¿Cómo y dónde invertir en inversiones alternativas en tiempos de COVID?

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Roque Calleja BlackRock
Foto cedidaFoto: Roque Calleja, resposable de BlackRock Alternative Specialists (BAS) en América Latina. Foto: Roque Calleja, resposable de BlackRock Alternative Specialists (BAS) en América Latina

La extrema volatilidad que han sufrido los mercados a raíz de la pandemia del coronavirus ha reforzado la importancia de buscar fuentes alternativas de rentabilidad. Incluso en el actual y complejo escenario, las inversiones alternativas han seguido mostrando características atractivas dentro de una cartera de inversión, como baja correlación con los mercados públicos, protección y rentas estables. Al mismo tiempo, según indica Roque Calleja, resposable de BlackRock Alternative Specialists (BAS) en América Latina, la fuerte corrección y revalorización de los activos también están creando oportunidades de inversión altamente atractivas, a corto y largo plazo, para las inversiones alternativas. 

Antes de esta crisis, las valoraciones a través de las distintas clases de activos eran elevadas y la inversión de capital era altamente selectivo. Si bien las ventas masivas en el mes de marzo provocadas por inversionistas en busca de liquidez se han retraído debido a acciones por parte de los bancos centrales sin precedentes, es probable que la crisis actual implique cambios fundamentales a largo plazo en la relevancia de ciertos modelos de negocio de compañías.

Los clientes reconocen que estas distorsiones crearán grandes oportunidades de inversión, pero el desafío es saber exactamente cómo y dónde se presentarán las oportunidades más atractivas. Estas oportunidades variarán según el tipo de activos o la región, y es muy probable que surjan en diferentes momentos. Adicionalmente las limitaciones estructurales de acceder a estas oportunidades en el negocio alternativo deberían proporcionar una ventaja competitiva a los gestores e inversionistas con capital flexible ya disponible y listo para invertir. Ahora cobra más importancia que nunca aquellos administradores (managers) que cuenten con una plataforma de originación de oportunidades diversificada y de escala, los cuales estarán mejor posicionados para capturar áreas atractivas del mercado antes de que esas oportunidades se llenen o se disipen.

Un área donde el equipo de BlackRock Alternative Specialists ve gran oportunidad es en deuda privada. A su juicio, los mercados de crédito son muy distintos de lo que eran durante la crisis financiera global de 2008, especialmente dado el fuerte papel que el capital privado ha desempeñado en sustitución de las entidades bancarias desde la crisis.  En este sentido, prevén que las empresas necesitarán acceso a soluciones de liquidez y capital más flexibles a corto plazo, presentado oportunidades para obtener rendimientos más atractivos y términos más favorables. En direct lending, por ejemplo, esperan una importante mejora en precios y en calidad de los covenants, lo que beneficiará a los inversionistas de renta fija con mejores perfiles de rentabilidad/riesgo en sus inversiones. El enfoque debe estar en el financiamiento de deuda senior garantizada en sectores defensivos (ej.  industria de cuidados de salud) o en empresas con ingresos contractuales, ya que se verán menos afectados por acontecimientos macro.  Además, esperan un incremento importante de oportunidades en áreas del mercado de crédito oportunístico o distressed que se acentuarán considerablemente en los próximos 6 a 9 meses.

Por el lado de equity, el equipo de BlackRock Alternative Specialists cree que las mejores oportunidades se presentarán en el mercado secundario de PE. Los tiempos en que existe una distorsión en el mercado están hechos para capital privado en fondos secundarios, ya que se ha demostrado que la estrategia prospera durante los ciclos volátiles como capital flexible basado en soluciones, impulsado por inversionistas que necesitan liquidez o que requieren rebalancear portafolios y están forzados a la venta de activos, generando mayores descuentos para que los inversionistas que tengan la liquidez. Además, el mercado secundario es una herramienta eficiente para arbitrar valor y capturar ineficiencias en el mercado de PE.

Por último, en el mercado de alternativos líquidos, los fondos de cobertura (hedge funds) han sido un pilar clave, proporcionando diversificación y protección a los portafolios de clientes. En este entorno, la elección del manager es esencial dada la significativa dispersión de rentabilidades que se ha vuelto a ver entre los mejores y los peores deciles a través de todas las disciplinas. En particular, el equipo de BlackRock Alternative Specialists ve una gran oportunidad en este escenario de volatilidad en las estrategias de event driven donde habrá un incremento sustancial de oportunidades de inversión que arbitren distintos eventos corporativos.

Si bien el escenario cambia entre las distintas clases de activos, en BlackRock tienen certeza de que: los mercados privados seguirán creciendo y evolucionando. Habiendo triplicado su tamaño de $2,5 trillones de dólares en 2007 a aproximadamente $7,7 trillones de dólares hoy, esperan que los mercados privados jueguen un papel importante a medida que se salga de esta crisis, proporcionando a las empresas con fuentes de capital muy necesarias -y más flexibles-.

 

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Diversificación, buenos análisis y ESG: las claves para que las gestoras puedan estar mejor preparadas ante nuevos cisnes negros

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Por definición, un cisne negro es un evento inesperado, que llega por sorpresa y que causa un gran impacto y, por ello, resulta imposible de predecir. Por eso, una de las preguntas que surgen de esta crisis del coronavirus es si los mercados, y los inversores, tendrán posibilidades para evitar verse sorprendidos de nuevo en el futuro por otra pandemia. Y la respuesta es negativa, aunque sí pueden prepararse mejor para su llegada, con distintas herramientas, entre las que se encuentra la ESG, la diversificación de las carteras o mejores sistemas de análisis y de riesgos.

“Por definición, los cisnes negros son difíciles de predecir. Aunque se han desarrollado algoritmos para ayudar a predecir las condiciones meteorológicas para, por ejemplo, los intermediarios de materias primas, tratar de predecir con precisión cuándo se produciría una pandemia viral podría ser imposible y más bien una pregunta para los epidemiólogos”, explica Ignacio de la Maza, responsable de ventas de Europa Continental y América Latina en Janus Henderson Investors. “Un cisne negro es un fenómeno prácticamente imposible de prever, como lo era el coronavirus hasta enero, si bien la comunidad científica llevaba muchos años advirtiendo de la inevitabilidad de una pandemia de este tipo”, recuerda Andrew McCaffery, CIO Global de Gestión de Activos de Fidelity.

Así, las gestoras no podrán adelantarlos, pero sí podrán estar más preparadas en el futuro: “Lo que sí se puede hacer es equiparse y prepararse mejor para gestionar cisnes negros en caso de que se den. Podemos utilizar el sistema financiero como ejemplo: el fortalecimiento experimentado a raíz de la crisis financiera, y por tanto la mejor salud de sus balances, permite absorber una situación económica negativa como la actual”, explica Marisa Aguilar, directora general para España de Allianz Global Investors.

