Foto: CONSAR. La baja de comisiones del SAR es irrelevante. No significa ahorro ni motiva cambio de Afore
Lo interesante de las “comisiones” a aplicar en 2020 no es la reducción porcentual, ni el supuesto ahorro –por lo que muestro enseguida–, sino el cometido que estipula el regulador, de que “…disminuyan a niveles internacionales hacia el cierre de la presente administración”.
Efecto de rendimientos y comisiones
La diferencia (erróneamente, Consar la llama “dispersión”) entre Azteca, Coppel e Invercap, con 0,98%, y PensionISSSTE, con 0,79%, será de 0,19%, apenas 0,03% menos que en 2019. Así tenemos que, para un saldo promedio de 300.000 pesos (considere el saldo personal)
El ahorro anual por cambiarse de una cara a la barata será de 570 pesos
Quien decida quedarse en una de aquellas tres, pagará 180 pesos menos
El que siga en PensionISSSTE ahorrará 90 pesos.
En 2019, mientras operaron las Siefores Básicas (SB) 4 a 1, la diferencia entre una gestora cara y la barata fue de 604 pesos. Véase la tabla. Al repasar, las cifras de la columna “Cargo por Comisión” parecen similares. El motivador principal, si no el único, que tienen los trabajadores para cambiar de Afore, son los rendimientos. Con ese mismo saldo se habrían generado 52.000 pesos en la SB4 de Citibanamex; 49.600 pesos en PensionISSSTE y 32.800 pesos en Inbursa. Montos cerrados, antes de comisiones. Estas diferencias sí que pesan y se aprecian.
¿Hay que considerar el servicio para cambiarse? Sí, aunque no es fácil monetizarlo de modo generalizado. Por ejemplo, hubo quien gastó 400 pesos en idas y vueltas para moverse de Afore, más que el beneficio anual de una comisión menor; hubo a quien le costó mucho o el que no erogó un peso. Y luego el tiempo perdido y el desgaste por corajes. Saque cada uno sus cuentas.
¿Cuáles son los “niveles internacionales” que se pretenden?
La reducción de comisiones en el sexenio va en 0,09%. De 1,01% a 0,92%. A tal ritmo, con las cuatro bajas restantes (tentativas), el cargo promedio quedaría en 0,74%. Si la pretensión es recortarlas cada año lo que en 2020, bajarían a 0,68%. Si la disminución fuera superior en cada una de las ocasiones, el promedio bajaría a 0,60% para el último año del sexenio.
¿En qué países o modelos fijarse?
El sistema chileno no es en esto referente. No por la base de cobro (aportaciones directas) sino por los porcentajes: 1,17% de promedio simple; 1,45% la más alta (PROVIDA) y 0,69% la barata (UNO, que comenzó en octubre). La brecha de 0,76% es casi lo que cargará aquí PensionISSSTE
Los porcentajes de comisión en México, inducidos por el regulador, han sido y son homogéneos, sin ser alicientes para cambiar de Afore
En Chile, sueltas al libre mercado, son dispares, en tanto que los homogéneos son los rendimientos: el Fondos “A” líder en retorno fue PROVIDA, 18,49%; el último, HABITAT, 16,71%. Y como el empleador sufraga los cargos, tampoco inciden para el cambio.
Hay referentes que sí cuentan para los trabajadores. ¿Cuánto cobran los Target Date Funds que inspiraron a los “Generacionales”?
En Estados Unidos, donde los ofrecen operadores tradicionales, el cargo puede ser de 0,15%, con cuota anual de 25 dólares evitable para planes de retiro 401(k), bajo ciertos mecanismos. Eso aplica, sobre saldos de 10.000 dólares, Vanguard Target Retirement 2055 Fund (VFFVX),el fondopara quienes se jubilarán dentro de 35 años
En Reino Unido los trabajadores pagan en el TDF equivalente, sumando cinco conceptos, hasta 0,48%
Por ser tan bajos ¿serían referencias a considerar ese 0,15% o ese 0,48%?
Con todo, a los niveles nuestros, la baja de comisiones es irrelevante. Así llegaran a mínimos. No beneficia a los afiliados. Modera, eso sí, los ingresos de las Afores. A elegir, es preferible alto potencial de retornos y comisiones de 1,0% que potencial limitado con comisiones de 0,50%.
El debate debiera enfocarse a favorecer rentabilidad, es decir, en aumentar proporciones y poner “pisos” al régimen de inversión y, como en Chile, Francia, España y todas partes: en replantear fundamentos que repercuten en la pensión.
La gestora independiente Unigestion está expandiendo su presencia en Estados Unidos a través de una nueva asociación de subasesoramiento con John Hancock Investment Management, una empresa de Manulife Investment Management.
Desde el 18 de diciembre de 2019, la estrategia Alternative Risk Premia está disponible a través del fondo John Hancock Alternative Risk Premia.
