El gerente de Estudios Económicos del BCP, Carlos Prieto, manifestó que el Perú registrará una contracción de su PBI de -11% en el 2020, debido al actual estado de emergencia acontecido por la pandemia del COVID-19. Incluso, señaló que economía peruana podría tener su peor caída en 100 años y ser el país con la mayor contracción en la región, lo que es sinónimo de mayor desempleo y pobreza.
“Una adecuada administración de nuestras fortalezas macroeconómicas debería permitirnos una recuperación económica en 2021-2022. Sin embargo, habrá riesgos que enfrentar, como un contexto de crisis económica y populismo en medio de elecciones el próximo año que podrían convertirse en un cocktail peligroso que puede llevarnos a una década perdida de bajo crecimiento y mayor pobreza”, declaró Carlos Prieto.
Según el BCP, si se debilitan los fundamentos de la economía, habrá un impacto en las empresas y la inversión. Esto ocasionaría que los capitales salgan y, por ende, la reactivación de la economía sería muy lenta y costaría mucho más retomar los niveles previos a la crisis.
El Área de Estudios Económicos del BCP planteó propuestas que involucran a varios actores y que podrían ayudar a la reactivación de la economía. De esta manera, señaló que se debería implementar una cuarentena focalizada y que el ministerio de Economía podría evaluar nuevas medidas de política económica, acelerar la inversión pública y la Reconstrucción con Cambios. Asimismo, recomendó al Ejecutivo confiar en las capacidades del sector privado y apostar por la inversión privada. Agregó que de todas las crisis se extraen oportunidades. En ese sentido, recomendó trabajar en línea de tener un mejor sistema de salud y una economía con más empleo formal.
Finalmente, advirtió que el Congreso podría socavar las anclas de estabilidad y desarrollo de los últimos 30 años si aprueba algunas de los proyectos que tiene en agenda. “La economía peruana cerrará el 2020 con una contracción del -11%, pero con algunas leyes que viene promoviendo los congresistas podríamos tener resultados mucho peores”, agregó Prieto.
Foto cedidaPablo Sprenger, CEO de SURA Investment Management . SURA Investment Management ya cuenta con una SICAV en Luxemburgo para distribuir sus productos internacionalmente
SURA Asset Management, a través de su filial en Chile, ha constituido una Sociedad de Inversión con Capital Variable (SICAV) para la gestión de inversiones en fondos domiciliados en Luxemburgo. Este vehículo de inversión será operado por SURA Investment Management, (filial de SURA Asset Management), experta en la gestión de activos para clientes institucionales.
Posterior a la constitución, la SICAV debe obtener la autorización como UCITS (Undertakings For Collective Investment in Transferable Securities) por parte de la Comisión de Supervisión del Sector Financiero (CSSF) para el inicio de operaciones.
La SICAV como se le conoce a este tipo de vehículos, es una sociedad que invierte y/o gestiona productos financieros de una o varias jurisdicciones y de la que inversionistas adquieren participaciones como forma de invertir en dichos productos.
Cuenta con características que lo hacen un excelente instrumento, en particular por su flexibilidad y amplitud, para grandes inversionistas globales, lo que potencia la estrategia de SURA Investment Management en el mercado internacional.
“Para SURA Asset Management y su estrategia de desarrollo de negocio, este es un hito muy importante porque pone a la Compañía a la altura de los asset managers globales más relevantes, fortalece nuestra oferta de valor y evidencia los altos estándares con los que SURA gestiona sus operaciones”, comentó Ignacio Calle, CEO de SURA Asset Management.
Con este vehículo en Luxemburgo, SURA Investment Management fortalece y complementa su operación internacional, al facilitar el acceso de los clientes internacionales, ofreciendo su plataforma de inversiones con énfasis especial en América Latina, dado el conocimiento y la experiencia de la Compañía en esta región.
