Vincent Denoiseux, director de ETF Research and Solutions en Lyxor AM, y de Jean-Baptiste Berthon, senior Cross-Asset Strategist de Lyxor AM, consideran que la volatilidad que ha experimentado el mercado con la pandemia mundial ha sido un auténtico test para la gestión pasiva, pero también para los gestores activos. Así lo explicaron durante la presentación de su informe Active-Passive Navigator de Lyxor ETF, elaborado por Lyxor ETF Research.
Según explicaron, 2020 fue un año excepcional para los mercados financieros debido a los elevados niveles de volatilidad desatados por la pandemia, a los riesgos geopolíticos y a la rotación masiva de sectores. Ante este contexto “muchos gestores activos han podido proteger las carteras con frecuencia, y, en concreto, los gestores activos de fondos de renta variable han aprovechado la elevada dispersión de activos para generar alfa”, apuntaba Denoiseux durante la presentación. Además, según la última edición del informe, la mayoría de los estilos de renta variable superaron a su índice de referencia.
Además, el documento indica en sus conclusiones que la mayoría de los gestores activos superaron a sus índices de referencia en la mayoría de las categorías de renta variable. Las respuestas desiguales de los gobiernos relacionadas con la pandemia provocaron una mayor dispersión de los precios entre países, sectores y factores, lo que a su vez creó oportunidades para los gestores activos de renta variable. El 66% de los gestores europeos de gran capitalización superaron a su índice de referencia.
En concreto, 2020 fue un año fuerte para los gestores de small caps en general, los cuales se beneficiaron fuertemente de una mayor dispersión y de un aumento de los niveles de volatilidad: el 80% de los gestores activos de small caps obtuvieron mejores resultados que sus índices de referencia en Europa, mientras que el 85% lo hizo en Reino Unido, posicionándose adecuadamente para algún tipo de acuerdo de última hora sobre el Brexit.
Los expertos de Lyxor AM señalan además que los gestores activos de renta fija obtuvieron resultados más diversos en 2020, ya que muchos de ellos tuvieron dificultades para seguir el impresionante repunte de la renta fija diseñado por los bancos centrales o la incesante contracción de los diferenciales de crédito. Sin embargo, hubo varios puntos positivos. Los gestores de deuda de mercados emergentes destacaron con un 69% de resultados mejores que su índice de referencia. “Aumentaron el riesgo de forma constante después del primer trimestre y se inclinaron por una calidad inferior, al tiempo que establecían tendencias divergentes en la inflación y el estímulo de los mercados emergentes”, apunta el informe.
Los gestores de renta fija agregada estadounidense y global también obtuvieron buenos resultados (54% y 52% respectivamente). Según las conclusiones, estos aprovecharon los cambios en las curvas de rendimiento y el aumento de la inflación en Estados Unidos logrando también alfa en emisiones titulizadas, cuasi-soberanas y locales. Los inversores, sin embargo, tuvieron mejor suerte con los productos pasivos en los mercados de bonos de alto rendimiento, ya que sólo el 29% de los gestores de fondos de high yield en Estados Unidos superaron a sus índices de referencia, lastrados por el agresivo ajuste de los diferenciales que aplacó la dispersión, al tiempo que se mantuvieron excesivamente cautelosos.
En un contexto en el que los ETF ESG representaron más de la mitad de los flujos de entrada totales en el mercado europeo de ETF en 2020, es interesante observar que, en todas las clases de activos incluidas en el informe, los fondos ESG superaron a sus homólogos no ESG a lo largo del año pasado, con una media del 1,4% de exceso de rentabilidad frente a la media de sus respectivos homólogos. Por eso apunta que, en general, “2020 será recordado como un año excepcional para los gestores de fondos activos”. Lyxor ETF Research concluyó que sus rentabilidades relativas en 2020 superaron a las de 2019 en el 85% de todas las clases de activos. La generación de alfa consistente a largo plazo sigue siendo, sin embargo, más difícil.
Por último, el estudio de Lyxor revela que solo el 12% de los gestores de renta variable mundial superó a sus índices de referencia tanto en 2019 como en 2020, mientras que solo el 9% de los fondos de renta variable mundial de gran capitalización obtuvieron una rentabilidad superior al mercado durante un periodo de diez años, lo que demuestra que el impresionante repunte del que han disfrutado los mercados bursátiles mundiales en la última década ha sido difícil de aprovechar para la mayoría de los gestores de renta variable activa.
«En un contexto mundial sin precedentes que supuso un reto extraordinario para los gestores activos, es justo decir que, en general, en 2020 muchos gestores de renta variable activa cumplieron con su tradicional objetivo de proteger las carteras frente a las fuertes turbulencias del mercado. Sin embargo, dado que la generación de alfa a largo plazo sigue siendo un reto, los inversores que adoptan la gestión activa deben ser ágiles y reactivos en la gestión de sus carteras, anticipando y eligiendo gestores activos capaces de aprovechar rápidamente la evolución de los mercados. Para los inversores menos tácticos que buscan la asignación de carteras a largo plazo, los ETF representan una sólida propuesta de valor», explica Vincent Denoiseux, director de ETF Research and Solutions en Lyxor Asset Management.
Por su parte, Jean-Baptiste Berthon, Senior Cross-Asset Strategist de Lyxor Asset Management, añade: «Aunque los fundamentales que incorporan indicadores macroeconómicos se normalizarán en 2021, las condiciones para el trading seguirán siendo atípicas. La secuencia de la recuperación regional y sectorial, la navegación por activos ricos y saturados, con pocas coberturas de cartera fiables y las persistentes incertidumbres no facilitarán el trabajo de los gestores activos. La dispersión de los activos y una mayor diversificación de los temas de inversión favorecerán el alfa de la selección ascendente (bottom-up), pero el alfa derivado del “market-timing” (o “obtenido de la sincronización con el rendimiento del mercado”) será más difícil y fundamental. Las combinaciones de inversiones activas y pasivas requerirán una mayor selectividad, en función de la fuerza de los motores de los activos y sus riesgos de reversión».
