Bill Hench (Franklin Templeton) apuesta por las small caps estadounidenses ante la envergadura de su universo de inversión y su valoración

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Foto cedidaBill Hench, gestor del fondo Royce US Small Cap Opportunity (Franklin Templeton).. Bill Hench (Franklin Templeton) apuesta por los títulos de pequeña capitalización estadounidenses por la envergadura del universo de inversión y por su valoración

El FMI prevé que la economía estadounidense, que en el tercer trimestre de 2020 registró un crecimiento anualizado del PIB sin precedentes del 33,1%, aumente un 3,1% en 2021. Estas perspectivas de crecimiento más la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca despierta el interés de los inversor por el mercado estadounidense. 

¿Cómo incluir exposición a EE.UU en nuestras carteras? En opinión de Bill Hench, gestor del fondo Legg Mason Royce US Small Cap Opportunity Fund (Franklin Templeton), el segmento de pequeñas empresas es una clase de activo muy atractivo. Sobre ello nos ha hablado en esta entrevista.

Pregunta: ¿Por qué cree que centrarse en el mercado estadounidense constituye una oportunidad?
Respuesta: Los títulos estadounidenses de pequeña capitalización constituyen uno de los universos de inversión de mayor envergadura y profundidad del mundo, por lo que presenta multitud de oportunidades entre las que encontrar excelentes inversiones. Los valores de pequeña capitalización también son objeto de menos análisis que las empresas de gran capitalización, lo que aumenta el atractivo de la clase de activos. Además, los títulos de pequeña capitalización también han batido a los de gran capitalización a largo plazo. Y, si bien los títulos de pequeña capitalización son, en términos generales, más volátiles que sus contrapartes de mayor tamaño, también han registrado rentabilidades positivas en el 88% de los periodos mensuales sucesivos en 3 años, en el 95 % de los periodos mensuales sucesivos en 5 años y en el 100% de los periodos mensuales sucesivos en 10 años del 31/12/45 al 31/8/20, utilizando el CRSP 6-10 como referencia para los títulos de pequeña capitalización.

P: ¿Qué supone para las small cap la llegada de Biden a la Casa Blanca para el sector de empresas de pequeña capitalización?

R: Siempre hemos pensado que las elecciones conllevan menos consecuencias a largo plazo para las empresas de las que se suele creer. A nuestro juicio, se dan las condiciones para que se produzca una sólida recuperación a escala mundial cuando la vacuna esté lista y pueda distribuirse a escala mundial. Ello determinará el ritmo de crecimiento más que cualquier otra cosa. Si bien los estímulos están captando un gran interés, nosotros creemos que la actividad económica está recuperando la normalidad a un ritmo mucho más acelerado de lo que se considera en términos generales. Por tanto, aunque somos conscientes de que es necesario implantar un programa para ayudar a las personas y sectores que aún no se han beneficiado de los programas ya en marcha, no estamos de acuerdo con la idea de que sea necesario un plan de gran envergadura para generar mejores resultados económicos.

P:¿Cuáles serán los sectores, dentro de estas small cap, que representan una mayor oportunidad de inversión de cara a una recuperación económica?

R: Hemos posicionado la cartera de cara a un repunte económico, con inversiones en títulos cíclicos de industria y consumo en sectores que abarcan desde el transporte hasta los materiales, pasando por la tecnología de smartphones. Muchos de los títulos de pequeña capitalización más penalizados por la crisis económica derivada de la pandemia siguen negociándose a unos precios más reducidos que a principios de 2020. Ello representa un atractivo universo de grandes dimensiones de títulos que analizar y, potencialmente, adquirir, asumiendo que se den los argumentos de valoración y crecimiento. Seguimos observando una mejora en los fundamentales de las empresas que constituyen nuestras actuales posiciones, impulsada por un repunte cíclico en las ventas, a la adaptación a la revolución digital y a importantes recortes en los costes de explotación. Así, creemos que existe una oportunidad para que se produzca un sólido crecimiento de los beneficios en 2021, lo que constituiría un impulso adicional para los precios de los valores. Además, los mercados de deuda corporativa presentan una situación sólida, lo que podría brindar a las empresas apalancadas la posibilidad de refinanciarse con condiciones favorables. Incluso tras un marcado repunte en el mercado, nuestras perspectivas para el Fondo son optimistas a medida que nos acercamos al final de 2020 y nos adentramos en el inicio de 2021.

P:¿Están participando las small cap en la rotación o mayor interés por firmas valor que hemos visto las últimas semanas?

R: Mucho. Se está desarrollando gradualmente una recuperación mundial sincronizada, apuntalada por la probable inminencia de las vacunas y los efectos retardados de los descomunales paquetes de estímulo monetario y fiscal. Todo ello debería seguir siendo favorable para las empresas de pequeña capitalización y, en concreto, los títulos cíclicos. No obstante, también podríamos asistir a una mayor volatilidad y consolidación.

P: ¿Qué papel puede jugar una estrategia de small cap como el fondo Legg Mason Royce US Small Cap Opportunity  en la cartera de un inversor?

R: Este fondo es más apto para inversores a largo plazo que busquen exponerse a la clase de activos de títulos de pequeña capitalización y estén dispuestos a aceptar volatilidad de forma periódica. El enfoque cuenta con tres principales elementos diferenciadores: aprovecha los sesgos de extrapolación de la mayoría de inversores (esto es, la idea que si las cosas van mal, seguirán haciéndolo); un equipo de gestión de carteras con una experiencia de más de una década ejecutando este enfoque de forma constante y un proceso de gestión de riesgos con distintos niveles que tiene por objeto captar el potencial alcista/bajista favorable de un subconjunto de títulos con mayor volatilidad y menor liquidez.

Tras la pandemia, el 50% de los ejecutivos considera que la sostenibilidad es más relevante

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Pixabay CC0 Public Domain. La pandemia aumenta la importancia de la sostenibilidad para el 50% de los ejecutivos

La pandemia del COVID-19 estalló justo en el momento en el que numerosas empresas estaban aumentando sus esfuerzos en sostenibilidad. Cabría pensar que la crisis podría haber hecho que los directivos aparcasen estos objetivos para centrarse en la supervivencia de sus compañías, sin embargo, según la última encuesta de Bain & Company, la sostenibilidad sigue siendo una prioridad para ellos. 

De hecho, el estudio, realizado entre 150 líderes empresariales de diversos sectores del mundo, señala que el 50% de los ejecutivos considera que la sostenibilidad es relevante y el 75% de ellos espera que las iniciativas de sostenibilidad generen un cambio permanente.

