La deuda de las empresas se disparó un 10% hasta una cota máxima de 13,5 billones de dólares en 2020

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Pixabay CC0 Public Domain. La deuda de las empresas se disparó un 10% hasta alcanzar una cota máxima de 13,5 billones de dólares en 2020

La deuda de las empresas de todo el mundo alcanzó un nuevo récord al situarse en los 13,5 billones de dólares en 2020, según muestra el índice anual Janus Henderson Corporate Debt Index. Esto supuso un aumento del 10,2%, en mitad de un contexto marcado por un retroceso en los beneficios mundiales de casi un tercio. 

En términos de deuda nueva, esta aumentó en 1,3 billones de dólares en 2020, lo que supone otro récord. Según explican desde la gestora, “las empresas hicieron acopio de efectivo para asegurarse de poder capear la recesión mundial y cualquier posible restricción en el acceso a los mercados financieros”. Con todo, las compañías no han gastado prácticamente nada de esta deuda nueva y apenas han emitido deuda adicional en lo que va de 2021. De cara a este año, el análisis de Janus Henderson sobre los mercados mundiales de deuda corporativa revela que el endeudamiento total solo ha aumentado un 1% más en los seis primeros meses de 2021.

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Este ahorro ha implicado que la deuda neta (deuda total menos tesorería) de las empresas a escala mundial solo ha crecido 151.000 millones de dólares, y cerró el año en 8,30 billones de dólares (frente a los 8,15 billones de dólares de hace un año). Sin embargo, si tenemos en cuenta las fluctuaciones de los tipos de cambio, el aumento fue de solo 36.000 millones de dólares.

Respecto a 2021, Janus Henderson espera que la deuda total se mantenga estable en líneas generales, aunque la deuda neta subirá rápidamente a medida que las empresas empiecen a gastar parte del efectivo recopilado. Todo apunta a que la deuda neta aumentará en 500.000-600.000 millones de dólares este año, hasta alcanzar los 8,8-8,9 billones de dólares.

Según la gestora, la ardua labor de reducción del gasto ha hecho que la mayor parte de la nueva financiación siga estando en los balances de las empresas a modo de efectivo o en títulos. Las posiciones de tesorería se dispararon 1,1 billones de dólares hasta alcanzar la cifra récord de 5,2 billones de dólares en 2020, por lo que han aumentado casi el doble en un año que en los cinco años anteriores juntos.

En lugar de gastar el dinero nuevo obtenido, las empresas han tomado medidas para reforzar sus balances. Las compañías que componen el Janus Henderson Corporate Debt Index recortaron sus dividendos por valor de 130.000 millones de dólares, redujeron la inversión en inmovilizado y recaudaron cientos de miles de millones de dólares de sus accionistas y a través de las ventas de activos. Además, recortaron las recompras de acciones. Sin embargo, a medida que la recuperación sigue su curso, Janus Henderson predice un auge de las inversiones, la distribución de dividendos y la recompra de acciones durante el segundo semestre de 2021 y en lo sucesivo.

Oportunidades de inversión

Ante este contexto, Janus Henderson identifica importantes oportunidades para los inversores en renta fija, ya que la combinación de mejora de los fundamentales crediticios y la actividad de los bancos centrales en respuesta a la pandemia proporciona un entorno favorable tanto para la oferta como para la demanda de bonos de alto rendimiento.

En concreto, apunta que el segmento del alto rendimiento alberga oportunidades de inversión para los bonistas de ángeles caídos que se han recuperado. “Para los inversores en renta fija, se perfilan algunas oportunidades interesantes a medida que mejora la calidad crediticia, sobre todo en el segmento de alto rendimiento”, explican. Además, considera que existe un margen importante para identificar a las estrellas ascendentes en el próximo año, incluida la recuperación de algunos de los ángeles caídos del año pasado. Los gestores de carteras priorizan el sector de alimentación y bebidas (como es el caso de Kraft), determinados fabricantes de automóviles (como Ford) y las oportunidades en los sectores de la energía y el consumo.

“Las empresas de todo el mundo han capeado los últimos 16 meses con una habilidad impresionante. Resulta muy probable que asistamos a un auge de la inversión una vez remita la pandemia. Esto representará gran parte de la reducción de los saldos de efectivo este año, pero las recompras de acciones y las alzas de los dividendos también formarán parte de la ecuación”, señalan Tom Ross y Seth Meyer, gestores de carteras de renta fija de Janus Henderson.