Sobre el informe
El «Active-Passive Navigator» del equipo de Lyxor ETF Research and Solutions es un análisis en profundidad de la rentabilidad de 13.000 fondos activos domiciliados en la UE (que representan 2,3 billones de euros en activos) en relación con sus índices de referencia asociados. También evalúa las principales tendencias del mercado que influyen en la rentabilidad del mercado global y que repercuten en la generación de alfa.
Union Bancaire Privée (UBP) ha anunciado que amplía su gama de fondos de bonos convertibles con dos nuevas e «innovadoras» estrategias temáticas: UBAM – Global Sustainable Convertible Bond y UBAM – Global Tech Convertible Bond. Según explica el banco privado, se trata de dos nuevos compartimentos de la SICAV UBAM (OICVM).
Desde la entidad destacan que estos dos nuevos lanzamientos de bonos convertibles, tipo de activo del que gestiona 1.700 millones de euros, reafirma su respaldo con esta clase de activos, pero también a la innovación y a las finanzas sostenibles. Además, de confirmar su compromiso con la insostenibilidad.
En este sentido, el fondo UBAM – Global Sustainable Convertible Bond tiene por objetivo el poner a disposición del inversor las ventajas que ofrecen los bonos convertibles internacionales en comparación a las acciones y en particular, la convexidad de su perfil de rentabilidad-riesgo, todo ello en el ámbito de la inversión sostenible. Según explica la entidad, “esta solución se caracteriza por su selección de títulos, entre cuyos requisitos se incluyen estrictos criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) y la realización de un análisis extrafinanciero del banco”. Con este enfoque, el fondo busca responder a las particularidades de la clase de activos híbridos y a los retos, especialmente climáticos, que pueden tener una importante repercusión sobre los resultados de las empresas. En el plano financiero, la estrategia sigue las pautas de la gestión de UBP en el ámbito de los bonos convertibles, es decir, la realización de un análisis fundamental centrado en la calidad crediticia de la sociedad emisora y en las perspectivas de crecimiento a medio y largo plazo de dicha sociedad.
“Figura pionera e innovadora, UBP lanzó su primer fondo responsable de bonos convertibles hace casi diez años, en el universo europeo. Este nuevo lanzamiento de fondos, con una asignación internacional, es un reflejo de nuestro compromiso constante con las inversiones más sostenibles. Más que nunca, estamos convencidos de que las sociedades que integren en su estrategia las oportunidades y los riesgos ASG disfrutarán del mejor posicionamiento para generar un crecimiento sólido a largo plazo”, ha señalado Marc Basselier, responsable del equipo de gestión de bonos convertibles de UBP.
Respecto al fondo UBAM – Global Tech Convertible Bond, se centran eninvertir en bonos convertibles internacionales del sector tecnológico. La entidad explica que el objetivo de esta estrategia es aprovechar la naturaleza convexa de estos bonos con el fin de poner al alcance del inversor los valores tecnológicos en un marco de menor volatilidad en comparación con la inversión en acciones de dichas sociedades. La gestión de la cartera emplea un enfoque cuantitativo, sin sesgos de selección y se caracteriza por una asignación basada en la convexidad y en la liquidez de los activos.
Sobre este fondo, Basselier ha añadido: “Las empresas del sector tecnológico tienen una exposición particularmente elevada a las tendencias estructurales a largo plazo, como pueden ser la digitalización de la economía y la innovación en el campo de la salud, lo que las convierte en excelentes candidatas a la inversión. El universo de los bonos convertibles tecnológicos se caracteriza por su profundidad de mercado y su dinamismo y ofrece un amplio abanico de oportunidades en expansión”.
Comentando los lanzamientos, Nicolas Faller, co-CEO de la división Asset Management y Responsable de Ventas Institucionales de UBP, ha apuntado que ambos fondos reflejan la ambición de UBP en lo relativo a la innovación como su capacidad de concebir soluciones sostenibles en las clases de activos no tradicionales. “Los bonos convertibles representan uno de los principales segmentos de nuestra oferta y vamos a continuar con nuestras actividades de desarrollo con el fin de seguir proponiendo estrategias innovadoras y vanguardistas dentro de este universo”, ha afirmado Faller.
Bajo la dirección de Marc Basselier, el equipo de bonos convertibles de UBP, radicado en París, se responsabilizará de la gestión de UBAM – Global Sustainable Convertible Bond y de UBAM – Global Tech Convertible Bond. Este equipo, formado por cinco gestores, cuenta con más de veinte años de track record en esta clase de activos. Estas nuevas soluciones de inversión se comercializarán en Alemania, Bélgica, España, Francia, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal, Reino Unido, Singapur y Suiza.
La leyenda de la inversión estadounidense Warren Buffett formuló en una ocasión el secreto del éxito bursátil de la siguiente manera: «Regla número uno: ¡nunca pierda su dinero!Regla número dos: no olvide nunca la regla número uno». Aunque a bastantes inversores probablemente les gustaría seguir este consejo, en la práctica, por supuesto, no hay garantía de éxito.
Cabría preguntarse, no obstante, si los fondos multiactivo podrían ayudar a evitar el riesgo de pérdidas excesivas. A fin de cuentas, los gestores de fondos multiactivos pueden recurrir, más allá de las acciones y a los bonos, a otras clases de activos como el oro, las materias primas, los bienes inmuebles y las divisas. La diversificación del riesgo es, por tanto, a menudo especialmente elevada en los fondos multiactivo.