Gestionada por el equipo de Cross Asset Solutions de Unigestion, que está liderado por Jérôme Teiletche, el fondo John Hancock Alternative Risk Premia adopta un enfoque innovador, basado en el riesgo macroeconómico y desarrollado por la propia gestora, que asigna estratégica y dinámicamente a través de un amplio y diversificado rango de primas de riesgos alternativas.
El fondo persigue su objetivo de inversión buscando proporcionar exposición a una gama diversificada de estilos de inversión alternativos al invertir en tendencias, carry, value y factores de renta variable a través de acciones globales, bonos, divisas y mercados de materias primas. El fondo busca una baja correlación con los mercados de renta variable, bonos y de crédito.
“Estamos muy entusiasmados por la selección de la estrategia insignia de Unigestion, la estrategia Alternative Risk Premia, por parte de John Hancock Investment Management. Esto muestra que una demanda continua de enfoques alternativos innovadores, ágiles y líquidos, pueden ayudar a los inversores de multiactivos que buscan retornos no correlacionados y una mayor diversificación de sus carteras.
En nuestra opinión, una cartera líquida de primas de riesgo alternativas debería ofrecer a los inversores una alternativa a las acciones y bonos que se espera que sea más rentable y transparente que los fondos de cobertura. Creemos que nuestra ventaja se basa en el enfoque de una cartera verdaderamente diversificada de primas de riesgo alternativas y una asignación dinámica basada en un sólido marco macroeconómico basado en nuestros indicadores propietarios, Nowcasters”, dijo Simone Gallo, responsable de distribución intermediaria global de Unigestion.
“Nos complace dar la bienvenida a Unigestion a nuestra red de gerentes y ofrecer su estrategia alternativa de primas de riesgos a los inversores en Estados Unidos”, dijo Phil Fontana, responsable de producto en Estados Unidos de John Hancock Investment Management. “Unigestion es un pionero en la inversión en fondos hedge funds, en la inversión sistemática y en el replicado de fondos, con décadas de experiencia en estas clases de activos y creemos que agregar una estrategia alternativa de primas de riesgo a la cartera de activos tradicionales puede proporcionar diversificación en una cartera de múltiples activos”.
Pixabay CC0 Public Domain. Eficiencia en coste, nuevos segmentos inversiones, tecnología e innovación: las claves de la industria de gestión para la próxima década
Según arroja el informe 2020 Investment Management Outlook de Deloitte, que examina detenidamente las tendencias y predicciones para los próximos diez años en la industria de gestión e inversión, en esta nueva década veremos “cruzar los límites” y entrar en un “nuevo territorio” en el sector.
En primer lugar, el informe destaca que los cambios que estamos viendo en numerosas firmas de inversión son bastantes significativos. A nivel interno, se observa una actualización de los modelos de negocios y de sus capacidades digitales para seguir siendo competitivos. Y a nivel externo, una búsqueda de inversores en nuevos segmentos demográficos o áreas geográficas, como la forma más efectiva de hacer que los activos bajo gestión crezcan. Por último, en el mercado retail, este ajuste que han llevado a cabo las firmas ha supuesto poner el ojo en las inversiones alternativas.
“Consecuentemente, muchas de las juntas directivas están buscando un nuevo liderazgo que les permita estar mejor situados para ofrecer unos resultados en un panorama dinámico y cambiante”, señala el informe de Deloitte en sus conclusiones. El documento reconoce que en 2020, “muchas de las firmas de gestión cruzarán sus propios límites en esa búsqueda de mayores beneficios”. Según matiza, “cruzar límites” significa para ellas “salir de su zona de confort e introducirse en nuevas actividades o seguir en las mismas áreas de negocio pero con un enfoque radicalmente nuevo”.
Por tanto, uno de las principales conclusiones del informe es que las firmas de gestión de activos serán, en la próxima década, diferentes y tendrán nuevos retos a los que enfrentarse. Algunas claves para lograr el éxito de cara al futuro serán: marcarse propósitos a nivel tecnológico, modernizando su negocio de operaciones, buscando mayores eficiencias o mejorar la experiencia del cliente, señala el informe como ejemplos. Para 2020, Deloitte espera que las compañías pasen de tener un enfoque tradicional de eficiencia de coste a modelos que busque el ahorro de los costes para tener más ventajas competitivas en el mercado.
En todo este proceso, Deloitte apunta que el número de operaciones de compras, fusiones y adquisiciones entre firmas de inversión repuntará durante los próximos años en una búsqueda por reforzar sus capacidades core, por mantener su crecimiento, y para extender su oferta de servicios a los clientes. Otra clave para lograr crecimiento, competitividad y liderazgo en el mercado será buscar nuevos inversiones en segmentos demográficos emergentes. Para captar a estos clientes apostarán por los nuevos desarrollos tecnológicos y por cumplir sus expectativas a través de la inversión bajo criterios ESG, en particular.
