Tras la COP26, las empresas afrontarán más impuestos y una mayor regulación sobre las emisiones de carbono

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Pixabay CC0 Public Domain. Tras la COP26 las empresas se enfrentarán a más impuestos y a una mayor regulación sobre las emisiones de carbono

El pasado domingo arrancó la COP26, una nueva cumbre del clima promovida por Naciones Unidas que se prolongará hasta el próximo 12 de noviembre. Todos los expertos coinciden en que este tipo de convocatorias son un “hito”, ya que pone en común los esfuerzos y compromisos de los países frente al desafío común de gestionar y mitigar el cambio climático.

El último informe del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), publicado en agosto, reclama la necesidad urgente de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de aquí a 2030. Las medidas adoptadas anteriormente han resultado insuficientes hasta la fecha.  

En opinión de Gaël Binot, gestor de renta fija en mercados emergentes, y Hervé Chatot, gestor de activos cruzados, ambos de La Française AM, “pocos países han cumplido sus promesas y se han ceñido a los objetivos del Acuerdo de París de 2015. Con las políticas actuales, el calentamiento global alcanzará unos 3°C. Y, aunque un número importante de países se ha fijado el objetivo de cero emisiones netas de GEI para 2050, los avances siguen siendo muy escasos”. 

Los debates y propuestas que se compartan estos días serán muy relevantes para enfocar la lucha contra el cambio climático, pero aún más importantes serán lo que ocurra después de la COP26; es decir, cómo los gobiernos, ciudadanos y empresas aborden la transición hacia una economía con cero emisiones. En este sentido, el último informe de Bain & Company, Beyond COP26: An Action Plan for CEOs, analiza qué supondrá a nivel pragmático este encuentro para las compañías. 

En primer lugar, el informe concluye que tras la COP26, las empresas se enfrentarán a una mayor regulación, a mayores exigencias de información financiera relacionada con el clima y a un mayor escrutinio por parte de inversores y clientes. En concreto, los impuestos al carbono y los esquemas de comercio de emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) se incrementarán, y el precio del carbono probablemente seguirá subiendo. “Los gobiernos desplegarán más subsidios para impulsar el cambio”, prevé el documento. 

Dada esta aceleración, es evidente que la atención se está desplazando de la fijación de objetivos a los resultados. Por ello destaca que muchas empresas han anunciado planes ambiciosos para reducir sus emisiones, en algunos casos hasta llegar a cero, pero son pocas las empresas que están haciendo grandes progresos para convertir esos objetivos en acciones. “Hay cuatro iniciativas que pueden ayudar: integrar la transición del carbono en la estrategia, encontrar formas de rentabilizar las inversiones en la reducción de las emisiones de carbono, incorporar esta transición en el día a día del negocio e implicar a los mandos intermedios”, propone el informe de Bain & Company.

Mientras continúa el trabajo político y la movilización de 100.000 millones de dólares al año para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse al cambio climático, la pregunta para muchas empresas es qué hacer una vez concluida la COP26. El informe concluye que la medida más importante es “prepararse para una gran aceleración” en cinco áreas: la regulación; la divulgación de información financiera; los objetivos basados en la ciencia; el escrutinio de los inversores; y las expectativas de los clientes. 

Las empresas se preparan

En lo que afecta a la regulación, el informe indica que “los impuestos al carbono y los esquemas de comercio de emisiones que cubren el 21,5% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) en 2021 se incrementarán, y el precio del carbono (ya por encima de 60 euros por tonelada de dióxido de carbono equivalente en el Sistema de Comercio de Emisiones de la Unión Europea) probablemente seguirá subiendo. Los gobiernos desplegarán más subsidios para impulsar el cambio, como la iniciativa Energy Earthshots del Departamento de Energía de EE. UU., que tiene como objetivo reducir el coste del hidrógeno bajo en carbono a un dólar por kilogramo en una década”.

En segundo lugar, se incrementarán los requisitos para que las empresas informen sobre sus riesgos climáticos. En el Reino Unido, por ejemplo, los sistemas de pensiones, los bancos, las aseguradoras y otras empresas ya deben cumplir con el marco del Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con el Clima. En el ámbito mundial, la Fundación de Normas Internacionales de Información Financiera está sentando las bases para un conjunto de normas comunes de información, y la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. Ya pide información pública sobre el cambio climático. 

Otro aspecto importante es que a medida que más empresas establecen objetivos para reducir las emisiones, la Science Based Targets Initiative (SBTi) está creciendo rápidamente como el estándar para establecer ambiciosos objetivos de descarbonización, con un crecimiento anual del 130% en el número de empresas participantes durante los últimos cinco años. “Los objetivos de las empresas se están volviendo más holísticos, incluidas las emisiones de Alcance 3 que representan al menos el 40% del total. También son más ambiciosos, ya que la SBTi acepta solo objetivos de Alcance 1 y 2 en línea con el objetivo del Acuerdo de París de mantener el calentamiento dentro de 1,5 ° C. Los objetivos también se están volviendo más concretos, con definiciones más claras de cero emisiones netas de carbono y directrices específicas para los sectores”, explica el informe. 

Inversores y clientes

Una tendencia que ya se está observando es el mayor escrutinio de los inversores. “La sostenibilidad, y el cambio climático en particular, se ha convertido en un criterio clave para los inversores, tanto activos como pasivos, y desempeña cada vez más un papel en las decisiones de inversión”, afirma el documento. Por último, están las expectativas de los clientes, que incluyen no solo la activador de la empresa sino también su cadena de suministro. 

Por ejemplo, la Investment Association, la asociación de gestores de activos del Reino Unido planea emitir «advertencias ámbar» para las empresas que no dan información financiera relacionada con el clima. En todo el mundo, el comportamiento relacionado con el clima influye cada vez más en las decisiones de inversión. La Iniciativa Net Zero Asset Managers reúne a 128 gestores de fondos con 43 billones de dólares bajo gestión en un compromiso de tomar decisiones de inversión que respalden el objetivo de cero emisiones netas para 2050 o antes. 

Dada esta aceleración, es evidente que la atención se está desplazando de la fijación de objetivos a los resultados. El análisis de Bain & Company basado en el trabajo realizado con grandes empresas que están actuando sobre sus objetivos y están comenzando a reducir sus emisiones, determina cuatro principios específicos están guiando las decisiones que marcan una diferencia tangible. Estos cuatro objetivos se resumen en: hacer de la transición del carbono un pilar de la estrategia empresarial; encontrar formas de rentabilizar las inversiones en la reducción de las emisiones de carbono; incorporar esta transición en el día a día del negocio; e implicar a los mandos intermedios.