Y, al igual que sucedió con los bancos tras 2008, McCaffery cree que “lo que veremos cuando los mercados se recuperen plenamente es un refuerzo, esperemos que coordinado, de los sistemas sanitarios y científicos mundiales, con un incremento muy sustancial de su financiación por parte de los estados y, en menor medida, del sector privado”.

En la gestora también creen que, en esa línea de prevención, podrían realizarse pruebas de resistencia similares a las que se realizaron a la banca tras la crisis del 2008, pero en otros sectores. “Esperamos algo parecido en los países para determinar si algunos servicios esenciales pueden soportar tensiones en el sistema y si las cadenas de suministro pueden aguantar y ofrecer protección a escala nacional”.

“Sin duda crearemos metodologías para lidiar mejor con eventos de esta o mayor magnitud, pero el futuro, en general, sigue siendo incierto en todo aspecto. Lo que sí es cierto es que cuanto mejor preparados e informados estemos, nuestra capacidad de resiliencia y reacción mejorará”, añade Julián De la Cuesta, consultor senior de Inversiones en AON.

Preparación para las carteras: diversificación y un buen análisis

Una herramienta que ayudará a las gestoras a tener esa mejor preparación es la diversificación: “Los inversores pueden cubrirse frente a los cisnes negros manteniendo una cartera diversificada”, explica De la Maza.

Otra, tener una buena selección de negocios en la misma: así, para Bruno Paulson, gestor del equipo de Renta Variable Internacional en Morgan Stanley, “poseer negocios menos frágiles, o en el lenguaje de Nicholas Taleb, negocios «anti-frágiles», sería una forma de mitigar los riesgos” frente a futuros riesgos.

Para MFS IM, la clave es también conocer muy bien los fundamentales de las empresas en cartera: “Los macrodesplazamientos de las epidemias, la agitación política, los desastres naturales, los disturbios civiles, etc. son imposibles de predecir. Sin embargo, episodios como el brote de COVID-19 demuestran la importancia de tener un profundo conocimiento de los fundamentos de la empresa y, más concretamente, de la dependencia excesiva de la deuda para financiar el negocio”, explica Robert Almeida, estratega de Inversiones Globales en MFS Investment Management.

Las empresas con un apalancamiento superior y productos fácilmente sustituibles serán las que corran más riesgo en caso de una caída del mercado, mientras que las empresas cuyos productos o servicios son únicos y que se centran en el largo plazo pueden hacerlo muy bien, gracias a sus flujos de caja sostenibles. La diferencia entre estos dos tipos de empresas es lo que aporta la gestión activa”, asegura.

Para algunos expertos la inversión con criterios ESG, más sostenibles, también ayudará a construir carteras más robustas que ayuden a estar mejor preparados para futuras crisis, aunque en otras gestoras, como Ninety One, son más escépticos con este tema. En la firma, confían en las disciplinas de análisis como principal herramienta para estar más preparados: “El enfoque ESG ganará fuerza pero hará poco para mitigar este tipo de crisis. La aplicación de disciplinas de valoración fundamentales y formas más avanzadas de diversificación estructural probablemente seguirá demostrando ser más eficaz para mitigar el impacto de las incógnitas desconocidas», dice Philip Saunders, co responsable de Multi-Asset en Ninety One.

Una crisis en perspectiva

Con todo, y aunque los expertos reconocen su carácter imprevisible, algunos expertos advierten de que en el sistema ya venía fraguándose cierta fragilidad que esta crisis ha exacerbado: “La crisis actual necesita ser puesta en perspectiva. Todo lo que está sucediendo no se reduce a esta pandemia, que por naturaleza no se podía predecir. Por supuesto que el catalizador de la crisis es el coronavirus y las respuestas que se han aportado para contenerlo, pero esta crisis sanitaria es también un catalizador de la fragilidad que la precedió. Porque llega después de más de 10 años de políticas monetarias excepcionales que empujaron a los inversores a asumir cada vez más activos de riesgo, a veces sin liquidez, y fomentaron un sobreendeudamiento generalizado a pesar del débil crecimiento económico”, reflexiona Kevin Thozet, miembro del comité de inversión de Carmignac.

Argentina entra en default mientras sigue negociando con los acreedores

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El pasado viernes 22 de mayo, a las 17:00 de Nueva York, Argentina cayó nuevamente en default después del impago del vencimiento de 503 millones de dólares en intereses de varios bonos bajo jurisdicción internacional. Pero el gobierno y los acreedores seguirán negociando, ya que el acuerdo parecía cercano en los últimos días.

Así, el gobierno argentino anunció que prolongaba su oferta de canje hasta el 2 de junio con la esperanza de llegar a un acuerdo antes. Si después de semanas de diálogo infructuoso se llega a un compromiso, este noveno default en la historia de Argentina será una anécdota, ya que no se habrán activado las cláusulas de los bonistas para reclamar la deuda. «Las discusiones de Argentina con los acreedores continúan mientras los grupos de acreedores entregan contrapropuestas para reestructurar los 65.000 millones de dólares de deuda externa del país. Según los medios de comunicación, los tenedores de bonos buscan que se paguen los intereses acumulados, se reduzca el período de gracia y se les proporcione una garantía que les permita participar en cualquier mejora económica, acercando los valores de recuperación al 55%-60%», explica Eirini Tsekeridou, analista de renta fija de Julius Baer, sobre la ampliación del plazo hasta principios de junio. 

Por su parte, en su comunicado del viernes, el mayor grupo de acreedores (Ad Hoc Bondholder Group), pidió un mayor compromiso al gobierno argentino para llegar a un acuerdo. “Argentina anunció que extenderá por segunda vez su oferta de intercambio inicial, y los medios informaron que Argentina no realizará los pagos de intereses vencidos de sus bonos antes del final del período de gracia de hoy. Aunque la falta de pago de intereses por parte de Argentina provocará incumplimientos en las distintas emisiones de bonos, el Grupo entiende que Argentina ha expresado su intención de comprometerse con los acreedores durante la próxima semana para tratar de encontrar una solución integral. El Grupo acoge con satisfacción la expresión de Argentina de un intento de trabajar con los acreedores, pero las acciones hablan más que las palabras. Durante el último mes, Argentina prácticamente no ha tenido un compromiso sustancial con sus acreedores”, señala la nota.

Este grupo tiene 16.700 millones de dólares en bonos argentinos y está integrado por AllianceBernstein, Amundi Asset Management, Ashmore Investment Management Limited and Ashmore Investment Advisors Limited, Autonomy Capital, BlackRock Financial Management, Inc. and its affiliates, BlueBay Asset Management LLP, Fidelity Management & Research Co., Invesco Advisers, Inc., T. Rowe Price Associates, Inc., Western Asset Management Company LLC, and Wellington Management Company LLP. 

