Citi actualiza su estrategia de sostenibilidad a cinco años para reducir el riesgo climático

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Pixabay CC0 Public Domain. Citi adoptará una nueva estrategia de progreso sostenible a cinco años para reducir el riesgo climático

Citi ha presentado su Estrategia de Progreso Sostenible 2025, a cinco años, para contribuir a acelerar la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono. Esta nueva estrategia incluye un objetivo de financiación medioambiental de 250.000 millones de dólares para apoyar soluciones climáticas a nivel mundial. 

“Si hemos podido aprender algo de la pandemia del COVID-19 es que nuestra salud y resiliencia tanto física como económica, nuestro entorno y nuestra estabilidad social están inexorablemente vinculados”, asegura Michael Corbat, CEO de Citi. En este sentido, desde la firma aseguran haber tenido siempre los factores sociales, medioambientales y de buena gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) en el centro de la respuesta de Citi a esta crisis sanitaria, y cada vez más presentes en las conversaciones con los socios y clientes. “Con nuestro objetivo de 250.000 millones de dólares, queremos ser un banco líder en impulsar la transición a una economía de bajas emisiones de carbono, que prevemos se acelerará a medida que las empresas de todo tipo se orienten hacia un futuro más sostenible”, añade Corbat. 

Esta nueva estrategia, en el marco de la política social y medioambiental de la compañía, se centrará en tres áreas clave en los próximos cinco años. Su objetivo de financiación está, además, basado en la anterior meta de la firma, de 100.000 millones de dólares en 2015 y que se completó el año pasado. En concreto:

  1. Transición hacia una estrategia de bajas emisiones de carbono. Citi pretende financiar 250.000 millones de dólares en soluciones de bajas emisiones de carbono, además de los 164.000 millones de dólares que el banco contabilizó para su anterior objetivo de financiación medioambiental entre 2014 y 2019. Este nuevo objetivo incluye la financiación de actividades en materia de energía renovable, tecnología limpia, calidad y conservación del agua, transporte sostenible, edificios ecológicos, eficiencia energética, economía circular y agricultura y uso sostenible de la tierra. Además, desde Citi aseguran que continuarán “desarrollando estructuras de financiación para ampliar el impacto positivo en estas áreas, y respaldando a los clientes de todos los sectores en la transición hacia una estrategia de bajas emisiones de carbono”. 
  2. Riesgo climático“La medición, gestión y reducción del riesgo climático y el impacto de la cartera de clientes de Citi es un aspecto clave de una transición hacia una estrategia de bajas emisiones de carbono”, subrayan desde la firma. En este sentido, y en consonancia con las recomendaciones del Grupo de trabajo sobre Divulgación de información financiera relacionada con el clima (TCFD), Citi se compromete a seguir “probando la resiliencia de sus carteras de préstamos a los riesgos de la transición y los riesgos físicos relacionados con el cambio climático, y a continuar divulgando información de acuerdo con las recomendaciones de los informes de TCFD”. A nivel global, el banco comenzará a medir el impacto climático de sus propias carteras y su potencial alineamiento con escenarios de calentamiento de 1,5 y 2 ºC. Además, Citi también se ha unido a la Alianza para la contabilidad de emisiones de carbono (PCAF), un marco global para que las entidades financieras midan y divulguen las emisiones de las carteras de préstamos y creen una norma global de contabilización del carbono para las entidades financieras. 
  3. Operaciones sosteniblesPor otro lado, la nueva estrategia incluye objetivos de la huella operativa de cuarta generación centrados en las emisiones de GEI, la energía, el agua, la reducción de residuos y en soluciones de construcción sostenible. “Desde 2005 hemos reducido 3600 GWh el consumo de energía y evitado 2,4 millones de MTCO2e, lo que equivale a unas emisiones de GEI de más de medio millón de automóviles en carretera durante un año (equivalencia proporcionada por la calculadora de la EPA)”, aseguran desde Citi.

Si bien la ciencia climática exige que las emisiones globales de CO2 se hayan reducido en un 45% en 2030, Citi busca acelerar ese plazo con un objetivo de reducción del 45% de las emisiones de CO2 en 2025. Además, Citi espera ser capaz de abastecerse de electricidad 100% renovable para alimentar las instalaciones a nivel mundial antes de finales de 2020. En abril, Citi recibió la certificación LEED Platino para su sede central de Nueva York.

Además, la entidad figura como uno de los primeros signatarios estadounidenses de los Principios para la banca responsable. En abril de 2019, Citi también publicó su informe Medioambiental, social y de buena gobernanza (ESG), donde se detalla su desempeño en una serie de áreas prioritarias en materia de ESG. Citi también ha sido reconocido recientemente con el segundo puesto en el ranking de los 100 Mejores ciudadanos corporativos de media en base a la transparencia y el desempeño del banco en materia de ESG, por 3BL Media. 

“Estamos observando una verdadera integración de la sostenibilidad en nuestros negocios con la formación de más equipos centrados en la sostenibilidad y en objetivos de ESG, y un mayor entusiasmo y defensa en el seno de todo Citi”, asegura Val Smith, director de Sostenibilidad de Citi. Además, Smith destaca que esta nueva estrategia permitirá aunar estos esfuerzos para aumentar el compromiso de la entidad con las finanzas medioambientales. Según Smith, esto permitirá “impulsar nuestro trabajo en el análisis y la divulgación de los riesgos climáticos y continuar con la minimización del impacto de la huella medioambiental de nuestra propia compañía”. 

Desde el inicio de la pandemia mundial, Citi ha continuado  aumentando sus esfuerzos en materia ESG ante la demanda de los clientes y del mercado. En las últimas semanas, Citi ha publicado su segundo bono verde de referencia, el primer bono COVID-19 en dólares de Asia, actuando como único suscriptor de la Special Purpose Acquisition Company (SPAC) enfocado en ESG. Además, ha mejorado sus políticas de combustibles fósiles, y ha formulado nuevas unidades de negocio globales centradas en la sostenibilidad.

El diablo está en los detalles

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Pixabay CC0 Public DomainPatrick Metzdorf. Patrick Metzdorf

 Septiembre fue el mes más complicado para los mercados financieros desde marzo. La renta variable y el crédito registraron rendimientos negativos, mientras que la deuda pública evolucionó de manera solo moderadamente positiva. La falta de buenas noticias y las elevadas valoraciones fueron los principales factores que propiciaron esta evolución, con la deuda pública comportándose adecuadamente, como es de esperar, cuando los activos de riesgo atraviesan dificultades y los datos económicos / de política decepcionan. El flujo de noticias y datos fue muy poco estimulante en vista de las noticias positivas que hemos ido recibiendo desde abril. Entre la ausencia de un paquete de estímulos fiscales en Estados Unidos, una respuesta relativamente apagada al anuncio de la Reserva Federal de una nueva política monetaria y las malas noticias sobre el virus, no había mucho que celebrar.

Afortunadamente, tampoco hay mucho por lo que preocuparse, pero, dado el repunte al que hemos asistido en los precios de los activos (el S&P 500 subió un 8,9% en el tercer trimestre), era de esperar una pausa. Consideramos que la rentabilidad relativa negativa registrada recientemente por el crédito y los mercados emergentes no es más que una consolidación constructiva que puede crear un punto de entrada atractivo para incorporar riesgo. Las buenas noticias ya se han descontado. La volatilidad en los ámbitos normativo, político y de la pandemia ha aumentado, al tiempo que las valoraciones, en general, han repuntado. Dicho esto, los fundamentales siguen favoreciendo una recuperación económica, si bien más lenta con respecto a los trimestres tercero y cuarto. El empleo sigue repuntando, el comercio global y las manufacturas continúan recuperándose con fuerza y el consumo en particular mantiene la solidez, con las ventas minoristas evolucionando por encima de las cotas previas a la COVID-19 en numerosos países desarrollados.

