Pixabay CC0 Public Domain. Lograr la igualdad de género supondría aumentar el PIB global en 28 billones dólares hasta 2025
Cerrar la brecha de género actual nos llevará unos 257 años, según el último informe temático sobre diversidad e inclusión elaborado por Bank of America. El documento señala que ambos aspectos lideran las preocupaciones sociales hoy en día, con movimientos como el #MeToo y el #BlackLivesMatter, que se centran en denunciar las injusticias que sufren determinados colectivos.
Como respuesta a estas preocupaciones, el informe refleja que se valora, cada vez más, la igualdad y la diversidad en los equipos, ya sea en términos de etnia, género o capacidades. De hecho, advierte de que no tenerlo en cuenta podría habernos costado 70 billones de dólares desde 1990, según explica en el informe.
Otra conclusión clave es que la igualdad de género sigue siendo una de las asignaturas pendientes en este sentido. Según datos de Bank of America, tardaremos 257 años en cerrar la brecha de género actual: “En el mundo, las mujeres acumulan activos financieros 1,5 veces más rápido que los hombres. De alcanzarse la igualdad de género, el PIB global podría aumentar unos 28 billones de dólares hasta 2025”.
Por otro lado, y aunque la diversidad en los consejos de administración ha mejorado, el número de empresas del S&P 500 con una mujer directora general o equivalente sigue siendo obstinadamente bajo, con menos del 5% (ha cambiado poco en los últimos tres años y menos que hace cinco).
En este sentido, el 75% de las 3.200 compañías que cotizan en el Nasdaq no tienen ni siquiera una mujer en su consejo de administración. “Las cifras bajan aún más si, además, la directiva está racializada: solo hay una consejera delegada negra entre las empresas del S&P 500 y solo 8 tienen al menos un 50% de directivas en su consejo”, señala el informe.
Por último, el análisis realizado por Bank of America advierte de que la igualdad de género ha sufrido y retrocedido como consecuencia de la pandemia. “El COVID-19 ha golpeado a los puestos de trabajos ocupados por mujeres y profundizado en la desigualdad de género. 96 millones de personas caerán en la pobreza extrema en 2021, de las cuales 47 millones serán mujeres. En términos de peligro, los puestos de trabajo de las mujeres corren un 19% más de riesgo, cuando además las mujeres asumieron una parte aún mayor del cuidado de los niños y del trabajo no remunerado durante la pandemia. Incluso antes del COVID-19, la brecha de género estaba empeorando: se necesitarán 257 años para alcanzar la igualdad económica”, apunta en sus conclusiones.
Foto cedidaAnder López, director de ventas en Latinoamérica de M&G Investments. Ander López, director de ventas en Latinoamérica de M&G Investments
La inversión convencional tiene por objetivo ganar dinero, pero según explica Ander López, director de ventas en Latinoamérica de M&G Investments, la inversión de impacto va más a allá. Propone lograr rentabilidades financieras activas además de devolver parte a la sociedad. Se diferencia de la inversión ESG, en que el proceso de selección no se basa en aplicar filtros de exclusión, sino en buscar aquellas compañías que pueden proporcionar retorno financiero y social a la vez.
En la opinión de M&G Investments, no es necesario elegir entre rentabilidad de inversión y resultados sociales positivos ya que en la gestora creen que se pueden obtener ambas cosas. El concepto de inversión de impacto no es nuevo, pero hasta hace poco era coto exclusivo de inversores institucionales y particulares de alto nivel patrimonial a través de instrumentos de capital y deuda privada. No obstante, eso esta cambiando. Dirigir un mayor capital hacia la inversión de impacto es esencial para abordar seriamente los problemas más urgentes en el mundo: cambio climático, contaminación, desigualdad, pobreza, etc. La medida que estemos dispuestos a hacer frente a esos problemas dará forma al mundo que vamos a dejar a las próximas generaciones. La buena noticia es que la inversión de impacto puede ser un componente integral de la solución.
En M&G Investments creen que las compañías cuyos productos y servicios satisfagan algunas de estas necesidades sociales fundamentales experimentarán un fuerte crecimiento en el futuro.
¿Cómo es la inversión de impacto?
En M&G suelen centrarse en un en torno a seis grandes áreas de impacto, en las que las empresas seleccionadas deben estar bien situadas. Tres de estas áreas guardan relación con el medioambiente: soluciones climáticas y economía circular, aire, agua, reducción de residuos, reutilización y reciclaje. Las otras tres áreas tienen una finalidad social: mejorar la salud, las condiciones de trabajo e igualdad social.
¿Cómo se mide la inversión de impacto?
