La economía estadounidense parece estar en la senda de la recuperación tras el enorme trastorno causado por la aparición de la pandemia del COVID-19 a principios de 2020. Las vacunaciones a gran escala, un nuevo paquete de estímulo de 1,9 billones de dólares (trillion en inglés) y el descenso de los niveles generales de infección han provocado un renovado optimismo entre los inversores sobre el futuro del crecimiento y los mercados financieros.
Pero el camino hacia la normalización no está libre de riesgos, y los inversionistas deben ser conscientes de la posible volatilidad de los precios de los activos en el futuro a corto plazo. El temor a un aumento de la inflación como consecuencia de la reactivación de la economía, por ejemplo, provocó una fuerte venta de bonos del Tesoro en marzo, lo que elevó el rendimiento del bono a 10 años por encima del 1,7%, frente al 1% de principios de febrero. Al mismo tiempo, la creencia en el llamado «comercio de reapertura» llevó a muchos inversores a rotar de los valores de alto crecimiento -que mostraron un fuerte rendimiento durante la pandemia- a otros más cíclicos.
Ahora la pregunta es: ¿qué debe hacer el inversor?
Creemos que un enfoque multiactivo que combina renta variable y activos de renta fija no tradicional ha ofrecido, históricamente, retornos sutiles en periodos de volatilidad, como el que observamos hoy día. Basándonos en más de 14 años de experiencia en la gestión de este tipo de estrategias, hemos comprobado que una combinación de bonos convertibles estadounidenses, deuda de alto rendimiento (high yield) estadounidense y renta variable estadounidenses puede ofrecer una solución poderosa para aquellos que buscan rendimientos similares a los de la renta variable con menor volatilidad que las acciones, manteniendo al mismo tiempo un flujo de ingresos significativo.
Contextualicemos esta combinación en nuestro entorno actual. Aunque es comprensible que algunos inversores estén nerviosos por la rápida subida de los tipos del Tesoro de EE.UU. a 10 años, merece la pena situarlo en un contexto histórico: durante la última década, los tipos a 10 años se han movido entre el 1,5% y el 3%. Por lo tanto, aunque la magnitud del movimiento a 10 años (y su velocidad) es digna de mención, consideramos que los niveles actuales de tasas de interés están volviendo a posiciones históricamente normales. De hecho, las tasas actuales son quizás lo que los inversionistas deberían esperar de un mercado que empieza a reflejar una economía que vuelve a una actividad más normalizada.
Los inversionistas que combinan bonos convertibles estadounidenses, deuda de alto rendimiento (high yield) estadounidense y renta variable estadounidense buscan generar una participación en el alza de mercado y una disminución de la volatilidad en relación a una asignación de solamente renta variable. Entonces, ¿cómo son las condiciones del mercado para estas tres clases de activos?
Dos temas clave dominan a los bonos convertibles. En primer lugar, tuvieron un fuerte año 2020: la rentabilidad superó el 40%, el segundo mejor año de la historia medido por el índice ICE BofA US Convertible, sólo por detrás de 2009, cuando EE.UU. se estaba recuperando de la crisis financiera mundial. Además, las nuevas emisiones también aumentaron. El universo de los convertibles estaba valorado en menos de 215.000 millones de dólares a principios de 2020, pero con nuevas emisiones de más de 100.000 millones de dólares y fuertes rendimientos, terminó el año por encima de los 350.000 millones de dólares. El mercado también se diversificó más allá de su concentración en tecnología y salud, con nuevas emisiones procedentes de empresas del sector financiero y de consumo discrecional.
A medida que continúen las nuevas emisiones, esta clase de activos debería seguir mostrando un perfil de riesgo-rentabilidad asimétrico, que suele capturar entre el 60% y el 80% de la alta de la renta variable subyacente y cerca del 50% o menos de la caída. En el primer trimestre de 2021 ya se han emitido unos 30.000 millones de dólares y, aunque esperamos que ese ritmo se modere, seguimos esperando que 2021 sea otro año fuerte para las nuevas emisiones, ya que las empresas aprovechan los bajos costes de financiación y la subida de los precios de las acciones y diversifican oportunamente sus balances.
Igualmente, las perspectivas sobre el alto rendimiento (high yield) parecen positivas para 2021 ante las expectativas de un aumento en los lucros empresariales y un mayor crecimiento económico. La mejora de las economías tiende a provocar un estrechamiento de los diferenciales de crédito, lo que beneficia al high yield. Históricamente, cuando las tazas de interés suben, el high yield tiende a superar al crédito de investment grade y a los bonos del Tesoro debido a su mayor amortiguación de cupones y diferenciales.
Respecto al mercado de renta variable, se ha visto dominado recientemente por algunos inversores que han pasado de as acciones growth a value y a sectores donde podrían obtener mejores resultados en una reapertura de las economías. Aunque vemos cierto mérito en esa rotación, creemos que el enfoque de los inversores a largo plazo debería ser la identificación de empresas con expectativas de mejora de los lucros porque, al final, los beneficios son fundamentales para generar un rendimiento superior. Las empresas que sigan cumpliendo o superando las expectativas deberían seguir obteniendo mejores resultados.
Los inversores también deben ser cautelosos a la hora de juzgar las valoraciones basándose únicamente en la relación precio-beneficio, ya que, en el caso de muchas empresas, como las compañías de cruceros y las empresas de alojamiento u hoteles, los beneficios podrían no volver hasta 2023. Al mismo tiempo, los inversores también deberían tener en cuenta el entorno de los tipos de interés a la hora de considerar las valoraciones, así como el hecho de que el último paquete de estímulo de 1,9 billones de dólares (trillions en inglés) aún no ha llegado a la economía real. Hasta que no superemos esta fase de recuperación, es poco probable que los inversores obtengan claridad sobre el verdadero poder de los beneficios de la economía estadounidense.
Dicho esto, las posiciones de tesorería de las empresas son, en promedio, muy saludables, especialmente las que aprovecharon los tipos extremadamente bajos para emitir nueva deuda para apuntalar sus balances. En este sentido, creemos que se dan las condiciones para que los mercados vean otra oleada de adquisiciones en 2021, ya que las empresas utilizarán tanto sus cotizaciones bursátiles como la deuda para financiar sus operaciones.
En general, las perspectivas son positivas con los vientos de cola sobre la mejora de los lucros y beneficios, los estímulos masivos y el aumento de la actividad de fusiones y adquisiciones. Los posibles vientos en contra derivados de la inflación y de la subida de los tipos de interés constituyen un riesgo, pero, en conjunto, esperamos que los inversores se vean recompensados por asumir riesgos, ya que los vientos de cola, al menos por ahora, compensan con creces los posibles vientos en contra.
Tribuna de Justin Kass, CFA, gestor de carteras y director general de Allianz Global Investors, con sede en San Diego, responsable del equipo de Income & Growth Strategies.
Si desea saber más sobre Justin, escúchelo en el podcast de Investment Intelligence, en el que habla de la inversión en todas las clases de activos en la era de los estímulos. Para saber más de Allianz Global Investors, únase a nosotros en nuestro evento virtual del Día de la Sostenibilidad el 12 de mayo.
HSBC Global Asset Management ha nombrado a Paul Griffiths para el cargo de director global de negocio institucional. Ubicado en las oficinas de Londres, Griffiths se incorporará a principios de mayo y reportará a Nicolas Moreau, CEO de la entidad.