Todo esto sugiere que nuestra posición de riesgo, moderadamente larga, es, en nuestra opinión, la mejor manera de posicionar las carteras entre datos y políticas decepcionantes (cualquier riesgo es demasiado) y las posibles sorpresas al alza en clave de política y la pandemia. Seguimos posicionados para aspirar al beneficio que nos podría brindar un rendimiento relativo positivo de los activos de renta fija de mayor riesgo y que la deuda pública de bajo riesgo tienda a una evolución lateral. Estas posiciones se adaptarán al dinamismo de los fundamentales según tengan que ver con la política monetaria y fiscal, los datos económicos, las novedades sobre las vacunas y, por supuesto, la persistente pandemia.

Aunque seguimos mostrándonos optimistas con respecto a la evolución de la economía y los diferenciales de crédito, persisten los riesgos. El aumento de las tasas de infección y los consiguientes confinamientos, más amplios y más agresivos, podrían fácilmente ralentizar las economías y dar un vuelco a nuestros puntos de vista. No pensamos que esto sea probable, pues todos los gobiernos parecen estar imponiendo confinamientos más selectivos y concretos para abordar la situación local. Mientras los problemas locales no se expandan y las tasas de hospitalización y mortalidad no aumenten demasiado, es de esperar que las economías evolucionen de manera positiva. Las vacunas siguen siendo el eje clave de una solución más amplia para que sectores de la economía como el turismo y el ocio recuperen cierta normalidad, lo cual podría permitir que los ingresos nacionales recuperaran los niveles previos a la COVID-19.

Hasta entonces, las políticas fiscal y monetaria desempeñarán un papel importante. La política fiscal estadounidense, en concreto, sigue siendo clave. La política fiscal debería endurecerse significativamente de manera pasiva el año próximo y se trata de un extremo que debe abordarse. El punto muerto de Washington no parece que vaya a resolverse antes de las elecciones. El crecimiento de los ingresos ha sido sólido y las elevadas tasas de ahorro de los hogares debería amortiguar el golpe siempre que las expectativas de un paquete de estímulos para el año próximo permanezcan intactas.

En caso de que la política fiscal se torne netamente de estímulo el año próximo (teniendo en cuenta el endurecimiento pasivo derivado de que expiren los programas existentes), es de esperar que el crecimiento continúe recuperándose. El aumento de las tasas de ahorro de los hogares en 2020 podría también impulsar el consumo en la medida en que este responda a la satisfacción de la demanda acumulada y los ingresos de los hogares sigan siendo sólidos. La claridad sobre cómo se implementará el nuevo marco de política monetaria de la Reserva Federal es crucial. Una cosa es decir que queremos que la inflación suba, pero ¿en qué medida? ¿Durante cuánto tiempo? El diablo está en los detalles.

La buena noticia es que la evolución de la situación podría traducirse en diferenciales más estrechos para las empresas y los mercados emergentes para finales de año o sin duda en 2021. Con la inflación muy por debajo de los objetivos de los bancos centrales y los riesgos económicos (crecimiento e inflación) todavía orientados a la baja, es probable que los bancos centrales mantengan un enfoque marcadamente acomodaticio en los próximos años. El descenso de la rentabilidad de la deuda pública implica carta blanca para que los gobiernos gasten más si consideran que deben hacerlo. Las compañías han podido reforzar sus balances a precios mínimos en términos históricos. Los datos económicos continúan apuntando una mejora y, en vista de los avances médicos en relación con la COVID-19, hay riesgos al alza y a la baja en torno a la pandemia. Todavía nos inclinamos por pensar que comprar en la parte baja es la estrategia adecuada.

Gráfico 1: Rendimiento de los activos desde el comienzo del año

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Gráfico 2: Variaciones mensuales de divisas frente al USD

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Gráfico 3: Variaciones mensuales considerables de las rentabilidades a 10 años y los diferenciales

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  • Perspectiva para la renta fija

La corrección de septiembre de la renta variable probablemente se veía desde hacía tiempo. Los diferenciales de crédito, aunque se ampliaron durante el mes, evolucionaron mejor que en el caso de la renta variable y sus correlaciones históricas. Dicho extremo pone de manifiesto la capacidad de la liquidez de impulsar los mercados y la confianza en las capacidades de los responsables de política y su disposición a ofrecer estímulos suficientes para mantener un crecimiento de la economía superior a la tendencia en 2021. No hay duda de que estas creencias se pondrán a prueba en los próximos meses, concretamente, después de que conozcamos quién gana las elecciones en Estados Unidos.  

En vista de que las tendencias a medio plazo no han variado, nuestra perspectiva de inversión también permanece en buena parte sin cambios. Mantenemos un cauto optimismo dados los buenos datos económicos (aunque el ritmo de cambio se esté ralentizando) y porque sí creemos que llegarán más estímulos de política monetaria, bien vía aclaración de las repercusiones de la nueva estrategia de política monetaria de la Reserva Federal, bien mediante una expansión cuantitativa mayor. Es de esperar que, en la mayoría de las hipótesis, lleguen nuevas medidas sustanciales de apoyo fiscal tras las elecciones de noviembre.

De hecho, las observaciones del presidente Powell, presidente de la Reserva Federal, a principios de octubre indican que el banco central respalda que se adopten nuevas medidas fiscales, pues considera que los riesgos que implica hacer demasiado poco son mayores que los de la situación contraria. El enorme impacto sectorial, que posiblemente dure largo tiempo, de la pandemia sobre la economía es otro argumento de peso para que se tomen más medidas fiscales. Sin embargo, las valoraciones de la mayoría de los ámbitos de la renta fija ya no se encuentran por debajo de sus niveles razonables, según nuestra estimación, ni siquiera con la corrección de septiembre; esta situación se traduce tan solo en una posición moderadamente larga en activos de renta fija de mayor riesgo.

Persisten considerables riesgos a la baja. El crecimiento económico sigue muy por debajo de su potencial, concretamente, en el sector de servicios. La demanda acumulada se está desvaneciendo, así como el respaldo fiscal. Numerosos países se están enfrentando a tasas de infección de COVID-19 cada vez mayores, tanto en términos localizados como en general, que se traducen en confinamientos y restricciones locales que pesan sobre el crecimiento. No podemos olvidar los riesgos geopolíticos que no se disiparán: las tensiones entre Estados Unidos y China, la salida del Reino Unido de la Unión Europea, las tensiones entre Rusia y Europa y, por último, pero no por ello menos importante, las elecciones estadounidenses. Al mismo tiempo, prosiguen los avances hacia el desarrollo de posibles vacunas contra la COVID-19, lo cual podría llevar a una resolución más sostenida de la pandemia.

La reacción del mercado al anuncio de la Reserva Federal de una nueva estrategia de política monetaria y un marco objetivo fue, cuando menos, indiferente, en parte, porque no se trataba de nada nuevo. El presidente Powell ya había expuesto esos puntos, en esencia, en su discurso de Jackson Hole. Por tanto, dado que apenas se añadieron detalles en septiembre, el mercado se mostró indiferente. No hay duda de que ha cambiado la postura de la Reserva Federal sobre el modo en que variará los tipos de interés en respuesta al dinamismo de la situación económica (por ejemplo, el crecimiento, el desempleo y la inflación). Sin embargo, la pregunta es: ¿en qué medida? ¿Será un cambio moderado? ¿Será un cambio drástico?  

La realidad es que la Reserva Federal no ha dado a conocer más datos y el lenguaje empleado es ambiguo. Además, el hecho de que hubiera disidentes y quizá más factores que desconozcamos sugieren que la Reserva Federal podría no haber tomado una decisión sobre los pormenores de su nuevo marco. Necesitamos más información. Lo que sin duda es cierto es que la Reserva Federal no cree que la economía esté fuera de peligro. La política fiscal sería la primera herramienta de política que desplegar (las observaciones del presidente Powell respaldan esta idea), si bien el banco central será el responsable político de último recurso si la economía no evoluciona según las expectativas y la política fiscal no sale al rescate. La situación de la Reserva Federal puede trasladarse también a la mayor parte de los demás bancos centrales. Los riesgos apuntan hacia una mayor flexibilización global en un intento por cumplir los mandatos de inflación y empleo. De manera similar, los datos económicos han sido mejores de lo esperado, pero las economías siguen funcionando tan por debajo de la normalidad que la mejora de los datos plantea una exigua amenaza para el sesgo acomodaticio.