En su opinión, para los inversores en bonos, existen algunas oportunidades realmente interesantes en estos momentos. “La perspectiva de un mayor crecimiento económico y un aumento de la inflación suele considerarse negativa para la renta fija, pero también implica una mejora de los fundamentales de la deuda corporativa: a mayor flujo de efectivo, mejores ratios de apalancamiento. Lo más importante es que los mercados de bonos corporativos no son una clase de activos única y uniforme. Aunque los costes de financiación generales son reducidos, las empresas siguen queriendo ascender en la clasificación, porque de este modo se abaratan aún más. Los costes de endeudamiento adicionales para un emisor BB son 100 puntos básicos más caros que para un emisor BBB, que se sitúa tan solo un peldaño por encima. Y lo que resulta fundamental: el mercado de alto rendimiento está en constante movimiento. En un extremo, hay bonos que van y vienen entre la calificación investment grade y la de alto rendimiento. En el otro extremo, los bonos están al borde del impago. En paralelo, hay cientos de emisores diferentes compitiendo por su posición en el universo de la deuda corporativa. Cuando estas posiciones cambian, los precios de los bonos fluctúan, lo que genera oportunidades de inversión”, añaden. 

Los gestores consideran que un crecimiento económico sólido puede desencadenar un aumento permanente de la inflación, pero es importante no dejar que el miedo a que unos tipos de interés más altos lastren la rentabilidad impida a los inversores aprovechar las oportunidades potenciales. “Creemos que los bancos centrales mantendrán el respaldo a la recuperación económica con unos tipos de interés bajos y compras de activos (relajación cuantitativa). Esto debería brindar un entorno favorable tanto para la oferta como para la demanda de bonos de alto rendimiento, creando así oportunidades para una acertada selección de títulos de deuda corporativa”, matizan.

Sobre el riesgo de impago, Seth y Tom añaden: “Las tasas de impago han sido muy bajas durante la pandemia gracias al apoyo de los Gobiernos, pero creemos que continuarán siendo reducidas, quizás por debajo del 1% este año y solo ligeramente más altas el próximo. Ciertamente, la deuda ha aumentado, pero el efectivo se ha disparado, los mercados están totalmente abiertos y el flujo de efectivo libre se está acelerando, por lo que las empresas cuentan con un impulso adecuado para avanzar. Siguen existiendo focos de riesgo: las aerolíneas, por ejemplo, continúan siendo vulnerables a las imprevisibles decisiones políticas sobre los viajes internacionales. El sector del ocio y la hostelería en general también acusa sobremanera esta incertidumbre”.

Por su parte, Juan Fierro, Associate Director de Janus Henderson para España, señala: “El pasado año el volumen de deuda en los balances de las empresas cotizadas a nivel mundial se elevó un 10%, hasta los 13,5 billones de dólares. No obstante, las empresas no gastaron esta nueva deuda, sino que incrementaron sus reservas de efectivo y activos líquidos para afrontar la situación de crisis provocada por la pandemia. Esto se tradujo en una escasa variación de los niveles de endeudamiento financiero neto, que únicamente se elevó un 1.9%, cerrando el año en 8,3 billones de dólares. Según avance el 2021 y asistamos a la reapertura gradual de las economías y al repunte de la actividad económica, prevemos que las empresas eleven la inversión y retomen sus políticas de remuneración al accionista a través del pago de dividendos y la recompra de acciones. Es por ello que, aunque no esperamos un crecimiento significativo de los niveles totales de deuda, sí anticipamos un repunte del endeudamiento neto a medida que las empresas comiencen a utilizar el efectivo y activos líquidos acumulados en los últimos 12 meses. Los bajos tipos de interés hará que el coste de esta deuda continúe siendo asequible”. 

Traducido a los mercados financieros, Fierro considera que se presenta un entorno favorable para los inversores en renta fija, en particular en el segmento de alto rendimiento. “Con todo esto se refuerza nuestra convicción en la gestión activa, ya que la correcta asignación de activos a nivel regional y sectorial, y la selección de las mejores oportunidades a nivel corporativo cobra especial importancia”, concluye.

Tikehau Capital lanza un fondo de high yield con un enfoque de impacto

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Tikehau Capital, grupo global de gestión de activos alternativos, lanza el fondo Tikehau Impact Credit, pionero en establecer un enfoque de impacto en el universo de bonos high yield. El objetivo del fondo es ayudar a ampliar la inversión de impacto en la renta fija, un paso clave para abordar el cambio climático y alcanzar los objetivos establecidos en el Acuerdo de París.

Este nuevo fondo se situará junto a las estrategias de impacto de los activos de Tikehau Capital, lo que supone otro avance para la plataforma de impacto global del grupo.

Raphaël Thuin, director de Estrategias de Mercados de Capitales de Tikehau Capital, afiirma: «Estamos encantados de seguir ampliando nuestra plataforma de impacto con el lanzamiento de nuestro fondo de crédito de impacto de alto rendimiento. En 2020, los compromisos para alcanzar las emisiones netas cero de las empresas se duplicaron. El siguiente paso es que la inversión de impacto llegue a las costas del mercado de renta fija. Nos comprometemos a desplegar una estrategia de compromiso que contribuya a la iniciativa mundial para que las empresas alcancen las emisiones netas cero en 2050 o antes, y trataremos de dar a nuestros inversores la oportunidad de alcanzar objetivos financieros y extrafinancieros ambiciosos a través de su asignación de renta fija».