Con más de 30 años de experiencia en el sector, Griffiths será responsable del desarrollo comercial del negocio institucional de la firma y de dirigir sus equipos de ventas institucionales y de gestión de clientes. Según explican desde la gestora, sustituye en el cargo a Brian Heyworth, que dejó el banco el año pasado.
Paul Griffiths se incorpora desde First Sentier Investments, donde era director de inversiones de renta fija y soluciones multiactivos. Anteriormente, ocupó puestos de responsabilidad en empresas como Aberdeen Asset Management, Credit Suisse, Axa y lnvestec. Paul es también el inversor fundador de la primera cartera de inversión dirigida por estudiantes del Reino Unido, con sede en la Universidad de York.
“La amplia experiencia de Paul en la gestión de inversiones y su profundo conocimiento de las necesidades de los clientes institucionales serán de gran valor para el banco a medida que sigamos desarrollando nuestra propuesta y diferenciando nuestra oferta en el mercado. Estoy deseando dar la bienvenida a Paul al equipo”, ha señalado Nicolas Moreau, CEO de la entidad.
Por su parte, Paul Griffiths para el cargo de director global de negocio institucional, ha añadido: “HSBC Global AM ha experimentado un importante crecimiento en su negocio institucional durante el pasado año. Esto ha sido impulsado por la introducción de un sólido conjunto de productos innovadores en el mercado y estoy encantado de formar parte de su desarrollo futuro”.
En 2020, HSBC Global AM estableció su estrategia de reposicionar el negocio como gestora de activos centrada en soluciones esenciales, en mercados emergentes, principalmente Asia, y productos alternativos, con enfoque en el cliente, la excelencia en la inversión y la inversión sostenible como elementos fundamentales. La empresa reestructuró su negocio para establecer un modelo operativo más competitivo en el mercado y centrado en el cliente. Como parte de esto, cambió su modelo de distribución para operar con un enfoque global con la creación de negocios de clientes institucionales y mayoristas.
En un nuevo Virtual Investment Summit, Funds Society contó con la presencia de Santiago Queirolo, socio y director ejecutivo de DAVINCI Trusted Partner, como moderador del evento online, con Pablo Sciarra, director y jefe de Inversiones de Advise Wealth Management, y Alejandro Lara, Product Manager- Advisory en Insigneo Financial Services, como panelistas del debate, y con Brinton Johns, cofundador y gestor de inversiones en NZS Capital (socio estratégico de Jupiter Asset Management), quién presentó la filosofía de inversión de la estrategia NZS Global Growth, que próximamente estará disponible para los inversores en formato UCITS.
NZS Capital nace a finales de 2019. Antes de lanzar la firma, Brad Slingerlend y Brinton Johns ya habían trabajado juntos durante casi dos décadas como cogestores de la estrategia Global Technology and Innovation de Janus Henderson Investors. A lo largo de 2020, se incorporan al equipo Jon Bathgate y Joe Furmanski, como gestores de inversiones, Jim Goff, como asesor sénior y Adam Schor, como presidente y director de riesgos. Todos ellos formaban parte de su anterior equipo, por lo que la integración al nuevo equipo fue rápida.
Desde los comienzos establecieron una asociación estratégica con Jupiter Asset Management. La gestora de origen británico se hará cargo de la distribución de sus estrategias a nivel global, facilitando que los gestores se enfoquen en lo que mejor saben hacer: construir carteras basadas en la idea de la inversión en complejidad y desarrollar una cultura de inversión que elimine los posibles sesgos de los gestores e incluya nuevas ideas en la cartera.
Lejos de centrarse en las métricas económicas tradicionales, sus carteras se centran en sistemas complejos de adaptación. En la naturaleza es frecuente observar estos sistemas que no se preocupan por predecir el futuro, sino que se centran en adaptarse al cambio. Esa lección aprendida se traslada al proceso de construcción de las carteras de NZS Capital con un enfoque en la resiliencia y la opcionalidad.
En sus carteras, aproximadamente la mitad de sus activos están asignados a una cesta de acciones resilientes, con unos 15 nombres. En la que cada acción suele tener una ponderación del 3% o superior en la estrategia. En las acciones resilientes el foco reside en limitar el riesgo a la baja a partir de la adaptabilidad de estas empresas al cambio o a eventos imprevisibles, como la irrupción del COVID-19 el año pasado. Ejemplos de acciones resiliente serían Amphenol o Texas Instruments. Se espera que conforme la electrónica tome un mayor peso en la sociedad estas acciones se vean beneficiadas.
La otra mitad de la cartera está dedicada a las acciones con opcionalidad. Unos 40 nombres en los que la máxima ponderación asignada a cada una de las acciones de esta parte de la cartera será un 1,5%. Un ejemplo de la cartera dedicada a la opcionalidad es Tesla, con un perfil de riesgo muy asimétrico, en el que la posibilidad de que se convierta en el líder dentro del mercado de vehículos eléctricos es una predicción mucho más estrecha. Durante 2020, Tesla tuvo un desempeño espectacular, pero nunca dejaron que la posición aumentara más de un 1,5%.
La cartera reduce o incrementa aquellas posiciones que se encuentren entre el 1,5% y el 3%. Después de décadas gestionando carteras, en NZS Capital se dieron cuenta que estos nombres que se encontraban entre los dos polos de la cartera (resiliencia y opcionalidad) solían tener un rendimiento similar al del mercado. En consecuencia, al eliminar estas posiciones intermedias solían conseguir incrementar el rendimiento total de la cartera.
En el entorno actual estamos atravesando de la era industrial a la era de la información, y todavía estamos en las primeras etapas. Por eso, en NZS Capital consideran que es importante que los inversores tengan un marco para invertir en el cambio y ese marco es el proceso de “inversión en la complejidad”. Un proceso de inversión para el cambio implica analizar qué partes de la economía pueden verse afectadas por la disrupción, y qué movimientos pueden darse entre las acciones resilientes que pueden llegar a convertirse en trampas de valor, o nuevas ideas que pueden llegar a ser parte de la cartera de opcionalidad y finalmente ser acciones resilientes.
El panel de discusión
Alejandro Lara comenzó el panel de discusión preguntando sobre el proceso de selección de las acciones en la cesta de la opcionalidad de la cartera, que tiene un estilo de gestión similar al modelo de negocio de las firmas de Venture Capital, en el que una entre 16 acciones tiene éxito dentro de la cartera. A lo que Brinton contestó que su enfoque se centra más en acciones que ya han conseguido salir a bolsa, por lo que su tasa de supervivencia es más elevada. Brinton mencionó el error que muchos gestores suelen realizar es incrementar la posición de algunas de estas acciones que pertenecen a la cesta de opcionalidad hasta un 5%, a pesar de que la predicción sobre su éxito potencial sea muy difícil de determinar. Si al analizar una empresa perciben que su acción deja de pertenecer a la cesta de la opcionalidad para pasar a ser parte de la cesta resiliente, entonces añadirán capital a esa acción, moviendo su ponderación de la parte final de la cartera a los primeros puestos.
