Los criterios ESG están pasado de ser un tema de inversión a una estrategia, mientras los inversiones se siguen interrogando sobre cuáles son las mejores formas de participar en este movimiento global. Para saber cómo los inversores minoristas e institucionales en otras partes del mundo están integrando ESG en sus programas, DWS abre un debate sobre inversión responsable.
El 2 de diciembre de 2020 a las 10:30 am ET, los especialistas de DWS serán los protagonistas de un nuevo Virtual Investment Summit organizado por Funds Society. Durante el cuentro se brindará información sobre qué están haciendo los inversores a nivel global y por qué se están agregando los factores ESG como parte del proceso de asignación de activos.
La presentación correrá a cargo de Robert Bush, Research Institute-Americas de DWS, y de Steffen Kutcher, Specialist-Investment & ESG Advisory.
Robert Bush es director de DWS Research, instituto donde se centra en la investigación de inversiones estratégicas. Antes de unirse, fue profesor asistente en Columbia Business School. Trabajó como economista en el Tesoro del Reino Unido y también tiene experiencia como operador de bonos, materias primas y acciones. Ha publicado en el Journal of Investing, Journal of Index Investing y, próximamente, en el Journal of ESG and Impact Investing.
Bush tiene una Licenciatura en Clásicos de University College London; Diplomado en Contabilidad y Finanzas de la London School of Economics; MBA en Finanzas y Economía de Columbia Business School; Maestría en Estadística Aplicada de la Universidad de Oxford; Certificado de gestión de inversiones (IMC); Gerente de Riesgo Financiero (FRM); Analista de gestión de inversiones certificado (CIMA)
Steffen Kutscher es responsable de análisis y soluciones de inversión ESG. En estrecha colaboración con los inversores, les ayuda a establecer sus políticas y objetivos ESG individuales, los traduce en su asignación de activos y diseña soluciones a medida para todas las clases de activos. Como reflejo de la naturaleza cambiante de las políticas de ESG y los requisitos regulatorios, apoya continuamente a los inversores en la adaptación y mejora de su estrategia de ESG a través de actualizaciones y conocimientos sobre cambios regulatorios, temas de ESG y calificaciones y señales de ESG disponibles.
Antes de su puesto actual, Kutscher formó parte del equipo de Soluciones para clientes. Diseñó soluciones de inversión a medida que incluyen ALM, asignación estratégica de activos, gestión de riesgos, estrategias estructuradas y cuantitativas. Se unió a DWS en 2012 trabajando en el equipo de Overlay, estructurando riesgos y overlay tácticos para clientes institucionales. Tiene licenciaturas en matemáticas y economía.
Pixabay CC0 Public Domain. CEPAL llama a construir nuevos pactos y coaliciones para cambiar el estilo de desarrollo en América Latina
La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas, Alicia Bárcena, ha hecho un llamamiento a redoblar los esfuerzos para generar en la región nuevos pactos y coaliciones que permitan reconstruir mejor tras la crisis del coronavirus y transformar nuestras sociedades con igualdad y sostenibilidad.
Así lo ha asegurado durante un seminario virtual de alto nivel organizado por la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), la Pontificia Academia de Ciencias Sociales (PASS), del Vaticano, y el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
“En la CEPAL estamos convencidos de que, si se construyen las coaliciones y se alcanzan los pactos necesarios, recuperando la política como instrumento, con liderazgos transformadores que sepan escuchar y examinar errores y modificar conductas, se podrá lograr un cambio en el estilo de desarrollo que la actual coyuntura nos exige”, subrayó la alta funcionaria de la ONU en el webinar América Latina: Iglesia, Papa Francisco y escenarios de la pandemia, que contó con la participación especial del Papa Francisco mediante un mensaje por video.
La primera jornada del evento, que se prolongó hasta el 20 de noviembre, contó también con la participación del cardenal Marc Ouellet, presidente de la CAL; monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la PASS; monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, presidente del CELAM; y Carlos Afonso Nobre, premio Nobel de la Paz en 2007.
El COVID-19 ha puesto en evidencia los problemas e injusticias en Latinoamérica
Asimismo, el Papa Francisco subrayó que la pandemia del COVID-19 ha amplificado y puesto en mayor evidencia los problemas y las injusticias socioeconómicas que ya afectaban gravemente a Latinoamérica, con mayor dureza a los más pobres.
“No todos cuentan con los recursos necesarios para llevar adelante las mínimas medidas de protección contra la pandemia. Esto nos tiene que alarmar: ¿todos tienen techo seguro? ¿Acceso al agua? ¿Tienen recursos para higienizar los ambientes? ¿Trabajo estable? La pandemia hizo aún más visibles nuestras vulnerabilidades preexistentes”, señaló.
El Papa Francisco agregó que la pandemia ha tenido efectos devastadores que se seguirán viviendo por mucho tiempo, sobre todo en las economías, que requieren atención solidaria y propuestas creativas para alivianar el peso de la crisis.
“En el reino de Dios el pan llega a todos y sobra. Y la organización social se basa en contribuir, compartir y distribuir. No en el poseer, excluir y acumular. Todos estamos llamados a realizar nuestro trabajo y misión con responsabilidad, con transparencia y honestidad”, advirtió el Papa.
Asimismo, señaló que, junto con la pandemia, América Latina sufre por la falta de tierra, de techo y de trabajo. “Esto requiere una respuesta generosa y una atención inmediata. La profundidad de la crisis reclama una clase dirigente a la altura para buscar soluciones viables”, dijo el Papa.
Buscando una recuperación transformadora
En su intervención, Alicia Bárcena recordó que la CEPAL presentó hace pocas semanas a los 33 países de América Latina y el Caribe un conjunto de propuestas de política expresadas en el documento Construir un nuevo futuro: una recuperación transformadora con igualdad y sostenibilidad, durante su trigésimo octavo período de sesiones. El objetivo es concretar una recuperación transformadora del modelo de desarrollo de América Latina y el Caribe en consonancia con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
“Es una invitación que llama a repensar nuestros estilos de vida, nuestras relaciones, la organización de nuestras sociedades y sobre todo el sentido de nuestra existencia y a recuperar, tal como dice la Encíclica Fratelli Tutti, la pasión compartida por una comunidad de pertenencia y de solidaridad. La esperanza es audaz, y si alguien cree que solo se trata de hacer funcionar mejor lo que ya hacíamos, o que el único mensaje es que debemos mejorar los sistemas y reglas existentes, está negando la realidad”, señaló Bárcena.
