Medidas de contención no solo para la crisis sanitaria sino también para contener el pánico de los mercados: tras sufrir ayer el Ibex la mayor caída de su historia -por encima del 14%-, a última hora del día la CNMV anunció una medida que tiene como objetivo moderar los movimientos bajistas. Así, ha acordado prohibir las ventas en corto durante la jornada de hoy viernes 13 de marzo sobre todas las acciones líquidas admitidas a negociación en las Bolsas de Valores Españolas cuyo precio cayó en más de un 10% durante la sesión de ayer 12 de marzo de 2020 y sobre todas las acciones ilíquidas (en los términos del Reglamento Delegado (UE) 918/2012) cuya caída ha sido superior al 20%.
La decisión se ha tomado de conformidad con el artículo 23 del Reglamento (UE) 236/2012 del Parlamento Europeo y del Consejo, que faculta a las autoridades nacionales competentes para restringir temporalmente las ventas en corto en el caso de una caída significativa en su precio.
El acuerdo se ha tomado teniendo en cuenta la evolución de los mercados de valores en el contexto de la situación creada por el virus COVID-19, que han registrado caídas extraordinarias en los precios de las acciones europeas (14,06% en el Ibex 35) con numerosos valores superando los porcentajes de variación que se recogen en el mencionado Reglamento (UE) 236/2012 y su normativa de desarrollo.
Igualmente se ha tenido en cuenta el riesgo de que en próximas jornadas puedan producirse movimientos de precio desordenados en el mercado bursátil europeo, incluyendo el español.
Según la CNMV, se trata en total de 69 valores, entre ellos Abengoa, Acciona, ACS, Aena, Airbus, Amadeus, BBVA, Santander, Bankia, Bankinter, CaixaBank, Enagás, Ence, Endesa, Ferrovial, Gestamp, Iberdrola, Inditex, Merlin, NH, OHL, REE, Repsol, Talgo, Técnicas Reunidas y Telefónica.
Por ventas en corto se entienden las definidas en el artículo 2.1.b del Reglamento (UE) 236/2012, esto es, toda venta de una acción o instrumento de deuda sin que el vendedor lo posea en el momento de cerrar el contrato de venta, incluso en el caso de que, en el momento de cerrar el contrato de venta, el vendedor haya tomado en préstamo, o acordado tomar en préstamo, la acción o el instrumento de deuda para su entrega en la fecha de liquidación.
Asimismo, quedarían exentas de la prohibición las actividades de creación de mercado, tal y como se definen en el artículo 2.1.k del mismo Reglamento.
La CNMV ha dado traslado de este acuerdo a la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA).
El acuerdo adoptado ha entrado en vigor con efectos inmediatos desde su publicación en la página web de la CNMV ayer por la noche.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Jean and Fred. Foto: Jean and Fred
En el último trimestre del año, los mercados bursátiles estadounidenses repuntaron hasta máximos históricos en un contexto de creciente optimismo sobre una posible reactivación mundial. Si a cualquier participante del mercado le hubieran dicho en enero de 2019 que así es como acabaría el año, no lo habrían creído: el sinfín de desafíos a los que hacían frente la economía mundial y los mercados a principios de año no auguraban nada bueno.
La Reserva Federal estadounidense (Fed) había endurecido su política de forma prematura, la guerra comercial entre EE. UU. y China se estaba recrudeciendo, el Reino Unido estaba sumido en el agonizante proceso del Brexit, Europa se estaba ralentizando (Alemania evitó por los pelos entrar en recesión técnica) y el populismo de derechas resurgía en todo el mundo. En este contexto, cabía esperar que los mercados progresaran poco durante el año y, en cambio, lo hicieron de forma espectacular.
Para finales de diciembre, el índice de volatilidad (VIX), un parámetro para cuantificar la volatilidad en los mercados de renta variable, estaba sumido en la más absoluta calma, y el índice MSCI All Country World Equity había subido casi un 28 % en divisa local. El último trimestre del año protagonizó un especial optimismo que quedó reflejado en los mercados de capitales. Por tanto, los sectores cíclicos de renta variable, como el industrial y el financiero, registraron una evolución superior a la de las opciones más seguras, como los suministros públicos o el consumo básico. Los rendimientos de la deuda pública a largo plazo repuntaron y, en cuanto a las divisas, el dólar australiano se revalorizó frente al yen japonés, mientras que el euro y la libra esterlina repuntaron frente al dólar estadounidense. En materias primas, el cobre superó al oro y el crudo empezó a subir. La euforia empezaba a echar raíces.
Las razones de esta evolución pueden desglosarse a corto y a largo plazo. En el plano más inmediato, el consumo estadounidense mantuvo su solidez durante el año gracias al reducido nivel del desempleo, el aumento de los salarios, el abaratamiento de la financiación de hipotecas y el moderado nivel de la inflación.
Ello conllevó que el 80 % de la economía más importante del mundo se encontraba en buen estado y que, por tanto, resultaba poco probable que se produjera una recesión a escala mundial. En segundo lugar, la liquidez mundial era abundante, dado que los bancos centrales hacían lo que podían para compensar los efectos del comercio usado como arma en la política internacional. La disputa más obvia era entre EE. UU. y China, pero Japón y Corea del Sur también se vieron envueltos en un amargo enfrentamiento sobre reivindicaciones históricas.
La Fed, tras detectar una pérdida de dinamismo económico a principios de año, dio marcha atrás en su endurecimiento de 2017 y 2018 recortando los tipos de interés y declarando que estaría preparada para permitir que la inflación superase su objetivo «de forma simétrica» antes de plantearse un nuevo ciclo completo de endurecimiento (véase Gráfica 1 más abajo). Asimismo, amplió su balance para abordar problemas técnicos de la financiación de los «repos», lo que en gran medida se interpretó, de manera acertada o errónea, como un refuerzo de su compromiso de brindar una liquidez que, en última instancia, beneficiaría a la economía y a los mercados de renta variable. El Banco Central Europeo (BCE) también renovó su programa de expansión cuantitativa, si bien con una gran oposición por parte de Alemania y los Países Bajos.
Estos efectos positivos se intensificaron después del verano, cuando parte de la incertidumbre que acechaba a los mercados se disipó. La salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) empezó a darse por sentada con el nuevo primer ministro del país, Boris Johnson, lo que acabó confirmándose con su victoria en las elecciones en diciembre. Al mismo tiempo, EE. UU. y China parecían haber formalizado la primera fase de un exhaustivo acuerdo comercial después de meses de incertidumbre.