Pablo Sciarra indagó sobre los criterios de calidad que aplican a las empresas dentro de la cesta de opcionalidad, teniendo en cuenta que en NZS Capital dan prioridad a los criterios de adaptabilidad en el largo plazo. En NZS Capital se centran en conocer a los equipos directivos, incluso antes de que la empresa esté cotizando públicamente, pues los consideran uno de los factores más importantes a la hora de obtener una visión a largo plazo de la empresa. Por eso, prefieren los negocios que están dirigidos por sus socios fundadores. En los inicios de una empresa, los gestores tienen que ser extremadamente buenos a la hora de ser capaces de responder al cambio para poder sobrevivir. Aquellos equipos que tienen una visión a largo plazo tienen más posibilidades, y demuestran una mayor calidad en la gestión. Esta calidad es un concepto intangible y difícil de definir, pero que es más fácil de reconocer cuando se examina el ecosistema de la empresa y las personas que la gestionan.
De nuevo Alejandro Lara, preguntó sobre la orientación hacia el sector tecnológico de la cartera y el foco en las acciones estadounidenses de la cartera. Mientras que Brinton respondió que, si bien sus orígenes son tecnológicos y una gran parte de la cartera tiene sus raíces en Estados Unidos, la expansión que se ha producido del sector tecnológico hacia otros muchos ámbitos les ha hecho ampliar sus horizontes. Cada vez encuentran más empresas innovadoras que abrazan el cambio fuera del ámbito de la tecnología. Por ejemplo, recientemente han incluido en la cartera acciones de Ball Aluminum, un fabricante de aluminio de origen estadounidense. La inclusión de este acción en la cartera se debe al alto índice de reciclaje que ostenta el aluminio, con una tasa del 75% frente al 10% del plástico. En NZS Capital perciben que esta empresa crea más valor del que toma de la sociedad y además está introducción un elemento de disrupción en el mercado con la fabricación de vasos de aluminio que son altamente reciclables.
Cuando Santiago Queirolo preguntó al gestor sobre la incorporación de factores ESG en su proceso de inversión. Brinton respondió que en NZS Capital creen que la inclusión de métricas ESG no es suficiente. En su opinión, es mejor considerar el ecosistema alrededor de la empresa y examinar si está creando más valor del que toma de la sociedad: para sus accionistas, para sus empleados, para sus consumidores, para el medioambiente. Esto implica un mayor esfuerzo en research, pero es algo que es muy importante para la firma. Por eso suelen acudir a ferias comerciales y hablar con los competidores, para ser participantes activos de estos ecosistemas.
Puede acceder a la grabación del evento en el siguiente link(contraseña: NZSCapital_2004)
Según los resultados de la última encuesta de Natixis Investment Managers, la inversión ESG ha alcanzado su masa crítica. Es decir, cada vez hay más entidades que están implementando una gama más amplia de estrategias ESG y, a la par, el 75% de los inversores profesionales están aplicando criterios ESG en la actualidad, así como el 77% de los responsables de seleccionar los fondos para la plataforma de asesoramiento en inversiones de sus empresas. Claramente, la oferta y la demanda se encuentran, reforzando la inversión ESG.
“El ritmo de crecimiento se aceleró en 2020 entre el récord de entradas de capital en los fondos ESG y un número sin precedentes de lanzamientos de productos ESG”, apuntan desde Natixis IM. Según los datos que arroja su encuesta, este año, el 68 % de los selectores de fondos profesionales tiene previsto seguir ampliando la oferta ESG de sus empresas. La razón principal por la que lo hacen es la demanda de los inversores, que los selectores de fondos creen que se debe a la mayor conciencia social de los inversores (75%) y al hecho de que la inversión ESG ha alcanzado ahora su masa crítica entre los inversores convencionales (50%). Otros factores que dicen que está impulsando la demanda de inversiones ESG incluyen el deseo de los inversores de formar parte de la economía verde (42%) y la preocupación por el cambio climático (36%).
Según explica Harald Walkate, director de asuntos ESG de Natixis IM, “la rápida adopción global de los criterios ESG ha planteado dudas sobre si el impulso que se está creando en torno a ellos continuará o si se está formando una burbuja. La respuesta está en una mayor claridad en relación con lo que los inversores desean conseguir en última instancia, y no solo para implementar estrategias ESG que se alineen con sus valores, sino también para fijar expectativas realistas tanto para los resultados financieros como para el impacto en la sociedad”.
Natixis analizó previamente los resultados inéditos de una serie de encuestas globales a inversores institucionales, selectores de fondos profesionales y asesores financieros sobre cómo están implementando los criterios ESG. Visto a través del prisma de la última encuesta entre inversores individuales publicada por Natixis, la gestora apunta que surgen preguntas importantes sobre la inversión ESG y sobre si los inversores profesionales, los inversores individuales y sus asesores piensan lo mismo.
Resultados financieros
En este sentido, Natixis detectó que el 77% de los selectores de fondos profesionales y el 75% de los inversores institucionales ahora creen que los factores ESG son esenciales para invertir bien. Los asesores financieros están de acuerdo: el 59% de ellos espera que la inversión ESG sea una práctica habitual en todo el sector dentro de cinco años.
Aunque la falta de consenso en la medición ESG ha supuesto un reto para los inversores, el 83% de los selectores de fondos y el 79% de los inversores institucionales afirma que se ha vuelto más fácil evaluar el rendimiento comparativamente. Como ya se tiene acceso a datos mejores en materia ESG y la elaboración de informes está estandarizada, Natixis cree que está surgiendo una narrativa más sólida sobre las ventajas financieras de la inversión ESG, y así lo avalan los datos: más de la mitad de los inversores profesionales encuestados por Natixis (incluidos el 53 % de los inversores institucionales y el 55% de los selectores de fondos) reconoce ahora que las empresas con mejores trayectorias ESG generan mejores rendimientos de las inversiones.
Además, siete de cada diez selectores de fondos y el 62% de los inversores institucionales cree que se puede encontrar alfa incorporando factores ESG en el análisis de las inversiones, y el 63% de los asesores también está de acuerdo en que las estrategias ESG pueden tener posibilidades de ofrecer rentabilidades superiores a las de los mercados.
“Cuando se trata de evaluar una empresa o un sector, el 48% de los selectores de fondos profesionales consideran que los factores ESG no financieros son tan importantes como los factores financieros fundamentales. Aun así, el 67% de los selectores de fondos y el 74% de los inversores institucionales afirman que sigue siendo difícil saber qué medidas no financieras son esenciales para el análisis de las inversiones”, destaca la gestora en sus conclusiones.
Todos los caminos que llevan hacia la ESG
La encuesta señala también que la principal motivación de los inversores financieros para aplicar la ESG es garantizar que los activos representen mejor los valores de la organización. “Esta ha sido su principal motivación desde 2017, pero alinear los activos y los valores también es uno de los principales motivos para los selectores de fondos, superada solo por la demanda de los clientes”, apuntan desde Natixis IM.
En este sentido, el 77% de los encuestados previamente por Natixis afirman que es importante que sus inversiones vayan en consonancia con sus valores. Además, lo que los inversores dicen que es lo que más quieren de una relación con un asesor profesional es que identifique inversiones que se ajusten a sus valores personales. Es importante que las empresas financieras entiendan lo que quieren decir exactamente con eso a medida que van ampliando su oferta ESG y adaptando sus estrategias para cumplir los objetivos de sus clientes, tanto los financieros como los no financieros.