La misión del fondo es financiar y comprometerse activamente con empresas de diversos sectores que tienen el potencial de hacer posible el cambio global hacia una economía neta de carbono cero. Tikehau Capital aprovechará su amplia experiencia en este tipo de inversiones para definir «casos de impacto» para cada inversión y ayudar a los emisores a recorrer el camino hacia un futuro más sostenible.

Se centrará en tres grupos de inversiones y emisores: bonos verdes o ligados a la sostenibilidad, o empresas centradas en el ámbito de las estrategias para paliar el cambio climático, que ya participan en la transición energética y ecológica (categoría A); emisores que han firmado un compromiso internacional en materia de cambio climático (categoría B); y un enfoque agnóstico del sector para las empresas con potencial para contribuir positivamente a la mitigación del cambio climático o a la adaptación al mismo, así como para reducir otras externalidades medioambientales muy importantes.

TIC se fundamenta en las normas reconocidas por el sector para establecer objetivos de impacto clave, entre ellas el objetivo de reducción de la intensidad de carbono del 30% en comparación con el índice High Yield ESG (ICE Global High Yield ESG Tilt Index); un mínimo del 25% invertido en emisores altamente expuestos al cambio climático que necesitan acelerar su transición y en los que el impacto puede ser significativo (por ejemplo, fabricación, agricultura, transporte); y una contribución a la autodescarbonización anual del 5% por sector como mejor esfuerzo.

Tikehau Capital ha desarrollado un enfoque proactivo de ASG por diseño que está integrado en su proceso de gestión de carteras y está en el centro de su filosofía de inversión. El compromiso activo y continuo con los emisores también será clave para ayudar a estas empresas a acelerar su transición hacia un futuro más sostenible. En consonancia con su política de fuerte alineación de intereses, Tikehau Capital ha comprometido 30 millones de euros de capital inicial para este fondo.

El fondo ha sido lanzado en varios mercados europeos, como Francia, Italia, España, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo y Reino Unido.

Los inversores tienen la mira puesta en la inflación, el COVID-19 y las medidas de la Fed

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Las políticas de la Fed, la inflación y el aumento de casos de COVID-19 son lo más importante del mes para los inversores, según la última encuesta Marquee QuickPoll de 1.077 clientes inversores institucionales, divulgada por Goldman Sachs. 

“Los inversores esperan que la Fed suba las tasas antes. Están interpretando los comentarios agresivos de la Fed en junio en el sentido de que habrá una primera subida antes de lo esperado”, dice el resumen del estudio. 

El 58% espera la primera subida en 2022 y el 37% en la primera mitad de 2022. Por otro lado, los inversores continúan creyendo que la Fed no comenzará a disminuir en el futuro inmediato (más del 50% fijan la fecha en 2022). En otras palabras, el mercado cree que la Fed puede subir antes de lo esperado, pero esto se traducirá en tasas generales más bajas.

“Existe una profunda división sobre si el aumento de la inflación es transitorio. Si bien los precios están aumentando en todos los ámbitos, desde el petróleo hasta los costos de envío y los viajes en Uber, los inversores están divididos sobre si estos aumentos conducirán a una inflación sostenida”, agrega el informe al que accedió Funds Society. 

Un sector prevé que el crecimiento continúe repuntando de manera cíclica, lo que ejerce más presión sobre los precios y obliga a la Fed a subir los tipos antes. Por otro lado, hay quienes creen en estos saltos de precios como un fenómeno transitorio que se desvanecerá a medida que expiren las prestaciones por desempleo, aumente la capacidad de producción tras la pandemia y los patrones de consumo vuelvan a la normalidad.

Los inversores siguen siendo optimistas con respecto a los activos reales, como las materias primas, que se beneficiarían en entornos reflacionarios e inflacionarios. Al mismo tiempo, son activos nominales constantemente cortos, como los bonos de mercados desarrollados, que sufrirían en ambos escenarios. Mientras tanto, las opiniones de los inversores sobre las divisas, los mercados emergentes y el crédito tienen más matices, dado que esos activos tienden a ser empujados en direcciones opuestas por la reflación y la inflación y pueden ofrecer más oportunidades para coberturas baratas.

El COVID-19 sigue siendo una preocupación, pero probablemente se convertirá en una historia más local. Las preocupaciones sobre COVID-19 aumentaron en julio y casi uno de cada cuatro inversores lo citó como la principal preocupación del mes en medio de un aumento de casos en países que habían sido líderes en la vacunación de su gente, especialmente el Reino Unido e Israel. 

Con las brechas geográficas en las tasas de vacunación entre y dentro de los países, además de la divergencia regional en la respuesta de las políticas, es probable que los inversores comiencen a considerar al COVID-19 más como una colección de epidemias individuales con graves impactos regionales, en lugar de una sola pandemia con un impacto global, concluye el informe. 

