DWS ha anunciado la creación de un organismo asesor para seguir avanzando en su estrategia holística de ESG. Según ha explicado, este Consejo Asesor de ESG está formado por seis expertos internacionales en sostenibilidad de diversas disciplinas altamente reconocidos que asesorarán activamente al CEO y al Consejo de Administración de DWS sobre la aceleración de su estrategia ESG.
«Queremos asumir un papel de liderazgo en ESG en la industria de gestión de activos y ya hemos posicionado la inversión sostenible como estratégica en todo lo que hacemos. Es emocionante poder empezar a trabajar con un grupo de expertos de renombre internacional para ayudar a avanzar y acelerar aún más nuestra estrategia de ESG. Espero ser retado y recibir valiosas aportaciones de nuestro nuevo Consejo Asesor de ESG», ha señalado Asoka Wöhrmann, CEO de DWS.
Tal y como ha anunciado la gestora, los miembros del Consejo Asesor de DWS en ESG son: Peter Damgaard-Jensen, presidente del the Institutional Investor Group on Climate Change (IIGCC); Marie Haga, Associate Vice President del International Fund for Agricultural Development (IFAD); Ioannis Ioannou, profesor de estrategia y emprendimiento en la London Business School; Lisa P. Jackson, Vice President of Environment, Policy and Social Initiatives de Apple Inc; Georg Kell, Co-Chair, director fundador del Pacto Mundial de las Naciones Unidas; y Roelfien Kuijpers, Co-Chair, Global ESG Client Officer en DWS.
Según destaca Georg Kell, co-presidente del nuevo Consejo Asesor de ESG, «hace mucho tiempo que estoy convencido del poder de la gestión e inversión sostenible y su desarrollo conjunto. La labor diversa y de alto nivel, de este consejo asesor de ESG, en estrecha cooperación con toda la Junta de Administración de DWS, se caracterizará por sus contribuciones concretas y su visión de futuro. Nuestro objetivo es hacer que DWS sea aún más fuerte y se posicione como uno de los principales gestores de activos mundiales en su propio proceso de transformación sostenible y en el de sus clientes».
El exdirector para México de Santander, Carlos Mercadal, se incorporó a Morgan Stanley Wealth Management en Miami.
Mercadal, que dejó Santander Private Banking en septiembre, fue registrado en Morgan Stanley a principios de mes, según Brokercheck.
Según pudo averiguar Funds Society, Mercadal formará un equipo, que todavía no está confirmado, para cubrir el mercado mexicano.
El banquero español trabajó más de 19 años para Santander Private Banking donde coordinó y supervisó las operaciones con clientes mexicanos desde las oficinas de Houston, San Diego, Miami y Ginebra, Suiza.
Con su plataforma multi-custodia y su arquitectura abierta de productos, Insigneo continúa su progresión y va cerrando un nuevo año de crecimiento, como contó a Funds Society Javier Rivero, Chief Operating Officer de la firma internacional.
“En lo que va de 2020 hemos afiliado un total de 25 asesores a la plataforma y estimamos que se sumarán al equipo unos 5 más antes del cierre del año. Actualmente estamos en 9.000 millones de dólares bajo administración y cerramos 2019 con 8.000 millones”, detalla Rivero.
El auge del modelo independiente de asesoría financiera parece resistir a cualquier coyuntura de mercado, y Rivero piensa que esta manera de trabajar “tiene más valor que nunca, especialmente para asesores en los Estados Unidos o Latinoamérica que manejan clientes offshore con custodia en EE.UU. El cliente Non-US hoy es más global que nunca, quiero decir que las familias pueden estar localizada en diferentes jurisdicciones con necesidades muy especiales y eso en un modelo de banca tradicional se hace muy complejo de manejar”.
El responsable de Insigneo piensa que actualmente la tecnología de las plataformas independientes está al nivel – y en ciertos casos es mejor – que en las grandes firmas. Además, el acceso a producto, ideas y capacidades de trading es mucho más amplia.
