Ninety One GSF Global Quality Equity Income: un enfoque de calidad que proporciona resiliencia a la inversión en dividendos

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Sedó, M. (2021). Ninety One GSF Global Quality Equity Income: un enfoque de calidad que proporciona resiliencia a la inversión en dividendos. Funds Society AMÉRICAS, septiembre 2021 (nº28), págs. 79-86.. Sedó, M. (2021). Ninety One GSF Global Quality Equity Income: un enfoque de calidad que proporciona resiliencia a la inversión en dividendo. Funds Society AMÉRICAS, septiembre 2021 (nº28), págs. 79-86.

Ninety One GSF Global Quality Equity Income: un enfoque de calidad que proporciona resiliencia a la inversión en dividendos

 

Durante la pandemia, muchas empresas se han visto obligadas a proteger sus balances restringiendo sus repartos de dividendos y programas de compras. Sin embargo, las empresas de calidad, con una naturaleza más defensiva y menor sensibilidad al ciclo económico, se enfrentaron a unos menores recortes y obtuvieron mejores resultados. En este contexto, una estrategia de renta variable que busca generar ingresos y crecimiento de capital en el largo plazo invirtiendo en empresas de alta calidad sería equiparable a una prenda que por sus características de excelencia resiste el paso del tiempo sin desgaste y sigue cumpliendo su propósito. Continuando con nuestra sección de fondos de armario, que se realiza de forma independiente por parte del equipo de Funds Society -utilizando información pública y datos de rentabilidad y riesgo proporcionados por VDOS-, hemos seleccionado la estrategia Ninety One GSF Global Quality Equity Income.

Su equipo gestor está integrado a nivel global y diversificado geográficamente, con distintas sedes en Ciudad del Cabo, Londres y Nueva York

El equipo gestor de la estrategia Global Quality Equity Income de Ninety One, liderado por Clyde Rossouw y Abrie Pretorius, cree firmemente que los dividendos son el motor material consistente y resiliente de la rentabilidad total. En su opinión, las empresas con un historial probado de crecimiento sostenible en sus dividendos poseen un modelo de negocio sólido con un enfoque en la disciplina de capital. Esta filosofía de inversión se materializa en la estrategia Global Quality Equity Income de Ninety One, una cartera de renta variable global concentrada que carece de cualquier tipo de restricción en cuanto a tamaño, sector o localización geográfica y tiene por objetivo generar ingresos y crecimiento de capital en el largo plazo. En la actualidad, tiene 32 acciones en cartera y cuenta con un active share superior al 90%, con respecto a su índice de referencia, el MSCI All Country World Net Return.

Carece de cualquier tipo de restricción en cuanto a tamaño, sector o localización geográfica y tiene por objetivo generar ingresos y crecimiento de capital en el largo plazo

El enfoque de inversión del equipo gestor ha hecho que la estrategia tenga un perfil de rendimientos asimétricos desde su lanzamiento, participando de forma significativa en los mercados alcistas y experimentando recortes menores en los periodos más desafiantes, con un nivel de volatilidad inferior al promedio del mercado en su conjunto. Para ello, se centra en acciones de calidad, es decir, en acciones de empresas que han generado de forma sostenible un nivel elevado de rentabilidad del capital invertido y de flujo de efectivo disponible –los beneficios en efectivo después de tener en cuenta los gastos de capital-. La estrategia sigue un enfoque de gestión activo, seleccionando empresas de calidad que estén respaldadas por unos sólidos fundamentales. Las empresas que son capaces de incrementar de forma constante sus distribuciones de efectivo obtienen unos mejores resultados con el tiempo y están en mejor posición para aumentar el valor para sus accionistas en el largo plazo, al tiempo que reducen el riesgo de incurrir en una pérdida permanente de capital.

La disciplina de compra y venta

Dentro de la cartera existe una competencia constante por la asignación del capital, por lo que la disciplina de venta está directamente relacionada con la de compra. Debido a la naturaleza concentrada de la estrategia, con un posicionamiento promedio que oscila entre 30 y 50 acciones, se realiza una consideración cuidadosa por cada nueva entrada y salida. Estas operaciones sólo se ejecutan si se cree que una transacción mejorará la calidad general de la cartera, su crecimiento o su valoración. En consecuencia, la rotación no suele ser frecuente. Existen principalmente tres casos en los que se podría desencadenar una venta: que la acción haya alcanzado una valoración completa, que haya surgido una idea con una mejor rentabilidad ajustada al riesgo, o que el caso de inversión ya no sea aplicable.

Además, los gestores de Ninety One están profundamente comprometidos con la sostenibilidad, integrando los criterios de inversión ESG en su filosofía y su proceso de inversión, a través de un marco de inclusión de todos los grupos de interés involucrados -sus stakeholders- que garantiza que las empresas en cartera tengan una conciencia real sobre el impacto de su negocio tanto en sus empleados y proveedores como en las comunidades locales en las que operan.

Su comportamiento en los últimos 12 meses

Durante las primeras etapas de la pandemia, muchas empresas buscaron proteger sus balances restringiendo los desembolsos de capital. Los repartos de dividendos y los programas de recompras se pausaron. Los sectores que tradicionalmente representan fuentes de pago de ingresos como, por ejemplo, la energía, se vieron sometidos a una gran presión. Como resultado, los inversores con exposición a estos sectores por sus dividendos se enfrentaron a unas importantes reducciones en sus flujos de ingresos. Sin embargo, los sectores más defensivos -que suelen formar parte de la estrategia Global Quality Equity Income y que son menos sensibles al ciclo económico- experimentaron unos menores recortes y, por lo tanto, obtuvieron unos resultados superiores al…

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China: más allá de las turbulencias

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GAM Investments
Foto cedidaWendy Chen, analista de inversión sénior en GAM Investments. Wendy Chen, analista de inversión sénior en GAM Investments

China acaparó los titulares a lo largo del tercer trimestre de 2021, lo que desató una gran volatilidad en los mercados bursátiles. Wendy Chen, analista de inversión sénior en GAM Investments, analiza el ciclo de endurecimiento normativo del gigante asiático y comenta por qué, en su opinión, la inversión en este entorno requiere un cambio de enfoque hacia los sectores con vientos a favor en materia de política.