“Es probable que la transición para dejar de utilizar el carbono y pasar a las emisiones netas cero sea una de las principales prioridades de muchos ejecutivos durante el resto de sus carreras. El trabajo llevará décadas, pero comienza con un conjunto pragmático de pasos significativos”, concluye el informe.

La “era de las transformaciones” traerá oportunidades para los inversores activos capaces de navegar en un entorno difícil

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Pixabay CC0 Public Domain. Las tres transformaciones que nos lanzarán a un nuevo contexto de mercado divergente donde ser activos será clave para lograr alfa

En opinión de Joachim Fels, asesor económico global de PIMCO, los inversores y los responsables políticos se enfrentarán a un entorno macroeconómico radicalmente diferente en los próximos cinco años. Este nuevo contexto estará marcado por un crecimiento bajo pero estable, una inflación por debajo del objetivo, una volatilidad contenida y unos jugosos rendimientos de los activos se van a ir desvaneciendo.

“Lo que se avecina es un entorno de crecimiento e inflación más incierto y desigual, mientras que los rendimientos generales de los mercados de capitales serán probablemente menores y más volátiles”, explicaba durante la presentación de su último informe Secular Outlook, Age of Transformation. Como bien indica el título del documento, la gestora considera que estamos ante tres grandes tendencias que impulsarán una importante transformación económica, social y en los mercados mundiales. 

Ahora bien, la visión de Fels y Andrew Balls, CIO de Renta Fija de PIMCO, no es negativa. Ambos consideran que esta transformación debería generar buenas oportunidades de alfa para los inversores activos que sean capaces de navegar por este “difícil terreno”, que ya venía apuntando maneras con las múltiples disrupciones que se han ido dando desde 2020 y que el COVID-19 ha impulsado. En este sentido, Fels destaca la rivalidad entre China y Estados Unidos, el populismo, la tecnología y el cambio climático. “Los acontecimientos del último año han reforzado las expectativas que contemplamos en nuestro documento de perspectivas en 2020”, reconoce.

Tres tendencias potencialmente transformadoras: verde, tecnológica y social

En su opinión, a estos cuatro disrupciones hay que sumar tres tendencias seculares clave: la transformación verde, la transformación tecnológica y la transformación social. Todo ello conlleva importantes implicaciones para los resultados económicos de las compañías, los países y, sobre todo, los inversores. “La primera de estas tendencias seculares es la transición del marrón al verde. Los esfuerzos por conseguir unas emisiones netas de carbono nulas para 2050 significan que la inversión tanto privada como pública en energías renovables se verá impulsada en los próximos años. Por supuesto, es probable que el mayor gasto en energías limpias se vea compensado en parte, aunque no totalmente, por una menor inversión y destrucción de capital en sectores energéticos marrones como el carbón y el petróleo”, señala Fels. 

El experto considera que durante esta transición existe la posibilidad de que se produzcan interrupciones en el suministro y fuertes subidas de los precios de la energía, restando crecimiento y disparando la inflación. Además, como el proceso crea ganadores y perdedores, existe la posibilidad de que se produzcan reacciones políticas en respuesta a la pérdida de puestos de trabajo en las “industrias marrones”, al aumento de los impuestos y precios del carbono o a los mecanismos de ajuste de las fronteras del carbono que encarecen las importaciones. 

La segunda transformación que explica Fels es la tecnológica y su rápida adopción:  “Los datos muestran hasta ahora un aumento significativo del gasto empresarial en tecnología. Aumentos similares de la inversión en el pasado, por ejemplo, durante la década de 1990 en Estados Unidos, han ido acompañados de una aceleración del crecimiento de la productividad. Sin embargo, está por ver si el reciente aumento de la inversión en tecnología y el crecimiento de la productividad es algo puntual o el comienzo de una tendencia más fuerte”. 

Según el experto, la digitalización y la automatización crearán nuevos puestos de trabajo y harán más productivos los existentes,  pero también serán perjudiciales para aquellos cuyos puestos de trabajo desaparecerán. “Al igual que con la globalización, el lado oscuro de la digitalización y la automatización será probablemente el aumento de la desigualdad y un mayor apoyo a las políticas populistas”, matiza. 

Por último, señala la transformación social que tiene como objetivo “compartir más ampliamente los beneficios del crecimiento” y que está centrada en qué están haciendo los gobiernos para abordar la desigualdad. A nivel de gobiernos el ejemplo más claro es China y su apuesta por la “prosperidad común”, pero también se aprecia esta misma tendencia en el compromiso de las compañías con los empleados y su entorno más cercano. 

Conclusiones sobre la inversión

En opinión de PIMCO todo este “entorno de transformación” se traducirá en un terreno más difícil para los inversores que la nueva normalidad de la última década, pero también considera que generará oportunidades de inversión para los inversores más activos. 

Es muy probable que una mayor volatilidad macroeconómica y de los mercados se traduzca en menores rendimientos en los mercados de renta fija y variable. Las valoraciones de partida, bajos rendimientos reales y nominales en los mercados de renta fija y múltiplos de renta variable históricamente elevados, refuerzan la expectativa”, señala Balls. 

En su escenario base, PIMCO espera que los bajos tipos de los bancos centrales prevalezcan y anclen los mercados de renta fija mundiales. “Aunque vemos riesgos al alza en los tipos de interés a corto plazo, ya que las economías siguen recuperándose, en el horizonte secular esperamos que los tipos se mantengan relativamente en un rango.  Además, esperamos una rentabilidad menor pero positiva para las asignaciones de bonos básicos”, reconoce el responsable de Renta Fija.

Lo que está fuera de su escenario base es que la inflación elevada sea sostenida en el tiempo, pero aún así apuestan por los valores del Tesoro estadounidense protegidos contra la inflación (TIPS), las materias primas y otros activos reales como cobertura contra los riesgos de inflación.

Atentos a los ganadores y perdedores

Según la gestora, las tendencias macroeconómicas, los factores de perturbación y los impulsores, junto con los elevados niveles de deuda, probablemente darán lugar a una diferenciación sustancial de los resultados en las distintas regiones, países y sectores. Teniendo en cuenta esta mayor divergencia, mantienen una perspectiva positiva para Asia, donde esperan que el crecimiento sea  más fuerte y el desarrollo de los mercados de capitales ofrezcan buenas oportunidades de inversión, a pesar de los riesgos asociados a la ralentización del crecimiento en China y a las actuales tensiones geopolíticas. 

“Aunque varios países de mercados emergentes se enfrentan a circunstancias seculares difíciles, como siempre es importante abordarlos como un amplio conjunto de oportunidades, no como una inversión beta pasiva, y esperamos encontrar muy buenas oportunidades en todos los mercados emergentes”, explican desde la gestora. 