Invesco apuesta por el mercado brasileño con acuerdo de distribución con BTG Pactual

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BTG Pactual, el banco de inversiones más grande de América Latina, firmó un acuerdo de exclusividad con Invesco para distribuir sus fondos en Brasil. A partir de esta semana, los clientes de la firma brasileña tendrán acceso al primer fondo de la administradora estadounidense en el país.

Se trata del fondo Invesco Greater China Equity Fundo de Investimento em Ações Investimento no Exterior, un feeder fund que apunta a invertir en uno de los fondos offshore más grandes que invierten en compañías chinas.

Invesco es una compañía estadounidense con sus oficinas centrales en Atlanta, y es la sexta administradora de fondos independiente más grande de su país de origen, con activos por 1,5 billones de dólares.

Según informó la firma a través de un comunicado, la alianza con BTG Pactual es un paso más en su estrategia de fortalecimiento de su portafolio de fondos internacionales.

“La alianza con Invesco es una parte importante de nuestra estrategia para siempre ofrecer a nuestros clientes oportunidades calificadas para tener exposición al mercado internacional. Creemos que el escenario de tasas de interés más bajas en Brasil sigue empujando a los inversionistas a buscar diversificar sus portafolios, así que seguimos fortaleciendo nuestro propio portafolio para ofrecer más alternativas y productos exclusivos”, indicó Ignacio Pedrosa, Head of Third-Party Distribution en BTG Pactual.

Por su parte, en Invesco destacó el rol del acuerdo en su estrategia en la región. “Entrar a Brasil con un socio tan importante como BTG Pactual es un paso grande para Invesco en América Latina. Gracias a esta alianza, los inversionistas brasileños tendrán acceso a toda la capacidad y experticia de una de las administradoras más grandes del mundo, complementada por la cercanía y calidad de servicio de nuestro socio”, indicó Iñigo Escudero, Head of Distribution en Invesco para Iberia, América Latina y el mercado US Offshore.

En esa línea, el ejecutivo indicó que “en Invesco conocemos la región muy bien y nuestra meta es seguir ofreciendo esas soluciones que nuestros clientes demandan”.

El fondo Invesco Greater Chima Equity apunta a inversionistas calificados y tiene una inversión mínima de 5.000 reales (alrededor de 960 dólares), con una tarifa de administración de 1%. El producto, indicó la firma a través de un comunicado, es propicio para inversionistas interesados en diversificar sus portafolios hacia la exposición a la economía china.

América Latina captó 10.800 millones de dólares en flujos durante un junio marcado por la apuesta por emergentes

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Después de liderar la fuerte entrada de capitales que se registró en mayo, junio trajo también una fuerte apuesta por América Latina, que volvió a ubicarse en el podio de destinos preferidos para los flujos de portafolio internacionales.

Un informe del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por su sigla en inglés) muestra que los mercados emergentes como conjunto atrajeron un inversión neta de 28.100 millones de dólares durante el sexto mes del año. De este total, 18.900 millones de dólares en flujos hacia activos de deuda.

“Si bien el giro hawkish de la Fed en las última semanas afectó los flujos, el panorama general todavía es positivo, principalmente gracias a las importantes contribuciones de la emisión de deuda fresca a lo largo de los mercados emergentes y la importante contribución de los flujos a China”, indicó la entidad en su reporte.

En el desagregado, Asia emergente fue la región que atrajo más flujos de portafolio extranjero, con una inversión neta de 14.400 millones de dólares. En segundo lugar se encuentra América Latina, que captó 10.800 millones de dólares en junio.

Este mayor posicionamiento se dio luego de que la región liderara la llegada de flujos a emergentes en mayo, con la entrada neta de 6.200 millones de dólares, según informó el IIF en su momento.

Apuesta latinoamericana

Para el economista de la entidad internacional, Jonathan Fortun, una serie de factores locales apoyaron la entrada de flujos.

“Parte de este resultado positivo ha sido el fortalecimiento del real brasileño frente al dólar, lo que ha impactado positivamente las proyecciones para este país”, indicó el economista, agregando que “también hemos visto un rebote en los flujos a otros países de la región” y que el mejor desempeño de los mercados accionarios locales han ayudado a elevar las expectativas en torno a la región.

Un país que se ha quedado atrás es México, advierte Fortun, que describe un “retraso” respecto a otros países del vecindario.

A nivel de clases de activos, las estimaciones de Fortun muestran la entrada acumulada de 5.500 millones de dólares en flujos de renta variable y 5.200 millones de dólares en flujos de renta fija durante junio de 2021.

Banco Santander México lanza un nuevo modelo de asesoramiento: Future Wealth

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Víctor Matarranz
Víctor Matarranz, foto cedida. foto cedida

Banco Santander México anuncia la llegada a México de Future Wealth, un nuevo marco de asesoramiento basado en tendencias modernas de inversión que complementa las estrategias de inversión tradicionales, para dar un mayor protagonismo a la innovación en las carteras de inversión de los clientes.