Medir el impacto es complejo sobre todo en el caso de acciones cotizadas. Se trata de negocios diversos e inversiones cotizadas en el mercado secundario. A fin de abordar esta cuestión con rigor, en M&G han desarrollado su propia metodología basada en tres íes para evaluar si una acción es adecuada para invertir. Las tres íes corresponden a inversión, intencionalidad e impacto.
Toda inversión potencial debe obtener una puntuación superior a la media en esas tres categorías. Así evitan tener que hacer concesiones en los argumentos de inversión a cambio de impacto, o viceversa. La intencionalidad de una empresa también es crucial. En M&G deben asegurarse de que está claramente dispuesta a generar impacto y que éste no sea un resultado meramente accidental.
La inversión de impacto en M&G se inspira en el marco de sostenibilidad desarrollado por las naciones unidas que se materializa en sus objetivos de desarrollo sostenible (ODS). Son 17 objetivos establecidos por la ONU en 2015 y se han adoptado cada vez más como marco para evaluar el impacto en el mundo real.
Información importante:
Exclusivamente para inversores profesionales. El valor y los ingresos de los activos del fondo podrían tanto aumentar como disminuir, lo cual provocará que el valor de su inversión se reduzca o se incremente. Es posible que no recupere la cantidad invertida inicialmente.
Las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras.
Los puntos de vista expresados en este vídeo no deben considerarse como una recomendación, asesoramiento o previsión.
El fondo invierte principalmente en acciones de compañías, con lo que es probable que experimente mayores fluctuaciones de precio que aquellos fondos que invierten en renta fija o liquidez.
La inversión en mercados emergentes entraña un mayor riesgo de pérdida debido a la intensificación de los riesgos políticos, fiscales, económicos, cambiarios, normativos y de liquidez, entre otros. Por tanto, podrían presentarse dificultades a la hora de comprar, vender, custodiar o valorar las inversiones en tales países.
Invertir conlleva riesgos, incluido el de pérdida del capital invertido. De mencionarse cifras de rentabilidad, tenga presente que las rentabilidades pasadas no son indicativas de rentabilidades futuras.
Dirigido exclusivamente a inversores profesionales. Prohibida su posterior distribución. Ninguna otra persona o entidad debe utilizar la información contenida en este vídeo. Los pareceres expresados representan las opiniones de M&G Investments, que pueden ser objeto de cambios y no se proporcionan como consejo o recomendación de inversión ni como pronóstico o garantía de resultados futuros. Dicha información se proporciona exclusivamente a efectos informativos, y procede de fuentes propias y de terceros cuya precisión o exhaustividad no se han verificado de forma independiente. Aunque M&G Investments considera que la información es precisa y fiable, no presume ni se hace responsable de la exhaustividad, exactitud o fiabilidad de la misma. Las declaraciones sobre futuras expectativas, estimaciones, proyecciones y otras afirmaciones a futuro se basan en la información disponible y en la opinión de los gestores en el momento de emitirlas. Por consiguiente, tales afirmaciones son inherentemente especulativas, al basarse en hipótesis que podrían implicar riesgos e incertidumbres conocidos y desconocidos. Los acontecimientos, resultados y rentabilidades registradas podrían diferir sustancialmente de los expresados o implicados por dichas afirmaciones. Esta promoción financiera es emitida por M&G International Investments S.A., con sede registrada en 16, boulevard Royal, L-2449, Luxemburgo.
Los mercados nunca se están quietos. Sin embargo, desde que tocaron fondo el año pasado, han estado prácticamente en piloto automático. La razón es simple, la pandemia ha estado devastando las economías, pero unos estímulos fiscales y monetarios dignos de tiempos de guerra han proporcionado suficiente oxígeno para evitar el colapso y ganar tiempo hasta que comenzaran a llegar las ansiadas vacunas. Con ellas, se inició la cuenta atrás hacia la normalización, pero también el regreso de la ansiedad a los mercados.
En circunstancias normales, el mercado evalúa constantemente la salud de la economía a través de múltiples indicadores macroeconómicos; pero hacer esto hoy es prácticamente inútil. Tenemos casi la certeza de que, para el verano, un tsunami de demanda embalsada dará un impulso a la economía, de esos que ocurren una vez en el siglo.
La situación es tan inusual que se antoja imposible ver más allá de ese punto. Estamos en las primeras etapas de un nuevo ciclo económico, que se inicia con unas tasas de crecimiento no vistas en décadas, y cuyo desenlace es impredecible. En cierto modo, estamos sufriendo de miopía macroeconómica.
Los participantes del mercado, sin embargo, intentan ver qué viene después, ya que invertir es, después de todo, un juego de anticipación. El peligro más obvio que uno puede concebir a día de hoy es una aceleración de la inflación; dado que la oferta tendrá dificultades para hacer frente a un repentino aumento de la demanda (este año, mejor reservar las vacaciones con mucha antelación). Así es como las expectativas de inflación han tomado fuerza, agitando con ello los mercados de bonos y amenazando con hacer descarrilar las bolsas.
