada global EFG International- son las empresas estadounidenses de mayor calidad, que ofrecen un potencial de crecimiento superior y con modelos de negocio escalables y más rentables; y con esa perspectiva construyen la cartera de su fondo, que invierte en acciones de unas 70 compañías estadounidense con un sesgo puramente growth.
Porque este estilo tiene un gran potencial de ser más rentable que otro tipo de inversiones (como el value) en los próximos años, según defendieron Rubenstein y Klotter en una entrevista con Funds Society recientemente en Madrid. “Es cierto que de 2000 a 2007 el value batió al growth y desde 2007 hasta ahora ha sido al contrario, pero no fue hasta 2013 cuando el estilo de crecimiento -y sectores como el consumo discrecional o la tecnología- realmente empezó a tomar el liderazgo, de forma que aún estamos en una fase temprana del ciclo en el que el estilo growth bate a otros”, explica Klotter.
Y no solo eso: también ofrece valoraciones más atractivas que el value. Así, el experto responde a la “acusación” de que el activo está caro con dos ideas: “En primer lugar, en la cartera invertimos solo en 70 nombres, de forma que nos concentramos en aquellos con mejores valoraciones de acuerdo con nuestras estimaciones; y en segundo término, actualmente los sectores growth, como el de tecnología, telecomunicaciones o salud, cotizan a un PER más bajo comparado con la media de 15 años que otros sectores más value, como energía, utilities o consumo básico, más caros”.
El experto explica que, en un escenario de bajos tipos de interés y volatilidad, los inversores buscan rentas y nombres que ofrezcan dividendos, aunque no crezcan, lo que ha encarecido estos activos más value. “Son las inversiones más populares, pero esa parte de mercado es cara y tiene mayor riesgo”, añade Rubenstein.
Así, es la combinación de la búsqueda de compañías capaces de crecer y ganar cuota de mercado en un entorno de bajo crecimiento en EE.UU., y las atractivas valoraciones, lo que explica sus fuertes posiciones en sectores como la tecnología o el consumo discrecional, sobreponderados en su cartera; o en compañías archiconocidas como Alphabet, Facebook, Amazon.com, VISA, Northrop Grumman, Priceline o Nike (todas en su top 10), complementadas con empresas emergentes en temáticas atractivas como Under Armour o Lululmon.
En general, y pese a los recientes rallies en la bolsa estadounidense, los expertos confían en que el ciclo alcista tienen aún varios años por delante: si la duración de los ciclos bursátiles suele ser de unos 16-18 años, consideran que el verdadero ciclo alcista en el activo comenzó en 2013, por lo que aún hay mucho recorrido por delante.
La macro también apoya
Aunque se trata de inversores puramente bottom-up y activos (el active share en el fondo es superior al 60%), los expertos creen que la macro también apoya a las bolsas. Hablan de un crecimiento económico sostenible en el país, en un entorno de subidas de tipos que responden a esa situación positiva y que debería apoyar los precios de las acciones, como ha ocurrido históricamente, “especialmente cuando los ciclos de subidas de tipos parten de bases muy bajas”.
Los expertos hablan de una o dos subidas más de tasas este año, aunque no muestran preocupación por ello, también porque las compañías en las que invierten, según indica Rubenstein, tienen poca deuda y se verán poco impactadas.
Tampoco están preocupados por el impacto que las potenciales quiebras en las firmas energéticas, debido al bajo precio del petróleo, pueda tener en otros sectores, ni por el horizonte político del país, ante las elecciones de otoño. Rubenstein apunta a que podría haber reformas fiscales para impulsar la economía tras las elecciones, algo positivo, y apunta a un posible aumento en el gasto en sectores como el de defensa tanto si gana el candidato demócrata como el republicano. También apunta que el sector farmacéutico podría verse afectado de manera distinta dependiendo de quién sea el futuro presidente.
Foto: DanNguyen, Flickr, Creative Commons. ¿Una subida de los tipos de interés a la vista?
Si los tipos de interés son bajos, ¿es razonable imaginar que oscilarán de forma indefinida en torno a los mínimos históricos que hemos constatado desde hace siglos? A menos que sea partidario del estancamiento secular, estoy convencido de que éste no será el caso.