“Este modelo le da la oportunidad a los asesores de manejar un negocio propio y de verdad ser dueños de sus clientes, con Insigneo siendo la plataforma de servicio detrás de ese FA, como el motor del carro”, asegura Rivero.
Según Insigneo, los buenos resultados de este año tienen pilares como la flexibilidad (con la arquitectura abierta de acceso a productos y la oferta multi-costodia), la cultura de servicio para atender a los asesores y los años de experiencia del grupo gerencial a la hora de atraer asesores.
Allianz Global Investors amplía su oferta de inversión temática con el lanzamiento de una nueva gama de estrategias de renta variable que permiten a los clientes invertir para conseguir un cambio positivo en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Se trata de los fondos Allianz Positive Change, Allianz Clean Planet y Allianz Food Security.
Según ha explicado la gestora, la nueva gama de fondos amplía su actual oferta de fondos temáticos y complementa su oferta de estrategias alineadas con los ODS, que incluye la estrategia Allianz Global Water y el fondo Allianz Smart Energy. Las tres nuevas estrategias alineadas con los ODS se gestionarán de acuerdo con el enfoque temático de Allianz Global Investors. El equipo de gestión de la cartera analizará en detalle ocho temas: inclusión social, salud, inclusión financiera, educación, seguridad alimentaria, agua, tierra limpia / economía circular y transición energética. A continuación, identificará los resultados específicos a los que se dirigen uno o más de los ODS para seleccionar empresas que contribuyan al logro de los objetivos subyacentes con soluciones innovadoras.
La gestora considera que este enfoque de la inversión en los ODS también permite a los inversores aprovechar temas específicos y tangibles y temas subyacentes de inversión, como la tecnología en la educación en el caso del tema educativo o la agricultura sostenible en el caso de la seguridad alimentaria. En este sentido, recuerda que los ODS definen las prioridades y aspiraciones de desarrollo sostenible globales para 2030 y buscan movilizar esfuerzos en todo el mundo en torno a un conjunto común de objetivos y metas.
“Las estrategias de inversión alineadas con los ODS son una prioridad estratégica para nuestro negocio y las vemos como una forma de responder a la creciente demanda de inversiones sostenibles. Esta demanda proviene de inversores que reconocen que las empresas que se encuentran a punto de desarrollar soluciones reales, que además se gestionan de forma responsable y sostenible, también pueden resultar atractivas desde la perspectiva de la rentabilidad”, afirma Barbara Rupf Bee, directora de EMEA en Allianz Global Investors.
Según Rupf Bee, el objetivo de la gestora es “hacer que los ODS puedan ser objeto de inversión utilizando nuestro enfoque de inversión temática para identificar oportunidades atractivas. Estamos muy contentos de expandir esta prometedora área ayudando a los inversores a dirigir el capital hacia empresas con potencial de crecimiento, a la vez que abordamos los problemas más importantes a los que se enfrenta el planeta”.
Por su parte, Andreas Fruschki, director de inversión temática de Allianz GI, añade que “este es un mercado atractivo para los inversores, ya que ofrece nuevas oportunidades de negocio, nuevas soluciones y las dinámicas relacionadas. En consecuencia, buscamos empresas con un fuerte potencial de crecimiento a largo plazo y modelos de negocio resistentes. Este tipo de empresas muestran cierta resiliencia frente a la volatilidad macroeconómica y política”.
Según su experiencia, si bien cada empresa que considera elegible para una estrategia de ODS tiene un papel claro que desempeñar en el logro del ODS relevante, el alcance exacto de su contribución al objetivo de la ONU puede ser difícil de cuantificar. “Eso hace que un completo proceso de análisis cualitativo sea esencial. Dado el enfoque global en los objetivos de la ONU, es probable que las empresas que los apoyan directamente se beneficien de un mayor interés y ofrezcan un elevado potencial de crecimiento. Esto puede representar un caso de inversión sólido que genere retornos sostenibles. La inversión alineada con los ODS ofrece retornos ambientales y sociales junto con el desempeño financiero”, afirma Fruschiki.
