Con la investidura de JoeBiden, el pasado 20 de enero de 2021, los Estados Unidos han dado un giro de 180 grados desde el punto de vista ambiental, social y de gobernanza (ASG). Si hubiera que evaluar el mandato de Trump en el aspecto ASG, no hay duda de que la calificación sería muy negativa.
Desde una perspectiva medioambiental, podríamos citar, por ejemplo, la retirada del Acuerdo de París sobre el clima o la puesta en marcha de polémicos proyectos de infraestructuras energéticas. Y, si nos pusiéramos a analizamos la huella de carbono personal de Donald Trump, a priori sería un desastre, lastrado por sus viajes aéreos semanales entre Washington y su club de golf, Mar-A-Lago, en Florida.
A nivel social, el balance de la administración saliente tampoco es demasiado brillante, pues se habrían acentuado las desigualdades de ingresos entre las minorías étnicas: así,los blancos -la categoría más acomodada-, han visto cómo han crecido sus ingresos en un 13,3% entre 2017 y 2019, mientras que los afroamericanos -como son los menos favorecidos- han experimentado un aumento del 11%.
Aunque todavía no se conocen los datos de 2020, es fácil imaginar que esta brecha ha vuelto a aumentar teniendo en cuenta la crisis sanitaria, que ha afectado especialmente a las minorías más frágiles económicamente. Por último, a nivel de gobernanza, el inventario de controversias y de rotación del personal dentro del gobierno es casi abrumador.
Pero ya está en marcha una pequeña revolución. En primer lugar, simbólicamente, con la llegada de Joe Biden –también llamado “Amtrak Joe” o «el hombre del tren» [AMTRAK es la red estatal estadounidense de trenes de pasajeros]- al más alto cargo. Desde 1976 tiene la costumbre de trasladarse a Washington desde su domicilio en Wilmington (Delaware) por ferrocarril. De hecho, la cuestión medioambiental está en el núcleo de su programa y las primeras medidas adoptadas son radicales: regreso al Acuerdo de París, abandono del controvertido proyecto del oleoducto Keystone XL.
En el ámbito social, lapostura unificadora de Joe Biden ya se refleja en la inclusión sin precedentes de las minorías, así como en una creciente paridad dentro del gobierno. Su enfoque sanitario de la pandemia también parece ser mucho más preventivo y protector que el de su predecesor. Por último, en cuanto a la gobernanza, se ha terminado la diplomacia a golpe de tweets devastadores. El ejercicio del poder parece haber recuperado, definitivamente, una apariencia de normalidad, en un marco institucional claro. En el plano extrafinanciero, Joe deja K.O. a Donald.
Más allá de estas cuestiones extrafinancieras, el balance bursátil es más matizado. Cuando Joe Biden era vicepresidente de Obama, de 2009 a 2017, el S&P 500 creció un 16,3% de promedio anual. Y, justamente, durante la presidencia de Trump, la rentabilidad del mercado de valores ha sido idéntica desde el punto de vista contable, con un rendimiento anualizado del 16,3%. Así que, desde ese punto de vista, hay empate.
En el ámbito económico, el enfoque de ambos presidentes también parece oponerlos. Obviamente, los dos tienen el objetivo de conseguir el plenoempleo y un crecimiento sostenido. Pero los medios para lograrlo son muy diferentes. Trump ha llevado directamente una política impulsada por su lema de «America First» [“ante todo, Estados Unidos”], centrado en la reubicación, la agresividad comercial y la desregulación. Su sucesor tiene un posicionamiento que podría resumirse en «Americans First» [“ante todo, los estadounidenses”].
Sólo cambian dos letras, pero su aplicación difiere notablemente. Joe Biden debería aplicar una política keynesiana de reactivación, basada en un fuerte estímulo presupuestario para reducir la desigualdad y combatir el calentamiento climático. ¿Podrá “el hombre del tren” volver a encarrilar a Estados Unidos por la vía del crecimiento, sin poner en peligro el porvenir de las generaciones futuras? Nos vemos en 2025 para hacer balance.
Mientras, este es el panorama de EE.UU., en Europa después de reunirse esta semana, los gobernadores del Banco Central Europeo (BCE) han decidido no cambiar su política monetaria, que sigue siendo muy acomodaticia. Aparte de la posibilidad de ajustar la recompra de activos en función de las condiciones de financiación global, no ha cambiado nada en el discurso del BCE. Hay que destacar que, con unos tipos de interés soberanos cercanos, en su mayor parte, a mínimos históricos, y con unos diferenciales de crédito en torno a sus niveles anteriores a la crisis, la postura del BCE no tiene motivos para cambiar a corto plazo.
Tribuna de Olivier de Berranger, director de Gestión de Activos de La Financière de l’Echiquier.
Wellington Management ha decidido ampliar su presencia en Europa con la apertura de la oficina en Milán. Según explican desde la gestora, esta nueva sede refuerza su compromiso con los inversores italianos y les da un mayor acceso a su diversa gama de soluciones de inversión.
La nueva oficina estará dirigida por Erich Stock, director general de Wellington y responsable de Italia. Erich creció en Roma y cuenta con más de 32 años de experiencia en gestión de inversiones con inversores italianos, franceses e ibéricos. Según explica la firma, encabezará el crecimiento de Wellington en Italia, trabajando estrechamente con un experimentado equipo de gestión de relaciones con los clientes que tiene un amplio conocimiento del servicio a los clientes italianos. Entre los especialistas de habla italiana de la firma se encuentran también miembros de los equipos de ventas y gestión de relaciones, servicio al Cliente y marketing.
Wellington lleva operando en Italia desde principios de la década de 2000, apoyando a inversores nacionales como fondos de pensiones, compañías de seguros, gestores de activos y el segmento de intermediarios a través de mandatos de subasesoramiento, además de ofrecer su propia gama de fondos UCITS. Los enfoques de inversión de la gestora abarcan casi todos los segmentos de los mercados de capitales mundiales, incluyendo la renta variable, la renta fija, los activos múltiples y las estrategias alternativas.