También se dará una divergencia importante en el proceso de transición de “lo marrón al verde”, así como en la adopción de tecnología. Según destaca la gestora, los cambios en la normativa medioambiental supondrán incertidumbre y complejidad, así como oportunidades. “Los altos niveles de endeudamiento son especialmente preocupantes en el caso de los países o empresas que pueden salir perdiendo en la transición de lo marrón a lo verde”, matizan.  

Respecto a las oportunidades en renta variable, la gestora apunta que siguen siendo constructivos. “Creemos que la recuperación posterior a la crisis del 19 de diciembre ha puesto de manifiesto la necesidad de invertir en infraestructuras físicas -tras años de infrainversión- debido a las tendencias de digitalización y automatización y al impulso hacia la adopción de medidas ecológicas. Mientras que la década pasada se caracterizó por el software, la próxima se definirá más por las inversiones en hardware relacionadas con estas tendencias. El tema de la diferenciación y de los ganadores y perdedores en la recuperación será crucial en todos los países y sectores y a nivel de selección de valores. En particular, creemos que los fabricantes de semiconductores, los proveedores de equipos de automatización de fábricas y los proveedores de energía verde y movilidad pueden beneficiarse, y esperamos que estos sectores sean una parte importante de la construcción de nuestra cartera”, concluyen. 

Eurizon lanza un fondo mixto sobre China con la gestión delegada en Eurizon SLJ Capital

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Pixabay CC0 Public Domain. Eurizon amplía su capacidad en China con el lanzamiento del Eurizon Fund - China Opportunity

Eurizon ha ampliado su capacidad en China con el lanzamiento, en septiembre, del Eurizon Fund – China Opportunity, un fondo mixto delegado a Eurizon SLJ Capital, la gestora de activos de Eurizon con sede en Londres.

Según explica la firma, se basa en la estrategia de bonos en RMB (renminbi) ya existente, gestionada por Stephen Li Jen y Monica Wang, ambos hablantes de mandarín y con una experiencia conjunta de 37 años en el contexto y los mercados chinos, combinada con las capacidades en renta variable china desarrolladas por la filial Eurizon Capital Asia, con sede en Hong Kong. 

La gestora considera que, en tiempos de tensión en el mercado, los bonos chinos en renminbi han demostrado ser algunos de los activos con mejor comportamiento en el mundo. Además, los bonos en renminbi han contribuido a reducir la volatilidad y a mejorar la rentabilidad total cuando se combinan con otras estrategias globales de renta fija y variable. En su opinión, en contraste con otros grandes mercados de renta fija, los bonos chinos han ofrecido históricamente un mayor retorno y el mercado de bonos en renminbi se ha comportado como un activo de refugio durante los periodos de riesgo global.

“La profundidad y la amplitud del mercado de renta variable nacional de China ofrece a los inversores extranjeros ventajas de diversificación, especialmente en los sectores de rápido crecimiento de la nueva economía china. Esto, combinado con la influencia única de las políticas económicas y monetarias, da como resultado una oportunidad única, con una baja correlación con las clases de activos tradicionales”, aseguran desde la entidad.

El Eurizon Fund – China Opportunity combina las características de activo refugio del mercado de bonos chino, de 20 billones de dólares, con las oportunidades de crecimiento a largo plazo de la renta variable china. En el momento de su lanzamiento, el fondo tiene una ponderación del 80% en los bonos onshore más líquidos y de alta calificación, y una asignación del 20% a renta variable. “Una combinación que ofrece un ratio de sharpe óptimo”, señalan desde Eurizon. El proceso de asignación de activos estructural y táctico se determinará sobre la base de un análisis cualitativo/discrecional, complementado con modelos cuantitativos, matiza la gestora.

Schroders compra la división de River and Mercantile Group en el Reino Unido

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Pixabay CC0 Public Domain. Schroders compra la división de River and Mercantile Group en el Reino Unido

Schroders ha anunciado que ha llegado a un acuerdo para adquirir la unidad de negocio de asesoramiento, gestión fiduciaria y derivados de River and Mercantile Group PLC (RMG), en el Reino Unido. 

Según ha explicado la gestora en un comunicado, la transacción está valorada en aproximadamente 230 millones de libras. A 30 de septiembre de 2021, este negocio de River and Mercantile Group contaba con 42.000 millones de libras de activos gestionados. Desde Schroders indican que la transacción está sujeta a la aprobación de los accionistas de RMG y de los organismos reguladores y se espera que se complete en el primer trimestre de 2022.

Una vez completada la transacción, James Barham, director ejecutivo de RMG, se unirá a Schroders y continuará dirigiendo esta división desde la gestora. Desde este cargo,  reportará a Peter Harrison, director ejecutivo del Grupo Schroders.

“Esta adquisición mejora nuestra capacidad para satisfacer las necesidades cada vez más complejas de los clientes de fondos de pensiones y es coherente con nuestra estrategia de crecimiento. La empresa aporta un equipo muy respetado, con un sólido historial de éxitos, y encaja bien con la cultura de Schroders. Vemos importantes oportunidades en esta asociación”, ha explicado Peter Harrison, director ejecutivo del Grupo Schroders.

DWS se asocia con BlackFin para aprovechar el potencial de la plataforma de inversión digital IKS

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Pixabay CC0 Public Domain. DWS se asocia con BlackFin para aprovechar todo el potencial de la plataforma de inversión digital IKS

DWS Group (DWS) y BlackFin Capital Partners (BlackFin) han firmado una asociación estratégica a largo plazo para trabajar conjuntamente en la plataforma de inversión digital IKS, para convertirla en un ecosistema que ofrezca soluciones y servicios integrales de inversión digital a socios de distribución, inversores institucionales y clientes retail. 

Según han explicado, el objetivo es “adaptar la plataforma de inversiones a las oportunidades que ofrece el mercado, que en el futuro evolucionará rápidamente como consecuencia de las nuevas tecnologías”. Además, ambas partes han acordado transferir la plataforma digital de inversión a una joint venture, en la que DWS mantendrá una participación del 30%

“Nuestro objetivo es proporcionar una experiencia y un servicio best-in-class a los clientes, Las capacidades y soluciones digitales son clave para este objetivo y, por ello, creemos firmemente en el gran potencial de crecimiento del negocio de la plataforma. BlackFin es el partner adecuado para ayudarnos a desarrollar todo el potencial de nuestra plataforma digital de inversión IKS. Así, nuestra misión conjunta será crear un verdadero actor paneuropeo y esperamos trabajar con nuestros nuevos socios y convertir a IKS en un sólido canal de ventas para DWS a largo plazo», ha explicado Dirk Goergen, miembro del Executive Board de DWS Group y, como Head of Client Coverage Division, responsable de la gestión de ventas y de la estrategia global de ventas. 