El marco de Allianz GI para inversiones alineadas con los ODS respeta la importancia del buen comportamiento corporativo y tiene en cuenta el riesgo de las posibles externalidades negativas al intentar crear soluciones positivas. “Las estrategias alineadas con los ODS adoptan un enfoque activo en el que se integran los factores ASG al proceso de análisis de los valores, incluyendo una evaluación detallada de los factores de riesgo más importantes e incorporando algunos criterios de exclusión, para protegerse contra actividades nocivas y controversias corporativas”, afirman desde la gestora.
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible tienen 169 metas subyacentes, que abordan los desafíos globales relacionados con la sociedad y el medioambiente. Al identificar los ODS, la ONU cuantificó cuánta inversión se necesitaba para cumplir estos objetivos, destacando el papel del capital privado en este proceso. Según las estimaciones, se necesitan anualmente 2.500 millones de dólares de capital para financiar el logro de estos objetivos.
La recesión de 2020 es el resultado directo de unas políticas públicas globales cuyo objetivo es proteger a la población frente al brote de coronavirus. Esto ha reducido drásticamente el crecimiento, aunque de forma muy diferente a recesiones anteriores. En este blog, analizamos sus continuas consecuencias, con la mirada puesta en 2021.
Esta vez es diferente:
Esta es una recesión provocada principalmente por los servicios: si nos fijamos en el desplome de los servicios frente a la actividad industrial, su singularidad resulta evidente (véase el gráfico abajo). No es de extrañar. El consumo de servicios requiere interacción humana, algo que actualmente se desalienta. De acuerdo con los manuales económicos, esta sería una recesión provocada por barreras comerciales: la actividad del sector servicios se ha prohibido o desalentado, una barrera que ha dado lugar a una recesión.
La magnitud y la naturaleza extraordinaria de esta desaceleración resultan evidentes en el dato del PIB estadounidense total: vemos un desplome récord y ahora el inicio de una recuperación récord (véase el gráfico abajo).
Estas barreras comerciales de los servicios son sumamente eficaces para reducir el PIB. Afortunadamente, la respuesta de los gobiernos de todo el mundo a esta recesión ha sido magnífica. Ha provocado una enorme transferencia patrimonial del sector público al sector privado. Ambos factores hacen que esta recesión sea muy diferente a otras recesiones anteriores. Si nos fijamos en los gráficos siguientes, ¿podrían decir que estábamos en recesión?
Todos estos gráficos muestran la eficacia del sector público para mitigar el impacto económico de las políticas relacionadas con el virus. La Fed también se ha mantenido optimista con respecto a la económica, comparado con recesiones anteriores, según su comentario de su «Libro beige» bitrimestral (cuya denominación más forma es «Comentario resumen sobre las condiciones económicas actuales»). En el gráfico de abajo se muestra la frecuencia relativa con que aparecen los términos negativos (p. ej., «lento», «débil») en los informes de la Fed, muy inferior a la de anteriores crisis.
¿Recesión o depresión?
El desplome del PIB este año ha sido enorme. Por su gran magnitud, quizá deberíamos hablar de una depresión en lugar de una recesión. Por lo general, se acepta que una depresión es un desplome del PIB de al menos el 10% durante dos años. En lo que va de año, ya hemos registrado un hundimiento del PIB de más del 10% interanual. De cara a más largo plazo, ¿estamos en una depresión?
Las probabilidades de una depresión deberían depender de un diagnóstico simple: de la retirada gradual de las medidas públicas en el sector servicios. Esto probablemente dependerá del desarrollo de una vacuna, la atención hospitalaria, los efectos estacionales y la potencia del virus. En los dos primeros ya hay avances, mientras que, al igual que en hechos similares en el pasado, es razonable suponer que el virus llegará a su fin de forma natural gracias a la intervención humana para mitigarlo y controlarlo. ¿Qué tipo de economía tendremos después del virus?
