WisdomTree, proveedor de fondos y productos cotizados (ETFs y ETPs, respectivamente), ha ampliado su gama de productos de activos digitales con el lanzamiento de tres nuevos ETPs sobre cestas de criptodivisas con respaldo físico.
Según indica la firma, los WisdomTree Crypto Market (BLOC), WisdomTree Crypto Altcoins (WALT) y WisdomTree Crypto Mega Cap Equal Weight (MEGA) ETPs han empezado a cotizar hoy en SIX, la bolsa de valores suiza, y Börse Xetra, y cuentan con el pasaporte para la venta en la Unión Europea. Los ETPs realizan un seguimiento de los índices desarrollados por WisdomTree en colaboración con CF Benchmarks.
“Creemos en el poder de esta nueva clase de activo. Es una tecnología verdaderamente transformadora y el ritmo de la innovación en este ámbito es asombroso. Ahora hay 2,6 billones de dólares en valor capturado por la clase de activo, que no existía antes de 2009. A medida que inevitablemente continúa creciendo en importancia, las instituciones necesitan herramientas cada vez más sofisticadas que les permitan proporcionar a sus clientes un acceso efectivo y eficiente a los mercados de activos criptográficos”, explica Jason Guthrie, responsable de Activos Digitales de WisdomTree.
Según Guthrie, esto es exactamente lo que han desarrollado con su nueva gama de ETPs sobre cestas de criptodivisas de grado institucional que permite a los inversores obtener una exposición diversificada a los mercados criptográficos y, más ampliamente, participar en el crecimiento potencial de la economía descentralizada incluyendo criptodivisas nativas, pagos, contratos inteligentes, DeFi y NFTs. “Estas son tecnologías verdaderamente disruptivas, y esperamos que crezca la importancia de esta clase de activo en las carteras de los inversores”, subraya el responsable de Activos Digitales de WisdomTree.
Sobre los nuevos vehículos de inversión, la firma explica que el WisdomTree Crypto Market (BLOC) es un ETP ponderado por capitalización de mercado ajustada por flotación que proporciona exposición a una cesta diversificada de criptoactivos, representando cerca de un 70% de la capitalización del mercado de criptodivisas.
“Este producto está diseñado para aquellos que buscan una amplia exposición a la parte más líquida y establecida del mercado criptográfico. El índice subyacente del ETP está compuesto actualmente por Bitcoin (BTC), Ethereum (ETH), Cardano, Bitcoin Cash, Litecoin, Polkadot y Solana. El ETP tiene un rebalanceo anual para capturar el momentum de mercado del ecosistema de los criptoactivos a medida que crece. Debido a la capitalización de mercado de Bitcoin y Ethereum, la ponderación de estos criptoactivos en el ETP está limitada al 75%, mientras que los componentes individuales tienen un límite de ponderación del 45% y una asignación mínima del 2.5% por criptoactivo. El BLOC tiene una tasa total de gastos (TER) del 1.45%”, señalan desde WisdomTree.
Respecto al WisdomTree Crypto Altcoins (WALT), se trata de un ETP ponderado por capitalización de mercado ajustada por flotación que proporciona exposición a una cesta diversificada de altcoins. Según indican, proporciona una exposición a las principales monedas excluyendo BTC y ETH, y ha sido diseñado para los inversores que ya tienen exposición a las monedas de mega capitalización (BTC & ETH) y quieren diversificar su exposición sin modificar sus tenencias existentes. “El índice subyacente del ETP está compuesto actualmente por Cardano, Bitcoin Cash, Litecoin, Polkadot y Solana. El ETP también tiene un rebalanceo anual para capturar el momentum de mercado del ecosistema de los activos digitales a medida que crece. Los componentes individuales están limitados por una ponderación máxima del 50% y una asignación mínima del 2.5% por criptoactivo. El WALT tiene una tasa total de gastos (TER) del 1,45%”, añaden.
Por último, el WisdomTree Crypto Mega Cap Equal Weight (MEGA) proporciona una asignación ponderada equitativamente a los criptoactivos de mega capitalización, actualmente Bitcoin (BTC) y Ethereum (ETH), con un rebalanceo trimestral. “Es el ETP sobre cestas de criptodivisas con respaldo físico de menor comisión en Europa, con una TER del 0,95%. El ETP proporciona a los inversores un modo simple, seguro y económico de obtener exposición a la parte de mega capitalización del mercado de criptodivisas. Esperamos que este producto sea atractivo para aquellos que buscan una exposición diversificada a las criptodivisas más establecidas, y para los inversores que buscan capturar una rentabilidad superior generada por los rebalanceos regulares a una exposición equitativamente ponderada”, afirman desde WisdomTree.
Según explica Alexis Marinof, responsable para Europa de WisdomTree, la firma trabaja por construir una propuesta en torno al cliente y la innovación. “Gracias a nuestra tradición en innovación logramos ofrecer exposiciones que los inversores no encuentran en ningún otro lugar en formato de ETP. El interés en las criptodivisas continúa siendo alto y los inversores profesionales están buscando productos innovadores y un socio de confianza para que los ayude en su inversión en este tipo de activo. Estamos comprometidos con apoyar las necesidades de los inversores con análisis de alta calidad, proporcionando un fuerte compromiso con el cliente, y construyendo los mejores productos de su clase. A medida que la clase de activo gane importancia para los inversores, continuaremos invirtiendo en nuestra plataforma y capacidades para asegurarnos de estar a la vanguardia”, concluye Marinof.
Estos tres nuevos ETPs cuentan con pasaporte para su venta en Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Italia, Irlanda, Luxemburgo, Holanda, Noruega, España, Suecia y Suiza.
La semana comienza con los analistas y los gestores vigilando los mercados después de que el pasado viernes la nueva variante del coronavirus, identificada en Sudáfrica y denominada como Ómicron por la OMS (Organización Mundial de la Salud), tiñó de rojo las bolsas de gran parte del mundo. Por ejemplo, en Europa., las bolsas de Fráncfort, Milán y París cayeron el viernes en torno al 4%-5%; mientras que el índice Nikkei lo hacía un 2,53%.
En el inicio de la presentación de perspectivas para 2022 por parte de las gestoras, esta nueva variante del virus pone de manifiesto que la pandemia sigue siendo uno de los principales riesgos para las economías mundial y los mercados. “Los riesgos para el crecimiento mundial ya se han sesgado a la baja, con la desaceleración de China y la crisis energética como principales vientos en contra. Y ahora la nueva variante del virus añade más incertidumbre a las perspectivas macroeconómicas y políticas de los próximos meses. Con la probabilidad de que la inflación se mantenga en niveles elevados y que nuevas interrupciones en la cadena de suministro la hagan subir aún más, los bancos centrales se enfrentan a un dilema político cada vez más difícil. En aras de proteger el crecimiento y los mercados laborales, es posible que haya que reducir la retórica agresiva de instituciones como la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra, al menos hasta que la nueva variante revele sus cartas. Para los mercados, esta temporada festiva podría resultar más volátil de lo que los inversores esperaban”, apunta Anna Stupnytska, economista global en Fidelity Intenational.
Según el análisis de Dan Suzuki, vicedirector de inversiones de Richard Bernstein Advisors LLC, el mercado había comenzado a esperar que se aliviaran las disrupciones en la cadena de suministro, pero una variante resistente a la vacuna significaría sin duda que esas disrupciones persistirán mucho más tiempo. “Esto pondría a los bancos centrales en la muy difícil posición de tener que elegir entre impulsar el crecimiento y el empleo o combatir una inflación incómodamente alta”, matiza.