«Estamos encantados de abrir una oficina en Italia. Wellington Management es un actor global con presencia local en la mayoría de los mercados en los que operamos. Habiendo servido al mercado italiano durante los últimos 20 años, reconocemos la importancia de profundizar en nuestro compromiso para apoyar aún más a nuestra base de clientes locales. Como uno de los mayores subasesores del mundo, creemos que estamos bien posicionados para atender al mercado italiano, donde el asesoramiento está cobrando cada vez más fuerza. Esperamos estar más cerca de nuestros clientes para fortalecer y desarrollar las relaciones», ha destacado Stock.
Por su parte, Stefan Haselwandter, director general senior y responsable del Grupo para clientes, ha declarado: «Nuestra misión es superar los objetivos de inversión y las expectativas de servicio de nuestros clientes, y nuestra nueva oficina en Italia nos permite cumplir esa promesa. Este es un mercado prioritario para nosotros, y nos complace que los inversores de aquí tengan ahora un mayor acceso a nuestros conocimientos, soluciones de inversión y equipos de clientes. Este traslado representa el siguiente paso en el compromiso a largo plazo de Wellington de atender y hacer crecer su presencia local en mercados clave de toda Europa».
La consolidación entre los broker/dealers (B/D) de wealth management continúa aumentando, y la proporción de asesores que están afiliados a empresas que componen las 25 redes de B/D más grandes aumenta constantemente durante la última década. Esta consolidación es impulsada, en parte, por fusiones y adquisiciones (M&A) y el deseo de los B/D de aumentar la escala en respuesta a la dinámica de la industria en evolución, según el último Cerulli Edge — U.S. Advisor Edition.
Los B/D deben invertir cantidades significativas de capital para operar y mantener plataformas de corretaje y asesoría y herramientas tecnológicas de asesoría cada vez más sofisticadas, además de otras áreas de sus negocios, mientras enfrentan crecientes amenazas competitivas.
“Una mayor escala permite a las empresas aumentar estas inversiones relativamente fijas y los retornos de esas inversiones pueden aumentar significativamente cuando apoyan a un mayor número de asesores y activos bajo administración (AUM)”, dice Michael Rose, director asociado.
Además, las inversiones realizadas en estas áreas “pueden aumentar significativamente el atractivo de una empresa de B/D para los posibles asesores”, agregó Rose quien asegura que de esta manera las empresas se posicionan de mejor manera para aumentar la participación de mercado.
Por ejemplo, en una de las encuestas más recientes de Cerulli, la tecnología estaba empatada en el primer lugar entre los factores citados con más frecuencia por los asesores como factores que influyen en su decisión de unirse a un B/D.
Los brokers también han indicado que planean expandir su uso de la tecnología de asesores en todos los ámbitos, incluidos los portales de clientes, la firma electrónica, la gestión de relaciones con los clientes y el software de planificación financiera, entre otros.
Es probable que la importancia percibida de la tecnología entre los asesores aumente como resultado de la pandemia del Covid-19, que ha inculcado a los asesores los beneficios que la tecnología puede brindar a sus negocios al permitirles comunicarse de manera más efectiva con los clientes, expandir el alcance geográfico y operar de manera más eficiente, entre otros beneficios.
Cerulli sostiene que las fusiones y adquisiciones exitosas en la industria del wealth management se extienden más allá de anunciar y cerrar una adquisición o fusión. El éxito de una transacción dada está fuertemente influenciado por la medida en que el B/D adquirente puede retener las fuerzas de asesoría que se adquieren como parte de una transacción.
“Esto brinda una ventaja competitiva a firmas de B/D más grandes con mayor escala y tecnología y plataformas más sólidas, que son vitales para la satisfacción y retención de los asesores durante su migración a la firma adquirente”, agrega Rose.
Otros factores, incluido el apoyo de los asesores, la cultura de la empresa y las restricciones sobre cómo los asesores operan sus negocios, también son fundamentales para la satisfacción de los asesores y no están directamente relacionados con el tamaño de una empresa determinada.
Por lo tanto, las oportunidades de fusiones y adquisiciones no se limitan solo a B / D muy grandes. “Esos grandes B / D que se embarcan en fusiones y adquisiciones harán bien en considerar a fondo todos estos factores de manera objetiva, desde la perspectiva de los asesores, como parte de sus esfuerzos de diligencia debida”, concluye Rose.
Martin Marron fue nombrado CEO del International Private Bank (IPB) de JP Morgan para sustituir a Nicolás Aguzin, según un comunicado interno al que accedió Funds Society.
Martin Marron, que hace 29 años que trabaja en la wirehouse y actualmente es el CEO de Latin America Private Bank y J.P. Morgan Latin America & Canada, asumirá el cargo en unas semanas.
Marron ha sido trader de renta fija, dirigió los equipos CIB deExternal Sovereign Debt y mercados locales en Argentina y Brasil. Además, se desempeñó como Senior Country Officer de Brasil, supervisó las ventas y el comercio de Mercados Emergentes en América y dirigió los Banca de Inversión de América.
Por otra parte, Nicolas Aguzin, estuvo en el cargo durante dos años, y ahora se unirá a la Hong Kong Exchanges and Clearing Limited (HKEX) donde se desempeñará como CEO a partir del 24 de mayo. La asunción en el cargo está pendiente de aprobaciones regulatorias.
“Me enorgullece felicitar a mi colega, Nicolás «Gucho» Aguzin, por su nuevo e importante papel como próximo director ejecutivo de HKEX. Gucho es un líder sobresaliente y un ser humano que ha liderado negocios alrededor el mundo para JPMorgan Chase con distinción durante las últimas tres décadas. Si bien estamos tristes de que nos deje, le agradecemos sus muchos logros en nuestra empresa y le deseamos todo lo mejor», dijo Jamie Dimon, Chairman y CEO, JPMorgan Chase.
El grupo HKEW es el único mercado de valores y derivados de Hong Kong y el único operador de sus cámaras de compensación.
Aguzin y Marron trabajaran en conjunto en las próximas semanas para lograr una transición sin problemas.
