Una recuperación progresiva

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Pixabay CC0 Public Domain. Una recuperación progresiva

La economía mundial sigue luchando contra la pandemia del COVID-19. Aunque el número de casos en China y Europa han disminuido por lo general a niveles bastante bajos y los gobiernos luchan por contener los brotes locales, los nuevos casos a nivel mundial se están acelerando.

Este es el caso de EE.UU., donde las cifras están aumentando principalmente en los Estados que pusieron fin al confinamiento con bastante rapidez. También es cierto para Brasil y la India, donde las restricciones fueron suaves o se levantaron debido a las necesidades económicas. En EE. UU., esta situación va unida a un bronco debate político sobre la necesidad de imponer nuevas restricciones de movilidad, mientras que en las economías emergentes las necesidades económicas descartan la implantación de nuevas medidas que afecten severamente a la actividad económica.

Esto complica el panorama de forma evidente. En China y Europa, a pesar de los nuevos brotes, la economía ya debería haber tocado fondo durante el confinamiento y el tercer trimestre debería reflejar una aceleración sustancial en comparación con el trimestre anterior. El impulso debería venir de parte de la demanda doméstica, estancada durante el confinamiento.

A medio plazo, sin embargo, somos escépticos sobre la teoría de la recuperación en forma de V, incluso en países donde el confinamiento ha dado buenos resultados. El mercado laboral se está deteriorando y por lo tanto impacta negativamente en el consumo doméstico. Los balances de las empresas se han visto afectados y las inversiones también. Básicamente, la demanda podría ser el factor limitante. Los sectores que dependen del contacto cercano con el consumidor son los más propensos a sentir el impacto. Nuestras previsiones apuntan a una recuperación progresiva.

Los gobiernos y los bancos centrales de todo el mundo han respondido enérgicamente a la crisis. En general, el objetivo de la política monetaria ha sido proporcionar liquidez para que, junto con las garantías de crédito de los gobiernos, se evitara la falta de solvencia a gran escala. La política fiscal se ha activado para mitigar la pérdida de ingresos tanto para las personas como para las empresas. En varias regiones, la política monetaria amplió la garantía de calidad hasta el punto de poder absorber la emisión total de bonos de los gobiernos.

A pesar del rebrote, la política monetaria parece haber seguido en gran medida su curso. La política fiscal sigue considerando que los estímulos pueden volver a encarrilar la economía. Según el FMI, se prevé que la relación entre la deuda fiscal mundial y el PIB aumente hasta el 96,4% en 2020, lo que supone un aumento de 13,1 puntos porcentuales a partir de 2019. Por consiguiente, la consolidación será un importante desafío político para la próxima década. 

Perspectivas de recuperación

En la zona euro, tras una caída del -3,6% del PIB del primer trimestre de 2020, es probable que abril y mayo marquen el período de mayor contracción, ya que la economía estaba casi totalmente bloqueada en ese momento. Con el progresivo desconfinamiento, el sentimiento ha empezado a mejorar de nuevo y los indicadores empresariales sugieren que la economía volvió a estar al borde de la expansión al comienzo del tercer trimestre.

Dicho esto, la recuperación será difícil. Esperamos que la infrautilización del capital y de la población activa se recupere lentamente a causa de los cambios estructurales en el mundo tras la pandemia de COVID-19 y las incertidumbres persistentes (por ejemplo, un posible rebrote, las tensiones comerciales, el acuerdo del Brexit, etc).

El entorno de las exportaciones mejorará más lentamente, dado que la pandemia aún no ha retrocedido en varios mercados emergentes. En general, esperamos que el PIB de la zona del euro se contraiga en un -10,0% en 2020 y se recupere en un 5,5% en 2021. Estimamos que los niveles de actividad pre-pandemia sólo se alcanzarán en 2024.

El BCE actuó rápida y contundentemente con medidas de política monetaria para amortiguar la inevitable recesión. Aparte de varias decisiones de mejora de la liquidez y el crédito, primero extendió su expansión cualitativa y más tarde con el Programa de Compras de Emergencia para la Pandemia (PEPP por sus siglas en inglés). El volumen inicial de 750.000 millones de euros para el año 2020 se amplió hasta 1,35 billones de euros y hasta mediados de 2021.

Con la continuación del confinamiento y el retroceso de la pandemia no vemos la necesidad de más medidas políticas. Los estímulos procederán principalmente de los diversos paquetes de políticas fiscales nacionales aplicados, así como del Fondo para la Recuperación que está previsto que entre en vigor en enero.

Dicho esto, en el caso del riesgo de incremento significativo de casos de COVID-19, esperamos que el BCE ponga en marcha medidas adicionales. Con una serie de rebajas de la calificación de empresas relacionadas con la COVID-19 próximamente, esperamos que el BCE amplíe aún más el PEPP, tanto en términos de volumen como de duración, y que incluya también las compras de las entidades más afectadas y que posiblemente rompa más tabúes como la suscripción estratégica de capital o el control de la curva de rendimiento.

Tribuna de Vincent Chaigneau, responsable de análisis de Generali Investments.