Tras la celebración del centenario del Partido Comunista Chino (PCC) el 1 de julio, empezó a aplicarse el grueso de la dura normativa que se había reservado para este aniversario. El nefasto retroceso de los títulos chinos comenzó con una investigación sobre Didi, después de su precipitada salida a bolsa, que muchos expertos sugirieron y que se produjo a pesar de las advertencias gubernamentales. El pánico del vendedor alcanzó su punto álgido cuando en el mes de julio se decretó la prohibición total y la nacionalización forzosa del sector de las clases particulares en China. Aunque muchos habían previsto una normativa mucho más draconiana en materia de clases particulares los fines de semana y los periodos de vacaciones, pocos habían pronosticado lo que escaló hasta ser una prohibición muy controlada por medio de la introducción de un modelo tipo “sin ánimo de lucro”. Este cisne negro sembró el terror en los sectores de Internet, atención sanitaria y consumo discrecional, ya que los inversores temían que podrían ser el próximo objetivo de las restricciones normativas.

En agosto, se arrojó algo más de luz sobre el rumbo de la política china, cuando el presidente Xi Jinping puso el acento en la “redistribución de la riqueza en busca de la prosperidad común”, lo que provocó una rotación desde sectores con vientos en contra en materia política como Internet, los artículos de lujo y el segmento inmobiliario hacia sectores a los que favorecen las políticas, como la cadena de valor del vehículo eléctrico, la tecnología de semiconductores y la fabricación de alta gama. Para agravar las presiones de los mercados de renta variable, en septiembre se hizo hincapié en el mercado inmobiliario chino, cuyo volumen alcanza los 60 billones de dólares, ya que el posible impago de la deuda de Evergrande suscitó la preocupación por el riesgo sistémico (que algunos medios de comunicación llegaron a calificar de “momento Lehman”). Justo cuando parecía que las cosas ya no podían ir a peor, al final del trimestre se produjeron apagones a gran escala en más de la mitad de las provincias chinas, lo que socavó aún más las perspectivas de crecimiento del PIB para el cuarto trimestre.

Cabe recordar que muchas de las políticas acometidas en materia de antimonopolio, bienes inmuebles, las tres líneas rojas, entre otras, ya se habían propuesto en el último trimestre de 2020, aunque la duración, la intensidad, el alcance y la velocidad en su conjunto no tienen precedentes en la historia reciente. La impredecible naturaleza de la normativa ha espantado a muchos inversores de todo el planeta, debido a los fondos infraponderaron a China en el tercer trimestre, lo que provocó una rentabilidad inferior en cerca del 30% de la renta variable del gigante asiático respecto de sus homólogas de Estados Unidos, pese a una mayor tasa de crecimiento.

El dilema: ¿aumentar el tamaño de la tarta o repartirla?

Desde la óptica china, el crecimiento del 12,7% experimentado en el primer semestre de 2021 deja un holgado margen para una segunda mitad mucho menos halagüeña si se tiene en cuenta el objetivo anual del 6%. Según el parecer de GAM Investments, la tarea más acuciante para el regulador será la gestión de 2022 y el requisito de propiciar que el crecimiento siga adelante.

La ingente población de China, que una vez propulsó el crecimiento más raudo de la economía mundial, se está desacelerando y está envejeciendo. Aunque el crecimiento anual de la población se ralentizó hasta el 0,5%, el censo de 2020 sugiere que el ratio de dependencia de las personas mayores se ha doblado a lo largo del pasado decenio, lo que supone una carga adicional para un sistema de pensiones chino ya deficitario. El regulador reaccionó con inmediatez suprimiendo su política de un único hijo, que duró una década, para descubrir luego que una política de dos, tres o hijos ilimitados no basta para incentivar más nacimientos.

Por consiguiente, se adoptó una segunda solución que consistía en medidas para eliminar todos los obstáculos que pudiesen dificultar los nacimientos. En particular, se puso el foco en tres sectores, educación, vivienda y atención sanitaria, dado que se considera que podrían suponer la mayor carga para la renta y el bienestar de las familias. Las primeras medidas severas se acometieron en el sector de las clases particulares, ya que un estudiante de K12 (desde la guardería hasta el 12.º grado) en China se lleva hasta la mitad de la renta disponible de una familia menos acomodada.

Sumado a esto, existe el deseo de frenar unos precios de la vivienda que no paran de subir, ya que los inmuebles concentran más del 60% de la riqueza de las familias en China. El enfriamiento en las ventas de inmuebles, junto con unas restricciones rígidas en lo tocante al apalancamiento de los promotores, también había supuesto un augurio de lo que ocurriría con Evergrande en septiembre. Por último, las autoridades han aumentado la adquisición de medicamentos a nivel nacional y han incluido los equipos médicos. Este hecho, combinado con la reforma en la fijación de precios en los servicios de atención sanitaria, sacudió el sector de los hospitales privados.

Frente al dilema de la población y el retraso en el crecimiento, las autoridades recondujeron inevitablemente su enfoque, del aumento del tamaño de la tarta a su reparto. Una ralentización económica causaría más estragos a los desfavorecidos que a las personas acaudaladas, mientras que la clave de la estabilidad social depende de los que se hallan en lo más bajo de la pirámide. Así pues, la ideología de la “prosperidad común” del libro El capital, que en su día se pretendía alcanzar en 2050, se ha adelantado para hacer frente a la creciente demanda de la red de seguridad social. Estas declaraciones se han interpretado como de “extrema izquierda”, dado que los inversores de todo el mundo se centran más en lo “común” que en la “prosperidad”. Las empresas también respondieron con celeridad, dado que plataformas de Internet de gran capitalización, como Tencent, Meituan y PDD, defendieron sin fisuras esta causa al establecer unos fondos de prosperidad común de mil millones de dólares o reajustar su estrategia corporativa para mejorar la responsabilidad social.

Más allá de las turbulencias

Estas medidas tan drásticas no solo han deteriorado el ánimo del mercado, sino que también han perjudicado a los negocios y a los medios de vida de la gente. Cientos de miles de trabajos han desaparecido de la noche a la mañana en el sector de las clases particulares, los ahorros de toda la vida guardados en la vivienda se depreciaron y los recursos médicos escasearon, ya que la adquisición a bajo precio agravó la escasez. La drástica actitud del gobierno central también se tradujo en una ejecución imprudente de las políticas locales. Los recientes apagones con los que se trataba de frenar un proceso de fabricación de productos que consume grades cantidades de energía se expandieron al uso de electricidad por parte de los consumidores. Las cifras macroeconómicas también se revelaron desfavorables, al registrarse una caída en el crecimiento de las ventas minoristas en agosto hasta el mínimo de un año del 2,5%, y el PMI manufacturero de septiembre se contrajo por primera vez desde que se desatara la pandemia de COVID-19.