Como primer producto de esta nueva tendencia en inversión, SAM Asset Management, la Gestora de Fondos de Santander, está lanzando en México el Fondo Future Wealth, que es un nuevo fondo multitemático en el mercado mexicano con un enfoque 100% en innovación.

“En un entorno de cambios y disrupción exponenciales, es fundamental invertir en los líderes de hoy pero además hay que saber identificar a los líderes del futuro”, señaló Víctor Matarranz, responsable de Santander Wealth Management & Insurance. “Fondo Future Wealth se centra en descubrir los nuevos líderes emergentes que más se están beneficiando de este ecosistema tan dinámico, ayudando a nuestros clientes a posicionarse en las mejores oportunidades”, añadió.

El Fondo Future Wealth, identifica tres grandes tendencias (sociedad futura, tecnología futura y planeta futuro) divididas en 18 subtemáticas como la tecnología médica, la robótica, la transición energética o el futuro del transporte. Cada una de estas megatendencias representará alrededor de un 33% del fondo y para garantizar que todas estén representadas cada una de las subtemáticas pesará entre el 2% y el 9% de la cartera total.

El Fondo Future Wealth de SAM Asset Management está listado en el mercado mexicano y estará disponible para clientes de la Banca Privada de Santander. Además de este nuevo fondo, Santander Asset Management ha listado un fondo similar en Luxemburgo, lo que permitirá a la Banca Privada de Santander comercializar este tipo de productos en las diferentes geografías en las que está presente el Grupo.

Santander Future Wealth, que puede invertir tanto en fondos, acciones o ETFs, ofrece soluciones centradas en las nuevas empresas innovadoras que están liderando la aplicación de las nuevas tecnologías y tendencias. Estas inversiones temáticas se revisan mensualmente en un comité integrado por la gestora y la banca privada de Banco Santander.

Luciano Gani se suma a Bradesco en Coral Gables

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Bradesco BAC Florida Investments sumó a Luciano Gani en Coral Gables luego de haber trabajado casi una década en UBS y al volver de un año sabático. 

“Después de pasar casi diez años en UBS (tanto en el Banco como en el Broker Dealer), en 2019 me tomé un año sabático en Brasil de los mercados financieros para perseguir un proyecto personal mío. Dos años después, ahora estoy de regreso en los mercados financieros comenzando un nuevo capítulo de mi carrera con Bradesco Bank en Miami”, publicó Lucano Gani en su perfil de Linkedin.

El advisor que cumplió funciones entre el 2011 y 2019 en UBS New York se registró en Banesco el 29 de junio, según su perfil de BrokerCheck.

“Me uniré a un increíble grupo de profesionales como uno de sus asesores financieros senior para ayudar a Bradesco a establecer una posición sólida para su negocio offshore en sus nuevas operaciones en Miami”, agregó Gani que enfatizó que “no podría estar más emocionado con esta oportunidad y espero con ansias los próximos años”.

Gani es bachelor of Science por el Mercy College, además tiene estudios en International Business y cuenta con las series 7 y 66 de Finra. 

 

¿Qué hay detrás de la falta de convergencia en las puntuaciones de sostenibilidad?

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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Qué hay detrás de la falta de convergencia en las puntuaciones de sostenibilidad?

Los inversores siguen preocupados por la falta de equidad en las puntuaciones de sostenibilidad de las empresas por parte de diferentes proveedores. Quieren evaluaciones fiables y comparables, como las calificaciones crediticias. Pero la divergencia tiene raíces más profundas que la simple falta de buenos datos.

Las puntuaciones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) divergentes de los principales proveedores reflejan una diferencia fundamental entre las calificaciones financieras y no financieras. Una calificación crediticia responde esencialmente a una pregunta: ¿cuál es la probabilidad de impago de un deudor? Pero una calificación ESG es diferente. No hay una pregunta única comparable. De hecho, los inversores y los emisores se plantean hoy una serie de preguntas diferentes a medida que la inversión sostenible se convierte en un ámbito que mueve 40 billones de dólares.

La respuesta para los inversores es ajustar sus expectativas y aceptar que pueden ser necesarias dos valoraciones ESG, o incluso múltiples, para captar plenamente la sostenibilidad de sus inversiones

Algunas valoraciones corporativas evalúan los riesgos relacionados con el ESG a los que se enfrentan las empresas, como las catástrofes naturales, el cambio climático, las sanciones regulatorias o el peligro de los activos varados, como los yacimientos de petróleo y las minas de carbón. Otras miden el impacto de la propia compañía en el medio ambiente y la sociedad. Ninguna puntuación única puede captar la llamada doble materialidad: el equilibrio de riesgos e impactos.

El resultado es que los proveedores de puntuaciones ESG se basan en múltiples criterios diferentes, lo que inevitablemente conduce a resultados dispares. La complejidad de la medición de la sostenibilidad, en contraste con la solvencia crediticia, se hace más evidente cuando se pone de manifiesto que los riesgos e impactos ESG de una empresa se extienden mucho más allá de sus propias actividades a las de sus proveedores y clientes: la cadena de suministro.