Gestión del riesgo mediante estrategias flexibles y una amplia diversificación
Cuanto menor sea el vínculo entre los activos individuales de un fondo multiactivo en términos de rendimiento y volatilidad, más se podrán contener los riesgos de pérdida. Como las clases de activos se comportan de forma diferente en las distintas fases del mercado, las ganancias de algunos pueden amortiguar, compensar o, en el mejor de los casos, restituir con creces las pérdidas en otros.
«La pandemia del coronavirus ha demostrado una vez más que a menudo hay luces y sombras en una crisis de mercados financieros. Por ejemplo, mientras que el oro experimentó máximos en 2020, el dólar perdió terreno frente al euro», explica Björn Jesch, director global de Multi Asset & Solutions y CIO EMEA de DWS.
La renta variable y las materias primas pueden, por ejemplo, ofrecer oportunidades de rentabilidad superiores a la media durante las fases de expansión económica. Cuando la economía está en auge, no sólo aumentan los beneficios de las empresas, sino también los precios de las materias primas, que tienen una mayor demanda. Los metales preciosos, véase el oro, han demostrado a menudo ser un generador de rendimiento en tiempos más difíciles.
«Regla número uno: Nunca pierda su dinero. Regla número dos: Nunca olvide la regla número uno».
Warren Edward Buffet, destacado inversor, empresario y mecenas estadounidense
Los fondos multiactivo pueden construirse para cualquier apetito de riesgo
Además de las clases de activos clásicas, los gestores de fondos multiactivo suelen recurrir también a inversiones en los segmentos de infraestructuras, capital privado y derivados con el objetivo de diversificar aúnmás la cartera. Estos últimos, si se utilizan con cuidado, pueden incluso ayudar a cubrir las pérdidas de determinados componentes de un fondo multiactivo.
Existen algunos gestores de fondos multiactivo que se adentran aún más en los nichos del mercado financiero añadiendo inversiones de impacto o temáticas a sus carteras; por ejemplo, una cesta de acciones gestionada activamente en consonancia con la megatendencia actual generada por la digitalización.
Un fondo multiactivo puede adaptarse de muchas maneras al apetito de riesgo de un inversor. Se suele distinguir entre un perfil defensivo, equilibrado u ofensivo, dependiendo de si la prioridad es más la preservación del capital o las oportunidades de rentabilidad. Esto aplica de igual manera a los productos multiactivo: sólo un mayor riesgo abre oportunidades de mayor rentabilidad.
«El rendimiento de un fondo multiactivo está, en última instancia, en manos de la gestión del fondo y de sus evaluaciones de mercado», afirma Björn Jesch. «El equipo gestor tiene que vigilar con atención el panorama general, reflexionando constantemente y decidiendo cuándo, cómo y hasta qué punto cambia los activos dentro del fondo». Lo ideal es que la gestión del fondo sobreponga las clases de activos individuales precisamente cuando ofrecen los mayores rendimientos, como la renta variable en las subidas. Las inversiones que se correlacionan lo menos posible con estos activos deben reducir al mismo tiempo el riesgo de pérdidas en fases turbulentas, al tiempo que ofrecen sus propias oportunidades de rentabilidad.
A finales de septiembre de 2020, los fondos de inversión de Alemania registraron entradas de capital por valor de 71.000 millones de euros, aproximadamente lo mismo que en todo el año anterior (Fuente: BVI).
Nuevo año bursátil, nuevo reto para los multiactivos
Los fondos multiactivos pueden desempeñar un papel universal tanto en tiempos de auge como de crisis. No es de extrañar, por tanto, que según las últimas estadísticas de la Asociación Alemana de Fondos BVI, los fondos mixtos y multiactivo hayan registrado las mayores entradas en fondos de inversión durante 2020, año del coronavirus, con una recaudación total de 7.800 millones de euros para finales de septiembre.
2021 también podría ser un año prometedor para los inversores en multiactivos. La pandemia en curso, la esperada recuperación de la economía mundial, el persistente entorno de bajos tipos de interés, las valoraciones relativamente elevadas de muchas acciones y otros factores geopolíticos, como la nueva administración estadounidense, deberían volver a generar muchas oportunidades para las luces y las sombras en los mercados, ofreciendo oportunidades para inversiones ampliamente diversificadas.
El gestor de fondos Björn Jesch subraya que «en 2021, será más importante que nunca que los gestores de fondos sopesen desde una perspectiva multiactiva qué activos siguen mereciendo la pena perseguir para obtener otro punto porcentual de rentabilidad y dónde tendría más sentido proteger la cartera de cara a un posible escenario de estrés». Seguir este cuidadoso enfoque aumentaría las posibilidades de cumplir con éxito la segunda regla inversión de Warren Buffet.
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Man Group, gestora de inversión activa, ha decidido cerrar su fondo de renta variable española y portuguesa debido a la falta de demanda del producto, «a pesar de haber obtenido una rentabilidad dentro del primer cuartil», según ha confirmado la firma.
Se trata del fondo GLG Iberian Opportunities que fue lanzado hace tres años, con Firmino Morgado al frente.
Morgado, gestor de Man Group y especialista en estrategias de renta variable ibérica y Europea, y su equipo permanecerán en la firma y seguirán gestionando la estrategia GLG European Income Opportunities y desarrollando nuevas estrategias temáticas.
El fondo, lanzado en 2017, tenía 16 millones de euros (19 millones de dólares) en activos hasta diciembre, según datos recogidos por Bloomberg.
Morgado se incorporó a Man Group en 2017, y anteriormente había gestionado fondos de renta variable europea e ibérica en Fidelity Internacional y en el proyecto W4i.
El reglamento de reconocimiento de la equivalencia de la regulación bursátil suiza, que fue presentado el pasado 13 de enero ante el Parlamento del Reino Unido (UK), está vigente desde el 3 de febrero. En consecuencia, el Departamento Federal de Finanzas de Suiza (FDF) ha levantado las restricciones al Reino Unido.
