Elecciones en Alemania 2025: un mandato poco arrollador
| Por Patricio Tesei | 0 Comentarios

Tras una acalorada campaña electoral centrada en la migración, con una economía estancada y tensiones geopolíticas como sombrío telón de fondo, Alemania ha votado. Sin embargo, según los resultados oficiales preliminares, el veredicto de los votantes no facilitará la resolución de los grandes problemas económicos estructurales del país.
Empezando por el ganador, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de centro-derecha y su partido hermano bávaro, la Unión Social Cristiana (CSU); nos referiremos a ellos colectivamente como los Demócrata-Cristianos. Bajo el liderazgo de Friedrich Merz, esperaban un mandato fuerte, en torno al 30%-35%. En lugar de ello, parece que han obtenido un 28,6% ,([1]) el segundo peor resultado desde 1949 ,([2]) y sólo unos puntos por encima de su punto más bajo en 2021 .([2]) El Partido Socialdemócrata de centro-izquierda (Sozialdemokratische Partei Deutschlands – SPD), del canciller saliente Olaf Scholz, vio cómo su apoyo se desplomaba hasta el 16,4%. [1]
El resultado más probable es una «gran coalición»
Durante gran parte de la noche electoral, no estaba claro si los dos partidos gobernantes tradicionales de Alemania (CDU/CSU y SPD) tendrían siquiera una mayoría combinada en el nuevo Bundestag, la cámara baja del parlamento alemán, ya que eso depende de cuál de los partidos más pequeños consiga entrar. El Partido Democrático Libre (FDP), de tendencia liberal, que derrocó al Gobierno saliente, no alcanzó el umbral del 5% para obtener representación parlamentaria. El Bündnis Sahra Wagenknecht (BSW), que combina el populismo de izquierda en cuestiones económicas con el conservadurismo cultural, tampoco entrará en el Bundestag, según los resultados preliminares del Bundeswahlleiterin (el funcionario electoral federal)[1].
Mientras tanto, los Verdes, que dan prioridad a las cuestiones medioambientales, la sostenibilidad y la igualdad social, señalaron que estarían dispuestos a unirse a democristianos y socialdemócratas en conversaciones para formar una coalición tripartita (a menudo denominada «Kenia«, basada en los colores de los partidos), que le proporcionaría una cómoda mayoría de gobierno en el próximo Bundestag. La alianza con los Verdes ha sido descartada sistemáticamente por la CSU, que obtuvo mejores resultados en Baviera que en las generales y probablemente verá reforzada su influencia en el nuevo Bundestag. Advertimos, no obstante, que los partidos suelen tardar unos días en digerir los resultados.
Suponiendo que el BSW no llegue al Bundestag, consideramos que lo más probable es una «gran coalición» entre democristianos y socialdemócratas. En cualquier caso, cualquier gobierno liderado por Merz necesitaría el apoyo del Bundesrat, la cámara alta alemana. En la práctica, esto significará trabajar con los Verdes y también con Die Linke (La Izquierda), que defiende el socialismo democrático, el anticapitalismo y el pacifismo. El partido remontó con fuerza en la recta final de la campaña, gracias en parte a su gran atractivo para los votantes jóvenes[3].
Por último, la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que ha ganado adeptos gracias a su retórica populista y sus críticas a las políticas de inmigración y a la UE, prácticamente duplicó su porcentaje de votos hasta el 20,8%[1]. Sin embargo, es poco probable que participe en la formación del próximo gobierno, ya que todos los demás partidos principales han descartado cualquier acuerdo de gobierno con ellos.
Implicaciones políticas y de mercado
Las implicaciones de estos resultados pueden tardar al menos unos días en asimilarse, sobre todo en lo que se refiere a quién negociará con quién y con qué calendario, teniendo en cuenta también los posibles cambios en la dirección de los partidos.
En cuanto a las implicaciones de política económica, destacan tres puntos: en primer lugar, es probable que al nuevo Gobierno le resulte muy difícil conseguir que las enmiendas constitucionales se aprueben en ambas cámaras del Parlamento. Esto se debe a que los partidos centristas (CDU/CSU, SPD y Verdes) no tendrán la mayoría de dos tercios necesaria en el Bundestag. Al menos a corto plazo, esto limita las posibilidades de modificar las normas fiscales autoimpuestas por Alemania, conocidas como el freno a la deuda. A largo plazo, sin embargo, la necesidad de incluir presumiblemente a La Izquierda en estos debates podría abrir la puerta a reformas más radicales que las que el SPD y Los Verdes habían estado impulsando. Más allá de esto, es probable que Alemania siga cumpliendo la legislación de la Unión Europea (UE), lo que también limita el margen de maniobra fiscal.
En segundo lugar, la necesidad de llegar a compromisos durante las negociaciones de coalición, y más allá, limitará los logros de Merz en ámbitos como la reducción de impuestos y la burocracia. Por tanto, abordar los principales problemas económicos estructurales de Alemania sigue pareciendo una tarea de enormes proporciones. Los principales responsables políticos sienten ahora una urgencia tangible, sobre todo ante la presión internacional. No hay que descartar todavía un largo periodo de incertidumbre. Pero esto podría allanar el camino para la formación de una coalición relativamente fluida, lo que podría constituir una modesta sorpresa positiva para los mercados.
Implicaciones para las clases de activos
En vista de lo anterior, lo decisivo para los mercados serán más bien las políticas que se establezcan en el acuerdo final de coalición y, lo que es más importante, su eventual aplicación.
Renta fija y divisas
En la deuda pública alemana y, de hecho, europea, prevemos un impacto limitado, aunque la rápida formación de un nuevo gobierno y las consiguientes reformas se considerarían positivas para las perspectivas de crecimiento a más largo plazo. Del mismo modo, parece que el impacto en los mercados de divisas será moderado. Para el crédito corporativo no vemos ningún impacto marcado, tanto si se puede formar un gobierno rápidamente como si no. Alemania representa el 14% del índice iBoxx Euro Corporate, que está bien diversificado en términos de exposición sectorial .([4])
Acciones
Es posible que los mercados de renta variable alemanes se sientan decepcionados por el hecho de que los democristianos no obtuvieran un mandato más firme a favor de una mayor desregulación y una menor redistribución de la riqueza. Pero incluso tales reformas habrían tenido escaso impacto inmediato en las expectativas de beneficios.
En cualquier caso, y especialmente para la renta variable europea en general, la cuestión más importante será probablemente la rapidez con que la mayor economía del continente pueda formar un gobierno eficaz ante, por ejemplo, las amenazas arancelarias de Estados Unidos.
Alternativas
En cuanto a las infraestructuras, un nuevo gobierno formado rápidamente y centrado en la realización de proyectos de infraestructuras sería fundamental. Alemania es un cuello de botella clave en el mercado energético europeo, por lo que un gobierno fuerte centrado en la realización de infraestructuras sería positivo en general.
En el sector inmobiliario, destacan las restricciones a la velocidad de subida de los alquileres residenciales en zonas de gran demanda (conocidas como «Mietpreisbremse», y que actualmente vencen a finales de este año). El Gobierno saliente ya había previsto prorrogarla hasta 2029 en condiciones relativamente favorables para los propietarios. Dada la relevancia de los alquileres como tema electoral, sobre todo en términos de movilización de apoyo a La Izquierda, no nos sorprendería ver restricciones ligeramente más estrictas que las previstas anteriormente.
Tribuna de Vincenzo Vedda, CIO de DWS