El Banco Central de México se reúne el 11 de febrero para publicar su primer comunicado de política monetaria de 2021. Un sondeo de la agenda Reuters señaló que la mayoría de los analistas consultados piensan que la institución recortará la tasa de interés de referencia debido a las débiles perspectivas económicas que deja la pandemia de coronavirus.
Pero en un informe, Olivia Alvarez, analista de MONEX EUROPE, señala que hay división entre los especialistas sobre si el banco reanudará su ciclo de flexibilización tan pronto como la próxima semana o lo pospondrá para más adelante en el año:
“Más importante aún, no está claro cómo será la función de reacción de Banxico y la orientación futura dado el nivel de incertidumbre en torno a la recuperación económica y la distribución de vacunas. Si bien el amplio consenso se basa en las expectativas de un recorte adicional de tasas de 25 puntos básicos en algún momento de este año, los mercados y los analistas sitúan el movimiento en diferentes momentos, elevando el listón de las sorpresas en torno a los anuncios programados. Además, la especulación sobre un tono más suave hacia el rebasamiento de la inflación, similar al enfoque renovado de la Fed, ha comenzado a cimentar las expectativas de una política de normalización prolongada. Si bien Banxico hasta ahora ha eludido entrar en territorio negativo con respecto a los rendimientos reales, el aumento de las expectativas de inflación pondrá a prueba al Banco Central en el corto plazo si recorta las tasas y las mantiene bajas mientras la inflación aumenta en el futuro”, considera Olivia Alvarez.
Luego de un período de 18 meses que vio 400pb de relajación, Banxico decidió hacer una pausa para evaluar la dinámica de la inflación y dejar la puerta abierta para una reanudación.
La economía mexicana sufrió en 2020 una contracción de un 8.8%, la más pronunciada desde 1932, durante la Gran Depresión, según datos preliminares revelados por el instituto local de estadística. Analistas estiman que podría recuperarse un 3.5% en 2021.
Para MONEX Europa, “con el debilitamiento de los precios, las condiciones son óptimas para un apoyo adicional oportuno en medio de un panorama desafiante a corto plazo y una situación de pandemia aún grave. A los analistas les agrada este punto de vista, y el consenso de Bloomberg indica un recorte final de tipos en la reunión de la próxima semana. Como novedad de la decisión de febrero, se está renovando el consejo de gobierno, con la sustitución del vicegobernador belicista Javier Guzmán por la nueva directora Galia Borja, que se espera que se incline hacia el lado más dócil. Esto podría inclinar la decisión de la mayoría hacia un tono más suave, incluso cuando Banxico se compromete a mantener su postura conservadora hacia la relajación de las políticas”.
Olvia Alvares añade que los mercados se sientan en una página diferente por el momento, con expectativas implícitas de un único recorte de tipos dentro de seis meses según los precios de renta fija: “Los comentarios recientes del director Jonathan Heath señalaron que el banco estaría estudiando la viabilidad de recortar las tasas de interés a partir de la reunión de abril, diluyendo las expectativas de cualquier movimiento de política en breve. Heath suavizó esos comentarios indicando que una inflación abrumadora no sería tan preocupante para Banxico de cara al futuro, dejando pocas excusas para mantener las tasas en el clima actual. Con tales señales contradictorias que exacerban la confusión sobre el momento del próximo paso de política, los mercados estarán en una búsqueda frenética de cualquier pista adicional antes de la reunión”.
En México, la inflación general rompió levemente el rango objetivo de 2-4% de Banxico en el tercer trimestre y principios del cuarto trimestre, lo que provocó una pausa prudente en las dos últimas reuniones en 2020. Después de eso, sin embargo, la tasa anual general volvió a caer dentro del rango objetivo, a 3.3% en noviembre. y 3,2% en diciembre, impulsado principalmente por la reversión de un repunte anterior en la inflación de alimentos.
“Se prevé que esta tendencia de los precios de los alimentos se prolongue, ya que los efectos de base favorables hacen que el componente básico disminuya en los próximos meses, con aproximadamente una cuarta parte de la canasta básica del IPC compuesta por alimentos. El fuerte repunte del peso también afectará la inflación, ya que más del 20% de la apreciación de la moneda desde abril se filtra gradualmente en los precios internos. Un factor compensador será el aumento de la inflación de los combustibles, a medida que los mercados del petróleo se pongan al día con el ritmo del aumento de la demanda mundial y la disminución de los inventarios. Además, los efectos de base desfavorables empujarán temporalmente la inflación del combustible por encima del objetivo a fines del primer trimestre y durante la mayor parte del segundo trimestre. Teniendo en cuenta esta trayectoria esperada de precios y una necesidad potencialmente reducida de estímulo adicional más adelante en el año, favorecemos una tasa rápida linda más temprano que tarde”, concluye el informe de MONEX EUROPE.
Siguiendo la tendencia de reconocidos museos internacionales como el Louvre de París o el Museo del Prado de Madrid, SURA digitalizó la totalidad de su colección de arte y la pone a disposición del público de manera gratuitaa través del sitio web arte y cultura. De esta forma, la compañía reafirma su compromiso por fomentar espacios de disfrute del arte para todos sus públicos, esta vez desde la virtualidad.
En esta colección digital, el visitante podrá encontrar diferentes pinturas, obras gráficas y esculturas que componen una muestra que se construye desde 1972 y que se ha consolidado como una muestra del interés de la compañía por preservar y divulgar diversos estilos artísticos de maestros latinoamericanos. Dicha colección se enriqueció considerablemente en 2011, cuando el Grupo SURA adquirió las operaciones de pensiones y gestión de activos de ING en América Latina, sumando con ello la colección mexicana a la pinacoteca.
La colección, que recoge más de 200 años de historia de Latinoamérica, suma 1,028 obras a 2020: 651 obras colombianas y 377 obras mexicanas. Entre las piezas se destacan pinturas de grandes nombres del arte en América Latina como Fernando Botero, Alejandro Obregón, Débora Arango, Luis Caballero y Francisco Antonio Cano; de los artistas mexicanos hay firmas como Diego Rivera, Frida Kahlo, Rufino Tamayo y David Alfaro Siqueiros.