La economía tras la covid-19
Creo que es razonable pensar que la economía vivirá un auge cuando las actividades restringidas vuelvan a permitirse. A diferencia de anteriores recesiones, el balance general de los consumidores no se ha visto tan perjudicado como cabría esperar. De hecho, en algunos casos ha mejorado gracias a las ayudas económicas de los gobiernos (véase el gráfico abajo). Al inicio de 2021, no solo el PIB dejará atrás las cifras del hundimiento del año anterior, sino que además cabe esperar que los gobiernos eliminen las barreras impuestas el año pasado. Además, con la enorme deuda y pocas ganas de austeridad, parece poco probable que los gobiernos y los bancos centrales traten de endurecer las condiciones financieras o preocuparse por controlar el déficit fiscal y la inflación como han hecho en el pasado. Esto, junto con un sector privado sorprendentemente sólido con mucho ahorro y deseo de consumir, podría dar lugar a un fuerte auge económico a corto plazo. Por tanto, la depresión es poco probable.
Una pregunta interesante es si el PIB real volverá al nivel de antes de la recesión. Creo así será en los primeros seis meses posteriores a los eventuales cambios en las políticas públicas. El exceso de ahorro, los consumidores liberados y las pocas prisas de los gobiernos para imponer la austeridad apuntan a un alto crecimiento y un consumo récord.
En los últimos años, ha existido el deseo de erradicar el auge y la crisis económicas. Esperemos que esta vez el ciclo vaya de crisis a auge: una recesión en forma de «t».
Columna de Richard Woolnough, gestor de fondos en el equipo de Renta Fija de M&G Investments
HSBC Global Asset Management ha anunciado el nombramiento de Stuart Kirk para ocupar el cargo de Global Head of Research & Insights. Bajo la supervisión de Joanna Munro, CIO global, liderará el equipo de Research & Insights.
Entre sus funciones, Kirk dirigirá una nueva iniciativa denominada AlphaLabs, que reúne a analistas, científicos de datos y conducta, equipos cuantitativos y académicos e investigadores externos a la empresa con el fin de aplicar a las carteras de los clientes los últimos avances en materia de enfoques, técnicas y tecnologías de inversión.
Según explican desde la gestora, el equipo de Research & Insights, recientemente creado, tiene como objetivo proporcionar a los clientes minoristas e institucionales de la empresa un contenido de inversión diferenciado, que invite a la reflexión, y a promover su amplia investigación y análisis. Además, esta área de Research & Insights trabajará en estrecha colaboración con el equipo de Responsible Investments en la creación y publicación de análisis sobre finanzas sostenibles, y albergará al equipo encargado de la elaboración de los informes de la cartera de la firma.»Estamos comprometidos a proporcionar a nuestros clientes la excelencia en sus inversiones. Stuart tiene una gran experiencia que será fundamental para desarrollar nuestro equipo de Research & Insights, asegurándose de que nuestros clientes tengan acceso al contenido y a la investigación de más alta calidad para tomar de manera más informada sus decisiones de inversión», ha señalado Joanna Munro, CIO Global de HSBC Global AM.
Por su parte, Kirk ha destacado: “Un factor que diferencia a Research & Insights de la mayoría de las funciones de investigación buy-side es la creencia de que el análisis riguroso y de vanguardia debe aplicarse igualmente a nuestra propia plataforma de inversión. Por lo tanto, nuestro equipo de informes del portfolio también se integrará al nuevo grupo, asegurándose de que estemos tan enfocados en la gestión de cartera como lo estamos en los activos que se van a constituir”.
Anteriormente, Stuart dirigió el Instituto de Investigación de DWS, después de haber pasado a la parte de compras del Deutsche Bank, donde fue Global Head of Multi-Asset and Thematic Research. Antes de eso, fue editor de la columna Lex del Financial Times. Además, también trabajó en la división de gestión de activos de la consultora Oliver Wyman, y antes de eso pasó ocho años como Global Equity Portfolio Manager en Deutsche Morgan Grenfell.