Esta forma de pensar es muy cortoplacista. Después de que prenda la hoguera, seguramente veremos una economía al rojo vivo, pero el material combustible disminuirá progresivamente a medida que los estímulos fiscales (probablemente no los monetarios) se vayan reduciendo progresivamente. La inflación pasará de las llamas al humo, y el mercado, inevitablemente, pasará a preocuparse por si el fuego se podrá sostener, o si se extinguirá en una recesión. O, en otras palabras, el mercado volverá a su modo de calibración normal.
Los mercados financieros son un sistema dinámico complejo con muchas variables interrelacionadas. Es muy difícil comprender cómo (y en qué medida) una variable influye sobre otra en un momento dado, o si la causalidad es inversa. Pero somos seres humanos y tratamos de darle sentido a todo esto compartimentando el sistema y construyendo narrativas en torno a las partes.
El guión actual es más o menos el siguiente: es ampliamente aceptado que, de entre todas las variables, los tipos de interés son la más importante; dado que son la clave para valorar cualquier activo que produzca flujo de caja, desde bonos hasta acciones pasando por bienes raíces. Por otra parte, las tasas de interés son una función de la inflación, que a su vez depende del crecimiento de la economía.
Hasta ahora, los mercados de bonos parecen estar siguiendo esta línea de pensamiento. Estímulos abundantes y consumidores con ahorros en sus bolsillos implican crecimiento desbocado; ergo la inflación se acelerará y las tasas de interés tendrán que subir.
Esta forma de pensar asume que es la economía la que determina el desempeño de las variables financieras. Pero la realidad es mucho más compleja. La dirección de la causalidad puede revertirse rápidamente: unos tipos de interés más altos pueden hacer que los precios de los activos caigan, lo que afecta la riqueza de los hogares (particularmente cuando afecta a los bienes raíces), y amenazar con llevar a la economía a una recesión. Esto último reduce las expectativas de inflación, y con ello bajan las tasas de interés, ¡voilà!
El mercado es una especie de enorme máquina de votación, donde sus participantes calibran constantemente las diferentes probabilidades de las múltiples variaciones de estas dos narrativas básicas. Pero el hecho es que, después de cuatro décadas con la inflación y los tipos de interés a la baja, contribuyendo con ello a inflar los precios de los activos, existe actualmente una enorme interdependencia en el sistema. Por ello, un gran cambio repentino en las tasas de interés se antoja casi imposible.
La inflación se ha atenuado debido a una combinación de factores estructurales: demografía, exceso de deuda, globalización y digitalización. Y la pandemia solo vendrá a acentuar esta tendencia. La única forma concebible de experimentar un aumento sostenido de la inflación sería un giro brusco a nivel impositivo. Uno que provoque una redistribución de la riqueza del capital a los trabajadores, como sucedió durante los años 70. Ese episodio, coincidió con otra redistribución, de países importadores de petróleo a países exportadores. Es muy poco probable que vuelva a suceder algo así, ya que el contexto ha cambiado radicalmente desde entonces.
El comunismo colapsó espectacularmente y la globalización se aceleró, evaporando con ello el poder de negociación de los trabajadores. La economía de mercado ha sido tan dominante que incluso el milagro económico chino se explica por haberla adoptado. Nadie puede seriamente argumentar hoy en día que el sector público pueda ser el motor del crecimiento. Y en lo que respecta a los precios del petróleo, las energías renovables nos acercan cada vez más a un escenario de abundancia plena.
Solo nefastas políticas pueden llevar al sistema a un régimen de inflación más alto. Pero las fuerzas deflacionarias son tan fuertes que necesitaríamos mucho más que gigantescos déficits presupuestarios. Tendríamos que ver a Estados Unidos convirtiéndose en Venezuela. O igualmente probable, descubrir que un asteroide está en ruta de colisión con la Tierra en unos años, y nos lanzáramos a gastar todo lo que tenemos.
Sin embargo, si se mantiene el statu quo actual, es casi seguro que la economía continuará creciendo, la tecnología seguirá transformando (y abaratando) nuestra vida diaria y las fuerzas del mercado prevalecerán sobre los experimentos políticos. En este entorno, creemos que una combinación de acciones de calidad para capturar el crecimiento y bonos del Tesoro para protegernos de la ocasional recesión, es actualmente la mejor combinación posible.