Por último, el informe de Deloitte señala que la apuesta tecnológica no solo irá enfocado a estos nuevos inversiones, sino también será una herramienta determinante en el futuro de las firmas de inversión y su modelo de negocio. En concreto destaca que “las firmas de private equity han comenzado a adoptar fuentes alternativas de obtención de datos y para dirigir su due diligence”, siguiendo a los hedge funds y los gestores de estrategias long-only.
En definitiva, el documento considera que 2020 será “un nuevo territorio” donde desarrollarse y buscar visiones, enfoques y soluciones innovadoras que hagan crecer a las firmas de inversión. De hecho, advierte que la “batalla” para lograr que los beneficios crezcan se intensificará durante la próximo década.
Estas estrategias de crecimiento supondrá, en opinión de Deloitte, una revitalización de sus productos. “Las firmas que dominen los datos y los procesos y mantengan las relaciones con sus clientes en la vanguardia y procuren expandir su negocio, basándose en el ahorre de costes y la búsqueda de la eficiencia, lograrán ser más atractivas y atraer la mayoría de los flujos de inversión. Incluso en unas condiciones de mercado donde abunden los riesgos, las oportunidades de crecimiento existen para aquellas firmas que se embarque esta visión holística del negocio”, concluye el informe.
Sobre el contenido del informe, Antonio Ríos, socio del área de Investment Management de Deloitte, ha señalado: “Actualmente la rentabilidad de los vehículos ya no es la única palanca de diferenciación con la que cuentan las entidades gestoras. La experiencia de cliente (en su alta como cliente, en la obtención de reportes personalizados o en la posibilidad de acceder al gestor 24×7) será clave para atraer y retener a los inversores. Para mejorar la experiencia de cliente del inversor es necesario focalizarse en aspectos como el conocimiento del cliente, la construcción de una relación basada en el largo plazo, claridad en la comunicación o un enfoque de partnership con el cliente, entre otros”.
Pixabay CC0 Public Domain. Las aseguradoras concentran su inversión en activos privados y sostenibles
La confianza de las aseguradoras en la obtención de las rentabilidades ha caído por segundo año consecutivo, de acuerdo con la última encuesta a inversores institucionales de Schroders. La mitad de las aseguradoras encuestadas afirma no confiar en que cumplirán sus objetivos de inversión, mientras que sólo el 51% espera alcanzar sus expectativas de rentabilidad.
Estos datos contrastan con los de años anteriores, donde las compañías esperaban cumplir sus objetivos de rentabilidad en un 54% en 2018 y un 61% en 2017. Una tendencia a la baja que refleja un contexto macroeconómico más incierto, en el que las aseguradoras esperan que la rentabilidad de sus inversiones se vea cada vez más afectada por la política y los acontecimientos mundiales, así como por una desaceleración económica mundial, según recoge el informe.
“Las aseguradoras podrían experimentar un déjà vu en 2020, pues muchas de las incertidumbres geopolíticas de hace un año continúan, por lo que no es sorprendente que esto siga afectando a su confianza inversora”, apunta Gavin Ralston, responsable de gestión de activos de seguros de Schroders.
Sin embargo, a pesar de estos retos, el 57% de las aseguradoras (el mismo porcentaje que hace un año) espera alcanzar una rentabilidad media anualizada en sus inversiones de entre 5-9% en los próximos cinco años, por debajo del 65% de las aseguradoras que esperaba esas rentabilidades en 2017. De media, el informe apunta al sector seguros como el menos optimista dentro de los inversores institucionales a nivel global.
Las aseguradoras europeas son las más optimistas, con un 10% que espera obtener rentabilidades superiores al 10% anual en el próximo lustro. En cambio, ninguna compañía de Asia-Pacífico espera obtener retornos tan elevados, solo un 2% de las de Norteamérica y un 7% de Latinoamérica.
Además, la encuesta refleja que un 70% de estas empresas se sintieron cómodas invirtiendo a través de nuevos instrumentos financieros y clases de activos, frente al 66% de hace un año. Esta tendencia hacia la diversificación se ve reforzada en un 36% con la expectativa de aumentar sus asignaciones a activos privados en más de un 5% en los próximos tres años, debido a la necesidad de diversificar sus carteras y generar mayores retornos, que son los principales impulsores de este cambio, de acuerdo con los datos de Schroders.
Dentro de los activos privados, “se prevé que el private equity y las acciones de las empresas de infraestructuras generen las rentabilidades más elevadas en los próximos 12 meses”, declara el informe. Además, la deuda privada y el private equity son las clases de activos a las que las aseguradoras prevén asignar más dinero en los próximos tres años. “Los activos privados, en particular los de capital riesgo y los de infraestructuras, son cada vez más demandados, con el estímulo añadido de un mejor tratamiento fiscal en Europa para las inversiones de capital a largo plazo”, añade Ralston.
