Desde que se iniciara la pandemia se han aprobado 3 billones de dólares en ayudas financieras para familias, trabajadores desempleados y empresas en dificultades en EE.UU. A ello hay que sumarle 1,9 billones de dólares adicionales impulsados por la administración Biden. Sin duda, son cifras impactantes. Además, existe una importante demanda reprimida por las restricciones y confinamientos que podría desatarse a medida que las campañas de vacunación se afiancen y la economía vuelva a abrirse.
El confinamiento ha propiciado que las tasas de ahorro personal hayan aumentado; por ejemplo, en EE.UU., alcanzaron el 33,7% en abril de 2020, antes de asentarse en el 13,6% en febrero de 2021*. En cambio, entre 2010 y 2018, el ahorro creció anualmente, en promedio, un 6,3%, y alcanzó el 8,1% en junio de 2019**. En definitiva, el ahorro se ha recuperado significativamente durante la pandemia.
Por ello, no es de extrañar que el término «inflación» comience a resonar en los mercados. En febrero, por ejemplo, el índice de precios al consumo en EE.UU. subió un 0,4% hasta alcanzar el 1,7%, la tasa más alta registrada desde febrero de 2020. Alimentación y energía lideraron las mayores subidas. A pesar de la creciente preocupación en el mercado por las presiones inflacionistas, hay distintas fórmulas para afrontarlo. Una de ellas es adquirir bonos ligados a la inflación, como los TIP (Valores Protegidos contra la Inflación del Tesoro), en los que tenemos una asignación considerable. Otra es apostar por instrumentos de tipo variable, que se reajustan cuando los tipos de interés suben. Hay más alternativas como la renta fija de corta duración o el oro.
¿Nos amenaza un incremento de la inflación?
En nuestra opinión, en los próximos meses se seguirán registrando cifras de inflación más altas. Este incremento se verá impulsado por una serie de circunstancias: las cadenas de suministro se encuentran bajo presión, como hemos visto con la actual escasez de microchips; se elevará la demanda y el crecimiento económico a medida que las economías se reabran y aumente la actividad de los consumidores; y las comparaciones interanuales. Si a esto le añadimos el aumento de los precios de las materias primas, que se está trasladando a los costes de los materiales básicos, lo más probable es que veamos cifras de inflación mucho más elevadas en los próximos meses. La gran pregunta que debemos plantearnos es si se trata de un efecto transitorio que se disipará a medida que la actividad vuelva a la tendencia habitual o si es un fenómeno más arraigado. Hay dos opiniones diferentes al respecto.
Por un lado, la Reserva Federal de EE.UU., junto con otros bancos centrales, considera que, a pesar de la gran cantidad de estímulos, tanto fiscales como monetarios, seguimos operando en un entorno económico deteriorado. El desempleo es alto, y es probable que lo siga siendo durante un tiempo, a pesar de las mejoras que se esperan con la reapertura de las economías, especialmente en el sector de la hostelería; sin embargo, los salarios deberían, en general, permanecer relativamente contenidos. Hay sectores en los que la inflación salarial ya está aumentando, como el de la construcción, una tendencia que venimos observando desde hace tiempo. Además, el comportamiento de los consumidores será inicialmente favorable a la mejora económica, dado que las tasas de ahorro son muy elevadas, pero es poco probable que los consumidores se vayan de vacaciones continuamente o compren regularmente artículos de gran valor después de un tiempo. La continua incertidumbre en torno a la seguridad del empleo y la COVID puede dar lugar a mayores tasas de ahorro con el tiempo, lo que también limitará el efecto de la renta disponible de los consumidores.
Por otro lado, hay un enfoque que sugiere que el estímulo fiscal acaba directamente en los bolsillos de los ciudadanos y, por tanto, afecta a su potencial de gasto. Además, en el segundo semestre de 2021 está previsto un nuevo proyecto de ley de infraestructuras. Una economía activa puede dar lugar a una inflación muy elevada. Por eso hemos visto tanta volatilidad en los bonos del Tesoro estadounidense en las últimas cuatro o seis semanas. Las expectativas de subida de los tipos de interés se han adelantado de 2024 a principios de 2023 en EE.UU., aunque no en Europa, y crece el consenso de que el impacto fiscal será demasiado grande para evitar que la inflación nos afecte.
Sin embargo, la inflación no es necesariamente mala. Se puede considerar que una «buena inflación» ligada a una recuperación económica y al impulso de los medios de subsistencia puede ser algo positivo. Desde nuestro punto de vista, seguimos viendo que la presión sobre las curvas tiende al alza. Pero si la inflación es transitoria o permanente, no se sabrá hasta dentro de unos meses, si no más. De hecho, incluso el efecto del actual plan de estímulo no será palpable en la economía durante los próximos tres a seis meses. Por lo tanto, hasta la segunda mitad del año, como muy pronto, no podremos determinar la dirección tanto del crecimiento como de la inflación. No obstante, las expectativas del mercado seguirán aumentando a medida que se vayan conociendo mejores datos económicos, y las curvas deberían ampliarse en consecuencia. Asimismo, creemos que es poco probable que los tipos de interés reales suban en los próximos años, lo que significa que los activos como los préstamos o los instrumentos de tipo variable no se beneficiarán de ello.
No olvidemos que también es importante centrarse en hasta dónde permitirán los bancos centrales que suban las curvas, ya que un endurecimiento financiero excesivo pondría en peligro la recuperación económica.
Por último, cabe señalar que en EE.UU. el mercado de la vivienda es un importante indicador de la confianza del consumidor. A diferencia del Reino Unido y Europa continental, los estadounidenses contratan hipotecas a 30 años. En consecuencia, el tipo de interés del Tesoro a 30 años es increíblemente importante. Si sube demasiado -por ejemplo, entre el 3 y el 3,5%-, tendrá un impacto importante en la confianza de los consumidores, en la asequibilidad de las hipotecas y en la renta disponible, lo que producirá un efecto circular: creará vientos en contra del crecimiento económico y ejercerá cierta presión a la baja sobre la inflación.
La clave del éxito, ser activo y ágil
No cabe duda de que las expectativas de inflación aumentarán en los próximos meses y de que las curvas seguirán ampliándose y elevándose. Es una reacción a la mejora de las condiciones económicas. Sólo cuando los rendimientos se mueven significativamente en períodos cortos de tiempo, vemos que los mercados se vuelven más volátiles y surge el riesgo de un taper tantrum. En cualquier caso, la Reserva Federal ha dejado muy claro que no retirará el apoyo, pero los mercados seguirán poniendo a prueba este compromiso, a medida que vayan apareciendo mejores datos.
En este entorno, ser activo y tener alta convicción es clave. Hay muchos mini-ciclos dentro del ciclo económico y esto es algo que siempre hemos seguido activamente e identificado en nuestro enfoque de cartera. Por ello, seguimos muy de cerca las señales inflacionistas para poder evaluar y adaptar rápidamente nuestras inversiones si las expectativas inflacionistas a largo plazo cambian.
Tribuna de Andrew Lake, director de Renta Fija de Mirabaud Asset Management
*US Bureau of Economic Analysis, April 2021.
** Deloitte, A look at how Americans are saving, 2019
En un nuevo Virtual Investment Summit, Funds Society contó con la presencia de Santiago Queirolo, socio y director ejecutivo de DAVINCI Trusted Partner, como moderador del evento online, con Pablo Sciarra, director y jefe de Inversiones de Advise Wealth Management, y Alejandro Lara, Product Manager- Advisory en Insigneo Financial Services, como panelistas del debate, y con Brinton Johns, cofundador y gestor de inversiones en NZS Capital (socio estratégico de Jupiter Asset Management), quién presentó la filosofía de inversión de la estrategia NZS Global Growth, que próximamente estará disponible para los inversores en formato UCITS.