Pero, en un plano más profundo, en 2019 se produjo la continuación de una tendencia clave que apuntaló aún más a los mercados bursátiles. En concreto, la demanda de activos seguros por parte de fondos de pensiones, países productores de petróleo, exportadores y empresas con abundante liquidez superó la oferta disponible y mantuvo los precios de los bonos en niveles elevados y los rendimientos, contenidos.
Junto con las políticas monetarias flexibles, los rendimientos negativos o reducidos resultantes en la deuda pública hicieron que los dividendos o las rentabilidades de las acciones parecieran atractivas en comparación y contribuyeron al fenómeno «TINA» —siglas en inglés de «no hay alternativa»— en los mercados de renta variable. Los elevados rendimientos no solo aumentaron el atractivo de las perspectivas de rentabilidad a largo de la renta variable, sino que apuntaban a un mayor valor.
Perspectivas y repercusiones para la inversión
A pesar de la evidente disipación de la incertidumbre, la economía mundial sigue haciendo frente a importantes retos. La globalización podría seguir revirtiéndose mientras las industrias y comunidades locales continúen haciendo frente a las dificultades derivadas de la disrupción y la desigualdad que esta causa y los políticos sigan intentando canalizar el descontento resultante en vez de abordarlo. Así, la guerra comercial entre China y EE. UU. y el brexit seguirán siendo síntomas de este problema tan arraigado. Resulta probable que el crecimiento económico mundial siga peligrando ante la ralentización de la demanda conforme la población activa empiece a envejecer y, en última instancia, a contraerse en el mundo occidental y en China. Este contexto se ve agravado por las escasas probabilidades de que se aplique una respuesta política concertada para abordarlo.
El recurso a la política presupuestaria tendría mucho sentido en vista de los reducidos costes de financiación en todo el mundo y de las rentabilidades potenciales de dedicar recursos a proyectos de inversión.
El sistema interestatal de autopistas que Eisenhower creó en la década de 1950 constituye un magnífico ejemplo del poder de autofinanciación del gasto en infraestructuras: arrojó una rentabilidad estimada del 600%. No obstante, parece poco probable que se materialice una respuesta coordinada, habida cuenta de la oposición (Alemania) y el escaso margen presupuestario (EE. UU., Japón, Italia).
La inmigración es otra posible solución para impulsar la población activa, pero ha pasado a ser una cuestión polémica en muchas economías clave. Así pues, resulta probable que los bancos centrales de todo el mundo sigan haciéndose cargo del problema manteniendo los tipos de interés en niveles reducidos a través de la política monetaria y posibles políticas de expansión cuantitativa (véase Gráfica 2 a continuación).
Al contrario de lo que podría parecer, este contexto de estancamiento económico y los rendimientos reducidos resultantes en la renta fija deberían contribuir a apuntalar las valoraciones de la renta variable, en vez de lastrarlas, dado que los inversores se ven obligados a buscar rendimientos allí donde puedan encontrarlo. Muchos han descrito estos últimos años como excepcionales por haber mostrado estas características tan opuestas pero, en vista de que las condiciones subyacentes no han cambiado, creemos que no hay motivos para creer que no pueden mantenerse durante algún tiempo.
La renta variable sigue siendo la clase de activos escogida por los inversores que buscan crecimiento gracias a las mayores rentabilidades y valoraciones que hemos descrito. Sin embargo, el contexto de escaso crecimiento probablemente conllevará que muchos inversores infravalorarán la asignación adecuada a la clase de activos.
Si bien la volatilidad y otras circunstancias específicas podrían constituir motivos más legítimos para ser prudentes, invertir en empresas que pueden aumentar su cuota de mercado y atraer el capital de los inversores comprometidos seguirá siendo una opción interesante. Se puede obtener valor adicional aumentando la exposición a «megatendencias» que no dependan de un crecimiento económico esquivo.
Algunos ejemplos son: Fortress America (principal beneficiario de las políticas de la Fed, mejor gestión corporativa del mundo), la inversión según criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG) (el largo camino de la bondad, las cambiantes demandas de los inversores), la tecnología (crecimiento en un mundo de reducido crecimiento) y los mercados emergentes (auge de la clase media, escasa representación en los índices de renta variable).
Más allá de la renta variable, aquellos inversores con el objetivo de preservar el capital deberán buscar la sencillez y la coherencia. Esta parte de la asignación de activos en la cartera debería tener por objeto lograr un perfil de rentabilidad estable, pero discreto, con el fin de amortiguar la volatilidad asociada a la renta variable.
La mejor forma de lograrlo probablemente sea a través de bonos alternativos, como los títulos vinculados a la inflación o aquellos con garantía hipotecaria, así como la deuda corporativa con duración reducida. La deuda pública sigue desempeñando su papel de diversificación en las carteras más allá de la renta variable y ofrece ahora cierto valor tras el reciente repunte de los rendimientos.
Desde el punto de vista táctico, pueden surgir oportunidades a medida que los mercados pasen de descontar los indicios de una demanda reducida a descontar de nuevo la consiguiente respuesta política. Entretanto, el reajuste periódico de los objetivos de asignación de activos puede generar un valor sorprendente con el tiempo y debería constituir un componente habitual de la actividad regular de todas las carteras. Esta combinación de rigor y flexibilidad será crucial para alcanzar el éxito en 2020.
Tribuna de Julian Horward, responsable de soluciones multiactivo en GAM Investments.
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Pixabay CC0 Public Domain. En términos generales, los fondos direccionales con mayores exposiciones netas superaron a aquellos con niveles inferiores de exposición
En un entorno donde la mayoría de las clases de activos se revalorizaron, el sector de los hedge funds experimentó uno de sus mejores años en una década, según la opinión de Alexis Mansuy, analista en SYZ AM, y Cédric Vuignier, director de Investigación e Inversiones alternativas en SYZ AM. Además, la mayor parte de las estrategias avanzaron, a excepción de las de los gestores sistemáticos macro, que no consiguieron interpretar los mercados con sus modelos fundamentales. “Para los fondos equity market neutral, fue un año positivo a la par que complejo, sobre todo a causa de unas rotaciones de factores más frecuentes y al estrangulamiento de las posiciones cortas”, subrayan los expertos.
Además, la decisión de la Reserva Federal de recortar los tipos de interés vuelve a catapultar los precios de los activos a cotas máximas, situando la volatilidad en niveles mínimos. Como consecuencia, se generaron importantes alzas en las asignaciones a renta variable y apalancamiento en las estrategias basadas en riesgos, como la de la paridad de riesgos. “En caso de que este aumente la volatilidad, cabe esperar un gran desapalancamiento como el que experimentamos a finales de 2018”, advierten desde SYZ AM. Ahora bien, ¿será el coronavirus el desencadenante?