Por tanto, percibimos un riesgo escaso de que las rentabilidades de la deuda pública suban significativamente a corto plazo. Creemos que los recientes aumentos de las rentabilidades han sido de una naturaleza más técnica o han tenido que ver con el giro en las probabilidades de victoria de cada uno de los candidatos a la presidencia de Estados Unidos. Sin embargo, también parece improbable que sigan descendiendo los rendimientos, pues la mayoría de los bancos centrales ya han reducido los tipos de interés hasta el máximo en que se sienten cómodos. No obstante, podrían sucederse nuevas rebajas y otras medidas de política innovadoras si la situación empeora, por lo que todavía tiene sentido, en nuestra opinión, mantener deuda pública de calidad como cobertura frente a nuevos embates de tensión, aunque se trate de una situación en absoluto normal.

La percepción de que es probable que la Reserva Federal aplique una política monetaria excepcionalmente laxa con respecto a otros bancos centrales ha provocado un abaratamiento del dólar. Sin embargo, el aumento de la aversión al riesgo global en septiembre provocó que el dólar se recuperara en parte. Si bien seguimos mostrándonos moderadamente bajistas más a largo plazo en torno a dicha divisa, no creemos que haya suficiente certidumbre sobre la evolución económica relativa y el resultado de las presidenciales como para confiar en gran medida en que el dólar vaya a caer notablemente a corto plazo. Las monedas de mercados emergentes siguen a la zaga, pues el crecimiento de estos mercados es inferior al de las economías de mercados desarrollados. Hasta que esta dinámica cambie, resulta prematuro mostrarse demasiado optimistas sobre las monedas de mercados emergentes salvo en situaciones específicas.

Pensamos que el crédito corporativo, en particular el grado de inversión, también sigue contando con un muy buen respaldo de las medidas tomadas por los bancos centrales, concretamente, los programas de compras. Sin embargo, esta buena noticia se refleja cada vez más en los precios, pues los diferenciales de crédito se encuentran en sus promedios a largo plazo o por debajo de ellos a pesar de la perspectiva económica todavía complicada. El high yield también ofrece oportunidades razonables. La reciente ampliación de los diferenciales en septiembre ha mejorado su atractivo relativo. Si bien mantenemos una posición larga, venderemos cuando se produzcan alzas significativas, fijándonos al mismo tiempo en retrocesos sustanciales que pudieran darse en los diferenciales para ampliar las posiciones.

Los mercados emergentes siguen siendo una fuente atractiva para la posibilidad de mejorar la rentabilidad. La laxitud monetaria de los países desarrollados sigue siendo un factor muy positivo para esta clase de activos. Sin embargo, persisten riesgos macroeconómicos considerables, pues numerosas economías emergentes no están rindiendo mejor que sus homólogos de la esfera desarrollada. Las valoraciones también han subido, por lo que, si bien percibimos oportunidades en situaciones y países específicos, nos mostramos cautos hacia una exposición generalizada a esta clase de activos. Las oportunidades idiosincráticas siguen siendo la clave.

Los productos titulizados de alta calidad siguen rindiendo adecuadamente de forma silenciosa, ofreciendo el que consideramos un potencial alcista limitado, en vista de las bajas rentabilidades y el bajo riesgo de refinanciación, pero también un potencial a la baja asimismo limitado, en vista del respaldo de los bancos centrales. La perspectiva de baja volatilidad implica que esta clase de activos sigue siendo atractiva para las carteras, incluso aunque ello implique un menor nivel de rendimiento esperado. Existen oportunidades para obtener rentabilidades más altas en productos titulizados de menor calificación, cuyos diferenciales han cedido en menor medida, pero cuyos riesgos fundamentales son mayores. En general, los impagos han sido mucho menores de lo que se temía en un primer momento.

  • Tipos y monedas de mercados desarrollados

Análisis mensual

En septiembre, los mercados viraron a un enfoque de aversión al riesgo al registrar varios embates de volatilidad con motivo de las próximas presidenciales en Estados Unidos, el coronavirus y otros acontecimientos geopolíticos. Diversos bancos centrales de mercados desarrollados se reunieron a lo largo del mes y actualizaron a los mercados sobre qué esperar para el resto de este año en términos de datos económicos y política monetaria. La recuperación económica global pareció estancarse al expirar o agotarse las medidas de algunos paquetes de estímulo. La rentabilidad de la deuda pública a 10 años en los diferentes mercados desarrollados cayó, salvo en el caso de Estados Unidos, cuyos rendimientos permanecieron en gran medida sin cambios durante el mes.

Perspectiva

De cara al último trimestre de 2020, continuamos previendo que la política monetaria seguirá siendo acomodaticia y que los activos de riesgo gozarán de buenos soportes en los diferentes mercados desarrollados. A corto plazo, las elecciones estadounidenses y la tendencia al alza de los casos de coronavirus podrían causar que prosiga la volatilidad en los mercados financieros. Por otra parte, debe alcanzarse un acuerdo para la salida del Reino Unido de la Unión Europea para mediados de octubre si se pretende culminar el proceso para finales de año. Aunque unos datos económicos mejores de lo esperado también impulsarían las rentabilidades al alza, es probable que eso se produzca principalmente si aumentan las primas de riesgo de los tipos de interés, más que por la expectativa de que los bancos centrales eleven el precio del dinero. Prevemos que el dólar continuará debilitándose en los próximos meses frente a otras monedas del G-10 dado el carácter acomodaticio de las políticas financiera y monetaria.

  • Tipos y monedas de mercados emergentes                        

Análisis mensual

Las rentabilidades globales cedieron en septiembre: los rendimientos del Tesoro estadounidense a 10 años cayeron 2 puntos básicos (pb), al 0,68% y la curva de rentabilidades se aplanó en un entorno de aversión al riesgo. Septiembre fue el primer mes desde la primavera en que la aversión al riesgo dictó la evolución de los precios. Los datos económicos perdieron parte del dinamismo forjado durante el verano al avivar el aumento de las infecciones los temores a mayores restricciones y su consecuente daño económico. Esta evolución sometió a presión a los activos de riesgo e impulsó el USD al alza, creando un entorno desfavorable para los mercados emergentes. En cuanto al conjunto de los mercados, Venezuela, Surinam, Rumanía y Georgia fueron los que mejor rindieron en septiembre, si bien Venezuela y Surinam permanecen sumidos en territorio marcadamente negativo desde comienzos de año. Por su parte, los bonos de Sri Lanka, Argentina, El Salvador y Ecuador fueron los que peor evolucionaron. Por sectores, las compañías papeleras, de transporte y diversificadas lideraron el mercado, mientras que las de petróleo y gas, consumo y metales y minería quedaron a la zaga.

Perspectiva

Mantenemos un cauto optimismo en torno a la deuda de mercados emergentes de cara al corto plazo por el persistente carácter acomodaticio de las políticas monetaria y fiscal a escala global. Que persista el repunte del crecimiento de China, en la medida en que se extienda a la economía global, también debería brindar un impulso adicional a los activos de riesgo, así como los posibles avances hacia tratamientos y vacunas contra la COVID-19. Por otra parte, nuestro relativo optimismo acerca de los activos de mercados emergentes a corto plazo se ve moderado por unas valoraciones menos atractivas, el aumento de la volatilidad ante las presidenciales estadounidenses y algunos reveses en la lucha contra la pandemia, tal y como evidencian las cifras de Europa y los confinamientos más estrictos impuestos en diversos países (aunque creemos que es improbable un regreso a confinamientos integrales).