NZS Capital nace a finales de 2019. Antes de lanzar la firma, Brad Slingerlend y Brinton Johns ya habían trabajado juntos durante casi dos décadas como cogestores de la estrategia Global Technology and Innovation de Janus Henderson Investors. A lo largo de 2020, se incorporan al equipo Jon Bathgate y Joe Furmanski, como gestores de inversiones, Jim Goff, como asesor sénior y Adam Schor, como presidente y director de riesgos. Todos ellos formaban parte de su anterior equipo, por lo que la integración al nuevo equipo fue rápida.
Desde los comienzos establecieron una asociación estratégica con Jupiter Asset Management. La gestora de origen británico se hará cargo de la distribución de sus estrategias a nivel global, facilitando que los gestores se enfoquen en lo que mejor saben hacer: construir carteras basadas en la idea de la inversión en complejidad y desarrollar una cultura de inversión que elimine los posibles sesgos de los gestores e incluya nuevas ideas en la cartera.
Lejos de centrarse en las métricas económicas tradicionales, sus carteras se centran en sistemas complejos de adaptación. En la naturaleza es frecuente observar estos sistemas que no se preocupan por predecir el futuro, sino que se centran en adaptarse al cambio. Esa lección aprendida se traslada al proceso de construcción de las carteras de NZS Capital con un enfoque en la resiliencia y la opcionalidad.
En sus carteras, aproximadamente la mitad de sus activos están asignados a una cesta de acciones resilientes, con unos 15 nombres. En la que cada acción suele tener una ponderación del 3% o superior en la estrategia. En las acciones resilientes el foco reside en limitar el riesgo a la baja a partir de la adaptabilidad de estas empresas al cambio o a eventos imprevisibles, como la irrupción del COVID-19 el año pasado. Ejemplos de acciones resiliente serían Amphenol o Texas Instruments. Se espera que conforme la electrónica tome un mayor peso en la sociedad estas acciones se vean beneficiadas.
La otra mitad de la cartera está dedicada a las acciones con opcionalidad. Unos 40 nombres en los que la máxima ponderación asignada a cada una de las acciones de esta parte de la cartera será un 1,5%. Un ejemplo de la cartera dedicada a la opcionalidad es Tesla, con un perfil de riesgo muy asimétrico, en el que la posibilidad de que se convierta en el líder dentro del mercado de vehículos eléctricos es una predicción mucho más estrecha. Durante 2020, Tesla tuvo un desempeño espectacular, pero nunca dejaron que la posición aumentara más de un 1,5%.
La cartera reduce o incrementa aquellas posiciones que se encuentren entre el 1,5% y el 3%. Después de décadas gestionando carteras, en NZS Capital se dieron cuenta que estos nombres que se encontraban entre los dos polos de la cartera (resiliencia y opcionalidad) solían tener un rendimiento similar al del mercado. En consecuencia, al eliminar estas posiciones intermedias solían conseguir incrementar el rendimiento total de la cartera.
En el entorno actual estamos atravesando de la era industrial a la era de la información, y todavía estamos en las primeras etapas. Por eso, en NZS Capital consideran que es importante que los inversores tengan un marco para invertir en el cambio y ese marco es el proceso de “inversión en la complejidad”. Un proceso de inversión para el cambio implica analizar qué partes de la economía pueden verse afectadas por la disrupción, y qué movimientos pueden darse entre las acciones resilientes que pueden llegar a convertirse en trampas de valor, o nuevas ideas que pueden llegar a ser parte de la cartera de opcionalidad y finalmente ser acciones resilientes.
El panel de discusión
Alejandro Lara comenzó el panel de discusión preguntando sobre el proceso de selección de las acciones en la cesta de la opcionalidad de la cartera, que tiene un estilo de gestión similar al modelo de negocio de las firmas de Venture Capital, en el que una entre 16 acciones tiene éxito dentro de la cartera. A lo que Brinton contestó que su enfoque se centra más en acciones que ya han conseguido salir a bolsa, por lo que su tasa de supervivencia es más elevada. Brinton mencionó el error que muchos gestores suelen realizar es incrementar la posición de algunas de estas acciones que pertenecen a la cesta de opcionalidad hasta un 5%, a pesar de que la predicción sobre su éxito potencial sea muy difícil de determinar. Si al analizar una empresa perciben que su acción deja de pertenecer a la cesta de la opcionalidad para pasar a ser parte de la cesta resiliente, entonces añadirán capital a esa acción, moviendo su ponderación de la parte final de la cartera a los primeros puestos.
Pablo Sciarra indagó sobre los criterios de calidad que aplican a las empresas dentro de la cesta de opcionalidad, teniendo en cuenta que en NZS Capital dan prioridad a los criterios de adaptabilidad en el largo plazo. En NZS Capital se centran en conocer a los equipos directivos, incluso antes de que la empresa esté cotizando públicamente, pues los consideran uno de los factores más importantes a la hora de obtener una visión a largo plazo de la empresa. Por eso, prefieren los negocios que están dirigidos por sus socios fundadores. En los inicios de una empresa, los gestores tienen que ser extremadamente buenos a la hora de ser capaces de responder al cambio para poder sobrevivir. Aquellos equipos que tienen una visión a largo plazo tienen más posibilidades, y demuestran una mayor calidad en la gestión. Esta calidad es un concepto intangible y difícil de definir, pero que es más fácil de reconocer cuando se examina el ecosistema de la empresa y las personas que la gestionan.
De nuevo Alejandro Lara, preguntó sobre la orientación hacia el sector tecnológico de la cartera y el foco en las acciones estadounidenses de la cartera. Mientras que Brinton respondió que, si bien sus orígenes son tecnológicos y una gran parte de la cartera tiene sus raíces en Estados Unidos, la expansión que se ha producido del sector tecnológico hacia otros muchos ámbitos les ha hecho ampliar sus horizontes. Cada vez encuentran más empresas innovadoras que abrazan el cambio fuera del ámbito de la tecnología. Por ejemplo, recientemente han incluido en la cartera acciones de Ball Aluminum, un fabricante de aluminio de origen estadounidense. La inclusión de este acción en la cartera se debe al alto índice de reciclaje que ostenta el aluminio, con una tasa del 75% frente al 10% del plástico. En NZS Capital perciben que esta empresa crea más valor del que toma de la sociedad y además está introducción un elemento de disrupción en el mercado con la fabricación de vasos de aluminio que son altamente reciclables.
Cuando Santiago Queirolo preguntó al gestor sobre la incorporación de factores ESG en su proceso de inversión. Brinton respondió que en NZS Capital creen que la inclusión de métricas ESG no es suficiente. En su opinión, es mejor considerar el ecosistema alrededor de la empresa y examinar si está creando más valor del que toma de la sociedad: para sus accionistas, para sus empleados, para sus consumidores, para el medioambiente. Esto implica un mayor esfuerzo en research, pero es algo que es muy importante para la firma. Por eso suelen acudir a ferias comerciales y hablar con los competidores, para ser participantes activos de estos ecosistemas.
Puede acceder a la grabación del evento en el siguiente link(contraseña: NZSCapital_2004)
Según los resultados de la última encuesta de Natixis Investment Managers, la inversión ESG ha alcanzado su masa crítica. Es decir, cada vez hay más entidades que están implementando una gama más amplia de estrategias ESG y, a la par, el 75% de los inversores profesionales están aplicando criterios ESG en la actualidad, así como el 77% de los responsables de seleccionar los fondos para la plataforma de asesoramiento en inversiones de sus empresas. Claramente, la oferta y la demanda se encuentran, reforzando la inversión ESG.
