Erste Group ha anunciado su decisión de agrupar todos sus negocios y actividades de private equity en Erste Asset Management. Según la entidad financiera, esta forma de invertir ha ganado cada vez más peso como herramienta para financiar proyectos en la región de Austria, Europa Central y del Este.
“Junto con Erste Group Bank, tenemos un profundo conocimiento de las necesidades de los empresarios de nuestra región, así como de nuestros inversores. Somos uno de los principales gestores de activos de la región y queremos ampliar nuestra oferta en este mercado en crecimiento tras la reciente creación de la filial Erste Private Capital GmbH, centrada en actividades de private equity”, ha explicado Heinz Bednar, director general de Erste Asset Management.
En este sentido, la gestora apunta que en esta filia ha agrupado todo el know-how en el campo del private equity de la firma. Además, desde el 1 de octubre, la firma ha designado al gestor Ralf Kunzmann para ocupar el cargo de director general de Erste Private Capital GmbH. Junto a Werner Edlinger y Thomas Bobek, será responsable del negocio de private equity. A este equipo también se ha sumado Ralf Kunzmann como nuevo miembro del consejo de administración de Erste Private Capital.
“Erste Group ha demostrado ser un líder durante muchos años, especialmente en el establecimiento de nuevas áreas de negocio. Con su inversión en aws Gründerfonds, Erste Group fue el primer banco que se dedicó con gran éxito a la clase de activos de capital riesgo y capital privado después de la crisis financiera. Juntos, ahora estableceremos y ampliaremos esta área de negocio de forma aún más intensa y explotaremos el gran potencial de las inversiones de capital privado en los mercados principales de Erste Group», ha destacado Ralf Kunzmann, nuevo director general de Erste Private Capital GmbH.
Por su parte, Bednar ha querido dar la bienvenida a Ralf Kunzmann: “Me complace que hayamos podido fichar a Ralf Kunzmann para nuestras actividades de private equity. Junto con Thomas Bobek y Werner Edlinger, se asegurará de que podamos impulsar esta clase de activos de activos con rapidez y éxito. El capital privado es uno de los principales temas de crecimiento en nuestra región”.
El panorama para los inversores en mercados emergentes se está viendo transformado de manera radical por unas fuerzas económicas excepcionalmente potentes y contrapuestas. No obstante, para los que poseen capacidad de análisis, la consiguiente divergencia en el rendimiento de los activos y los países los convierte en un terreno fértil en el que generar rentabilidades.
El entorno macroeconómico global es excepcionalmente incierto. Por un lado, la pandemia de COVID-19 sigue dando sorpresas desagradables, de las que la variante Delta, sumamente contagiosa, es la más reciente pero probablemente no la última. Por otro, la liquidez de los bancos centrales mundiales sigue siendo generosa, al igual que las medidas de estímulo fiscal. Las presiones inflacionistas crecen –algunas son temporales, otras podrían afianzarse. Los gobiernos se ven sometidos a presión para responder. En otros lugares, sobre todo en China, parece que se están produciendo cambios políticos seculares.
Todo ello enturbia aún más un panorama ya de por sí complicado –hay una enorme variación entre las distintas economías emergentes. Abarcando todo el espectro de la actividad económica, desde las materias primas hasta los productos manufacturados de alta gama, los países emergentes están creciendo a distintas velocidades. Paralelamente, existe una importante diferenciación en la oferta de activos incluso dentro de dichos países.
Por eso, en algunos casos, cuando la valoración de los bonos denominados en dólares de un país es elevada, son sus bonos en moneda local los que ofrecen las posibilidades de rentabilidades ajustadas al riesgo más atractivas.
Al mismo tiempo, la creciente popularidad de los bonos verdes entre los emisores soberanos añade una nueva dimensión a la toma de decisiones de los inversores.
Las diferentes repercusiones de la COVID-19, las distintas cantidades de medidas de estímulo, las grandes divergencias en los fundamentales de los países, la introducción de bonos verdes además de los valores denominados en moneda local y en dólares, todo ello convierte la inversión en estos bonos emergentes en un reto que exige pericia y experiencia.
COVID-19
El problema más importante al que se enfrentan todos los países, pero sobre todo las economías emergentes debido a las relativas limitaciones de su sector público y sus recursos financieros, es la intensidad con la que se vieron afectados por el coronavirus y la eficacia de sus respuestas.