Según fuentes de la prensa argentina, que habla de “soft default” o de “default técnico” en los próximos días el gobierno presentaría una enmienda a la propuesta original, que establecía una fuerte quita de intereses, una menor en el capital (entre 12% y 18%), un cupón promedio de 2,3% (escalonado) nunca mayor al 5% y un período de gracia de tres años. Con diferentes tipos de instrumentos, los plazos se extendían hasta 2047.

El pasado lunes se dineron aconocer tres contraofertas de los tres grupos de acreedores (Ah Hoc, Comité de Acreedores y Argentina Exchange Bondholders) que negocian con el gobierno argentino. Según los analistas de Consultatio, estas propuestas tienen algunos puntos de acercamiento ya que “no están alejadas del marco de sustentabilidad del FMI” y significaba que los bonos locales argentinos no recibirían un trato mejor a los de legislación internacional. Además, se establecía un pago de cupón que dependería del crecimiento del PIB y de la inflación.

En su documento “La recta final de un acuerdo” los analistas de Consultatio resumen en este esquema las posiciones de cada cual en la negoación.

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La deuda argentina de títulos emitidos bajo legislación extranjera que se negocia actualmente alcanza los 66.500 millones de dólares. La deuda total de Argentina es de unos 324.000 millones de dólares, cerca de 90% de su PIB. El país le debe 44.000 millones de dólares al FMI.

Durante su historia, Argentina entró en default en 2020, 2014, 2002, 1989, 1982, 1956, 1951, 1890 y 1827.

La emisión de bonos verdes de países emergentes alcanza los 52.000 millones de dólares

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Pixabay CC0 Public Domain. La emisión de bonos verdes de países emergentes alcanza los 52.000 millones de dólares

A día de hoy, tanto los emisores de bonos verdes como los inversores se enfrentan al desafío de superar las turbulencias del mercado causadas por el coronavirus. En este sentido, las economías de mercados emergentes tienen mucho menos margen de maniobra fiscal y monetaria y, como muestran los primeros indicadores, se verán afectadas de manera desproporcionada por la crisis del COVID-19.

Así lo asegura la segunda edición del Amundi-IFC Emerging Market Green Bond Report 2019, centrado las inversiones de bonos verdes en mercados emergentes, de Amundi e IFC, miembro del Grupo del Banco Mundial. Con el objetivo de resaltar el progreso del mercado e identificar oportunidades futuras, este informe permite abordar la brecha existente de información pública sobre los bonos verdes de los mercados emergentes.

“Mientras publicamos este informe, los gobiernos de todo el mundo están implementando medidas sin precedentes para combatir una de las pandemias más graves desde la gripe española”, subrayan desde Amundi. No obstante, la gestora asegura que, para superar estos desafíos, los inversores responsables con asignaciones a largo plazo a mercados emergentes pueden colaborar con los emisores a través de bonos verdes y fondos ESG para desbloquear capital a largo plazo y ayudar a los emisores a ser más resistentes. Hasta ahora, los flujos de inversión desde el comienzo de la crisis han demostrado ser más resistentes hacia las inversiones verdes en comparación con las inversiones tradicionales. Por ello, apuntan a que es posible que los inversores vean a los emisores verdes como más orientados a largo plazo y flexibles para resistir la volatilidad a corto plazo.

Además, según el informe, la financiación de los compromisos de desarrollo sostenible y climáticos de los países requerirá una inversión global de un volumen sin precedentes. IFC estima un potencial acumulativo de inversión climática de 29,4 billones de dólares en ciudades de mercados emergentes hasta 2030. Las políticas y productos financieros sostenibles, como los instrumentos de deuda, ya están ayudando a cerrar esta brecha, al financiar proyectos con beneficios ambientales y sociales.

Asimismo, “el momentum está creciendo rápidamente para el mercado global de bonos verdes, que actualmente ha superado los 700.000 millones de dólares en emisiones en circulación”, destaca el informe. Este mercado es una fuente crucial de financiación para proyectos con impactos ambientales positivos tanto en países desarrollados como emergentes. Por otro lado, añaden que el apetito de los inversores por los bonos verdes continúa creciendo y es probable que los emisores de mercados emergentes se beneficien del aumento de la demanda.

Mercados emergentes: emisiones de bonos en 2019

A nivel mundial, el mercado de bonos verdes registró mejor comportamiento en 2019, con un volumen de emisiones récord de 240.000 millones de dólares (el 3% del total de bonos globales emitidos el año pasado). Además, los datos del informe reflejan un aumento del 21% en las emisiones de bonos verdes de ME hasta los 52.000 millones de dólares, llevando el tamaño total del mercado hasta los 168.000 millones de dólares. “Las emisiones han sido impulsadas por un mayor reconocimiento entre los emisores e inversores de los beneficios que brindan, incluidos unos rendimientos estables y predecibles, y una mayor conciencia de los productos y estrategias ESG”, afirman desde Amundi.

Asimismo, el crecimiento de los bonos verdes de mercados emergentes sigue estando liderado por China. Así, la región de Asia Oriental y Pacífico registra el 81% del mercado. Otros mercados emergentes impulsaron el crecimiento general en 2019 con emisiones por valor de 18.000 millones de dólares, un volumen que casi triplica al de 2018. Fuera de China, los principales emisores según el informe fueron: India, Chile, Polonia, Filipinas, Emiratos Árabes Unidos y Brasil.

Por otro lado, el tamaño de las emisiones de bonos verdes de estos mercados emergentes pasó de los 1.500 millones de dólares a los 2.900 millones en 2019. Los bonos benchmark sized, con un tamaño de al menos 300 millones de dólares, ascendieron a más de 60 en 2019, un aumento interanual del 25%. Alrededor del 52% están en divisa fuerte, y excluyendo a China, las emisiones de bonos en divisa local representan el 9% de las emisiones acumuladas de bonos verdes de mercados emergentes. Además, el informe subraya que, en los mercados emergentes, la energía renovable constituye el sector más grande en el que se utilizan los activos, seguido por transporte, edificios verdes, residuos, agua, conservación de la biodiversidad y adaptación.

Las instituciones financieras siguen siendo el mayor sector emisor en los mercados emergentes, representando el 59% de las emisiones (frente al 19% en los mercados desarrollados), seguidas por las compañías no financieras con el 35%, los gobiernos con el 12%, las agencias gubernamentales con el 5% y las municipalidades con el 0,1%. “Las compañías no financieras y los gobiernos aumentaron su cuota de mercado en el segmento de bonos verdes”, añade la gestora.

Además, el informe destaca que “los desarrollos normativos y políticos también están ayudando a estandarizar las prácticas y las definiciones de las finanzas verdes”. Desde 2019, se han establecido directrices nacionales de bonos verdes en al menos 14 países de mercados emergentes y las iniciativas mundiales, como los Principios de los Bonos Verdes y el Estándar de Bonos Verdes de la UE, respaldan muchas de las políticas y estrategias lanzadas a nivel nacional y regional.