Al respecto, Pablo Sprenger, CEO de SURA Investment Management agregó: “Con este vehículo avanzaremos en nuestros objetivos de crecimiento. Vamos a acceder con mayor facilidad a clientes internacionales, principalmente en Europa y Asia. Cada paso nuevo, evidencia las capacidades que tenemos como asset manager global: los altos estándares en gobierno corporativo, la calidad en nuestros procesos de inversión y un talento humano de la más alta calificación.”
Este vehículo fortalece las credenciales de SURA Investment Management para la construcción de una línea de negocio sostenible en gestión de activos y lo posiciona como un jugador de estándar global en la región, donde además juega un rol de liderazgo en la implementación de la inversión sostenible, al adherirse desde 2019 al PRI (Principios de Inversión Responsable).
La constitución de este vehículo implica un proceso riguroso. En el caso de SURA Investement Management, este proceso ha durado varios meses, en los cuales la Compañía evidenció las capacidades que tiene como actor de inversiones, fundamentado en su gobierno corporativo y talento humano.
FINRA nombró a Rainia L. Washington como vicepresidenta ejecutiva y directora de recursos humanos, efectivo a partir del 15 de junio. En esta función, liderará el equipo de People Solutions de FINRA, supervisando el reclutamiento, capacitación y desarrollo de talentos de la organización, diversidad e inclusión, compensación y beneficios, y relaciones con los empleados.
Ella reportará directamente al presidente y CEO de FINRA, Robert Cook, y será miembro del Comité de Administración de la entidad.
Washington llega a FINRA después de una carrera de 26 años en Lockheed Martin, donde trabajó en una variedad de roles, durante los últimos seis años se desempeñó como directora de Diversidad e Inclusión Global para la compañía de 110.000 empleados.
«Estamos encantados de darle la bienvenida a Rainia a FINRA», dijo Cook. «Rainia aporta una gran experiencia en muchas facetas de la gestión del talento, y estoy seguro de que proporcionará un fuerte liderazgo para nuestro equipo de People Solutions y los empleados de clase mundial de FINRA, al tiempo que desarrolla y recluta a nuestra próxima generación de líderes».
«FINRA tiene una misión de vital importancia, una cultura sólida y personas altamente calificadas, y estoy emocionada de unirme a Robert y al equipo de liderazgo para impulsar la estrategia general de las personas», dijo Washington.
Washington recibió su licenciatura en Ciencias en ingeniería de la Universidad de Pennsylvania y su MBA de la Universidad Penn State. Actualmente es miembro de la Junta de Directores de Great Minds en STEM y ha sido miembro de la Junta de Directores de la Sociedad de Ingenieros de Mujeres, la Junta de Directores de INROADS, la Junta de Directores del Consejo de Diversidad de Georgia y la Junta de Ingeniería de la Universidad de Pensilvania.
A medida que los RIAs se preparan para la transición del liderazgo a la próxima generación, más de la mitad de los líderes actuales sienten que sus sucesores potenciales no están a la altura, según un informe publicado el lunes por DeVoe & Company.
Afortunadamente, y según el informe, hay pasos que los RIAs pueden tomar para ayudar a rectificar la situación. «Es hora de una revolución del capital humano», mencionan.
Según la encuesta, el 57% de los participantes siente que su próxima generación de líderes no está lista para tomar las riendas de sus empresas. «La industria está en camino de experimentar un aumento repentino en las transiciones, pero la planificación para eso no sigue el ritmo», dice el informe.
“La industria de los RIAs está envejeciendo, especialmente entre los líderes. La mayoría de los asesores planean vender internamente, un rasgo maravilloso sobre la industria». Sin embargo, el 13% dijo que vender internamente presentaría un desafío significativo o severo.
La sensación aumenta a medida que aumenta el tamaño de la empresa. “Un asombroso 89% de las empresas con AUM entre 750 millones y 1.000 millones de dólares no confía en la capacidad de su próxima generación para hacer la transición. Este es un número sorprendentemente alto, especialmente para las empresas que han logrado un cierto grado de escala», dice DeVoe.
