Pixabay CC0 Public Domain. Allfunds se une a Consejo de Administración de Openfunds
José Carlos Oviedo, responsable de la gestión de datos de Allfunds, se ha incorporado al Consejo de Administración de Openfunds. Esta organización sin ánimo de lucro fue fundada en 2015 por UBS AG, Credit Suisse AG, Bank Julius Bär & Co. AG y FE fundinfo AG, con el objetivo de establecer un estándar industrial común para mejorar el intercambio y la difusión de los datos de los fondos.
«En nombre de toda la junta y de los miembros de Openfunds, queremos dar la bienvenida a Carlos y al equipo de Allfunds. Tener al mayor distribuidor de fondos del mundo a bordo es un gran paso para nuestra asociación. Nos ayudará a fortalecer aún más el reconocimiento mundial de nuestra organización y el alcance de sus estándares”, ha señalado Tim Gutzmer, vicepresidente de Openfunds.
Por su parte, José Carlos Oviedo, responsable de la gestión de datos de Allfunds, ha declarado: “Estamos convencidos de que Openfunds aumenta la calidad y la transparencia de los datos de los fondos en beneficio de todos los actores de la industria. Su lenguaje común proporciona certeza y permite la automatización. Con nuestra participación activa, aportamos experiencia y escala para desarrollar aún más estos estándares”.
Desde Openfunds considera que su labor es muy relevante porque, durante los últimos años, la velocidad y la calidad de la transmisión de la información ha aumentado drásticamente en la mayoría de las industrias. Sin embargo, los datos de los fondos siguen transmitiéndose de forma “anacrónica” y “no estandarizada”.
Gracias a su labor y propuesta, actualmente más de 400 proveedores internacionales de fondos se han adaptado a sus estándares de fondos abiertos y gratuitos, lo que “contribuye a que el sector de los fondos funcione de manera más eficiente y transparente”, sostienen desde Openfunds.
Larry Fink, consejero delegado de BlackRock.. PNC Financial Services vende su participación del 22,4% en BlackRock
La actual pandemia sanitaria y sus efectos en la economía han centrado gran parte de la carta anual a accionistas de Larry Fink, consejero delegado de BlackRock. “Desde enero, el coronavirus se ha apoderado de nuestras vidas y ha transformado nuestro mundo, presentando un desafío médico, económico y humano sin precedentes”, señalaba en las primeras líneas de su carta.
Sobre la situación actual reconoce que tomará varios años recuperar la normalidad, así como el gran reto que supone para los gobiernos, la sanidad y las finanzas responder a las consecuencias que se derivarán de esta gran crisis del coronavirus. “En mis 44 años de experiencia en las finanzas, nunca he experimentado nada como esto. El brote ha impactado los mercados financieros con una rapidez y ferocidad que normalmente solo se ve en una crisis financiera clásica. En cuestión de semanas, los índices de referencia de la renta variable mundial cayeron de máximos históricos a un mercado bajista. Incluso se activó el mecanismo para interrumpir el trading en la bolsa de Nueva York, una alternativa creada para amortiguar la extrema volatilidad y que ha sido usada hasta en tres ocasiones. Estas condiciones además se han visto exacerbadas por los bajos niveles de liquidez de los bonos el Tesoro de Estados Unidos, que sirve como referencia para los activos de riesgos de todo el mercado”, sostiene como resumen de la situación.
En su opinión, esta crisis no solo ha presionado los mercados y el crecimiento global a corto plazo, también ha provocado una reevaluación de muchos supuestos teóricos sobre la economía global, como la inmediatez del abastecimiento de las cadenas de suministro o la dependencia del transporte aéreo. Incluso, considera que tras esta crisis habrá un cambio en la forma de interpretar cómo trabajamos, consumimos, compramos, viajamos y nos reunimos. “Cuando salgamos de esta crisis, el mundo será diferente. La psicología de los inversores cambiará. Los negocios y el consumo cambiarán. Y dependeremos más profundamente de nuestras familias y de cada uno de nosotros para estar a salvo”, argumenta.
Hacia la recuperación
Aunque Fink reconoce que todo esto suena “dramático” es optimista y considera que “la economía se recuperará ininterrumpidamente». Según explica, la crisis actual “carece de algunos de los obstáculos para la recuperación de una crisis financiera típica. Los bancos centrales se están moviendo rápidamente para abordar los problemas de los mercados de crédito, y los gobiernos están actuando ahora agresivamente para promulgar estímulo fiscal. La velocidad y la forma de estas políticas están profundamente influenciadas por la experiencia durante la crisis financiera mundial en 2008. También creo que es probable que sus acciones sean más eficaces y trabajan más rápidamente, ya que no están luchando contra los mismos retos estructurales que fueron hace una década”.