Por otro lado, la sostenibilidad gana relevancia entre las compañías de seguros. Más de tres cuartas partes de los encuestados, un 78%, esperan que desempeñe un papel más importante en sus carteras durante los próximos cinco años. En este sentido, “la renta variable sigue siendo la clase de activo que se considera más adecuada para implementar la sostenibilidad en la cartera”, subraya el informe.
A esto hay que sumar que el cambio climático es considerado, a día de hoy, el compromiso más importante, por delante incluso de las estrategias corporativas y el soborno y la corrupción, lo que refleja el mayor interés de los reguladores en la forma en que las aseguradoras gestionan los riesgos de sostenibilidad.
“El enfoque en la sostenibilidad no es una moda. Es un tema clave para los reguladores y las aseguradoras, por lo que los gestores de activos deben tomar nota de ello. Deben trabajar en coordinación con sus clientes de seguros para ayudarles a navegar en este contexto económico incierto, al tiempo que aumentan su exposición a activos privados y cumplen con sus objetivos de inversión sostenible”, concluye Ralston.
Pixabay CC0 Public Domain. Los activos gestionados de forma sostenible por Allianz GI crecieron un 14% en 2019
Citi cerró el cuarto trimestre de 2019 con unos ingresos que alcanzaron los 5.000 millones de dólares. Unos resultados que según Michael Corbat, consejero delegado de Citi, marcaron un “fuerte final” para el año. A modo de balance, Corbat ha destacado que gracias a la buena receptividad de sus clientes, la entidad ha impulsado de forma equilibrada su crecimiento, tanto en productos como en áreas geográficas.
Muestra de este crecimiento es que, según ha señalado Corbat, Citi ha registrado 16 trimestre consecutivos de crecimientos en préstamos y depósitos. “La franquicia de consumo en Estados Unidos experimentó un fuerte crecimiento en tarjetas de la entidad y mantuvo su capacidad para captar depósitos a través del canal digital. La banca de inversión continuó ganando peso en el negocio y, a pesar del entorno de bajos tipos de interés, la división de Treasury and Trade Solutions aumentó sus ingresos, a la vez que seguimos trabajando para garantizar que nuestra red global siga siendo indispensable para nuestros clientes”, ha señalado.
Los resultados muestran un aumento en los ingresos del 7% respecto al mismo periodo del año anterior, y “sólidos resultados” tanto en el Grupo de Clientes Institucionales (ICG) como en la Banca Global del Consumidor (GCB). Los ingresos netos aumentaron un 15% respecto al cuarto trimestre de 2018, impulsados por mayores ingresos y por un entorno de tasas de interés bajas, “parcialmente compensada por mayores gastos y costes de crédito”, señala la entidad.
“Estamos encaminados para cumplir con nuestro compromiso de devolver más de 60.000 millones de dólares de capital a nuestros accionistas durante un periodo de tres años. Entramos en 2020 en una posición competitiva fuerte, en un sentido de capital, liquidez, talento profesional y tecnología. Continuamos invirtiendo en áreas donde vemos oportunidades para crecer apoyándonos en nuestros clientes y en nuestra infraestructura”, ha destacado Corbat.
Pixabay CC0 Public Domain. Jupiter AM nombra seis nuevos analistas para sus equipos de estrategias de inversión
Banco Santander se ha comprometido aayudar a cuatro millones de personas hasta 2021 a través de distintas acciones como parte de su compromiso con el progreso de las personas, las empresas y la sociedad. Una ayuda que estará presente en todos los países en los que opera.
Para ello, se centrará en tres ejes fundamentales: la educación infantil, apoyando programas en distintos países para garantizar la igualdad de oportunidades de todos los niños y el desarrollo sostenible; el apoyo al bienestar social, desarrollando iniciativas para abordar situaciones de pobreza, vulnerabilidad y marginalidad social con programas centrados en la prevención de enfermedades, el fomento de la salud y el respaldo a las personas con discapacidad; y la protección y difusión de la cultura, principalmente a través de Fundación Banco Santander, en España, y Santander Cultural en Brasil.
Desde 2002, Santander ha destinado un total de 669 millones de euros a estas iniciativas, 58 de los cuales sólo en 2018, un 7% más que el año anterior y casi un 11% más que en 2016. Gracias a estas iniciativas,600.000 menores recibieron ayuda mediante programas de apoyo a la educación infantil para prevenir el abandono escolar o mejorar la calidad de la enseñanza básica, más de 1 millón de personas fueron ayudadas a través de programas diseñados para abordar la exclusión social y también más de 1 millón de personas se beneficiaron de las iniciativas de mecenazgo cultural y científico de la Fundación Banco Santander y Santander Cultural.