Además, la Autoridad de Supervisión de los Mercados Financieros de Suiza (FINMA) ha incorporado los centros de negociación del Reino Unido a la lista de centros de negociación bursátiles extranjeros reconocidos en virtud del reglamento del Consejo Federal de 30 de noviembre de 2018. Según explican desde SIX, una vez concluido este proceso, se podrá reanudar la negociación de acciones suizas en los centros de negociación del Reino Unido.
En relación con la UE, el reglamento seguirá en vigor sin cambios. Desde enero de 2019, los centros de negociación del Reino Unido se han visto afectados por el Reglamento al igual que el resto de centros de la UE, ya que el país siguió teniendo la condición de Estado miembro de la UE durante el periodo de transición, que expiró el pasado 31 de diciembre.
Sobre esta nueva normalidad, Thomas Wellauer, presidente del consejo de administración de SIX, ha destacado: “SIX recibe con satisfacción este paso. Siempre hemos estado comprometidos con los mercados de capitales abiertos e internacionales. Además, esto redunda en el interés de los inversores nacionales e internacionales. El reconocimiento mutuo de la equivalencia permite un intercambio y una competencia saludables entre los principales centros financieros de Suiza y del Reino Unido. De hecho, algunas de las empresas más grandes y más negociadas de Europa tienen su sede en Suiza. Estos valores se cotizan y negocian en SIX, que constituye el mercado con más profundidad, más líquido y más rentable para estas acciones. SIX ofrece una gran liquidez y unos márgenes estrechos”.
Hace un año, las acciones de mercados emergentes tenían buenas perspectivas para firmar un 2020 fuerte, pero la pandemia acabó dejando a los mercados globales sumidos en el desconcierto. Sin embargo, tras este annus horribilis, ahora los emergentes están posicionados incluso más favorablemente para el año que está por delante.
Los motores estructurales que están soportando a las acciones emergentes siguen intactos, al tiempo que los vientos de cola cíclicos son ahora más fuertes de lo que eran antes del ‘cisne negro’ de la Covid-19. El comportamiento del índice MSCI Emerging Markets en los últimos meses refleja este sentimiento alcista, superando a las acciones de países desarrollados, pero un vistazo por debajo de la superficie revela que se están gestando rotaciones a nivel regional, sectorial y por estilos. Un acercamiento equilibrado entre factores growth y value puede ayudar a exprimir más de una recuperación amplia, aunque desigual, del mercado.
En las bolsas emergentes suelen ser frecuentes las rotaciones entre el value y el growth
Source: Bloomberg
La renta disponible al alza y la expansión de la clase media en el mundo en vías de desarrollo están alimentando modelos de crecimiento cada vez más poderosos, basados en el consumo interno. Al mismo tiempo, la expansión de los índices PMI refleja una recuperación de los sectores más sensibles al ciclo, incluyendo energía y materiales. Esto es favorable para los países emergentes exportadores de materiales industriales y productos manufacturados en medio de la tendencia mundial hacia la recuperación del stock.
Las inyecciones de liquidez masivas a nivel global, las tasas altamente acomodaticias en todo el mundo, un dólar más débil, la aceleración del crecimiento global y, claramente, el desarrollo y distribución de vacunas son todos factores positivos para las acciones emergentes este año.
En el frente de las divisas, desde la Crisis Global Financiera de 2008, el ‘billete verde’ ha ganado terreno. Europa tuvo que lidiar con la crisis de la deuda soberana entre 2010 y 2012, por lo que la Fed no dio pistas de que quería endurecer su política monetaria hasta 2013, desatando el “Taper Tantrum”. La Fed empezó a reducir su balance pocos años después y a finales de 2016 empezó a subir los tipos de interés lentamente, hasta tocar techo en el 2,5% en 2019. Pero ahora los tipos están cerca de cero, donde la Fed dice que se mantendrán al menos hasta finales de 2023. El Dollar Index ha caído un 13% desde su máximo de marzo por debajo del umbral de 90 puntos, mitigando significativamente el riesgo de depreciación de divisas emergentes para los inversores en dólares.
En respuesta al impacto deflacionario de la pandemia, los bancos centrales de países desarrollados y emergentes han recortado sus tipos de interés. Aunque muchos también han aprobado estímulos fiscales, las economías desarrolladas han impulsado un mayor déficit. De hecho, la combinación de estímulos monetarios y fiscales solo en EE. UU. supone más de 10 billones de dólares, cerca del 50% de su PIB. Como las economías emergentes no tienen el estatus de divisa reserva, no pueden permitirse tener unos déficits fiscales tan profundos. Pero eso significa que muchos se han adentrado en la pandemia con déficits más pequeños y un endeudamiento más bajo, por lo que no tendrán que portear la pesada carga de deuda que pesa sobre las economías avanzadas.
No hay dudas de que la acción sincronizada de política monetaria global y los estímulos fiscales crean un entorno poderoso para el crecimiento global. Pero se espera que los mercados emergentes se recuperen más rápido. Según estimaciones del consenso de Bloomberg, tras caer un 0,8% en 2020 se espera que los mercados emergentes se expandan un 5,1% en 2021 y que China, la segunda economía mundial, se alce un 8,2%. Se calcula que las economías desarrolladas avancen un 3,2% este año, insuficiente para recuperarse de la contracción estimada en el 3,5% de 2020.
El crecimiento de los beneficios debería ser robusto globalmente en 2021 gracias a la citada recuperación de la demanda, recuperación del stock y la comparativa extremadamente fácil con respecto al año anterior en muchos sectores. Pero el crecimiento de los beneficios debería ser especialmente fuerte en los mercados emergentes, al permitir un dólar más débil que brillen los beneficios con divisa local subyacente, y que en muchos casos superen las ganancias previstas en economías desarrolladas.