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Según las conclusiones de la encuesta, casi la mitad de los ejecutivos entrevistados dice que la sostenibilidad es más importante en su toma de decisiones. La crisis expuso debilidades en las operaciones existentes y abrió la puerta a que las empresas acortasen sus cadenas de suministro y las hicieran más transparentes, socialmente conscientes y respetuosas con el medio ambiente. “Por eso, no es sorprendente saber que el 43% de los ejecutivos planea mejorar los procesos relacionados con la sostenibilidad”, apuntan desde Bain & Company.

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Por último, los ejecutivos señalan que ven la crisis del COVID-19 como una oportunidad para apoyarse en la sostenibilidad, ya que la pandemia ha puesto de relieve la importancia de los factores ESG críticos. La firma señala que si las experiencias en crisis pasadas como la crisis financiera mundial de 2008-2009 son un indicio, la sostenibilidad seguirá siendo una prioridad máxima, incluso cuando las empresas se centren en su supervivencia. 

“Las compañías que se comprometan con la sostenibilidad durante la crisis del coronavirus saldrán fortalecidas, con relaciones más sólidas con sus clientes y proveedores, una reputación corporativa mejorada y unos empleados más leales y productivos”, concluye el informe de Bain & Company.

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Las tres rupturas de la crisis sanitaria y la reconstrucción de la economía

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Pixabay CC0 Public Domain. Las tres rupturas de la crisis sanitaria y la reconstrucción de la economía

La crisis sanitaria ha sido una experiencia para toda la vida. Como resultado de políticas económicas activas, las economías han mostrado su resiliencia. Pero hay tres rupturas que cambiarán la economía del mañana.

La primera es la jerarquía de las políticas económicas. El choque ha desestabilizado la economía y la política fiscal es la mejor arma para reconstruirla. La segunda ruptura es la polarización de un mundo donde todos buscan sacar ventaja de la situación. La globalización generalizada ha llegado a su fin. Y la tercera ruptura es la del mercado laboral. Los esquemas de permiso de trabajo en Europa notablemente, pero también la aceptación del trabajo desde casa, han modificado profundamente las relaciones laborales y la dinámica de este mercado. Debemos reconstruir la economía al integrar estas tres rupturas a la vez que consideramos el objetivo del crecimiento sustentable.

El reto es de todos

La crisis sanitaria ha puesto de cabeza al 2020 y ha sometido a la economía a un impacto negativo como nunca antes fuera de los conflictos globales. No obstante, nos sorprende porque, aunque la interrupción fue repentina y brutal, la economía no se descarriló. En esta verdadera experiencia de vida, la gestión de la situación a través de la política económica hizo posible limitar los deslices y la persistencia de levantamientos. Ciertamente, las economías se verán afectadas por esta crisis por un tiempo prolongado, pero ciertamente no al nivel del impacto experimentado por las economías en el segundo trimestre.

Las instituciones eran sólidas y el manejo de la crisis se percibió como algo creíble. No había desconfianza en las acciones emprendidas por las autoridades para limitar la extensión del choque. En otras palabras, la crisis sanitaria no ha causado una convulsión política, excepto quizá la derrota de Donald Trump en las elecciones presidenciales. Esta dimensión relacionada con la credibilidad y efectividad de las acciones será importante en el largo plazo para evitar el riesgo de una crisis social y política. Es la principal restricción para los gobiernos y bancos centrales.

Sin embargo, la economía ha cambiado dramáticamente con esta crisis sanitaria. Esto ha alterado la jerarquía de las políticas económicas, acentuado la polarización de la economía global y revolucionado el mercado laboral.

La nueva jerarquía de la política económica

El coronavirus ha obligado a la política económica a enfocarse en la economía. Era necesario compensar los efectos negativos de las decisiones que tomamos para combatir la pandemia. Estas medidas se enfocaban principalmente en la economía real, por ejemplo, el mercado laboral y la situación de los negocios. En cierta forma, la acción del gobierno tuvo que reemplazar a la de los mecanismos del mercado para que la economía continuara operando.

En el 2008-2009, durante la crisis financiera, una situación similar ocurrió en los mercados financieros. Los bancos centrales posteriormente reemplazaron esto para que el sistema bancario continuara funcionando a la vez que los bancos ya no tenían confianza mutua. El énfasis se puso entonces más en las finanzas que en la economía.

Las dos últimas crisis fueron de tal magnitud que los mecanismos del mercado habituales no fueron capaces de abordarlas rápidamente. Estas dos situaciones sugieren nuevas reglas para que la regulación pueda ser endógena, y así prevenir rupturas que no sean favorables para nadie.

La necesidad de medidas de política fiscal de gran escala ha cambiado la jerarquía de la política económica. La parte que corresponde a los bancos centrales está ahora condicionada a las decisiones del gobierno. Los bancos centrales calibran la cantidad de compra de activos que son condicionales a las expectativas de los déficits fiscales mientras que las tasas de interés de referencia ahora están en casi 0%.

Este es un cambio real en dos frentes. El primero proviene del hecho de que la política monetaria ha alcanzado el fin de sus posibilidades. La baja en las tasas de interés a largo plazo orquestada por la acción de los bancos centrales en el contexto de la globalización financiera ya ha concluido. Proporcionó al sistema financiero una influencia considerable desde la caída de las tasas de interés de más del 15% a principios de los 80s hasta 0% y 40 años después revaluó todos los activos financieros, convirtiendo en rentables todas las actividades financieras. Este periodo ya ha finalizado y ahora la política fiscal deberá tomar el liderazgo. El péndulo ha cambiado de dirección.

Esta nueva jerarquía deberá permitir a los gobiernos que han intervenido a escala masiva recuperar margen de maniobra para el largo plazo. Las tasas de interés reales en negativo van a durar. Esto aumentará la influencia en la economía real comparado con la economía financiera. Las prioridades han cambiado.

La polarización de la economía global

La crisis sanitaria ha acelerado las tendencias que ya eran perceptibles antes, particularmente en la economía global. En EE.UU., el Presidente Trump fue electo en 2016 a la luz de la propuesta de enfocar la economía estadounidense hacia sí misma. La clase media ya se había visto castigada por la globalización económica y el entonces candidato intentaba echar a andar la repatriación de los empleos en el exterior de vuelta a EE.UU., especialmente en el sector industrial. EE.UU. debía producir a escala doméstica y exportar con el fin de beneficiar por completo a la economía con los efectos de la innovación y la inducción de crecimiento. Esto no ha funcionado realmente si observamos el creciente déficit comercial de EE.UU.

Ahora estamos a la espera de las decisiones que tomará el nuevo presidente. En un artículo publicado en la revista “Foreign Affairs” de marzo / abril 2020, cuando era candidato Demócrata a la presidencia, Joe Biden se refirió a una política económica para la clase media, esto quiere decir una política para aquellos que se vieron debilitados por la globalización. Los métodos ciertamente serán diferentes, pero las reflexiones entre los dos presidentes no son necesariamente distantes.