Por su parte, Laurent Bouyoux, presidente y socio fundador de BlackFin Capital Partners, ha añadido: “Compartimos la visión de DWS de ofrecer soluciones best-in-class a sus clientes. Para lograrlo, desde BlackFin se apoyará en nuestro demostrado historial de aprovechamiento de la experiencia tecnológica, operativa y normativa para ejecutar sin problemas complejas escisiones con el fin de crear eficientes líderes independientes. Durante más de dos décadas, hemos desempeñado un papel clave en la transformación de la industria europea de servicios financieros, con una trayectoria consolidada en la creación y el crecimiento de plataformas de inversión digitales, mejorando al mismo tiempo la satisfacción de los clientes. Además, nuestras profundas relaciones con el sector de los servicios financieros en toda Europa han permitido un crecimiento constante a través de la expansión internacional. Al asociarnos con DWS, BlackFin ha consolidado nuestro compromiso con la región de DACH y nuestra posición como socio de referencia de capital privado para las principales instituciones financieras europeas. Estamos encantados de embarcarnos en este viaje con una organización con tanta historia». 

Desde la gestora recuerdan que “la plataforma de inversión digital IKS es el principal proveedor de servicios de plataformas de fondos en Alemania”, lo que permite una conectividad perfecta entre inversores, distribuidores y proveedores de fondos, y en Europa se encuentra entre los diez primeros. IKS cubre todos los canales de distribución relevantes, desde el B2B hasta el B2C, pasando por el B2B2C, manteniendo relaciones duraderas con los clientes. Su modelo de negocio diversificado, incluyendo las capacidades de soluciones digitales, es una fortaleza clave. 

En este sentido, con su oferta de ETFs y unit-linked, IKS está particularmente bien posicionada para capitalizar estas áreas de crecimiento. Por último, las partes implicadas han acordado mantener la confidencialidad sobre el precio de la operación y otros detalles financieros. La transacción está aún sujeta a la aprobación de las autoridades pertinentes y su cierre se espera para el segundo semestre de 2022.

Morgan Stanley ficha a Eduardo Castro procedente de Wells Fargo

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El advisor se registró en la oficina South Biscayne Boulevard, según su perfil de Brokercheck.

Castro cuenta con casi 20 años en la industria, comenzó en Deutsche Bank en 2003 donde trabajó hasta 2016. Luego pasó a Wells Fargo donde estuvo entre 2016 y 2021.

Según el perfil de Finra, el advisor dejó la oficina en septiembre de este año.

Castro tiene un MBA por The George Washington University, según su perfil de LinkedIn.

En enero, Wells Fargo anunció el cierre de su oficina para el negocio de US Offshore.

Desde el anuncio, muchos advisors han salido hacia otras compañías. Morgan Stanley, Raymond James, Insigneo, Bolton, entre otras, han captado gran parte de los funcionarios que manejan clientes internacionales, la mayoría latinoamericanos.

La economía de EE.UU. vuelve a acelerarse luego del impacto de la variante Delta

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El crecimiento del PIB para el cuarto trimestre ya se ve mucho más fuerte con respecto al tercer trimestre que fue un poco más débil de lo esperado, por las tensiones de la cadena de suministro y el impacto de la cepa Delta del COVID-19, según varios analistas.

Sin embargo, el tercer trimestre no fue tan malo como podría haber sido, dice ING Bank . El crecimiento del PIB de EE.UU. para el tercer trimestre fue del 2%, un poco por debajo del consenso del 2,6%, pero no tan malo como la cifra anualizada del 0,2% indicada por el modelo de la Fed de Atlanta.

Esto deja el nivel del PIB en un 1,4% más alto que antes de la pandemia, y la economía se ha recuperado un 12,2% desde los mínimos del segundo trimestre del 2020.

En términos de las contribuciones, el gasto de los consumidores personales fue un poco más fuerte de lo esperado con un 1,6% (consenso del 0,9%), lo que indica un gasto robusto en septiembre.

Los expertos de ING confían en que el cuarto trimestre será mucho mejor. Los números de actividad de los consumidores de alta frecuencia, como vuelos, restaurantes y estadías en hoteles, aumentaron desde mediados de septiembre hasta octubre a medida que disminuía la ola delta.

La inflación es un poco preocupante debido a su impacto en el poder adquisitivo, pero los ingresos están aumentando y los balances de los hogares están en muy buena forma, ya que la riqueza de los hogares ha aumentado 26 billones o trillions desde fines de 2019. Esto debería permitir a los hogares capear esta tormenta temporal de mayores costos de energía.

De cara al futuro, esperamos que la economía de EE.UU. supere su trayectoria anterior a la tendencia del COVID-19 a principios del próximo año, pero cuando el gobierno haya invertido 5 billones o trillions de dólares en la economía y la Fed haya expandido su balance en 4 billones o trillions.

Por otro lado, los expertos de Schroders pusieron en ojo en la inflación. La brecha del producto, cuellos de botella, inflación subyacente, efectos de base, efectos de segunda ronda, tasa de participación laboral son algunos de los “términos clave de la industria” que son esenciales para comprender qué está pasando con el indicador de aumento de precios, según la gestora.

¿Son las tasas de inflación actuales artificialmente altas?

Cualquier análisis de la inflación establecerá una clara distinción entre la inflación «general» y la subyacente. Las tasas de inflación general, que incluyen los componentes del costo de vida más volátiles (alimentos y energía), están atrayendo muchos titulares en los medios de comunicación, afirma la gestora.

Los precios de la energía muy débiles durante la pandemia han creado una base baja para las comparaciones interanuales. Esto ha resultado en tasas artificialmente altas de inflación general debido a los llamados «efectos de base».

La inflación subyacente, que excluye estos componentes, es una mejor medida de las tendencias subyacentes de los precios. El potencial de precios mundiales de la energía más altos y más prolongados ha llevado a establecer un paralelismo con los años setenta. En ese momento, los precios del petróleo fueron muy volátiles durante un período prolongado y los salarios estaban aumentando en muchas economías occidentales.

Como resultado, varias de las grandes economías experimentaron “estanflación”, una combinación de desaceleración del crecimiento y aceleración de la inflación subyacente. Esto a menudo se conoce como “inflación del lado de la oferta”, que puede ocurrir cuando las economías tienen menos capacidad de la esperada como resultado de escasez de mano de obra o cuellos de botella, por ejemplo.

Tal escenario es una posibilidad externa, aunque creciente, estima Schroders.