  • Crédito

Análisis mensual

Los diferenciales se ampliaron en el mes. El factor impulsor clave de esta evolución fue el menor momentum positivo de los fundamentales y la abultada oferta tras el verano. Las mejoras de los datos económicos comenzaron a ralentizarse (y, en algunos casos, no alcanzaron las expectativas), no se desplegaron nuevos programas de respaldo monetario o fiscal, al contrario de lo que se preveía (en particular, se esperaba otro paquete fiscal en Estados Unidos) y las noticias sobre el coronavirus se centraron en el agravamiento de la segunda oleada sin noticias definitivas sobre una vacuna, todo ello combinado con las dudas acerca del resultado de las elecciones estadounidenses.

Perspectivas de mercado

De cara al futuro, creemos que la corrección de septiembre es una rotación adecuada del riesgo durante un periodo de oferta abundante. Nuestra hipótesis de referencia refleja la visión de consenso de que el coronavirus es una situación coyuntural y que la política monetaria es proclive al riesgo de crédito, lo cual podría estrechar los diferenciales a medio plazo, hasta un punto próximo a la media a largo plazo, lo cual podría ofrecer a los inversores carry, pero plusvalías limitadas.

  • Productos titulizados

Análisis mensual

Septiembre continuó la tendencia del tercer trimestre, en que los rendimientos de los bonos de titulización hipotecaria de agencia fueron mediocres, mientras que los diferenciales de crédito de los activos titulizados siguieron estrechándose. Los bonos de titulización hipotecaria de agencia se debilitaron ligeramente en septiembre y, en esencia, no registraron cambios en el tercer trimestre, respaldados por la continuada compra de estos activos por la Reserva Federal y restringidos por el riesgo de amortización anticipada. En función del sector y la calificación, los diferenciales de los bonos de titulización de activos estadounidenses no registraron cambios o se estrecharon en septiembre. Los diferenciales de los bonos de titulización hipotecaria sobre inmuebles residenciales europeos en general no variaron en septiembre, pero casi han recuperado los niveles previos a la COVID-19. Los bonos de titulización de aeronaves, los bonos de titulización hipotecaria sobre inmuebles residenciales con préstamos fallidos y los bonos de titulización hipotecaria sobre inmuebles comerciales respaldados por hoteles y centros comerciales siguen rindiendo peor que los bonos de titulización de vehículos y tarjetas de crédito y los bonos de titulización hipotecaria sobre inmuebles comerciales con alquiler unifamiliar.

Perspectiva

Los bonos de titulización hipotecaria de agencia parecen razonables en las valoraciones actuales y es de esperar que sigan contando con el respaldo de las compras de la Reserva Federal. Nos decantamos especialmente por valores to-be-announced (TBA) con cupones inferiores a 30 años (2% y 2,5%), pues ofrecen valor adicional debido a las compras de la Reserva Federal y las inquietudes acerca de su amortización anticipada son menos pronunciadas. Prevemos que el mercado estadounidense de la vivienda permanezca estable y que los bonos de titulización hipotecaria sobre inmuebles residenciales no de agencia sigan evolucionando relativamente bien desde una perspectiva de crédito en el cuarto trimestre. Los estímulos monetarios y fiscales adicionales siguen contribuyendo a la situación y resultan muy positivos para numerosos activos titulizados.

 

 

Columna de Jim Caron, portfolio manager y miembro senior del equipo de Renta Fija Global de Morgan Stanley Investment Management.

 

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Más de un tercio de estadounidenses considera mudarse si su candidato no gana las elecciones

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La mayoría de los estadounidenses quieren vivir donde su opinión es mayoría y dentro de los jóvenes de entre 18 y 34 años tienen un deseo aún más fuerte de tener ideas afines, dice una nueva encuesta de Realtor. 

Mientras más de un tercio de la población en general estaría dispuesta a moverse a lugares en donde se comparta su ideología, casi la mitad consideraría mudarse para coincidir en su entorno en función de sus preferencias políticas.

El 61% de los encuestados más jóvenes se siente fuerte o algo fuerte acerca de vivir en una comunidad con creencias similares y el 48% consideraría mudarse para que esto suceda.

Durante la segunda quincena de septiembre, Realtor y YouGov encuestaron a 2.000 estadounidenses sobre sus opiniones políticas, si esas opiniones tienen un impacto en el lugar donde quieren vivir y su probabilidad de mudarse según el resultado de las elecciones.

«Los estadounidenses más jóvenes tienden a estar más conectados con las causas políticas en las que creen y, por lo general, tienen más flexibilidad cuando se trata de moverse y probar diferentes lugares para vivir. Nuestros datos muestran que estar rodeado de personas con creencias políticas similares es importante para esto grupo y probablemente jugarán un papel en donde finalmente decidan establecerse «, dijo George Ratiu, economista senior de Realtor.

Por otro lado, una de las razones por las que los encuestados mayores de 55 años pueden estar menos inclinados a trasladarse es porque viven en un lugar que consideran que satisface mejor sus necesidades y se sienten conectados con su comunidad.

Los resultados de las elecciones podrían hacer que más personas se muden.

Si bien algunos votantes se están trasladando a estados clave, la encuesta indicó que la tendencia podría intensificarse después de las elecciones.

El 55% de los encuestados piensa que es importante o extremadamente importante vivir en una comunidad que comparte sus creencias políticas.

El 20% de los encuestados ha considerado mudarse a un lugar donde su política se alinea con su comunidad y el 21% está esperando el resultado de las elecciones.

El 12% de los encuestados dijo que definitivamente se mudaría si su candidato no gana las elecciones y el 23% dijo que lo consideraría.

Los más jóvenes están más convencidos de querer que sus puntos de vista se alineen, y el 61% dice que es extremadamente o algo importante en comparación con el 49% de los estadounidenses mayores (de 55 años o más).

Los encuestados más jóvenes tenían menos probabilidades de sentir que sus puntos de vista se alinean actualmente con la mayoría del lugar donde viven: el 38% frente al 44% de los estadounidenses mayores.

De aquellos cuyas opiniones no se alinean con la mayoría, el 24% de los estadounidenses más jóvenes han considerado mudarse y un 24% adicional está esperando a ver quién gana las elecciones para decidir

Por el contrario, el 15% de los estadounidenses mayores cuyas opiniones no se alinean han considerado mudarse y el 19% está esperando los resultados de las elecciones.

El 18% de los estadounidenses más jóvenes dijeron que definitivamente se mudarían si su candidato no gana las elecciones, en comparación con solo el 6% de los encuestados mayores.

Los demócratas que se identifican a sí mismos se sienten más decididos a alinearse con la mayoría (63%) frente a los republicanos (55%).

Los demócratas (14%) tenían más probabilidades de haber considerado mudarse a algún lugar donde sus puntos de vista políticos se alinearan mejor y el 12% está esperando a ver quién gana las elecciones.

Solo el 8% de los republicanos dijeron que han considerado mudarse a algún lugar donde sus puntos de vista políticos se alineen mejor y el 7% están esperando ver.

Los demócratas (45%) tenían más probabilidades de considerar mudarse si su candidato no gana las elecciones que los republicanos (28%).

 

Por segundo mes consecutivo, los fondos de pensiones chilenos reducen sus exposición a fondos extranjeros

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Pixabay CC0 Public Domain. Los fondos de pensiones chilenos retiran más de 3.000 millones de dólares de fondos extranjeros durante el mes de septiembre

3.016,1 millones de dólares han retirado las AFPs chilenas de fondos extranjeros durante el mes de septiembre de 2020, según el informe mensual de HMC Capital. Esta cifra continúa con la tendencia negativa experimentada desde finales del mes de julio cuando se aprobó el primer retiro del 10% de los fondos de pensiones y que, según cifras oficiales a 29 de septiembre, ha supuesto un desembolso cercano a los 16.000 millones de dólares. Así, durante los meses de agosto y septiembre, los fondos extranjeros han registrado entradas de flujos negativos por valor de  8.219,5 millones de dólares.