“Durante la última década, las finanzas verdes han pasado de ser un nicho de mercado a convertirse en un segmento cada vez más dominante. La próxima década es clave para la transición hacia economías bajas en carbono y la movilización de inversiones para el desarrollo sostenible. En un contexto en el que las economías se enfrentan a muchos desafíos debido a la pandemia del COVID-19, las finanzas verdes proporcionan soluciones innovadoras para construir economías sólidas. Este informe destaca dónde pueden crecer los mercados de bonos verdes y qué pasos serán necesarios”, subraya Jean Pierre Lacombe, director de Análisis Global Macro & de Mercado de IFC.

Potencial futuro 

El mayor apetito de los inversores por los bonos verdes y la creciente conciencia hacia los productos verdes están impulsando el crecimiento, tanto en términos de emisión como de inversión. Sin embargo, Amundi e IFC concluyen que se deben abordar cinco desafíos principales para facilitar aún más la expansión del mercado de bonos verdes de los mercados emergentes:

  1. Calidad y disponibilidad de información para identificar, medir y monitorizar las inversiones verdes.
  2. Limitaciones de la oferta, incluida la disponibilidad limitada de activos ecológicos etiquetados y una cartera de proyectos ecológicos.
  3. Falta de conciencia y conocimiento sobre la emisión e inversión en productos verdes.
  4. Inestabilidad macroeconómica y política general, así como desafíos relacionados con los marcos regulatorios, incluyendo estándares armonizados, definiciones verdes y taxonomías verdes.
  5. Mercados infra-desarrollados con liquidez insuficiente y elevados costes de transacción.

“En Amundi estamos orgullosos de haber colaborado con IFC en la segunda edición de este informe. Ahora, más que nunca, mientras los gobiernos y las comunidades abordan colectivamente el COVID-19, reconocemos la importancia de hacer que nuestra economía sea más resistente a las crisis globales. Nuestro análisis muestra que los mercados de deuda pueden ayudar a cerrar las brechas financieras y movilizar capital para el desarrollo sostenible en los mercados emergentes”, asegura Yerlan Syzdykov, director global de Mercados Emergentes de Amundi.

No obstante, Syzdykov recuerda que, aunque es difícil evaluar los impactos a largo plazo de la crisis actual y aún existen muchos desafíos para aumentar las emisiones de bonos verdes, se está generando impulso con más inversores que buscan alinear sus estrategias de inversión con las consideraciones ambientales. “Nuestro análisis indica que el fenómeno de los bonos verdes, especialmente en los mercados emergentes, muestra signos potenciales de resistencia durante estos tiempos sin precedentes”, afirma.

Visión global del mercado

A nivel global, Johann Plé, gestor de cartera de AXA Investment Managers, comenta que las perspectivas del mercado de bonos verdes «parecen prometedoras», incluso en el difícil comienzo de los mercados este año, gracias a «la resiliencia que esta clase de activos ha presentado tras haber emitido 50.000 millones de euros desde principios de este año», lo que hace esperar que «la demanda de bonos verdes se mantendrá fuerte en los próximos meses».

Y es que, tal y como señala el gestor, «el mercado de bonos verdes se mantuvo en el primer trimestre 2020 cerca de su desempeño en 2019, el año récord de emisiones» gracias a la composición equilibrada con un 50% de crédito y un 50% de soberano, que «garantiza la continuidad de la oferta en cualquier contexto», según indica Plé. Así, a finales de marzo, el mercado de bonos verdes ofrecía un rendimiento superior al del universo global agregado convencional para un perfil de riesgo similar. 

Además, apunta que «se observa una diferencia en términos de liquidez, en beneficio del mercado de bonos verdes» ya que, como explica, «en marzo fue posible vender bonos verdes cuando a veces era muy difícil encontrar un comprador para los bonos convencionales», lo que, como señala, pone de relieve que «la demanda de bonos verdes se mantiene fuerte». El gestor espera que «la demanda de los bonos verdes se mantendrá fuerte por dos razones». La primera, es que las empresas que emiten bonos verdes deben tener una clara estrategia ambiental para la transición, algo que «las posiciona mejor a largo plazo para hacer frente a los desafíos del cambio climático», según indica Plé. La segunda, es que «los bonos verdes son uno de los instrumentos más adecuados para cumplir con la transparencia que, cada vez más, exigen los inversores».

Petra Pflaum se incorpora al Consejo Asesor de Finanzas Sostenibles del gobierno alemán

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Foto cedidaPetra Pflaum, CIO de DWS para la inversión responsable y miembro del Consejo Asesor de Finanzas Sostenibles alemán. Petra Pflaum se incorpora al Consejo Asesor de Finanzas Sostenibles del gobierno alemán

Petra Pflaum, CIO de DWS para la inversión responsable, pasa a ser miembro del Consejo Asesor de Finanzas Sostenibles del gobierno alemán. El nombramiento, efectivo a partir del 20 de mayo de 2020, ha sido realizado a petición del Ministerio Federal de Finanzas de Alemania, el Ministerio Federal de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear y el Ministerio Federal de Economía y Energía.

“Estoy muy orgullosa de poder asesorar al gobierno alemán en relación con su estrategia de financiación sostenible y de participar en su aplicación junto con los demás miembros del consejo. Nuestro objetivo común es posicionar a Alemania como líder en finanzas sostenibles”, asegura Pflaum. Además, añade que la actual pandemia del COVID-19 refuerza la necesidad de seguir promoviendo y fortaleciendo la economía de manera responsable y sostenible.

Entre los miembros del consejo figuran representantes del sector financiero local, la economía real, la sociedad civil y las ciencias. Este órgano asesora al gobierno alemán sobre cómo fortalecer las finanzas sostenibles en Alemania mediante la puesta en común de recursos existentes.

¿Se recuperará antes el mercado de high yield que la renta variable?

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Pixabay CC0 Public Domain. Estados Unidos y China liderarán la recuperación económica

Después de la crisis de 2008, el mercado de high yield comenzó la recuperación en 2009 antes que otras clases de activos, pero la velocidad de la recuperación del mercado depende en cada crisis del factor que la causó. En un ciclo de crédito normal, las empresas tratan de salir de una crisis reparando su balance, haciendo operaciones que benefician primero a los bonistas y luego a los accionistas. Esta crisis podría ser diferente, ya que está causada por un factor exógeno, por lo que la forma en la que los mercados saldrán de ella dependerá de la intensidad de los efectos sobre las empresas, de si necesitarán una reparación o si podrán reanudar pronto sus actividades sin haber sufrido grandes trastornos. En el caso de una recuperación en forma de V, la recuperación de las clases de activos también podría ser coincidente. Dependerá también de lo que haga el Banco Central Europeo en el mercado de bonos corporativos.