El crecimiento estimado de beneficios en la mayoría de los países emergentes supera al de índices internacionales
Basado en el BPA estimado por Bloomberg (next annual) a 18/12/2020
Fuente: Bloomberg
Al mismo tiempo, las reformas estructurales y las inversiones realizadas para mejorar la producción hechas en países emergentes en los últimos años también son contribuidores materiales a la recuperación. Por ejemplo, India implementó una largamente necesitada reforma sobre el impuesto a bienes y servicios, un Código de Insolvencia y Quiebra crucial, la liberalización de la inversión directa de extranjeros y un montón de iniciativas para la inclusión financiera. Brasil reformó la fiscalidad de su sistema de pensiones y la desregulación redujo los onerosos costes corporativos. China ha tomado las riendas para frenar los desequilibrios de su balanza fiscal y el shadow banking, y ha contenido el uso de estímulos financiados con deuda.
Cientos de millones de personas de países emergentes ascenderán a la clase media en 2021. Se espera que esta movilidad social crezca un 6% anual, si no más. La demanda de bienes y servicios de clase media, desde vivienda a electrodomésticos de marca blanca, educación y ocio, tiene una proyección de crecimiento mucho más larga que la de los mercados desarrollados, más maduros. La digitalización significa que pueden saltarse el gasto en infraestructuras costosas, por ejemplo, eligiendo banda ancha wireless en vez de cable.
Para realizar una gestión del riesgo segura y sensata, creemos que se necesita un acercamiento basado en el análisis fundamental, caso por caso, que esté equilibrado estadísticamente y que sea disciplinado. Esto proporciona protección frente a caídas del mercado para cuando se producen desplomes o aparece un cisne negro. Por tanto, ayuda a generar interés compuesto, lo que permite partir de una base más elevada una vez que regresa la recuperación, o que se produce una rotación de estilos entre el growth y el value, como suele pasar en mercados emergentes.
Thornburg Investment Management es una gestora independiente de inversión global fundada en 1982 que ofrece una gama de soluciones multiestratégicas para instituciones y asesores financieros de todo el mundo. Es una empresa reconocida como líder en inversion en renta fija, acciones y activos alternativos que supervisa 45 000 millones de dólares (43 500 millones de dólares en activos bajo gestión y otros 1800 millones en activos asesorados)a través de fondos de inversión, cuentas institucionales, cuentas separadas para inversores individuales de alto patrimonio y fondos UCITS para inversores no estadounidenses (datos a 31 de diciembre de 2020). Thornburg fue fundada en 1982 y su sede central se encuentra en Santa Fe, Nuevo México, EE. UU, con oficinas adicionales en Londres, Hong Kong, y Shanghái.
Las criptodivisas no solo están ganando relevancia entre los inversores particulares, sino también entre los institucionales. Según una encuesta Evertas, de cara a los próximos cinco años, el 26% de los fondos de pensiones, aseguradoras, family offices y fondos afirman que aumentarán “drásticamente” su exposición a esta clase de activos.
“Nuestra última encuesta muestra que los inversores institucionales están entusiasmados con el aumento de su exposición a las criptomonedas y, en general, a los criptoactivos, pero es evidente que hay muchas cuestiones relativas a la infraestructura, operativa y regulación que sustenta estos mercados que todavía les preocupan. Está claro que hay que son aspectos que se deben abordar si esperamos que los inversores institucionales quieran aprovechar el potencial que esta clase de activos puede tener”, señala J. Gdanski, director general y fundador de Evertas, compañía especializada en seguros de criptoactivos.
Según su encuesta, hay otro 64% de inversores institucionales que prevén un ligero aumento en la exposición a criptoactivos, en general, y, en particular al bitcoin. Tal y como explicamos hace algunas semanas, esta clase de inversor estaría viendo en el bitcoin un activo para protegerse de la inflación y de la devaluación de las divisas. Incluso los hedge funds reconocen que su interés por este tipo de activos ha aumentado, o al menos así lo reconoce el 32% de los encuestados por Evertas.
Un interés que también han detectado en Lyxor. En su informe Lyxor Weekly explica que si bien la trayectoria alcista del bitcoin en 2017 se vio impulsada principalmente por los inversores minoristas, parece que el repunte de 2020 se vio propulsado por un conjunto más amplio de inversores, incluidos los institucionales.
“Además de los inversores minoristas, los family offices y los particulares con un elevado patrimonio siguen siendo los inversores predominantes y las fuentes de nuevos monederos y direcciones IP de bitcoin. El bitcoin se benefició de un entorno favorable, y se utilizó cada vez más como cobertura frente al descenso de los rendimientos reales y los ingentes programas de expansión cuantitativa de los bancos centrales, pues se temía que esto acabara depreciando las divisas mundiales e impulsara la inflación. También representa una alternativa ante los decrecientes rendimientos por dividendo de la renta variable. Como cabía esperar, la correlación entre el bitcoin y el oro y la inflación (y, en cierta medida, la renta variable) resulta ahora bastante estable”, recoge el informe.
Sobre los hedge funds señala que se han convertido en importantes actores en el segmento bitcoin, a través de vehículos de inversión especializados o la incorporación de bitcoin en sus asignaciones. “Aunque todavía se halla en sus albores, el mercado sigue adquiriendo profundidad, por lo que respecta a tipos de inversores y gama de productos. En los primeros días, los gestores se centraron principalmente en posiciones largas directas en criptoactivos, como bitcoin, ethereum o ripple. Desde entonces, el abanico más amplio de productos ligados a activos digitales permite a los gestores aplicar estrategias más flexibles y sofisticadas. Los gestores pueden utilizar ahora permutas, opciones y futuros indexados a criptomonedas; también pueden centrarse en los ingresos generados por la tecnología subyacente. Además, pueden invertir en valores emitidos por compañías dedicadas a los criptoactivos y su infraestructura, aunque la mayoría de ellas solo siguen siendo accesibles a través de estrategias de capital riesgo y capital inversión”, añade.