Además, recordó que la región de América Latina y el Caribe ha sido de las más golpeada por la pandemia del mundo en desarrollo y que, además, enfrenta su peor crisis económica en cien años, con enormes efectos y consecuencias sanitarias, económicas, ambientales, sociales y políticas. La caída de la actividad económica será de un 9,1%, acompañada de una contracción del comercio regional del 14% e intrarregional del 11%.
Según CEPAL, los niveles de desocupación alcanzarán a 47 millones de personas y una informalidad de más del 54%. Además, CEPAL estima para 2020 un aumento del número de personas en situación de pobreza de 45,4 millones, alcanzando un total de 231 millones (37,3% de la población) y un incremento de 28,5 millones en el número de personas en situación de pobreza extrema, alcanzando los 96,2 millones (15,5% de la población).
“El COVID-19 ha evidenciado y magnificado los problemas estructurales del modelo de desarrollo en América Latina y el Caribe: desigualdades entrecruzadas, crecimiento mediocre, baja productividad, insuficiente diversificación de exportaciones, muy poco espacio fiscal y alto deterioro ambiental”, añade Bárcena.
Las siete propuestas de la CEPAL
La secretaria ejecutiva de la CEPAL indicó que la Comisión ha puesto sobre la mesa siete propuestas concretas para conectar la emergencia con la recuperación: extender el ingreso básico de emergencia por 12 meses a toda la población en pobreza, ampliar los plazos y períodos de gracia en los créditos a MiPymes y proteger la relación laboral de los trabajadores, crear una canasta básica digital para garantizar la inclusión digital de 40 millones de hogares que no están conectados.
Además, elaborar políticas fiscales y monetarias expansivas que sostengan un período más largo de gasto con instrumentos no convencionales nacionales e internacionales, motivar la solidaridad internacional para aliviar la deuda en el Caribe y el pago de intereses en Centroamérica y crear fondos subregionales de resiliencia, desarrollar planes de recuperación e inversión en torno a sectores dinamizadores con creación de empleo, sustentados en acción climática, sostenibilidad ambiental y construir pactos políticos para acordar de una vez por todas el cierre de brechas y alcanzar regímenes universales de salud y protección social.
“Necesitamos pactos que deben ser construidos con la amplia participación de muchos actores, que, mediante el diálogo y liderazgos transformadores, permitan avanzar hacia consensos para universalizar la protección social y la salud, y reorientar el desarrollo sobre la base de la igualdad con políticas fiscales redistributivas, industriales y ambientales para la sostenibilidad”, señaló la secretaria ejecutiva de CEPAL.
“Queremos otro futuro y en él la igualdad es un factor clave del crecimiento. Con nuestro reciente documento estamos concretando la urgencia de crecer para igualar e igualar para crecer. En él planteamos audazmente que es posible eliminar la pobreza hacia 2030 y reducir la desigualdad elevando el empleo y disminuyendo la huella ambiental, pero se requieren acciones decisivas hoy y un cambio de rumbo, explicó Bárcena.
Para ello, la experta apunta que se debe crecer a una tasa de, al menos, un 4% al año y realizar una fuerte redistribución del ingreso (de hasta 3% del PIB anual). Este crecimiento solo será posible, según Bárcena, si se supera la restricción externa al crecimiento mediante una competitividad auténtica basada en el desarrollo de capacidades humanas y tecnológicas nacionales.
Asimismo, Bárcena advirtió que la solidaridad regional e internacional será fundamental para reconstruir mejor, y que se precisan nuevas formas de gobernanza mundial para proveer colectivamente de bienes públicos globales, como la salud universal (una vacuna contra el coronavirus para todos), la seguridad climática y la protección de la atmósfera, la estabilidad financiera y la paz y los derechos humanos.
Según ha explicado la entidad, la unificación de la marca se aplicará de manera gradual en todos los mercados donde el Grupo Crèdit Andorrà está presente y se prescindirá de las designaciones locales: Banco Alcalá (España), Banque de Patrimoines Privés (Luxemburgo), Beta Capital Wealth Management (EE.UU.) y Crèdit Andorrà (Andorra).
En este sentido explica que la nueva marca única responde a la voluntad de hacer frente a la estrategia de futuro del grupo financiero, que pasa por la consolidación y el crecimiento focalizado en las plazas financieras internacionales, y el liderazgo en el mercado andorrano, donde la entidad es pionera en innovación y servicios al cliente. El grupo financiero basa su actividad en una oferta de valor centrada en la especialización, la capacidad de servicio al cliente, la vocación de ser pioneros tanto en la oferta de productos como en tecnología y transformación digital, y el compromiso social.
Cornella ha explicado que la nueva marca “sintetiza nuestros orígenes y los principios estratégicos que nos han posicionado como líderes en Andorra. A la vez, transmite los valores de empatía y proximidad hacia nuestros clientes, pionerismo, capacidad de servicio y compromiso social que buscamos en nuestra oferta de valor como banco responsable y con visión de futuro. La nueva marca nos acerca todavía más a la nueva economía de la que queremos formar parte, basada en la innovación y el emprendimiento, valores, por otra parte, que nos definen como país y sociedad”.
Alianzas estratégicas, especialización y transformación digital
La entidad destaca que la transformación digital es uno de los pilares de crecimiento futuro. La entidad fue el primer banco andorrano en ofrecer el pago móvil y cuenta con un servicio de asesoramiento en fondos de inversión 100% digital (Merkaat) para sus clientes de Andorra y España. El objetivo es seguir reforzando el desarrollo de soluciones innovadoras como banco pionero.
El volumen de negocio del Grupo Crèdit Andorrà se situó en los 17.054 millones de euros (+10,51%) a cierre de 2019, cuando la entidad alcanzó un beneficio de 46,24 millones de euros (+28,45%). Cuenta con una ratio de solvencia regulatoria del 16,79% (la CET1 regulatoria se situó en el 15,13%). El grupo tiene 900 empleados a escala global.l cambio de marca se llevará a cabo previa realización, ante las autoridades supervisoras competentes, de todas aquellas comunicaciones y demás trámites que, con carácter general, resulten necesarios, incluyendo, en su caso, la obtención de las autorizaciones que puedan ser preceptivas.
