Unicorn Strategic Partners anunció la incorporación de Andrés Casais en su equipo de ventas de US Offshore, confirmó Funds Society.
Casais trabajó durante los últimos 7 años en Londres en la gestora Insight, del grupo BNY Mellon IM donde comenzó como Sales Support Associate y Business Development Manager para EMEA. Este último cargo lo ocupó durante más de cuatro años.
Recientemente regresó a Miami, donde años antes había comenzado su carrera profesional como Investment Analyst en EFG AM.
El socio fundador de Unicorn, David Ayastuy, comentó a Funds Society que una de las grandes dudas que existen a la hora de contratar profesionales de ventas es el perfil de profesional que se necesita en un momento como el que se está atravesando con el COVID-19. La pandemia ha cambiado bastantes reglas del juego y muchas han cambiado para quedarse, agregó Ayastuy.
En base a estas nuevas reglas Unicorn celebra la contratación de Casais ya que es “una persona que ha trabajado en diferentes roles: Investment Analyst, Sales Support, y Business Development, y que estamos seguros va a aportar un gran valor en el desarrollo de nuestra firma y de los managers con los que trabajamos”, comentó el socio fundador de la compañía.
La llegada de Casais se suma a la de Gonzalo Viana, procedente de Compass Group, como responsable de ventas en Montevideo, Magdalena Cabrera, procedente de HSBC, como sales associate en Montevideo, Matías Paulsen, procedente de Larrain Vial, como responsable del negocio institucional ex AFPs de Zona Andina, en la oficina de Santiago de Chile y Milagros Silva, procedente de Legg Mason, como sales manager para US Offshore.
Casais tiene un Master en Finanzas de la Hult International Business School de Londres. Además posee un certificado en ESG de CFA y cuenta con credenciales en energías renovables, según su perfil de Linkedin.
La organización WHE, Women Hispanic Executives Association, comenzó sus actividades en Florida con el fin de promover el empoderamiento y crecimiento de las mujeres de la comunidad hispana en Estados Unidos, más precisamente en el estado de Florida.
“Estamos muy emocionadas de anunciar el lanzamiento de nuestra asociación WHE”, dice el comunicado al que accedió Funds Society.
WHE es una organización sin fines de lucro lanzada por mujeres ejecutivas en puestos de liderazgo con una conexión en el sur de Florida. Sus fundadoras cuentan con años de experiencia en diferentes áreas comerciales y representan una amplia variedad de organizaciones.
“Orgullosas de ser mujeres de origen hispano, esperamos que WHE esté abierto a todos los géneros y orígenes y creemos en la diversidad como el combustible que impulsa la creatividad y el crecimiento”, aseguran las miembros de la novel organización.
La visión de la organización “es ser un agente impulsor del cambio generando una conciencia social que priorice las capacidades y habilidades profesionales para acceder a puestos de alta responsabilidad” además de promover la diversidad, la competitividad y la sostenibilidad de las empresas e instituciones.
“Promover la presencia de mujeres hispanas en Boards y C-Suites”, es la misión de WHE.
Fundada por mujeres líderes en la próspera comunidad empresarial internacional del condado de Miami-Dade, WHE quiere inspirar a las mujeres hispanas, las alienta a seguir y luchar por sus sueños, y que sepan y sientan que ningún sueño es lo suficientemente grande o imposible de alcanzar. .
Para conocer más sobre esta asociación, compartimos el acceso al sitio web en el siguiente enlace.
. La deuda corporativa emergente es el paraíso de la gestión activa, según Wouter van Overfelt Portfolio Manager de Vontobel Asset Management
“La deuda corporativa emergente es una clase de activo que combina duración corta con altos diferenciales y un gran número de ineficiencias, y las ineficiencias conducen a la gestión activa casi por definición”, afirmó Wouter van Overfelt, Head of Emerging Markets Corporate Bonds de Vontobel Asset Management, al inicio de su presentación en el marco de un nuevo VIS (Virtual Investment Summit) de Funds Society, moderado por Luis Álvarez, Sales Director de Unicorn Strategic Partners.
Esta clase de activo, considerada aún exótica por muchos inversores, ha ganado popularidad en los últimos años y actualmente representa un mercado de 2,5 trillones de dólares. Entre sus ventajas, el gestor destaca la diversificación que es mayor que la de deuda emergente soberana con la que frecuentemente se le compara.
“Si se compara con el segmento de bonos soberanos, o incluso con un índice de renta variable, en ellos se puede observar una alta concentración de emisores. En el índice (deuda corporativa emergente) vemos un gran número de compañías en diferentes países del mundo y de hecho no hay ninguna compañía que sea material en el índice. La diversificación es mucho mayor de lo que la gente piensa”, afirma van Overfelt.
Para van Overfelt, tanto la tasa de default como la calidad crediticia de la deuda corporativa emergente, no están lo suficientemente valoradas por los inversores. Así, aclara que la calidad crediticia de las compañías en los mercados emergentes es en muchas ocasiones superior al del país donde están basadas y además el tener que lidiar con el riesgo político, hacen que estén gestionadas de forma más conservadora que compañías en mercados desarrollados.
Además, en cuanto a la tasa de default, el gestor aclara que la deuda corporativa emergente se sitúa en un buen nivel si se compara con clases de activos similares, como la deuda high yield, aunque muchos inversores desconfían, lo que tiene un efecto directo en los precios.
“Estas sobrevaloradas tasas de default, llevan a valoraciones muy atractivas y esto se traduce en atractivas rentabilidades históricas (7,3% rentabilidad media desde 2003)”, puntualiza.
Proceso de inversión que busca ineficiencias
El proceso de inversión de la estrategia que gestiona van Overfelt, es único y le diferencia de su benchmark y peers. En este proceso, lo fundamental es que las decisiones de inversión giran en torno a la detención de ineficiencias en base a eventos de mercado y oportunidades de valor.