La rentabilidad relativa de los países, o su “trayectoria pandémica”, es un factor determinante clave para conocer cómo pueden evolucionar sus economías y mercados –y no solo a corto plazo. También existe la amenaza a más largo plazo de lo que los economistas denominan histéresis, es decir, las secuelas económicas y sociales que deja la COVID-19 tras de sí.
Materias primas
Con la recuperación ha llegado el auge de las materias primas, sobre todo del petróleo. Aunque, en general, los precios han retrocedido desde sus máximos entre indicios de desaceleración en China, la tendencia en su conjunto ha sido positiva este año. Parte de esta fortaleza se debe al aumento de la demanda a medida que la vida vuelve a la normalidad, en parte como consecuencia de los cuellos de botella de la cadena de suministro provocados por las secuelas que aún persisten tras los confinamientos impuestos para contener la pandemia. Además, las economías emergentes reaccionaron de forma diferente a la reactivación de los mercados de materias primas.
Muchos exportadores de materias primas se vieron favorecidos por la mejora de sus relaciones de comercio exterior. Los mercados acogieron favorablemente el cambio de tendencia. Por ejemplo, Sudáfrica pasó de registrar un déficit por cuenta corriente a un superávit gracias a la mejora de las exportaciones lo cual, a su vez, benefició al rand. En otros países, sin embargo, la mejora del contexto comercial se vio contrarrestada por otros riesgos, como la agitación política en el caso de Perú y Colombia o las tensiones geopolíticas (en este caso, Sudáfrica también corre riesgo debido a su situación de agitación en las calles).
En cambio, los grandes importadores de materias primas, como China, se han visto perjudicados por las subidas de sus precios. Esto ha derivado en un aumento de las presiones inflacionistas, sobre todo en Europa central y oriental, o en el debilitamiento de sus balanzas por cuenta corriente, con el consiguiente incremento de los costes de financiación externa.
Cambios sociales
La forma en que los países emergentes se diferencian en cuanto a su comportamiento en cuestiones ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG) también puede afectar a su atractivo para la inversión. Los factores sociales y de gobierno corporativo son especialmente importantes en algunas regiones de Latinoamérica, donde las políticas de izquierdas y el populismo están experimentando un resurgimiento. Esto aumenta el riesgo de que estos países sufran una erosión de su solvencia a largo plazo, ya que los políticos tratan de solucionar problemas mediante el gasto, provocando un incremento de las presiones fiscales. Al mismo tiempo, el empeoramiento del desempleo juvenil, la pobreza y los resultados educativos representan una amenaza para la formación del capital humano de los países y, en este ámbito, Latinoamérica también corre un riesgo especialmente alto.
Política monetaria
La inflación es un gran interrogante para los inversores de todo el mundo –pero especialmente en los mercados emergentes. A raíz de la pandemia, las economías se han reactivado gracias a los enormes flujos de liquidez global y a las importantes medidas de política fiscal. De producirse nuevas oleadas de contagios masivos, tanto el crecimiento como las presiones sobre los precios podrían atenuarse. Pero, mientras los países aprenden a hacer frente a la COVID-19, los estímulos existentes podrían provocar un exceso de crecimiento económico.
Hasta ahora, los bancos centrales de los mercados emergentes han adoptado un enfoque enérgico cuando la inflación ha superado sus objetivos –en gran medida han ido por delante de las economías desarrolladas a la hora de endurecer sus políticas (véase la fig. 3). Por consiguiente, creemos que los mercados han descontado con creces hasta qué punto habrán subido los tipos de interés cuando alcancen su máximo. Por ejemplo, creemos que dicho descuento ha sido excesivo en el caso de Rusia, México y Colombia, lo que nos brinda oportunidades atractivas en esos mercados.
Pero incluso en este aspecto existe una diferenciación considerable entre las distintas economías emergentes. Por ejemplo, la inflación sigue siendo baja en las economías de Asia emergente, por lo que es probable que los bancos centrales mantengan políticas moderadas, especialmente en vista de sus crecientes cifras de contagio.
Sacando el máximo partido de la diferenciación
Los inversores en mercados emergentes tienen mucho trabajo por delante. Los países se enfrentan a unos retos más complejos que nunca, muchos de los cuales han sido puestos en evidencia por la pandemia de COVID-19. Ha intensificado los efectos de los diferentes niveles de desarrollo y las disparidades en el acceso a los recursos, tanto naturales como artificiales, que abarcan desde las infraestructuras hasta el capital humano pasando por la solidez de las instituciones. Y ha añadido una nueva dimensión a las políticas nacionales.
Pictet Asset Management aplica un enfoque de inversión polifacético, haciendo uso de la experiencia de Pictet, que sopesa los aspectos macro, políticos, medioambientales y sociales.