En la actualidad, la entidad en España dispone de un modelo de negocio consolidado, y una elevada solvencia y liquidez. Tiene oficinas en Madrid, Barcelona y Valencia, y un volumen de activos bajo gestión que supera los 2.300 millones de euros, experimentando un fuerte crecimiento durante el 2020.
El cambio climático causará un daño enorme a las economías, especialmente en el mundo emergente. Para finales de siglo, si no hacemos nada más para frenar el aumento de la temperatura global, la población en China podría ser un 25% más pobre que si no hubiera más cambio climático. En el caso de Brasil y la India, es probable que el déficit supere el 60%, según el modelo de un equipo de economistas ambientales de la Smith School de la Universidad de Oxford en un nuevo informe patrocinado por Pictet Asset Management.
A nivel mundial, ese déficit podría llegar a unos 500 billones de dólares estadounidenses; en el peor de los casos, casi la mitad de la producción económica potencial del mundo se perdería para finales de siglo en comparación con el potencial en ausencia de un mayor calentamiento global. Pero este impacto no se distribuirá de manera uniforme. Algunas de las economías emergentes más grandes del mundo corren mayor riesgo, especialmente si dejan el trabajo pesado de desacelerar el cambio climático en manos del mundo desarrollado y hacen poco por sí mismos. Vulnerables al aumento del nivel del mar, la sequía y los fenómenos meteorológicos extremos, estos países deben tomar medidas para limitar el cambio climático.
Afortunadamente, reconocen cada vez más que el esfuerzo valdrá la pena. En todo el mundo, la gente es consciente de los desafíos que presenta el cambio climático, entendiendo que conduce a una pérdida de biodiversidad, más inundaciones, tierras agrícolas áridas, incendios forestales y similares. Y así, los gobiernos se ven obligados a actuar. Afortunadamente, esto ahora hace que el peor de los casos sea relativamente improbable.
Pero el simple hecho de ceñirse a las políticas actuales tampoco es suficiente. La pérdida de PIB potencial per cápita sería menor, pero no mucho. En el mejor de los casos, la pérdida de PIB potencial per cápita podría reducirse del 46% al 32%. Y eso sin tener en cuenta los efectos en cascada imposibles de predecir en los que pequeños cambios incrementales conducen a un resultado repentino catastrófico.
Pero si los países actuaran colectivamente, podrían constituir una parte significativa de esa producción perdida. Eso significa acción por parte de países desarrollados y en desarrollo.
El escenario de las «políticas actuales» del equipo de Oxford es que el calentamiento global estaría unos 2,8 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales si los esfuerzos se limitaran a los países más ricos, habiendo ocurrido ya un grado de ese calentamiento. Si ese aumento de temperatura se reduce a 1,6 grados bajo un ambicioso programa que incluye economías emergentes, las pérdidas potenciales podrían reducirse a una cuarta parte o menos.
Y en este momento, existe una oportunidad única para que los países, ricos y pobres, hagan un progreso radical hacia la limitación de la probabilidad de un cambio climático catastrófico. La pandemia de COVID-19 ha sido un gran impacto global. Las medidas de salud pública, como los bloqueos, han generado enormes costos financieros. Los gobiernos respondieron rápidamente y han comprometido grandes sumas de dinero para la recuperación económica. En muchos casos tiene sentido desde el punto de vista financiero que este gasto se oriente hacia medidas que mitiguen el cambio climático.
Puede leer más sobre el informe de Oxford-Smith en este link.
Salvo que se indique lo contrario, todos los datos de esta página provienen del informe Cambio climático y mercados emergentes después de COVID-19, octubre de 2020.
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Pixabay CC0 Public Domain. Bonos verdes: una brecha que comienza a cerrarse entre Europa, China y Estados Unidos
Pese a lo tortuoso que está siendo 2020, también encontramos buenas noticias. Según los datos de Bloomberg, la emisión global de bonos verdes ha aumentado a más de 270.000 millones de dólares en este año, superando la cifra registrada en 2019 y marcando un nuevo récord.
Esta proliferación de emisiones proviene tanto de gobiernos como de empresas privadas que ven esta clase de activo financiero un aliado para financiar sus proyectos ecológicos y ofrecer una rentabilidad atractiva. Esta tendencia al crecimiento continuará el próximo año. Por ejemplo, la Unión Europea impulsará el mercado de bonos verdes cuando comience a vender los 225.000 millones de euros en valores ligados a su fondo de recuperación frente a la pandemia. Además, esto le convertirá en el mayor emisión del mundo el próximo año.
“No me sorprende que se haya alcanzado este umbral. Este es un umbral que Mirova ha argumentado que el mercado alcanzaría y superaría. En nuestra opinión, la crisis del COVID-19 ha retrasado el momento en el que se alcanzaría el umbral, pero no podría descarrilar el objetivo en sí. Creemos que el mercado de bonos verdes seguirá creciendo rápidamente en los próximos años. Creemos que el mercado de bonos verdes se acelerará en 2021 con las perspectivas de que la Unión Europea emita una cantidad significativa de ellos”, ha destacado Bertrand Rocher, gestor de cartera de Mirova, gestora afiliada de Natixis IM.
En opinión de Rocher, hay una combinación de elementos que han impulsado el mercado durante la última década: mayores volúmenes, mayor diversificación en términos de industrias y geografías, mejores clasificaciones y un marco más sólido. “De hecho, vemos que los inversores y los emisores están entendiendo, que los bonos verdes abordan un problema real. Al invertir en un bono verde, el capital recaudado se utiliza para proyectos que pueden identificarse como de propósito claro y que se utilizan para beneficiar a todos los agentes económicos. Adicionalmente, parece que los modelos de negocio de muchas empresas están dando vueltas en U espectaculares y, como consecuencia, algunas industrias tradicionalmente con menos rendimiento suelen estar al mando de los planes de transformación de sostenibilidad más ambiciosos”, añade.