Tribuna de Fernando de Frutos, Chief Investment Officer en Boreal Capital Management
Foto cedidaAlicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la comisión regional de las Naciones Unidas. Panorama Social de América Latina 2020: La Pandemia provoca un aumento en los niveles de pobreza sin precedentes en las últimas décadas
La pobreza y la pobreza extrema alcanzaron en 2020 en América Latina niveles que no se han observado en los últimos 12 y 20 años, respectivamente, así como un empeoramiento de los índices de desigualdad en la región y en las tasas de ocupación y participación laboral, sobre todo en las mujeres, debido a la pandemia del COVID-19 y pese a las medidas de protección social de emergencia que los países han adoptado para frenarla, informó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
La secretaria ejecutiva de la comisión regional de las Naciones Unidas, Alicia Bárcena, presentó una nueva edición del informe anual Panorama Social de América Latina 2020, el cual señala que la pandemia irrumpe en un escenario económico, social y político complejo: bajo crecimiento, aumento de la pobreza y crecientes tensiones sociales. Además, pone al desnudo las desigualdades estructurales que caracterizan las sociedades latinoamericanas y los altos niveles de informalidad y desprotección social, así como la injusta división sexual del trabajo y organización social del cuidado, que atenta contra el pleno ejercicio de los derechos y la autonomía de las mujeres.
Según las nuevas proyecciones de la CEPAL, como consecuencia de la fuerte recesión económica en la región, que registrará una caída del PIB de -7,7%, se estima que en 2020 la tasa de pobreza extrema se situó en 12,5% y la tasa de pobreza alcanzó el 33,7% de la población. Ello supone que el total de personas pobres ascendió a 209 millones a finales de 2020, 22 millones de personas más que el año anterior. De ese total, 78 millones de personas se encontraron en situación de pobreza extrema, 8 millones más que en 2019.
El documento indica que persisten las brechas entre grupos de población: la pobreza es mayor en áreas rurales, entre niñas, niños y adolescentes; indígenas y afrodescendientes; y en la población con menores niveles educativos. Agrega que el aumento de los niveles de pobreza y pobreza extrema sería todavía mayor sin las medidas implementadas por los gobiernos para transferir ingresos de emergencia a los hogares. Los gobiernos de la región implementaron 263 medidas de protección social de emergencia en 2020. Estas alcanzaron al 49,4% de la población, aproximadamente 84 millones de hogares o 326 millones de personas. Sin esas medidas, la incidencia de la pobreza extrema habría alcanzado el 15,8% y la pobreza el 37,2% de la población.
“La pandemia ha evidenciado y exacerbado las grandes brechas estructurales de la región y, en la actualidad, se vive un momento de elevada incertidumbre en el que aún no están delineadas ni la forma ni la velocidad de la salida de la crisis. No cabe duda que los costos de la desigualdad se han vuelto insostenibles y que es necesario reconstruir con igualdad y sostenibilidad, apuntando a la creación de un verdadero Estado de bienestar, tarea largamente postergada en la región”, afirmó Alicia Bárcena.
Llamado a un nuevo pacto social
Por ello, la CEPAL insta a garantizar la protección social universal como pilar central del Estado de bienestar. Precisa que, en el corto plazo, es necesario implementar o continuar las transferencias de emergencia propuestas por la Comisión: ingreso básico de emergencia (IBE), bono contra el hambre e IBE para mujeres; mientras que en el mediano y largo plazo, se debe avanzar hacia un ingreso básico universal, priorizando a familias con niños, niñas y adolescentes y apostar por sistemas universales, integrales y sostenibles de protección social, incrementando su cobertura, como componente central de un nuevo Estado de bienestar.
También llama a avanzar hacia nuevos pactos sociales y fiscales para la igualdad en tiempos de pandemia, y a garantizar la salud, la educación y la inclusión digital, para que nadie se quede atrás.
“El llamado de la CEPAL a un nuevo pacto social está más vigente más que nunca: la pandemia es una coyuntura crítica que redefine lo que es posible, y abre una ventana de oportunidad para dejar atrás la cultura del privilegio”, afirmó la alta funcionaria de las Naciones Unidas.
El informe señala que el efecto adverso de la pandemia sobre los ingresos de las personas afecta principalmente a los estratos de ingresos bajos y medio-bajos. Se estima que en 2020 unos 491 millones de latinoamericanos vivían con ingresos hasta tres veces la línea de pobreza. Alrededor de 59 millones de personas que en 2019 pertenecían a los estratos medios experimentaron un proceso de movilidad económica descendiente.
De acuerdo al documento, se espera que la desigualdad del ingreso total por persona aumente en 2020, dando lugar a un índice de Gini promedio un 2,9% más alto que el registrado en 2019. Sin las transferencias realizadas por los gobiernos para atenuar la pérdida de ingresos laborales, cuya distribución tiende a estar concentrada en los grupos de ingreso bajo y medio, el aumento esperado del índice de Gini promedio para la región habría sido del 5,6%.