Su visión optimista y que se posiciona por una rápida recuperación no significa que no considere que hay muchos riesgos. Tampoco niega que el mercado puede haber no tocado su fondo. “Hay desafíos importantes para aquellas empresas que están muy endeudadas y si los gobiernos no son cuidadosos en el diseño de sus programas de estímulo, las consecuencias económicas de este brote caerán de forma desproporcionada sobre las personas que económicamente son más vulnerables”, añade reflexionando sobre los retos que planteará la futura recuperación.
En mitad de esta tempestad, Frink defiende que el papel de BlackRock es ayudar a sus clientes a “navegar en este mercado ambiente y permanecer enfocado en los rendimientos a largo plazo”. Por eso, desde que empezara la crisis sanitaria en febrero, la gestora ha puesto a disposición de los inversores y clientes publicaciones, calls, análisis y videoconferencias, entre otros recursos para responder a las necesidades de información y responder a todas las cuestiones que se les demanden.
“En BlackRock, seguimos manteniendo la visión a largo plazo en los mercados y en la forma de gestionar nuestra compañía. El mundo y la economía se recuperará de esta crisis. Y para aquellos inversores que no limitan su visión al terremoto que hay bajo nuestros pies, vemos un horizonte por delante lleno de oportunidades en los mercados”, afirma en su carta.
Negocio e industria de fondos
De cara a cómo la firma está afrontando la actual situación de mercado, Fink apunta que están ajustando sus carteras y asegurándose que tienen las herramientas y la tecnología necesaria para dar respuesta al mercado cambiante. En este sentido, el CEO de BlackRock destaca el buen funcionamiento que están teniendo la gama de ETFs de su marca iShares, así como su actividad de asesoramiento financiero.
“Hemos prometido a nuestros accionistas que nos proponemos alcanzar un objetivo de crecimiento orgánico del 5% a largo plazo. Nuestra estrategia para lograr este objetivo a largo plazo es invertir en los principales motores que impulsan el crecimiento de BlackRock hoy y en los próximos años: iShares, estrategias ilíquidas, alternativas y con base tecnológica, innovación para crear alfa y, lo más importante, seguir siendo proveedores líderes de soluciones de inversión manteniéndonos a la vanguardia de sus necesidades”, señala como principales aspectos.
Para lograrlo, Fink apunta que el centro de su estrategia será seguir anticipándose al proceso de consolidación, la presión sobre el cobro de comisiones y la innovación tecnológica. Según argumenta en su carta, “el mayor cambio para los gestores de activos será la forma en que usamos la tecnología. En el futuro, los gestores tienen que ser tan buenos usando la tecnología como en el resto de sus actividades. La tecnología tiene que ser parte de ellos e integrar la tecnología para conectar con el cliente, generar conocimiento sobre la inversión y unificar la organización en una sola plataforma. Estos tiempos que estamos viviendo de alta volatilidad da más sentido a lo esencial que es la tecnología para gestionar el riesgo”.
Por último, el CEO de BlackRock recuerda que tras la última crisis financiero se generó un entorno muy positivo para los gestores de activos y para la industria. Sin embargo, considera que han sido pocos los que han aprovechado esa circunstancia para innovar y lograr un negocio más resiliente. “Una de las principales tendencias que detectamos entre nuestros clientes es que demanda un enfoque de cartera global y completa. En la última década, los inversores valoran más una construcción de cartera bajo un único enfoque, que la selección aisladas de estrategias o activos. Este enfoque es aún más importante en el entorno actual, con tipos de interés en mínimos históricos, el precio del petróleo ha bajado más del 50% desde el principio del año y las acciones a nivel mundial cayendo”, matiza.
Pixabay CC0 Public Domain. De enero a marzo: cronología y valoración de un trimestre de medidas monetarias, liquidez y fiscalidad
Durante las últimas tres semanas, los bancos centrales han sido los “médicos” de esta pandemia que afecta a los mercados. Las medidas, los estímulos y la liquidez han ayudado en cierta medida a los mercados, que intentan recuperarse de las caídas. En general, las gestoras consideran que todos esto impactará positivamente en la fase de recuperación, pero no atacan la raíz del problema actual, que es la propagación del coronavirus.
“Los bancos centrales están respondiendo al devastador impacto en las economías del virus COVID-19 y también al problema más reciente del aumento de los rendimientos de los bonos. En esta etapa, estas acciones de los bancos centrales están teniendo por ahora un impacto limitado en los mercados. El mercado está cuestionando efectivamente la credibilidad y la eficiencia de la política monetaria en este escenario. A pesar del reciente apoyo monetario anunciado, sigue habiendo un gran desapalancamiento y las subidas de los mercados son breves, y se utilizan como oportunidades de venta”, explica Jeremy Gatto, gestor de carteras de Unigestion.