En esta situación, dado el apoyo monetario y fiscal ya existente, para una recuperación completa del mercado necesitamos seguir la evolución de la propagación del COVID-19 en todo el mundo y su impacto en las actividades económicas, el PIB de los países involucrados y los balances de las empresas. 

No obstante, aunque es muy importante que las empresas den señales de querer reparar su balance, en este contexto será mucho más importante entender cuánto tiempo durará la paralización del negocio debido a la emergencia sanitaria para evaluar el daño real en los diferenciales de las empresas. Actualmente, se trata más una cuestión de liquidez, que de endeudamiento. Por eso, muchas están redefiniendo sus líneas de crédito. La recuperación de la actividad será más importante ahora que la voluntad de las empresas de mantener la calificación o reducir el endeudamiento.

El apoyo de los bancos centrales, clave

Asimismo, el apoyo de los bancos centrales es claramente positivo para esta clase de activos. En el mercado estadounidense, la Reserva Federal reabrió la facilidad de crédito comercial y la financiación para los MBS,  y el crédito estructurado como CLO, CMBS y CDO. También anunciaron que comprará bonos IG en los mercados primario y secundario, incluyendo ETF.

En Europa, el BCE lanzó y amplió el QE y la creación del Programa de Compras de Emergencia para Pandemias (PEPP). Aunque estas iniciativas no implican directamente al mercado high yield, claramente crearán un beneficio indirecto para los bonos es este segmento, especialmente para los de alta calificación BB, ya que los inversores investment grade tendrán que buscar más abajo en el espectro de la calificación para aumentar el rendimiento. El apoyo de los bancos centrales, además, aumentará la estabilidad del mercado con una reducción de la volatilidad que beneficiará a todos los activos de riesgo, incluidos los bonos high yield.

El balance de quién se beneficiará más dependerá del tamaño de las medidas y cuán amplio será el rango de activos que los bancos centrales comprarán. Hasta ahora, el mercado de EE.UU. parece ser el favorito por la magnitud de las medidas de la Fed. En particular, la compra de ETFs, aunque está en el mercado investment grade, es un arma totalmente nueva que tendrá un efecto amplio y directo en el mercado y un efecto indirecto en los mercados high yield. Ampliar la adquisición a activos high yield supondría sin duda un cambio de juego, pero no está sobre la mesa, por el momento. La ampliación de los activos adquiridos por el BCE sería un gran paso para el mercado.

Estabilización en Estados Unidos

Actualmente, podemos decir que vemos, al menos señales de estabilización, en los bonos high yield de EE.UU. tras las medidas anunciadas. Las señales que los inversores esperan para una mayor recuperación vendrán de las cifras de contagio del virus. Si las medidas adoptadas para contener la propagación funcionan, los inversores podrían evaluar mejor el impacto del bloqueo en la actividad económica y la forma y la velocidad de la recuperación.

El mercado de EE.UU. es más agresivo en términos de endeudamiento por lo que el peso de los bonos B y CCC y de menor calificación es mayor que en el mercado del euro. También el sector de la energía y el sector minorista no alimentario, que son muy vulnerables, pesan mucho más en el mercado de high yield de EE.UU. que en el del euro. Los sectores más grandes para el mercado del Euro son en cambio las telecomunicaciones y los medios, naturalmente los más resistentes en esta crisis. Todas estas observaciones sugieren que la asignación más prudente sería al mercado de la zona euro, ya que no es posible medir por ahora la profundidad del efecto que la crisis tendrá en la economía real. Por otro lado, Estados Unidos han puesto en marcha un paquete sin precedentes de ayuda a la economía, tanto por parte de la Fed como por parte del gasto fiscal, de modo que el high yield estadounidense puede tener un mejor rendimiento si la crisis termina a tiempo para no arrastrar a la economía a una profunda recesión. EE.UU. es una apuesta beta más alta para la recuperación de la economía.

Tribuna de Raffaella Tommaselli y Elena Musumeci, gestoras de Eurizon Fund Bond High Yield

COVID-19: un cisne negro para las cadenas de valor

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Pixabay CC0 Public DomainBORADOR . COVID-19: el cisne negro para las cadenas de valor

Los problemas de distribución que empezaron a experimentar las empresas a principios de año, consecuencia de la pandemia del COVID-19, parecían en su momento algo anecdótico y lejano. No obstante, a medida que estos se fueron expandiendo por Europa, luego en Estados Unidos, e inmediatamente después en América Latina y el Caribe, comenzaron a convertirse en un denominador común.

En México y Brasil, el impacto fue especialmente importante debido a la mayor participación en cadenas de valor globales de estas regiones, según asegura el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en una de sus últimas publicaciones. 

Ana Castillo Leska, especialista senior en BID Lab, y Gabriel Casaburi, especialista líder del Sector Privado en el BID, en la división de Competitividad, Tecnología e Innovación, definen una cadena de valor global como “la forma de producir en la que los diferentes eslabones en la elaboración de un producto, desde el diseño, pasando por el ensamblaje y hasta la comercialización, van sumando valor agregado y no se realizan en un solo territorio o país”.

En consecuencia, los efectos de la pandemia, que han paralizado las economías y sumido a las sociedades en cuarentenas más o menos severas, han interrumpido o reducido notablemente las actividades productivas, contrayendo tanto la demanda como la oferta.

“Si pertenecer a una cadena de valor global antes era visto como un plus, por los grandes beneficios que traían a las empresas en términos de flujo de conocimiento e innovación, y acceso a mercados globales, ahora se ve como una debilidad que forzará a muchas empresas e industrias enteras a repensar y transformar el tipo de participación en su cadena de valor”, destacan los autores.

La disrupción de las cadenas de valor

Castillo Leska y Casaburi recuerdan el papel de China como “jugador crucial en la economía global”, no solo por su estatus de productor y exportador de productos de consumo, sino además como el principal proveedor de insumos intermedios para la industria. Según la UNCTAD, un 20% del comercio global de insumos intermedios proviene de China.

Además, la CEPAL ha advertido sobre el riesgo de la menor integración de las cadenas de valor: “El comportamiento de las empresas continuará cambiando tanto por el aumento de la localización de las empresas en lugares más cercanos al consumo (nearshoring) como por el deterioro de la confianza en los proveedores globales”.

Muchas empresas ya han comenzado a actuar al respecto. Según el BID, muchas están “dando batalla” en el corto plazo a la falta de suministros, modificando las órdenes de compra a proveedores de segunda o tercera línea y/o moviendo algunas de sus prioridades del centro del negocio a sus propias fábricas. Del mismo modo, también se han ajustado para fabricar productos diferentes (como el caso de Tesla y la fabricación de respiradores) y han implementado nuevas estrategias ante la escasez de mano de obra, como la automatización de procesos.