En opinión de Axel Botte, estratega global de Ostrum (afiliada a Natixis IM), estos riesgos sanitarios podrían anunciar una corrección de los mercados y advierte: “La situación sanitaria está desencadenando la toma de beneficios en la renta variable, la caída de los tipos y el desplome del euro. El regreso de la amenaza de coronavirus provocó un fuerte retroceso en las cotizaciones bursátiles durante la sesión del pasado viernes y es probable que se revise a la baja el crecimiento del cuarto trimestre”.
Para Botte, los riesgos del coronavirus, lógicamente, pesan sobre los valores europeos, en particular sobre los de las compañías aéreas. “Los bancos sufren claramente el retroceso de los rendimientos de los bonos. Por su parte, los crecimientos seculares (tecnología, farmacia) siguen teniendo un rendimiento superior. Además, el petróleo, por debajo de los 80 dólares, cotiza en medidas de bloqueo. El posible uso de las reservas estratégicas de petróleo mencionadas en Estados Unidos y en China también ha contribuido a la caída de los precios del crudo”.
Por su parte, Mathieu Racheter, jefe de Análisis de Estrategias de Renta Variable en Julius Baer, indica que los valores de los sectores cíclicos lideraron el descenso, con las acciones de viajes, petróleo y gas, y las financieras entre los peores resultados, mientras que los valores de tecnología de la información y de salud ofrecieron cierta protección en términos relativos.
Según Martin Moeller, gestor de carteras de Union Bancaire Privee (UBP), “esto es un revés para todas los valores implicados en la reapertura de las economías y el impacto más inmediato está siendo en el sector de los viajes, ya que algunas conexiones de vuelos se están cancelando. Aquellas compañías de productos y servicios para estar en casa se están beneficiando, como la entrega a domicilio de comida, las empresas de tecnología médica que han digitalizado los análisis clínicos, Netflix, Logitech, etc”.
Igual esta corrección puede ser también una oportunidad. En opinión de Moeller, muchos inversores se han quejado de unos mercados en continuo ascenso que ofrecen pocas oportunidades de entrada. Ahora bien, “dado que en 2022 veremos una flexibilización de las cadenas de suministro y el retraso en la ejecución de pedidos previos ha sido muy fuerte, esto debería ser un apoyo para el crecimiento económico”, argumenta el gestor de UBP.
Respecto a su impacto en la renta fija, Chris Iggo, CIO Core Investments de la gestora de fondos de inversión AXA Investment Managers, añade: “Hay buenas razones para pensar que los rendimientos de los bonos deberían ser más altos. Sin embargo, la noticia sobre una nueva variante del COVID-19 ha creado un fuerte movimiento de retirada de posiciones de riesgo en previsión de posibles nuevas perturbaciones del comercio y la actividad mundiales. Es demasiado pronto para juzgar, según los científicos, si la nueva variante detectada en el sur de África será capaz de evadir las vacunas actuales, pero está claro que ese es el riesgo. Una nueva oleada de cierres y la caída de la actividad empujarían claramente los rendimientos de los bonos a la baja”.
“En un momento de máxima tensión por los nuevos temores levantados por la variante Omicron, la caída histórica del petróleo, el desplome de los sectores relacionados con la pandemia o el alza de la volatilidad, en un contexto donde los temores venían del lado de la inflación y el crecimiento, venimos comentando en este repaso semanal de los mercados que, pase lo que pase, lo importante siguen siendo los flujos. Y resulta que a inicios de semana ya se venían produciendo esas salidas de dineros de renta variable global. De momento, es indudable que las señales de alerta se han convertido en una realidad que debe ser monitoreada en las próximas sesiones”, concluye Javier Molina, portavoz en España de eToro.
Sin embargo, el análisis semanal a cargo del experto Carlos Ruiz de Antequera, recordaba que contamos con la experiencia reciente del “susto inicial que supuso la aparición de la Delta” y con la tranquilidad de lo que sucedió después. “Muchos de los casos identificados en Sudáfrica están fechados antes del verano. Adicionalmente, los gobiernos están hoy más equipados -desde el punto de vista sanitario y de conocimiento- para actuar con diligencia. La UE y el Reino Unido ya han anunciado propuestas para restringir el tráfico aéreo con la región. A corto plazo las temáticas de reapertura también serán objetivo del nerviosismo de los inversores”, explicaba en su análisis semanal de este sábado.
Según destaca Racheter, los inversores están especialmente preocupados por el elevado número de mutaciones en la proteína de la nueva cepa, que supone un riesgo para la eficacia de las actuales vacunas disponibles. «De cara al futuro, las preguntas clave para los inversores son: ¿cuál es el grado de contagio del virus en comparación con la variante dominante delta? y ¿cuál es la eficacia de las vacunas para prevenir la enfermedad grave y las muertes?, para las que es posible que no conozcamos las respuestas durante semanas», añade.
Ante el reto de la búsqueda de rentabilidades, la pandemia ha aumentado el interés de los inversores por la sostenibilidad, según arroja el estudio Estudio Global de Inversores 2021 de Schroders. El 57% de los inversores encuestados, en un informe en el que han participado 23.000 personas de 33 lugares de todo el mundo, reconoce estar ahora más preocupado por estas cuestiones sociales que antes.
En esta misma línea, el 55% reconoció que su interés por las cuestiones medioambientales también había aumentado. Aunque la atención a la obtención de mayores rentabilidades ha disminuido en comparación con hace un año, el 53% de los inversores siguen creyendo que los datos/pruebas que demuestran que la inversión sostenible ofrece mejores rentabilidades los animaría a aumentar sus asignaciones a estos activos. Y otro 40% afirmó que la presentación periódica de informes que destaquen el impacto de sus inversiones les motivaría a aumentar sus inversiones sostenibles. Según un tercio (el 36%) sería deseable contar con algún tipo de autocertificación por parte del gestor de inversiones que avale la sostenibilidad de sus inversiones.
Desde Schroders explican que la mayor parte de los inversores mundiales admiten sentirse cómodos con la idea de incorporar la sostenibilidad a sus carteras: el 57% se muestra favorable a adoptar una cartera totalmente sostenible, siempre que puedan mantener el mismo nivel de riesgo y diversificación. De hecho, los inversores más jóvenes (el 60%) están especialmente abiertos a este cambio.
Además, el 52% de los inversores de todo el mundo afirmó que el factor más atractivo de la inversión sostenible era su impacto medioambiental, por delante del 39% que citó la alineación con sus principios sociales, mientras que el 38% considera que ofrece un mayor margen de rentabilidad.
“Estos resultados ponen de manifiesto las crecientes expectativas que se depositan en los gestores de activos a la hora de abordar el cambio climático. Por ello, nos estamos centrando en garantizar que las inversiones que gestionamos estén en consonancia con la transición hacia un planeta más sostenible y en que nuestros clientes se beneficien de las oportunidades que dicha transición traerá consigo. Como inversores y gestores de los activos de nuestros clientes, tratamos de influir activamente en los comportamientos corporativos para que las empresas en las que invertimos sean sostenibles y resistentes. No obstante, está claro que aún queda por hacer para demostrar a los inversores que un enfoque sostenible no tiene por qué comprometer la rentabilidad. De hecho, consideramos que la creación de valor sostenible está intrínsecamente ligada a la superación de los retos sociales y medioambientales. Tenemos que asegurarnos de dar a nuestros clientes la información que necesitan para evaluar la rentabilidad en las áreas que les importan. En Schroders nos tomamos estas conclusiones muy en serio. Tenemos la responsabilidad de mostrar nuestro liderazgo en cuestiones clave de sostenibilidad y cómo estamos satisfaciendo las necesidades cambiantes de nuestros clientes en este ámbito”, explica Andy Howard, director global de Inversiones Sostenibles de Schroders.