Para preparar mejor a la próxima generación, el informe sugiere que además de revisar el plan de compensación y proporcionar asesoramiento, los RIAs deben asegurarse de que los miembros del equipo reciban comentarios formales sobre el desempeño, al menos trimestralmente; deben compartir trayectorias profesionales claramente articuladas para los miembros del equipo y deben proporcionar información clara y transparente sobre los planes de transición futuros.
El informe agrega: «Si no puede trabajar en todo esto, elija un área y comience allí. Sus empleados realmente dependen del enfoque de su empresa en la planificación del capital humano». Al hacer estas cosas, “fomentará a su equipo para alcanzar nuevas alturas y su RIA para alcanzar un nuevo nivel de éxito. Como consecuencia involuntaria, probablemente descubra que brindar una mayor atención a sus empleados en última instancia le permite brindar un servicio aún mejor a sus clientes», concluye.
El informe se basa en la Encuesta de transición de próxima generación de RIAs, hecha por DeVoe, que incluyó a las respuestas de 118 ejecutivos principales, directores o propietarios de RIAs que varían en tamaño desde 100 millones hasta más de 5.000 millones en activos bajo administración.
Foto cedidaAmy Halford, vicepresidenta y directora senior del equipo global de servicio al cliente en Europa de Capital Group.. Capital Group incorpora a Amy Halford como vicepresidenta y directora senior del equipo global de servicio al cliente en Europa
Capital Group amplía el equipo europeo de relaciones con clientes. Según ha anunciado la gestora, Amy Halford ha sido nombrada vicepresidenta y directora senior del equipo global de servicio al cliente en Europa. Ubicada en las oficinas de Londres, se encargará de gestionar las relaciones con los clientes de los intermediarios financieros y los clientes institucionales europeos.
Amy Halford se incorpora a Capital Group desde BlackRock, donde trabajaba como directora del servicio al cliente y se encargaba de gestionar la relación con los clientes de intermediarios, asesores y gestores discrecionales del Reino Unido. Cuenta con más de 13 años de experiencia en el sector. Antes de BlackRock trabajó en el área de relaciones con clientes en UBS Global Asset Management y Seven Investment Management.
Amy dirigirá los equipos europeos de relaciones con clientes, RFP y servicios globales de gestión de documentos de Capital Group. Además, trabajará en estrecha colaboración con la distribución en Europa y Asia para intensificar y mejorar las relaciones con los clientes y ofrecerles una experiencia excepcional.
A raíz del nombramiento, Gavin Lilburn, director de operaciones regionales para Europa y Asia, señala ha declarado: “Nos complace enormemente recibir a Amy en Capital Group. Aporta una interesante trayectoria de desarrollo de estrategias, competencia en la gestión de relaciones con clientes y muchos años de experiencia en el sector, lo que nos permite fortalecer nuestro servicio al cliente”.
En este sentido, Lilburn ha destacado que, en un momento tan complicado como el que estamos viviendo, continuarán invirtiendo en su negocio y ayudando a sus clientes. “Gracias a nuestro carácter privado, podemos mantener una perspectiva a largo plazo y ajustarnos a los horizontes a largo plazo de nuestros inversores. Capital Group lleva casi 90 años haciendo frente a situaciones imprevistas en todo el mundo y continuaremos trabajando en nombre de nuestros clientes, que dependen de nosotros”, ha añadido.
Pixabay CC0 Public Domain. Inversión y medio ambiente: el punto de conexión por el que apuestan las gestoras
Las firmas de inversión tienen una propuesta clara para los inversores con visión a largo plazo: pueden cuidar el medio ambiente a la vez que lograr buenas rentabilidades. Esta propuesta ha evolucionado en los últimos años y ha ganando consistencia la idea de que no solo es relevante la rentabilidad que las inversiones, sino también el impacto que tienen en nuestro planeta.
Según los expertos, este fenómeno tiene dos caras que se han ido retroalimentando: las gestoras han creado estrategias entradas en el impacto de las inversiones e incluido los criterios ESG en sus procesos de inversión, y, a la vez, la demanda de los inversores en estos términos es cada vez mayor. La reflexión sobre el punto de conexión entre las inversiones y la lucha en favor de medio ambiente quedó claro el pasado viernes, ya que, aprovechando la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, las gestoras aprovecharon para compartir su enfoque y compromiso.