“En nuestra búsqueda constante de alfa, creemos que hay tres temáticas que destacarán en los próximos doce meses”, destacan los autores. En primer lugar, el arbitraje de los bonos convertibles debería beneficiarse de una mayor volatilidad a nivel de los títulos individuales y del aumento de las emisiones nuevas en Estados Unidos. Asimismo, desde la gestora creen que hay valor por descubrir en Japón: “Gracias a las recientes reformas aplicadas por el primer ministro, Shinzo Abe, el sector empresarial japonés está experimentando profundos cambios”, destaca Mansuy.
Por último, la tercera temática de inversión que destaca SYZ AM es el aprendizaje automático. “Esta tecnología revolucionaria está alterando radicalmente nuestra experiencia del mundo a medida que los ordenadores desarrollan sus propios algoritmos”, subrayan los autores. Esto ha creado una carrera en pro de los datos y, entre los inversores, una búsqueda en el mercado. El aprendizaje automático es, según SYZ AM, actualmente una tecnología en la que se puede invertir y que trabaja para optimizar las carteras y crear inversiones y modelos de previsión.
Por otro lado, desde la gestora esperan que los mercados muestren mayor volatilidad, lo que debería favorecer a los gestores macro discrecionales y sistemáticos a corto plazo. No obstante, a los replicadores de tendencias de medio a largo plazo puede resultarles más complejo capear un mercado con más turbulencias.
Asimismo, en el periodo analizado, los mercados de renta variable se anotaron alzas de dos dígitos en la mayoría de las regiones, con dispersión entre los sectores. Las persistentes rotaciones de estilo también caracterizaron el periodo, lo que situó a los títulos financieros entre los más rentables.
Pese a los recortes de tipos a corto plazo a nivel mundial, el rendimiento estadounidense a 10 años volvió a subir del 1,5% a casi el 2%, lo que provocó una rentabilidad inferior en los sectores equivalentes a la renta fija como suministros públicos, inmobiliario y consumo básico.
En términos generales, los fondos direccionales con mayores exposiciones netas superaron a aquellos con niveles inferiores de exposición. Sin embargo, destaca la gestora, las marcadas rotaciones del estilo de crecimiento al de valor hicieron que el alfa fuera más baja para algunos gestores en este segmento. “Esto también generó preocupaciones para los gestores market neutral, que tendieron a mantener un posicionamiento largo en crecimiento y corto en valor, y que arrojaron una rentabilidad de plana a negativa desde septiembre hasta finales de año”, añade Vuignier.
Por todo ello, en estos últimos cuatro meses de repunte de renta variable, desde la gestora subrayan que “no es de extrañar que los gestores de estrategias equity hedge hayan aumentado su apalancamiento”.
“Continuamos siendo prudentes respecto de los mercados bursátiles en el año 2020, después de que en 2019 se hayan registrado rentabilidades que no veíamos desde hace más de media década”, concluyen los analistas. En este año, las tensiones políticas sobre las relaciones comerciales entre EE. UU. y China, y recientemente entre EE. UU. e Irán, así como la continua incertidumbre acerca del Brexit, justifican esta actitud prudente.
Foto cedidaBanco Central Europeo (BCE). . El BCE apuesta por aumentar la liquidez del mercado e insiste en una “política fiscal ambiciosa y coordinada”
El mercado no quedó satisfecho ayer tras la reunión del Banco Central Europeo (BCE). Pese haber anunciado compras de activos por valor de 120.000 millones de euros, no redujo los tipos de interés, algo que el mercado sí esperaba. Eso sí, Christine Lagarde, presidenta del BCE, insistió sobre la necesidad de una “política fiscal ambiciosa y coordinada para apoyar a las empresas y a los trabajadores en riesgo” como fórmula para amortiguar los efectos económicos del coronavirus.
En opinión de PIMCO, las medidas tomadas no han alcanzado las expectativas del mercado y considera que “el BCE se ha quedado corto”. Según explica Andrew Bosomworth, jefe de gestión de cartera alemana de PIMCO, “el BCE espera que su programa de compras adicionales tenga un gran impacto en el sector privado, en particular en los bonos corporativos. Sin embargo, la reacción inicial de los mercados de crédito fue negativa, y los diferenciales se ampliaron aún más, lo que pone de relieve tanto las grandes expectativas depositadas en el BCE como la fragilidad del actual entorno del mercado”.
David Lafferty, estratega jefe de Natixis IM, apoya la decisión tomada hoy por el BCE y explica que Lagarde ha tocado todas las teclas correctas, incluyendo más expansión cuantitativa y creando una estructura doble de tipos para las TLTROs. “Esto ha sido esencial, crea el entorno favorable para que los bancos presten y las empresas se endeuden, sin castigar a los ahorradores. Lo que es más importante, el BCE se ha mantenido firme contra la noción equivocada de que unos tipos más bajos pueden resolver todos los problemas económicos. En relación con el brote epidémico, el coste de los fondos es de una importancia limitada. Es el acceso a los fondos lo que importa y el plan del BCE es un buen intento para afrontar esa cuestión. La estrategia aquí es apoyar a la economía mundial, no limitarse simplemente a dar apoyo a las Bolsas”.
En esta misma línea de apuesta por la liquidez, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) anunció ayer que destinará 1,5 billones de dólares para garantizar la liquidez de los mercados. “La Fed también está reanudando la flexibilización cuantitativa, comprando bonos por valor de miles de millones de dólares, lo que debería ayudar a las áreas del mercado donde la liquidez se ha endurecido recientemente”, apuntan desde Fidelity.
Según explican los analistas de BancaMarch, esta inyección de liquidez se está llevando a cabo en dos pasos, comenzando ayer jueves con la compra de 500.000 millones de dólares en repos a tres meses y que continuará hoy con la compra de 500.000 millones de dólares en repos a 1 mes y 500.000 millones de dólares en repos a 3 meses. “La misma medida que se aplicará durante la jornada de hoy, se ofrecerá de forma semanal durante lo que queda de mes. Adicionalmente la Fed aumentará a partir de hoy y durante un mes, sus compras de valores de deuda pública, más allá de los 600.000 millones de dólares con los que actualmente gestiona su balance. De acuerdo con el organismo, esta decisión ha sido tomada en respuesta a los problemas de liquidez del mercado de valores del Tesoro, a causa del brote de coronavirus”, añaden.
Apuesta por las políticas fiscales
Desde Unigestion señalan que “a pesar de provocar un alivio de corta duración, no será suficiente para contener los impactos del virus a nivel macro y cambiar el sentimiento”. Y así ha sido por el momento, ya que este viernes 13 de marzo ha comenzado con algo más de calma en los mercados europeos, pero sin rumbo. Y básicamente también es lo que pretende el BCE porque tal y como indicó ayer su presidenta, Christine Lagarde, es el momento de las políticas fiscales.