El reporte advierte también sobre los fuertes impactos de la crisis del COVID-19 sobre el mercado laboral. La tasa de desocupación regional se ubicó en 10,7% al cierre de 2020, lo que representa un incremento de 2,6 puntos porcentuales respecto del valor registrado en 2019 (8,1%). Agrega que la caída generalizada del empleo y la salida de la fuerza de trabajo ha afectado con mayor intensidad a mujeres, trabajadoras y trabajadores informales, jóvenes y migrantes.
La industria de la banca privada offshore en Latinoamérica no ha sido ajena a las grandes tendencias financieras y regulatorias globales y regionales de los últimos años. Si uno fuera a preguntarle a un manager o asesor nanciero cual es el cambio de mayor impacto para su negocio en los últimos tiempos, seguramente nos encontraríamos con varias respuestas comunes.
Transparencia y disponibilidad multi-jurisdiccional en la información de clientes finales. Nuevas reglas de protección a clientes finales con múltiples y adicionales disclaimers sobre los modelos de negocios, roles y responsabilidades, y sus costos asociados. Limitaciones en los cobros de trailer fees o pagos de retrocesiones en productos manejados, con orígenes en reguladores de Europa y rápida transmisión al continente americano. Y hasta la presente evolución del estandar de suitability, al estandar fiduciario en el manejo de las relaciones. Todos cambios estructurales relevantes, sin dudas.
Sin embargo, una tendencia subyacente no puede pasar desapercibida, fundamentalmente en el negocio de las Américas. El silencioso – aunque no tanto – movimiento voluntario de asesores financieros de modelos que vamos a llamar tradicionales, al llamado modelo independiente en todas sus variantes. Enorme tendencia que ya se encuentra en un estado de alta madurez en el negocio doméstico de los Estados Unidos, y comenzando su camino de manera consistente en el negocio internacional.
Puede acceder a la columna de opinión completa escrita por Rodolfo Castilla para la revista de Funds Society, a través de este enlace.
Foto cedidaPIMCO, miembro del Consejo Asesor Global de PIMCO.. PIMCO incorpora a Michèle Flournoy a su Consejo Asesor Global
PIMCO ha anunciado que Michèle Flournoy, experta en política de defensa y seguridad nacional de Estados Unidos, se incorpora a su Consejo Asesor Global. El Consejo proporciona a los más de 870 profesionales de la inversión global de PIMCO una visión de los desarrollos económicos, políticos y estratégicos globales y su relevancia para los mercados financieros.
Según destaca la gestora, Flournoy fue subsecretaria de Defensa para Políticas en la Administración Obama y subsecretaria de Defensa para Estrategia en la Administración Clinton. Es socia gerente de WestExec Advisors, que cofundó con el Secretario de Estado de EE.UU. Antony Blinken, y antigua cofundadora y directora general del Center for a New American Security (CNAS). En su papel de subsecretaria de Defensa para Políticas, fue la principal asesora del Secretario de Defensa en la formulación de políticas de seguridad nacional y defensa, la supervisión de los planes y operaciones militares, y en las deliberaciones del Consejo de Seguridad Nacional, y representó a los Estados Unidos en los compromisos de política de defensa en todo el mundo.
“Michèle tiene una profunda experiencia en políticas de defensa de Estados Unidos y en cuestiones de seguridad nacional y es una notable incorporación a nuestro Consejo Asesor Global. Sus conocimientos y análisis del papel que desempeñarán los acontecimientos geopolíticos en las políticas y acciones de los principales gobiernos nos ayudarán a evaluar su posible impacto en los mercados de capitales para nuestros clientes», ha señalado Emmanuel Roman, director general de PIMCO.
Por su parte, Dan Ivascyn, director de inversiones del Grupo PIMCO, ha destacado que “las perspectivas económicas de PIMCO incorporan los efectos potencialmente desestabilizadores de los acontecimientos geopolíticos en los mercados y la experiencia de Michèle en la evaluación de las implicaciones políticas y de seguridad nacional de estos acontecimientos será una aportación clave en nuestra evaluación del riesgo y la oportunidad de inversión”.
Además de Michèle Flournoy, entre los miembros del Consejo Asesor Global de PIMCO se encuentran Ben Bernanke, ex presidente de la Reserva Federal y presidente del Consejo, Gordon Brown, ex primer ministro del Reino Unido y ex ministro de Hacienda, Ng Kok Song, ex director de inversiones de la Corporación de Inversiones del Gobierno de Singapur (GIC), Joshua Bolten, ex jefe de gabinete de la Casa Blanca, y Mark Carney, enviado especial de las Naciones Unidas para la acción climática y la financiación y ex gobernador del Banco de Inglaterra y del Banco de Canadá.