Motivos de desinversión
El estudio también preguntó qué controversias llevarían a la gente a deshacer sus inversiones. Según el estudio, los escándalos financieros son la razón más probable. Estas cuestiones causan mayores obstáculos a la inversión que los hackeos de ciberseguridad o las catástrofes climáticas. En concreto, un 65% de los inversores declaró que retiraría sus inversiones si se vieran afectadas por escándalos financieros o contables. Esta cifra supera al 61% de los inversores que citaron los ciberataques y al 60% que destacaron una catástrofe climática como razones que motivarían su desinversión.
“Curiosamente, en comparación con sus homólogos europeos, los inversores de Asia y América fueron los más sensibles a los escándalos financieros, mientras que los inversores de América se mostraron más propensos a desinvertir como consecuencia de los problemas relacionados con el cambio climático, en comparación con los inversores del resto del mundo”, indica el informe en sus conclusiones.
Lucha contra el cambio climático
Los inversores también esperan que se tomen cada vez más medidas a nivel mundial para hacer frente al cambio climático. En este sentido, el estudio reveló que crece la presión sobre casi todos los actores globales clave -desde los gobiernos, las empresas e incluso los gestores de activos- para mitigar el impacto.
El 74% de los encuestados está de acuerdo en que esta responsabilidad debe recaer en los gobiernos y reguladores nacionales, mientras que el 68% atribuye a las empresas la obligación de hacer frente al cambio climático. Sin embargo, “el giro más destacable en el sentimiento en los últimos cuatro años ha sido el creciente papel que se espera de los gestores de activos”, apunta la gestora.
Por último, el estudio destaca que alrededor del 53% de los inversores cree que los gestores de inversiones y los accionistas mayoritarios son responsables de mitigar el cambio climático, lo que supone un aumento sustancial respecto al 46% de 2017.
Allianz Global Investors ha realizado el primer cierre de su estrategia Allianz Global Diversified Private Debt Fund (AGDPDF) al alcanzar una recaudación de 500 millones de euros, en solo dos meses desde su lanzamiento. Según destaca la gestora, el fondo permite a los inversores institucionales invertir en el primer programa global de deuda privada en mercados no cotizados de Allianz. El tamaño objetivo del fondo asciende a 1.500 millones de euros.
Durante más de una década, Allianz ha estado invirtiendo en deuda privada no cotizada en nombre de las compañías de seguros de forma diversificada en varios sectores y regiones con 20.000 millones de euros en activos bajo gestión. A través del AGDPDF, los inversores profesionales podrán unirse a las compañías de seguros. “Los inversores profesionales se benefician de nuestro acceso exclusivo al mercado y de nuestra dilatada trayectoria de inversión junto a Allianz. El AGDPDF tiene como objetivo seleccionar las mejores oportunidades de inversión posibles a escala mundial, y gestionamos activamente todas las inversiones a lo largo de todo su ciclo de vida, con un enfoque de largo plazo”, explica Sebastian Schroff, director global de Deuda Privada no cotizada de Allianz Investment Management y gestor de Allianz GI.
El objetivo de la estrategia es construir una cartera bien diversificada a través de la inversión en deuda corporativa de medianas empresas de Europa y América del Norte, para ofrecer rendimientos significativos y ajustados al riesgo. De esta manera, la gestora indica que el AGDPDF buscará compromisos de fondos primarios y coinversiones a escala mundial e invertirá en gestores de fondos con un historial probado. Asimismo, Allianz aportará al menos el 50% del capital invertido en cada operación del AGDPDF, asegurando así una fuerte alineación de intereses.
Saber si la inflación es transitoria o estructural es el quid de la cuestión al que se enfrentan actualmente los mercados financieros y los bancos centrales. En Estados Unidos y la zona euro, la inflación ha estado notablemente por debajo de la tendencia durante al menos la última década. En Japón y en varios otros países, esta situación se mantiene desde hace más de 20 años. De hecho, Japón incluso se enfrentó a la deflación.
Confiamos en que la mayoría de los problemas actuales de la cadena de suministro son de carácter transitorio como consecuencia de la pandemia de Covid. Sin embargo, el mayor reto que apunta a un cierto nivel de inflación estructural es el cambio de mentalidad de los trabajadores, que probablemente se traduzca en salarios más altos y que difícilmente será de naturaleza transitoria. Llevamos décadas viendo un giro desde el poder obrero hacia el poder del capital, y muchos trabajadores se resisten a volver a trabajos con salarios bajos sin una progresión profesional relativamente sólida y con futuro. Covid aceleró este giro.
En Estados Unidos, el estímulo de los demócratas en el poder es notablemente más fuerte que bajo el partido republicano, con un importante plan de infraestructuras, así como un posible impulso social adicional. En la UE, hace años que se inyectan estímulos en las economías, y en China hay un movimiento hacia lo que se denomina prosperidad común.
Este estímulo propiciará la inflación, pero advertimos que es probable que la Reserva Federal lo considere como una inflación «buena» y una vuelta a lo que quiere ver en cuanto al cambio de la dinámica social en la economía. Por lo tanto, creemos que la mayoría de las presiones inflacionistas subyacentes son de carácter transitorio, pero es probable que lo «transitorio» sea un proceso que dure varios años mientras nos recuperamos de los problemas de la cadena de suministro.
¿Qué es lo que nos espera?
Actualmente, el balance general del consumidor estadounidense sigue siendo sólido, con la deuda de los hogares todavía en un nivel más bajo que antes de la pandemia, aunque en el segundo trimestre de 2021 se produjo un aumento de la deuda de las tarjetas de crédito. Incluso los balances generales de las empresas, aunque elevados, muestran una fuerte capacidad de servicio de esa deuda. En nuestra opinión, no es probable que un pequeño aumento de los tipos de interés subyacentes detenga mucho el crecimiento.
El tapering y la idea de una subida de los tipos de interés en Estados Unidos (para 2022 ya se han previsto casi dos subidas de los tipos de interés por la Reserva Federal en función de la inflación impulsada por la oferta, más que por la inflación transitoria) están demostrando tener un impacto profundamente negativo en el rendimiento de los activos de los mercados emergentes. Esto es especialmente cierto en el caso de los créditos soberanos/corporativos de alto rendimiento de los mercados emergentes, en los que el mercado se ha visto «Offer Wanted» y muchos participantes temen una crisis de liquidez.
A escala mundial, hemos combatido las dos últimas ralentizaciones del crecimiento con un nivel de deuda y apalancamiento bastante elevado. Si vamos a continuar viendo un fuerte crecimiento, es poco probable que se produzca con tipos notablemente más altos, ya que los tipos más elevados suelen actuar como un freno al crecimiento. Sin embargo, dada la probabilidad de que los salarios sean ahora más altos, es probable que veamos una inflación elevada en comparación con los niveles anteriores a la pandemia. De hecho, la inflación estuvo bastante por debajo de la tendencia durante más de una década antes de la pandemia y, por tanto, para los bancos centrales y la Reserva Federal en particular, seguramente no supondrá ningún problema que se sitúe ligeramente por encima de la tendencia durante algunos años.
A pesar de la presión ejercida en todo el mundo y en Estados Unidos por el aumento de la inflación y las dudas respecto a su carácter transitorio, los tipos se mantienen relativamente contenidos. Desde la primavera de este año se ha producido un aplanamiento de la curva de rendimientos en EE. UU., con una modesta caída de los tipos a largo plazo, mientras que los tipos a corto plazo han subido.