“Lo que intentamos conseguir con las ineficiencias de valor es invertir en activos que nos ofrecen una mejor remuneración por un riesgo similar”, explica Van Overfelt. A modo de ejemplo de ineficiencias cita: restricciones de inversión de algunos inversores cuyo universo esta restringido a grado de inversión, los instrumentos de gestión pasiva que generan discrepancias en los precios de los bonos que entran y salen del índice, o incluso la aplicación de criterios ESG. “Los criterios ESG agrandan nuestro campo de oportunidades porque añaden otra restricción a los inversores, en cómo pueden invertir”, especifica Van Overfelt
Otra de las características de este fondo, que lo diferencia del resto de los competidores, es que tiene una cierta preferencia por los bonos high yield, explicado por su enfoque en base a eventos. “La volatilidad en los precios en el segmento High yield es obviamente mayor que en grado de inversión, por lo tanto, debido a nuestro enfoque en base a eventos compramos empresas con un rating más bajo”, explica. Sin embargo, recientemente y debido la reducción en los diferenciales en el segmento high yield han invertido algo más en el segmento de grado de inversión.
Descorrelación con el mercado
En conclusión, este fondo invierte en compañías en función de razones propias de esa compañía, lo que hace que esté totalmente descorrelacionado con el mercado. “Las oportunidades generadas por eventos tienen un beneficio adicional y es que no son sensibles a los tipos de interés”, y esto es especialmente en el entono actual en el que nos encontramos.
“El gran elefante en la habitación y lo que hemos visto desde comienzo de año, son tasas subiendo y la inflación a lo mejor disparándose. Quizá hay gente que está preocupada por eso, y especialmente en renta fija. Si las tasas suben dramáticamente, nuestro fondo también sufrirá, pero al tener una duración corta y un enfoque ligado a eventos no sufriremos tanto como otras clases de productos de renta fija con los que competimos, y esto se puede observar ya en los retornos acumulados en el año”, concluye van Overfelt
Puede escuchar el evento completo en el siguiente link( contraseña: Vontobel_0903)
Pixabay CC0 Public Domain. Focos de tensión en la rivalidad sino-estadounidense: quien controle el estrecho de Taiwán controlará la economía mundial
La rivalidad entre dos grandes potencias, Estados Unidos y China, que se libra principalmente en el vasto océano Pacífico, es el conflicto geopolítico más importante de los últimos tiempos. Se trata de fuerzas económicas, demográficas y geográficas muy arraigadas que están reconfigurando la relación bilateral más importante del mundo.
Un mundo unipolar en el cual Estados Unidos gozaba de la hegemonía mundial, con una capacidad e influencia global incomparable, se está transformando en un mundo equilibrado y multipolar en el que varios países tienen un impacto cada vez mayor en la toma de decisiones y en la acción global. Al final de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos representaba una parte del PIB mundial mucho mayor de la que correspondía a su población. Sin duda alguna, en parte, se debía al nivel de productividad e innovación incomparable de la economía estadounidense.
Gracias a estos factores, Estados Unidos siempre jugará por encima del nivel que corresponde a su volumen de población. Sin embargo, el motivo principal por el cual Estados Unidos era, con diferencia, el motor económico dominante del mundo se debía a que tras aquel conflicto devastador la mayoría de las grandes economías estaban en ruinas. Según un famoso estudio realizado por el economista británico Angus Maddison, la participación de Estados Unidos en el PIB mundial alcanzó un cenit de casi el 40% a principios de la década de 1950.
Desde entonces, la participación de Estados Unidos en el PIB mundial no ha dejado de disminuir. Parafraseando al economista Herbert Stein, lo que no puede continuar no lo hará. El otro componente de este descenso relativo ha sido el creciente peso económico de China. Según este mismo trabajo, la participación de China durante la mayor parte de su historia en el PIB mundial ha oscilado entre el 30% y el 35%. En otras palabras, el ascenso de China no es más que una vuelta a su nivel normal de influencia económica. El siglo anterior fue la anomalía. El ascenso de China debe continuar y continuará.
Por lo tanto, ¿qué nos dice esto sobre la consiguiente lucha de poder entre los dos países? ¿Es inevitable la confrontación? ¿Podemos evitar la famosa trampa de Tucídides? Cuando los paradigmas cambian, siempre habrá fricciones. Con los cambios tectónicos, puede que no siempre se produzca un terremoto, pero suele haber algunos temblores. La disputa comercial de 2018-2019 no ha sido más que la primera disputa verdaderamente global entre estos dos rivales. Hay que esperar muchas más, y Taiwán está a la vanguardia de los posibles focos de tensión.
No es una exageración decir que la República de China, el nombre oficial de la nación insular justo al lado del continente, se está convirtiendo rápidamente en la nación más importante y vigilada de la Tierra. Taiwán domina la sofisticada fabricación mundial de chips, y su ventaja comparativa no dejará de aumentar. A principios de este año, los cierres de las fábricas de automóviles estadounidenses y europeas tuvieron menos que ver con el COVID-19 y más con la escasez de chips en Asia. Si bien estos cuellos de botella se resolverán por sí solos a corto plazo, son emblemáticos de un problema más amplio: los semiconductores son el nuevo petróleo y Taiwán es la nueva Arabia Saudí.