Sin una gestión económica cuidadosa, existe el riesgo de que veamos una ronda tras otra de aumentos de precios y salarios, las desestabilizadoras «espirales de precios de los salarios» a las que se refirió la economista en jefe del FMI, Gita Gopinath, a principios de octubre. Aquí, las expectativas de inflación se convierten en una profecía autocumplida. Como resultado, los precios suben, o se “desanclan”.

Tal como están las cosas hoy, una serie de componentes de la inflación subyacente que repuntó cuando la economía estadounidense se reabrió a principios de año (automóviles usados, boletos de avión, ropa, por ejemplo) se han moderado, lo que da algunos motivos para el optimismo.

M&G se asocia con PICTON para su distribución en Chile y Perú

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M&G Investments firmó una alianza con PICTON para que actúe como socio de distribución de la gestora para los clientes institucionales de Chile y Perú.

“Nos complace anunciar una nueva asociación de distribución, que entrará en vigencia en octubre de 2021. PICTON representará a M&G en Chile y Perú, centrándose en clientes institucionales”, dice el comunicado al que accedió Funds Society.

Por su parte, el director de Distribución para América y Director de Bancos Globales y Soluciones de Inversión de M&G, Ignacio Rodríguez Añino, comentó su alegría por la asociación con PICTON.

“Nuestro enfoque de inversión activo a largo plazo y nuestras sólidas capacidades en los mercados públicos y privados en las clases de activos globales deberían posicionarnos bien para satisfacer las necesidades financieras de los inversores institucionales locales, aumentando su exposición a posibles fuentes alternativas de rentabilidad y diversificación de sus carteras», comentó.

Por otro lado el socio fundador de PICTON, Matias Eguiguren, dijo que la firma continúa expandiendo su presencia en América Latina a través de una asociación con un activo de clase mundial firma de gestión, buscando construir soluciones de inversión innovadoras y creativas para sus clientes.

PICTON proporcionará la debida diligencia, la información y el análisis del producto a los clientes institucionales y servirá como punto de enlace entre ellos y los equipos de M&G, agrega el comunicado.

Buscando trufas en la renta fija corporativa

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Andrea Cairone Truffle Hunting_0
Pixabay CC0 Public DomainAndrea Cairone. Andrea Cairone

El otoño en el hemisferio norte suele ser una época propicia para que proliferen los hongos. Pero los más cotizados —las trufas blancas tan apreciadas por su sabor— permanecen obstinadamente bajo la tierra. Su maravilloso aroma solo le es revelado a quien está dispuesto a realizar un tenaz esfuerzo de búsqueda. Esto puede requerir de la combinación de años de experiencia, un ayudante canino con un sentido del olfato desarrollado y el conocimiento de la topografía y la biología.

Podemos ver paralelismos entre la búsqueda de setas y los crecientes esfuerzos necesarios para descubrir oportunidades en los mercados de crédito. En parte, esto es una consecuencia de las valoraciones completas y en parte un reconocimiento de que algunos de los vientos de cola económicos están retrocediendo. La volatilidad podría aumentar, y los riesgos idiosincráticos están por todas partes. El valor está presente, pero a menudo se esconde bajo la superficie.

Niveles de deuda y valuaciones

Gran parte de 2021 se ha caracterizado por las campañas de vacunación de la población mundial, si bien es cierto que los países desarrollados de mayor renta han estado a la cabeza de dichos esfuerzos. La posibilidad, hoy ya hecha realidad, de la reapertura económica ha generado condiciones idóneas para que los beneficios empresariales se disparen y los flujos de caja se recuperen. Tal como cabría esperar de unos mercados con perspectiva de futuro, los activos de riesgo han repuntado con fuerza a medida que los inversores anticipaban esta mejora. A principios de septiembre, la renta variable estadounidense, representada por el índice S&P 500®, marcó un nuevo máximo histórico. Los diferenciales de los bonos high yield estadounidenses, aunque todavía por encima de sus mínimos históricos, se han contraído después de ampliarse a causa del COVID-19. Una historia similar se ha repetido en Europa, aunque Asia Pacífico y los mercados emergentes han experimentado mayor inestabilidad en 2021.

La deuda se disparó durante la pandemia, pero está viéndose apoyada por unos costos de servicio de la deuda contenidos. Unida a la política de dinero barato, la liquidez ha hecho que el apetito por los activos de riesgo crezca aún más. El debate sobre si unas condiciones laxas de financiación configuran un entorno positivo o invitan más bien a cometer excesos seguirá presente durante todo el año que viene. El stock agregado de deuda —sumando deudores soberanos y corporativos— está en niveles récord como se observa en el gráfico 1a.  Por otro lado, el gráfico 1b muestra que la deuda como porcentaje de la renta variable se encuentra en niveles históricamente bajos. Esto puede explicar más las elevadas valuaciones alcanzadas por los mercados de renta variable que los niveles de deuda corporativa.

Janus Henderson

Janus Henderson

¿Cuánta deuda es demasiada? Ambos indicadores nos dicen poco sobre esta cuestión. Unos niveles altos de deuda deben ponerse en contexto con la capacidad para atender dicha deuda y con la probabilidad de perder el acceso a nuevo capital. Por su parte, los ratios deuda-renta variable podrían sugerir un entorno en el que una gran inversión de recursos propios ofrece un colchón contra las pérdidas de capital para los tenedores de bonos. La realidad es que con frecuencia señalan unas valuaciones de la renta variable excesivas y anticipan un cambio de tendencia en el ciclo. Los mínimos anteriores tuvieron lugar antes de la crisis del petróleo de 1973, del pinchazo de la burbuja de las «puntocom» en 2000 y de la crisis financiera mundial de 2007-2009; en todos esos casos, las correcciones en los mercados bursátiles provocaron que los niveles de deuda, como porcentaje de la renta variable, se disparasen.

Los diferenciales de crédito suelen exhibir una correlación positiva con los mercados de renta variable, y unas valuaciones sobrecargadas en alguno o ambos de esos mercados invita a ser prudentes. Los fundamentales económicos, sin embargo, siguen siendo sólidos, y con la última crisis tan reciente, cabría presumir que cualquier ola vendedora en la renta variable tendría poca fuerza y duración, y que cualquier episodio de ampliación de diferenciales en el crédito sería, igualmente, modesto. Las tendencias de liquidez serán probablemente el principal determinante de estos mercados, salvo un deterioro de los fundamentales.