A través de estos programas de apoyo a las comunidades, el banco contribuye de forma directa a la consecución de varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados por Naciones Unidas. Además, este objetivo forma parte de los 10 compromisos de banca responsable que el banco lanzó en julio, y entre los que también se encuentran los objetivos de empoderar financieramente a 10 millones de personas entre 2019 y 2025, o financiar 200.000 becas, prácticas y programas para emprendedores entre 2019 y 2021.
En 2019, Santander ha sido reconocido como el banco más sostenible del mundo por la publicación Dow Jones Sustainability Index (DJSI) y está incluido, desde 2003, en el índice FTSE4Good IBEX como compañía que trabaja por la sostenibilidad medioambiental, el desarrollo de relaciones positivas con los grupos de interés, y por el apoyo y la preservación de los derechos humanos universales.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Pablo Heimplatz. Foto: Pablo Heimplatz
En 2019, el riesgo de recesión se redujo (Godot no llegó), la demanda de crédito aumentó (factor técnico sólido) y la selección de acciones aportó valor (no comprar deuda solo porque está en el índice).
De cara a 2020, en Morgan Stanley IM identificamos un contexto favorable para el crédito que respalda el rendimiento crediticio:
Las condiciones financieras globales son expansivas
Los datos macroeconómicos parecen estar tocando fondo
Los riesgos políticos, aunque sensibles a un acuerdo comercial entre Estados Unidos y China, parecen estabilizarse
Los beneficios de las empresas no se han desplomado
La demanda de crédito es fuerte
Las valoraciones en el ámbito del crédito, aunque no son baratas, tienen el potencial de contraerse
A medida que avancemos hacia la segunda mitad de 2020, esperamos que se repita la incertidumbre experimentada en los últimos años, lo que afectará a la confianza en la recuperación de la economía.
Ya sea la causa el miedo a una recesión, la volatilidad política o un contexto técnico débil derivado de la liquidación de posiciones de crédito, creemos que el resultado será un año dividido en dos partes que justifica una gestión activa del crédito y la reducción del riesgo tras períodos de ajuste de los diferenciales mediante la rotación a crédito de mayor calidad y menor vencimiento.
2019 ha sido un año estable para el crédito, que se ha beneficiado de rentabilidades libres de riesgo más bajas y diferenciales de crédito más ajustados.El mercado esperaba una recesión que no llegó, los beneficios no cayeron significativamente y el contexto técnico mostró debilidad por la liquidación forzada.El año termina con los mercados discutiendo si el crédito europeo con grado de inversión es el nuevo «activo libre de riesgo» dadas las rentabilidades negativas de la deuda pública.La opinión consensuada de que los datos económicos a escala mundial están «tocando fondo» sugiere que probablemente nos recuperemos de una desaceleración de mitad de ciclo, lo que genera una fuerte demanda de todas las formas de crédito.
Creemos que el consenso del mercado de mejora del crecimiento global desde niveles bajos parece razonable.Si bien la confianza sigue siendo frágil, los indicadores macroeconómicos parecen estar tocando fondo, y las perspectivas de crecimiento están mejorando de cara a 2020 respaldadas por la política monetaria acomodaticia de los bancos centrales.Se espera que la rentabilidad empresarial se consolide gracias a la reducción de costes impulsada por la sustitución de tecnología, las eficiencias y los menores costes de intereses, y que el apalancamiento se estabilice a medida que los equipos directivos identifican el aumento de la deuda como un riesgo para las valoraciones de los accionistas.La demanda de crédito es sólida, sin descartar la necesidad de rentabilidad dado el exceso de liquidez en el sistema.Somos optimistas con respecto a los activos de riesgo a corto plazo y los diferenciales de crédito en general.
De cara a la segunda mitad de 2020, percibimos riesgos para el contexto de inversión.Aunque el riesgo puede materializarse por una caída de la confianza en la economía (mercado laboral/debilitamiento del consumo) o por un aumento de la incertidumbre política (elecciones en Estados Unidos en el cuarto trimestre, situación comercial global, política populista), esperamos cierta volatilidad que justifique la venta de crédito en un contexto favorable dada las valoraciones actuales por debajo del promedio a largo plazo.
Los temas principales que afectan a los mercados de crédito pueden resumirse como una preferencia por el consumo frente al ámbito industrial.El consumo está respaldado por un bajo nivel de desempleo, los bajos costes de la energía y los reducidos tipos de interés que respaldan el poder adquisitivo.Nos inclinamos por el sector financiero, sin cambios con respecto a años anteriores, lo que refleja la demanda regulatoria de reducción de riesgos.También descartamos los valores no financieros, ya que la actividad favorable para los accionistas sigue siendo un riesgo negativo.Además, muchos de los emisores son «viejos valores industriales» que están más expuestos a la tecnología y al cambio social, convirtiéndose en los principales candidatos a sufrir disrupción.