Lo más preocupante es que este mercado está aún más concentrado que el del petróleo porque hay menos productores. Quien controle Taiwán puede influir eficazmente en el suministro mundial de microchips. Esto no es una hipérbole. Como el coste de conseguir una mayor densidad lógica ha aumentado de forma tan exponencial, significa que la nueva tecnología de microchips conlleva enormes inversiones de capital que exigen a los productores operar con una tasa de utilización muy alta. Las barreras de entrada son prohibitivas. La empresa Taiwan Semiconductor Manufacturing Company abarca la mitad del mercado mundial de fundición de semiconductores. Junto con el otro gigante taiwanés, United Microelectronics Corporation, y la surcoreana Samsung, las tres empresas representan el 78% de la cuota de mercado mundial. En resumen, el mercado de microprocesadores está muy concentrado en Taiwán, con el riesgo que ello conlleva. Desde el punto de vista de Occidente, esto es peligroso porque China aspira a una reunificación con Taiwán. Debido a sus medidas en Hong Kong, actualmente todos sabemos lo que eso supondría bajo el mandato de Xi Jinping.
Todo inversor y responsable político que se precie deberá tener en cuenta las incertidumbres inherentes para el mundo si la situación al otro lado del Estrecho de Taiwán se deteriora. Un incidente en el que la producción de chips se interrumpiera o detuviera, o en el que se negaran permanentemente las líneas de suministro, podría ser catastrófico para la economía mundial. Si pensamos que Estados Unidos no entraría en guerra por la fabricación de chips en Taiwán, es que ya nos hemos olvidado de que a principios de la década de 1990 entró en guerra en Kuwait por el petróleo. Por supuesto, China pegaría con más fuerza que Irak, y la importancia de Taiwán implica que todas las partes interesadas en el mundo tendrán incentivos para desescalar el conflicto. No obstante, tal y como nos demostró la Primera Guerra Mundial, participantes racionales pueden verse envueltos en un conflicto a raíz de una serie de errores de cálculo tras el asesinato de un archiduque.
Por cierto, la Primera Guerra Mundial fue la última vez que una potencia regional en ascenso (Alemania) se enfrentó a una potencia global consolidada (Reino Unido). Por supuesto, no estoy diciendo que el resultado de esta rivalidad entre grandes potencias vaya a ser una tercera guerra mundial. Tampoco descarto que pueda llegar a ello si una combinación de políticas erróneas nos hace caer por esa vía. Desde luego, la importancia de Taiwán para la economía mundial significa que todas las partes interesadas, lo cual, en concreto, implica a todas las naciones, deberían sentirse incentivadas a cooperar y a mantener la estabilidad. La teoría elemental de juegos demuestra que el proceso de toma de decisiones puede torcerse, y la economía del comportamiento sugiere que no todas las decisiones, incluso a nivel estatal, son racionales y que obedecen a intereses propios.
Y los inversores y los participantes en el mercado, ¿qué podemos hacer? ¿Huimos al proverbial búnker de riesgo y esperamos a que llegue el conflicto? De nuevo, la historia arroja una respuesta clara: un «no» rotundo. Durante la Guerra Fría, definida en términos generales desde 1947 hasta 1991, el S&P 500 subió un 2708% (7,70% anualizado) a pesar de que se apuntaron suficientes misiles unos a otros como para aniquilar a la humanidad muchas veces. Para que no lo olvidemos, el mundo estuvo varias veces al borde del desastre durante esta época que ahora se aleja rápidamente: El bloqueo de Berlín, la guerra de Corea, la invasión soviética de Hungría y la crisis de los misiles de Cuba. Ese fue nuestro conflicto con los ideológicos y militantes soviéticos. Los conflictos con los chinos capitalistas podrían resultar bastante menos enervantes.
Debemos aprender a interpretar las decisiones y acciones de estas dos grandes naciones en el marco de esta rivalidad de grandes potencias: Estados Unidos quiere mantener el estatus quo, su lugar como centro del orden mundial tras la Segunda Guerra Mundial, mientras que China quiere recuperar su lugar histórico y desplazar dicho orden. Por parte de Estados Unidos, se verá la intensificación de la presión económica y el apoyo a los estados fronterizos, tales como Taiwán, en un intento de reducir a China a la primera cadena de islas. Veremos a Estados Unidos intentando cercar a los chinos mediante alianzas y movimientos de equilibrio de poder que permitan la remilitarización japonesa y un acercamiento con la India. Por su parte, China debe asegurarse de que puede seguir proporcionando el crecimiento económico que sus masas esperan y que respalda la credibilidad del gobierno. Para ello, veremos intentos de eludir los bienes comunes globales, los océanos que siguen dominados por la omnipresente Marina estadounidense. Los chinos han vuelto a conectar con los rusos, ya que una masa terrestre euroasiática unificada contrarrestará mejor a los estadounidenses marítimos. Habrá otras manifestaciones de este conflicto global que aún están por determinar. Conviene que las sepamos identificar cuando se presenten. Los mercados tendrán que aprender a descontar esta prima de riesgo y, como han hecho en épocas anteriores de cambio de paradigmas, se ajustarán a la nueva realidad.
Pixabay CC0 Public Domain. LONVIA Capital supera la barrera de los 100 millones de euros de activos bajo gestión
En menos de cinco meses desde el lanzamiento de su sicav, LONVIA Capital ha superado los 100 millones de euros en activos bajo gestión. Según explica la firma, las distintas estrategias de inversión han gozado de la confianza e interés por parte de family office, bancas privadas, asesores financieros independientes, fondos de fondos y gestores de carteras tanto en Francia, como en España, resto de Europa y América Latina.
El proyecto lanzado por el reconocido gestor Cyrille Carrière sigue una filosofía de gestión que tiene como objetivo buscar empresas que consideremos capaces de incrementar su facturación, sus resultados y su generación de flujo de caja a través de un posicionamiento en mercados en crecimiento y estrategias de desarrollo relevantes en cuanto a productos, clientes y geografía. “Estas empresas operan en un círculo virtuoso de crecimiento y utilizan los éxitos derivados de su correcto posicionamiento para invertir constantemente en su crecimiento futuro. Seleccionadas por la calidad de su actividad y su modelo de negocio, en nuestra opinión tienen la capacidad de desarrollarse considerablemente en pocos años, pasando por ejemplo de un actor de nicho local a una empresa presente en varios continentes”, apuntan desde LONVIA Capital.