Cuatro argumentos para mantener la inversión en oro

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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Sigue habiendo razones para mantener la inversión en oro?

A raíz de la crisis del COVID-19, la naturaleza del mercado del oro ha cambiado, a medida que los consumidores comenzaron a gastar menos y los inversores recurrían cada vez más al metal precioso como forma de cobertura y diversificación para su cartera. Según, Lombard Odier, a medida que el temor por el COVID-19 se agudizaba a mediados de marzo y los inversores buscaban liquidez, los precios del oro se correlacionaron temporalmente con otros activos y cayeron.

No obstante, una vez que “los inversores tuvieron claro que el mundo se enfrentaba a una pandemia mundial, los precios subieron en consonancia con los programas de compras masivas de activos financieros de los bancos centrales”, subrayan desde la entidad. Si bien históricamente el precio del oro puede subir cuando el valor del dólar disminuye, en los últimos meses, el metal precioso ha aumentado en todas las monedas principales, ya que la demanda mundial de inversiones ha crecido. 

En este escenario, la combinación del paso de bonos del gobierno con rentabilidades bajas a negativas, un debilitamiento del dólar americano y un acomodamiento masivo del Banco Central apoya la demanda financiera. “Esta relación entre el oro y los rendimientos reales se ha mantenido durante la última década y las recientes intervenciones del banco central han reforzado los argumentos a favor de mantener el oro como herramienta de diversificación en las carteras”, aseguran desde la firma. 

Además, desde Lombard Odier subrayan que, según los inversores vayan considerando las consecuencias a largo plazo de la pandemia, es probable que se fijen más en su exposición a la deuda soberana y en la solvencia de los gobiernos endeudados. Esto aumenta aún más el atractivo del oro, que aunque no produce ingresos y es costoso de almacenar, no conlleva ningún riesgo de crédito.

Disminución de la minería

Según Lombard Odier, todos estos factores crean un escenario positivo para el precio del oro y se suman a los atractivos del metal precioso como cobertura de la cartera. Además, añaden que este entorno acomodaticio y de baja rentabilidad pueda resultar históricamente persistente a largo plazo. “El Banco de Inglaterra y el Fondo Monetario Internacional han escrito recientemente sobre el impacto de las pandemias en las economías. Ambos estudios, trabajando con pruebas a partir del siglo XIV, muestran que estos acontecimientos tienden a rebajar los tipos de interés reales no durante años sino durante décadas”, explican desde la entidad. 

La mayoría de los precios de los productos básicos son un equilibrio entre la oferta y la demanda. Pero en el caso del oro, la gestora señala que las amenazas a la oferta son “a veces exageradas”. En 2019, la oferta de las minas de oro cayó un 1%, según datos del Consejo Mundial del Oro. Este año, el suministro ha disminuido un 3% en el primer trimestre ya que muchas minas han cerrado durante la crisis del COVID-19. “Las interrupciones, que se intensificaron en el segundo trimestre, han hecho que algunas minas profundas sean poco rentables y el proyecto de nuevas minas no lo compensará. Las refinerías cerradas y las cadenas logísticas más complejas también complicaron el suministro de lingotes y monedas de oro” explican desde Lombard Odier. 

Sin embargo, desde la gestora advierten que los inversores no deben prestar demasiada atención a las variaciones en la producción y el suministro de oro. “A diferencia del mercado del petróleo, el oro no es escaso. El equivalente a unos 60 años de suministros ya está sobre la tierra, y hay un gran mercado para el oro reciclado”, añaden. 

Joyería y bancos centrales

Por otro lado, las variaciones de las fuentes de demanda también podrían explicar los recientes movimientos del oro. La demanda global es un equilibrio entre el gasto del consumidor en oro físico y las inversiones financieras. En línea con la contracción económica, la demanda de joyas cayó significativamente en la pandemia. Así, la demanda de la Gran China, que representaba el 28% de las compras en 2019 como el mercado más grande del mundo, se redujo en casi dos tercios en el primer trimestre, según datos de Lombard Odier. Por otro lado, La India, el segundo mercado más grande, sigue manejando la pandemia con confinamientos públicos. China y la India representan más de la mitad del consumo mundial de oro físico.

En contraposición con esta caída de la demanda de los consumidores, los inversores aumentaron las compras de oro durante la pandemia. En la primera mitad de 2020, los ETF compraron una cantidad récord de 734 toneladas de oro, por valor de unos 39.500 millones de dólares, lo que supone un incremento del 600% con respecto al mismo período de hace un año y más que cualquier otro año completo de la historia, según los datos del Consejo Mundial del Oro.

Además, los bancos centrales modificaron su tendencia de 20 años de ventas netas de oro a raíz de la crisis financiera en 2010 y, desde entonces, han seguido siendo los principales compradores, representando alrededor del 45% de la oferta minera en los seis meses anteriores a junio. “Aun así, los bancos centrales han reducido sus compras este año desde los niveles récord de 2018 y 2019, en parte porque Rusia detuvo las compras en abril”, destacan desde Lombard Odier. 