En grado de inversión, la gestión activa en el seno de sector con calificación A/BBB ofrece oportunidades.Esperamos que continúe la tendencia de mayor cuota de mercado de los valores con calificación BBB (gráfico 1) a medida que los equipos directivos optimizan los balances para maximizar las rentabilidades de los accionistas (evitar los valores con calificación A en tránsito a BBB).El tipo de deuda corporativa que queremos tener es de compañías con calificación BBB que demuestran flexibilidad de negocio a través de recortes de dividendos, ventas de activos y reducción de costes para proteger su calificación.Este fue un tema de 2019.
En alta rentabilidad, 2019 fue notable por la dispersión/bifurcación en el mercado.Las buenas empresas están caras, lo que refleja el contexto positivo de los pocos impagos y la demanda de rentabilidad, aunque, si se produce cualquier mala noticia, los precios caen con una función escalonada.Si bien esto puede convertirse en la norma y supone un argumento a favor de la selección activa de crédito, nuestra expectativa es que el bajo nivel de impagos continúe haciendo de la alta rentabilidad una clase de activos atractiva (gráfico 2).Por regiones, la economía de Estados Unidos continúa superando a la europea: los bonos corporativos nacionales estadounidenses continúan evolucionando bien, mientras que Europa cuenta con el respaldo de la falta de activos de rendimiento positivo.
Los préstamos registraron una rentabilidad relativa negativa en 2019 debido a que las salidas de flujos minoristas, el crecimiento económico más débil y la falta de revalorización de los precios derivada de la duración libre de riesgo afectaron a los rendimientos.En 2020, vemos oportunidades en préstamos, ya que la mejora del crecimiento económico y los factores técnicos (respaldada por la demanda de obligaciones de deuda garantizadas [CLO]) impulsan la rentabilidad.Dado que la deuda corporativa estadounidense parece evolucionar bien, no vemos un catalizador inminente que haga aumentar los impagos en el primer semestre de 2020.
El crédito emergente continúa ofreciendo valor a medida que las compañías ejecutan estrategias conservadoras respaldadas por la disciplina fiscal dados los riesgos idiosincrásicos asociados con el contexto soberano.Esperamos una fuerte demanda continua de bonos corporativos de mercados emergentes de alta rentabilidad en el primer semestre de 2020 y también vemos valor en emisiones de infraestructuras de alta calidad con vencimientos más cortos en un entorno libre de riesgos.Por regiones, vemos valor en Asia.Aunque China continuará dominando la oferta, percibimos valor en el sector inmobiliario de este país, mientras que Indonesia debería beneficiarse del estímulo monetario global.En Oriente Medio, consideramos oportunidades en el creciente sector híbrido bancario y, en América Latina, miramos a México y (en menor medida) a Brasil.
Los convertibles ofrecen oportunidades en 2020 en el contexto de un repunte de las acciones de fase tardía y de una volatilidad descontada en niveles bajos.Por regiones, preferimos los convertibles de Estados Unidos, ya que las expectativas de crecimiento son más altas en ese país y las valoraciones a escala de emisor parecen más atractivas para los inversores en bonos.
Conclusión
A principios de 2020, el mercado confía en que los bancos centrales extiendan el ciclo económico, los políticos no hagan descarrilar el proceso, la demanda de crédito siga siendo fuerte y la liquidez continúe siendo abundante.A medida que avance el año, esperamos períodos de volatilidad del mercado y una menor demanda de crédito provocada por la fatiga de la política monetaria junto con las turbulencias políticas.Para preservar el capital y la rentabilidad, abogamos por la reducción del riesgo tras períodos de ajuste de los diferenciales mediante una rotación hacia crédito de mayor calidad y menor vencimiento.
Columna de Jim Caron, portfolio manager y miembro senior del equipo de Renta Fija Global de Morgan Stanley Investment Management.
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Jack Bogle, Vanguard. One Year After His Passing, Jack Bogle’s Legacy is Still Strong
Una nueva encuesta del Institute for the Fiduciary Standard revela cuánto influyó el innovador empresario de fondos indexados y fundador de Vanguard, Jack Bogle, en los inversores de hoy en día.
Los principios de inversión y los fondos indexados de Bogle están fijados en la mente estadounidense; Su reputación está al lado de la de gigantes en los negocios estadounidenses.
La encuesta, diseñada para conmemorar su fallecimiento el 16 de enero de 2019, fue realizada por Rockland Dutton Research para los «Amigos de Jack Bogle» tomando la opinión a 500 inversores de Vanguard y 500 inversores que no son de Vanguard con 100.000 dólares o más en activos invertibles.