“Como inversores nos damos cuenta de la fragilidad del medioambiente, de las comunidades y de las empresas en las que invertimos. La reciente pandemia ha evidenciado que las vulnerabilidades que muestran las empresas a los shocks externos pueden poner a prueba la resistencia de sus modelos de negocio a largo plazo. El cambio climático es un factor que se desencadenó hace muchos años y puede que, todavía, no sea una amenaza inmediata para muchos de nosotros. Como resultado, podría resultar fácil caer en la tentación de no cumplir los compromisos de hacerle frente y dejar de lado las ambiciones climáticas frente a cuestiones más inmediatas”, apunta Petra Daroczi, analista de ESG en renta fija de Aberdeen Standard Investments.
Por eso, desde Aberdeen Standard Investments son conscientes de que tienen la capacidad de apoyar a las empresas en sus ambiciones de transición energética. “Lo hacemos no solo porque puede ser lo correcto, sino también porque las empresas más resistentes sobrevivirán a largo plazo y ofrecerán rentabilidades más sostenibles. Nos centramos en dos áreas clave: qué impacto material podría tener el cambio climático en el negocio y el grado de eficacia de la organización para hacerle frente. Nos interesan especialmente las empresas que pueden demostrar que se han embarcado en un viaje para descarbonizar sus actividades”, añade Daroczi.
En el contexto actual, marcado por la crisis sanitaria del coronavirus, las gestoras coinciden en verlo como una oportunidad. Según afirma Simon Webber, gestor del Schroder ISF Global Climate Change Equity de Schroders, se puede establecer un paralelismo entre la actual pandemia y la crisis del cambio climático. “En términos humanos, el impacto del cambio climático, si no se mitiga, será comparable a una crisis permanente del COVID-19. Un estudio publicado en la revista médica británica The Lancet llegó a la conclusión de que el impacto del cambio climático solo en la producción mundial de alimentos podría causar más de 500.000 muertes para el año 2050”, explica Webber.
En su opinión, la gestión de la pandemia puede aportar importantes lecciones de cara al cambio climático. “Creemos que es cada vez más probable que se analice la respuesta política al cambio climático y se determine si es suficiente o no, y que los precios de los activos se muevan en consecuencia. Si la inversión para descarbonizar la economía y cumplir los objetivos del Acuerdo de París sigue siendo insuficiente, es probable que los precios de los activos coticen los riesgos de los fenómenos climáticos adversos, incluidos los riesgos para el valor de los bienes inmuebles de baja calidad, el aumento de las primas de riesgo en las regiones del mundo más afectadas y menos preparadas, y una prima para las coberturas contra el cambio climático”, añade.
Negocios comprometidos
El compromiso con las gestoras no solo es con los inversores y con sus soluciones de inversión, sino también con su propio negocio. “Como es de esperar, nuestro primer paso es reducir nuestras emisiones tanto como podamos y luego compensamos lo que queda. En asociación con ClimateCare, estamos apoyando un asombroso proyecto de compensación acreditado con base en la selva tropical de Gola en Sierra Leona durante los próximos tres años”, apunta Sandy MacDonald, Head of Sustainability en Standard Life Aberdeen.
A través de este proyecto, la gestora está ayudando a proteger alrededor de 2.000 hectáreas de selva tropicalcada año, que es el hogar de más de 330 especies de aves, el muy raro hipopótamo pigmeo y los chimpancés. “Nuestro apoyo también permite la capacitación de los agricultores locales en el cultivo sostenible del cacao, y la inversión en escuelas, hospitales y educación. Hasta ahora hemos contribuido a compensar 10.000 toneladas (CO2) de emisiones de carbono que se han evitado a través del proyecto, lo que ha permitido proteger 2.108 hectáreas de selva tropical”, añade MacDonald.