En China, el objetivo, desde la llegada de Xi Jinping a la presidencia, es implementar los medios necesarios para que la economía china gane liderazgo global en la industria. Esta fue la base de la filosofía “Hecho en China 2025” y se reflejó también en el deseo de desarrollar la influencia política y económica de China a lo largo de las iniciativas de la Ruta de la seda (iniciativa Belt and Road). Esto ha resultado en una considerable inversión pública para facilitar la investigación y la innovación.

Esta manera de alterar la hegemonía estadounidense gradualmente ha derivado en una acentuación del balance de poder entre los dos países. Las opciones arancelarias que decidió la Casa Blanca y las represalias chinas han empeorado las relaciones entre las dos naciones. El acuerdo comercial firmado el 14 de febrero de 2020 entre los dos países apuntaba a aumentar significativamente las importaciones chinas de EEUU (200 mil millones de dólares) aún más en 2020 y 2021 comparado con el 2017). Esto no funcionó: en octubre de 2020, las compras reales de China representaron solamente 55% de los compromisos establecidos.

China gradualmente ha desplegado una estrategia enfocada en reducir su dependencia del resto del mundo. El país incrementó la producción de bienes para sustituir las importaciones. El crecimiento ha repuntado desde el segundo trimestre pero las importaciones apenas han aumentado. En noviembre de 2020, las importaciones chinas calculadas en renminbi fueron menores que en noviembre de 2019 y de cierto modo por encima de esta referencia en términos de dólares. China exporta mucho pero no importa en la misma escala. Esto se traduce en un superávit del balance comercial que representa 6% del PIB chino y dado el tamaño de su economía, este superávit es una carga para el resto del mundo. (para una producción determinada, el superávit de China es la contraparte de un déficit del resto del mundo con respecto a China, más importaciones y menos exportaciones).

Contrario a lo que se había observado en 2009 y 2010, la economía china no es una fuente de crecimiento para el resto del mundo. El mundo seguirá siendo global pero avanza hacia otro equilibrio en el que cada país/región tenderá a favorecer su propio crecimiento incluso si es en detrimento del resto del mundo. En Europa, los cambios pueden notarse en dos niveles: el primero es que a medida que la situación global se modifica, habrá menos impulsos al crecimiento desde el resto del mundo. Se requiere más crecimiento autónomo, de ahí la importancia de los paquetes de estímulo. La otra dimensión es el cambio en Alemania, que percibe hoy que su situación está más condicionada por la de sus vecinos, a diferencia del 2010. La gran flexibilidad de Angela Merkel, particularmente en términos de política presupuestal, es sorprendente si recordamos que en el 2011 fue a iniciativa de ella que se implementaron las medidas presupuestales que llevaron a una larga recesión de mediados del 2011 a finales del 2012.

Lo que ha cambiado, por tanto, es el equilibrio que significa que, de ahora en adelante, las decisiones locales son sistemáticamente más potentes que la opción de la globalización. La crisis sanitaria aceleró esta tendencia ya que cada país debió reaccionar de acuerdo con las restricciones causadas por la pandemia.

El nuevo equilibrio del mercado laboral

El mercado laboral ha experimentado una disrupción a causa de tres fenómenos. Estos no necesariamente ocurrieron en el mismo país, pero definitivamente cambiaron el funcionamiento de dicho mercado. El primer fenómeno refleja el cambio del mercado laboral asociado con los paros en el empleo a una gran escala y decididos por los gobiernos. El financiamiento de este nuevo esquema fue implementado por el Estado y esta nueva organización sustituye a los empleos normales que no pueden llevarse a cabo por causa de las restricciones sanitarias que los gobiernos emprendieron. 

Esta estrategia fue iniciada por Alemania en el 2009 con el fin de poder captar la recuperación cuando iniciara y limitar los costos de los despidos masivos durante la caída de la actividad y los costos adicionales durante la reanudación del crecimiento. Este método se fue generalizando en el 2020, especialmente en Europa.

La especificidad de este episodio con tales procedimientos es que la economía está en recesión sin ningún equivalente de ajuste en el mercado laboral. ¿Se puede reproducir esto mismo en la escala de todas las recesiones en el futuro o solamente sirve para reflejar la magnitud del impacto negativo en la actividad que requiere una intervención masiva del Estado? Es el dilema de las nuevas reglas del juego a ser implementadas para regular la economía de forma endógena.

 El segundo fenómeno, lo contrario al anterior, es el impacto de la crisis sanitaria en el mercado laboral cuando no hay una red de protección para el empleo parcial. En EE.UU., la pérdida de 20,5 millones de empleos en abril es excepcional. La situación solamente pudo gestionarse después de la aceptación de este riesgo a través de los apoyos para el desempleo. Esto parece traducirse en un nivel de desempleo que solamente podrá encontrarse con el tiempo. No habrá un regreso espontáneo a los niveles de empleo anteriores a la crisis. Los empleos menos eficientes no van a ser reemplazados. Esto acentúa la polarización del mercado laboral, pero incrementa la productividad de la economía.

Entre los dos modos de ajuste, la elección de Europa asume que la crisis no va a ser prolongada y que los procedimientos del empleo parcial pueden ser efectivos si son temporales. El riesgo es que la productividad sufre si el crecimiento no repunta tan rápido como es de esperarse. El aumento del desempleo podría surgir con cierto retraso, pero la situación en este caso no difiere de la de EE.UU. excepto porque llegaría tarde por varios meses. El arribo de la vacuna en Europa es, desde este punto de vista, una buena noticia. El tercer fenómeno es el teletrabajo. Tuvo su mayor auge en Europa, especialmente durante la primavera. Si bien no aplica a todos los trabajadores, este fenómeno modifica profundamente las relaciones entre los empleados y sus empresas ya que estas últimas ya no son el único lugar donde puede desempeñarse el trabajo.

Esto plantea varias dudas

En primer lugar, la eficiencia de las empresas ya que la unidad en una sola sede crea sinergias que incrementan la capacidad de innovación. Esta es la idea de Coase, pero también la que puede identificarse como una extensión en la obra de Joel Mokyr sobre la cultura del crecimiento. Los intercambios promueven la innovación y la eficiencia. En relación con esto surge la pregunta acerca de la medición de la eficiencia y la productividad de los empleados. El balance se ha modificado a profundidad y ciertamente por un tiempo prolongado porque los empleados han desarrollado un interés por el trabajo a distancia. Pero esto presupone nuevas reglas de operación con el fin de evitar una uberización gradual de los empleados.