En la China continental se espera con impaciencia una inyección de liquidez que apuntale una economía en desaceleración. Aunque aún es muy pronto para desear que tenga lugar un giro en las medidas restrictivas, los reguladores han colocado una red de seguridad para garantizar la actividad económica. Dado que el cuarto trimestre ha sido, por lo general, una temporada alta para la fabricación y el consumo, la aplicación de una estacionalidad tan favorable en un calendario intenso en términos macroeconómicos podría resultar demasiado onerosa para los reguladores, especialmente en la antesala de un importante período político en el primer trimestre de 2022.

En GAM Investments creen que la inversión en este entorno requiere un cambio de enfoque. En consecuencia, están poniendo la vista en los sectores favorecidos por las políticas que las autoridades ven como líderes a largo plazo. La palabra clave de la agenda política china se ha convertido en “reestructuración”; reducción de la dependencia de la mano de obra y de las tecnologías importadas, y adelanto respecto de los operadores tradicionales en un mundo digital 4.0. China lleva ventaja en las tecnologías de descarbonización.

En la gestora creen que el desarrollo ecológico (o “verde”) y la descarbonización se perfilarán como los principales beneficiarios de una agenda política en fase de cambio, y han venido invirtiendo en títulos que se ven favorecidos por las políticas, con la constitución de líneas en la cadena de valor de los vehículos eléctricos y la digitalización corporativa.

 

 

Si desea descargar una copia completa del “El estratega disreuptivo”, 3er trimestre de 2021, puede hacerlo en este enlace.

 

Información legal importante

La información que figura en el presente documento se ofrece a título exclusivamente informativo y no se considera asesoramiento de inversión. Las opiniones y análisis incluidas en este documento pueden variar y reflejan el punto de vista de GAM en el contexto económico actual. No se asumirá ninguna responsabilidad por la precisión y exhaustividad de la información. La rentabilidad histórica no constituye una indicación de las tendencias actuales o futuras. Los instrumentos financieros mencionados se ofrecen exclusivamente como ejemplo y no deben considerarse una oferta directa, recomendación de inversión o asesoramiento de inversión. La mención de un valor no constituye una recomendación para comprar o vender dicho valor. Los valores mencionados se han seleccionado del universo de valores correspondiente a los gestores de las carteras para ayudar al lector a entender mejor los temas expuestos. Los valores incluidos no figuran necesariamente en las carteras ni constituyen recomendaciones por parte de los gestores de carteras.

¿Tiene sentido el aplanamiento de la curva de tipos? Evidencia versus preocupación

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Pixabay CC0 Public Domain. curva

Las nóminas no agrícolas de octubre sorprendieron al subir en 531.000 y experimentar revisiones al alza sobre las cifras de agosto y septiembre (+235.000). De esta forma, la media móvil de tres meses quedaría ubicada en 442.000 y a este ritmo (con una tasa de participación del 62%) alcanzaríamos el pleno empleo en abril de 2022. La economía aún opera con un déficit de 4,2 millones de puestos de trabajo respecto a donde nos encontrábamos antes del inicio de la pandemia pero podría normalizarse en cuestión de 9 o 12 meses; no obstante, a pesar del regreso a la búsqueda activa de trabajo de casi 300.000 personas (que se mantenían al margen por cuestiones asociados con el COVID), el porcentaje de participación en el rango de 25 a 55 años sólo repunta el 0,1% por el lastre que suponen las jubilaciones anticipadas y el cambio en las preferencias del consumidor, de manera que este excedente puede tomar más tiempo en ser reabsorbido.

El paro se sitúa en el 4,6% pero las presiones salariales continúan siendo evidentes. Salvo en industrias afectadas por factores específicos (distribución minorista, electricidad o minería), el aumento en sueldos es generalizado, con incrementos próximos al 1% (mensual) en hostelería, servicios profesionales, transporte o servicios financieros entre otros.

La remuneración para las rentas bajas (Q1 en la grafica izquierda, sobre datos por cuartiles salariales de la Fed de Atlanta), con la mayor propensión al consumo, disfruta de incrementos del 5,5%. Las transferencias de riqueza desde el Gobierno hacia las familias menos pudientes están mejorando sustancialmente la situación financiera del consumidor. La deuda de las familias, como porcentaje de su renta disponible, se sitúa en los niveles más ajustados de los últimos 30 años; el pago de intereses sobre deuda dividido entre la renta disponible es del 9,14% (8% por debajo de los niveles previos a la pandemia y muy inferior al 13,2% de 2007), el mínimo desde 1970. Asimismo, el 35% del patrimonio neto de los ciudadanos en el percentil 50% a 100% (siendo 100% el más bajo) clasificados por su riqueza, fue acumulado sólo en los últimos 12 meses (2,3 billones de dólares, gráfica derecha más abajo).

Fig 1

Con un balance de situación así de sólido, es de esperar que la campaña de Navidad sea especialmente rentable para los comercios, a pesar del previsible incremento en precios. De acuerdo con la encuesta realizada por Morgan Stanley, la demanda navideña de los estadounidenses será particularmente inelástica, con mas de un 48% de los consultados que no pospondrán sus compras a no ser que los precios se disparen más de un 11%. En esta misma línea se pronuncia Bridgewater (el hedge fund de Ray Dalio) y explica en esta nota las diferencias entre la foto de los 70 (colapso de la oferta) respecto la de hoy (explosión en la demanda, construida por la transferencia de riqueza desde el Gobierno al consumidor para compensar la pérdida de rentas por impacto COVID), dejando como ejemplo el índice de producción industrial en China. La actividad manufacturera se ha disparado un 20% por encima de su tendencia de los últimos 6 años para dar respuesta al gran aumento en demanda global.

Fig 2

En este contexto llama la atención la lectura dispar que bonistas y compradores de renta variable hacen respecto al cuadro macro en el medio plazo.

El aplanamiento de la curva, con el bono 10 años corrigiendo hasta 1,4% (0,5% por debajo de enero 2020), destila la preocupación del inversor en renta fija respecto a un potencial sobrecalentamiento de la economía ante el cual la Fed, para controlar la inflación, tendría que actuar con más celeridad y contundencia, activando el riesgo de contracción económica. También sorprende el diferencial entre los índices de volatilidad de tesoros y S&P 500 que, de nuevo, muestra el nerviosismo de los bonistas.

La evidencia –con el incremento en gasto publico, aceleración económica tras el bache Delta, inflación elevada más persistente, nuevos tratamientos para la contención de futuras olas de contagios, precios de la energía más altos durante más tiempo, paciencia por el lado de los tres grandes bancos centrales a la hora de endurecer sus políticas monetarias y explicaciones recientes de Powell y Lagarde, que deberían haber tranquilizado a aquellos que pensaban en “error de calculo” en el manejo de la política monetaria– apunta incontestablemente hacia tipos largos más altos e incremento en pendiente de la curva.