Entre los principales hallazgos de la misma están que:
Entre los líderes de negocios y finanzas Warren Buffett, Bill Gates, Steve Jobs, Chuck Schwab, Michael Bloomberg y Mark Zuckerberg, y el ex senador John McCain, la reputación de Bogle, Buffett y Gates se sitúan muy por encima con calificaciones de 51.7%, 51.3% y 51,0%. Bloomberg y Zuckerberg aparecen en la retaguardia con calificaciones de 26% y 19%.
¿Cómo se recuerda a Jack Bogle? «Invertir en todo el mercado con fondos de bajo costo es mejor que la selección de valores» y «Hacer que la inversión sea comprensible» son dos frases principales que los inversores eligen para describirlo.
Invertir a largo plazo y diversificar son dos principios defendidos por Bogle que son importantes para los inversores (57, 53%). Los inversores de Vanguard están de acuerdo, más aún (70, 64%).
La mayoría de los inversores expresan estar bien familiarizados (algo, muy, extremadamente) con fondos indexados (59%); Los inversores de Vanguard están más familiarizados (75%).
El público inversor en general califica altamente a Vanguard (41%) en comparación con Charles Schwab (32%) y Merrill Lynch (25%). Berkshire Hathaway tiene una tasa del 47%. Sin embargo, los inversores de Vanguard califican a Vanguard (73%) muy por encima de Berkshire Hathaway (43%), Charles Schwab (22%) y Merrill Lynch (16%).
Knut A. Rostad, presidente del Instituto para el Estándar Fiduciario, dijo: “Después de salir de Vanguard, Jack Bogle habló y escribió volúmenes sobre la inversión y el servir a los inversores primero durante 19 años. Su voz resonó con muchos, incluido el ex presidente Bill Clinton, el ex presidente de la Junta de la Reserva Federal, Paul Volcker y Warren Buffett. Los académicos y los reguladores adoptan sus principios y aplauden su defensa de los inversores. Esta encuesta muestra que muchos inversores comunes también lo hacen”.
Chip Roame, al frente de Tiburon Strategic Advisors y consultor de ejecutivos de servicios financieros, señala: “Me llamó especialmente la atención el aumento del enfoque del 40% de los inversores generales que reconocen el valor de minimizar los costos como el principal impulsor del rendimiento a largo plazo. Entre los inversores que conocían a Jack, es el 67%. Hablemos de un legado».
Jeff Rosen, presidente y CEO del Centro Nacional de la Constitución dice: “Jack Bogle fue venerado por muchos que lo siguieron o trabajaron con él. Es maravilloso ver cuán brillante brilla su legado entre los millones de inversionistas que también lo conocieron. «Hacer que la inversión sea comprensible» es solo una frase que los estadounidenses asocian con Jack. Su sabiduría tranquila y constante seguirá guiando a los inversores durante las generaciones venideras».
La intención del futuro gobierno de Uruguay de facilitar las normas para la instalación de argentinos de alto patrimonio en el país ha levantado una polvareda mediática y política en los dos lados del Rio de la Plata. Pero, ¿quiénes serían estos argentinos potencialmente atraídos por un cambio de vida en Uruguay? El abogado Martin Litwak, fundador y socio del estudio Untitled, conversó con Funds Society sobre la noticia del momento.
Este mes de enero, en el marco de una reunión con empresarios en Punta del Este, el presidente electo de Uruguay, Luis Lacalle Pou, anunció que trataría de atraer argentinos de altos patrimonios a Uruguay. Fuentes de prensa hablaron de 100.000 argentinos, aunque después miembros del fututo gobierno matizaron y bajaron la cifra a 50.000. En este contexto, se empezó a hablar de un cambio en las normas del Banco Central de Uruguay tendiente a facilitar la residencia fiscal.
Martin Litwak señala que es una idea que tiene sentido para un país de escasa población como Uruguay (3,4 millones de habitantes), donde la instalación de tan solo 30.000 personas de altos ingresos tendría un enorme impacto en el consumo: “Por el momento hay una idea, pero no un plan concreto, no olvidemos que el nuevo gobierno uruguayo asume en marzo”, dice el jurista.
Litwak señala que hace tiempo que las grandes fortunas y los grandes grupos familiares argentinos han estructurado su patrimonio, y por ello esta medida estaría dirigida a un sector de ingresos mucho más bajo: “Estamos hablando de jóvenes profesionales o emprendedores argentinos que, debido a los recientes cambios fiscales, como la subida del impuesto a los bienes personales, ven que en los próximos años no podrán ni prosperar ni ahorrar, dedicando todo el fruto de su trabajo a pagar impuestos”.
El abogado señala que desde hace varios meses los estudios jurídicos detectan un interés creciente de los argentinos por cambiar de residencia fiscal, una decisión importante que implica una mudanza. Estados Unidos (Miami), España y Uruguay serían los destinos preferidos: “En este sentido el gobierno electo de Uruguay está aprovechando una oportunidad, con gente que mayormente ya tiene tomada la decisión de irse”.