La mayor parte de los mercados de vacunas son monopolios o duopolios. Ahora bien, en el caso de la COVID-19, la Organización Mundial de la Salud afirma que hay 42 vacunas en fase de evaluación clínica y unas 149 en fase preclínica. Esta es una carrera en la que participan varios caballos y, con suerte, saldrán varios ganadores. No hace falta decir que albergamos la esperanza de que esto se vuelva un mercado con una gran cantidad de actores en el que seremos testigos de una competencia atroz y un alto grado de éxito. No obstante, analicemos este asunto desde la perspectiva de un inversor.
El mercado mundial de vacunas en su conjunto genera unos 30.000 millones de dólares en términos anuales. Dado que existe un optimismo creciente en torno a la creación de vacunas exitosas frente al coronavirus, los inversores se han decantado significativamente por las acciones biofarmacéuticas, lo que ha incrementado en cerca de 100.000 millones de dólares sus capitalizaciones de mercado.
En el caso de que los precios de los activos reflejasen las probabilidades de futuros flujos de caja, el mercado ha descontado unos desenlaces optimistas, como podrían ser el descubrimiento exitoso de nuevos fármacos, el mantenimiento prolongado de los precios y unos ingresos recurrentes.
Sin embargo, tras las aprobaciones normativas, los fabricantes de vacunas afrontan complicaciones en lo que respecta a la producción y distribución masivas. Por poner un ejemplo, China y la India manufacturan el grueso de las vacunas de todo el planeta, lo que podría provocar cuellos de botella.
Asimismo, las limitaciones en el transporte aéreo o la necesidad de un envío a temperatura controlada podrían ralentizar la distribución, en particular en regiones con un clima cálido como África, Asia y Centroamérica.
Aparte de los problemas en la fabricación y la distribución, existe una gran probabilidad de que las tasas de eficacia no traigan consigo la inmunidad colectiva en un futuro próximo. El gráfico 1 que aparece a continuación ofrece una retrospectiva de 10 años sobre la eficacia de las vacunas contra la gripe en Estados Unidos. La eficacia se revela baja y ha ido cayendo a lo largo de los últimos años.
Por otra parte, en circunstancias normales, una parte de la sociedad suele mostrarse escéptica ante las nuevas vacunas. Si a eso le añadimos la politización de esta enfermedad, la proporción de la población que no está dispuesta a inyectarse la vacuna podría ser mayor de lo normal. Hipotéticamente, una vacuna contra la COVID-19 que presente un 50% de eficacia (aplicando una sencilla media del gráfico anterior) y que sea inyectada al 50% de la población solo inmunizaría al 25%. Aunque hablamos de un simple supuesto, se trata de un hecho constatado, dado que una tasa de inmunización del 25% se situaría muy por debajo del mínimo del 70%-90% que, con frecuencia, citan los epidemiólogos como necesario para lograr la inmunidad colectiva.
Esta es la razón por la que la sociedad necesita realizar más pruebas de detección de la COVID-19. Si bien se han abordado todos estos notables retos —como el descubrimiento de nuevos fármacos, pasando por la fabricación y la distribución, hasta el hecho de granjearse la confianza de la sociedad—, la identificación de los infectados y su aislamiento temprano pueden prevenir o limitar los contagios.
Aunque los tratamientos terapéuticos acelerarán los tiempos de recuperación y reducirán las hospitalizaciones, la sociedad necesita aún dar un salto cualitativo en materia de pruebas de detección. La capacidad de hacer pruebas ha crecido de forma considerable, como muestra el gráfico 2. De acuerdo con el Proyecto de Seguimiento de la COVID (COVID Tracking Project), Estados Unidos ha experimentado un crecimiento exponencial en materia de pruebas de detección durante la primavera y principios del verano. Aunque la tasa de crecimiento se ha desacelerado en fechas recientes, la última media móvil a siete días se halla justo por debajo del millón de pruebas diarias. Esa cifra sigue sin resultar suficiente.
De acuerdo con un informe de la Universidad Duke y la Fundación Rockefeller, los asintomáticos transmiten aproximadamente entre el 30% y el 60% de los casos. El informe concluye que, dadas las actuales tasas de contagio, Estados Unidos precisa de unos 200 millones de pruebas mensuales, en comparación con la tendencia vigente de en torno a los 25 millones. Teniendo en cuenta la razonable posibilidad de que presenciemos una propagación comunitaria notoria del virus durante algún tiempo, la mejor solución para retornar a la vida «normal» radicaría en las pruebas de detección masivas.