Las tasas de impago son bajas y en descenso. Las tasas de impago de Moody’s para periodos consecutivos de 12 meses en los segmentos especulativos de Europa y EE.UU. se han desplomado, pasando de los máximos del 5,1% y 8,9% respectivamente en el último año hasta el 3,7% y 3,1% hacia finales de julio de 20211. Los ratios de apalancamiento (que se calculan dividiendo la deuda bruta entre los beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) se han reducido. Morgan Stanley señaló que la media del apalancamiento bruto (deuda sobre beneficios) entre los emisores de deuda corporativa estadounidenses con calificación investment grade ha caído hasta 2,4 veces los beneficios desde cerca de 3 veces en 2020, mientras que en el segmento high yield el apalancamiento bruto ha caído desde 4,8 veces los beneficios en 2020 hasta menos de 3,9 veces hacia finales del 2T de 20212. Creemos que esta dinámica podría haber continuado durante el 3T.

Una gran parte de esta mejora ya está reflejada en los spreads, que cotizan cerca de la parte más baja de sus rangos de largo plazo. Por ejemplo, a principios de septiembre de 2021, los spreads del high yield global, medidos por el índice ICE BofA Global High Yield, estaban unos 50 puntos básicos (pb) por encima del mínimo de cinco años de 311 pb registrado en 2018 y unos 130 pb por encima del mínimo histórico de 233 pb registrado en 20073. Aunque esto sigue dejando cierto margen de estrechamiento, el ratio remuneración-riesgo se está acercando más al equilibrio.

Un entorno como el descrito requiere un esfuerzo más concertado en términos de análisis de crédito. Un área de atención para nosotros consiste en identificar rising stars (o estrellas ascendentes, es decir, emisores que verán probablemente revisada al alza su calificación de crédito desde high yield hasta investment grade). El paso a una categoría crediticia más alta suele ir acompañado de una compresión de los spreads a lo largo del tiempo. Actualmente, existe un sano margen de spreads entre los bonos BB (high yield) y los BBB (investment grade), como se observa en el gráfico 2. De hecho, el ratio de los diferenciales de crédito de los bonos BB respecto a los BBB se acerca a la parte alta del rango de 10 años.

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Retorno de la multiplicidad

De no mediar alguna nueva variante del virus, el obstáculo para la economía representado por el COVID-19 irá remitiendo. Entonces, ¿qué factor puede perturbar la relativa calma de los mercados de crédito?

La política es siempre una incógnita difícil de prever. Se ha producido un notable giro del tono en China, pues el Partido Comunista está interviniendo en las que considera áreas anticompetitivas de su economía con el fin de reducir las desigualdades sociales. Esto ha generado una onda expansiva en otros sectores a medida que los inversores tratan de recalibrar el potencial de beneficios de las empresas.

Las subidas de impuestos están penetrando en la agenda política global, ya sea como vía para financiar el cambio demográfico estructural —véase la tasa para cuidados sociales del 1,25% anunciada en el Reino Unido, destinada a ayudar a sufragar la atención social de una población cada vez más envejecida— o bien por el cambio de postura de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE) respecto a la imposición a las ventas digitales. Los argumentos sobre la elevación del techo de deuda en EE.UU., un debate recurrente, animarán probablemente el Congreso estadounidense y pondrán un foco más agudo sobre los niveles de deuda en general. Estos temas probablemente irán disipándose, aunque existen riesgos.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 26) que tendrá lugar en Glasgow (Escocia) en noviembre también pone de manifiesto la creciente importancia del cambio climático y los problemas más amplios de sustentabilidad. Desde la revisión del precio de las emisiones de carbono a posibles impuestos sobre el metano, existen numerosos factores capaces tanto de encarecer los costos para las empresas conforme se fija un precio por las externalidades como de crear oportunidades para aquellas empresas que están abrazando el cambio. Como resultado de este y otros factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG), vemos ganadores y perdedores.

Sin embargo, la principal área que podría plantear un reto a los mercados en los próximos meses es cómo responden a los datos de inflación y a la política de los bancos centrales. La continua disrupción en las cadenas de suministro está complicando la valuación por los bancos centrales de las perspectivas sobre inflación. Ya hemos visto cómo algunos bancos centrales de Europa del Este y Latinoamérica aumentaban sus tasas de interés este año a medida que comenzaba un desacoplamiento de las políticas a nivel global. Con los rendimientos en niveles bajos, el riesgo de tasas de interés se vuelve una preocupación más acuciante para el mercado de crédito, incluso en áreas donde tradicionalmente ha revestido una menor importancia. Deutsche Bank observó a principios de septiembre que el 85% de los bonos high yield estadounidenses mostraban un rendimiento inferior a la tasa de inflación estadounidense medida por el IPC4. Los mercados están apostando fuerte a que la inflación es transitoria.

Inflación: la preocupación que no desaparecerá

Es una simplificación asumir que la inflación es mala para la renta fija. No cabe duda de que aquellos bonos con cupón fijo verán descender el valor real de dicho cupón. Pero el que esto se traduzca en una rentabilidad total positiva o negativa para el inversor dependerá de otros factores. ¿Cuál es el rendimiento corriente? ¿Cuál es la duración del bono? ¿Qué rendimientos ofrecen otras inversiones alternativas?  Pero, sobre todo, la inflación se convierte en una preocupación cuando obliga a los responsables de los bancos centrales a reaccionar a ella muy en serio. El endurecimiento de la política monetaria suele ser el principal factor detonante de un cambio en el ciclo.

Unos niveles elevados de inflación y rendimientos reales no tienen por qué ser malos para el crédito ya que típicamente son indicativos de expansión económica. Un entorno de crédito en fase de mejora compatible con una contracción de los diferenciales puede actuar como amortiguador de la presión alcista sobre los rendimientos. De hecho, el análisis de Morgan Stanley comparó el excedente de rentabilidad en el segmento investment grade y high yield estadounidense bajo diferentes condiciones (gráfico 3) y concluyó que unos niveles de inflación al alza eran típicamente positivos para la rentabilidad, mientras que producían resultados más ambiguos sobre los rendimientos reales.

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No debemos tampoco pasar por alto el impacto que la inflación puede tener sobre los agentes económicos. De hecho, los mayores precios ya están empezando a afectar a los consumidores, como se observa en el gráfico 4. Los consumidores están empezando a ver los incrementos de precios con un prisma negativo en términos de intención de compra.

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La inflación puede ser perjudicial si lastra la demanda o hace que los responsables de política reaccionen agresivamente para combatirla. Los mercados están percibiendo el repunte de la inflación como transitorio y parecen estar viendo el gradualismo de la respuesta de los bancos centrales (reducciones del PEPP por el BCE, tapering por el Banco Federal de Australia y cambio de lenguaje por la Reserva Federal) como una reacción adecuada ante una mejora de la economía. Esto representa un giro abismal respecto al discurso que suele provocar disgustos en los mercados.