Del mismo modo, consultoras como McKinsey, Deloitte y EY, entre otros, han comenzado a dar recomendaciones a sus clientes y a publicar artículos sobre cómo crear cadenas de valor más resilientes, focalizándose en construir capacidades para ayudarlas a prepararse y responder ante futuros eventos no esperados.

¿Cómo hacer más resilientes a las cadenas de valor en América Latina?

Según el BID, existen dos campos de posible intervención desde las políticas públicas. En primer lugar, la reconfiguración de la cadena y el desarrollo de nuevos proveedores. “Aquí se incluyen, entre otras medidas, la atracción de inversiones para que proveedores se instalen en el país o región, la mejora de la circulación de la información intracadenas y el desarrollo de protocolos de actuación comunes para actuar durante la vigencia de la pandemia y sus efectos principales”, subrayan los autores. Asimismo, destacan el apoyo a través de incentivos para que los proveedores locales se embarquen en un proceso de actualización tecnológica, así como asegurar que existan y funcionen insumos públicos (laboratorios, centros tecnológicos, institutos de formación de capital humana avanzado) con miras a la actualización tecnológica.

En segundo lugar, los autores señalan que el nuevo escenario se presenta idóneo para la aceleración de los procesos de transformación digital como, por ejemplo, la automatización, el uso de robótica y de nuevos algoritmos de inteligencia artificial. Así, señalan varias intervenciones a considerar como la coinversión (entre inversores privados y fondos públicos) para la aceleración de nuevos desarrollos en estos campos, el desarrollo de modelos de análisis de riesgo y de predicción de la demanda bajo el supuesto de la “nueva normalidad”, y el aseguramiento de la interoperabilidad de los sistemas entre empresas de la cadena para su integración tanto local como con los eslabones globales. Del mismo modo, señalan la creación de ámbitos seguros para testear nuevas tecnologías adaptadas a las cadenas (testbeds y sandboxes regulatorios, por ejemplo) y la inversión en infraestructura que garantice el acceso a la conectividad adecuada.

“Hace ya varios años, el filósofo e investigador libanés Nassim Taleb previno contra la linealidad de nuestros esquemas de proyección recurriendo a la metáfora de los cisnes negros, que representan sucesos no previsibles que causan un hondo impacto socioeconómico, y que, a pesar de poder ser explicados o racionalizados ex post, comprometen ese afán de anticipación/planificación que parece acompañar al desarrollo humano”, explican Castillo Leska y Casaburi. En este sentido, el coronavirus encajaría en esa descripción: una pandemia que paraliza la actividad económica y cuya incierta evolución trae consecuencias devastadoras y transformadoras.

Esto obliga a las empresas a lidiar con múltiples frentes a la vez bajo el estrés del cisne negro del COVID-19, un shock histórico a su cadena de suministros. “La combinación de las respuestas de las empresas de cada cadena y de las políticas públicas determinará la posibilidad o no de utilizar este cisne negro para que las cadenas de valor aceleren sus transformaciones y puedan emerger más competitivas”, concluyen los autores.

Aegon AM refuerza su equipo de renta fija alternativa con cuatro nuevas incorporaciones

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Foto cedidaFrank Meijer, gestor de Aegon ABS Opportunity Fund.. Aegon AM lanza un fondo de renta fija alternativa que invierte en los mercados globales de ABS

Aegon Asset Management ha reforzado su equipo de renta fija alternativa con cuatro nuevas contrataciones “como respuesta a la fuerte demanda que viene registrando su gama de estrategias”, según ha explicado la firma. Se trata de Philip van der Meijden, George Konings, Mickey Teunissen y George Nijborg, que se han incorporado recientemente al equipo de renta fija alternativa de Aegon Asset Management. 

Según explican desde la gestora, este equipo gestiona unos 40.000 millones de euros en activos de renta fija alternativa que abarcan bonos de titulización de activos (ABS), hipotecas residenciales, préstamos a pequeñas y medianas empresas y préstamos garantizados por el gobierno. Está ubicado en Países Bajos y dirigido por Frank Meijer. 

Respecto a las nuevas incorporaciones, Philip van der Meijden se ha unido al equipo como gestor de inversiones especializado en hipotecas residenciales y es cogestor de los fondos AeAM Dutch Mortgage Fund. Previamente, trabajó como gestor de carteras en Arrow Global tras su paso por el equipo de ventas de soluciones de crédito de Credit Suisse en Londres.

George Konings cuenta con ocho años de experiencia en el sector y se incorpora como gestor de inversiones, con un énfasis particular en compras apalancadas y capital expansión para pymes y empresas de pequeña y mediana capitalización. Además, co-gestiona el Aegon SME Loan Fund, que cuenta con garantías del Fondo Europeo de Inversiones. Antes de unirse a Aegon Asset Management, Konings fue director adjunto en Rabobank, donde se especializó en productos apalancados y estructuración de capital.

Por su parte, Mickey Teunissen pasa a ser gestor de inversiones y cogestor del Aegon SME Loan Fund. Desde este nuevo puesto, también se centrará en compras apalancadas y capital expansión para pymes y empresas de pequeña y mediana capitalización. Teunissen trabajó durante ocho años como director adjunto en Rabobank, donde se especializó en financiación de compras apalancadas en el mercado de mediana capitalización.

Por último, George Nijborg se une al equipo desde Goldman Sachs, donde fue director ejecutivo durante siete años en el equipo de deuda y mercados de capital en Londres, tras haber trabajado previamente en Citigroup y Morgan Stanley. En Aegon Asset Management, co-gestionará la estrategia de colocaciones privadas corporativas y se centrará en las transacciones garantizadas (wrapped).

A raíz de estas nuevas incorporaciones, Frank Meijer ha declarado: “Nuestros fondos de ABS y de deuda privada han registrado fuertes captaciones en los últimos años, gracias a las atractivas rentabilidades que podemos ofrecer y el favorable tratamiento del capital. Además, nuestros fondos de deuda privada incorporan criterios de inversión ESG o de impacto, algo que los clientes valoran cada vez más. Sin duda, Van der Meijden, Konings, Teunissen y Nijborg contribuirán a reforzar el equipo de renta fija alternativa que gestiona nuestra gama de estrategias en deuda privada y que, ahora, cuenta con 18 personas”.