“El ritmo de crecimiento se aceleró en 2020 entre el récord de entradas de capital en los fondos ESG y un número sin precedentes de lanzamientos de productos ESG”, apuntan desde Natixis IM. Según los datos que arroja su encuesta, este año, el 68 % de los selectores de fondos profesionales tiene previsto seguir ampliando la oferta ESG de sus empresas. La razón principal por la que lo hacen es la demanda de los inversores, que los selectores de fondos creen que se debe a la mayor conciencia social de los inversores (75%) y al hecho de que la inversión ESG ha alcanzado ahora su masa crítica entre los inversores convencionales (50%). Otros factores que dicen que está impulsando la demanda de inversiones ESG incluyen el deseo de los inversores de formar parte de la economía verde (42%) y la preocupación por el cambio climático (36%).
Según explica Harald Walkate, director de asuntos ESG de Natixis IM, “la rápida adopción global de los criterios ESG ha planteado dudas sobre si el impulso que se está creando en torno a ellos continuará o si se está formando una burbuja. La respuesta está en una mayor claridad en relación con lo que los inversores desean conseguir en última instancia, y no solo para implementar estrategias ESG que se alineen con sus valores, sino también para fijar expectativas realistas tanto para los resultados financieros como para el impacto en la sociedad”.
Natixis analizó previamente los resultados inéditos de una serie de encuestas globales a inversores institucionales, selectores de fondos profesionales y asesores financieros sobre cómo están implementando los criterios ESG. Visto a través del prisma de la última encuesta entre inversores individuales publicada por Natixis, la gestora apunta que surgen preguntas importantes sobre la inversión ESG y sobre si los inversores profesionales, los inversores individuales y sus asesores piensan lo mismo.
Resultados financieros
En este sentido, Natixis detectó que el 77% de los selectores de fondos profesionales y el 75% de los inversores institucionales ahora creen que los factores ESG son esenciales para invertir bien. Los asesores financieros están de acuerdo: el 59% de ellos espera que la inversión ESG sea una práctica habitual en todo el sector dentro de cinco años.
Aunque la falta de consenso en la medición ESG ha supuesto un reto para los inversores, el 83% de los selectores de fondos y el 79% de los inversores institucionales afirma que se ha vuelto más fácil evaluar el rendimiento comparativamente. Como ya se tiene acceso a datos mejores en materia ESG y la elaboración de informes está estandarizada, Natixis cree que está surgiendo una narrativa más sólida sobre las ventajas financieras de la inversión ESG, y así lo avalan los datos: más de la mitad de los inversores profesionales encuestados por Natixis (incluidos el 53 % de los inversores institucionales y el 55% de los selectores de fondos) reconoce ahora que las empresas con mejores trayectorias ESG generan mejores rendimientos de las inversiones.
Además, siete de cada diez selectores de fondos y el 62% de los inversores institucionales cree que se puede encontrar alfa incorporando factores ESG en el análisis de las inversiones, y el 63% de los asesores también está de acuerdo en que las estrategias ESG pueden tener posibilidades de ofrecer rentabilidades superiores a las de los mercados.
“Cuando se trata de evaluar una empresa o un sector, el 48% de los selectores de fondos profesionales consideran que los factores ESG no financieros son tan importantes como los factores financieros fundamentales. Aun así, el 67% de los selectores de fondos y el 74% de los inversores institucionales afirman que sigue siendo difícil saber qué medidas no financieras son esenciales para el análisis de las inversiones”, destaca la gestora en sus conclusiones.
Todos los caminos que llevan hacia la ESG
La encuesta señala también que la principal motivación de los inversores financieros para aplicar la ESG es garantizar que los activos representen mejor los valores de la organización. “Esta ha sido su principal motivación desde 2017, pero alinear los activos y los valores también es uno de los principales motivos para los selectores de fondos, superada solo por la demanda de los clientes”, apuntan desde Natixis IM.
En este sentido, el 77% de los encuestados previamente por Natixis afirman que es importante que sus inversiones vayan en consonancia con sus valores. Además, lo que los inversores dicen que es lo que más quieren de una relación con un asesor profesional es que identifique inversiones que se ajusten a sus valores personales. Es importante que las empresas financieras entiendan lo que quieren decir exactamente con eso a medida que van ampliando su oferta ESG y adaptando sus estrategias para cumplir los objetivos de sus clientes, tanto los financieros como los no financieros.
“Los asesores no siempre tienen claro qué entienden los clientes por valores personales o si a los inversores ESG les mueve principalmente el deseo de hacer un mundo mejor, el de obtener mejores resultados financieros, o ambos. En última instancia, se necesitan pruebas más concretas de los resultados financieros y no financieros, pero las preguntas y las conversaciones sobre los motivos de los clientes podrían contribuir en gran medida a ayudar a los asesores a adaptar las mejores estrategias ESG para cumplir los objetivos de sus clientes”, afirma Dave Goodsell, director ejecutivo del Center for Investor Insight de Natixis.
En este sentido, Sophie del Campo, directora general de Natixis IM Iberia, Latam y US Offshore, añade: “La encuesta detalla que, en el caso de España, el 82% de los particulares asegura que quiere que sus inversiones se alineen con sus valores personales. En todo caso, la pandemia ha acabado con los debates sobre la ESG. Ahora la convicción sobre que es necesaria es generalizada y desde Natixis IM vemos que el futuro de la ESG es el impacto: es decir, al mismo tiempo que se obtiene un retorno financiero, la inversión genera un resultado positivo social o medioambiental que es medible y demostrable”.
Por último, la investigación de Natixis no encontró ni un solo criterio consensuado para la inversión ESG, sino que las empresas están aplicando múltiples enfoques con características de riesgo y rentabilidad distintas que les permiten adaptar las estrategias y abordar distintos objetivos financieros y no financieros.
La encuesta presenta los enfoques que los inversores profesionales están adoptando, que incluyen:
Integración: Es el enfoque más extendido, ya que lo adoptan el 54% de los selectores de fondos y el 48% de los inversores institucionales, y consiste en integrar el análisis de factores ESG en el proceso global de inversión, teniendo en cuenta cuestiones que podrían afectar sustancialmente a los resultados de la empresa.
Criba negativa: Cuatro de cada diez selectores de fondos (el 42%) e inversores institucionales (el 40%) se basan en la criba negativa. La exclusión de empresas o sectores que se consideran poco éticos o dañinos es un criterio que aplicaban los primeros adeptos a la inversión socialmente responsable en los años setenta, y que muchos inversores dejaron de adoptar por falta de pruebas convincentes de que generara beneficios financieros o sociales. Según los datos, el número de selectores de fondos que utiliza la criba negativa se redujo un 14 % de 2019 a 2020.
Titularidad activa: Más de un tercio de los inversores profesionales (incluidos el 35% de los selectores de fondos y el 34% de los inversores institucionales) están abordando las cuestiones ESG ejerciendo sus derechos y su voz como titulares para promover el cambio, lo cual supone un aumento del 45% y el 51%, respectivamente, de 2019 a 2020. Entretanto, el 35% de los inversores institucionales afirma que una de las principales razones por las que implementan estrategias ESG es influir en la conducta empresarial.
Inversión de impacto: El 42% de los selectores de fondos y solo el 34 % de los inversores institucionales se dedican a la inversión de impacto con el propósito de generar y medir los beneficios sociales y medioambientales junto con la rentabilidad financiera.
Inversión temática: El 43% de los selectores de fondos y el 28% de los inversores institucionales se centran en la inversión temática, que busca oportunidades en tendencias emergentes como las impulsadas por los cambios demográficos, la innovación y las prioridades sociales o políticas.
Un total de 40 líderes mundiales se reúnen en el marco del Día de la Tierra en una cumbre virtual convocada por Joe Biden, presidente de los EE.UU., para discutir la acción climática global. No solo los grandes líderes políticos tienen mucho que pensar en este día internacional, también los inversores.