Tomemos como ejemplo el caso de nuestro enfoque de inversión en Chile. Vemos un valor limitado en la deuda chilena a 10 años denominada en dólares, que cotiza con un diferencial de tan solo 99 puntos básicos sobre los “US Treasuries” y, por consiguiente, en este activo adoptamos una posición infraponderada frente al índice de referencia en todas nuestras carteras. En los casos en que sí tenemos posiciones en bonos en dólares, expresamos nuestra preferencia por los bonos verdes del país que cotizan en consonancia con los bonos convencionales. En el caso de los bonos denominados en pesos chilenos, nuestro sesgo reciente es recibir tipos locales, ya que creemos que la reciente debilidad de los bonos lleva implícitas las expectativas de que se produzcan demasiadas subidas de los tipos de interés oficiales. Al mismo tiempo, nuestro sesgo más estratégico nos lleva a sobreponderar la divisa, ya que el reciente episodio de debilidad ofrece un punto de entrada atractivo.
«Los inversores en mercados emergentes tienen mucho trabajo por delante».
Como equipo, hemos aprendido a prestar más atención a los riesgos y oportunidades que presentan las cuestiones ambientales y los riesgos de transición.
Creemos que los bonos verdes son una buena forma de que los gobiernos financien las iniciativas relacionadas con el cambio climático y, por lo tanto, animamos a Hungría a poner en marcha un programa de bonos verdes en el que pudiéramos participar en el momento de su emisión. Rumanía ha sido menos rápida en la adaptación de estas medidas, pero aquí también hemos presionado al gobierno para que reconozca la demanda de estos instrumentos. La nota positiva es que ha respondido con el desarrollo de una estructura de bonos verdes que debería contribuir a reforzar sus credenciales centradas en la sostenibilidad.
Nuestro alcance mundial incluye un enfoque regional basado en Londres, Singapur y Nueva York, lo que nos proporciona perspectivas locales de todo el universo emergente que combinamos con las ventajas de nuestra estrategia global macro.
Tribuna de Mary-Therese Barton, gestora senior y responsable de carteras globales de deuda emergente en Pictet Asset Management.
Descubra más sobre las capacidades de Pictet Asset Management en los mercados emergentes.
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El primer semestre del año arrancó con los mercados impulsados por el éxito de las campañas de vacunación, la reapertura de las economías, las perspectivas de refacción y el apoyo de los bancos centrales. Sin embargo, a medida que avanzaron los meses apareció el debate de la inflación, la cercanía del tapering por parte de esos mismos bancos centrales y la variante Delta del coronavirus. En este contexto, ¿qué gestores lograron hacerlo mejor: los activos o los pasivos?
Según muestran las conclusiones del informe Active-Passive Navigator* de Lyxor Asset Management, el 57% de los gestores de fondos activos de renta fija y el 47% de los de renta variable superaron de media a sus índices de referencia en el primer semestre, con una importante dispersión entre las distintas clases de activos.
La mayoría de los gestores activos de fondos de renta fija batieron a sus índices de referencia en la mayoría de las clases de activos en el primer semestre de 2021, aprovechando al máximo un entorno de volatilidad en el que las esperanzas de una fuerte recuperación y deflación mundial se vieron sacudidas por las incertidumbres relacionadas con la rápida propagación de la cepa Delta y la respuesta de los bancos centrales al aumento de la inflación.
El informe indica que aunque el año 2021 comenzó con fuerza para los gestores de fondos de renta variable, impulsados por el despliegue masivo de las campañas de vacunación, especialmente en Estados Unidos y Reino Unido, su rentabilidad mostró una mayor dispersión en comparación con el año pasado. “Aquellos que adoptaron un enfoque más arriesgado y con exposición value y a valores cíclicos preparados para beneficiarse más de la recuperación mundial salieron ganando”, señala en sus conclusiones.
Entre ellos se encuentran las empresas de pequeña capitalización de Reino Unido y Europa (el 96% y el 61% de ellas, respectivamente, superaron a sus índices de referencia), mientras que los gestores de renta variable china (73%) aprovecharon la sólida demanda interna, lo que les permitió protegerse de las turbulencias de los mercados locales a principios de año.
Por el contrario, los gestores de renta variable mundial (34%) y europea de gran capitalización (39%) se quedaron atrás. Según explican desde Lyxor, los gestores tuvieron dificultades para captar el repunte de la renta variable debido, por un lado, a su insuficiente exposición a las acciones europeas, que sufrieron relativamente menos el miedo de los inversores al tapering y por otro, a las acciones de tipo value.