El proceso de selección de compañías de pequeña y mediana capitalizaciones desarrollado por Cyrille Carrière desde 2008 se aplica a toda la gama de fondos de LONVIA Capital, formada por tres compartimentos de la sicav Lonvia: Lonvia Avenir Mid-Cap Euro: pequeñas y medianas capitalizaciones de la zona Euro; Lonvia Avenir Mid-Cap Europe: pequeñas y medianas capitalizaciones europeas; y Lonvia Avenir Small Cap Europe: pequeñas capitalizaciones europeas.
Desde la gestora recuerdan que los 3 fondos de la gama son traspasables fiscalmente, lo que supone un “hito muy relevante”, en especial para el inversor español.
Tom Ross y Seth Meyer, gestores de carteras de deuda corporativa en Janus Henderson Investors. Tom Ross y Seth Meyer, gestores de carteras de deuda corporativa en Janus Henderson Investors
A menudo oímos decir que los diferenciales de crédito ―la diferencia de rendimiento de los bonos corporativos con respecto a la deuda pública con vencimiento similar― son “estrechos” o “amplios” cuando se comenta la valoración del mercado con respecto a sus niveles pasados. Pero, parafraseando la vieja máxima, ¿y si los diferenciales pasados no son una buena indicación de los actuales? ¿Qué pasa si el mercado ha cambiado con el tiempo?
«Puedo contaros mis aventuras… Pero no serviría de nada retroceder hasta ayer, porque ayer yo era otra persona».
– Alicia en el País de las Maravillas
Hemos sido y seguimos siendo positivos en cuanto al mercado high yield porque creemos que seguimos en una fase inicial del ciclo de recuperación del crédito; se espera que las tasas de impago disminuyan y que las empresas ―incluso las muy apalancadas― tengan mejor acceso al capital gracias a los esfuerzos de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) para mantener la liquidez de los mercados de bonos corporativos. Pero hay algo más también que ha cambiado: la calidad crediticia media (medida por la calificación crediticia) de los mercados de bonos high yield ha mejorado considerablemente desde la última crisis.
El mercado de bonos high yield de EE. UU. se compone en su mayoría de bonos con calificación BB (la mayor calificación sub-investment grade) hasta CCC. Actualmente, los bonos con calificación BB representan alrededor del 55 % del índice, mientras que los CCC suponen casi el 12 % y los bonos con calificación inferior a CCC son menos del 1 %. Dicho de otro modo, casi la mitad del índice tiene la máxima calidad crediticia por debajo de grado inversor. Pero esto no siempre ha sido así. En los meses posteriores a la crisis financiera global, la proporción de bonos high yield con calificación CCC alcanzó su máximo (23 %, casi el doble que la cifra actual) y el total de bonos con calificación CCC o inferior alcanzó su máximo del 30 % del índice, casi tres veces más que ahora. En resumen, durante la última década, alrededor del 15 % del mercado high yield subió desde casi la parte más baja del espectro de crédito hasta rozar la más alta.
Siendo justos, el cambio no se debe únicamente a que las empresas high yield se volvieron más solventes. Esta evolución obedece en parte a las reestructuraciones o a las salidas del mercado de las empresas con peor calificación. Además, como puede verse en el gráfico de arriba, el porcentaje de bonos BB se disparó en 2020, cuando varias grandes empresas incluidas en los índices investment grade cayeron al mercado high yield (y de ahí la denominación de “ángeles caídos”). Independientemente de las razones, el mercado high yield ha evolucionado de manera continua hasta convertirse en un índice con mejores calificaciones.
Calculando el valor
Entonces, ¿cuál es el valor de esa mejora? Creemos que vale unos 25 puntos básicos. (100 puntos básicos = 1 %)
En el gráfico de abajo, se muestra el diferencial histórico del índice Bloomberg Barclays US High Yield, un diferencial ajustado y la diferencia. El diferencial ajustado presupone que el índice tenía la misma calificación crediticia media ponderada que tiene actualmente. Dado que la calidad crediticia ha mejorado, se intuye que el diferencial ajustado es inferior al diferencial histórico y, como vemos con la línea naranja que indica la diferencia entre ambos, no deja de reducirse a medida que retrocedemos en el tiempo. En definitiva, si se tiene en cuenta la mejora de la calidad crediticia, el índice high yield no ha dejado de abaratarse.
La media simple de la diferencia entre el diferencial histórico y el diferencial ajustado al crédito desde 2009 es de 28 puntos básicos. Dado que la media presenta un sesgo a la baja por la diferencia extrema de hace una década, la redondeamos 25 puntos básicos a la baja, un nivel que refleja también el lado tradicional del intervalo entre 20 y 40 puntos básicos en el que se movió la diferencia entre los años 2011 y 2018.
Sin embargo, dado que el mercado high yield estadounidense se aproxima a sus diferenciales mínimos históricos, podría resultar más útil fijarse en la diferencia entre los diferenciales históricos y los diferenciales ajustados al crédito en estos mínimos. El mínimo más reciente del diferencial histórico, 312 puntos básicos, se registró el 13 de enero de 2020. Si se ajusta a la mejora del crédito desde entonces, calculamos que el diferencial comparable es de 302 puntos básicos, es decir, 10 puntos básicos menos. Comparado con el mínimo posterior a la crisis financiera global del 1 de octubre de 2018, cuando el diferencial era de 309 puntos básicos, calculamos que el diferencial ajustado al crédito es de 290 puntos básicos, es decir, 19 puntos básicos menos. La diferencia no deja de crecer a partir de ahí, aumentando a 24 puntos básicos al mínimo de 2014 (el 23 de junio).