En total acumulado en el año 2020, los fondos de pensiones chilenos han reducido en 3.383,4 millones de dólares de sus inversiones en fondos de inversión extranjeros. A 30 de septiembre de 2020, el importe invertido por los fondos de pensiones en este tipo de instrumentos asciende a 80.154,6 millones de dólares, representando un 41% del patrimonio total.

Se confirma la tendencia de salida de fondos de renta variable asiática

En el noveno mes del año, por estilo de inversión, los fondos gestionados activamente han registrado salidas de 1.905,3 millones de dólares frente a salidas de 1.413,9 millones de dólares de gestión pasiva, donde ishares de BlackRock acapara el 94% del importe. Los fondos monetarios extranjeros han registrado entradas por valor de 303 millones de dólares.

Continuando con la tendencia registrada a lo largo del año, los fondos de renta variable siguen registrando mayores salidas con un volumen de 2.687,2 millones de dólares durante el mes, frente a salidas de 632,1 millones en fondos de renta fija.

Por subcategoría de renta variable, las más afectadas durante el mes de septiembre han sido:  US Large Cap -425,7 millones de dólares, Asia Ex Japón -318,4 millones de dólares, China -316,8 millones de dólares, Euroland -266,6 millones de dólares y Brasil -231,2 millones de dólares.

Acumulado en los nueves meses de 2020, se han registrado 7.418,4 millones de dólares de salidas en fondos de equity, de los cuales: -2.554,3 millones de dólares son de fondos que invierten en Asia aunque los fondos con exposición a China han registrado entradas netas de 1.064,8 millones de dólares durante el mismo periodo, -1.372,3 Japón, -940,1 millones de dólares Latam, Europa -856,7 millones de dólares y Brasil -780,7 millones de dólares.

En la categoría de renta fija, las salidas han sido menores con un volumen de 632,1 millones de dólares, donde destacan los fondos de US High yield frente al resto con salidas  de flujos netos de 245,4 millones de dólares. Acumulado en el año, los fondos que invierten en activos de renta fija, han registrado flujos de entrada por valor de 4.175,9 millones de dólares, donde destacan los flujos que han ido dirigidos hacia fondos de  renta fija Investment grade 1.634,1 millones de dólares, high yield 1.191,2 millones de dólares y deuda emergente con entradas por valor de 845,3 millones de dólares.

BlackRock sigue ocupando la primera posición aunque pierde ventaja

Al igual que el mes anterior, iShares de BlackRock fue la gestora que mayores salidas registró durante el mes con un importe de 1.324,98 millones de dólares. Aun así, ishares se mantiene como la gestora con mayor volumen invertido por parte de las AFPs chilenas con 6.574,8 millones de dólares al cierre del tercer trimestres de 2020 aunque la distancia que le separa con la segunda es inferior a 1.000 millones de dólares.

Por el lado de la gestión activa, tres son las gestoras con salidas superiores a 200 millones de dólares en el mes: Pimco -388,3 millones de dólares, Ninety One -291,9 millones de dólares y Amundi con -237 millones de dólares. Por el lado contrario, Baillie Gifford con entradas por 355,5 millones de dólares, vuelve a ser la única gestora que supera los 200 millones de dólares de flujos positivos durante el mes. Se convierte de esta forma en la gestora que más flujos ha captado en el transcurso del año con entradas por un valor 1.385,4 millones de dólares que junto a Goldman Sachs (1.024.5 millones de dólares) son las dos únicas gestoras en superar 1.000 millones de flujos netos positivos durante el año.

En el lado opuesto Ninety One, Ashmore, Invesco y GAM han registrado salidas durante los 9 primeros meses del año por encima de 1.000 millones de dólares con -2.530,7, -1.487,8, -1.272,7 y -1.055,5 millones de dólares respectivamente.

A nivel consolidado a 30 de septiembre de 2020, las tres primeras posiciones las ocupan iShares de BlackRock con 6,574.8 millones de dólares, JP Morgan con 5,615.6 millones de dólares y Schroders con 5,606.7 millones de dólares.

 

Internacionales

 

La producción manufacturera aumenta en EE.UU. ante la amenaza de una segunda ola de COVID-19

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El sector manufacturero de EE.UU. se está fortaleciendo a medida que la demanda de los consumidores y los bajos niveles de inventario impulsan los nuevos pedidos. 

El aumento de casos de Covid-19 y las posibles medidas de contención siguen siendo una clara amenaza para las perspectivas económicas pero, al igual que en Europa, es menos probable que este sector se vea afectado de manera adversa en relación con los servicios al consumidor, dice un informe de ING.

Si bien no es el evento más importante o incluso la publicación de datos más importante de esta semana, la fortaleza del informe del ISM (Institute Supply Management) es una señal muy positiva y subraya el sólido desempeño del sector al comienzo del trimestre. 

El índice subió a 59,3, el mejor resultado desde septiembre de 2018, muy por encima del consenso de 56,0 y la lectura de 55,4 de septiembre.

Los nuevos pedidos aumentaron a 67,9 desde 60,2 dejándolo en su nivel más alto desde 2004, mientras que la producción aumentó de 61 a 63. 

Con los inventarios de los clientes que continúan disminuyendo, actualmente, en un mínimo de una década de 36,7, esto sugiere ganancias saludables en curso para los pedidos y producción en los próximos meses

Esto, a su vez, debería ser una buena noticia para el crecimiento continuo del empleo: el componente de empleo subió a su nivel más alto desde junio de 2019.

Sin embargo, hay que tener precaución

En primer lugar, se trata de una encuesta de difusión, por lo que simplemente mide la proporción relativa de empresas que experimentan expansión o contracción. 

No se sabe si las empresas están experimentando ganancias de producción del 100% o del 0,1%, solo que la actividad está aumentando

Esta incertidumbre se refleja en la producción real medida por la Fed que todavía está muy por detrás de lo que sugiere el ISM.

El segundo punto es el aumento de casos de Covid-19 sigue siendo una amenaza para las perspectivas económicas.

El aumento de las tasas de infecciones y de hospitalizaciones está dando lugar a severas medidas de bloqueo en Europa y no se puede descartar que eso pueda suceder en EE.UU. en algún momento. 

Sin embargo, las fábricas europeas permanecen abiertas en gran medida y las empresas del sector de servicios se ven mucho más afectadas. 

Si los estados individuales de EE.UU. se sintieran obligados a actuar, tendrían una respuesta similar a Europa lo que permitiría que el sector manufacturero fuera relativamente resistente, particularmente con niveles de inventario tan bajos.

 

Elecciones USA 2020: ningún analista descarta cualquiera de las cuatro posibilidades

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Las elecciones de EE.UU. están llegando a su fin en un año en el que la pandemia marcó la agenda mundial y los mercados no fueron ajenos a esa realidad. 

La pandemia hizo a esta campaña muy particular a las anteriores y continuará marcando las decisiones de ciudadanos, políticos y actores del mercado hasta que se active una vacuna. 

No obstante, la situación no ha impedido que los dos candidatos gasten miles de millones de dólares y recorran kilómetros en la campaña electoral, dice un informe de ING Bank

Los primeros indicios sugieren que el electorado está comprometido y animado con la votación anticipada que apunta a la participación más alta en décadas”, dice el comunicado de ING.

Por otra parte, Chris Lucas, director de asuntos gubernamentales en BNY Mellon asegura que desde que el COVID-19 cambió el mundo tal y como se conocía, las elecciones también han cambiado drásticamente. 

“Una de las grandes incógnitas de 2020 ha sido cómo se votará en las inminentes elecciones presidenciales de EE.UU. como mucha gente es reacia a votar en los colegios electorales por miedo a contagiarse de COVID-19, ha sido necesario hacer cambios para garantizar la seguridad de los centros de votación y se le está prestando mucha atención a cómo se recogerán y se contarán esos votos”, comentó.