Un ejemplo de este avance es la decisión anunciada por BlackRock, que permitirá a dos de sus fondos invertir en bitcoins a través de futuros. A finales de enero, la gestora comunica a la SEC que incluirá el bitcoin dentro del universo elegible de inversión de dos de sus fondos: BlackRock Funds V (incluye BlackRock Strategic Income y BlackRock Emerging Markets Flexible Dynamic Bond Portfolio) y BlackRock Global Allocation Fund.
“Cada fondo puede utilizar instrumentos denominados derivados, que son instrumentos financieros que obtienen su valor de uno o más valores, productos básicos (como el oro o el petróleo), divisas (incluido el bitcoin), tipos de interés, acontecimientos crediticios o índices (una medida del valor o de los tipos, como el índice S&P 500 o el tipo de interés preferencial para préstamos). Los derivados pueden permitir que un Fondo aumente o disminuya el nivel de riesgo al que está expuesto de manera más rápida y eficiente que con otras transacciones”, explica BlackRock a la SEC en su comunicado.
Otra forma en que las gestoras se están acercando a este universo de criptoactivos es invirtiendo en tecnología blockchain, que comienza a ser un ámbito cada vez más popular en las carteras temáticas que invierten en tecnología o en aquellas que siguen megatendencias tecnológicas. Por ejemplo, el fondo BNY Mellon Blockchain Innovation Fund, de Mellon, que es uno de los pocos productos blockchain de gestión activa en Europa.
«Las criptomonedas forman parte del ecosistema digital. Han madurado rápidamente en la misma medida que la evolución del mundo digital, con una validez cada vez mayor respaldada por el creciente número de componentes globales. El progreso de los organismos reguladores, el aumento en el uso de la tecnología blockchain en las empresas y un ecosistema de pagos ayudan a satisfacer las necesidades bancarias de toda una nueva generación que está floreciendo. Prácticamente todas estas tendencias se han acelerado como consecuencia de los esfuerzos realizados en favor de la digitalización global para ayudar a resolver los desafíos creados por COVID-19. En nuestra opinión, estos desarrollos validan aún más a blockchain como un componente integral de la futura infraestructura tecnológica», explican Erik A. Swords y Justin R. Summer, gestores de Mellon.
En opinión de estos gestores, «las características clave del bitcoin -descentralizado, limitación de la oferta, seguro y cada vez más aceptado- representan una atractiva oportunidad riesgo/recompensa frente a los importantes obligaciones fiscales que los bancos centrales se verán tentados a inflar mientras se desarrolla toda esta transformación digital en el sector financiero».
Un debate abierto
En el caso de la decisión tomada por BlackRock, parece algo anecdótico, pero no lo es, ya que por primera vez una de las grandes gestoras del mercado toma esta decisión. Algo que contrasta mucho con la posición que mantienen las firmas de inversión sobre esta clase de activos, ya que son pocas las que se pronuncian sobre ellos. Por ejemplo, Chris Iggo, CIO Core Investments de la gestora de fondos AXA Investment Managers, sí está dispuesto a dar su visión sobre el bitcoin.
“No creo que sea una moneda, porque no tiene ningún respaldo fundamental legal o soberano. Para que los activos se consideren en una cartera de inversión a largo plazo, uno debería ser capaz de atribuirles algún valor intrínseco fundamental: el crecimiento de las ganancias a largo plazo en la renta variable, la prima de riesgo crediticio en relación con las tasas libres de riesgo en los bonos. No hay flujo de caja de bitcoin más que el que es impulsado por el cambio de precio, que puede ser ampliamente negativo o positivo. Ciertamente, esto no se deriva de ningún flujo de efectivo económico fundamental como los beneficios o los ingresos fiscales. Es un instrumento especulativo que en última instancia carece de toda seguridad jurídica, que no puede ser realmente valorado y, por cierto, cuya producción es seriamente intensiva en carbono. Yo consideraría invertir en o comprar bitcoin de la misma manera que consideraría apostar en el Grand National, pero no como un activo serio a largo plazo”, explica Iggo.
Quien también ha mostrado una postura crítica sobre esta clase de activos ha sido el inversor multimillonario Warren Buffett. Entre sus numerosas reflexiones, destaca esta: “Las criptodivisas básicamente no tienen valor y no producen nada. No se reproducen, no pueden enviarte un cheque, no pueden hacer nada, y lo que esperas es que alguien más venga y te pague más dinero por ellas más tarde, pero entonces esa persona tiene el problema. En términos de valor: cero”.
Otra voz crítica, o al menos reflexiva, llega desde el lado de las instituciones financieras. En esta ocasión, hemos podido escuchar al Banco Central Europeo (BCE) reclamar una regulación global para las criptomonedas. Durante la conferencia Reuters Next, a mediados de enero, Christine Lagarde, presidenta de la institución, las calificó como un “activo altamente especulativo”. Y afirmó: «Pienso que es absolutamente necesaria una cooperación global y una acción multilateral como la iniciada en el G7 y luego trasladada al G20, pero es algo que es necesario abordar».
Sea cual sea el futuro de estos activos en las carteras de los inversores y en la composición de los fondos que las gestoras crean, como bien recuerda Carlos Ruiz de Antequera, será necesario entender bien en qué consisten los criptoactivos.
Amundi ha anunciado el lanzamiento de la división Amundi Outsourced Chief Investment Officer (OCIO) Solutions, un equipo de inversión y asesoramiento que ofrece servicios de inversión dirigidos a clientes institucionales y family offices.