La calificación crediticia es también una medida absoluta. Sin embargo, los inversores que buscan un equilibrio entre el riesgo, la rentabilidad y la sostenibilidad, podrían requerir una puntuación que muestre lo bien que califica una empresa en comparación con otras de su sector – «la mejor de su clase»- en lugar de en términos absolutos.

También está el problema de los datos. Por ahora, no existe una divulgación de datos ESG equivalente a los estados financieros auditados de las empresas, basados en normas contables acordadas internacionalmente, en los que se basan las agencias de calificación crediticia para evaluar la probabilidad de que un emisor incumpla los pagos de su deuda.

La normalización ya se está llevando a cabo, sobre todo en Europa. La nueva Directiva sobre Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD, por sus siglas en inglés) de la Comisión Europea, que sustituye a la Directiva sobre Informes No Financieros (NFRD), refuerza las normas para garantizar que las mayores empresas europeas presenten información fiable y comparable sobre sostenibilidad.

Sin embargo, aún es pronto. No nos sorprendería ver que más inversores institucionales utilizan datos estandarizados para crear sus propias puntuaciones ESG para satisfacer las diferentes demandas y sensibilidades de sus clientes. La divergencia podría ser un signo de ventaja competitiva.

 

Tribuna de Diane Menville, responsable de ESG en Scope Group.

La Comisión Europea presenta una nueva estrategia sobre finanzas sostenibles

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Pixabay CC0 Public Domain. La Comisión Europea presenta una nueva estrategia sobre finanzas sostenibles

La Comisión Europea  ha hecho pública su intención de comprometerse a complementar su plan de acción de finanzas sostenibles de 2018, “ante los avances observados en todo el mundo desde entonces y el mejor entendimiento en la materia”, según ha indicado en su comunicado. 

“La nueva estrategia de finanzas sostenibles de la Comisión Europea recoge un conjunto de iniciativas destinadas a hacer frente a los retos ambientales, al mismo tiempo que incentive la inversión en productos sostenibles y la inclusión de las pymes en la transición hacia una economía sostenible”, explican desde finReg360.

Para lograr esta actualización de su plan, la Comisión Europea ha introducido una nueva fase en su estrategia de transición hacia una economía sostenible. La estrategia se divide en cuatro áreas de actuación: reforzar las herramientas y políticas para contribuir a la transición hacia una economía sostenible y alcanzar los objetivos ambientales; mejorar la inclusión de las pequeñas y medianas empresas (pymes), los consumidores y los inversores minoristas en las finanzas sostenibles; aumentar la resiliencia del sistema financiero para que contribuya a los objetivos del Pacto Verde Europeo, a la vez que se logra reducir el greenwashing; y promover una agenda de finanzas sostenibles global.

Principales novedades

Entre las novedades introducidas, finReg360 señala, entre las más relevantes, la financiación de los planes de transición hacia una economía sostenible. En este sentido, “el objetivo principal es extender el marco normativo a los flujos de capital intermedios para alcanzar la sostenibilidad”, explican. 

Para ello, la Comisión propone apoyo legislativo para financiar las actividades económicas que contribuyen a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (es decir, del sector energético); extender los criterios de la taxonomía a las actividades económicas de nivel intermedio en términos de sostenibilidad; desarrollar actos delegados adicionales de la taxonomía que recojan. Sobre esto último los actos delegados serían nuevos sectores, como la agricultura y determinadas actividades energéticas; los cuatro objetivos medioambientales restantes de taxonomía (uso sostenible y protección de los recursos hídricos y marinos, transición hacia una economía circular, prevención y control de la contaminación, y protección y recuperación de la biodiversidad y los ecosistemas); la definición de un marco estandarizado de ecoetiquetas para los instrumentos financieros y referencias ASG, así como en los folletos de los productos sostenibles.

La segunda novedad introducida es la inclusión de las finanzas sostenibles en pymes, consumidores e inversores minoristas. En este sentido, La Comisión considera que estos colectivos (pymes, consumidores e inversores minoristas) tienen un papel fundamental en la transición hacia una economía sostenible y propone una serie de acciones:

  • Solicitar una opinión a la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas inglesas) sobre el acceso a los préstamos e hipotecas verdes.
  • Integrar la información ASG en la estrategia europea de datos y valorar acciones adicionales, junto con la plataforma de finanzas digitales, para conseguir soluciones innovadoras en el uso de la tecnología.
  • Identificar posibles deficiencias en la protección de los seguros ante catástrofes naturales, junto con la Autoridad Europea de Seguros y Pensiones de Jubilación (EIOPA, en siglas inglesas). 
  • Reforzar el seguimiento del gasto en mejoras del clima y la biodiversidad, y ofrecer medidas de apoyo a los países europeos con intención de reorientar sus presupuestos hacia objetivos ecológicos.
  • Organizar una cumbre anual sobre inversiones sostenibles antes de la celebración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP-26).