Lo que es relevante es que en mitad de la peor crisis desde la II Guerra Mundial, los bonos verdes no se han visto significativamente afectados por el COVID-19, ni en términos de emisores ni de rendimiento. “A pesar de la crisis y la pandemia, 2020 podría ser un año récord para la emisión de bonos verdes. El CBI reporta un promedio de emisiones mensuales cercanas a los 20.000 millones de dólares hasta septiembre. En la primera mitad de 2020, el número total de emisores de bonos verdes superó el hito de los 1.000, llegando a 1.056. Los emisores subsoberanos representaron la mayor parte de la emisión total, en su mayoría de entidades respaldadas por el gobierno. En lo que va de 2020, la mayoría de los ingresos de los bonos verdes se invirtieron en energía, transporte y edificios. Otros usos admisibles de los ingresos son el agua, los desechos, el uso de la tierra y los recursos marinos, la industria y la tecnología de la información y las comunicaciones”, destacan desde Lyxor AM.
¿Qué impulsará el mercado?
Otro elemento que impulsará este mercado, y en el que coinciden todos los analistas, es la futura Administración Biden. Según explica Johann Plé, gestor de carteras en AXA Investment Managers, “los planes del nuevo presidente electo de EE.UU. para progresar en el uso de energía limpia en áreas como el transporte, la generación de electricidad y la construcción en los próximos cuatro años, junto con su promesa de firmar el respaldo al Acuerdo de París en el primer día de su presidencia, tendrán un efecto sísmico en el mercado de bonos verdes. Este acto podría conducir a un reequilibrio más amplio entre el mercado de EE.UU. y su homólogo europeo”, apunta Plé.
Actualmente, las emisiones de bonos verdes en dólares solo representan el 23% del mercado de bonos verdes, en comparación con casi el 33% a finales de 2017. Con una capitalización de unos 70.000 millones de dólares, los bonos verdes investment grade emitidos en dólares siguen siendo una parte muy pequeña del mercado de crédito de investment grade de los Estados Unidos. Mientras que los bonos verdes emitidos en euros han crecido exponencialmente hasta pesar más de 140.000 millones de dólares y representan hoy en día el 5% del mercado europeo de crédito investment grade.
Por ello, Plé considera que una mayor apuesta por parte de EE.UU. sería un gran cambio para el mercado global de bonos verdes. “Creemos que podría representar el paso final para consolidar el mercado mundial de bonos verdes como una alternativa creíble a la de los bonos globales tradicionales. El despliegue propuesto de su promesa de inversión podría muy probablemente ser financiado en parte por los bonos verdes”, afirma.
Mercados emergentes
Para Rocher, un fenómeno similar se puede esperar de China en materia de bonos verdes de cara al próximo año. “En general, lo importante es entender que los emisores chinos y estadounidenses están cerrando la brecha con respecto a sus pares europeos. Están alcanzando a estos últimos no solo en cuanto a volúmenes, sino también en cuanto a la calidad de los marcos de los bonos verdes que emiten. En Mirova, a menudo alabamos las ventajas de la cooperación frente a la competencia salvaje, pero si los emisores de todas esas regiones de todo el mundo pudieran mantener una especie de rivalidad en términos de emisión de bonos verdes, entonces el impacto posterior para todo el planeta es un resultado bienvenido”.
En este sentido, China no es el único mercado emergente que está moviéndose hacia esta clase de activo sostenible de renta fija. Por ejemplo, Egipto acaba de unirse a esta tendencia y ha emitido su primer bono verde soberano. Se trata de una emisión de 750 millones de dólares a cinco años con cuyo importe se financiarán una serie de proyectos sostenibles en el país, como, por ejemplo, la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales al este de Alejandría. Pero no son el único ejemplo. En junio de este año el gobierno indonesio emitió un sukuk verde (bono islámico) de 2.500 millones de dólares, en lo que ha sido su tercera incursión en el mercado de la deuda sostenible.
Las empresas de mercados emergentes han seguido los pasos de sus gobiernos. En septiembre, la Compañía Eléctrica Saudita, que es propiedad del gobierno en un 80% y tiene el monopolio de la transmisión de electricidad en el país, recaudó 1.300 millones de dólares con un sukuk verde, el primero de este tipo en el país. Y, ese mismo mes, el Banco Nacional de Qatar se convirtió en la primera empresa en emitir un bono verde en el país, recaudando 600 millones de dólares.
Pixabay CC0 Public Domain. Mediolanum International Funds amplía su gama ESG con un fondo de impacto de renta variable global
Mediolanum International Funds Limited (MIFL), plataforma europea de gestión de activos del Grupo Mediolanum, ha anunciado el lanzamiento de Mediolanum Best Brands Global Impact Fund, ampliando su gama ESG.
Según explica la firma, el objetivo del fondo es lograr un crecimiento del capital a largo plazo al mismo tiempo que contribuye a un mundo más sostenible e inclusivo, invirtiendo en una cartera diversificada de valores de renta variable globales a través de un enfoque activo multigestor.
Inicialmente, las gestoras del fondo serán Baillie Gifford y Federated Hermes. Ambas firmas son ampliamente reconocidas por su experiencia en el campo de la inversión de impacto, proporcionando exposición a temáticas de impacto y objetivos de desarrollo sostenible además de diversificación geográfica, de capitalización y sectorial. El fondo invertirá en compañías cuyos productos y servicios proporcionen soluciones a los desafíos globales en lugar de simplemente invertir en empresas que adopten prácticas comerciales responsables o excluir a las compañías con efectos perjudiciales.
En su búsqueda de lograr un cambio positivo, Mediolanum ha establecido cuatro temas de impacto que ayudan al equipo a articular cómo están abordando las compañías los desafíos globales: la inclusión social y educación, las necesidades medioambientales y de recursos; la salud y calidad de vida; y la base de la pirámide (dar respuesta a las necesidades de los 4.000 millones de personas más pobres del mundo).
Como ha explicado Christophe Jaubert, Chief Investment Officer & Head of Research Multi-management de MIFL, “el objetivo final de este fondo es marcar una diferencia positiva, tanto para nuestros clientes como para la sociedad en su conjunto, combinando la inversión de impacto con nuestro deber fiduciario de generar rendimientos atractivos ajustados al riesgo a largo plazo. Buscamos continuamente ofrecer a nuestros clientes carteras óptimas y diversificadas que capturen las mejores oportunidades de rentabilidad sostenible, y este fondo representa una evolución de los fondos líderes del mercado”.