Con esto en mente, el teletrabajo también es una respuesta a la cuestión de la planeación regional. Todos, dentro de este marco de referencia, deberán ser capaces de instalarse donde lo deseen dependiendo de las restricciones del trabajo remoto (no obstante condicionado por la calidad de las conexiones, que es otro objetivo clave de la política industrial). Esto por tanto cambia profundamente la dinámica del ingreso. El ingreso en las zonas metropolitanas es más alto que en los pueblos. ¿Es pertinente pagar el mismo salario a una persona cuya residencia permanente cambia de la metrópolis a un pueblo? El salario pagado toma en cuenta al menos parte del entorno geográfico de la empresa. En este punto, las preguntas siguen abiertas.

También debemos ser cuidadosos porque el teletrabajo también es contrario al empleo que no puede beneficiarse de esta propiedad. El mercado laboral está probablemente volviéndose menos homogéneo aun. La polarización del mercado laboral distingue tres categorías: empleos altamente cualificados para los cuales la tasa de desempleo es baja y los salarios son elevados, que son candidatos directos para el trabajo a distancia; trabajos no calificados para los cuales el aumento del empleo es positivo pero cuyos salarios son bajos y no se benefician de los esquemas del trabajo a distancia, y empleados no calificados que han sido los grandes perdedores de la evolución del mercado laboral por 20 años. ¿Cómo se logrará un equilibrio para esta última categoría que representa 60% del mercado laboral? Es aquí donde todos los esfuerzos de capacitación deben implementarse con el fin de adaptar el empleo a la economía del mañana. El riesgo del mercado laboral que ya existía en esta parte del mercado del empleo se acentuó aún más con la nueva situación. La economía está en permanente conflicto y debemos procurarnos los medios para asegurar que esta parte del mercado laboral se adapte y se beneficie de empleos más estables y más rentables.

La ruptura causada por la crisis sanitaria es profunda

Las dudas que surgen hoy ya no se parecen a las de antes. La lección es que debemos reconstruir la economía. Esto va implicar tasas de interés negativas con el fin de promover el crecimiento en la economía real y revertir la dirección emprendida durante los últimos 40 años, que ha favorecido a la esfera financiera. Esta reconstrucción también va a resultar en nuevas relaciones con el resto del mundo. Nadie desea ya jugar el mismo juego de la cooperación, ni China ni EEUU y consecuentemente Europa deberá adoptar una nueva estrategia consistente con ellos. Cada país deberá volverse más autónomo en su forma de desarrollarse.

Finalmente, dentro de la economía, el balance entre el trabajo y el capital se ha visto profundamente modificado por los procedimientos del desempleo parcial y del teletrabajo. La economía debe reconstruirse en torno a estas nuevas tendencias, con la restricción del respeto a la sustentabilidad de la economía en el largo plazo. Este es el verdadero desafío para todos nosotros.

Tribuna elaborada por Philippe Waechter, director de investigación económica de Ostrum Asset Management, filial de Natixis IM.

Cuestionario ESG: descubra las respuestas

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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Cuánto conozco de criterios ESG? Descubra las respuestas al cuestionario

En el test que les propusimos ayer sobre criterios ESG solo existía una respuesta correcta y todas las respuestas se pueden encontrar dentro del contenido de Funds Society. Seguro que para quienes siguen nuestras newsletter diarias fue muy sencillo.

De todas maneras, si tuvieron alguna duda en el momento de responder, a continuación les proporcionamos los enlaces a los artículos que contienen la información. 

1. La respuesta correcta es 58.300 millones de dólares, es decir la opción 3. 

Según la última encuesta elaborada por Cerulli Associates, el objetivo por minimizar el impacto medioambiental ha hecho más popular el uso de ETFs con criterios ESG. De hecho, según la firma, el 86% de los creadores de estos productos en Europa reconoce que esta tendencia continuará. Por ahora los datos muestran el fuerte crecimiento de estos productos dentro de la industria. A finales de agosto de 2020, los activos europeos de ETFs ESG alcanzaron 49.700 millones de euros (58.300 millones de dólares), lo que supone un incremento del 69,1% desde finales de 2019, según los datos de Broadridge. Por tipo de activos en los que invierten, los ETFs ESG de renta variable representaron 40.400 millones de euros del total y los ETFs ESG de renta fija 9.300 millones de euros. Para más información puede acceder al siguiente enlace.

2. La respuesta correcta es la opción 2. La empresa es Nextera Energy

En el tercer trimestre del año, las empresas de la denominada «nueva energía» han repuntado con fuerza. Así lo señala Columbia Threadneedle, cuya estrategia Global Sustainable Outcomes ha tenido un buen desempeño gracias a sus posiciones en los líderes de energías renovables Nextera Energy y Orsted. La primera de ellas, consiguió el 7 de octubre batir en capitalización a Exxon Mobil. Puede comprobar la información aquí.

3. Prolongar nueve meses la vida de la ropa podría reducir las huellas de carbono, agua y residuos entre un 20% y un 30%, por lo tanto la respuesta correcta era la 3. 

Si tiene dudas, puede ingresar en el siguiente enlace y corroborar la información.

4. Tras conocer esta respuesta, no querrá tomar nunca más una cerveza, pues el tiempo que tarda en degradarse su envase es 400 años. Respuesta 2. 

Si le interesa conocer más sobre el mundo del plástico y lo que demora en degradarse puede ingresar en el siguiente link

5. Según la definición de la Comisión Europea, ser neutro en carbono se consigue cuando “se emite la misma cantidad de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera de la que se retira por distintas vías, lo que deja un balance cero, también denominado huella cero de carbono”.

La respuesta correcta es la 2. La importancia de la carrera para llegar a la neutralidad del carbono se puede leer en el siguiente artículo.

6. En este caso la versión acertada es la 1. El 85% de los profesionales de la inversión ya tienen en consideración los factores ESG en sus inversiones, según una encuesta del CFA Institute, según cuenta la siguiente nota.

PUNTUACIÓN

Si usted obtuvo entre 0 y 2 respuestas correctas… Debe poner las barbas en remojo. Los criterios ESG son cada vez más importantes, no solo para el planeta, en búsqueda de una mejor convivencia, sino también para la industria. Los inversores cada día miran más estos criterios y los gobiernos buscan apoyar estas medidas. 

Si obtuvo 3 o 4 respuestas acertadas… Va por el buen camino, debe intensificar sus lecturas sobre estos criterios, y para eso, ¡qué mejor que Funds Society! Le recomendamos comenzar con las que compartimos en cada respuesta y luego navegar por nuestra web donde encontrará todo lo que quiera saber sobre estos criterios. 

Si obtuvo entre 5 y 6 respuestas correctas… ¡Es usted Capitán Planeta! Tiene un gran dominio del tema, no hay excusas para no implementar estos conceptos. Vaya, corra a aplicarlos. Si ya los aplica, siga la revista de Funds Society, que ya se elabora con papel reciclado.