Según las encuestas, en la noche del martes 3 de noviembre Joe Biden podría ser el nuevo presidente de la potencia norteamericana

Según Lucas, aunque intentar predecir el resultado de las elecciones ya ha provocado movimientos de mercado en ocasiones anteriores, este ciclo electoral está inusualmente plagado de incertidumbre.

Por este motivo y después de lo vivido en las elecciones de 2016, ningún analista descarta cualquiera de las cuatro posibilidades: una victoria contundente del Partido Demócrata (ola azul); Biden llegando a la Presidencia pero sin mayorías; una reelección de Trump con un escenario parecido al actual, y por último un resultado impugnado que llevaría a una decisión de la Corte Suprema de Justicia. 

Para Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers, Joe Biden es el claro favorito para ganar las elecciones de los EE.UU., con buenas chances de lograr la llamada «Ola Azul». 

Esto podría ser “probablemente el resultado óptimo para el mercado” en el corto plazo dada la necesidad de otro empuje fiscal, asegura Moëc. 

Sin embargo, las preguntas sobre la postura de la política estadounidense a largo plazo vendrán más tarde.

A medio plazo, una vez que la crisis de la pandemia haya terminado, los inversores probablemente se volverán más sensibles a la capacidad de una administración Biden para resistir la presión de los elementos más radicales de los demócratas si su partido controla los tres centros de poder”, explica el experto.

En cuanto a la posibilidad de que Trump gane el martes, para Moëc hay una probabilidad de un 10%, “pero incluso en este caso, sería muy poco probable que los republicanos retomaran la Cámara de Representantes”.

Este escenario sería el resultado del status-quo, “que en las circunstancias actuales equivaldría a una parálisis política”, reflexiona Moëc. 

Por otra parte, desde Lazard Asset Management analizan los distintos escenarios. 

Nick Bratt, gestor de la estrategia Global Thematic Equity Global cree que el régimen de subida de impuestos de Biden no sería muy perturbador para la economía ni los mercados.

Sin embargo, John Reinsberg, vicepresidente de Lazard Asset Management y jefe de estrategias internacionales y mundiales, asegura que una reelección de Trump sería favorable para los mercados estadounidenses

Aceleraría un acuerdo comercial con el Reino Unido, reforzaría posibles disputas con Europa y reanudaría la guerra comercial con China. 

En cuanto a una victoria de Biden, Reinsberg cree que sería una buena noticia para Europa y favorecería a los mercados emergentes.

En la opinión de M&G, una victoria de Biden conduciría a un gasto fiscal significativamente más alto, y el saldo de ese gasto sería en áreas con «multiplicadores fiscales» más altos (el impacto en la producción de una nación que surge de un cambio en el gasto público), dice Jim Leaviss, CIO of Public Fixed Income.

Trump ha pedido recortes de impuestos para empresas y personas adineradas, pero ese enfoque sería mucho menos poderoso para la economía. 

Un tema clave, para ver cómo se comportarán los mercados luego de conocer los resultados de las elecciones es la curva de rendimiento de EE.UU., dice Tristan Hanson, fund manager de M&G.

La Fed ha recortado las tasas de forma agresiva y los rendimientos lo han seguido hasta cierto punto. 

Existe la opinión de que una victoria de Biden sería negativa para el mercado de bonos, con un estímulo fiscal potencialmente mayor, más préstamos y, en última instancia, una economía más fuerte”, comentó Hanson. 

El fund manager advierte que los inversores deben tener cuidado con las secuelas inmediatas de las elecciones. 

Independientemente de cómo reaccionen los mercados financieros, pueden ser inconstantes y puede que los mercados tarden en digerir el resultado y cómo valorar los activos bajo un régimen diferente, dependiendo del resultado de las elecciones”, concluyó.

EE.UU. es una potencia económica enorme, pero el impacto en los mercados emergentes del resultado de estas elecciones variará principalmente en la política exterior estadounidense, dice Gregory Smith, estratega para mercados emergentes de M&G

“Una victoria de Biden supondría una política exterior más predecible, lo que sería mejor para muchos países. Sin embargo, es importante tener en cuenta que habrá ganadores y perdedores”, aclaró. 

Una administración de Biden priorizará inicialmente la respuesta a la pandemia y la economía nacional de EE. UU. pero también habrá un enfoque continuo en las relaciones de Estados Unidos con China, y la creciente influencia de China seguirá siendo una preocupación bipartidista.

Si el dólar se debilita, eso beneficiaría a las monedas de los emergentes. 

Sin embargo, si el crecimiento de la divisa se debe a tasas de interés más altas, esto perjudicaría a los mercados emergentes.

Ante un triunfo de Biden es probable que uno de los mayores perdedores sea Medio Oriente, ya que los exportadores de petróleo tendrán que cambiar sus modelos de negocio para adaptarse a un nuevo orden global que está más centrado en abordar el cambio climático. 

Una victoria de Biden puede ser más agresiva para Turquía y Rusia, lo que podría impulsar una visión más infraponderada allí y México podría tener algunas ventajas para mejorar las relaciones de política comercial con EE.UU. 

Sin embargo, el mayor impacto en los mercados emergentes, más que el resultado de las elecciones en EE.UU., será la evolución del COVID-19, en términos de cómo los países se recuperan durante el próximo año y qué tan profundas son las cicatrices de su deuda, concluyó Smith.

Durante estos meses de campaña se ha transitado por múltiples análisis, enfoques que dependían del candidato que pudiera acceder a la Casa Blanca, pero el factor común entre todos los expertos fue que una elección impugnada sería el peor resultado para los mercados

Este escenario, que aumentaría la incertidumbre y por ende la volatilidad del mercado, podría llegar a encontrarse en el caso de un resultado muy ajustado . 

Pero aún peor sería que Donald Trump se negara a dimitir en caso de salir derrotado

El presidente ha declarado de forma ambigua al respecto: entre dichos que no asumiría el resultado de una elección por correo o ha dado a entender que recurrirá a la Corte Suprema de Justicia en caso de no ganar.  

La mayoría de los expertos coinciden en que ese sería el peor resultado para el dólar, los mercados de bonos y los activos de riesgo.

Cualquier cosa que cuestione la inviolabilidad de la ley democrática occidental sería problemática.

Este último es un escenario poco probable ya que muchos referentes del Partido Republicano han defendido la institucionalidad del sistema electoral estadounidense para descartar esa situación

 

Unicorn Strategic partners anuncia la incorporación de Matias Paulsen en Chile

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Foto cedidaMatias Paulsen . Unicorn Strategic partners anuncia la incorporación en Chile de Matias Paulsen

Unicorn SP, la firma de distribución de fondos liderada en Latinoamérica por Florencia Bunge como socia responsable del negocio retail en Argentina y Uruguay, y Eduardo Ruiz Moreno, como socio responsable del negocio institucional, acaba de contratar a Matías Paulsen, antiguo subgerente de distribución institucional de LarrainVial, para liderar el desarrollo del negocio ex AFPs en Chile, Perú y Colombia, desde la oficina de Santiago de Chile.

Paulsen, chileno, ingeniero comercial – Mención Administración de Empresas – por la Pontificia Universidad Católica de Chile, ha desarrollado su carrera profesional en LarrainVial por casi 8 años, dentro de roles tanto de “buy side” como “sell side”.

En el año 2013 comenzó como analista de renta fija internacional, para posteriormente liderar el equipo de selección de fondos dentro de la unidad LarrainVial Estrategia. Posteriormente, y desde hace ya casi 4 años ha estado liderando el equipo de distribución de fondos mutuos que representa LarrainVial para los clientes institucionales ex AFPs para Chile, Uruguay y Argentina.