Pixabay CC0 Public Domain. Invesco lanza un ETF que invierte de forma amplia en todas las clases de acciones de China
Invesco lanza el fondo MSCI China All Shares Stock Connect UCITS ETF. Según explica la gestora, se trata de una estrategia que invierte en “todas las clases de acciones China” con el objetivo de “representar de la forma más amplia y fiel a economía china”. En este sentido, el ETF mantiene una amplia exposición a la renta variable china.
“A pesar de que China es una de las economías más grandes y de más rápido crecimiento del mundo, sus mercados de capital siempre han sido de difícil acceso para los inversores internacionales. Hay muchos tipos de clases de acciones diferentes, unas cotizan en el país y otras en el extranjero, y no todas están disponibles para todo el mundo. El MSCI China All Shares Stock Connect Select Index proporciona exposición a todo ese amplio grupo de oportunidades, y estamos muy satisfechos de lanzar al mercado el primer ETF UCITS que sigue a este índice tan importante”, señala Laure Peyranne, directora de ETFs para Iberia, LatAm y US Offshore.
Tal y como explica Peyranne, este índice cubre la renta variable china que cotiza en Hong Kong, Shanghai, Shenzhen y fuera de China. Ajusta el universo de renta variable china MSCI para ofrecer ponderación completa de las acciones chinas a través de Stock Connect. Todos los componentes del índice están ponderados por su capitalización de mercado ajustados a su “free float” y el índice se reequilibra trimestralmente.
Por su parte, Chris Mellor, director de ETFs de renta variable EMEA y gestión de producto de Materias Primas, afirma: “El programa Stock Connect ha avanzado mucho para proporcionar a los inversores extranjeros acceso a la renta variable que cotiza en los dos principales mercados de valores de China. Estas compañías tienen la mayor exposición al crecimiento doméstico, lo que creemos que podría ser atractivo teniendo en cuenta el crecimiento urbano, el aumento de la clase media y otras tendencias demográficas. Al seguir este nuevo índice, nuestro ETF proporciona plena ponderación a importantes valores a la vez que exposición a los valores chinos cotizados en el extranjero. Creemos que nuestro ETF ofrece la representación más amplia y fiel de la economía china”.
Este lanzamiento es la última actualización de la ampliación de la oferta de Invesco a mercados emergentes, que incluye exposiciones tanto al amplio mercado como a países concretos. La firma ha reducido recientemente el TER anual del MSCI Emerging Markets UCITS ETF de 0,29% a 0,19%, y el de Emerging Markets USD Bond UCITS ETF de 0,35% a 0,25%.
CC-BY-SA-2.0, FlickrJair Bolsonaro, presidente de Brasil.. Crisis de confianza
En Brasil, la decisión del presidente Jair Bolsonaro de destituir al director de Petrobras marca un fuerte cambio de rumbo de las políticas favorables al mercado y señala una posible presión sobre las empresas estatales de servicios públicos. Y en México, una controvertida iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador para beneficiar a CFE, a expensas del sector privado, es otro golpe a la confianza de los inversores y pone en riesgo el acuerdo comercial T-MEC.
Bolsonaro argumenta que la política de combustible de la empresa solo agrada a los mercados financieros y a grupos selectos en Brasil y debería cambiarse como parte de un esfuerzo por reducir los precios de la gasolina y el diésel. Hay que tener en cuenta que, según las reglas vigentes, los precios más altos de las materias primas y un real brasileño (BRL) más débil exigen aumentos en los precios internos del combustible.
Bolsonaro podría sentirse presionado para eludir la regla, lo que eventualmente conducirá a menores ganancias para la petrolera estatal Petrobras, ya que su índice de aprobación se desplomó al 32,9% en febrero, desde el 41,2% en octubre, según una encuesta publicada por la asociación de transporte CNT. Esto también podría explicar por qué prometió abordar los precios de la electricidad próximamente.
Mientras tanto, se están fraguando más estímulos fiscales en Brasil, ya que el gobierno está planeando una extensión del programa de transferencias de efectivo a través de una enmienda constitucional. Hacerlo sin contramedidas profundizaría las preocupaciones sobre la estabilidad financiera y aumentaría las expectativas de inflación (el pronóstico promedio para la inflación de precios al consumidor del IPCA a fines de este año aumentó al 3,8% desde el 3,6%, según la última encuesta semanal FOCUS).
En México, la semana pasada se discutió en la Cámara de Diputados un plan para darle prioridad a la generadora estatal CFE para despachar electricidad generada con hidrocarburos, cambiando así el orden existente que favorece la energía renovable solar y eólica producida por empresas privadas. Posteriormente pasará al Senado para su confirmación. El partido gobernante, MORENA, y sus aliados tienen mayoría en ambas cámaras del Congreso, por lo que una aprobación total es muy probable.