«La presidenta del BCE fue clara en su mensaje: el BCE no está en la primera línea de defensa en esta crisis, que es, según su análisis, primero un choque de oferta, luego un choque de demanda, acompañado de inestabilidad financiera. De acuerdo con Christine Lagarde, la respuesta debe ser, por lo tanto, ante todo fiscal”, señala Frank Dixmier, director global de renta fija de Allianz Global Investors.
Para Samy Chaar, economista jefe de Lombard Odier, aún queda mucho margen para que los Estados tomen decisiones fiscales. “La función de reacción de las autoridades fiscales ha sido lenta y lo que se ha anunciado hasta ahora está lejos de ser exhaustivo. El apoyo debe ser sustancial para la mayoría de las economías (más del 0,5% del PIB) y las economías afectadas necesitan claramente paquetes más importantes (más del 1% del PIB). En este sentido, la flexibilización fiscal del 2% de China es un buen ejemplo”, añade Chaar.
“El BCE se ha unido a otros grandes bancos centrales para ofrecer un paquete específico para apoyar las condiciones financieras. Sin embargo, lo hizo mucho menos agresivamente que otros grandes bancos centrales. Christine Lagarde dejó claro al principio de la rueda de prensa que la política fiscal es necesaria en este entorno económico. En consecuencia, pidió a los gobiernos europeos que adoptaran una política fiscal coordinada y sustancial, flanqueada por el BCE. Eso ya no era un llamado, sino casi una súplica, que a su vez puede ser vista como una admisión de cuán limitadas son las opciones del BCE en este caso”, insiste Ulrike Kastens, Economist Europe de DWS.
En este sentido, la lectura que hace Lagarde de la crisis del coronavirus es la de un shock temporal. “El BCE cree que estos son eventos temporales por los que el mercado pasará y ha puesto la responsabilidad en los líderes de la UE de proporcionar más apoyo fiscal en lugar de depender de la política monetaria. En nuestra opinión, esto no es un apoyo para los mercados y los mercados han respondido en consecuencia», apunta David Zahn, responsable de renta fija europea de Franklin Templeton.
Leer entre líneas
Se podría decir que Lagarde fue ayer, ante todo, sincera. Aunque no gustara a los mercados. Por eso tan relevante fue conocer las medidas como la lectura de lo que significan. Según explica Didier Saint-Georges, miembro del Comité Estratégico de Inversión de Carmignac, “la predefinición del importe del programa de relajación cuantitativa, a pesar de su flexibilidad, bien puede interpretarse como una firme reticencia a adoptar medidas más contundentes, lo que, por supuesto, quedó confirmado con el indicio de que los límites no volverán a modificarse a corto plazo”.
En opinión de Andreas Billmeier, analista de Western Asset (Legg Mason), considera que si Lagarde hubiera tenido más experiencia en los mercados financieros, habría evitado decir que la reducción de los diferenciales no es tarea del BCE. “Tal vez la rueda de prensa haya sido un poco decepcionante frente a las expectativas de los mercados, que esperaban una flexibilidad total en el programa de compra de activos adicional, especialmente con respecto de la clave para la suscripción de capital. La presidenta Lagarde parecía un tanto indecisa en algunas ocasiones y evitó un par de preguntas incisivas, posiblemente porque tal vez sea demasiado pronto en su mandato para abordar un momento tan tenso”, comparte a la hora de valorar la posterior rueda de prensa.
Aumenta la volatilidad
La decepción de los mercados de ayer quedó reflejada en el hecho de que cayeron rápidamente tras la conferencia de prensa. “El sentimiento del mercado es actualmente muy negativo ya que el nivel de incertidumbre es muy alto. La volatilidad también se encuentra actualmente en niveles extremos, lo que refleja el miedo en los mercados. El posicionamiento también está siendo sacudido, particularmente en las estrategias de carry, y la liquidez se está agotando”, advierte en su último informe de Unigestion.
Todo este entorno hace inevitable que la mente se vaya a 2008, lo que ha hecho a los analistas fijarse en el sector financiero. “Si bien la liquidez adicional para los bancos es sensata, las entidades ya están inundadas de liquidez, y como la presidenta del BCE, C. Lagarde, ha mencionado en la conferencia de prensa, los bancos no han mostrado signos de estrés hasta la fecha”, añadeAzad Zangana, economista y estratega senior europeo de Schroders.
Tampoco ha convencido el tono de Lagarde, que lejos de tranquilizar a los mercados, insistió en su discurso de que podríamos llegar a una situación como la de 2008, si no se toman medidas. El BCE revisó sus previsiones de crecimiento económico de manera relativamente modesta, ya que considera que la crisis del coronavirus afectará a la baja a la economía. “El crecimiento se ha revisado a la baja del 1,1% al 0,8% en 2020, y del 1,4% al 1,3% el próximo año, sin cambios en 2022 en el 1,4%. En cuanto a la inflación, no se ha modificado en absoluto: 1,1%, 1,4% y 1,6% para 2020, 2021 y 2022, respectivamente. Ello se debe en gran medida a que el los pronósticos de la inflación se finalizaron antes del más reciente colapso del precio del petróleo”, destacan desde Nomura.
Pixabay CC0 Public Domain. Bank of America vuelve a recortar sus previsiones de crecimiento ante la crisis del coronavirus
En enero, Bank of America sostenía que la ralentización de la economía tocará fondo en primavera, gracias a la relajación de las tensiones derivadas del enfrentamiento entre EE.UU. y China, y al riesgo relativamente bajo de que se produzca una recesión. Ahora ha ajustado su visión y reducido las previsiones de crecimiento para este año por causa del coronavirus.
Hace unas semanas, Bank of America revisaba sus perspectivas y recortaba casi a la mitad su previsión sobre la eurozona, al rebajarla del 1% inicialmente previsto al 0,6%. El país más perjudicado es Italia, donde la proyección pasa ahora de una expansión estimada del 0,3% a una contracción del -0,2%. Otros países que sufren una drástica revisión son Alemania (pasa del 0,5% al 0,1%) y Francia (baja del 1,2% al 0,8%). Bank of America asume que habrá una “pérdida permanente de actividad” a causa del coronavirus, anticipa un “crecimiento próximo a cero” en el primer semestre y una recuperación en la segunda mitad del año, siempre y cuando la crisis “se resuelva a finales de primavera”.
Incluso la entidad rebajó las previsiones de crecimiento mundial al 2,8%, frente al 3,1% previsto inicialmente. Unas cifras que ha vuelto a valorar y a ajustar. Bank of America predice ahora que el PIB mundial crecerá un 2,2%, frente a ese 2,8% que esperaba a finales de febrero. Respecto a la eurozona, rebaja la previsión al 0,2%, frente al 0,6% que estimaba en su primera revisión del crecimiento.