“Desde 1972, SURA ha contribuido con la evolución artística de muchos talentos, a dar visibilidad a las expresiones del arte popular y conservar obras que son patrimonio cultural de la región. Asimismo, la Compañía se ha caracterizado por disponer sus espacios para divulgar las distintas expresiones del arte, lo que dinamiza los procesos culturales que promueven el encuentro de diversas visiones”, expresó Ricardo Jaramillo, miembro del comité cultural de SURA y vicepresidente de Desarrollo de Negocios y Finanzas de Grupo SURA.
En este sitio web, el usuario también apreciará las diferentes publicaciones editoriales promovidas por SURA, las cuales incluyen literatura latinoamericana, investigaciones sobre el patrimonio cultural indígena y ancestral, entre otros, que narran la historia de la región. Estas podrán leerse y descargarse sin costo.
También allí se podrá acceder a la programación de los contenidos que la Compañía dispone como parte de sus alianzas con diferentes entidades como el Hay Festival en Colombia, Perú y México, el apoyo a entidades e iniciativas culturales en diversas ciudades de Latinoamérica y el patrocinio al teatro Metropolitan en Buenos Aires, Argentina.
Esta oportunidad de democratizar el acceso al arte, es coherente con las acciones que adelanta la Fundación SURA en su línea de promoción cultural, la cual invirtió a cierre de 2020 más de 4, 000 millones de pesos colombianos (1,1 millones de dólares), destinados a fortalecer organizaciones del sector, desarrollar capacidades de emprendedores culturales y artistas, incentivar la apropiación social del patrimonio, entre otras iniciativas.
Digitalizar la colección y facilitar el acceso al público es una manera de preservar la historia cultural, lo cual se materializa en un contexto en el que la virtualidad cobra mayor relevancia como una opción de esparcimiento, pues la asistencia a los escenarios físicos sigue suspendida en la mayor parte del mundo por la pandemia.
Cuando el año pasado escribía que estábamos posicionando la estrategia Flexible Bond para soportar choques imprevistos y proteger el capital de los inversores en un momento en el que los mercados estaban festejando como en 1999, mis mayores preocupaciones eran los malos datos macroeconómicos y el riesgo político, no la aparición de una pandemia. El mundo y nuestra vida cotidiana han cambiado de forma inimaginable desde entonces y quiero agradecerles la confianza y paciencia de la que han hecho gala.
Por fortuna, el pasado mes de marzo la estrategia se adentró en la crisis con un posicionamiento defensivo, lo que nos permitió capear la volatilidad y aprovechar oportunidades interesantes de compra en deuda corporativa justo antes de que los bancos centrales salieran en tromba a sostener los mercados. La estructura barbell de la estrategia, que conjuga deuda pública estadounidense y australiana con vencimientos a medio y largo plazo (como cobertura frente al riesgo a corto plazo y la deflación a largo plazo) y posiciones selectivas en deuda emitida por empresas sólidas, fue el factor clave en su evolución. Tengo el placer de afirmar que gracias a eso, la estrategia Flexible Bond mostró un muy buen comportamiento en un año tremendamente impredecible.
Fijándonos en los mercados financieros un año después, parece que cuanto más muda todo, más inmutables se tornan algunas cosas. Los mercados vuelven a estar de celebración y las esperanzas de reflación abundan. Detrás de este optimismo se esconden expectativas de «espíritus animales» keynesianos y de liberación de la demanda acumulada cuando las vacunas posibiliten la reapertura de las economías, paquetes de ayudas públicas como las anunciadas por el presidente electo Biden y la política persistentemente expansiva de los bancos centrales.
Las perspectivas para la renta fija privada parecen, en efecto, halagüeñas: los bancos centrales pusieron las cartas sobre la mesa el pasado mes de marzo con su apoyo a los mercados de bonos corporativos. Sin embargo, la pandemia también dejará tras de sí un mundo muy diferente. Si el año pasado nos enseñó algo, fue que hay que tener presentes los riesgos de acontecimientos extremos inesperados. Estos riesgos de acontecimientos extremos no pueden preverse y, como ocurrió el año pasado por estas fechas, los mercados de activos de riesgo son potencialmente vulnerables ante las sorpresas. Considero que un enfoque flexible que distribuya las inversiones entre una cuidada selección de bonos corporativos y una exposición sustancial a la deuda pública de los mercados desarrollados será una forma prudente de conjugar el riesgo y la recompensa en 2021.
La deflación es «el precio del mañana«
El corolario de la «apuesta por la deflación» es estar corto en el dólar estadounidense y los bonos del Tesoro estadounidense y ponerse largo en materias primas en previsión de un boom económico posterior a la pandemia y una reactivación de las fuerzas inflacionistas. Nuestro posicionamiento es el contrario. Seguimos convencidos de que las presiones deflacionistas, no las inflacionistas, son todavía las fuerzas dominantes. Esperamos que las rentabilidades de los títulos de deuda pública se mantengan en los bajos niveles actuales, o incluso más bajos, que la fortaleza del dólar se estabilice y que las materias primas sigan dando muestras de volatilidad.
Aunque indudablemente el crecimiento y la inflación repuntarán cuando las economías reabran debido a las reducidas bases de comparación, esperamos que este efecto se diluya después de uno o dos trimestres a lo sumo y ciertamente no estaríamos ante el arranque de una nueva tendencia inflacionista. La aceleración de la inflación no se ha dado ni siquiera en China, que ha registrado un fuerte rebote en su crecimiento económico desde que entró en la fase de recuperación de la crisis de la COVID-19.
Ello es debido a que existe una combinación de factores estructurales —el exceso de deuda, el envejecimiento de la población y las alteraciones provocadas por la globalización, la tecnología y la mano de obra barata— que está conteniendo la inflación. Salvo la evolución demográfica, la pandemia ha acelerado todas estas tendencias.