A excepción del declive durante la crisis de la deuda soberana en los países periféricos, los tipos de interés están a la baja desde la implantación del euro, incluso desde principios de los años 80. Esta caída de los tipos de interés refleja fundamentalmente un contexto deflacionista y de recesión causado por una serie de factores como el envejecimiento de la población, la falta de demanda y de inversión, el bloqueo de los circuitos de créditos bancarios, etc. Evidentemente, la espiral deflacionista se ha visto acentuada por la política de un euro fuerte llevada a cabo entre 2008 y 2015 y cuyo objetivo era garantizar una credibilidad internacional al tiempo que la crisis griega evidenciaba la vulnerabilidad del plan monetario. Lo mismo ocurre con las políticas de austeridad presupuestaria decretadas a destiempo y cuya cristalización, en forma de pacto de estabilidad y crecimiento, es sin duda un error histórico comparable a aquellos que se cometieron en los años 30.
No obstante, si los tipos de interés son bajos, ¿es razonable imaginar que oscilarán de forma indefinida en torno a los mínimos históricos (¡desde hace siglos!) que hemos constatado? A menos que sea partidario del estancamiento secular, estoy convencido de que este no será el caso, ya que las medidas monetarias tienen por objeto volver a impulsar una inflación que tendrá como consecuencia inevitable un aumento de los tipos de interés a largo plazo. No se trataría de un incremento de los tipos de interés reales (que corresponden a los tipos de crecimiento de la economía), sino más bien de una subida asociada al riesgo crediticio y la vuelta de la inflación.
Sin embargo, hay otro factor absolutamente esencial que inevitablemente va a provocar un aumento de los tipos; se trata de la deuda pública. A día de hoy la deuda alcanza cotas inauditas en tiempos de paz y, tanto en términos relativos como absolutos, se encuentra como mínimo al nivel más elevado desde la II Guerra Mundial. Ahora bien, el riesgo asociado a la importancia de esta deuda pública no se refleja en los tipos de interés. Para convencerse de ello, basta con pensar en el hecho de que el estado belga ha emitido un bono con un vencimiento de un siglo a un interés nominal del 2,3%. Si se cumple el objetivo del Banco Central Europeo de alcanzar una tasa de inflación del 2% (y se cumplirá tras las políticas de flexibilidad monetaria), esto significa que el riesgo asociado al estado belga y la remuneración real de los acreedores (es decir, su remuneración mediante la retirada del ahorro) es del 0,3%. Por intuición, este importe es insuficiente. Por tanto es probable, si no es prácticamente cierto, que va a aumentar la prima de riesgo soberano, es decir, la exigencia de remuneración para prestar a los estados cuyo endeudamiento aumenta de forma estructural.
Por otra parte, existe una constante económica: es imposible mantener la intangibilidad de una moneda cuando están en vías de cambio las fuerzas y las contingencias con las que debe garantizar un equilibrio. El desequilibrio de las finanzas públicas siempre (y es una ley universal) acaba por corromper y degradar una moneda. Esto significa que un exceso de deuda pública provoca irremediablemente un ajuste monetario, así como su desaparición dentro de la inflación a través de su monetización (práctica llevada a cabo por el Banco Central Europeo) o mediante su reducción autoritaria (como fue el caso en muchos países, entre ellos Chipre). Sin estos dos casos (reducción autoritaria o inflación), se produce un incremento del precio de la moneda, es decir, el tipo de interés, ya que la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda no está garantizada y el riesgo de los emisores públicos aumenta. En este sentido, hay un dato revelador: la deuda pública en la zona Euro prácticamente ha aumentado un 50% en diez años, lo que equivale a un tipo muy por encima del objetivo de inflación del 2%. Ha habido por tanto un aumento real de dicha deuda a un ritmo que excede la depreciación de la moneda mientras que los tipos de interés caían. Esto es una contradicción.
Por el contrario, se podría argumentar que los tipos de interés deben permanecer bajos porque los Estados, que están limitados por el presupuesto, no se pueden permitir tal aumento. Por lo demás, es esta perspectiva la que ha llevado al Banco Central Europeo a crear dinero tomando en garantía las obligaciones del Estado, es decir, monetizándolas. Sin embargo, las leyes del mercado tienen su propia dinámica: los programas de monetización tendrán un plazo y el riesgo no se puede ocultar indefinidamente por medio de inyecciones monetarias. El único recurso que tendrán los Estados para asegurarse una financiación a un tipo de interés bajo implica obligar, a través de diversas medidas reguladoras ya aplicadas, a los bancos y las compañías de seguros a suscribir sus obligaciones. Por lo tanto las deudas del Estado se consideran ejemplos de riesgo y no requieren ninguna garantía de capital propio para las entidades financieras, a diferencia de cualquier otra contrapartida privada. Pero en este aspecto también hay una restricción: sin asumir riesgos, las entidades financieras no pueden ofrecer un rendimiento satisfactorio a sus depositantes, titulares de seguros de vida y accionistas, salvo considerar una nacionalización sutil de todos los circuitos financieros.