Christian Pellis, nuevo CEO de Amundi para Alemania

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Foto cedidaChristian Pellis, CEO de Amundi Alemania.. Christian Pellis, nuevo CEO de Amundi Alemania

El nuevo año trae nuevos nombramientos. Uno de los primeros en confirmarse ha sido el de Christian Pellis, que se ha convertido en el nuevo CEO de Amundi para Alemania, desde el 1 de enero de 2021. Además, Pellis sustituirá en el cargo a Evi Vogl, que se retira del negocio operativo. 

Aunque los medios internacionales ya recogían este posible cambio el pasado mes de abril, ha sido ahora cuando la gestora lo ha confirmado. Desde 2013, Christian Pellis ha ocupado el cargo de responsable de distribución para terceros de Amundi, puesto que ahora quedará en manos de Thierry Ancona

Antes de unirse a Amundi, Pellis fue miembro de la junta ejecutiva de GT Capital Management y jefe de ventas desde 2010, y, con anterioridad, trabajó durante 11 años en Threadneedle Investments, ocupando diversos puestos. 

Respecto a Thierry Ancona, ocupa el cargo de director adjunto de cobertura para institucional y corporativo de Amundi desde 2019. Se unió a la gestora francesa en 2012 como director encargado de clientes corporativos y fondos de pensiones corporativos, aunque luego ha ido desempeñando diversas funciones y responsabilidades dentro de la firma.

El aumento de impuestos a personas de altos ingresos en Nueva York generó un “mercado caliente” en Palm Beach

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Foto cedidaErin Sykes. Erin Sykes

Nueva York está sopesando un aumento de impuestos sobre las personas de ingresos altos para el año 2021 lo que ha provocado que el 2% de la base contributiva de esta ciudad se mude o piense hacerlo, dijo a Funds Society la economista en jefe de Nest Seekers International, Erin Sykes. 

En este contexto, el estado de Florida es de los preferidos para quienes buscan salir de Nueva York, lo que ha favorecido un “mercado caliente” en algunas regiones del estado, aseguró.

“Hemos visto el comienzo del cambio de valor residencial más significativo de nuestra vida, lo que en Nest Seekers llamamos ‘La gran reorganización’. Demostrando el éxodo a Florida, Palm Beach fue declarado el ‘mercado más caliente del mundo’ con precios promedio de viviendas por encima de los siete millones de dólares”, comentó Sykes a Funds Society.

Además, la experta aseguró que esta “migración hacia el sur también ha afectado a Wall Street” donde enfatizó en el interés de Goldman Sachs en mudarse a Palm Beach como informó Funds Society en este artículo. Por otro lado, Citadel y Elliott Management ya han establecido una tienda en Florida, recordó Sykes. 

En 2019, Florida atrajo 17.200 millones de dólares más de lo que perdió, como receptor de un ‘éxodo de riqueza’ de muchos estados, incluido Nueva York, que contribuyó casi con la mitad, unos 8.000 millones a la base de ingresos del estado sureño. 

Si bien las personas de alto patrimonio son la fuerza impulsora detrás del cambio hacia el sur, debido a las obvias ventajas fiscales en estados como Florida y Texas, también las personas que tienen otros niveles de ingresos están reconociendo la oportunidad de tener más espacio y acceso al aire libre, comentó Sykes.

Durante el 2020, la pandemia marcó una nueva modalidad de trabajo con la necesidad de quedarse en casa. Según Sykes, esto jugó a favor en que las personas pensaran en tener más espacio. Sin embargo, “todavía hay algunos problemas que resolver con respecto al trabajo desde casa, y la seguridad en línea y la velocidad de conexión son lo más importante para las empresas financieras”, comentó.

Erin Sykes es economista en jefe de Nest Seekers International. Comenzó su carrera en Estee Lauder, trabajando extensamente en los mercados internacionales, especialmente en Asia y América Latina, luego se desempeñó como vicepresident de Sykes Commercial Development y ahora se enfoca en la venta de viviendas residenciales de ultra lujo en Palm Beach, Nueva York y The Hamptons.

Además, Sykes tiene un MBA de la Universidad de Pepperdine y una licenciatura en Finanzas y Negocios Internacionales de la Universidad de Villanova.

 

Juan Hernandez se convierte en Head de América Latina

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Juan Hernandez, foto cedida. foto cedida

Para empezar 2021, Vanguard ha promovido a Juan Hernández, Country Head para México, a Head para Latinoamérica.

Hernández se unió a la firma en el verano de 2017 y fue el encargado de crear y crecer la oficina en ese país. En estos casi tres años, su plantilla se acerca a 20 personas y aún en pandemia, vieron sus activos crecer a doble dígito.

Funds Society supo que Hernández no dejará su cargo en México, sino que crecen sus responsabilidades y liderará la región desde el país latinoamericano. 

Este ascenso responde a varios ajustes de equipos y regiones que ha establecido la compañía a nivel mundial, comentaron desde la compañía.

Previo a Vanguard, se desempeñaba como director de ventas institucionales en Blackrock México y director de ventas de iShares México.

Hernández tiene un MBA por la Universidad de California, Berkeley y participó del Executive Program, Leading Global Businesses de la Universidad de Hardvard, según la información de su perfil de Linkedin.

¡Bienvenido a 2021!: así es el mundo al que se enfrentará este año

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Pixabay CC0 Public Domain. ¡Bienvenido a 2021!: Así será el mundo al que se enfrentará este año Gg

Todavía con el confeti por el salón de casa y tras haber celebrado unas fiestas totalmente diferentes debido al coronavirus, toca sentarse y contemplar el calendario. Por delante tenemos 12 meses llenos de oportunidades y retos en un mundo totalmente diferente al que despedimos hace apenas unos días. 

Durante las presentaciones de perspectivas que han hecho las gestoras en estas últimas semanas, todas han insistido que el mundo al que nos enfrentamos hoy ha cambiado mucho en comparación con los dos últimos años siendo la pandemia el catalizador común de todos esos cambios. Por un lado, la experiencia del coronavirus (que aún no ha terminado) ha acelerado tendencias económicas y sociales subyacentes que ya veníamos observando durante los últimos años: la digitalización, la sostenibilidad, el consumo online y los cambios demográficos, entre otros. 

“2020 nos ha traído cambios irreversibles, como nuevas reglas y patrones de comportamiento, que han contribuido a la aceleración de tendencias que ya estaban ahí. Estos cambios vienen de cuatro dimensiones: un mayor enfoque a la inversión sostenible, pero con el acento puesto en el criterio social y de gobernanza; un mayor aumento de las desigualdades; mayor riesgos geopolíticos por una mayor polarización entre China y Estados Unidos; y, por último, una mayor coordinación entre políticas fiscales y las políticas monetarias de los banco centrales”, explicaba recientemente Manuel Gutierrez Mellado jefe de ventas de BlackRock para España y Portugal.