El excedente de capacidad en el mercado laboral y las expectativas de aumento de los precios entre la población apuntan a un prolongado entorno de inflación baja. Los salarios llevan 40 años registrando un crecimiento escaso en las economías desarrolladas, lo que significa que actualmente los trabajadores apenas tienen poder de fijación de precios frente al capital. El creciente poder de los monopolios internacionales, junto con los elevados niveles actuales de desempleo a raíz de los recortes de costes derivados de la pandemia, crean una dinámica que seguirá tirando a la baja de los salarios durante algún tiempo.
Estamos en los albores de una revolución tecnológica que tiene un efecto inherentemente deflacionista para los precios. La pandemia nos ha servido un adelanto, ya que las empresas desarrollaron formas aún más eficientes de trabajar, lo que presiona a la baja los salarios y el empleo, y todos echamos mano de servicios y aplicaciones digitales de coste reducido por infinidad de motivos, desde el entretenimiento y la salud hasta la alimentación y los productos básicos. Las perturbaciones provocadas por la Inteligencia Artificial, la robótica y la automatización lastrarán aún más el reducido crecimiento de los salarios. Esta fuerza es tan poderosa que en su libro, titulado The Price of Tomorrow, el tecnológo Jeff Booth se pregunta si todo eso terminará poniendo fin a la «era de la inflación».
La deflación a largo plazo se ve agravada por el envejecimiento poblacional que sufren las economías desarrolladas. El gráfico que figura debajo muestra la clara correlación entre la mediana de edad de una población y los tipos de la deuda pública a largo plazo de ese país.
La deuda, los demócratas y la ley de los rendimientos decrecientes
En el último recuento, la deuda mundial ascendía a 280 billones de dólares y subiendo. Ante semejante acumulación de deuda en la economía mundial (gran parte de la cual es improductiva), cualquier repunte de los tipos de la renta fija pública creará volatilidad en los activos de riesgo y provocará que los tipos de los bonos vuelvan a caer. El ascenso de los tipos de los bonos no ayuda a la Reserva Federal a alcanzar sus objetivos de inflación a largo plazo. Como señaló recientemente el banco de inversión HSBC, una subida de los tipos del 1 % hoy equivale a una subida del 3 % o el 4 % hace 20 años.
Sin embargo, el crecimiento es extremadamente difícil de generar en un mundo muy endeudado. La teoría económica afirma que cuando se usa en demasía uno de los factores de producción (tierras, mano de obra o capital), termina entrando en escena la ley de los rendimientos decrecientes y, en este caso, hemos usado en demasía la deuda. A consecuencia de ello, la eficacia de la política presupuestaria está disminuyendo: en la década de 1950, 1 $ de deuda generaba alrededor de 0,80 $ de PIB, mientras que esta cantidad es inferior a 0,40 $ en la actualidad. Esa es una de las múltiples razones por las que soy escéptico sobre la capacidad para generar inflación de los grandes programas de ayudas de los demócratas en EE. UU.
En el plano político, el Congreso sigue estando muy dividido a pesar de la ilusión despertada por la victoria completa del presidente Biden y los demócratas. La mayoría demócrata es tan exigua que la vicepresidenta Harris tiene el voto de desempate y muchos de los nuevos demócratas son moderados. Eso podría hacer que la aprobación de grandes paquetes de gasto fuera más ardua de lo que creen muchos partidarios de la teoría de la reflación. Además, en un país tan burocrático e influenciado por los lobbies como EE. UU., podrían pasar años antes de que la aprobación de un plan de infraestructuras empiece a dejar huella en la economía en forma de crecimiento e inflación.
Multitud de oportunidades, pero el análisis crediticio es crucial
A tenor del apoyo que brinda la política de los bancos centrales, los bonos Investment Grade y High Yield son una buena inversión, aunque es crucial realizar un análisis crediticio exhaustivo. Muchos modelos de negocio parecen vulnerables ante unas perspectivas de crecimiento más complejas, especialmente en los sectores cíclicos y los que presentan mayores niveles de endeudamiento. Las tasas de impago han aumentado en EE. UU. y seguirán haciéndolo.
La estrategia invierte más del 40 % en bonos High Yield de negocios eminentemente defensivos que pensamos que pueden sobrellevar un periodo prolongado de volatilidad económica. Dentro de estos negocios capaces de resistir a lo largo del ciclo, se encuentran algunas empresas de comida rápida y comida a domicilio, supermercados, farmacéuticas y servicios de televisión en streaming, que han experimentado un gran auge durante la pandemia. Muchas de estas empresas tienen calificaciones BB, lo que nos permite encontrar rendimientos que oscilan entre el 3 % y los dobles dígitos en títulos que brindan oportunidades para conseguir el cupón más la devolución del principal.
También hemos tomado una posición del 5 % en bonos de empresas petroleras y gasistas, donde hemos encontrado oportunidades en productores estadounidenses y europeos tanto en títulos High Yield como Investment Grade. La producción de petróleo se apresta a descender este año, lo que debería impulsar los precios al alza.
En cuanto a la deuda pública, en un mundo donde los bonos con rendimientos negativos suman 17 billones de dólares viene a la memoria el dicho «en el país de los ciegos, el tuerto es el rey». Recientemente incorporamos a la estrategia deuda pública china a diez años que, con sus intereses del 3,5 % frente al 1,1 % de los bonos del Tesoro estadounidense, constituía una oportunidad atractiva. Como he mencionado antes, la economía china está creciendo con fuerza sin señales de inflación, aunque se caracteriza —como el mundo desarrollado— por una población activa en descenso, un crecimiento demográfico muy lento, un crecimiento de la productividad estancado y una burbuja crediticia, lo que significa que el crecimiento económico del país tenderá a la baja. Por todo ello, los rendimientos reales positivos de China ofrecen cierto atractivo.
Las recesiones suelen ser cortas y violentas, mientras que las recuperaciones son largas y graduales. Este año nos deparará indudablemente más sorpresas y nuestra estrategia mantiene un grado suficiente de flexibilidad para adaptarse a los cambios. Estoy convencido de que nuestra capacidad para invertir en los mercados de renta fija de todo el mundo nos otorga la libertad y flexibilidad necesarias para gestionar el riesgo y, al mismo tiempo, tratar de conseguir rentabilidades positivas, y para mí sigue siendo un privilegio poder invertir en su nombre.