Frente a la valoración que hace Gatto sobre que “el mercado está cuestionando la credibilidad y eficiencia” de las medidas, Jean-Luc Hivert, jefe de inversiones de La Française AM, sí confía en el impacto positivo a corto y medio plazo que van a tener. “Sin querer subestimar los importantes impactos de la crisis que vivimos actualmente, los programas de estímulos anunciados por los diferentes gobiernos de la Eurozona, así como las últimas medidas del Banco Central Europeo muy probablemente tengan un impacto positivo en el mercado de crédito. Los anuncios del BCE el 18 de marzo apoyan aún más esta tesis. Asistiremos a más intervencionismo en vez del tradicional laissez faire con el fin de reavivar la economía lo más rápido posible y como todos sabemos, el sistema financiero constituye el canal esencial de transmisión de la política monetaria hacia la economía real y por tanto, tendrá que ser preservado a todo coste”, apunta Hivert.
Mismo camino y valoración se merece, según las gestoras, las medidas tomadas por la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). La semana pasada, y por tercera vez en este mes, volvió a sorprender con nuevas medidas que incluyen compras ilimitadas de instrumentos respaldados por hipotecas (MBS) y bonos del Tesoro estadounidense para mantener los costos de endeudamiento bajos, además de programas para asegurar que el crédito siga llegando a las corporaciones, gobiernos estatales y locales.
“El objetivo inmediato de la Fed es mantener el crédito fluyendo en la economía real, el plan podría ayudar a evitar el daño de largo y acelerar la recuperación económica. Después de las últimas medidas anunciadas, el balance de la Fed supera el máximo de 4,5 billones de dólares alcanzado como consecuencia de la crisis de 2008 y pensamos que ahora llegará a rebasar los 6 billones de dólares. En cualquier caso, es importante recordar que estos programas no son la panacea. De hecho, EE.UU. podría ya estar en recesión, pero pueden ayudar a evitar una depresión económica”, señala Tiffany Wilding, economista de PIMCO, sobre la decisión de la Fed anunciada ayer.
En general, las gestoras apuntan que con todas estas medidas los bancos centrales lograrán mantener bajos los riesgos sistémicos, en especial para evitar una crisis crediticia. “Si la crisis de salud continúa más allá de abril, los gobiernos se harán cargo de la economía cada vez más y la financiación de las medidas por parte del banco central parecerá ilimitada. El riesgo reside en la pérdida de confianza en el dinero frente a la política económica excesiva y la emisión considerable de dinero mientras la economía continúa deteriorándose por falta de inversión”, reflexiona Philippe Waechter, jefe de investigación económica de Ostrum AM (Natixis IM).
Quizás el BCE y la Fed sean los bancos más representativos e influyentes, pero el Banco de Inglaterra (BoE), el Banco de Japón y el Banco Popular de China han tomado medidas similares, que las gestoras valoran igualmente. Por ejemplo, en marzo, el BoE decidió seguir su anterior recorte en el tipo de interés de la política principal del 0,75% al 0,25% con un nuevo recorte a solo el 0,1%. Para mostrar el nivel de urgencia, el Banco de Inglaterra también anunció que estaba reiniciando su programa de QE, que había estado inactivo desde 2016. El Banco se ha comprometido a aumentar las compras en 200.000 millones de libras esterlinas hasta un total de 645.000 millones de libras esterlinas en un plazo no especificado.
“Las medidas del BoE ayudarán a reducir el rendimiento de los bonos, junto con los costes de los préstamos para los titulares de hipotecas y prestatarios comerciales, contribuyendo así a reducir la probabilidad de distress financiero. Sin embargo, tanto sus acciones como las del BCE no detendrán la profunda recesión que se espera ahora. Es probable que el cierre y la clausura de países enteros provoque la recesión más grave desde el decenio de 1930”, apunta Azad Zangana, estratega y economista senior europeo de Schroders. En su opinión,
Cronología de las principales medidas implementadas
2 de febrero. El Banco Popular de China anuncia que inyectará 1,2 billones de yuanes (unos 157.000 millones de euros) en el mercado
17 de febrero. El Banco Popular de China rebaja el tipo de interés a medio plazo en 0,10 puntos básicos hasta el 3,15%.
3 de marzo. La Fed aplicar un inesperado recorte del 0,5% en los tipos de interés hasta dejarlos en un rango de entre el 1% y el 1,25%.
3 de marzo. El Banco Central de Australia recorta los tipos de interés en 25 puntos básicos hasta un mínimo histórico del 0,5% e indicando un sesgo hacia una mayor relajación.
11 de marzo. El Banco de Inglaterra recorta los tipos de interés del 0,75% al 0,25%.
12 de marzo. El BCE anuncia compras de activos por valor de 120.000 millones que complementarán a las actuales y una flexibilización de las normas de capital y de liquidez de la banca.
16 de marzo. La Fed rebaja los tipos al 0% y anuncia un incremento de 700.000 millones de dólares para el programa de expansión cuantitativa a lo largo de los próximos meses, que incluye al menos 500.000 millones de dólares en compras de bonos del tesoro y 200.000 millones en activos del sistema financiero.
19 de marzo. El BCE lanza un nuevo paquete de ayudas bajo el nombre de Pandemic Emergency Purchase Program (PEPP, o Programa de Compras de Emergencia Pandémica) por valor de 750.000 millones de euros.