Nuevo orden de inversión

En opinión de BlackRock, todo ello da lugar a un “nuevo orden de inversión” en el que los inversores deberán revisar sus carteras y analizar cada activo que la componen o quieren incluir. Desde la gestora coinciden en que los tipos de interés bajos continuarán, pero advierte que la inflación puede ser el “riesgo invisible” en este nuevo entorno. Según los expertos de BlackRock Investment Institute apuntan que la inflación podría rozar el 3% en EE.UU. y el 2,5% en la Unión Europea, frente a las estimaciones del mercado que sitúan estos porcentajes en el 2% y el 1,5%, respectivamente. 

Además de unos tipos bajos y una inflación que aumentará, BlackRock coincide con la mayoría de las gestoras en apuntar que 2021 será un año de recuperación. Algunos ven una recuperación desigual y lenta, pero desde BlackRock son más optimistas. “Esperamos que la recuperación sea rápida y pronunciada. Creemos que la situación es ahora mejor que lo inicialmente previsto, ahora bien hay que ver cuánto daño irreversible queda dentro de la economía. En nuestra opinión, ese daño irreversible no será tan grande como se pensaba al principio”.

Con la vista puesta en esa recuperación, Fidelity International se hace una pregunta crucial: ¿Se corresponderá la realidad con el optimismo del mercado? Según indica Andrew McCaffery, CIO global del área de Gestión de Activos de Fidelity International, en 2020 los inversores eligieron invariablemente creer en el escenario más optimista, animados por la liquidez de la Fed y otros grandes bancos centrales. “Me preocupa que este optimismo no se corresponda con la realidad económica de 2021. Se ha adelantado un enorme volumen de inversión para sostener unas economías vapuleadas y, dado que es probable que el Congreso de EE.UU. esté dividido, un paquete de estímulos presupuestarios más reducido podría significar una recuperación más lenta. A corto plazo, existe el riesgo de recaída en la recesión en EE.UU. si se imponen más restricciones para luchar contra el virus mientras el mundo espera a que las vacunas se distribuyan entre la población”, advierte McCaffery.

La segunda reflexión que lanza McCaffery sobre este año es la consolidación del cambio climático como una prioridad: “Después de un año en el que los factores sociales han protagonizado las agendas de los gobiernos y las empresas, el cambio climático se perfila como la prioridad en materia de sostenibilidad en 2021, reforzada por el Green Deal de la UE y el apoyo explícito del presidente electo estadounidense Joe Biden. Las expectativas son altas en cuanto a lo que se podría conseguir para acelerar la descarbonización en la cumbre del cambio climático de la ONU a finales de 2021″.

Por último, para Julius Baer, estamos directamente ante el fin de la era neoliberal, “lo que trae consigo la inevitable obsolescencia del abanico de políticas dominadas por los instrumentos monetarios. Este modelo de políticas, que de hecho fue diseñado para resolver problemas anteriores a la época de la globalización y financiarización extremas, está muerto, y la crisis del coronavirus no ha hecho sino enterrarlo definitivamente”, explica en su informe sobre tendencias 2020/2029.

El banco privado suizo destaca cuatro aspectos de este nuevo panorama de políticas disponibles: habrá un mayor énfasis en el estímulo fiscal; los bancos centrales cooperarán mucho más estrechamente con los gobiernos para financiar los déficits acumulados a raíz de esas intervenciones fiscales (según la Teoría Monetaria Moderna); los incentivos se implementarán de una forma más directa; y, por último, estima que se mantendrán las políticas monetarias no convencionales que surgieron tras la crisis financiera de 2008.

En este sentido, es destacable el impacto que están teniendo las decisiones de los bancos centrales. Dejando a un lado la política monetaria, Marco Troiano, subdirector de instituciones financieras de Scope Rating, pone como ejemplo el mensaje que han lanzado los bancos centrales sobre el pago de dividendos.

“Pedir a los bancos que sean prudentes con respecto a las distribuciones de capital es lo correcto en este entorno, ya que la rentabilidad de los accionistas es una preocupación secundaria frente a la estabilidad financiera, en particular en un año en el que los bancos han recibido un importante apoyo extraordinario, tanto directa como indirectamente. La relajación de las restricciones permitirá a los bancos más fuertes diferenciarse de otros durante el próximo año y de ahora en adelante, con la esperanza de estimular la consolidación del sector», sostiene Troiano.

Y nuevo entorno geopolítico

Tanto BlackRock como Julius Baer coinciden en destacar que estamos ante un mundo más bipolar entre China y Estados Unidos. “La brecha entre EE.UU. y China sigue creciendo. Si bien las cuestiones comerciales parecen haber quedado en un segundo plano, en otros frentes las hostilidades entre ambos países se mantienen firmes. El principal tema de enfrentamiento es el coronavirus, ya que se responsabiliza a China de la propagación descontrolada de la pandemia”, explica el banco privado suizo.

BlackRock lleva su reflexión un paso más allá y señala que  “la globalización se está reconfigurando”. Según explica Gutierrez Mellado, el coronavirus ha acelerado las tendencias geopolíticas como un orden mundial bipolar entre los Estados Unidos y China y, la reconfiguración de las cadenas de suministro mundiales para una mayor resistencia, dando menos prioridad a la eficiencia.

“La rivalidad estratégica entre EE.UU. y China parece que se mantendrá, con la competencia y el sector de la tecnología en el centro. Es probable que en ambos países se hagan más hincapié en la búsqueda de la autosuficiencia en las industrias críticas del futuro. China está buscando dominar las tecnologías más relevantes, como los semiconductores, en las que se ha retrasado radicalmente a los EE.UU. Por eso creemos que los inversores necesitan estar expuestos a ambos polos de crecimiento mundial. Podemos ver un cambio en el énfasis de los EE.UU. en la relación con China: más atención al clima y los derechos humanos y menos en el déficit comercial bilateral”, apunta el informe de perspectivas de BlackRock. 

Más allá del papel que pueda tener Estados Unidos, desde Allianz Global Investors llaman la atención sobre el impacto que tendrá la Asociación Económica Integral Regional (RCEP) en la economía y lo que supone para los inversores. En opinión de Stefan Scheurer, economista senior de mercados emergentes de Allianz GI, esta asociación económica mejorará el crecimiento continuo de China e impulsará el PIB mundial. 