En opinión de Jaubert, “a medida que los mercados continúan padeciendo los continuos efectos de la pandemia global, los inversores buscan cada vez más asignar activos a apoyar una recuperación más ecológica. Teniendo en cuenta el feedback de los clientes, hemos aprovechado nuestra amplia experiencia para crear un producto de inversión de impacto a la medida de la próxima generación».
El fondo está respaldado por Med³®, el proceso de inversión propiedad de Mediolanum International Funds, diseñado específicamente para gestionar las soluciones de inversión para particulares. Según matizan desde la firma, el proceso se ha actualizado recientemente para reforzar la integración de criterios ESG al tener en cuenta la evolución del contexto normativo y político de las finanzas sostenibles, sobre todo la taxonomía de la UE y los ODS de Naciones Unidas. El fondo forma parte de la gama de fondos Mediolanum Best Brands, un fondo paraguas UCITS de derecho irlandés.
Este fondo estará disponible en España a través de los Family Bankers® de Banco Mediolanum, la red de asesores financieros de la entidad
Pixabay CC0 Public Domain. ETFs sostenibles: la revolución ilumina la gestión pasiva
¿A alguien le queda duda de que la inversión ESG también se puede abordar a través de ETFs? Según la última encuesta elaborada por Cerulli Associates, el objetivo por minimizar el impacto medioambiental ha hecho más popular el uso de ETFs con criterios ESG. De hecho, según la firma, el 86% de los creadores de estos productos en Europa reconoce que esta tendencia continuará.
En este sentido, la encuesta de Cerulli Associates indica que el uso de productos que siguen una política de exclusión y de negative screening son menos populares entre los emisores de ETFs, ya que solo 54% y el 46% de los encuestados esperan que la demanda de estos enfoques aumente en los próximos 12 o 24 meses, respectivamente.
Por ahora los datos muestran el fuerte crecimiento de estos productos dentro de la industria. A finales de agosto de 2020, los activos europeos de ETF ESG alcanzaron 49.700 millones de euros (58.300 millones de dólares), lo que supone un incremento del 69,1% desde finales de 2019, según los datos de Broadridge. Por tipo de activos en los que invierten, los ETFs ESG de renta variable representaron 40.400 millones de euros del total y los ETFs ESG de renta fija 9.300 millones de euros.
«En 2019, los ETFs ESG domiciliados en Europa recaudaron un total de 16.100 millones de euros de nuevas inversiones netas. Con flujos netos de 19.100 millones de euros en los primeros ocho meses de 2020, ya se han superado las cifras totales del año pasado», señala Fabrizio Zumbo, director adjunto de análisis de gestión de activos europeos en Cerulli.
Según destaca Zumbo, en marzo, durante el momento más duro de la pandemia, el mercado europeo de ETFs experimentó 25.000 millones de euros de salidas netas, “pero los inversores siguieron apostando por ETFs de ESG, que registraron 700 millones de euros de entradas netas durante el mes”. En su opinión, aunque estos productos siguen representando una pequeña proporción del ecosistema europeo de ETFs, “se espera que en el futuro capten más la atención de los inversores y los gestores de activos, ya deberán de seguir el ritmo de la evolución de las demandas de los clientes».
Desde Cerulli Associates destacan que, durante la primera mitad de 2020, diversos emisores de ETFs lanzaron propuestas innovadoras en el espacio de los ESG. Según su consideración, el mercado europeo está liderando la incorporación de los factores ESG en las inversiones. Además, destaca que la taxonomía de la UE sobre las finanzas sostenibles y el desarrollo del resto de la legislación europea fortalecerá aún más el impulso de la inversión ESG. «Los gestores e inversores también están empezando a reconocer el efecto positivo que las consideraciones ESG pueden tener en el rendimiento de las inversiones», afirma Zumbo.
Foto cedidaBorja Largo, Chief Fund Groups Officer de Allfunds.. Allfunds Fund Groups rompe la barrera de los 1.000 acuerdos de distribución global con gestoras
Allfunds, wealthtech y proveedor de distribución de fondos, ha alcanzado un nuevo hito al haber cruzado la marca de los 1.000 grupos de fondos con acuerdos globales, de los que 133 han llegado en lo que va de año. En total, Allfunds proporciona acceso a más de 2.000 gestoras de fondos, fortaleciendo su liderazgo en este sector.
Según explica la firma, estos acuerdos globales son favorables para las gestoras, al cubrir Allfunds los servicios de regulación, AML, KYC, gestión de datos, precios y operaciones. Además, a través de la wealthtech, los gestores de activos pueden acceder hasta 2.300 instituciones en un solo acuerdo. Además, apunta que gracias a sus desarrollos tecnológicos todo el proceso de acceso de las gestoras a la plataforma es digital, lo que disminuye significativamente la actividad manual y la carga de tareas administrativas.
Las gestoras también pueden beneficiarse de Allfunds Connect, un ecosistema digital de poderosas herramientas y servicios, como punto clave en el acceso para distribuir sus fondos. Connect también ofrece la opción de acceder a Telemetrics y su módulo de Inteligencia de Mercados que permite a los usuarios identificar las tendencias y flujos mundiales dentro del universo de Allfunds generando una ventaja competitiva frente a sus pares.
Por último destacan que haber alcanzado la cifra de los 1.000 acuerdos mundiales, sumada a la búsqueda constante de la mejor innovación en el sector, ha llevado a la Allfunds a reforzar su ventaja competitiva en el mercado.
En este sentido, Borja Largo, Chief Fund Groups Officer de Allfunds, ha remarcado la importancia de este hito, “hemos trabajado durante 20 años para alcanzar los 1.000 acuerdos globales. Estamos encantados por la confianza que las gestoras y los distribuidores tienen en la oferta de servicios de Allfunds. En Allfunds, trabajamos todos los días con el compromiso de proporcionar las mejores herramientas y servicios a todos nuestros clientes y les agradecemos que nos ayuden a alcanzar nuestros objetivos”.
Pixabay CC0 Public Domain. Tikehau Capital planea lanzar un fondo de descarbonización de private equity centrado en Norteamérica
Con el presidente electo Joe Biden enfrentando un Congreso dividido, los inversores podrían dar la bienvenida a la resultante agenda de «Biden-lite», que podría incluir desde planes de gasto, por ejemplo a través de un estímulo fiscal o la inversión en infraestructuras, pero pocas subidas de impuestos.