Estamos de acuerdo en que gran parte del repunte de la inflación es transitorio. Si a los mercados les entrasen miedos, lo consideraríamos como oportunidad de compra. El mundo rebosa de excedentes de ahorro que normalmente acuden en masa de nuevo a la caza de rendimientos. Sin duda, una corrección nos ayudaría a detectar un mayor número de oportunidades aún ocultas bajo tierra.

 

Tribuna de Jim Cielinski, director global de renta fija de Janus Henderson Investors

 

 

Anotaciones: 

1Fuente: Moody’s, a 10 de agosto de 2021.

2Morgan Stanley, a 27 de septiembre de 2021. Apalancamiento bruto = Deuda/beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones.

3Fuente: Bloomberg, índice ICE BofA Global High Yield, a 9 de septiembre de 2021.

4Fuente: Deutsche Bank, Chart of the Day, 7 de septiembre de 2021.

 

Glosario de términos:

Punto básico (p.b.): centésima parte de un punto porcentual. 1 pb = 0,01%, 100 pb = 1%.

Correlación: la relación que existe entre dos variables. Una correlación positiva sugiere que los dos activos se mueven en la misma dirección., si bien no necesariamente con la misma magnitud.

Impago: el incumplimiento por un deudor (como un emisor de bonos) de su obligación de pagar intereses o reembolsar la cantidad original prestada a su vencimiento.

Duración: mide la sensibilidad del precio de un bono a los cambios en las tasas de interés. Cuanto mayor es la duración de un bono, mayor es su sensibilidad a los cambios en las tasas, y viceversa.

Dinero fácil (Easy money): política acomodaticia del banco central consistente en, por ejemplo, mantener las tasas de interés bajas o realizar compras de activos; lo contrario es una política restrictiva.

Producto bruto interno: una de las variables que mide la actividad económica.

High yield: bono con una calificación crediticia más baja que un bono investment grade. Estos bonos conllevan un mayor riesgo de que el emisor incurra en impago, por lo que normalmente se emiten con un cupón (pago de intereses) más alto.

Índice ICE BofA Global High Yield: el índice hace un seguimiento de la rentabilidad de la deuda corporativa denominada en USD, CAD, GBP y EUR de calificación inferior a investment grade y emitida al público en los más importantes mercados nacionales o de eurobonos.

Riesgos idiosincráticos: se trata de riesgos específicos al deudor en lugar de causados por factores económicos más generales.

Inflación: tasa a la que aumentan los precios de los bienes y servicios en una economía.

Bono investment grade: bono emitido normalmente por gobiernos o empresas de los que se considera que tienen un riesgo relativamente bajo de impago de su deuda.

Liquidez: la facilidad con la que los activos pueden ser negociados y/o el flujo de dinero a través de la economía.

Política monetaria/del banco central: las políticas de un banco central, para tratar de influir en el nivel de inflación y crecimiento de una economía. Incluye el control de las tasas de interés y la oferta monetaria. estímulo monetario es cuando el banco central aumenta la oferta monetaria y reduce los costos de endeudamiento. La restricción monetaria se da cuando el banco central actúa para frenar la inflación y desacelerar el crecimiento de la economía, elevando las tasas de interés y reduciendo la oferta de dinero.

Diferencial ajustado a opciones (OAS): mide el diferencial entre el tipo de interés de un valor de renta fija y la tasa de rentabilidad libre de riesgo, que se ajusta para tener en cuenta una opción implícita.

PEPP: Pandemic Emergency Purchases Programme – un programa del Banco Central Europeo destinado a la compra de activos, como bonos de deuda pública y privada, para ayudar a reducir los costos de financiación y estimular la economía de la zona euro con el fin de contrarrestar los efectos económicos negativos del coronavirus.

Rendimiento real: rendimiento nominal de un bono menos la tasa de inflación.

Activos de riesgo: valores financieros que pueden experimentar considerables movimientos en su precio (con el consiguiente mayor riesgo). Como ejemplos cabe citar las acciones, las materias primas, los inmuebles y los bonos con calificaciones de crédito bajas.

Diferencial/diferencial de crédito: la diferencia de rendimiento entre valores con un vencimiento similar, pero con una calidad crediticia diferente. Los diferenciales de amplitud creciente indican generalmente un deterioro de la solvencia de los prestatarios corporativos, y si se están estrechando indican una mejora.

Rentabilidad total rentabilidad global teniendo en cuenta los ingresos y cualquier variación de valor en el capital invertido.

Volatilidad: fluctuación al alza o a la baja del precio de un activo.

 

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¿Error de cálculo de los bancos centrales?

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La semana pasada explicábamos que el riesgo de lecturas de inflación incómodas durante más tiempo va en aumento, espoleados por los ciclos de incremento en costes de producción que se trasladan al consumidor y que se retroalimentan ante las mayores exigencias salariales de los empleados o los que están buscando trabajo. Los ejemplos han pasado de ser anecdóticos a aparecer allí donde uno pone la mirada. Esta semana, Disneyland anunció un encarecimiento del 6% en el precio de sus entradas y el servicio de estudios de la Fed de San Luis, siguiendo los pasos de sus compañeros en San Francisco, publicó un documento que describe cómo las presiones en el precio son más amplias que las asociadas directamente a la reapertura o la escasez de semiconductores.

Como vemos en la gráfica, la distribución de porcentaje de componentes del PCE, por rangos de incremento mensual en precio, se mueve hacia la derecha a consecuencia del efecto del COVID (barras naranjas). Resulta llamativo cómo el gasto concentrado en productos o servicios que en un mes determinado experimentan un encarecimiento superior al 25% se dispara entre marzo 2020 y agosto 2021.

Fuente Federal Reserve Bank · Sant Louis

El análisis del equipo de San Luis concluye que, incluso depurando el cálculo de inflación de lecturas extremas (o outliers, aquellas en rangos de inflación entre -10% y +10%), el PCE (Price Consumption Expenditures, la medida para el coste de la vida favorita de la Fed), solo se vería rebajado desde un 3,1% al 2,6%. Para llevarlo más cerca del objetivo de la Fed (hasta el 1,9%) tendríamos que obviar más de un 20% del total de servicios y productos consumidos en EE.UU., lo que significa que el encarecimiento afecta a un amplio abanico de bienes y servicios (y no solamente de coches, billetes de avión o hoteles que solo representan un 15% aproximadamente de la cesta).

Existen también riesgos a la baja, como los efectos de base, que podrían reducir el IPC (aunque están saliendo rápidamente del calculo), la posibilidad de que los retrasos en entregas de insumos y las crisis de precios asfixien la demanda, y la posibilidad de que las autoridades monetarias cometan un error de cálculo al endurecer la política monetaria demasiado rápido; esta última es la más relevante para entender algunos de los comportamientos en renta variable y renta fija de esta pasada semana y es sobre la que nos enfocamos hoy.