23 de marzo. La Fed anuncia nuevos estímulos: compras ilimitadas de MBS, bonos del Tesoro estadounidense, y programas para asegurar que el crédito siga llegando a las corporaciones, gobiernos estatales y locales.
30 de marzo. El Banco Central de China ha recortado los tipos de interés a siete días hasta situarlos ahora en el 2,2% desde el 2,4% anterior y además también inyectó liquidez en el sistema (7.100 millones de dólares).
El arma de la política fiscal en Europa
Desde Instituto Flossbach von Storch, el último informe elaborado por Agnieszka Gehringer, analista senior destaca que la otra clave de este primer trimestres ha sido la expansión fiscal y las medidas tomadas por los gobiernos, en particular en Europa y Estados Unidos.
“Hasta ahora, los principales estados miembros de la zona euro han reaccionado con respuestas fiscales muy decisivas ante el coronavirus. Entre las principales medidas tomadas sobre la coordinada respuesta europea para contrarrestar el impacto económico del coronavirus, la Comisión decidió que los estados miembros pueden explotar la máxima flexibilidad y margen de maniobra en las normas de la UE sobre deuda, déficit y ayuda estatal para las empresas”, señala Gehringer en su informe.
Los analistas de BancaMarch, «la receta para salir de este bache es la misma que la usada en la anterior, deprimir aún más los tipos y ampliar más el endeudamiento». En su opinión, las medidas anunciadas por los gobiernos además de reforzar los sistemas públicos de salud, tratan de limitar los efectos del parón económico sobre el empleo y las familias. «Es prioritario proteger a ambos, en particular a los más vulnerables y a las empresas pequeñas y medianas que son responsables de un 70% del empleo de Occidente».
Pixabay CC0 Public Domain. Petróleo: la crisis sanitaria genera un problema de demanda y derrumba el precio del barril
El petróleo vuelve a hundirse. Los expertos explican que las medidas de confinamiento de la población decretadas por los países y la escasa actividad económica en muchos de ellos están provocando un shock en la demanda, arrojando su precio a sus mínimos. Por ejemplo, ayer el barril de brent cayó hasta los 22 dólares, su mínimo desde 2002. ¿Hasta dónde puede caer?
En opinión de Michel Salden, Head of Commodities de Vontobel Asset Management, puede caer aún más, pero mantiene la convicción de que también se recuperará cuando toda situación acabe. “Los precios del petróleo se derrumbarán aún más dada el exceso de oferta en el mercado y el limitado almacenamiento disponible. Simplemente no habrá compradores en el mercado al contado, incluso cuando los saudíes infravaloren los contratos de futuros de 3 a 6 dólares. La razón es que el almacenamiento mundial pronto se encontrará a máxima capacidad, lo que hará imposible comprar petróleo incluso a precios muy rebajados, almacenarlo y venderlo en 3-6 meses”, explica.
A corto plazo, es complicado cuantificar la pérdida de la demanda de petróleo. Tanto EE.UU. como Europa y los mercados emergentes se encuentran en una situación de cuarentena y confinamiento (parcial) que está matando la demanda de petróleo en unas cifras sin precedentes. En este sentido, Salden apunta unas estimaciones sobre la caída de la demanda de petróleo del segundo trimestre que oscilan entre el 10% y el 20%.
“Vemos un sufrimiento a corto plazo para los contratos petroleros de corta duración, pero habría que darse cuenta de que en algún momento a finales de este año o en 2021 la demanda de petróleo se recuperará con fuerza, que los productores marginales están permanentemente cerrados y que los bancos centrales verán cómo la inflación se dispara en los próximos años. Como en muchas correcciones cíclicas, demasiada infravaloración en el mercado al contado conduce a subidas de precios una vez que la economía se estabiliza. Esto explica la dicotomía que estamos experimentando con posibles caídas para el petróleo a corto plazo, mientras que para el petróleo a largo plazo el precio comienza a subir en el período 2022-2025”, añade Salden.
Impacto en el sector petrolero
En esta misma línea hace su valoración el equipo de análisis de Schroders: “Irónicamente, la forma de ver el mercado del petróleo es simple. Cuanto más tiempo permanezcamos con los precios actuales, más oferta se eliminará de la industria. Esto prepara al mercado para un período de restricción significativa y precios mucho más altos, cuando finalmente entremos en un período de demanda estable y de reabastecimiento. Para esta estabilidad, necesitamos que el coronavirus (COVID-19) se disipe, que la actividad industrial se reactive y que las industrias se desabastezcan. A muy corto plazo es difícil que esto suceda, pero si miramos más allá del corto plazo, el riesgo al alza de los precios del petróleo es significativo”.
Las compañías petroleras serán las más afectadas, de hecho desde Schroders considera que, a corto plazo, muchos de los productores de esquisto de EE.UU., con poco efectivo, lucharán por sobrevivir con el precio del petróleo en torno a 30 dólares.