Columna de Ariel Bezalel, responsable de estrategia del área de renta fija en Jupiter Asset Management.
Por favor, tenga en cuenta:
Los movimientos de los mercados y de los tipos de cambio pueden provocar alteraciones al alza o a la baja del valor de una inversión, y es posible que usted no recupere todo el capital inicialmente invertido. Las opiniones expresadas en este documento pertenecen a las personas mencionadas en el momento de su redacción, no coinciden necesariamente con las de Jupiter como empresa y podrían estar sujetas a cambio. Eso es algo que sucede sobre todo durante periodos en los que las circunstancias del mercado cambian rápidamente.
Información importante:
El presente documento está destinado a profesionales de inversión, y no al uso o beneficio de otras personas, incluidos inversores minoristas. Su contenido se ofrece únicamente a efectos informativo y no constituye un asesoramiento de inversión. Ponemos todo el empeño en asegurar que la información sea correcta, pero no se ofrecen garantías ni seguridad a este respecto. Los ejemplos de empresas solo se ofrecen a título ilustrativo y no constituyen una recomendación de compra o venta. Publicado por Jupiter Asset Management Limited, domicilio social: The Zig Zag Building, 70 Victoria Street, London, SW1E 6SQ, United Kingdom, que es una sociedad autorizada y regulada por la Financial Conduct Authority. Queda terminantemente prohibido reproducir parte alguna de esto documento sin el permiso previo de JAM. 26714
Las acciones estadounidenses rebotaron en enero, un indulto para los inversores que aguantaron un desafiante 2022. El rally de las bolsas estaba impulsado por la creciente confianza de los inversores en que los tipos de interés puedan estar cerca de máximos. El mercado está empezando a poner en precio la posibilidad de que la Reserva Federal pueda pausar pronto el ciclo de subidas de tipos, seguido de recortes en los tipos en la segunda parte de 2023. Como resultado, se han beneficiado del rally los activos más arriesgados, como las compañías growth o las acciones con sensibilidad a tipos altos. Aunque mejoró el sentimiento general en el mercado, hay algo de precaución sobre si el movimiento haya representado un punto de inflexión real u otra trampa del mercado bajista.
Al terminar enero, el mercado entró en la parte más ajetreada de la temporada de resultados del cuarto trimestre. Aunque por el momento solo han publicado resutlados una parte de las compañías, los comentarios de los equipos directivos siguen siendo conservadores en un contexto de incertidumbre en el lado de la demanda. A pesar de unas expectativas de beneficios más bajas, el tono del mercado pareció alinearse más con las expectativas de un soft landing que con un escenario de hard landing.
El 1 de febrero, la Reserva Federal anunció una subida de tipos de 25 puntos básicos al final de su reunión de dos días, alegando inflación persistente. Esta subida lleva ahora la tasa de tipos de interés hasta el 4,5%- 4,75%, desde el 0%- 0,25% anterior a la primera subida, en marzo de 2022. La Fed anticipa que serán apropiadas más subidas de tipos para que la inflación regrese al 2%. El presidente de la Fed, Jerome Powell, afirmó que aún no se han reflejado todos los efectos de las subidas de tipos, y que todavía hay más trabajo por hacer. La siguiente reunión del FOMC es el 21-22 de marzo.
Después de casi tres años, China reabrió sus fronteras el 8 de enero y puso fin al requisito de guardar cuarentena a los viajeros que llegaran al país, desmantelando el ultimo componente de su estricta política de cero covid. Los inversores están optimistas con la perspectiva de que la reapertura y la recuperación de la segunda economía mundial podría ayudar a impulsar una recuperación económica más generalizada.
El rendimiento del arbitraje de fusiones en enero estuvo impulsado por acuerdos que realizaron avances significativos hacia su conclusión. Shaw Communications (SJR/B CN-C$39.60-Toronto) y Rogers Communications tuvieron éxito en la defensa de su fusion de 25.000 millones de dólares canadienses frente al Comité de Competencia canadiense en el tribunal federal de apelación de Canadá. Las partes esperan ahora la aprobación del Departamento canadiense de Innovación, Ciencias y Desarrollo Económico, la última aprobación que queda para que se pueda cerrar el trato. South Jersey Industries, Sierra Wireless, y Meridian Biosciences recibieron respectivamente la aprobación del regulador y las tres operaciones se cerraron en enero. Las ofertas anunciadas en enero incluyeron la adquisición por 8.000 millones de dólares de Evoqua Water Technologies por Xylem, la adquisición por 1.000 millones de dólares canadienses de Magnet Forensics porThoma Bravo, y la compra por 2.000 millones de dólares de CinCor Pharma por AstraZeneca están creando nuevas oportunidades de inversión.
Los bonos convertibles arrancaron 2023 con fuerza, con el mejor mes de rentabilidad desde 2020, impulsado por una serie de factores pero, en general, porque el apetito por el riesgo se ha incrementado con el inicio del año. Además, hemos visto que algunos de los bonos con peor comportamiento en 2022 han pasado a ser los mejores en lo que va de año. Algunas de nuestras posiciones equivalentes a renta fija se han beneficiado de una “delta de crédito”, en la que una mejora en la percepción del balance de una compañía y de su acceso al capital causa que los inversores demanden los bonos. El resultado ha sido que en un mes se han acumulado los retornos que muchos inversores esperaban para todo 2023.
Seguimos viendo oportunidades este año en el mercado de convertibles. Las emisiones equivalentes a renta fija todavía ofrecen rendimientos a vencimiento convincentes, incluso después de los últimos movimientos. Muchos de estos bonos son la única deuda en el balance y les quedan tres o cuatro años para llegar a vencimiento. Esperamos que estos bonos se incrementen a la par con el tiempo, construyendo una sólida base para obtener rendimientos. Hemos visto que algunas compañías han recomprado este tipo de bonos en el mercado secundario o que han ofrecido un intercambio por nuevos convertibles. Anticipamos más ofertas de intercambio a lo largo del año. También es probable que algunos emisores de convertibles sean objetivos de compra, lo que convertiría sus bonos en convertibles a la par si la adquisición se realiza en efectivo, o en convertibles en la empresa adquirente si se utilizan acciones. Cualquiera de los dos resultados sería deseable para los propietarios de convertibles.