En cambio, los gestores de renta fija obtuvieron un buen resultado en el primer semestre en general (el 57% superó a sus índices de referencia, frente al 40% en 2020), ya que navegaron con éxito en un entorno complejo y contrastado, en medio de los temores de una inflación disparada que hizo subir los rendimientos de los bonos en todos los ámbitos en el primer trimestre.
“Aunque la mayoría de los gestores activos de renta variable han sido capaces de mitigar las turbulencias del mercado en 2020, ha resultado más difícil seguir el ritmo de un repunte tan rápido y consistente en la primera mitad del año. La gestión dinámica de la asignación por sectores y estilos fue clave para superar los resultados en este entorno tan complicado. En el frente de la renta fija, el primer semestre ha sido un periodo fuerte, con una gestión ágil de la duración como motor crucial de la rentabilidad”, añade Vincent Denoiseux, responsable de ETF Research and Solutions en Lyxor Asset Management.
En el segundo semestre, la moderación de la actividad económica en EE.UU. alivió la preocupación por el tapering de la Reserva Federal, “lo que dio un respiro a los bonos del Tesoro estadounidense, mientras que los rendimientos del euro subieron, impulsados por la reapertura económica y el aumento de las tasas de vacunación”, señala el informe.
El análisis muestra que, en este contexto, los gestores de renta fija que adoptaron una postura infraponderada en la duración corta obtuvieron buenos resultados, y los gestores de bonos soberanos, de grado de inversión y agregados prosperaron a ambos lados del Atlántico y superaron a los índices de referencia. En el otro extremo del espectro, la deuda de high yield (excesivamente prudente en el primer trimestre) y la deuda de mercados emergentes (excesivamente prudente en el segundo trimestre) obtuvieron resultados ligeramente inferiores durante el periodo.
“La mayoría de los gestores de fondos activos lograron navegar con los vientos en contra relacionados con los contratiempos en la implantación de la vacunación, así como las incertidumbres provocadas por el aumento de la inflación y las preocupaciones por un tapering. De cara al futuro, la retirada de los estímulos monetarios y fiscales, el cambio de las condiciones comerciales a medida que las economías vuelven gradualmente a la normalidad y el aumento de las valoraciones presentarán tanto retos como oportunidades para los gestores activos”, concluye Jean-Baptiste Berthon, Senior Cross-Asset Strategist de Lyxor Asset Management.
*El informe Active-Passive Navigator* de Lyxor Asset Management analiza la rentabilidad de 13.800 fondos activos domiciliados en la Unión Europea (que representan 2,7 billones de euros de activos) en relación con sus índices de referencia. Además, Active-Passive Navigator de Lyxor también evalúa las principales tendencias que influyen en los mercados mundiales y que impulsan la rentabilidad.
La Academia Candriam, primera plataforma de formación acreditada del mundo, de libre acceso, para la inversión sostenible y responsable, ha lanzado un nuevo curso de análisis ESG de empresas. Se trata del cuarto curso de esta iniciativa, que tiene ahora un total de 11 módulos.
Según argumenta desde la gestora, en ausencia de unas normas sectoriales que rijan la divulgación de información ESG por las empresas, la calidad del análisis puede variar. Con el fin de aunar criterios, ha creado este nuevo módulo de análisis ESG, que pretende presentar a los inversores las cinco etapas fundamentales necesarias para comprender plenamente el perfil de riesgos ESG de una empresa a través de diversos ejemplos, como examinar los ingresos y gastos de una empresa para comprender su principal actividad y su futura evolución. También propone comprobar cómo coincide su actividad principal con los objetivos de sostenibilidad; preguntarse si la conducta operativa de la empresa presenta alguna posibilidad de controversias futuras; usar el análisis constante, como sistema de alerta; y trasladar los datos ESG a distintas funciones, incluyendo el compromiso corporativo.
“Existe una expectativa creciente en la realización por los inversores de un análisis ESG profundo, para comprender plenamente el perfil de riesgos de una empresa. Aunque la información financiera ha estado sujeta desde hace tiempo a divulgación obligatoria en varios mercados, el alcance de la información disponible para los inversores, sobre el análisis ESG, puede variar significativamente de una empresa a otra. Por lo tanto, pensamos que era importante aprovechar nuestra propia experiencia en la inversión responsable para guiar a los inversores en las principales etapas necesarias para su propio análisis ESG dentro del proceso de toma de decisiones de inversión”, ha destacado David Czupryna, Head of ESG Development.