En octubre, los inversores de renta fija han estado poniendo en valor la posibilidad de un cuadro inflacionista más duradero. La rentabilidad del bono EE.UU. a 10 años alcanzó un 1,7%, y está cerca de concretar una figura técnica alcista (en la gráfica semanal) que podría llevar a este instrumento a cotizar cerca de la parte alta del rango donde ha operado desde 2011. Primero debemos superar la resistencia que plantea la media móvil de 200 semanas (1,86%), y la lectura de nuestro modelo de valoración fundamental –que incluye la tasa de paro U3, los fed funds, y el 2º y 6º vencimiento de futuros de eurodólar, entre otros componentes– que apunta al 2,5%.

La curva llevaba un par de semanas en bear flattening, con los tipos cortos subiendo más rápido que los largos afectando negativamente a la pendiente. Este ajuste, en el ámbito de la curva OIS, se traduce en que el mercado había acercado el inicio de subidas de tasas en EE.UU. a septiembre 2022, inquietando a los bonistas. Si tomamos esta proyección al pie de la letra –incluyendo los tres incrementos que se proyectan para 2023– y asumimos una tasa terminal de interés en el objetivo de la Fed (2,5% aproximadamente), el riesgo de perdida para el soberano a 12 meses vista (incluyendo cupón) superaría el 3%; por eso consideramos que sigue vigente la recomendación de una infraponderación moderada en duración para carteras de renta fija.

Fuente Bloomberg

Este movimiento de aplanamiento se aceleró el miércoles, con el TBond 2yrs (que refleja más fielmente las intenciones de la Fed) subiendo un 0,05%, mientras que la TIR de 10 años, más asociada a las expectativas de crecimiento nominal, ajustaba cerca del 0,09%. La mayoría de los mercados de soberanos en países desarrollados también sufrieron, en algunos casos por factores técnicos: en Reino Unido, la última emisión de Gilts se quedó mucho más corta de lo que se proyectaba poniendo presión a la baja sobre los rendimientos; en EE.UU. unos 3 pbs de aplanamiento se explican también por la diferencia en TIR entre el TBond a dos años de vencimiento a septiembre frente al nuevo de octubre.

Muchos de los comentarios, de las casi 100 empresas estadounidenses que ya han publicado su desempeño para el tercer trimestre de 2021 – entre ellas, pesos pesados como CocaCola, McDonalds, Amazon, Apple o Kraft– tienen que ver con el incremento en presiones inflacionistas y problemas con suministros, y cómo éstos les han obligado a ajustar costes y, sobre todo, a subir precios para defender sus márgenes operativos. Esta semana además, venía lloviendo sobre mojado con las malas noticias acerca de la inflación acumulándose; las más recientes desde Australia y Europa (el IPC alemán y español marcaron en octubre máximos de 28 y 29 años respectivamente) y la finalización del programa de expansión cuantitativa en Canadá. 

En este escenario, los inversores comienzan a descontar la mayor probabilidad de un error de cálculo del lado de los grandes bancos centrales que, ante la persistencia de lecturas elevadas en índices de precios, puedan acabar actuando demasiado rápido y con exceso de contundencia, asfixiando la expansión económica. Ante este riesgo, los inversores buscan refugio en empresas con balance sólido y modelos de negocio impermeables al chaparrón que acompañaría una brusca desaceleración macro. Como claros candidatos, las megacaps tecnológicas, que gozan de pricing power y disponen de generosísimos cofres de liquidez; adicionalmente, el miércoles coincidieron este renacido espíritu conservador en el mercado con los optimistas informes de Microsoft (MSFT) y Alphabet (GOOG), y el resultado de la sesión fue el observado en la grafica abajo (el índice growth, en amarillo, mejoró en casi un 1,5% el desempeño del índice value). Los inversores escapan como pueden de las acciones más ligadas al devenir del ciclo económico y de aquellas cuyo precio puede verse más afectado por factores de carácter técnico (flujos, por ejemplo). Así, esta discrepancia entre crecimiento y valor queda también plasmada en el relativo large caps – small caps.

Aunque la tesis que subyace al violento movimiento de la sesión del miércoles tiene un claro soporte teórico, se antoja algo exagerado al no contar con evidencias suficientes respecto a: i) la duración de lecturas de inflación muy por encima de la zona de confort de los bancos centrales y ii), aunque algunos como Nueva Zelanda, Noruega o Canadá sí están siendo más agresivos, el discurso y la postura del BCE y de la Fed –a pesar de haberse endurecido marginalmente– continúa siendo claramente acomodaticio.

Fuente BloombergFuente Bloomberg

Si tratamos de enfocar más allá de la volatilidad de una sola sesión, la foto se ve algo más nítida. Es cierto que los “tres grandes” están comenzando a retirar estímulos de carácter extraordinario, pero de forma muy gradual. El BCE recortará la dotación del PEPP, pero potenciará a la vez las atribuciones del APP y podría lanzar un TLTRO para suavizar la transición.

El crecimiento mundial, después del bache del tercer trimestre como consecuencia de la cepa Delta, se mantendrá por encima del potencial al menos durante el año próximo. Powell seguirá adelante con su particular tapering, pero a un ritmo pausado (unos $10 mil millones al mes) que permitirá mantener el programa de compras vivo hasta la segunda mitad de 2022. Y no olvidemos el fuerte incremento en endeudamiento público, consecuencia de las generosas contramedidas adoptadas a nivel global para paliar los efectos económicos de la de la pandemia, así como los planes de incremento en gasto público que se manejan tanto en EE.UU. como en Europa (Next Generation). En este contexto es probable que las autoridades monetarias pequen por defecto y sean más pacientes antes de endurecer en exceso la política monetaria y dificultar el servicio de la deuda.

Con respecto a la inflación –sobre la que ya hemos estado hablando largo y tendido en las ultimas entregas–, si bien los niveles del breakeven 5 años avanzado 5 años no está aún en zona roja (como en el periodo entre 2005 y 2015), la encuesta de la Fed de Nueva York respecto a expectativas a 3 años sí amenaza con la posibilidad de desamarre; el dato de PIB 3T, no tan malo a pesar del impacto de la variante Delta y de la cadena de producción en el sector automotriz (2% vs 2,6% esperado), escondía la sorpresa del índice de precios (que sube desde 5,3% a 5,7%) y maquillaba la realidad económica del país, mucho más saludable.

Fuente Bloomberg

Y a pesar de los esfuerzos de la “paloma” Lagarde para convencer al mercado en la reunión del BCE el jueves, la curva forward del Euribor y el mercado de swaps han pasado a descontar con claridad subidas de tasas (casi 40pbs). Son días extraños.

Fuente Bloomberg