Las nuevas emisiones continuaron siendo anémicas este mes, pero lo que sí hubo fue una demanda significativa, con ofertas de gran tamaño a precios muy elevados. Esperamos que las compañías usen convertibles para captar financiación este año para reducir el coste derivado de los intereses y extender los vencimientos con una estructura de ‘covenants’ ligeros. Creemos que muchas compañías han retrasado el momento de ir al mercado y que los convertibles ofrecen a las empresas una forma atractiva de añadir capital a sus balances a un bajo coste. La emisión continuada nos permite mantenernos actuales y esperamos añadir de manera selectiva nuevas emisiones a nuestra cartera para mantener el perfil de riesgo asimétrico que queremos conseguir.
Junto a la palabra coronavirus y vacuna, estímulos es el tercer término que más hemos escuchado y leído durante los últimos meses, e incluso años. Por decirlo de algún modo, los estímulos de los bancos centrales y de los gobiernos se han convertido en parte central del tratamiento para frenar la crisis del COVID-19. Sin embargo, los analistas de las gestoras se plantean diferentes interrogantes sobre los riesgos de estos programas y sus consecuencias.
Según Brad Neuman, CFA y director de estrategia de mercado de Alger (empresa del Grupo La Française), los balances de los principales bancos centrales -la FED, el BCE, el BoJ y el BoE- han aumentado en una cantidad sin precedentes de 8 billones de dólares en el último año. Esta espectacular avalancha de dinero hace que la expansión de 2 billones de dólares experimentada durante la crisis financiera mundial de 2008 parezca insignificante. «Aunque creemos que son múltiples los factores que han impulsado la expansión de la relación precio/beneficio de las acciones, el crecimiento de los balances de los bancos centrales y su impacto en la liquidez y los tipos de interés han desempeñado un papel importante», matiza Neuman.
En opinión de los analistas de Lazard Frères Gestion, las medidas de QE establecidas por los bancos centrales están proporcionando una panacea a corto plazo. “Si bien el cóctel de déficit público y relajación cuantitativa es poderoso a corto plazo, y sus limitaciones son bastante lejanas, no deja de plantear interrogantes, y especialmente el del posible impacto en la inflación. Una aceleración crearía un problema de credibilidad del banco central, pero resolvería en parte el problema del aumento de la deuda pública. Sin embargo, esto no sería una buena noticia para los inversores en bonos del Estado, que verían el poder adquisitivo de sus inversiones erosionado por el aumento de los precios. Creemos que este riesgo es mayor que el de que los impuestos suban bruscamente, pero tiene la ventaja de ser más fácil de manejar: nada obliga a los inversores a invertir en bonos del Estado a una tasa cercana al 0%”, señala.
Para Esty Dwek, responsable de estrategia Global Macro en Natixis IM, desde hace tiempo los mercados de activos de riesgo y renta variable en particular eran “adictos” a los estímulos monetarios. Según explica, desde la reacción de pánico colectivo en el 2013 que detonó una escalada en el rendimiento de los bonos del Tesoro de EE.UU., los mercados han demostrado que casi siempre requieren abundante liquidez y tasas bajas de la Reserva Federal.
“Enfrentados con la pandemia global, los gobiernos imitaron los movimientos de los bancos centrales y también prepararon medidas extraordinarias de estímulos en el área fiscal. Estos iban a ser temporales, pero muchos ya se han extendido, y todos los ojos están puestos hoy en cómo el Congreso de EEUU va a presentar su programa CARES Act 2. Actualmente, este apoyo es necesario –y no solo para los mercados – sino que hay también muchas consecuencias a largo plazo que los inversionistas optan por ignorar. En este contexto, ¿nos hemos vuelto todos (economías y mercados) adictos a los estímulos?”, reflexiona Dwek.
En su opinión, si bien el apoyo ha sido masivo y en una escala más allá de 2008-2009, quedan muchos desafíos para el crecimiento global y para salir de esta crisis. Pese a las proliferación de las campañas de vacunas, aún no hemos vencido al virus, lo que sugiere que aún no hemos salido de esta crisis.
El último análisis sobre las perspectivas de cara a 2021 de Edmond de Rothschild AM señala que una consecuencia de estos estímulos es que los bancos centrales han tomado el control de los mercados, pero desde hace unos años. “El desplome del mercado en el cuarto trimestre de 2018 fue provocado por la normalización de la política monetaria y por la retirada de liquidez por parte de los bancos centrales. El rebote de 2019 comenzó tan pronto como Jerome Powell decidió detener el endurecimiento monetario y se aceleró cuando la Reserva Federal inyectó nueva liquidez. El colapso del mercado llegó a su fin abruptamente el 24 de marzo cuando la Fed anunció que iba a aplicar una política monetaria ultra-expansiva. En sólo unos meses, los balances de los principales bancos centrales se inflaron tanto como en los años de flexibilización cuantitativa que siguieron a la quiebra de Lehman Brothers”, resume el documento para ponernos en contexto.
Y reconoce que el desafortunado precedente de 2018 provoca que los bancos centrales se muestren dispuestos a volver a la política normal de forma mucho más gradual que antes. En consecuencia, la política monetaria seguirá prestando apoyo a los mercados, aunque en menor medida. “La expansión de los balances seguirá siendo fuerte, pero se reducirá drásticamente en comparación con el excepcional año 2020. Aunque es muy improbable que se produzca un cambio de política, tendremos que seguir de cerca la evolución de la situación”, destaca.
Esta reflexión también es válida para los gobiernos que, según destaca el documento de Edmond de Rothschild AM, han cambiado de filosofía. “Tanto Estados Unidos como Alemania han puesto en marcha programas de estímulo sin precedentes, a riesgo de dejar en suspenso, durante el tiempo que sea necesario, el objetivo de equilibrar el presupuesto. La Unión Europea ha ideado su propio plan de estímulo utilizando una entidad supraeuropea para emitir deuda. El pragmatismo es más que nunca la consigna. Por el momento, la política fiscal en 2021 parece menos expansiva, pero no se pueden descartar nuevas medidas para estabilizar la recuperación”, explica.