“Los asesores no siempre tienen claro qué entienden los clientes por valores personales o si a los inversores ESG les mueve principalmente el deseo de hacer un mundo mejor, el de obtener mejores resultados financieros, o ambos. En última instancia, se necesitan pruebas más concretas de los resultados financieros y no financieros, pero las preguntas y las conversaciones sobre los motivos de los clientes podrían contribuir en gran medida a ayudar a los asesores a adaptar las mejores estrategias ESG para cumplir los objetivos de sus clientes”, afirma Dave Goodsell, director ejecutivo del Center for Investor Insight de Natixis.
En este sentido, Sophie del Campo, directora general de Natixis IM Iberia, Latam y US Offshore, añade: “La encuesta detalla que, en el caso de España, el 82% de los particulares asegura que quiere que sus inversiones se alineen con sus valores personales. En todo caso, la pandemia ha acabado con los debates sobre la ESG. Ahora la convicción sobre que es necesaria es generalizada y desde Natixis IM vemos que el futuro de la ESG es el impacto: es decir, al mismo tiempo que se obtiene un retorno financiero, la inversión genera un resultado positivo social o medioambiental que es medible y demostrable”.
Por último, la investigación de Natixis no encontró ni un solo criterio consensuado para la inversión ESG, sino que las empresas están aplicando múltiples enfoques con características de riesgo y rentabilidad distintas que les permiten adaptar las estrategias y abordar distintos objetivos financieros y no financieros.
La encuesta presenta los enfoques que los inversores profesionales están adoptando, que incluyen:
Integración: Es el enfoque más extendido, ya que lo adoptan el 54% de los selectores de fondos y el 48% de los inversores institucionales, y consiste en integrar el análisis de factores ESG en el proceso global de inversión, teniendo en cuenta cuestiones que podrían afectar sustancialmente a los resultados de la empresa.
Criba negativa: Cuatro de cada diez selectores de fondos (el 42%) e inversores institucionales (el 40%) se basan en la criba negativa. La exclusión de empresas o sectores que se consideran poco éticos o dañinos es un criterio que aplicaban los primeros adeptos a la inversión socialmente responsable en los años setenta, y que muchos inversores dejaron de adoptar por falta de pruebas convincentes de que generara beneficios financieros o sociales. Según los datos, el número de selectores de fondos que utiliza la criba negativa se redujo un 14 % de 2019 a 2020.
Titularidad activa: Más de un tercio de los inversores profesionales (incluidos el 35% de los selectores de fondos y el 34% de los inversores institucionales) están abordando las cuestiones ESG ejerciendo sus derechos y su voz como titulares para promover el cambio, lo cual supone un aumento del 45% y el 51%, respectivamente, de 2019 a 2020. Entretanto, el 35% de los inversores institucionales afirma que una de las principales razones por las que implementan estrategias ESG es influir en la conducta empresarial.
Inversión de impacto: El 42% de los selectores de fondos y solo el 34 % de los inversores institucionales se dedican a la inversión de impacto con el propósito de generar y medir los beneficios sociales y medioambientales junto con la rentabilidad financiera.
Inversión temática: El 43% de los selectores de fondos y el 28% de los inversores institucionales se centran en la inversión temática, que busca oportunidades en tendencias emergentes como las impulsadas por los cambios demográficos, la innovación y las prioridades sociales o políticas.
Un total de 40 líderes mundiales se reúnen en el marco del Día de la Tierra en una cumbre virtual convocada por Joe Biden, presidente de los EE.UU., para discutir la acción climática global. No solo los grandes líderes políticos tienen mucho que pensar en este día internacional, también los inversores.
“Numerosos sectores dependen de la naturaleza, pero el farmacéutico en concreto, está muy expuesto a la pérdida de la biodiversidad”, advierten desde DWS. En este sentido, la gestora destaca que, según estima la iniciativa Business & Sustainable Development Commission, la pérdida de biodiversidad genera cada año cargas para la sociedad equivalentes al 3% del PIB mundial. Incluso, establece una relación entre los conflictos y la violencia armada ya que, según un estudio publicado por Nature en 2019, el clima ha influido entre un 3% y un 20% de los conflictos armados del último siglo.
Según recuerdan desde DWS, hay cálculos que sugieren que los costes indirectos podrían ser aún más altos: más de la mitad del PIB mundial depende de la naturaleza y todo lo que nos proporciona. “Los sectores de alimentación y bebidas, agricultura, pesca y construcción son los que más dependen de la naturaleza. Pero la industria farmacéutica también. Hasta el 50% de los medicamentos recetados emplean moléculas que se encuentran de forma natural en una planta. En el caso de los tratamientos oncológicos, el 70% de los fármacos son de origen natural o productos sintetizados inspirados en la naturaleza. Además, se estima que, hasta la fecha, solo se ha evaluado el 15% de las 300.000 especies vegetales del mundo para determinar su potencial farmacológico”, apuntan en su análisis con motivo del Día de la Tierra.
En opinión de Lucian Peppelenbos, especialista en clima de Robeco, el desafío que nos deja este marco es “convertir el compromiso a largo plazo en una acción inmediata”. Según denuncia Peppelenbos, durante el último año y hasta ahora, ha habido una verdadera ola de compromisos sobre las emisiones “net zero”, no solo de los gobiernos, sino también de las empresas, los inversores, las universidades, las ciudades y las regiones. Los expertos estiman que entre el 60% y 70% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero están ahora sujetas a un compromiso de “net zero” para 2050.
Un dato relevante en este contexto es que la inversión en petróleo y gas ha seguido cayendo, en relación con los activos de la industria a nivel mundial, mientras que la fijación de precios del carbono en el mercado clave del Sistema de Comercio de Emisiones de la Unión Europea (ETS), así como las subastas más pequeñas de la Iniciativa Regional de Gases de Efecto Invernadero de Estados Unidos, siguen aumentando.
En opinión de Andy Howard, director global de inversiones sostenibles de Schroders, aún se necesitarán precios más altos del carbono para impulsar el cambio en la escala y amplitud necesarias para cumplir los objetivos climáticos. “El aumento sostenido de los precios en los últimos años, pese a la caída de la producción industrial, ha demostrado la solidez de la tendencia y los beneficios de la acción política. Esperamos con optimismo lo que queda de 2021 y los meses previos a la COP26. Los responsables políticos de la mayoría de las principales economías ya han expresado su compromiso de actuar, preparando el terreno para una acción global coordinada. Esto podría apuntalar las reducciones sostenidas de las emisiones de gases de efecto invernadero, que serán necesarias para encaminar la economía mundial hacia la descarbonización. Ya hemos visto a gobiernos que representan alrededor del 70% de las emisiones mundiales o del PIB comprometerse a descarbonizar completamente sus economías. El número de empresas que han asumido compromisos similares a los de París, a través de la iniciativa Science Based Targets, ha crecido alrededor de un 50% en el último año y el enfoque corporativo en la fijación de objetivos sigue cobrando fuerza», explica Howard.
Para lograr reducir las emisiones, la industria de inversión está trabajando en ofrecer productos que impulsen otras energías. Por ejemplo, Mikael Jafs, cogestor de Pictet Timber en Pictet AM, presentaba recientemente la conferencia “Madera: la alternativa sostenible a materiales y energía basados en petróleo”, en la que destacó que los precios de las tierras de bosques de madera de primera calidad se ha mantenido fuertes y los de productos de madera están de vuelta a niveles récord, con demanda de construcción residencial, reparación y remodelación.