A menudo se ha dicho que la renta fija es el lastre de una cartera de renta variable, y así ha sido en un entorno de bajos tipos y baja inflación. Normalmente, cuando la renta fija hace zig, los mercados de renta variable hacen zag. Pero en un entorno de subida de tipos, y en un entorno de aumento de la inflación, puede que no sea así. Cuando los tipos de interés suben, la renta fija es menos defensiva, y quizás, los múltiplos de la renta variable se compriman, y la propia renta variable caiga. La forma en que estamos pensando en esto en nuestras carteras multiactivas es, ante todo, reevaluar el riesgo y la rentabilidad que puede tener la renta fija. Actualmente, esto significa mantener una postura de duración infraponderada. A medida que los tipos de interés suben y potencialmente ralentizan la economía, un aumento de la duración puede aumentar junto con ella.
Hoy en día, nos parece que lo mejor para los inversores es jugar más a la defensiva desde el punto de vista de los tipos, centrándose en los consumidores con balances sólidos a través de valores respaldados por activos, tales como los préstamos de automóviles titulados y las hipotecas que representan ese mercado. Aunque actualmente mantenemos una postura de duración infraponderada, creemos que a medida que los tipos suban y la economía se normalice, querremos entrar en lo que creemos que son niveles relativamente neutrales de duración, de modo que posicionemos las carteras para tener un equilibrio natural y actuar como una compensación de otros activos globales de riesgo.
En cuanto a la renta variable, no queremos infraponderar demasiado el riesgo. La recuperación de la economía y la vuelta de los trabajadores a las oficinas y otros lugares de trabajo tienen aspectos muy positivos, pero también hay cierto riesgo en la transición hacia el nuevo paradigma económico.
Los índices bursátiles de la mayor parte del mundo se sitúan notablemente por encima de lo que eran antes de la pandemia, por lo que los mercados financieros actuales no solo representan una vuelta a la normalidad. Representan quizás un nuevo paradigma: uno de tipos bastante reducidos, estímulos gubernamentales continuos y múltiplos más altos en todo el mundo.
Somos relativamente neutrales en nuestras asignaciones a la renta variable y en nuestro presupuesto de riesgo global, al tiempo que mantenemos una postura defensiva en la renta fija. No tratamos de cronometrar el ciclo económico, pero queremos asegurarnos de que estamos bien equipados para aprovechar cualquier debilidad y aprovechar las oportunidades cuando se presenten.
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Es probable que el mundo aún no esté camino de conseguir evitar que la temperatura global aumente en más de 1, 5oC sobre los niveles preindustriales. A pesar de todas las promesas hechas en la COP26, es probable que nos enfrentemos a fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes y las consecuencias que conllevan para empresas y comunidades. Por lo que se espera que la presión para que los responsables políticos hagan más continúe. Para los inversores, según explica Chris Iggo, director de inversiones de Core Investments en AXA Investment Management, la buena noticia es que se está movilizando financiación para ayudar a la transición y las empresas están desarrollando tecnologías más sostenibles. Definitivamente, se está avanzando hacia una economía más verde y eso implica enormes oportunidades de inversión.
¿Bla, bla, bla… o hurra, hurra?
El éxito o no de la COP26 se puede juzgar por la respuesta a una sola pregunta: ¿contribuirá a que la humanidad logre reducir las emisiones netas de carbono a cero y a que la temperatura atmosférica deje de subir más de 1,5oC de aquí a 2050? Está claro que esta pregunta no se puede responder hoy, por lo que se tiene que confiar en el juicio y el análisis científico para decidir si creer que a) las promesas hechas por los líderes mundiales en Glasgow son suficientes y se pondrán en práctica y b) si lo que se ha prometido y lo que se pondrá en práctica dará lugar a ese objetivo en 2050.
Un aumento inferior en grados
Las previsiones más optimistas sugieren que las temperaturas globales alcanzarán un máximo de 1,9oC en este siglo. Un informe de Climate Resource cita una investigación de la Universidad de Melbourne basada en los compromisos asumidos por los países inmediatamente antes de la COP26. Suponiendo que se cumplan los compromisos (incluidas las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional actualizadas de India y China), hay un 50% de posibilidades de que el mundo se sitúe por debajo de los 2oC. Esto se compara con la estimación de 2,7oC realizada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente basándose en los compromisos realizados hasta hace unas semanas. Por tanto, es posible que haya buenas noticias.
La atención está puesta en los “cuatro grandes”
Los optimistas también se alegrarán de los acuerdos alcanzados sobre la deforestación, los planes para reducir las emisiones de metano y los compromisos para eliminar el carbón. Hacia el final de la COP26 se anunció que Estados Unidos y China trabajarán juntos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. En la opinión de AXA IM es necesario que este anuncio se cumpla. Las dos potencias son los mayores emisores, seguidos de India y Rusia. De hecho, el optimismo puede desaparecer al comprobar que ninguno de los “cuatro grandes” se ha comprometido a alcanzar el objetivo de cero emisiones en 2050 ni ha firmado el acuerdo para eliminar el carbón. Sólo cabe esperar que los objetivos intermedios y la cooperación se traduzcan en un descenso significativo de las emisiones a corto plazo y durante todo el periodo hasta la segunda mitad del siglo. Sin embargo, los objetivos intermedios aún no son convincentes y todavía no se han acordado compromisos más formales para reducir las emisiones en esta década.
No se pueden ignorar las limitaciones políticas
En general, se podría afirmar que ha habido un progreso modesto, pero a juicio de AXA IM, no es suficiente como para confiar en el cumplimiento de los objetivos de París. Es fácil ver por qué los activistas son escépticos sobre las promesas oficiales y existe la sensación de que los líderes de los países más grandes carecen de ambición y se ven obstaculizados por consideraciones políticas internas, poderosos intereses creados y preocupaciones de seguridad a nivel geopolítico. ¿Se puede estar realmente seguros de que los actuales dirigentes políticos de Brasil detendrán la deforestación del Amazonas, dada la importancia de la cría de ganado y la producción de soja para la economía brasileña? ¿Se puede estar seguro de que Estados Unidos dará marcha atrás en sus compromisos en caso de que se produzca otro cambio político importante en las elecciones de 2024? Si hubiera que puntualizar un fallo de la cumbre, en AXA IM destacarían la falta de acciones concretas para reducir el uso del carbón entre los mayores consumidores de esa fuente de combustible.
Las cosas buenas
Chris Iggotuvo la oportunidad de asistir a la Cumbre Mundial del Clima (COP de Inversión) en Glasgow con algunos de sus colegas profesionales. Una cuestión de la que se puede estar seguro es que en el sector privado se están llevando a cabo muchas acciones. Bajo la presión de los inversores y de los clientes, las empresas de diversos sectores están desarrollando nuevas tecnologías y cambiando sus modelos operativos para estar en la senda de la neutralidad. Se habló de la caída de los costes de la energía eólica offshore. Se vieron empresas que presentaban tecnologías para utilizar textiles reciclados y pulpa de madera para fabricar nuevos tejidos para la industria de la confección (en la actualidad, sólo se recicla el 1% de los textiles; la mayoría acaban en los vertederos o en los puestos del mercado de Camden). La tecnología avanza en todas partes y eso significa que la producción con menos emisiones es cada vez más barata.