Dicho esto, ¿hay que temer este aumento de los tipos de interés? La respuesta debe ser matizada. Un aumento brusco de los tipos es poco probable, ya que se vería contrarrestado por los bancos centrales. Por otra parte, este aumento podría tener un efecto devastador en los mercados de activos. Sobre la base de los datos promedio, el valor de los mercados de acciones y obligaciones podría caer en torno al 10% si se produjera un improbable aumento brusco de los tipos de interés a largo plazo del uno por ciento. Por el contrario, un aumento gradual de los tipos de interés sería el anuncio de una normalización monetaria y, por tanto, una señal positiva de que se está saliendo de una situación extremadamente singular. En este último supuesto, los tipos aumentarían progresivamente por un efecto alcista sobre los tipos a corto plazo, que se propagarían gradualmente a los tipos de interés a largo plazo. Si este aumento de los tipos de interés correspondiera a una presión inflacionista, el impacto negativo sería mitigado.
En definitiva, independientemente del enfoque, el rigor intelectual provoca una necesidad de contemplar un posible aumento de los tipos de interés a largo plazo. Por tanto, no parece razonable considerar que la situación actual pueda continuar así.
Columna de Bruno Colmant, responsable de investigación macroeconómica en el Banco Degroof Petercam.
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Woodley Wonder Works. European Equities: Politics Versus Progress
Los mercados europeos de renta variable han experimentado unos tórridos 12 meses. Se suponía que todo iba a ser diferente. La flexibilización cuantitativa (QE), lanzada en marzo de 2015, aceleraría la recuperación ―utilicé la expresión “QE con esteroides” unas cuantas veces el año pasado― dado el fuerte punto de partida para el crecimiento en ese momento. El crecimiento mejoraría en todo el mundo, y las ganancias comenzarían a remontar.
La realidad ha sido bastante diferente. El dólar estadounidense se ha debilitado, cuando debería haber estado fortaleciéndose, partiendo de la hipótesis de que la Reserva Federal de Estados Unidos iba a estrechar los tipos, mientras que se suponía que el euro iba a mantenerse en niveles bajos, altamente competitivos para los exportadores. Tampoco se esperaba que la política fuese a destacar hasta 2017, pero ni siquiera la perspectiva de que Trump lidere el bando republicano en EE.UU. ha desviado la atención de las incertidumbres políticas de Europa. Como preocupación política más inmediata, es probable que el referéndum en el Reino Unido sobre su pertenencia a la UE esté mucho más cerca de lo que muchos habían pensado nunca.
Dadas estas incertidumbres, no es de extrañar que el mercado de renta variable haya tenido dificultades para negociar a lo que algunos pensaban que era un nivel alto. Tras cinco años de crecimiento escaso o nulo de las ganancias a nivel agregado, las previsiones para 2016 se han revisado constantemente a la baja (una vez más) desde un punto de partida en torno al 8% hasta un nivel más reciente cercano al 1%.
Progreso a pesar de las bravatas
Todo ello podría ser un motivo para considerar el vaso medio vacío. Pero a continuación se exponen algunas de las razones para considerar que en realidad está aún medio lleno: el crecimiento del producto interior bruto (PIB) en Europa este año se espera que alcance una cifra en torno al 1,5%. Se espera que la inflación comience a remontar aunque lentamente, y quizá por ello el rendimiento de los bonos alemanes a 10 años ha aumentado desde 0,09% en su reciente mínimo del 7 de abril al 0,15% el 13 de mayo ―obviamente los números minúsculos ayudan a exagerar la escala del movimiento–. El desempleo está disminuyendo, la demanda del consumidor está mejorando y las finanzas públicas ya no se están deteriorando. Puede que esto no suene muy emocionante, pero igualmente tampoco estamos en la zona catastrófica que quien escuche los disparates del (ahora) exalcalde de Londres, Boris Johnson, podría llegar a creer.
En el mundo “real” de los resultados empresariales, el primer trimestre ha estado, en general, a la altura de las expectativas. Una o dos agencias han señalado que el viento de cola de un euro más débil ha terminado, pero esto no es más que un efecto de traslación en la mayoría de los casos. Muchas empresas han recordado a quien haya estado durmiendo profundamente durante los seis últimos meses que el crecimiento a nivel mundial es muy tenue y la presión de los precios sigue siendo intensa. Aquellas empresas de calidad que esperábamos que crecieran en la cartera, tales como ARM, Fresenius, Essilor, Infineon Technologies y Valeo, así lo han hecho. Sin embargo, en lo que llevamos de 2016, el llamado “dinero rápido” ha venido jugando un juego de rotación ―comprar rezagados, vender ganadores. Como muestra el gráfico siguiente, los sectores más débiles desde 2015 ―energía y materiales― han rebotado con fuerza, a costa de las áreas previamente fuertes, tales como TI y atención sanitaria:
Puedo entender gran parte de esto ―los temores sobre China fueron sin duda exagerados― pero también la esperanza de que el gigante asiático se esté recuperando rápidamente y regrese a un alto crecimiento. La realidad probable es que estamos en un mundo de crecimiento lento, donde conseguir un crecimiento de las ganancias entre el 5% y el 10% de manera sostenible es un buen logro. Este no es un mal ambiente para la renta variable, pero podría resultar un poco aburrido para algunos.