“El RCEP representa un paso importante hacia una integración regional más amplia dentro de Asia, ayuda a fortalecer la cadena de suministro regional a medio plazo y prepara el escenario para una integración económica más estrecha. Esto conlleva varias implicaciones clave para los inversores. Por ejemplo, debería fomentar una integración comercial más profunda y obtener los beneficios económicos asociados. Como resultado, los sistemas involucrados en una red de producción transfronteriza probablemente se volverán más flexibles, lo que ayudará a mejorar la productividad, acelerar los cambios estructurales y estimular el crecimiento en toda la región a medio plazo”, sostiene Scheurer.

Según un informe reciente del Peterson Institute for International Economics, Japón y Corea del Sur también son los dos países con más probabilidades de beneficiarse en términos de PIB real, y cada uno de ellos disfruta de un impulso del PIB cercano al 1%. Mientras tanto, se prevé que China y los miembros de la ASEAN observen un impacto menor del 0,3%. El informe también predice que para 2030, el RCEP impulsará el PIB mundial en 186.000 millones de dólares.  “Quizás lo más significativo es que la RCEP señala que Asia está avanzando con la liberalización comercial. Y desde una perspectiva global, refuerza la tendencia de que el centro de gravedad económico del mundo continúe desplazándose hacia el este”, añade Scheurer.

Un ejemplo de cómo esta cambiando el mundo y de este proceso es el propio Brexit. «La fragmentación de la economía mundial es un factor netamente negativo para la prosperidad general de la humanidad. Creará ineficiencias en las cadenas de suministro, duplicidades de capacidad y una asignación del capital poco eficiente. Las inquietudes geopolíticas relacionadas con el auge y la creciente influencia de China y la viabilidad a largo plazo del proyecto europeo seguirán influyendo en la agenda política y podrían dar lugar a más políticas proteccionistas. Sin embargo, no esperamos un desmantelamiento completo del comercio mundial», señalan Mark Heslop y Mark Nichols, gestores de la estrategia European Growth de Jupitrer AM.

Los inversores planean duplicar sus asignaciones a productos ESG en los próximos cinco años

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Pixabay CC0 Public Domain. El 75% de los inversores ya usa un enfoque integrado para tener en cuenta los riesgos ESG en sus carteras o se plantearía hacerlo

Los retos sanitarios y económicos a escala mundial que ha planteado 2020 no han frenado la demanda de los inversores ni han frustrado las perspectivas para la inversión sostenible, según la encuesta Global Client Sustainable Investing Survey de BlackRock. De hecho, los inversores planean duplicar sus asignaciones a los productos sostenibles en los próximos cinco años, y el 20% de los encuestados afirmó que la pandemia había acelerado sus asignaciones a inversiones sostenibles.

«La transición de gran calado que identificamos a principios de año se ha consolidado con firmeza, dado que la convergencia de las presiones políticas y normativas, los avances tecnológicos y las preferencias de los clientes ha propiciado que la sostenibilidad pase a ser la norma en el plano de la inversión», comentó Mark McCombe, director de clientes en BlackRock. «Los resultados de nuestra encuesta muestran que la transición hacia la sostenibilidad está teniendo lugar en todo el mundo».

Para realizar la encuesta se recopiló la opinión de 425 inversores en 27 países, incluidos fondos de pensiones corporativos y públicos, gestoras de activos, fondos de dotación, fundaciones y gestoras patrimoniales mundiales con casi 25 billones de dólares estadounidenses en activos gestionados.

La encuesta sugiere que este año parece ser el comienzo de un cambio sostenido para, al menos, los próximos cinco años: los encuestados afirmaron estar planeando duplicar sus activos gestionados que siguen criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG) para 2025. Si bien el crecimiento de los activos sostenibles es más pronunciado en Europa, estos también están aumentando su magnitud en América y la región Asia-Pacífico.

Integración de criterios ESG

La mayoría de los encuestados cree que la sostenibilidad resulta fundamental para los procesos y resultados de la inversión, y el 75% ya utiliza un enfoque integrado para tener en cuenta los riesgos ESG en sus carteras o se plantearía hacerlo. Un enfoque integrado consiste en incluir el análisis de los criterios ESG en todas las posiciones y fundamentar las decisiones de inversión futuras basándose en un punto de vista totalmente centrado en la sostenibilidad.

Si bien la integración se sitúa en primer lugar, los enfoques de inversión sostenible más focalizados, como las soluciones temáticas o de impacto, también constituyen las opciones preferidas de clientes en la región EMEA: el 56% y el 52% de los encuestados buscaba exponerse a estas estrategias, respectivamente.

Diferencias regionales en la adopción

La demanda mundial de productos sostenibles presenta diferencias a escala regional debido a la divergencia en materia de contextos normativos, percepciones de la población, actividad de supervisión del consejo y del equipo directivo y concienciación sobre sus ventajas en términos de rentabilidad.

En la región EMEA, la principal razón (51%) que los encuestados mencionaron para la adopción de estrategias sostenibles fue «porque es lo correcto», mientras que solo el 37% de los encuestados en la región afirmó que «mitigar los riesgos de la inversión» constituía una consideración clave. En América, la mitigación del riesgo es el segundo catalizador más importante de la adopción (49%), seguido por «una mejor rentabilidad ajustada al riesgo» y «mandato del Consejo o del equipo directivo» (ambos en el 45%).

«Los clientes están priorizando las cuestiones ESG y su implementación de forma distinta en las diferentes regiones. Si bien todos son conscientes de la prevalencia del riesgo climático, existen distintos niveles de énfasis en asuntos como los derechos humanos, la diversidad y la inclusión», afirma McCombe. «Resulta importante constatar que las razones de los clientes para invertir de forma sostenible muestran marcadas divergencias entre regiones. Muchos inversores europeos perciben las ventajas de la sostenibilidad desde el prisma del impacto en la sociedad. En EE.UU., los inversores se centran en mayor medida en la gestión del riesgo y la rentabilidad de la inversión».

Los riesgos medioambientales constituyen la principal preocupación de los clientes

La encuesta también mostró un ámbito en el que los clientes de todas las regiones que participaron en la encuesta están mayoritariamente de acuerdo: el 88% de los encuestados sitúa los riesgos vinculados al clima a la cabeza de sus preocupaciones en cuanto a las carteras en este momento. En adelante, si bien se espera que el clima siga siendo la principal preocupación, un número creciente de encuestados (58%) afirmó que prevé que las preocupaciones sobre cuestiones sociales, como la diversidad y la inclusión y las prácticas laborales justas, aumentarán en mayor medida en los próximos 3-5 años.

El auge del peso de los criterios ESG en el ámbito de la inversión se ve impulsado por un abanico de motivos, entre los que también destaca el mayor nivel de presentación de información por parte de las empresas, lo que facilita más información a la población y otros avances en materia de análisis de datos para comprender cómo las cuestiones ESG resultan fundamentales para la inversión.