¿Hasta cuando?
La pregunta que se plantea ahora Dwek es hasta cuándo serán suficientes estos estímulos. “ En nuestra opinión, no se trata solo de escala y alcance, aunque sí importan. La pregunta es qué medidas ayudarán a evaluar el éxito. Las medidas de desempleo se utilizan tradicionalmente, pero las estructuras divergentes de los mercados laborales en Europa y Estados Unidos sugieren caminos muy diferentes. En Europa, los esquemas de licencia han logrado mantener empleada a una gran parte de la población, mientras que en los EE.UU. La idea era alentar a las empresas a volver a contratar empleados cuando reabrieran. La preocupación, especialmente en Europa, es que varios sectores tardarán tanto en recuperarse, especialmente en la industria de servicios, que el desempleo aumentará o los planes de empleo a corto plazo deberán ampliarse continuamente. En EE.UU., es posible que el desempleo no retroceda hasta la estimación de pleno empleo de la Fed (~ 4%) durante mucho tiempo. Si tomamos la economía estadounidense como ejemplo, el gasto de los consumidores es probablemente uno de los indicadores clave del éxito”, señala.
A corto plazo, desde Edmond de Rothschild AM consideran que los bancos centrales han sido muy claros y ya han manifestado su intención de proporcionar más apoyo en 2021. “La Reserva Federal seguirá ampliando su balance y manteniendo compras mensuales de 120.000 millones de dólares en bonos del Tesoro y valores respaldados por hipotecas hasta que se hayan hecho progresos sustanciales en el retorno al pleno empleo y la inflación alcance los niveles objetivo. La situación es la misma en Europa. No se espera que el BCE deje de expandir su balance antes de marzo de 2022”, afirma.
Su principal conclusión es que esta nueva postura refleja un cambio filosófico: los bancos centrales ya no quieren arriesgarse a permitir que las expectativas de inflación se desmoronen. “Se basan en modelos que utilizan la curva de Phillips, un concepto que se ha visto seriamente menoscabado en los últimos años. Al mismo tiempo, la emisión sin precedentes en los principales países, particularmente en Estados Unidos, les ha obligado a intervenir en la financiación del mercado de bonos para detener una sequía de liquidez que está minando la recuperación”, explica al respecto el análisis de Edmond de Rothschild AM.
Allianz Global Investors (Allianz GI) ha anunciado el lanzamiento de su nueva estrategia Allianz Resilient Opportunistic Credit (AROC). Según explica la gestora, esta estrategia se concibe como una ampliación natural de la oferta de deuda de infraestructuras actual de Allianz GI.
Además, destaca que este fondo proporciona a los inversores institucionales en deuda de infraestructuras acceso a la gama completa de sectores, que van desde las infraestructuras core (básicas), como, por ejemplo, los servicios públicos regulados, hasta las infraestructuras “core ++/value-add», como, por ejemplo, la tecnología o la energía de próxima generación.
La cartera de AROC tiene como objetivo un perfil crediticio promedio de B + e invertirá en activos reales, centrándose en empresas relacionadas con infraestructuras intensivas en capital, con altas barreras de entrada y de salida. La estrategia invertirá en países de la OCDE, con un fuerte enfoque en el Espacio Económico Europeo (EEE) y el Reino Unido, y tendrá una estrategia ASG integrada además de una sólida mitigación del riesgo ASG.
Esta última oferta de la plataforma de deuda de infraestructuras de Allianz GI, que ha realizado más de 18.000 millones de euros en inversiones desde 2013, estará dirigida por Tom Lees, que se incorporó al equipo de Allianz GI en enero de 2021 como gestor senior y tiene más de 17 años de experiencia en renta variable de infraestructuras, asesoramiento en deuda y calificaciones, fusiones y adquisiciones, financiación apalancada y mercados de capital de deuda. En su nuevo cargo, Tom también formará parte de la plataforma general de deuda de infraestructuras y será responsable de la originación y ejecución más amplia de las operaciones, así como miembro de todos los Comités de Inversión en las estrategias de deuda de infraestructuras. Se une a Allianz GI procedente de BNP Paribas y anteriormente ocupó puestos en Borealis Infrastructure (ahora OMERS Infrastructure), J.P. Morgan y Dresdner Kleinwort.
Además, esta nueva estrategia complementa la oferta de deuda de infraestructuras existente de Allianz GI, que incluye los fondos Allianz Infrastructure Debt Euro Core Fund y el Allianz Resilient Credit (ARC) Euro. Ambos alcanzaron el cierre final en el cuarto trimestre de 2020, el Euro Core recaudó 745 millones de euros y el ARC Euro 397 millones de euros. El fondo Allianz Euro Core es de larga duración y proporciona un flujo de caja estable con grado de inversión principalmente para la gestión de balances. El fondo ARC Euro tiene una duración mucho más corta, con objetivo de 8 años, y brinda a los inversores la oportunidad de diversificar sus activos con deuda de mayor rendimiento, pero estable, dentro del ámbito de la deuda de infraestructuras. La nueva estrategia tiene como objetivo una duración de aproximadamente 6 años y un mayor rendimiento.
“Creo que es una gran oportunidad poder aprovechar el éxito de la plataforma de deuda de infraestructuras de Allianz GI mediante el lanzamiento de esta nueva estrategia que completa nuestra oferta en el ámbito del crédito. La estrategia AROC proporcionará a los inversores acceso a toda la gama de sectores de deuda de infraestructuras, así como acceso a la de mayor rendimiento. Con esta esperada ampliación de nuestra actual oferta, los inversores se beneficiarán de la posición de liderazgo de Allianz GI en deuda de infraestructuras en el mundo y de su reputación, experiencia y capacidad de generar operaciones”, ha destacado Claus Fintzen, CIO de deuda de infraestructuras en Allianz GI.