Dejando a un lado el recorte hecho para la zona euro, según la visión de los analistas de la firma, el año ha empezado cerca de la parte final del ciclo alcista más largo desde que hay registros. Muchos de los factores determinantes – política de los bancos centrales, globalización, petróleo – han alcanzado máximos y están surgiendo nuevos paradigmas económicos en respuesta a un conjunto de desafíos diferentes a los que los sistemas social, medioambiental, político y económico se enfrentan en todo el mundo.
Según explica, son cuatro motivos los le han llevado a recortar de nuevos sus previsiones:
El aumento de casos de coronavirus fuera de China. La entidad explica que las medidas que los países desarrollados han tomado a raíz de la expansión del virus debilitará sectores como el ocio o el comercio al por menor, y por último a la mano de obra. «Esto es mucho menos draconiano que lo que China ha hecho para mantener a muchos trabajadores en casa y monitorear el movimiento de una manera muy agresiva. El impacto de las acciones de Italia en la propagación del virus nos dirá mucho sobre la capacidad de contener el virus sin un estado policial agresivo», añade.
La lenta respuesta de algunos sistemas de salud públicos. En este sentido, Bank of America considera que algunos países no sido capaces de lanzar un mensaje claro a la sociedad para contener la epidemia ni tienen capacidad en sus sistema de salud público para hacer frente a la situación. «Los países sin cobertura sanitaria universal corren un mayor riesgo porque en una pandemia el sistema sanitario es tan fuerte como el eslabón más débil. Por lo tanto, tal vez la respuesta política más importante sea cerrar esos agujeros lo antes posible», matiza.
Los inversores y los responsables políticos se han acostumbrado a que sean los bancos centrales los que respondan a la crisis. En este sentido advierte que «la respuesta negativa del mercado al recorte de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal puso de relieve que los bancos centrales solo desempeñan un papel de apoyo en esta crisis. De hecho, las condiciones financieras se han endurecido considerablemente. Se han anunciado varias medidas fiscales en todo el mundo, pero en la mayoría de los países las cifras son relativamente pequeñas».
La «guerra del petróleo». Las tensiones por el petróleo entre Arabia Saudita y el resto de la OPEP añade más presión a la baja sobre el crecimiento. «Como primera aproximación, un colapso en los precios del petróleo es neutro para el crecimiento global, ya que significa una transferencia de ingresos de los productores a los consumidores. Sin embargo, creemos que perjudica el crecimiento a corto plazo. En primer lugar, perjudica la inversión en el sector y crea una presión a la baja en el mercado de valores. En segundo lugar, el coronavirus ha desencadenado una fuerte caída en los viajes, por lo que la reducción de los precios de la energía es menos beneficiosa para los hogares de lo normal», explica.
“Dadas las macrotendencias que afectan a los mercados, todo apunta a que la inversión tal y como la conocemos llegue a su fin. La localización, en contraposición a la globalización, tendrá importantes implicaciones en el crecimiento global y veremos también cambios en el comportamiento de las corporaciones por la influencia del capitalismo moral: el foco se trasladará de los accionistas a los stakeholders en el sentido más amplio”, señala la entidad.
Por ello considera que los inversores deberán tener en cuenta varias tendencias a más largo plazo para la década que comienza, entre ellas: de global a local, el paso de una guerra comercial a guerra tecnológica, el salto de bonos a acciones, y de los beneficios a corto plazo a crecimiento a largo plazo, donde los criterios ESG (medioambientales, sociales y de buen gobierno) ayudan a identificar los casos de crecimiento a largo plazo.
Pixabay CC0 Public Domain. ¿Aportan valor los hedge funds especializados en tecnología?
Todos los analistas e inversores consideran el sector tecnológico una gran oportunidad y lo suficientemente grande como abordarlo desde diferentes estrategias. En opinión de Lyxor, hay espacio para “estrategias independientes”, además considera que, como complemento a los productos pasivos, las estrategias tecnológicas activas cobran cada vez mayor atractivo.
Una de sus características es que estamos ante un gran universo. El segmento abarca un amplio espectro de negocios, entre los que se incluyen fabricantes de chips y componentes, ordenadores y software, fabricantes de dispositivos y teléfonos inteligentes, Internet y el Internet de las cosas (que conecta redes de dispositivos y la nube). También incluye empresas activas en los campos de los vehículos autónomos, la inteligencia artificial (que utiliza ordenadores para imitar las habilidades de aprendizaje, razonamiento y autocorrección de los humanos), las cadenas de bloques (que eliminan la intermediación en las transacciones), la ciberseguridad y los medios de comunicación de retransmisión en directo (streaming). “A este universo se adscriben unas 5.000 empresas en todo el mundo, de las cuales unas 300 son de gran capitalización o megacapitalización y unas 2.000 son de mediana capitalización y reciben menos cobertura”, señalan desde Lyxor.
La gestora considera que, ante un ciclo económico maduro y en vista de que las valoraciones de las empresas tecnológicas están alcanzando sus cotas máximas históricas (dejando de lado la burbuja de las puntocom de 1998-2000), se debe ser más selectivos y mantener exposiciones tecnológicas más ajustadas. “Los inversores consultan con expertos para moverse por las complejidades de los productos tecnológicos y, sobre todo, para determinar la calidad y la sostenibilidad de los modelos de negocio de las empresas tecnológicas”, añaden.
Desde su punto de vista, el argumento que sustenta la generación de alfa en el sector tecnológico parece sólido: la variedad de inversores que participan en este segmento proporciona profundidad al mercado. Las empresas tecnológicas también se encuentran en fases muy diferentes de sus ciclos de productos: algunas se hallan en fases muy tempranas, con un elevado crecimiento de los ingresos y el gasto en capital, pero con escasa rentabilidad, mientras que otras son empresas maduras que se esfuerzan por mantener el ritmo de la innovación, que ofrecen unos beneficios más reducidos a la vez que más estables y un carry más elevado.
Según señalan desde Lyxor, son varios los catalizadores que pueden ayudar a los gestores a generar valor. “En el sector tecnológico, las operaciones de fusiones y adquisiciones y las salidas a bolsa siguen llevándose la mayor parte de los volúmenes globales (>100.000 millones de dólares/trimestre de adquisiciones, aproximadamente el 25% del volumen mundial). Si bien las empresas tecnológicas pasan por frecuentes inflexiones estratégicas, también son un segmento que reviste especial interés para los proveedores y los activistas de private equity, lo que proporciona catalizadores adicionales”, explica.
¿Cómo generar alfa?