Eduardo Ruiz Moreno, socio responsable de la oficina de Chile, comentaba que la incorporación de Paulsen es de un gran valor para la estructura de su negocio, ya que suma una experiencia consolidada en el mundo de distribución ex AFPs y una gran reputación profesional en la industria. “La llegada de Matías se produce en un momento perfecto en el que ya hemos comenzado a trabajar con las AFPs y donde ahora queremos continuar desarrollando nuestro servicio de distribución atendiendo a las administradoras generales de fondos, bancas privadas, family offices y compañías de seguros.”

David Ayastuy, socio fundador de Unicorn, nos comentaba que la llegada de Matías supone una gran adición al equipo. “Matías, además de su gran carisma y personalidad, tiene una excelente combinación de responsabilidades profesionales en sus casi 8 años de carrera profesional – analista de renta fija, selector de fondos mutuos internacional, y posteriormente responsable de ventas – Es una gran suerte poder contar con un perfil así en el equipo y además un complemento perfecto para el equipo que lidera Eduardo Ruiz Moreno”.

Ayastuy también nos quiso comentar sobre la evolución del negocio: “Hemos sido muy afortunados con los asset managers que representamos y con los resultados que hemos conseguido en estos 3 años gracias a la confianza de nuestros clientes y al gran trabajo del equipo. Seguimos creciendo y ahora nuestros dos objetivos inmediatos son consolidar el equipo de US Offshore y abrir la oficina de Unicorn SP en Brasil”

Unicorn SP nació hace 3 años de la mano de unos conocidos profesionales de la industria. Con oficinas en New York, Miami, Buenos Aires, Montevideo y Santiago de Chile, representan a varios asset managers para su distribución en US Offshore y Latinoamérica. Entre las firmas que representan están BNY Mellon (1), La Financiere de L’Echiquier (2), Muzinich (3) y Vontobel (4), y recientemente anunciaron la representación de Union Bancaire Privée (“UBP”) para el negocio institucional de Latinoamerica.  

US Offshore – (1) y (4) ; Latam Retail – (3) y (4); Latam Institucional – (2) y (3)

 

Azimut adquiere el 55% de Sanctuary Wealth, una firma independiente de wealth management en Estados Unidos

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Pixabay CC0 Public Domain. Azimut adquiere el 55% Sanctuary Wealth, una firma independiente de weath management en Estados Unidos

Azimut Group, uno de los gestores de activos independientes más grandes de Europa, a través de su filial estadounidense AZ US Holdings Inc. firmó un acuerdo para adquirir una participación del 55% en Sanctuary Wealth Group, una empresa líder independiente de wealth management en Estados Unidos orientada a asesores financieros que buscan construir y administrar sus propias prácticas, pero quieren el soporte integral de una plataforma avanzada para alcanzar su máximo potencial.

Azimut, establecida en 1989 y con sede en Milán, Italia, opera en 17 países y gestiona más de 57.000 millones de euros (cerca 67.000 millones de dólares estadounidenses) en activos bajo gestión. Azimut entró por primera vez a los Estados Unidos en 2015 con una iniciativa totalmente nueva en Miami centrada en el espacio Latam-RIA llamado AZ Apice, que fue posteriormente reforzada con otro acuerdo con Genesis Investment Advisors.

Estados Unidos tiene una importancia estratégica para Azimut en el segmento de mercados privados y donde, a través de Azimut Alternative Capital Partners busca adquirir participaciones minoritarias en gestores de activos alternativos, en su mayoría con sede en EE. UU., que brinden capital permanente para crecer y alcanzar su mayor potencial comercial. El acuerdo con Sanctuary representa un hito importante y una demostración más del compromiso de Azimut de seguir con su plan de expansión en la industria financiera estadounidense en general.

Sanctuary Wealth, fundada en 2018 por Jim Dickson, actualmente tiene unos activos bajo gestión facturables cercanos a los 7.000 millones de dólares (equivalentes a unos 6.000 millones de euros) y otros activos bajo asesoramiento de clientes institucionales, lo que eleva el total a aprox. 12.000 millones de dólares. Dickson es el visionario que lideró el desarrollo y lanzamiento del innovador modelo híbrido RIA y la red de independencia asociada. Antes de Sanctuary, pasó más de 20 años en puestos de liderazgo senior en Merrill Lynch.

Sanctuary se ha establecido como la plataforma líder para la próxima generación de wealth managers en Estados Unidos, que se están alejando de las empresas tradicionales de distribución y brokerage, para ser dueños, operar y hacer crecer sus propios negocios. A través de un ecosistema de independencia asociada, los asesores tienen los recursos y servicios que necesitan mientras disfrutan de las economías de escala que ofrecen las plataformas tradicionales más grandes. El equipo de Sanctuary incluye empleados dedicados a las operaciones, así como soporte de operaciones continuo para garantizar una experiencia óptima para el asesor, sus clientes y empleados. Sanctuary también proporciona a sus empresas asociadas los medios para crecer a través de oportunidades estratégicas en las que pueden adquirir y desarrollar prácticas existentes en conjunto con Sanctuary.

La alianza entre Azimut y Sanctuary se centrará en el desarrollo de la mejor red de equipos de asesoramiento independiente. Sanctuary también continuará invirtiendo en el crecimiento de sus firmas asociadas y en adquisiciones estratégicas de otras RIA y prácticas de wirehouse en los Estados Unidos. Su comunidad nacional incluye 41 empresas asociadas, abarca 17 estados y emplea a más de 100 asesores que prestan servicios a más de 7.000 hogares.

La industria de Wealth Management en Estados Unidos se encuentra en medio de un cambio fundamental con hasta 2,4 billones de dólares en activos «en movimiento». El objetivo inicial de Sanctuary son los asesores que se están volviendo independientes, con un tamaño estimado de 469.000 millones de  dólares en AUM.  En segundo lugar, Sanctuary se centrará asesores que se están jubilando que representan otros 1,6 billones de dólares de  AUM. El último segmento son los RIAs independientes más pequeños (con desafíos de crecimiento) que buscan apoyo operativo y / o un plan de transición, que es otro grupo de 348.000 millones de dólares AUM. Los custodios también están fomentando el movimiento de independencia, ya que ayuda a aumentar su participación en el mercado frente a las empresas tradicionales. Los socios de crecimiento preferidos de los custodios son los consolidadores y agregadores frente a los RIAs individuales.

Sujeto a la aprobación regulatoria de las autoridades correspondientes, AZ US holding, adquirirá una participación del 55% en Sanctuary a través de un aumento de capital destinado a financiar un plan comercial de mutuo acuerdo. La participación restante seguirá estando en manos de la alta dirección y de los asesores financieros. El acuerdo contempla que los actuales equipos de dirección de Azimut y Sanctuary cooperarán y harán crecer el negocio en Estados Unidos a mediano y largo plazo, y prevé derechos de opción de compra / venta, así como una inversión adicional en el negocio vinculada a ciertos logros.

Jim Dickson, CEO de Sanctuary, comenta: “Los cambios que se están produciendo actualmente en la industria de wealth managenet debido al aumento de asesores que se jubilan y la transferencia masiva de activos intergeneracional presentan para nuestra empresa una oportunidad sin precedentes. Al asociarse con Azimut, Sanctuary Wealth está bien posicionado para capitalizar esta oportunidad única en la vida de crecer e invertir junto con nuestras firmas asociadas. Somos muy afortunados de tener un socio estratégico que ofrece un importante capital paciente, cuya cultura independiente y emprendedora se alinea con la nuestra para proporcionar los recursos adecuados para acelerar el crecimiento de nuestra plataforma avanzada tanto en tamaño como en escala «.