“Numerosos sectores dependen de la naturaleza, pero el farmacéutico en concreto, está muy expuesto a la pérdida de la biodiversidad”, advierten desde DWS. En este sentido, la gestora destaca que, según estima la iniciativa Business & Sustainable Development Commission, la pérdida de biodiversidad genera cada año cargas para la sociedad equivalentes al 3% del PIB mundial. Incluso, establece una relación entre los conflictos y la violencia armada ya que, según un estudio publicado por Nature en 2019, el clima ha influido entre un 3% y un 20% de los conflictos armados del último siglo.
Según recuerdan desde DWS, hay cálculos que sugieren que los costes indirectos podrían ser aún más altos: más de la mitad del PIB mundial depende de la naturaleza y todo lo que nos proporciona. “Los sectores de alimentación y bebidas, agricultura, pesca y construcción son los que más dependen de la naturaleza. Pero la industria farmacéutica también. Hasta el 50% de los medicamentos recetados emplean moléculas que se encuentran de forma natural en una planta. En el caso de los tratamientos oncológicos, el 70% de los fármacos son de origen natural o productos sintetizados inspirados en la naturaleza. Además, se estima que, hasta la fecha, solo se ha evaluado el 15% de las 300.000 especies vegetales del mundo para determinar su potencial farmacológico”, apuntan en su análisis con motivo del Día de la Tierra.
En opinión de Lucian Peppelenbos, especialista en clima de Robeco, el desafío que nos deja este marco es “convertir el compromiso a largo plazo en una acción inmediata”. Según denuncia Peppelenbos, durante el último año y hasta ahora, ha habido una verdadera ola de compromisos sobre las emisiones “net zero”, no solo de los gobiernos, sino también de las empresas, los inversores, las universidades, las ciudades y las regiones. Los expertos estiman que entre el 60% y 70% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero están ahora sujetas a un compromiso de “net zero” para 2050.
Un dato relevante en este contexto es que la inversión en petróleo y gas ha seguido cayendo, en relación con los activos de la industria a nivel mundial, mientras que la fijación de precios del carbono en el mercado clave del Sistema de Comercio de Emisiones de la Unión Europea (ETS), así como las subastas más pequeñas de la Iniciativa Regional de Gases de Efecto Invernadero de Estados Unidos, siguen aumentando.
En opinión de Andy Howard, director global de inversiones sostenibles de Schroders, aún se necesitarán precios más altos del carbono para impulsar el cambio en la escala y amplitud necesarias para cumplir los objetivos climáticos. “El aumento sostenido de los precios en los últimos años, pese a la caída de la producción industrial, ha demostrado la solidez de la tendencia y los beneficios de la acción política. Esperamos con optimismo lo que queda de 2021 y los meses previos a la COP26. Los responsables políticos de la mayoría de las principales economías ya han expresado su compromiso de actuar, preparando el terreno para una acción global coordinada. Esto podría apuntalar las reducciones sostenidas de las emisiones de gases de efecto invernadero, que serán necesarias para encaminar la economía mundial hacia la descarbonización. Ya hemos visto a gobiernos que representan alrededor del 70% de las emisiones mundiales o del PIB comprometerse a descarbonizar completamente sus economías. El número de empresas que han asumido compromisos similares a los de París, a través de la iniciativa Science Based Targets, ha crecido alrededor de un 50% en el último año y el enfoque corporativo en la fijación de objetivos sigue cobrando fuerza», explica Howard.
Para lograr reducir las emisiones, la industria de inversión está trabajando en ofrecer productos que impulsen otras energías. Por ejemplo, Mikael Jafs, cogestor de Pictet Timber en Pictet AM, presentaba recientemente la conferencia “Madera: la alternativa sostenible a materiales y energía basados en petróleo”, en la que destacó que los precios de las tierras de bosques de madera de primera calidad se ha mantenido fuertes y los de productos de madera están de vuelta a niveles récord, con demanda de construcción residencial, reparación y remodelación.
Según Jafs, desde que pusieron en marcha este fondo, esta inversión se ha visto favorecida por el crecimiento de las mayores economías del mundo. “De hecho, tiende a comportarse bien en tres de cuatro posibles regímenes básicos de crecimiento/inflación, especialmente con crecimiento económico al alza y aumento de inflación, que favorece al sector inmobiliario y los materiales. Además, en los bosques, el valor se va añadiendo con el tiempo, a medida que cada árbol crece, pudiendo elegirse el momento de la cosecha según los precios de los materiales y los productos finales”, añade.
Mirando a los inversores
En opinión de Gerrit Ledderhof, gestor de inversión responsable en Aegon Asset Management, todo este entorno plantea importantes preguntas a los inversores. En concreto, considera que los inversores pueden desempeñar una función crucial en este cambio, al respaldar de forma positiva y proactiva una transición energética que se acelerará en los próximos años. “Ahora que el mundo va recuperando poco a poco la normalidad gracias a las campañas de vacunación, resulta más importante que nunca ser conscientes de esta oportunidad y redirigir capital para apoyar la transición hacia una economía neutra en carbono y el cumplimiento de los objetivos mundiales de reducción de emisiones”, apunta Ledderhof.
Según su experiencia, para los inversores, el paso a una economía neutra en carbono subraya la necesidad de blindar sus carteras ante los riesgos y alinearlas con la transición energética. En este sentido añade: “La crisis climática también ofrece oportunidades para generar alfa explotando las tendencias de crecimiento. Si desean aprovechar estos cambios, los inversores tendrán que hacerse algunas preguntas difíciles sobre la función que desempeñan los factores ESG (medioambientales, sociales y de gobierno corporativo) en sus decisiones de inversión, si el mercado está siendo lo suficientemente transparente a la hora de valorar el riesgo climático y si están aplicando un proceso estructurado para identificar las oportunidades de crecimiento y los riesgos ligados al clima”.
“Los inversores están preparados para que los gobiernos conviertan el compromiso en acción. Según una encuesta de Robeco a grandes inversores, el 90% indicó que el cambio climático es o será central en sus políticas de inversión en los próximos dos años. La mayoría se compromete o se comprometerá a cero emisiones, y alrededor de una cuarta parte está descarbonizando activamente sus carteras. Las decisivas iniciativas públicas acelerarán las acciones futuras de los inversores y la industria. De esa manera, la brecha entre la ambición y la acción se puede salvar rápidamente. El mayor riesgo del cambio climático es la inacción, así que aprovechemos todas las oportunidades para actuar ahora”, afirma Peppelenbos.
En este mismo sentido, desde DWS recuerdan que mientras el mundo continúa luchando contra la pandemia, no está de más recordar que el descubrimiento de tratamientos podría ser una víctima directa de nuestra incapacidad para frenar el colapso de los ecosistemas terrestres. “Y todo eso en un momento en el que los científicos alertan de que la resistencia antimicrobiana va en aumento. En resumen, hay mucho sobre lo que pensar en el aniversario del Día de la Tierra”, concluyen.
Santander y Triodos Bank se han convertido en miembros fundadores de la Net Zero Banking Alliance (NZBA), promovida por la Iniciativa Financiera del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEPFI). Su fin es ayudar a movilizar el apoyo financiero necesario para construir una economía global de emisiones cero y cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, así como para proporcionar un foro de coordinación estratégica entre las entidades financieras a fin de acelerar la transición hacia una economía de cero emisiones netas.
Según recuerda la entidad, la NZBA reúne a un grupo inicial de 43 de los principales bancos del mundo con la intención de cumplir la ambición del sector bancario de alinear sus compromisos climáticos con los objetivos del Acuerdo de París con colaboración, rigor y transparencia. En este sentido, los bancos ven la necesidad de que los gobiernos también cumplan sus propios compromisos.