Oportunidades
El sector privado no puede hacerlo todo y todavía queda mucho por hacer. Durante la celebración de la cumbre, se reclamaron políticas y normativas más claras, que los gobiernos utilicen los impuestos y las subvenciones de forma más eficaz y que se unifiquen los planes y la financiación para crear las infraestructuras necesarias para pasar rápidamente a una economía con bajas emisiones de carbono. La movilización de la financiación verde será importante en todo este proceso y cada vez hay mayores cantidades de capital controladas por los propietarios de activos, los gestores de activos y los bancos que buscan ser invertidos con cero emisiones netas.
En la opinión de Iggo, esto significa enormes oportunidades de inversión en los líderes climáticos que están desarrollando las soluciones tecnológicas para el cambio climático y en aquellas empresas que están liderando la transición hacia un modelo de negocio con menos carbono. Parte de esto significa la exposición a las tecnologías que cambian el régimen: vehículos eléctricos, baterías, energía renovable, hidrógeno, etc. Pero también significa utilizar las técnicas de ESG para identificar las empresas que están haciendo cambios en lo que hacen hoy para reducir su huella de carbono. Por ejemplo, una empresa fabricante de calzado dijo que había cambiado el tamaño de sus cajas de zapatos para optimizar el espacio que ocuparían los envíos en los contenedores. Utilizar menos espacio significa generar menos CO2. Actuaciones como estas serán (o deberían ser) recogidas en una evaluación ESG, permitiendo a las empresas atraer capital de inversores centrados en la sostenibilidad.
¿Qué precio tiene el carbono?
El sector privado ha hecho un llamamiento generalizado para que los líderes mundiales se pongan de acuerdo sobre un sistema de fijación de precios del carbono. Uno de los temas que se escuchó mucho fue la innovación centrada en el hidrógeno en la que todos los ponentes pidieron un precio para el carbono. Cuando se escribió este tema no se había llegado a un acuerdo. Sin embargo, es crucial que lo haya. La tarificación del carbono -en forma de impuestos sobre las emisiones de carbono o a través de un sistema de comercio de derechos de emisión con límite máximo- internaliza los costes externos de la emisión de CO2. Eso significa que un generador de energía que utilice combustibles fósiles tendría que incorporar el coste del carbono a su base de costes. Los márgenes de beneficio se reducirían o el coste se repercutiría en los clientes, lo que reduciría el atractivo del negocio. El aumento de los costes de los combustibles fósiles a través de la incorporación del precio del carbono cambiaría la comparación de costes relativos a favor de las alternativas más renovables. Esto es cierto no sólo en la energía, sino en toda una serie de sectores. Sin embargo, a lo largo del tiempo sería más impactante en las áreas más difíciles de reducir, como la producción de acero y el transporte de larga distancia. A medida que los procesos basados en los combustibles fósiles aumentan de precio, la tecnología está reduciendo el coste de las alternativas, lo que contribuirá enormemente a la descarbonización de la economía real.
Una transición costosa
Otra cuestión que quedó clara en los debates es que la transición es costosa en términos de la cantidad de inversión necesaria. Además, también podría ser costosa en el sentido de que conduce a precios más altos para algunos bienes y servicios, especialmente si se toman medidas políticas para cambiar los precios relativos antes de que los mercados competitivos hayan evolucionado lo suficiente en el lado de las renovables o de las bajas emisiones de carbono.
Existen estudios que relacionan el hecho de que el capital se aleje de los grandes emisores, lo que aumenta el coste del capital y contribuye a reducir el gasto de capital de sustitución. Eso significa que la capacidad se ve limitada en esos sectores y los problemas actuales con la energía podrían ser un claro ejemplo de ello. La política ni siquiera ha empezado a abordar el coste que supone para los hogares y los países de renta baja: los coches eléctricos, la calefacción doméstica, el transporte básico y las necesidades de vivienda en los países emergentes. Hay un enorme coste social que hay que abordar, a menos que se estén dispuestos a aceptar los costes económicos y humanos mucho mayores de superar los 2oC.
La cuestión de la inflación
Los mercados están preocupados por la inflación, y con razón, tras el aumento del 6,2% interanual de los precios al consumo en Estados Unidos en octubre. En los últimos 40 años, la inflación estadounidense sólo ha superado el 5% en tres ocasiones, incluida la actual. Después de las dos anteriores, retrocedió bruscamente, sin embargo, el experto de AXA IM no está convencido de que las economías hayan regresado a la estructura institucional que sostenía unas tasas de inflación más altas antes de los años ochenta. No obstante, los problemas de oferta, los efectos de base y la fuerte demanda podrían verse agravados por los efectos de los precios relacionados con los cambios estructurales que produciría una bajada de las emisiones de carbono. Ni que decir tiene que los mercados seguirán insistiendo en esta narrativa hasta que los bancos centrales empiecen a subir los tipos de interés, y eso parece ser, en la opinión de Iggo, cada vez más, el objetivo principal en 2022.
Después del parón en actividad causado por la variante Delta, vuelven a acumularse indicios de una reactivación del crecimiento, sobre todo en EE.UU. Repuntes en el Empire de Nueva York, el Philly Fed o el ISM servicios, así como en gasto personal ajustado a inflación, que en el tercer trimestre se vio incrementado en un 7,9%, justifican el rebote en PIB al que señala el GDPNow de la Fed de Atlanta para el cuarto trimestre, que anticipa el indicador de alta frecuencia confeccionado por Goldman Sachs.
En Japón y enEuropalos índices de gerentes de compra (PMI) también fueron constructivos, aunque en el caso del Viejo Continente el resultado de los sondeos volverá a caer en diciembre. Los contagios en Francia y Alemania se han disparado y las nuevas restricciones adoptadas por estos últimos entraron en vigor el día de corte para el cálculo del PMI (19 noviembre). Frente al previsible impacto de las limitaciones a la movilidad, que afectarán al tráfico de viajeros en Europa durante las vacaciones, en EE.UU. la TSA (Administración para la Seguridad en el Transporte) anticipa que durante el fin de semana de Acción de Gracias se recuperará por fin la intensidad de tránsito (2 millones de personas al día) previo a la pandemia.
Esta mejoría al otro lado del Atlántico está obligando a los economistas a revisar al alza estimaciones que resultaban demasiado conservadoras: la serie de sorpresas económicas de Citi para EE.UU. (así como a nivel global) ha repuntado, arrastrando la rentabilidad del bono tesoro.
La recuperación en la rentabilidad del TBond, que acerca al instrumento a niveles más acordes con las tendencias de crecimiento e inflación, parece haber metido el miedo en el cuerpo a los inversores en renta variable y, en particular, en hedge funds, que estaban doblando su apuesta por acciones de alto crecimiento en los sectores de tecnología y servicios de comunicación. De acuerdo a los datos de Bloomberg, extraídos de los últimos registros 13F correspondientes al tercer trimestre, los hedge funds han sido especialmente agresivos, añadiendo posiciones en sectores como software, SaaS, PaaS, cloud o redes sociales. De los cinco valores donde se aprecia un mayor incremento en las carteras de estos fondos (Evercommerce Inc., Alight Inc., Enovix Corp., Cloudera y Stoneco LTD), sólo uno genera flujos de caja positivos, otros dos están en pérdidas y los tres restantes muestran números negros que cotizan a un múltiplo medio de 120,93 veces beneficios.
Como vemos en la gráfica de abajo, estos títulos -al menos, los que generan flujo de caja libre positivo- muestran valoraciones ajustadas a inflación en línea con las que observábamos en marzo del 2000. Si normalizamos la tasa del IPC la foto mejora, aunque no demasiado, ofreciendo una inversión cuya rentabilidad por flujo de caja libre (FCF) se aproxima a cero.