Adicionalmente, desde un punto de vista mas técnico, identificamos un cambio sustancial en la estructura de vencimientos de deuda soberana EE.UU., que podría incrementar significativamente la oferta de papel en el mercado. La conjunción de un crecimiento por encima de tendencia, un IPC/PCE por encima de la zona de confort del banco central y el drenaje en la dotación del programa de compras de bonos y MBSs, actuaria como catalizador.

Para financiar el creciente déficit, el Gobierno ha estado inundando el mercado de emisiones de deuda de largo plazo. Sólo en los últimos tres meses el importe de bonos y obligaciones en circulación se ha visto incrementado en 696.000 millones de dólares. Desde marzo 2020, el Tesoro ha emitido de media 330.000 millones de dólares en bonos y notas al mes. Por entonces la TIR del 10 años estaba en el 0,67% y ha llegado a cotizar hace unas semanas al 1,7%, a pesar de las compras de la Reserva Federal por un 35% del volumen neto colocado. Asumiendo que el programa de compras quedará visto para sentencia a mediados de 2022, tendría lógica pensar que el mercado exigirá una prima de rentabilidad –sobre lo que venia pagando por el activo el comprador de ultimo recurso– para financiar el cada vez más abultado déficit (presupuestario y de cuenta corriente). De acuerdo con este análisis del Comité para un Presupuesto Federal Responsable (CRFB), el proyecto Build Back Better en su actual formato incrementaría ese déficit en 200.000 millones de dólares en los próximos 10 años (un 7,29% sobre el monto actual, que supone el 12,2% del PIB).

Este potencial desequilibrio entre oferta y demanda puede verse amplificado. En los primeros compases de la crisis COVID, como ya sucedió al inicio del pinchazo de la burbuja subprime, el Gobierno disparó la emisión de TBills para evitar una eventual crisis de liquidez, paliar la creciente demanda que en momentos de estrés se produce en activos refugio y financiar las primeras iniciativas de estímulo fiscal (de marzo a junio 2020, la deuda publica subió 2,7 billones de dólares, que se financió casi en un 90% con instrumentos de vencimiento hasta 12 meses). Como ya pasó en noviembre de 2008, en un entorno de normalidad donde ya no hay tanto apetito por vencimientos cortos, el Tesoro deja expirar los TBills y compensa pisando el acelerador en la venta de bonos largos. Si la oferta crece el inversor buscara una TIR más jugosa.

Fig 3Fig 4

Queda pendiente despejar la incógnita respecto a quién manejará los próximos años los designios de la Fed; aunque todo apunta a una revalida de Powell, las últimas semanas ha cobrado fuerza la opción de Lael Brainard. Lo cierto es que el sesgo de ambos es hacia la laxitud, como muestra el “espectrómetro” de Bloomberg, que clasifica a los gobernadores de la Fed de más dovish (-2) o mas hawkish (+2). Ambos deberán ser cuidadosos antes de endurecer prematuramente el entorno de tipos ara evitar echar más leña al fuego a la inflación que arde cada vez con más brío, aunque el mercado –a tenor de la caída en breakevens– piensa que Brainard podría quedarse por detrás de la curva de inflación. Otro posible factor que explica el reciente rally en el bono 10 años.

Como vemos en la gráfica más abajo, una pendiente de igual o menor que el 1% no parece estar justificada si no es en el contexto de un ciclo ya avanzado de incrementos en tasas de interés. Lo cierto es que en EE.UU. empezaremos con subidas a finales de 2022, como pronto.

Fig 5

Por todo ello, sería sensato apostar por un bear steepening, a pesar de que el IPC de octubre se sitúa en máximos de los últimos 31 años (6,2%). Como venimos explicando en nuestras dos últimas columnas, el dato deja de manifiesto un ensanchamiento en el número de componentes de la cesta de precios que experimentan presiones alcistas, mas allá de los afectados por el fenómeno COVID. Esto último queda en evidencia en el índice subyacente (subida del 0,6% frente al 0,4% esperado situarse en el 2,8% año tras año).

Es obvio pensar que el coste de la vida no puede subir indefinidamente al 6% (al menos en EE.UU.), aunque podría mantenerse cerca de esa cota hasta el primer trimestre del año próximo. Parece probable que las presiones por el lado de la oferta vayan remitiendo a lo largo del 2022 y permitan a la Fed no activar el ciclo de subidas hasta finales de ese año, aunque esta tesis para por contar con un repunte en la tasa de participación y una mejora en el índice de productividad, permitiría limitar la escalada en salarios. Además, los inventarios de propiedad residencial en mínimos de los últimos 40 años seguirán dando ímpetu al precio de la vivienda y el alquiler, que registró el incremento más fuerte desde 2005 en octubre (0,44%, ponderado por su peso en el IPC).

A pesar del repunte en actividad después del bache Delta es probable que la Fed no pueda obviar los deprimidos niveles de confianza (UoM) del consumidor, que empañan este pronostico. No parece probable que se produzca en 2022 una repetición de los incrementos en inflación experimentados durante este ejercicio, y con una paloma a los mandos de la Fed (Brainard o Powell), no parece que la primera subida vaya a ser tan inminente como descuenta el mercado.

Fig 6

COP26: las gestoras y los inversores aspiran a que lo ocurrido en Glasgow no se quede solo en Glasgow

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Foto cedidaImagen del primer día de la COP26.. COP26: las gestoras y los inversores no quieren que lo ocurrido en Glasgow se quede solo en Glasgow

La COP26 toca hoy a su fin dejando un reguero de sentimientos encontrados. Los más escépticos critican que todo queda en una bonita declaración de intenciones ante la falta de medidas concretas. Sin embargo, los más optimistas se agarran al histórico acuerdo climático entre China y Estados Unidos, así como a las pequeñas victorias como, por ejemplo, que los países actualicen sus planes climáticos el próximo año. 

“Aunque el 90% de la economía mundial se ha comprometido a alcanzar las emisiones netas cero en los próximos 30 o 50 años, las ambiciones siguen siendo inferiores a los objetivos de París”, apunta Silvia Dall’Angelo, economista senior del negocio internacional de Federated Hermes. Según las estimaciones de la AIE, los compromisos actualizados de los gobiernos situarían al mundo en una trayectoria de calentamiento postindustrial de 1,8°C, frente a los 2,1°C de antes de la COP26, pero todavía por encima del crucial umbral de 1,5° C. 