Aumentando la resistencia

En Lombard Odier, aseguran haber adaptado su enfoque estratégico para crear una exposición dedicada al oro para los clientes. “El oro continúa aumentando la capacidad de recuperación de las carteras y fortaleciendo la diversificación de las asignaciones de activos. Las perspectivas del oro dependen de este constante cambio de equilibrio entre el consumo físico y la demanda de servicios financieros de los inversores. Y, la demanda de estos depende en gran medida de la forma de la recuperación económica mundial y, en particular, de la evolución de las rentabilidades reales”, explican desde la firma. 

Por ello, si se cumplen sus predicciones y el contexto de rendimiento bajo a negativo persiste en línea con el lento crecimiento mundial posterior a la pandemia, es probable que esta demanda financiera compense la débil demanda de oro por parte de los consumidores.

“Prevemos que los precios del oro sigan teniendo apoyo y que se negociarán alrededor de 1.600 dólares/onza al año a partir de ahora, a medida que mejoren las perspectivas de la economía mundial”, aseguran desde Lombard Odier. No obstante, una recuperación económica más fuerte de lo previsto, convenciendo a los bancos centrales de todo el mundo de que pueden reducir o suspender con seguridad sus extraordinarios gastos de estímulo en activos, pondría en riesgo estas perspectivas. “Eso implica que la Reserva Federal estaría entonces dispuesta a aumentar los tipos de interés, aunque en un año electoral, y en las circunstancias actuales, eso sigue siendo difícil de imaginar”, añaden.

Los tres mitos sobre el teletrabajo que son erróneos

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Pixabay CC0 Public Domain. Los tres mitos sobre el teletrabajo que son erróneos

Se lleva prediciendo el fin de las oficinas desde la aparición del wifi y los ordenadores portátiles, pero el COVID-19 ha terminado por ocasionar el auge del trabajo remoto, en muchos países del mundo. Según apuntan desde Steelcase, ahora, se pronostica una mayor implementación del teletrabajo aún cuando la pandemia haya desaparecido, pero existen indicadores que apuntan en otra dirección: el trabajo desde casa no funciona ni para todo el mundo, ni durante todo el tiempo.

Según una encuesta realizada por Gensler Research Institute en Estados Unidos, alrededor de un 90% quiere volver a trabajar en una oficina. Pero entonces, ¿por qué seguimos hablando de la desaparición de las oficinas? 

Una investigación de Steelcase señala tres conceptos erróneos comunes que “siguen alimentando la idea de que trabajar exclusivamente desde casa vale siempre para todo el mundo, y aseguran que la clave para elaborar un modelo eficaz y productivo de cara al futuro pasa por ofrecer flexibilidad y combinar la actividad presencial y la remota”.

El primero de los mitos que señalan desde Steelcase es “que la gente trabaje desde casa no es más barato”. En su opinión, es cierto que reducir el gasto en inmuebles y otros servicios relacionados con el espacio de trabajo puede suponer un ahorro económico, pero “existen una serie de gastos ocultos que hay que tener en cuenta antes de enviar a las personas a casa a tiempo completo. Además, se crea una situación de desigualdad entre las esferas más altas de la empresa y el resto de la organización”. 

En este sentido, la investigación de Steelcase revela que el 75% de los directivos trabaja en una mesa destinada exclusivamente para ello, mientras que el 46% de los demás empleados comparten mesa con otras funciones. Además, casi la mitad de los cargos con más rango dicen disponer de una silla ergonómica, una cifra que baja hasta el 24% en el resto de la empresa.

Según la firma, eliminar la oficina podría suponer, además, una fuga de talento en las empresas. Según un estudio llevado a cabo por Workplace Future y Virgin Pulse, solo un 5% de los empleados que teletrabajan siempre o a menudo quieren quedarse en su empresa de manera permanente, mientras que para los que nunca han trabajado en esta modalidad el porcentaje asciende al 28%. “Otros fenómenos a tener en cuenta son la pérdida de innovación y capital social que se pierde cuando disminuye la colaboración entre los empleados, además del descontrol de los accidentes laborales, la falta de ergonomía, los problemas de seguridad informática o la mala iluminación”, añaden.

El segundo de los mitos que identifica es que “las personas son tan productivas como en la oficina, o incluso más”. En este sentido argumentan: “Todo depende de cómo las empresas midan la productividad de los empleados, ya que algunas formas de trabajo se pueden realizar fácilmente desde casa. Pero la verdadera productividad de los trabajadores en términos de creatividad, innovación y transformación es sumamente difícil de medir a corto plazo, especialmente durante una pandemia, y es muy difícil de lograr de manera virtual. Además, también pueden surgir problemas de concentración, ya que hay elementos en los hogares que distraen constantemente durante la jornada laboral”. 

Por último, Steelcase señala un último mito: “Las personas que trabajan desde casa tienen un mejor equilibrio entre su vida personal y profesional”. Está claro que algunos beneficios del teletrabajo son que no se viaja tanto y que se pasa más tiempo en el hogar, pero también hay ciertos inconvenientes, como por ejemplo que las personas tienden a trabajar más horas al desdibujarse la línea entre lo profesional y lo privado.