Aunque muchas de estas empresas ofrecen la oportunidad de invertir en modelos de negocio innovadores y podrían llegar a ser líderes en las industrias donde operan –si no son comprados antes por un pez gordo– sus elevadísimas valoraciones son extremadamente sensibles a pequeños movimientos en la tasa de descuento o a ligeros ajustes en el CAGR de sus ventas.
Si equiponderamos las acciones donde los hedge funds estadounidenses tienen sus posiciones más importantes (como porcentaje del volumen manejado), la concentración en sectores de alto crecimiento es evidente. Tecnología y servicios de comunicación representarían un 62%, frente al 39,27% que pesan en el S&P 500. Este es un fenómeno que también afecta a las carteras de los gestores tradicionales de renta variable. Aplicando el modelo de crowding o atestamiento/concentración de apuestas que confecciona Bernstein Research, observamos cómo de los cinco subsectores más atestados, cuatro se engloban dentro de la industria tecnológica.
La volatilidad en el mercado de tesoros y el repunte en la rentabilidad del bono de referencia están redundando en una reducción de posiciones en acciones con valoraciones elevadas, que están fuertemente representadas en las carteras de los grandes inversores institucionales. Como observamos en la gráfica de abajo, la cartera agregada de los principales hedge funds en EE.UU. registra un déficit de rentabilidad del 11,6% respecto al cosechado por el S&P 500 en el último mes. Llama la atención la diferencia en rentabilidad por flujo de caja libre que presenta esta cartera equiponderada (1,4%) respecto al índice de referencia estadounidense (3,4% ponderado por capitalización bursátil, 3,9% equiponderado).
La nominación de Powell para continuar como presidente de la Fed ha vuelto a poner el foco en la reciente retórica hawkish que vienen desplegando varios miembros del banco central, entre ellos Bostic, que declaró el martes pasado que el drenaje en la dotación del programa de compras podía acelerarse a 20.000 millones de dólares al mes en diciembre, o Christopher Waller, que no espera que los tres millones de prejubilados desde el estallido de la crisis sanitaria regresen al mercado laboral y, por lo tanto, el «máximo empleo» al que condiciona la Fed el inicio de subidas de tipos, estaría más próximo de lo que parece. En este sentido, fechas importantes a apuntar en el calendario -por las implicaciones que el dato publicado pueda tener sobre los planes de la Fed- son el 3 de diciembre (empleo de noviembre), el 10 de diciembre (IPC de noviembre) y el 15 de diciembre (reunión del FOMC).
No es probable que la Fed comunique oficialmente una aceleración del tapering hasta la primera junta de 2022 (el 26 de enero). No obstante, si las cifras que señalamos arriba resultasen más sólidas que las descontadas por los economistas, Powell podría recortar otros 5.000 dólares al mes de su programa de compras.
El mercado anticipa 525.000 nuevos empleos privados en noviembre y una tasa de paro del 4,5% con un incremento de salarios del 5% de la tasa interanual. Aunque la magnitud más relevante de la publicación será la tasa de participación, que debería subir rápido para no dar al traste con el mensaje de «transitoriedad». Se espera un 61,7% frente al 61,6% respecto a octubre, y tendría que sorprender más para atemperar los riesgos de mayor presión salarial, mayor inflación y tipos al alza, que impulsarían el rebalanceo de carteras entre los gestores de hedge funds.
La incertidumbre asociada la nueva variante del coronavirus B1.1.529 (bautizada con el nombre de Ómicron), que parece tener su origen en Sudáfrica y cuyas mutaciones pueden haber surgido de un huésped contagiado y no tratado de sida, puede pesar los próximos días sobre el mercado, aplanando de nuevo la curva, y dándole un respiro a la cotización de acciones tecnológicas caras y con fundamentales discutibles.
Aún se desconoce si es o no más transmisible y/o letal que cepas anteriores de COVID-19; tampoco se cuenta con datos que permitan establecer la efectividad de las vacunas existentes, pero sí parece estar extendiéndose con rapidez y ya se ha convertido en variante dominante en ese país. Con lo que sí contamos es con la experiencia reciente del susto inicial que supuso la aparición de la Delta y con la tranquilidad de lo que sucedió después.
Muchos de los casos identificados en Sudáfrica están fechados antes del verano. Adicionalmente, los gobiernos están hoy más equipados -desde el punto de vista sanitario y de conocimiento- para actuar con diligencia. La UE y el Reino Unido ya han anunciado propuestas para restringir el tráfico aéreo con la región. A corto plazo las temáticas de reapertura también serán objetivo del nerviosismo de los inversores.
El Parlamento europeo ha enmendado las propuestas de reglamento y directiva que modifican el documento de datos fundamentales para el inversor. De esta forma, se vuelve a ampliar la prórroga para su uso y se extiende hasta el 31 de diciembre de 2022.
Según explican los expertos de finReg360, la institución europea acaba de publicar dos informes sobre las propuesta de modificación, por un lado, del reglamento sobre los productos de inversión minorista empaquetados y basados en seguros (PRIIP, en siglas inglesas); y por otro, la directiva que regula los organismos de inversión colectiva en valores mobiliarios (UCITS, en siglas inglesas).
“En concreto, los informes se refieren al borrador de reglamento delegado que modifica el Reglamento Delegado (UE) 2017/6534 (conocido como “quick fix” de PRIIP), en cuanto a la prórroga de la exención temporal para las instituciones de inversión colectiva de elaborar un documento de datos fundamentales para el inversor (DFI o KID por sus siglas inglesas), de conformidad con el reglamento sobre los PRIIP. Y, en segundo lugar, al borrador de la propuesta de directiva que modifica la directiva sobre los UCITS en lo que respecta al DFI (conocida como “quick fix” de UCITS). Próximamente deberán publicarse los textos definitivos, incluyendo estas enmiendas, en el Diario Oficial de la Unión Europea”, apuntan.
Buceando en estos dos informes, los expertos de finReg360 destacan varias cuestiones relevantes en las enmiendas al “quick fix” tanto del PRIIP como el que afecta a los UCITS. Sobre el primero de ellos explica: “El informe amplía hasta el 31-12-2022 la exención temporal para las instituciones de inversión colectiva de elaborar el DFI de conformidad con el reglamento sobre los PRIIP, a fin de garantizar que se atienda esta necesidad de dar tiempo suficiente (a las entidades) para prepararse. Por tanto, las entidades tendrán que proporcionar a los clientes el DFI conforme al reglamento sobre PRIIP para las instituciones de inversión colectiva a partir del 1 de enero de 2023. Esta ampliación supone una prórroga adicional de 12 meses a la actual, que finaliza el 31 de diciembre de 2021”.
Con respecto a las enmiendas a la “quick fix” de UCITS el informe confirma que ya no será necesario elaborar un DFI de conformidad con la directiva UCITS cuando se elabore de conformidad con el reglamento PRIIP, pues ambos cumplen con los mismos requisitos de información.
“En este sentido, incluye una distinción según la categoría de cliente al que se dirige el producto. En el caso de productos para minoristas, se les entregará el DFI conforme al reglamento de los PRIIP. Busca evitar que reciban ambos documentos para el mismo producto, a partir de enero de 2023. Para los productos no minoristas, a los que no se les aplica el reglamento de los PRIIP, se les entregará un DFI según la directiva de los UCITS, a menos que las gestoras decidan elaborar un DFI conforme al reglamento PRIIP -porque así lo elijan o porque dispongan de este producto también para inversores minoristas-”, concluyen desde finReg360.