Por su parte, Vincent Hamelink, Chief Investment Officer, ha señalado: “Nuestro nuevo módulo proporciona a los inversores las herramientas esenciales para lograr una comprensión más completa del perfil de riesgos ESG de una empresa. Su introducción mejora nuestro programa actual de formación, y mejorará aún más el papel de la Academia en la aceleración de la transición hacia un futuro más sostenible mediante el fomento de las mejores prácticas de inversión responsable y sostenible.”
Lanzada en 2017, la Academia Candriam pretende aumentar la concienciación, la formación y el conocimiento de los inversores institucionales y de los intermediarios financieros sobre la cuestión de la inversión sostenible y responsable, a través de una plataforma online con contenido y materiales inspiradores y prácticos. En este sentido, la Academia Candriam es de libre acceso, y en ella participan miembros de más de 40 países. En la actualidad, la plataforma tiene más de 8.000 miembros con distintas procedencias, incluidos inversores institucionales, selectores de fondos, banqueros privados, asesores financieros, inversores minoristas, medios, así como estudiantes.
Andy Acker, gestor de estrategias de salud en Janus Henderson, analiza la cantidad de avances médicos sin precedentes que se están produciendo en el sector salud y lo que esto significa.
Puede acceder al artículo completo, publicado en la revista de Funds Society, a través de este enlace.
Alec Murray, Senior Vice President Head of Equity Client Portfolio Managers de Amundi hará su presentación acerca del management en la actualidad en la séptima edición del Investment Summit & Golf de Funds Society.
Alec Murray lidera un equipo de gestores de cartera de clientes que se encargan de representar la filosofía de inversión, el proceso y el desempeño del capital social de la estrategia de la empresa proporcionando actualizaciones sobre las tendencias del mercado financiero y las perspectivas económicas de la empresa a los clientes y asesores.
El experto disertará durante el evento que se realizará el 14 y 15 de octubre en Ritz Carlton Golf Resort de Naples.
Toda la información sobre el evento y los formularios de inscripción los encuentra en el siguiente enlace.
El coro de voces técnicas que critican el proyecto que busca abrir una cuarta ventana de rescates de fondos de pensiones en Chile es fuerte, pero la presión popular contra las AFP también. Y en ese juego, mientras el proyecto se discute en la Comisión de Constitución del Senado, los inversionistas están castigando duramente a los activos locales, anticipando el golpe a la economía que provocaría una eventual aprobación de la iniciativa.
El proyecto vivió una jornada de discusión este miércoles, con presentaciones del ministro de Hacienda del país, Rodrigo Cerda, y el superintendente de Pensiones, Osvaldo Macías, quienes delinearon el impacto que la medida tendría en la economía.
Pese a que mientras se tramitaba en la Cámara de Diputadas y Diputados había una percepción de que el proyecto se frenaría en el Congreso, el creciente apoyo a la iniciativa –como sucedió con el senador Juan Pablo Letelier– ha causado estragos en los activos financieros chilenos.
El tipo de cambio muestra el nerviosismo del mercado. El dólar en Chile ronda los 813 pesos chilenos al cierre de esta nota, su mayor valor desde mediados del año pasado, y en la jornada anterior marcó un peak intradiario sobre los 818 pesos. Esto arroja una subida de más de 14% en lo que va del año.
La historia es similar en los activos de renta fija y renta variable. Durante 2021, el índice bursátil referencial S&P IPSA ha perdido más de 8% de su valor, pese a la recuperación económica apoyada por la exitosa campaña de vacunación contra el COVID-19, mientras que las tasas de interés de los bonos soberanos a 10 años han subido 335 puntos base para los papeles nominales y 286 puntos base para los títulos indexados a la inflación.
La próxima semana se reanuda la discusión del proyecto en el Senado, con presentaciones de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) y el Banco Central. En la Cámara Baja, la iniciativa pasó con 94 votos a favor, incluyendo los de 18 parlamentarios oficialistas. Ahora, para pasar la etapa del Senado, la iniciativa necesita 26 votos.
Impacto económico
El fuerte apoyo social al cuarto retiro de fondos previsionales –apoyado por años de crecientes críticas al modelo de pensiones chileno, en general, y las AFP, en particular– tiene a algunos parlamentarios indecisos, pero la visión técnica es relativamente transversal. El mensaje común es: un cuarto retiro tendría un efecto negativo en la economía local.