“Cuando se trabaja desde casa es tentador estar disponible desde que sale el sol hasta que se pone. Además, los desplazamientos al trabajo o tomar un café en el bar ayudan a crear importantes límites entre la vida privada y la laboral y fomentan cierta actividad física frente al sedentarismo que se produce cuando se trabaja en casa. El teletrabajo de manera exclusiva también podría provocar un fenómeno conocido como desintegración temporal. Las personas pueden sentirse un poco desorientadas y perder la percepción del futuro y el paso de los días, un fenómeno que está relacionado con la soledad y una sensación de falta de propósito”, apuntan desde Steelcase.

BMO GAM refuerza su gama responsable con el lanzamiento de un fondo que invierte en el mercado doméstico de renta variable china

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Foto cedidaJune Lui, gestora principal del BMO LGM Responsible China A-Shares Equity Fund. June Lui, gestora principal del BMO LGM Responsible Asian Equity Fund

BMO Global Asset Management (BMO GAM) refuerza su gama de fondos responsables con el lanzamiento del BMO LGM Responsible China A-Shares Equity Fund. Este nuevo lanzamiento, que se produce poco después del lanzamiento del Responsible Asian Equity Fund, eleva a 15 la gama de fondos responsables y sostenibles de BMO GAM.

El fondo estará gestionado por LGM Investments, el equipo especializado en renta variable emergente de BMO GAM, que trabajará en estrecha colaboración con el equipo de inversión responsable de BMO GAM.

El nuevo fondo ofrece a los inversores la oportunidad de invertir en el mercado de acciones de clase A chinas –empresas que cotizan y se negocian en las bolsas de China continental– con un enfoque activo y fundamental, dándoles acceso a un conjunto de empresas chinas más amplio y diverso.

Como todos los fondos de la gama responsable, este fondo sigue la filosofía de inversión responsable de BMO GAM, que pone el énfasis en el gobierno corporativo y en la gestión de los aspectos medioambientales y sociales.

Según expresan desde la entidad, incorporar criterios ASG al análisis de renta variable ayuda a mitigar los riesgos asociados con la inversión en mercados emergentes; a abordar las cuestiones de sostenibilidad, porque el fondo se propone invertir en negocios que den solución a los retos de sostenibilidad que afectan a China y al mundo en desarrollo en general, y a fomentar una mejor gestión de los aspectos ASG mediante la implicación y el voto.

La gestión del BMO LGM Responsible China A-Shares Equity Fund correrá a cargo de June Lui, CFA, que también gestiona las estrategias Greater China de BMO GAM. Ubicada en Hong Kong, la gestora cuenta con el respaldo de todo el equipo de LGM Investments, integrado por 16 profesionales que se reparten entre Londres y Hong Kong.

June Lui, gestora principal del BMO LGM Responsible Asian Equity Fund, comenta: “Estamos entusiasmados con el potencial que ofrece el mercado onshore chino y nos complace ser de los primeros en lanzar un fondo responsable en esta área. A medida que China continúa transformándose y desarrollándose, vemos más oportunidades de inversión a largo plazo. Somos conscientes de los problemas de gobierno corporativo que presenta el mercado onshore y creemos que pueden abordarse garantizando que los factores ASG tengan un papel destacado en el proceso de toma de decisiones. Nos proponemos generar robustas rentabilidades ajustadas al riesgo a largo plazo invirtiendo en una cartera de alta convicción formada por empresas de gran calidad con prácticas de negocio responsables y que influyan positivamente en la sociedad”.

El fondo buscará oportunidades de inversión en toda la economía de China continental cuyo crecimiento y desarrollo se vean impulsados por tendencias estructurales como la urbanización, el crecimiento de las rentas y el progreso tecnológico.

También buscará oportunidades en áreas sujetas a importantes cambios mundiales que resulten relevantes para el crecimiento estructural de los mercados emergentes, como salud y bienestar, alimentación y nutrición, transición energética, financiación responsable, infraestructuras sostenibles e innovación tecnológica.

‘Kill Bill’: cómo la nueva ley climática de EEUU impactará a los inversores

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Foto cedida. “Amtrak Joe” y la cuestión medioambiental

El 12 de agosto el Congreso y el Senado de Estados Unidos aprobaron un proyecto de ley de 467.000 millones de dólares que regulará el cambio climático, los servicios sanitarios, la oferta de medicamentos bajo prescripción legal y las políticas fiscales. Un punto a destacar es que 370.000 millones se dedicarán exclusivamente a la seguridad de la energía y el cambio climático. 

Estados Unidos, que es el mayor emisor de gases con efecto invernadero, ahora tiene como objetivo una reducción del 40% en las emisiones para 2030 en comparación con los niveles de 2005, lo que ayudará a acercar a Estados Unidos a su objetivo de rebajar las emisiones un 50-52% bajo el Acuerdo de París. 

Impacto del proyecto de ley sobre la industria automovilística 

Aunque el proyecto de ley pone a muchas industrias en el punto de mira, para los propósitos de este artículo nos centraremos en el sector del transporte, al ser uno de los mayores contribuidores a las emisiones de CO2 y al suponer aproximadamente el 8% del mercado global de high yield. El proyecto de ley utiliza un acercamiento del palo y la zanahoria en lo que se refiere a ayudar a conseguir que sea más fácil y atractivo comprar vehículos “limpios”. 

