Mercados emergentes: cómo y por qué más de la mitad de los inversores profesionales planea aumentar su exposición
| Por Beatriz Zúñiga | 0 Comentarios

A pesar de la volatilidad del mercado y de la reducción del apetito por el riesgo, los inversores profesionales reconocen que los activos de mercados emergentes permiten mejorar el rendimiento de sus inversiones y diversificar sus carteras. Según los resultados de una encuesta realizada por Vontobel Asset Management, muchos están decididos a realizar mayores asignaciones en estos mercados, ya sea en renta variable como en renta fija.
En conjunto, los emergentes constituyen el motor de crecimiento global. Las siete mayores economías emergentes del mundo tenían la mitad del tamaño de las del G7 en 1995, se equipararon a ellas en 2015 y se espera que dupliquen su tamaño para 2040. Y aunque la capitalización bursátil de sus empresas representa actualmente sólo el 12% de la capitalización mundial total, está previsto que aumente: el valor de las empresas de los mercados emergentes que cotizan en bolsa ya se ha multiplicado por diez veces en los últimos 30 años hasta superar la cifra de 5 billones de dólares.
En opinión de Vontobel AM, pese a estos datos, los inversores institucionales y los gestores de fondos no siempre se han atrevido a aprovechar las oportunidades que ofrecen estos mercados. En muchos casos, sus asignaciones a estos mercados se han estancado por debajo del 10% de sus carteras. Unos niveles que no les permiten captar más rentabilidad ni beneficiarse de la diversificación. Entre las razones que explican esta baja exposición se encuentran desde el sesgo doméstico hasta la preocupación por el elevado riesgo.
Pero esta tendencia podría cambiar. Algunos inversores tienen la intención de aumentar la asignación de su cartera a emergentes en los próximos doce meses, aunque todo indica que a más largo plazo la posición en estos activos continúe aumentando. Según los resultados de la encuesta realizada por Vontobel AM entre 300 inversores institucionales y gestores de 18 países, más de la mitad de los participantes esperan aumentar sus asignaciones a los mercados emergentes en los próximos cinco años.
Según la gestora, hay razones que justifican este cambio. Existe el consenso de que los mercados emergentes pueden ofrecer un mayor crecimiento que los desarrollados en los próximos años, gracias a factores estructurales como el rápido aumento de la productividad, el paso de la producción en masa y de los productos básicos a una actividad económica de mayor valor añadido, y factores demográficos como una clase media en expansión. Pero ahora la pandemia del COVID-19 amenaza con prolongar la era de los tipos de interés bajos a negativos en todas las economías desarrolladas. Incluso antes de la crisis, este estudio muestra que los inversores estaban ampliando su búsqueda de mayores rendimientos. Eso sí, muchos están preocupados por cuestiones como la volatilidad, los retos comerciales o la evolución económica mundial.
En concreto, casi cuatro de cada diez encuestados, un 38%, afirman que la posibilidad de obtener una mayor rentabilidad es uno de los principales argumentos para invertir en estos mercados. Además, el 35% cree que es más fácil conseguir alfa en los mercados emergentes. Entre aquellos encuestados que pretenden aumentar su exposición, casi el 70% favorece los mercados más conocidos y grandes de Asia, y más del 60% mira a la Europa emergente, mientras que sólo el 40% se centra en América Latina, y aún menos en Oriente Medio y África.
Según Nabil El-Asmar Delgado, Country Head de Vontobel AM para Iberia, “en un mundo en el que los tipos bajos se van a mantener durante mucho más tiempo, los emergentes son cada vez una opción más factible para los inversores. Estos países se benefician de tendencias muy positivas en el largo plazo que generan muchas oportunidades tácticas y sectoriales”.
Entre las razones estructurales para invertir en los mercados emergentes figuran el rápido crecimiento de la clase media y de su poder adquisitivo, la mejora de la productividad y el margen de innovación y tecnología para potenciar el crecimiento. Para 2030, se espera que la clase media mundial alcance los 5.300 millones de personas, 2.000 millones más que hoy. Dos tercios de la clase media corresponderán a China e India solamente. En cuanto a los motores tácticos, “es sorprendente que en la encuesta los inversores vean oportunidades en áreas como la tecnología, la atención sanitaria y los bienes de consumo”, apunta la gestora.
Las conclusiones de la encuesta también señalan que, al igual que en el caso de las acciones, es probable que los inversores de renta fija que se trasladen a los mercados emergentes comiencen de forma más conservadora, en particular dada la complejidad añadida del riesgo monetario. “Casi la mitad de los inversores de este estudio consideran que la deuda soberana y cuasi-soberana en moneda fuerte es un área de interés, en comparación con sólo un tercio que se centra en la deuda corporativa sin grado de inversión, por ejemplo. No obstante, existe un apetito por aumentar la exposición a través de una gama de oportunidades”, indica el documento.
La aversión al riesgo tras la pandemia
Según la encuesta, los inversores están entusiasmados con las perspectivas de los mercados emergentes, pero también están inquietos. Desde hace tiempo les preocupa que el precio de buscar una mayor rentabilidad sea una mayor volatilidad. Y sus preocupaciones más amplias sobre los riesgos de estos mercados se han visto exacerbadas por el impacto de la pandemia del COVID-19.
Para muchos inversores, el virus ha provocado un replanteamiento de sus planes a corto plazo para las asignaciones de los mercados emergentes. Alrededor del 31% espera reducir sus asignaciones a los mercados emergentes en los próximos 12 meses como resultado de la pandemia; y otro 35% dice que ahora las aumentarán más lentamente de lo que habían planeado.
Es importante separar las actuales ansiedades de los inversores sobre el riesgo en los mercados emergentes de la aversión al riesgo que pueden estar sufriendo específicamente en el contexto de la pandemia.
Para Nabil El-Asmar Delgado, una buena fórmula para enfrentarse a estos temores es buscar apoyo especializado: “Los parámetros de riesgo con los que operan los inversores en los mercados desarrollados a menudo no serán apropiados en los mercados emergentes. La asignación táctica de activos es un buen ejemplo de ello. Aproximadamente la mitad de los inversores que han participado en esta encuesta dicen que permiten a los gestores hacer desviaciones más amplias de sus modelos de asignación estratégica en los mercados emergentes”.
Desde Vontobel AM destacan que la encuesta también confirmó el apetito de los inversores por las estrategias que incorporan los factores ESG. De hecho, entre los inversores con horizontes temporales de más de 10 años, el 70% dice que dichas consideraciones influyen en las decisiones que toman sobre su exposición en los mercados emergentes. Muchos aprecian la integración de los ASG como una importante herramienta de reducción de riesgos, por lo que creemos que es esencial un enfoque activo. La gestión activa de estos criterios tiene como objetivo asegurar que los riesgos se minimicen activamente y que las oportunidades avancen activamente. Los creyentes en la gestión activa se comprometen con las empresas para ayudar a crear resultados positivos y ejecutar los derechos de voto en interés de la buena gobernanza y la sostenibilidad.
“Para los inversores capaces de encontrar un equilibrio entre el riesgo y la oportunidad, el futuro es apasionante. La asignación estratégica de activos en toda la gama de mercados emergentes debería ofrecer acceso a nuevas oportunidades y a mayores rendimientos. La fortuna favorecerá a los audaces”, concluye Nabil El-Asmar Delgado.