Según Jafs, desde que pusieron en marcha este fondo, esta inversión se ha visto favorecida por el crecimiento de las mayores economías del mundo. “De hecho, tiende a comportarse bien en tres de cuatro posibles regímenes básicos de crecimiento/inflación, especialmente con crecimiento económico al alza y aumento de inflación, que favorece al sector inmobiliario y los materiales. Además, en los bosques, el valor se va añadiendo con el tiempo, a medida que cada árbol crece, pudiendo elegirse el momento de la cosecha según los precios de los materiales y los productos finales”, añade.
Mirando a los inversores
En opinión de Gerrit Ledderhof, gestor de inversión responsable en Aegon Asset Management, todo este entorno plantea importantes preguntas a los inversores. En concreto, considera que los inversores pueden desempeñar una función crucial en este cambio, al respaldar de forma positiva y proactiva una transición energética que se acelerará en los próximos años. “Ahora que el mundo va recuperando poco a poco la normalidad gracias a las campañas de vacunación, resulta más importante que nunca ser conscientes de esta oportunidad y redirigir capital para apoyar la transición hacia una economía neutra en carbono y el cumplimiento de los objetivos mundiales de reducción de emisiones”, apunta Ledderhof.
Según su experiencia, para los inversores, el paso a una economía neutra en carbono subraya la necesidad de blindar sus carteras ante los riesgos y alinearlas con la transición energética. En este sentido añade: “La crisis climática también ofrece oportunidades para generar alfa explotando las tendencias de crecimiento. Si desean aprovechar estos cambios, los inversores tendrán que hacerse algunas preguntas difíciles sobre la función que desempeñan los factores ESG (medioambientales, sociales y de gobierno corporativo) en sus decisiones de inversión, si el mercado está siendo lo suficientemente transparente a la hora de valorar el riesgo climático y si están aplicando un proceso estructurado para identificar las oportunidades de crecimiento y los riesgos ligados al clima”.
“Los inversores están preparados para que los gobiernos conviertan el compromiso en acción. Según una encuesta de Robeco a grandes inversores, el 90% indicó que el cambio climático es o será central en sus políticas de inversión en los próximos dos años. La mayoría se compromete o se comprometerá a cero emisiones, y alrededor de una cuarta parte está descarbonizando activamente sus carteras. Las decisivas iniciativas públicas acelerarán las acciones futuras de los inversores y la industria. De esa manera, la brecha entre la ambición y la acción se puede salvar rápidamente. El mayor riesgo del cambio climático es la inacción, así que aprovechemos todas las oportunidades para actuar ahora”, afirma Peppelenbos.
En este mismo sentido, desde DWS recuerdan que mientras el mundo continúa luchando contra la pandemia, no está de más recordar que el descubrimiento de tratamientos podría ser una víctima directa de nuestra incapacidad para frenar el colapso de los ecosistemas terrestres. “Y todo eso en un momento en el que los científicos alertan de que la resistencia antimicrobiana va en aumento. En resumen, hay mucho sobre lo que pensar en el aniversario del Día de la Tierra”, concluyen.
Santander y Triodos Bank se han convertido en miembros fundadores de la Net Zero Banking Alliance (NZBA), promovida por la Iniciativa Financiera del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEPFI). Su fin es ayudar a movilizar el apoyo financiero necesario para construir una economía global de emisiones cero y cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, así como para proporcionar un foro de coordinación estratégica entre las entidades financieras a fin de acelerar la transición hacia una economía de cero emisiones netas.
Según recuerda la entidad, la NZBA reúne a un grupo inicial de 43 de los principales bancos del mundo con la intención de cumplir la ambición del sector bancario de alinear sus compromisos climáticos con los objetivos del Acuerdo de París con colaboración, rigor y transparencia. En este sentido, los bancos ven la necesidad de que los gobiernos también cumplan sus propios compromisos.
Entre los compromisos que todos los miembros de la NZBA han acordado se incluye realizar la transición de todas las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) operativas y atribuibles de sus carteras de préstamos e inversiones para alinearse hacia las cero emisiones netas para mediados de siglo o antes y establecer objetivos intermedios para 2030, o antes, para los sectores prioritarios de gran intensidad de GEI y de emisión de GEI. Además, se compromete a facilitar la transición necesaria en la economía real dando prioridad a un marco de trabajo con los clientes y ofreciendo productos y servicios para ayudarles en su transición.
En este sentido, el Santander destaca que “viene ya desempeñando un papel importante en la lucha contra el cambio climático y en la transición a la economía verde”. A finales de 2020, Santander CIB fue el líder mundial en financiación de energías renovables, según Dealogic. Además, ese mismo año, el banco ayudó a financiar proyectos de energías renovables de nueva creación con una capacidad instalada suficiente para suministrar energía a 10,3 millones de hogares y evitar 60 millones de toneladas de emisiones de CO2.
“Si queremos que la economía mundial sea una economía verde, necesitamos hacer un esfuerzo global de verdad: que los bancos, las empresas, los gobiernos, los reguladores y la sociedad civil trabajen juntos en la misma dirección. En Santander estamos orgullosos de ser miembros fundadores de esta nueva alianza y de acelerar el progreso hacia las cero emisiones netas”, ha señalado Ana Botín, presidenta de Banco Santander.
Por su parte, en palabras de Peter Blom, CEO de Triodos Bank, «damos la bienvenida a la Net-Zero Banking Alliance (NZBA) y el compromiso de sus firmantes de adoptar políticas y estrategias para alcanzar una economía cero en carbono antes de 2050. Se nos acaba el tiempo y, sin una acción global contundente por parte de todos los grupos de interés no se cumplirán los objetivos climáticos del Acuerdo de París. En ese caso, las generaciones futuras se verían obligadas a enfrentarse a los efectos adversos de un cambio climático incontrolado”.
Blom explica que Triodos Bank apoya el escenario más ambicioso del Acuerdo de París, que limita el aumento de la temperatura global a un máximo de 1,5ºC. “La emergencia climática actual solo puede abordarse si aceptamos la responsabilidad de actuar de forma conjunta”, concluye Blom.
Como entidad firmante de la NZBA, Triodos Bank refuerza su compromiso de hacer frente al cambio climático a través de sus prácticas operativas y crediticias. Desde su fundación en 1980, el banco siempre se ha comprometido a mejorar su impacto medioambiental. Solo en 2020, Triodos Bank y sus fondos de inversión financiaron proyectos de energías renovables y de ahorro energético que evitaron el equivalente a las emisiones de más de 5.700 millones de kilómetros recorridos en coche.
El proceso de urbanización es un factor fundamental. Alrededor del 64% de todos los desplazamientos se producen en las ciudades (1) y, pese a que sólo ocupan el 3% de la superficie mundial, las urbes generan más del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero (2).
Buena parte de esas emisiones se debe a la ineficiencia, puesto que entre el 30% y el 40% del tráfico en las ciudades en busca de aparcamiento es responsable del 40% del consumo de combustible (3 y 4). Además de lidiar con el creciente aumento de la población, se calcula que en 2050 el 70% de las personas podrían vivir en ciudades, frente al 55% de 2018. Se requieren medios de transporte más eficientes y que generen menos emisiones.