“La falta de detalles que sustentan los compromisos sugiere que existe el riesgo de que la COP26 haya sido un ejercicio de diplomacia del cambio climático que enmascare un déficit de capital político, una sensación que se ha visto reforzada por la destacada ausencia del presidente chino Xi. Además, la división entre las economías avanzadas y en desarrollo no se ha abordado demasiado, lo que implica una carga injusta para las segundas”, añade Dall’ Angelo. 

El equipo de Portocolom AV considera que durante estas dos semanas se han llegado a acuerdos importantes, pero demasiados compromisos han sido voluntarios y sin carácter vinculante. “105 países suscribieron el compromiso para reducir un 30% para 2030 las emisiones de metano, un potente gas de efecto invernadero que tiene grandes focos de emisión en instalaciones de hidrocarburos, determinados cultivos agrícolas y explotaciones ganaderas. Sin embargo, China, Rusia e India que se resistieron a firmarlo, suponen el 35% de emisiones de metano. Más de 100 países, entre ellos Brasil, dieron su respaldo a un acuerdo mundial para poner fin a la deforestación en el 2030”, destacan.

Para Giles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers, la principal conclusión de esta COP puede ser que “nos debamos centrar menos en promesas genéricas y más en la implementación de estas”.  Si bien Moëc reconoce “el progreso visto en la COP26 la semana pasada, como la conversión anunciada de India al cero neto, aunque solo para 2070, o el ambicioso acuerdo sobre el metano”, considera que “algunas de las alianzas creadas en la COP26 se prestan a una imprecisión en la implementación”. “La política comercial podría convertirse en el canal principal de la geopolítica del carbono, potencialmente a un coste económico considerable para todos los interesados», advierte.

Mirando el vaso medio lleno, la economista senior del negocio internacional de Federated Hermes reconoce que un punto positivo ha sido que el sector financiero ha intensificado sus esfuerzos en la lucha contra el cambio climático, comprometiendo 130 billones de dólares de capital para lograr una economía neta cero en 2050, bajo la Alianza Financiera de Glasgow para la Red Cero (GFANZ). “La cifra principal, que probablemente exagera los avances, robó la luz al progreso en los debates sobre aspectos cruciales como la necesidad de armonizar las normas ESG y el papel de los bancos centrales y los reguladores. En este sentido, la Fundación IFRS anunció la creación de un Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad (ISSB), mientras que la Red para la Ecologización del Sistema Financiero (NGFS) se comprometió a explorar nuevas y mejores formas de integrar las consideraciones sobre el cambio climático (y la biodiversidad) en la política monetaria”, apunta. 

En este sentido, los expertos de Portocolom AV también destacan otras cuatro alianzas para detener la financiación con dinero público de inversiones en combustibles fósiles en el extranjero; poner fecha al fin del carbón; prohibir las nuevas exploraciones de petróleo y gas; y fomentar las energías limpias. “Por separado, las naciones ricas, incluidos los EE.UU. y el Reino Unido, anunciaron 8.500 millones de dólares para acelerar la transición energética de Sudáfrica. África es el menor emisor de gases de efecto invernadero, y sin embargo el más vulnerable al cambio climático”, añaden. 

Susannah Streeter, analista senior de inversiones y mercados de Hargreaves Lansdown, reconoce que, probablemente, los esfuerzos colectivos de la COP26 sean decepcionantes para muchos activistas del clima, pero considera que la presión de los inversores para que se tomen nuevas medidas para reducir las emisiones y actuar de forma más responsable seguirá aumentando en los próximos meses y años. “Los inversores están demostrando que están dispuestos a movilizar su dinero cuando se apoye a empresas con buenas credenciales de sostenibilidad, incluso sin una nueva dirección de los gobiernos”, afirma. 

En este sentido, la firma de servicios financieros detecta una clara división en cuanto a la importancia de las cuestiones ESG a la hora de invertir según la edad. Su última encuesta muestra que la inversión responsable es más importante para los jóvenes que para los mayores. “Invertir en empresas responsables es más importante para el 44% de los jóvenes de 18 a 34 años que ganar el máximo dinero posible. Entre los mayores de 55 años, el 27% afirma que invertir en empresas responsables es más importante. Aunque los baby boomers tienen más peso financiero ahora, la Generación Z irá flexionando cada vez más sus músculos monetarios en las próximas décadas y las empresas consideradas responsables con el planeta, los empleados y la sociedad en general, atraerán sus inversiones”, apuntan. 

La frontera de la biodiversidad

A la sombra de la COP26 y sus conclusiones, se ha celebrado otra cumbre que las gestoras consideran determinante: ​​la COP 15 de las Naciones Unidas sobre la biodiversidad. En opinión de ​​Abbie Llewellyn-Waters, directora de Inversión Sostenible de Jupiter AM, el tema que marca esta otra COP será la próxima frontera para los inversores sostenibles. 

“​​Sabemos que el 50% del PIB mundial depende de la biodiversidad y, sin embargo, seguimos utilizando los recursos de la naturaleza mucho más rápido de lo que pueden reponerse. Por ejemplo, el 75% de los cultivos que producen alimentos para el ser humano dependen de la polinización animal, pero hay pruebas de que las prácticas agrícolas, el cambio climático y el uso de pesticidas están provocando la disminución de las poblaciones de polinizadores. Y ese impacto se sentirá en todo el ecosistema natural, con implicaciones mucho más amplias para nuestra economía y nivel de vida”, explica Llewellyn-Waters.

Esta cumbre sobre la biodiversidad ​​consta de dos partes y su objetivo es proteger la diversidad de las especies vegetales y animales y garantizar el uso sostenible de los recursos naturales. “Será crucial, para establecer un nuevo marco de respuesta coordinada para proteger la biodiversidad e invertir su pérdida que deberá ser mucho más fuerte que los esfuerzos anteriores, cuyos objetivos no se han alcanzado en general”, concluye la directora de Inversión Sostenible de Jupiter AM.

Deutsche Bank y el GCF lanzan un programa para invertir en soluciones de descarbonización en África subsahariana

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Pixabay CC0 Public Domain. africa mapa

La industria financiera ha aprovechado la COP26 para anunciar iniciativas concretas de inversión sostenible. Una de ellas es el acuerdo entre Deutsche Bank y el Fondo Verde para el Clima (GCF), por el que se movilizarán 80 millones de dólares como inversor semilla y principal para invertir en soluciones de descarbonización para el África subsahariana.  Según explican, DWS será la entidad ejecutora y se ha comprometido a aportar el 3% de la línea de inversión prevista de 500 millones de dólares. Además, este programa de financiación será implementado en el África subsahariana por el equipo de Inversiones Sostenibles de DWS

El programa de inversión en energía verde es un vehículo de financiación combinada y reconocido por el SFDR. Su objetivo es invertir en soluciones energéticas innovadoras para apoyar la descarbonización de la producción de energía para la industria y los hogares en los países del África subsahariana que han apoyado al programa. Según indican desde la entidad, este se centrará en los mercados en los que el suministro de electricidad es ineficiente, excesivamente caro e insuficiente para apoyar un rápido crecimiento económico;  y apoyará el cambio en la producción de electricidad, pasando de centrales eléctricas centralizadas a gran escala a una producción de energía renovable descentralizada y cercana al punto de consumo.