Según explica la gestora, históricamente, desarrolladas para las compañías del Grupo Crédit Agricole, las soluciones OCIO son centrales en la oferta de gestión de inversiones de Amundi desde hace más de 30 años. Amundi ofrece también estas soluciones a clientes externos desde el año 2009, con un total de 45.000 millones de euros gestionados para compañías ajenas al Grupo.
En este sentido, señala que, en un contexto de retos operativos y de inversión cada vez más complejos para los inversores institucionales, acrecentados por la reciente crisis, Amundi ha creado formalmente en enero de 2021 la División de OCIO Solutions, integrada en su Plataforma de Inversión Multi-Activo. Su nueva oferta se estructura para ayudar a los clientes a centrarse en sus objetivos estratégicos, trasladando a Amundi algunas o todas las funciones de inversión que normalmente realiza un Comité de Inversiones.
Los servicios de inversión serán dirigidos por un equipo de Asesores Senior dentro de Amundi, especializados por tipo de cliente, con un profundo conocimiento de sus necesidades y desafíos. Según destaca, esta nueva estructura ayudará a abordar las necesidades estratégicas, de inversión y operativas claves de los clientes.
Amundi OCIO Solutions Division ofrece a los clientes institucionales una variedad de soluciones totalmente personalizables para gestionar la complejidad de sus inversiones, desde el puro asesoramiento hasta carteras y plataformas de inversión totalmente implementadas, basándose en una infraestructura de última generación y beneficiándose de la estructura de un líder mundial en gestión de activos.
En concreto, las soluciones OCIO cubren: estrategia y gobernanza; asignación táctica de activos; gestión de activos y pasivos; selección de fondos y gestores; diseño e implementación de arquitectura; gestión de carteras y riesgos; cobertura de riesgos (risk overlay); informes y reporting; y transferencia de conocimientos y formación.
Esta nueva división agrupa a 28 expertos en soluciones OCIO, apoyándose en la plataforma de inversión multiactivo con más de 200 profesionales -incluida la selección de fondos y gestores-, en los 140 analistas y en todos los recursos de inversión de Amundi presentes en 40 localizaciones en todo el mundo. La división se organiza en torno a los asesores senior de soluciones OCIO, con una gran experiencia en clientes y dedicados a tipologías específicas de clientes: fondos de pensiones, compañías de seguros, family offices, fondos soberanos, bancos centrales, empresas y agencias. Los expertos en soluciones OCIO de Amundi están ubicados en París, Milán, Múnich y Hong-Kong para incrementar la proximidad con los clientes.
Según Matteo Germano, director de la Plataforma Multi-activo de Amundi: «Esta nueva división aprovecha nuestra amplia experiencia y cultura de inversión basada en el análisis para apoyar a las instituciones en sus inversiones, desde la asignación estratégica de activos hasta la implementación de la gestión de las carteras. En un entorno financiero cada vez más complejo y sofisticado, esta nueva división de servicios OCIO refuerza la estrategia de Amundi complementando su actividad principal de gestión de activos con servicios con un enfoque de asociación a largo plazo».
Por su parte, Laurent Tignard, director de la división OCIO Solutions de Amundi, añade que: «Los inversores institucionales se enfrentan a una serie de retos: bajos tipos de interés, incertidumbres macroeconómicas y de mercado, y presiones derivadas de las tecnologías de la información y regulatorias. Pueden externalizar esta complejidad operativa de la inversión con Amundi como socio de servicios OCIO y centrarse en su negocio principal. Nuestro objetivo es optimizar su estructura operativa, ayudar a reducir costes, mejorar la toma de decisiones de inversión y proporcionar una mejor visibilidad y control de los riesgos, tanto operativos como de inversión. Nuestras recomendaciones e inversiones tendrán buscan beneficiar a cada uno de nuestros clientes».
M&G ha anunciado que su vehículo de inversión With-Profits del Reino Unido, con activos de 136.000 millones de libras esterlinas, asignará 5.000 millones a la inversión en empresas de carácter privado que contribuyan a crear un mundo más sostenible. Además, para llevar a cabo este nuevo mandato, la gestora ha creado un nuevo equipo de inversión denominado Catalyst, con presencia en Londres, Singapur, Nueva York y Bombay.
Respecto a este nuevo equipo, la firma explica que estará compuesto por 25 miembros, el equipo tiene flexibilidad para invertir en deuda privada, activos reales y financieros, así como capital riesgo, lo que les permitirá adecuar la inversión de capital a la etapa y naturaleza de cada activo, así como proporcionar respaldo continuado según el desarrollo de los mismos. Y sobre la composición del fondo apunta que la cartera de oportunidades de inversión figuran pymes y financiación de consumo, como microfinanzas y créditos comerciales, también financiación de activos y desarrollo, como vivienda social y energía a partir de centros de residuos, y por último, inversiones en tecnología con fines sociales o medioambientales positivos.
A raíz de este anuncio, John Foley, consejero delegado de M&G, ha declarado: «Cada vez más clientes nos piden contribuir positivamente en el mundo mediante la inversión sostenible, persiguiendo a la vez buenas rentabilidades financieras para su jubilación. Muchas de las oportunidades más atractivas en este campo son activos de naturaleza privada, empresas y plataformas nuevas o existentes que no cotizan en bolsa. Como uno de los principales inversores en estas empresas, M&G puede apoyar de un modo más directo el crecimiento y la sostenibilidad de las mismas».
Según explica la gestora, Catalyst formará parte del negocio de activos privados y alternativos de M&G, que gestiona ya más de 65.500 millones de libras esterlinas en crédito privado, capital riesgo (private equity) y bienes inmobiliarios por cuenta de los titulares de asegurados de Prudential y clientes externos.