A falta de cinco semanas para terminar el año, las convocatorias de las gestoras para presentar sus perspectivas de cara a 2022 se agolpan en la agenda. Aunque no todas se muestran igual de optimistas y cada una identifica oportunidades diferentes para los inversores, sí coinciden en tres palabras, que consideran imprescindibles y que determinarán gran parte de las inversiones del próximo año: la inflación, los bancos centrales y China.
Vayamos al inicio: ¿cuál es el punto de partida de 2022? En opinión de las gestoras la pandemia del COVID-19 ha dejado un nuevo escenario en el que las tendencias que se venían desarrollando los últimos años se han acelerado, en especial todo lo relacionado con la disrupción tecnológica y los cambios de hábitos. Además, la reapertura de las economías y el aumento de la demanda han tensionado las cadenas de suministros; una reapertura que sigue amenazada por una reactivación del virus. En el lado positivo de esta foto estática se encuentran las vacunas, que son el principal factor que ha marcado la diferencia entre las presentaciones de perspectivas de este año y las del año pasado.
En términos generales, las gestoras coinciden en que el crecimiento a nivel global continuará en 2022. En opinión de Stefan Hofrichter, director de Economía y Estrategia Global de Allianz Global Investors, éste tendrá “altibajos” y será “divergente” según la región y el país. “Consideramos que habrá una moderación del crecimiento, lo que no significa que estemos ante el fin de un ciclo. Al crecer a un menor ritmo puede que los inversores se pongan algo más negativos y tiendan a reducir su exposición al riesgo y a estrategias multiactivo, pero no es el fin del mundo. Puede que no sea el momento de ponerse bravo, sino de mantener la calma y centrarse en los fundamentales”, explica Hofrichter.
Moderación del crecimiento
Poniendo estas previsiones en cifras, Stefan Kreuzkamp, Chief Investment Officer de DWS, señala: «Esperamos que la economía de la eurozona crezca un 4,6% el próximo año, de forma ligeramente más fuerte que la de Estados Unidos (4,0%), mientras que en China el crecimiento se ralentizará hasta el 5,3% debido a las reformas”, apunta Kreuzkamp.
Según Vincent Mortier, CIO adjunto en Amundi, en 2022, el ciclo se extenderá aún más, pero no espera unos mercados frenéticos. “En la secuencia de tapering y desaceleración, seguida de más estímulos y reaceleración, los inversores deben ser cautelosos primero y buscar puntos de entrada para complementar su posicionamiento estratégico en renta variable, materias primas y mercados emergentes, en una jugada de ciclo tardío típico”, matiza Mortier.
En cambio, Ariel Bezalel, responsable de renta fija en Jupiter AM y gestor de Jupiter Dynamic Bond, se muestra algo más negativo y considera que “a medida que nos adentramos en 2022, la economía mundial se ralentizará bruscamente”. Eso sí, coinciden en mirar hacia los fundamentales para entender qué frenará el crecimiento. «La demanda china se ralentiza, así como las políticas fiscales y la demanda reprimida, que han sostenido la economía desde la pandemia, que comienzan a desaparecer. Además, las complicaciones en la cadena de suministro causadas por la pandemia están resultando mucho más difíciles de resolver de lo que yo y muchos otros imaginábamos, y pueden continuar en el nuevo año, aunque no estarán con nosotros para siempre”, señala Bezalel.
Para Ralph Elder, director general de BNY Mellon Investment Management para Iberia y Latam, entraremos en el nuevo año de la mano de los estímulos bancarios y de una liquidez que continuará durante 2022. “Estamos constructivamente positivos, gracias a factores como las vacunas, a los balances saneados de las empresas y a la expectativa de que los problemas en la cadena de suministro se irán resolviendo, pero siendo conscientes de los riesgos. En especial, de la inflación, cuyo debate sobre si es transitoria o permanente está muy presente”, destaca Elder
Inflación: el gran debate
Como en el resto de presentaciones de perspectivas, la inflación está ocupando un lugar prioritario, ya que se considera no solo uno de los principales riesgos, sino uno de los factores que más va a marcar el posicionamiento de las carteras durante todo el año. “Tenemos argumentos a favor de ambos posicionamientos. Hay una parte del alza que es transitoria y que creemos que se irá rebajando a lo largo de 2022, pero hay otros factores que son más permanentes. Por ello, esperamos que la inflación se modere durante el año, pero no volveremos a los niveles tan bajos de inflación de años anteriores”, explica BNY Mellon IM para Iberia y Latam.
Una reflexión que gestoras como Allianz GI o DWS también comparten. Según explica, por ejemplo Kreuzkamp, normalmente, la inflación se dispara por un aumento de la demanda, pero sostiene que esta vez la situación es diferente. Las limitaciones de la oferta debidas a las interrupciones de la cadena de suministro han desplazado la curva de la oferta hacia la izquierda, a lo que se suma la demanda reprimida. Ambos factores son los principales responsables del reciente y sorprendente aumento de la inflación. No obstante, y de cara al año que viene, Kreuzkamp se muestra cautelosamente optimista: «Los problemas de la cadena de suministro deberían remitir gradualmente en 2022, y con ellos la inflación, aunque debería mantenerse muy por encima del nivel observado antes del estallido de la pandemia del COVID-19″. En concreto, el experto de DWS espera que la inflación sea del 2,8% en Estados Unidos, del 2,6% en la eurozona y del 2,2% en China.
Según Jack Janasiewicz yGarret Melson, de Natixis Investment Managers, Solution, dentro del debate sobre la inflación, se ha perdido el hecho de que la fuerte demanda se está convirtiendo en un aumento de los precios, lo que enturbia la imagen del verdadero crecimiento económico. “Aunque todos preferiríamos una inflación más modesta y un mayor crecimiento real, el panorama del crecimiento nominal sigue siendo sólido, con unas estimaciones de consenso del crecimiento nominal del PIB que probablemente sigan siendo demasiado bajas. Mientras que una normalización continua de los patrones de consumo, desde los bienes hacia los servicios, debería ayudar a que la composición del crecimiento nominal se aleje de la inflación y vuelva al crecimiento real, los ingresos contables de las empresas en términos nominales, y un crecimiento muy por encima de la tendencia, independientemente de la composición, seguirá apoyando el motor de los beneficios empresariales. Se espera que la inflación termine en un nivel superior a los niveles anteriores al COVID-19; pero estamos en desacuerdo con cualquier expectativa de un aumento significativo”, explican.
Para Pascal Blanqué, director de Inversiones de Amundi, ha comenzado un nuevo régimen financiero, caracterizado por rasgos estanflacionistas al estilo de los años 70. “El fin de la era monetaria ultra acomodaticia, así como el momentum creciente de las políticas dirigidas a la transformación verde y justa, definirán nuevos mandatos para los bancos centrales. Su función de reacción parece incierta y las expectativas de inflación pueden quedar desancladas. Cabe esperar algún reordenamiento de las primas de riesgo, cuando los yields reales y nominales comiencen a aumentar, y un impacto cada vez mayor de los factores ESG en los precios de mercado».
A corto plazo, para salir del laberinto de la inflación, Gergely Majoros, miembro del Comité de Inversión de Carmignac, advierte: “En vez de centrarnos en el debate,es más importante mirar el impacto que la inflación ya tiene en el mercado, porque la inflación se quedará y en una tasa mayor a lo que en un primer momento pensábamos. En su evolución será muy determinante lo que ocurra en el mercado laboral y las políticas fiscales de los gobiernos, porque pueden convertirse en elementos que presionen más o menos al alza la inflación”, explica Majoros.