El envejecimiento de la población y los consiguientes accidentes suponen un mayor desafío, especialmente en las ciudades, cuya población se compone cada vez más por personas mayores de 65 años. Los conductores de más de 75 años tienen casi dos veces y media más probabilidades de sufrir un accidente de tráfico mortal (5). En el otro extremo de la brecha de edad, el porcentaje de adolescentes con carné de conducir también está disminuyendo de forma vertiginosa (6). En ambos grupos demográficos, las nuevas soluciones de transporte son fundamentales.
En general, el acceso a un transporte de calidad y asequible constituye un factor determinante para reducir la pobreza y las desigualdades. Con más de un millón de muertes al año en las carreteras de todo el mundo según la OMS, una alta cifra de lesiones y un número aún mayor de delitos de tráfico, es evidente que se requieren nuevas soluciones de para transportar a las personas de forma más segura, asequible y eficiente.
Y lo que es más importante, debemos pensar en la sostenibilidad del transporte en el sentido más amplio de la palabra: la sostenibilidad del planeta, la creación de ciudades sostenibles y el mantenimiento de la vida y su calidad.
La tecnología resuelve problemas
La tecnología es la ciencia de resolver los problemas y su innovación ya está teniendo un impacto positivo en la crisis del transporte. Por suerte, el punto de partida es una situación tan ineficiente que existe enorme margen de mejora. El modelo actual es el del coche en propiedad; activos caros que a menudo se financian pero que pasan el 95% del tiempo desocupados y, cuando están ocupados, solo con una media de 1,7 pasajeros (7 y 8). Además, cuando se conducen, los vehículos dependen de motores de combustión interna (ICE, por sus siglas en inglés) alimentados por combustibles fósiles, a la vez que degradan el aspecto urbano. Por ejemplo, un porcentaje importante del suelo de Los Ángeles es de asfalto u hormigón debido al automóvil: calles, aceras y aparcamientos.
Cita extraída: “La tecnología está aportando diversas soluciones sostenibles, con vehículos con cero emisiones, sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS), transporte como servicio (TaaS) y conducción autónoma”.
En el gráfico 1 se comparan las emisiones “depósito a la rueda” (TTW) (el uso de combustible en un vehículo) y de dióxido de carbono (CO2) durante la conducción para los motores de combustión interna frente a varios tipos de vehículos eléctricos. Muestra las ventajas evidentes de los vehículos eléctricos.
Aceleración de la adopción del vehículo eléctrico
En 2020, asistimos a un punto de inflexión espectacular en la adopción del vehículo eléctrico, sobre todo en Europa, con un crecimiento del 137% (9), superando en volumen al mayor mercado, China, según algunas estimaciones. Los objetivos ecológicos fijados por los gobiernos, respaldados por generosas subvenciones, registraron un impulso en países como China, Francia y Alemania, que lanzaron planes de estímulo fiscal por la covid-19 para impulsar sus economías tras la crisis. Esto ha acelerado la evolución hacia la paridad de precios con los coches de combustión interna. La mayor selección de modelos de marcas conocidas, cada vez más en la gama de coste medio, y una infraestructura de recarga superior han logrado acelerar la adopción del vehículo eléctrico durante la crisis de la covid-19. A pesar de ello, la penetración sigue siendo baja, de menos del 5% en China y Europa, con EE. UU. a la zaga con menos del 3%. Según las previsiones de IHS Markit, en 2023 se producirá una fuerte inflexión al llegar al 25% de penetración mundial vehículo eléctrico, superándose el 50% en 2027 (véase el gráfico 2). La rumoreada entrada de Apple en el mercado probablemente acelerará esta tendencia, mientras que empresas como la start-up de transporte sostenible Rivian está ayudando a Amazon a desplegar una flota comercial totalmente eléctrica.
Avanzando con la tecnología autónoma y los ADAS
Conforme los sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS) se vuelven más sofisticados, empiezan a llegar al mercado de masas y cada vez son más obligatorios de acuerdo con las normas de seguridad. El frenado de emergencia, el cambio de carril automatizado, un control de velocidad automática más sofisticado y el aparcamiento automático son cada vez más frecuentes. Los pronósticos prevén un punto de inflexión importante en la adopción de ADAS a lo largo de la próxima década: los ADAS más sencillos de nivel 1 han alcanzado una penetración del 40% en 2020, pero los ADAS más avanzados de nivel 2 apenas lograron el 7% y los de nivel 3 (preautónomos) el 0%. Sin embargo, las previsiones indican que la adopción conjunta crecerá hasta el 87% en 2030 (gráfico 3).
Aunque ahora se reconocen mejor los desafíos prácticos de la conducción autónoma, ha habido avances con la comercialización de taxis sin conductor en Phoenix por parte de Waymo, filial de Alphabet. También hemos visto a Motional, joint venture entre Hyundai y el proveedor de tecnología automovilística Aptiv, realizando viajes autónomos para Lyft, el rival de Uber, en Las Vegas. La tecnología autónoma parece ser una tendencia a largo plazo y probablemente estará georreferenciada o reservada para usos de flotas comerciales o de reparto en un futuro inmediato. Y ello a pesar de los esfuerzos de Tesla por llevar su función de piloto automático a un nivel verdaderamente autónomo.
El impulso de la tecnología autónoma también tiene importantes repercusiones a largo plazo para el transporte por carretera. Será un factor clave para reducir el coste hasta alcanzar la paridad con el del coche en propiedad, lo que abriría un mercado objetivo de transporte como servicio (TaaS) mucho mayor, sobre todo si tenemos en cuenta que el 46% de todos los viajes en vehículos de EE. UU. tienen una distancia inferior a cinco kilómetros (10). Waymo, Motional/Lyft y Aurora/Uber trabajan para lograr ese objetivo. Mientras tanto, el servicio de alquiler de vehículos ya influye en la predisposición de los jóvenes para aprender a conducir. Pese a la omnipresencia percibida de Uber cuando se lanzó en bolsa en 2019, la compañía habló de apenas un 1% de penetración de su mercado objetivo. Desde entonces, Uber se ha comprometido a ser una plataforma con cero emisiones de carbono en EE. UU., Canadá y Europa para 2030 y ya en 2025 en Londres.
Factores de inversión
El sector tecnológico ofrece incontables oportunidades para beneficiarse de estas potentes tendencias a largo plazo en el transporte sostenible. En vez de intentar identificar cuál será la empresa dominante en el sector del vehículo eléctrico, podría ser mejor tener en cuenta a los principales proveedores de tecnologías a los que les sea indiferente quién se haga liderazgo en el sector del vehículo eléctrico, como las empresas especializadas en plataformas de electrificación y ADAS, en el transporte por carretera y en la visión por ordenador necesaria para unos ADAS más avanzados y, en definitiva, para la conducción autónoma. Aunque estos valores se han beneficiado en general de la tendencia secular hacia el transporte sostenible, la convicción de invertir en cada empresa requiere un amplio análisis y debate, un conocimiento profundo de sus franquicias y una valoración de las soluciones que pueden aportar para resolver los desafíos globales.
Columna de Alison Porter, Graeme Clark y Richard Clode, gestores del fondo Global Technology Leaders de Janus Henderson Investors.
Anotaciones:
(1) Arthur D Little: The Future of Urban Mobility.
(2) Foro Económico Mundial, Davos 2020: Climate emergency: how our cities can inspire change.
(3 y 4) DC Shoup, Cruising for parking, 2006; Casualty Actuarial Society.