Preocupaciones sobre la calidad de los datos

No cabe duda de que la calidad y la disponibilidad de los datos ha aumentado de forma significativa en la última década, lo que ha permitido a los inversores tomar decisiones de inversión más fundamentadas. No obstante, existe un consenso considerable entre los inversores institucionales de que se trata de un ámbito que requiere mayor atención.

Más de la mitad (53%) de los encuestados a escala mundial mencionó la «escasa calidad o disponibilidad de los datos y análisis ESG» como la principal barrera para adoptar estrategias de inversión sostenible, el nivel más elevado de entre las barreras incluidas en la encuesta.

Actualización sobre las acciones de sostenibilidad de BlackRock en 2020

«Tal y como hemos observado en la encuesta de este año, los inversores de todo el mundo demandan un énfasis continuado por parte del sector en iniciativas de sostenibilidad que les ayuden a estructurar carteras ajustadas al riesgo de mayor calidad de cara al futuro», comenta McCombe. En enero, BlackRock detalló una serie de pasos para hacer de la sostenibilidad un componente clave de la forma en que gestiona el riesgo, estructura carteras, diseña productos e interactúa con las empresas.

Puede consultar una actualización detallada sobre las acciones de sostenibilidad de BlackRock en 2020 aquí

Mercer Investments apuesta por las infraestructuras para lograr mejor rentabilidad/riesgo en fondos de pensiones

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Pixabay CC0 Public Domain. Mercer Investments apuesta por las infraestructuras para lograr mejor rentabilidad/riesgo en fondos de pensiones

La inversión en infraestructuras no cotizadas ha ganado popularidad entre los inversores. ¿El motivo? Según explicaron los expertos de Mercer durante una sesión virtual titulada Inversión en infraestructura no cotizada: características, proceso y vehículos, es una clase de activo que ofrece baja volatilidad y correlación.

Además, desde Mercer consideran que la búsqueda de rendimientos atractivos ha sido otro de los motivos que ha llevado a los inversores a fijarse en las infraestructuras no cotizadas, ya que los activos más tradicionales, como pueden ser los bonos gubernamentales, ofrecen rentabilidades muy bajas abocando al inversor a tomar más riesgo. 

En opinión de los expertos de Mercer, ese riesgo debe estar debidamente remunerado y tener la menor correlación posible con el resto de la cartera. Dos características muy presentes en los mercados no cotizados, según su opinión. “Dentro de los mercados no cotizados hay una variedad de activos, entre ellos las infraestructuras, que o bien se financian a través de capital íntegramente privado o a través de colaboraciones público/privadas. Todos estos activos aportan predictibilidad, altas barreras de entrada, una demanda poco influenciada por el precio, baja volatilidad, baja correlación con otros activos y una protección parcial frente a la inflación”, explican desde la firma. 

Según la valoración que hacen de esta clase de activos destacan que las infraestructuras están expuestas a una serie de “mega tendencias” que están impulsando su crecimiento: el paso de las políticas monetarias a políticas fiscales que impulsan la inversión privada; el crecimiento demográfico de la población que obliga a incrementar los niveles de urbanización; el impulso de las telecomunicaciones y la digitalización creciente que ha detonado la irrupción del COVId-19; y, las crecientes exigencias de sostenibilidad global que impulsan a los gobiernos al desarrollo energético renovable, entre otros. Según sostienen, todos estos factores están provocando que repunte la demanda de inversión en infraestructuras. De 2017 a 2035 será necesaria una inversión de 3,7 billones de dólares anuales, según diversas fuentes.

En este sentido, argumenta que para un fondo de pensiones, los activos no cotizados representan una buena oportunidad para diversificar la cartera, ofrecen una relación rentabilidad riesgo muy superior a la de otros activos y unas primas de liquidez muy atractivas para compensar el largo plazo de la inversión. De hecho, según el estudio de Mercer European Asset Allocation 2020, el 10% de los fondos de pensiones europeos ya incorpora inversión en infraestructuras con una exposición del 3%. Por lo que considera que existe una demanda de capital no cubierta, por lo que la inversión ofrecerá una prima de rentabilidad para atraer inversores. Esta situación está propiciando un crecimiento gradual y constante del número de fondos de inversión, un mayor levantamiento de capital y un incremento de operaciones. 

“Las empresas que tienen un modelo de ingresos más expuestas al ciclo económico están siendo las más afectadas por el coronavirus. Sin embargo, esperamos que esta volatilidad afecte sólo a corto plazo. Además, esperamos que algunas perturbaciones del mercado resulten en oportunidades de inversión potencialmente atractivas en el futuro”, argumenta Benjamin Baumann, director de inversiones de mercados no cotizados en Mercer

Hasta ahora, las carteras de inversores institucionales internacionales están expuestas a mercados no cotizados principalmente a través de capital privado e inmobiliario, con un 11% y un 9% de inversión media. No obstante, la demanda de activos de infraestructuras está creciendo progresivamente y ya alcanza el 4,5%. A consecuencia de la pandemia, ciertos segmentos como transporte, hostelería y turismo se han visto perjudicados, afectando negativamente a las infraestructuras que lo rodean.

Por otro lado, se han visto beneficiadas las empresas del sector tecnológico, por lo que las infraestructuras de telecomunicaciones han experimentado un crecimiento exponencial. Para lograr una asignación estable a infraestructuras es indispensable comprometerse de forma regular y revisar periódicamente la planificación, según destaca Milagros Méndez, directora en Mercer Investments. Para ello, Mercer Investments, pone a disposición de sus clientes cada 18 o 24 meses un único vehículo de inversión. 

“Tal y como anunciamos en nuestro último estudio, Europe Asset Allocation Survey 2020, la sostenibilidad es un foco relevante en nuestras carteras, por ello aplicamos un filtro ASG a todos nuestros productos. Además, gracias a Mercer PIP VI (Private Investment Partners), los clientes de la firma pueden obtener acceso exclusivo a activos estratégicos en infraestructura de difícil acceso y con descuentos gracias al volumen de inversiones manejado por la consultora fruto de su trayectoria en este tipo de gestión desde el año 2005”, explican desde Mercer Investments. 

Además, añaden que se trata de un vehículo de inversión conservador con altas rentabilidades y riesgo moderado. “Así, las infraestructuras nos ofrecen múltiples ventajas como una mayor rentabilidad que la deuda gubernamental, por encima de la que podamos obtener mediante la renta variable y superior a la obtenida mediante fondos líquidos en infraestructura. En términos de riesgo, estos activos muestran un mejor comportamiento frente a caídas de los mercados como la ocurrida en 2008, en la que la renta variable cayó más del doble de lo que lo hicieron las infraestructuras no cotizadas”, concluyen.