En nuestra opinión, la brecha ―la diferencia entre el diferencial histórico y el diferencial ajustado al crédito― importa. Cuando se registraron esos diferenciales mínimos anteriores, el índice high yield era básicamente un índice diferente, con una calidad crediticia inferior. Por lo tanto, cuando los inversores debaten si el mercado high yield estadounidense puede alcanzar o superar sus mínimos anteriores, pensamos que deberían fijarse en el historial en términos ajustados. Por ejemplo, de acuerdo con nuestro análisis, los diferenciales del high yield podrían estar 10 puntos básicos por debajo de los mínimos que se registraron hace poco más de un año, en enero de 2020, y mantenerse al mismo nivel de diferencial ajustado al crédito.
Un fenómeno global
La mejora de la calidad crediticia promedio del mercado high yield no solo se da en EE. UU. En Europa y los mercados emergentes, la calidad crediticia promedio también ha mejorado considerablemente. En el gráfico de abajo, vemos el cambio en las ponderaciones de los bonos con calificación B y CCC desde sus máximos históricos durante los últimos 15 años hasta fines de enero de 2021. En todos los casos, las ponderaciones han disminuido. A nivel global, la proporción de deuda con calificación B se ha reducido un 37,5% y la proporción de la calificación CCC ha descendido un 60 %. En nuestra opinión, no son cambios menores para un mercado importante.
Si aplicamos el mismo análisis al índice de bonos high yield global, llegamos a la conclusión de que la mejora de la calidad crediticia tiene un valor de 20 puntos básicos en términos de diferenciales. Ajustado a la calidad crediticia, el diferencial de high yield global podría haber estado 8 puntos básicos por debajo de su mínimo del 17 de enero de 2020 de 352 puntos básicos en 2020 y 6 puntos básicos por debajo del mínimo en diez años de 311 puntos básicos registrado el 26 de enero de 2018, algo por debajo del diferencial de 410 puntos básicos del 31 de enero de 2021.
El efecto en high yield europeo es menos pronunciado, ya que el crédito mejoró rápidamente tras la crisis financiera global. Así, si quitamos 2010, la mejora en la calidad crediticia solo tiene un valor de unos 2 puntos básicos. El high yield europeo también se libró de gran parte del deterioro del crédito que sufrió el sector de la energía a mitad de la última década, por lo que la ponderación de la calificación BB se ha mantenido estable más tiempo. Según nuestros cálculos, el índice high yield europeo podría haber estado 4 puntos básicos por debajo de su mínimo del 20 de enero de 2020 de 316 puntos básicos en 2020. Curiosamente, la ponderación de la calificación BB en Europa era algo más alta el 25 de octubre de 2017, cuando el diferencial marcó su mínimo en diez años de 248 puntos básicos, por lo que nuestros cálculos aplicarían un redondeo al alza de 12 puntos básicos, hasta un diferencial de 260 puntos básicos. Al 31 de enero de 2021, los diferenciales europeos se situaban casi 100 puntos básicos por encima, 359, por lo que ofrecen un potencial de mayor ajuste de los diferenciales.
Fuente de las cifras del high yield global y europeo de arriba: Bloomberg, cálculos de Janus Henderson, índice ICE Global High Yield Bond Constrained e índice ICE European Currency High Yield Constrained, al 31 de enero de 2021.
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Una comparación justa
En nuestra opinión, los inversores pueden y deben preguntarse si los diferenciales en high yield pueden volver a sus mínimos históricos. Sin embargo, cuando hablamos de estos mínimos, debemos saber si estamos comparando cosas iguales, lo que no es el caso cuando comparamos los diferenciales actuales con los mínimos desde la crisis financiera global.
Como dijo sabiamente Alicia, de poco sirve hablar del pasado como si fuese igual que el presente. Actualmente, los índices de high yield global tienen una mejor calidad crediticia que en cualquiera de los mínimos anteriores registrados desde la crisis financiera global. Aunque los inversores pueden, y deben, debatir las perspectivas fundamentales de las diferentes regiones, creemos que es importante tener en cuenta que los mercados del high yield de todo el mundo han cambiado para mejor.
Las calificaciones de la calidad crediticia se expresan en una escala que generalmente va de AAA (máxima) a D (mínima).
Columna de Seth Meyer y Tom Ross, gestores de carteras de renta fija en Janus Henderson Investors.
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Pixabay CC0 Public Domain. Expectativas enfrentadas
Esta semana, se ha cumplido la fecha límite para que los gestores de activos publiquen el primer tramo de un nuevo conjunto de información diseñado para aumentar la claridad y la transparencia para los inversores que analizan las credenciales ESG de sus inversiones, con la aplicación de las Normativas de Divulgación de las Finanzas Sostenibles (SFDR, por sus siglas en inglés), como parte del Plan de Acción de Finanzas Sostenibles de la UE.
Dentro de este marco, Morningstar ha publicado su informe EU Sustainability Disclosures, que analiza lo que los inversores pueden esperar de los gestores de activos y cuál será el impacto del reglamento en el panorama ESG. Entre las conclusiones que arroja el documento, destaca la interpretación de que el SFDR es realmente un punto de referencia para aquellos inversores que tengan un foco ESG, ya que “eleva el listón” para que los fondos que se declaran verdes.