“Las compañías petroleras que cotizan en bolsa y que operan en este entorno se encuentran en su momento más frágil de los últimos 20 años. Los inversores han estado desinvirtiendo a medida que las preocupaciones ambientales, sociales y de gobernanza empresarial animaban a desviar el capital hacia el sector de las energías renovables. Los riesgos que amenazan el equilibrio en el mercado de petróleo para los próximos meses vienen por el lado de la demanda, y la acumulación de grandes inventarios será inevitable en los próximos meses. Además, si miramos al período 2021-2025, el mercado del petróleo estará infra abastecido y necesitamos que la OPEP aumente la producción por encima de su capacidad de reserva actual”, destacan desde Schroders.
Está claro que el efecto inmediato para el sector es que los precios del crudo se van a comercializar a un nivel más bajo del que las empresas necesitan para generar flujo de caja. Tal será el impacto en el sector petrolero que Scope Rating ha rebajado sus perspectivas. Según explica Marlen Shokhitbayev, analista del sector de petróleo y gas de Scope, “las perspectivas sobre el crédito para el sector petrolero y de gas han empeorado de estables a negativas, de cara a 2020. De hecho, prevemos que los precios del crudo se mantengan por debajo de los 50 dólares por barril durante este año, independientemente de que Rusia y Arabia Saudí lleguen a un acuerdo sobre el nivel de producción”.
La firma reconoce que el impacto del coronavirus ha golpeado con fuerza sus expectativas de que el precio del barril se sitúe por encima de los 60 dólares. “La crisis del virus no solo ha afectado al crecimiento económico a nivel global, sino que también se ha notado de forma negativa en la demanda de petróleo. Pese a que en enero la Agencia Internacional de la Energía anticipó una demanda global 1,2 millones de barriles de crudo al día, ahora, y por primera vez desde la crisis de 2009, ha recortado en un 0,1 millones sus estimaciones”, añade Shokhitbayev.
Impacto en países emergentes
Muchos analistas consideran que el momento de caída que vive el mercado del petróleo hará disipar las tensiones por su precio entre Arabia Saudí, Rusia y Estados Unidos, dando un respiro a las tensiones geopolíticas. Pero, según apunta Elisabeth Colleran, vicepresidenta de Loomis Sayles (Natixis IM) y gestora de carteras de Mercados Emergentes de la affiliate, “la caída del precio del petróleo puede suponer un viento de cola para el PIB de los mercados emergentes, ya que los importadores netos de petróleo superan a los exportadores netos: 78% del PIB EM versus 22%». La experta señala que «Asia es el mejor posicionado para beneficiarse del bajo nivel de petróleo”.
En este sentido, Jeremy Cunningham, director de inversión de renta fija de Capital Group, reconoce que dentro de los mercados emergentes la pandemia está teniendo un impacto diferente entre los importadores y exportadores de petróleo. Aunque, en general, los mercados emergentes experimentarán viento de cola a medio y largo plazo, ya que el menor precio del petróleo tiene un impacto positivo en las monedas locales.
“En cuanto al impacto del precio del petróleo, los inversores deben diferenciar entre los países emergentes que se benefician de esta circunstancia y los que no. Colombia, Nigeria y Malasia se verán cada vez más presionados debido a su alto coste de extracción de petróleo. Rusia, que fue uno de los primeros países en sufrir el impacto, cuenta con mejores amortiguadores y una economía más diversificada y, por lo tanto, podrá soportar períodos más largos de reducción de los precios del petróleo. Para Tailandia, Pakistán y la India los precios bajos del petróleo serán un obstáculo”, explica Cunningham.
Pixabay CC0 Public Domain. ESMA pone a consulta directrices sobre el riesgo de apalancamiento en los fondos de inversión alternativos
La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA, por sus siglas en inglés) ha puesto en consulta pública un proyecto de directrices sobre los riesgos de apalancamiento en los fondos de inversión alternativos. Según explican desde finReg360, estas directrices forman parte de la respuesta de la ESMA a las recomendaciones de la Junta Europea de Riesgo Sistémico para abordar el riesgo de liquidez y apalancamiento en los fondos de inversión.
En este sentido, finReg360 interpreta que el regulador considera que, en situaciones de graves tensiones en los mercados financieros, los fondos de inversión alternativos altamente apalancados pueden amplificar aún más el riesgo sistémico. Por tanto, es relevante lograr una convergencia de supervisión de las autoridades nacionales competentes (ANC) para vigilar y regular el uso del apalancamiento por los FIA.
“El proyecto de directrices, que la ESMA somete a consulta pública, tiene por objeto promover la convergencia de la supervisión en la forma en que las ANC evalúan el uso del apalancamiento considerando la evaluación del riesgo sistémico y la forma en que diseñan, calibran y aplican los límites de apalancamiento”, explican desde la firma de consultora. La consulta de ESMA estará abierta hasta el próximo 1 de septiembre de 2020.