Pese a todo, la gestora considera que el sector se enfrenta a una intensificación de las dificultades para generar alfa. “Al ser estratégico en las dinámicas de poder de los países, el sector se ve cada vez más afectado por acontecimientos macroeconómicos de base amplia, entre los que se incluyen políticas fiscales, (geo)políticas y reguladoras. En segundo lugar, al contribuir de forma importante a la rentabilidad general de los índices, aumenta su vulnerabilidad a la confianza global del mercado. Los encantos de los valores de crecimiento suelen atraer a inversores en momentum y cuantitativos, capaces de acentuar las tendencias en ambos sentidos”, argumentan.
Según el análisis que hace, los hedge funds especializados en tecnología sí generan alfa. “Con una media del 40%, los gestores han demostrado su capacidad para ajustar de forma activa sus exposiciones netas. La guerra tecnológica librada entre Estados Unidos y China arrojó dudas sobre los negocios y las operaciones de las empresas del sector. Sin embargo, los gestores lograron superar este episodio, aunque su alfa fue más modesta. Por otra parte, los periodos de alfa negativa coinciden con momentos de avance del segmento tecnológico, que los productos pasivos capturan mejor”, sostiene.
En su opinión, las condiciones siguen siendo propicias para la generación de alfa. La gestora considera que la correlación entre valores y sectores tecnológicos se mantiene en niveles muy reducidos, lo que revelaría la existencia de una amplia variedad de factores. Asimismo, las acciones tecnológicas responden bien a sus fundamentales, como pone de manifiesto la proporción de su rentabilidad impulsada por acontecimientos específicos de cada empresa (a diferencia de los vaivenes del mercado en general). “Además, en nuestro grupo de homólogos de gestores especializados en tecnología la diferenciación es elevada. La reducida correlación de sus resultados sugiere un posicionamiento y un conjunto de oportunidades muy diferentes”, concluyen.
Pixabay CC0 Public Domain. ¿Están las empresas preparadas para gestionar la crisis del coronavirus?
Si bien las empresas han puesto en marcha protocolos para evitar la propagación del brote, en realidad sólo un 49% de las mismas cuentan con un Plan de Continuidad de Negocio (PCN) ante el coronavirus, según la última encuesta de Mercer. Debido a la creciente propagación del virus Covid-19 y sus efectos en la economía mundial, Mercer ha encuestado a más de 300 empresas con oficinas en 37 países para estudiar cómo abordan este suceso las corporaciones y cómo afecta a su personal, tanto expatriado como local.
Desde la entidad, recomiendan a las empresas una respuesta que se base en la recopilación de información de fuentes fiables, una comunicación frecuente y la revisión de su Plan de Continuidad, Además, aconsejan seguir las directrices de organismos oficiales, tratar al personal, local y expatriado de forma igualitaria, escuchar las preguntas y preocupaciones de los empleados y proporcionar las medidas y elementos de protección y prevención adecuados.
Por ahora no se han producido evacuaciones masivas de trabajadores expatriados. No obstante, en caso de que se diese este suceso, las empresas ofrecen distintas respuestas según la decisión venga de la empresa o del trabajador. En la mayoría de los casos el seguro del empleado cubre tanto gastos de traslado como de alojamiento. Las compañías que deciden repatriar a sus empleados mantienen intactos los conceptos salariales siempre y cuando no se supere un cierto umbral temporal en un 43% de los casos. Sin embargo, hay casos en los que los salarios y otros beneficios pueden verse congelados hasta que vuelvan a ocupar sus puestos de trabajo. “Los retornos se examinarán caso por caso, pero casi la mitad de las empresas coinciden en no traer de vuelta a sus trabajadores hasta que no sea seguro”, subraya el informe.
“El fenómeno del coronavirus está afectando a las corporaciones de forma transversal, limita su capacidad de operación, genera costes adicionales en la gestión de sus empleados y reduce su capacidad de alcanzar los objetivos financieros fijados. “En esta situación las claves deben ser proteger, evaluar y prevenir. Debemos pensar rápido y actuar de forma ordenada para asegurar el bienestar de los empleados, locales y expatriados”, afirma Juanvi Martínez, líder del área de Career de Mercer en España.
Muchas de las empresas encuestadas han adoptado medidas drásticas, como el cierre de sus plantas de producción en China continental (58%) así como la restricción de viajes a países donde hay casos confirmados (72%). Casi la mitad están evaluando la evacuación de los expatriados, pero sólo un 20% lo ha llevado a cabo.
Por otro lado, algunas compañías están enfrentado la situación con acciones prácticas como proporcionar mascarillas (48%) y desinfectante para manos (68%) en el lugar de trabajo o permitiendo una mayor flexibilidad para trabajar de forma remota en las ubicaciones más afectadas. Así, por ejemplo, el 58% de las empresas están implementando los sistemas necesarios para flexibilizar el teletrabajo.
“Debido al inusual período de incubación, que puede extenderse hasta dos semanas, otra práctica común es la imposición de períodos de cuarentena”, destaca la encuesta de Mercer. Casi la mitad de las empresas, un 42,8%, obliga a sus empleados a permanecer en casa al regresar de un país afectado, tanto por viajes de negocio como personales. En estos casos la mayoría de los empleados continúan trabajando en remoto desde sus hogares y perciben su salario completo.
Sin embargo, se han detectado casos en los que la cuarentena se detrae del período de vacaciones. Una vez completado el período de cuarentena, sólo el 46% realizan pruebas médicas a sus empleados. A pesar de la preocupación, por ahora la gran mayoría de las empresas no se plantea modificar ni sus objetivos de compensación a largo plazo (76.9%) ni sus planes de incentivos (83%).
Casi todas las empresas (86%) anticipan además un impacto negativo en su cuenta de resultados derivado de un exceso en los costes de gestión de la salud y bienestar de sus empleados, así como una reducción en las ganancias debido a la reducción de sus operaciones por falta de personal y la caída global de los mercados, según los datos de Mercer.
Christine Lagarde, presidenta del BCE. Christine Lagarde, presidenta del BCE.
Después de las contundentes medidas tomadas por la Fed y por el Banco de Inglaterra, que rebajaron recientemente medio punto los tipos de interés para luchar contra el contagio del coronavirus a los mercados, el Banco Central Europeo ha decepcionado hoy a los inversores, al excluir de sus medidas similares recortes en las tasas de interés. En lugar de optar por los recortes, la autoridad monetaria ha optado por tomar medidas de liquidez y compras de activos, algo que no ha sido bien recibido por los inversores. En parte, porque consideran que la decisión pone de manifiesto la limitada capacidad de maniobra de la autoridad monetaria, así como su efectividad, y cada vez son más las voces que ponen las esperanzas en los esfuerzos fiscales.