«El SFDR representa un hito para el creciente número de personas que desean tener en cuenta los factores ESG en sus decisiones de inversión. Los requisitos de divulgación marcarán una diferencia significativa en la calidad y la coherencia de la información disponible para los inversores. Las medidas adicionales añadirán sustancia tanto a las ambiciones declaradas de las empresas y sus productos como al grado de consecución de esas ambiciones a lo largo del tiempo. Las medidas para que la información esté más basada en hechos, sea más cuantitativa y esté estandarizada en todos los productos harán que la información sea más comparable y consumible para los inversores», señala Andy Pettit, Director, Policy Research de Morningstar.
En concreto, los inversores se enfrentarán a una nueva clasificación de todos los fondos de inversión en tres categorías que hacen referencia a su nivel de sostenibilidad: gris, verde claro y verde oscura. Según explican, cada una de estas categorías llevará una determinada documentación, material de marketing e informes para reflejar sus características sostenibles. Este etiquetado de producto estandarizado brindará a los inversores una mejor idea de cuán sostenibles son sus inversiones. En concreto, el gris indicará que el fondo considera riesgos ESG como parte de su proceso de inversión o que se declara explícitamente no sostenibles. El color verde claro hará referencia a aquellos productos financieros que promueven características ambientales o sociales como parte de la estrategia amplia de inversión; y, por último, el verde oscuro identifica a los fondos que tienen objetivos sostenibles.
El análisis que hace Morningstar en este informe también destaca que gracias al nuevo reglamento, “han surgido reglas más claras y cohesivas en las normas técnicas retrasadas”, pero hay que hacer más para que las divulgaciones de los emisores corporativos apoyen las divulgaciones de los gestores de activos y los inversores puedan entender lo que está pasando. En este sentido, uno de los grandes temas que aborda el SFDR es el greenwashing, logrando un importante equilibrio en la prevención de este comportamiento y el hecho de que sea excesivamente oneroso ser un producto ESG.
Por último, el informe apunta dos consecuencias positivas de la entrada en vigor del SFDR. La primera que la divulgación de los Principales Impactos Adversos (PAI) darán vida al objetivo del Plan de Acción de reorientar los flujos de capital hacia las inversiones sostenibles. Y, segundo lugar, que algunos productos reducirán, y otros duplicarán, las referencias ESG en sus nombres u objetivos. “Cualquiera de los dos resultados ofrece a los inversores una opción más clara a la hora de evaluar las inversiones”, destacan desde Morningstar.
Foto cedidaDe izquierda a derecha, Nicolas Cremieux, codirector del equipo de Bonos Convertibles, y Al Cattermole, gestor adjunto de carteras de los fondos Mirabaud – Global High Yield Bonds y Mirabaud – Global Short Duration. . Mirabaud AM refuerza el equipo de renta fija de Mirabaud AM dando nuevos roles a Nicolas Cremieux y Al Cattermole
Mirabaud Asset Management, la división de inversión del Grupo Mirabaud, ha reforzado su equipo de renta fija con el ascenso de Nicolas Cremieux a codirector del equipo de Bonos Convertibles y el nombramiento de Al Cattermole como gestor adjunto de carteras de los fondos Mirabaud – Global High Yield Bonds y Mirabaud – Global Short Duration.
Desde París, Nicolas Cremieux y Renaud Martin dirigirán el equipo de Bonos Convertibles de la entidad, que administra dos estrategias: una de bonos convertibles europeos y otra de bonos convertibles globales. En conjunto, superan un total de más de 500 millones de dólares en activos gestionados. Nicolas y Renaud suman más de 50 años de experiencia en el sector de la inversión y han trabajado juntos en Mirabaud AM durante casi 8 años.
Desde su incorporación a la gestora en 2013, Nicolas Cremieux ha sido gestor principal del fondo Mirabaud – Sustainable Global Convertible Bonds. El fondo sigue una estrategia especializada de alta convicción que integra por completo los criterios ESG en el proceso y recibió la etiqueta ISR en Francia como reconocimiento a su sólido proceso ESG. El equipo adopta un enfoque dinámico y se centra de forma activa en la delta con el objetivo de maximizar la convexidad.
“Nos complace anunciar el ascenso de Nicolas Cremieux a codirector del equipo en reconocimiento a su continua contribución a las estrategias durante los últimos 8 años”, afirma Renaud Martin, codirector de Bonos Convertibles en Mirabaud Asset Management.
Por su parte, Al Cattermole ha trabajado en el equipo de renta fija, ubicado en Londres, desde que se incorporó a Mirabaud Asset Management en 2013. Ahora ha sido nombrado gestor adjunto de carteras de los fondos Mirabaud – Global Short Duration y Mirabaud – Global High Yield Bonds.
Según señala Andrew Lake, director de renta fija de Mirabaud Asset Management y socio comanditario del Grupo Mirabaud: “Me complace anunciar los ascensos de Al Cattermole y Nicolas Cremieux en reconocimiento a su continua y ardua labor, su evolución y su compromiso para proporcionar soluciones sólidas, diferenciadas y sostenibles a las carteras de nuestros clientes”.
Pixabay CC0 Public Domain. Inversión responsable: ¿quiénes son los sectores con compañías más diversas e inclusivas del mundo?
La diversidad dentro de las compañías es un valor que cada vez tiene más relevancia para los inversores a la hora de decidir en qué valores invertir. Ahora bien, ¿cuáles son las empresas más diversas e inclusivas del mundo? Según el Diversity & Inclusion Index (D&I Index) de Refinitiv, la banca, los servicios de inversión y las compañías de seguros son las que tienen mayor peso, entre las 100 primeras posiciones de este índice.
El ranking está liderado por BlackRock, que logra la puntuación más alta en términos de diversidad e inclusión, seguido por Natura, Accenture, Royal Bank of Canadá e Industria de Diseño Textil. Estas primeras cinco posiciones son una representación de los sectores que mayor presencia tienen en el índice.