Reacciones políticas y realidades regulatorias
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, mostró su disgusto con el proyecto del futuro gobierno uruguayo y afirmó:«Sin ánimo de involucrarme en las decisiones de otro país –y Luis (Lacalle Pou) sabe con el respeto que lo digo– tengo la impresión de que a Uruguay le costó tanto salir de ese mote de paraíso fiscal que volver a caer en eso no es una buena noticia», aseguró Fernández.
El actual ministro de Economía de Uruguay, Danilo Astori, criticó también duramente la iniciativa, señalando que era una «nueva demostración» de que Lacalle Pou adolece de “impericia» y desconocimiento de los asuntos del Estado.
Por su parte, el futuro ministro de Turismo, Germán Cardoso, confirmó que se está estudiando flexibilizar las medidas para obtener la residencia fiscal, entre ellas la exigencia de un monto de inversión para obtenerla, que actualmente es de 1,8 millones de dólares.
Cardoso también señaló que podrían revisarse los términos de permanencia anual en el país, que actualmente está fijados a 183 días.
El abogado Martín Litwak señala que actualmente hay un ataque a los países que promueven las jurisdicciones sin sustancia, que pueden ser incluidos en las listas de la Unión Europea. Por ello, los gobiernos tienen que saber moverse en esos márgenes. Sin embargo, el jurista considera que en los últimos años la gestión del Banco Central de Uruguay ha sido extremadamente dura y negativa y que por ello hay margen para que el país rioplatense vuelva a ser un “destino de libertad”.
Mirando hacia 2020, Kathryn Rooney Vera, directora de Análisis y Estrategia en Bulltick, recomienda a sus clientes que sigan invertidos en renta variable estadounidense, debido a la fuerte economía de ese país, pero que protejan sus retornos con la compra de opciones de venta, manteniendo algo de efectivo e invirtiendo también en alternativos no correlacionados.
En su opinión, 2020 es un año de agitación política que presenta graves riesgos para los altos niveles vistos en los mercados accionarios de Estados Unidos, durante 2019, por lo que es momento de proteger las ganancias no realizadas.
En sus predicciones de hace un año, acertaron en en que no habría recesión de Estados Unidos en 2019 y en que esa «guerra comercial» no sería la causa de una catástrofe global, en un entorno en el que durante el último trimestre de 2018, el S&P 500 cayó casi un 20% por esos mismos temores. En ese momento, recomendaron comprar los mercados de valores de EE.UU. y efectivamente, el S&P superó inclusive su pronóstico alcista. «Habíamos pronosticado que el S&P 500 aumentaría a casi 3.000 este año (de 2.350 en ese entonces 12/18) para un retorno del 20%. Estábamos fuera de consenso y se nos consideraba demasiado optimistas», recuerda Rooney.
Según la directiva, la pregunta es: «¿Ahora qué? Los mercados de valores de EE. UU. están en niveles récord. Los mercados europeos, algo sorprendentemente, tuvieron un gran año. Los activos de mercados emergentes han tenido un buen desempeño a pesar de las grandes depreciaciones monetarias. Alrededor del 25% del mercado de bonos del gobierno a nivel mundial está rindiendo negativamente y el Tesoro a 10 años ronda el 1,8%».
En su opinión, la mejor manera de ver el 2020 es a través del análisis de escenarios y la identificación de puntos clave para los mercados. Hay muchos, pero intentaron simplificar a dos que son:
Escenario alcista (60%): las tendencias económicas positivas actuales continúan. El presidente Trump es reelegido o un demócrata que defiende las políticas favorables al mercado gana. La Fed mantiene las tasas estables. La inflación sigue siendo mansa. Con la primera fase del acuerdo comercial entre China y Estados Unidos, la «guerra comercial» terminó de temer. En este escenario, pronostican: un SPX en 3.500 así como un dólar estable a ligeramente más fuerte y a los emergentes con el mayor rendimiento, mientras el Treasury a 10annos se ubica entorno al 2,25%.
Escenario bajista (40%): Bernie Sanders o Elizabeth Warren gana la nominación demócrata. Los mercados deciden comenzar a fijar el precio en riesgo político de un presidente socialista y caen un 20%. Las acciones de salud, finanzas y tecnología son las más afectadas. En la segunda mitad, la Fed recorta las tasas 1-2 veces. La confianza de los consumidores y las pequeñas empresas se desploma y los temores de recesión se renuevan. Trump pierde las elecciones. Precio de los mercados en reversión de recortes de impuestos corporativos, aumentos de impuestos adicionales, más regulación, crecimiento económico más lento. Para este escenario predicen que el SPX se ubicará en los 2.700 el Treasury de 10 años baja a 1,4%, el dólar está o estable o más débil y los emergentes ofrecen un bajo rendimiento.
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