“Además, se confirma la publicación del informe preliminar sobre la taxonomía para actividades económicas con objetivos sociales a finales de este año”, añaden desde finReg360.

Por último, el plan tiene presente la resiliencia del sistema financiero. Para ajustarse en mayor medida al Pacto Verde Europeo, es necesario reforzar el sector financiero para que contribuya a la mitigación de los riesgos del cambio climático y de la degradación del medio ambiente. Para alcanzar este objetivo, la Comisión Europea propone cuatro siguientes pasos:

  • Acordar, conjuntamente con el EFRAG,3 la ESMA y la IASB,4 la integración de los riesgos de sostenibilidad en las normas de información financiera.
  • Tomar medidas para que los riesgos ASG se reflejen sistemáticamente en las calificaciones crediticias.
  • Integrar los riesgos de sostenibilidad en los sistemas de gestión de riesgos de los bancos. Para ello, se propone modificar el marco normativo de requerimientos de capital (CRR5 y CRD IV6, por sus siglas en inglés).
  • Introducir modificaciones en la directiva Solvencia II7 para integrar de forma coherente los riesgos de sostenibilidad en la gestión de riesgos de las aseguradoras.
  • Reforzar la estabilidad financiera a largo plazo con la evaluación periódica de los riesgos ASG, los instrumentos macroprudenciales y las pruebas de resistencia.

Por último, se incluyen propuestas para mejorar la contribución del sector financiero a la sostenibilidad, como por ejemplo incrementar la transparencia en la divulgación de los objetivos de sostenibilidad de las instituciones financieras; solicitar a la EIOPA la revisión de los deberes fiduciarios de los fondos de pensiones y de los inversores para reflejar los impactos de las acciones por la sostenibilidad; o estandarizar en mayor grado las calificaciones AS.

“Finalmente, la Comisión recuerda que estamos ante un problema global que requiere una acción conjunta por todos los países. Para ello, buscará un consenso en esta materia en los foros internacionales y en la Plataforma Internacional de Finanzas Sostenibles (IPSF, por sus siglas inglesas), al mismo tiempo que apoyará a los países en vías de desarrollo en el camino hacia una economía más sostenible”, añaden desde finReg360.

En 2018, la Comisión Europea aprobó un plan de acción sobre finanzas sostenibles, a raíz del Acuerdo de París sobre el cambio climático de 2016. A continuación, creó un grupo de expertos que lanzó una batería de propuestas regulatorias. Según explican desde finReg360, hasta la fecha, la Comisión trabaja en los siguientes desarrollos normativos: criterios sobre la taxonomía de las actividades sostenibles; requerimientos de divulgación de los factores ambientales, sociales y de gobernanza (en adelante, ASG) para las empresas financieras y no financieras; y herramientas de inversión sostenible, incluyendo índices de referencia sostenibles y la definición de estándares internacionales y ecoetiquetas”.

Sector salud: los factores estructurales que refuerzan su atractivo para los inversores

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Pixabay CC0 Public Domain. Sector salud: los factores estructurales que refuerzan su atractivo para los inversores

Durante los momentos más duros de la pandemia, el sector sanitario y las tendencias relacionadas con la salud y el bienestar se posicionaron como uno de los “ganadores” en términos de inversión. En esta nueva etapa de post pandemia, los inversores y las firmas de inversión siguen viendo motivos para invertir en este sector, aunque siendo cada vez más selectivos.

En opinión de Mathieu Racheter, analista estratega del banco privado suizo Julius Baer, la salud sigue siendo un sector defensivo que cuenta con unas valoraciones atractivas y unas perspectivas sólidas de crecimiento. “Vemos una serie de factores estructurales que incluyen datos demográficos, macrodatos y una mayor demanda en los mercados emergentes, todo lo cual debería continuar impulsando el crecimiento de las ventas y las ganancias por encima del promedio a futuro. Esperamos que el sector de la salud genere un mejor crecimiento orgánico de las ganancias que casi todos los demás sectores defensivos, tanto este año como el próximo”, afirma Racheter. 

La analista considera que el potencial de crecimiento de los sectores relacionados con la salud estará impulsado por cambios demográficos favorables, nuevos desarrollos de medicamentos e innovaciones generales en el área de curas y prevención de enfermedades. “El crecimiento relacionado con los cambios demográficos se debe principalmente al fuerte aumento del número de personas mayores de 65 años, un 3,4% anual según las Naciones Unidas, que tienden a gastar tres veces más en atención médica que el resto de la población. Además, la cartera de nuevos medicamentos parece atractiva y debería poder compensar con creces la ola de vencimientos de patentes importantes que comienzan a mediados de esta década”, señala como uno de los factores que apoyarán el atractivo de este sector. 