Bancos centrales: los jugadores clave
El “fin de la era monetaria ultra acomodaticia” al que se refiere Blanqué es el segundo factor en el que coinciden las perspectivas de las gestoras. Sobre su papel, de nuevo, sale a relucir cierta divergencia: Estados Unidos y algunos mercados emergentes van más adelantados en la normalización de sus políticas y retirada de estímulos, que las instituciones de la Unión Europa, Reino Unido y Japón.
En este sentido, los documentos de las gestoras muestran cierto consenso en que estimar que el camino de salida de las políticas monetarias extremadamente laxas es largo. “En Estados Unidos, la reducción de las compras de bonos debería concluir a mediados de 2022. En este sentido, la primera subida de los tipos de interés podría llegar en el cuarto trimestre. En Europa, en cambio, todavía no hay ninguna subida de tipos de interés en el horizonte, ni el año que viene ni en 2023”, espera el Chief Investment Officer de DWS.
Según explican desde OFI Asset Management, los bancos centrales siguen dirigiendo eficazmente la normalización de los rendimientos de los bonos a medida que la actividad económica se va normalizando. “El mercado está empezando a tener sus dudas, dado el número de subidas de tipos que contemplan los futuros para 2022: dos en Estados Unidos y casi una en Europa, sobre todo porque las trayectorias de crecimiento consensuadas para 2022 se ven reducidas por las limitaciones de producción derivadas de la escasez de mano de obra, componentes y cuellos de botella en el transporte. En 2014, la Fed tardó dos años en completar su tapering e iniciar su ciclo de endurecimiento monetario. Puede que esta vez sea menos paciente”, destacan.
Desde Amundi apuntan que los bancos centrales aceptarán ir por detrás de la curva, dada su “desatención a la narrativa inflacionista”. Según la gestora, “tras un primer paso hacia el tapering, cabe esperar más, no menos, acomodación monetaria en medio de la desaceleración del crecimiento y las crecientes necesidades fiscales necesarias para financiar la transición verde y justa”.
Paul Brain, responsable del equipo de Renta Fija de Newton (parte de BNY Mellon IM), añade: “El desencadenante de las subidas de tipos será probablemente cuando haya una visibilidad más clara de los niveles de empleo, que seguirán dependiendo del éxito de la transición de las economías. Las estadísticas de empleo muestran actualmente señales confusas a medida que las economías se ajustan de un mundo pre a post-covid, y anticiparíamos una mayor claridad en torno a la dirección de las cifras de empleo a medida que los paquetes de apoyo del gobierno comienzan a desaparecer. Nuestra expectativa es que probablemente no será hasta el primer trimestre del próximo año cuando los banqueros centrales tengan una idea clara de cuándo deben ajustar la política monetaria más allá de simplemente ralentizar sus programas de compra de bonos”.
China: un giro hacia la regulación
En último lugar, las gestoras consideran que el giro que ha dado China hacia una mayor regulación de ciertos sectores (como la tecnología, el real estate y la educación) y su desaceleración en el crecimiento tendrán un impacto relevante en las decisiones de inversión el próximo año. Elder reconoce que China es un riesgo a tener en cuenta, pero también un mercado en el que no hay que dejar de buscar oportunidades a largo plazo. “Será clave seguir identificando a los generadores y perdedores de todos estos cambios que se están produciendo, y también de los que vendrán a largo plazo como, por ejemplo, en el cambio de la energía renovable y el compromiso con la sostenibilidad del país”, apunta.
Sean Taylor, Chief Investment Officer Asia Pacific de DWS, ve un cambio de dirección para los mercados de renta variable asiáticos el próximo año. “Después de un año 2021 muy difícil, en los que los mercados de renta variable asiáticos no se acercaron al ritmo de los mercados estadounidenses y europeos, la situación parece mucho mejor de cara a 2022”.
En su opinión, los malos resultados del año actual se deben a cuatro factores: el endurecimiento de la política monetaria en China, las nuevas regulaciones gubernamentales, una política de tolerancia cero con la pandemia de coronavirus y un apoyo fiscal significativamente menor, ha indicado. Taylor espera que en 2022 las restricciones relacionadas con el COVID-19 desaparezcan poco a poco, lo que supondría un viento de cola para la economía.
La inflación está creciendo en la mayoría de las economías. Aunque las causas y los remedios todavía son ampliamente debatidos, la perspectiva de que la inflación experimente un alza parece inevitable. En ese sentido, Ninety One cree que las empresas de calidad de su estrategia Global Franchise tienen unos atractivos atributos que las hacen adecuadas en los periodos inflacionistas.
En concreto, las acciones de calidad muestran unas ventajas competitivas difíciles de replicar y tienen un saludable equilibrio y un nivel de baja intensidad de capital.
Las ventajas competitivas de las empresas de calidad son perdurables: las empresas de calidad tienen barreras a la entrada, poder de fijación de precios y unos márgenes brutos elevados. Estas tres características hacen que se vean menos afectadas por un aumento de los costes de los insumos.
Las empresas de calidad suelen tener unos sólidos balances y se ven menos afectadas por unos mayores costes de financiación a medida que suben los tipos de interés.
Las empresas de calidad suelen requerir una menor intensidad de capital, pues se ven menos afectadas por los gastos de capital y la inflación en los costes fijos.
Las empresas de calidad tienen una atractiva valoración. Se ven menos afectadas por las subidas en las tasas de interés que las acciones de crecimiento de larga duración con múltiplos elevados.
Información sobre riesgos:
Riesgos generales: El valor de las inversiones, así como los ingresos generados por las mismas, pueden bajar o subir. aumentar. Si se cobran comisiones del capital, esto puede limitar el crecimiento futuro. El rendimiento pasado no es no es un indicador fiable de los resultados futuros. Si alguna moneda difiere de la moneda nacional del inversor, los rendimientos pueden aumentar o disminuir como resultado de las fluctuaciones monetarias.
Los objetivos de inversión y las metas de rendimiento están sujetos a cambios y pueden no alcanzarse necesariamente, pudiendo producirse pérdidas. Los acontecimientos o factores de riesgo relacionados con el medio ambiente, la sociedad o la gobernanza, si se producen, podrían causar un impacto negativo en el valor de las inversiones.
Riesgos específicos: Cambio de divisas: Los cambios en los valores relativos de las diferentes monedas pueden afectar negativamente al valor de las inversiones y a los ingresos correspondientes. Derivados: El uso de derivados no pretende aumentar el nivel global de riesgo. Sin embargo, el uso de derivados puede dar lugar a grandes cambios de valor e incluye el potencial de grandes pérdidas financieras.
Una contraparte de una transacción de derivados puede no cumplir sus obligaciones, lo que también puede provocar una pérdida financiera. Inversión en acciones: El valor de las acciones (por ejemplo, acciones) y de las inversiones relacionadas con la renta variable puede variar en función de los beneficios de la empresa y de las perspectivas futuras, así como de factores más generales del mercado. En caso de En caso de impago de una empresa (por ejemplo, insolvencia), los propietarios de sus acciones ocupan el último lugar en cuanto a cualquier pago financiero de la empresa.
Cartera concentrada: La cartera invierte en un número relativamente pequeño número de participaciones individuales. Esto puede implicar mayores fluctuaciones de valor que las carteras con una inversión más amplia. carteras más amplias. Mercados emergentes (incluida China): Estos mercados conllevan un mayor riesgo de pérdidas financieras que mercados más desarrollados, ya que pueden tener sistemas jurídicos, políticos, económicos o de otro tipo menos desarrollados.
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