A partir de esa experiencia y trackrecord en activos privados, el equipo Catalyst buscará oportunidades en todo el mundo para invertir en empresas no cotizadas que de otro modo podrían tener dificultades para acceder al capital que les permita desarrollarse y crecer.
Además, tendrá un amplio enfoque de inversión de impacto, abarcando de modo flexible desde la gestión de riesgos ESG hasta la inversión de impacto positivo para grupos vulnerables. El equipo utilizará el marco de clasificación del Impact Management Project para evaluar las oportunidades potenciales en tres categorías:
ESG: empresas o activos que actúan para evitar daños
Sostenibilidad: empresas que benefician a los grupos de interés generando resultados positivos para las personas y el planeta
Impacto: las que ofrecen soluciones para los desafíos sociales y medioambientales.
El filtro para asegurar que las empresas actúan para evitar daños se basará en criterios ya establecidos para todos los fondos ESG de M&G, que excluyen sectores como el juego, el tabaco y las armas controvertidas. El filtro positivo se hará mediante la puntuación ESG propia de M&G, basada en los estándares SASB internacionales y el marco de triple «I» para la inversión de impacto.
La industria coincide en que tener un único marco y lenguaje es vital para garantizar el desarrollo de la inversión ESG. Por ello, la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA, por las siglas inglesas) ha remitido a la Comisión Europea una carta en la que propone desarrollar una regulación europea para las agencias de calificación de sostenibilidad, ya que los ratings ESG y las herramientas de evaluación de estos valores son esenciales para la implantación de la normativa ESG.
Esta propuesta se sumaría a las diversas iniciativas legislativas que ya están en marcha y que también pretenden mejorar la calidad de la información ESG, entre ellas destacan: la revisión de la directiva sobre información no financiera; el reglamento de divulgación de información ESG, y el reglamento sobre la taxonomía.
“No obstante, la ESMA considera que la creciente demanda de información sobre el rating ESG de una entidad debe ir acompañada de salvaguardas para que la información a la que se hace referencia sea sólida y que las evaluaciones sean fiables para evitar el riesgo de green-washing”, explican desde finReg360.
No se trata de una idea nueva, durante la consulta de la Comisión sobre la Estrategia financiera sostenible renovada, ESMA ya expuso la falta de una definición jurídicamente vinculante de calificación ESG, la dificultad para comparar los proveedores de calificaciones ESG y el bajo nivel de correlación entre estos.
“Lo anterior genera problemas en la cadena de decisión de la inversión y, finalmente, repercute en la construcción de los índices de referencia ESG. La autoridad europea considera que todo ello se debe a la ausencia de requisitos legales para garantizar la transparencia de las metodologías en las que se basan dichas calificaciones. Por ello, plantea a la Comisión Europea la definición de un marco normativo para la clasificación ESG”, apuntan desde finReg360.
En concreto la ESMA plantea a la Comisión Europea un marco normativo que tenga un contenido mínimo que contemple cuatro aspectos: la calificación ESG; el registro y supervisión de la autoridad pública; unos requisitos específicos aplicables a las calificaciones y evaluaciones ESG; y, por último, los requisitos organizativos y de gestión de conflictos de intereses.
En primer lugar, la ESMA considera que debería elaborarse una definición legal común de qué se entiende por calificación ESG, que capture el amplio espectro de herramientas de evaluación disponibles en el mercado. Según indican desde finReg360, esto conduciría a que todos los productos existentes que pretenden proporcionar una evaluación del perfil ESG de un emisor o un valor, independientemente del objetivo de medición específico, estén sujetos al mismo nivel básico de salvaguardas de protección del inversor.
“Al mismo tiempo, un enfoque amplio de la definición de estos productos permitiría asegurar el futuro de este marco reglamentario en relación con las innovaciones posteriores y evitaría posibles oportunidades de reestructuración para eludir los requisitos. Por lo tanto, minimizaría la posibilidad de obsolescencia del marco en caso de que el mercado se mueva en una dirección específica”, añaden.
En segundo lugar, la ESMA entiende que cualquier entidad jurídica cuya actividad incluya la emisión de estas calificaciones y evaluaciones ESG debería estar registrada y supervisada por una autoridad pública. “Esto llevaría a que estas agencias de rating ESG estén sujetas a unos requisitos comunes de organización, conflicto de intereses y transparencia. Dado que la ESMA ya desempeña esta labor en relación con las agencias de calificación crediticia, se postula a sí misma para esta tarea”, comentan.
En tercer lugar, además de los requisitos básicos anteriores, la ESMA considera que debe haber requisitos específicos aplicables a las calificaciones y evaluaciones ESG proporcionadas por las entidades. Estos requisitos no tienen que tener el mismo nivel de prescripción que los aplicables a los ratings de crédito. Sin embargo, deben ser lo suficientemente exigentes como para garantizar que las calificaciones y evaluaciones ESG se basen en fuentes de datos actualizadas, fiables y transparentes, y se desarrollen de acuerdo con metodologías robustas que sean transparentes y que puedan ser verificadas por los inversores.
Por último, la ESMA indica que cualquier marco regulador en este ámbito debería garantizar que las entidades más grandes y sistémicas estén sujetas a un conjunto completo de requisitos de organización y conflictos de intereses que reflejen su creciente importancia en el ámbito de las finanzas sostenibles. Además, debería ser proporcional y adaptarse a la estructura actual del mercado para que las entidades más pequeñas puedan acogerse a determinadas exenciones cuando sea apropiado (por ejemplo, la posible exención de las tasas de supervisión y de determinados requerimientos organizativos).
En opinión de finReg360, esto facilitaría la participación en el mercado de los operadores tradicionales con recursos elevados y también de las nuevas empresas, más dinámicas que impulsan la innovación.