Otra de las consecuencias que deja la pandemia para el sector salud es el potencial que tiene el desarrollo de medicamentos, en particular y más a corto plazo, la fabricación de vacunas. Tomando como ejemplo la creación de las vacunas contra el COVID-19, Laura Nelson, analista de inversión de renta variable de Capital Group, y Richmond Wolf, gestor y analista de inversión en Capital Group, destacan que las compañías han experimentado un nuevo modelo de negocio basado en la colaboración. 

Según explican desde Capital Group, en una época marcada por la rivalidad y la competencia mundial, el hecho de desarrollar las vacunas en un tiempo récord ha supuesto un logro histórico dado la cooperación en todo el mundo. Pensemos, por ejemplo, en la vacuna introducida de forma conjunta por Pfizer y BioNTech, la primera en recibir la autorización para su uso en Estados Unidos. “Fue desarrollada por una pareja turca al frente de una compañía alemana que estaba asociada con una multinacional estadounidense liderada por un inmigrante griego y con un director científico escandinavo. Todo ello es una gran muestra de la naturaleza global que tiene hoy en día la innovación”, destaca Richmond Wolf. 

Estos dos expertos consideran que este cambio ha demostrado a los inversores que Estados Unidos y Europa no son las únicas regiones que contribuyen al proceso de descubrimiento de fármacos. Tal y como señala Nelson Carney, la compañía biotecnológica BeiGene acaba de obtener la primera autorización por parte de la FDA para un medicamento contra la leucemia llamado Brukinsa. Otra compañía, HUTCHMED, podría obtener este mismo año la autorización para su tratamiento contra los tumores neuroendocrinos. Es más, “en el futuro, el papel que desempeña China en la industria farmacéutica global, tanto como mercado final como fuente de innovación de relevancia mundial, no hará más que aumentar”, argumentan. 

En opinión de Nelson los inversores también se verán beneficiados al invertir en un mercado que ha ganado tamaño. “Para ciertos tipos de cáncer y otras enfermedades comunes, el mercado potencial es inmenso. El primer inhibidor chino de PD-1, de la misma categoría que el fármaco Keytruda de Merck, solicitó su aprobación en Estados Unidos hace solo unas semanas. Este mercado podría alcanzar los 50.000 millones de dólares. Se prevé que el nivel máximo de ventas del fármaco de Merck se sitúe entre los 25.000 y los 30.000 millones. La patente no expira hasta 2028, pero ya hay cuatro compañías pisándole los talones que también pretenden solicitar la autorización en Estados Unidos”, explica la analista de Capital Group.

A todos estos factores, desde BNY Mellon IM suman uno más: el componente tecnológico que ha alcanzado el sector salud. De nuevo, el COVID-19 fue un catalizador: el 57% de todas las citas psiquiátricas se realizaban con telemedicina, algo que podría mantenerse en el futuro. “Hoy en día casi el 20% de todas las consultas de atención primaria se realizan por telemedicina, tras alcanzar un máximo del 38% a principios de mayo de 2020. Y todo esto se compara con el 2% de telemedicina antes de la crisis, así que claramente las cosas han cambiado”, señala Matthew Jenkin, analista del sector sanitario de BNY Mellon Investment Management.

Aparte de la telemedicina, otra tendencia que Jenkin observa con atención es la monitorización de pacientes a distancia. Es cuando los biosensores utilizan un sistema basado en la nube para transmitir en tiempo real los datos vitales de los pacientes a los cuidadores, enfermeros, médicos y familiares. Actualmente se utiliza para la monitorización cardiaca, del oxígeno, de la glucosa y del sueño para comprobar las constantes vitales y controlar la evolución de la enfermedad.

Estábamos entusiasmados con el futuro de los biosensores antes de la pandemia, pero ahora estamos viendo una adopción generalizada de estas tecnologías a un ritmo más rápido para controlar enfermedades como las arritmias cardiacas y la diabetes. Estas tecnologías están reduciendo las visitas al hospital y en persona y, lo que es más importante, creemos que van a evitar resultados negativos en el futuro”, afirma. 

Por último, en su opinión, las empresas de ciencias de la vida tendrán la oportunidad de beneficiarse durante la fase pandémica del virus, así como si hay una recurrencia estacional como el resfriado común, del que se cree que el 25% ha sido coronavirus en algún momento.

Con todas estas consideraciones y valoraciones sobre la mesa, los expertos de Capital Group afirman que la década de 2020 estará dominado por el sector sanitario, de tal forma que sus compañías tomarán el relevo de las famosas FAANG (Facebook, Apple, Amazon, Netflix y Google, o Alphabet).

“El sector está viviendo su momento más emocionante. Y todo empezó con la secuenciación del genoma humano. Llevamos veinte años desarrollando y mejorando estas herramientas, y ahora las utilizamos no solo para ofrecer diagnósticos más precisos, sino para desarrollar mejores terapias y adaptarlas a dichos diagnósticos”, concluye Wolf.