(5) Agencia de la Policía Nacional de Japón, junio de 2019.
(6) Sivak, M; datos de EE. UU.
(7 y 8) US National Household Travel Survey, 2017.
(9) EV-volumes.com, enero de 2021.
(10) US National Household Travel Survey, 2017.
Glosario de términos
Sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS): sistemas electrónicos de un vehículo que utilizan tecnologías avanzadas para ayudar al conductor. Los ADAS utilizan sensores en el vehículo, como radares y cámaras para percibir todo lo que le rodea y, a continuación, proporcionan información al conductor o toman medidas automáticas en función de lo que perciben.
Política/estímulo fiscal: política de un gobierno relacionada con la fijación de los tipos impositivos y los niveles de gastos. Es independiente de la política monetaria, que normalmente corre a cargo de un banco central. La expansión fiscal (o «estímulo») consiste en aumentar el gasto fiscal y/o reducir los impuestos. La austeridad fiscal consiste en subir impuestos y/o recortar el gasto para tratar de reducir la deuda pública.
Geofencing: función de un programa informático que utiliza el sistema de posicionamiento global (GPS) o la identificación por radiofrecuencia (RFID) para definir los límites geográficos.
Niveles de conducción automática: definidos por la Sociedad de Ingenieros de Automoción (SAE). Nivel 0: sin automatización; Nivel 1: asistencia al conductor (los sistemas automáticos empiezan a tomar el control del vehículo en situaciones específicas); Nivel 2: automatización parcial (funciones más complejas que combinan la dirección con la aceleración y el frenado, gracias al mayor conocimiento del entorno); Nivel 3: automatización condicional (el conductor se desentiende totalmente de la conducción, que se limita a situaciones específicas); Nivel 4: alta automatización (totalmente capaz de supervisar el entorno de conducción y manejar todas las funciones de conducción para rutas y condiciones rutinarias); Nivel 5: automatización total, sin necesidad de conductor al volante.
Política monetaria/estímulo monetario: las políticas de un banco central, para tratar de influir en el nivel de inflación y crecimiento de una economía. Incluye el control de los tipos de interés y la oferta monetaria. Estímulo monetario es cuando el banco central aumenta la oferta monetaria y reduce los costes de endeudamiento. La restricción monetaria se da cuando el banco central actúa para frenar la inflación y desacelerar el crecimiento de la economía, elevando los tipos de interés y reduciendo la oferta de dinero. Véase también la política fiscal.
Transporte como servicio (TaaS): el TaaS se está viendo impulsado por cuatro macrotendencias: los vehículos autónomos, los vehículos eléctricos, la conectividad y la economía colaborativa. Implica un cambio de la propiedad del modo de transporte por soluciones de movilidad que se consumen como un servicio.
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El mundo se encuentra en una recesión inducida por Covid-19, pero en relación con la recesión de 2008/2009, hay una diferencia crucial: la calidad crediticia de la mayoría de los bonos de agencias no gubernamentales (non-agency) durante la recesión anterior era baja. Desde entonces, los bonos non-agency están garantizados principalmente por préstamos de mayor calidad y están estructurados y tasados adecuadamente para la exposición crediticia. Al comienzo de la actual recesión, opinábamos que los bonos senior non-agency en el mercado de MBS residenciales ofrecían la mejor oportunidad. Como se esperaba, estos instrumentos tuvieron una buena performance desde el punto de vista crediticio. Sin embargo, experimentaron la volatilidad de los precios debido a la crisis de liquidez causada por la pandemia.
Una de las consecuencias de esta dinámica fue el aumento de la demanda de viviendas unifamiliares en Estados Unidos. Este fenómeno aceleró la revalorización de los activos que respaldan los MBS, lo que ha llevado a una mejora de su solvencia. Esto confirmó que los bonos con un alto nivel de estructura de capital son resistentes en las recesiones.
Servicio de la deuda de los hogares
La cautela de los consumidores también ha provocado un descenso de la deuda de los hogares en relación con los ingresos. La relación entre la deuda de los hogares y la renta disponible ha ido disminuyendo desde 2007, y ahora se encuentra en niveles no vistos desde antes de 2000. La combinación de niveles de deuda más bajos con tipos de interés más bajos ha llevado el gasto en intereses pagado por los consumidores estadounidenses como porcentaje de los ingresos (es decir, la ratio de servicio de la deuda de los hogares) a los niveles más bajos desde que la Reserva Federal comenzó a recopilar datos en 1982, como se muestra en el gráfico 1. Como resultado, en promedio, es relativamente fácil para los propietarios de viviendas seguir pagando los intereses de su deuda.
Desempleo
La tasa de desempleo en Estados Unidos a finales del primer trimestre de 2021 se situaba en torno al 6%. Aunque es superior al nivel anterior a Covid-19, el 3,5%, ese nivel sigue siendo el más bajo de los últimos 50 años. Si examinamos el gráfico 2, observamos que el 6% se aproxima a la tasa media de desempleo a largo plazo en los Estados Unidos. Además, las prestaciones de desempleo adicionales, distribuidas en el marco de la ayuda de Covid-19, proporcionan una renta de sustitución importante para la población desempleada. En combinación con los bajos niveles de endeudamiento de los hogares, los consumidores estadounidenses medios pueden pagar sus hipotecas sin dificultad.
Asequibilidad
Además de la solidez del crédito al consumo, las viviendas siguen siendo asequibles. El Índice de Asequibilidad del Mercado de la Vivienda, que compara los ingresos medios de los hogares con el coste de una hipoteca para una vivienda de precio medio, se mantenía estable antes de 2005, pero en 2006 los bienes inmuebles empezaron a encarecerse a medida que los precios de las casas se disparaban debido a las compras especulativas. La recesión de 2008/2009 puso fin a eso, provocando la caída de los precios y de los tipos de interés, por lo que en 2011 el índice subió a niveles récord de asequibilidad. En aquel momento, se trataba de un acontecimiento necesario, ya que había un exceso de viviendas disponibles en el mercado que necesitaban ser ocupadas. Desde entonces, aunque los precios de la vivienda han subido, los tipos de interés se han mantenido bajos y los ingresos han aumentado, por lo que la asequibilidad de la vivienda sigue siendo muy superior a la media anterior a 2005. Por tanto, a pesar de las recientes subidas de precios, el mercado de la vivienda sigue siendo asequible.
Índices de disponibilidad
El porcentaje de viviendas en propiedad que están vacías nunca ha sido tan bajo desde 1980. Las casas se quedan vacías cuando la gente muere o se muda. La actual escasez de viviendas vacías refleja la escasez de viviendas a las que mudarse, así como el hecho de que las viviendas se venden rápidamente cuando salen al mercado. Desde 2008, la construcción de viviendas no ha seguido el ritmo de la demanda. En consecuencia, hay una escasez de viviendas en venta, como lo demuestra la baja tasa de disponibilidad de propiedades en el gráfico 3.
Viviendas en propiedad y en alquiler
Antes de 2005, el número de familias que compraban una vivienda era superior al número de inquilinos. De 2005 a 2015, vimos una inversión de esta tendencia, con los alquileres creciendo más que las compras, ya que los millennials generalmente pospusieron sus compras de vivienda. La tendencia volvió a cambiar en 2015, y la compra de viviendas comenzó a aumentar de nuevo con mayor rapidez. Si examinamos la evolución de la propiedad de la vivienda desde 2005 por grupos de edad, resulta evidente que el mayor aumento está relacionado por el grupo de menores de 35 años. Los millennials están comprando casas, lo que supone una fuerte demanda.