En concreto, los nuevos estímulos del BCE incluyen una nueva barra libre de liquidez, compras de activos por 120.000 millones que complementarán a las actuales y una flexibilización de las normas de capital y de liquidez de la banca. El organismo monetario también ha rebajado las previsiones de crecimiento de la zona euro. Sin embargo, la facilidad de depósito continuará en el -0,5%.
Para muchos expertos, el hecho de que el BCE no haya recurrido a la artillería pesada se explica en parte porque tiene menos margen de maniobra que sus homólogos anglosajones: “La flagrante ausencia de un recorte de tipos de interés —al contrario de los casos de la Fed y el Banco de Inglaterra— supone un crudo recordatorio de que, dado que el tipo de los depósitos ya se sitúa en -0,5%, el BCE tiene un margen de maniobra significativamente inferior al de sus homólogos”, comenta Wolfgang Bauer, gestor del equipo de renta fija de M&G Investments.
Las medidas adicionales —principalmente, unas condiciones más favorables en la nueva ronda de las operaciones de refinanciación a plazo más largo (LTRO) y un programa de compras de activos adicional por valor de 120.000 millones de euros hasta finales de año— no han logrado calmar a los mercados. De hecho, la aversión al riesgo de los mercados se ha intensificado considerablemente después del anuncio del BCE, y el índice iTraxx Crossover —un parámetro del riesgo de los títulos europeos de alto rendimiento— ha aumentado cerca de 120 puntos básicos hasta niveles que no se veían desde 2012.
“En vista de que la política monetaria del BCE parece estar llegando a sus últimos compases, Christine Lagarde destacó la importancia de articular una respuesta presupuestaria contundente y coordinada para atajar las repercusiones de la enfermedad del COVID-19 en la economía europea”, destaca M&G.
ParaJavier Molina, analista de eToro, «el BCE necesitaba dar una señal de tranquilidad y no lo ha hecho; ha mantenido los tipos en el 0% y en el -0,5% los tipos de facilidad de depósito”. En su opinión, el mercado esperaba unas medidas más contundentes dada la actual situación.
Paul Diggle, Senior Economist de Aberdeen Standard Investments, habla de dos aciertos y un fallo. “Los éxitos se refieren al aumento del programa QE y el nuevo programa TLTRO-III, dos medidas que son claramente bienvenidas y deberían ayudar a mantener la liquidez en la economía. El tipo de interés del -0,75% en los préstamos de TLTRO a los bancos es una innovación importante, porque es la primera vez que el banco central presta a los bancos a un tipo inferior al oficial- en cierto sentido, es un recorte de los tipos muy dirigido-. El fallo tiene que ver con que no se ha producido una rebaja en la facilidad de depósitos principal, lo que resulta una decepción frente a las expectativas del mercado, y envía la señal de que incluso el propio BCE piensa que está al final del camino cuando se trata de recortar los tipos de interés”.
También Andrew Bosomworth, responsable de la cartera alemana de PIMCO, cree que se ha quedado corto: “Dejar los tipos de depósito en el actual nivel refleja que el BCE conoce la limitada efectividad de los recortes de tipos con respecto a los niveles actuales”, dice.
«Aunque un recorte de los tipos no habría ayudado a la economía de forma directa, al menos habría sido una señal de apoyo y probablemente habría mejorado las condiciones financieras, sobre todo teniendo en cuenta que Lagarde reconoció no estar muy cerca del límite inferior efectivo. Las compras de activos adicionales de 120.000 millones hasta el final del año son más de lo mismo. Sin duda, esto apoyará indirectamente a las pymes al proporcionar mejores condiciones de refinanciación a los bancos de la zona euro con programas LTRO y TLTRO más favorables. Sin embargo, la impresión general de las medidas del BCE y de la posterior rueda de prensa de Lagarde es la de un consejo de gobierno dividido y desprovisto de compromiso en medio de una grave recesión económica», dice Frank Häusler, estratega jefe de Vontobel Asset Management.
Lo que ha podido…
Para Oliver Blackbourn, gestor del equipo de Multiactivo de Janus Henderson, «el BCE, que está al límite de sus fuerzas pero no ceja en su empeño, ha hecho lo que ha podido hoy». Y explica: «Ha inyectado dinero al sistema bancario para que las entidades incrementen la concesión de créditos. No obstante, la población no puede gastar porque las tiendas están cerradas —como en el caso de Italia—, por lo que no necesitan crédito. El objetivo principal debe ser evitar los impagos, ayudando tanto a las empresas como a los consumidores a superar la situación actual. Los 120.000 millones de euros adicionales de relajación cuantitativa podrían ayudar a los mercados de renta fija de los países periféricos, aunque no ha sido este el caso de la deuda pública italiana. También resulta complicado determinar la rapidez con la que los efectos de las compras de activos se materializarán en la financiación de las empresas en un mercado crediticio que apenas está operativo», matiza.
«En ocasiones anteriores, los Gobiernos de la zona del euro han hecho caso omiso de los llamamientos del BCE a emprender reformas estructurales, pero tal vez se darán por aludidos en esta ocasión e implementarán los estímulos presupuestarios solicitados», dice. «No obstante, existen pocos indicios de que se haya adoptado un enfoque coordinado entre el BCE y los principales Gobiernos de la zona del euro. Los mercados parecen dispuestos a ejercer presión para obtener una respuesta mientras continúan cayendo. Al igual que sucede con la situación política en EE. UU., los mercados solo pueden esperar que, a medida que la crisis se recrudece, los responsables políticos estarán obligados a superar sus diferencias y encontrar el modo de presentar una respuesta consensuada», añade.
Un movimiento inteligente
Sin embargo, para otros es un movimiento inteligente… por ahora: “El BCE ha dado a conocer un paquete de estímulos muy teledirigidos en su reunión de hoy, en un intento por combatir las consecuencias del coronavirus, que continúa extendiéndose rápidamente por todo el mundo. Las medidas del BCE parecen ser más agresivas de lo que se esperaba y, posiblemente, más radicales que las vistas hasta ahora por parte de sus contrapartes en Estados Unidos y el Reino Unido”, dice Anna Stupnytska, responsible Global de Macro de Fidelity International, que cree que, “en un movimiento muy inteligente, el BCE ha decidido no reducir los tipos de interés, lo que indica un cambio en su manera de reaccionar, así como flexibilidad en la manera de enfocar sus políticas ante un choque inesperado. Ha optado por centrarse en las áreas más específicas donde se necesitará ayuda. La combinación de un impulso al programa de QE centrado en los activos privados, junto con unos términos muy atractivos del TLTRO -mediante los cuales a los bancos se les pagará efectivamente para pedir prestado al BCE y prestar al sector privado-, es sin duda un paso en la dirección correcta”.