Pietro Giuliani, presidente de Azimut Group, declara: “El ADN de Azimut está hecho de independencia, espíritu empresarial y creación de valor tanto para los clientes como para los accionistas. Encontramos todos estos mismos valores en Sanctuary y estamos encantados de asociarnos con profesionales de ideas afines. Sanctuary no solo es una empresa muy admirada, sino que está formada por algunos de los mejores líderes, talentos y asesores financieros de los Estados Unidos. Estamos comprometidos a ayudar a Jim y su equipo a alcanzar su mayor potencial comercial, aprovechando nuestra experiencia de muchos años en la gestión de activos, los mercados privados y una presencia global en más de 17 países de todo el mundo. Gracias a esta transacción histórica, Azimut está en el camino correcto para crear un negocio integrado y exitoso en los Estados Unidos compuesto por una firma líder en administración de patrimonio como Sanctuary, una empresa de mercados privados única y best-in class como Azimut Alternative Capital Partners, y en un futuro próximo, una plataforma tradicional de gestión de activos con excelente track-record».

 

El momentum en ESG

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Wikimedia Commons. El momentum en ESG

La “tormenta tropical” que ha desatado la inversión socialmente responsable (ESG) –que ya  azota Europa y avanza con rapidez hacia EE.UU., como detalla Amundi Pioneer en este artículo- apunta a fortalecerse para convertirse en huracán. Los tres grupos sociales más poderosos y económicamente relevantes en la actualidad (mujeres, millennials y UHNW) tienen, como nos muestra el análisis de BofA, un serio compromiso con mejorar el mundo y podrían estar aportando más de 20 billones de dólares -trillones en nomenclatura anglosajona- (equivalente al PIB USA 2018 o a la capitalización del S&P 500) a esta temática  de aquí a 2040. 

Grafico 1 LME

La magnitud de la oportunidad queda refrendada por el trabajo de Accenture, que concluye que 30 billones de dólares -trillones en nomenclatura anglosajona- en activos estarán cambiando de manos durante ese periodo. Si esto no fuera suficiente para aupar a la inversión ESG al siguiente nivel, la Unión Europea exigirá -a partir de marzo 2021- que las grandes gestoras informen a sus partícipes respecto al perfil de responsabilidad social (ESG) de todos sus productos de inversión; estas, por su parte, no quieren llegar tarde a la fiesta y ya son más de 2.200 los managers (que acumulan mas de 80 billones de dólares -trillones en nomenclatura anglosajona- de activos bajo gestión) que han firmado el documento de Principios de Inversión Responsable (PRI) de las Naciones Unidas.

Con todo este capital persiguiendo un mismo objetivo cabe plantearse si la inversión ESG puede ser considerado un factor de momentum que pueda ser utilizado para dar un sesgo particular a nuestro portafolio. En la siguiente gráfica mostramos las ponderaciones de los factores para 50 carteras agrupadas por su rango de puntuación ESG desde la más baja (1) hasta la más alta (50), poniendo de manifiesto la relevancia del momentum y la calidad en estas carteras (Toward ESG Alpha: Analyzing ESG Exposures through a Factor Lens, Financial Analyst Journal, Octubre 2020)

Grafico 2 LME

En el mundo de la inversión, los factores pueden definirse como cualidades de una acción asociados a una prima de rendimiento (ajustada a riesgo). El momentum (o impulso en precio) demuestra que acciones que han tenido un buen desempeño en el último año tienden a mantener este comportamiento superior en relación con sus pares en el medio plazo; este fenómeno se sustenta sobre tres pilares: la persistencia de flujos de dinero institucional hacia una temática concreta, la ineficiencia del mercado para digerir con inmediatez nuevas noticias respecto a un valor y -la más importante– el sesgo de comportamiento (Teoría Prospectiva, de Kahneman y Tversky) que nos fuerza a deshacer rápidamente posiciones ganadoras, y a mantener las perdedoras con la esperanza de recuperar nuestro dinero.

La falta de datos históricos de rentabilidad, la dificultad de encontrar un denominador común a la definición de ESG en el mercado o la ausencia de consenso entre los académicos respecto a si la estrategia mejora o no la rentabilidad de un portafolio buy and hold (Fabozzi, Ma, and Oliphant postulan que no, como ilustra este análisis de Robeco; más recientemente, otros como  Khan, Serafeim, and Yoon apoyan rotundamente el sí) no nos permiten concluir con rotundidad que ESG pueda ser considerado un factor invertible.

No obstante, el sentido común apunta a que las tendencias comentadas más arriba son necesariamente positivas para la cotización de los valores con una nota destacada en base a criterios ESG.

De hecho, sí hemos identificado un interés cada vez mayor en estudiar cómo la mejora de esas notas (o scores) se traduce en rentabilidades superiores en bolsa. La interesantísima oportunidad que nos brinda este momentum relativo queda de manifiesto en el trabajo de Madelyn Antoncic, Geert Bekaert, Richard Rothenberg and Miquel Noguer (junio 2020). Las acciones de compañías que invierten en sostenibilidad y trabajan para ser socialmente más responsables conllevan un premio para los inversores, por eso Carmignac  y FactSet entre otros diseñan modelos para poder identificarlas ex ante.

Milton Maluhy asumirá como CEO de Itaú Unibanco en febrero de 2021

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Foto cedida Milton Maluhy. Milton Maluhy sustituye a Candido Bracher como CEO de Itaú Unibanco

El Consejo de Administración de Itaú Unibanco aprobó, el 29 de octubre, nombrar a Milton Maluhy Filho CEO de Itaú Unibanco en sustitución de Candido Bracher, quien cumplirá la edad límite de 62 años en diciembre. Durante los tres próximos meses, Bracher y Maluhy conducirán un proceso de transición que culminará con la investidura efectiva de Maluhy en sus nuevas funciones el 2 de febrero de 2021.

En un comunicado, la entidad ha señalado que “la selección del nuevo CEO se llevó a cabo cuidadosamente, en consonancia con la gobernanza establecida para el Banco, durante un proceso que duró meses, lo que permitió realizar una rigurosa evaluación de varios profesionales capacitados. A lo largo de todo ese período, una vez más pudimos constatar la gran cantidad de talentos en actividad en Itaú Unibanco, lo cual nos permitió elegir en un ambiente de múltiples alternativa”.

Maluhy de 44 años ingresó en el Banco en enero de 2002 y se convirtió en socio del mismo en 2011 a la edad de 35 años. Durante el transcurso de su carrera, desempeñó diversas las funciones dentro de la entidad, entre las que se incluyen: gerente de cambio, officer, director y director ejecutivo de Productos, mesas y operaciones del Segmento Mayorista, director ejecutivo de red y de tarjetas, CEO del Banco en Chile entre 2015 y 2018  y vicepresidente del área de Riesgos y Finanzas.  

En su rol como CEO de Itaú Unibanco, “las prioridades se dirigirán hacia la digitalización de nuestras operaciones y la búsqueda incansable del crecimiento, en un contexto competitivo particularmente dinámico que exigirá de todos la dosis correcta de audacia, innovación y experimentalismo, todo ello sumado a una atención absoluta a la ejecución. Para lograr plenamente tales objetivos, las bases de la organización y de su cultura tendrán que seguir evolucionando aceleradamente con los tiempos que corren, sin perder de vista jamás los valores fundamentales que nos caracterizan y que nos trajeron, con solidez y carácter pionero, hasta donde estamos. A Milton le corresponderá la labor de liderar, en colaboración con el consejo de Administración, esa agenda que definirá los caminos del éxito continuo de Itaú Unibanco por las décadas venideras”, recoge el comunicado.

Por otro lado, el Banco ha informado que Bracher regresará al Consejo de Administración de Itaú Unibanco en 2021 y ha agradecido su labor durante los cuatro años que se ha desempeñado en el cargo. ”Durante el período en que presidió el Banco, Candido dejó su impronta en diversos frentes, especialmente en el renovado foco en el cliente, que ya se consolidó a través de la organización y permanecerá como un eje fundamental de nuestra evolución. Estamos profundamente agradecidos por el papel crucial que Candido desempeñó en este período, no solo para Itaú Unibanco sino también para el país, como pudimos observar a lo largo de estos duros meses de pandemia. Una postura ejemplar en los negocios y en la vida de un gran banquero que nos honró con su liderazgo en estos cuatro años”, concluye el comunicado.