Es decir, además del liderazgo del ámbito financiero hay otros sectores que también destacan: compañías farmacéuticas, servicios de telecomunicaciones, y empresas de bienes y servicios personales y domésticos. Respecto al origen de estas compañías, el liderazgo es para las empresas estadounidenses, que encabezan el índice, seguidos por Reino Unido, Australia, Canadá y Francia.
Aunque el D&I Index está compuesto por 100 nombres, en el siguiente gráfico puede observarse quién ocupa las 20 primeras plazas. Puedes consultar el índice completo en el siguiente link.
Según Elena Philipova, responsable mundial de ESG en Refinitiv, la pandemia mundial y los disturbios sociales de este año han reforzado el enfoque sobre la diversidad y la inclusión en el lugar de trabajo que tiene su origen en los diferentes grupos de interesados de las propias empresas. “Nuestro D&I Index, que se encuentra ya en su quinto año, pone de relieve la importancia de que las empresas se comprometan, midan e informen sobre su trayectoria en materia de diversidad más allá del género”, destaca Philipova.
En este sentido, defiende que el D&I Index es una herramienta para aportar datos y transparencia a un “exitosos movimiento” de responsabilidad y sostenibilidad. La clasificación del índice se basa en los datos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) de Refinitiv, diseñados para medir de manera transparente y objetiva el desempeño relativo de cerca de 10.000 empresas que representan más del 80% de la capitalización del mercado mundial en más de 450 puntos de datos ESG, y proporcionar a los clientes “una visión crítica y diferenciada”.
«Estamos encantados de que nuestro D&I Index se utilice como una guía para ayudar a las empresas de todo el mundo a crear una fuerza de trabajo más eficaz a través de equipos marcados por la diversidad. Sin duda, la pandemia mundial ha puesto de manifiesto un renovado interés por la diversidad y la inclusión, lo que refuerza la realidad que llevamos años transmitiendo”, ha argumentado Debra Walton, directora de ingresos de Refinitiv.
Pixabay CC0 Public Domain. El BCE acelera la maquinaria de las compras para hacer frente a la escalada de los bonos
En la reunión de ayer, el Banco Central Europeo (BCE) no defraudó. Su presidenta, Christine Lagarde, mandó un mensaje claro sobre uno de los asuntos que más preocupaban a los inversores, el comportamiento del mercado de bonos y sus rendimientos.
El Banco Central Europeo logró que un consenso dovish fuera compatible con las expectativas del mercado a través de sus decisiones: que las compras bajo el programa PEPP se realicen a un “ritmo significativamente más alto” durante el próximo trimestre, no tocar los tipos de interés y mantener la facilidad de depósito al -0,5% y el marginal del crédito a 0,25%. Sobre el marco del PEPP, lo más relevante fue su decisión de que “la dotación se puede volver a calibrar si es necesario para mantener unas condiciones financieras favorables para ayudar a contrarrestar el impacto negativo de la pandemia”, indicó Lagarde durante su rueda de prensa.
En este sentido, mientras que la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra se han mostrado cómodos con la revalorización reflacionaria de los mercados de renta fija desde principios de año, el BCE se ha distinguido por intentar frenar el aumento de los rendimientos a largo plazo. “Lagarde actuó lo suficiente al prometer aumentar significativamente el ritmo de las compras del QE durante el próximo trimestre y permitir una flexibilidad adicional en las compras. Esto sugiere que el BCE está relativamente cómodo con el movimiento reciente, pero quiere evitar otro tramo más alto en los rendimientos. También muestra que tiene las herramientas y que está preparado para actuar poniendo límites a los costes de endeudamiento para la recuperación de las economías de la Eurozona y el lanzamiento del Fondo de Recuperación de la UE a finales de este año”, señala Esty Dwek, Head of Global Market Strategy de Natixis IM Solutions.
Eso sí, en opinión de Adrian Hilton, director de Tipos Mundiales y divisas Columbia Threadneedle Investments, puede que la decisión del BCE esté en línea con el consenso del mercado, pero no cuente totalmente con el apoyo de los miembros de su Consejo de Gobierno. “La comparecencia de Christine Lagarde en la conferencia de prensa posterior a la reunión dejó la clara impresión de que el consenso que logró es frágil. Al aumentar el ritmo de compra pero mantener el tamaño global de la dotación del PEPP, y al comprometerse a mantener en lugar de ofrecer condiciones de financiación favorables, a pesar de que su desliz verbal sugería lo contrario, la decisión revela un grado de discordia que puede complicar la comunicación futura”, afirma Hilton.
Una reflexión similar comparte comparte Anna Stupnytska, economista global en Fidelity International, quien además ya tiene puestos los ojos en la reunión de la próxima semana de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). En su opinión, la decisión política de hoy y las declaraciones de Lagarde confirman que el BCE se siente incómodo con el grado y la velocidad de endurecimiento de los últimos tiempos.
“Esto es comprensible, ya que son las políticas estadounidenses y las perspectivas de recuperación las que han estado detrás del aumento de los rendimientos. Mientras que los fundamentos internos de EE.UU., apoyados por un estímulo político sin precedentes, parecen fuertes, el panorama europeo es diferente. El despliegue de la vacuna, a pesar de cierta aceleración en los últimos tiempos, sigue enfrentándose a numerosos obstáculos y el impulso fiscal es mucho más modesto, ya que no se espera que el Fondo de Recuperación y Resiliencia comience a desembolsarse hasta más adelante en el año. Pero aunque la acción del BCE podría ayudar a compensar en cierta medida el injustificado endurecimiento, es en última instancia la Fed la que podría tener que intervenir y poner coto al aumento global de los rendimientos de forma más contundente. Esperamos que eso ocurra en algún momento, sobre todo si el ajuste del mercado se vuelve más rápido y desordenado”, explica Stupnytska.