En este sentido, se invertirá en la producción de energías renovables, permitiendo a pymes y consumidores acceder a una energía fiable y asequible. Estableciendo objetivos para supervisar los avances durante el periodo de inversión, que medirán las contribuciones al cambio de mercado en los países objetivo hacia un suministro energético neutro en gases de efecto invernadero.

«Este acuerdo marca el inicio del primer programa entre el GCF y Deutsche Bank, demostrando nuestro compromiso mutuo de movilizar al sector privado para la acción climática. La energía renovable descentralizada es una solución esencial en el continente africano para reducir las emisiones en las economías rurales en desarrollo y para obtener beneficios económicos y sociales. El GCF se complace en actuar como inversor ancla en el programa y espera una asociación productiva con Deutsche Bank para catalizar la inversión privada para la acción climática», ha señalado Henry Gonzalez, Director of Private Sector Facility en GCF.

Por su parte, Andrew Pidden, Head of Sustainable Investments en DWS, ha añadido: “Estamos encantados de comenzar la fase activa de nuestra relación con GCF. Se basa en nuestra trayectoria de 20 años de trabajo con inversores del sector público y muestra la capacidad de inversión de impacto de DWS. Seguimos comprometidos a cumplir los objetivos del GCF y a invertir en un mercado en crecimiento, como el africano, que todavía puede evitar el uso de fuentes de energía basadas en el carbono como base principal para la producción de energía. El programa aprovechará toda la capacidad y experiencia de nuestro equipo de Inversiones Sostenibles para gestionar vehículos de financiación mixta, reconocidos por la OCDE como herramientas eficaces para apoyar las transiciones hacia economías más sostenibles».

En último lugar, Kamran Khan, Head of ESG for Asia Pacific de Deutsche Bank, ha destacado que la financiación combinada puede tener un catalizador de impacto en el crecimiento sostenible de los mercados emergentes. «Las inversiones enfocadas y comercialmente viables en economías en desarrollo como el África subsahariana requieren una profunda experiencia sectorial/regional y en inversiones de impacto a nivel mundial. Nos enorgullece desempeñar un papel en la aportación del mayor fondo climático del mundo para invertir a escala en energías renovables con el fin de crear un futuro más sostenible para el África subsahariana y contribuir al crecimiento económico regional», ha apuntado Khan. 

El GCF, elemento crítico del histórico Acuerdo de París, es el mayor fondo climático del mundo, cuyo mandato es apoyar a los países en desarrollo a aumentar y hacer realidad sus ambiciones de contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) hacia vías de desarrollo bajas en emisiones y resilientes al clima. Este programa se ha desarrollado en estrecha colaboración con el GCF para reflejar sus normas y políticas y maximizar el impacto climático. 

Schroders se une a la Alianza para la Inversión en Capital Natural

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Foto cedida. Elizabeth Corley, presidenta designada de Schroders

Coincidiendo con la celebración de la COP26, Schroders ha anunciado su adhesión a la Natural Capital Investment Alliance (NCIA, por sus siglas en inglés), cuyo objetivo es acelerar el desarrollo del capital natural como tema de inversión principal. Por ejemplo, a través de inversiones directas en silvicultura sostenible y gestión de la tierra.

La NCIA fue creada durante el Foro de Davos en 2020 por el príncipe de Gales, como parte de su Iniciativa de Mercados Sostenibles. En aquel momento, el Príncipe de Gales ha explicado: «La interdependencia entre la salud humana y la salud del planeta nunca ha sido más evidente. Pero el tiempo se está agotando rápidamente. Mientras tratamos de salvar urgentemente la situación, debemos invertir en el capital natural como motor de nuestra economía. He creado la Alianza para la Inversión en Capital Natural como parte de mi Iniciativa de Mercados Sostenibles para llegar a un consenso sobre la inversión en Capital Natural y convertirla en una corriente de inversión principal. Es vital que pongamos el dinero a trabajar de la manera correcta y que mejoremos el flujo del capital».

Por su parte, Elizabeth Corley, presidenta designada de Schroders, ha indicado: «Schroders se complace en  anunciar que se une a esta Alianza como parte de la Iniciativa de Mercados Sostenibles de Su Alteza Real, el Príncipe de Gales. Como miembros de la NCIA, trabajaremos para ayudar a impulsar este cambio en el sistema financiero, que es fundamental para ampliar la financiación de las actividades que, en última instancia, pueden contribuir a una economía justa y positiva para la naturaleza«.

Schroders, además de adherirse a la NCIA se ha unido a principios de este año a otras iniciativas similares. Se adhirió a la Terra Carta para construir una economía sostenible y en estas mismas fechas anunció, junto a Oxford Innovation, su inversión en Natural Capital Research (NCR), centrada en acelerar el desarrollo de la plataforma online de NCR para cartografiar los activos del capital natural a nivel mundial.

El BCE apuesta por una transición “temprana y gradual” hacia una economía más verde y llena de oportunidades

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Pixabay CC0 Public DomainEdificio principal de BCE en Fráncfort. . El BCE apuesta por una transición “temprana y gradual” hacia una economía más verde y llena de oportunidades

El Banco Central Europeo (BCE) ha hecho públicos los resultados de su prueba de resistencia climática para toda la economía. El ejercicio, que se puede consultar aquí, puso a prueba el impacto del cambio climático en más de cuatro millones de empresas de todo el mundo y en 1.600 entidades de crédito de la zona del euro bajo tres escenarios diferentes de política climática. 

Los resultados muestran, por un lado, que las empresas y los bancos se benefician claramente de la adopción de políticas ecológicas desde el principio para fomentar la transición a una economía con cero emisiones de carbono. Y por otro, el documento revela que el impacto del riesgo climático se concentra en determinadas regiones y sectores de la zona del euro. “En particular, las empresas situadas en las regiones más expuestas al riesgo físico podrían enfrentarse a catástrofes naturales muy graves y frecuentes, lo que a su vez afectaría a su solvencia”, explican desde el BCE.