Se habla mucho de las vacunas, pero poco de los fabricantes de pruebas de detección
Aunque las acciones biotecnológicas —y puede que los mercados financieros en su conjunto— han descontado una elevada probabilidad de que se descubra una vacuna con éxito, pensamos que los inversores podrían estar infravalorando la oportunidad que ofrecen los fabricantes de pruebas de detección para la COVID-19 y las empresas que prestan servicios relacionados.
En un lenguaje más transparente, llevamos muchos años sobreponderando las empresas de instrumentación del ámbito de ciencias de la vida, dispositivos médicos y servicios relacionados de mayor calidad en varias estrategias de renta variable. En líneas generales, creemos que estas firmas exhiben unas atractivas características de inversión a largo plazo como las siguientes:
un modelo de ingresos recurrentes del tipo «razor blade» en el que, tras la venta de instrumentación, se materializa un flujo de ingresos predecible de altos márgenes proveniente de los consumibles y los reactivos;
una base de clientes científicos que valora la calidad, las características y la precisión por encima del coste, que alienta la innovación y que puede exigir un precio excepcional;
mercados diversos y finales especializados que permiten dominar la cuota de mercado a solo un puñado de empresas innovadoras en sus categorías de producto.
En nuestra opinión, estas tres características crean fosos económicos sostenibles a largo plazo que se manifiestan a través de un historial de unas sólidas rentabilidades relativas y una volatilidad menor en términos de beneficios.
Unas pocas de las mayores compañías de ciencias de la vida no solo desarrollan, fabrican y distribuyen pruebas de detección de la COVID-19 por todo el mundo, sino que también desarrollan y fabrican vacunas y tratamientos terapéuticos a los que, además, realizan evaluaciones de calidad.
No creemos que constituya una coincidencia que la actual gestión del virus mediante las pruebas de detección y su futura gestión mediante la vacunación sean posibles gracias al mismo tipo de compañías extremadamente innovadoras que respaldan los avances científicos modernos.
En pocas palabras, creemos que las firmas presentes en la cadena de suministro mundial del ámbito de las ciencias de la vida generarán unos beneficios más sostenibles que aquellas pertenecientes a un mercado de vacunas más que competitivo. Aunque gran parte de sus ventas actuales relacionadas con las pruebas de detección revestirán un carácter único a medida que la sociedad se va dirigiendo, a lo largo de la pandemia, hacia la vacunación masiva y la inmunidad natural, las inversiones, la innovación y el crecimiento futuro impulsados por los ingresos a corto plazo derivados del virus permitirán que estas empresas, a buen seguro, saquen partido de su dilatado historial de inversión en iniciativas innovadoras, sostenibles y de gran rentabilidad.
Columna de Robert M. Almeida, gestor de cartera y estratega global de inversiones, Matthew Scholder, analista de renta variable, y Nicholas A. Demko, analista de renta variable en MFS Investment Management.
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La aprobación del Fondo de Recuperación de la UE de 750.000 millones de euros implica que se vaya a destinar más de 30% a proyectos verdes en tres años. Los beneficiarios incluyen empresas activas en energías renovables, edificios verdes y movilidad eléctrica, lo que, según Xavier Chollet, gestor de Pictet Clean Energy, puede traer importantes oportunidades de inversión y, además, refuerza el Pacto Verde de Europa, cuyo objetivo es que la región sea neutral en carbono en 2050.
En esta apuesta habrá, según Chollet, “grandes ganadores y perdedores”. El punto de partida es altamente atractivo: el presupuesto europeo 2021 a 2027 es de 1,04 billones de euros, dedicando ese 30% a acción climática, con objetivos de mejora del PIB y empleo, cambio climático y polución del aire, así como independencia energética. Según su visión, el fondo de recuperación acelera la tendencia hacia las energías renovables y movilidad eléctrica, generando oportunidades para las próximas décadas, con des correlación respecto al crecimiento del PIB global.