La iniciativa tiene cuatro implicaciones importantes. Primero, pone en peligro más de 9.000 millones de dólares en proyectos de energía limpia adjudicados al sector privado en 2016-2017 como parte de la Reforma Energética de la anterior administración. Pero la carga para las finanzas del gobierno podría ser materialmente mayor, como lo demuestra la cancelación del Aeropuerto Internacional de Nuevo México (NAIM) en 2019.
Segundo, el acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC) se pone en riesgo y podría traducirse potencialmente en juicios perjudiciales de otros países.
Tercero, eliminar el incentivo para que el sistema compre la electricidad más barata destruye la eficiencia derivada de la competencia entre productores. Esto podría traducirse en tarifas más altas para los consumidores y potencialmente obligar al gobierno a otorgar subsidios más altos.
Y cuarto, el cambio de reglas y cancelación de contratos de forma unilateral continúa dañando la confianza de los inversores. La inversión extranjera directa (IED) disminuyó un 12% el año pasado y la inversión fija bruta ha registrado 22 meses consecutivos en territorio negativo.
Sugerimos a los inversores que se mantengan al margen cuando se trata de activos brasileños. En renta fija, continuamos viendo mejores oportunidades en bonos soberanos mexicanos dentro de la región. Y en renta variable de mercados emergentes, recomendamos invertir en acciones chinas.
Tribuna de opinión de Esteban Polidura, director de Asesoría y Productos para las Américas en Julius Baer.
Pixabay CC0 Public Domain. Burkina Faso, Islas Caimán, Marruecos y Senegal se unen a la lista de países deficientes en materia de PBCyFT
El Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI o, en su denominación inglesa, Financial Action Task Force, FATF) ha publicado la actualización trimestral de la lista de jurisdicciones de alto riesgo que presentan carencias graves en prevención del blanqueo de capitales y de la financiación del terrorismo (PBCyFT).
A esta lista de “alto riesgo” se han incluido, respecto a la última publicada en diciembre de 2020, cuatro nuevas jurisdicciones: Burkina Faso, Islas Caimán, Marruecos y Senegal. Por lo tanto, estos países deberán implantar mejoras en sus sistemas de prevención.
Tras esta actualización, el listado actualizado de países de alto riesgo que presentan deficiencias estratégicas, según el GAFI, es el siguiente: Albania, Barbados, Birmania, Botsuana, Burkina Faso, Camboya, Corea del Norte (call for action), Ghana, Irán (call for action), Islas Caimán, Jamaica, Marruecos, Mauricio, Nicaragua, Pakistán, Panamá, Senegal, Siria, Uganda, Yemen y Zimbabue.
Desde esta institución intergubernamental e internacional se trabaja para desarrollar y que se apliquen medidas para proteger el sistema financiero internacional de los riesgos, continuos e importantes, que supone las actividades de blanqueo de capitales, entre otros aspectos
Foto cedidaJenna Barnard, co-responsable de renta fija estratégica en Janus Henderson Investors. Jenna Barnard, co-responsable de renta fija estratégica en Janus Henderson Investors
A comienzos de este año, a nivel macroeconómico, el consenso de la narrativa del mercado de renta fija se ha centrado en la reflación. Así, el conjunto de los gestores de activos ha tenido que decidir si se encontraba ante el principio o el final de un entorno de reflación. En la opinión de Jenna Barnard, co-responsable de renta fija estratégica en Janus Henderson Investors, es claro que nos encontramos más cerca del final que del principio y que esto puede crear en los próximos meses una fantástica oportunidad para añadir duración en el núcleo de la exposición a bonos de las carteras de renta fija flexibles.
Si bien las búsquedas en Google de la palabra “reflación” suelen incrementar en los meses de enero que siguen a un periodo de recesión, -tal y como sucedió en 2009 tras la Crisis Financiera Global o en 2017 con la pequeña recesión sufrida por los mercados emergentes-, este año se han incrementado exponencialmente, mostrando un consenso sin precedentes en la narrativa del mercado. Los motivos por los que los analistas de mercado se han centrado en un entorno de reflación son múltiples: la llegada de la vacuna, la reapertura de las economías y el efecto base de unos niveles de inflación y crecimiento muy bajos en marzo y abril del 2020. No obstante, según la visión de Jenna Barnard, cuando se examinan los detalles de este entorno de reflación, los datos son poco convincentes y la inflación que se verá en los próximos meses será modesta y transitoria.
Ratificando la opinión del consenso, el índice del sentimiento alcista del consenso sobre bonos del Tesoro estadounidense se encuentra en cerca de sus mínimos históricos. De forma similar, el dólar también muestra unos niveles extremos de sentimiento bajista. En contrapartida, los activos que en principio podrían beneficiarse en este tipo de entorno, como la deuda corporativa y de mercados emergentes, en particular, la deuda denominada en divisa local, y las áreas más value del segmento cíclico de la renta variable han experimentado un rally.