La aparente victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales de EE.UU. marca el fin de meses de incertidumbre y confusión política. Ahora bien, pese a que ni la victoria de Biden ni el resultado de las elecciones al Senado no han concluido legalmente hablando -aún quedan los conocer los resultados definitivos de Georgia para el Senado,que se determinarán en enero de 2021- el escenario base que manejan los mercados es una presidencia de Biden y un Congreso dividido. Este resultado puede dar lugar a una agenda política de Biden más diluida.
De hecho, la narrativa del mercado pareció cambiar en los últimos días antes de las elecciones: las esperanzas de una «ola azul» demócrata se convirtieron en alegría en torno a «Biden lite», a medida que los rendimientos del Tesoro disminuían y los inversores en acciones rotaban de las acciones de valor cíclico hacia las oportunidades de crecimiento y tecnología.
En términos más generales, los mercados financieros parecían aliviados de que este importante acontecimiento político estuviera concluyendo, lo que dio lugar a una ola de sentimiento a favor del riesgo en los Estados Unidos, y en todo el mundo. Si analizamos los cambios políticos que, previsiblemente, vendrían con la administración de Biden, se puede observar que son favorables para el mercado, ya que tanto los mercados estadounidenses como los no estadounidenses se benefician potencialmente de unas relaciones comerciales más estables y de mejores perspectivas de crecimiento de cara a 2021. Los mercados podrían verse impulsados al recuperarse un enfoque más multilateral de la política exterior, y la reducción de la incertidumbre que ello podría suponer.
Tal vez, la principal preocupación de los mercados bajo la presidencia de Biden sea su propuesta de aumentar los impuestos en 4 billones de dólares (trillions en inglés), incluido el aumento de las tasas de los impuestos sobre las empresas, los impuestos sobre las ganancias de capital y los impuestos sobre las personas con mayor riqueza. Sin embargo, si el Congreso está dividido, será bastante difícil aprobar la mayoría de estas medidas fiscales -o directamente todas-. Y lo que es más importante, el equipo de Biden puede que no vea esto como una prioridad, ya que la pandemia y el alivio económico vuelven a ser el principal foco de atención.
Prioridades de la administración Biden-Harris
Ante la espera de una concesión no muy tradicional por parte del ejecutivo anterior, el presidente electo, Joe Biden, y su vicepresidenta electa, Kamala Harris, han mostrado ya cuáles podrían ser sus prioridades de cara a las próximas semanas. Estas áreas prioritarias podrían incluir:
La creación de un nuevo grupo de trabajo sobre la pandemia. Dado que la pandemia de coronavirus sigue siendo endémica en los Estados Unidos, y en todo el mundo, una de las primeras prioridades del equipo de Biden será abordar el virus con el apoyo de un nuevo grupo de trabajo sobre pandemias, que estaría formado por científicos y funcionarios médicos. Esto establecerá las directrices para detener los brotes, duplicar las pruebas y de contactos rastreados, e invertir fuertemente en la distribución de la vacuna. Esto marcará el regreso de la «confianza en la ciencia» como pilar fundamental en la gestión de la pandemia.
Estímulo fiscal. Un ámbito de acuerdo, tanto para los demócratas como para los republicanos, es la necesidad de un estímulo fiscal adicional para proporcionar alivio a la pandemia, aunque hay diferentes percepciones sobre la cantidad. Hasta ahora, el Congreso ha emitido casi 3 billones (trillions en inglés) de dólares en estímulos. En cambio, los demócratas y los republicanos han propuesto paquetes que proponen una segunda ronda de estímulos de 2,2 billones de dólares y 500.000 millones de dólares, respectivamente. Ambos paquetes cubren las prestaciones de desempleo, ayudas para las pequeñas empresas y otra ronda de cheques de estímulo para los hogares. En particular, el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, ha indicado que le gustaría que se hiciera un trato incluso para cubrir el periodo que va hasta el día de la inauguración, aunque sea de un importe poco elevado. Ciertamente, no sería descartable que se apruebe un estímulo a principios del próximo período presidencial, lo que probablemente sea positivo para los activos de riesgo.
Más decretos ejecutivos sobre el clima y la energía limpia. El plan de Biden incluye una inversión de 2 billones (trillions en inglés) de dólares para energías limpias, incluyendo energía eólica, solar y renovable. Aunque esta política probablemente se enfrentará a la oposición en un Congreso dividido, es previsible que Biden intente impulsar su agenda climática y de sostenibilidad a través de una orden ejecutiva. También que refuerce la presencia de “líderes respetuosos con el medio ambiente» dentro de su gabinete. En general, podríamos ver nuevas oportunidades de inversión sostenible bajo una administración que se ha comprometido a tomar en serio el cambio climático. Algunas acciones que el nuevo presidente podría tomar sin el apoyo del Congreso podrían incluir: la adhesión al acuerdo climático global de París; revocar algunos de los decretos ejecutivos del Presidente Trump sobre energía (incluyendo una orden de marzo de 2017 para que las agencias federales desmantelen sus políticas climáticas); y firmar órdenes ejecutivas para reducir las emisiones.
Inversión en infraestructura. En última instancia, otra área en la que tanto los demócratas como los republicanos pueden estar de acuerdo es la inversión en infraestructura. Tanto Biden como Trump han hablado de invertir en infraestructuras tradicionales, como la reconstrucción de carreteras, puentes y aeropuertos, así como en infraestructura tecnológica, por ejemplo el 5G y la inteligencia artificial. Mientras que el equipo de Biden propuso un paquete de infraestructura de 1,3 billones de dólares (trillions en inglés), es posible que, finalmente, veamos un paquete más pequeño y aprobado por ambas partes, quizás en el rango de los 750.000 millones de dólares. No obstante, esto representaría una importante inversión en el crecimiento económico de los EE.UU. y en la generación de puestos de trabajo. También podría estimular las oportunidades en el espacio de los mercados privados, para ayudar a financiar estos proyectos críticos.