Entre los compromisos que todos los miembros de la NZBA han acordado se incluye realizar la transición de todas las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) operativas y atribuibles de sus carteras de préstamos e inversiones para alinearse hacia las cero emisiones netas para mediados de siglo o antes y establecer objetivos intermedios para 2030, o antes, para los sectores prioritarios de gran intensidad de GEI y de emisión de GEI. Además, se compromete a facilitar la transición necesaria en la economía real dando prioridad a un marco de trabajo con los clientes y ofreciendo productos y servicios para ayudarles en su transición.
En este sentido, el Santander destaca que “viene ya desempeñando un papel importante en la lucha contra el cambio climático y en la transición a la economía verde”. A finales de 2020, Santander CIB fue el líder mundial en financiación de energías renovables, según Dealogic. Además, ese mismo año, el banco ayudó a financiar proyectos de energías renovables de nueva creación con una capacidad instalada suficiente para suministrar energía a 10,3 millones de hogares y evitar 60 millones de toneladas de emisiones de CO2.
“Si queremos que la economía mundial sea una economía verde, necesitamos hacer un esfuerzo global de verdad: que los bancos, las empresas, los gobiernos, los reguladores y la sociedad civil trabajen juntos en la misma dirección. En Santander estamos orgullosos de ser miembros fundadores de esta nueva alianza y de acelerar el progreso hacia las cero emisiones netas”, ha señalado Ana Botín, presidenta de Banco Santander.
Por su parte, en palabras de Peter Blom, CEO de Triodos Bank, «damos la bienvenida a la Net-Zero Banking Alliance (NZBA) y el compromiso de sus firmantes de adoptar políticas y estrategias para alcanzar una economía cero en carbono antes de 2050. Se nos acaba el tiempo y, sin una acción global contundente por parte de todos los grupos de interés no se cumplirán los objetivos climáticos del Acuerdo de París. En ese caso, las generaciones futuras se verían obligadas a enfrentarse a los efectos adversos de un cambio climático incontrolado”.
Blom explica que Triodos Bank apoya el escenario más ambicioso del Acuerdo de París, que limita el aumento de la temperatura global a un máximo de 1,5ºC. “La emergencia climática actual solo puede abordarse si aceptamos la responsabilidad de actuar de forma conjunta”, concluye Blom.
Como entidad firmante de la NZBA, Triodos Bank refuerza su compromiso de hacer frente al cambio climático a través de sus prácticas operativas y crediticias. Desde su fundación en 1980, el banco siempre se ha comprometido a mejorar su impacto medioambiental. Solo en 2020, Triodos Bank y sus fondos de inversión financiaron proyectos de energías renovables y de ahorro energético que evitaron el equivalente a las emisiones de más de 5.700 millones de kilómetros recorridos en coche.
El proceso de urbanización es un factor fundamental. Alrededor del 64% de todos los desplazamientos se producen en las ciudades (1) y, pese a que sólo ocupan el 3% de la superficie mundial, las urbes generan más del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero (2).
Buena parte de esas emisiones se debe a la ineficiencia, puesto que entre el 30% y el 40% del tráfico en las ciudades en busca de aparcamiento es responsable del 40% del consumo de combustible (3 y 4). Además de lidiar con el creciente aumento de la población, se calcula que en 2050 el 70% de las personas podrían vivir en ciudades, frente al 55% de 2018. Se requieren medios de transporte más eficientes y que generen menos emisiones.
El envejecimiento de la población y los consiguientes accidentes suponen un mayor desafío, especialmente en las ciudades, cuya población se compone cada vez más por personas mayores de 65 años. Los conductores de más de 75 años tienen casi dos veces y media más probabilidades de sufrir un accidente de tráfico mortal (5). En el otro extremo de la brecha de edad, el porcentaje de adolescentes con carné de conducir también está disminuyendo de forma vertiginosa (6). En ambos grupos demográficos, las nuevas soluciones de transporte son fundamentales.
En general, el acceso a un transporte de calidad y asequible constituye un factor determinante para reducir la pobreza y las desigualdades. Con más de un millón de muertes al año en las carreteras de todo el mundo según la OMS, una alta cifra de lesiones y un número aún mayor de delitos de tráfico, es evidente que se requieren nuevas soluciones de para transportar a las personas de forma más segura, asequible y eficiente.
Y lo que es más importante, debemos pensar en la sostenibilidad del transporte en el sentido más amplio de la palabra: la sostenibilidad del planeta, la creación de ciudades sostenibles y el mantenimiento de la vida y su calidad.
La tecnología resuelve problemas
La tecnología es la ciencia de resolver los problemas y su innovación ya está teniendo un impacto positivo en la crisis del transporte. Por suerte, el punto de partida es una situación tan ineficiente que existe enorme margen de mejora. El modelo actual es el del coche en propiedad; activos caros que a menudo se financian pero que pasan el 95% del tiempo desocupados y, cuando están ocupados, solo con una media de 1,7 pasajeros (7 y 8). Además, cuando se conducen, los vehículos dependen de motores de combustión interna (ICE, por sus siglas en inglés) alimentados por combustibles fósiles, a la vez que degradan el aspecto urbano. Por ejemplo, un porcentaje importante del suelo de Los Ángeles es de asfalto u hormigón debido al automóvil: calles, aceras y aparcamientos.
Cita extraída: “La tecnología está aportando diversas soluciones sostenibles, con vehículos con cero emisiones, sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS), transporte como servicio (TaaS) y conducción autónoma”.
En el gráfico 1 se comparan las emisiones “depósito a la rueda” (TTW) (el uso de combustible en un vehículo) y de dióxido de carbono (CO2) durante la conducción para los motores de combustión interna frente a varios tipos de vehículos eléctricos. Muestra las ventajas evidentes de los vehículos eléctricos.
Aceleración de la adopción del vehículo eléctrico
En 2020, asistimos a un punto de inflexión espectacular en la adopción del vehículo eléctrico, sobre todo en Europa, con un crecimiento del 137% (9), superando en volumen al mayor mercado, China, según algunas estimaciones. Los objetivos ecológicos fijados por los gobiernos, respaldados por generosas subvenciones, registraron un impulso en países como China, Francia y Alemania, que lanzaron planes de estímulo fiscal por la covid-19 para impulsar sus economías tras la crisis. Esto ha acelerado la evolución hacia la paridad de precios con los coches de combustión interna. La mayor selección de modelos de marcas conocidas, cada vez más en la gama de coste medio, y una infraestructura de recarga superior han logrado acelerar la adopción del vehículo eléctrico durante la crisis de la covid-19. A pesar de ello, la penetración sigue siendo baja, de menos del 5% en China y Europa, con EE. UU. a la zaga con menos del 3%. Según las previsiones de IHS Markit, en 2023 se producirá una fuerte inflexión al llegar al 25% de penetración mundial vehículo eléctrico, superándose el 50% en 2027 (véase el gráfico 2). La rumoreada entrada de Apple en el mercado probablemente acelerará esta tendencia, mientras que empresas como la start-up de transporte sostenible Rivian está ayudando a Amazon a desplegar una flota comercial totalmente eléctrica.
Avanzando con la tecnología autónoma y los ADAS
Conforme los sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS) se vuelven más sofisticados, empiezan a llegar al mercado de masas y cada vez son más obligatorios de acuerdo con las normas de seguridad. El frenado de emergencia, el cambio de carril automatizado, un control de velocidad automática más sofisticado y el aparcamiento automático son cada vez más frecuentes. Los pronósticos prevén un punto de inflexión importante en la adopción de ADAS a lo largo de la próxima década: los ADAS más sencillos de nivel 1 han alcanzado una penetración del 40% en 2020, pero los ADAS más avanzados de nivel 2 apenas lograron el 7% y los de nivel 3 (preautónomos) el 0%. Sin embargo, las previsiones indican que la adopción conjunta crecerá hasta el 87% en 2030 (gráfico 3).