El riesgo climático al que se refiere el estudio incluye tanto el riesgo físico como el riesgo de transición. En este sentido, el riesgo físico es el impacto económico de un aumento previsto de la frecuencia y la magnitud de las catástrofes naturales. “En Europa, se distribuyen de forma desigual, ya que las regiones del norte son más propensas a las inundaciones y las del sur están más expuestas al calor y a los incendios forestales”, señalan las conclusiones. Respecto al riesgo de transición, explica que es el coste de la introducción de políticas de reducción de las emisiones de CO2, sobre todo para determinadas industrias con altas emisiones. “Por ejemplo, las industrias intensivas en carbono, como la minería o la electricidad, incurrirían en costes considerables para reducir las emisiones de CO2, lo que aumentaría su probabilidad de incumplimiento a corto y medio plazo”, añade.

Pese a lanzar esta advertencia, el BCE reconoce que la transición a una economía más verde es también una oportunidad de oro. “El ejercicio muestra que las ventajas de tomar medidas tempranas superan los costes iniciales a medio y largo plazo, también como resultado de las ganancias de eficiencia energética para las empresas y el abaratamiento de los precios de la energía en general”, apunta el documento. 

En opinión de Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, sin políticas de transición hacia una economía más ecológica, los riesgos físicos aumentarán con el tiempo. “Aumentarán de forma no lineal y, debido a la naturaleza irreversible del cambio climático, este aumento continuará con el tiempo. Es esencial realizar la transición de forma temprana y gradual, de modo que podamos mitigar el coste tanto de la transición ecológica como del futuro impacto de las catástrofes naturales», afirmó 

La institución considera que los bancos de la zona del euro podrían verse gravemente afectados en un escenario en el que no se aborde el cambio climático. Según las estimaciones del informe, las pérdidas previstas en las carteras de préstamos a empresas aumentarán significativamente a lo largo del tiempo, impulsadas por un riesgo físico cada vez mayor, pudiendo llegar a ser críticas en los próximos 30 años. 

En 2050, la cartera media de préstamos a empresas de un banco de la zona del euro tiene un 8% más de probabilidades de impago en el escenario de calentamiento global que en una transición ordenada. Cuando se distingue entre las diferentes carteras de préstamos, el impacto inducido por el clima se hace aún más pronunciado, y particularmente a lo largo del tiempo. Las carteras más vulnerables al riesgo climático tienen un 30% más de probabilidades de impago en 2050 en comparación con 2020 en el escenario del mundo del hogar caliente: este aumento es cinco veces mayor que el aumento medio en el mismo escenario”, recoge en sus conclusiones.

Una visión más amplia

Esta prueba de resistencia climática constituye el primer paso en la hoja de ruta climática del BCE. Según explica la organización, los resultados y la metodología servirán de base para la prueba de resistencia climática de 2022 para los bancos que el BCE supervisa directamente. Además, figurarán en la prueba de resistencia climática del balance del Eurosistema, prevista para el primer trimestre de 2022.

A raíz de este ejercicio teórico, la institución monetaria ha presentado un plan global para incorporar las consideraciones relativas al cambio climático a su política monetaria, que supondrá la aplicación de un paquete de medidas antes de 2024. “Las empresas están obligadas a declarar sus riesgos climáticos para poder optar a la compra de activos corporativos. En lo que respecta a su propia cartera de bonos corporativos, es probable que el BCE defina a medio plazo criterios que tengan en cuenta los aspectos relacionados con la protección del clima. Asimismo, hay que tener en cuenta que la agenda climática no está tomando por completo el control de la política monetaria, sino que se está adoptando una combinación adecuada de medidas con el fin de abordar los retos de la política climática”, concluye Ulrike Kastens, Senior Economist Europe para DWS.

Amiral Gestion logra el sello ISR del gobierno francés para el fondo Sextant PME

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Pixabay CC0 Public Domain. Amiral Gestion logra el sello ISR del gobierno francés para el fondo Sextant PME

Amiral Gestion continúa el proceso de certificación de su gama de fondos Sextant con la obtención del sello ISR del gobierno francés para Sextant PME. Tras ser uno de los primeros fondos en conseguir el sello France Relance en otoño de 2020, según la gestora, “el fondo Sextant PME encarna la extensión del enfoque de inversión socialmente responsable de Amiral Gestion a las pequeñas y medianas empresas europeas”.

Siguiendo la misma estrategia basada en una selección de pequeñas y medianas compañías europeas desde enero de 2014, el fondo Sextant PME tiene como objetivo apoyar y acompañar a las empresas seleccionadas en sus proyectos de crecimiento y creación de valor a largo plazo. El equipo de gestión desarrolla un enfoque fundamental y responsable de selección de compañías cuya sostenibilidad se materializa, sobre todo, por el compromiso con dos indicadores de calidad; entre ellos la intensidad en carbono, e indicadores de progreso, como la promoción de la igualdad entre hombres y mujeres.

Con esta certificación, Sextant PME se convierte así en uno de los pocos fondos admisibles para el PEA/ PME [plan de ahorro francés en acciones para pequeñas y medianas empresas] que ha obtenido el sello ISR del gobierno francés. Según explica la gestora, a través de sus inversiones en las acciones cotizadas más pequeñas del mercado europeo, el equipo de gestión no solo pretende excluir a las empresas con menor rendimiento, sino también acompañar a las que demuestran su capacidad y su voluntad de ser parte de un enfoque decidido de best effort para adoptar las buenas prácticas de ESG, y también en términos de transparencia y difusión de la información extrafinanciera.

“Más allá del diálogo que mantenemos con las empresas sobre aspectos estratégicos y financieros, nos hemos fijado el objetivo de invertir en compañías que destaquen por sus buenas prácticas de ESG y acompañar a aquéllas que presenten un buen potencial de mejora, a través de un enfoque de diálogo con los accionistas, constructivo a largo plazo. Nuestro objetivo es promover así su desarrollo y transformación, especialmente hacia un modelo de bajas emisiones en carbono. Estamos convencidos de que nuestro enfoque nos ayudará en la búsqueda de la rentabilidad a largo plazo, a la vez que permanecemos especialmente atentos a la correcta integración por parte de las compañías de los retos de la transición ecológica y del ESG en sentido amplio, dentro de su gestión empresarial”, explica Raphaël Moreau, gestor coordinador del fondo.