Devolver a los EE.UU. a la escena mundial. Además de reincorporarse al acuerdo climático de París, Biden también ha hablado de restablecer la condición de miembro de la Organización Mundial de la Salud (OMS), así como de revocar por decreto ejecutivo la prohibición de viajar a los países de mayoría musulmana. En general, la administración Biden favorecería que los Estados Unidos volvieran a la escena mundial como aliado y líder, alineándose una vez más con sus aliados históricos y, quizás, coordinando globalmente las soluciones climáticas. En cuanto a las relaciones entre Estados Unidos y China, Biden ha prometido ser «duro con China», pero ya ha indicado que prefiere un enfoque menos unilateral que su predecesor y que planea llevar a la mesa de negociaciones a los aliados de Estados Unidos, en particular a grupos de trabajadores y organizaciones medioambientales. En este sentido, Biden podría derogar algunos aranceles por medio de una orden ejecutiva, pero también podría utilizarlos para ejercer una influencia en las negociaciones.
Actitud colaborativa
Centrándose en la reconciliación, una administración Biden puede «llegar al otro lado del pasillo» para los nombramientos del gabinete y de los puestos clave. De hecho, se ha especulado que Biden podría mantener el nombramiento de Jerome Powell como presidente de la Reserva Federal. Esto generaría un equilibrio que sería bien acogido por los mercados, en particular en las funciones clave que afectan a la política financiera.
A los mercados les gusta la evolución, no la revolución
En general, una victoria de Biden y un Congreso dividido parecen ser una evolución más que una revolución, tal vez lo que los votantes e inversores mejor bien de cara a hablar de la política de un gobierno. Además, y tal vez, este resultado también reduce la probabilidad de que haya “consecuencias imprevistas” que podríamos haber visto si hubiera triunfado la «ola azul», como el rápido aumento de los tipos de interés que podría perturbar los mercados. Obsérvese también que, históricamente, los inversores han visto rendimientos de mercado estacionalmente más fuertes desde el día de las elecciones hasta el final del año.
Implicaciones para los inversores
En este contexto, podríamos ver una ampliación de la participación en todas las clases de activos, con partes cíclicas del mercado que funcionan junto con la tecnología de crecimiento, y los mercados no estadounidenses que se ponen al día, especialmente teniendo en cuenta las relaciones globales más agradables y tal vez un dólar estadounidense más suave en curso. En particular, China y el norte de Asia podrían beneficiarse más de un deshielo de la tensión, junto con mejores resultados de los virus en esa región en general.
En los mercados crediticios, en los que se prevé que los rendimientos se mantengan estables y bajos, seguiremos viendo a los inversores «a la caza de ingresos». Nuestro riesgo crediticio preferido incluye partes de determinados activos de alto rendimiento (incluidas las estrategias de fallen angels), los bonos convertibles (que también pueden participar en la subida de la renta variable) y las estrategias con mayor inclinación de la curva, que se benefician de un mejor potencial de crecimiento e inflación.
Por último, vemos posibles áreas de oportunidad fuera de las estrategias tradicionales de value/growth, como las infraestructuras, la energía limpia, la vivienda en los Estados Unidos y las infraestructuras tecnológicas, como la 5G, todas las cuales podrían prosperar en un entorno postelectoral.
Con la carrera presidencial aparentemente decidida, hay varias razones para ser optimistas sobre el entorno económico más amplio a medida que nos acercamos al 2021, en particular si vemos una o más vacunas contra el COVID-19 aprobadas.
Tribuna de Mona Mahajan, US Investment Strategist de Allianz GI.
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La industria de artículos de lujo se ha visto muy afectada por la crisis de COVID-19 en 2020. El mercado central de artículos de lujo personales se contrajo por primera vez desde 2009, cayendo un 23% al tipo de cambio actual para alcanzar los 217.000 millones de euros.
La caída es la más grande registrada desde que Bain & Company comenzó a realizar seguimientos de la industria. El mercado de lujo en general, que abarca tanto artículos de lujo como experiencias, se redujo a un ritmo similar y ahora se estima en aproximadamente 1 billón de euros.
Ha sido un año de profundo cambio global en la forma en que vivimos, en la forma en que compramos y en lo que valoramos. Los turistas se han quedado en casa, cambiando cómo, cuándo y por qué compran productos de lujo. Las compras en línea de artículos de lujo se han disparado, duplicando su participación en el mercado al 23% en 2020 desde el 12% en 2019. La pandemia de coronavirus ha sido el catalizador del cambio para la industria del lujo, que está en camino de recuperación por 2022-2023. La demanda de los consumidores de acciones con propósito e impacto social está creciendo y se espera que las marcas de lujo demuestren un compromiso real y sostenido con la diversidad, la inclusión y la sostenibilidad.
Estos son algunos de los hallazgos de la 19a edición del Estudio de lujo de Bain & Company, presentado en Milán en colaboración con Fondazione Altagamma, la fundación de la industria de fabricantes de artículos de lujo italianos.
“Todos hemos experimentado un año difícil de cambios rápidos e inesperados y el lujo no ha salido ileso”, aseguró Claudia D’Arpizio, socia de Bain & Company y autora principal del estudio. “Si bien la industria ha sufrido una pausa en los viajes globales y los bloqueos continuos, creemos que tiene la capacidad de recuperación necesaria para superar la crisis. Tenemos fe en su capacidad para transformar sus operaciones y redefinir su propósito para satisfacer las nuevas demandas de los clientes y mantener su relevancia, especialmente para las generaciones más jóvenes”.
Un año de conmociones y cambios, pero con una recuperación a la vista
La incertidumbre se cierne sobre la industria durante algunos meses. Tras el segundo trimestre, que fue el peor que ha vivido el sector, hubo signos de recuperación en el tercer trimestre. El resultado más probable es una caída interanual del -10% en el cuarto trimestre, que depende en gran medida de la evolución futura del Covid-19 y las restricciones adicionales que los gobiernos nacionales podrían implementar.
Los escenarios para 2021 son variados y Bain pronostica un crecimiento que oscila entre +10%-12% y +17%-19% dependiendo de las condiciones macroeconómicas, la evolución de COVID-19 y la velocidad de regreso para viajar a nivel mundial, así como la resiliencia y confianza de clientes locales.