“Hay que tener en cuenta que el Pacto Verde pretende crear 700.000 puestos de trabajo para 2030 con prioridad en energías renovables (incluyendo hidrógeno limpio), redes eléctricas inteligentes, transporte -en particular vehículos eléctricos- mejora de conexiones ferroviarias y transporte público urbano, desalentar transporte aéreo para distancias de menos de 1.000 km, biodiversidad y protección y restauración de entornos naturales. Según la Comisión Europea el bloque necesita 260.000 millones de euros en inversiones verdes adicionales anuales para alcanzar el objetivo de 2030 de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero”, señala entre los datos más relevantes para entender la dimensión de este Pacto.
En su opinión, los grandes beneficiados serán “las empresas activas en energías renovables, sobre todo eólica y solar, que ya son las fuentes más baratas de energía en muchos países, con cada vez menos subsidios; edificios verdes, así como movilidad eléctrica, incluyendo vehículos, infraestructura e I+D”.
En este sentido, sostiene que las economías de escala han reducido los costes en un 80% en energía solar y 45% en eólica terrestre y para 2019-2040 puede darse una reducción adicional del 51 y 43% respectivamente. “En este segmento nos estamos fijando en empresas de servicios públicos como Orstel, que ha proporcionado una rentabilidad del 156% en tres años al haberse convertido en operador puro de viento solar marítimo, con un múltiplo de valoración que ha pasado de cinco veces beneficios en 2016 a 16 actualmente”, apunta.
#TalkAboutBlack ha lanzado un programa piloto, para después de la escuela, dirigido a alumnos que asisten a centros ubicados en áreas socioeconómicamente desfavorecidas. El proyecto cuenta con la colaboración de The City of London Corporation, el Chartered Institute for Securities & Investment (CISI) y Diversity Project.
Según explica la organización, el programa Catalyst After School Catalyst After School (CASP) es un programa de educación y capacitación diseñado para preparar a los alumnos con hard skills (técnicas) y habilidades de fusión, al mismo tiempo que les presenta la gestión de activos para construir su vocación de desarrollar una carrera en el sector. Un resultado clave del programa es que los estudiantes obtengan una cualificación de Nivel 2 CISI Fundamentos de los Servicios Financieros. #TalkAboutBlack espera que el proyecto ayude a desarrollar una cartera de talentos diversos en el sector de gestión de activos.
El programa piloto, que es gratuito para las escuelas públicas participantes, comienza el 12 de noviembre y tendrá una duración inicial de ocho meses. El programa será impartido por el organismo profesional sin ánimo de lucro CISI, con miembros del sector de gestión de activos que desempeñarán el papel de asistentes de enseñanza. Además, el primer grupo de 24 alumnos de décimo año ha sido seleccionado en dos escuelas, Mulberry Academy Shoreditch, en el distrito londinense de Tower Hamlets, y Mossbourne Community Academy en el distrito londinense de Hackney.
Después del piloto, si la iniciativa tiene éxito, #TalkAboutBlack tiene la intención de ampliar el programa en todo el Reino Unido, y los ex alumnos de este año se convertirán en mentores del grupo del próximo año. El impacto del programa se comprobará a través de una mayor implicación de los estudiantes, de su permanencia en la educación superior y de su entrada en el sector de la gestión de activos. El programa es una de las iniciativas de #TalkAboutBlack que tiene como objetivo abordar la subrepresentación de las minorías étnicas en la gestión de activos.
“Crecí en el centro de la ciudad de Londres y nunca supe que la City existía; ciertamente, no podía imaginarme trabajando allí. Tuve la suerte de encontrar una forma de entrar, pero hay un enorme potencial que sigue sin explotar. Es imperativo que construyamos un flujo de talento para incorporarlo al sector de administración de activos. Si podemos brindar a los estudiantes la motivación y la confianza de que pueden desarrollar una carrera, entonces tenemos la oportunidad de crear un cambio duradero”, ha señalado Gavin Lewis, director gerente de BlackRock y cofundador de #TAB.