Aunque ahora se reconocen mejor los desafíos prácticos de la conducción autónoma, ha habido avances con la comercialización de taxis sin conductor en Phoenix por parte de Waymo, filial de Alphabet. También hemos visto a Motional, joint venture entre Hyundai y el proveedor de tecnología automovilística Aptiv, realizando viajes autónomos para Lyft, el rival de Uber, en Las Vegas. La tecnología autónoma parece ser una tendencia a largo plazo y probablemente estará georreferenciada o reservada para usos de flotas comerciales o de reparto en un futuro inmediato. Y ello a pesar de los esfuerzos de Tesla por llevar su función de piloto automático a un nivel verdaderamente autónomo.
El impulso de la tecnología autónoma también tiene importantes repercusiones a largo plazo para el transporte por carretera. Será un factor clave para reducir el coste hasta alcanzar la paridad con el del coche en propiedad, lo que abriría un mercado objetivo de transporte como servicio (TaaS) mucho mayor, sobre todo si tenemos en cuenta que el 46% de todos los viajes en vehículos de EE. UU. tienen una distancia inferior a cinco kilómetros (10). Waymo, Motional/Lyft y Aurora/Uber trabajan para lograr ese objetivo. Mientras tanto, el servicio de alquiler de vehículos ya influye en la predisposición de los jóvenes para aprender a conducir. Pese a la omnipresencia percibida de Uber cuando se lanzó en bolsa en 2019, la compañía habló de apenas un 1% de penetración de su mercado objetivo. Desde entonces, Uber se ha comprometido a ser una plataforma con cero emisiones de carbono en EE. UU., Canadá y Europa para 2030 y ya en 2025 en Londres.
Factores de inversión
El sector tecnológico ofrece incontables oportunidades para beneficiarse de estas potentes tendencias a largo plazo en el transporte sostenible. En vez de intentar identificar cuál será la empresa dominante en el sector del vehículo eléctrico, podría ser mejor tener en cuenta a los principales proveedores de tecnologías a los que les sea indiferente quién se haga liderazgo en el sector del vehículo eléctrico, como las empresas especializadas en plataformas de electrificación y ADAS, en el transporte por carretera y en la visión por ordenador necesaria para unos ADAS más avanzados y, en definitiva, para la conducción autónoma. Aunque estos valores se han beneficiado en general de la tendencia secular hacia el transporte sostenible, la convicción de invertir en cada empresa requiere un amplio análisis y debate, un conocimiento profundo de sus franquicias y una valoración de las soluciones que pueden aportar para resolver los desafíos globales.
Columna de Alison Porter, Graeme Clark y Richard Clode, gestores del fondo Global Technology Leaders de Janus Henderson Investors.
Anotaciones:
(1) Arthur D Little: The Future of Urban Mobility.
(2) Foro Económico Mundial, Davos 2020: Climate emergency: how our cities can inspire change.
(3 y 4) DC Shoup, Cruising for parking, 2006; Casualty Actuarial Society.
(5) Agencia de la Policía Nacional de Japón, junio de 2019.
(6) Sivak, M; datos de EE. UU.
(7 y 8) US National Household Travel Survey, 2017.
(9) EV-volumes.com, enero de 2021.
(10) US National Household Travel Survey, 2017.
Glosario de términos
Sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS): sistemas electrónicos de un vehículo que utilizan tecnologías avanzadas para ayudar al conductor. Los ADAS utilizan sensores en el vehículo, como radares y cámaras para percibir todo lo que le rodea y, a continuación, proporcionan información al conductor o toman medidas automáticas en función de lo que perciben.
Política/estímulo fiscal: política de un gobierno relacionada con la fijación de los tipos impositivos y los niveles de gastos. Es independiente de la política monetaria, que normalmente corre a cargo de un banco central. La expansión fiscal (o «estímulo») consiste en aumentar el gasto fiscal y/o reducir los impuestos. La austeridad fiscal consiste en subir impuestos y/o recortar el gasto para tratar de reducir la deuda pública.
Geofencing: función de un programa informático que utiliza el sistema de posicionamiento global (GPS) o la identificación por radiofrecuencia (RFID) para definir los límites geográficos.
Niveles de conducción automática: definidos por la Sociedad de Ingenieros de Automoción (SAE). Nivel 0: sin automatización; Nivel 1: asistencia al conductor (los sistemas automáticos empiezan a tomar el control del vehículo en situaciones específicas); Nivel 2: automatización parcial (funciones más complejas que combinan la dirección con la aceleración y el frenado, gracias al mayor conocimiento del entorno); Nivel 3: automatización condicional (el conductor se desentiende totalmente de la conducción, que se limita a situaciones específicas); Nivel 4: alta automatización (totalmente capaz de supervisar el entorno de conducción y manejar todas las funciones de conducción para rutas y condiciones rutinarias); Nivel 5: automatización total, sin necesidad de conductor al volante.
Política monetaria/estímulo monetario: las políticas de un banco central, para tratar de influir en el nivel de inflación y crecimiento de una economía. Incluye el control de los tipos de interés y la oferta monetaria. Estímulo monetario es cuando el banco central aumenta la oferta monetaria y reduce los costes de endeudamiento. La restricción monetaria se da cuando el banco central actúa para frenar la inflación y desacelerar el crecimiento de la economía, elevando los tipos de interés y reduciendo la oferta de dinero. Véase también la política fiscal.
Transporte como servicio (TaaS): el TaaS se está viendo impulsado por cuatro macrotendencias: los vehículos autónomos, los vehículos eléctricos, la conectividad y la economía colaborativa. Implica un cambio de la propiedad del modo de transporte por soluciones de movilidad que se consumen como un servicio.
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Con los tipos de interés mundiales cerca de sus mínimos históricos y un entorno de tipos «más bajos por más tiempo», los inversores en renta fija se enfrentan a un difícil dilema. A primera vista, y con un rendimiento medio del 0,3% para el mercado de bonos corporativos con grado de inversión (IG) en euros (Bloomberg Barclays Euro-Aggregate Corporate Index a 30 de marzo de 2021), hay pocos escondites en los mercados de renta fija. Con pocos ingresos en los bonos y una alta vulnerabilidad a la subida de los tipos de interés, la rentabilidad se ha vuelto asimétrica, con rendimientos sesgados a la baja. La desventaja suele ser dolorosa. Un ejemplo extremo son los bonos del siglo del gobierno austriaco – bonos del 0,85% emitidos el año pasado que vencen en 100 años (2120) – que han visto caer su precio de 140 a 100 en 2021, con sólo un modesto aumento del tipo de interés del 0,4%. La caída del precio equivale a más de 40 años de ingresos.
Afortunadamente, hay áreas del mercado de bonos que ofrecen rendimientos más atractivos con menor susceptibilidad a los tipos de interés. Consideramos que la deuda subordinada ofrece una propuesta de valor atractiva para los inversores que buscan ingresos elevados y son prudentes respecto a los tipos de interés.
Ingresos elevados como ventaja para los inversores en deuda subordinada
En primer lugar, la deuda subordinada se caracteriza por sus elevados ingresos, impulsados por los amplios diferenciales que ofrece esta clase de activos. Si tomamos como ejemplo los bonos convertibles contingentes de nivel 1 (AT1) en euros, los rendimientos medios son actualmente del 3,4% y los inversores obtienen unos 400 puntos básicos de diferencial, lo que supone un aumento de 300 puntos básicos en comparación con los bonos corporativos IG en euros. Al prever la rentabilidad total, el componente de los ingresos es estático y no se ve afectado por los tipos, a diferencia de los precios, que fluctúan.