El objetivo es que las ANC tengan un enfoque coherente al evaluar si se cumple la condición para imponer medidas relacionadas con el apalancamiento. Según explican desde finReg360, para asegurar que las ANC adopten este enfoque coherente en la evaluación, el borrador de directrices incluye: un conjunto mínimo común de indicadores que las ANC deberán tener en cuenta durante su evaluación; la instrucciones para calcular estos indicadores sobre la base de los datos de los informes previstos en el artículo 24 de la Directiva 2011/61/CE; y descripciones cualitativas y, cuando proceda, cuantitativas de la interpretación de los indicadores.
“Las ANC evaluarán en qué medida el uso del apalancamiento por los FIA contribuye a la acumulación de riesgo sistémico en el sistema financiero. En la evaluación del riesgo sistémico relacionado con el apalancamiento que plantea el sector de los FIA, se tendrá en cuenta una serie de informaciones cuantitativas y cualitativas. Las ANC realizarán la evaluación del riesgo con periodicidad trimestral”, añaden a la hora de explicar esta consulta.
En segundo lugar, las directrices incluyen también poner en práctica los límites de apalancamiento y calibrarlos para garantizar su eficacia y eficiencia. Para ello, la ESMA propone el diseño de un marco macroprudencial sobre los límites de apalancamiento que incluye: una descripción de los límites de apalancamiento, y los principios que las ANC deben tener presentes al calibrar los límites de apalancamiento y al imponer los límites.
“La calibración de los límites de apalancamiento debe basarse en una evaluación de si la aplicación de dichos límites limitaría efectivamente la contribución de los FIA apalancados a la acumulación de riesgo sistémico. Al establecer el nivel apropiado de los límites de apalancamiento, las ANC valorarán su eficacia para hacer frente al riesgo de impacto en el mercado, los efectos indirectos para las contrapartes financieras y las perturbaciones en el mercado financiero”, resumen desde finReg360,
Por estas razones, las ANC evaluarán el probable impacto de esas medidas en los riesgos, en las siguientes circunstancias:
Cuando los riesgos estén directamente relacionados con el tamaño, la imposición de límites de apalancamiento por las ANC debería reducir los riesgos.
Cuando los riesgos estén parcialmente relacionados con el tamaño, pero la imposición de límites pueda no reducir los riesgos en la misma proporción, las ANC deberían considerar la posibilidad de imponer otras restricciones a la gestión de los FIA.
Cuando la imposición de límites pueda, al menos temporalmente, dar lugar a un aumento de los riesgos (por ejemplo, porque un gestor pueda vender activos menos arriesgados para cumplir los nuevos requisitos), las ANC deberían imponer otras restricciones a la gestión del FIA (por ejemplo, sobre la política de inversión, la política de reembolso o la política de riesgos).
El riesgo sistémico suele acumularse durante un período prolongado antes de materializarse repentinamente. Las ANC deben aplicar cuidadosamente los límites de apalancamiento, tanto en lo que se refiere al calendario como a su introducción y su eliminación gradual. Las ANC no impondrán límites cuando los riesgos ya se hayan materializado.
A largo plazo, las ANC tendrán en cuenta la posibilidad de aplicar límites cíclicos para amortiguar la acumulación y materialización de los riesgos en las fases ascendentes y descendentes del ciclo financiero.
La pandemia global, los bajos precios en el petróleo y el entorno económico resultante pondrán a prueba prácticamente a todos los sectores de la economía. Esto implicará oportunidades y retos para los fondos de capital privado que invierten en México y los globales bajo la figura de CKDs y CERPIs, respectivamente. Adicionalmente, el daño económico, la pérdida de empleos y la nueva forma de interactuar, cambiará nuestros hábitos de consumo.
La recuperación será tan rápida o lenta en la medida en que se detenga el contagio. De ahí, la preocupación de los gobiernos por frenar la infección, inyectar recursos a la economía y encontrar la solución a la pandemia.
La crisis que estamos viviendo genera una gran oportunidad para adquirir empresas con bajas valuaciones para aquellos CKDs y CERPIs jóvenes, mientras que para aquellos fondos que ya pasaron su fase de inversión tendrán el reto de encontrar la mejor salida extendiendo la fecha de cierre.
De los 114 CKDs y 32 CERPIs, solamente 9 CKDs amortizarán en 2020. Tienen recursos comprometidos por 1.381 millones de dólares que representan el 7% del total de CKDs o el 5% si se consideran todos los CKDs y CERPIs. De estos, 4 presentan hasta el momento una TIR entre 8 y 10% mientras que el resto presentan un menor rendimiento. Hasta que no amorticen, este desempeño no se puede considerar como el definitivo.
Entre los puntos interesantes a mencionar de la lectura encontramos los siguientes:
Los datos de PitchBook muestran que los fondos recaudados inmediatamente antes de una recesión tienden a tener un rendimiento inferior, mientras que los fondos que comienzan a invertir en el punto más bajo del mercado tienden a tener un mejor rendimiento.