Otro ejemplo del compromiso de las gestoras es toda la labor de análisis y difusión que realizan. Por ejemplo, DPAM acaba de publicar su primer informe sobre el análisis de cómo los riesgos relacionados con el clima marcan el compromiso de la empresa con la transparencia y la firme convicción de las causas establecidas en el Grupo de Trabajo sobre Divulgación de Información Financiera relacionada con el Clima (Task force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD)).
“Los desafíos para avanzar hacia una economía con bajas emisiones de carbono son de carácter mundial, lo que conlleva tanto oportunidades como riesgos para los inversores que desean generar ingresos y al mismo tiempo preservar el capital”, afirman desde DPAM
Pixabay CC0 Public Domain. Credit Suisse lanza un fondo de impacto que invierte en compañías que promuevan una transición ambiental positiva
Credit Suisse presenta una nueva estrategia de inversión de impacto de renta variable. Se trata del Credit Suisse (Lux) Environmental Impact Equity Fund, cuyo lanzamiento está previsto para el 25 de junio de 2020, invertirá en empresas que impulsen una transición medioambiental positiva y que, a la vez, generen beneficios financieros. Además, pretende contribuir a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.
Según explican desde la firma, el fondo se centrará principalmente en empresas de pequeña y mediana cotización, que proveen servicios, tecnologías o productos enfocados en la solución de los más urgentes problemas ambientales como el cambio climático, la contaminación o el agotamiento de los recursos naturales.
Este fondo de impacto incluye en su proceso de inversión los criterios ESG basados en el Marco de Inversión Sostenible del Credit Suisse. Además, para mejorar el impacto de las empresas de la cartera, el equipo de gestión de la cartera, dirigido por Christian Schmid. Y se vinculará con empresas seleccionadas mediante el diálogo y el voto por representación (proxy voting), y pondrá a disposición de los inversores informes sobre las posiciones del fondo y el impacto logrado por las compañías de la cartera.
A raíz de este lanzamiento, Marisa Drew, CEO del departamento Impact Advisory and Finance (IAF) de Credit Suisse, ha destacado el amplio atractivo que se espera de este fondo. En este sentido, afirma que está «dirigido a los inversores que buscan un enfoque más ecológico y sostenible de los negocios y las inversiones apoyando conceptos como la economía circular, que exige la reducción y la eliminación definitiva de los artículos de un solo uso y de los desperdicios mediante el reciclado de recursos y la regeneración de los sistemas naturales”.
Por su parte, Filippo Rima, director de renta variable de Credit Suisse Asset Management, ha declarado: «Aprovechamos la experiencia de Credit Suisse en inversiones sostenibles, nuestras capacidades de inversión, conocimientos y recursos para ofrecer a nuestros clientes soluciones sostenibles invertibles».
Domiciliado en Luxemburgo, el Credit Suisse (Lux) Environmental Impact Equity Fund cumple con los requisitos UCITS y proporcionará liquidez diaria. Según ha explicado la firma, el período de suscripción comienza el 5 de junio de 2020 y se extenderá hasta el 25 de junio de 2020, fecha de lanzamiento del fondo. Durante el período de suscripción, se ofrecerán dos clases especiales de acciones con una comisión de gestión reducida: USD SBP (ISIN LU2176899297) y CHF SBHP (ISIN LU2177566267).
Pixabay CC0 Public Domain. Los hedge funds acumulan ocho trimestres consecutivos registrando salidas significativas
Las consecuencias económicas de la pandemia del COVID-19 tuvieron un impacto significativo en la industria los hedge funds durante el primer trimestre del año. Según los datos proporcionados por Preqin, los activos bajo gestión cayeron un 9,4% en el caso de los hedge funds desde el último trimestre de 2019 hasta el 31 de marzo de 2020.
Según explican desde Preqin, esta es la primera vez que los activos bajo gestión han caído por debajo de los 3,5 millones de dólares desde el cuarto trimestre de 2018. La mayoría de los activos perdidos (296.100 millones de dólares) se debieron al mal comportamiento de los fondos. Mientras que los reembolsos de los inversores ascendieron a 47.700 millones de dólares. Lo que supone que los hedge funds acumulan ya ocho trimestres consecutivos acumulando salidas significativas.