“De aprobarse un cuarto retiro, estarán nuevamente en forma simultánea tres procesos de retiros de fondos, cuyos efectos preocupan, por el peligro de disparar la inflación, elevar las tasas de interés de la economía, en especial de los créditos para la vivienda, y por la caída de los fondos de pensiones más conservadores”, señaló en un informe la Asociación de Administradoras de Fondos de Pensiones (AAFP) local.
En esa línea, la entidad gremial señala que la iniciativa no es una “política pública social”, ya que “se utiliza el dinero que los propios trabajadores ahorran para su pensión para destinarlo a mitigar efectos de la crisis económica derivada de la pandemia”, agregaron.
Desde el banco de inversiones Julius Baer concuerdan con el diagnóstico. Según señalaron en un reporte reciente, después de que los tres retiros anteriores sumaran (de momento) la distribución de 49.000 millones de dólares en capital a los hogares, este nuevo retiro inyectaría unos 20.000 millones de dólares adicionales, levantando los precios al consumidor aún más.
“Esperamos que el proyecto de ley afecte la economía, ya que es probable que los chilenos liquiden aún más los fondos destinados a la jubilación. En este contexto, mantenemos una calificación Neutral para la renta variable chilena en el período previo a las elecciones de noviembre”, indicó Leonardo Pellandini, de Equity Strategy Research de la firma de capitales europeos.
El aumento de las tasas también ha puesto los costos de financiamiento en la mira. Si bien las tasas de los créditos hipotecarios han tenido un alza acotada en los últimos meses, promediando 3,10% anual en agosto de este año (último dato disponible), según datos de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (Abif), la aprobación de la nueva ventana de rescates podría empujarlas al alza con más fuerza.
“Un eventual cuarto retiro de fondos de pensiones generaría una presión adicional al alza en las tasas de interés, que de materializarse podría impactar aún más las tasas hipotecarias, disminuyendo el dinamismo de esta cartera”, indicó la entidad en un informe reciente.
Los asset managers tradicionales pueden tener una ventaja local en la distribución de asignaciones alternativas a asesores e inversores minoristas, dado su conocimiento de esta base de clientes y sus requisitos, concluye la última U.S. Alternative Investments 2021: Advisor Uptake of Alternative Investments.
A medida que estas empresas obtengan capacidades de inversión alternativas, introducirán competencia de precios y brindarán a los clientes acceso a una variedad más amplia de exposiciones y liquidez necesarias.
Los managers tradicionales tienen funciones de distribución bien establecidas que pueden resonar con los asesores e inversionistas finales y también pueden ofrecer un amplio soporte de productos, posiblemente en la medida en que algunas firmas de inversión alternativas no pueden ni quieren.
Además, están familiarizados con las economías de escala y la compresión de tarifas, habiendo demostrado estar dispuestos a ofrecer mejores precios para capturar mayores flujos y hacer crecer los activos.
“En el espacio del capital privado aún no comprimido, esto es una gran ventaja”, comentó Daniil Shapiro, director asociado.
Una decisión crítica que enfrentarán las firmas tradicionales de asset management al considerar la adición de asignaciones alternativas a sus ofertas es si deben confiar en las capacidades internas, asociarse o adquirir capacidades.
Según la investigación de Cerulli, el 69% de los administradores de activos que respondieron informan que planean aumentar la confianza en la adquisición de firmas de inversión alternativas, el 64% planea aumentar la confianza en socios estratégicos o empresas conjuntas, y el 60% espera contratar o elevar equipos profesionales.
Otra decisión clave es la de la estructura, especialmente en lo que respecta a las asignaciones ilíquidas. En lo que respecta a las asignaciones ilíquidas, los inversores deberán identificar la estructura que mejor respalde el producto.
La investigación encontró que los desafíos más importantes de los asesores en la asignación de productos incluyenla falta de liquidez que no es adecuada para el cliente, el 54% califica esto como un desafío, así como un 39% declaró que los productos son demasiado caros y un 37% demasiado complejos.
A medida que la industria del capital privado madura para convertirse en un ecosistema más grande, que es más importante para los inversores minoristas, los managers tradicionales encontrarán una industria que les permita aprovechar sus fortalezas para ofrecer capacidades alternativas.
“Los asset managers tradicionales pueden convertirse en competidores formidables de la industria frente a los operadores tradicionales, lo que brinda una competencia de precios bienvenida y permite a sus clientes acceder más fácilmente a una variedad más amplia de exposiciones necesarias, un caso sólido para la expansión”, concluyó Shapiro.
El complejo Aria Reserve, que se construirá en Edgewater, contará con las dos torres gemelas más altas de Estados Unidos con una fecha de entrega estimada en 2024, según anunciaron sus desarrolladores The Melo Group.