Las cosechas con mejor rendimiento tienden a ser las que invierten en el punto más bajo de una recesión y en la etapa inicial de recuperación, cuando los múltiplos de entrada son más bajos, la competencia disminuye y las compañías de cartera se benefician de los vientos macro.
Los fondos de capital privado especialistas como los administradores de activos grandes y diversificados tienen una tendencia a tener un rendimiento superior.
En tiempos de grandes dificultades del mercado, consideran importante enfatizar dos componentes centrales para valorar un negocio: las proyecciones de flujo de caja libre y el costo promedio ponderado del capital.
Los LP probablemente se centrarán en los gerentes que han proporcionado retornos consistentes en el pasado.
El principal obstáculo parece ser la posibilidad de un paréntesis prolongado de reuniones en persona, lo que podría retrasar los procesos de aprobación que son críticos para consumar un compromiso de fondos.
En el caso de los CKDs y los CERPIs, cada sector en el que invierten tiene su problemática particular. Para todos los CKDs, el 61% de los recursos comprometidos ha sido llamado, 30% de los recursos llamados ha sido distribuido y en el caso particular de los CERPIs solo el 24% de los recursos comprometidos ha sido llamado. El monto distribuido es adecuado debido al periodo desde cierre de los CERPIs (destacando que el cierre inicial implica un llamado inicial del 20%).
En función a la cosecha (vintage) de los CKDs y CERPIs se puede ver que los que colocaron sus CKDs entre 2008 y 2015 tienen más del 70% del dinero llamado que significaría que ya está invertido y ya están en la fase de desinversión, donde el reto está en la salida.
A la fecha, tenemos dos CKDs que ya vencieron (CI3CK_11 y ADMEXCK_09) y pospusieron su vencimiento siguiendo lo establecido en prospectos. Por otra parte, tenemos otros dos CKDs que ya amortizaron (AMBCK_10 y PMCPCK_10) donde destaca que la TIR neta no alcanzó los dos dígitos básicamente a que estos CKDs fueron pre-fondeados donde el tiempo de inversión de los recursos provocó un carry negativo. Otro factor por considerar, fueron los gastos de emisión y mantenimiento que no ayudaron a la TIR neta.
De un total de 114 CKDs, 96 vencerán en los próximos 10 años (2030), así como, 2 de 32 CERPIs de acuerdo con un análisis propio al 28 de febrero.
Los fondos de capital privado jóvenes (básicamente a partir del 2016 a 2019 han llamado entre el 25 y 50% del capital por lo que aun cuentan con recursos para hacer inversiones en sus sectores a los nuevos precios del mercado. En 2020, solo se han emitido 2 CKDs de los cuales se tiene el caso particular de EXI3CK_20 que es un vehículo de co-inversión el cual ya fue llamado el 100% del capital.
Habrá que ver como aprovechan esta oportunidad los CKDs y los CERPIs.
Los recientes anuncios de política económica, por parte de bancos centrales ampliando las compras usando sus balances y de gobiernos anunciando contundentes paquetes de estímulo fiscal, han permitido a los mercados financieros empezar a encontrar soportes de estabilidad, luego de vertiginosas caídas.
Si bien es casi una certeza que volveremos a ver nuevos episodios de volatilidad -en la medida que la pandemia de coronavirus sigue vigente en muchos países- ya varios inversionistas están analizando qué acciones habrá que tomar una vez que los mercados se estabilicen.
Una de esas acciones, especialmente para inversionistas institucionales, con horizontes de largo plazo, es el rebalanceo de sus carteras en relación con sus referencias estratégicas de exposición por clase de activo. Por ejemplo, un fondo de pensiones en Estados Unidos típicamente tiene una cartera de referencia con 60% de activos destinados a exposiciones de renta variable y el 40% restante a renta fija. En condiciones normales, dado que las rentabilidades de renta variable y renta fija suelen diferir en un período determinado (un año, por ejemplo), es necesario hacer un rebalanceo de la cartera al concluir ese periodo. Ello resulta en vender lo que ha subido más y comprar lo que ha subido menos. Mirando al 2019, eso habría significado vender acciones y comprar bonos. En el caso de 2018, los movimientos habrían sido a la inversa. Básicamente, esta regla asegura que “vendamos caro y compremos barato”, lo que fuerza a cierta disciplina al mantenerse anclado al perfil de riesgo/retorno que se determinó más apropiado para el inversionista (en este caso 60/40).
En 2020, y producto de la corrección financiera tan profunda que ha traído consigo la crisis del coronavirus, ese portafolio 60% acciones y 40% renta fija ya estaría más cerca de 50%/50%, es decir, presentando un desvío mucho mayor a lo que se observa en condiciones normales de mercado. Esta brecha respecto a la referencia estratégica es aún mayor que la observada durante la gran crisis financiera del 2008 (ver gráfico).