Por su parte, Véronique Le Heup, codirectora de Inversión Responsable y RSC de Amiral Gestion, ha añadido: “Los reflejos en cuanto a la aplicación y difusión de criterios extrafinancieros son particularmente heterogéneos en el segmento de pequeñas y medianas compañías. El compromiso de éxito del fondo Sextant PME en los indicadores de calidad y de progreso contribuye a sensibilizar a las empresas para que desarrollen herramientas de recopilación de información. El objetivo es que puedan comprometerse con objetivos cuantificados cuyo progreso podamos seguir de forma colectiva, lo cual es un factor que contribuye a aumentar la confianza en las empresas”.

EGADE y AMEXCAP presentan un estudio sobre Corporate Venture Capital en México

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CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Steven Vance. Foto:

Con el fin de dar a conocer el panorama actual del Capital Emprendedor Corporativo (Corporate Venture Capital [CVC] en inglés) en México, EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey, a través de su Centro de Innovación y Emprendimiento, y la Asociación Mexicana de Capital Privado (AMEXCAP), desarrollaron un estudio colaborativo sobre experiencias y buenas prácticas de CVC en el país.

De acuerdo con las organizaciones, por medio de esta iniciativa fue posible explorar a mayor profundidad las características, estructura organizacional, gobierno corporativo, y las estrategias y sectores de interés de inversión de los CVC en México, lo cual permitirá generar una mejor colaboración entre los actores del ecosistema emprendedor y fomentar una mayor profesionalización de estas actividades en nuestro país.

“En países desarrollados, el CVC ha tenido un crecimiento sorprendente. Para que podamos promover un boyante ecosistema de emprendimiento en México, es imprescindible que contemos con cinco actores clave bien orquestados: startups, universidades, gobierno, inversionistas y corporativos”, mencionó Félix Cárdenas, director del Centro de Innovación y Emprendimiento de EGADE Business School. Como parte del reporte, se elaboró una encuesta de 34 preguntas sobre la operación e impacto de los CVC en México, generando estadísticas descriptivas de los 19 corporativos que participaron en el mismo. Los principales hallazgos de esta investigación son:

  • La mayoría de los corporativos participantes (19 de 23), cuentan con un área específica para realizar CVC, con un mandato y una estructura asignada. De estas unidades, un 89% tiene entre 1 y 10 empleados.
  • Prácticamente la totalidad de las empresas entrevistadas (89%) buscan atraer y apoyar a startups de origen externo.
  • El 44% de las empresas en el ecosistema mexicano cuentan con financiamientos de un fondo de menos de 10 millones de dólares. Asimismo, el 13% de las empresas en México invierte hasta 100 millones.
  • El 28% de las compañías participantes indicaron que realizaban inversiones con startups extranjeras, el 22% realiza inversiones en México y Latinoamérica y otro 22% indicó que invierte en startups de México y Estados Unidos.
  • De las empresas encuestadas, aproximadamente el 29% realiza de 0 a 2 inversiones por año, el 65% de ellas realiza de 3 a 5 inversiones anuales, y solo un 6% realiza más de 10 inversiones al año.

“Uno de los retos estratégicos de muchas organizaciones empresariales es cómo conseguir una capacidad permanente de innovación que posibilite la renovación del portafolio de productos y servicios, y la adaptación del modelo de negocio ante las presiones de un entorno volátil y poco Boletín de prensa predecible. En ese sentido, los ejecutivos de los corporativos entrevistados indicaron que los CVC tienen un impacto positivo, tanto en términos financieros como estratégicos”, aseguró Liliana Reyes, directora general de AMEXCAP.

Considerando que los cuatro recursos fundamentales de un ecosistema de emprendimiento son el talento, el capital, las ideas y la tecnología, el estudio de EGADE Business School y la AMEXCAP sobre el Corporate Venture Capital en México promoverá el entendimiento y la interconexión entre estos componentes, profundizando en los datos específicos sobre el quehacer de los CVC en México.

El estudio se presentó este 10 de noviembre en el marco de la segunda edición de INC Corporate Venture Capital, un foro organizado por AMEXCAP en alianza con Global Corporate Venturing, dentro del festival de emprendimiento INCmty 2021, del Tecnológico de Monterrey, y puedes consultarlo en el siguiente enlace.

Ana Botín: “El mundo financiero global se está movilizando para apoyar la transición a la economía verde”

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La presidenta de Banco Santander, Ana Botín, afirmó que “el mundo financiero global se está movilizando para apoyar la transición a la economía verde”, durante el primer Foro Santander Sustentable México, que conjuntó a voces destacadas en la materia en el ámbito internacional, junto con empresas, corporativos e inversionistas con interés en la temática ESG.

En el foro, organizado por la Banca Corporativa de Santander México, Botín apuntó: “Estamos financiando la transición verde. Somos líderes globales en financiación de renovables; solo desde 2020, los proyectos renovables que hemos financiado han creado energía suficiente para abastecer una ciudad tres veces el tamaño de Londres”.

Al resaltar que ante la situación climática “necesitamos planificación y marcos regulatorios a largo plazo para la transición a bajas emisiones de carbono”, reiteró el compromiso de Santander de que “en el 2030 dejaremos de prestar servicios a clientes con más de 10% de sus ingresos procedentes del carbón térmico y eliminaremos toda exposición a la minería de carbón térmico para cumplir con los compromisos de París”.

También destacó que estas grandes transformaciones se sustentan en muchos pequeños cambios que tiene lugar en cada empresa o iniciativa emprendedora, por ello destacó que el banco está siendo parte de esas historias individuales tanto con apoyo con financiamiento y asesoría, como con programas de inclusión financiera que hacen la diferencia para cada cliente.

Por su parte, el presidente ejecutivo y director general de Santander México, Héctor Grisi Checa, comentó que ante el reto ambiental “no solo por una obligación moral, sino también por razones estratégicas, el incorporar criterios ambientales, sociales y de gobernanza, los denominados criterios “ESG” por sus siglas en inglés, fortalece nuestra resiliencia, abre nuevas rutas de negocios y, sobre todo, contribuye al desarrollo sostenible”.

Refirió que Santander en México se ha consolidado como uno de los principales promotores del financiamiento de autos verdes y de proyectos de energía renovable, además destacó iniciativas como el primer fondo de inversión de renta variable en el país con criterios ESG, la propuesta de las tarjetas LikeU que incorporan componentes de responsabilidad social, y el acompañamiento que ha dado el banco con su equipo especializado a las principales compañías mexicanas  para consolidar su política de sustentabilidad, o iniciar en emisiones ESG.

En el marco del Primer Foro Santander Sustentable México, se revisaron las oportunidades y retos que conlleva la transición verde, con la participación de corporativos que emiten o buscan emitir instrumentos verdes, así como inversionistas con interés en las temáticas ESG, a quienes el banco está acompañando con asesoramiento para la adopción de políticas sustentables o con financiamiento.