Para los inversores, más ingresos equivalen a una gran capacidad para absorber las bajas de precios, manteniendo una rentabilidad total positiva. Por ejemplo, en los AT1 en euros, una reducción agregada de los precios del 3,4% daría lugar a una rentabilidad total nula (utilizando el rendimiento del 3,4% como sustituto de los ingresos), mientras que los inversores de los IG en euros sólo podrían absorber un descenso de los precios del 0,3%. En el contexto de la subida de los tipos, este es un elemento diferenciador fundamental, ya que los tipos bajos agravan el riesgo de subida de los mismos con rendimientos en torno a mínimos históricos. Creemos que las clases de activos de renta fija de mayor rendimiento, como la deuda subordinada, ofrecen una mayor protección contra la subida de tipos.
La falacia de la duración en la inversión crediticia
En segundo lugar, está la cuestión de cómo se comportan realmente los diferentes segmentos del mercado de bonos en períodos de subida de tipos. En teoría, cuando los tipos suben, los precios de los bonos deberían bajar en línea con la duración media. Por ejemplo, el índice Bloomberg Barclays Euro-Aggregate Corporates tiene una duración de 5,3 frente a la de 4,6 del índice Bloomberg Barclays Contingent Capital EUR, lo que implica una caída del 5,3% y del 4,6% respectivamente en el precio de mercado para un aumento del 1% en el rendimiento. Al tener una duración menor, la deuda subordinada tiene una sensibilidad teórica ligeramente menor a los tipos.
Sin embargo, la susceptibilidad real puede diferir significativamente de las métricas de duración de los bonos. Esto se debe a que la duración mide la susceptibilidad de un bono a un cambio del 1% en el rendimiento. En el caso de los bonos gubernamentales sin riesgo, esta es una medida precisa, ya que el rendimiento es un mero reflejo de los tipos de interés. Sin embargo, esto no es necesariamente válido para los bonos corporativos.
Como ejemplo, supongamos que el emisor XYZ emite un bono corporativo con un vencimiento a cinco años y un cupón del 5% (emitido a la par con un rendimiento del 5%). Suponiendo que el rendimiento de la deuda pública a cinco años es del 2%, el diferencial de crédito del bono es de 300 puntos básicos o del 3% (lo que se paga a los inversores por el riesgo de impago). Para simplificar, supongamos que la duración es de cinco años. De este modo, se modela una variación del 1% en el rendimiento, la suma del tipo libre de riesgo y el diferencial de crédito. En caso de que los tipos de interés suban, la susceptibilidad del bono sería de cinco (es decir, una caída del 5% en el precio por una subida del 1% en el rendimiento) si los diferenciales de crédito permanecen inalterados. Sin embargo, si los diferenciales de crédito se estrechan, el impacto sería menor, y viceversa si los diferenciales aumentan. Por lo tanto, la susceptibilidad a los tipos de interés es menor que la duración si los diferenciales se estrechan.
Esto es especialmente importante, sobre todo porque los diferenciales de crédito y los tipos de interés tienden a estar inversamente correlacionados (los diferenciales de crédito se estrechan cuando los tipos de interés aumentan). La explicación sencilla es que cuando los tipos de interés suben (especialmente los tipos a largo plazo y una curva más pronunciada) esto refleja una mejora del entorno macroeconómico (aumento del crecimiento del PIB, expectativas de inflación) que es favorable para los activos de riesgo, como la renta variable y el crédito. Por lo tanto, el impacto de los tipos suele ser compensado (parcialmente) por el efecto de los tipos.
Este efecto se ve exacerbado por el nivel de los diferenciales. Cuanto mayor sea el nivel de los diferenciales de crédito del bono, mayor será la capacidad de absorber la subida de los rendimientos y mayor será el ajuste de los diferenciales ante una mejora de las condiciones macro. El mercado corporativo IG en euros, con unos diferenciales medios de alrededor de 90 puntos básicos, sólo puede absorber en teoría un máximo de 90 puntos básicos de aumento de los tipos, mientras que los CoCos AT1 tienen más margen de compresión con un diferencial de alrededor de 400 puntos básicos.
Un ejemplo útil para ilustrar esto es el rendimiento de varios segmentos del mercado de bonos en dólares desde agosto de 2020, ya que el rendimiento del Tesoro estadounidense a 10 años ha pasado del 0,5% al 1,7% actual. En el gráfico 1, hemos analizado el rendimiento de varias áreas del mercado de renta fija, centrándonos en los ingresos, la variación del precio de los tipos y la variación del precio de los diferenciales. Los bonos del Tesoro se han visto muy afectados por la subida de los tipos, un descenso del 7% en el precio sólo se ha visto compensado por un aumento del 1,1% en los ingresos. En el caso de los bonos corporativos, el gran impacto de la variación de los tipos fue compensado por los ingresos y el estrechamiento de los diferenciales (descenso de 38 puntos básicos), lo que dio lugar a una mayor rentabilidad total. En el caso de los CoCos AT1, el riesgo de duración relativamente bajo provocó un efecto negativo del 2,6% debido a la subida de los tipos, y la fuerte compresión de los diferenciales (descenso de 126 puntos básicos) y los elevados ingresos dieron lugar a una rentabilidad total positiva del 8% y a un rendimiento superior del 13,9% y el 11,8% en comparación con la deuda pública y los bonos corporativos, respectivamente.
Para el sector financiero, también se debe considerar el impacto positivo de los tipos más altos en los fundamentos. En general, la subida de los tipos es positiva para las recompensas, ya que suele traducirse en un mayor margen de interés neto y, por tanto, en un estímulo para los beneficios bancarios y los perfiles crediticios. Si va acompañada de una expansión económica, esto también favorece una mayor demanda de crédito, mayores ingresos por comisiones y menores pérdidas crediticias.
Lo que más nos destaca de este ejemplo es que los diferenciales más altos ofrecen la posibilidad de compensar el impacto de la subida de los tipos a través de unos ingresos elevados y unos diferenciales más ajustados. En las clases de activos de renta alta, como la deuda subordinada, con una duración típicamente más baja y una renta más alta, los rendimientos totales se ven menos afectados por los movimientos de los tipos.
El riesgo de extensión proporciona una nueva vertiente de subida potencial
Por último, el riesgo de extensión es otro viento de cola para los tenedores de bonos subordinados en un entorno de subida de tipos. Hemos escrito en el pasado sobre el riesgo de extensión, que es esencialmente el riesgo de que los precios de los bonos perpetuos disminuyan como consecuencia tanto de la ausencia de rescate de los bonos como del temor a que no se rescaten en la próxima fecha de rescate. El descenso del precio compensa a los tenedores de bonos por un periodo de duración potencialmente más largo.
En un entorno de subida de tipos impulsado por tendencias macroeconómicas positivas en el que los fundamentos de las entidades financieras mejoran y los diferenciales se estrechan, se espera que el riesgo de extensión suponga una ventaja. A medida que los diferenciales se estrechan, a los bancos les resulta más barato refinanciar sus bonos subordinados perpetuos que no solicitarlos, lo que a su vez debería conducir a una revalorización del mercado. A medida que el mercado se revaloriza hasta la opción de compra, existe un potencial de subida de precios para los tenedores de bonos que podría llevar a un mayor rendimiento en comparación con otras clases de activos de renta alta.
En conjunto, creemos que la deuda subordinada ofrece una solución para los tenedores de bonos en un entorno difícil, con un atractivo rendimiento de los ingresos y una menor susceptibilidad a los tipos en comparación con los bonos corporativos IG. Seguimos constatando factores favorables y valoraciones atractivas que respaldan esta clase de activos.
Columna de Romain Miginiac, jefe de investigación en Atlanticomnium S.A, firma de inversión especializada en bonos corporativos. Atlanticomnium gestiona activos para GAM Investments.