El barrio lindero a Wynwood y cercano a Brickell, con una población aproximada de 20.750 personas y una densidad de unos 354 habitantes por kilómetro cuadrado, aumentará a su oferta de rascacielos con dos torres de 62 pisos y 782 unidades.
El proyecto que tiene habilitada su preventa estará situado en 700 NE 24t h Street de Miami con más de cinco hectáreas frente al mar.
Las instalaciones contarán con dos hectáreas de amenities, que incluyen una pisicina olímpica, canchas de tenis y spa.
Los precios de las unidades parten de los 750.000 dólares por una unidad con un dormitorio y dos baños, publicó El Nuevo Herald.
“Con más de dos hectáreas de amenidades al aire libre, residencias de lujo de gran tamaño, y una ubicación sin paralelo junto al mar, Aria Reserve atraerá sin duda a matrimonios locales cuyos hijos se han independizado, así como a residentes nacionales e internacionales de fuera del mercado que desean mudarse y vivir todo el tiempo en Miami”, dijo a la prensa el día de la presentación el codirector de The Melo Group, Martín Melo.
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Luego de la importante expansión fiscal que generó la pandemia, que llevó al déficit financiero del Sector Público Nacional (SPNF) a superar los 8 puntos del producto, en 2021 las cuentas públicas de Argentina muestran una mejora significativa. De este modo, con la ayuda de muchos factores extraordinarios (la llegada de los DEGs, el aporte de las grandes fortunas y el alza de retenciones por suba de los commodities, entre otros), la consultora Ecolatina estima que el déficit fiscal financiero nacional se ubique en torno al 4% del PBI. Excluyendo a los DEG, el cierre del año rondaría los 5 puntos del producto, similar al año 2018 (4,9%).
Este desbalance se acota aún más si se añaden al análisis las cuentas públicas subnacionales: las Administraciones Públicas Provinciales serían superavitarias en casi medio punto del producto este año, por lo que el déficit del Sector Público Argentino No Financiero (Nación + Provincias) alcanzaría 3,5% del PBI en 2021 (y 4,5% sin DEG).
“Sin embargo, el panorama cambia cuando se incorpora el resultado del Banco Central: producto de la abultada expansión realizada el año pasado, que llevó a la autoridad monetaria a emitir primero para cubrir las necesidades del Tesoro y a esterilizar después vía la colocación de LELIQs y pases, el pago de intereses que realiza el BCRA llevaría al déficit cuasifiscal a la zona del 3% del PBI. Peor aún: mientras que el año pasado el rojo del Banco Central explicaba menos un cuarto del déficit financiero “ampliado” (fiscal consolidado + cuasifiscal), en el 2021 representaría 4 de cada 10 pesos de este. Además, esta suba en el pago de intereses motivaría que en 2022 la autoridad monetaria no pueda remitir utilidades al Tesoro, tal cual lo plasma el reciente Proyecto de Presupuesto”, explican los analistas de Ecolatina.
¿Es sostenible esta dinámica? ¿Qué consecuencias puede tener? ¿Y con qué herramientas cuenta la autoridad monetaria para resolverlo? Veamos.
Esterilización… ¿sin límites?
La consultora explica que “en un contexto de renegociación de la deuda (tanto con acreedores privados como con organismos), la expansión del déficit fiscal fue financiada el año pasado con emisión monetaria. El Banco Central asistió al Tesoro creando más de ARS 2 billones (7,3% del producto, un monto muy similar al total del paquete coronavirus). Este año, como mencionamos, las necesidades del Tesoro nacional se redujeron. Sin embargo, los giros de la autoridad monetaria al fisco superaron el 2% del PBI, por lo que la emisión sigue siendo la principal fuente de financiamiento del déficit”.
“Aunque asistir al Tesoro como prestamista de última instancia es una de las funciones del Banco Central, su mandato también lo lleva a preservar la estabilidad financiera. Incrementar bruscamente la cantidad de dinero atenta contra este objetivo. A su vez, el aumento de la oferta de dinero no es inocuo: los pesos excedentes presionan en el mercado cambiario y en los precios. Por este motivo, el Banco Central actúa “por dos ventanillas”, apuntando a cumplir con su doble rol. Por un lado, emite para financiar al Tesoro, mientras que por otro retira esos pesos de la economía para contener el crecimiento de los agregados monetarios colocando LELIQs y pases a los bancos comerciales. Dicho proceso se conoce como esterilización y su contracara es la factura de intereses que el BCRA paga por los instrumentos colocados (y que cobran mayormente los depositantes)”, señala Ecolatina.