La junta general de Jupiter aprueba por mayoría la adquisición de Merian Global Investors

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Foto cedidaAndrew Formica, director ejecutivo de Jupiter.. La junta general de Jupiter aprueba por mayoría la adquisición de Merian Global Investors

La pausa que ha supuesto la crisis sanitaria del coronavirus no ha detenido los avances de Jupiter en la compra de Merian Global Investors. La adquisición, que se anunció en febrero de este año, fue aprobada ayer por mayoría en la junta general de Jupiter, celebrada Londres. Con esta operación, la gestora alcanzaría un volumen de 78.000 millones de euros en activos bajo gestión en el Reino Unido

Estamos encantados de recibir el apoyo de nuestros accionistas para la adquisición de Merian, lo que refleja la fuerte racionalidad estratégica y financiera de esta operación. La culminación de esta compra sigue sujeta a un pequeño número de disposiciones, incluidas las aprobaciones regulatorias habituales, pero será un hito importante para la firma. Seguimos con nuestros planes de completar la compra el próximo 1 de julio de 2020, o lo antes posible, y ya estamos trabajando estrechamente con los equipos de Merian para la integración, que avanza sin problemas a pesar del contexto actual”, ha señalado Andrew Formica, director ejecutivo de Jupiter, durante la junta general. 

Según explican desde la gestora, esta adquisición se construye “sobre bases sólidas” ya que tanto Júpiter como Merian comparten una cultura y una filosofía de inversión similares. “Esperamos poder ofrecer a nuestros clientes una mayor y más amplia gama de estrategias de inversión y fondos, y un mayor número de gestores de fondos junto con los que ya cuenta Jupiter. Estamos totalmente comprometidos con seguir ofreciendo un alto nivel de servicios a lo largo de este proceso”, ha declarado la gestora. 

La oferta de compra fue registrada a mediados de febrero en la Bolsa de Londres donde se dan más detalles de la operación. Por ejemplo, el documento aclara que el importe total de la compra, 370 millones, se pagarán mediante la emisión de 95.360.825 nuevas acciones (acciones de contraprestación) de Jupiter a los accionistas de Merian, con “una ganancia adicional de 20 millones de libras esterlinas”. 

Además, los accionistas de Merian tendrán un 17% del capital ampliado de Jupiter, en términos agregados. Mientras que los accionistas clave de la gestora, que gestionan actualmente el 87% del patrimonio de Merian, tendrán un 1% de Jupiter. Es importante destacar que la compra se hace con una deuda neta objetivo de 34,8 millones de euros si se completa antes del 1 de julio de 2020.

Tecnología para el bien: apoyando la lucha contra la COVID-19

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Alison Porter, Graeme Clark y Richard Clode, gestores de la estrategia Global Technology de Janus Henderson Investors, comparten cómo las llamadas “big tech” están ayudando a la sociedad y a los gobiernos durante la pandemia y las implicaciones que esto puede tener en la regulación del sector tecnológico.

En la pasada década, el incesante aumento de las grandes empresas de tecnología ha generado una creciente preocupación por la influencia que ejercen y por la necesidad por parte de las autoridades de tener una mayor supervisión regulatoria de los gigantes tecnológicos como Google (Alphabet), Facebook, Amazon y Microsoft. Las noticias falsas, la manipulación de las elecciones y la privacidad de los datos se han convertido ya en parte de nuestro léxico. Las consecuencias de las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos, el referéndum sobre el Brexit de Reino Unido, seguido del escándalo de Cambridge Analytics llevaron al CEO y cofundador de Facebook, Mark Zuckerberg, a testificar frente al Congreso de Estados Unidos. Más recientemente, varias investigaciones simultáneas realizadas por el Departamento de Justicia de Estados Unidos y la Comisión de Comercio Justo, así como múltiples iniciativas de diferentes estados del país, señalan que las “big tech” han usurpado el papel clave que Wall Street desarrolló durante la Crisis Global Financiera, ya que la industria se ha situado en el punto de mira de las autoridades regulatorias.

El equipo gestor de la estrategia Global Technology siempre había considerado que el debate regulatorio tenía más matices que los registrados por los medios de comunicación tradicionales, que como colectivo pueden tener un cierto interés en atacar a las grandes empresas de tecnología que han alterado los modelos comerciales tradicionales de publicidad en los medios. Ya se sabe que un gran poder conlleva una gran responsabilidad, y existe una línea de aprendizaje abrupta para las empresas jóvenes que crecen exponencialmente para atraer a miles de millones de usuarios antes de que el fundador de la empresa cumpla los 30 años. Se cometieron claramente errores que merecen castigos. Este no es un debate sobre las tribulaciones de Mark Zuckerberg que recuerdan a las batallas de Bill Gates con los reguladores a finales de la década de los 90 que culminaron con un fallo judicial por el cual Microsoft debía ser desmantelado (que luego fue revocado).    

Tecnología: una mano tendida para ayudar

Mientras se ansía la llegada de un mundo post-pandémico, merece la pena pensar sobre el papel que juegan las grandes empresas de tecnología en la sociedad y la relacionada evolución del debate regulatorio. A medida que una gran parte la población que ha podido trabajar desde sus hogares durante la pandemia sigue haciéndolo, con sus hijos aprendiendo en remoto y con una mayor dependencia del entretenimiento en línea, así como del comercio electrónico para comprar alimentos y productos esenciales, es probable que, en general, aumente el valor percibido y la apreciación de las empresas que permiten estas actividades. Por ejemplo, los niños están aprendido a través de Google Classroom, mientras que otros trabajan a través de Microsoft Teams y se comunican con familia y amigos a través de Facetime de Apple o Whatsapp de Facebook, a la vez que reciben sus compras esenciales a través de Amazon y se entretienen con Netflix. Con algo de suerte, las llamadas FAANG (Facebook, Apple, Amazon, Netflix y Google) habrán adquirido unas connotaciones más positivas durante esta trágica crisis.

En colaboración con los gobiernos

Si bien los consumidores siempre se han sentido más cómodos con las grandes empresas de tecnología como receptores de su innovación, los gobiernos y los organismos regulatorios son mucho más circunspectos. Sin embargo, dadas las demandas extraordinarias de esta crisis, ahora también las autoridades se están viendo impulsadas a trabajar mucho más estrechamente en colaboración con las grandes empresas de tecnología en una miríada de nuevas formas. Las ventajas de los grandes conjuntos de datos para obtener información sobre la pandemia se han vuelto más evidentes. Google está proporcionando a los gobiernos informes de movilidad comunitaria en 131 países, rastreando a través de datos optativos de ubicación la entrada en parques y tiendas minoristas para determinar la efectividad de las medidas de bloqueo. Facebook, en asociación con la Universidad Carnegie Mellon, ha creado un rastreador de síntomas de virus en Estados Unidos, se trata de una encuesta optativa de datos que es utilizada por los investigadores para predecir puntos críticos y preparar hospitales, así como para proporcionar información sobre la posibilidad de aliviar o finalizar periodos de confinamiento. Por su parte, Amazon, en asociación con las universidades Carnegie Mellon y John Hopkins, ha creado un “lago de datos” o “data lake” de datos públicos centralizados, preservados y pre-procesados públicamente para ayudar a entender y luchar contra el virus. Dado que el rastreo entre contactos será esencial en el mundo posterior al confinamiento, Apple y Google han anunciado un esfuerzo conjunto único para habilitar esta funcionalidad e interoperabilidad entre miles de millones de teléfonos iOS (Apple) y Android (Google) para que los gobiernos puedan rastrear y localizar rápidamente a una persona que haya estado en contacto con alguien diagnosticado con Covid-19 en una segunda ola o en futuras pandemias.  