Casi todas las estrategias sufrieron salidas en el primer trimestre. Las estrategias macro y los CTA registraron las mayores retiradas de capital, con 10.800 y 10.700 millones de dólares respectivamente. Y las estrategias event driven siguieron una trayectoria similar: los reembolsos de los inversores totalizaron 8.300 millones de dólares en el trimestre, tras un pobre rendimiento del -16,72%.
En general, las estrategia perdieron entorno al 21% de activos bajo gestión, hasta los 152.700 millones de dólares. En cambio, solo las estrategias nicho registraron entradas netas. Por áreas geográficas, América del Norte fue la única región que registró entradas netas, de 25.400 millones de dólares.
El primer trimestre de 2020 ha sido muy duro para los gestores, pero por ahora lo que está claro es que los hedge funds que mejor funcionan son los únicos que están siendo capaces de atraer dinero nuevo. “Cualquier fondo capaz de navegar por la interrupción del mercado inducida por el COVID-19 para producir una retorno positivo es probable que construya un sólido historial que pueden ayudar a asegurar futuras inversiones”, apuntan desde Preqin.
Los recursos administrados por las Afores han resentido las fluctuaciones del dólar-peso. Las Siefores Básicas (SB) 90-94, de mayor riesgo y potencial, fueron las más afectadas.
Analizando su caída, recuperación y valuación equivalente en dólares, al cierre de mayo, notamos que:
Lo bueno: la baja de las tasas de interés, principalmente, propició que las SB 90-94 y 75-79 regeneraran en abril-mayo lo que habían perdido en marzo.
Lo malo: la pérdida del poder adquisitivo en dólares se mantiene, en menores proporciones. A marzo, con el tipo de cambio a $24, ambos grupos de SB perdían casi 20% en dólares; a mayo, con el interbancario a $22, su pérdida era todavía sentida: alrededor de 13%.
SB 90-94: homogeneidad, fondo y superficie
Esta gráfica de desempeño de los precios de las SB 90-94 entre enero y mayo, revela la rapidez y magnitud de las minusvalías, y la vuelta escalonada al alza. Véase la homogeneidad desde el arranque, durante el primer bache y buena parte de la recaída. Es difícil distinguir quién era quién en medio de la maraña. En plena agudización (bolsas desplomadas, tasas de interés y dólar disparados), los extremos se notaban:
Se identificaba a Inbursa por ser la “suelta” del grupo en esa fase de inicio diríase normal. Siguió notoria con 1% pérdida, hasta que el conjunto se recuperó y ya no fue posible saber cuál era su línea una vez algunas la alcanzaron y superaron en territorio positivo
Sura y Citibanamex resultan inconfundibles por caer tan bajo: llegaron a perder 14%
Al final, ambas seguían aisladas del resto aunque habían acortado distancia a grandes pasos y ya bordeaban la línea de cero
Sucedió de nuevo: la foto de Inbursa como primera es usualmente anecdótica, cuando los mercados colapsan.
La buena racha de las tasas de interés (la de 10 años, desde 8,53% hasta 6,20% – 6,40%) posibilita que el grueso del grupo vuelva a números negros. La recuperación se ha encarrilado. Tiempo al tiempo. A las SB de mayor carga en renta variable, si no aprovecharon el abaratamiento de precios para incrementar posiciones, les tomará un tanto más.
En el rendimiento directo o acumulado en cinco meses, lo importante no son las posiciones sino la disminución de las diferencias: en marzo, entre primera y última Afore, había 8% de distancia, con 4% como promedio. En mayo, la diferencia entre Invercap y Citibanamex era de 4,07% y el rendimiento promedio, de 2,3%
El rendimiento a doce meses también se regeneró, aunque, claro, todas aún con algo en el camino, en particular las dos últimas.