“Brexit”: improbable pero inquietante
En el momento de redactar estas líneas, solo quedan unas pocas semanas para el referéndum británico. Las apuestas actuales se inclinan a que el Reino Unido seguirá formando parte de Europa, pero las encuestas generales siguen siendo muy apretadas. Puede sonar extraordinario para muchos, desde el presidente de Estados Unidos al director del FMI, pero hay una gran cantidad de residentes británicos ―en particular los votantes de mayor edad― que creen que el Reino Unido estaría mejor fuera de Europa.
Aunque no tengo duda de que el Reino Unido sobrevivirá cualquiera que sea el resultado, si ganase el voto de salida de la UE, ello nos obligaría a reevaluar nuestra visión razonablemente optimista de la renta variable europea. Entre los posibles riesgos a corto plazo, preveo una fuerte caída de la libra esterlina, una disminución del PIB (que conduciría a una recesión potencial), pérdidas en el FTSE y un importante aumento de la incertidumbre en toda Europa. Aunque aún creemos que un resultado de la votación a favor del ‘Brexit’ sigue siendo poco probable, la política puede eclipsar los por otra parte sólidos elementos fundamentales de Europa durante unas cuantas semanas más.
Tim Stevenson es director de renta variable europea en Henderson Global Investors.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Pimkie
. Retrato del inversor estadounidense, el que más trabaja con asesores financieros del mundo
El 76% de los millennials estadounidenses con un capital invertible superior a 200.000 dólares trabaja con un financial advisor, porcentaje significativamente superior al 61% correspondiente al grupo compuesto por aquellos con entre 40 y 75 años, en el mismo país y con los mismos activos.
No sólo eso, sino que las conclusiones que publica Legg Mason en la segunda parte de su informe Global Investment Survey -una encuesta anual en la que este año han participado 5.370 inversores de 19 países diferentes con activos invertibles superiores a 200.000 dólares- muestra que los inversores de Estados Unidos son los que en mayor porcentaje trabajan con financial advisors del mundo.
La media global de los inversores de entre 18 y 39 años que trabaja con financial advisor es del 66%, mientras que en Latinoamérica baja hasta el 55% y en Europa se queda en el 60%; Por lo que respecta al grupo de mayores de 40, la media global se sitúa en el 46%, y en el 38% y el 40%, en Latinoamérica y Europa, respectivamente.
Con el 22% de la cartera, el efectivo es la clase de activo favorita de los millennialsen EE.UU., que queda ligeramente por debajo de la media global, que está en el 24% y de las preferencias latinoamericanas y europeas, que suben hasta el 25 y 23%, respectivamente. En las carteras de los mayores de 40, es la renta variable la clase de activo que más asignaciones recibe, especialmente por parte de los inversores estadounidenses, donde copa hasta el 41% de los recursos, muy por encima del 28% que supone globalmente, del 26% en Europa y del poco representativo 10% en América Latina.
Tabla correspodiente al grupo de inversores de entre 40 y 75 años.
Como activos seleccionados, en el caso de los millennials, al efectivo le sigue la renta variable, el real estate, la renta fija, los activos no tradicionales, el oro y otras inversiones. Y en el caso de los mayores de 40, tras la renta variable, aparecen el efectivo, la renta fija, otros activos, el real estate, inversiones no tradicionales y el oro.
UBS contrata a Carlos Pita - Foto: Gideon Benari y LinkedIn. UBS contrata a Carlos Pita
El equipo de UBS Financial Services en Miami se refuerza con la contratación del banquero Carlos Pita, que se ha incorporado como SVP desde EFG Capital International, donde contaba con el mismo rango.
Pita ha estado ligado al negocio de wealth management de EFG desde junio de 2005, cuando Dresdner Lateinamerika Financial Advisors –donde él trabajaba desde mayo del 2002- fue adquirido por esta firma. Desde 1995 hasta 2002, trabajó en Vestrust Securities que, a su vez, fue comprada por Dresdner Lateinamerika.