Información legal importante La información contenida en este documento se ofrece únicamente con fines informativos y no constituye un asesoramiento de inversión. Las opiniones y valoraciones contenidas en este documento pueden cambiar y reflejar el punto de vista de GAM en el entorno económico actual. No se acepta ninguna responsabilidad por la exactitud e integridad de la información. El rendimiento pasado no es un indicador de las tendencias actuales o futuras. Los instrumentos financieros mencionados se facilitan únicamente con fines ilustrativos y no deben considerarse como una oferta directa, una recomendación de inversión o un consejo de inversión. La referencia a un valor no es una recomendación de compra o venta de dicho valor. Los valores enumerados fueron seleccionados del universo de valores cubiertos por los gestores de la cartera para ayudar al lector a comprender mejor los temas presentados. Los valores incluidos no son necesariamente mantenidos por ninguna cartera ni representan ninguna recomendación de los gestores de carteras. No se garantiza que las previsiones se cumplan.
Raymond James sumó a su equipo a dos asesores internacionales de Wells Fargo, Orlando García y Lizzette Inchaustegui, para sus oficinas en Coral Gables, según información de Brokercheck.
García, con más de 25 años en la industria, se registró en la firma el 19 de abril, según su perfil de Finra. Está especializado en clientes de alto patrimonio de Colombia, según fuentes del mercado.
El advisor estaba en Wells Fargo desde el 2000.
Por otro lado, Inchaustegui, que comenzó en 1995 en Merrill Lynch, llegó a Raymond James el pasado viernes 16 de abril, informa su perfil de Brokercheck.
La asesora financiera tiene clientes de Argentina y República Dominicana y estaba en Wells Fargo desde el 2008.
Estos fichajes se dan luego de que Wells Fargo decidió cerrar en enero su negocio offshore para enfocarse en el cliente residente, así como estadounidenses en el extranjero por motivos relacionados con el servicio exterior o militar.
Este anuncio lanzó una batalla por captar a los advisors especializados, que dejan la wirehouse a la que Raymond James no ha sido ajeno. Otras compañías que han captado a los managers son Morgan Stanley, Insigneo, Bolton y UBS entre otras.
Si bien ya se han conocido muchos fichajes fruto del cierre de Wells Fargo, las fuentes de la industria esperan que en los próximos meses se sigan conociendo más pases entre las principales compañías.
La apertura de la economía y el estímulo fiscal se están viendo reflejados en un aumento récord de las ventas minoristas en marzo. Está comenzando un auge del consumo y durará al menos los próximos seis meses. Las fuertes ventas minoristas presionaron al alza la previsión del PIB de EE.UU, coinciden diversos análisis.
El pago del estímulo de 1.400 dólares mantendrá fuerte el impulso de las ventas minoristas para abril y con la creación de empleo que continúa mejorando, sobre todo si se tiene en cuenta “el fantástico número de solicitudes semanales de desempleo de 576.000 para el 10 de abril frente a 769.000 la semana anterior”, dice el informe de ING.
Los fundamentos que sustentan la economía parecen muy robustos. La relajación continua de las medidas de contención de COVID-19 aumentará las oportunidades para la creación de empleo y el gasto en la economía, con un crecimiento del PIB en el segundo trimestre que podría llegar a duplicar cifras. Esto dejaría el nivel del PIB por encima de los niveles anteriores a la emergencia sanitaria, lo que subraya la eficacia de la respuesta de EE.UU. a la pandemia, agrega el banco holandés.
Mirando hacia el futuro, la historia sigue siendo muy positiva, aunque es cada vez más probable que veamos a la gente cambiar las compras de «cosas» a «experiencias» a medida que se recupera el tiempo perdido.
Las oportunidades laborales están mejorando notablemente, mientras que los beneficios federales extendidos por desempleo continúan hasta septiembre, lo que brinda a los desempleados la garantía de un sólido apoyo financiero en caso de que no encuentren trabajo. Sin embargo, los trabajos no deberían ser demasiado difíciles de encontrar, la Fed habló de un aumento de los pagos de bonificaciones para contratar y retener al personal, lo que sugiere que los ingresos seguirán creciendo.
Por otro lado, el economista en jefe, Julius Baer, David Kohl, comentó que era esperable un fuerte repunte de las ventas minoristas en marzo, pero el salto récord de 9.8% en comparación con los meses anteriores superó claramente las expectativas del consenso, y la revisión al alza de la lectura del mes pasado de -3% a -2.7% impulsó el consumo aún más.
Las 13 categorías minoristas registraron ganancias en las ventas en marzo. Los restaurantes reportaron un aumento de 13.4% y las tiendas de ropa un 18.3% en ventas. Con la excepción de los restaurantes, las ventas en cada categoría están ahora por encima del nivel de febrero del año pasado, antes de que la pandemia paralizara la economía.
Los datos sugieren que el crecimiento del PIB de EE.UU. en el primer trimestre será superior a la estimación de Julius Baer actual de crecimiento trimestral anualizado de 4%, lo que también impulsaría aún más la previsión de crecimiento anual de 6.5% para 2021, comenta Kohl.
Las fuertes ventas minoristas en marzo se han visto impulsadas por una apertura de la economía debido a la exitosa campaña de vacunación, el dinero del estímulo fiscal (que actualmente se distribuye a los hogares) y un repunte con respecto al mes pasado cuando el clima frío deprimió las ventas minoristas en gran parte del país.
Evelin Frangié se ha incorporado al equipo de Global Wealth Management, de Grupo Pro-Capital, con el cargo de Managing Partner en Global Work Management Group y con el objetivo de fortalecer el manejo de activos de clientes en América Latina.
Frangié es Licenciada en Administración, egresada con honores Cum Laude de la Universidad de Los Andes, en su ciudad natal Mérida, Venezuela. Desde sus inicios profesionales ha estado involucrada en los mercados financieros, comenzando como pasante para una Casa de Bolsa local y luego alcanzando la posición de Wealth Manager en Citibank Mercado de Capitales a sus 24 años de edad; cargo que ocupó durante casi 4 años.
Con el cierre masivo de las oficinas de Citibank en la región, Evelin se incorpora a VectorGlobal WMG, como Asesora Financiera; en 2019 se traslada a Chile con el cargo de directora, sumando más de 7 años de servicio en dicha compañía.
Global Wealth Management es un Bróker-Dealer independiente que reúne una trayectoria de más de 25 años operando sin sanciones, calificado A+ por FITCH, destacado por su desempeño en Renta Fija – área de experticia de Frangié-. Los acuerdos con entidades financieras de primer nivel y reconocimiento mundial como Pershing LLC, Morgan Stanley, PICTET y UBP han logrado crear una alianza estratégica excepcional tanto para Frangié como para Global Work Management Group (GWMG).
GWMG es una propuesta novedosa, que pretende combinar el negocio de asesoría financiera con negocios alternativos como seguros patrimoniales, de inversión y vida, incubadora de emprendimientos, instituto de educación bursátil y una red de intercambio de activos (inmuebles, vehículos, entre otros), solo para clientes con certificación GWMG.
«Espero dejar atrás el falso mito de «se necesita mucho dinero para acceder al mercado de valores» y hacer cercano el mundo de las inversiones tradicionales a través de estrategias de inversión para diferentes perfiles de riesgo», expresó Frangié.
“Desde el punto filantrópico, busco apoyar a mujeres que se sientan desorientadas por cambios repentinos en sus estilos de vida, y así evitar que por vulnerabilidad tomen malas decisiones financieras. También espero involucrar a los más pequeños en el mundo de las finanzas a través de educación financiera para niños, fomentando la cultura del ahorro y las inversiones desde temprana edad”, añadió Evelin Frangié.