Si la emisión no es inocua, la esterilización tampoco lo es: “El stock de deuda en pasivos no remunerados del Banco Central crece licitación tras licitación, y ya representa el 140% de la base monetaria. Con ello, aumenta la carga de intereses, que treparía más de 70% en 2021, deteriorando el balance público consolidado “ampliado”.
Los analistas de Ecolatina explican que “con cada punto del PBI que se incrementa el déficit fiscal (equivalente, por ejemplo, a un mes de jubilaciones, pensiones y asignaciones o, alternativamente, a los subsidios pagados en todo el invierno) y el Banco Central esteriliza, debe pagar más de ARS 14.000 M en intereses mensuales. Aunque el alza del gasto fuera solo transitoria y el primero de los desbalances se corrigiera, el incremento de los pasivos del BCRA no se desandaría, generando un aumento del déficit cuasifiscal de forma permanente. Así, aunque este organismo no debiera emitir nuevamente para financiar al Tesoro, la esterilización previa ya es una fuente de emisión monetaria independiente”.Un desagradable dilema
En los últimos doce meses, el pago de intereses de LELIQs y pases fue equivalente al 90% de la asistencia del BCRA al Tesoro, según datos de la consultora. Esta proporción nos da una pauta de la magnitud en que la esterilización se convirtió en una fuente de emisión monetaria con dinámica propia. De hecho, estos intereses representaron, en el mismo lapso, más del doble del aumento total de la base monetaria (que se vio compensada con otras cuentas en signo inverso, por ejemplo, más esterilización). A su vez, en este período, la inflación superó el 50%, y la tasa de interés se ubicó por debajo de la inflación mensual el 91% del tiempo, desincentivando la tenencia de pesos y alentando la compra de divisas oficiales y financieras.
“Mirando una ventana de tiempo más corta, los problemas se agravan: el Tesoro aceleró en el segundo semestre la ejecución del gasto, lo cual requerirá un mayor monto de emisión. A su vez, la cercanía del proceso electoral aumenta la demanda por divisas y esto se ve reflejado en la brecha entre el tipo de cambio oficial y los alternativos, que ya se ubica en torno al 90%. Ante esta situación, la autoridad monetaria enfrenta un importante dilema, que vincula a la emisión y la tasa de interés”
“Poniendo el foco en los intereses de los pasivos remunerados, el BCRA podría achicar el monto de LELIQs: esto implicaría largar una gran cantidad de pesos a la economía de forma inmediata. En este caso, el remedio sería peor que la enfermedad, ya que generaría una importante presión en el dólar y los precios que difícilmente podría contener. Alternativamente, podría disminuir la tasa que paga por estos instrumentos: mientras que esto moderaría el ritmo del pago de intereses, al mismo tiempo volvería menos atractivos a los instrumentos de ahorro en pesos en favor de aquellos en dólares, acelerando el ritmo de aumento de precios”, destaca el informe.
“Si, en cambio, se focalizara en la inflación y la demanda por divisas, la receta más adecuada sería un aumento de la tasa, que favorece las inversiones financieras en moneda local. Pero, nuevamente enfrenta un dilema: esta política disiparía parte de la tensión en el dólar y los precios, pero sus costos serían un encarecimiento del crédito al sector privado y un mayor pago de intereses cuasifiscales, con lo que solo lograría postergar -e incrementar- el problema. De este modo, vemos que una política monetaria más laxa aliviaría el balance del BCRA al precio de una mayor inflación, mientras que un aumento de la tasa de interés colaboraría en el plano inflacionario, pero agudizaría la dinámica cuasifiscal”.
“La solución estructural a este dilema requiere acotar la asistencia del BCRA al Tesoro (aliviando el “doble rol” que tiene actualmente, para enfocarse mayormente en la estabilidad monetaria y financiera) y generar las condiciones para que se incremente la demanda de moneda local, reduciendo consistentemente las expectativas de devaluación e inflación. Esto aumentaría los depósitos en el sistema bancario, reduciendo la tasa de interés y canalizando ahorros a créditos, en lugar de aplicarse a instrumentos de regulación monetaria. Sin embargo, es una salida que no se logra de la noche a la mañana, y en el corto plazo la autoridad monetaria seguirá atrapada en la disyuntiva mencionada. De este modo, para lo que viene, la atención en el déficit cuasifiscal seguirá cobrando importancia”, concluye el informe de Ecolatina.