En la medida en que los inversionistas vean señales más claras de que estamos en una situación de mayor estabilidad, llevarán a cabo sus movimientos de rebalanceo, buscando recuperar equilibrio perdido tras los significativos movimientos de mercado. Ello, comprando acciones y vendiendo bonos. Para ser claro, no vemos que muchos inversionistas crean que las condiciones ameriten subirse en acciones frente a su cartera de referencia. Pero la obligación de no perpetuar la brecha entre sus posiciones efectivas y aquellas que definen como sus objetivos de largo plazo, tanto en retorno como riesgos apropiados, generará flujos que pueden acelerar los movimientos en precios.
No es fácil identificar con precisión las señales que pueden llevar a un número importante de inversionistas (sobre todo aquellos de perfil institucional, con objetivos de largo plazo, sin presiones significativas de liquidez de corto plazo) a comenzar sus procesos de rebalanceo. Sin embargo, resulta razonable que deban cumplirse al menos las tres condiciones que se detallan a continuación:
mayor evidencia de que la pandemia global está acercándose a una fase de contención, como la aquella en la que ya se encuentran varios países asiáticos (principalmente China);
anuncios y ejecución de acciones contundes de política económica, tanto de bancos centrales como de gobiernos;
y resolución de disrupciones en los mercados financieros, productos de la estrechez de liquidez que generó la estampida desde activos de riesgo a los de refugio.
En los días recientes hemos visto avances en algunas de estas condiciones -notoriamente en (ii) y gradualmente en (iii). Aún falta más evidencia de que se evoluciona positivamente en (i) para que podamos pasar a un círculo virtuoso en los mercados: el de la recuperación del balance.
Columna de Axel Christensen, director de Estrategia de Inversiones para América Latina de BlackRock
¿Cómo fue el proceso de migrar los recursos de la afore más grande de México a un esquema de fondos generacionales? ¿Qué les ha aportado el tener más de 2.500 millones de dólares en estrategias activas con gestoras internacionales? ¿Cómo evalúan las estrategias por elegir?
Funds Society entrevistó al CIO de Afore XXI Banorte, Sergio Méndez, en un artículo publicado en su revista Américas número 22.
En 2019 las afores en México concluyeron con éxito la migración del régimen de inversión basado en un esquema de multifondos al nuevo esquema de fondos generacionales, un proceso que se llevó a cabo entre finales de mayo y el 13 de diciembre. Ese año, también se empezó a definir en cuáles fondos mutuos internacionales las afores podrían invertir, un proceso vivo que se revisa cada mes y en el que ya se incluye a fondos de las principales gestoras del mundo. 2019 también fue el año en que los fondos en los que Afore XXI Banorte invierte los recursos de los trabajadores subieron de calificación Morningstar.
Guy Barnad y Greg Kuhl, gestores del equipo de Global Property Equities de Janus Henderson Investors, ponen de manifiesto en este artículo la creciente importancia de los ámbitos inmobiliarios “no básicos” ante el dinamismo del sector en un artículo publicado en el revista Américas número 22 de Funds Society.
«Consideramos que los REITs cotizados ofrecen el acceso más integral, rentable y proclive a los inversores a sectores inmobiliarios emergentes que podrían ser los preferidos en el futuro. Un acceso superior a inmuebles especializados, que en la actualidad suponen en torno al 60% de la capitalización de mercado de los REITs de Estados Unidos, es una de las principales razones por las cuales los REITs cotizados han ofrecido una rentabilidad anualizada del 10% desde los albores de la “era moderna de los REITs” a mediados de la década de 1990», señalan los autores.
«Al igual que los fondos inmobiliarios básicos no cotizados, los REITs estadounidenses siempre se han anotado rentabilidades con correlaciones por lo general inferiores con respecto a clases de activos tradicionales como la renta variable y los bonos (3). Prevemos que la divergencia de rentabilidad entre los sectores inmobiliarios “básicos” y “no básicos” continúe o incluso que se amplíe en los próximos años según sigan evolucionando las necesidades y los usos de los activos inmobiliarios», añaden.
Cambios en el negocio internacional de Santander: según ha podido saber Funds Society, Alfonso Castillo ha sido nombrado responsable de BPI (su banca privada internacional) y CEO de BSI (el negocio internacional del banco en EE.UU.). En su nuevo puesto, seguirá desarrollando el negocio y consolidando Santander Private Banking como plataforma global para los clientes de la entidad en todo el mundo.
Castillo sustituirá a Jorge Rosell en ese puesto, que abandona el banco en busca de nuevos proyectos.
Castillo se incorporó entonces para desarrollar BSI, y el segmento global de Private Wealth, procedente de Bankinter (donde fue responsable y Managing Director de la división de Banca Privada para altos patrimonios). En sus casi 20 años de experiencia, ha trabajado también en firmas como Barclays Wealth, Credit Suisse o Erns & Young.
Según ha podido saber Funds Society, Castillo continuará desarrollando el negocio de Santander Private Banking, y en su nuevo puesto reportará a Víctor Matarranz (en su papel como responsable de BPI) y a Tim Wennes –CEO de Santander US- y Matarranz en calidad de CEO de BSI.