Lagarde también indicó que la tendencia alcista de la rentabilidad de los bonos podría ser contraproducente con los esfuerzos de estímulo de la política monetaria, especialmente si los incrementos son amplios y persistentes. Olivia Álvarez, analista de Monex Europe, señala que, en este sentido, el BCE se estaría distanciando de otros bancos centrales en relación a los movimientos recientes en el mercado de renta fija, poniendo mayor atención a los futuros desarrollos en el mercado.
“Varias preguntas quedan por contestar, dado que los más escépticos aún se preguntan por qué el BCE no agilizó las compras desde antes. Lagarde insistió nuevamente en el carácter flexible del PEPP, por lo cual rechazó la idea de poner un número a su expresión de incremento significativo. Esto le permitirá evitar la prueba de los mercados sobre su tolerancia al crecimiento de los rendimientos, mientras la institución maneja con sintonía fina un grupo amplio de condiciones financieras”, concluye Álvarez.
Los beneficiarios: inversores y riesgo periférico
Los inversores sí han recibido bien las palabras y la decisión del BCE, lo que complace a la institución monetaria europea. “Tanto los mercados de renta fija como de renta variable esperaban que el BCE hiciera que los rendimientos de los bonos europeos pudieran experimentar un retroceso tras su reciente subida. Al prometer aumentar la tasa de ejecución semanal de las compras de activos bajo su programa de QE durante el próximo trimestre más o menos, el BCE hizo coincidir sus anuncios y sus políticas. El BCE acogerá con agrado los movimientos inmediatos del mercado ya que son coherentes con su intención de mantener unas condiciones de financiación favorables y de apoyo a la economía”, reconoce Paul Diggle, economista de Aberdeen Standard Investments.
“Después de la notable reducción de los volúmenes de compras netas de activos en virtud del Programa de Compra de Emergencia Pandémica (PEPP, por sus siglas en inglés) en las últimas semanas, los inversores en renta fija europea se preguntaban si la institución monetaria aceptaría una subida gradual de los rendimientos de los bonos. No obstante, su retórica del a toda vela de la rueda de prensa del BCE de ayer, en la que se ha anunciado que las compras en virtud del PEPP durante el próximo trimestre se realizarán a un ritmo sustancialmente superior al de los primeros meses del año, la presidenta Lagarde no dejó ningún atisbo de duda: el BCE mantiene el firme compromiso de mantener las favorables condiciones de financiación en la zona euro”, añade Wolfgang Bauer, gestor del equipo de renta fija de M&G.
En opinión de Mohammed Kazmi, gestor y macroestratega de UBP, el beneficiario inicial de este anuncio ha sido el riesgo periférico, con un estrechamiento de los diferenciales de BTP como resultado de un mayor respaldo del BCE a corto plazo. “Como tal, vemos que los BTP están respaldados tanto desde una perspectiva técnica a través de las compras del BCE, como desde la perspectiva macro dada por el gobierno liderado por Draghi. La atención se centrará ahora en los números de compras semanales para ver cuánto termina comprando el BCE”, explica Kazmi.
Perspectivas económicas
Respecto al otro gran asunto que el BCE tenía sobre la mesa, la presentación de sus proyecciones macroeconómicas y sus comentarios sobre la inflación, pasaron algo más desapercibido. El BCE estima que la economía en la Eurozona crezca a un ritmo del 4% durante este año, tan solo una décima más de lo previsto en diciembre, y que la tasa de inflación se sitúe en el 1,5% durante 2021, medio punto más de lo inicialmente esperado.
Sobre esto último, indicó que espera que “converjan sólidamente a un nivel suficientemente cercano al 2%, pero por debajo del mismo, dentro de su horizonte de proyección». Y para 2023, sus proyecciones se mantienen sin cambios: un crecimiento del PIB del 2,1% y una tasa de inflación del 1,4%. Unas proyecciones sin “mejoras significativas”, según Álvaro Sanmartín, economista jefe de MCH Investment Strategies. Según destaca, Lagarde ha comentado que los riesgos para las perspectivas son ahora “más equilibrados”.
“El consejo de gobierno del banco central parece esperar que las perspectivas económicas mejoren a medida que se acelere la vacunación, mejore la situación sanitaria, se fortalezca la demanda mundial y entren en vigor los fondos ‘Next Generation’ de la UE ya en el tercer trimestre. En consecuencia, el BCE no ha señalado su intención de suavizar la política monetaria a partir de este momento. Sin embargo, ha subrayado que intervendría si se produjera un endurecimiento injustificado antes de que aparezcan las mejoras económicas”, argumenta Sanmartín.
Justamente serán los próximos datos sobre crecimiento e inflación en lo que se apoyará el BCE para recalibrar ese ritmo de compras que al que ahora imprime más velocidad. En base a sus proyecciones de ayer, Annalisa Piazza, analista de renta fija, MFS Investment Management, considera que “justifica plenamente un período prolongado de condiciones de política monetaria acomodaticias”.
En su opinión, la revisión de la estrategia hacia finales de año probablemente será la oportunidad adecuada para reevaluar dónde estará la orientación política futura a medio plazo. “Por el momento, el BCE está analizando la volatilidad de la inflación, que Lagarde definió claramente como impulsada por factores temporales, y la postura de la política acomodaticia no va a cambiar”, sostiene Piazza.
Por último, el BCE volvió a insistir en la la importancia de una fuerte coordinación con la política fiscal y acogió con satisfacción la decisión de ampliar la cláusula de escape del pacto de estabilidad y crecimiento hasta que las economías de la unión monetaria vuelvan a niveles pre-pandémicos.