La disminución de los ingresos está afectando de manera desproporcionada la rentabilidad: Bain espera que las ganancias operativas disminuyan en un 60% en 2020 frente al nivel de 2019 (es decir, de un margen promedio del 21% al margen del 12%). Según el estudio, en 2021 se espera que el mercado recupere el 50% de la pérdida de beneficios de 2020, todavía por debajo de los niveles de 2019. Esto se debe al requisito de continuar gastando, y a veces incluso acelerar la inversión en la mayoría de los elementos de costo (marketing, canales en línea, costos de tienda) a pesar de la caída en las ventas.
Bain espera que la recuperación se acelere durante los próximos tres años, y que el mercado regrese a los niveles de 2019 para fines de 2022 / principios de 2023.
Un cambio acelerado hacia las compras locales, impulsado por China
China continental ha sido la única región a nivel mundial que terminó el año con una nota positiva, con un crecimiento del 45% al tipo de cambio actual hasta alcanzar los 44.000 millones de euros. El consumo local se ha disparado en todos los canales, categorías, generaciones y precios.
Sin embargo, Europa ha sufrido la peor parte del colapso del turismo mundial. Mientras se mantiene el consumo local, el consumo regional cayó un 36% al tipo de cambio actual a 57.000 millones de euros.
América experimentó un menor impacto y el mercado cayó un 27% a los tipos de cambio actuales a 62.000 millones de euros. En Estados Unidos, los grandes almacenes afrontan un futuro incierto y el mapa del consumo de lujo se ha vuelto a dibujar para alejarse de los centros urbanos.
Japón ha visto un desempeño polarizado entre las marcas con mayor resistencia que aquellas consideradas atemporales y consideradas inversiones a largo plazo. La región se redujo en un 24% a los tipos de cambio actuales a 18.000 millones de euros en 2020.
El resto de Asia también tuvo problemas, con Hong Kong y Macao entre los peores resultados a nivel mundial. La región se contrajo un 35% a los tipos de cambio actuales para alcanzar los 27.000 millones de euros.
El impacto en Oriente Medio se vio mitigado por bloqueos más breves y repatriación del gasto realizado anteriormente en el exterior, aunque con matices diferentes entre países de la región. En Australia, la desaceleración de los incendios forestales se vio amplificada por la interrupción del turismo. En general, el resto del mundo se contrajo un 21% al tipo de cambio actual a 9.000 millones de euros.
Los cambios regionales marcan una aceleración de un reequilibrio de dónde se realizan las compras de lujo a medida que los turistas cambian para comprar en sus mercados nacionales. La proporción de compras realizadas localmente alcanzó el 80-85% este año y, en el futuro, esperamos que represente entre el 65 y el 70% a medida que las compras nacionales recuperen relevancia, especialmente en China y la región asiática en general.
El canal online acelera el crecimiento mientras las tiendas se redefinen
Los cambios introducidos por el coronavirus aumentaron la presencia de Internet en todos los aspectos de la vida. En el mercado de lujo, las ventas online ascendieron a 49.000 millones de euros en 2020, frente a los 33.000 millones de euros de 2019. La proporción de compras realizadas online se duplicó del 12% en 2019 al 23% en 2020.
El canal online se convertirá en líder de compras de lujo para 2025, impulsando la transformación omnicanal.
Este dramático aumento se produce a expensas del ladrillo y el cemento. Bain espera que no aumente el número de tiendas operadas directamente por las marcas en 2020 y una posible disminución de las redes de tiendas en 2021. Las marcas deberán ajustar sus huellas al nuevo mapa de compras de lujo, evolucionar el papel de la tienda y su ergonomía, y maximizar la experiencia del cliente. La ola de transformación no dejará intacta la distribución mayorista: la contracción del perímetro, el desempeño polarizado y la entrada de nuevos actores llevarán a las marcas de lujo a aumentar su control en el canal.
Los bienes basados en la experiencia podrían liderar la recuperación
Todas las categorías de artículos de lujo personales han experimentado descensos en 2020. Los zapatos se vieron amortiguados por la demanda de zapatillas, cayendo un 12% a 19.000 millones de euros, mientras que las joyas vieron una demanda sostenida en Asia y se beneficiaron de las ventas online. Esa categoría permanece polarizada con alta joyería y artículos icónicos con precios de entrada liderando la recuperación.
Los relojes y las prendas de vestir disminuyeron un 30%. Para los relojes, el COVID-19 amplificó los ya críticos cambios en el patrón de consumo secular de la categoría. La demanda de ropa formal se redujo drásticamente y los jugadores de indumentaria se enfrentaron a una competencia cada vez mayor de las marcas conocedoras de las redes sociales y directas al consumidor.
En todas las categorías de productos, los artículos con precio de entrada aumentaron su relevancia, alcanzando más del 50% de los volúmenes vendidos en 2020. En la búsqueda de relevancia con respecto a los precios, las reglas del juego y los modelos comerciales están cambiando rápidamente el lujo accesible tal como lo conocíamos, aumentando la competencia de nuevas marcas insurgentes con propósitos y modelos comerciales relevantes para el cliente de hoy.
Mirando el mercado de lujo más amplio, se espera que los bienes basados en la experiencia (que Bain define como bellas artes, autos de lujo, jets y yates privados, vinos y licores finos y comida gourmet) se recuperen a un ritmo más rápido que los bienes personales, mientras que las experiencias se retrasarán en la recuperación dada la fuerte dependencia del turismo.
Una agenda social creciente para los consumidores
Además de las cuestiones medioambientales y de sostenibilidad, la diversidad y la inclusión han pasado a primer plano en 2020. Las generaciones más jóvenes, que están destinadas a impulsar el 180% del crecimiento del mercado de 2019 a 2025, ponen un énfasis sin precedentes en la lucha contra la injusticia social y racial. Estos consumidores «activistas» buscan marcas que se alineen con su visión y deseo de propósito.
“Las marcas de lujo se han enfrentado a un año de cambios tremendos, pero creemos que la industria saldrá de la crisis con más propósito y más dinamismo que nunca”, dijo Federica Levato, socia de Bain & Company y coautora del estudio.
“Para 2030, esta industria se transformará drásticamente. Ya no hablaremos de la industria del lujo, sino del mercado de la excelencia cultural y creativa insurgente. En este nuevo espacio ampliado, las marcas ganadoras serán aquellas que construyan sobre su excelencia existente mientras reinventan el futuro con una mentalidad insurgente. Los jugadores de lujo deberán pensar con valentía para reescribir las reglas del juego «.