Sin embargo, matiza, “dada la incertidumbre extremadamente alta sobre la propagación del virus y su impacto en la economía, queda por ver si estas medidas políticas serán suficientes para conducir a la zona euro a través de este entorno en los próximos meses. Una recesión en toda la zona euro es un resultado muy probable, pero que sea solo de naturaleza ‘técnica’ dependerá no solo de la trayectoria del virus y el respaldo de la política monetaria, sino también de la política fiscal”, añade. En este sentido, defiende un impulso más agresivo hacia la flexibilización fiscal por parte de todos los estados miembros: “Si ahora no es el momento de romper las reglas fiscales y abrir los grifos, ¿cuándo lo será? Después de todo, el futuro de la zona euro puede, una vez más, estar en juego”.
“Se trata de medidas significativas, que ayudarán a mantener el flujo de crédito en la Eurozona, dice Álvaro Sanmartín, economista jefe de la gestora MCH Investment Strategies, que recuerda que las autoridades fiscales también están aprobando medidas de apoyo para las empresas y trabajadores más afectados. “Poniéndolo todo en la balanza, creemos que lo más probable es que los próximos meses sean complicados a nivel económico pero luego veremos un repunte significativo de la economía global”, explica.
El Vanguard FTSE BIVA Mexico Equity ETF (VMEX), el primer ETF de Vanguard domiciliado en México cumple seis meses en el mercado este marzo. El ETF que busca replicar el índice FTSE BIVA, brindando a los inversionistas acceso y exposición al mercado de capitales mexicano, logró en sus primeros tres meses, levantar 1.000 millones de pesos, aún cuando, por tamaño, los inversionistas institucionales todavía no podían invertir en él.
Según comenta en entrevista Juan Hernández, quién se encuentra a la cabeza de Vanguard en México, esta aceptación la considera positiva y de cara a lo que resta del 2020 la meta, más que el crecimiento en valor absoluto, que considera superará al 100% de los activos bajo administración, es la de “que los institucionales participen mas activamente en el producto… Medimos el éxito con que cada vez mas los inversionistas mexicanos lo utilicen”, señala agregando que “estamos dando al mercado mexicano una solución diversificada en una estructura de fácil acceso y además es el producto más barato de renta variable mexicana y el índice que elegimos el FTSE-BIVA tiene casi 59 emisores de todos los sectores de la economía, FIBRAs y demás, diversificación que ha ofrecido más de 100 puntos básicos sobre el índice del IPC”.
El VMEX es el primer vehículo de inversión lanzado por Vanguard en el mercado latinoamericano y con él, México se convirtió en la octava plataforma de la firma estadounidense. “Es un hito para Vanguard en México”, comenta el directivo agregando que este producto complementa su portafolio de más de 90 ETFs internacionales actualmente listados en el Sistema Internacional de Cotizaciones (SIC) que ofrecen exposición internacional, principalmente a Estados Unidos y Europa.
“Esperemos sea el primero de muchos productos que lancemos . Queremos ser un asset manager local y con clases de activos mexicanas. Es algo donde queremos participar y agregar valor, siempre con la filosofía de Vanguard de ofrecer productos bien diversificados a bajo costo”, comenta.
El directivo nos anticipa que están analizando a la renta fija mexicana para ver cuál podría ser su próximo producto. No son de lanzar productos de nicho sino se enfocan en las “grandes clase de activos que hacen sentido para la gran mayoría de los portafolios, porque es donde podemos agregar escala y ofrecer productos a muy bajo costo… Esperamos poder anunciar un producto de renta fija mexicana en este año” señala.
Sobre la industria en general, Hernández considera que los cambios regulatorios vistos en las afores el año pasado, como el cambio a fondos de ciclo de vida o el que por fin se pudieran utilizar fondos mutuos internacionales, han sido muy positivos para el mercado y le gustaría ver realizada la propuesta de levantar el 20% de límite a la inversión extranjera. Sin embargo también nota que en el mercado en general se están dando avances importantes en cuanto a la diversificación. “El portafolio de estrategias multiactivo ya está arriba del 15% del mercado y si bien hay una industria que principalmente invierte en renta fija mexicana de corto plazo, ese porcentaje ha ido bajando a expensas de soluciones multiactivos y valores extranjeros. La tendencia es positiva en cuanto a que los mexicanos cada vez diversifican mejor su cartera y construyen portafolios, desde nuestro punto de vista mejores, en cuanto a riesgo retorno y nosotros estamos contribuyendo con nuestro granito de arena en cuanto a producto y asesoria”, concluye.
CFA Institute anunció que Nischal Pai, CFA, ha sido nombrado director de Relaciones Institucionales para las Américas, con sede en la ciudad de Nueva York.
Pai es responsable de impulsar la estrategia y las relaciones con la industria financiera, incluyendo las instituciones financieras y los reguladores, en toda América del Norte y del Sur. En su papel, trabajará en estrecha colaboración con las sociedades CFA en todos los mercados de las Américas para garantizar que el compromiso sea tanto local como continuo.
“CFA Institute ayuda a satisfacer las variadas y complejas necesidades de las instituciones de gestión de inversiones con programas de certificación, estándares éticos y profesionales, e información académica valiosa. La experiencia en la industria de Nischal se adapta perfectamente para llevar al mercado ofertas como el Programa CFA, con miras a construir una profesión ética y formada que sea una fuerza para el bien «, dijo Stephen Horan, CFA, CIPM, director gerente de las regiones de las Américas de CFA Institute.
Pai aporta una amplia experiencia en gestión de activos, mercados de capitales y gestión de patrimonio, centrada principalmente en mandatos institucionales y de altos patrimonios. Se une al CFA Institute de Intelligent Edge Advisors, donde se desempeñó durante nueve años como director gerente, jefe de Cobertura y Soluciones Estructuradas, brindando soluciones sofisticadas de gestión de riesgos a individuos, family offices e instituciones.
En total, Pai aporta más de dos décadas de experiencia profesional, incluidos puestos en US Trust / Bank of America, donde se desempeñó como director gerente, gerente senior de cartera, administrando más de 1.500 millones de dólares en estrategias cuantitativas optimizadas para impuestosy co-administrando un fondo mutuo altamente calificado. También trabajó para Bankers Trust / Deutsche Bank.
«Me enorgullece contribuir con mi experiencia a la misión del Instituto CFA, promoviendo que los mercados financieros funcionen dando su mejor servicio a los inversores y la sociedad. Es un honor liderar un equipo dedicado de profesionales que ya tienen raíces profundas en toda la comunidad financiera». dijo Pai.