  1. Se han fijado en 7.500 dólares las exenciones fiscales para adquisiciones de vehículos “limpios”. El crédito fiscal abarca tanto vehículos eléctricos como de hidrógeno. Es aplicable solo a familias con un ingreso máximo de 150.000 dólares al año. 
  2. Una exención fiscal de 4.000 dólares para utilizar vehículos “limpios” con un precio inferior a 25.000 dólares. Se aplica a familias con un ingreso máximo de 75.000 dólares al año. 
  3. Se ha dotado un fondo de 1.000 millones de dólares para proporcionar autobuses, camiones de carga elevada, autobuses de transporte público y otros vehículos comerciales con cero emisiones. 
  4. La multa por emitir metano por encima del límite federal se ha incrementado desde los 900 dólares por tonelada métrica a 1.500 dólares. 

No nos cabe duda de que estos incentivos acelerarán la rápida transición que está en marcha en la industria automovilística hacia vehículos limpios. La cuota de mercado de vehículos “limpios” se mantiene marcadamente baja en EE.UU. En el segundo trimestre de 2022, los vehículos totalmente eléctricos solo supusieron un 5,6% de las ventas de vehículos nuevos en EE.UU. Si se combina con vehículos híbridos e híbridos enchufables, tan solo suponen un 12,6% de las ventas de coches nuevos.  

En nuestra opinión, esta ley climática es de vital importancia dados los desafíos macroeconómicos actuales. La industria del automóvil aún no se ha recuperado del todo de la escasez de semiconductores causada por la pandemia; la cadena de suministro impactó a las entregas; y los tipos de interés al alza y la presión sobre la renta disponible empiezan a pesar sobre la demanda. 

Posicionados para un futuro más limpio

Dado todo lo anterior, creemos que será crucial estar invertidos en aquellas compañías que pensamos que están alineadas con la transición hacia un futuro más limpio, y la reforma introduce fuertes incentivos económicos que creemos que acelerarán estos cambios. Los resultados estarán divididos, siendo ganadores probables aquellos que están realizando los cambios correctos, mientras que aquellos que no los hagan o no puedan hacer la transición probablemente sean los perdedores. 

Como ejemplo, Ford ya ha comprometido cerca de 50.000 millones de dólares en inversiones globales en vehículos eléctricos, incluyendo la producción de baterías. Creemos que esto significa que estarán bien posicionados para las nuevas exenciones fiscales y que el incremento de las multas incrementará la demanda de vehículos limpios en relación con los vehículos de motor de combustión.

Federated Hermes se expande en Latinoamérica a través de un acuerdo con PICTON

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Wikimedia Commons. Federated Herme se expande en Latinoamérica a través de un acuerdo con PICTON

Federated Hermes, Inc., líder mundial en inversión activa y responsable, junto a PICTON S.A., distribuidor líder para fondos de terceros en Latinoamérica, han anunciado un acuerdo que permitirá a PICTON distribuir fondos de Federated Hermes a clientes institucionales en Latinoamérica.

El acuerdo se concentrará en posicionar estratégicamente las capacidades y servicios de Federated Hermes con los fondos de pensiones en Latinoamérica y otros participantes institucionales en la región, enfocándose en la oferta privada de estas alternativas.

“Con su experiencia y sólido conocimiento local de los mercados de Chile, Colombia y Perú, nos complace trabajar con PICTON para distribuir los productos de Federated Hermes en la región. Como líder mundial en inversión responsable, era importante para nosotros ser diligentes en nuestro proceso de búsqueda y encontrar una empresa que se centrara en el cliente y tuviera un historial de éxito. Lo encontramos en el equipo de PICTON”, dijo Bryan Burke, jefe de cuentas globales y Latinoamérica de Federated Hermes.

«PICTON está orgulloso de formar una alianza con Federated Hermes, una firma con un largo y exitoso historial y líder en inversiones responsables” indicó Matias Eguiguren, Socio Fundador de PICTON.

“Estamos expectantes con este acuerdo dadas las capacidades de inversión de Federated Hermes y nuestro amplio y profundo conocimiento del mercado”, comento Patricio Mebus, Gerente Distribución Institucional en PICTON.

PICTON proporcionará debida diligencia, información y análisis de productos a los clientes institucionales, siendo un nexo entre ellos y los equipos de Federated Hermes.

PICTON es una empresa de inversiones independiente, enfocada en clientes de alto patrimonio y clientes institucionales en Latinoamérica. PICTON distribuye productos de inversión a inversionistas institucionales latinoamericanos, siendo uno de los principales distribuidores de fondos de terceros en la región con oficinas locales en Chile, Colombia y Perú. 