Las perspectivas de inflación
Para finales de 2021, en Janus Henderson esperan volatilidad en el nivel de precios, pero no inflación. Este movimiento es en gran parte consecuencia del efecto de base por unos precios de las materias primas muy bajos en la pasada primavera, de la reversión de recortes en los impuestos al consumo (principalmente recortes en el IVA) que tuvieron lugar en varios países, por ejemplo, en Alemania y Reino Unido, así como de la introducción del coste de las emisiones de carbono en Europa. El resultado neto es que se dará un cierto repunte en la inflación de los próximos meses.
Este tipo de volatilidad en los precios ya se ha dado con anterioridad. Los bancos centrales y los inversores en deuda saben que es transitoria. Las perspectivas de inflación para este año y el siguiente se mantienen muy acalladas. El repunte esperado será relativamente modesto en relación con la experiencia similar que se dio en 2011 tras la Crisis Financiera Global. En Estados Unidos, la inflación general debería situarse alrededor del 3% durante los meses de abril y mayo. Mientras que, en Europa y Reino Unido, debería alcanzar un 2%. Estas cifras se podrían comparar con las de 2011, en las que el pico de la inflación llegó a alcanzar un 5% en Reino Unido, un 4% en Estados Unidos y un 3% en Europa.
Si se examinan los procesos de reapertura de las economías y el impacto que estos puedan tener en la inflación, de nuevo, las perspectivas se perciben más deflacionarias que inflacionarias. Esto podría sorprender a algunos inversores, pero, en realidad, la cesta de bienes que está experimentando una inflación relativamente alta en consecuencia de las disrupciones provocadas por el COVID-19 (como el precio de los vehículos de segunda mano o el mobiliario en los hogares) no representa una parte significativa del índice de precios al consumo como sí lo hacen otros productos que experimentan una mayor presión deflacionaria (como el precio de los billetes de avión).
En su análisis, Janus Henderson compara la tasa de cambio en el crecimiento y la tasa de inflación medida año a año en Estados Unidos frente a la tasa de rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años. Los rendimientos de los bonos a 10 años tienden a seguir lo ocurrido en la tasa de cambio. Ésta debería alcanzar un pico en la primavera de este año y mostrar un declive a partir del tercer trimestre del año. Por eso, cabría esperar que la tasa de rendimiento de los bonos a 10 años alcance un pico al mismo tiempo que la tasa de cambio, mostrando una excelente oportunidad para añadir duración a la cartera.
Gran parte de la inflación anticipada está ya reflejada en los precios de los bonos estadounidenses y australianos. Sin embargo, esto no se está viendo en los bonos europeos ni en los británicos que casi no se han movido. En Estados Unidos, las expectativas de inflación que se deducen del mercado de deuda marcan un 2,2% anual en los próximos 10 años, un nivel muy cercano a las expectativas de 2018. Asimismo, los mercados de deuda están descontando que el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años (medido por la tasa forward del bono de 5 años en 5 años) subirá y tocará un máximo cercano al 2%, quedando por debajo del anterior máximo del mercado, situado en un 2,5%.
Frente aquellos inversores que creen que nos encontramos al principio de un ciclo reflacionario y que las medidas tomadas para paliar los efectos del COVID-19 traerán el resurgimiento de la inflación en el medio plazo, Jenna defiende que los movimientos en las masas monetarias M2 y M2+, junto con los préstamos bancarios comerciales, siguen contrayéndose tras el pico alcanzando en el segundo trimestre de 2020. Como ejemplo, Jenna citó a Bank of America. La entidad anunció en sus resultados un incremento en los depósitos y una disminución del 4% en su libro de préstamos.
La experta sostiene que, si estuviéramos adentrándonos en un ciclo inflacionario en el medio plazo, la habilidad de crear inflación y de incrementar la velocidad del dinero estaría determinada por el sector privado bancario. Los bancos necesitarían estar prestando una mayor cantidad de dinero, incrementando su libro de préstamos para que este escenario pueda darse.
Si bien los bancos centrales están mostrando su voluntad para crear inflación, no se ha visto un incremento de los préstamos bancarios ni en Europa ni en Reino Unido en los últimos diez años. Y en Estados Unidos se podría decir que las empresas están mostrando una tendencia de desapalancamiento en sus balances, tal y como anunciaron Levis y McDonalds durante la comunicación de sus resultados.
En consecuencia, en Janus Henderson se mantienen estructuralmente alcistas en los bonos del gobierno y dan la bienvenida a la narrativa de un entorno de reflación como una oportunidad para disminuir el riesgo y añadir duración a la cartera.
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