En una posición financiera sólida para ayudar

Además de proporcionar “big data” (conjuntos de datos enormes), las grandes empresas tecnológicas también han proporcionado otro tipo de apoyo a la lucha contra la pandemia. Amazon se ha comprometido a reinvertir la totalidad de las ganancias esperadas por la empresa durante el segundo trimestre de 2020, estimadas en 4.000 millones de dólares, en obtener más productos para los consumidores y en mantener a sus empleados seguros. Facebook ha prometido unos 100 millones de dólares en ayudas para respaldar a los pequeños negocios con perfiles comerciales gratuitos en su plataforma, así como para centrarse en la veracidad de la información durante la pandemia con otros 100 millones de dólares destinados a respaldar a los medios de comunicación. Esto se suma al centro de información COVID-19 que aparece en aplicaciones como Facebook, FB Messenger, Whatsapp o Instagram, que son visitadas por millones de personas. Las grandes empresas de tecnología tienen los recursos y la capacidad para implementar estas iniciativas y reinvertir. Estas empresas han aprovechado posiblemente los buenos tiempos para construir unos balances más sólidos que otros sectores, y no han tenido que solicitar rescates gubernamentales. Por ello, las “big tech” se encuentran en posición de ayudar a gobiernos y comunidades.   

Más allá de las grandes empresas de tecnología

Sin embargo, proporcionar ayuda no solo ha sido una iniciativa de las grandes empresas de tecnología. Por ejemplo, Nvidia, ha cedido temporalmente de forma gratuita la licencia de Parabricks, una herramienta de análisis genómico que utiliza unidades de procesadores gráficos para acelerar el análisis de genomas por parte de investigadores de Covid-19. Uber ofrece viajes gratuitos a trabajadores clave y víctimas de la violencia de género durante la vigencia de las medidas de confinamiento. Service Now ha estado proporcionando aplicaciones de respuesta de emergencia de forma gratuita para ayudar a abordar la respuesta a la pandemia, tanto a empresas como a gobiernos. Mientras tanto, Salesforce anunció recientemente el lanzamiento de las aplicaciones Work.com para ayudar a empresas y comunidades a gestionar el regreso a los puestos de trabajo tras el periodo de cierre. Por su parte, Amphenol, un fabricante de cables de fibra óptica ha estado utilizando la flexibilidad y el rápido tiempo de comercialización de la impresión 3D para fabricar mascarillas y otros equipos de protección personal (PPE). Las soluciones de Zebra (empresa dedicada a la captura de datos y a la identificación automática) fueron instaladas en las unidades de cuidados críticos temporales de los hospitales de Nightingale del Servicio de Salud Nacional de Reino Unido para identificar y gestionar el flujo de pacientes de Covid-19. Continúan surgiendo nuevos casos de usos de esta tecnología durante esta pandemia y las empresas de tecnología han demostrado ser muy flexibles e innovadoras para llevar sus capacidades tecnológicas a esta crisis global en un tiempo récord.

Compartir datos de forma responsable

En la batalla contra el coronavirus, la desescalada, los grandes conjuntos de datos y las capacidades de seguimiento de la ubicación de las grandes empresas tecnológicas parecen tener menos connotaciones negativas.  Los gobiernos se están dando cuenta de la magnitud y el desafío que supone rastrear y atacar a un enemigo invisible, que probablemente resurja cada año en algún grado, a menudo requiere asociarse con empresas de tecnología. Naturalmente, se deberán establecer las salvaguardas necesarias dada la sensibilidad de muchos de estos datos. En China, empresas como Alibaba y Tencent han permitido la desescalada del confinamiento proporcionando un estándar para los códigos de salud vinculados al rastreo de contactos, el seguimiento de la ubicación y los registros médicos.

La Ley de Protección de Datos Personales (GDPR) en la Unión Europea y la regulación posterior y otras medidas proactivas llevadas a cabo por las “big tech” en Estados Unidos brindan cierto consuelo de que estos esfuerzos se abordarán con las protecciones necesarias en otras regiones. Estos ejemplos demuestran una sensibilidad para usar sólo datos de suscripción y ubicación anónimos, y en muchos casos solo los investigadores tienen acceso a estos datos. Sin embargo, no se debe ser complaciente con este riesgo y la reciente escalada en las tensiones entre Estados Unidos y China relacionadas con el “juego de la culpa” de la Covid-19 será una narrativa que continúe de cara a las elecciones presidenciales en Estados Unidos de este año, lo que traerá complicaciones regulatorias adicionales.  

Abrazando la regulación y los factores ESG

Una rigurosa supervisión por parte de los reguladores de la industria tecnológica no es solo necesaria en la opinión de Janus Henderson Investors, sino que debe ser bienvenida. Como inversores activos, el equipo de la estrategia Global Technology también se compromete de manera proactiva con las empresas de tecnología para resaltar los problemas clave en materia medioambiental, social y de buen gobierno que corren el riesgo de una intervención reguladora severa si no son abordados por la propia industria.

Una parte clave del proceso de inversión de la compañía consiste en identificar los equipos directivos que comparten las preocupaciones y abordan estos problemas de manera responsable, pues creen que pueden fomentar un crecimiento a largo plazo más sostenible y potencialmente ayudar a reducir el riesgo en las inversiones. Durante muchos años, Janus Henderson se ha involucrado activamente en empresas tecnológicas en una amplia gama de temas, como la privacidad de datos y la adicción a los videojuegos. A medida que se deje atrás esta trágica pandemia, el equipo gestor de Janus Henderson cree que el debate evolucionará y que el escrutinio reglamentario continuará, pero se espera que se vuelva más equilibrado a medida que el valor percibido de las “big tech” se desarrolla durante y después de la crisis. Esto se podría añadir al caso de la inversión a largo plazo en las acciones tecnológicas.   

 

Información importante:

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Emitido por Janus Henderson Investors. Janus Henderson Investors es el nombre bajo el cual se proporcionan los productos y servicios de inversión por parte de Janus Capital International Limited (reg. n.º 3594615), Henderson Global Investors Limited (reg. n.º 906355), Henderson Investment Funds Limited (reg. n.º 2678531), AlphaGen Capital Limited (reg. n.º 962757), Henderson Equity Partners Limited (reg. n.º 2606646), (cada uno registrado en Inglaterra y Gales en 201 Bishopsgate, Londres EC2M 3AE y regulado por la Financial Conduct Authority) y Henderson Management S.A. (reg n.º B22848 en 2 Rue de Bitbourg, L-1273, Luxemburgo, y regulado por la Commission de Surveillance du Secteur Financier).

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