Federated Hermes, Inc es un administrador de inversiones líder a nivel mundial con 628.800 millones de dolares en activos bajo administración, al 30 de junio de 2020. Ofrecen soluciones de inversión centradas en la inversión responsable,  que abarcan 162 soluciones para acciones, renta fija, mercados alternativos/privados, estrategias de liquidez y multiactivos, junto a una amplia gama de mandatos. Federated Hermes., con sede en Pittsburgh y más de 1.900 empleados,  cuenta con oficinas en todo el mundo, en otras en Londres, Nueva York, Boston

 

Jupiter expande su equipo de distribución en Latinoamérica y US Offshore

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Foto cedidaSusana García, director of sales for LatAm and Iberia; and Andrea Gerardi, senior sales executive for Jupiter AM.. Jupiter Expands Latin America and US Offshore Distribution Team

Jupiter Asset Management ha anunciado dos nombramientos para su equipo de distribución en Latinoamérica y US Offshore con sede en Londres, tras la adquisición de Merian Global Investors que fue completada el pasado 1 de julio.

Susana García, anteriormente Head of Iberian Sales de Merian, se une al equipo como directora de ventas para Iberia y Latam. García se centrará en los mercados minoristas de Uruguay y Argentina, además de respaldar su base de clientes existente en Iberia.

Además, Andrea Gerardi se une como ejecutivo de ventas senior, ayudando a clientes en toda la región. Tanto García como Gerardi reportarán a William López, director de Latinoamérica y US Offshore. Como resultado de estos nombramientos, el equipo interno ha duplicado su tamaño a cuatro miembros.

Además de fortalecer el equipo interno, Jupiter tiene la intención de aprovechar la relación de Merian con la agencia de distribución externa, el Grupo AMCS, para respaldar la distribución en el mercado offshore de Estados Unidos.  La larga relación con el Grupo AMCS en el mercado US Offshore, extenderá el modelo de distribución de Jupiter que ya está vigente en la región latinoamericana. AIVA continuará apoyando el desarrollo comercial de Jupiter en el mercado minorista latinoamericano, mientras que Compass Group continuará apoyando a los inversores institucionales.

Descrita por la gestora como «un enfoque de primera línea respaldado por socios de distribución locales», la estrategia de distribución de Jupiter combina la experiencia y la supervisión de un equipo interno con el conocimiento local especializado de los socios de distribución en el terreno.

William Lopez, Head Latinoamerica y US Offshore, ha declarado: “Estoy encantado de dar la bienvenida a Jupiter a dos profesionales altamente experimentados, Susana y Andrea, y espero trabajar con ellos y nuestros socios de distribución especializados, AIVA, AMCS y Compass Group, a medida que aumentamos nuestra presencia en la región. Con una gama de productos y un equipo recientemente ampliados, estoy seguro de que podemos ofrecer un servicio superior a nuestros clientes y continuar desarrollando nuestros activos».

DWS pronostica una recuperación económica en forma de raíz cuadrada

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DWS pronostica una recuperación económica en forma de raíz cuadrada
Pixabay CC0 Public Domain. DWS pronostica una recuperación económica en forma de raíz cuadrada

Al analizar el impacto de la pandemia en las perspectivas de rendimientos a largo plazo, el pasado abril, DWS planteó tres escenarios potenciales teniendo en cuenta la elevada incertidumbre: statu-quo, repetición del 2009 y “tres sigmas”. El segundo es el escenario base que asume a la hora de plantear sus pronósticos a largo plazo para todas las clases de activos en su último informe.

Este consiste en que, como en 2009, los dividendos caen y se normalizan en un período de cinco años. Asimismo, el crédito corporativo experimenta una modesta migración hacia calificaciones negativas y pérdidas por impago, y los bonos soberanos se desempeñan algo mejor que en el statu quo. En cuanto al escenario de las tres sigmas, los recortes en los dividendos son mayores y tardan todo el período de 10 años en normalizarse, y la migración y las pérdidas del crédito son más severas. Además, los bonos soberanos experimentan un shock sintético que incluye un default asimétrico y la probabilidad de reducción de la calificación.

Según DWS, en el último trimestre, ha quedado claro que, si bien la crisis del COVID-19 es un acontecimiento del tipo de la regla de las tres sigmas, desde el punto de vista económico, es probable que el impacto en los fundamentales de las acciones cotizadas y el crédito corporativo sea comparable al de 2009. “Esto se debe a una combinación de acciones rápidas de gobiernos y bancos centrales (no fue el caso en 2009), una mejor capitalización en ciertos sectores (financieros) y un mayor nivel de «esponjosidad» por parte de las empresas que cotizan en bolsa”, señala.

Asimismo, señala que el sentimiento de los inversores repuntó rápidamente en el segundo trimestre. Varios índices de referencia clave están ahora cerca de sus niveles de principios del año, con el índice NASDAQ 100 a niveles récord. “Algunos inversores pueden encontrar esto irracional, pero, en ausencia de una crisis crediticia, una pérdida del 50% de las ganancias durante 2 años requeriría solo una caída del 5% en los precios, suponiendo una tasa de descuento constante”, señala. Aun así, esto deja a los inversores con unas expectativas de rendimientos reales y nominales durante la próxima década poco satisfactoria.