Por su parte, Andrien Meyers, diplomático honorario y concejal, ha declarado: “Al observar la sociedad, podemos ver una gran falta de diversidad étnica en el sector de las inversiones. Esta situación crea enormes obstáculos para las personas de origen BAME (negro, asiático y minorías étnicas). La Corporación de la Ciudad, a través del Proyecto de Diversidad, #TAB y el CISI quieren promover una mayor inclusión dentro del sector de la inversión y el ahorro. Hay muchos jóvenes brillantes y talentosos de toda la sociedad que están hambrientos de la oportunidad de progresar y hacerlo bien”.
En último lugar, Kevin Moore, director de expansión internacional del CISI, ha afirmado: “Estamos encantados de apoyar este proyecto. La creciente participación en nuestra profesión de servicios financieros de estudiantes con desventajas socioeconómicas en todo el Reino Unido debe acelerarse. Esta iniciativa tiene el ímpetu y el compromiso intersectorial para que eso suceda”.
La pandemia ha frenado la actividad de los inversores activistas en el primer semestre del año, pero el capital desplegado mantiene los niveles de 2019, según el informe de activismo accionarial del primer semestre de 2020 de Lazard.
En este periodo de tiempo, la gestora inició 100 operaciones de activismo, un 10% menos que en el período del año anterior, debido al COVID-19. “Tras el recorte de la actividad en abril con sólo 8 campañas iniciadas, en mayo y junio el activisimo de inversores registró 16 y 17 nuevas campañas respectivamente. El capital desplegado en el primer semestre está relativamente en línea con los niveles de 2019, a pesar de la reducción de la actividad. Las empresas industriales, tecnológicas y financieras han representado por sí solas las tres cuartas partes de todo el capital desplegado”, apunta el informe.
Respecto a las áreas geográficas donde la gestora ha mostrado su activismo destaca que la participación a nivel mundial aumenta a medida que las campañas de Estados Unidos se ralentizan. Las 42 campañas llevadas a cabo en Estados Unidos en el primer semestre representan una caída del 40% con respecto al mismo período del año anterior. Esta reducción significativa de la participación, deja a Estados Unidos con un 42% de la actividad global.
En cambio, la participación de Europa en la actividad de la campaña mundial ha aumentado hasta un 28% en el primer semestre, impulsada por la fuerte actividad previa a la crisis sanitaria y el aumento de la actividad en Alemania. Las campañas europeas del primer semestre fueron iniciadas principalmente por inversores institucionales y activistas ocasionales. Y en Japón, las 19 nuevas campañas iniciadas en el primer semestre alcanzan el nivel récord total de 2019, con una actividad impulsada por inversores centrados en la región asiática como Oasis y de activistas estadounidenses como Elliott y ValueAct”, señala el informe.
“Nueva normalidad”
Una de las conclusiones que apunta el informe de Lazard es que los activistas han ajustado sus objetivos en medio de los desafíos del COVID-19. El documento indica que solo el 34% de las campañas del primer semestre presentaban un objetivo de fusiones y adquisiciones, por debajo del 47% de 2019, debido a los vientos en contra provocados por la incertidumbre generalizada.
En este sentido, el 30% del total de la actividad de la campaña de fusiones y adquisiciones del primer semestre se ha llevado a cabo en febrero, antes de la extrema volatilidad de mercado de la crisis del coronavirus. Numerosos activistas han suspendido sus campañas en el primer semestre.
Desde Lazard también destacan que los inversores activistas elevaron a 86 sus puestos en órganos de gobierno en la primera mitad del año, un 6% más que el año anterior, a pesar de la reducción de la actividad. Starboard y Elliott representan 29 asientos, el 34% del total del primer semestre. Solo 10 puestos en Consejos de Administración, el 12% del total, se obtuvieron mediante una votación por representación, reflejando la presión por resolver las controversias pendientes en medio de la pandemia de COVID-19.