SB 75-79: de forma transitoria, mejores resultados
Este grupo mostraba cifras ligeramente mayores, de modo coyuntural, en todos los rubros: acumulado, en dólares, a doce meses… Se entendería que al paso de los meses, a medida que avance la normalización, vayan siendo inferiores a las SB 90-94, de régimen más amplio.
Lo que sigue en rojo
El pendiente de las SB es la regeneración del poder adquisitivo en dólares. No me refiero a que aún no se logra, sino a que depende en exclusiva de los vaivenes del mercado: las pérdidas cambiarias son ahora menores por el regreso del tipo de cambio, no por las posibilidades del régimen de inversión ni las tácticas de las Afores.
Esperar que el mercado corrija menoscabos cambiarios es abonar insuficiencias al sistema. Contribuir a su deterioro. ¿Para cuándo el remedio?
Pixabay CC0 Public DomainPhoto: Ludwig Friborg. Photo: Ludwig Friborg
La crisis sanitaria mundial provocada por la pandemia del coronavirus ha puesto decididamente en primer plano la capacidad de los países para hacer frente a la carga que supone rescatar sus economías de una debacle sin precedentes. La pregunta a la que se enfrentan los inversores en renta fija es cuáles serán los países que capearán el temporal y si este irá seguido de crisis de deuda soberana.
Los déficits públicos se están disparando en todas partes, impulsados por dos factores. El primero, el establecimiento de ingentes programas fiscales para apoyar a los hogares y a las empresas en un momento en que muchos han visto desplomarse sus ingresos y beneficios debido al confinamiento mundial. El segundo, la disminución de los ingresos por impuestos en las arcas públicas, que se han visto muy afectados por la falta de actividad económica, tanto nacional como transfronteriza.
Hasta ahora, los gobiernos han anunciado programas de estímulo fiscal en respuesta a la crisis del coronavirus por un valor del 4,1% del PIB mundial potencial, de los cuales casi la mitad procederán de EE.UU. En la zona euro, los programas de estímulo representan el 3% del PIB, mientras que en Japón alcanzan el 10%. Este gasto requiere enormes cantidades de emisión de deuda pública. Los bancos centrales de los países mejor situados, como EE.UU., que se beneficia de la condición de moneda de reserva, pueden absorber la mayor parte, si no la totalidad, de esta nueva deuda a través de sus programas de compra de activos. El balance de la Reserva Federal estadounidense se ha ampliado de 4 billones de USD a 6,5 billones de USD tan solo en los dos últimos meses, y esperamos que alcance un máximo de unos 8 billones de USD a finales de año. En el Reino Unido, el Banco de Inglaterra se ha embarcado en una modalidad aún más audaz de compra de activos mediante la compra de bonos directamente del Tesoro en una especie de monetización de la deuda –una política que durante mucho tiempo había sido tabú.
No obstante, si los confinamientos duran más de dos trimestres, habrá que adoptar un nuevo conjunto de medidas fiscales, lo que podría conllevar problemas de solvencia para algunos países ya muy endeudados. Estimamos que la deuda de EE.UU. habrá aumentado del 108% del PIB a entre el 133% y el 145% tras su enorme programa de estímulo, por un valor aproximado del 7% del PIB, dependiendo de la intensidad con que se recupere la economía. En el peor de los casos, podría alcanzar el 165% del PIB a finales de 2022. Por otra parte, es probable que el aumento de los niveles de deuda haga sonar las alarmas –conviene recordar que durante la crisis de la deuda soberana de la zona euro, Grecia estuvo a punto de ser expulsada de la moneda única cuando su deuda superó el 150% del PIB.
¿Quiénes corren más riesgo?
Las puntuaciones de riesgo soberano de Pictet Asset Management muestran los países que eran más vulnerables a dinámicas de endeudamiento peligrosas al entrar en la crisis provocada por el coronavirus. El indicador se basa en la situación de cada uno de los países con respecto a los demás y con respecto a sus propias tendencias históricas en tres dimensiones –el grado de asequibilidad de su deuda existente, hasta qué punto pueden financiarla y en qué medida se reducirá la deuda de forma natural a medida que crezcan sus economías.