A nivel agregado, la gestora estima que ahora la tasa de rendimiento prevista para una cartera de activos diversificada es del 4,9%, por debajo del 5,7% de finales del primer trimestre. “Existen oportunidades atractivas dentro de la renta variable y los activos alternativos. Esta perspectiva es consistente con una recuperación económica en forma de raíz cuadrada”, afirma la gestora.

En su opinión, una recuperación económica en forma de «W» o «U» pondría más presión en los rendimientos previstos. En el escenario de las tres sigmas, los de la renta variable serían inferiores en un 0,4-0,8% en todas las regiones en comparación con el escenario de repetición de 2009. Los REITs, las infraestructuras y el high yield estadounidense tienen rendimientos previstos significativamente inferiores en este escenario.

Una recuperación de ‘raíz cuadrada’

La gestora destaca que la pandemia ha enviado a la economía mundial a su recesión más profunda desde la Segunda Guerra Mundial. Según sus estimaciones, se contraerá en un 5% este año. En abril, cuando la mayoría de las economías avanzadas estaban en un bloqueo, la producción literalmente se paralizó. Esto llevó a una disminución del PIB del segundo trimestre de aproximadamente el 10% intertrimestral en la mayoría de los países industrializados.

“Los gobiernos han aplicado paquetes fiscales de una magnitud sin precedentes para evitar que la economía mundial caiga en una depresión”, asegura. En ese sentido, señala los programas de préstamos implementados en marzo para mantener a la solvencia de las empresas y los puestos de trabajo, así como los paquetes de estímulo fiscal lanzados con la relajación del confinamiento para reiniciar la economía. Estas medidas supusieron aproximadamente el 10% del PIB en muchos países y llegaron al 40% en algunos casos.

DWS recuerda que los bancos centrales también intervinieron y ampliaron sus balances de una manera sin precedentes. Así, ayudaron a aumentar la liquidez en los bancos comerciales y a mantener los tipos de interés bajos a largo plazo, mejorando la asequibilidad de los programas gubernamentales a través de la reducción de los gastos de intereses. “Esto ha ayudado a las economías a recuperarse rápidamente del punto más bajo de la recesión y evitar un escenario de depresión. Prevemos que el crecimiento se vuelva positivo en el tercer trimestre en la mayoría de las economías avanzadas”, revela.

Gráfico DWSA pesar de esta marcada recuperación a corto plazo, considera que la economía tardará (posiblemente hasta 2023) en recuperarse hasta los niveles de 2019. La recuperación del empleo llevará aún más tiempo. “Hasta que se disponga de una vacuna viable, es probable que se produzcan nuevos brotes del virus, que perturbarán las cadenas de suministro y arrastrarán la actividad económica”, advierte.

La gestora también cree que el COVID-19 dejará cicatrices a largo plazo con un crecimiento de la productividad inferior a los niveles pre-pandémicos. “Es posible que se mantengan muchas restricciones a la producción de bienes, y que esta se diversifique hacia más lugares a costa de algunas economías de escala”. Por eso espera que la recuperación adopte la forma de una “raíz cuadrada”.

Pese a que admite la persistencia de cierta incertidumbre a nivel de los fundamentales, la mayor claridad sobre la trayectoria general de la recuperación económica global, así como el marcado repunte de los mercados de riesgo permiten a DWS actualizar sus perspectivas de rendimientos a largo plazo para las principales clases de activos. Todo ello se encuentra plasmado en un informe elaborado por Francesco Curto, responsable de Research House; Sarvesh Agrawal, miembro de la estrategia de inversión y valoración CROCI; Jason Chen, integrante del DWS Research Institute; y Martin Moryson, economista jefe para Europa. Puede accederse al documento completo aquí.

Inversión de impacto: radiografía de un sector

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Pixabay CC0 Public Domain. La inversión de impacto registra un volumen de 715.000 millones de dólares en activos bajo gestión

A finales del 2019, la Red Global de Inversión de Impacto (GIIN, por sus siglas en inglés) estimaba, para la inversión de impacto, un volumen total de 715.000 millones de dólares en activos bajo gestión repartidos en 1.720 entidades. Además, según la décima edición de la Encuesta Anual de Inversores de Impacto de la entidad, el 69% de los inversores considera que “la industria está creciendo de forma constante”. 

Teniendo en cuenta que se trata de una industria en expansión, y en un escenario socio-económico donde las tendencias sostenibles ganan cada vez más terreno, la inversión de impacto propone una estrategia basada en los resultados positivos que la inversión puede generar en la sociedad. Así, se busca mantener un balance entre el rendimiento económico y los objetivos sociales con los que se plantee la inversión. Tras la crisis del COVID-19, cuyas consecuencias económicas reales siguen bajo la sombra de la incertidumbre, “la capacidad de impacto de las inversiones es ahora más necesaria que nunca para abordar las consecuencias sociales y económicas a gran escala de la pandemia”, aseguran desde GIIN. 

Ahora bien, ¿cuál es el estado real de la industria de inversión de impacto? A nivel geográfico, el 79% de los encuestados están localizados en Estados Unidos y Canadá o en el continente europeo. No obstante, la mayor concentración de inversores de impacto se da en la primera región (45%). A nivel nacional, la mayor parte de los encuestados tiene sus oficinas en los Estados Unidos, seguido por el Reino Unido, Canadá y Países Bajos. Además, las inversiones de impacto se llevan a cabo tanto en mercados desarrollados como emergentes, con un 48% y 43%, respectivamente, según los datos de GIIN. 