La oferta de viviendas en venta
Históricamente, el mercado de la vivienda ha estado en equilibrio cuando ha habido una oferta de viviendas en venta durante cuatro o cinco meses. Inmediatamente antes de la recesión de 2008/2009, la oferta de viviendas en venta alcanzó un récord de 12 meses. A partir de entonces, con la reducción de la construcción de nuevas viviendas, la oferta de casas en venta disminuyó, alcanzando un nivel «normal» en 2016. Posteriormente, ese nivel ha seguido bajando y hoy se encuentra en un mínimo histórico de dos meses de disponibilidad solamente. Los millennials ya habían empezado a comprar casas hace aproximadamente cinco años, pero la pandemia de Covid-19 ha acelerado la tendencia de las familias más jóvenes a mudarse a zonas suburbanas. Esto coincide con un cambio en los hábitos de trabajo, ya que muchos trabajan ahora principalmente desde casa en lugar de una oficina. Aunque esperamos que el mercado de la vivienda acabe volviendo a un equilibrio más normal entre la oferta y la demanda, la elevada demanda y la escasa oferta deberían mantener los precios de los inmuebles durante mucho tiempo.
Perspectivas del mercado de MBS
Frente a la política monetaria y el apoyo masivo del gobierno en el período reciente, los mercados están actualmente preocupados por el potencial inflacionario. Si se consolida un entorno de mercado inflacionista, esperamos que los tipos de interés suban, una de las consecuencias será el aumento de los precios de los activos reales. Sin embargo, desde la perspectiva de los MBS, nos preocupa poco el impacto de la inflación. Cuando los precios de los activos reales y de la vivienda suben, el valor de los activos que respaldan los MBS aumenta, por lo que, desde la perspectiva de los prestamistas, las posiciones crediticias mejoran. Además, el gran estímulo gubernamental no hace más que facilitar a los propietarios de viviendas el pago de sus hipotecas, aumentando aún más la solvencia de los MBS.
En particular, el banco central estadounidense no tiene planes específicos para apoyar el mercado de MBS residenciales. Los diferenciales de estos sectores se han recuperado más lentamente que los de los sectores que han recibido ese apoyo, como los bonos corporativos. Los diferenciales de las hipotecas non-agency siguen siendo significativamente más amplios que antes de Covid, en claro contraste con otros sectores que cotizan hoy a niveles más altos que antes de la pandemia. Esto significa que todavía existe la oportunidad de comprar instrumentos que siguen recuperándose y que podrían producir plusvalías adicionales, así como rendimientos atractivos.
Columna de Tom Mansley, director de Inversiones especializado en el análisis y gestión de valores hipotecarios y respaldados por activos (MBS y ABS) en GAM Investments.
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Raymond James sumó a su equipo a dos asesores internacionales de Wells Fargo, Orlando García y Lizzette Inchaustegui, para sus oficinas en Coral Gables, según información de Brokercheck.
García, con más de 25 años en la industria, se registró en la firma el 19 de abril, según su perfil de Finra. Está especializado en clientes de alto patrimonio de Colombia, según fuentes del mercado.
El advisor estaba en Wells Fargo desde el 2000.
Por otro lado, Inchaustegui, que comenzó en 1995 en Merrill Lynch, llegó a Raymond James el pasado viernes 16 de abril, informa su perfil de Brokercheck.
La asesora financiera tiene clientes de Argentina y República Dominicana y estaba en Wells Fargo desde el 2008.
Estos fichajes se dan luego de que Wells Fargo decidió cerrar en enero su negocio offshore para enfocarse en el cliente residente, así como estadounidenses en el extranjero por motivos relacionados con el servicio exterior o militar.
Este anuncio lanzó una batalla por captar a los advisors especializados, que dejan la wirehouse a la que Raymond James no ha sido ajeno. Otras compañías que han captado a los managers son Morgan Stanley, Insigneo, Bolton y UBS entre otras.
Si bien ya se han conocido muchos fichajes fruto del cierre de Wells Fargo, las fuentes de la industria esperan que en los próximos meses se sigan conociendo más pases entre las principales compañías.
La apertura de la economía y el estímulo fiscal se están viendo reflejados en un aumento récord de las ventas minoristas en marzo. Está comenzando un auge del consumo y durará al menos los próximos seis meses. Las fuertes ventas minoristas presionaron al alza la previsión del PIB de EE.UU, coinciden diversos análisis.
El pago del estímulo de 1.400 dólares mantendrá fuerte el impulso de las ventas minoristas para abril y con la creación de empleo que continúa mejorando, sobre todo si se tiene en cuenta “el fantástico número de solicitudes semanales de desempleo de 576.000 para el 10 de abril frente a 769.000 la semana anterior”, dice el informe de ING.
Los fundamentos que sustentan la economía parecen muy robustos. La relajación continua de las medidas de contención de COVID-19 aumentará las oportunidades para la creación de empleo y el gasto en la economía, con un crecimiento del PIB en el segundo trimestre que podría llegar a duplicar cifras. Esto dejaría el nivel del PIB por encima de los niveles anteriores a la emergencia sanitaria, lo que subraya la eficacia de la respuesta de EE.UU. a la pandemia, agrega el banco holandés.
Mirando hacia el futuro, la historia sigue siendo muy positiva, aunque es cada vez más probable que veamos a la gente cambiar las compras de «cosas» a «experiencias» a medida que se recupera el tiempo perdido.
Las oportunidades laborales están mejorando notablemente, mientras que los beneficios federales extendidos por desempleo continúan hasta septiembre, lo que brinda a los desempleados la garantía de un sólido apoyo financiero en caso de que no encuentren trabajo. Sin embargo, los trabajos no deberían ser demasiado difíciles de encontrar, la Fed habló de un aumento de los pagos de bonificaciones para contratar y retener al personal, lo que sugiere que los ingresos seguirán creciendo.
Por otro lado, el economista en jefe, Julius Baer, David Kohl, comentó que era esperable un fuerte repunte de las ventas minoristas en marzo, pero el salto récord de 9.8% en comparación con los meses anteriores superó claramente las expectativas del consenso, y la revisión al alza de la lectura del mes pasado de -3% a -2.7% impulsó el consumo aún más.
Las 13 categorías minoristas registraron ganancias en las ventas en marzo. Los restaurantes reportaron un aumento de 13.4% y las tiendas de ropa un 18.3% en ventas. Con la excepción de los restaurantes, las ventas en cada categoría están ahora por encima del nivel de febrero del año pasado, antes de que la pandemia paralizara la economía.
Los datos sugieren que el crecimiento del PIB de EE.UU. en el primer trimestre será superior a la estimación de Julius Baer actual de crecimiento trimestral anualizado de 4%, lo que también impulsaría aún más la previsión de crecimiento anual de 6.5% para 2021, comenta Kohl.
Las fuertes ventas minoristas en marzo se han visto impulsadas por una apertura de la economía debido a la exitosa campaña de vacunación, el dinero del estímulo fiscal (que actualmente se distribuye a los hogares) y un repunte con respecto al mes pasado cuando el clima frío deprimió las ventas minoristas en gran parte del país.