Nuestro análisis muestra que, a finales de 2019, Grecia era, con diferencia, el país que salía peor parado en cuanto a sostenibilidad de la deuda de entre todos los países desarrollados, seguido por Italia, Japón, Bélgica y el Reino Unido. En el otro extremo de la balanza, Suiza, los Países Bajos e Irlanda se encontraban en las posiciones más envidiables.
La comparación de la situación de la deuda a corto plazo de los países con sus puntuaciones estructurales confirma que Grecia, Italia y Japón presentan la peor dinámica de la deuda, aunque la de Francia también es preocupante. En cambio, otros países del norte de Europa y escandinavos se encuentran en una buena posición.
Entre las economías emergentes, los países que se enfrentaban a los mayores riesgos respecto a su deuda soberana al comienzo de la crisis eran Brasil, Sudáfrica, Egipto y Argentina. En cuanto a la dinámica de la deuda en relación con las situaciones de deuda a corto plazo, Sudáfrica, Egipto y Ucrania son los países que más preocupan. Rusia y Corea fueron los que probablemente mostraban mayor resistencia.
Punto crítico
Italia fue un punto crítico durante la crisis de la zona euro y podría volver a serlo. La deuda pública italiana podría alcanzar el 150% del PIB a finales de este año. El Banco Central Europeo ya posee bonos italianos por un valor de alrededor del 22% del PIB de Italia y, por ello, su papel es sumamente importante para la sostenibilidad de la deuda del país. El BCE ya ha anunciado que adoptará una postura flexible a la hora de comprar bonos de los Estados miembros y que absorberá alrededor del 90% de las nuevas emisiones netas de los gobiernos de la región de la moneda única este año.
Esas compras del BCE van acompañadas de las preocupaciones del norte de Europa por una posible mutualización progresiva de la deuda. Pero, en última instancia, si se desea mantener la unidad de la zona euro, será necesario algún tipo de fondo común para financiar la deuda –prorrogar plazos y fingir que pueden cumplirse es una actitud que solo puede sostenerse durante un tiempo, hasta que el mercado pone a prueba la determinación política de la región. Creemos que se producirán avances hacia la mutualización que asegurarán que los rendimientos de los bonos italianos se mantengan contenidos.
No obstante, el BCE deberá encontrar un justo equilibrio en su actuación durante los próximos meses y mostrarse habilidoso en su forma de aplicar la ley de las probabilidades. Su intención es impedir que se produzca otra crisis de deuda soberana. Pero tampoco quiere eliminar del todo la presión sobre los políticos de la zona euro para que lleguen a un acuerdo sobre algún tipo de mutualización de la deuda. Si el banco central es demasiado acomodaticio y comprime demasiado los diferenciales de la deuda pública del sur de Europa, disminuiría la necesidad de que los gobiernos de la zona euro alcancen un acuerdo sobre la manera de seguir adelante.
Otra preocupación aún más inmediata es que algunas economías emergentes ya han agotado su margen de maniobra monetaria. En las economías desarrolladas, la inflación no será un problema durante algún tiempo, ya que la reducción de la demanda y la debilidad de los precios del petróleo presionan a la baja el conjunto de los precios al consumo pese a la enérgica actuación de los bancos centrales. Sin embargo, en algunas economías emergentes los bancos centrales ya han puesto en marcha políticas para devaluar sus monedas en lo que podría resultar ser otro ciclo de devaluación/inflación. Es preocupante comprobar que algunas de las grandes economías en desarrollo –Turquía, Brasil, Sudáfrica– van en esa dirección.
Es probable que la pandemia global ponga en evidencia las tensiones que ya existen en la economía global y plantee nuevos problemas. La situación de los gobiernos cuando entraron en la crisis influirá considerablemente en cómo salgan de ella.
Columna de Andrés Sánchez Balcazar, responsable del equipo de bonos globales, y Sabrina Khanniche, economista del equipo de renta fija de Pictet Asset Management.
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