La primera edición de esta encuesta, publicada hace 10 años, ya dejaba patente la presencia de la inversión de impacto en el sector. Según los datos de la entidad, el 85% de los inversores en 2010 usaban ya sistemas propios de inversión de impacto, mientras que un 13% recurrían a las participaciones y solo un 2% requerían los servicios de un tercero. 

Una década después, 9 de cada 10 encuestados asegura usar alguna herramienta o sistema de medición. “Numerosos estándares de medición, herramientas y marcos se han desarrollado junto a la industria. Ahora, el inversor promedio utiliza tres herramientas diferentes para medir y administrar su impacto: seleccionar objetivos de impacto, orientar las expectativas y medir y optimizar el mismo”, añaden desde GIIN. Según la entidad, esto ha permitido a los inversores mejorar su gestión de impacto, ya que “la industria ha pasado de buscar la aceptación a la integración del impacto en todas las etapas del proceso de inversión”. 

Si bien los principales avances se han producido en la investigación de mercado, tendencias, desempeño y práctica, así como en el desarrollo de la medición y la gestión, aún quedan importantes desafíos para la industria. Según los encuestados, el mayor reto es la falta de una base de capital apropiada en todo el espectro riesgo/rendimiento (56%). No obstante, para el 48% de los participantes, el desarrollo de la medición y la gestión es también un “importante desafío”, pese a los avances registrados. 

De cara a los próximos cinco años, los inversores aseguran que el reto más importante será el denominado impact washing (66%). Del mismo modo, la segunda y tercera preocupación más destacada han sido, respectivamente, la incapacidad de demostrar los resultados del impacto y la falta de comparación equitativa con otras entidades. Desde GIIN, subrayan la necesidad de avanzar en las prácticas de medición y gestión (IMM, por sus siglas en inglés), especialmente, en la recolección transparente de datos comparables. 

Ante el mayor riesgo en el horizonte, la crisis del coronavirus, los inversores mantienen la calma. Un 57% aseguró que no veía probable cambiar el volumen de capital que tenían pensado invertir en inversión de impacto en 2020. Del mismo modo, en lo referente a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, los inversores no creen que la pandemia afecte a sus estrategias específicas de cara a los próximos cinco años, según GIIN. 

Clima y capital catalizador: las dos tendencias de la inversión de impacto 

La crisis climática sigue siendo el principal objetivo de los inversores de impacto. El 68% de los encuestados contribuye a la lucha contra el cambio climático a través de sus inversiones y un 76% lleva a cabo inversiones directas en este campo. En este aspecto, más de dos tercios de los inversores busca prevenir el riesgo físico que supone el cambio climático como la subida del nivel del mar o los cambios en los patrones meteorológicos.

No obstante, la segunda gran tendencia que dentro de la inversión de impacto es, según GIIN, el denominado “capital catalizador”. Este tipo de inversión se caracteriza por asumir riesgos elevados y/o beneficios bajos, en comparación con la inversión tradicional para generar a cambio un impacto positivo y posibilitar la inversión de terceros que de otra manera no sería posible. Además, puede tratarse de deuda, equity o avales, así como otros instrumentos de inversión. 

Según la encuesta, esta estrategia permite a los inversores genera un impacto positivo, a la vez que juegan diferentes roles en las estructuras de capital catalizador. El 78% de los encuestados ya han participado en alguno de estos planes o pretende hacerlo en el futuro. Asimismo, más de dos tercios de las firmas encuestadas ya están involucrados en una de estas estructuras, bien como proveedor de capital, participando en una transacción que incluye este capital o recaudando capital catalizador entre los inversores. 

Principalmente, en estas operaciones las entidades encuestadas suelen operar como proveedores de capital. Según GIIN, el 144 de las firmas encuestadas habían suministrado capital catalizador. De estas, un 27% eran gestoras de activos, el 22% fundaciones y un 20% estaba constituido por gestoras sin ánimo de lucro. En total, los inversores pusieron en marcha 3.500 millones de dólares en capital catalizador en 2019. 

Estos fondos se utilizan para promover el desarrollo de diferentes áreas como, por ejemplo, innovación, modelos específicos de negocio, poblaciones en vías de desarrollo o inversiones en un estado muy temprano. Estas áreas coinciden, a su vez, con las razones que llevan a los inversores a proporcionar el capital, según la encuesta. Además, un 69% de los participantes subraya que el capital catalizador se utiliza, sobretodo, porque se proponen ideas de negocio, modelos de financiación u objetivos de mercado novedosos. 

Sin embargo, poco más de la mitad de los encuestados, un 51%, no ha invertido dinero en una de estas operaciones. Según GIIN, esto se debe, principalmente a que no encaja con sus modelos de inversión. No obstante, destacan otras razones, como ciertos retos logísticos relacionados con habilidades específicas, la selección de acuerdos o la disponibilidad de co-inversores.